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La peluquería es el establecimiento al cual la gente asiste para cortar o dar cierto estilo a su

cabello. En este lugar se pueden realizar diferentes tratamientos capilares que, en su mayoría,
tienen que ver con el embellecimiento del cabello y con la restauración de su fortaleza. Hay
diferentes tipos de peluquerías, si bien algunas reciben a todo tipo de clientes, muchas otras se
especializan en cortes para mujeres, hombres o niños. El nombre de peluquería es sinónimo de
salón de belleza.

Una peluquería se caracteriza por tener una línea de asientos enfrentados a un espejo en el cual el
peluquero observa la totalidad de la cabeza del cliente. Los asientos suelen ser cómodos y
reclinables, con altura regulable para adaptarse a los diferentes tipos de clientes. Al mismo
tiempo, hay una mesada entre el espejo y el cliente donde el peluquero coloca todos sus
elementos y productos a utilizar. Entre las herramientas más utilizadas por el peluquero
encontramos tijeras, peines, secadores, pinzas y diferentes ganchos que sirven para recoger el
pelo. Tanto la iluminación como la limpieza son ambos aspectos sumamente importantes para el
buen trabajo en la peluquería.

En las peluquerías se pueden realizar diferentes tipos de tratamientos. Si bien el corte del cabello
es el servicio más requerido, también se realizan peinados, aplicación de extensiones o pelucas,
tinturas, modelado del cabello y numerosos tratamientos que tienen que ver con devolver al
cabello su firmeza y brillo natural. Para realizar tales tareas, los peluqueros cuentan con variados
productos que en algunas ocasiones pueden ser peligrosos para el ser humano y por eso se pone
en duda su uso.

Hoy en día las peluquerías son de gran importancia y hasta se han desarrollado establecimientos
donde se ofrecen servicios de peluquería para animales. En ellos la mayoría de los clientes
solicitan lavado y corte de pelo aunque también se pueden encontrar trabajos especiales para
algunas razas de perros.

El primer peluquero

ANTOINE. Antoine fue el primer peluquero que se convirtió en famoso tanto en Europa como en
América. Antoine Cierplikowski (1884-1976) fue peluquero, empresario, inventor... el primer
peluquero estrella del siglo XX.
Sofonisba Anguissola (Italia, 1532-1625)

De las 1.128 obras expuestas en el Museo del Prado de Madrid, sólo hay tres pinturas firmadas por
mujeres. Y las tres pertenecen a la misma artista: Sofonisba Anguissola.

Sofonisba Anguissola

Sofonisba Anguissola

Coetánea de Miguel Angel, Leonardo o Rafael, a quienes la fama hace innecesario añadir sus
apellidos, el nombre de Sofonisba sigue sin ser ampliamente conocido. Sin embargo, esta artista
tiene grandes lazos con España, país en el que vivió durante muchos años ligada a la familia real.
Ella fue consejera de la reina Isabel de Valois, casada con Felipe II, y realizó múltiples retratos de la
familia real, aunque alguno de sus cuadros fueron atribuido a otros pintores durante muchos años.

Considerada como una de las grandes figuras del Renacimiento Italiano, incluso por Miguel Ángel
o Van Dick, fue la mayor de de seis hermanas educadas en el humanismo, lo que les permitió
incursionar en diversas áreas del conocimiento: música, pintura, literatura… Su trayectoria resultó
un precedente para varias mujeres artistas que habían sido excluidas de la enseñanza académica,
de gremios y talleres y del mecenazgo papal, pero que sí encontraron respaldo en las cortes
europeas entre los siglos XVI y XVIII.

Un total de 50 obras son atribuidas en la actualidad a esta pintora, cuya obra ha tenido una
enorme influencia en generaciones de artistas posteriores.

Artemisa Gentileschi (Roma, 1593-1654)

Fue la primera mujer en ser admitida en la Academia de Bellas Artes de Florencia, la misma en la
que se formó Miguel Ángel. Hija del pintor Orazio Gentileschi, se inició en el taller de su padre
seguidor del estilo de Caravaggio y destacó en talento por encima de sus hermanos.

La violación, por parte de un amigo de su padre, marcó su vida y también su arte. El juicio fue de
conocimiento público y la falta de castigo a su violador (otro pintor), despertó suspicacias y
rechazos por parte de otros artistas.

Artemisa Gentileschi

Artemisa Gentileschi

"Cerró con llave la habitación y después me tiró sobre la cama, inmovilizándome con una mano
sobre el pecho y poniéndome una rodilla entre los muslos para que no pudiera cerrarlos y me
levantó las ropas, algo que le costó muchísimo trabajo. Me puso una mano con un pañuelo en la
garganta y en la boca para que no gritara (…). Yo le arañé el rostro y le tiré del pelo".

Este es el relato descarnado que contó ante la justicia más de una vez. También fue sometida a
humillantes revisiones ginecológicas para confirmar su historia y su testimonio fue puesto en
duda.

Durante varios siglos su arte fue atribuido a otros autores hasta que el siglo pasado fue
recuperada y restituida su valía. Está considerada por algunas estudiosas como la primera artista
feminista, por su estilo crudo y por alejarse de los modelos establecidos de feminidad.

Clara Peeters (1607-1621?)

En sus 200 años de historia, el Museo del Prado sólo realizó una exposición monográfica sobre el
trabajo de una artista y esta fue Clara Peetes. No se conoce mucho de su vida. De hecho, no se
sabe a ciencia cierta cuándo y dónde nació. Se encontró un registro con su nombre en Amberes en
1594, con lo que, de ser cierto, habría empezado a pintar de manera profesional a los 12 o 13
años. Sus trabajos fechados comienzan en 1607 y posiblemente pintó muy poco después de
realizar su última obra, fechada en 1621, “La Virgen y el Niño dentro de una corona de flores".

Clara Peeters

Clara Peeters

Las únicas evidencias son, entonces, sus admirables obras firmadas y fechadas entre el año 1907 y
1921; la calidad, el tamaño de algunas y la producción que se conserva llevan a considerar muy
difícil que no se tratara de una pintora profesional

Fue una pintora flamenca considerada una de las iniciadoras del bodegón o naturaleza muerta en
los países bajos. Se caracterizó por popularizar el uso del autorretrato escondido en objetos de las
naturalezas muertas que muchos otros artistas imitarían.

Se conservan unos 30 cuadros suyos y fue una de las pocas artistas activas en Europa durante la
primera mitad del siglo XVII que tenemos noticias.

Rachel Ruysch (1664-1750)

Rachel Ruysch
Rachel Ruysch

Tuvo diez hijos, vivió 85 años y se le conocen alrededor de un centenar de obras pintadas entre
1681 y 1747, aunque se cree que pintó muchas más a lo largo de su larga vida. Fue una artista muy
prolífica que pintó principalmente naturalezas muertas con un estilo muy personal, consistente en
flores dentro de un jarrón con colores vivos sobre fondos negros.

Fue la artista mejor pagada de su época y nunca renunció a su apellido, puesto que a pesar de
estar casada, siempre firmó sus obras con su apellido de soltera.

Se casó con un retratista (Juriaen Pool) y juntos trabajaron como pintores en la corte de Duseldorf.
Ruysch fue ampliamente reconocida en su época y alabada por numerosos artistas y poetas por la
calidad de sus pinturas. Siguió pintando hasta los 83 años para destacados clientes.

María Blanchard (España, 1881-1932)

María Blanchard fue una de las grandes pintoras del siglo XX y protagonista de la vanguardia en los
comienzos del siglo. Sin embargo su arte, por distintas razones, y su vida, llena de interrogantes,
no son tan conocidos como sin duda merecen.

Su deformidad y aspecto físico (nació con la columna torcida, lo que le provocó problemas de
salud y dolores durante toda su vida) fue relacionada por muchos biógrafos para explicar su
pintura. Sin embargo hoy en día se ha comenzado a desligar ambos aspectos dando a su arte la
importancia que merece.

María Blanchard

María Blanchard

Recibió una beca que le permitió vivir y estudiar en París, donde se relacionó con algunos grandes
pintores vanguardistas, como Juan Gris o Diego Rivera. Al igual que Juan Gris continuó
investigando las posibilidades del Cubismo, en los años 20 María Blanchard volvió a la figuración,
en lo que se llamó el retorno al orden. Ella tomó el camino del realismo mágico, alejándose de
Gris, pictórica y personalmente.

Murió a los 51 años y recibió un homenaje en el Ateneo de Madrid, donde Clara Campoamor,
Ramón Gómez de la serna y Federico García Lorca estuvieron presentes. Lorca leyó su Elegía a
María Blanchard. Lamentablemente fue olvidada hasta que en 1012, a los 80 años de su muerte,
su obra comenzó a ser expuesta en algunos museos.
Käthe Kollwitz (Alemania, 1867 – 1945)

Supone con su obra una de las reflexiones más profundas sobre el horror de la violencia y la
pobreza. Pocas veces los retratos femeninos adquieren la dignidad de seres que afrontan la
penuria y la miseria impuesta como los realizados por Kollwitz y son contadas las ocasiones en que
presenciamos el coraje y la sinceridad de una mujer que se observa a sí misma, a través de sus
autorretratos, en un acto íntimo de sinceridad y de búsqueda de respuestas en un mundo hostil,
duro y cruel. Los cuerpos de las mujeres de Kollwitz adquieren carácter de verdad y testimonio: se
cansan, se arrastran y abrazan con fuerza a la vida que huye por la miseria y la violencia.

Kathe Kollwitz

Kathe Kollwitz

Se alzan como fuerza protectora frente a la destrucción de la vida. Sus dos colecciones, “La
revuelta de los campesinos” y “El levantamiento de los tejedores” simbolizan cómo las clases
pobres se enfrentan al poder, mujeres y hombres, y luchan por la vida digna. En ellos las mujeres
son parte primordial de la vida, tanto sosteniéndola cotidianamente, impidiendo la violencia, y en
última instancia, buscando el cuerpo muerto de sus hijos en el campo de batalla.

Son imágenes inusuales para la mirada acostumbrada a los cuerpos bellos, canónicos, del arte
occidental. Son cuerpos de personas empobrecidas por la crisis económica, por la desigualdad, son
la imagen de personas en paro, llevadas a las esquinas de la miseria que miran, que impelen la
mirada del espectador, para preguntar. Pocas veces encontramos los cuerpos de las personas, sin
idealización, con toda la humanidad, como en la obra de Käthe Kollwitz.

Son la imagen de los obligados a ir al campo de batalla, a la muerte, a la desaparición. En ellos se


reconoce la injusticia de un poder desencarnado que manipula, condena y ordena, que prescribe y
proscribe. Pero a la vez, Kollwitz nos muestra la mayor dignidad en sus cuerpos, sus rostros, sus
manos que abrazan, asisten, recogen. La madre que abraza al hijo muerto de miseria entre sus
brazos, al grupo de mujeres que cierra en torno a ellas a los hijos. Al adolescente que se alza
contra la guerra, la miseria y la injusticia “Nie wieder Krieg”. Decía, en sus escritos, que encontraba
mucha más belleza en la pobreza que en los ámbitos refinados de las clases altas. En Kollwitz se
une ética y estética, donde la belleza es una categoría moral.

Sonia Delaunay-Terk, (Ucrania, 1885-1979)

Nacida Sonia Stern, representó un papel fundamental en el desarrollo del orfismo, corriente que
supo expresar tanto en la pintura como en el campo del diseño de moda, tejidos y libros, entre
otros.
De origen ucraniano, fue confiada, con apenas cinco años, a sus tíos maternos de San Petersburgo,
de quienes recibió una educación cosmopolita. A través de Max Liebermann, conocido de su tío,
tomó contacto con el mundo artístico germano y en 1903 se trasladó a Karlsruhe para comenzar
sus estudios de pintura. Dos años más tarde continuaría su formación en París en la Académie La
Palette. Durante estos años sus obras reflejaron su admiración por el postimpresionismo de
Vincent van Gogh y Paul Gauguin, así como del fauvismo de Henri Matisse.

Sonia Delaunay

Sonia Delaunay

Para no abandonar Francia, Sonia contrajo matrimonio de conveniencia con el marchante alemán
Wilhelm Uhde, a través del cual conoció a artistas de vanguardia como Pablo Picasso, Georges
Braque o el propio Robert Delaunay, con el que se casaría en 1910 tras divorciarse de Uhde. A
partir de entonces, el intercambio artístico entre ambos sería constante.

La llegada de la Primera Guerra Mundial les sorprendió en la península Ibérica y durante los años
de la contienda vivió en España y Portugal. En 1917, tras el triunfo de la Revolución de Octubre,
dejó de recibir las rentas que había percibido hasta entonces y comenzó a comercializar sus
creaciones, primero en Madrid, donde abrió una tienda con sus propios diseños de moda, y en
1920, tras su retorno a París, inauguró la Boutique Simultané. En el París de los años veinte tuvo
una estrecha relación con los grupos dadaístas y surrealistas y colaboró con ellos en la producción
de proyectos teatrales y cinematográficos como Le P’tit parigot de Le Somptier.

Durante la década de 1930 estuvo en contacto con grupos artísticos que abogaban por la
abstracción en el arte como Abstraction-Création o Cercle et Carré y fue uno de los miembros
fundadores de Réalités Nouvelles en 1939. Tras la muerte de su marido en 1941, Sonia Delaunay
continuó trabajando y colaborando en la promoción del arte abstracto. En 1964, como
consecuencia de la donación de obras suyas y de Robert, se convirtió en la primera mujer a la que
se le honraba con una exposición en el Musée du Louvre.

Remedios Varo (España, 1908-1963)

Aunque nació en España, Remedios Varo es reconocida como una gran artista mexicana, país
donde vivió después de abandonar España tras la guerra civil. Su obra es muy amplia y toca
muchos estilos, aunque se la define como surrealistas.

A mediados del siglo pasado se fue a Venezuela, como integrante de una expedición científica del
Instituto Francés de América Latina donde hace estudios microscópicos de mosquitos como parte
de la campaña de salubridad antipalúdica. Allí realizó trabajos como ilustradora entomológica.
Remedios Varo

Remedios Varo

En el año de 1949 regresó a México, donde continuó con su labor de ilustradora publicitaria.

En 1955 se realiza en México su primera exposición y en 1958 obtiene el primer lugar en el Primer
Salón de la Plástica Femenina en las Galerías Excélsior. Su impacto dentro del mundo del arte es
innegable, así como su producción dentro el país que la acogió.

La obra de la pintora es vasta y compleja y tiene un estilo característico y fácilmente reconocible.


En su obra aparecen con frecuencia figuras humanas estilizadas realizando tareas simbólicas, en
las cuales se tienen a la vez elementos oníricos y arquetípicos.

Raquel Forner (Argentina, 1902-1988)

Pintora, grabadora y profesora de dibujo argentina, realizó una pintura neofigurativa marcada por
el dolor, evolucionando más tarde hacia un simbolismo y el expresionismo. Descendiente de
españoles, nació en Buenos Aires en 1902. Su vocación artística surgió a raíz del viaje que realizó a
España a los 12 años. De regreso a Argentina y tras acabar los estudios primarios, ingresa en la
Academia Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, donde obtiene el título de profesora de dibujo
en 1922.

Raquel Forner

Raquel Forner

Finalmente se instaló dos años en París, donde estudió y se relacionó con el grupo de pintores
argentinos radicados en Europa.

Tras exponer en el Salón de las Tullerías, regresó a Buenos Aires y fundó en 1932 los primeros
cursos libres de arte plástico junto a otros artistas como su futuro esposo, Bigatti. En 1937 obtuvo
la medalla de oro de la Exposición Internacional de París, e impresionada por la Guerra Civil
española comenzó a realizar una serie de obras basadas en ella en los que se acercan al
surrealismo. A partir de entonces su pintura es el testimonio de una conciencia estremecida por
los males desencadenados sobre el mundo, por las fuerzas regresivas y los infortunios de las
guerras.
En 1947 comienza la serie Las rocas y un año después La farsa. . A partir de 1957 desarrolló una
intensa actividad entre Europa y América, exponiendo en las principales galerías y museos, y en
1961 es invitada de honor de la bienal de São Paulo. En su taller, convertido en museo-taller,
funciona actualmente la fundación Forner-Alfredo Bigatti. La temática constante es el ser humano
y los acontecimientos de su tiempo, desarrollando en forma de alegorías su angustia,
desesperación y esperanza ante un mundo estremecido por las guerras

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