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Líquida, una teoría que describe la forma de vida de la sociedad actual y cómo ésta rompe con las
estructuras del pasado; es decir con la forma en que vivieron, por ejemplo, nuestros abuelos.
La teoría de Bauman, publicada por primera vez en el año 2000, explica los cambios sociales de la
actualidad y la diferencia con las anteriores generaciones, donde la vida estaba diseñada para seguir
determinados patrones establecidos, como casarse antes de tal edad y trabajar en un solo lugar hasta
jubilarse. Conoce las principales ideas que planteó Bauman en su Modernidad Líquida y cómo es
“vivir en una época de incertidumbre” como la actual según el sociólogo, donde prima el
individualismo y la forma de vida cambiante y poco sólida.
1 – El amor líquido
Como ya mencionamos, la mayoría de nuestros abuelos lograban mantener su relación hasta el final
de sus días, siendo esto en la actualidad casi una utopía.
Tal como explica Bauman, las relaciones de la actualidad se basan en el concepto de amor líquido;
por lo que es más frecuente que las parejas huyan del compromiso y se nieguen a sacrificar su
supuesta libertad individual para abocarse a una sola pareja.
¿Cuántas parejas de las que conoces se han conocido por Tinder, Instagram u otra red social y
cuantas de ellas han logrado sobrevivir y afianzar su relación? Lo más frecuente es que las
relaciones actuales sean breves y se mantiene hasta que surgen los conflictos, momento en que se
termina la relación y se toma nuevamente el “catálogo” (la red social) para comenzar con alguien
más y así una y otra vez volver a caer en el mismo circulo.
Otro de los patrones tradicionales que se rompe en la Modernidad Líquida descrita por Bauman es
el concepto de ciudadanía, el que se reemplaza por un estilo de vida más nómade donde las
personas no “echan raíces” en un solo lugar sino que viven su vida como un turista, cambiando no
solo de lugar de residencia sino como ya vimos de trabajo, pareja y demás aspectos excluyéndose
de las redes tradicionales de contención (como por ejemplo la familia).
Cada vez más jóvenes viajan “por ahí” en busca de nuevas experiencias y con el afán de ver nuevas
realidades se mueven de un lado a otro sin quedarse en ningún lugar por más de un par de meses.
No lo hacen para involucrarse con otros modos de vida sino para alimentar su propio bagaje
individual de experiencias.
La expresión “modernidad líquida” busca definir un modelo social que implica “el fin de la era del
compromiso mutuo”, donde el espacio público retrocede y se impone un individualismo que lleva a
“la corrosión y la lenta desintegración del concepto de ciudadanía”.
Por todo lo descrito anteriormente sobre la Modernidad Líquida, que plantea que el ciudadano
actual está en una permanente búsqueda de nuevas experiencias, el trabajo es otro de los ámbitos
que no están pensados para perdurar más allá de un tiempo.
No solo las ataduras en el amor son rechazadas en la sociedad líquida: muchos repelen todo tipo de
ataduras, por lo que es impensado permanecer en una empresa hasta el día que nos jubilemos. En la
actualidad parece no haber lugar para un trabajo para toda la vida y ni siquiera un saber para toda la
vida, ya que con el constante movimiento del mundo tecnológico los conocimientos suelen quedar
obsoletos con demasiada prisa.
Cada día se exige a los trabajadores estar preparados para más desafíos y tener nuevas habilidades y
aptitudes para el trabajo las que a su vez también están en constante renovación. Asimismo, uno de
los requisitos que las empresas exigen cada vez con más frecuencia es que la persona ideal para un
puesto tiene que tener la disponibilidad de dejar su vida para mudarse a otra ciudad cuando sea
necesario al negocio.
En la época actual el consumismo es tal, que lo importante no es conservar los objetos sino
renovarlos todo el tiempo. Quien actualmente tiene un móvil del 2010 tiene en sus manos un
aparato arcaico, con nula chance de estar “conectado” con los demás.
No solamente sucede con los teléfonos sino con todo lo que nos rodea, tal como también plantea la
obsolescencia programada que es la programación que se le realiza a un producto para que no tenga
una vida útil de larga duración ni piezas con que repararse: directamente, la solución más fácil es
reemplazarlo.
La sociedad actual tiene cada vez más tiendas y cada vez más personas con fiebre de consumo.
Asimismo también aumenta la contaminación y la falsa idea de que muchos podemos acceder a lo
que nos muestra la publicidad y que de esta forma se estaría rompiendo de alguna manera con la
segmentación social.
Durante su larga vida, Zygmunt Bauman dejó grandes frases que definen su pensamiento. Estas son
algunas de las más célebres:
1- “La cultura líquida moderna ya no siente que es una cultura de aprendizaje y acumulación, como
las culturas registradas en los informes de historiadores y etnógrafos. A cambio, se nos aparece
como una cultura del desapego, de la discontinuidad y del olvido.”
2- “No hay modernización (y, por tanto, tampoco forma de vida moderna) sin una masiva y
constante producción de basura, entre ella los individuos basura definidos como excedentes.”
3- “Nos hallamos en una situación en la que, de modo constante, se nos incentiva y predispone a
actuar de manera egocéntrica y materialista.”
4- “La cultura de la modernidad líquida ya no tiene un populacho que ilustrar y ennoblecer, sino
clientes que seducir.”
5- “Todas las medidas emprendidas en nombre del «rescate de la economía» se convierten, como
tocadas por una varita mágica, en medidas que sirven para enriquecer a los ricos y empobrecer a los
pobres.”
ZYGMUNT BAUMAN
6- “Además de tratarse de una economía del exceso y los desechos, el consumismo es también, y
justamente por esa razón, una economía del engaño.
7- “La suya es una sociedad de clases, señora, y la suya también, señor, y ténganlo muy en cuenta,
si no quieren que su amnesia termine en terapia de choque. También es una sociedad capitalista y
accionada por el mercado, uno de cuyos atributos es el ir dando trompicones de una
depresión/recesión a otra. Como es una sociedad de clases, reparte los costes de la recesión y los
beneficios de la recuperación de forma desigual, aprovechando cualquier ocasión para dotar de
mayor firmeza a su columna vertebral: la jerarquía de clases.”
9- “Si no existe una buena solución para un dilema, si ninguna de las actitudes sensatas y efectivas
nos acercan a la solución, las personas tienden a comportarse irracionalmente, haciendo más
complejo el problema y tornando su resolución menos plausible.”
10- “El único significado que acarrea el término ‘clase marginal’ es el de quedar fuera de cualquier
clasificación significativa.”
11- “Cuando una cantidad cada vez más grande de información se distribuye a una velocidad cada
vez más alta, la creación de secuencias narrativas, ordenadas y progresivas, se hace paulatinamente
más dificultosa. La fragmentación amenaza con devenir hegemónica. Y esto tiene consecuencias en
el modo en que nos relacionamos con el conocimiento, con el trabajo y con el estilo de vida en un
sentido amplio.”
Se ve a la educación más como un producto que como un proceso. Así la educación parece
abandonar la noción de conocimiento útil para toda la vida para sustituirla por la noción de
conocimiento de usar y tirar. Esa concepción es uno de los retos a vencer. La educación debería ser
una acción continua de la vida y no dedicarse únicamente al fomento de las habilidades técnicas. Lo
importante es formar ciudadanos que recuperen el espacio público de diálogo y sus derechos
democráticos, para así ser capaces de controlar el futuro de su entorno y el suyo propio. Cuando el
mundo se encuentra en constante cambio, la educación debería ser lo bastante rápida para agregarse
a éste. Estamos ante la educación líquida”
El propio Vallespín hizo reflexiones muy acertadas: “en la actual sociedad de la información,
necesitamos mentes brillantes como la de Bauman que filtren el contenido y nos ayuden a
ordenarlo“.
Los alumnos preguntaron al sociólogo por la situación actual de crisis social, política y económica.
Bauman se dirigió directamente al abarrotado auditorio de jóvenes: “sois la primera generación que
no creéis que vuestro nivel de vida será mejor que el de vuestros padres, la primera generación
desde la II Guerra Mundial que está a la defensiva y no a la ofensiva. No puede haber una
revolución sin ese impulso, y para ello hay que creer en la posibilidad del cambio.
A escasos minutos de la conclusión de la jornada, una integrante del público preguntó a Bauman
acerca de las “ciudades líquidas”. Bauman nos dejó dos interesantes conceptos para el recuerdo:
“mixofobia” o miedo al intercambio social y “mixofilia”, propensión o deseo de mezclarse con las
diferencias o con los que son distintos a nosotros en busca de nuevas sensaciones y experiencias.
La obra de Bauman abarca unos 30 libros, escritos en torno a la modernidad líquida, que se define
como el tiempo en el que vivimos, caracterizado por la “volatilidad”, “incertidumbre” y la
“inseguridad”.
Aseguró que no hay forma de rebatir que Internet nos ha traído grandes ventajas. La facilidad de
acceso a la información, la facilidad con la que podemos pasar por alto las distancias. Recuerdo que
cuando yo era joven, pasaba mucho tiempo en la biblioteca tratando de leer cien libros para
encontrar una pieza de información que necesitaba. Ahora, sólo hay que preguntar Google. En
décimas de segundo nos da miles de respuestas. Eliminamos uno de los problemas: no tenemos que
pasar horas en la biblioteca. Pero hay un nuevo problema. ¿Cómo voy a entender esas miles de
respuestas? Ahora, viejo, conseguí entender a Sócrates: “Sólo sé que no sé nada.”
Hay también, en opinión de Bauman, otras crisis que vienen con Internet y deben ser superadas. El
filósofo sostiene que vivimos con cada vez menos paciencia por la cantidad de información que
recibimos al mismo tiempo. Y cuando no la tenemos, el resultado es la irritación.
Si nos tardamos más de un minuto para acceder a Internet al encender la computadora, nos ponemos
furiosos. ¡Sólo un minuto! Nuestro umbral de paciencia disminuye. La información con más éxito,
la que tiene más probabilidades de ser consumida, son solo fragmentos. Otra cosa es la persistencia.
Obtener algo contiene en su interior una serie de fracasos que te hace perder tiempo y tener que
empezar de nuevo desde cero. Y esto es muy complicado. No es fácil de mantener esta persistencia
en este entorno con mucho tanto y tanta información que fluye simultáneamente desde todos los
lados.
No hay forma de concebir la sociedad del futuro sin tecnología. Entonces, si no puedes vencerla,
únete a ella, Trata de contrarrestar el impacto negativo, como la crisis de la atención, con
persistencia y paciencia. Si usted quiere construir el conocimiento y no sólo acumularlo, se
necesitan determinadas cualidades: la paciencia, la atención y la habilidad de ocupar ese lugar
estable, sólido, en un mundo que está en constante movimiento. Es preciso trabajar la capacidad de
mantener la concentración.
De acuerdo con el filósofo, hoy en día la educación reproduce privilegios en vez de mejorar la
sociedad. Recordó que en Estados Unidos, el 70% de los estudiantes universitarios provienen de las
clases más altas, mientras que sólo el 3% son de los estratos de menores ingresos. Según Bauman,
se trata de “una manera de reafirmar la desigualdad social”, tema que aborda en su libro de reciente
aparición “¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?”.
Una de las tareas de la educación es dar a todas las personas que tengan talento, la oportunidad de
adquirir conocimientos que termine en un uso creativo para la sociedad. Pero este objetivo no se
está persiguiendo en muchos lugares. En Gran Bretaña, los precios, en lugar de bajar para la gente
con menos dinero, van en aumento. Y cada vez son menos los padres que tienen la posibilidad de
ahorrar la cantidad necesaria para sus hijos que cursen la universidad.
El problema, según Bauman, es que la educación está presionada por la política y por los intereses
corporativos. Y eso, dijo, se refleja en la mente del estudiante. El polaco criticó el hecho de que los
estudiantes elijan un área de estudios con base en la posibilidad de conseguir o no un empleo.
Si desea obtener conocimientos especializados, que son las condiciones para un buen empleo,
necesita estudiar cuatro o cinco años, y eso requiere mucho esfuerzo, dijo Bauman. Pero si usted
está siendo guiado por el estado actual de las cosas, todo va a cambiar durante ese tiempo de
estudio. Y se dará cuenta de que no va a encontrar un uso rentable para el tipo de calificación y
habilidad adquirida en estos años de duro trabajo en la universidad.
Para concluir, el pensador, dejó al auditorio un mensaje de esperanza: “Educar, señoras y señores, es
hacer una inversión en los próximos cien años”.