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Guerras civiles entre los conquistadores del Perú

¨FRANCISCO PIZARRO Y DIEGO DE ALMAGRO¨

Se denominan Guerras civiles entre los conquistadores del Perú a las luchas que surgieron entre conquistadores
españoles del Imperio Incaico por la disputa de los territorios conquistados, así como por el control del poder político.
Estas luchas se extendieron de 1537 a 1554, con intervalos de paz relativa. Su punto de partida fue la toma del Cuzco por
parte de Diego de Almagro, luego que el rebelde Manco Inca abandonara el cerco de dicha ciudad y se replegara
a Vilcabamba. Su culminación ocurrió con la debelación de la última rebelión de encomenderos encabezada por Francisco
Hernández Girón. Poco después llegó el tercer virrey del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza, quien se encargó de realizar
la pacificación definitiva del Perú. La disputa entre los conquistadores del Perú por la repartición de las tierras y riquezas
del Imperio de los Incas. La raíz de todo ello estuvo en la Capitulación de Toledo, ajustada entre Francisco Pizarro y la
Corona española, en la que el primero logró muchos privilegios y mercedes, en desmedro del resto de sus socios, Diego
de Almagro y Hernando de Luque. A ello se suma que era práctica común de Pizarro disponer a su antojo del botín, lo que
ahondó más las diferencias con su socio Almagro, que se vio marginado en el reparto de las riquezas. Diferencias que los
partidarios de cada uno harían suyas y que con el correr del tiempo y de la conquista, se irían ahondando hasta volverse
irreconciliables. Particularmente se incubó un odio feroz y mutuo entre Almagro y Hernando Pizarro, hermano de
Francisco. Quedaron así definidos dos bandos, los almagristas y los pizarristas, acusándose mutuamente de traición y de
no respetar los compromisos. Hay que señalar que el otro de los socios de la Conquista, el sacerdote Luque, no intervino
en estas disputas pues murió a poco de haber empezado la conquista.

La intervención de la Corona española para fortalecer su presencia en las colonias nombrando nuevas autoridades y
reglamentando dispositivos legales como las famosas Leyes Nuevas. Una de estas leyes disponía la supresión de las
encomiendas hereditarias, cuyos titulares, los encomenderos, protestaron enérgicamente, al ver que sus descendientes no
gozarían de lo que ellos habían ganado. Otra ley que fue muy impopular entre los encomenderos fue la supresión del
trabajo personal de los indios. Los conquistadores percibían que, a pesar de sus sacrificios para conquistar los reinos del
Perú, el rey de España quería imponer otras autoridades, arrebatarles sus tierras e indios para repartirlas entre sus
allegados y gozar así de los beneficios de la conquista, logrados con tanto esfuerzo por los conquistadores. Naturalmente,
vieron todo ello como una tremenda injusticia y por eso no dudaron en alzarse en armas.

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