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REVISTA PYKASU N° 2 1

Consejo de redacción: Bernardo Neri Farina, Javier Viveros y Susy Delgado


Ilustración de tapa: Roberto Goiriz / Diagramación: Arandurã Editorial
EDITORIAL

El centenario y después
Bernardo Neri Farina
Presidente SEP

El centenario del nacimiento de Augusto Roa Bastos es ¿Cómo pudo un hombre proveniente de una geografía
una ocasión puntual no solo para rememorar su vida y su humana sin mayor tradición de creatividad literaria llegar a
obra, sino también para que los paraguayos busquemos en la magnitud a la que llegó Roa?
su memoria tantas cosas que quizá hemos venido perdien- Ahí está el detalle esencial de la conmemoración. Roa
do a través del tiempo. no es una entelequia. Es un ente real. Y como tal, su tras-
Roa ha sido el triunfo de un talento exuberante, pero cendencia universal tiene un sustento práctico indiscutible
también la victoria de la obstinación perfeccionista, esa que tiene su explicación racional. Roa fue lo que quiso ser,
que busca y remueve permanentemente aun sin saber qué basándose en la autoafirmación del potencial que poseía y
encontrará. Roa, desde su reconocimiento internacional, acrecentando el mismo con una ilustración que se cimentó
pareciera querer mostrarnos la manera de elevarnos por en- en la lectura cada vez más disciplinada.
cima de la mediocridad, del conformismo perezoso, de la Y lo más valioso de Roa Bastos es que no se quedó en
visión corta, de la victimización fácil, del recurso de endo- el mero ejercicio narcisista de su grandeza literaria. Su tras-
sar a otros nuestras carencias. cendencia internacional lo convirtió en un intelectual com-
Es cierto que hubo coyunturas históricas que contri- prometido con el destino de su país. Su pensamiento y su
buyeron para que él encauzara su actividad literaria en un acción, en el marco de la más larga dictadura que vivió el
ámbito que lo favoreció en su capacidad creadora. Pero él Paraguay, nos dejan lecciones que continúan vigentes en
estaba preparado para aprovechar tales coyunturas. Desde este cíclico devenir de infortunios políticos.
su niñez alistó su bagaje intelectual con la avidez de quien 1982 fue un año clave en la vida de Roa: el régimen
sabe que su dimensión asimilativa no tiene límites. stronista lo expulsó del país con la excusa de que era un
Los conocimientos aprehendidos desde su pasión lec- agente del comunismo internacional y que instigaba a la
tora los convirtió en sabiduría. Y con ésta logró engarzarse juventud paraguaya a adherirse a esa ideología. Lo tiraron,
en el complejo entramado de una Buenos Aires repleta de literalmente, en Clorinda sin documentos y sin dinero.
escritores de categoría universal en aquellos años 50 y 60. A partir de ahí Roa comenzó a sistematizar su lucha
Una tarea ciclópea que Roa labró desde las lecturas con su contra la dictadura stronista, sustentado ya en su presti-
madre en la Iturbe bucólica de los años 20 del siglo pasado, gio de escritor especialmente en Francia y España, donde
continuadas en la nutritiva biblioteca de monseñor Herme- se había instalado en 1976 tras dejar la Argentina sumida
negildo Roa en la que la musculatura de su entendimiento también entonces en una dictadura, la de la llamada junta
se hizo más maciza y donde logró también la tensión justa militar liderada por el general Jorge Rafael Videla.
para sus ansias de saber. En 1986, en un momento cumbre de su compromiso
Roa se hizo escritor desde la soledad que implica todo y su lucha contra la tiranía de Stroessner, Roa Bastos dio a
exilio, una soledad muy concurrida por libros, por clásicos conocer su célebre “Carta abierta al pueblo paraguayo.
andariegos en el tiempo que siempre están prestos para sos- Hacia la reconciliación nacional”, documento que hay
tener y afianzar vocaciones literarias. Todo exilio está lleno que preservar en la memoria de la ciudadanía. Roa con-
de soledad íntima. Las presencias físicas cercanas en el exi- tribuyó a hacer visible una dictadura invisible para Europa
lio solo amplifican la ausencia del hábitat natural propio. y gran parte del mundo. Y eso minó la imagen de Alfredo
Pero Roa usó esa soledad para rodearse de los fecundos fan- Stroessner, a quien ese emblemático año de 1986 rebautizó
tasmas de su niñez y su juventud con los que construyó una como el Tiranosaurio.
literatura potentemente recreativa en sus primeras expresio- Desde la agreste Iturbe de los años 20 hasta su final,
nes narrativas hasta desencadenar el tumulto letrado con Yo Roa se ha erigido como un espejo en el que mirarnos. ¿Por
el Supremo, donde compartió su soledad con la del inefable qué él pudo y nosotros no? Este es el reto. Desde luego
dictador en un largo monólogo con voces múltiples. Un que nadie debe intentar ser un nuevo Roa. Roa es único
libro que es un portento inagotable en símbolos, en cons- y, como tal, irrepetible. Pero debemos hacer que él perviva
trucciones retóricas, alegóricas, interpretativas y dialécticas, como modelo de una sociedad culta forjada desde el interés
y en deconstrucciones de convencionalismos reiterados y particular de sacudirse de la mediocridad, tal como él hizo
reiterativos. en su tiempo.
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PERSPECTIVAS
Augusto Roa Bastos y el “Boom”
Milagros Ezquerro
Université Paris-Sorbonne

vas: El baldío (1966), Madera quemada (1967), Los pies sobre


el agua (1967), Moriencia (1969) y Cuerpo presente (1971).
Estas “intermitencias” editoriales no se usaban entre los nue-
vos escritores, Roa lo sabía. En 1987, a pedido de su amigo y
compatriota, Rubén Bareiro Saguier, escribió Fragmentos de
una biografía relatada, incluida en el interesantísimo librito
que éste publica en 1989, donde se puede leer:
Con mi novela Hijo de hombre, premiada en el concurso
internacional de la editorial Losada, recibí un espalda-
razo inesperado. Tuve mi primera edición por azar, un-
gido por el voto de damas y caballeros poco exigentes,
caritativos. Por eso suelo decir que no soy un escritor
profesional. Escribo a ratos perdidos y hace rato que no
escribo. No me considero ni con las obligaciones ni con
los derechos de los escritores de verdad que largan en-
tre las pajas su librito anual como ponedoras de raza y
escriben para los premios, cosa que debe constituir el
Augusto Roa Bastos, Leopoldo Marechal y Gabriel García Márquez, circuito perfecto de la literatura de mercado. ¡Ah, manes
en los años del Boom.
de Rulfo, el Silencioso ! (Rubén Bareiro Saguier, Augusto
Roa Bastos, Montevideo, Ediciones Trilce/Editions Ca-
Hijo de hombre se publica dos años antes de la fecha del ribéennes, 1989, p. 84-85)
nacimiento mítico del Boom, la del Congreso de los Inte- Esta conciencia de no formar parte de “la literatura de
lectuales, que tuvo lugar en la Universidad de Concepción mercado”, lo que también fue el Boom, hizo que Roa Bas-
de Chile en 1962, donde participó el escritor paraguayo. tos se sintiera al margen, incluso después de la consagración
Si comparamos las respectivas situaciones de Mario Var- que significó la recepción de Yo el Supremo. Reconocida
gas Llosa y de Augusto Roa Bastos, así como la salida de como una de las grandes novelas del siglo, ésta no tuvo las
sus primeras novelas, Hijo de hombre (1960) y La ciudad millonarias tiradas de Cien años de soledad, y fue publicada
y los perros (1962), podemos medir las diferencias que los por Siglo XXI Argentina.
separan. El Peruano viaja a Europa a partir de 1958, por A pesar de este reconocimiento internacional, Roa Bas-
motivos culturales, a Madrid, París, Londres, Barcelona, tos vuelve a sus intermitencias editoriales, dedicándose con
donde se relaciona con el gratin cultural español y francés, fervor a la resistencia política. Cuando termina Yo el Su-
así como los escritores latinoamericanos que pronto serán premo, después de cinco años de un trabajo agotador que
el gratin del Boom: Cortázar, Fuentes, García Márquez. Su le causó un serio infarto, la situación política argentina se
novela se publica en Seix Barral, por entonces la editorial degrada rápidamente, a tal punto que ya no se siente en se-
española más prestigiosa, y consigue el Premio Biblioteca guridad. Decide alejarse y acepta la invitación de la Univer-
Breve, que le asegura un lanzamiento internacional de pri- sidad de Poitiers (Francia) en 1975, pero no puede viajar,
mera categoría y la traducción a unas veinte lenguas. El víctima de un infarto. El año siguiente es la Universidad
Paraguayo es expulsado de su país manu militari y solo debe de Toulouse-Le Mirail (Francia) la que lo recibe en calidad
su salvación a la intervención de su tío obispo, Monseñor de Profesor invitado por un año: desempeñará la docencia
Roa, y al Embajador de Brasil que le otorga asilo y nego- de la lengua y cultura guaraní, así como de la Literatura
cia su exfiltración. En Buenos Aires, donde no conoce a hispanoamericana hasta su jubilación en 1984. A partir de
nadie, lleva una vida precaria de exilado, obligado a cumu- entonces permanecerá en Toulouse en compañía de su nue-
lar varios empleos para dar de comer a su pequeña familia va familia, Iris Giménez, su mujer, y los hijos de ambos,
(su mujer Lydia y su primera hija, Mirta, que apenas tenía Francisco, Silvia y Aliria, hasta 1996, fecha de su retorno
un año cuando es exiliado, se han juntado con él, Carlos definitivo a Paraguay, su país, que había iniciado su transi-
nace en 1954). Como autor de guiones cinematográficos, ción hacia la democracia en 1989.
de canciones populares, luego de un libro de cuentos y por De manera general, Roa Bastos siempre consideró que
fin de su primer novela se construye cierta notoriedad en el no hay que confundir el artista y el ciudadano: el artista tie-
ambiente cultural porteño. ne un compromiso total con su arte, y este compromiso no
Catorce años separan la publicación de su primera y de su debe ser supeditado a la postura ideológica del ciudadano.
segunda novela, la que le va a conferir la fama internacional. En una época de gran efervescencia ideológica, de grandes
Entre 1960 y 1974 publica cinco libros de cuentos que dan convulsiones políticas, de golpes de estado, de tremendas
fe de un talento y de una voluntad de innovaciones narrati- represiones, crímenes, desapariciones y exilios, esta postura
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no era la más compartida. No creía que la notoriedad de


los escritores de éxito fuese un motivo para que se sintie-
ran investidos de la función carismática de señalar la vía
para salvar al mundo. Al contrario, admiraba y sostenía los
movimientos populares de resistencia en los cuales veía la
esperanza de una marcha hacia la democracia pluralista y
humanista que él anhelaba, más allá de los partidos polí-
ticos tradicionales, volcados a conquistar el poder mucho
más que a mejorar la triste condición de la mayoría del pue-
blo. Por eso, una vez de vuelta a su país para vivir y morir
trabajando con pasión al desarrollo cultural de sus compa-
triotas, Roa rechazó todo cargo público u honorífico, y no
se comprometió con ningún partido político.
1989 fue un año crucial para Paraguay y para Augusto
Roa Bastos: el 3 de febrero tuvo lugar el golpe de estado del Roa Bastos con su segunda esposa, Iris Giménez, y sus pequeños
general Andrés Rodríguez, yerno del dictador derrocado hijos, en Toulouse.
después de 35 años de poder. El nuevo gobierno devuelve
su nacionalidad al escritor y lo invita a volver al país tras 42 ción y destino novelescos, si los hay. Sin embargo, Roa ya
años de exilio. En noviembre, bajo la presidencia de Jorge había vivido este tipo de aventura literaria con un texto
Semprún, Ministro de la Cultura del gobierno de Felipe todavía más antiguo: el de su primera narración, escrita en
González, el comité otorga a Roa Bastos el Premio Cer- la adolescencia, hacia 1930, en hojas con membrete de la
vantes. Tampoco podemos olvidar que fue el año en el que azucarera donde trabajaba su padre, que reelabora y publica
Francia celebró el Bicentenario de la Revolución francesa, en 1978 bajo el título Lucha hasta el alba, relato que pode-
de la que el Supremo José Gaspar Rodríguez de Francia era mos considerar como el núcleo generador de toda su obra.
gran admirador. En realidad, el ciclo de las cuatro novelas escritas y pu-
Tanto trauma emocional desemboca 3 años más tarde blicadas entre 1992 y 1996 se construye según el mismo
en la publicación de la tercera novela, Vigilia del almirante esquema estructural, el de la reescritura, que Roa prefiere
(1992), la única de toda la obra que sale de la gravitación de llamar “variaciones poéticas”, que constituye uno de los
“la isla rodeada de tierra”, hermosa metáfora del Paraguay, aportes fundamentales del escritor paraguayo a la poética
hacia la cual volverán las tres últimas, El fiscal, Contravida narrativa del Boom, y que naturalmente tiene mucha rela-
y Madama Sui. Este extraño ritmo de publicación sinco- ción con su doble cultura hispano-guaraní.
pado hace de Roa Bastos el anti-modelo de los escritores En 1996, el escritor sale definitivamente de Toulouse
del Boom, que se caracteriza por la emergencia del “escri- para afincarse en su país, y no volverá a Europa sino es por
tor profesional”, o sea un señor que produce regularmen- breves estancias. Ha decidido morir en Asunción, o mejor
te su novela (como la buena gallina produce regularmente dicho en el mítico pueblo de Manorá, el lugar-para-morir
su huevo diario, añade alevosamente Roa), bajo la mirada en guaraní, y dedicar los últimos años de su vida al desa-
atenta de Carmen Balcells, la todopoderosa agente literaria, rrollo de la enseñanza y de la cultura en su país. El equipo
que le asegura, a cambio, la holgura económica y la promo- de investigación Centre de Recherche sur l’Amérique La-
ción comercial. Mucho más próximo de la afasia de Juan tine-Archivos de la Universidad de Poitiers, pionero de los
Rulfo, al que admiraba profundamente, o de la desenvol- estudios sobre la obra de Roa Bastos, le dedica un último
tura inspirada de Jorge Luis Borges, al que solo reprochaba simposio internacional en febrero 1996: “La obra posterior
el no haber querido morir en Buenos Aires, Roa se aferró a Yo el Supremo”, cuyas actas se publican en 1999.
a su incurable timidez, que lo obligaba a encerrarse en la La profunda convicción que tenía Roa Bastos de ser un
soledad familiar de su piso del barrio popular del Mirail en escritor al margen del Boom había tomado cuerpo, en los
Toulouse. años 80, en el proyecto de escribir una novela para denun-
Esta primera novela de la última fase de la obra roabas- ciar la postura literaria, política y ética de los “escritores
tiana es la reescritura de un “bosquejo inicial y notas” que profesionales”. Debía titularse Los chamanes. Este proyecto,
se llevó el joven escritor a Buenos Aires, su primer exilio en del que me había hablado muchas veces, forma parte de lo
1947. La única valija que se lleva, después de haber perma- que he llamado “la obra invisible”, o sea los relatos empe-
necido refugiado varias semanas en la Embajada de Brasil, zados, arrinconados, abandonados o totalmente reescritos
solo contiene unos libros y unas cuantas páginas escritas más tarde. Fue el caso de El fiscal y de Contravida, cuya pri-
que considera como su mayor riqueza. En Buenos Aires, mera versión escribió en esos años y que pensaba “terminar
Roa confía la maleta a sus amigos Eva y Carlos Abente, pronto”, como lo atestiguan los fragmentos autobiográficos
sin embargo, durante los 30 años de su estancia en Buenos redactados en 1987: las dos novelas fueron totalmente rees-
Aires, Roa no retoma este proyecto, escribe otros textos que critas después de los graves acontecimientos que sacudieron
no tienen nada que ver con el Almirante. En 1976 sale de Paraguay entre 1989 y 1993. La caspa debía ser una novela
Argentina, a causa de una situación política que se degrada de anticipación; nunca fue terminada. La única huella que
rápidamente y amenaza la vida de los intelectuales y artistas tenemos es un fragmento, traducido por Iris Giménez en el
progresistas, para ir a Francia y no se lleva la famosa maleta. libro Récits de la nuit et de l’aube, con el título “Squame”, y
En realidad no recupera la maleta hasta mucho más tarde, cuya versión original en español no se conoce. Los chamanes
sin duda después de su retorno a Paraguay en 1989, y en- no ha dejado huella, que yo sepa.
tonces se interrumpe el sueño germinativo de esas notas, Todo esto forma parte íntegra de la mitología roabastia-
que terminan siendo la novela Vigilia del almirante. Situa- na, que se confunde con su vida.
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La oralidad de la literatura paraguaya


Osvaldo González Real
Poeta, narrador y crítico literario

Nos ha preocupado mucho, últimamente, el rescate


de la oralidad de nuestros pueblos, la valoración de ese re-
ceptáculo del imaginario colectivo, que Mark Münkel ha
dado a llamar la “oratura” en contraposición del concepto
occidental de “literatura”. Los que no han contado con la
palabra escrita hasta que llegaron los colonizadores, fueron
considerados como seres sin historia ya que no estaban
comprendidos dentro de la marcha lineal de la historia ofi-
cial de Europa. La tradición oral, sin embargo, ha salvado
para nosotros, la rica y deslumbrante memoria colectiva,
que ha resistido los ataques de la dominación lingüística
refugiándose en los mitos, los cuentos, las leyendas popu-
lares.
La “oratura”- dice el antropólogo ya citado- está some-
tida a leyes de estructuración distintas de las usadas en la
literatura, pero se trata de algo más que la mera diferencia
entre expresión escrita y expresión oral (por ejemplo, la di- mente, dando origen a una influencia mutua y creativa”. Es
ferencia entre una copla popular trasmitida de generación interesante hacer notar que incluso entre los Aztecas y los
y un poema escrito), se trata de todo un estilo de expresión Mayas – que poseían cierto tipo de escritura- era obligato-
cultural, cuya característica distintiva es la “oralidad”. Aho- rio el entrenamiento en la oratoria y en la memorización de
ra bien, no debemos olvidar que la misma literatura está rezos, cantos, etc. Lo escrito se utilizaba sólo como ayuda-
fundada en la palabra. Se ha citado como ejemplo clásico memoria, o para cuentas y contrato – según Perla Petrich,
el hecho de que los poemas homéricos han sido primero lo afirma en su estudio sobre la oralidad latinoamericana.
cantados por los rapsodas antes de ser puestos en letras de La oralidad es, según dicha especialista “un procedimiento
molde. La creación poética es eminentemente verbal y sur- sumamente eficaz para la conservación y transmisión del
ge, generalmente, de una matriz mítica (muy bien estudia- patrimonio cultural de los pueblos”.
da por antropólogos como Levy-Strauss y el mismo Meliá). En el caso de nuestro país, el Paraguay, tenemos una
Meliá, nos habla de la característica de la oralidad cuando tradición oral que se manifiesta como una forma peculiar
señala que “más que una creación individual importa un de mestizaje. La lucha por el poder entre los colonizadores
concepto de ser la voz de la comunidad, del saber que cons- y los nativos, se vio signada por la competencia y la lucha
tituye el origen y la legitimidad de esa cultura. El cosmos, implacable entre la lengua del dominador y del conquis-
la comunidad, el alma del hombre está fundado sobre la tado. Según Bartomeu Meliá, el etnólogolingüista, lo que
palabra. Desde el nacimiento- en la cultura guaraní- ya apa- hicieron los españoles fue expoliar al pueblo de su palabra,
rece, como “nombre”, como dadora de sentido, la “palabra- convertir a las parcialidades indígenas en colectividades
alma”. Este concepto primigenio de creación por la pala- “despalabradas”. El guaraní fue prácticamente olbiterado,
bra, es crucial para la comprensión de estas culturas ágrafas. negado, rechazado por los colonizadores; tuvo –como lo he
Aquí, hay que tener en consideración los valores síquicos dicho en otra oportunidad –que mimetizarse y disfrazarse
y simbólicos que se atribuyen a la voz humana y la impor- para sobrevivir a la invasión. Esta resistencia a la desapa-
tancia que ésta tiene dentro del mito, el rito y la tradición. rición del idioma autóctono se vio amparado en el hecho
Hay un proceso de génesis—estructura—función, entre es- siguiente: el idioma materno era el guaraní, y el paterno
tos términos. El mito, otorga el sentido; el rito, lo celebra el castellano. Era una lucha sorda entre el elemento feme-
y el símbolo lo expresa en un corpus de “pre-comprensión” nino, gestador y, el masculino, opresor. A raíz de las cir-
establecido por la tradición. El experto venezolano Esteban cunstancias históricas, por todos los conocidos, se produjo
Monsonyi asevera que “la oralidad constituye un sistema de un desarrollo “asimétrico”, un desarrollo desigual entre las
códigos y mensajes analíticamente separables de su contex- dos lenguas. Se produjo la hispanizacion del guaraní y la
to y dotados de una autonomía relativa; dicha oralidad, a guaranizacion del castellano. En este enfrentamiento, salió
pesar de su amplio margen de independencia, se inserta de disminuido el guaraní, por su condición de inferior.
manera directa o indirecta en la totalidad casi totalidad de Es sabido que los paraguayos menosprecian la letra es-
los hechos humanos, con los cuales interactúa constante- crita. Tienen una desconfianza natural hacia lo que se ha
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llamado “folklóricamente” letra-í. Esto se refiere a los con- que lo condicionará para toda la vida: ser guarango o ser
tratos y leyes españolas que figuraban en los libros y que “bien nacido”.
eran utilizados para expoliar a los paraguayos iletrados. De El guaraní para sobrevivir se refugia en ese “otro mun-
ahí la sospecha de que todo libro es tramposo. do” de la marginalidad. Al discurso autoritario se contra-
Esta idiosincrasia del paraguayo ha sido utilizada por pone el “contradiscurso” mítico; hay texto y contratexto;
escritores nacionales como Juan Bautista Rivarola Mato. poder y contrapoder –como diría Roa Bastos, refiriéndose
Para los europeos, la palabra escrita es la norma, la razon, al binarismo esencial que se puede apreciar en la concep-
el “logos”. Por lo que está en letras molde –por ejemplo, ción de su novela YO EL SUPREMO, Roa ha tratado de
la Bilblia o el código de Hamurabi –se mata, se quema, se apoderarse, de apropiarse de la cultura iletrada y, por medio
tortura. El que interpreta la letra –el hermeneuta –tiene las de una transustanciación lingüística por medio de la ora-
riendas del poder, ya sea que esté en juego una Constitu- lidad guaranitica, ha sido una de las intenciones estéticas
ción o un libro sagrado. La oralidad, por el contrario es to- de la obra roabastiana. Él ha dicho: “he tratado de hacer
lerante, es elástica, en contínua transformación y metamor- pasar a la escritura, naturalmente, sin forcejeos artificiales
fosis. Es creada y recreada alrededor de los fogones, junto y retóricos la entonación natural de la oralidad”. La idea
a ese lugar donde se gestan los mitos, las cosmogonías. Lo original, creo, procede de Lacan, quien hablaba de la po-
que sucedió en nuestra historia es que el castellano se vol- sibilidad de que la voz sea salvada dentro de un texto que
vió normativo con respecto al guaraní. Se pretendio crear está condenado a cristalizarse y a convertirse, con el tiem-
una amnesia colectiva en relación a la historia local. Desde po, en letra muerta. Rescatar del olvido el aliento –la voz
este momento se presenta la situación peculiar que mar- –del pueblo, confrontar lo “dicho” a lo “escrito” es lo que
ca nuestra cultura nacional: el bilingüismo. Este universo aquí se pretende. El guaraní, la lengua madre, será siempre
mestizo, esta dicotomía básica que divide nuestra alma en el inconciente reprimido de nuestra conciencia hispánica.
dos mitades aparentemente irreconciliables, se manifiesta Lo popular, aparentemente, va a ser siempre lo oral. La voz
como una maldición a través de nuestra historia. Como de la madre que sobrevivió a través de siglos de ignominia
dice Bareiro Saguier, este enfrentamiento dialéctico aparece y persecución, oculta en las sentinas de la historia, vuelve,
como una lucha en el interior mismo del sistema “matriar- como vuelve todo lo reprimido. ¿Será que desde ahora ten-
cado” –“patriarcado”, que exige al individuo una elección dremos un diálogo de igual a igual?
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La Biblia: un texto primigenio


en la obra de Augusto Roa Bastos*
Carla Fernandes
AMERIBER-GRIAL
Universidad de Bordeaux Montaigne, Francia

Como gran relato inaugural, la Biblia está presente a hibridez lingüística conocido como jopará, mezcla carac-
lo largo de la obra del novelista, cuentista, poeta y ensayis- terística de ambos idiomas en contacto desde hace más de
ta paraguayo Augusto Roa Basto (Asunción, 1917-2005). cinco siglos. A raíz de su primer volumen de cuentos, El
Ésta configura el mapa de su proceso creativo desde “Lucha trueno entre las hojas (1953), Augusto Roa Bastos fue du-
hasta el alba”, cuento escrito en la adolescencia y rescatado ramente criticado por Hugo Rodríguez Alcalá, escritor y
en los años en que está escribiendo Yo el Supremo (1974), crítico literario que trabajaba en Estados Unidos y quien
hasta “El país donde los niños no querían nacer”, uno de publicó en la Revista Iberoamericana un despiadado análisis
sus últimos relatos para niños publicado en los años 2000 de la “jerigonza” lingüística que Roa había puesto en boca
en Asunción, que presenta una optimista variación del Gé- de sus personajes, en su mayoría campesinos en su deseo de
nesis bíblico. Roa Bastos siempre relacionó la experiencia de fidelidad a la realidad paraguaya. En “Problemas de nues-
la lectura de la Biblia con la figura de su madre y la lengua tra novelística”, publicado en 1957 en la revista Alcor, Roa
española explicando cómo influyeron tanto la una como Bastos refuta los argumentos de Rodríguez Alcalá a la par
las otras en su deseo de llegar a ser escritor. Asociada a uno que inicia la teorización de lo que es el bilingüismo de su
de los dos hemisferios lingüísticos y culturales del Paraguay obra en ese momento. En “Diez problemas para el novelista
la Biblia nunca aparece aisladamente y es sometida, como americano”, Ángel Rama apunta que tanto el peruano José
otros elementos que integran el relato, al tipo de proce- María Arguedas como el paraguayo Roa Bastos están entre
so que Ángel Rama calificó de transculturación narrativa1. los que dan los pasos más decisivos en la prosa americana
Junto con textos míticos guaraníes constituye la Biblia una precisamente porque integran a la escritura en castellano
apuesta por la estabilidad de la condición humana frente a el quechua o el guaraní mediante los cuales: “el escritor ha
los asedios de la historia y de la violencia que la funda. ingresado al mismo lenguaje que sus personajes2”.
En varias notas biográficas Roa Bastos especifica durante
I. La Biblia entre grandes relatos inaugurales y doble la infancia en el campo del Guairá, su padre, ex seminarista,
cosmogonía hispano-guaraní le prohibía hacer uso del idioma guaraní. El padre sale de la
Las referencias bíblicas, sin que nunca se especifique de capital y encuentra trabajo en un ingenio para poder man-
qué versión se trata, lo cual potencia todavía más la po- tener a la familia. Ésta abandona Asunción para juntarse
pularidad del texto y su impacto abarca- con él, abriendo a los hijos y entre ellos al
dor, aparecen desde “Lucha hasta el alba” futuro escritor las puertas del campo para-
asociadas al mundo cultural y lingüístico “Si comparamos guayo con experiencias que pasaron luego
a las páginas de sus primeros cuentos. Los
guaraní. Junto con el español, el guara- las citas de Roa con
ní es reconocido como lengua oficial del cuentos donde el río y su entorno cobran
Paraguay desde la Constitución del año las de la Biblia, nos gran protagonismo como “Carpincheros”
1992, que viene a garantizar el comple- damos cuenta de o “El trueno entre las hojas” incluidos en
jo camino de la transición democrática, algunas diferencias su primer libro de relatos, El trueno entre
tras el gobierno dictatorial de Alfredo significativas y las hojas publicado en Buenos Aires por la
Stroessner iniciado en 1954 y derrocado edición Losada en 1953 se nutren de los
en 1989. Histórica y socialmente la lengua
de los efectos mágicos recuerdos de la infancia
indígena, sobreviviente de la conquista y producidos por La Biblia en español se encuentra así
época colonial, sufrió cambios radicales la fragmentación entre el corpus de textos relevantes para
en su preservación, cultivo y recepción. del texto sagrado comprender la obra de Augusto Roa Bas-
Los investigadores constatan a menudo tos y se relaciona con la experiencia de lec-
original”. tura compartida con la madre. Su papel en
su transmisión de generación en genera-
ción mediante la madre indígena que la la ficcionalización de la materia narrativa,
fue legando a sus hijos mestizos. Español muy a menudo sacada de la realidad más
y guaraní también se fueron fundiendo en un proceso de cercana y de las vivencias de la infancia, es similar al de los
otros grandes textos cosmogónicos y sagrados conocidos y
* Una versión de este texto se publicó en La Biblia en la literatura utilizados por Roa tanto en su obra en prosa como en su
hispanoamericana, Daniel Attala, Geneviève Fabry (ed), Madrid, editorial
Trotta, 2016, p. 533-543.
1 Angel Rama, Transculturación narrativa,en América Latina, México, Siglo XXI 2 Ángel Rama, «Diez problemas para el novelista americano», Casa de las
Editores, 1987, 3a ed.(1a. ed. 1982), 305 p. Américas, n° 26, La Habana, año IV, octubre 1954, p. 17.
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obra poética3, y al de leyendas o creencias procedentes de


la tradición cultural hispano-guaraní como la que aparece
en el epígrafe de El trueno entre las hojas: “El trueno cae y
se queda entre las hojas. Los animales comen las hojas y
se ponen violentos. Los hombres comen los animales y se
ponen violentos. La tierra come a los hombres y empieza a
rugir como el trueno”. De una leyenda aborigen, (El trueno
entre las hojas, Buenos Aires, Losada, 1953). El epígrafe re-
mite de forma imprecisa a una leyenda aborigen (referencia
desconocida) de fuente inicialmente oral y por ende difícil
de identificar y se destaca por el valor poético de la figura de
concatenación que la estructura encadenando la naturaleza
al hombre mediante una relación antropofágica, destruc-
tora y violenta. En pocas líneas logra crear una genealogía
de la violencia que resulta ser la genealogía del texto. El epí-
grafe de El baldío, segundo volumen de cuentos editados en
Buenos Aires por Losada en 1966, y compuesto por relatos
escritos entre 1951 y 1961, se abre con un epígrafe que,
aunque indeterminado y sin referencia, sigue la lógica de las
numerosas sentencias bíblicas que se refieren al simbolismo
sagrado de la viña o del vino: “…el que abandona su viña
la verá morir dentro de sí en baldío, y su vino será amar- El profeta Ezequiel, en una pintura de Miguel Ángel
go4….” Como en el Trueno entre las hojas, el epígrafe de
El baldío incluye la palabra central del título del volumen Hijo del hombre, tú habitas en medio de casa
según la tonalidad profética y aforística que caracterizan las rebelde… (XII, 2).
parábolas en la tradición bíblica tanto en el Antiguo Tes- …Come tu pan con temblor y bebe tu agua con
tamento como en los Evangelios. El epígrafe de El baldío estremecimiento y con anhelo… (XII, 18)
presenta como indivisas realidad exterior y ontología para Y pondré mi rostro contra aquel hombre, y le pondré
demostrar más firmemente la verdad que quiere ilustrar. por señal y por fábula, y lo cortaré de entre mi
Los primeros trabajos críticos sobre Hijo de hombre, la pueblo… (XIV, 8)
primera novela del autor, publicada en 1960 en Buenos Ai- EZEQUIEL
res, destacaron la importancia del doble universo hispano-
guaraní presente en la obra según procedimientos literarios La fuente bíblica, esta vez claramente citada, remite a
que muestran la madurez literaria del escritor y su preocu- Ezequiel. El interés de Roa Bastos por este profeta y su Li-
pación por integrar el guaraní a la escritura en español. bro radica en el exilio. Es de recordar que Roa escribe y pu-
Concibe inicialmente la novela como un cuento y a este blica toda su obra fuera de Paraguay. Siempre se valió de su
origen se debe sin duda su estructura binaria. Los capítu- condición de exiliado para intentar explicar la especificidad
los impares están narrados en primera persona por Miguel de su escritura. Más allá de los aspectos personales, el exilio
Vera, militar y traidor; los capítulos pares están narrados en endémico del pueblo paraguayo también es una temática
tercera persona. Mediante esta alternancia se va completan- constante en su obra y el fundamento de la metáfora del
do la evocación de los principales acontecimientos del país hombre peregrino y de sus sufrimientos. En el Libro de
y de sus aspectos intrahistóricos: las misiones jesuíticas, la Ezequiel, los capítulos XII y XIV de donde saca Roa los
dictadura de José Gaspar Rodríguez de Francia, la guerra de fragmentos citados5, tienen que ver con las “mentiras de
la Triple Alianza, las crisis políticas, las luchas por la tierra, los profetas y responsabilidad personal6” antes del segundo
el infierno de los yerbales, la guerra del Chaco). Se cruzan sitio de Jerusalén. Si comparamos las citas de Roa con las
las perspectivas del narrador personal, militar e intelectual de la Biblia, nos damos cuenta de algunas diferencias sig-
y del personaje colectivo que es el pueblo paraguayo. A éste nificativas y de los efectos producidos por la fragmentación
se debe en gran parte el impacto que tiene en los prime- del texto sagrado original. El “Hijo del hombre, tú habitas
ros capítulos de la novela la figura del Cristo leproso de en medio de casa rebelde… (XII, 2)” aparece en la traducción
Itapé tallado por Gaspar Mora a su imagen y semejanza textualmente en la versión de Reina Valera. Sin embargo,
de hombre afectado por esta enfermedad bastante común en La Biblia llamada “para Latinoamérica” o “latinoame-
en el contexto socio-histórico en el que el autor paraguayo ricana” o “pastoral” la traducción es “ Hijo de hombre, tú
ubica su obra. Desde las primeras líneas del doble epígrafe vives en medio de rebeldes, que tienen ojos para ver pero no
se desvela la importancia del intertexto bíblico: ven, oídos para oír y no oyen. », (p. 667). Si bien la primera
edición de esta Biblia especialmente editada para Latinoa-
5 «Hijo de hombre, tú vives en medio de rebeldes, que tienen ojos para ver
3 También se asocia su nombre al libro: Las culturas condenadas, Augusto Roa pero no ven, oídos para oír y no oyen», La Biblia Latinoamérica, Madrid, Co-
Bastos (compilador), México, Siglo XXI Editores, 1978, 349 p. edición, San Pablo-Verbo Divino, 125a ed., 2005, p. 657. Ibid., p. 667.
4 Augusto Roa Bastos, El baldío, Buenos Aires, Losada, 1960. 6 Ibid., p. 658.
REVISTA PYKASU N° 2 9

mérica es de 1976, la referencia modalidades como desplazado,


bíblica al «hijo de hombre » es desarraigado.
la que se encuentra precisa- La rebeldía, las amenazas in-
mente en el título de la novela herentes a la condición humana
elegido por Roa. Ésta deja de y el castigo divino prometido
lado la variante “hijo del hom- contrastan fuertemente con las
bre” a menudo comentada por palabras apaciguadoras y llenas
la crítica. El 30 de octubre de de esperanza del “Himno de los
1978 la Conferencia episcopal muertos de los guaraníes” elegi-
argentina reunida en su XXXIV das por Roa en la segunda parte
Asamblea Plenaria, en San Mi- del epígrafe de Hijo de hom-
guel, confirma la edición de un bre: “…He de hacer que la voz
suplemento obligatorio para La Biblia Latinoamericana y una edición antigua del Ayvu Rapyta vuelva a fluir por los huesos… Y
Argentina. Los obispos argenti- haré que vuelva a encarnarse el
nos tratan de apaciguar las polémicas generadas por algunas habla… Después que se pierda este tiempo y un tiempo nuevo
notas y comentarios incluidos en la edición inicial. Precisan amanezca…” La voz y el habla en la cosmogonía guaraní
que no adhieren a la concepción marxista del hombre y de son el aliento y la vida. El poder divino facilita el incesante
la vida porque el Dios personal, y el hombre hijo de Dios, renacer del ser y la eternidad del mundo habitado por él.
en el que creen firmemente son negados por el marxismo. El etnólogo León Cadogán en su Ayvu Rapyta. Textos mí-
A pesar del anacronismo, la coincidencia entre la traduc- ticos de los Mbyá-Guaraní del Guairá incluye unos versos
ción “hijo de hombre” y el título de recitados por un informante, referentes
la novela de Roa Bastos es sumamen- a la resurrección de los huesos de los
te interesante porque precisamente “En Yo el supremo que portan la vara-insignia: “Después
todo en el texto del paraguayo aboga (1974), el intertexto de hundirse el espacio y al amanecer de
a favor del hombre, de una religio- bíblico desempeña una nueva era yo he de hacer que circu-
sidad inmanente y de un Dios per- un papel distinto le nuevamente por los huesos de quie-
sonal similar al hombre paraguayo nes portan la vara-insignia, y haré que
convertido en la ficción en personaje acorde con la vuelvan a encarnarse las almas7.” Explica
colectivo. La referencia bíblica del mayor complejidad Cadogán que consideró un tiempo estos
epígrafe termina así “ …Come tu pan de la red textual. versos como no genuinamente autócto-
con temblor y bebe tu agua con estre- La representación nos por sus semejanzas con la resurrec-
mecimiento y con anhelo… (XII, 18)” ción del cuerpo el día del juicio final
de nuevo citada textualmente por en
literaria del mito del en la doctrina cristiana Sin embargo, el
la versión de Reina Valera aparece en poder absoluto es dogma de la rencarnación también exis-
la Biblia Latinoamérica como: “Hijo mediatizada por la te en la otra gran cosmogonía, la de los
de hombre, vas a comer tu pan como figura de un compilador, Apapokúva, dada a conocer en los años
si estuvieras temblando, y a beber tu 1940 por el antropólogo alemán Kurt
agua como si estuvieras angustiado y
que sustituye al más Nimuendaju Unkel8. El trabajo de cam-
anonadado.” (p. 667). La última cita tradicional personaje po y de compilación lo realiza el alemán
elegida por Roa, “Y pondré mi rostro narrador, y cuya misión en 1914. La traducción al español reali-
contra aquel hombre, y le pondré por paradójica es la de zada por Juan Francisco Recalde sólo se
señal y por fábula, y lo cortaré de entre afirmar el carácter edita en Paraguay treinta años después,
mi pueblo… (XIV, 8)” cita literal en en 1944. En 1971, la revista cultural Al-
Reina Valera es la que más se aparta inventado de un cor, prohibida más tarde por el dictador
de la referencia bíblica propuesta en texto fragmentado y Stroessner, publica una serie de poemas
la Biblia Latinoamérica: “Lo castigaré polisémico”. de Augusto Roa Bastos escritos entre
para ejemplo de los demás y será un 1947 y 1949 titulados “La creación” y
ejemplo que no se olvidará. Lo supri- presentada como “Una versión muy li-
miré de mi pueblo, y sabrán que yo soy Yavé.” (p. 669). Lo bre e imaginativa de algunos de los cantos que componen
importante en ambos casos es el castigo divino prometido La leyenda… de Nimuendajú (sic)9”. En 1983, la editorial
a los que no obedezcan a Yavé. Si bien el sintagma “hijo de poesía Alcándara publica un volumen de poemas de ju-
de hombre” se haya podido encontrar en una traducción
bíblica muy difundida en Latinoamérica, la supresión del 7 León Cadogán, Ayvú Rapyta. Textos míticos de los Mbyá-Guaraní del Guairá,
artículo definido en el título de la novela forma ya parte del Asunción, Biblioteca paraguaya de Antropología, Vol. XVI, Fundación “León
Cadogán”, CEADUC-CEPAG, 1992, p.. 87.
proceso de ficcionalización y a la amplia metáfora del exilio 8 Kurt Nimuendaju Unkel, Los mitos de la creación y destrucción del mundo como
que construye el escritor paraguayo a lo largo de su obra. fundamento de la religion de los Apapokuva-Guaraní, Lima, Centro Amazónico
de Antropología y Aplicación Práctica, 1978, p. 155-176.
Más que exiliado en el sentido estricto de la palabra, el per- 9 Rubén Bareiro Saguier, “Apéndice: la tradición guaraní y la literatura
sonaje colectivo de Hijo de hombre, aparece en sus distintas paraguaya”, in Literatura guaraní del Paraguay, Caracas, Biblioteca Ayacucho,
p. 222.
10 REVISTA PYKASU N° 2

ventud de Augusto Roa Bastos, El Naranjal Ardiente (Noc-


turno Paraguayo) 1947-1949. Incluye una sección titulada
“Yñypyrû” con esta referencia: “Slección de textos inspira-
dos en algunos de los cantos que componen La leyenda de la
Creación y Juicio Final del Mundo como Fundamento de
la Religión de los Apapokuva-Guaraní, recogidos por Kurt
NimuendaIu (sic) Unkel10”.Van dedicados los poemas a
los antropólogos que más trabajaron para dar a conocer las
cosmogonías y el mundo guaraní: Curt NimuendaIu (sic)
Unkel, León Cadogán, Branka Susnik, Bartomeu Meliá. El
culto de los muertos y la creencia guaraní en la resurrección
que potencia el epígrafe elegido por el escritor paraguayo
incluyen, como las palabras de Ezequiel, una dimensión
profética. Con Hijo de hombre, en 1960, y el doble epígrafe
bíblico guaraní lo manifiesta, Roa Bastos explota la riqueza
y la complejidad de una nación y una cultura construida
bajo el signo de la bipolaridad y de la escisión. Lo hace
ponen de manifiesto los vínculos entre creación y política,
siguiendo algunas pautas de la ideología marxista presentes
ya en su primer volumen de cuentos El trueno entre las hojas
(1953) y más acordes con las cosmogonías y la idiosincra-
sia guaraní. Sin embargo, como en el caso de Arguedas, el
español y las referencias bíblicas son los que dan a su obra
la dimensión universal y un amplio lectorado en el mundo
hispánico. Moisés rompiendo las tablas de la Ley, pintura de Rembrandt
El segundo volumen de cuentos El baldío11, si bien edi-
tado en 1966, incluye relatos escritos entre 1951 y 1961.
El Trueno entre las hojas se publica en 1953. Por lo tanto, ciones de vida dignas aquí y ahora sin esperar las promesas
en Hijo de hombre (1960) se da como la síntesis de los di- divinas del más allá.
ferentes problemas con los que se enfrenta el escritor que En Yo el supremo (1974), el intertexto bíblico desem-
se esmera en representar el doble universo híbrido que peña un papel distinto acorde con la mayor complejidad
constituye la sociedad y la cultura paraguaya vistas y senti- de la red textual. La representación literaria del mito del
das desde su exilio argentino empezado en 1947. Los dos poder absoluto es mediatizada por la figura de un compi-
epígrafes sintetizan los dos universos culturales, más que lador, que sustituye al más tradicional personaje narrador,
lingüísticos, asociados a la creación del autor paraguayo. y cuya misión paradójica es la de afirmar el carácter inven-
Las especificidades de cada uno y sus diferencias generan tado de un texto fragmentado y polisémico. En su novela-
tanto la tensión y la hibridez de la escritura como la oposi- compilación, Roa Bastos evoca primero cómo José Gaspar
ción casi maniquea entre esferas socio-económicas, bandos Rodríguez de Francia (El Supremo, Karaí Guasu) está entre
políticos, personaje individual (Miguel Vera) y personaje los patriotas que proclaman la independencia (1811), crea
colectivo (representantes del pueblo paraguayo oprimido). la República del Paraguay (1813) –convirtiéndose en padre
La popular figura de Cristo se presenta en la novela bajo los fundador de la nación paraguaya así como en su primer
rasgos del “cristo leproso” tallado por Gaspar Mora, perso- dictador- nace de sí mismo, escenifica su propia muerte y
naje carismático heredero y sobrino de Macario Francia, forja la máquina de la que resulta su poder absoluto. Evoca
anciano que inaugura la genealogía del personaje colecti- luego cómo se conforma y transmite su representación en
vo de Hijo de hombre. Alrededor del Cristo leproso dejado el imaginario colectivo. El Yo-Él del título hace referencia
por Gaspar Mora los habitantes de Itapé van a establecer al doble componente histórico e imaginario, también pre-
un culto fundado en una religión ya no de Dios sino del sente en la división de la materia narrativa entre Circular
hombre sufrimiento. Así se expande paulatinamente en la perpetua, que el Supremo dicta a su secretario Policarpo Pa-
novela la constelación de “hijos de hombres” que evoca el tiño y el Cuaderno Privado del Supremo. La compilación,
título ya comentado. Se puede considerar que el substrato parafrasea y modifica el discurso histórico y pone en tela
bíblico, apartándose del efecto creado por las referencias de juicio la visión que da del Supremo la historia oficial. Se
iniciales a Ezequiel, del epígrafe, contribuye a la represen- aplica a la literatura el mismo procedimiento mediante el
tación del hombre como ser que sufre y lucha por condi- cual Roa logra escribir la versión paraguaya del Libro que
10 Augusto Roa Bastos, El naranjal ardiente, Asunción, Alcándara, 1983, p. 95-111. funda un pueblo. Una de sus fuentes de inspiración es la
11 A propósito de ese libro afirmó Roa Bastos: “De los volúmenes de cuentos, Biblia: “Tienen los libros un destino, pero el destino no tie-
alguno para mí ha sido verdaderamente clave. El baldío que no se conoce
(…) Después he podido verificar que hay toda una concepción de mi estética ne ningún libro. Los propios profetas, sin el pueblo del que
literaria en alguno de esos cuentos. ”, Augusto Roa Bastos: premio de literatura en habían sido cortados por señal y por fábula, no hubieran
lengua castellana. Miguel de Cervantes., Barcelona, Editorial Anthropos, 1990,
p. 72.
podido escribir la Biblia. El pueblo griego llamado Home-
REVISTA PYKASU N° 2 11

ro, compuso la Ilíada. (…) Cervantes, manco, escribe su


gran novela con la mano que le falta12.”
Como los textos cosmogónicos del Ayvu Rapyta. Tex-
tos míticos de los Mbyá-Guaraní del Guairá13 los intertextos
bíblicos son subvertidos. Algunos episodios como el de la
aparición de Dios a Moisés en el Sinaí bajo la forma de una
zarza ardiente que no se consume (Éxodo III, 1, 2 y Yo El
Supremo, p. 215 ver también p. 489 Moisés y la Tierra pro-
metida), de símbolos como el que remite a la importancia
de la cifra cuarenta Yo El Supremo p. 490, personajes como
Caín y Abel (Yo El Supremo, p. 490) o Salomón (p. 292) o
de temas como la revelación (Apocalipsis) cuando de eso se
trata en la novela (p. 581) se entretejen con la historia del
Supremo y participan de la dimensión mítica del personaje
y de los acontecimientos históricos que protagoniza o vive
como testigo.
Los personajes históricos más evocados son Cristo y
Salomón a través de los textos cuya autoría se le suele atri-
buir (Qohelet y Proverbios), también Adam, Abel, Caín
y Judas Iscariote. Cristo es modelo o anti-modelo según
los fragmentos. Se inscribe en una larga genealogía desde
“taitá Adán”. Varias referencias bíblicas son pretextos para
manipulaciones y juegos sonoros que desacralizan el texto
sagrado. Por ejemplo, la evocación del lugar de las batallas
del argentino Belgrano enviado a Asunción para someter
Paraguay a la autoridad de Buenos Aires: “El lugar donde
comenzó su agonía; la posta convertida en su Huerto de los
Olvidos” (Yo el Supremo, p. 482). La referencia al Huerto
de Olvidos se convierte, mediante el juego de una parano-
masia entre Olivos y Olvidos, en desliz entre lo sagrado y
un episodio grabado en la historia de Paraguay como un
momento de fuerte resistencia por su independencia y su
autonomía política en el Río de la Plata. Al final de la no- Caín y Abel en una pintura de Rubens.
vela, cuando se evoca el incendio, histórico, anterior a la
muerte del Supremo y luego su muerte, se hace referencia
paralelamente a los últimos momentos de la vida de Cristo ta el alba” se estructura alrededor del episodio de la lucha
como una referencia negativa para el Supremo: “Nadie me entre Jacob y el ángel (Génesis 32, 24-29). Evoca la historia
quita la vida. Yo la doy. No imito en esto ni siquiera a Cris- de dos hermanos gemelos: uno, sin nombre, quiere ser Ja-
to. (…) Además, en el momento de la hiel y del vinagre, el cob y escribir acerca de Jacob; el otro se llama Esaú. El epi-
Dios-Hijo vaciló en el Huerto de los Olivos.” (p. 583). La sodio bíblico sufre en la prosa roabastiana algunas variacio-
referencia a la Pasión en la Cruz es transgresiva. En cam- nes que permiten al cuento alcanzar una dimensión sagrada
bio, siempre Salomón está presente, mediante proverbios y y otra profana y prosaica más relacionada con la historia del
parábolas, como ejemplo positivo para el Supremo por su pueblo paraguayo que vendría a ser parte de una historia
no-cristianismo y su sabiduría (p. 580). sin evoluciones mayores desde los albores de la humanidad.
En la Biblia Esaú es el hermano mayor de Jacob. La ela-
II. Génesis y Apocalipsis: arraigos de la Biblia, boración de personajes gemelos en la ficción tiene que ver
itinerancia de la historia con el interés por la figura del doble y la frecuente repre-
“Lucha hasta el alba” es el relato inaugural de la obra sentación de situaciones fratricidas. En “El prisionero” (del
de Roa Bastos ya que según declaraciones suyas, lo hubiera volumen El trueno entre las hojas) o “Hermanos”, un cuento
escrito en los años treinta al mismo tiempo que otros textos escrito en 1960 e incluido en El baldío, las luchas políticas
desaparecidos. El hecho de que cuente que lo redescubrió desembocan en episodios violentos y sanguinarios en que
por casualidad entre las páginas de un ejemplar del Tratado se oponen dos hermanos, uno víctima y otro convertido en
de la pintura de Leonardo da Vinci, en la época en que esta- verdugo por circunstancias que superan sus débiles fuerzas.
ba elaborando Yo el Supremo, enmarca el texto en la larga y El fratricidio viene a simbolizar la desmembración de todo
mítica genealogía de los manuscritos perdidos. “Lucha has- un pueblo entregado a la inestabilidad política, al autorita-
12 Augusto Roa Bastos, Yo el Supremo, Madrid, Cátedra, 1983, p. 169. rismo y a una historia de violencia desde la creación de la
13 León Cadogán, Ayvu Rapyta. Textos míticos de los Mbyá-Guaraní del Guairá, república independiente.
Asunción, Biblioteca Paraguaya de Antropología, Vol. XVI, CEADUC-
CEPAG, 1992, 321 p.
12 REVISTA PYKASU N° 2

“Lucha hasta el alba” se centra en un conflicto entre que estructura a menudo los cuentos para niños: “-Espe-
padre e hijo que se resuelve en un parricidio simbólico: ra!... –dijo la anciana tosiendo sofocada-. No te apures.
el joven sin nombre, personaje narrador, tiene una rela- Tú vienes del futuro. Por lo menos tienes el futuro por de-
ción conflictiva con su padre, lee la historia de Jacob en lante. Debes ver y saber cómo fue todo esto en el pasado
la Biblia, se esconde para escribir de noche y vive luego el para que lo malo no se repita y lo bueno sea doblemente
encuentro bíblico con el ángel. La concatenación de estos bueno. No tienes todavía memoria… y la mía no va a
diferentes momentos de la intriga establece una relación tardar en morir conmigo15.” Memoria de la humanidad,
simétrica entre el conflicto entre el hijo y el padre y la la voz de la anciana se plasma en el relato del jardín de
lucha de Jacob contra su adversario. De tal manera queda Edén situado en el desierto en que se convirtió el mundo.
creada la identidad entre el protago- La rescritura de este episodio central
nista y narrador del cuento y el perso- del Génesis también sugiere que el
naje bíblico, a la par que se afirma la mal que afecta a la humanidad puede
supremacía de la identidad deseada y
“En todos los otros evitarse suprimiendo a la serpiente,
ganada mediante la lucha más que la textos roabastianos, los símbolo de este mal: “Encontrarás ahí
heredada. La intriga también pone de intertextos bíblicos se el Primer jardín que el desierto guar-
manifiesto cómo en la composición refieren a la historia de la dó por mil años. Alguien te está es-
del personaje, enfocado como “rebel- perando ahí, al pie del llamado Árbol
humanidad después de
de” y luego “tirano y déspota” por el del Bien y del Mal. No es más que un
padre que ve en el hijo “a un cacho- la Caída, siendo central vulgar manzano que es fama que sus
rro del maldito Karaí Guasú”, o sea la noción de diáspora frutos alimentan la verdad y la vida.
José Gaspar Rodríguez de Francia (el y de exilio porque en Allí la encontrarás a ella (…). Se re-
primero que gobernó a la República el caso paraguayo cordarán y se reconocerán. Moverán
independiente, pero que converti- de nuevo la rueda del mundo. Pero
do en dictador perpetuo, la aisló de corresponde con una antes debes matar a la serpiente que
todo contacto con el exterior hasta su realidad histórica que tiene siete lenguas y siete colmillos
muerte acaecida en 1840), la genealo- abarca toda la etapa de llenos de ponzoña. (…) El niño Nada
gía histórica se borra paulatinamente producción literaria de y la niña Ave se encontraron bajo el
a favor de la genealogía bíblica. Las manzano. El único vestigio de la épo-
desviaciones más significativas del
Roa Bastos y lo afecta ca oscura era esa serpiente viscosa que
modelo bíblico (Gn 32, 26) son las personalmente a él”. raptaba hacia ellos16.” Nada, el primer
siguientes: no acepta el personaje la hombre, en este mundo al revés es ini-
bendición que el Jacob bíblico pide a ciado a la vida que tiene que vivir por
su contrincante; la muerte infligida en el cuento al ad- la última habitante de un mundo aniquilado, característi-
versario mediante la cual Jacob se convierte en criminal ca que también enmarca el cuento en el género de la lite-
y parricida (maldito) del Karaí Guasú, también apodado ratura ecológica. La revelación de los orígenes se produce
el Supremo, y de su padre. En cambio, la última parte de al mismo tiempo que la de la mujer, la libertad y la ver-
esta frase procede directamente del Génesis: “…Yo tam- dad. Ambos niños simbolizan una nueva etapa de la vida
bién, como Jacob, vi a Dios cara a cara y fue liberada mi de la humanidad despojada del mal y del pasado cuando
alma14 (ver Gn 32,30). Tras el combate, herido en la in- logren vencer a la serpiente que, según la cronología del
gle y con la cadera dislocada, acaece una muerte solitaria, Génesis, inducirá Eva a transgredir la prohibición divina,
prosaica y no comprendida por los demás que piensan que acarreando la ruptura de la alianza con Dios y la Caída.
solamente está borracho. Este episodio del Génesis es a Es interesante notar en el cuento la ausencia de cualquier
la vez tema de escritura y exorcismo en la medida en que referencia al Creador.
la escritura y el imaginario que la mueven sólo se puede En todos los otros textos roabastianos, los intertextos
construir en la figura del doble y tras la muerte del padre bíblicos se refieren a la historia de la humanidad después
(de la familia y de la nación). de la Caída, siendo central la noción de diáspora y de exilio
*“El país donde los niños no querían nacer” es un porque en el caso paraguayo corresponde con una realidad
cuento para niños escrito y publicado en Asunción, que histórica que abarca toda la etapa de producción literaria
fue luego integrado a la edición de los cuentos completos de Roa Bastos y lo afecta personalmente a él. Para Roa Bas-
del autor sin especificación de su fecha de publicación ini- tos, la Biblia es uno de los grandes libros que escriben los
cial. El cuento propone una rescritura del mito adámico. pueblos. Las diversas modalidades de su inclusión en la fic-
Una anciana, único testigo de un mundo recién destrui- ción roabastiana siguen la evolución temática y estílica de
do, y de un Apocalipsis sugerido más que narrado, guía su prosa cuya complejidad culmina con Yo el Supremo (para
a un niño (Nada o sea Adán) y una niña (Ave o sea Eva) decaer en las novelas posteriores: Vigilia del Almirante, El
hacia el Edén que ellos están destinados a poblar. Los pa- fiscal, Contravida y Madama Sui).
líndromas que identifican a cada protagonista participan
de la especularidad del cuento y del principio de inversión
15 Ibid., p. 554.
14 Augusto Roa Bastos, Cuentos completos, Barcelona, Mondadori, 2008, p. 522. 16 Ibid., p. 558.
REVISTA PYKASU N° 2 13

Contravida y tiempo
Rodrigo Colmán
Universidad Nacional de Asunción

Las conexiones entre el tiempo cronológico (históri- hombre, de la sociedad y de la historia; debe hacer
co) y el tiempo del relato (texto) son muy importantes, ya subir en su radiación mítica el fondo de la vida social
que el primer tiempo sirve para que a la superficie de la violencia y del
el artesano del texto fabrique el se- caos como la esencia de su trans-
gundo. Además, porque es peculiar “El tiempo vivido por formación.”
la relación que se establece entre los Ahora detengámonos en el tiem-
dos tiempos cronológicos/históricos el pueblo es presentado po del relato, en el que, por supuesto,
en dos textos que construyen un arco desde diversas el tiempo histórico antes descrito es
temporal: “La excavación” y Contra- perspectivas aunque el relevante. Con la intención de arrojar
vida. Debemos tener en cuenta que núcleo de las distintas claridad sobre nuestro estudio, divi-
“La excavación” fue publicada en el diremos los tiempos del relato. Esta
volumen de cuentos El trueno entre
percepciones es el mismo. segmentación del tiempo no expresa
las hojas en 1953, pocos años después Una de las perspectivas es la concepción global del tiempo en
de 1947, año de la guerra civil más la de la mujer, representada el texto, sino solamente la simplifi-
cruenta que la historia del Paraguay en un corro de mujeres cación de nuestro objeto de estudio.
registra y también año en que Roa Como se verá, la concepción del
Bastos se exilia a la Argentina. Por su
de la Chacarita en torno tiempo no se refiere únicamente al
parte, Contravida fue escrita en 1994 al prófugo de la cárcel: segmento, la fugacidad –como cual-
y publicada al año siguiente, pocos “(....) sus siluetas oscuras, quier segmentación sugiere-, sino
años después de 1989, año en que intemporales. Para ellas no también a la eternidad, la repetición
cae la dictadura militar más larga de cíclica, la anulación de los marcos
existía el tiempo”.
la historia sudamericana. temporales, etc. Dividiremos el viaje
Por ende, como puede colegirse, gnoseológico y existencial del narra-
el tiempo que reúne y, por decirlo dor protagonista de Contravida en
así, sobrevuela la creación y se proyecta en los textos es el diversos tiempos, los más aproximados a la lógica del relato,
de la dictadura y de las guerras intestinas. Es destacable la a pesar de la reducción simplificadora. Estos tiempos son:
repetición cíclica de dictaduras. La de Morínigo –de 1940 a a. El tiempo de la convalecencia tras la fuga (que entrañará
1947- y de Stroessner –de 1954 a 1989-. También es digno también a la fuga, tiempo de conexión con el anterior
de nota que las dos dictaduras militares de Generales de relato –“La excavación”-).
Ejército hayan sido sucedida de Guerra Civil la primera, y b. El tiempo vivido por el pueblo, o el tiempo del olvido
precedida y sucedida de Golpe de Estado la segunda. colectivo.
Este mismo hecho histórico, observable en los relatos c. El tiempo del ferrocarril, o el tiempo bisagra.
–también en Madama Sui-, ya realiza en los textos un tiem- d. El tiempo de la memoria, que es, fundamentalmente, el
po reiterativo en su catástrofe. Otro punto destacable –que tiempo de la niñez.
puede ser mera coincidencia-: “La excavación” se publica e. El tiempo del retorno, o tiempo total.
seis años después de la Guerra Civil del 47, mientras que f. El tiempo de la escritura, o tiempo de la metaficción.
Contravida y Madama Sui se publican seis años después Desglosemos esos tiempos en el orden señalado.
–también- del Golpe de Estado que derroca a Stroessner. El tiempo de convalecencia tras la fuga es aquel con el
En este sentido, ¿quién mejor que el propio autor estu- que se abre la novela: “Lo primero que percibí de mi cuerpo
diado para explicar la trascendencia del tiempo de la histo- fue el hedor a carroña.” Es el tiempo inmediatamente pos-
ria en el tiempo del relato con todo lo que esa trascendencia terior al de la fuga. Un poco más adelante, el narrador pro-
conlleva? tagonista dice sobre sí: “No era cadáver aún, pero llevaba la
“De lo que se trata ahora es que el mito formal de la muerte en el pecho.” El primer enunciado no sólo señala un
libertad sea reemplazado por la imaginación autén- estado casi actual al tiempo de la enunciación, de tiempo
ticamente liberadora y que el universo imaginario, casi presente, sino que también establece relaciones retros-
más libre y creativo que nunca, emerja de las fuentes pectivas con el relato anterior: “La excavación”. Mientras
mismas de la realidad y de la historia. Es ahora cuan- que el segundo enunciado establece relaciones prospectivas
do la escritura, liberada de sus espejismos formales, con el final de la historia: anticipa el final. En el mismo
debe hacer subir “el fondo a la superficie”; debe ha- comienzo de la historia se halla presente la prehistoria del
cer subir en la irrealidad de sus signos la realidad del texto, así como el final del mismo.
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El contacto con la fuga, frustrada en el relato anterior y el recuerdo cíclico de la tierra desplomándose y asesinan-
concretada en éste, se establece por el conocimiento trasmi- do, la memoria de la tierra natal, y el tiempo apocalíptico.
tido por la mujer que lo salva de la muerte en la Chacarita: El tiempo en el personaje que conoce su pasado, pero que
“supe (...) que había estado en el barro del potrero desde también reconoce su futuro, o el embrión de su futuro: pre-
hacía por lo menos tres días, cuando empezó a propalarse destinación. Coqueteo de la muerte con él. Juego. Historia
por radio y televisión la noticia de la fuga.” Con relación circular, cíclica. El fin como regreso a los orígenes. En sín-
a ésta, el tiempo de la excavación se le antoja infinito en tesis, la imbricación de los tiempos histórico y mítico en el
su instante: “(...) el fogonazo del túnel desmoronándose relato literario.
y sepultando para siempre a los excavadores.” Cuando ese El tiempo vivido por el pueblo es presentado desde di-
instante repetido cíclicamente hasta el hartazgo de la deses- versas perspectivas aunque el núcleo de las distintas percep-
peración “se acabara de extinguir”, el narrador protagonista ciones es el mismo. Una de las perspectivas es la de la mujer,
estaría “muerto, sin saberlo. Como había nacido.” representada en un corro de mujeres de la Chacarita en tor-
Estas reflexiones a propósito del tiempo se suceden una no al prófugo de la cárcel: “(....) sus siluetas oscuras, intem-
a otra durante su convalecencia. Este tiempo también regis- porales. Para ellas no existía el tiempo. Sólo la inmediata
tra la inmovilidad de la eternidad: “El hambriento ulular de memoria del presente. (...) Era todo lo que sabían.” Desde
alguna lechuza me indicaba que la noche era noche. La tor- esta concepción, el tiempo pasado se desdibuja, se borra,
tura de los huesos, que el día era día. La angustia de la espe- no existe. Es la inmediatez del presente casi intemporal en
ra, que el tiempo es inmóvil como la eternidad.” Sólo que su (in)existencia: existencia e inexistencia casi simultáneas.
esta eternidad no es producto de la tortura psicológica del En ese marco, las mujeres sólo hunden sus fuerzas en la
recuerdo, sino de la tortura de la espera de la convalecencia. edificación del presente inmediato: lo demás está de más.
Este tiempo también es el registro –por ecos cosmogónicos- Ahora bien, sigamos viendo el tiempo del pueblo desde
de un estado de pre-nacimiento a una nueva vida, de aisla- una perspectiva distinta, más global, también desde una fo-
miento del mundo, de la niebla de antes del principio de la calización externa:
creación del mundo guaraní: “Fui reconociendo al aroma
del romero, del taropé, del ysypó milhombre, que me acer- “A lo largo de más de cien años, la vida del país había
caban a la lejana y ya inaccesible realidad del pueblo natal.” quedado detenida en el tiempo.
Y el inicio de la recuperación de la infancia. Como se ve, Avanzaba a reculones, más lentamente aún que el
es un tiempo complejo. La excusa para hacerlo complejo es tren matusalénico.
la eternidad, que puede reunir todos los tiempos en uno:
el eco de los inicios de los tiempos de la mitología guaraní,
REVISTA PYKASU N° 2 15

Marcaba una frontera interior entre dos clases del se unen; pero esta unión es
país. No en su geografía física. Más bien en su topo- problemática. Decimos que
grafía temporal. la acción se desarrolla mucho
La frontera de hierro separaba dos tiempos, dos cla- después de la mencionada
ses sociales, dos destinos. revolución porque la interlo-
De un lado está lo antiguo, la gente campesina que cutora del narrador protago-
conservaba, en su modestia y pobreza, la dignidad y nista, ante el dato de que éste
austeridad de antaño. está ausente del país desde el
Del otro, los acopiadores, los grandes propietarios, 47, le responde: “Una vida
los funcionarios civiles y militares instalados en entera en el destierro. (...) Es
suntuosas mansiones. En grandes coches blindados corto el tiempo y la desdicha
japoneses o alemanes, de cristales opacos y rojas cha- es larga. En un descuido se
pas oficiales, rodaban como bólidos por las calles de sube encima de uno la tierra
la ciudad, por autopistas y carreteras, sin respetar en y se acabó el cuento. Lo peor
lo más mínimo las señales de tránsito”. es cuando se le cae encima a
uno la tierra ajena.”
Esta descripción maniqueista de la concepción del tiem- En la ficción, la unión de los tiempos queda salvada.
po de las dos clases sociales del Paraguay en su reducción Pero si lo hacemos teniendo en cuenta el correlato históri-
no va, a nuestro juicio, muy descaminada de la realidad co quedan cabos sin atar. Por todas estas pistas, nos recon-
extratextual -a pesar de su pertenencia al universo textual-. firmamos en nuestra tesis temporal que las dictaduras de
Huelgan los comentarios, que serían mera redundancia. Lo Morínigo y Stroessner, sin ser nombradas explícitamente
trascripto y analizado con respecto a este tiempo puede re- en el texto, son reunidas en el marco temporo-espacial de la
sumirse en los siguientes enunciados: dictadura que conforma el fondo es-
“El tiempo no contaba allí. Nadie cenográfico ideológico de los textos.
pensaba en el mañana. Menos aún en
“En la fi cción, la unión Sobre el tiempo de la niñez recu-
el ayer. (...) La gente simple no tiene de los tiempos queda perado en el tren discurriremos más
poder sobre la hora.” salvada. Pero si lo hacemos adelante.
El tiempo del tren es un tiempo teniendo en cuenta el El último tiempo dentro del tiem-
bisagra porque conecta de modo sis- po del tren es el del regreso. Como
temático distintos tiempos: el inme-
correlato histórico quedan también se tratará más adelante, sólo
diato dentro del tren, el del pasado cabos sin atar. Por diremos que es el último peldaño an-
de algunos de los personajes -como todas estas pistas, nos tes del acceso al tiempo –y espacio-
representación del pueblo- dentro reconfirmamos en nuestra último y total. El paso a este tiempo
del tren, el de la niñez del narrador se realiza por el discernimiento del
tesis temporal que las nuevo orden de la realidad, reconfi-
protagonista, y el tiempo que se abre
al futuro: el fin de la fuga-búsqueda. dictaduras de Morínigo gurado por el discernimiento que se
Veámoslos en este orden. y Stroessner, sin ser cristaliza durante una caminata del
El tiempo inmediato, inmedia- nombradas explícitamente narrador protagonista al costado del
tren.
tamente cercano –posterior- al pre- en el texto, son reunidas
sente del relato, es de retrospección o El tiempo de la niñez recuperada
inicio de prospección. Se realiza por
en el marco temporo- por la memoria está intrínsecamen-
las conversaciones de los personajes espacial de la dictadura te ligado al espacio de la niñez, ya
del tren a propósito de sucesos que que conforma el fondo comentado en el capítulo referido
sirven de pretexto para la revisión de escenográfico ideológico a espacio. Por eso, sólo comentare-
eventos que sucedieron en el pasa- mos algunos puntos esenciales que
do. Es también un tiempo coercitivo
de los textos”. no fueron tratados allí. Este tiempo
porque marca la extensión a todos los comprende la vida del narrador pro-
espacios del poder omnímodo a través de algunos persona- tagonista desde los siete a los trece años. El punto álgido
jes del tren: por ejemplo, la chipera, las tres marías, etc.. de este tiempo es una fecha: 13 de junio. Esta fecha reúne
En este mismo orden de cosas, se hace una referencia algunos de los eventos más resaltantes de la niñez: cum-
temporal que es clave en el texto: el personaje narrador pleaños del narrador protagonista, fecha de la muerte de
cuenta que falta del país desde el 47. Aquí el tiempo se los dos patriarcas de Manorá –el maestro Gaspar Cristaldo
desdibuja, porque si nos atenemos al relato anterior a éste y karaí Gaspar-, día en que el narrador protagonista espía el
–“La excavación”- el desarrollo de la acción de esta novela – diálogo entre el maestro Cristaldo y el útero de su madre.
Contravida- tiene que realizarse en un tiempo cercanamen- Es el tiempo de las grandes sorpresas, de las preguntas sin
te posterior a dicha revolución. Pero, por lo señalado más respuestas. También, el tiempo de las primeras escaramu-
adelante, todo hace suponer que se realiza mucho después zas literarias, los primeros intentos de penetrar en la rea-
de ella. Como se puede ver, los tiempos de los dos relatos lidad para que ella se abra a los ojos del conocimiento, las
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Estación de Iturbe.

primeras revelaciones. Es el tiempo de poner la verdad en o, mejor dicho, en el tiempo que es todos los tiempos -y
sospecha, y de comenzar el largo camino de aprender, des- ninguno en particular-.
aprender y reaprender. En ese sentido, es importante seña- Por último, el tiempo de la metaficción, de reflexión
lar la postrera despedida al portón verde, el compañero del sobre la escritura en la escritura misma –lo cual marca la
mundo infantil en los misterios y tragicomedias de la vida, autorreflexión del texto-. Este tiempo establece una acronía
en la rara comunicación de la magia ininteligible. dentro del tiempo del relato e instaura, desde allí, un nuevo
El tiempo del retorno es producto del viaje hacia atrás, a tiempo. Un tiempo que se parece mucho a la anulación
las raíces de la memoria y del tiempo, del tiempo del final de la novela; sólo
a las entrañas de la cultura desnuda que el anterior pertenece al mundo
que es naturaleza. Ese es el tiempo “…el tiempo de la de lo narrado y éste al de la reflexión
que vive en el tarumá con las entrañas metaficción, de reflexión textual a la vera o encima o debajo de
en llamas. El hombre, que ya no es sobre la escritura en la los eventos narrados. Uno de los ras-
narrador porque una nueva entidad gos esenciales de este tiempo es que
narra, contempla la luz de las llamas
escritura misma –lo cual oscila en un movimiento pendular
del tarumá: “Nunca había visto una marca la autorreflexión entre los tres tiempos convenciona-
luz semejante. Toda luz es siempre del texto-. Este tiempo les: el pasado, el presente y el futuro.
nueva, recordó que el maestro Gas- establece una acronía Veamos cómo se da en el texto a tra-
par solía decir. Pero ese resplandor vés de ejemplos.
dentro del tiempo del relato
allí se le antojó que venía del fondo El primero indica la revisión del
de los tiempos.” Ese fondo de los tiem- e instaura, desde allí, un pasado para abrirlo al presente, desde
pos en el presente es el tiempo infi- nuevo tiempo. Un tiempo el presente. Es el tiempo que dibuja
nito, el tiempo del eterno presente. que se parece mucho a la el recorrido fundamental de éste en
“El pasado estaba allí, en ese hueco anulación del tiempo del la novela.
ardiente, de repente inmóvil, sin des-
perdicios, quemando sus impurezas.” final de la novela”. “Quería rehilar el curso del pasa-
Es la presencia de todos los tiempos do. Pero el pasado no es sino una
en un tiempo: el pasado de la historia, el presente del mito multitud de momentos presentes devorados por vo-
en la contemplación del fuego, y el futuro de la vida que races sustancias.
acaba. Es el tiempo circular que, en el momento en que se Acuden, se agolpan dentro de uno, al menor lla-
tocan el inicio y el fin de la línea circular en el mismo pun- mado. Se enlaberintan entre ellos, (...) queriendo
to que los reúne, se anula y trasciende en un tiempo más formar su leyenda, sin lograr otra cosa que tejer el
allá del origen y más allá del fin. En el tiempo sin tiempo reverso de lo que no ocurrió.”
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Dos reflexiones al respecto. La primera: lo dicho antes,


el pasado desde la concepción de presente es inasible por
su existencia volátil, sólo perceptible desde una abstracción
de la conciencia. La segunda: el pasado se presenta en re-
cuerdos dentro de recuerdos, que forman fábulas dentro
de fábulas, relatos concéntricos; los simples eventos que se
hacen hechos en una suerte de recuento historiográfico. Y en
ese sentido, al “tejer el reverso de lo que no ocurrió” cuen-
tan lo que sí ocurrió, de modo oblicuo; que ya no es lo que
sucedió –ya no es la cosa, sino la representación de la ella a
través de signos convencionales y arbitrarios –lingüísticos-:
la palabra ya no es la realidad, sino otra cosa, aunque con
ella se intente insistentemente encontrar su núcleo, aún
mediante vueltas -y revueltas-.
Y ahora, la introducción del futuro en el tiempo de la
metaficción, y de la mano de éste el pasado que supera la
memoria –la memoria de la escritura, sobre todo-:
“La verdadera realidad no es para mí sino lo real de
lo que todavía no existe. Lo que debe ser descubierto
en sus caras más oscuras. Esas caras cambian de un
instante a otro, pero ya están allí desde tiempo in-
memorial contemplándonos. Yo buscaba esas caras
oscuras.”

Aquí se refleja la concepción de “texto ausente” acuñada


por Roa Bastos. Éste asegura que antes de escribir, “escu-
cha” un texto oral en guaraní que descodifica y recodifica
en el texto final –relativamente final al ser abierto y suscep-
tible de modificaciones- escrito en castellano. Creemos que
a este “texto ausente” se relaciona con la frase “lo real de lo
márgenes se hace presente el tiempo de la recepción, así
que todavía no existe”. Un poco más adelante continúa en
como el de la conciencia histórica del autor de ficciones y
ese mismo sentido:
sus ficciones mismas:
“Si alguna virtud tiene lo que escribo se reduce al
“No escribo para un público determinado.
hecho de que lleva en sí mismo el germen de su ne-
El público crea su propio libro sin necesidad de auto-
gación, de su destrucción.
res. No escribo para la posteridad. La posteridad no es
Las tachaduras acaban por invadir los menores in-
rentable. Nadie busca en la inmensidad del mar, entre
tersticios de lo escrito haciendo que las historias que
tanto desperdicio, la botella que se supone lleva en su
debieron haber sido contadas no hayan sido conta-
interior un mensaje destinado a sobrevivir a la nada.”
das sino en permutación con otras que no fueron
escritas.”
La destrucción del texto que no es la cosa, sino la re- Otra vez la noción del relato del sobreviviente, del relato
presentación de la cosa, precisamente no fiable o imposible sobreviviente. La negación de la finalidad del texto por apa-
al no ser ella. La escritura no es la realidad, sino la repre- rentemente imposible. Debajo de esa consideración alienta
sentación de ella, a través de la “irrealidad” de la lengua el deseo –un deseo por debajo de la piel del texto- de que
convencional y arbitraria. Además de ser una representa- no sea cierto –por eso escribe Roa-.
ción que nunca podrá ser el trasvase de la realidad, sino el Y, como cierre, otra vez la consideración de viajar al
intento de captación de los hechos empíricos sumados a la pasado que se abre al presente para darle coordenadas de
subjetividad creadora del artista. Las tachaduras son la ex- interpretación; presente en cuyo núcleo germina el futu-
presión de la “ética de la revisión” a la que Roa somete a sus ro. Además, la necesidad de conocer del sujeto; necesidad
textos, como idea de que el texto final o el artefacto con- del sujeto de aprehender el objeto de conocimiento como
cluido perfectamente no existe –y ésto sin tener en cuenta finalidad:
las recreaciones o virtualidades de la misma recepción-. Y,
en ese mismo sentido, lo que debe ser contado encuentra “Escribo sólo para mí. Para capturar la huidiza me-
su mejor expresión de relato en la realidad misma, en los moria del presente, por lejos que uno retroceda.”
sucesos mismos.
Llegados a este punto, se quiebran los límites del enun-
ciado en el territorio de la enunciación. Dentro de cuyos
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La soledad de El Supremo

Mar Langa Pizarro


Investigadora de la Universidad de Alicante, España

“Para ver bien las cosas de este mundo, tienes que


mirarlas al revés. Después ponerlas al derecho”
(Augusto Roa Bastos, Yo el Supremo)

En el centenario del nacimiento de Augusto Roa


Bastos (1917-2005), asistimos a una lluvia de actos
conmemorativos: inauguración de su estatua en la em-
blemática Plaza Uruguaya de Asunción; festival mu-
sical en su honor; sello de Correos como homenaje;
tres decenas de expertos reflexionando sobre su obra
en un Congreso Internacional, y día dedicado a él en
la Feria del Libro de la capital paraguaya; edición de
Yo el Supremo a cargo de la RAE y la ASALE; muestra
“El supremo guionista” en Buenos Aires; este número
de la revista de la Sociedad de Escritores...
No resulta extraño: Roa fue el gran modernizador
de la literatura paraguaya. Sus méritos los reconoció Roa Bastos recibiendo el Premio Cervantes
en 1959 el Premio Internacional de Novela Losada, era una figura incuestionable. Las causas del repudio
y los reafirmó el Premio Cervantes treinta años des- se resumían en dos: su nulo apoyo (las malas lenguas
pués. Su producción se ha analizado en seminarios, me hablaron incluso de zancadillas) al resto de quienes
coloquios, tesis doctorales, ensayos… ¿Se puede de- escribían, y la escasa concordancia entre su biografía
cir algo nuevo en apenas unas líneas? Llevo semanas oficial y sus vivencias reales.
dándole vueltas a esta cuestión, releyendo sus textos, Durante los más de tres meses que pasé en Para-
comenzando y recomenzando este escrito… Como si guay entre 1994 y 1995, fui descubriendo gentes ad-
Roa se hubiera transformado en el Supremo; y yo, en mirables, poemarios y novelas interesantes; y decidí
su secretario Patiño: dedicar mi tesis doctoral a investigar sobre ello. El 4 de
Tu mano seguirá escribiendo hasta el fin y aun des- junio de 1998, Roa me recibió en su domicilio. Con-
pués del fin […]. No importa que no veas lo que es- seguir esa entrevista costó muchas gestiones de amista-
cribes. No importa que no lo entiendas. Escribe. Sigue des comunes; por no hablar de los quince minutos de
el hilo conductor sobre el laberinto horizontal-vertical plantón, a la puerta del apartamento donde él estaba.
de los folios […]. Tu habla es tan obscura que parece Entré molesta, pero su carisma no tardó en envolver-
salir de esas mazmorras (Roa Bastos, Yo el Supremo, me. Bajito, pausado, a punto de cumplir los 81 años,
Madrid, Cátedra, 1987, p. 558). mantenía una absoluta lucidez, y derrochaba dotes de
Antes de viajar a Asunción, la única literatura del conversador. A pesar de mi insistencia sobre el aumen-
país que había leído de verdad era la suya. Para mí, to de la cantidad y la calidad literaria que, desde hacía
como para muchas otras personas, era el luchador, el años, se observaba en el país, él se empeñó en negarlo:
exiliado, el excelso narrador de un territorio ignoto. “la narrativa paraguaya no existe: esto sigue siendo un
Una tarde (probablemente en 1994), las conversacio- páramo [...] un desierto cultural”. Fue imposible que
nes de quienes asistíamos a una inauguración cesaron diera ni un solo nombre, ni un solo título que valiera
súbitamente. Acababa de entrar Roa, y los incontables la pena.
pequeños grupos devinieron dos bandos: el de quie- Durante la misma entrevista, insistió en que su
nes se afanaban en agasajarlo, y el de quienes se es- exilio político se había iniciado en 1947. Sin embar-
forzaban por demostrar que le daban la espalda. Me go, como sacó a la luz Guido Rodríguez Alcalá, los
resultó tan sorprendente que no pude sino preguntar. totalitarismos de la época no parecían perseguirle:
Los motivos para la admiración estaban claros: Roa
REVISTA PYKASU N° 2 19

Higinio Morínigo lo nombró secre- podio de la gran literatura hispano-


tario de la Embajada en Buenos Aires americana, compartido con Gabriel
(1946, decreto 16.016); y Stroessner García Márquez, Mario Vargas Llosa,
le encomendó “estudiar en Europa Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Juan
los modernos métodos y modos de Rulfo… De ahí que no sorprendan
difusión y extensión cultural y de reconocimientos como la Orden de
propaganda” (1954, decreto 1.062). la Legión de Honor Francesa, y los
Además, la hemeroteca desvela que Doctorados honoris causa por la
Roa asistió a los actos de toma de Universidad de Corrientes y por la
posesión de Stroessner, y fue recibido Universidad Nacional de Asunción.
en audiencia por el dictador (Patria, El español resulta más brillante
11/08/1954). Resulta difícil encajar desde que él lo pulió, porque supo en-
eso en un “exilio político”, máxime cuando el autor cerrar la oralidad en sus letras, así como utilizar la poli-
siguió visitando libremente el país (1968), donde asis- fonía para desvelar el “monoteísmo del poder”. Y es que
tió a debates (1970), organizó talleres literarios (1970 a Roa siempre le apasionó la Historia: por ejemplo, su
y 1971), declaró en entrevistas que no se consideraba cuento “El sonámbulo” (aparecido en la revista Crisis,
un exiliado (Abc 20 y 27/09/1970), pasó vacaciones y en 1975; y desarrollado como novela en 1976) se cen-
presentó obras suyas (1979), participó traba en la narración de Silvestre Car-
en homenajes (1982)… Hasta que, en El español resulta mona, uno de los militares acusados
1982, se prohibió el poemario de Jorge más brillante de traicionar a López poco antes del
Canese Paloma blanca, paloma negra, desde que él lo fin de la Guerra Grande. Pero si un
porque un verso hablaba de “países de libro resulta especialmente significa-
pulió, porque
mierda como el nuestro”; y se expulsó tivo en este sentido es Yo, el Supremo,
de Paraguay a Roa Bastos, que iba a supo encerrar la obra inaugural de la moderna novela
presentar el libro. Fue entonces cuando oralidad en sus del dictador, en la que la desmitifica-
su ausencia devino exilio: se le retiró el letras, así como ción del gobernante se lleva a cabo
pasaporte, y fue un apátrida hasta que utilizar la polifonía mediante novedosos planteamientos,
el gobierno de Felipe González le con- para desvelar el como la incursión de documentos
cedió la nacionalidad española (1983). “monoteísmo del reales y ficticios, y la multiplicación
Al recoger el Premio Cervantes, Roa de voces narrativas.
poder”.
volvió a contar su versión de los hechos, Dicen que el día que recibió el
agradeciendo la “distinción [que] viene Premio Cervantes, Roa llevaba en su
a coronar una larga batalla de extramuros en la que lle- bolsillo un telegrama de García Márquez, compuesto
vo empeñada mi vida y a la que he dedicado mi exilio por tres palabras: “Tú el Supremo”. Sin duda, era y es
de más de cuarenta años”. el más universal de los autores paraguayos. Y, sin em-
En esa entrevista de 1998, confirmé que los ar- bargo, cuesta encontrar su influencia en la literatura
gumentos de quienes le habían dado la espalda eran de su país.
ciertos: le faltaba pericia o generosidad para recono- Según el testamento publicado hace años por la
cer que no era el único autor de Paraguay; y se había prensa, Roa pidió: “que no se me rinda ninguna clase
labrado el mito del eterno exiliado, como si se apli- de honores ni recordatorio póstumo”. Se ha ignorado
cara lo que el Supremo ordenó: “Olvida tu memo- su deseo, igual que mucha gente que lo alaba ignora
ria. Escribir no significa convertir lo real en palabras, su obra: como el Supremo, Roa habita en la soledad
sino hacer que la palabra sea real”. a la que, más hernandiano que nunca, invocaba con
No obstante, los argumentos de quienes lo alaba- “Depreciación al minuto iluminado” (1943):
ban seguían y siguen siendo válidos: además de poeta,
dramaturgo, guionista, articulista, conferenciante y […] No te vayas minuto con el polen
profesor universitario, Roa fue un novelista siempre de mi angustia final hecha milagro,
espera un poco a que le ponga un nombre…
preocupado por la corrección constante. Vigilia del Al-
[…] Desamparada soledad que me hace
mirante (1992), El fiscal (1993), Contravida (1994),
día a día bajar hasta los hombres
Madama Sui (1995) y sus volúmenes de relatos son a ganarme mi pan con mis dos manos,
muestras de una narrativa que había alcanzado la cum- negándome el reposo de la noche:
bre en sus dos acercamientos al tema del poder: Hijo ese subir peldaños de trasmudos
del Hombre (1960) y Yo el Supremo (1974) están tan para moler mi trigo de emociones
trufados de hallazgos e innovaciones que lo alzaron al en los altos molinos de mis sueños.
20 REVISTA PYKASU N° 2

El bilingüismo paraguayo en las


obras de Augusto Roa Bastos
Mario Rubén Álvarez
Escritor, periodista, miembro de la
Academia de la Lengua Guaraní

Introducción
Ore niko tetâ iñe’ k iva –guarani ha español- ha upé-
va romomba’eguasu. Ore ypykuéra oheja oréve guarani ha
ipype imba’ekuaa, hemiandu ha heko yma.
El Paraguay es un país bilingüe –hablamos el guaraní
y el español- y esa es nuestra riqueza más grande. Nues-
tros abuelos aborígenes nos dejaron en la lengua guarani un
instrumento de comunicación y, con él, su sabiduría, sus
sentimientos y, en suma, su cultura.
Ningún mecanismo de sojuzgamiento de nuestro pue-
blo ha podido borrar de nosotros la palabra nativa que en
varios pasajes de la historia nos ayudó a resistir y a sobrevi-
vir en los momentos difíciles.

Las huellas del guaraní en Cuba


Con viva emoción he leído en el libro Paraguay-Cuba.
La historia común de guaraníes, caribes y aruacos, de Augusto
Ocampos Caballero, Encargado de Negocios del Paraguay
aquí en Cuba hace algunos años, que ustedes aquí en Cuba
conservan unas 700 palabras de origen guaraní Caribe o
Kariná o Kaliná como se los llamaba en esta parte de las
Antillas. Una fuente invalorable de su información fue el
trabajo de indagación y rescate del investigador cubano Ju- última fuera la opción escogida, cómo fusionarlas? ¿Por qué
lián Vivanco. atajos se va a abordar la diglosia, esa relación de poder que
El indudable parentesco entre los vocablos que sobrevi- existe entre las lenguas?
ven aquí y los que nosotros conservamos en el habla se da Esas y otras preguntas se formulan en el contexto de una
en sus significados son coincidentes. Cito unos ejemplos lengua que sirve de nexo de comunicación local, como seña
rápidos: aquí se dice kaviuára a lo que en castellano se de- de identidad, como transportadora de cultura y otra que ha
nomina carpincho y, en la variedad del guaraní paraguayo, sido impuesta y adoptada, un medio de vinculación con el
kapi’yva; en Caribe Kaliná mokaja es el coco, cocotero en entorno también, pero más universal.
castellano. Para nosotros es mbokaja. El frijol aquí es kuma- Me sirve como punto de partida un estudio del escritor
ta, para nosotros kumanda... paraguayo Rubén Bareiro Saguier –ganador del Premio de
En cuanto a los rastros del guaraní en la toponimia lo- Cuentos Casa de las Américas en 1972 por su relato Ojo por
cal, he aquí unos ejemplos: Barajagua, los jaguares de Bara; diente-, quien en el libro Valoración múltiple. Augusto Roa
Güira, Guyra, pájaro; Bariay, agua de Baria; Tarará, que Bastos que reúne textos sobre la obra roabastiana de diver-
nosotros conservamos con el mismo sonido y acentuación sos autores, una edición al cuidado del investigador Alain
aguda, significa temblor… Sicard, publicado gracias a la cooperación entre Casa de
Sirva esta introducción para señalar que, además de los las Américas y el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes
lazos de fraternidad construidos en la historia, nos unen (Fondec), de mi país. El texto se llama Estratos de la lengua
también vínculos lingüísticos. guarani en la escritura de Augusto Roa Bastos. Debo aclarar
que si bien me dio códigos para interpretar la relación de las
El drama del escritor bilingüe dos lenguas oficiales de mi país en la obra de nuestro máxi-
Entrando en el tema específico que abordaré, en Para- mo escritor, no lo sigo estrictamente. El estudio de Bareiro
guay el escritor bilingüe se enfrenta en algún momento de Saguier apunta al ámbito académico y lo mío es apenas una
su escritura con el conflicto que generan dos lenguas que aproximación a vuelo de pájaro para que ustedes se hagan
conviven hace cinco siglos. ¿En cuál de las lenguas escribir? una idea del bilingüismo paraguayo en algunas obras de
¿En guaraní o en español? ¿Mezclar las dos lenguas? Si esta Roa Bastos.
REVISTA PYKASU N° 2 21

Roa Bastos y el bilingüismo Un primer recurso que utiliza allí es la transcripción li-
Augusto Roa Bastos –nacido el 13 de junio de 1917 en teral de las expresiones en guaraní y su inmediata traduc-
Asunción, que de muy niño vivió en el interior del país en ción al español entre paréntesis, dentro de una oración ini-
un lugar llamado Iturbe, a unos 150 kilómetros de la capi- ciada en castellano. Cito dos ejemplos del cuento El viejo
tal-, se encontró con ese cruce de caminos que hay entre el Señor Obispo. Lo empezaron a llamar despectivamente Pa’i
guaraní y el español. Kangue Atâ (Padre Huesos-Duros) (Pág. 47 de la primera
¿De qué modo él aborda la bilingüidad del Paraguay en edición, Buenos Aires, 1953) es uno. El otro: Por eso era
sus obras literarias? el Pa’i, ore Pa’i, ore Pa’i marangatu, ore obispo-mi. Aquí no
En más de una ocasión exteriorizó en palabras lo que es tradujo. Lo dejó así. Este es el significado de la frase: Por
evidente en su labor literaria: que a través de ella circula, eso era el Cura, nuestro Cura, nuestro Cura bondadoso,
como un río subterráneo, la lengua y, por lo tanto, la cul- nuestro obispito. La posposición mi equivale en guaraní al
tura guaraní. De un modo explícito dijo: “Yo escribo en diminutivo ito-cito del español. Es una expresión de ternu-
español; sin embargo, tengo a veces, de una manera angus- ra y cariño.
tiante, la necesidad de incorporar las vivencias, la visión del Otro medio de hacer visible el bilingüismo es posible
mundo que se da a través de la cultura y la lengua guaraní”. extraer del cuento Los carpincheros con el que se abre la
Voy a hacer un rápido e incompleto repaso de las obras colección de relatos breves citada. Allí se observa lo que en
de Roa Bastos citando aquellas de su imaginación –poesía, el Paraguay llamamos ñe’ê tavy, expresión que se emplea
cuentos y novelas- en las que de modo directo se encuentra al que habla sin dominar la lengua en la que intenta una
el maridaje de las dos lenguas de su escritura. comunicación. Pongo un ejemplo: No te de’cuide-ke don
En 1942 publicó El ruiseñor y la aurora y otros poemas; Oiguen. El la’sánima en pena de Eulogio Penayo, el mulato
en 1949 terminó de escribir la mayor parte del poemario asesinado, ko alguna noche anda por el óga morotî (Pág. 31).
El naranjal ardiente que solo se publicará parcialmente en Transcripto al español correcto es así la expresión: No te
1960; en 1953 salió El trueno entre las hojas, cuentos y en descuides, don Oiguen. El alma en pena de Eulogio Pena-
1960 se editó por primera vez Hijo de Hombre que había yo, el mulato asesinado, corretea algunas noches por la casa
ganado el año anterior el concurso de novelas de la Edito- blanca. Las pertículas ke y ko irrumpen a modo de cuña en
rial Losada. el castellano paraguayo que no es otro sino el uso local de la
De 1966 es la colección de cuentos El lengua de Cervantes.
baldío; de 1974 es su obra cumbre, la no- Decíamos que a través de la lengua se
vela Yo el Supremo; de 1992 es Vigilia del
“En su colección transmiten contenidos culturales.
Almirante, novela sobre Colón; de 1993, de cuentos El He aquí un rastro visible de ello. En
El fiscal; de 1994, Contravida y en 1995, trueno entre las el Paraguay – y toda América-, es común
Madama Sui. Estas tres últimas son nove- hojas es donde poner marcantes, apodos, sobrenombres,
las también. a las personas atendiendo a sus caracterís-
Entrando al abordaje del bilingüismo empieza a notarse ticas físicas o espirituales. Más físicas que
en las creaciones literarias de Roa Bastos y con nitidez espirituales. Un defecto en el cuerpo, gestos
antes de ingresar a su universo de los rela- inconfundible reiterados, tics nerviosos u otros rasgos de
tos –que es lo que realmente nos interesa-, que Roa Bastos identidad fuera de lo común son los temas
recordemos que lo primero que escribió predilectos de aquellos que dotados de un
Augusto fue poesía. Miguel Ángel Fernán- está dispuesto natural ingenio popular crean los motes.
dez, en las Poesías reunidas de Roa Bastos a enfrentar a la Roa recurre al guaraní y al castellano para
incluye siete poemas en guaraní. A ello hidra de 7 cabezas mostrar ese rasgo de la cultura popular en
hay que sumar varias letras suyas en guara- el ya señalado cuento El viejo Señor Obispo.
ní que fueron musicalizadas por diferentes
del bilingüismo Lo que relata es que el prelado comía con
compositores del Paraguay y de la Argen- paraguayo”. unos pobres con sobrenombres muy grá-
tina. Hoy forman parte del repertorio del ficos: Toro Tîngue, Nariz de toro; Canu-
cancionero popular de mi país. to Pysâ Trónko, Canuto dedos de madera
Es en su colección de cuentos El trueno entre las hojas dura; Evaristo Ñakurutû, Evaristo Lechuza; Juan Rapái, Juan
es donde empieza a notarse con nitidez inconfundible que Brasileño…
Roa Bastos está dispuesto a enfrentar a la hidra de 7 ca- Reflejando que no tenía un criterio único y en el afán de
bezas del bilingüismo paraguayo. Es obvio que al hablar reproducir de alguna manera la gran variedad de conexión
del ámbito rural de nuestro país, el guaraní es un prota- entre el guaraní y el español, a veces Roa Bastos escribía
gonista ineludible para entender su realidad. Es el factor una palabra en guarani y no lo traducía. Solo el lector pa-
omnipresente del mundo campesino. A través de él y en él raguayo, que conoce guaraní, y el despierto que intuye el
circula el multifacético y complejo itinerario de la cultu- significado en el contexto de la obra, no perderán el sentido
ra paraguaya mestiza. Fuera de sus matrices, es imposible del desarrollo narrativo. Ejemplo: en el cuento Mano Cruel,
aproximarse con autoridad a sus fantasmas, sus mitos y dice: Habrían debido desconfiar de ese chokokue zaparrastro-
sus sueños. Escribir solo en castellano hubiera sido una so… (Pág. 83). Chokokue significa campesino.
inmersión demasiado superficial en el pensar, el decir y el En ese mismo párrafo muestra otro recurso para gra-
hacer de ese conglomerado humano de contornos nítidos ficar el guarani. Dice: …que acechaba a los poguasús de la
e inconfundibles. comitiva con sospechosa insistencia. Poguasu, literalmente,
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es grueso; figurativamente, au- propio destino. Cito algunos ejemplos. Cuando dice Karai
toridad. Lo nuevo aquí es que Guasu (pág. 17) lo deja así sin mencionar que es el Gran Se-
a la última sílaba de poguasu ñor –literalmente- que, en realidad es el Supremo Dictador
le agrega la s que es la marca Francia. Al hablar del médico guasu, que no era otro sino
de pluralización del español. que el médico y botánico Aime Bonpland –retenido en el
Roa no solo “castellaniza” los Paraguay por Francia durante 10 años, entre 1821 y 1831-,
sustantativos sino también los no dice ya que ello significa gran médico, médico sabio.
verbos en guaraní. Valga este En esta obra recurre a otro artificio, a otro modo de pre-
ejemplo extraído del cuento sencia del guaraní en el español. El castellano se convierte
Mano cruel. Allí dice: Empezó así en disfraz del guaraní. O, si se quiere, en albergue de
a ñanir con un tostado, después su mimetización. Cito dos ejemplos. Uno es el topónimo
con un doradillo, después con un Cabeza de Agua que no es sino la traducción literal de Yakâ.
overo lobuno… (Pág. 79) Significa surgente, manantial, lugar desde el que empieza a
A raíz de la publicación de aflorar el agua subterránea para dar lugar a un ykua (pozo),
El trueno entre las hojas, el es- un ysyry (arroyo) o un río (ysyry guasu). Transcribo otra ex-
critor paraguayo Hugo Rodrí- presión de la misma índole: Tiene mal la cabeza por él (Pág.
guez Alcalá, quien enseñó en 67). Es la traducción de iñakâ vai hese. Le enloqueció, le
universidades norteamerica- enajenó, le privó de razón. Se refiere al enamoramiento de
nas, le criticó la manera en que María Regalada por un gringo que no le prestaba atención.
empleó el guaraní y otros as- En este rastreo rápido, pasemos ahora a Yo el Supremo,
pectos de su narrativa. Enton- la obra maestra de Roa Bastos. El ganador del Premio Cer-
ces Roa Bastos, en los números vantes 1989 despliega aquí su portentosa habilidad verbal
7 y 9 de la revista de arte y cul- para jugar con las lenguas que utiliza, incluyendo a ratos
tura Alcor –que inicialmente otras fuera del guaraní y del español como el inglés y el
se llamó Cuenco-, de marzo de francés. Su pulido oficio de orfebre lingüístico se despliega
1957 y enero de 1960 respec- con generosidad en esta novela.
tivamente, puntualizó sus opi- Aquí el uso directo del guaraní es más austero. Muchas
niones con respecto a la lengua veces solo se lo descubre en una lectura muy atenta y fina
autóctona de nuestro pueblo y del discurso literario. Los mecanismos de mención directa
otros temas relaciones a su la- del vocablo, seguida de su traducción, y de mimetización
bor literaria. utilizados en Hijo de Hombre siguen presentes. Cito dos
Admitía que el bilingüis- ejemplos. Uno: Rayos fosforecescentes de achiote, uruku…
mo, “por sus complejas impli- (Pág. 253). Uruku es el achiote, un azafrán nativo de uso
cancias, es uno de los grandes generalizado en países del altiplano sudamericano y Méxi-
obstáculos en que tropieza co. Otro, aunque de técnica diferente es este encadenado de
nuestra novelística para su de- palabras en el que cada una de ellas está separada por guio-
sarrollo y expresión”. Aun así, nes: Mujer-que-viene-de-los-bosques. Es la traducción literal
escribía, para el escritor el gua- de kuña ka’aguygua. Con las rayas intermedias Augusto es-
raní y la cultura que portan taba dando una pista al lector indicándole que debajo de la
una “rica y oscura porción de expresión subyace una clave a descifrar.
nuestra realidad ambiental y De modo muy esporádico aparecen oraciones enteras
espiritual” no podía ser dejada en guaraní como esta: Ko’â pytagua tekaka oñemosêva’erâ ja-
de lado. guáicha (Pág. 343). Significa: estos extranjeros de mierda
Tras apuntar que los dos deben ser expulsados como perros. Se refería a los herma-
idiomas conviven y se integran nos ingleses Robertson a los que dio “exactamente 1341
y se desintegran mutuamente “con la castellanización del minutos” para que abandonen el país en 1815.
guaraní y viceversa”, indicaba que “el novelista culto no in- Antes de ese episodio, hay uno en el que Juan Robertson
troducirá en su obra esa lengua contaminada sino que “pro- y el Supremo mantienen una conversación trilingüe sobre
cederá a lo sumo a incorporarles su atmósfera, infundirles la cerveza que el Dictador convidaba a veces a los herma-
su sentido, su emoción vital”. nos. Leo textualmente: “But, sir, beber esto es to snatch up
En esos términos estaba haciendo una especie de mea Hades itself and drink it to someone health, se carcajeba el
culpa de la forma de utilización del guaraní como medio de menor de los Robertson. Pe kuaru haguâ ára kañymbapeve
expresión independiente y, al mismo tiempo, irremediable- peê pytagua, me burlaba a mi turno. ¿Y eso excelencia? Vea
mente hermanado con el español, en su libro de cuentos, que nuestro guaraní no es todavía muy fuerte. Bien simple
aunque la opción esencial por él permaneciera incólume. señores: orínense mi cerveza hasta el fin de los tiempos por
En su novela Hijo de Hombre, Roa Bastos hará ciertos zonzos y codiciosos. ¡Ah, ah, ho, ho, houuu…your excellen-
cambios de estrategia en la utilización de las dos lenguas, cy! ¡Ocurrente y chistoso siempre!¨ (Pág. 140)
pero –en lo sustancial-, seguirá siendo fiel al espíritu de una Podríamos continuar horas y horas. Sea suficiente, sin
cultura mestiza bilingüe. embargo, para que ustedes tengan una somera idea de la
Un rasgo de ello es que ya no se ocupará de traducir el forma en que Roa Bastos encaró en sus obras el bilingüismo
guaraní en ningún caso. Lo inserta y deja que busque su paraguayo.
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Roa, o cómo mitigar la violencia


del trueno
Bernardo Neri Farina
Escritor y periodista, presidente de la
Sociedad de Escritores del Paraguay

Pocos epígrafes preparan tan bien para adentrarse en el men para volverse sistémica y arrasar totalitariamente con
contenido de una obra literaria como el que utilizó Augusto la paz y con la convivencia entre los paraguayos.
Roa Bastos en la apertura de su libro “El trueno entre las “El libro de Augusto Roa Bastos es la alucinada visión de
hojas”. una tragedia colectiva”, nos recuerda Mabel Piccini, la in-
Aduciendo que lo extrajo “de una leyenda aborigen”, vestigadora, cientista social y antropóloga argentina falleci-
Roa escribió: “El trueno cae y se queda entre las hojas. Los da en el 2015, quien también sufrió los embates de la vio-
animales comen las hojas y se ponen violentos. Los hombres lencia política que la obligó a exiliarse en México durante
comen los animales y se ponen violentos. La tierra se come a los varios años.
hombres y empieza a rugir como el trueno”. Víctima de la violencia, Roa podía hablar de violencia
La tierra ruge con violencia. La tierra ruge violencia. con conocimiento de causa. Todo lo que le bullía dentro
La tierra es violencia. Y esto no es una simple metáfora. en ese sentido, él lo volcó en este libro con una mitigación
Roa nos enrostra en este libro toda la violencia de esta tie- previa obrada a través en un estilo literario que orillaba lo
rra como no había sido escarbada ni expuesta desde Rafael barroco en algunos pasajes: “Sólo más tarde iban a descubrir
Barrett. todo el horror que encerraba también esa telaraña donde la
“El trueno entre las hojas” es un libro con una fuerte gente, el tiempo, los elementos, estaban presos en su nervadura
carga de dureza que no llega a desbordar debido solo a que seca y rojiza alimentada con la clorofila de la sangre” (“Car-
ese “trueno que se queda entre las hojas” está refrenado, pincheros”).
sofocado por una prosa que lo apacigua aunque no lo apaga El cuento que abre el libro es “Carpincheros”, en el que
totalmente. se nota la precisión cinematográfica de las imágenes con
Este intenso recorrido literario por un Paraguay que Roa que el autor presenta a estos seres que vagan entre la reali-
conoció por experiencias propias de su niñez y su juventud dad y el mito: “Parecían seres de cobre o de barro cocido, pa-
y por testimonios recogidos a lo largo de su vida hasta fi- recían figuras de humo que pasaban ingrávidas a flor de agua.
nales de los años 40 del siglo XX, a veces sofoca, tensa per- (…). Se deslizaron silenciosamente por entre el crepitar de las
manentemente la atención del lector, advertido en forma llamas, arrugando la chispeante membrana del río”. Es fácil
constante por pequeños “sonidos” retóricos de que algo se “verlos” a esos cazadores de carpinchos surcando las aguas a
aproxima, algo torcerá la narración, algo ocurrirá pronto, y través de la prosa flotante del autor.
que ese algo tiene que ver con la violencia. Una violencia Esa precisión descriptiva recorre todos los cuentos del
que mana de la tierra “como una respiración enterrada” (“El libro y es una marca que Roa comienza a instalar en este
viejo señor obispo”) y que ha signado al Paraguay que Roa primer volumen de su producción narrativa: “El viento se-
vivió en diferentes facetas de su existencia joven. guía zumbando en la falla del techo. Sus remolinos se colaban
“Y el Paraguay que Roa nos pinta es, en verdad, una tierra a veces hasta abajo y hacían parpadear el mechero” (“El viejo
que ha devorado el poder cósmico del trueno; una tierra que señor obispo”). Pero aunque estas pinturas de escenarios
vive en la violencia, en la injusticia, en la explotación”, afir- parecieran un mero ejercicio estilístico, logran el efecto
maba Hugo Rodríguez Alcalá en el primer estudio hecho de enmarcar con naturalidad la acción humana en la que
sobre esta obra, poco tiempo después de que apareciera, en las descripciones pasan de lo idílico a la exposición cruda
un juicio lúcido pero sin concesiones de quien conoció al de estigmas y características físicas que a ratos rayan en la
autor desde sus primeros escarceos como poeta adolescente. crueldad, lo grotesco y hasta lo escatológico: “Los labios fi-
“El trueno…” es un punto de inflexión en la vida lite- nos, bien dibujados. Solamente los dientes eran un poco gran-
raria de Roa. Fue el final de un ciclo y el inicio de otro, el des. Brillaban en la risa arrugada por el aburrimiento en una
que lo llevaría a la cumbre de su creatividad como narrador hilera demasiado uniforme. De pronto, toda la hilera se movió,
originalísimamente notable y notablemente original. fue un movimiento pequeñísimo, apenas perceptible, pero entre
Este libro apareció en 1953, cuando Roa llevaba seis las encías y los dientes se produjo una fisura. Él cerró los ojos,
años como exiliado en Buenos Aires, tras su partida forzada porque para él fue como si de pronto se hubiera rajado una pa-
desde Asunción debido a los avatares de la guerra civil de red sin ruido” (“Galopa en dos tiempos”). Un inventario de
1947. Su trabajo de periodista en el diario El País le había decadencia humana que se cierra con la reacción compasiva
costado el destierro, que era algo recurrente en ese momen- con que el autor socorre al protagonista golpeado por esa
to histórico cuando la violencia fue aumentando de volu- visión; una reacción ceñida en una metáfora dura pero esti-
lizada. Si forzáramos una interpretación social, podríamos
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imaginar la pobreza violenta que originó aquella deforma- con una delicadeza que desmiente su condición rústica para
ción grotesca promovida a su vez por la hilera de la prótesis darle su último viaje entre “los islotes llameantes”.
de dientes que se movió. En medio de la apertura y el cierre del libro, fluyen rela-
En este libro, Roa Bastos inaugura en el género narrati- tos que transitan por distintas etapas históricas de nuestro
vo su bagaje estilístico procesado con tenacidad durante su país desde inicios del siglo XX hasta la guerra civil del 47,
entonces reciente pasado poético, y “El trueno…” es fruto, esa malaventura que cavó una larga tumba moral con la
recordaba Hugo Rodríguez Alcalá, “de largos esfuerzos de cruel matanza entre hermanos (“El prisionero”). Hasta las
perfeccionamiento literario”. historias más intimistas están estampadas en la violencia del
Roa Bastos había sido originalmente poeta, y en su ado- medio, en las reacciones de ira extrema desde la crueldad
lescencia, poco después de la Guerra del Chaco (1932 – explotadora del patrón o desde la pobreza agotadora de los
1935) transitó por los senderos abiertos en el Siglo de Oro protagonistas (“La tumba viva” y “Pirulí”, respectivamen-
español para después ascender en el tiempo y en las formas te).
cuando descubrió a Federico García Lorca. Y Roa no para- Ni siquiera en “La gran solución”, ese relato que podría
ba de leer y estudiar en una carrera autoformativa copiosa haber sido una comedia ligera en manos de otro autor y en
en autores: Rilke, Kafka, Joyce, André Breton, Apollinaire, otro contexto, Roa descansa de su dosis descarnada, aunque
Cocteau, Marinetti, según nos lo recuerda Rodríguez Al- el final anide una sonrisa pícara.
calá. Libro incómodo para una sociedad paraguaya que aun-
Su encuentro con Josefina Plá y Hérib Campos Cervera que atosigada de violencia psicológica y física se negaba
contribuyó para que sumara visiones poéticas y más lectu- siempre a verse reflejada de esa forma, “El trueno entre las
ras. hojas” sacudió el ambiente con su aparición.
Tras su dedicación a la poesía durante los años 40, co- Roa Bastos tenía plena conciencia de cómo había ex-
menzó su transición a la narrativa, que derivó precisamente puesto esa violencia que él conocía, pero en todo momento
en “El trueno entre las hojas”, un conjunto de 17 cuentos evitó el panfleto y permaneció fiel al compromiso estético
“breves y trágicos”. El libro se abre con esa historia de ca- de todo buen escritor. Por ello morigeró el tronar del true-
zadores de carpinchos que fascinan a Gretchen desde su no y amortiguó su furia entre las hojas de su prosa que en
aparición fantasmal en medio del fuego de San Juan. Se aquel tiempo tenía ya un pulimento notable.
cierra el volumen con el cuento “madre”, “El trueno…”, Y transcurrido el tiempo, esta obra fundacional en la na-
que cierra el itinerario de esa exposición de violencias que rrativa de un Roa Bastos que fue creciendo hasta llegar a la
instaló Roa quizá con un afán redencionista, con su mirada universalidad total de su genio, todavía nos duele y todavía
de autor que congrega tragedia y poesía. Y en esa narración nos grita la gran deuda que tiene el poder en el Paraguay
final son los carpincheros, los hombres libres del río, quie- con la justicia social, con la equidad, con el trato humano a
nes tienen de los pocos gestos de humanidad en todo el los desvalidos y con la necesidad de una redención final en
tropel de violencia que transita en estas páginas. Con Gret- nuestra historia. Y esto, dicho sin ningún sesgo ideológico.
chen convertida en Jasy Morotî, esos seres del agua y del Solo desde la contundencia de un libro que en su dolor sabe
fuego de San Juan recogen el cuerpo inerte de Solano Rojas respetar la esencia y el espíritu de la literatura.
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ROA EN OTRO ACENTO

Rito de restos bélicos na obra


de Augusto Roa Bastos
Alai Garcia Diniz
Investigadora de literatura – UFSC - Brasil
Agadin2017@gmail.com

En el Paraguay la realidad de la historia vivida desbor-


da por todas partes a la imaginación con su epicidad
trágica:en el centro de esta historia hay la hecatombe de
un pueblo. (Roa Bastos 1986, p.126)
O filme Hamaca paraguaya (2006) de Paz Encina con-
firma como é possível fazer da imagem um movimento de
silêncio e de memória. Com esse filme, a diretora paraguaia
se afirma no cenário internacional ao trazer à baila a du-
ração da guerra como uma rede de tempo. Essa metáfora
serve ao nosso propósito de desfiar o esquecimento como
forma silenciada de lembrar matrizes culturais a partir de
anacronismos, de deslocamentos e nos limiares de um pro-
jeto de modernidade que se esgota.
No caso específico do Paraguai, a arte não pode pres-
cindir de remoer os tempos bélicos no microcosmo fa-
miliar e, como esse filme de Paz Encina simboliza, vai
estendendo um tecido temporal que se realiza a partir
de um fio surdo que passa pela ausência de movimen-
to, pelo estático de uma câmera fixa que cria nervos e
sufoca o espectador como o calor e a umidade ao agre-
dir os personagens que esperam. Não há drama na dor,
mas a exasperação que subjuga e detém o movimento.
Beckett provou com sua obra dramática como era possível
ensaiar a falta de ação com a força do discurso incongruente
e um diálogo sem comunicação. Paz Encina traz para as te-
las do cinema do Cone Sul uma perspectiva intermidial em
um filme que cria a experiência quase espectral do absurdo
Imagen publicitaria de la película Hamaca paraguaya de Paz Encina.
a que Fernando Mesquita de Faria chamou com proprieda-
de de um “Godot guarani”.
A rede (hamaca), que vira fonte de subsistência para
as mulheres paraguaias que as confeccionam e as vendem
aos turistas, transforma-se no ícone de uma memória que leciona o procedimento hollywoodiano ao tomar o épico
não descansa, nem realiza o tombamento da memória na como gênero massivo e como roteirista, Roa Bastos recorda
horizontalidade. A rede do tempo entre a Guerra do Cha- que:
co (1932-1935) é apenas pretexto para discorrer sobre o
inaudito, o trauma e o limiar da vida que pela temática e Estudié como loco en los maestros rusos, alemanes y
montagem pode dialogar com um filme realizado em 1961, anglosajones el arte de fabricar un guión. Gané por
Choferes del Chaco/ La sed, produção argentina, cujo roteiro concurso la cátedra de esta materia en la Universi-
pertence a Roa Bastos e se baseia em um episódio do pri- dad de la Plata...Fui un honesto obrero en la fábrica
meiro romance do autor, Hijo de Hombre (1960). de sueños. Me armé de paciencia y supe convertir la
A visão do Chaco paraguaio no filme de mais de cin- náusea del mal cine, en imágenes, en espejismos, en
quenta anos atrás arma um imaginário da memória bélica nada. (Roa Bastos 1991, p. 21)
em que a ação de levar água aos combatentes do front pa-
raguaio representa a saga dramática de uma tentativa frus- A experiência de escrever mais de uma dezena de rotei-
trada. Ao passar do romance a outro produto simbólico, o ros e o fato de ter sido professor da área de cinema nos anos
filme, a obra se transforma, pois conduz o espectador ao 70 e deixado a obra Mis reflexiones sobre el guión cinemato-
centro dos acontecimentos, mostrando como seria, de fato, gráfico (1991) me inspirou, em minhas tentativas de estu-
a sede a pior inimiga da guerra no Chaco, entretanto se- dar essa obra, a me aventurar para a pesquisa da imagem,
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No primeiro romance Hijo de hombre (1960), de uma


trilogia sobre o poder, o tempo se fixa no primeiro quarto
do século XX, sem linearidade, mas em franca fragmenta-
ção temporal, característica roabastiana que vai sendo poli-
da ao longo de sua obra, e com uma enunciação múltipla,
surge outro acontecimento histórico como o da Guerra
Grande (1864-1870), pincelada histórica infalível que se
repetirá em El fiscal (1993) além de surgir como leitmotiv
em outros relatos breves de Roa Bastos de distintas formas
como em “El baldio”, “El viejo señor obispo”, “El karuguá”
entre outros. As reminiscências bélicas surgem em ensaios
ou em sua ficção como um tema recorrente, ora, concei-
tualmente, para explicá-lo como interrupção trágica do
desenvolvimento nacional com a perda territorial e a ani-
quilação populacional, ora, ficcionalmente, como meio de
criar uma simulação do real.
Um rápido cotejo entre os dois produtos cinematográ-
ficos: Hamaca paraguaia(2006) e Chóferes del Chaco(1960)
sobre a mesma guerra , evidencia diferenças de tratamento,
estilo e enfoque, pois, se a direção de Lucas Demare de
Chóferes del Chaco impõe a ação dramática no âmago de
uma locação que vai do épico ao trágico na viagem do ca-
minhão de abastecimento de água de Asunción ao Chaco
e os entrecruzamentos de histórias particulares e conflitos
e o coletivo, pondo nisso a marca de um ritmo alucinante,
melodramático, em termos de ação, a Hamaca paraguaia
retém o tempo, comprime a ação e restringe no espaço da
rede doméstica sem teto, contraindo de forma a que o mo-
vimento da câmera, dos corpos das personagens, do som e
da voz ficassem todos na expectativa de um retorno de um
ente jovem, de uma geração perdida no conflito bélico. Se a
ação do filme Chóferes del Chaco (a partir de sua própria de-
nominação) remete aos que conduzem os espectadores para
das relações entre a literatura e as outras artes, principal- a vanguarda dos acontecimentos bélicos, Hamaca paraguaia
mente a visual. Neste sentido, cabe a observação de que o ( também pelo título) não deixa dúvidas sobre a espera que,
universo pluriétnico e em diglossia do Paraguai emerge na em lugar do campo de batalha, traz a retaguarda, a fim de
obra de Roa Bastos, através do jogo entre escritura e orali- mostrar a ruptura humana intergeracional provocada pela
dade lúdica, como se fosse impossível domar a linguagem guerra. No primeiro filme, a água vai se derramando pelo
de prestígio que é o castelhano, sem o jogo do canto, do caminho, enquanto os soldados morrem de sede no front
sussurro, do rumor e do silêncio que subjaz no universo sob a angústia cúmplice do espectador. No filme recente há
subterrâneo do guarani. uma dúvida constante sobre a chuva: “Cai não cai?” A água
A partir de Lacan, pode-se considerar o imaginário que viria do alto simbolizaria a providência divina? Uma
como advindo da experiência da imagem que retém suas espera entre nuvens vai adensando o diálogo de uma sede
conotações espaciais e visuais e seu caráter pré-verbal, esse existencial.
registro pré-verbal cuja lógica seria essencialmente visual, Estabelecendo um contraponto com a linguagem cine-
precede-o como um estágio no desenvolvimento psíquico. matográfica, o romance Hijo de Hombre (1960), em forma-
Afirmações do escritor sobre a linguagem contextualizam to de uma caixa chinesa, leva a marca da história de duas
o tema: cidades Itapé e Sapukai, indicando uma estratégia escritu-
ral de silêncio, pois os espaços concretos contrastam com
Tendría que haber en nuestro lenguaje palabras que a visão dos personagens Gaspar Mora e Miguel Vera que
tengan voz. Espacio libre. Su propia memoria. Pala- sonham de modos diferentes com um lugar que não existe
bras que subsistan solas, que lleven su lugar consigo. (a utopia). Uma toponomia guarani identifica Itapé como
Un espacio donde esa palabra suceda igual que un uma pedra lisa, enquanto o outro lugar sapukai revela o gri-
hecho. (Roa Bastos 1996, p. 210) to das histórias de seus protagonistas. Estes dois elementos
acabam conectando relatos de Miguel Vera com o desapare-
Entretanto ao falar na Guerra do Chaco, vale a pena ob- cimento de Gaspar Mora em um tempo de mais ou menos
servar que Roa Bastos e colegas de seminário, com apenas um quarto de século: de 1910 a 1935.
quinze anos, em 1932, empreendem uma fuga do colégio Com base nos conceitos de Wolfgang Iser pode-se en-
em Assunção, rumo ao front a fim de “ser útil à pátria”. A tender como as referências bélicas na obra de Roa Bastos
Guerra do Chaco (1932-1935) sela para ele um ofício, o de localizam no imaginário a base de seu discurso ficcional,
jornalista que lhe daria penas em vários sentidos: a perse- mas por ter caráter difuso, esse mesmo imaginário provê
guição, a diáspora, o exílio e finalmente sua conversão em o fictício de configurações diversas, complexas que sem o
expatriado em 1982. reduzir ao real, não deixa de se revelar por sua simulação.
REVISTA PYKASU N° 2 27

Começar o artigo com um filme contemporâneo para relativo a utopias, parece válido entender um de seus co-
encontrar a voz guarani que, de modo ancestral, predica mentários:
um relato pasmado ao adivinhar um pano de fundo que era
a Guerra do Chaco, tem por objetivo, o de criar um diálogo A mí me avergonzaría escribir con exclusividad para
da correlação entre o fictício e o imaginário que a temática minorías cultas, y si estuviese forzado a hacerlo, em-
bélica traduz em obras fílmicas ou literárias sobre um es- plearía, lo confieso, todos los recursos de mi volun-
paço habitado e que flui a partir de uma oralidade ausente tad para irritarlas y sacarlas de quicio, como a mí me
para causar um efeito estético no leitor ou no espectador. irritan y me sacan de quicio su muelle aristocratis-
O produto simbólico que parte de um discurso literário mo, su desprecio, disfrazado de compasiva magna-
seleciona do acontecimento o inenarrável; neste sentido, o nimidad, por los desheredados, los explotados y los
exilado durante a maior parte de sua existência, escreve para humildes, los que, a su criterio, no deberían tener
tentar reunir “uma grande catástrofe de recordações” sobre voz ni conciencia de sus males, en su condición na-
um drama de origem: o Paraguai. Ao trazer à baila as alu- tural e irredimible de sumergidos, sumergidos bajo
cinações de um cotidiano de violência, o fictício e a ilusão la línea de flotación de la cultura, detritos humanos
ativam a evocação de imaginários. que ruedan fuera de la literatura, pero que a nosotros
É certo que, na contemporaneidade, Hamaca paraguaya nos permiten nuestros “ocios creadores”. Rehuso
busca recriar o imaginário com procedimentos diferentes adscribir mi literatura a esta especie de neutralidad
ao assumir a língua guarani como sonoridade que trans- benévola en favor del arte y la cultura ...De una ma-
forma a presença do som em ausência da ação como traço nera u otra, todos hemos tomado partido. Por eso no
de recusa do dramático. Esse contraste provoca tensão no existe en la actualidad literatura que no sea ENGA-
espectador. Entre o fictício e o imaginário estabelecem-se GÉE. Y si el privilegio de la libertad es la posibilidad
outras pontes e fusões. de elección, yo no podría elegir el partido de los que
Como escritura, a obra de Roa Bastos, poderia ser lida tratan de retener la cultura como patrimonio y pose-
como a elaboração entre o fictício e o imaginario que fre- sión exclusiva de una minoría de espíritus selectos y
quenta um rito de restos. Restos de memória de ritos an- predestinados. (Roa Bastos,195, p. 6)
tigos, no caso da guerra e que ao invocar passa a parodiar Como se pode ver o depoimento do escritor, faculta-lhe
e tornar risível o que se constitui em drama coletivo, caso a crítica ao apelo que vem de longa tradição vanguardista
das opções romanescas a partir de Yo el Supremo(1974) e El ibérica com a desumanização da arte de Ortega y Gasset,
fiscal(1993). que, na primeira metade do século XX, localizava os escri-
Neste sentido, sua obra poderia estabelecer um diálogo tores na esfera de uma elite espiritual, selecionada entre a
com outro tipo de estética visual, a de um artista paraguaio, massa por sua capacidade de entender os caminhos críticos
Ricardo Migliorisi que, nas décadas 1960 e 1970, fez do da arte no contexto urbano e moderno.
fantástico, do erótico e do caricatural e do absurdo uma Diferentemente do depoimento de Augusto Roa Bastos
escapatória e construiu disparates com suas mulheres ves- de 1957, é aquele que, em 1986 buscava operar o campo
tidas de sapatos, com pernas na cabeça e patas de avestru- estético, mesmo que, de fora, a partir do imaginário para-
zes. Migliorisi cria performances, audiovisuais em séries de guaio de uma cultura cindida, como a da mitologia guarani
monstruos e víctimas (1971), que, segundo o que afima dos “palos cruzados – yvyra-juasa” – como suporte do mun-
Ticio Escobar: do, cuja colonização afirmou o sincretismo da cruz cristã,
[...] las denuncias de Ricardo siempre se zafan y se embora não seja equivalente como se pode exemplificar
convierten en cualquier otra cosa, y la crítica que com um relato particular no romance Hijo de Hombre. Aí
hace de lo social debe buscarse más en su actitud há uma cruz imensa esculpida por Gaspar Mora, que era le-
general de insolencia ante todo lo establecido, de vada na procissão de Itapé, no entanto sob a simbologia do
hiriente mordacidad hacia diferentes aspectos de símbolo cristão que recordava Jesus que quis morrer pelos
la sociedad, que en los sucesos mismos que repre- homens por determinação divina, o que emerge no roman-
senta...Migliorisi no denuncia lo procaz, lo kitsch ce é a suspeita que reclama outra figura (Gaspar Mora) que
y lo ridículo sino que los expone con naturalidad e desafiou as leis e foi sacrificado pela injustiça e que, por
indulgencia y hasta con indisimuladas muestras de isso, a cruz, ao ser transportada em ritual, reforçaria laços
simpatía: el humor impide que lo malicioso se vuel- de resistência ao poder e da solidariedade para seguir com
va impudico y lo licencioso obsceno. (Escobar 1986, uma luta clandestina, após a sua morte – yvyra juasa.
pp. 21-22) A escritura de Roa Bastos disputa um belicismo entre
um imaginário pressentido do guarani (a literatura ausente
Ao reconhecer a crueldade da arte como a infância e da maioria) e o da língua escrita do colonizador – o caste-
que teria uma sinceridade descarnada, Ricardo Migliorisi lhano que se refaz como silêncio carregado de cicatrizes e
encontraria nela, precisamente por isso, uma dignidade. fissuras na matéria da linguagem partida. Por isso em 1986,
E se, realmente, Roa Bastos tornou-se conhecido como na conferência que virou ensaio “La narrativa paraguaya en
parte do rol de escritores de uma literatura épica e engajada, el contexto de la narrativa hispanoamericana actual” há esse
portanto utópica, hoje execrada como parte de uma figu- apelo:
ração autônoma do campo literário, parece-me importante
ser lido também como um crítico que, mesmo carregando Fundir la voz de la oralidad en la escritura, si no en
o rótulo de autor da nova narrativa latino-americana dos su materialidad fónica, , en su radiación mítica y
anos 60, apresenta um texto aberto a leituras na contem- metafórica, al menos en su riqueza semántica, en sus
poraneidade. Assim e em função da proposta do colóquio modulaciones sintácticas que hablan musicalmente
de la naturaleza, de la vida, del mundo, de las nocio-
28 REVISTA PYKASU N° 2

nes primordiales de una cultura milenaria; nociones Em 2001, em sua última fase, já de volta ao Paraguai,
y mitos que aún están ahí, al alcance de las manos y a novela Frente a frente argentino que faz parte do “tetrali-
del espíritu, al pie del televisor, que verberan todavía vro” com outros escritores em conjunto Los conjurados del
en el vacío calcinado donde antes reinaban las gran- quilombo del Gran Chaco (2000), Roa Bastos reflete sobre
des selvas, que las colosales estructuras de la mayor a Guerra da Tríplice Aliança, em que fixa um novo proce-
empresa hidroeléctrica del mundo en construcción dimento: a desistência do ato de narrar. Usa como procedi-
no han logrado aplastar ni borrar aún. (Roa Bastos mento dramático o teatro e parte diretamente para a função
1986, p.134) fática e dialógica de uma cena dissimulada entre dois argen-
tinos que, embora sendo de mesma nacionalidade, contras-
Essa alusão à cultura guarani e seus valores que pode tam em sua visão da guerra. Trata-se de Bartolomé Mitre,
ser reconhecida por um livro sagrado como Ayvu Rapita, o general presidente e o tenente pintor que perde a mão
coletado por Leon Cadogan em 1959 (ainda tão pouco co- direita na batalha de Curupaity: Cándido Lopes. Entre o
nhecido), opera como um subtexto em obras do final da militar e o artista se estabelece o questionamento. Segue a
vida de Roa Bastos como Contravida (1994). suspeita na enunciação que não assume a forma dramática
Considerando os gestos como saberes, entenderemos na página e tenta, a cada passo, enganar o leitor com o di-
por arquivos como “o passado selecionado e reempregado álogo camuflado que abaixo exemplifico a partir do auxílio
com marcas do presente e que se esculpe nele graças a uma do itálico (meu):
multiplicidade de passados” (1996, p. 200), como diz Mi- Esta guerra me quema los talones pero no puedo retro-
chel de Certeau. Os usos polissêmicos dos lugares e dos ceder. Esto es lo malo de la guerra, señor, avanza la venganza
objetos implicam em artes de fazer com (De Certeau 1996, y no deja nada a su paso. He pensado unas cuantas veces en
p. 200). Esse “fazer com” de Augusto Roa Bastos identifica la culpa de los inocentes. No creo que piense en otra cosa; con
uma escritura polifônica. perdón, don. ¿Ve esta matanza? Es el dibujo de la batalla de
No vai e vem entre dois papéis exercidos simultane- Tuiutí. Hay mucho humo, maestre; será porque ya pasó. No
amente o do crítico e o do escritor, vale recordar que os deja ver como quisieras. Vea a través de la humareda, señor.
livros de contos El trueno entre las hojas, El baldío e nos Las profecías se hacen mirando el pasado. El presentimiento de
primeiros romances Hijo de hombre (1960) e Yo el Supre- la verdad es superior a la verdad, dicen. La sangre es invisible
mo (1974) tomam corpo também o crítico e o mediador hasta que la guerra la descubre, le da color, consistencia. Tal
cultural que disputa uma visão propriamente política, por vez mis colores traicionen la realidad, pero no puedo pintar la
um lado como crítico ao regime autoritário de Stroessner, traición de otra forma. ¡Que obsesión, Cándido! ¿que tanto
e por outro, no campo literário, como capaz de desafiar pintar carnicerías y refriegas? Pinto lo que usted me muestra,
as opiniões de líderes emergentes como Carlos Fuentes ao general. (Roa Bastos 2001, p. 2)
comentar que: Segundo Bakhtin, a palavra é o território comum en-
¿Pueden los escritores de las culturas equivocada- tre locutor e interlocutor. (Bakhtin 1992ª, p. 113). Podem
mente llamadas periféricas, sometidas a las sutiles y a dois personagens ocupar o mesmo território da fala? A or-
veces brutales coacciones de la dominación imperial dem simbólica, normalmente, constrói um território na
en las diversas formas de dependencia, insertarse sin transcrição, mas nesta linguagem ficcional se confunde e a
más en esa zona neutra y libre que él llama la “excen- palavra corresponde a um espaço desterritorializado, mes-
tricidad central sin polo y adoptar deliberadamente mo que a ideia brinque com contradições, oposições e o
los mitos universales? (Roa Bastos 1986, p. 123) dilema entre razão e emoção, disciplina, liberdade, poder e
arte. Neste sentido, há uma fissura que o leitor deve acei-
Roa Bastos não teme contrapor-se ao líder tácito en- tar, caso queira seguir lendo o texto. Essa entidade dinâ-
tre os autores do boom – Carlos Fuentes – ao dizer que mica que o dialogismo provoca, desorienta a sequência, a
as obras mostram a necessidade criativa de se manterem homogeneidade, a harmonia da ficção e a ambiguidade da
fiéis a suas culturas que quanto mais fundas, seriam mais alteridade constantemente, faz da dúvida o abalo da língua.
universais. A imaginação mítica estaria inseparável da uni- Quem fala aqui? Tal discursividade não delimita a inter-
versalidade das estruturas da linguagem e do contexto his- subjetividade nessa experiência da linguagem volúvel, sem
tórico e social porque em sua escritura falaria o imaginário territórios específicos, inserida pelo relato que perambula
da diglossia, tem voz o guarani interceptado pela língua ar- entre os limiares, provocando a performance como condição
tificial que combina o discurso com a ausência? Entretanto, única de escritura.
essa proposta do sujeito transterrado também combinaria Seja a Guerra Grande, que, por ter sido perdida, provo-
com o regime intercultural em que sobrevivia as interações ca o trauma, seja a do século XX, a do Chaco, ainda que
identitárias de um intelectual alijado de um meio e já im- vitoriosa, há sempre a guerra espreitando a narrativa como
pregnado de outros valores culturais que vai introjetando parte ou memória do território, aquele espaço de lingua-
em suas epígrafes fragmentos transterrados como esse: “no gem que deixa o narrador de fora. Há sempre relatos que
importa quien habla. Yo no estaré aquí. No seré yo. Me vão armando para o leitor uma guerra interna à própria lin-
iré lejos, no diré nada. Alguien va a intentar contar una guagem – interrelatos e as diferentes formas de relatos, que
historia.”(Becket, Apud Roa Bastos, 1993, p. 7). Afirmar- o circundam e se tornam descontínuos, mudam de signos
-se como diaspórico significava trazer o repertório insólito (de verbais em Yo el Supremo, 1974) passam a corporais (Yo
e sem lei. Mais que o universo do desterro, o enunciador el Supremo, 1998 - drama) e de verbais (“El trueno entre las
suspeita no processo que descreve e no movimento pen- hojas”, 1953) bordam o roteiro para uma linguagem visual,
dular de sentidos que vão e vem – na terra em trânsito, no fílmica: El trueno entre las hojas, 1958) que, se por um lado,
território incerto – transterrado. pode adequar-se a uma cinematografia, cabisbaixa aos mo-
delos ho Em outro ensaio “Entre lo temporal y lo eterno”
REVISTA PYKASU N° 2 29

Roa Bastos alude às missões jesuíticas como utopia antico- das Humanidades que ao apresentar poéticas transterradas
lonialista e mostra como essas construções, aparentemente, como a do expatriado (ainda carregado pelos altares de um
simplificadas, mesmo sem ter o brilho de uma cidade como nacionalismo anacrônico) dialoga com o presente de um
a de Campanella, encarnou-se na realidade o que acarre- direito recusado com a habilidade jurídica etnocêntrica na
tou em sofrimento, daí adviria sua complexidade, além Tríplice Fronteira. As poéticas transterradas não denuncia-
de explicar que para ele a utopia faria parte intrínseca da riam apenas a ausência de território (teko) de suas cultu-
condição humana, de seu universo mental e espiritual, em ras condenadas à extinção que, entretanto, resistem ou de
busca de suas obsessões centrais. “lo malo de los hombres seus direitos ou de seus autores perseguidos, mas assimila-
sólo adviene cuando se transforman en estereotipos.” ( Roa ria também o não-lugar da própria literatura. A autono-
Bastos, 1991, p.47). Entretanto, seu interesse pelas missões mia do campo literário que hoje se volatiliza suscita o risco
não se deteve na produção reflexiva, mas acompanhou sua de diferentes buscas. Josefina Ludmer constata a vez das
trajetória dramatúrgica. Aludindo aos heróis e mártires, xa- literaturas pós-autônomas, Walter Mignolo alude aos qui-
mãs e uma elaboração dialógica entre passado e presente, nhentos anos de um imaginário da civilização ocidental que
contribui para o imaginário dessas missões, ao criar Tierra inventou uma exterioridade interior que, no outro, gerou a
sin mal (1998), uma peça teatral que, em forma de um auto colonialidade do poder.
sacramental, usa o gênero barroco em chave vanguardista, A globalização convive com as migrações que, certa-
criando em cinco atos diferentes temporalidades para tratar mente, caminham em busca de umas “terras sem males”,
de um drama transnacional que se centraliza o drama em quando chegam do lado de lá das fronteiras Norte/Sul
outra guerra a de expulsão dos jesuítas em 1757. mas aqui em uma fronteira qualquer da América Latina,
Entender como a literatura em movimento pode captar “também se criam as condições para [quem sabe?] emer-
esses dispositivos, viabilizá-los ou desocultar tais operações gir rearticulações dos saberes culturais ameríndios e afro-
culturais pode ser a ousadia dessa proposta que parte da -americanos”. (Mignolo 2005) e nesses lampejos de busca
leitura de um filme como La hamaca,passa pela obra de teórica observar como se dão as interfaces entre relatos vi-
Augusto Roa Bastos, mas não se fixa no território de uma suais como a de Hamaca paraguaya (2006) e a obra de Roa
literatura como cânone e prática letrada de um país em Bastos, com a roteirização de um fragmento (a missão) de
particular, porque transterrada em sua poética divaga e se Hijo de Hombre em Chóferes del Chaco, ou no teatro sem rú-
retoma na complexidade com a busca da teko. Esse ter- bricas e sem travessões em um formato novelesco de Frente
mo guarani que se encontra no Tesoro de la lengua guarani a frente argentino (2001) haveria a possibilidade de fixar as
(1639) apresenta como significado: “modo de ser , modo poéticas transterradas, articuladas a uma abertura dos limi-
de estar, sistema, ley, cultura, norma, comportamento, tes entre as diversas artes a que Claus Clüver chama de um
hábito, condición, costumbre...” (Montoya 2011, p.545) repertório intermidial, algo que a poética de Roa Bastos foi
que Bartomeu Meliá complementa com a tekoha “lugar delineando ao longo de sua obra.
donde se dan las condiciones de posibilidad del modo de Ao transformar a diglossia em silêncio e rumor da ora-
ser guaraní. La tierra concebida como tekoha, es ante todo lidade em guarani, a escritura de Roa Bastos constrói em
un espacio sociopolítico...sin tekoha no hay teko. (Meliá, castelhano o insólito de uma ayvu que rumoreja, balbucia
2004, p.21). uma voz oculta e em trajetória dispersiva possibilita redun-
Essa constatação de Meliá explica o diálogo que pode ha- dância de um ritmo ausente e coincide com outros artistas
ver entre a poética transterrada de Roa Bastos e o presente paraguaios (Paz Encina e Ricardo Migliorisi) que, em seus
“sin tekoha” dos sujeitos que vivem nas aldeias Ava-Guarani procedimentos, reiteram tensões que narram, a seu modo,
em São Miguel do Iguaçu /Santa Rosa do Ocoí, Paraná (Bra- as matrizes culturais que desconstroem o relato, a imagem
sil), em uma vida que opera pelo assombro, entre os campos e provocam o mal-estar da opressão ou o humor negro; a
de soja coberto de agrotóxicos e o Rio Santa Clara, lodacento máscara, que serve para ocultar ou assinala como o silêncio
e turvo, onde as crianças matam a sede, enquanto as garotas opera modos de performar ritos de restos que trazem uma
caminham até a rodoviária de Cascavel para se prostituírem comunidade imaginada para fora do território vigente.
na esperança de consumirem o que adi-
vinham pelos outdoor e os anúncios da
televisão. A maior hidrelétrica da Amé-
rica do Sul – a Itaipu – segregou a mais
de setecentos guarani a uma nesga de
terra sem caça e a um rio envenenado
denunciado pelos líderes Guarani da
região e pelo discurso do xamã Guilher-
me Tupã Ñevangaju Rocha que adverte
a todos da carência de espaço pra vive-
rem no documentário Guataha (2015).
Jacutinga, a aldeia submergida tinha
sete vezes mais hectares que os duzen-
tos metros pra onde foram transferidos
“provisoriamente” os Ava Guarani.
Santiago Castro-Gómez afirma
como a globalização produz uma mu-
dança dos dispositivos mundiais de
poder e a descolonização seria a tarefa
30 REVISTA PYKASU N° 2

ROA PERSONAL

Mi padre, un privilegio
Mirta Roa Mascheroni

“Un pueblo sólo es libre por voluntad del espíritu co- mundo yacente, sufriente, injusto y llevarlo hasta los con-
lectivo, y por nadie más que por él mismo puede ser fines de la tierra, tierra a la que también defiende, porque
liberado” fue asimismo quien lanzó sus llamados de atención sobre la
A.R.B. destrucción que hace el hombre de su habitat.
Es un escritor que habla de la necesitad de la integración
de los pueblos, del respeto por las culturas ancestrales, la
necesidad de la educación, como único vinculo con la liber-
Augusto Roa Bastos, un paraguayo, un latinoameri- tad, como arma para relacionarse de igual a igual.
cano, un ciudadano universal, no sólo porque es un gran He tenido un gran privilegio con mis padres, mi ma-
narrador, ni porque pudo plasmar en su obra el espíritu de dre que fue la roca donde apoyé siempre mi pie, siempre
su idiosincrasia, sino porque fue y es la voz de los que no enamorada de mi padre, y él, que se comunicaba conmigo
tienen voz, la escritura de los pueblos ágrafos, observador desde la emoción y desde el cariño, y sabia entender mis
profundo, voz de un colectivo, voz de los pueblos que na- angustias, mis soledades y darme la palabra que me volviera
rran su historia. a centrar y encaminar. Fue un padre distinto, distinto a lo
Entendió como pocos cual es el verdadero oficio de la que uno cree que debe ser un padre, pero igual de impor-
palabra, tomó como misión difundir los conflictos que tante, igual de significativo, igual de protector. Él no quería
amedrentan, retrasan, amordazan a los seres humanos. Pero interrumpir nuestras vidas ni alterarlas, siempre se mantu-
no sólo lo puso por escrito, hizo de la escritura la estética de vo cerca a pesar de la distancia.
la escritura, la estética del lenguaje, la estética hasta de los El contacto permanente con su obra en la actualidad me
temas más deleznables de nuestra raza humana. ha despertado muchas preguntas que ya no puedo hacer.
Su texto como recordatorio perenne, como llama que Quedarán en suspenso, hasta que pueda contestarlas por mí
alumbra en la noche del oprobio y la ignorancia, como es- misma, así como cuando salió Yo el Supremo y me dijo que
pada que combate la opresión, como ser humano, lleno de había una trampa o truco en la novela.
amor por los suyos, de fe en los jóvenes, de optimismo por Mucho pensé en eso, incluso asistí a dos maestrías en la
un futuro con justicia social. Universidad Simón Bolívar, en Caracas, sobre el Supremo.
Es un escritor por la fuerza de su lucha, pero no es so- Y en el 2004, cuando por fin me animé a preguntarle cual
lamente escritor, ese es su vehículo, para expresar todo ese era la trampa me contestó: “¿yo dije eso?”

Mirta y Carlos Roa, con su padre.


REVISTA PYKASU N° 2 31

El héroe de Augusto
Fabián Chamorro
Historiador, miembro de la Academia Paraguaya de la Historia

Todos conocemos la historia del niño–soldado Augusto de mi error, solo me quedaba determinar la unidad a la que
Roa Bastos que, en 1932, escapó de su casa para alistarse sirvió y el lugar donde pereció.
en el ejército durante la Guerra del Chaco. Tenía entonces Buscando en los archivos del Ministerio de Defensa
15 años de edad. No luchó en el frente, pero el dolor que Nacional y otros acervos del ejército, encontré que Casco
presenció lo marcó profundamente. Esa experiencia, la que formó parte del RC 9 “Capitán Bado”, de la I División
vivió en la retaguardia, le brindó vivencias que alimentaron de Infantería, llamada popularmente “División de Hierro”.
su literatura. Ésta combatió durante meses contra la IV División boli-
En estos días –en los que justamente conmemoramos viana, en Gondra. En uno de esos entreveros, que muchas
su centenario– lo encontré de casualidad mientras realizaba veces terminaban en verdaderas masacres, Casco fue herido
una investigación en la Biblioteca Nacional. Esta depen- de gravedad. En aquellos caminos polvorientos y en medio
dencia, que cuenta en sus anaqueles con la mejor hemero- de temperaturas extremas, evacuaron a retaguardia al vale-
teca del país, nos permite recorrer la historia del Paraguay roso teniente.
a través de revistas y periódicos, desde el gobierno de don Y contra todos los pronósticos, sobrevivió. Los datos me
Carlos Antonio López. Un trabajo que exige paciencia y llevaron al 23 de octubre de 1931, donde Casco, un bisoño
cuidado del material de estudio. estudiante de la Escuela de Comercio, arengaba a los jóve-
Mi indagación, que abarca desde julio de 1932 a ju- nes para pedir justicia en el Chaco invadido por Bolivia.
lio de 1933, es sobre los caídos en la contienda chaqueña, Aquel luctuoso día, el Paraguay vivió una página negra, por
aquellos héroes y mártires olvidados que sucumbieron ante la muerte de estudiantes del Colegio Nacional.
las balas y las bombas bolivianas. Roa estuvo cerca de algu- Por su formación en contabilidad, cuando se inició la
nos, en sus últimos minutos; quizá sirviendo un poco de guerra, Casco fue enrolado como oficial de administración,
agua, o limpiando las heridas, o simplemente para sostener un cargo de retaguardia. Unas semanas después, solicitó su
la mano del que se iba de esta vida en medio del infierno traslado a puestos de combate. Debido a las heridas sufridas
verde. en el teatro de operaciones, su nombre aparece en un lista-
Lo que encontré fue un poema, que en principio no do de lisiados de la contienda.
llamó mucho la atención, rodeado como estaba de fotos, Al parecer, sus limitaciones físicas y los traumas propios
noticias y la propaganda propia de cualquier conflicto ar- de la guerra, no contuvieron su espíritu de lucha. Se adhi-
mado. En cada periódico, que mezclaba el heroísmo de los rió por completo a la causa de la revolución de febrero de
paraguayos, la solidaridad de su pueblo y el sufrimiento por 1936, que lo encontró entre los más entusiastas.
la muerte de sus jóvenes, se encontraban escritos históricos Con los ideales de Rafael Franco disipados por la ines-
sobre la posesión paraguaya del Chaco, y poemas y cantos tabilidad política de la época, Casco terminó fuera del país,
entregados a la patria. exiliado. Solo encontré dos datos más, su doctorado en
“El Héroe”, es un soneto fechado el 22 de marzo de ciencias económicas y su fallecimiento en 1950. Al parecer,
1933. Al menos tres de sus versos tienen en realidad 12 su lucha, que era la de muchos paraguayos, llegó a algunos,
sílabas: peccata minuta, considerando que nuestro poeta pues una calle de Asunción lleva su nombre.
todavía no había cumplido los 16 años, pero empezaba ya Difícilmente sepamos en qué circunstancias trataron
“a sentir en la cabeza breves ansias de laurel”. El poema Roa y Casco, pero creo que con esta publicación estamos
está dedicado al Teniente Sindulfo Casco, quien fue segu- cumpliendo el anhelo del primero: lograr que el valiente
ramente uno de aquellos valientes tenientes de pelotón que teniente sea, por lo menos brevemente, recordado por sus
encabezaban las temibles cargas a las trincheras enemigas. compatriotas.
Esos oficiales, la mayoría de reserva,
instruidos prontamente por la difí- EL HÉROE
cil situación que vivía el Paraguay, Al Tte. Sindulfo Casco
luchaban en la misma línea que sus En fogoso corcel de pecho abierto
soldados. Al inicio de la contienda, ligero como el rayo se abalanza,
a mediados de 1932, fueron funda- en medio del furor a que se lanza
mentales para sostener un ejército la singular batalla en el desierto.
que estaba aprendiendo a pelear. Parte como el viento, corta y acribilla,
Al leer el breve pero emocionado hiere y mata y avanza con denuedo,
escrito de Roa, concluí, inexactamen- con valor inaudito en el enredo,
te, que Casco había perecido en com- enristrada la lanza que se astilla...
bate. A principios de 1933, con la A lo lejos: la columna desbandada...
férrea defensa paraguaya expulsando la cortina de polvo que a la huída
dejó tras sí, por cubrirse avergonzada.
a los bolivianos de las trincheras que En el aire: el fragor que se disgrega
rodeaban Nanawa, Sindulfo Casco en retumbos la nota desunida.
sería otro nombre inscripto entre los Y abajo: el héroe que a la gloria llega.
caídos en el puesto de honor. Seguro Augusto Roa B.
Asunción, 22 de marzo de 1933.
32 REVISTA PYKASU N° 2

Las “groupies” de Roa Bastos


Mónica Laneri

En una época tan convulsionada por ideales e intere-


ses confrontados, en los rebeldes ámbitos de la Facultad de
Filosofía UNA, yo cursaba periodismo, en tanto que en la
redacción de un diario, en medio del humo del cigarrillo y
el golpeteo de las máquinas de escribir, pulsaba mis prime-
ras teclas.
La primera vez que lo vi quedé fascinada. Estaba en mi
carácter de pasante de prensa en algún tipo de recepción
donde también se encontraba Don Augusto. Se lo veía tan
sencillo y sereno. La gente conversaba y circulaba a su al-
rededor pero él se había quedado solo y tan pequeño en
medio de tantas presencias que charlaban animadamente.
“Es la mía”, pensé y decidí aprovechar.

—¿Usted es…? –me acerqué y le pregunté con una


sonrisa que supongo tenía mucho de pícara pues
todo el mundo, al menos en ese salón, sabía quién
era él.
—Ya no soy... era… –respondió con la misma picar-
día – Cada vez soy menos…
Y eso fue todo. La que se hizo “menos” en la breve
charla, había sido yo. Supongo que cualquier lec-
tor podría concluir en que mi relato nada tiene de
extraordinario. Tendría razón. Pero era ROA. YO
–aspirante a escritora y periodista de 19 años- ha-
Corría el inicio de la década de los 90. No hacía mucho
bía hablado con ROA. Había tenido la osadía de
que Augusto Roa Bastos había ganado el premio mayor de
acercarme y hablarle, de intentar sonar simpática, y
las letras hispanas: el Cervantes, el mismo año en que un
golpe de Estado –de consuegro a consuegro- acababa con él, con mucha generosidad, simplemente me había
más de treinta años de dictadura en nuestro despojado co- seguido la corriente. ¿Cómo explicar lo que para un
razón de América del Sur. Supongo que al día de hoy, así aspirante a escritor significaba conocer e intercam-
como es difícil explicar en qué exactamente consistía vivir biar aunque más no sea por segundos, con el escritor
en una dictadura, porque esa comprensión se logra más por paraguayo más reconocido en el mundo?... con al-
la piel que por el intelecto, del mismo modo, explicar lo guien que no solo había hecho un camino impor-
que es amanecer con derecho a hablar y a disentir sin cuchi- tante en la literatura, también se había manifestado
cheos y precauciones; con clases de “Política” en mi último en favor de la libertad y de valores que le costaron
año de secundaria, todo eso era tan loco como asimilar que décadas en el extranjero y lejos de su patria. La com-
uno de los “cucos” fabricados por el general: el malvado paración más ilustrativa que se me ocurre es la del
escritor subversivo Augusto Roa Bastos pisaba nuevamen- rock. Roa Bastos era una estrella de rock y yo era
te suelo guaraní… bueno, en realidad, el piso del Hotel
una joven fanática, aspirante a artista, que conseguía
Guaraní (uno de los pisos de arriba). Hasta meses antes del
extraordinariamente una breve y fugaz cercanía a su
golpe, la realidad de muchos jóvenes, que formaban parte
de ese sentimiento cada vez más generalizado que se pro- ídolo. Hasta allí había llegado mi aplomo; luego vol-
nunciaba y afanaba en favor del retorno de la democracia, ví a percibirme como la chica tímida que en realidad
consistía en participar de festivales de protesta, reuniones y era y me retiré silenciosa y apresuradamente tras bas-
marchas, pasarse algunos libros y materiales “prohibidos” tidores preguntándome de dónde me había nacido el
soñando con una romántica revolución, en muchos casos coraje para hablarle.
con la boina “guevariana”.
REVISTA PYKASU N° 2 33

Aún no aterrizaba de la emoción tras el encuentro, de fanáticas. Supongo que en sus tardes de ocio, durante las
cuando mi amiga Sonia me comentó lo que ya sabía: varias periódicas visitas a nuestro país, Don Augusto disfrutaba de
chicas, también escritoras incipientes, realizaban visitas a compartir con los jóvenes paraguayos un mundo del cual
Don Augusto y conversaban con él como si fuera el vecino estuvo privado durante tanto tiempo.
en una ronda de tereré en las veredas del barrio. Habría que No deseo inventar o tergiversar sus dichos, porque ja-
ubicarse en el contexto de la época para comprender lo que más tomé apuntes o grabé aquellas conversaciones, mucho
significaba tener nuevamente a Roa en nuestro país; alguien menos tomé fotografías, que reitero no era una costumbre
de quien la juventud de entonces había escuchado hablar muy arraigada en la época. Mi memoria cree haber rescata-
en susurros o, tal vez, leído… hasta ahí. do un par de frases. En una de ellas, Don Augusto afirmaba
A instancias de Sonia, una tarde hicimos nuestra espe- que el escritor es “un reciclador de palabras”. En otra ase-
rada incursión literaria. Llegamos al Hotel Guaraní y ave- guraba que estaba gratamente sorprendido por la creación
riguamos el número y piso de la habitación que ocupaba literaria en el Paraguay; y que en especial admiraba a los
Don Augusto, como lo llamaba la gente a su alrededor. poetas, y todavía más a las poetas. Así lo decía él, y eso sí lo
Subimos por un estrecho ascensor, un tanto ansiosas. Toca- recuerdo bien: MUJERES POETAS.
mos a la puerta y casi nos desmayamos. El que nos recibía Alguna vez le preguntamos acerca de la nueva ola de
era el mismísimo Augusto Roa Bastos. novelistas latinoamericanas de ese entonces.

—Pasen –nos dijo muy natural al ver nuestras caras —Mastreta sí hace literatura –dijo descalificando la
de asombro afectadas por un mutismo selectivo. pluma de Allende, muy popular por entonces.
Y bueno… también podía ser lapidario y se com-
Había un pequeño living y Don Augusto ocupó el sillón prendía que en literatura no hiciera concesiones.
individual para dejarnos a nosotras compartir el sofá. Está- Había que ser muy tonta para interrogar a un Pre-
bamos en el living de nuestro Premio Cervantes, departien-
mio Cervantes acerca de una generación de nove-
do con él como si nada… Click - selfie y un: “Casual con
listas latinoamericanas entre las cuales destacaba en
Don Augusto”; algo así habría sido la publicación en las
redes sociales si el encuentro se hubiese realizado en estos el consumo masivo una escritora bendecida por el
tiempos de internet. Pero aún faltaba para eso y en nues- éxito comercial. Probablemente agradecí al Parnaso
tra costumbre retratar los momentos no formaba parte del no haber preguntado por Coelho…
cotidiano. Tiempo después Don Augusto fijó residencia en Pa-
Estábamos “cortadas”. Ni Sonia ni yo tuvimos las raguay y adquirió una vivienda. Todavía fuimos con
fuerzas o el ingenio para articular palabras; así que nues- Sonia a perdernos en buses y aquel barrio indagando
tro involuntario anfitrión tomó las riendas y comenzó un la ubicación de nuestro “Cervantes”. Una vez más
monólogo en ese sentido “divagante” que utilizaba con al- llegamos y el ritual se mantuvo. Nos abrió la puerta,
gunos personajes y obras. nos invitó a pasar y se sentó a conversar. Esa vez tam-
No importaba lo que él dijera: era mágico y trascenden- bién conocimos a una enfermera. Nuestra estrella de
te. Era existencial. Estaba trazando el rumbo de nuestras rock se hacía mayor y precisaba cuidados de salud.
vidas (imaginábamos). No hablaba del clima ni de la si-
No obstante, continuaba “rockeando”.
tuación política o de los trajines del día a día. Reflexionaba
Probablemente fue la última de esas tardes de en-
en voz alta sobre su filosofía de vida, su relación con la na-
turaleza y el universo, la humanidad en su más alto senti- sueño que Don Augusto nos había regalado. Lue-
do. El “Supremo” charlaba consigo mismo y con nosotras, go fueron la vida, los compromisos laborales, ese ir
permitiéndonos pequeñas interrupciones para responder a y venir que nos hizo dejarlo solo, tal vez, para que
nuestras preguntas. otros jóvenes aspirantes a escritores, de tiempos más
Si mal no recuerdo íbamos antes de las horas de clase, nuevos que los nuestros, tentaran el privilegio de
así que teníamos un tiempo limitado, un tiempo que no acompañarlo alguna tarde.
desentonaba con las buenas maneras. Nos despedimos lo Lo vi una vez más. Llevaba años como periodista y
menos torpe que pudimos, tras aquella primera visita. Ba- en ese momento me pidieron grabar un especial con
jamos aún en estado de mutismo hasta llegar a la vereda y él para el noticiero de Red Guaraní. Y allí fui bus-
atinar a cruzar miradas incrédulas. No sé si ya lo habíamos cando su “isla rodeada de tierra”, ese nombre que él
pactado pero el pellizco fue mutuo. Sonia y yo necesitába- le había dado a nuestro suelo. Tantos años después
mos saber que no habíamos soñado.
y al cumplirse cien años de su nacimiento, recuerdo
Las visitas se repitieron algunas veces más, cada vez que
aquella frase y pienso en que el Paraguay es y será a la
Don Augusto visitaba Asunción y se hospedaba en el Hotel
Guaraní. Creo que él nunca supo quiénes éramos y, proba- literatura del mundo “una isla rodeada de Roa Bas-
blemente, tampoco importaba. No éramos las únicas que tos”. ¿Y cómo decirlo para que suene apropiado?...
lo visitaban. Formábamos parte de un grupo no consciente Don Augusto, larga vida al rock… Gracias totales…
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Recuerdos de Roa
Sharon K. Weaver
Traductora

Nos conocimos en Asunción en 1976. Augusto vino Comía poco el maestro. Recuerdo que cuando nos vol-
una tarde a conocer a quien hacía tiempo le buscaba para vimos a encontrar en los años ochenta, seguía menudito y
una entrevista. Beneficiada con una beca Fulbright, yo ha- más pálido. Por el contrario, en la hermosa cinta El Portón
bía llegado en octubre del año anterior con el propósito de de los sueños vemos a un Roa sonriente, sentado en un co-
estudiar la obra y recolectar información sobre el escritor medor popular de mercado, sirviéndose un espeso caldo y
paraguayo más famoso. Al menos, así lo había propuesto. conversando con un grupo de amistades y admiradores.
Tamaña tarea. La verdad es que compartí horas con fami- Y así vivió casi siempre. Rodeado de personas que le
liares y amistades de él, antes de conocerle personalmente. brindaban respeto y afecto.
Fue un hombre que marcó presencia, iluminó mentes y Se consideraba artesano de la palabra, pero con el Pre-
cavó hondo en los corazones. mio Cervantes se consagró internacionalmente como escri-
Caminábamos mucho en esos días, hablando, comen- tor. Antes, mucho antes, ya le apreciábamos como un ser
tando cosas, quedándonos por ratos a descansar en alguna especial.
parte. Me dijo que su doctor le había aconsejado caminar Cuando volvió de Europa para quedarse, le fue impor-
mucho y me invitó a acompañarle en algunas de esas cami- tante comprar una vivienda. Me dijo que quería su propio
natas. En el primer paseo que dimos, recorrimos desde la espacio, su privacidad. Su departamento está ubicado a me-
calle América, donde yo vivía, hasta la fábrica de velas que dia cuadra de la calle que hoy conocemos con el nombre
funcionaba al lado del Asunción Tenis Club, sobre España. Augusto Roa Bastos. Los tres hijos menores quedaron con
Entramos al antiguo establecimiento y Augusto se interesó la madre, luego de la separación definitiva de esa unión.
por la fabricación casi artesanal de las velas. Entabló con- Leyendo El Fiscal, me quedó la sensación de que en parte
versación de manera natural con era un reconocimiento a ella
el encargado de la tienda. Tenía y a la vez una despedida.
gran don de gente y un trato que Con los años, los miste-
inspiraba confianza. Añeté porã. Es rios y las embestidas de la
la única frase en guaraní que me vida, el entrañable Roa se
enseñara específicamente. fue aislando. Buscó su pri-
Cuando le conocí, poco tiem- vacidad pero terminó priva-
po después de la publicación de do de autonomía, según la
Yo el Supremo, Roa seguía delicado prensa y las malas lenguas.
de salud. El agotamiento físico y Su asistente se encargó de ir
psíquico de los cinco años que em- separándole de la gente que
pleó para escribir esa obra le afec- le apreciaba, que le quería.
taba aún. Cierta tarde me comen- De no atender el teléfono
tó lo de su obsesión con el Doctor pasó a cambiar el número
Francia, que el personaje de la no- telefónico. Rosa me comen-
vela se adentraba en él, que penetraba sus sueños, que el tó que enviaba a su hijo para hablar personalmente con el
Karai se le presentaba a deshora. Habló de aquello como tío, pero se le negaba acceso. Nos sentíamos angustiados.
si fuera historia reciente, pero la gravedad de su tono y la El retorno de la primogénita Mirta Roa fue decisivo
mirada en sus enormes ojos parecían desmentirlo. Ya antes, para el desenlace. Admirable ahora es su labor, y la de su
su querida hermana Rosa de Escalada me había contado hermano Carlos Roa, en pro de la consolidación del cono-
que Roa sufría de pesadillas en la época en que escribía esa cimiento sobre la figura de Roa Bastos y las obras legadas.
novela maestra. Que hablaba en sueño, se agitaba, inclusive Agradezco haber sido oyente en el Congreso Internacional
que a la noche se le escuchó gritar −“¡Me lleva! El Karaí “Augusto Roa Bastos entre la literatura y la historia”, evento
viene por mí”. magno en el que verdaderas personalidades contribuyeron
Roa y su esposa, la señora Chase, se preparaban para con sus apreciaciones. Los conceptos adelantados, abra-
volver a Francia. Ya le esperaba la cátedra en Toulouse. zando múltiples temas, constituyen parte del tesoro deja-
Recuerdo una vez que ella entró a la sala con varios escri- do. Los textos quedan cuando el autor ha enmudecido; las
tos, libros y documentos, diciéndole que era material de ideas vuelan, bailan, se recrean.
referencia para las clases que dictaría sobre literatura lati- Nunca olvidaré su voz suave, el giro de sus frases, el
noamericana. Además, insistió en que tomara el licuado de ritmo pausado al caminar. Suave su voz, suave.
durazno que le había preparado.
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LETRAS VIVAS
El sonámbulo
(Fragmento)
Augusto Roa Bastos

Mi nombre es Silvestre Carmona. La de Cerro-Corá fue, sí, la última


Nada le dirá a usted este nombre, señor “…todos seguimos batalla de aquella guerra emprendida por
Fiscal General; yo mismo me esforcé mirando en el delirio las tres naciones civilizadas, pero no con-
en olvidarlo a través de las desventuras tra nuestra nación sino contra él bárbaro
de los años. Soy el ex coronel Silvestre de una fiebre fría en tirano que la sojuzgó hasta su total exter-
Carmona de la Guerra Grande. Luché torno a esa inmensa minio. No invierta usted la lógica de la
en ella hasta el último combate de Ce- tumba, los ojos historia. A un pueblo no se le mata con
rro Corá, que acabó con la guerra y un golpe de lanza ni se le asesina con un
nuestra nación cuando el enemigo ase- pesados de tierra; escopetazo.
sinó vilmente al Mariscal Francisco So- enfermos de una Los paraguayos continuamos sumi-
lano López presidente de la República profunda enfermedad dos aun en aquella interminable pesadilla
y generalísimo de nuestro ejército. como entre el polvo de una gran catástrofe
Esa mancha cayó también sobre en la que los vivos se de recuerdos. Permítame usted, se lo digo
mí, entre los pocos sobrevivientes de diferencian muy poco sin maledicencia, señor: todos seguimos
aquella hecatombe en que se inmoló a de los muertos.” mirando en el delirio de una fiebre fría en
todo un pueblo. Tal fue mi peor casti- torno a esa inmensa tumba, los ojos pesa-
go: sobrevivir en la tortura de una con- dos de tierra; enfermos de una profunda
dena sin término. La vida entonces es peor que la muerte. enfermedad en la que los vivos se diferencian muy poco de
¿Puede acaso el que sobrevive hacerlo sentado plácidamente los muertos: si éstos no saben que han muerto, los vivos no
sobre una media verdad, ésa que queda sobre un solo filo saben que viven. Cada uno es más viejo de lo que es; cada
del sable? uno, su propio antepasado. No existen contemporáneos ni
Pese a mis antecedentes, y no obstante el papel que me sucesores. Simplemente, un día el alma no existió más; pero
correspondió en el desenlace de aquella tragedia que duró también fuimos abandonados por nuestro cuerpo; abando-
cinco años, no habrá leído usted una sola línea sobre mí en nados por todo sentimiento posible en el hombre, hasta
la multitud de folletos, memorias, crónicas e historias que por la última de las esperanzas permitidas. Así, falazmente,
se escribieron -que usted mismo ha escrito- sobre la Guerra una tranquila desesperación también pesada de tierra en-
Grande. tró a empapar nuestra sangre, a vaciar nuestra memoria de
Muchos nombres me han dado, junto con la limosna todo, salvo de aquella visión más propia de fantasmas que
pública; motes más propios para despertar la burla, que la de hombres.
piedad o la compasión. Esto último habría sido aún más No piense, empero, que yo pretenda abusar de su pa-
cruel para mí, no menos que la consideración y el respeto. ciencia, embaucarlo con mis chocheces de viejo. Sin me-
Imagínese usted al coronel Silvestre Carmona pavoneándo- moria y sin lengua, solo puedo escribir; poner lo más mío,
se, casi octogenario, con las insignias de sus condecoracio- lo más oculto de mí, en lo que hay de más ajeno a uno:
nes, con los recuerdos de cien combates y batallas durante la palabra escrita. Lo bueno de lo escrito, sin embargo, es
la Epopeya Nacional. que uno lo deja de lado y desaparece. Con solo desviar la
En cada tramo de mi vida, el destino hizo de mí lo con- atención y la mirada de lo escrito, eso se borra, se extingue.
trario de lo que habría querido ser. Desde mi niñez amé el En cambio, lo hablado perdura. Los sonidos de la voz se
mundo del espíritu, los goces el estudio y la soledad. Podría acantonan en las costuras del alma. Vea usted la diferencia:
decirse, que la única pasión de mi vida fue la paz, y se me mi nombre, por ejemplo, ha desaparecido de las crónicas de
dio la guerra como signo de mi vida. Odié la milicia; termi- la Guerra Grande con el último secreto de ella que está en-
né siendo un jefe intrépido. Fui condenado, yo el cobarde, terrado en mí. Pero yo continúo oyendo, estremecido hasta
a ser un bravo entre los bravos, como ahora soy un despojo los huesos, el grito terrible que exhaló al morir el Mariscal;
entre los despojos. ese alarido de furia y condenación con que se fulminó a sí
La identidad de un hombre -usted lo sabe mejor que mismo antes de que los negros asesinos del Imperio tron-
nadie, señor Fiscal- radica no en cómo se llame ese hombre charan cobardemente su vida.
o en cómo lo llamen, sino en lo que ha hecho. Lo que pro- La imprecación también me atravesó a mí como un lan-
ducimos vuelve sobre nosotros, y están aquellos que pre- zazo. Contra el cielo negro de pólvora, rajado por el fulgor
fieren mirar el destino cara a cara. Yo lo hice una sola vez de las descargas, sentí que, a partir de ese instante, mi co-
en un parpadeo; volví la espalda a esa visión intolerable. razón bombearía en vez de sangre la cicatriz de aquel grito
Ahora la veo por un espejo oscuro (según la atroz visión del para siempre.
Evangelio). Pero aquella vez vi naufragar en el arroyo del He tardado en morir. Pero mucho después que mi cuerpo
Aquidabán-negüí, en la persona de su Jefe Supremo, lo que se convierta en polvo, aquel grito seguirá resonando en él.
restaba de un pueblo, de nuestra nación, convertida en un No es más difícil ser pordiosero en la plaza de un mer-
inmenso osario. cado, que coronel en el caos de una batalla perdida; sobre
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todo, cuando esa batalla es la última y la causa de la in- costa de la confiscación de parte de sus propiedades, que
dependencia de una nación se convierte en el fin de esa distribuyó entre otros pobladores más necesitados que él.
nación. En rueda de parientes o de amigos solía relatar escenas,
Soy el mismo viejo a quien usted ha arrojado más de espeluznantes de aquellas mazmorras; el tono risueño las
una vez, al pasar, monedas y hasta billetes de un peso, en la volvía más siniestras. Contaba que una vez por un traga-
recova del mercado y los domingos en el atrio de la catedral. luz había visto pasar al Supremo; como de costumbre me
Me ha visto tal vez, pero no me conoce. Tendrá que estirar señaló a mí:
la suela de su paciencia, señor Fiscal General, y leerme del -¡Un hombre del tamaño de esa criatura! Un pucho de
principio al fin. nada, más seco que una momia, montado en un inmenso
Me dirijo a usted por las funciones de su cargo, pero cebruno que lo enchiquecía más todavía. ¡Y tanto mando
también porque se ha destacado como uno de los más em- y poder como hombreaba ese hollejo arrugado! No; si está
pecinados detractores del Mariscal Francisco Solano López. escrito: Silvestre va a ser el sucesor del Finado; apenas que
He leído su libro; no le honra a usted. se muera don Carlos.
Son las razones de la dignidad humana y el peso de la Las risotadas de mi padre me arrancaban de las pálidas
historia las que mueven mi mano, mi corazón y mi mente. ensoñaciones en que yo solía caer. Conteniendo las ansias
Declaro bajo juramento que digo como verdad lo que de llanto, me refugiaba en los lugares más oscuros de la
escribo en este testimonio. Voy a revelar como verdad un casa. Mi madre le reprochaba:
secreto que concierne a un momento crucial de nuestra na- -¡Por Dios, De las Llagas, no le digas más a Silvestre esas
ción herida de muerte en el calvario de Cerro-Corá, el 1º cosas que pueden resabiar su alma!
de marzo de 1870. -No quiero un hijo fantasmático, Graciliana. Quiero
Se preguntará usted por qué he tardado tanto tiempo en que sea como los otros.
hacerlo. ¿Puede el que sueña una pesadilla contarla sin estar En la oscuridad yo seguía encandilado por la bola de
despierto? ¿Lo estoy aho- fuego que daba vueltas en
ra? Es posible, señor. Co- mi cabeza, y que me dejó
nocemos las cosas en los allí la coz del potro recién
sueños; las ignoramos en domado, la tarde que me
la realidad. Pero también arrimé a recuperar un li-
las obsesiones envejecen, món de entre sus cascos.
se descarnan. La culpa Pequeño y frágil de
dura siempre más que el salud, de los siete a los
remordimiento. Y por nueve años, mi familia
fin, ahora, la tenaz paráli- pensó que no iba a crecer
sis de mi voluntad, de mis más. Mi madre no sabía
huesos ha ido cediendo qué hacer para curarme
en un lento deshielo. Me de uno y otro mal.
ha costado retomar el há- -Dame a Silvestre,
bito de escribir. Muy tor- yo te lo voy a estirar –le
pe aprendizaje es el que dijo un día mi padre, y
precede en poco tiempo a comenzó a llevarme en
la inmovilidad definitiva. sus viajes por los yerbales
Uno olvida las palabras y que poseía en el norte del
lo que realmente quieren significar. Para peor, los cabos de país.
lápices y la carbonilla que se consiguen en estos lugares, no Yo cabalgaba como a través de una materia algodonosa,
ayudan a precisar los rasgos. sin la mayor noción que me orientase sobre los lugares que
Debo comenzar por el principio. Nací en la villa de San cruzábamos entre montes, esteros y serranías. Insensible a
Pedro, el 20 de septiembre de 1840, el mismo día, mes y la fatiga, por largas que fuesen las distancias, sentía que po-
año en que murió el Dictador Perpetuo José Gaspar Rodrí- día flotar sobre la montura cuando la neblina del amanecer
guez de Francia. era más densa, entraba en mí y me volvía tan liviano como
Esta coincidencia tan al azar afligió mi niñez con las ella nublando un poco la bola de fuego.
bromas que sacaban de ella mis siete hermanos varones –el Mi padre y mis hermanos espaciaron sus burlas; com-
menor era yo- para divertirse a mi costa; sobre todo mi prendí que mi aguante pasivo y silencioso comenzaba a
padre, hombre en extremo festivo y ocurrente pese a cier- infundirles una especie de respeto y hasta una secreta hu-
tos infortunios de su vida, pese a su nombre parecido a un millación. “Este se va curando de la patada”, comentó mi
conjuro de desgracias: De las Llagas Carmona; nombre que padre. Me entró pena, como si en lugar de anunciarme la
con el tiempo se redujo a don Llagas o don Carmona. salud me hubiese vaticinado una larga enfermedad.
-Silvestre será el sucesor del Finado –decía a menudo-. En uno de estos viajes, en que solo yo acompañaba a mi
¡Mírenlo ahí con los ojos revueltos hacia adentro calculan- padre, me ocurrió otro accidente fortuito. A escasa altura vi
do cómo levantar su Reino del Terror! un cuervo volar entre los árboles, perseguido por mucha-
Mi padre no guardaba buena memoria, justo es decirlo, chos que le arrojaban boleadoras para cazar pájaros. Una de
del Supremo Dictador. Por cuestión de un escrito donde ellas volteó al cuervo, pero el plomo de otra se me incrustó
aparecía la omisión de una fórmula pesada y servil a que se en la cicatriz de la cabeza. Caí del caballo. Mi padre arre-
mandaban sujetar en aquel entonces las solicitudes, lo man- metió furioso contra los muchachos cazadores, que desapa-
dó a poner preso. Al cabo de un año, lo dejó en libertad a recieron entre los matorrales. Cuando volvió, yo estaba de
REVISTA PYKASU N° 2 37

nuevo en pie enjugándome la sangre con yuyos. Mi padre Volví a la voz de mi padre, que en ese momento decía:
terminó la curación lavándome la herida con el aguardiente -Tienes que hacerte hombre. El ser del hombre es su
que llevaba en su caramañola de cuero; luego anudó a mi acción. Es lo único que lo saca de su enlaberintamiento.
cabeza su pañuelo de cuello a guisa de venda. Durante el viaje empecé a sentir mi peso natural sobre
-¿Cómo se siente? –me preguntó limpiándome la sangre el caballo, a sufrir las molestias de los insectos, el cansancio;
de la ropa. reparé sin sorpresa en los lugares que habíamos atravesado
-Bien señor –le dije con una voz que me oía por primera tantas veces; los reconocí melancólico de inmediato como
vez. al regreso de una larga ausencia. El canto melancólico del
-Lo voy a llevar al pueblo para que lo acaben de curar. urutaú en la espesura preludió nuestro paso por el vado
-¡No! –dije gritando casi-. No hace falta, señor. Me sien- del río Aquidabán. Cruzamos el abra montuosa de Cerro-
to muy bien. Podemos seguir viaje. Corá, y entramos en la senda del Chirigüelo: ese túnel pan-
Mi padre me observaba perplejo. Lo primero que noté tanoso de diez leguas, abierto hacía siglos en el corazón del
fue esa actitud nueva hacia mí, su voz casi tierna; luego, la monte. Oí el rumor de la selva virgen; un rumor totalmente
sensación de completo bienestar. No sentía ningún dolor. anónimo y misterioso que solo volvería a encontrar des-
La bola de fuego había desaparecido; de pronto, en la pe- pués cruzando el mar. Mi padre conocía palmo a palmo los
numbra crepuscular que siguió a su desaparición, la luz de agrestes recovecos; él seguía por instinto los atajos y des-
la memoria se despertó a chorros en mí. Recuperé de golpe víos. Yo, en cambio, avanzaba viendo en la oscuridad cada
todo lo que había perdido. En ese momento todo tenía im- detalle del angosto laberinto afelpado de helechos, erizado
portancia para mí: la selva, el cielo, la luz; hasta el reborde de espinas. No tengo otro modo de explicar aquel extraño
de una hoja, cada uno de los granos de arena del camino. fenómeno. Mucho después imaginé o leí que el mundo es
“Soy otro... –me dije-. A lo mejor soy otro... El mismo, más profundo de lo que el día lo piensa, y que sus ondas
pero otro...” de fuerza propagan sus más mínimos filamentos en todas
La risa hombruna de mi padre repercutía en el boscaje: direcciones del espacio y del tiempo. Aunque no hay dos
-¡Un clavo saca otro clavo! Ya sabía yo que estos viajes momentos iguales, ¿no es el recuerdo mismo una manera
lo iban a curar a usted, mocito. ¡Su madre no lo va a querer de ver el futuro? Entonces pensé: se empieza a morir por
creer! los ojos.
Yo tampoco me animaba a confiar demasiado en una El Sonámbulo. Editorial Servilibro
dicha tan repentina. A un costado del camino vi el cuervo
muerto con las boleadoras arrolladas a las alas.

Un poema juvenil
de Augusto Roa Bastos

Entre las primicias de este


número de Pykasu contamos
con esta verdadera gema: la
imagen nos trae el original de
un antiguo texto poético del
autor, con el valor agregado
de su firma. En estos
Pensamientos se descubre la
delicada sensibilidad del Roa
joven.
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El manuscrito perdido de Don Augusto


(Cuento)
Ricardo Loup
Escritor, abogado y docente universitario

pido, por favor, que me consigan algunas hojas de papel y


un bolígrafo para escribir, nadie me pregunta para qué, ni
qué ando escribiendo esta vez. A su manera, pese al calor
y a la comida insípida, este es un pequeño paraíso dentro
de la ciudad. Claro que sin internet, pero bueno, nada es
perfecto. Quizás sea mejor así; si tuviera internet, ahí sí me
volvería loco de verdad.
Siento que lo único malo de estar aquí es el final tan tri-
llado que ha tenido mi propia historia. Siempre he pensado
en que hay dos tipos de finales de novelas y cuentos tan repe-
tidos y aburridos, que el buen escritor sabrá salirse de ellos, y
los mediocres –los más– repetirán indefinidamente el mismo
final una y otra vez. Me explico: los dos tipos de final a los
que siempre recurrirá un escritor mediocre son, uno: matar
al protagonista –por asesinato o suicidio, éste último el fa-
vorito–; y dos: internarlo en un manicomio. Así que heme
aquí, repitiendo en mi propia vida uno de los finales detesta-
dos por mí en las historias que amo. En cuanto a la primera
posibilidad, aún no he considerado acabar de una manera
tan vulgar, aunque, a decir verdad, uno nunca sabe.
Pero como dije, aquí tengo una paz inusitada. Me le-
vanto de la cama a la hora que se me antoja, sin que nadie
me lo ordene, voy al baño y me aseo, sin que a nadie le im-
porte, y camino por el patio los días de sol para refugiarme
bajo la sombra de mi mango favorito. A veces llevo un libro
para pasar el tiempo, pero últimamente se me ha dado por
no llevar nada y simplemente opto por observar a mis com-
pañeros aquí recluidos. La mayoría, locos felices, olvidados
por sus parientes y que son una especie de mascotas para las
enfermeras y los doctores. De hecho, hay algunos casos más
Estar en este lugar no es tan malo. Tengo la relativa li- serios que otros, como la interna de ayer, que cuando llegó
bertad de recorrer cada rincón de las instalaciones y, sobre un grupo de auditores del Ministerio de Salud, se puso a se-
todo, de pasear y sentarme bajo el mangal a tomar tereré y ñalar con insistencia a uno de los médicos y a gritar con una
reflexionar acerca del curso de mis días. Hasta me dejaron voz de otro mundo: «¡Vos me violaste! ¡Vos me violaste!».
traer muchos de mis libros, con la expresa condición de A los enfermos que revelan verdades como esas, se los tiene
que se los preste a los demás, y bajo mi expresa condición confinados de castigo, por una semana o a veces más. Tal
de que los demás me los tienen que devolver en perfecto vez no la volvamos a ver por lo que resta del mes.
estado. Pero a estas alturas ¿qué más da?; estoy pensando Muy raras veces, interrumpen mis ganas de no hacer
en proponerle a la directora donar mi biblioteca personal a nada, como cuando alguno que otro interno se me acerca y
la institución, a fin de que estos pobres tipos puedan tener me pide cigarrillos y caña. Hay una suerte de contrabando
algo más útil para hacer que andar pidiendo a cuanta per- invisible de estas mercancías, porque todos las piden, nadie
sona se les cruce enfrente, cigarrillos y caña que nunca se les las recibe y así la demanda siempre está en un alza de nunca
darán. En cuanto al personal que trabaja aquí, ni siquiera iniciar ni acabar. Están también quienes me ofrecen algo,
me molesta. Quiero creer que sospechan que lo que yo digo algún regalo como símbolo de amistad. La variedad de es-
es verdad, por la manera en que me miran y por cómo mal tos objetos es tan vasta como toda materia que pueda caber
disimulan su admiración hacia las pocas palabras que les en las manos. El aire incluido. El otro día, Carlitos se me
dirijo. Casi los oigo pensar «¿cómo este tipo pudo terminar acercó con las manos detrás de la espalda, con paso de niño
en un sitio como éste?». Si yo pudiera responderles esa pre- atortugado y con esa sonrisa ingenua que lleva siempre pe-
gunta, me sentiría el hombre más rico del país. Pero quizás, gada a la cara. Cuando se percató de que lo miraba, jun-
todo solo sea imaginación mía. En realidad, son muy pocos tó ambas manos muy cerca de su nariz, como sosteniendo
los que te miran en este lugar. Claro, a todos se nos ve, una pequeña bolita invisible y emocionadísimo de lo que
porque no hay demasiadas partes a donde ir; pero mirar se traía me dijo:
lo que se dice mirar, nadie mira a nadie. Pero eso tampoco —Tengo el viento del jardín del Edén. Te regalo.
me molesta. Al contrario, siento que este es el único lugar —Dejá de romper, Carlitos. ¿No ves que no quiero per-
en el que por fin respetan mis ganas de estar solo, sin inte- der mi tiempo?
rrumpir el flujo de mis pensamientos. Es más, cuando les —Es que… es que… es que...
REVISTA PYKASU N° 2 39

—¿Es que qué? más o menos aceptable. Y como era yo, y sigo siendo, tan
—Es que quiero caerte bien nomás. admirador de Roa Bastos, hasta un paroxismo casi religio-
—Vos ya me caés bien, Carlitos. No me hagas cambiar so, no me sería difícil copiar –debería decir emular, pero
de opinión. emular no es, es copiar– su estilo abarrocado y cansino. Y
Recuerdo exactamente el día en que todo comenzó. 15 como golpe final, mi capacidad de reproducir la firma del
de noviembre de 2018. Fue ese el día en que leí en el Fa- finado maestro, otorgaría un rasgo de autenticidad irrefuta-
cebook de un amigo aquella noticia. «Editorial publicará ble a mi obra. O, mejor dicho, a su obra.
un nuevo libro de Julio Cortázar». Julio Cortázar. Aquel Me hice de una vieja máquina Remington, de aquellas
escritorcillo bohemio, aquel esnob insulso, aquel escribidor que usaban los escritores del siglo pasado, busqué algunos
desabrido. Un nuevo libro de Julio Cortázar, una novela papeles amarillentos y puse manos a la obra. Tecleé con rabia,
para ser exactos. Algún recopilador de la obra del argenti- día y noche, casi sin dormir ni comer. Fueron días frenéticos
no debió revolver por enésima vez los papeles y enseres del en los que no me detenía ante los errores, muchos errores que
fallecido arrastrador de erres, encontrando en el fondo de iba cometiendo, puesto que el nivel de autenticidad que mi
algún cajón, o quizás en el fondo de uno de los bolsillos de estratagema proyectaba, incluía aquellos traspiés en busca de
su vieja canadiense, los papeles perdidos de un viejo nuevo la palabra o la expresión correctas. Me recluí en horas de au-
libro. Qué diablos es una canadiense es lo que todos los de téntico claustro, en las que a la par que escribía, estudiaba de
mi generación nos preguntamos siempre. Según se ve, una nuevo las expresiones que el maestro utilizaba con frecuencia
especie de chaqueta, de abrigo, algo que lleva un personaje en sus obras. Goterones de plomo derretido me surcaban la
que se cree muy dueño de sí y se sabe muy poco dueño de frente cuando sentía que mis personajes no hablaban con la
otras cosas. Un pobre diablo, en síntesis. Y así, treinta y suficiente autenticidad o que un pasaje había quedado col-
cuatro años después de muerto, el barbudo francófilo con- gado en la trama. Por fin, una noche, cuando solo se oía el
tinuaría engatusando con sus pala- ladrido de los perros a lo lejos, y cuando
bras sensuales y su aire vanidoso, los autos pasaban borrachos por debajo
cruzando de la París verdadera a la “Recuerdo exactamente el de mi apartamento, creí que mi obra al
París –dicen ellos– de América. día en que todo comenzó. 15 fin había acabado. Dejé el manuscrito
Y sin embargo, de este lado del de noviembre de 2018. Fue sin nombrar, a resultas del editor que le
río, don Augusto quedaba cada vez ese el día en que leí en el cabría bautizar a esta noveleta de poco
más olvidado. Seis meses habían Facebook de un amigo aquella más de doscientas cincuenta páginas.
pasado desde que lo habían pues- Y como corolario, en la última página,
to en el Panteón de los Héroes, en noticia. «Editorial publicará bajo la palabra FIN, puse con una vieja
contra de su propia voluntad de un nuevo libro de Julio lapicera azul la firma apócrifa del in-
ultratumba. Seis meses de haberlo Cortázar». Julio Cortázar. mortal: Augusto Roa Bastos.
enterrarlo para olvidarlo. Apenas Aquel escritorcillo bohemio, Menos complicado resultó plantar
trece años de su partida, y ya na- aquel esnob insulso, aquel el legajo en los últimos aposentos del
die lo leía, más que algún que otro escribidor desabrido”. supremo. Ya conocía el apartamento en
trasnochado que se acordaba del el que había vivido sus últimos días, así
Hijo de Hombre de su papá, y que que fue cuestión de idear una artimaña
muy pocas veces –raras y casi nulas veces– se tropezaba con de telenovela mexicana. Una pareja de homosexuales resi-
la monumental arquitectura suprema de Yo el Supremo. día ahora en ese lugar, pero fue fácil averiguar que ambos
Allí, en ese oratorio, estaba el ataúd del más grande de trabajaban en turnos simultáneos, por lo que estaban fuera
todos los paraguayos, juntando el polvo del olvido, atra- la mayor parte del día. Habían contratado a una mucama
vesado por la bandera del país que le negó el domicilio, y que les limpiaba y arreglaba el departamento los martes y
exiliado una vez más de la cultura nacional. Y sin embargo, jueves, cuando ellos no estaban. Conseguí un mameluco
los jóvenes de mi generación rindiendo tributos a escrito- más o menos creíble, una caja de herramientas usada y me
res muchas veces menores que él, deseando la vida que les anuncié una mañana en la puerta del departamento. Para
ofrecía esa rayuela trazada con sus notas de jazz y club de la revisar el aire acondicionado, señorita. Simple y efectivo.
serpiente. Rayuela le decían, cuando todos sabemos que se Una vez dentro, encontré lo que me parecía un escondite
llama descanso. Así de bajo habíamos caído. ideal. Por fortuna, uno de los acondicionadores de aire, el
Aún recuerdo mi propia indignación por ese manuscri- que se hallaba en una de las habitaciones que presumo ha-
to que por algo Cortázar no quiso revelar, pero que sin du- bría sido el estudio de Roa Bastos, era uno muy viejo, gran-
das volvería a ser un éxito editorial. Una mezcla de tristeza de y cúbico; de ventana, como le dicen. En la parte superior
y rabia me apasionó de una manera tremenda. Entonces, del armatoste, hallé el sitio perfecto para esconder los plie-
maquiné mi plan de principio a fin. Tenía un tema que gos que había estropeado cuidadosamente para avejentarlos
me venía rondando desde algún tiempo atrás. Algo senci- lo suficiente. Satisfecho con el escondrijo, me despedí de la
llo, pero que sin duda sería un golpe certero. Una historia empleada. Sería cuestión de días, o semanas, para que los
de amor entre un intelectual socialista exiliado y la hija de residentes del departamento se preguntaran cómo no nos
uno de los generales del dictador. Sencillo, fácil, éxito ase- percatamos nunca, mirá lo que es. Los homosexuales son
gurado. Escribirla y terminarla no me llevaría más de unos gente honesta, con principios y valores bien rígidos. No se
meses. Total, no tenía nada mejor que hacer, porque desde aprovecharían del hallazgo de su tesoro. Ni siquiera se les
hace un tiempo estaba desempleado, y como todavía me ocurriría tener la obra secuestrada, a cambio de un rescate.
sobraba algo de lo que había obtenido del remate del te- No. Comunicarían inmediatamente la noticia a la prensa.
rreno en el juicio sucesorio de abuela –a falta de mi madre Recuerdo muy bien los titulares de aquel día. La noticia
fallecida–, podría ocupar toda mis energías en escribir algo cruzó rápidamente la frontera; se comparó a Roa Bastos
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con Kafka, Saramago, Orwell, y el público se equivocaban al darle


por supuesto, Cortázar. La familia trascendencia a esa historia román-
Roa analizaba los medios suficien- tica insulsa, carente de originali-
tes para publicar la obra. No hizo dad al punto de sobreabundar en
falta. El Estado paraguayo se ocu- el tema gastado y anacrónico de la
pó del tema. La obra se convirtió dictadura. Empecé a atacar al libro
en un patrimonio cultural de la desde todos los puntos en los que
República, todos deberían tener pude. A través de mi Facebook,
derecho a acceder a ella, y en fin, inicié una furibunda campaña de
se pagó a los herederos todo lo que desprestigio al libro maldito, di-
pidieron. Y así, después de un mes, ciendo que su estilo no terminaba
con bombos y platillos a lo largo y de definirse entre lo decimonónico
ancho de América, España, Francia y lo moderno. Lo tildé de medio-
y otros países en los que don Au- cre, cursi y hasta vergonzoso. Mi
gusto era reconocido, se hizo el monumental lanzamiento llanto no fue oído por nadie. Mejor dicho, fue oído y ata-
de la última novela de nuestro querido compatriota. Fue un cado sin misericordia. A fin de cuentas, yo no era nadie y
evento inolvidable. Desde mi casa, prendido a la radio, la Roa Bastos seguía cosechando premios a lo largo y ancho
televisión e internet, yo no me perdía ningún solo detalle del planeta por su última obra.
de la publicación póstuma. Fue al año siguiente, a principios de octubre, cuando
Apenas salió, los críticos no tardaron en ver la proyec- mi desesperación llegó a su cúspide. La Fundación Nobel
ción de la propia vida del autor en la obra. La obra más decidió cambiar sus estatutos, para, por única vez, conceder
autobiográfica del premio Cervantes. Se entiende que haya el Premio de Literatura a título póstumo. La Academia Sue-
querido mantenerla en secreto. Un pobre exiliado que ha- ca le concedió el Premio Nobel a Augusto Roa Bastos «por
bía dejado atrás no solo su patria, sino a su amor verdadero. su magnífico retrato de las estructuras sociales y culturales
Quizás en su humilde vergüenza, don Augusto había de- de uno de los pueblos más fascinantes del mundo». Puta.
cidido que ese manuscrito jamás se publicaría. Pero cada Había elevado al Paraguay al estatus de país más fascinante
obra es como un hijo para su autor, era de esperarse que su del mundo.
vieja mano no se atreviera jamás a prenderle una hoguera Mi orgullo no pudo soportarlo. Tenía que decir la ver-
a esta novela. La escondió para no ser hallada nunca, pero dad. Fui yo, fui yo. Llamé a periodistas, a la gente del mi-
con el íntimo deseo de que alguien la devele algún día. Y nisterio, a la propia familia Roa. Nadie me dio pelota. Me
ahora estaba aquí, viendo la luz después de tantos años de sentí como si estuviera varado en una isla desierta y surcaran
silencio. Don Augusto daba su canto de cisne, renacía de a mi alrededor miles de barcos y aviones sin que ninguno
sus cenizas como el fénix, en fin, todas las metáforas le po- hiciera caso a mis gritos ni a la agitación de mis brazos. Me
dían sentar bien. sentí perdido, abandonado. Los más me trataron de loco,
Las primeras ediciones se agotaron en lo que dura un los muchos más se rieron de mí. Traté de demostrarlo, llevé
parpadeo. La obra tenía mucho del talento más que reco- a infinidad de personas hasta mi apartamento, les señalé la
nocido de Don Augusto, pero con Remington, les mostré los borradores,
introducciones del estilo novelesco redibujé la firma. No hubo caso. Un
del nuevo milenio. Una verdadera “Allí, en ese oratorio, estaba médico sí me escuchó largo y tendido.
obra maestra. El reconocimiento el ataúd del más grande Resultó ser un psiquiatra convencido de
fue extendido. Las traducciones al de todos los paraguayos, que yo era un demente, pero le asustó el
inglés y al francés se hicieron in- juntando el polvo del olvido, hecho de no observar rasgos más graves
mediatamente, y también los crí- atravesado por la bandera del en mi personalidad que un profundo
ticos de Francia y de Estados Uni- desdén sociópata hacia los demás. Ellos
dos se hicieron eco de las alabanzas
país que le negó el domicilio, me dijeron loco. Ahora entiendo que
hacia la obra póstuma. Yo estaba y exiliado una vez más de los que se volvieron locos ante mi ver-
extasiado con la poderosa reacción la cultura nacional. Y sin dad fueron ellos. No podían permitir
positiva que mi obra había amasa- embargo, los jóvenes de mi que mi historia hiciera del triunfo del
do. Había llegado más lejos de lo generación rindiendo tributos difunto un fiasco. Mandaron a recoger-
que jamás habría imaginado, los a escritores muchas veces me. No opuse resistencia porque debí
elogios reverberaban en cada rin- habérmelo esperado y entendí que ter-
cón del mundo cultural.
menores que él, deseando minaría como esas novelas mediocres
Sin embargo, con la concesión la vida que les ofrecía esa que tanto detesto. Pude elegir la cama
del premio a la mejor traducción rayuela trazada con sus notas de arriba cuando llegué. No estuvo tan
al inglés para el filólogo irlandés de jazz y club de la serpiente”. mal después de todo.
Alfred O’Connor, sentí que esta- Cuento quinientos noventa y un
ba beneficiando a demasiada gente días desde que pisé este lugar por pri-
que no era yo. Una cosa eran los Roa, el Paraguay. Pero las mera vez. Me tratan con consideración, a veces hasta con
editoriales internacionales, los traductores, los críticos... Mi privilegios. Puedo leer y escribir. De vez en cuando pido
intelecto le estaba dando de comer a propios y extraños, un poco de caña y cigarrillos, pero nunca me los dan. Igual
mientras que mi heladera estaba siempre vacía. Sentí de yo insisto. Algún día me serán concedidos. Mientras tanto,
pronto una especie de envidia hacia Roa. Me parecía que su huelo el delicioso aroma a flores y rocío del viento del jar-
última obra no pasaba de ser mediocre, y que los críticos y dín del Edén que me regaló Carlitos.
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LIBROS
Renacer en El baldío
Maribel Barreto
Escritora, Universidad Nacional de Asunción

Se puede afirmar que El Baldío es el cuento que con cuchara. Y con imágenes auditivas nos sitúa en el lugar
más economía de palabras nos entregó Roa Bastos. de los hechos, sabemos que queda aislado “apagado
Impresiona el modo como el cuentista preparó el rumor de la ciudad”. También las pisadas: “el opaco
espacio de la acción, como si decorara un escenario golpe de los zapatos contra las latas y cascotes”; y por
teatral. Es un espacio de percepción que constitu- fin la presencia humana: “mascullando alguna furiosa
ye el contexto comunicativo y que lo extiende a ese interjección”, esto para significar que encuentra obstá-
mundo imaginario por el que los objetos y aconte- culos cuando va arrastrando al otro. “El ha...neumáti-
cimientos tienen presencia. Con imágenes rotundas co de los estibadores al levantar la carga rebelde”. En
crea la realidad, ordena y organiza la experiencia del ese instante, oímos la voz del relator que al fin narra
acontecimiento. La imitación -mimesis- de la realidad qué está pasando, cuenta que alguien arrastra algo pe-
adviene en literatura en forma de poesía, creación y sado y que debe sortear obstáculos. El omnisciente
organización artística del discurso y justifica el porqué de la interjec-
Roa, maestro de la poética discursi- ción para contamos acaso por el
va,’ luminosamente funde la historia propio miedo, la repugnancia o
y el discurso, comunicando lo esen- el apuro que le iría comiendo las
cial. Prepara el entorno para exponer “El tiempo de la narración fuerzas, empujándolo a terminar
la trama de una manera pragmática es breve y sus límites se cuanto antes”.
siguiendo el orden cronológico y fi jan con precisión en el El miedo es sentimiento, la
causal, entonces el argumento es el cuento, es una suma de repugnancia impresión de asco, y
conjunto de esos mismos motivos, es instantes: al principio el apuro es la fuerza que obliga a
el modo como nos enteramos de lo lo arrastra, se levantó y acabar con lo que hace, entonces
sucedido. siguió halándolo; este apreciamos que la gradación que
Imágenes olfativas: “el olor del verbo es muy fotográfico, hace Roa responde a la lógica,
agua estancada, la fetidez dulzarro- es como si observáramos primero el personaje siente, luego
na del baldío hediendo a herrumbre, los tironazos para seguir actúa.
a excremento de animales, ese olor adelante con su carga.” Se refiere a dos personajes con
pastoso por la amenaza del mal tiem- imágenes contrastantes, los perfila
po”. Y nos preguntamos por qué Roa “inerte el uno, viajando a ras del
olfatea el aire y el lector aspira y se suelo el otro”. Encorvado el otro.
sofoca husmeando la fetidez, oliscan- El narrador los nombra como
do la herrumbre, venteando excremento de animales, el uno y el otro. Desde luego, que se inicia el cuen-
creemos que en la oscuridad lo olfativo impresiona to con “no tenían cara. Las siluetas humanas tragadas
más todavía con la amenaza de la lluvia. Luego las im- por la oscuridad y el relato enmarcado en la noche. El
presiones auditivas golpean al lector, “varillitas de hie- tiempo de la narración es breve y sus límites se fijan
rro o de metal entrechocaban entre los yuyos, el siseo con precisión en el cuento, es una suma de instantes:
de los restos de papeles, el opaco golpe de los zapatos al principio lo arrastra, se levantó y siguió halándolo;
contra las latas y cascotes, primero el ruido metálico, este verbo es muy fotográfico, es como si observára-
podría ser un crujido, un chirrido, un chasquido, va mos los tironazos para seguir adelante con su carga.
creando la imagen de que va pisando basura en un Se acomodó, lo arropó, con dos verbos señala el
vertedero, el siseo de los papeles utiliza para decirnos fin de la acción; aparecen residuos, ramas secas, casco-
que desagrada el sonido mismo, como si el lector lo es- tes, elementos del basural empleados para el túmulo,
42 REVISTA PYKASU N° 2

cuando lo entierra escupió con horada la oscuridad para ofrecer


rabia, no sabemos si es por la siluetas borrosas, movimientos y
mala acción de dejar abandonado formas confusas, sólo iluminadas
“Roa ha jugado
al hombre en el basural o si nace por los relámpagos, y la historia
magistralmente con el
en él otro sentimiento, cuando que poco a poco se va concretan-
esquema del discurso,
escucha un sofocado y débil va- do con signos precisos que sus-
gido.
intriga, fábula y modelo tancian el contenido.
Otra vez el contraste marca la narrativo: pinceladas para “El papel del envoltorio cru-
acción, por oposición surge la an- la ubicación espacial y jió. Entre las hojas de diario se
títesis, entierra al hombre y oye temporal diseñando imágenes debatía una forma humana”;
el llanto del recién nacido, aban- casi cinematográfi cas breves acciones dan forma al
donó al muerto pero se acercó con la cámara que contenido. La historia y el dis-
a “ese vagido, tenue, insistente. horada la oscuridad para curso como elementos solida-
Iba a huir, pero decide acercarse ofrecer siluetas borrosas, rios, una realidad de dos caras,
al bulto blanquecino”, titubeó, movimientos y formas simultáneamente la expresión y
pero decidió alzar el envoltorio. confusas, sólo iluminadas el contenido. Es un cuento de
La descripción del gesto desme- por los relámpagos, y la estructura perfecta en que las
moriado, es singular, de alguien historia que poco a poco se funciones y los personajes, el
tomado por sorpresa, “de uno” va concretando con signos tiempo y el espacio configuran
que no sabe qué hacer, un acto precisos que sustancian el una sintaxis o componente for-
premeditado como es arrastrar contenido”. mal, mientras que el narrador
el cuerpo inerte es sustituido por -lenguaje y el narrador- referen-
un acto irreflexivo, espontáneo, cial configuran una semántica
azuzado por el lloriqueo que “lo en la que intervienen la inter-
tironeaba”, la vida se debatía en- pretación y los valores. Roa nos
vuelta en papel diario. En el hombre nace un senti- muestra que hasta la consciencia más oscura puede
miento nuevo, una emoción de ternura que no quiere ablandarse y enternecerse, que el ser más abyecto
reconocer, un impulso desconocido que lo subleva y se puede redimirse, que vida y muerte, son dos caras
siente asqueado de sí mismo, pero se quita el saco para de la existencia humana y que el fin lleva al princi-
arropar a la “criatura húmeda lloriqueante”. pio. El cierre que consigue el escritor “Cada vez más
Dos instantes: el abandono del cadáver en el basu- rápido, casi corriendo se alejó del yuyal con ese vagi-
ral y el rescate de la criatura del mis- do y desapareció en la oscuridad”.
mo lugar, abandono y recuperación, ¿De quién huía? De sí mismo, de
condena y redención, huida y fuga, su consciencia, o ante el deslum-
y escape y liberación. bramiento de su hallazgo, con el
Roa ha jugado magistralmente envoltorio de hojas de diario, él
con el esquema del discurso, intri- “uno” se transforma en salvador sin
ga, fábula y modelo narrativo: pin- quererlo y optó por la vida, dejó la
celadas para la ubicación espacial y oscuridad y salió a la luz, esta vez
temporal diseñando imágenes casi llevando en brazos la vida, después
cinematográficas con la cámara que de haber arrastrado la muerte.
REVISTA PYKASU N° 2 43

ROA BASTOS EN COMICS:


La pluma que escribe imágenes
Andrés Colmán Gutiérrez
Escritor y periodista

La adaptación de los cuentos de Augusto Roa Bastos en el lenguaje del comic permite llevar su obra a
una legión de nuevos lectores, que probablemente no se sienten atraídos por la narrativa literaria más
tradicional, pero sí les seduce el dinamismo gráfico y la contundencia de la narrativa dibujada. De este
modo, la mágica pluma con el lente-recuerdo de El Supremo vuelve a funcionar.

En uno de los tantos relatos en que se desdobla la nove-


la Yo el Supremo, Augusto Roa Bastos describe un mágico
objeto que presuntamente perteneció al literario dictador:
la pluma con el lente-recuerdo, con el que se puede “escribir
al mismo tiempo que visualizar las formas de otro lenguaje
compuesto exclusivamente con imágenes, por decirlo así, de
metáforas ópticas”.
El autor detalla que al escribir con esta singular pluma,
se logra no solo proyectar imágenes sobre el papel o en el
aire, sino también “reproducir el espacio fónico de la escritura,
el texto sonoro de las imágenes visuales; lo que podría haber Moreno y los colores de Edgar Arce, para seguir con los
sido el tiempo hablado de esas palabras sin formas, de esas for- guiones de otros cuentos roabastianos: Pirulí (dibujado por
mas sin palabras, que permitió a El Supremo conjugar los tres Ruwerman Amarilla), Audiencia privada (con dibujos de
textos en una cuarta dimensión intemporal…”. Adam), El crack (dibujado por Enzo Pertile), cerrando esta
Roa fabula que llegó a tener en sus manos la pluma con primera etapa con una pequeña joyita: El bosque detrás de la
el lente-recuerdo, tras arrebatársela a un excompañero de la lluvia, una anécdota narrada por Roa, presuntamente parte
escuela primaria, Raimundo Loco-solo, quien la había here- de su novela inédita o perdida El país detrás de la lluvia, que
dado del cuarto nieto de Policarpo Patiño, el amanuense de Javier transforma en un inesperado cuento, con los singu-
El Supremo… pero cuando se apropió de ella, la pluma que lares dibujos de Juan Moreno, pintados con una técnica de
dibuja imágenes ya no funcionaba correctamente. acuarela líquida.
En el prólogo que escribió para la biografía en cómic Este creativo proceso implica la creación del Universo
Augusto Roa Bastos, el supremo escritor, Mirta Roa revela que Expandido de Augusto Roa Bastos, abriendo una nueva
su padre, “en sus últimos días, soñaba con un proyecto: quería dimensión para la obra de nuestro máximo escritor. Los
que su obra se publicara con poco texto y muchos dibujos, con cuentos de Roa, trasladados al lenguaje de cómic, conectan
colores atractivos, para que la gente pudiera leer fácilmente”. con una legión de nuevos lectores, a quienes probablemen-
En su creativa y fértil imaginación, el gran escritor talvez te nos les atrae la narrativa literaria tradicional, pero sí les
alcanzó a vislumbrar lo que ocurriría con su propia obra. seduce el dinamismo gráfico y la contundencia de la narra-
¿No es acaso la pluma que escribe imágenes una sugerente tiva dibujada.
metáfora sobre la historieta o el comic? ¿No es la técnica de Los guiones de Javier y los dibujos de los ilustradores
la “narrativa dibujada” una forma de multiplicar también y coloristas que lo acompañan, no solo se lim itan a pasar
la palabra en imágenes, además de agregarle sonidos y mo- literalmente las historias de un lenguaje a otro, sino que las
vimiento, merced a la tecnología digital multimedia? ¿No reinventan y las vuelven a contar, respetando la esencia del
es lo que el propio Roa quería y soñaba para sus historias y relato original, pero introduciendo cambios en la ambien-
personajes, según lo revela su hija Mirta…? tación de época y en el modo de hablar de los personajes,
A una década de la muerte de Roa Bastos y en el cente- con detalles fundamentales que le otorgan más modernidad
nario de su nacimiento, el guionista y escritor Javier Vive- y permiten una mejor identificación al público contempo-
ros cumple el sueño y la fábula del karai guasu de la palabra. ráneo. Es una laboriosa tarea que sigue los principios del
Al frente de la colección Literatura paraguaya en his- mismo Roa Bastos, quien sostenía que una obra puede ser
torietas de la Editorial Servilibro, que adapta los cuentos recreada una y otra vez, tanto por el autor como por otros,
más clásicos de los grandes escritores paraguayos al comic, incluyendo a los lectores.
Javier inicia la serie escribiendo el guion de Carpincheros, De este modo, la mágica pluma con el lente-recuerdo de
el primer relato del libro El trueno entre las hojas de Roa El Supremo vuelve a funcionar, reescribiendo la obra de Roa
Bastos, que cobra vida con los magistrales dibujos de Juan Bastos también en imágenes, colores y movimiento.
44 REVISTA PYKASU N° 2

ÚLTIMO TRAMO
Días de escritores Iván Silvero Salgueiro

y conversatorio
Los días 8 y 9 de junio, en una Buenos Aires fría de
lluvia y viento sur, paraguayos residentes y argentinos vin-
culados a Paraguay por variados y enormes lazos, activos
en la literatura –Ever Román- o activos en la literatura y
las ciencias sociales -Mario Castells, Carla Benisz y quien
les escribe: Iván Silvero- organizamos un encuentro sobre
la Literatura Paraguaya de la actualidad. En el marco y con
el apoyo de dos instituciones, el Grupo de Estudios Socia-
les sobre Paraguay de la Universidad de Buenos Aires y la Mario Castells, Javier Viveros, Elumber Bas y Ever Román, durante
Fundación Paraguay Cultura, bajo el auspicio de la Emba- el conversatorio.
jada Paraguaya que nos incluyó en la agenda local del año
roabastiano, y desde Asunción de la Sociedad de Escritores Fueron días intensos, agradables, de confesiones y des-
del Paraguay. Y sin ningún tipo de apoyo oficial económico cubrimientos. Fue un poner sobre la mesa buena parte de
salvo los pasajes obtenidos mediante la Fundación -y muy nuestras inquietudes y aspiraciones y darles un cable a tie-
a última hora- procedimos a este anhelo de encuentro con rra. Fue conocer nuestras producciones y contar cómo sa-
pares, amigos y también desconocidos para nosotros. lían al papel.
Queríamos saber qué ocurría con nuestra otra mitad, la El público asistente fue fiel y variado, durante dos días
parte de literatura que vive en Paraguay o en otros lares de escuchó atento y curioso, no ocurre todo el tiempo en el
nuestra emigración, su creación, sus referentes actuales, sus Río de la Plata que hay un evento que busca visibilizar la
circuitos, sus conflictos y sus contradicciones, contado por literatura nuestra. Mucha gente llegó con esa inquietud, al-
sus propios protagonistas. Contamos con la suerte de tener gunos por los diarios, otros por la universidad, y también
con nosotros a Javier Viveros, a Humberto Bas, a Lourdes desde nuestra colectividad. Poner ya en relieve la pregunta
Benítez, a Aída Risso y a Christian Kent como escritores di- “¿qué se escribe en Paraguay?” atrajo a mucha gente que no
sertantes. Además de las participaciones de nuestra querida conocíamos.
Zulma Romero, la crítica Nora Fiñuquen y el editor Elias Fue grato, fue auspicioso, fue entusiasmante y fue plan-
Hienam de Chile. tar la expectativa de hacer nuevamente la misma experien-
Conocíamos este otro lado y la tradición porteña y ar- cia. Acá o allá, o donde nos concentre la inquietud.
gentina de muchos de nuestros mejores referentes de Para- Abrimos puertas, repercutió en los medios locales y
guay, los que por exilio político o la patria chica y expulsiva también en parte en Paraguay. Qué caminos se inician, eso
por su falta de espacio para la creación y lo nuevo, termi- aún lo estamos por probar.
naron emigrando y produciendo gran parte de su obra en Bienvenidas sean las buenas expectativas.
Buenos Aires. Primera mesa: Hacia una crítica de la literatura paraguaya
Decidimos organizar esta experiencia mirando el espejo - Bilingüismo y lengua literaria
de Roa Bastos, más como la excusa de la memoria que toda- - Literatura paraguaya del siglo XXI
vía perdura, como disparador para hablar de la actualidad y - Vigencia y discusión de la obra roabastiana
comparar qué ha cambiado o no. En cuatro mesas repartidas https://soundcloud.com/barcoborracho/charla-sobre-litera-
en dos días nos preguntamos por la isla rodeada de tierra y su tura-paraguaya-en-buenos-aires
actualidad como metáfora, la vigencia de la obra roabastia- Segunda mesa: La isla rodeada de tierra
na en nuestras producciones, comparamos la circulación de -Las problemáticas actuales de la literatura paraguaya
nuestra obra dentro y fuera del país con ese ayer de nuestros -La imagen del Paraguay luego de la metáfora roabastiana
escritores más renombrados del siglo XX. Hablamos y vincu- -Escribir el país desde fuera o en los márgenes
lamos las producciones dentro y fuera del país, qué significa https://soundcloud.com/barcoborracho/charla-sobre-litera-
Literatura Paraguaya hoy día, qué nos identifica, cómo resol- tura-paraguaya-en-buenos-aires-2
vemos o no el bilingüismo. Debatimos mucho sobre nuestras Tercera mesa: Circulación de la literatura paraguaya
invisibilizaciones, las que todavía produce nuestro país, las - Literatura paraguaya en Paraguay y en el Río de La Plata
que no y las que fueron creciendo río abajo en la capital ar- - Difusión y revistas culturales
gentina, antes vitrina nuestra. - Literatura paraguaya y mercado editorial
Mercado literario nacional, regional, internacional o https://m.mixcloud.com/ever-roman/charla-sobre-literatura-
paraguaya-en-buenos-aires-3/
cosmopolita, fueron tratados a la hora de enumerar nues-
tras estrategias de difusión y qué significa editar. Cuarta mesa: Narrativa contemporánea
Tratamos de tocar todos los puntos neurálgicos que ha- - Literatura paraguaya del siglo XXI
cen a la vida literaria, a los vínculos entre escritores (tantas - Producción y circulación regional
https://m.mixcloud.com/ever-roman/charla-sobre-literatura-
tertulias que nos faltan), connacionales y extranjeros, y fui-
paraguaya-en-buenos-aires-4
mos poniéndole nombre a nuestras desconexiones. Hemos
dejado el registro grabado de todo lo dicho.
REVISTA PYKASU N° 2 45

LA SEP HACE CAMINO AL ANDAR…


2017
• El Portal de la SEP y el primer número de la Revista Di-
gital Pykasu se presentaron en un acto que tuvo lugar el 19
de mayo, en la Biblioteca Nacional. Al Vicepresidente de la
entidad, Javier Viveros, le correspondió presentar el Portal, en
tanto la revista fue puesta a consideración del público por Susy
Delgado. Un nutrido público acompañó el lanzamiento.
• La SEP apoyó el Concurso de Poesía y Cuentos del ISE
(Instituto Superior de Educación Dr. Raúl Peña, donando
un lote de libros e integrando el jurado correspondiente. Los
miembros de este jurado, Feliciano Acosta y Javier Viveros,
asistieron a la ceremonia de premiación, realizada el 9 de ju-
nio del corriente año.
• Una Charla sobre “El Derecho de Autor en la era digital”
se realizó con la Dirección Nacional de Propiedad Intelec-
tual (DINAPI) y estuvo a cargo de la Dra. Patricia Stanley,
directora de la misma institución. El encuentro tuvo lugar en
el local de DINAPI, el sábado 27 de mayo, con una nutrida
concurrencia.
• Un Concurso de Oratoria y Declamación fue apoyado por
la SEP Filial Itapúa y la SEP Central, enmarcado en el cen-
tenario del nacimiento de Augusto Roa Bastos. El concur-
so, que comprendió oratoria y declamación en castellano y
guaraní, estuvo organizado por el Centro Histórico “Edwin
Kruc”, de Hohenau, y se llevó a cabo el día 14 de junio. La
SEP Central aportó los premios, en tanto que miembros de
la SEP Filial Itapúa integraron el jurado: el presidente Victor
Kartsch, Carlos Benítez y Julio Sotelo, de la comisión direc-
tiva de la SEP Central.
• Rulfo-Roa, un diálogo centenario se tituló la actividad rea-
lizada por la Embajada de México y la SEP en la sede de
la delegación diplomática mexicana, el día 26 de mayo. En
la ocasión, además de las palabras del Embajador Fernando
Ortega Bernés y el presidente de la SEP, Bernardo Neri Fari-
na, Osvaldo González Real trazó un paralelismo entre las dos
figuras homenajeadas, se leyeron algunos textos y se proyectó
un video alusivo, para un público numeroso y agradecido.
• Participación en el Congreso  Internacional  Roa Bastos
“Desde la historia a la literatura”, realizado en el mes de
junio, en coincidencia con la fecha del centenario de Augusto
Roa Bastos. En el lucido encuentro que contó con los más
prestigiosos especialistas del mundo, el presidente de la SEP
Bernardo Neri Farina y otros miembros de la entidad presen-
taron ponencias.
• Una donación de libros al Hospital del Trauma se realizó a
fines de julio. La misma estuvo a cargo de la asociada María
Eugenia Ayala, en representación de la SEP, quien hizo entre-
ga de un lote de libros al Aula Hospitalaria del Hospital del
Trauma.
• Un libro de cuentos de Ricardo Loup fue presentado el 8
de junio, en el marco de la Feria Internacional del Libro de
Asunción – Paraguay por la SEP. Este lado de las cosas, primer
libro publicado por este autor, marcó el inicio del programa
del Fondo Editorial de la SEP, que tiene previstos otros lan-
zamientos para este año.
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• Las antologías Paraguái Ñe’ë de Poesía y Narrativa del Pa-


raguay se presentaron en un acto realizado el 28 de julio, en
un acto organizado por la Embajada de la República Domi-
nicana en nuestro país. Los libros, elaborados por un equipo
de la Sociedad de Escritores del Paraguay, conformado por
Bernardo Neri Farina, Javier Viveros y Susy Delgado, ya se
habían presentado en la Feria Internacional del Libro de San-
to Domingo, que este año tuvo como invitado de honor al
Paraguay, a fines de abril pasado. Se entregaron ejemplares de
los libros a los autores antologados asistentes.
• Talleres de Poesía y Cuento ofrecieron en Caaguazú el
presidente de la SEP, Bernardo Neri Farina, la asociada de
Central, Susy Delgado, y la asociada de la filial de este depar-
tamento, Albys Paredes. La actividad estuvo organizada por
la SEP de Caaguazú y se realizó el 11 de agosto en el Colegio
Centro Educativo Maristas Champagnat. de la localidad, con
la participación de más de un centenar de estudiantes.
• Una charla sobre Normas Ortográficas del Guaraní  rea-
lizó la SEP conjuntamente con la Academia de la Lengua
Guaraní, el 18 de agosto de 2017, en la Biblioteca Nacional.
La exposición estuvo a cargo del presidente de la Academia,
Domingo Aguilera, y el vicepresidente Almidio Aquino.
• El libro Sacrificio de peón de Ricardo Benítez, publicado
por el Fondo Editorial de la SEP con el apoyo de Servilibro,
fue presentado el 26 de setiembre de 2017, en la sede de la
Biblioteca Nacional. La presentación estuvo a cargo de Susy
Delgado
• Participación en el Festival de Poesía de la Municipali-
dad. Representando a la SEP, Susy Delgado coordinó una
lectura de poesía en guaraní, a cargo de los poetas Gregorio
Gómez Centurión, Feliciano Acosta, Mauro Lugo y David
Galeano. El acto se realizó en la Manzana de la Rivera, el 11
de octubre.
• Celebración del aniversario de la Sociedad de Escritores
del Paraguay. El acto se realizó el 17 de octubre en la Man-
zana de la Rivera, y en la ocasión se homenajeó a varios des-
tacados miembros de la entidad: Ramiro Domínguez, Gladys
Gloria Luna, Luis María Martínez y Miguel Ángel Meza.
• Participación en una charla de Gabriela Dionisi. La des-
tacada investigadora italiana ofreció una exposición sobre los
premios literarios latinoamericanos en la sede de la Cancille-
ría Nacional, el 18 de octubre.
• La Feria del Libro de Maldonado, Uruguay, contó con la
participación de varios escritores asociados a la SEP, en diver-
sas actividades cumplidas entre el 19 y el 22 de octubre. El
grupo estuvo integrado por Ramiro Domínguez, Bernardo
Neri Farina, Mónica Bustos, Javier Viveros, Irina Ráfols y
Juan Ramírez Biedermann.
• La Feria del Libro de Ciudad del Este recibió el aporte de la
SEP con varias actividades, como la lectura “Palabra de Roa”
y la presentación de libros, el 28 de octubre. Participaron los
escritores Bernardo Neri Farina, María Eugenia Ayala, Javier
Viveros y Susy Delgado.
• El Premio Roque Gaona de Literatura fue entregado en un
acto realizado el 7 de diciembre, en el auditorio de Fénix S.A.
de Seguros, al poeta Gregorio Gómez Centurión. El Jurado,
integrado por los escritores Bernardo Neri Farina, Susana
Gertopán y Chiquita Barreto concedió el segundo premio a
Ricardo Benítez y dos menciones a Lía Colombino y Mónica
Laneri.
REVISTA PYKASU N° 2 47

2018 Despedida al maestro


Ramiro Domínguez.
La SEP se sumó a la
comunidad cultural en
• Reuniones con María Claudia Rodríguez Monarca, desta- los saludos y honras de
cada investigadora chilena de literatura, se realizaron durante despedida al gran escritor
la segunda semana de febrero, con la participación de directi- e intelectual fallecido
vos y asociados de la SEP. el 31 de enero, durante
• La entrega oficial del Premio Nacional de Literatura  a la su velorio y en actos
escritora Susy Delgado se realizó el 19 de febrero, en el ante- posteriores.
despacho del ministro del Gabinete Civil, Juan Carlos López
Moreira, Palacio de Gobierno.
• El Premio Edward and Lily Tuck para la Literatura Para-
guaya  recibió el escritor Javier Viveros, vicepresidente de la
SEP, el 20 de enero, en una ceremonia cumplida en Nueva
York, Estados Unidos, como parte del acto de entrega de los
Premios Literarios del PEN América 2018. El galardón reci-
bido se otorga por un convenio firmado con el PEN Club
Paraguay.
• Un acto de homenaje a la galardonada con el Premio Na-
cional de Literatura, se realizó en la Plaza Uruguaya el 23 de
febrero. Susy Delgado recibió expresiones de aprecio y congra-
tulaciones de numerosos exponentes de la comunidad cultu-
ral.
• Bernardo Neri Farina, académico de número de la lengua
española. El presidente de la SEP asumió su nuevo rol en una
ceremonia realizada en la sede de la Academia Paraguaya de la
Lengua Española, con un discurso sobre “Las redes sociales y
la dinámica de la lengua”, el día 6 de marzo.
• Una donación de 200 libros  realizó la SEP a la Biblioteca
del  CEUNIRA, San Lorenzo, en el marco de un acto cultural
que contó con la participación de numerosos estudiantes, el
17 de marzo.
• El libro de cuentos Abismos de Ana Miranda se presentó el
5 de abril, en un acto realizado en la Manzana de la Rivera.
Su publicación se inscribe en la serie del Fondo Editorial de la
SEP, esta vez con el apoyo de Editorial Arandurä. La presenta-
ción estuvo a cargo de María Irma Betzel.
• La entrega del Premio Municipal de Poesía en Guaraní al
poeta Miguel Ángel Meza se realizó el 9 de abril, en un acto
realizado en la sede central de la Municipalidad de Asunción,
de manos del Intendente Mario Ferreiro. El Jurado integrado
por Feliciano Acosta, Susy Delgado y Domingo Aguilera otor-
gó también una mención a Mauro Lugo.
• La conferencia del poeta Marco Lucchesi, presidente de la
Academia Brasilera de Letras  organizada por la Academia
Paraguaya de la Lengua Española contó con la presencia del
presidente de la SEP y nuevo académico de la entidad anfitrio-
na, y otros escritores de la entidad. La actividad se realizó el 10
de abril.
• Una conferencia y un encuentro con la poeta colombiana
Piedad Bonnett contaron con la participación del presidente
y otros miembros de la SEP. Estas actividades, auspiciadas por
la Embajada de Colombia en Paraguay, se cumplieron entre el
2 y el 3 de mayo.
• Asociados de la SEP participaron en la FIL de Buenos Ai-
res. Los escritores Javier Viveros, Mónica Bustos, Juan Ramí-
rez Biedermann y José Pérez Reyes ofrecieron un panel sobre
“Narrativa paraguaya contemporánea” el día 5,  y por su parte,
Bernardo Neri Farina, Víctor Jacinto Flecha y Susy Delgado to-
maron parte de la “Noche Paraguaya” de la FIL, el 13 de mayo.
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• Alba Eiragi estará en el Festival Internacional de Poesía de


Medellín. La poeta y lideresa indígena ava guarani prepara
su participación en el prestigioso encuentro mundial, con el
apoyo de la SEP. El festival, que se dedicará este año a las
lenguas originarias, se realizará en el próximo mes de julio.
• El Fondo Editorial de la SEP apronta la presentación de
dos libros más: el volumen de cuentos El olor del mundo de
Maricruz Najle, y Viaje nocturno de Gualberto o Recuerdos y
reflexiones de un ausente, de Juan Crisóstomo Centurión, res-
cate bibliográfico de un texto de los años de la posguerra de
la Triple Alianza.

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