UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA JOSÉ SIMEÓN CAÑAS
Licenciatura en Teología Profesor: Fr. Gregorio Ramírez Donoso, o.p.
Ciclo I Alumno: Carlos Francisco Gil Batz
Materia: Patrología (curso monográfico) Fecha: Abril, 2018
REGLA DE LOS MONJES
Benito de Nursia
De familia acomodada, Benito nace aproximadamente
en el año 480 en Nursia, pequeña ciudad de Umbría, ubicada
en la región central de la península itálica. Fue enviado a
Roma para realizar sus estudios superiores enfocados sobre
todo en la retórica. Sin embargo, poco tiempo después
abandonó aquella ciudad a causa de su ambiente lleno de
peligros morales y decidió retirarse a la vida solitaria.
Durante un breve tiempo dirigió un monasterio en los
alrededores de Vicovaro. Fue ahí donde los monjes
quisieron envenenarlo a causa del rigor y la observancia que
Benito les imponía. sucesivamente, con el progresivo
aumento de sus discípulos, fundó doce monasterios en
Subiaco. Nuevamente surgieron grandes problemas, ahora
causados por la envidia de un sacerdote. Después de las
intrigas emprendidas en su contra, dejó Subiaco más o
menos en el 529. Fue entonces cuando se estableció en
Montecasino y fundó un monasterio sobre un antiguo
templo pagano y compuso la Regla. Probablemente murió
alrededor del 547 (Zincone, 1991 en Benito, 2006).
Las fuentes
Se ha afirmado que la Regla apareció en el siglo VI como
el fruto de toda la tradición monástica y de la espiritualidad
emanada de los Padres.
En términos generales, podríamos decir que Benito
bebió de tres fuentes: en primer lugar, la Sagrada Escritura,
cuyas citas son las más abundantes en su regla; en segundo
lugar, la tradición monástica, expresada en las reglas de
Agustín, Pacomio, Basilio y Casiano —este último el más
apreciado por Benito—; y finalmente, los Padres de la
Iglesia: Agustín, León el Grande, Cipriano, las actas de los
mártires, etc. (Colombas, Sansegundo, & Cunill, 1954)
1Los títulos de las diversas secciones los tomamos de
Colombas, Sansegundo, & Cunill (1954, págs. 268-275). Sin
El contexto
En el siglo VI el monacato estaba en plena expansión,
sobre todo en las regiones de las actuales Francia, España e
Italia. Sin embargo, debemos indicar aquí que dicha
expansión se realizaba un tanto anárquicamente: de la
misma manera que en Oriente, los monasterios que surgían
adoptaban el espíritu que su fundador plasmaba en su Regla.
Esta es la razón por la que abundaron diferentes Reglas por
aquel entonces.
Entre dichas reglas, la más «célebre y fecunda» fue la de
san Benito, cuya originalidad se hace evidente en diferentes
aspectos: «sobriedad y precisión, sentido de la medida, sabio
equilibrio, insistencia en la estabilidad, la obediencia, la vida
común» (Marrou, 1964).
¿Por qué escribe la Regla?
Benito escribió «movido por la necesidad de dar a los
monasterios por él fundados, una norma fija y durable y
[probablemente] a ruegos de otros abades conocidos,
deseosos de poseer un código completo de vida monástica
para sus respectivos cenobios» (Colombas, Sansegundo, &
Cunill, 1954, pág. 245).
La Regla
El año de redacción de la Regla es incierto. En cambio,
es seguro que fue producto de una profunda madurez y
experiencia, lo que hace suponer que Benito la escribió hacia
el final de su vida, es decir, cerca del 547. Sin embargo, no
fue redactada de una vez tal como hoy la conocemos. Sin
duda alguna, los capítulos 67-73 fueron añadidos
posteriormente. Por otra parte, el capítulo 64 complementa
al 2 y el 21 es modificado por el 25 (Colombas, Sansegundo,
& Cunill, 1954, pág. 244).
Así pues, la Regla consta de un prólogo y setenta y tres
capítulos, aunque el último de ellos es un epílogo. En todos
ellos se puede vislumbrar cierto orden1.
embargo, la síntesis de los capítulos la recuperamos de:
http://www.monasteriosantacruz.com/blog/?p=598.
PRÓLOGO
«Escucha, hijo, los preceptos de un maestro, e inclina el oído de tu
corazón […] me dirijo ahora a ti, quienquiera que seas, que renuncias
a tu propia voluntad para servir al rey verdadero, Cristo el Señor»
(Prólogo, 1-3).
Benito deja ver que la finalidad de la vida monástica, su
vocación, es el retorno a Dios. Entonces, la Regla es la
aplicación de este principio y por ello el trabajo ascético del
monje se impregna de este deseo de retorno cuyo principal
medio es la obediencia o renuncia a la propia voluntad.
I. CONSTITUCIÓN ORGÁNICA DEL CENOBIO
 Las clases de monjes, el abad y el consejo de los
hermanos (capítulos 1-3)
II. EL ARTE ESPIRITUAL
 Catálogo de las buenas obras y tratados sobre la
obediencia, la taciturnidad (silencio) y la humildad
(4-7).
III. LA ORACIÓN
 Sección litúrgica: la obra de Dios u oficio divino
(8-20).
IV. RÉGIMEN INTERIOR Y DISCIPLINA
 Primera parte del código penitencial introducida
por un directorio sobre los decanos (21-30).
V. ADMINISTRACIÓN DE LA «CASA DE DIOS»2
 La administración de los bienes y la comunidad de
bienes (31-34).
 La alimentación y el descanso nocturno (35-42).
 Segunda parte del código penitencial: satisfacción
por las faltas (43-46).
 Ora et labora 3 : distribución del tiempo entre
oración, lectura, sobre todo de la Biblia (Lectio
divina), y trabajo, comprendidas en este último las
salidas (47-52).
 Acogida de los huéspedes y de los dones y
desprendimiento (53-57).
VI. LA COMUNIDAD
 Orden de la comunidad y renovación de la misma
mediante la incorporación de nuevos miembros o
la designación de un nuevo abad y del prior (58-
65).
VII. CONCLUSIÓN
 La puerta, la clausura y las salidas (66-67).
2 Así llama Benito al monasterio en la Regla.
VIII. ADICIONES
 Las relaciones fraternas (68-72).
IX. EPÍLOGO
 Una mínima Regla de iniciación que remite a
los autores de la tradición monástica y a la Biblia
para alcanzar la perfección (73).
Conclusión
La herencia espiritual de Benito de Nursia es de un
grandísimo valor tanto para la Iglesia como para el mundo
occidental en general.
Su gran originalidad radica en la síntesis que sabiamente
realizó entre cenobitismo y eremitismo, entre la relación con
Dios y con los hermanos.
Enseñanzas
Llama la atención el carácter previsor y detallista de
Benito. En efecto, su Regla es también una invitación a
poner orden en el caos, a ser previsores y ver más allá de
nuestros limitados horizontes.
Referencias
Benito. (2006). Regla de los monjes. (F. J. Molina de la Torre,
Trad.) Salamanca: Sígueme.
Colombas, G., Sansegundo, L., & Cunill, O. (1954). San
Benito, su vida y su regla. Madrid: La Editorial
Catolica.
Marrou, H. I. (1964). El occidente latino. En J. Daniélou, H.
I. Marrou, M. Knowles, H. Tüchle, L. J. Rogier, G.
De Bertier de Sauvigny, . . . F. B. Pike, Nueva historia
de la Iglesia (M. Herranz Marco, & A. De la Fuente
Adánez, Trads., Vol. I). Madrid: Cristiandad.
Zincone, S. (1991). Benito de Nursia. En Diccionario patrístico
y de la antigüedad cristiana. Salamanca: Sígueme.
3 Es interesante que la locución que mejor expresa la vida de
un monje no aparece literalmente en la Regla sino solamente su
esencia.