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dialéctica entre dos polos: “por una parte el conjunto Pueblo como un cuerpo político
integral; por otra, el subconjuto pueblo como multiplicidad fragmentaria de cuerpos
menesterosos y excluidos” (“Qué es un pueblo” en Medios sin fin, p. 32). Establezca
brevemente cómo dicha tensión aparece en el Dogma socialista y desarrolle cómo la
misma se reformula en El matadero, poniendo particular atención en las denominaciones
del "pueblo" representado (pueblo/plebe/chusma) y en los modos en que el relato pone en
escena la relación entre ese pueblo y el individuo, entre ese pueblo y el poder
gobernante. Fundamente su argumentación a partir de la lectura de pasajes significativos
de los textos.
Para Echeverría el encargado de iluminar a las masas y de otorgarle los medios para
conseguir la emancipación es el legislador, el individuo ilustrado,. Él debe elevar al
pueblo, generar la ascensión moral e intelectual y el pueblo debe ser educado y
controlado. Vemos cómo la imagen del pueblo es la de un vacío que hay que llenar, un
obstáculo que hay que superar. La actividad no puede provenir de pueblo en estos
momentos, simplemente porque no sabe qué quiere; se requiere un pueblo pasivo que
deje ilustrarse con el fin de generar la elevación del mismo. Pero, mientras que esto no
suceda, para Echeverría no habrá Pueblo, sino tan sólo un pueblo conformado por cuerpo
menesterosos y excluidos. Ahora bien, ¿Qué sucede cuando aquél que es el encargado de
iluminar al pueblo es el menos ilustrado?, ¿qué sucede cuando el gobernador también se
maneja, al igual que la plebe, por instintos irracionales? La solución parece casi una
utopía. Surge el caos. Cuando las masas son guiadas por la irracionalidad, estamos en El
Matadero. Cuando las luces están apagadas y la civilización desaparece, estamos en El
Matadero.
Es notable que en ningún lugar del Matadero Echeverría se refiera a la plebe como
pueblo. Esto es así porque es imposible que Pueblo idealizado de Echeverría sea aquél
que se deja dominar y esclavizar por el rosismo. La fórmula que utiliza Echeverría para
condenar el presente de Argentina es la siguiente: Rosas y su idea de pueblo es todo
aquello que debe ser superado. En El Matadero la identificación de la plebe con Rosas es
evidente. Ambos comparten las mismas características: se manejan por impulsos
instintivos, animales y egoístas, la anarquía reina en sus corazones, promueven el caos,
sus pasiones están desbordadas, son violentos y se comportan como animales. Por esta
razón, en vez de usar la expresión “pueblo”, Echeverría se refiere a aquellos que apoyan
al rosismo, con los términos “chusma” o “muchedumbre”. Ambos términos están
cargados de connotación negativa y dan cuenta de una degradación del sentido de la
“plebe”, ya que mientras esta hace referencia únicamente a los estratos más bajos de la
sociedad, las otras dotan a la cultura popular de un tinte grosero y vulgar. Sin embargo,
resulta pertinente destacar que cuando Echeverría piensa en el porvenir, el pueblo no
supone ninguna una valoración. Dijimos anteriormente que las masas debían ser
ilustradas y que Rosas debería haber sido aquél individuo encargado de promover la
ilustraión. Sin embargo, Echeverría es consciente de lo imposible de aquella tarea, puesto
que Rosas mismo es el obstáculo, él es el tirano incapaz ilustrar al pueblo sobre
cuestiones políticas, morales y éticas porque él también las desconoce. De esta manera,
en El Matadero, los ideales del Restaurador coinciden con los del pueblo, una conocida
frase de Echeverría nos lo confirma: “el foco de la federación estaba en el Matadero.”
Rosas es la chusma, Rosas es la muchedumbre, Rosas representa el cuerpo sobre el
espíritu, el instinto sobre la razón, el egoísmo sobre el bien común, la ignorancia sobre el
saber; Rosas se tiende un espejo y este nos muestra la verdadera realidad, la del
Matadero. Esta adhesión de la plebe con el restaurador es la que lo convierte en un
pueblo bárbaro y excluido puesto que se trata de una alianza ilegítima, fundada
simplemente en la fuerza y en la figura de la esclavitud. Si yo tuviese que hacer una
síntesis de lo que sucede en El Matadero, simplemente citaría el siguiente fragmento del
dogma: “Cada uno amurallado en su egoísmo ve pasar con estúpida sonrisa el carro
triunfante del despotismo por sobre las glorias y trofeos de la patria, por sobre la sangre
y cadáveres de sus hermanos, por sobre las leyes y derechos de la nación. Cada uno oye
en silencio los gritos y aclamaciones de la turba que, en signo de vasallaje, marcha en
pos de sus huellas, celebrando su omnipotencia y sus hazañas.” El pueblo, entonces, es
para Echeverría aquél que se guía por la razón colectiva, y mientras que no lo haga, no
puede ser llamado pueblo. Pero, ¿qué es, entonces, aquello que guía las acciones de la
gente en el matadero? Es la voluntad colectiva, aquella que simplemente quiere, que no
examina si no que demanda y se deja llevar por las pasiones; y, si prestamos atención a
los momentos en el que Echeverría hace hablar a la chusma El Matadero, notamos que
predominan los verbos en modo imperativo: “che, negra bruja, salí de aquí antes de que
te pegue un tajo.”, “Muéstreme los cojones”, “Enlaza”, “Dele espuela al mancarrón”,
“Desjarreten ese animal”, “Deguellalo, Matasiete”, “Deguellalo como al toro”, “Tocale
el violín”, “preparen la mazorca y las tijeras.” La plebe del matadero simplemente
quiere. Incluso el lenguaje está signado por la violencia.
De esta manera El matadero reformula las ideas del Dogma Socialista, puesto que el
pueblo ideal e ilustrado al que se aspira en este último se enfrenta a la realidad del
matadero conformada por la plebe irracional. Aquella “chusma” será pueblo cuando deje
de ser esclavizada por el despotismo del gobierno de Rosas, cuando sea iluminada por las
luces de la razón. Pero mientras la violencia de los federales (el gobierno) coincida con la
violencia popular, el término pueblo queda reservado para el futuro. El Matadero, es sin
dudas, todo aquello que el Dogma Socialista se propone remediar. El pueblo en el que
piensa Echeverría no es el que está frente a sus ojos, y el choque entre el sueño y la
realidad provoca la primera gran obra de la literatura argentina.
2)
ORIGINALIDADES ARGENTINAS:
Como analizamos anteriormente, en El Matadero nada bueno proviene del salvajismo, este
no es atractivo y las figuras individuales que se destacan de la plebe (el juez, Matasiete y el
carnicero) no poseen ningún rasgo positivo. Teniendo en cuenta esto, podríamos pensar que
en Sarmiento hay una vuelta de tuerca, puesto que él no niega que las masas sean capaces de
tener sus propios saberes y conocimientos. Para el autor de Facundo, la barbarie no es un
exterior vacío de sentido, sino que posee determinadas “ciencias”. Desde este punto de vista,
la barbarie se presenta como algo contradictorio y confuso, puesto que es atrae pero a la vez
aterroriza porque no deja de ser barbarie. Sarmiento da cuenta de estos saberes en el capitulo
II de Facundo cuando introduce a las originalidades argentinas. En dicho capítulo, muestra
aquellos cuadros costumbristas que enfatizan el saber del gaucho, describe los modos de vida
que generan los diferentes espacios, porque para él la fisonomía atgentina ess el resultado de
determinados procesos y circunstancias históricas. “si se quiere conocer la sociedad
americana, hay que observar antes que nada la naturaleza.” Pg 7 svampa Cada espacio
genera determinados tipos de vida y Sarmiento presende mostrar que si la ciudad genera la
civilización, La Pampa y el desierto alimentan la barbarie, es decir, producen un hombre a
su medida, puesto que “se liga a los salvajes por la pampa.” Ahora bien, dijimos que esta
barbarie tiene también para Sarmiento un saber que la civilización ignora. Así, por ejemplo,
el cantor, maneja y transmite historias ligadas a la poesía; de esta manera, junto con la poesía
culta (la poesía de la ciudad), también existe otra, la poesía popular del gaucho, ya que “el
pueblo campesino tiene sus cantares propios.” Por otra parte, el rastreador es capaz de seguir
pistas y encontrar al culpable de un crimen que parecía irresoluble. Para Sarmiento la tarea
que desempeña el rastreador es una “ciencia casera y popular.” El baqueano, por su parte, es
considerado como un topógrafo; y, tanto el ejército, el éxito de una batalla e incluso la
conquista de una provincia dependen de él, incluso puede anunciar la proximidad del
enemigo. Por último, el gaucho malo es aquel hombre divorciado de la sociedad, proscrito
por las leyes, pero que, sin embargo, no es un bandido. Sarmiento aclara que al gaucho malo
le gusta pelear por pelear, ama su cuchillo y lo desenvaina para herir pero no para matar, y
agrega que al igual que Napoleón el gaucho malo posee una memoria sorprendente; el
también tiene su “ciencia del desierto.” Pero, ¿por qué Sarmiento presenta estas
originalidades antes de dar cuenta del mal que trae consigo la barbarie? Le interesan estos
modos de vida puesto que pretende mostrar cómo Facundo es una manifestación de la vida
argentina, una expresión fiel de la manera de ser de un pueblo” y la expresión máxima de la
barbarie. Estas cuatro originalidades representan el grado mínimo de barbarie, sólo a medida
que avanza el relato, podeemos observar que las peores cualidades de estas, aquellas
relacionadas a la fuerza física, al arrojo, al uso del cuchillo, en fin, al tipo de vida primitiva,
reapareceren en las montoneras o bajo la figura de los caudillos. “Ssi el lector no se ha
olvidado del baqeuano y de las cualidades generales que constituyen el candidato para la
comandancia de la campaña, comprenderá fácilmente el caracer e instintos de artigas.”El
lector, dice Facundo, “verá en los caudillos cuyos nombres han traspasado las fronteras
argentinas y aun en aquellos que llenan el mundo con el horror de su nombre, el reflejo vivo
de la situacion interior del pais, sus costumbres y su organización.”(pg 50)
Bibliografía
Textos fuente:
Echeverría, Esteban:
- El Dogma Socialista
-El Matadero
Bibliografía crítica:
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