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1) Según Giorgio Agamben, el concepto de "pueblo" se sostiene sobre una oscilación

dialéctica entre dos polos: “por una parte el conjunto Pueblo como un cuerpo político
integral; por otra, el subconjuto pueblo como multiplicidad fragmentaria de cuerpos
menesterosos y excluidos” (“Qué es un pueblo” en Medios sin fin, p. 32). Establezca
brevemente cómo dicha tensión aparece en el Dogma socialista y desarrolle cómo la
misma se reformula en El matadero, poniendo particular atención en las denominaciones
del "pueblo" representado (pueblo/plebe/chusma) y en los modos en que el relato pone en
escena la relación entre ese pueblo y el individuo, entre ese pueblo y el poder
gobernante. Fundamente su argumentación a partir de la lectura de pasajes significativos
de los textos.

2) En Facundo, la vida pastoril y el mundo de la barbarie son objeto de diferentes


representaciones. Por un lado, aparecen las "masas", que integran las montoneras; por
otro, están las "originalidades" argentinas, los "personajes eminentes" vinculados con la
cultura popular (baqueano, rastreador, cantor, gaucho malo); también, el caudillo
Facundo Quiroga, como "expresión fiel de la manera de ser de un pueblo". Describa las
características de cada una de estas representaciones. Tenga en cuenta, en lo posible, la
forma en que el texto de Sarmiento reformula el sentido de "individuo" y/o
"individualismo"
En el Dogma Socialista, la ambigüedad del término pueblo y la tensión entre sus dos
polos es visible cuando Echeverría sostiene que es el titular de la soberanía, pero al
mismo tiempo lo considera incapaz de discernir lo conveniente para el bien de la
republica. Es decir, el pueblo es el encargado de elegir a sus representantes políticos,
pero como todavía es irracional y no fue ilustrado -carece de las luces- está excluido del
poder político. De esta manera, el pueblo se nos presenta como algo que hay que
corregir. Cuando Echeverría escribe el Dogma Socialista, está pensando en un Pueblo
ideal que no existe; piensa a futuro: “la constitución argentina se situa en un punto de
inflexión de la historia, punto en el cual el pais ha renunciado a su pasado se embarca en
la conquista del futuro” pg 41 svampa.En el dogma habría entonces una idea negativa de
lo popular, ya que el pueblo no se definiría por lo que es, si no por aquello que no es, por
aquello le falta; hay un desajuste entre lo que se espera que el pueblo sea y lo que es. Nos
enfrentamos una incógnita que parece irresoluble, puesto que para que no reine la tiranía
es necesario apelar voluntad popular, pero cuando se apela a ella, el pueblo se presenta
como una molestia, un estorbo que atenta contra las instituciones. Tal como dice
Barbero: “la racionalidad que inaugura el pensamiento ilustrado se condensa entera en
ese circuito y en la contradicción que cubre: está contra la tiranía en nombre de la
voluntad popular pero está contra el pueblo en nombre de la razón.” La solución es
ilustrar al pueblo y educarlo, pero esta tarea es imposible en el presente de Echeverría,
bajo el mandato de Rosas.

Existe, sin embargo, un concepto homogeneizador, en el que se entiende al Pueblo como


una comunidad orgánica constituida por lazos biológicos, telúricos y naturales, es decir,
un pueblo sin historia que reabsorbe todas las diferencias culturales. Pero, en momento
en el que nos enfrentamos a la realidad de los pensadores de la generación del 37, este
mito se disuelve y vemos que el término Pueblo entendido como un concepto sin
contradicciones es inexistente. Habría que preguntarse qué fue lo que generó esta
imposibilidad, qué fue aquello que produjo que Echeverría presente en el Dogma
Socialista a la plebe como la ameneza más insidiosa para las instituciones políticas.
Habría que preguntarse, en fin, qué fue lo que generó esta idea del pueblo como
amenaza. Echeverría sostiene que surgió cuando el pueblo tomó posesión de la
soberanía, pero fue incapaz de ponerle un tope. Las masas se consagraron omnipotentes
y esto preparó el suelo para eldespotismo. Esta omnipotencia tiene como causas
fundamentales el egoísmo, la primacía de los intereses individuales y el exceso de
energía de la plebe. Sin embargo, Echeverría sostiene que la energía es necesaria puesto
que la democracia exige acción, ejercicio y movimiento, el problema es que está
desbordada, diría “enloquecida. Todo ese exceso de energía precisa de una razón
ordenadora. Es decir que, las masas precisan ser controladas mediante la razón para
poder guiar de manera favorable sus acciones y elecciones. De esta manera, la tensión
que se manifiesta en el dogma socialista puede ser sintetizada a partir de las siguientes
ideas de Echeverría: “la soberanía solo reside en la razón colectiva del Pueblo. El
sufragio universal es absurdo. No es nuestra la fórmula de los ultra-demócratas
franceses: todo para el Pueblo y por el Pueblo; si no la siguiente: todo para el Pueblo, y
por la razón del Pueblo.” (el subrayado es mío.) La contradicción es visible: el pueblo
debe elegir pero a la vez no es el capacitado para hacerlo, porque ¿cómo podrían
discernir entre el bien y el mal aquellos que están privados de las luces, aquellos que
desconocen de asuntos éticos y morales?

Para Echeverría el encargado de iluminar a las masas y de otorgarle los medios para
conseguir la emancipación es el legislador, el individuo ilustrado,. Él debe elevar al
pueblo, generar la ascensión moral e intelectual y el pueblo debe ser educado y
controlado. Vemos cómo la imagen del pueblo es la de un vacío que hay que llenar, un
obstáculo que hay que superar. La actividad no puede provenir de pueblo en estos
momentos, simplemente porque no sabe qué quiere; se requiere un pueblo pasivo que
deje ilustrarse con el fin de generar la elevación del mismo. Pero, mientras que esto no
suceda, para Echeverría no habrá Pueblo, sino tan sólo un pueblo conformado por cuerpo
menesterosos y excluidos. Ahora bien, ¿Qué sucede cuando aquél que es el encargado de
iluminar al pueblo es el menos ilustrado?, ¿qué sucede cuando el gobernador también se
maneja, al igual que la plebe, por instintos irracionales? La solución parece casi una
utopía. Surge el caos. Cuando las masas son guiadas por la irracionalidad, estamos en El
Matadero. Cuando las luces están apagadas y la civilización desaparece, estamos en El
Matadero.

Es notable que en ningún lugar del Matadero Echeverría se refiera a la plebe como
pueblo. Esto es así porque es imposible que Pueblo idealizado de Echeverría sea aquél
que se deja dominar y esclavizar por el rosismo. La fórmula que utiliza Echeverría para
condenar el presente de Argentina es la siguiente: Rosas y su idea de pueblo es todo
aquello que debe ser superado. En El Matadero la identificación de la plebe con Rosas es
evidente. Ambos comparten las mismas características: se manejan por impulsos
instintivos, animales y egoístas, la anarquía reina en sus corazones, promueven el caos,
sus pasiones están desbordadas, son violentos y se comportan como animales. Por esta
razón, en vez de usar la expresión “pueblo”, Echeverría se refiere a aquellos que apoyan
al rosismo, con los términos “chusma” o “muchedumbre”. Ambos términos están
cargados de connotación negativa y dan cuenta de una degradación del sentido de la
“plebe”, ya que mientras esta hace referencia únicamente a los estratos más bajos de la
sociedad, las otras dotan a la cultura popular de un tinte grosero y vulgar. Sin embargo,
resulta pertinente destacar que cuando Echeverría piensa en el porvenir, el pueblo no
supone ninguna una valoración. Dijimos anteriormente que las masas debían ser
ilustradas y que Rosas debería haber sido aquél individuo encargado de promover la
ilustraión. Sin embargo, Echeverría es consciente de lo imposible de aquella tarea, puesto
que Rosas mismo es el obstáculo, él es el tirano incapaz ilustrar al pueblo sobre
cuestiones políticas, morales y éticas porque él también las desconoce. De esta manera,
en El Matadero, los ideales del Restaurador coinciden con los del pueblo, una conocida
frase de Echeverría nos lo confirma: “el foco de la federación estaba en el Matadero.”
Rosas es la chusma, Rosas es la muchedumbre, Rosas representa el cuerpo sobre el
espíritu, el instinto sobre la razón, el egoísmo sobre el bien común, la ignorancia sobre el
saber; Rosas se tiende un espejo y este nos muestra la verdadera realidad, la del
Matadero. Esta adhesión de la plebe con el restaurador es la que lo convierte en un
pueblo bárbaro y excluido puesto que se trata de una alianza ilegítima, fundada
simplemente en la fuerza y en la figura de la esclavitud. Si yo tuviese que hacer una
síntesis de lo que sucede en El Matadero, simplemente citaría el siguiente fragmento del
dogma: “Cada uno amurallado en su egoísmo ve pasar con estúpida sonrisa el carro
triunfante del despotismo por sobre las glorias y trofeos de la patria, por sobre la sangre
y cadáveres de sus hermanos, por sobre las leyes y derechos de la nación. Cada uno oye
en silencio los gritos y aclamaciones de la turba que, en signo de vasallaje, marcha en
pos de sus huellas, celebrando su omnipotencia y sus hazañas.” El pueblo, entonces, es
para Echeverría aquél que se guía por la razón colectiva, y mientras que no lo haga, no
puede ser llamado pueblo. Pero, ¿qué es, entonces, aquello que guía las acciones de la
gente en el matadero? Es la voluntad colectiva, aquella que simplemente quiere, que no
examina si no que demanda y se deja llevar por las pasiones; y, si prestamos atención a
los momentos en el que Echeverría hace hablar a la chusma El Matadero, notamos que
predominan los verbos en modo imperativo: “che, negra bruja, salí de aquí antes de que
te pegue un tajo.”, “Muéstreme los cojones”, “Enlaza”, “Dele espuela al mancarrón”,
“Desjarreten ese animal”, “Deguellalo, Matasiete”, “Deguellalo como al toro”, “Tocale
el violín”, “preparen la mazorca y las tijeras.” La plebe del matadero simplemente
quiere. Incluso el lenguaje está signado por la violencia.

De esta manera El matadero reformula las ideas del Dogma Socialista, puesto que el
pueblo ideal e ilustrado al que se aspira en este último se enfrenta a la realidad del
matadero conformada por la plebe irracional. Aquella “chusma” será pueblo cuando deje
de ser esclavizada por el despotismo del gobierno de Rosas, cuando sea iluminada por las
luces de la razón. Pero mientras la violencia de los federales (el gobierno) coincida con la
violencia popular, el término pueblo queda reservado para el futuro. El Matadero, es sin
dudas, todo aquello que el Dogma Socialista se propone remediar. El pueblo en el que
piensa Echeverría no es el que está frente a sus ojos, y el choque entre el sueño y la
realidad provoca la primera gran obra de la literatura argentina.
2)

ORIGINALIDADES ARGENTINAS:

IMP!!! DECIR Q UNA VEZ Q INTEGRAN LAS MASAS YA NO TIENE ESA


POTENCIALIDAD ESTETICA Y POETICA Q SE LES Veia.

Como analizamos anteriormente, en El Matadero nada bueno proviene del salvajismo, este
no es atractivo y las figuras individuales que se destacan de la plebe (el juez, Matasiete y el
carnicero) no poseen ningún rasgo positivo. Teniendo en cuenta esto, podríamos pensar que
en Sarmiento hay una vuelta de tuerca, puesto que él no niega que las masas sean capaces de
tener sus propios saberes y conocimientos. Para el autor de Facundo, la barbarie no es un
exterior vacío de sentido, sino que posee determinadas “ciencias”. Desde este punto de vista,
la barbarie se presenta como algo contradictorio y confuso, puesto que es atrae pero a la vez
aterroriza porque no deja de ser barbarie. Sarmiento da cuenta de estos saberes en el capitulo
II de Facundo cuando introduce a las originalidades argentinas. En dicho capítulo, muestra
aquellos cuadros costumbristas que enfatizan el saber del gaucho, describe los modos de vida
que generan los diferentes espacios, porque para él la fisonomía atgentina ess el resultado de
determinados procesos y circunstancias históricas. “si se quiere conocer la sociedad
americana, hay que observar antes que nada la naturaleza.” Pg 7 svampa Cada espacio
genera determinados tipos de vida y Sarmiento presende mostrar que si la ciudad genera la
civilización, La Pampa y el desierto alimentan la barbarie, es decir, producen un hombre a
su medida, puesto que “se liga a los salvajes por la pampa.” Ahora bien, dijimos que esta
barbarie tiene también para Sarmiento un saber que la civilización ignora. Así, por ejemplo,
el cantor, maneja y transmite historias ligadas a la poesía; de esta manera, junto con la poesía
culta (la poesía de la ciudad), también existe otra, la poesía popular del gaucho, ya que “el
pueblo campesino tiene sus cantares propios.” Por otra parte, el rastreador es capaz de seguir
pistas y encontrar al culpable de un crimen que parecía irresoluble. Para Sarmiento la tarea
que desempeña el rastreador es una “ciencia casera y popular.” El baqueano, por su parte, es
considerado como un topógrafo; y, tanto el ejército, el éxito de una batalla e incluso la
conquista de una provincia dependen de él, incluso puede anunciar la proximidad del
enemigo. Por último, el gaucho malo es aquel hombre divorciado de la sociedad, proscrito
por las leyes, pero que, sin embargo, no es un bandido. Sarmiento aclara que al gaucho malo
le gusta pelear por pelear, ama su cuchillo y lo desenvaina para herir pero no para matar, y
agrega que al igual que Napoleón el gaucho malo posee una memoria sorprendente; el
también tiene su “ciencia del desierto.” Pero, ¿por qué Sarmiento presenta estas
originalidades antes de dar cuenta del mal que trae consigo la barbarie? Le interesan estos
modos de vida puesto que pretende mostrar cómo Facundo es una manifestación de la vida
argentina, una expresión fiel de la manera de ser de un pueblo” y la expresión máxima de la
barbarie. Estas cuatro originalidades representan el grado mínimo de barbarie, sólo a medida
que avanza el relato, podeemos observar que las peores cualidades de estas, aquellas
relacionadas a la fuerza física, al arrojo, al uso del cuchillo, en fin, al tipo de vida primitiva,
reapareceren en las montoneras o bajo la figura de los caudillos. “Ssi el lector no se ha
olvidado del baqeuano y de las cualidades generales que constituyen el candidato para la
comandancia de la campaña, comprenderá fácilmente el caracer e instintos de artigas.”El
lector, dice Facundo, “verá en los caudillos cuyos nombres han traspasado las fronteras
argentinas y aun en aquellos que llenan el mundo con el horror de su nombre, el reflejo vivo
de la situacion interior del pais, sus costumbres y su organización.”(pg 50)

Antes de adentrarnos en la descripción de las masas que confoman las montoneras, es


conveniente hacer una distinción entre las masas que observábamos en El Matadero y las de
Facundo. En el matadero, la chusma no entendía sobre cuestiones políticas, puesto que era
aquél cuerpo excluído al que había que ilustrar. Ahora bien, en Facundo, las masas tienen un
papel protagónico, estas se convierten en un actor político y social. Ya no se trata de una
multitud de negras rebusconas que se pelean por un pedazo de carne y nada más, si no de
montoneras que conforman los ejércitos provinciales, integradas tanto por gauchos como por
habitantes de las campañas, que obedeen las órdenes del caudillo. Son una fuerza de acción
que integra los procesos revolucionarios y emergen e irrumpen en la política. Las caracteriza
la desorganización, sus movimientos espontáneos, irracionales y violentos. Son masas que
tienen una fuerza regresiva y destructora. Carecen de todas las cualidades de la civilizacipn,
desconocen el orden y el progreso; hay en ellas un exceso de corporalidad que se opone a los
espíritus elevados de las ciudades. “La montonera, tal como apareció en losprimeros días de
la republica bajo las ordenes de artigas, presento ya ese carácter deferocidad brutal y ese
espíritu terrorista.” Pg59 Las montoneras representan el orden retroadrao y la tiranía de las
masas. Mientras que la vida pastoril que presentamos al comienzo tenía su atractivo, las
masas pastoras, una vez que funcionan como actor político, desarrollan simplemente las
brutalidades fisias de esa vida primitiva pero ninguna intelectual; puesto que bajo en una
sociedad despotizada, todas la dotes naturales van a perderse en el crimen, ya no hay lugar
para aquella potencialidad estética y poética que tenían las originalidades argentinas
previamente a la emergencia de las masas pastoras en la política. Una vez que el gaucho
realiza la entrada a la vida publica, será un malhechor o un caudillo, no hay otra salida.

Sarmiento también reformula el concepto de individualidad en relación a como lo vimos en


el Matadero.Este concepto es muy importante para analizar la figura de Facundo puesto que
el individualismo es la base y la causa del despotismo, de aquél mal que acomete a
Argentina. Como mencionamos en la consigna número uno, Echeverría daba cuenta de una
oposición entre el individuo ilustrado y aquellas masas a la que este debe educar. En El
Matadero, este individuo que aportaba las luces a la sociedad, estaba representado bajo la
figura del unitario; el mismo tenía una connotación positiva ya que era el encargado de
elevar al pueblo, de instruirlo. En Facundo, por el contrario, es Facundo, representante del
grado máximo de la barbarie, quien simboliza el extremo del individualismo y quien hace
retroceder a las ciudades. Si la asociación se funda en la igualdad, podríamos acercarnos a
una definición de Facundo mediante la inversión o la negación de la primera palabra
simbólica del Dogma Socialista. Facundo representa la desasociación, simboliza la
desigualdad. Facundo es el caudillo que se distingue de los demás por su exceso de
individualismo. Dicho individualismo surge como consecuencia de un modo de vida
primitivo, en el que se promueve la supervivencia, ya que, recordemos, para Sarmiento “los
accidentes de la naturaleza producen costumbres y usos peculiares de estos accidentes”
facundo pg 40. Es la vida pastoril y primitiva la que desarrolla la fuerza brutal y bestial,
puesto quecada cual debe salvarse por sí mismo, debe sobrevivir. Por este motivo Facundo
es un hombre de la naturaleza que va en contra del espíritu de asociación, él no trabaja a
favor del progreso y de la civilización, por el contrario, al igual que las montoneras
desconoce la disciplina, y sólo conoce el despecho a la sociedad civilizada a la cual destruye
y desmoraliza. Facundo simplemente no gobierna porque el gobierno ya es un trabajo en
beneficio ajeno. Además, gobernar precisa de orden y disciplina, y Facundo, como es un
gaucho eerrático carece de ambos. En definitiva, lo que lo caracteriza es un exceso de
individualidad: rechaza la constitución, va contra la civilización en la que los intereses
colectivos se conjugan con los individuales, se guía por instintos feroces y sanguinarios, y es
desenfrenado e instintivo; no existe en él el mínimo interés por lo público. Esta definición de
Facundo coincide con las definición de las masas que presentamos anteriormente. Esto nos
lleva a considerar a Facundo como la expresión máxima del poder de irrupción de las masas;
él mismo concentra la masa individual. Él sólo es capaz de representar todo aquello que
caracteriza a las montoneras: la violencia, la sangre, el dolor, el capricho, el terror, el
movimiento continuo sin causa, la pasión, el desenfreno, el desorden y la bestialidad. Y
también en él se encuentran las peores corrupciones de las originalidades argentnas; él es el
ideal del gaucho malo. Vemos de esta manera cómo Facundo representa la expresión fiel de
la manera de ser de un pueblo, y también la expresión máxima de la barbarie. Facundo es un
gaucho que proviene de la pampa; y si tenemos en cuenta que cada territorio genera sus
propios modos de vida, para Sarmiento entonces la pampa genera algo monstruoso,
aberrante, cuyo ingreso en la política, irrumpe el progreso, destroza las ciudades e impide la
civilización. Él “No es mas que el espejo en que se relfjena en dimensiones colosales las
creencias, las necesidades y preoupaiones y habitos de una nación en una época dada de su
historia.” Sarmiento nos muestra, de esta manera, el mal que genera la emergencia de las
campañas con sus modos particulares de vida en la ciudad. El mal que genera el encuentro
de la civilización con la barbarie.

Bibliografía

Textos fuente:

Echeverría, Esteban:

- El Dogma Socialista

-El Matadero

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