El Nacimiento
La anunciación
Lc 1: 26-38
28 Llegó el ángel hasta ella y le
dijo: «Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo.»
31 Concebirás en tu seno y
darás a luz un hijo, al que
pondrás el nombre de Jesús.
32 Será grande y justamente
será llamado Hijo del Altísimo.
El Señor Dios le dará el trono
de su antepasado David
Jesús perdido en el templo
Lc 2: 41-52
49 El les contestó: «¿Y por qué
me buscaban? ¿No saben que
yo debo estar donde mi
Padre?»
Lc 2: 1-21
6 Mientras estaban en Belén,
llegó para María el momento
del parto
11 hoy, en la ciudad de
David, ha nacido para
ustedes un Salvador, que es
el Mesías y el Señor.
El bautismo
Mc 1: 9-11
10 Al momento de salir
del agua, Jesús vio los
Cielos abiertos: el Espíritu
bajaba sobre él como lo
hace la paloma, 11
mientras se escuchaban
estas palabras del Cielo:
«Tú eres mi Hijo, el
Amado, mi Elegido.»
La infancia de Jesús
Lc 2: 1-52
40 El niño crecía y se
desarrollaba lleno de
sabiduría, y la gracia de
Dios permanecía con él.
Jesús en el desierto
Lc 4: 1-13
7 Si te arrodillas y me
adoras, todo será tuyo.» 8
Jesús le replicó: «La Escritura
dice: Adorarás al Señor tu
Dios y a él sólo servirás.»
12 Jesús le replicó:
«También dice la Escritura:
No tentarás al Señor tu
Dios.»

La boda de cana
Jn 2: 1-11
7 Jesús dijo: «Llenen de agua
esos recipientes.» Y los
llenaron hasta el borde. 8
«Saquen ahora, les dijo, y
llévenle al mayordomo.» Y
ellos se lo llevaron.
Curación del leproso
Mc 1: 40-45
40 Se le acercó un leproso,
que se arrodilló ante él y le
suplicó: «Si quieres, puedes
limpiarme.» 41 Sintiendo
compasión, Jesús extendió
la mano y lo tocó
diciendo: «Quiero, queda
limpio.»
Primera pesca
milagrosa Lc 5: 1-11
5 Simón respondió: «Maestro, por
más que lo hicimos durante toda
la noche, no pescamos nada;
pero, si tú lo dices, echaré las
redes.»
8 Al ver esto, Simón Pedro se
arrodilló ante Jesús, diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy
un hombre pecador.»
10 Jesús dijo a Simón: «No temas;
en adelante serás pescador de
hombres.»
Curación del paralitico
Mc 2: 1-12
9 ¿Qué es más fácil decir
a este paralítico: Se te
perdonan tus pecados, o
decir: Levántate, toma tu
camilla y anda? 10 Pues
ahora ustedes sabrán
que el Hijo del Hombre
tiene en la tierra poder
para perdonar pecados.»
11 Y dijo al paralítico:
«Levántate, toma tu
camilla y vete a tu casa.»
Primeras
multiplicaciones de
panes Mt 14: 13-22
8 Jesús les dijo: «Tráiganmelos
para acá.»
19 Y mandó a la gente que se
sentara en el pasto. Tomó los
cinco panes y los dos pescados,
levantó los ojos al cielo,
pronunció la bendición, partió
los panes y los entregó a los
discípulos. Y los discípulos los
daban a la gente. 20 Todos
comieron y se saciaron, y se
recogieron los pedazos que
sobraron: ¡doce canastos llenos!
Endemoniado de
Gerasa Mc 5: 1-20
12 Los espíritus le rogaron:
«Envíanos a esa piara y
déjanos entrar en los cerdos.»
Y Jesús se lo permitió.
19 Pero Jesús no se lo
permitió, sino que le dijo:
«Vete a tu casa con los tuyos
y cuéntales lo que el Señor
ha hecho contigo y cómo ha
tenido compasión de ti.» 20 El
hombre se fue y empezó a
proclamar por la región de la
Decápolis lo que Jesús había
hecho con él; y todos
quedaban admirados.

Jesús resucita a la hija de
Jairo Mc 5; 21-43
23 suplicándole: «Mi hija está
agonizando; ven e impón tus
manos sobre ella para que se
mejore y siga viviendo.»
41 Tomándola de la mano, dijo a
la niña: «Talitá kumi», que quiere
decir: «Niña, te lo digo,
¡levántate!»
Transfiguración de
Jesús
Lc 9: 28-36
28 Unos ocho días después de es
tos discursos, Jesús tomó consigo
a Pedro, a Santiago y a Juan y
subió a un cerro a orar.
30 Dos hombres, que eran Moisés
y Elías, conversaban con él. 31 Se
veían en un estado de gloria y
hablaban de su partida, que
debía cumplirse en Jerusalén.
35 Pero de la nube llegó una voz
que decía: «Este es mi Hijo, mi
Elegido; escúchenlo.»
Resurrección de Lázaro
Jn 11: 1-44
3 Las dos hermanas mandaron a decir a Jesús: «Señor, el
que tú amas está enfermo.» 4 Al oírlo Jesús, dijo: «Esta
enfermedad no terminará en muerte, sino que es para
gloria de Dios, y el Hijo del Hombre será glorificado por
ella.»
40 Jesús le respondió: «¿No te he dicho que si crees
verás la gloria de Dios?» 41 Y quitaron la piedra.
41 Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: «Te doy
gracias, Padre, porque me has escuchado. 42 Yo sabía
que siempre me escuchas; pero lo he dicho por esta
gente, para que crean que tú me has e viado.» 43 Al
decir esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal fuera!»
Ultima Cena
Lc 22: 7-24
La entrada de 17 Jesús, aceptando una copa, dio
Jesús a Jerusalén gracias y les dijo: «Tomen esto y
Mc 11: 1-11 repártanlo entre ustedes, 18 porque
9 Y tanto los que iban les aseguro que ya no volveré a
delante como los que beber del fruto de la vid hasta que
seguían a Jesús llegue el Reino de Dios.» 19 Después
tomó pan y, dando gracias, lo
gritaban: «¡Hosanna!
partió y se lo dio diciendo: «Esto es
¡Bendito el que viene
en nombre del Señor! mi cuerpo, que es entregado por
ustedes. (Hagan esto en memoria
10 ¡Ahí viene el
bendito reino de mía.» 20 Hizo lo mismo con la copa
nuestro padre David! después de cenar, diciendo: «Esta
¡Hosanna en las copa es la alianza nueva sellada
alturas!» con mi sangre, que es derramada
por ustedes»).
Jesús es condenado Jesús carga la cruz Jesús cae por
Jn 19: 13-16 Jn 19: 17 primera vez
4 Era el día de la Preparación de la 17 Así fue como se llevaron a
Pascua, hacia el mediodía. Pilato Je sús. Cargando con su propia
dijo a los judíos: «Aquí tienen a su
cruz, salió de la ciudad hacia el
rey.» 15 Ellos gritaron: «¡Fuera!
¡Fuera! ¡Crucifícalo!» Pilato replicó:
lu gar llamado Calvario (o de la
«¿He de crucificar a su Rey?» Los Ca lavera), que en hebreo se
jefes de los sacerdotes dice Gólgota.
contestaron: «No tenemos más rey
que el César.» 16 Entonces Pilato
les entregó a Jesús para que lo
crucificaran.

Jesús se encuentra El cirineo ayuda a La verónica

con su madre Lc 2:35 Jesús Lc 23: 26 enjuaga el rostro
35 mientras a ti misma una 26 Cuando lo llevaban,
espada te atravesará el de Jesús
encontraron a un tal
alma. Por este medio, sin Simón de Cirene, que
embargo, saldrán a la luz los volvía del campo, y le
pensamientos íntimos de los cargaron con la cruz
hombres.» para que la llevara
detrás de Jesús.
 Jesús cae por
Segunda vez
Jesús es despojado de
su ropa
Mt 27:33-35
35 Allí lo crucificaron y
después se repartieron entre
ellos la ropa de Jesús,
echándola a suertes.
Jesús consuela a las
mujeres de
Jerusalén
Lc 23: 27-28
28 Jesús, volviéndose
hacia ellas, les dijo: «Hijas
de Jerusalén, no lloren por
mí. Lloren más bien por
ustedes mismas y por sus
hijos.
Jesús es clavado en
la cruz Lc 23: 33
33 Al llegar al lugar
llamado de la Calavera, lo
crucificaron allí, y con él a
los malhechores, uno a su
derecha y el otro a su
izquierda.
Jesús cae por tercera
vez Mt 11: 28-29
28 Vengan a mí los que van
cansados, llevando pesadas
cargas, y yo los aliviaré. 29
Carguen con mi yugo y
aprendan de mí, que soy
paciente y humilde de
corazón, y sus almas
encontrarán descanso
Jesús Muere en la cruz
Lc 23: 44-46
44 Hacia el mediodía se
ocultó el sol y todo el país
quedó en tinieblas hasta las
tres de la tarde. 45 En ese
momento la cortina del
Templo se rasgó por la mitad,
46 y Jesús gritó muy fuerte:
«Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu». Y
dichas estas palabras, expiró.
 Jesús es bajado de la cruz Jesús es Sepultado
Lc 23: 50-53
Mt 27: 59-60
50 Intervino entonces un hombre
59 José tomó entonces el cuerpo de
bueno y justo llamado José, que era
miembro del Consejo Supremo, Jesús, lo envolvió en una sábana limpia 60
52 Se presentó, pues, ante Pilato y le y lo colocó en el sepulcro nuevo que se
pidió el cuerpo de Jesús. 53 Después había hecho excavar en la roca. Después
de bajarlo de la cruz, lo envolvió en hizo rodar una gran piedra sobre la
una sábana y lo depositó en un entrada del sepulcro y se fue
sepulcro nuevo cavado en la roca,
donde nadie había sido enterrado
aún.

La Resurrección del señor

Lc 24: 1-50
5 Estaban tan asustadas que no se atrevían a levantar los ojos del suelo. Pero ellos les dijeron: «¿Por
qué buscan entre los muertos al que vive?
30 Y mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. 31
En ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció.
44 Jesús les dijo: «Todo esto se lo había dicho cuando estaba todavía con ustedes; tenía que cumplirse
todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos referente a mí.»
45 Entonces les abrió la mente para que entendieran las Escrituras. 46 Les dijo: «Todo esto estaba
escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día. 47 Luego
debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por
Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan. 48 Ustedes son
testigos de todo esto.
49 Ahora yo voy a enviar sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad
hasta que sean revestidos de la fuerza que viene de arriba.»