You are on page 1of 24

Próceres de la a la

Pensamientos políticos en primera persona

bernardo de
monteagudo

Presidenta de la Nación: Cristina Fernández de Kirchner. Unidad Ejecutora Bicentenario: Oscar Isidro José Parrilli; Jorge Edmundo Coscia; Tristán Bauer

Por Felipe Pigna y Mariano Fain


Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 1
2 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z
“Sé que mi intención será siempre
un problema para unos, mi
conducta un escándalo para
otros y mis esfuerzos una prueba
de heroísmo en el concepto de
algunos, me importa todo muy
poco, y no me olvidaré lo que
decía Sócrates, los que sirven a
la Patria deben contarse felices
si antes de elevarles altares no
le levantan cadalsos.”

Bernardo de Monteagudo

Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 3


Bernardo de Monteagudo, resulta difícil categorizar a este personaje
multifacético con solo algunas denominaciones, fue abogado, político,
periodista, militar y por sobre todas las cosas revolucionario. Nació, en
la provincia argentina en la que nos declararíamos independientes, el
20 de agosto de 1789, un mes después de que estallara en París la que
pasaría a la historia como la Revolución Francesa.

E
studió en la pro- una sátira política en la que to más cuanto por propia ex-
vincia de Córdo- los dos reyes se lamentan por periencia, sé que es inmenso
ba y luego, como sus reinos perdidos a manos el dolor que padece quien se
Mariano Moreno de los invasores. ve injustamente privado de
y Juan José Castelli, en la El tucumano le hará de- su cetro y su corona.”
Universidad de Chuquisaca cir al rey de España: “El más En aquel texto apareció
(actual Bolivia) donde, en ju- infame de todos los hombres una de las primeras procla-
nio de 1808 se graduó como vivientes, es decir, el ambi- mas independentistas de
abogado con una tesis muy cioso Napoleón, el usurpa- la historia de esta parte del
conservadora y monárquica continente, que habría cir-
titulada: “Sobre el origen de culado profusamente entre
la sociedad y sus medios de los revolucionarios de Chu-
mantenimiento”. Quebrantad las quisaca: “Habitantes del
Pero vertiginosamente, al terribles cadenas de la Perú: si desnaturalizados e
calor de los acontecimientos esclavitud y empezad insensibles habéis mirado
europeos que precipitarán a disfrutar de los hasta el día con semblante
las decisiones en América, deliciosos encantos de tranquilo y sereno la de-
sus lecturas y sus ideas se la independencia solación e infortunio de
irían radicalizando. vuestra desgraciada Patria,
Mientras Napoleón in- despertad ya del penoso le-
vadía España y tomaba pri- targo en que habéis estado
sionero a Fernando VII, dor Bonaparte, con engaños, sumergidos. Desaparezca la
creando un conf licto de legi- me arrancó del dulce regazo penosa y funesta noche de
timidad que será en adelante de la patria y de mi reino, e la usurpación, y amanezca
el argumento más fuerte de imputándome delitos falsos y luminoso y claro el día de la
los patriotas para proponer ficticios, prisionero me con- libertad.”.
el inicio de la marcha hacia la dujo al centro de Francia”. El 25 de mayo de 1809, se
independencia, Monteagu- Monteagudo le hace res- produce en Chuquisaca un
do escribía el “Diálogo entre ponder a Atahualpa: “Tus movimiento revolucionario,
Fernando VII y Atahualpa”, desdichas me lastiman, tan- que tendría en Monteagu-

4 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z


Así salieron, el 13 de
diciembre de 1810, los
primeros 53 españoles
desterrados para
la ciudad de Salta.
La lista fue armada
personalmente por
Castelli.  

es claro) que degradándonos


de la especie humana nos ha
perpetuado por salvajes y mi-
rados como esclavos. Hemos
guardado un silencio bastan-
te análogo a la estupidez que
se nos atribuye por el inculto
español, sufriendo con tran-
quilidad que el mérito de los
americanos haya sido siem-
pre un presagio cierto de su
humillación y ruina”.
Por su participación en
los sucesos de Chuquisaca,
Monteagudo fue encarce-
lado en la Real Cárcel de la
Corte de Chuquisaca por el
“abominable delito de des-
lealtad a la causa del rey”.
Mártir o Libre fue fundado por Bernardo de Monteagudo. Sólo se editaron
9 números, entre el 29 de marzo y el 25 de mayo de 1812. Monteagudo deseoso por
continuar la lucha y ansioso
do a uno de sus líderes, el Con apenas diecinueve por plegarse a las filas pa-
movimiento se oponía a los años de edad, será el redac- triotas logró escapar de la
abusos de la administración tor de la proclama que dice: prisión. Así, el 4 de noviem-
virreinal y bregaba en favor “Hasta aquí hemos tolerado bre de 1810, recuperó su li-
de un gobierno propio. esta especie de destierro en bertad, partió hacia Potosí,
Esta rebelión sería evi- el seno mismo de nuestra y se puso a disposición del
dentemente un antecedente y patria, hemos visto con in- ejército expedicionario, que
su represión por parte de las diferencia por más de tres al mando de Castelli, había
autoridades españolas una siglos inmolada nuestra pri- tomado la estratégica ciudad
de las chispas de la Revolu- mitiva libertad al despotismo el 25 de noviembre. El dele-
ción que estallaría un año y tiranía de un usurpador gado de la junta, que conocía
después en Buenos Aires. injusto (se refiere a España, los antecedentes revolucio-

Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 5


Exhumación de B. de Monteagudo febrero de 1917.

narios del joven tucumano, circunstancia de sacarlos de


no dudó en nombrarlo su Potosí, llegando al extremo Monteagudo intentó
secretario. de que no quede uno solo en otorgar nuevos bríos
La dupla empezó a poner aquella villa”. a la alicaída Sociedad
Patriótica y comenzó
nerviosos por igual a realis- Fue en las aulas y en las
a dirigir su órgano de
tas y  saavedristas que veían bibliotecas de Chuquisaca
difusión,  El Grito del Sud. 
en ellos a los “esbirros del donde Mariano Moreno,
sistema robespierriano de la Bernardo de Monteagudo y
Revolución Francesa”. Juan José Castelli habían co-
Monteagudo confirmó nocido la obra de Rousseau y
que estaba en el lugar correc- fue en las calles y en las mi- sangre de indios y si se ex-
to cuando fue testigo de la nas del Potosí donde habían primiera el dinero que de
dureza de las medidas apli- tomado contacto con los ellos se saca había de brotar
cadas por el representante y grados más altos y perversos más sangre que plata.”
el aplicado cumplimiento de de la explotación humana Allí también se habían
las órdenes de Moreno que admitida en estos términos enterado de una epopeya
insistía: “Las circunstancias por uno de  los principales sepultada por la historia
de ser europeos los que úni- responsables de la masacre, oficial del virreinato: la
camente se han distinguido el Virrey Conde de Lemus: gran rebelión tupamarista.
contra nuestro ejército en “Las piedras de Potosí y sus Fueron los indios los que les
el último ataque, produce la minerales están bañadas en hicieron saber que hubo un

6 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z


breve tiempo de dignidad sastre para el ejército patrio a los hombres las primeras
y justicia y que guardaban fue total.   lecciones de energía y en-
aquellos recuerdos como un Luego de la derrota de tusiasmo por nuestra santa
tesoro, como una herencia Huaqui, Monteagudo se tras- causa. Si ellas que por sus
que debían transmitir de ladó a Buenos Aires donde atractivos tienen derecho a
padres a hijos para que na- estableció contactos, apoyó los homenajes de la juven-
die olvidara lo que los man- y formó parte del sector mas tud, emplearan el imperio
dones soñaban que nunca radicalizado de la revolución de su belleza en conquistar
había ocurrido. y se desempeño como editor además de los cuerpos las
Monteagudo apoyó la de la Gazeta de Buenos Ai- mentes de los hombres, ¿qué
decisión de Castelli, el cual res, desde allí publicó el tal progresos no haría nuestro
firmó el 14 de diciembre vez mas innovador proyecto sistema?”.
de 1810, la sentencia que constitucional de la época, Rivadavia lo acusa de
condenaba a muerte a los en él decía: “La obligación “predicar la corrupción de
enemigos de la revolución las niñas”. Monteagudo deci-
y principales ejecutores de de entonces fundar su propio
las masacres de Chuquisa- Según distintas periódico: el “Mártir o Libre”,
ca y La Paz, recientemente desde donde predicó la nece-
versiones nunca
capturados por las fuerzas sidad de declarar la Indepen-
confirmadas, el
patriotas. A las nueve de dencia sin dilaciones.
instigador del
la noche fueron puestos en La Sociedad Patriótica
crimen fue Sánchez
capilla, destinándoseles ha- junto a la recién fundada Lo-
Carrió quien poco
bitaciones separadas para gia de Caballeros Racionales
tiempo después murió
que “pudiesen prepararse a (mal llamada Logia Lautaro)
envenenado. 
morir cristianamente”. con San Martín a la cabeza,
El día 15, en la Plaza participará el 8 de octubre
Mayor de la Imperial Vi- de 1812 del derrocamiento
lla, entre las 10 y 11 horas de los tribunos será única- del Primer Triunvirato y
de la mañana, se ejecutó la mente proteger la libertad, la instalación del Segundo
sentencia, que recayó sobre seguridad y sagrados dere- que convocará al Congreso
Francisco de Paula Sanz, Vi- chos de los pueblos contra la Constituyente que conoce-
cente Nieto y José de Córdo- usurpación, el gobierno de mos como la Asamblea del
ba, previa lectura en alta voz alguna corporación o indi- Año XIII en la que Mon-
que de la misma se realizó viduo particular”. teagudo participará como
ante los reos, hincados de- Monteagudo abandonó diputado por Mendoza. La
lante de las banderas de los su cargo en la Gaceta ante Asamblea adoptará una se-
regimientos. una diferencia con Rivada- rie de medidas que Castelli y
En junio de 1811 las tro- via, en ese momento secre- Monteagudo habían concre-
pas realistas al mando de tario del virreinato, por un tado en el Alto Perú: la abo-
José Manuel de Goyeneche artículo que Monteagudo le lición de los tributos de los
incumplieron la tregua pau- dedica a las mujeres y en el indios; la eliminación de la
tada directamente con Cas- que expresa: “Me lisonjeo de Inquisición; la supresión de
telli y vencieron a las tropas que el bello sexo correspon- los títulos de nobleza y de los
patriotas en Huaqui. El de- derá a mis esperanzas y dará instrumentos de tortura.

Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 7


En 1814 apoyó a uno de con decencia una porción íntimo y le confió la tarea
los líderes de la logia Lau- considerable de americanos de preparar la reunión del
taro que llegó a ocupar el que no ha mucho tenían Congreso que debía reunir-
cargo de Director Supremo, que mendigar al amparo de se en Panamá para concre-
pero al producirse la caída los españoles”. tar la ansiada unidad lati-
de éste, Monteagudo es El 25 de julio de 1822, noamericana.
desterrado y debió viajar a mientras San Martín se Pero entre la gente más
Europa. encaminaba hacia Guaya- cercana a Bolívar había
Recién logró regresar quil (actual Ecuador) para importantes enemigos de
al país en 1817 cuando San entrevistarse con Bolívar, Monteagudo.
Martín lo nombró Auditor se produjo un golpe contra Estaba ocupado y entu-
de Guerra del ejército de los Monteagudo en Lima. El siasmado en la concreción
Andes con el grado de Te- alzamiento fue promovido de aquel sueño de la Con-
niente Coronel. por los sectores más con- federación sudamericana,
Tuvo el honor de ser el servadores, que encontra- cuando recibió un anónimo
redactor del Acta de la In- ron eco en el Cabildo de la que decía: “Zambo Mon-
dependencia de Chile que teagudo, de esta no te des-
firmara O’Higgins el 1º de quitás”. Sin darle la menor
enero de 1818. importancia a la amenaza,
A comienzos de 1820 Muchas de las la noche del 28 de enero de
aún su vocación por el pe- medidas tomadas 1825 iba con sus mejores
riodismo continuaba in- por San Martín, ropas a visitar a su amante,
tacta y fundó en Santiago como la fundación Juanita Salguero, cuando
el periódico El Censor de la de la Biblioteca de fue sorprendido   frente al
Revolución. Paralelamente Lima y de la Sociedad convento de San Juan de
participó de los preparati- Patriótica local, Dios de Lima por Ramón
vos de la expedición liber- fueron impulsadas por Moreira  y Candelario Es-
tadora al Perú, Colaboran- Monteagudo. pinosa, quien le hundió un
do estrechamente con San puñal en el pecho.
Martín quien lo nombrará, Un vecino del lugar, Ma-
poco después de entrar en riano Billinghurst, acudió
Lima, su ministro de Gue- ciudad virreinal y consi- al lugar y trató de auxiliarlo
rra y Marina y, posterior- guieron la destitución y la ordenando su traslado al
mente, ministro de Gobier- deportación del colabora- convento, donde fue atendi-
no y Relaciones Exteriores. dor de San Martín. Monte- do por un cirujano y un bo-
Propició la expropiación agudo se radicó por algún ticario que nada pudieron
de las fortunas de los espa- tiempo en Quito, tras ser hacer para salvar su vida.
ñoles enemigos de la revolu- un testigo privilegiado de Espinosa fue deteni-
ción: “Ya no se encuentran la decisión de San Martín do y Bolívar lo interrogó
esos grandes propietarios de renunciar a sus cargos personalmente para saber
que, unidos al gobierno, ab- y delegar el mando de sus quién lo había contratado
sorbían todos los productos tropas en Bolívar. para matar a Monteagudo,
de nuestro suelo; subdivi- El libertador venezolano pero el sicario mantuvo el
didas las fortunas, hoy vive lo incorporó a su círculo secreto.

8 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z


Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 9
mérica
(…) se realizará sin duda la federación
hispano americana bajo los auspicios de una
asamblea, cuya política tendrá por base conso-
lidar los derechos de los pueblos (…) Indepen-
dencia, paz y garantías, éstos son los intereses
eminentemente nacionales de las repúblicas.
Cada una de ellas exige la formación de un sis-
tema político que supone la preexistencia de
una asamblea o congreso donde se combinan
las ideas y se admitan los principios que deben
constituir aquel sistema y servirle de apoyo.
(…) Esta rápida encadenación de escollos y
peligros muestra la necesidad de formar una
liga americana (…). Toda la previsión humana
no alcanza a penetrar los accidentes y vicisitu-
des que sufrirán nuestras repúblicas hasta que
se consolide su existencia. iencia
La asamblea hispano americana (…)podrá
también con su influjo y empleando el ascen- Mas como el objetivo de las ciencias es
diente de sus augustos consejos mitigar los ím- hacer conocer al hombre sus verdaderas
petus del espíritu de localidad, (…) estrechar relaciones con cuanto existe, las ventajas
las relaciones de los americanos, uniéndolos, que puede derivar de la gran masa de se-
para que aprendan a identificar sus intereses y res organizados y los medios de obtenerlas,
formar a la letra una sola familia. no es imposible que sus adelantamientos
Independencia, paz y garantías: éstos son vengan acompañados de revoluciones polí-
los grandes resultados que debemos esperar ticas, que son los anuncios naturales de ha-
de la asamblea continental (…) la idea madre ber llegado el momento en que un cuerpo
es la misma que ahora nos ocupa: formar un social descubre que hay otras instituciones
foco de luz que ilumine a la América: crear un capaces de hacerlo más feliz y se siente ya
poder que una las fuerzas de catorce millones en actitud de vencer los obstáculos que se
de individuos le presenten.

10 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z


eberes del El corazón del pueblo se encallece al oír
hombre con la repetir máximas, voces y preceptos que
jamás pasan de meras teorías y que no
sociedad tienen apoyo en la conducta misma de
los funcionarios públicos.
(…)así como de los derechos del hombre
nacen las obligaciones de la sociedad para
con él, del mismo modo los derechos de la
sociedad expresan los deberes que ligan a los
miembros que la componen.
Resignada la voluntad de cada uno en
la voluntad general por razones de interés
y conveniencia, nuestro primer deber y el
más seguro medio de consultarla, es cui-
dar la existencia pública: la prosperidad
y todas las demás ventajas son como unos
accidentes políticos que suponen un ser ya
organizado.
La sumisión a las leyes, el respeto y no el
temor a los magistrados, el celo por el orden
público y no el amor a esa calma precursora
de la esclavitud, la vigilancia en preservar de
la opresión al más impotente y débil, sin que
la autoridad misma pueda ser la salvaguar-
dia del más fuerte, algo más un odio siempre
hostil contra todos los enemigos de la salud
universal y una alarma obstinada contra los
agresores de la existencia pública, todo esto
ERECHOS
forma parte de nuestros deberes respecto a POLÍTICOS
la sociedad que empezamos a renovar. Pero
aquel que abriga proyectos de ambición y ¿Quién gozará pues los derechos de ciu-
aprecia en más la suerte de sus intereses que dadanía?
la pública, que consulta con preferencia el Olvidemos las preocupaciones de nuestros
suceso de sus pasiones antes que el éxito de mayores, hagamos un paréntesis a los errores
la voluntad universal, se halla en un formal de la educación y consultemos la justicia..
estado de guerra y agresión contra la co- todo hombre mayor de 20 años que no esté
munidad: de consiguiente, uno de nuestros bajo el dominio de otro, ni se halle infamado
deberes es exterminar esa raza y cortar esos por un crimen público plenamente probado,
miembros cuya infección podría comunicar- y acredite que sabe leer y escribir, y se ejercite
se al todo. en alguna profesión, sea de la clase que fuere,
En fin si es posible reducir a un solo prin- después de haber vivido mas de un año en el
cipio todas nuestras obligaciones, yo diré que territorio de las Provincias Unidas. (…) el que
la principal es emplear el tiempo en obras y no reúna estas cualidades debe ser admitido a la
en discursos. lista nacional (…)

Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 11


mancipación elicidad
Desde luego son extremadamente graves
de los pueblos
los males que pesan sobre una Nación cuando
pierde su independencia. Sujeta entonces a un ¡Pueblos! ya habéis visto cuán fácil es
soberano, cuyos sentimientos lejos de ser los de confundir el egoísmo con la generosidad, y
un padre hacia sus hijos, se dirigen sólo a conso- preferir al vicioso creyendo encontrar en él
lidar su dominio, fluctúa miserablemente entre un héroe: vuestros errores son nuevas leccio-
la indiferencia y las desconfianzas del príncipe. nes para el acierto: ya habéis tenido tiempo
Si para ser libres bastara el deseo de serlo, nin- para conocer a los hombres, y discernir el
gún pueblo sería esclavo: mas por desgracia lugar que ocupa en su corazón el amor a la
esta tendencia natural de todo ser que piensa, patria: no os asusten los males pasados, ellos
encuentra escollos muchas veces inaccesibles eran obra de la necesidad y del poco cono-
a la imbecilidad del hombre, no sólo en las cimiento de los hombres: ningún pueblo fue
naciones cuya suerte ha sido envejecerse sin feliz, sin que aprendiese antes a serlo en la
perfeccionar su constitución política, sino aun escuela del sufrimiento y la desgracia: reno-
en aquellas que parecen destinadas a presidir vad vuestros esfuerzos, reiterad vuestros ju-
el destino de las demás. En las unas la corrup- ramentos, y abreviad la obra cuya perfección
esperan con impaciente interés la naturaleza
y la razón.
La libertad no se adquiere con sátiras
injuriosas ni con discursos vacíos de
sentido: jamás violemos los derechos
del hombre, si queremos establecer la
constitución que los garantiza.

ción y el fomento de las pasiones terminan la


época de su libertad, en las otras la ignorancia
y el temor de los contrastes consiguientes a las
grandes revoluciones, retardan el día de su
esplendor y exaltación. Desgraciado el pueblo
que poseído de esa pasión fanática, mira sus
uerra
primeros males como un reclamo anticipado y paz
de sus últimas desgracias (…)
Ciudadanos de la América del Sud, jamás (…) declaramos que nuestro más ardiente
podremos ser libres si no dejamos de mano a las voto es por la paz y nos persuadimos que todo
pasiones: para llegar al santuario de la libertad, el que ame los intereses de su país, renunciará
es preciso pasar por el templo de la virtud. La a las más espléndidas ventajas de la guerra,
imparcialidad presida siempre a nuestros jui- con tal de ver asegurada nuestra independen-
cios, la rectitud y el espíritu público a nuestras cia y poder dar a la humanidad la enhorabue-
deliberaciones y de este modo la patria vivirá y na, de que ya no volverá a estremecerse a vista
vivirá a pesar de los tiranos. de los horrores que han desolado la América.

12 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z


ombre/ especie
humana
Es más fácil conocer el genio y carácter
de la especie humana, que calcular el de sus
individuos: la diferencia entre estos es tan
notable, que algunos filósofos han llega-
do a dudar la unidad de aquella. Por todas
partes veo al hombre empeñado en parecer
virtuoso, y en merecer la consideración de
sus semejantes: pero también le veo abusar
luego de esta estimación, que usurpó su hi-
pocresía. Y observando después su humil-

Así las más profundas observaciones


sobre el espíritu humano burlan siempre
la esperanza del pensador, que cree
resolver problemas, cuando en realidad
no hace sino proponer otros nuevos.

gnorancia
dad antes de obtenerla, su altivez luego que
la esperó, y su ingratitud apenas la obtuvo; La ignorancia es el origen de todas las des-
desconozco al hombre en el hombre mismo, gracias del hombre: sus preocupaciones, su
y veo que un solo individuo es tan diferente fanatismo y errores, no son sino las inmedia-
de sí propio según las circunstancias como tas consecuencias de este principio sin ser por
lo es de los demás en razón de su varia or- esto las únicas.
ganización. Infiero de todo esto, que en tan El primer paso de un pueblo que empren-
obscuro dédalo sólo la experiencia podrá de la carrera de la civilización, es conocer la
fijar los elementos del criterio, y descubrir ignorancia en que ha yacido y sentir la necesi-
las pasiones dominantes, los vicios favori- dad de salir de ella.
tos, y las virtudes geniales de cada hombre. Si la ignorancia es el más firme apoyo del
Ninguna época favorece más este descu- despotismo, es imposible destruir este sin
brimiento, que aquella en que las naciones disipar aquella: mientras subsista esa madre
publican ya el prólogo de sus nuevos anales: fecunda de errores serán puestos en proble-
entonces se presentan héroes que admirar, ma los más incontrovertibles derechos o se
imbéciles que provocan, almas generosas, confundirán con los más perniciosos abusos,
fríos egoístas, celosos patronos de la es- resultando no menos funesto que el primero.
pecie humana, hipócritas defensores de su De aquí procede que muchos creen amar la
causa, hombres en fin que hasta llenar la es- libertad, cuando sólo buscan el libertinaje,
peranza de sus pasiones, son incorruptibles olvidando que aquella no es sino el derecho de
y virtuosos. obrar lo que las leyes permiten (…)

Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 13


ndulgencia contra
los enemigos de la Patria
(…) nada ha perjudicado más los progre- Unas consecuencias tan funestas como necesa-
sos de nuestro sistema, como la indulgencia rias a la impunidad, han retardado sin duda los
y lenidad con los enemigos de él. Incapaces progresos de nuestra revolución, sin que el sis-
ciertamente de seguir otro impulso que el del tema de indulgencia y moderantismo haya pro-
temor del castigo, y acostumbrados a juzgar de ducido la más pequeña ventaja, capaz de com-
la energía y dignidad de los gobernantes por el pensar en algún modo nuestros decrementos.
número de las víctimas que inmolaban antes al Por todas partes veo armados contra la patria
despotismo han creído que sus mismos críme- a los mismos que nuestra lenidad había salva-
nes eran el antemural que los defendía del rigor do, en circunstancias que su suerte dependía de
de las leyes, y que para estar seguros era preciso nuestro fallo. Y concluyo de todo esto, que no
ser delincuentes. Hasta ahora he visto desmen- causando la lenidad otro efecto que subversio-
tida esta verdad, desde las márgenes del Des- nes, conjuraciones y males irreparables, la in-
aguadero hasta las del Río de la Plata que acabo dulgencia nos hará cómplices en la ruina de la
de observar; y no puedo meditar sin emoción, libertad si en adelante ponemos en una misma
cómo entre la multitud de hombres que desde el línea al que desea salvar la patria, y al que ha
principio se declararon rivales de la causa de la jurado elevarse sobre sus ruinas. Ministros de
naturaleza, no ha habido uno, uno solo que des- la ley, funcionarios públicos, magistrados de un
pués haya abrogado sus errores y corregido su pueblo que desea ser libre: mientras no veamos
conducta: observo que a lo más han afectado en perfeccionada nuestra grande obra, mientras
público esta enmienda, mientras en secreto sólo fluctuemos entre el temor y la esperanza de ser
han trabajado en combinar subversiones, pre- libres, mientras esté vacilante nuestra constitu-
parar trastornos y frustrar el voto de los corazo- ción, velad sobre la conducta de los enemigos
nes rectos. ¿Cuál es aquel, que convencido por públicos: su impunidad es un crimen en el que
los discursos públicos de la liberalidad y justi- puede corregirlos, y el que no castiga la trans-
cia de nuestras intenciones, ha desertado de las gresión de las leyes, es su primer infractor: con-
banderas de la tiranía y ha abandonado el parti- sagrad vuestros deberes a la patria, y la posteri-
do de esos estúpidos y envilecidos liberticidas?. dad recordará con gratitud vuestra memoria.

14 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z


usticia
Cuando un pueblo ha lle-
gado a establecer un gobier-
no propio, como ha sucedido
felizmente entre nosotros,
su libertad estriba casi en-
teramente en el manejo de
los jueces. (…) la libertad
civil a cada paso es atacada
por la administración ju-
dicial, si los jueces son co-
rrompidos: y el ciudadano
en cada momento de su vida
puede perder sus bienes y
su honor; puede, en fin, ser
arrastrado a un cadalso in-
fame por la violencia de un
magistrado prevaricador.
Echemos la vista un poco
atrás y consideremos los días
tenebrosos que pasamos en el
antiguo despotismo. Oidores
ignorantes, enviados de la
península a hacer su fortuna
privada a expensas de la mis-
ma justicia, eran los adminis-
tradores de la ley, o por mejor ciudadano, mostrándole des-
decir, eran la ley en aquellos de su coche los bastones que
tiempos lamentables. Su
(…) la recta engarzaban como insignia
prostitución los había eleva- administración de de su poder abominable. Ved
do a sus cargos y ella sola los justicia, como que de aquí hasta dónde puede apu-
sostenía. Sus arbitrariedades ella depende el honor, rarse la paciencia de un pue-
eran oráculos de que no era la vida y la fortuna del blo y lo sumo de la opresión a
prudente ni aún lícito ape- ciudadano es lo que más que puede llegar. ¡Provincias
lar. Si un miserable era opri- interesa al individuo en unidas que a costa de tanta
mido, aun el desahogo de la el estado de sociedad. sangre derramada habéis
queja le era velado. Amándo- probado que deseáis vuestra
se a sí mismo él debía toda- libertad! Velad siempre so-
vía respetar la mano que lo bre la conducta de los jueces:
sacrificaba, para no exponer en esos mercados tapizados no olvidéis lo que sufristeis
su seguridad a nuevas inju- que titulaban los Estrados de los antiguos: examinad
rias. Esos abominables jueces del Tribunal, salían después la de los presentes: juzgad y
después de vender la justicia a consumar el insulto del comparad.

Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 15


ibertad política y civil
mos lo que queremos y esta voluntad
es conforme al interés de la comuni-
dad a que pertenecemos, entonces
es que propiamente disfrutamos de
la libertad civil, es decir, de aquella
sola libertad que debe desearse en
un estado de sociedad civil.
Por libertad política entende-
mos la libertad de la Nación: liber-
tad civil llamamos la libertad del
ciudadano.
La primera consiste principal-
mente en la independencia de la
Nación.
Nótese aquí que la España no
satisfecha (…) con tiranizar sus
colonias, atacaba también la tam-
bién la libertad civil de estos pue-
blos: porque los colonos no tenían
parte en su legislación, y porque
las restricciones en punto a comer-
cio, los despojaba de la libertad de
industria, que es uno de los más
sagrados derechos que correspon-
En todas partes se habla de libertad, pero den al ciudadano.
en este punto como en otros parece suceder lo Debemos expresar que por grandes que
que con los rumores populares, que más se des- sean los males indicados, no hay comparación
figuran a proporción de que se extienden. Si la con los que sufre un pueblo donde no hay li-
libertad se entiende por una absoluta franqueza bertad civil.
para hacer cada individuo lo que más le con- Los derechos del ciudadano consisten en el
venga a sus intereses, a sus necesidades y sus libro uso de sus propiedades y de su industria:
caprichos, mientras los hombres permanecen en ser protegido por la autoridad general: por
todavía en sociedad, vendrían por lo mismo a último, en que se le administre con imparcia-
ser esclavos. En las selvas es únicamente donde lidad la ley.
el hombre puede gozar de este privilegio salvaje.
La libertad civil se entiende aquel estado en que el Un pueblo que mira su suerte con
hombre no es comprimido por ninguna ley sino indiferencia, y que en las grandes
aquella que conduce en gran manera a la pública revoluciones de su destino tiene siempre
felicidad. Explanando esta definición el eminen- los labios abiertos para sancionar cuanto
aprueban sus mandatarios o ministros,
te filósofo político de que la hemos tomado nota
está muy distante de ser libre.
muy bien que cuando hacemos lo que queremos
usamos de la libertad natural; más cuando hace-

16 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z


ujer ración
Me lisonjeo de que el bello sexo correspon-
inaugural
derá a mis esperanzas y dará a los hombres las de la Sociedad
primeras lecciones de energía y entusiasmo
por nuestra santa causa. Si ellas que por sus
Patriótica
atractivos tienen derecho a los homenajes de
la juventud, emplearan el imperio de su be- (Pronunciada en la apertura de la Sociedad
lleza en conquistar además de los cuerpos las Patriótica la tarde del 13 de enero de 1812)
mentes de los hombres, ¿qué progresos no ha-
ría nuestro sistema?. Aislado el hombre en su primitivo estado y
Mientras la sensibilidad sea el tributo de reducido al estrecho círculo de sus insuficien-
nuestra especie, la belleza será el árbitro de tes recursos, buscó en la sociedad de sus seme-
nuestras afecciones; y señoreándose siempre jantes el apoyo de su precaria existencia y bien
el sexo débil, del robusto corazón del hombre, presto la necesidad sancionó la unión recíproca
será el primer modelo de sus costumbres pú- que anhelaba el instinto. Mas apenas conoció
blicas y privadas. Esta invencible inclinación las primeras ventajas de esta asociación, cuan-
a esa preciosa parte de la humanidad, influye do ya sintió sus inconvenientes y peligros: el
sobre nuestras acciones en razón combinada de más fuerte, el más sagaz de los asociados hizo
la dependencia en que estamos de ella, depen- los primeros ensayos de la tiranía y el débil res-
dencia que variando en el modo sin decrecer en to empezó a preparar con su obediencia pasiva
su fuerza, sigue todos los períodos de nuestra la materia de que se había de formar después
edad, anunciándose por medio de nuestras el primer eslabón de la cadena de los mortales.
progresivas necesidades. Débiles y estúpidos en La sociedad hizo progresos, el hombre satisfizo
la infancia, incautos y desprovistos en la pueri- sus necesidades, encontró lo útil, descubrió lo
lidad nuestra existencia sería precaria sobre la agradable, y calculó que podría dilatar con el
tierra sin los auxilios de este sexo delicado. tiempo la esfera de sus placeres. En este con-
(…) uno de los medios de introducir las traste empezó el hombre a inventar recursos y
costumbres, fomentar la ilustración en todos combinar sus fuerzas con los primeros medios
sus ramos, y sobre todo estimular, y propagar que le sugería su limitado y naciente ingenio.
el patriotismo es que las señoras americanas El error presidió sus primeros ensayos y en el
hagan la firme y virtuosa resolución de no embrión de sus combinaciones descubrió ya el
apreciar, ni distinguir más que al joven moral, germen de sus vicios, resultado preciso de su ig-
ilustrado, útil por sus conocimientos, y sobre norancia. Por último emprendió el crimen sin
todo patriota, amante sincero de la libertad, y prever sus consecuencias y su corazón recibió
enemigo irreconciliable de los tiranos. Si las entonces diferentes impresiones que fijaron
madres y esposas hicieran estudio de inspirar la época de su corrupción y de su infelicidad.
a sus hijos, maridos y domésticos estos nobles Ofuscado ya el espíritu humano y viciada
sentimientos; y si aquellas en fin que por sus su complexión moral, se familiarizó con los
atractivos tienen derecho a los homenajes de atentados y puso por ley fundamental de su
la juventud emplearan el imperio de su belleza primer código la fuerza y la violencia. En
y artificio natural en conquistar desnatura- este período la raza de los hombres se multi-
lizados, y electrizar a los que no lo son ¿qué plicaba ya por todas partes y de las primeras
progresos no haría nuestro sistema? sociedades empezaron a formarse sucesiva-

Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 17


mente reinos, imperios y numerosas asocia- cenizas del sepulcro el asilo de la opresión. La
ciones. La tierra se pobló de habitantes; los tiranía, la ambición, la codicia, el fanatismo,
unos opresores y los otros oprimidos: en vano han sacrificado millares de hombres, asesi-
se quejaba el inocente; en vano gemía el jus- nando a unos, haciendo a otros desgraciados
to; en vano el débil reclamaba sus derechos. y reduciendo a todos al conflicto de aborrecer
Entonces se perfeccionó la legislación de los su existencia. Tan enorme peso de desgracias
tiranos; entonces la sancionaron a pesar de los desnaturalizó a los americanos hasta hacerlos
clamores de la virtud y para acabar de opri- olvidar que su LIBERTAD era imprescriptible:
mirla llamaron en su auxilio el fanatismo de y habituados a la servidumbre se contentaban
los pueblos y formaron un sistema exclusivo con mudar de tiranos sin mudar de tiranía.
de moral y religión que autorizaba la violencia Así sucedió a poco tiempo: empezó nuestra
y usurpaba a los oprimidos hasta la libertad revolución y en vano los mandatarios de Espa-
de quejarse. ña ocurrirán con mano trémula y precipitada
Mientras el mundo antiguo envuelto en los a empuñar la espada contra nosotros: ellos er-
horrores de la servidumbre lloraba su abyec- guían la cabeza y juraban apagar con nuestra
ta situación, la América gozaba en paz de sus
derechos, porque sus filántropos legisladores
aún no estaban inficionados con las máximas
de esa política parcial, ni habían olvidado Ofuscado ya el espíritu humano y viciada
que el derecho se distingue de la fuerza como su complexión moral, se familiarizó
la obediencia de la esclavitud; y que en fin la con los atentados y puso por ley
soberanía reside sólo en el pueblo y la auto- fundamental de su primer código la
ridad en las leyes, cuyo primer vasallo es el fuerza y la violencia.
príncipe. No era fácil permaneciesen por más
tiempo nuestras regiones libres del contagio
de la Europa. Bastaba ya enarbolar el estan-
darte de la cruz para asesinar a los hombres sangre la llama que empezaba a arder; pero lue-
impunemente, para introducir entre ellos la go se ponían pálidos al ver la insuficiencia de sus
discordia, usurparles sus derechos y arrancar- recursos. La Plata rasgó el velo; la Paz presentó
les las riquezas que poseían en su patrio suelo. el cuadro; Quito arrostró los suplicios; Buenos
Por desgracia la América tenía en sus entrañas Aires desplegó a la faz del mundo su energía
riquezas inmensas. En fin las armas devas- y todos los pueblos juraron sucesivamente
tadoras del rey católico inundan en sangre vengar la naturaleza ultrajada por la tiranía.
nuestro continente; infunden terror a sus in- Ciudadanos, he aquí la época de la salud: el
dígenas; los obligan a abandonar su domicilio orden inevitable de los sucesos os ha puesto
y buscar entre las bestias feroces la seguridad en disposición de ser libres si queréis serlo: en
que les rehusaba la barbarie del conquistador. vuestra mano está abrogar el decreto de vues-
Establecida por estos medios la dominación tra esclavitud y sancionar vuestra indepen-
española se aumentaban cada día los eslabo- dencia. Sostener con energía la majestad del
nes de la cadena que ha arrastrado hasta hoy la pueblo, fomentar la ilustración; tales deben ser
América y por el espacio de más de 300 años ha los objetos de esta sociedad patriótica, que sin
gemido la humanidad en esta parte del mundo duda hará época en nuestros anales, si, como
sin más desahogo que el sufrimiento, ni más yo lo espero, fija en ellos los esfuerzos de su
consuelo que esperar la muerte y buscar en las celo y amor público.

18 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z


atriotismo dad, el que mire su conveniencia personal como
la primera ley de sus deberes, el que no sea cons-
Todos aman su patria, y muy pocos tienen pa- tante en el trabajo, el que no tenga esa virtuosa
triotismo: el amor a la patria es un sentimiento ambición de la gloria, dulce recompensa de las
natural, el patriotismo es una virtud: aquel pro- almas grandes, no puede ser patriota, y si usurpa
cede de la inclinación al suelo donde nacemos, y este renombre es un sacrílego profanador.
recibimos las primeras impresiones de la luz, y el Ciudadanos: demos una tregua al sentimiento
patriotismo es un hábito producido por la com- de nuestras desgracias, ahoguemos la impresión
binación de muchas virtudes, que derivan de la de los intereses privados, y no tratemos sino de
justicia. Para amar a la patria basta ser hombre, reparar los males, frustrar los peligros, y con la
para ser patriota es preciso ser ciudadano, quiero tea en una mano y el puñal en la otra, perseguir
decir, tener las virtudes de tal. a los tiranos hasta que, atados al carro a nuestro
El que no tenga un verdadero espíritu de filan- triunfo, proclamen con nosotros la independen-
tropía o interés por la causa santa de la humani- cia del Sud.

asiones predisponen a la estupidez, al letargo y al aban-


dono de todos los deberes. La templanza que es
Si las leyes de movimiento nivelan en lo físi- la virtud contraria a este vicio, es tanto más re-
co el gran sistema de la naturaleza, las pasiones comendable, cuanto ella es la base de la libertad y
determinan en el orden moral la existencia, el el cimiento de las repúblicas. Ningún pueblo fue
equilibrio, o la ruina de los estados. Su combina- libre sin ser moderado (…)
ción recíproca sostiene al monarca sobre el trono, Empecemos ya a imitar estos ejemplos de
eleva a los cónsules a las sillas curules, apoya el moderación y de virtud, si queremos ser libres:
cetro en las manos de un déspota y envuelve a ojalá cada ciudadano después de consultar sus
todos a su vez en los horrores de una procelosa primeras necesidades, consagrara todo lo super-
anarquía. Todas las pasiones pueden contribuir fluo a las urgencias del estado, en vez de fomentar
a la felicidad de un estado, si su fuerza se dirige un lujo destructivo y favorable a los intereses de
a conciliar la voluntad de los individuos con sus nuestros rivales. ¿Y por qué no imitaremos lo que
deberes: el peligro no está en su impulso, sino en tanto nos importa?   Energía, americanos, ener-
la dirección que se le da. gía: vivid firmemente persuadidos que vuestra
Todos saben que la América por su situación conducta, vuestras virtudes serán las mejores ar-
política, se halla (…) sujeta a un sistema colonial, mas contra la tiranía; y desengañaos, que en vano
el más depresivo y humillante. haremos conquistas, en vano pronunciaremos
Bien sé que hay pasiones destructivas y anti- discursos elocuentes, en vano usaremos de voces
sociales, no sólo incapaces de producir virtudes, magníficas si no somos virtuosos. Pero si la mo-
sino también contrarias al influjo de las otras: la deración, el amor a la humanidad, y el verdade-
pusilanimidad envilece el corazón, y lo acostum- ro patriotismo llegan a formar nuestro carácter,
bra a recibir impresiones abyectas y degradantes: veréis entonces como huyen de nuestras riberas,
la inconstancia no produce sino almas débiles y veréis como se ponen pálidos aun a la distancia, y
espíritus flotantes, que siempre instables en sus veréis como el mundo entero se interesa en vues-
principios siguen el bien o el mal precariamen- tra felicidad, y se complace cuando os oiga decir
te, y son el oprobio de todos los partidos: el lujo con entusiasmo: viva la república, viva la consti-
y la blandura enervan absolutamente el espíritu, tución del Sud.

Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 19


Indígenas trabajando en las minas de Potosí.

epublicanismo
¿Qué razón hay, por ejemplo, para que un dos palabras se ve el compendio de todas las
pueblo que desea ser libre, no despliegue toda máximas que forman el carácter republicano.
su energía sabiendo que es el único medio de Mas yo no veo que ningún pueblo haya des-
salvarse? Seguramente es imposible encontrar plegado jamás este carácter, sin recibir gran-
otro, aun cuando se consulten todos los orá- des y frecuentes ejemplos del gobierno que lo
culos de la razón y se apuren los recursos de dirige. Un pueblo enérgico bajo un gobierno
la orgullosa filosofía. Para dejar de ser esclavo débil sería tan monstruoso como si un cora-
basta muchas veces un momento de fortuna zón muerto pudiera animar un cuerpo vivo.
y un golpe de intrepidez: mas para ser libre, Nada importará que el guerrero pelee como
se necesita obrar con energía y fomentar la ciudadano y el ciudadano obre como un hé-
virtud: este es el último resultado que se des- roe, si los funcionarios públicos sancionan
cubre después de las más producidas y repeti- los crímenes con su tolerancia y proscriben la
das observaciones. Energía y virtud: en estas virtud con el olvido.

20 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z


oberanía Popular pecie humana, y que son iguales los derechos del
que habita las costas del Mediterráneo y del que
(…)la soberanía reside sólo en el pueblo y la nace en las inmediaciones de los Andes: cuando
autoridad en las leyes: ella debe sostener que la recuerde su antigua dignidad y reflexione que sus
voluntad general es la única fuente de donde originarios legisladores conocieron de tal modo
emana la sanción de ésta y el poder de los ma- los imprescriptibles derechos del hombre y la
gistrados: debe demostrar que la majestad del naturaleza de sus convenciones sociales, que con-
pueblo es imprescriptible, inalienable y esen- siderándose siempre como los primeros ciudada-
cial por su naturaleza; que cuando un injusto nos del estado y los más inmediatos vasallos de la
usurpador la atropella y se lisonjea de empuñar ley, no miraban en el pueblo que les obedecía sino
un cetro que se resiente de su violencia y ofrece la primera fuente de su autoridad, sin embargo
a la vista de todos el proceso abreviado de sus de que su origen podía hacerles presumir que su
crímenes, no hace más que poner un precario misma cuna les daba derecho al trono: cuando la
entredicho al ejercicio de aquella prerrogativa América entre a meditar lo que fue en los siglos de
y paralizar la convención social mientras dure su independencia, lo que ha sido en la época de su
la fuerza sin debilitar un punto los principios esclavitud y lo que debe ser en un tiempo en que
constitutivos de la inmunidad civil que caracte- la naturaleza trata ya de recobrar sus derechos,
riza y distingue los derechos del pueblo. entonces deducirá por consecuencia de estas ver-
Cuando la América esté firmemente conven- dades, que siendo la soberanía el primer derecho
cida de estas verdades y olvide esos inveterados de los pueblos, su primera obligación es sostener-
errores que una moral exclusiva y parcial ha con- la y el supremo crimen en que puede incurrir será
vertido en dogmas inconcusos, ocurriendo a la por consiguiente la tolerancia de su usurpación.
autoridad del tiempo en defecto de la sanción de Todo derecho produce un deber relativo de soste-
las leyes, para persuadir que la justicia era el apo- nerlo, y la omisión es tanto más culpable, cuanto
yo de sus principios: cuando la América conozca es más importante el derecho: cada uno de los que
que el santo código de la naturaleza es uno e inva- tengan parte en él es reo delante de los demás si
riable en cualquier parte donde se multiplica la es- deja de contribuir a su conservación.

iranía los americanos hasta hacerlos ña ocurrirán con mano trémula


olvidar que su LIBERTAD era y precipitada a empuñar la es-
La tiranía, la ambición, la imprescriptible: y habituados pada contra nosotros: ellos er-
codicia, el fanatismo, han sa- a la servidumbre se contenta- guían la cabeza y juraban apagar
crificado millares de hombres, ban con mudar de tiranos sin con nuestra sangre la llama que
asesinando a unos, haciendo a mudar de tiranía. En vano de empezaba a arder; pero luego se
otros desgraciados y reducien- cuando en cuando la naturale- ponían pálidos al ver la insufi-
do a todos al conflicto de abo- za daba un grito en medio de la ciencia de sus recursos. La Plata
rrecer su existencia y mirar la América por boca de algunos rasgó el velo; la Paz presentó el
cuna en que nacieron como el héroes intrépidos: un letargo cuadro; Quito arrostró los su-
primer escalón del cadalso don- profundo parecía ser el esta- plicios; Buenos Aires desplegó
de por el espacio de su vida ha- do natural de sus habitantes. a la faz del mundo su energía y
bían de ser víctimas del tirano Así sucedió a poco tiempo: em- todos los pueblos juraron suce-
conquistador. Tan enorme peso pezó nuestra revolución y en sivamente vengar la naturaleza
de desgracias desnaturalizó a vano los mandatarios de Espa- ultrajada por la tiranía.

Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 21


niformidad de einticinco
pensamiento de mayo
(…) ¿por qué alarmarse unos contra otros   Ya que en este día celebramos la me-
sólo por la diferencia de los medios que se moria del 25 de Mayo de 1810 debemos re-
adoptan?¿Por qué he de aborrecer yo al que f lexionar antes de asistir a los espectáculos
impugna mis opiniones? ¿Acaso los errores que todas las fatigas, angustias, sobresaltos
de su entendimiento pueden autorizar los y privaciones que hasta hoy hemos sufrido,
errores de mi voluntad? Su desvío será una son otros tantos motivos que nos empeñan
debilidad, pero el mío es un crimen inex- a continuar la obra de nuestra salud con
cusable. Bien sé que es imposible la unifor- firmeza y con coraje: ref lexionemos que
midad de ideas: la sangre de-
cada uno piensa rramada por
según el carácter nuestros cam-
de su alma; ¿pero peones en las
por qué no unifor- llanuras de
maremos nuestros Huaqui, en las
sentimientos? La márgenes del
LIBERTAD es su río Suipacha,
objeto, y yo qui- y en la gloriosa
siera que la unión acción de las
fuese su principal Piedras grita
resorte: yo lo re- por la vengan-
pito, sin ella no za y el castigo
puede haber segu- de nuestros or-
ridad, porque falta gullosos opre-
el concurso de las sores. Y si nos
fuerzas que debe creemos dig-
animar su ser polí- nos del nom-
tico. Mientras haya bre americano
seguridad la pro- vamos, vamos
piedad será el fo- cuanto antes
mento de la virtud, (…): funcio-
y no un estímulo narios públi-
Acta de independencia.
de disensiones: la cos, guerreros
igualdad será el apoyo de las verdaderas de la patria, legiones cívicas, ciudadanos
distinciones, y no el escollo de las preemi- de todas clases, pueblo americano jurad
nencias que da el mérito: la LIBERTAD será por la memoria de este día, por la sangre
el patrimonio de los hombres justos, y no de nuestros mártires y por las tumbas de
la salvaguardia de los que quebrantan sus nuestros antepasados no tener jamás so-
deberes. ¡Oh suspirada LIBERTAD! ¿cuán- bre los labios otra expresión que la inde-
do veré elevado tu trono sobre las ruinas de pendencia o el sepulcro, la LIBERTAD o
la tiranía? la muerte.

Próceres de la A a la Z
Bibliografía
BERNARDO DE MONTEAGUDO

Monteagudo Bernardo. Escritos políticos. Estudio


preliminar de Pigna Felipe.
Ed. Biblioteca EMECE Bicentenario. Buenos Aires 2009

Monteagudo Bernardo.Escritos políticos. Recopilados y


ordenados por Mariano A. Pelliza. La Cultura Argentina.
Buenos Aires 1916

Monteagudo Bernardo. Ensayo sobre la Revolución del Río


de la Plata desde el 25 de Mayo de 1809, en Mártir o Libre.
Buenos Aires, 1812.

Presidenta de La Nación: Dra. Cristina Fernández de Kirchner. Unidad


STAFF

Ejecutora del Bicentenario: Dr. Oscar I. Parrilli, Jorge E.o Coscia,Tristán Bauer.
Autores: Felipe Pigna y Mariano Fain. Diseño y Diagramación: En Carrera
S.A. Dirección de Arte y edición: Daniel Flores. Diagramación: Sofía Martína.
Propietario: Secretaria General Presidencia de la Nación

Próceres de la A a la Z BERNARDO DE MONTEAGUDO | 23


Próceres de la a la
Pensamientos políticos en primera persona

Acercarnos a sus
pensamientos,
retomar sus ideas
y proyectos para
conquistar una
sociedad mas justa

24 | BERNARDO DE MONTEAGUDO Próceres de la A a la Z

You might also like