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MÓDULO ÚNICO
CARRERA: ABOGACÍA
CURSO: 3º AÑO
AUTOR: Dr. EDUARDO A. PIGRETTI
SALTA - 2008
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2
Educación
A DISTANCIA
AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD
CANCILLER
Su Excelencia Reverendísima
Mons. MARIO ANTONIO CARGNELLO
Arzobispo de Salta
RECTOR
VICE-RECTOR ACADÉMICO
VICE-RECTOR ADMINISTRATIVO
SECRETARIA GENERAL
DELEGADO RECTORAL
del S.E.A.D.
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4
Indice general
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k) Control del efecto nocivo .......................... 67 8. Pastoreo6 ................................................. 95
l) La Ley 25.688 de Gestión Ambiental de 9. Contrato de pastaje o pasturaje ................. 96
Aguas ....................................................... 67
10. Contrato de Cosecha .............................. 96
Aire - Atmósfera ............................................ 67
11. Contrato de dos Cosechas ..................... 97
Clima ............................................................ 70
12. Contrato de Intercambio de Sembrados .. 97
13. Pool de siembras .................................... 98
UNIDAD IV 14. Contrato de Franquicia ganadera ............ 98
Policía sanitaria de los animales ................... 73 15. Contrato Asociativo de Explotación
a) Antecedentes legislativos ......................... 73 Tambera7 ................................................. 99
Ley Nacional 3959 ........................................ 74 16. Contrato de Trabajo en
Viñas y Frutales ..................................... 101
a) Ámbito geográfico de la ley ....................... 74
17. Contrato de Maquila9 ............................ 102
b) Objetos de control .................................... 74
18. Contrato de utilización de tranquera ...... 103
c) Concurrencia de los gobiernos
provinciales .............................................. 75
d) Nomenclatura reglamentaria ..................... 75 UNIDAD VI
e) Obligaciones ............................................. 76 El régimen de los minerales en general ....... 105
f) Indemnizaciones ........................................ 76 Sistema de regalías e impuestos
provinciales ............................................ 105
g) Penalidades .............................................. 77
Tres programas de lucha de enfermedades Política legislativa vigente ........................... 106
del ganado ................................................ 77 Política sobre propiedad minera en el
código de minería ................................... 112
1) Aftosa ....................................................... 77
2) Sarna ........................................................ 77 Exploración ................................................. 113
Policía sanitaria de los vegetales .................. 78 Obligaciones del explorador ........................ 119
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Régimen de los hidrocarburos (Ley 17.319) 146 ANEXO
Características particulares de la Ley ......... 148 HIDROCARBUROS ................................... 185
Ley 26.197 .................................................. 185
UNIDAD VII Ley 26.154 .................................................. 189
Contaminación ............................................ 157 ENERGÍA ARGENTINA SOCIEDAD
ANÓNIMA .............................................. 199
Residuos tóxicos y peligrosos .................... 157
La ley 25.612 de gestión integral de Ley 25.943 .................................................. 199
residuos industriales y de actividades HIDROCARBUROS ................................... 204
se servicios ............................................ 159
Decreto 546/2003 ....................................... 204
Ley 25.670 de presupuestos mínimos
para la gestión y eliminación de
los PCBs ................................................ 163
Energía nuclear y medio ambiente .............. 164
Control de riesgos nucleares ...................... 165
Responsabilidad del estado por daños
nucleares y ambientales ......................... 166
Convenciones Internacionales
vinculadas .............................................. 166
UNIDAD VIII
La Ley 25.675 general del ambiente ............ 169
Responsabilidad ambiental ......................... 172
El Derecho Ambiental como revolución
social político y jurídico .......................... 173
Los nuevos derechos y garantías de la
Constitución Nacional reformada en el
año 1994 ................................................ 174
Estado de las cuestiones ............................ 176
1. Biodiversidad .......................................... 176
2. Recursos Humanos ................................ 176
3. Desertificación ........................................ 177
4. La Biotecnología ..................................... 177
5. Contaminación electromagnética ............ 178
6. Genoma Humano .................................... 178
7. Residuos bélicos .................................... 178
8. Clonación Humana ................................. 179
9. La Vaca Loca (encefalopatía bovina
espongiforme) ........................................ 179
10. Agotamiento de los caladeros ............... 180
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Carrera: Abogacía
Curso: 3º Año
Materia: Derecho de los Recursos Naturales
Profesor: Dr. Eduardo A. Pigretti
Año Académico: 2008
PROGRAMA DE LA ASIGNATURA
UNIDAD I
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• SÍNTESIS ACTUAL.
• EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LOS PRINCIPIOS AMBIENTALES.
• FORMAS LEGALES EXISTENTES.
• FORMAS LEGALES EN USO EN ARGENTINA.
UNIDAD II
• EL RECURSO SUELO
• MAGNITUD DE LA PROPIEDAD
• DELIMITACIÓN DE LA PROPIEDAD
• LEGISLACIÓN DE USO DEL SUELO
• DERECHO FORESTAL
• CONSTITUCIONALISMO FORESTAL.
• LA LEY 13.273. EFICACIA DEL RÉGIMEN DE ADHESIÓN
• EL CÓDIGO RURAL DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
• FORESTACIÓN Y REFORESTACIÓN (reforma introducida por la Ley
14.008)
• PENALIDADES
• REGIMEN DE LOS PARQUES NACIONALES
• LA LEY 22.351
UNIDAD III
• AGUA
• Introducción
• Clasificación
• Línea de ribera
• Camino de Sirga
• Servidumbres
• Leyes nacionales relativas a aguas
• Regulación de las aguas y cuencas interprovinciales
• Códigos y leyes provinciales. Lineamientos Generales.
• Usos del agua
• Exploración de aguas
• Control del efecto nocivo
• La Ley 25.688 de Gestión Ambiental de Aguas
• AIRE – ATMÓSFERA
• CLIMA
• Acciones de Argentina en cambio climático
• Esquemas bosques - clima
• El Protocolo de Kyoto
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UNIDAD I
Teoría General de los Recursos Naturales y el Derecho
Ambiental
Al igual que las ciencias naturales, que dividían por comodidad el objeto
de si estudio, en reinos (reino animal, reino vegetal y reino mineral) la
economía reunió su interés también en tres reinos (los recursos naturales,
los humanos y los culturales). No fue fácil para el derecho aceptar esta
suerte de “visión panorámica” de esta realidad de conjunto del nuevo nivel
de juridicidad que había nacido.
Nuevos Problemas
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En oposición a esta visión edénica, la destrucción de la naturaleza pue-
de ser advertida en forma incremental en la contaminación del mar, el
manejo de los desechos tóxicos y la basura, la deforestación, la desertifi-
cación y, finalmente, la destrucción de nuestro protector natural (la capa
de ozono).
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Responsabilidad y Derecho
Pero, por sobre todos los problemas que estamos señalando, lo esen-
cial deberá ser revalorizar la importancia que se debe conceder a las
relaciones del hombre con la naturaleza. Es como si existiera un lenguaje
común entre ciencia natural y social. La ciencia persigue desde ahora, de
forma clara y terminante, la idea de vida. Las religiones respetaron siem-
pre la idea de vida y la concepción judeo-cristiana desarrolló una fórmula
específica: el mandamiento de no matar. Pero esa noción no basta en la
actualidad.
La naturaleza deberá ser respetada por todos para que el ciclo vida-
muerte se cumpla bajo condiciones satisfactorias que logren superar el
límite de calidad de vida, que hasta el presente adoptamos como estándar
aceptable del bienestar y de la felicidad a que aspiramos para la raza
humana. Todos deberemos permitir la vida, y ello será la síntesis necesa-
ria del concepto ecología.
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Las instituciones jurídicas tratan en forma urgente de adecuarse al re-
querimiento moderno de permitir la vida. La estructura judicial que hasta
ahora se vanagloriaba de mantenerse al margen de lo que era juzgado, ya
no puede mantenerse a esa distancia. Ya no parece ciega la justicia, debe
ver bien, debe ver técnicamente y, además –si bien mantendrá su objeti-
vidad- el juez actuará con una imparcialidad relativa, por cuanto se halla
tan involucrado como acusador y el acusado.
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para el Ambiente, o la constitución de un Comité de Seguridad de las
Naciones Unidas, son propuestas que pronto veremos hechas realidad.
El cambio de visión
Así entonces, las molestias que ocasione el humo, calor, olores, lumino-
sidad, vibraciones, o daños similares, podrán dar motivo a indemnizacio-
nes o cese de tales molestias.
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van extendiendo las responsabilidad por daño ambiental, de una manera
parcial, aunque no menos efectiva.
Por tales razones, es difícil concebir las existencia de los derechos de-
nominados intereses difusos, acciones de clase o acciones ecológicas,
que suponen una relación del hombre con el grupo social y que superan,
en consecuencia, la relación patrimonial individual.
Por lo que dejamos expuesto, podemos ahora insinuar que creemos que
no solo los principios civiles y agrarios sirven a la naturaleza. Se trataría de
intentar localizar principios generales nuevos que atiendan a la naturaleza.
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no parece ser útil en el derecho moderno. Todo lo contrario. Si en algún
lugar tienen razón los críticos de esa división es en materia ecológica.
Aquí el derecho se presenta como un todo que debe regular una realidad.
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c) los recursos hidráulicos, esto es el agua en sus diversos estados
físicos y condiciones de existencia (nubes, lluvia, nieve, agua super-
ficial y subterránea);
d) la flora silvestre: terrestre y acuática;
e) la fauna silvestre: terrestre, acuática, anfibia y aérea;
f) el espacio aéreo, incluyendo el aire, el agua meteórica, las ondas
hertzianas, la radiación solar y cósmica y los gases de utilidad indus-
trial;
g) los recursos panorámicos o escénicos, lugares cuya belleza sirve
para recreación y promueven riqueza con turismo;
h) la energía, que puede ser, hidráulica, eólica, mareomotriz, térmica,
nuclear.
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De la interdependencia natural en que se hallan los recursos llegamos a
al concepto de interdependencia en los usos de tales recursos. En este
último concepto, la ley regulará los usos de tales recursos, con el propó-
sito de favorecer el mayor número posible de usos útiles al hombre y
disminuir los efectos negativos que tales usos pueden provocar.
Agua
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por cauces naturales y los lagos navegables. Las demás aguas, en las
condiciones que más adelante indicaremos, son consideradas, por lo ge-
neral, privadas. De lo expuesto, se puede colegir que la mayor parte de las
aguas se hallan sujetas a un uso general, permitido a las personas parti-
culares con las limitaciones que la ordenanzas o disposiciones dispongan
(Art. 2341 Cód. Civ.), las que en todos los casos disponen de esos bienes
mediante el régimen de concesión administrativa.
Yacimientos minerales
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cubrimiento (minas clasificadas en primera categoría), principio que se
mantiene en otras sustancias de menor importancia (algunas de las de
segunda categoría) siempre que el dueño del suelo no indique su interés
explotarlas, supuesto en el que el propietario de la superficie logra despla-
zar al descubridor, en razón de las ventajas económicas que significa la
explotación acorde de las minas y del predio por parte de una única per-
sona: el propietario de la superficie.
Atmósfera
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En lo que se refiere al espacio circundante, la preocupación actual de la
doctrina jurídica se orienta a regular el uso de la atmósfera, partiendo de
un concepto semejante al que preside el uso del mar libre en el derecho
internacional. Las actividades astronáuticas van configurando los hechos
que irán produciendo el derecho positivo del futuro, en ésta materia.
Flora y Fauna
Como principio general del derecho interno positivo, Código civil esta-
blece que las especies animales silvestres son cosas sin dueño, que pue-
den ser aprehendidas u ocupadas por cualquiera. Sin embargo, diversas
disposiciones morigeran el alcance de la norma, sea por respeto a los
derechos de propiedad de terceros, sea por la necesidad de aplicar un
régimen reglamentario conveniente a estos recursos. Así por ejemplo, el
cazador que atrapa animales en predio ajeno pierde la pieza cobrada a
favor del dueño si carecía de permiso de éste para desarrollar su activi-
dad. Ver Ley 22.421, de conservación de fauna.
Bosques
Panoramas
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Suelo
Conclusión
Sin perder de vista la naturaleza jurídica distinta que en cada caso co-
rresponde, estamos en condiciones de establecer que la legislación a
regulado en formas semejante el aprovechamiento de los siguientes re-
cursos: así, las aguas que perteneces al dominio público; los yacimientos
minerales que pertenecen al dominio privado del Estado, salvo el régimen
nuclear; la atmósfera, en cuanto corresponde al dominio público; las espe-
cies animales y vegetales silvestres, en cuanto son cosas de nadie; los
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bosques del dominio privado del Estado; los parques y reservas; el suelo
en cuanto corresponde al dominio público o privado el Estado.
1. Marcial A. Ballarín, Derecho agrario, Madrid, 1965. Tambiñen Antonio C. Vivanco, Introducción al
estudio del derecho agrario, Buenos Aires, 1954.
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circunscribe a la llamada reforma agraria. En tal caso la interrelación es
tan intensa entre derecho y política que puede llegar a perderse de vista
la finalidad de regla de juego que hemos indicado para el primero.
Tendencias Doctrinales
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del derecho agrario estaba dado por el fenómeno geogerminativo. Con tal
punto de partida propusieron identificar las normas agrarias en función del
elemento germinación, definiendo el contenido de la materia, según la
norma se vinculara o no a ese fenómeno natural. José A. Martínez de Hoz
(h) propuso como núcleo de estudio el concepto de empresa agraria,
aceptando así la influencia europea. Las demás cátedras del país prefirie-
ron recibir esa influencia (así, Brebbia y Villa Perincioli, en Santa Fe y
Rosario) haciendo hincapié en los contratos agrarios o en las particulari-
dades locales (el Profesor Vázquez de Tucumán). Por nuestra parte, nos
hemos adherido, junto con Cano, en desarrollar la temática desde el punto
de vista del análisis de la relación del hombre con la naturaleza, conven-
cidos de que la consideración de este nivel permite concretar formulacio-
nes jurídicas en un ámbito que pese a la antigüedad del hombre sobre el
planeta, mantiene aún ciertos aspectos iniciales que deben empezar a ser
definitivamente desarrollados.
La cuestión de la autonomía
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Codificación
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De todos modos, las provincias conservan la propiedad de los bienes
situados en su territorio, en la medida en que fueron detentados por la
corona de España, conforme lo establece ahora el Art. 124 de la Constitu-
ción Nacional reformada en el año 1994.
Es por tal razón que el aprovechamiento de las aguas, el uso del domi-
nio público y las disposición de las tierras del patrimonio privado estatal
(sin dueño, vacantes o mostrencas) se los consideró como pertenecien-
tes a la jurisdicción local. La Ley 15.336, llamada de energía a modificado
en parte este postulado. Idéntico criterio siguió el Código de Minería al
regular sobre la propiedad minera, que consideró en el dominio privado de
los Estados provinciales. Sin embargo, en este caso se puso de manifiesto
lo inconveniente que es delegar a los códigos la determinación de cuales
son los bienes provinciales y cuáles no participan de ese carácter. Así
pudo imponerse un régimen ficticio para los minerales nucleares y nacio-
nalizarse los hidrocarburos, pasándolos del dominio privado de las provin-
cias al dominio público de la Nación, y luego revertirlos nuevamente. La
razón es sencilla, el Código es una Ley que puede ser modificada por otra;
al cambiar las razones políticas, el enfoque político hace variar las doctri-
nas aceptadas, a punto tal que pueden vulnerarse con facilidad.
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utilice para fines de propaganda o para la instalación de elementos de la
industria eléctrica u otros semejantes.
3. Pigretti, Eduardo A. “Derecho Ambiental Profundizado“, Editorial La Ley, Buenos Aires 2004, pág. 31
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En otros aspectos, en cuanto afecta el tráfico interprovincial o interna-
cional, corresponde a la Nación la jurisdicción sobre navegación aérea,
por aplicación de la norma constitucional análoga, existente en materia de
navegación marítima o fluvial. También los aspectos vinculados a la defen-
sa nacional en ese sector aéreo son de jurisdicción nacional.
Por fin, cuando analizamos las posibilidades de uso y goce del suelo que
constituye dominio público o privado del Estado, necesariamente admiti-
mos la jurisdicción provincial, por la antedicha distinción de poderes que
efectúa la Constitución Nacional en su artículo 121. En este sentido es
oportuno recordar que en la mayoría de las organizaciones administrati-
vas locales se encomienda a las municipalidades la competencia necesa-
ria para intervenir en el uso de los bienes públicos situados en el área
comunal. A esta autoridad deben recurrir los interesados cuando de con-
cesiones de uso del dominio público se trata.
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Soluciones en el orden internacional
Para ello es necesario establecer las bases sobre las cuales puede
intentarse una normatividad común, bases que podemos lograr de modo
apriorista, valiéndonos del análisis de las instituciones jurídicas ya existen-
tes y resultan comunes a varios recursos.
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veniencias de establecer una política legal mediante la cual se fijen lo
objetivos actuales y aún los propósitos futuros que la ley tienen en cuenta.
Para componer una política en recursos naturales, a más de atender el
desarrollo que hasta ese momento tengan los recursos se deberá conocer
las metas económicas y políticas que en el país tengan vigencia. Conoci-
dos esos hechos, se estará en condiciones de proponer en detalle las
instituciones y reglamentos necesarios para lograr el uso más convenien-
te posible de los bienes.
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objeto de poder proyectar las necesidades futuras que van a satisfacer.
Dentro del concepto a evaluar se debe considerar la explotación del recur-
so ya efectuada e incluso la que se está realizando, pues solo así se puede
lograr un panorama real de las posibilidades futuras.
Las leyes adoptan fórmulas legales distintas para evaluar los recursos,
pero su identidad es manifiesta en cuanto su objetivo final. En materia de
aguas, por ejemplo, diversas leyes imponen como requisito previo a la
adjudicación de la concesiones, la evaluación de los caudales durante
períodos, con el propósito de determinar la constancia de tales caudales
y la posibilidad de distribuirlos en forma adecuada. Cuando mediante una
observación periódica se puede conocer el comportamiento de las aguas
en las distintas épocas, la autoridad está en condiciones de acordar los
usos con una certeza mayor.
Otra institución vinculada con los recursos naturales entre sí son las
denominada reservas. Mediante ellas se sustraen de los sistemas legales
comunes ciertas áreas cuya explotación no puede en modo alguno efec-
tuarse sin una programación previa. En ese caso, la autoridad administra-
tiva puede concretar y programa de conservación de recurso que impida
su uso hasta tanto el Estado este en condiciones de promover un uso
adecuado. Las reservas se han usados en forma constante en el derecho
argentino, tanto en materia de petróleo, como en otros minerales (carbón,
hierro, etc). Dentro del mismo concepto podemos encuadrar la protección
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que se puede efectuar de la naturaleza mediante la ley de parques nacio-
nales, o disposiciones semejantes que son dictadas por los gobiernos de
provincia, dentro de sus propias atribuciones. Persiguiendo idénticos pro-
pósitos, la Ley 25.743 de protección del patrimonio arqueológicos y pa-
leontológicos, limita la disposición de tales bienes, sometiéndolos al domi-
nio público del Estado (Nacional, provincial o municipal) y reglamenta la
fórmula de concesión, dentro de los principios del derecho administrativo.
Por otra parte, existen ciertas leyes que en forma expresa determinan el
orden de preferencia con que se debe usar los recursos. Es ejemplo de
este tipo de prioridades las que están contenidas en la Ley 15.336 de
energía eléctrica (Art. 15, Inc. 2º) o en el orden de uso impuesto por las
leyes de agua en las provincias. En las modernas orientaciones el orden
de prioridades no se impone de manera forzosa, pues la administración
pública puede, dentro de ciertos lineamientos generales, variar las priori-
dades establecidas por la ley, siempre que existan razones especiales que
avalen ese obrar.
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amplio uso de los yacimientos sometidos a los resultados de la explotación
a los planes que el propio interesado desee dar a sus trabajos. Sin embar-
go, actualmente nuevas normas limitan el alcance de estos principios libe-
rales, admitiendo cierto control por parte de la autoridad.
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Como ya se dijo, en la Argentina la protección de la vida, de la salud
física, la protección de las personas, el estado civil y de la libertad, son
todas formas que analiza y estudia el derecho penal, si bien dicho estudio
se enfatiza en conductas individuales o de grupos de personas, no alcan-
zando hipótesis, tales como las que el supuesto italiano nos ha mostrado.
Cuestiones metodológicas
Terminología a emplear
Así, por ejemplo, la delgada capa de aire y agua, de suelo y vida, que
constituye el marco de la historia del hombre se denomina biosfera. Dicho
de otro modo, la biosfera se define como la parte de la Tierra donde existe
vida, pero esta definición acarrea para los especialistas algunas dificulta-
des, por cuanto aún en la superficie de la Tierra existen zonas demasiado
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secas o frías o muy calientes que impiden el mantenimiento natural de
organismos con procesos metabólicos.
SÍNTESIS ACTUAL
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b) El derecho ambiental tiene por objeto el estudio de las relaciones del
hombre con la naturaleza, y es este sentido es posible que supere las
puras obligaciones personales y aún el principio de los derecho rea-
les, según el cual exista en relación a los bienes una obligación pasi-
vamente universal de respetar a sus titulares de dominio. El derecho
ambiental deberá precisar los alcances jurídicos del interés particular
de cada ser humano en lograr que las condiciones naturales de vida
no sean afectadas.
c) El nuevo derecho ambiental plantea una forma más de verificación
real de la existencia del derecho natural. Una posición dedicada al
análisis filosófico de la cuestión parece necesaria.
d) El futuro ambiental deberá exigir de sus cultores el mayor grado pro-
bable de honestidad y probidad intelectual en la búsqueda de moldes
y figuras jurídicas que permitan logra el mayor acierto para las fórmu-
las de justicia que queden contenidas en sus disposiciones normativas.
e) La aplicación de la llamada responsabilidad ambiental a los proble-
mas que los operadores de servicios ocasionen a la atmósfera, dis-
tinguiendo esta responsabilidad de la responsabilidad civil que es
insuficiente porque se limita a tratar las indemnizaciones entre parti-
culares.
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naturales. Pero la estructura jurídica empezó a dar síntomas de
obsolescencia e inoperancia y las leyes empezaron a disponer pri-
mero normas de uso técnico, que implicaron, antes que nada normas
morales incorporadas al derecho positivo.
c) Moral de las normas legales. Así, por ejemplo, el derecho trae,
desde el siglo XIX, principios y recomendaciones que tienden a evitar
el mal uso de recurso, tal tipo de normas fueron instrumentándose en
otras regulaciones legales. Nuestro Código Civil en su reforma de
1968, al abandonar oficialmente el principio del abuso y disponer
algunas normas tendientes a la conservación de los recursos y ade-
cuado parcelamiento de inmuebles, demuestra un cierto espíritu de
reacción contra los postulados hasta entonces existentes. Pero el
resultado de tal tipo de regulaciones no produce un efecto especta-
cular e inmediato. Así, en nuestro país, presenciamos evidente for-
mas de depredación que no pueden ser corregidas por la legislación.
d) Nuevas regulaciones. Nace un verdadero ilícito de “daño civil” apli-
cable a la destrucción de la naturaleza, especie que en lo particular
(caso por caso) admite incluso un ilícito típico penal.
Para resolver la situación creada, inventa ahora el estado diversas
formas de impuestos, gravámenes, y servicios económicos cuya base
moral cabría cuestionar, dado que debe pensar en resolver la situa-
ción creada, en la que los actuales contribuyentes no han sido nece-
sariamente los causantes del daño. Frente a tal aserto, cabe fijar
nuevas pautas, que sean justas, y que garanticen la justicia de la
contribución en quienes provocaron efectivamente el daño.
e) Nuevos procedimientos. A su turno, los procedimiento individuales
de llevar una persona a un tribunal una cuestión general, se empieza
a tornar altamente inconveniente. Surgen otras entidades socio-po-
líticas sobre las cuales recae o puede recaer el derecho de instaurar
una demanda contra sujetos no individualizados originalmente, pero
que en virtud del procedimiento legal pueden llegar a ser perfecta-
mente identificados, aún cuando mantengan un carácter genérico y
su responsabilidad implique también una responsabilidad de igual
grado, esto es genérica.
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1) Inventivos para la eliminación de desperdicios, por ejemplo varios
estados norteamericanos (caso de automóviles viejos destinados a
chatarra, bajo pena de multa si no se cumpliera tal eliminación).
2) Exención impositiva a la venta de equipos reductores de la contami-
nación.
3) Exención impuesto territorial, en inmuebles que establecen instala-
ciones para reducir la contaminación del aire y el agua (Nueva York).
4) Gastos de descontaminación cargados en forma directa en alta pro-
porción a los establecimientos que provocan los efluentes (Japón).
5) Penalización de ruidos caudados por equipos, máquinas y automóvi-
les.
6) Limitaciones al tránsito automotor, en caso comprobarse casos gra-
ves de contaminación del aire (Japón).
7) Recargo impositivo a los edificios que no instalen equipos
anticontaminación. Multas y sanciones a establecimientos que vier-
tan efluentes en proporciones mayores a la autorizadas o por incum-
plimiento de instalaciones depuradoras de los efluentes.
8) Multas y sanciones a productores agropecuarios que afecten la cali-
dad de la tierra por trabajos inconvenientes o no cumplan programas
de conservación, por utilización agrícola de productos prohibidos a
causa de sus efecto perjudiciales, por vertimiento de desechos de
embarcaciones al agua (digestos de navegación).
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prevé la clausura de los establecimientos industriales cuyos propieta-
rios no cumplieren con las normas establecidas.
c) La Ley 20.284 establece las normas para la preservación del los
recursos del Aire, en el capítulo VI (De las sanciones) establece las
siguientes: multas; clausura temporal o definitiva de las fuentes con-
taminantes; inhabilitación temporal o definitiva del permiso de circu-
lación cuando se trate de medios de transporte. Está claro que estás
multas no están propuestas como de carácter fiscal, sino puramente
sancionatorias.
d) La Ley 24.051 y su decreto reglamentario 181/92 que regula los
residuos peligrosos y la importación de tales residuos. No tiene pro-
pósitos fiscalista.
e) La Ley 5965/58 de la Provincia de Buenos Aires, de protección de las
fuentes de provisión y de los cursos y cuerpos receptores de agua y
de la atmósfera en el Art. 2 prohíbe el envío de efluentes residuales
sólidos, líquidos o gaseosos de cualquier origen, a la atmósfera, ca-
nalizaciones, arroyos o cualquier otro cuerpo receptor de agua, que
importe una degradación del agua o del aire, sin que previamente se
efectúe un tratamiento de depuración o neutralización de tales resi-
duos que los convierta en inocuos para la salud de la población. Aquí
se aprecia un temperamento similar al previsto por la ley japonesa, si
bien solo se trata de una carga indirecta contra el establecimiento,
que en la práctica no se concreta. Asimismo, la Ley prohíbe el des-
agüe de líquidos residuales en la calzada, disponiendo que no otor-
gará certificado de terminación y habilitación de establecimientos
cuando evacuen efluentes en infracción a lo dispuesto en la norma.
Como sanciones se prevé clausuras y multas, no siendo éstas de
carácter fiscal.
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UNIDAD II
El Recurso suelo
Magnitud de la propiedad
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pios para el ámbito rural se inició con las leyes de tierra fiscal y coloniza-
ción, las que establecían los tamaños de los lotes, siguiendo luego los
ordenamientos provinciales dictados para regular la fundación de los pue-
blos y ciudades. Posteriormente, se desarrolla el concepto en las leyes de
arrendamientos y aparcerías rurales. En el año 1942 se encomendó a la
División de Arrendamientos y Aparcerías Rurales el estudio de cada zona
y tipo de explotación con vistas establecer unidades de superficie que
produzcan mejores rendimientos económicos (ver decreto 115.574/42)1 .El
concepto desarrollado en la normativa citada ha sido en general económi-
co-social. Se definieron dos tipos de criterios económicos, a saber: (i) la
unidad familiar, que es la superficie de tierra que permite vivir a una
familia campesina en forma decorosa; y (ii) la unidad adecuada, que es la
superficie que coincide con la realidad de trabajo que recibe, es decir,
cuando la familia más otros trabajadores que se le suman son suficientes
para una óptima producción agraria del lote. De resultas de tal concepto
puede haber unidades adecuadas de muy diferente superficie, aún cuan-
do las condiciones de suelo, clima y agua sean iguales. Es el factor huma-
no el que define el concepto de adecuada.
1. Tal criterio de fijar superficies medias de chacras que permitan una explotación económica se reitera en:
(i) los decretos: 136.321/42 (Art. 23), 18.290/45 (Inc. a, Art. 26), (ii) las leyes: 12.842 (Art. 34),
13.256 en sus decretos reglamentarios – 7.786/49 (Art. 30); 11.204/52 (Art. 1); y 17.447/59 (Art.
25). Como así también la ley 17.253 (Art. 12).
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La Provincia de Buenos Aires tiene experiencia en materia de determi-
nación de la unidad económica agraria, así el Instituto Agrario de la men-
cionada provincia aplicaba el principio establecido por la ley de su propia
creación, conforme al cual no era posible que la natural subdivisión de la
propiedad fundiaria dé como resultados superficies ineptas para la pro-
ducción agropecuaria. Cuando en el año 1967 desaparece el mencionado
organismo provincial, sus facultades pasaron a la Dirección de Coloniza-
ción del Ministerio de Asunto Agrarios, entidad que siguió aplicando el
principio antes mencionado, mediante la exigencia, al propietario particu-
lar que solicitara la subdivisión de superficies, de presentar el plan de
explotación de las mismas. Toda esta experiencia adquirida por los orga-
nismos de la provincia motivaron la especial consideración por parte de la
Comisión Redactora del Código Rural de la Provincia de Buenos Aires
(actual Ley 10.081).
Delimitación de la propiedad
51
cuando el costo de los trabajos no implique un valor superior al 10% de la
valuación fiscal de inmueble; (2) de contribuir (por parte del propietario
colindante) al pago del cerco que construya el vecino y favorezca el cerra-
miento de la propiedad.
a) Conservación de la propiedad
b) Concentración parcelaria
52
ficies de producción agraria no constitutivas de unidades económicas, se
debe recurrir a soluciones como la concentración parcelaria. Se trata de
un conjunto de disposiciones de derecho agrario mediante las cuales se
consigue adjudicar a cada propietario una superficie de explotación conve-
niente. Para lograr este resultado es necesario reubicar a los propietarios,
mejorando los límites inicialmente fijados mediante el estudio del terreno
y la nueva asignación de propiedades. El procedimiento de reagrupamiento
de las propiedades que establecen las leyes europeas, es un procedi-
miento voluntario, ya que por lo general requieren el consentimiento del
50% de los propietarios. Cuando no se obtiene ese porcentaje, el Estado
se ve obligado a expropiar, conllevando un mayor costo y oposición de los
interesados, aspectos que tornan el plan de difícil ejecución. En nuestro
país el ejemplo más conocido de concentración parcelaria se cumplió en
la Provincia de La Rioja. Asimismo, el instituto de la concentración parce-
laria podría mejorar la situación de los minifundios que se detecta en la
Provincia de Tucumán y en ciertas áreas de las Provincias de Corrientes
y Buenos Aires.
a) planificación territorial;
b) régimen urbano del suelo;
c) ejecución de las urbanizaciones;
5. Ver Ley Nº 8.912/77 sobre Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo en la Provincia de Buenos Aires
(T.O. mediante Decreto ley 10.128/83 y Decretos 1549/83, 9404/86, 3389/87 y 1372/88)
53
d) fomento de la edificación;
e) intervención en la edificación y uso del suelo;
f) protección del paisaje y del medio; etc.
Derecho forestal
Constitucionalismo forestal
54
en la realidad de países de Europa occidental y del norte de nuestro
hemisferio.
La Ley 13.273 fue reformada por el ley 19.995 que determinó que las
superficies boscosas superiores a 2.500 hectáreas pueden explotarse por
tres vías: (i) concesión a particulares; (ii) por administración; y (iii) por
empresas mixtas. En todos los casos debe garantizarse la persistencia de
la masa forestal. Las superficies menores a 2.500 hectáreas pueden ser
adjudicadas en forma directa a los particulares, siempre que se trate de
industrias evolucionas radicadas en la zona. Los permisos de extracción
pueden conferirse hasta un máximo de 2.500 toneladas o metros cúbicos
por persona, por año, en parcelas de hasta 250 hectáreas. Dicha Ley
19.995 de reforma a la Ley 13.273 también actualiza el derecho de inspec-
6. Ver Art. 18 de la Ley 4.167 sobre bosques de las tierras fiscales de propiedad del Estado Nacional.
55
ción a la explotación de los bosques fiscales y ajustó el valor de las multas
y contravenciones forestales.
a) protectores;
b) permanentes;
c) experimentales;
d) montes especiales; y
e) de producción.
7. Ver Código Rural de la Provincia de Buenos Aires, Ley Nº 10.081, Sección 2da, Título I, Capítulos I a
IX que tratan de: las normas generales, la clasificación de los bosques, el régimen forestal común, el
régimen forestal especial, el régimen de los bosques fiscales, la prevención y lucha contra el incendio, la
forestación y reforestación, el fondo provincial de bosques y el tránsito de productos forestales.
8. Ver Arts. 6 a 10 de la Ley 13.273 y Arts. 209 a 214 del Código Rural de la Provincia de Buenos Aires.
56
Asimismo, otro criterio de clasificación surge de la propia Ley 13.273
que agrupa los bosques (y tierras forestales) según queden sometidos a
un régimen común o a un régimen especial.
Los bosques y tierras forestales que formen el dominio privado del Es-
tado, son inalienables. Pero podrán ser explotados para su mejoramiento,
previo relevamiento forestal en el caso de los bosques de producción.
9. Ver Arts. 20 y 21 de la Ley 13.273 y Arts. 219 a 222 del Código Rural de la Provincia de Buenos Aires.
10. Ver Arts. 22 a 33 de la Ley 13.273 y Arts. 223 a 234 del Código Rural de la Provincia de Buenos Aires.
57
El Estado Nacional (y las provincias adheridas) para explotar sus bos-
que podrá recurrir a la concesión, administración, empresas mixtas, con-
cesión directa, permisos de extracción.
Luego del primer enemigo del bosque (el hombre depredador), sigue el
fuego. La Ley 13.273 establece básicamente el siguiente régimen:
58
planes aprobados; y (b) por omisión: la falta de denuncia de la existencia
de un incendio y el incumplimientos de obligaciones debidas.
59
La Ley 22.351
En nuestro país Parque Nacional es toda tierra del dominio público ce-
dido al Estado Nacional o de propiedad de éste que debe conservarse en
estado primitivo sin otras alteraciones que las necesarias para su control
(Art. 4).
60
UNIDAD III
Agua
a) Introducción
b) Clasificación
El Código Civil establece cuáles son las aguas del dominio público de los
estados provinciales, cuáles deben ser consideradas del dominio privado
y cuales son “res nullius” por carecer de propietario.
61
lo que a la policía de tales aguas se refiere. Así, se consideran aguas
privadas a (i) las que nacen y mueren en un mismo fundo (Art. 2350 Cód.
Civ.); (ii) las de lluvia caídas sobre lugares privados (Art. 2635 Cód. Civ.);
(iii) las que brotan en terrenos privados (Art. 2637 Cód. Civ.); (iv) a las que
no se desplazan en el terreno (durmientes); y (v) los lagos y lagunas no
navegables.
Las aguas públicas son: (i) los ríos, sus cauces, las demás aguas que
corren por cauces naturales y toda otra agua que tenga o adquiera la
aptitud para satisfacer usos de interés general; (ii) las que corren por sus
cauces naturales -siempre que no nazcan y mueran en un mismo fundo-;
(iii) las que brotan en terrenos privados formando un caudal (Art. 2637
Cód. Civ.); (iv) los lagos y lagunas navegables; y (v) las aguas subterrá-
neas (Art. 2340 Cód. Civ.).
Por último, las aguas de lluvia que caiga sobre predios del dominio pú-
blico son consideradas “res nullius”, susceptibles de aprehensión por cual-
quiera Art. 2636 Cód. Civ.)
c) Línea de Ribera
d) Camino de Sirga
62
de 35 metros de su fundo vecino a un curso navegable, el uso de esa área
a favor de la navegación. Con idéntico alcance de restricción se establece
la obligación de recibir aguas que provengan de fundos superiores en las
condiciones de los Arts. 2646 a 2653 Cód. Civ.
e) Servidumbres
63
en el uso está establecida en relación con el aprovechamiento hidroeléc-
trico.
64
(b) La concesión no lleva implícita la enajenación parcial del agua sino
que confiere al concesionario un derecho subjetivo de aprovecha-
miento, este postulado se enuncia al indicarse “y salvo el derecho de
propiedad”.
(c) La administración que concede no es responsable por la disminución
o mengua del caudal concedido.
El derecho a usar las aguas públicas se obtiene tanto ministerio legis (se
autoriza el uso de agua para menesteres domésticos sin otra restricción
que el cumplimiento que el cumplimiento de las ordenanzas) como por
consentimiento de la autoridad.
65
i) Usos del Agua
¾ Doméstico;
¾ Municipal, a través de los servicios de agua corriente y cloacales;
¾ Agropecuario;
¾ Hidroeléctrico e industrial;
¾ Minero;
¾ Piscícola; y
¾ Recreativo.
j) Exploración de Aguas
66
k) Control del efecto nocivo
Aire - Atmósfera
Ya hemos indicado la importancia del aire como factor vital para el hom-
bre. También hemos señalado el carácter de res nullius de la lluvia antes
67
de caer al suelo. Por tal motivo, corresponde que nos avoquemos ahora a
los demás elementos de la atmósfera. En relación al viento, Marienhoff
afirma su materialidad1 y, por ende, su carácter de cosa, pero sostiene,
ante la falta de ley expresa, que no corresponde al dominio público. Por ello
concluye que se trata de una cosa sin dueño que puede ser apropiada por
el primer ocupante (Art. 2525 Cód. Civ) (por ej. mediante el uso de molinos
o veletas). La extrapolación de estos principios, permite concluir en igual
sentido para la nieve, antes de haberse depositado.
La reforma del Código civil estableció en el nuevo texto del Art. 2618 el
límite a la normal tolerancia cuando se trate de molestias que ocasionen
el humo, calor, olores, luminosidad, ruidos, vibraciones o daños similares.
Los jueces quedan facultados a disponer la indemnización de los daños o
el cese de las molestias. El criterio del juez deberá armonizarse con el
interés de la producción, el uso debido de la propiedad y la prioridad de
uso.
En el año 1973 se sancionó la Ley 20.284 que prevé las normas para la
preservación de los recursos del Aire. Se expresa en sus fundamentos
“que el aire, el agua y el suelo son los elementos que conforman el am-
biente ecológico en que se desenvuelve el hombre y toda acción que
68
tienda a preservarlos en las mejores condiciones posibles está dirigida a
las sociedades que se sirven de ellos está dirigida a las sociedades que se
sirvan de ellos”. El ámbito de aplicación de esta ley, juntamente con sus
tres anexos, comprende a todas las fuentes capaces de producir contami-
nación atmosférica, ubicadas en la jurisdicción federal o en las provincias
que adhieran a ella. La autoridad de aplicación es la autoridad sanitaria
nacional, provincial y la de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires,
en sus respectivas jurisdicciones. Se crea el Registro Catastral de fuentes
contaminantes, a cargo de la autoridad sanitaria nacional, la que también
estará facultada para “fijar normas de calidad del aires y las concentracio-
nes de contaminantes correspondientes a los estados del Plan de Preven-
ción de Situaciones Críticas de Contaminación Atmosférica.
El Art. 7 faculta a la autoridad sanitaria local a fijar por cada zona niveles
máximos de emisión de los distintos tipos de fuentes fijas y el Art. 8 faculta
iguales atribuciones respecto de las fuentes móviles.
69
cualquiera sea su campo de aplicación u objeto a que se destinen, que
desprendan a la atmósfera sustancias que produzcan o tiendan a producir
contaminación atmosférica”. La emisión es “cualquier contaminante que
pase a la atmósfera como consecuencia de procesos físicos, químicos o
biológicos.
Clima
c) El Protocolo de Kyoto.
70
1997 la Tercera Conferencia de las Partes adoptó el protocolo en cuestión
que trata de: (i) reafirmar la necesidad de incrementar el desarrollo sus-
tentable; (ii) flexibilizó los mecanismos para ayudar a los países (imple-
mentación conjunta – mecanismos de desarrollo limpio – control de emi-
siones). Así el Protocolo persigue aumentar la eficiencia energética, incre-
mentar el uso de energías renovables y mantener la conservación fores-
tal.
71
72
UNIDAD IV
Policía sanitaria de los animales
a) Antecedentes legislativos
Los Códigos Rurales de las Provincias, dictados a fines del siglo XIX,
contienen capítulos con medidas precautorias de cumplimiento obligatorio
dirigidas a tenedores de ganados y a funcionarios para cuando se hiciera
ostensible una enfermedad o se sospechara su existencia. Poco más se
podía hacer a fines de siglo XIX, en razón de la falta de certeza acerca de
la etiología y ciclos biológicos de ciertas enfermedades y de la falta de
medios farmacológicos aptos para combatirlas.
Este es el primer cuerpo jurídico que define como bienes jurídicos pro-
tegidos a “los intereses económicos de la ganadería” y “la salud humana”,
73
en cuanto puedan se lesionadas por enfermedades de toda “especie de
animales susceptibles de contraer, propagar o difundir gérmenes, virus,
parásitos u otros agentes transmisores de enfermedades no determinas”.
b) Objetos de control
74
pedición y el transporte por cualquier medio (Art. 11), es susceptible de
inspección veterinaria nacional.
d) Nomenclatura reglamentaria
75
e) Obligaciones
Por su parte, las autoridades locales deben asegurar que: (i) se cum-
plan las obligaciones detalladas precedentemente; (ii) contribuir a su eje-
cución en caso de reticencia; (iii) tomar muestras sobre los despojos, a fin
de determinar sobre la naturaleza del mal; y (iv) comunicar los hechos a
las autoridades sanitarias nacionales.
f) Indemnizaciones
76
g) Penalidades
Por su parte, el Art. 206 del Código Penal (modificado por la Ley Nº
25.890) establece: “Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) meses
el que violare las reglas establecidas por las leyes de policía sanitaria
animal.“.
1) Aftosa
2) Sarna
77
van con nuevas picaduras, exudaciones y suciedades, todo lo cual produ-
ce descamaciones de la piel, caída de lana o pelo. Debilitan al huésped por
la succión del suero de la sangre y provocan sufrimientos que pueden
llevar a su muerte. La sarna ovina y caprina.
3) Garrapata4
3. Ver el Decreto 7383/44: determina la obligatoriedad de la lucha activa contra la sarna ovina en todo el
Territorio Nacional y el Decreto-Ley 10834/57: declara obligatoria la extirpación de la sarna Bovina en
todo el Territorio Nacional.
4. Ver la Ley 12.566 declara obligatoria en todo el país, la lucha contra las diferentes especies de
garrapata del ganado y animales domésticos
78
vigilancia constante para detectar brotes de difícil control. El triunfo de la
técnica sobre la plaga “voladora” fue contrabalanceado por nuevas versio-
nes de “tucuras” (en guaraní: parecido a langosta) altamente dañosas.
a) Decreto-Ley 6704/1963
79
cultura locales. Entre ambas jurisdicciones se ha hecho habitual la cele-
bración de convenios fitosanitarios con objetivos comunes.
80
ciales en el que se deberán inscribir todas las entidades que se dediquen
a la fabricación y comercialización de tales productos. Tal normativa, esta-
blece un régimen punitivo pecuniario con multas y comisos de productos
ineptos para la finalidad declarada en los marbetes adheridos en los enva-
ses que los contienen. Por su parte, la Ley 20.418 estableció la tolerancia
y límites administrativos de residuos, que se admitirán en productos y
subproductos de la agricultura y la ganadería.
Fertilizantes
Protección de la fauna
81
Pese a lo indicado, la ley se aplica a todo el territorio nacional, en lo
siguiente: (i) declaración de interés público sobre la fauna y consecuente
protección, conservación, propagación, repoblación y aprovechamiento
racional; (ii) obligación de los habitantes de proteger la fauna, conforme a
los reglamentos respectivos; (iii) derecho de percibir indemnización por los
perjuicios que cause el deber precedente; (iv) aplicación de medidas de
emergencia en el caso de especies en peligro de extinción; (v) delitos
cometidos en infracción a la ley, a saber: cazar sin autorización del tene-
dor legítimo del predio; cazar especies prohibidas o con medios prohibi-
dos, o proceder a la comercialización de tales piezas.
82
crueldad, lo cierto es que aún no se ha hallado en el país un método más
práctico y simple para distinguir las reses o al ganado bovino y otros
animales.
(3) No hay marcación sin permiso. A tal fin debe avisarse a la Municipa-
lidad o su delegación local para que controle el acto junto de marcación
con la autoridad policial y, eventualmente con los vecinos ganaderos.
83
de Buenos Aires del año 1865, que la marca indica y prueba completa-
mente la propiedad del ganado que la lleva. Este régimen fue adoptado
por otras legislaciones provinciales. De esta manera para algunos códigos
agrarios la marca acreditaba la propiedad del ganado o configuraba la
presunción de propiedad de él. Estás soluciones entraron en crisis al ser
sancionado el Código Civil de 1869 que omitió toda consideración al régi-
men de propiedad de los animales y legisló -luego de incluir a los semovientes
en el conjunto de cosas muebles del Art. 2318- en el Art. 2412 que la
posesión de buena fe de una cosa mueble hacían presumir la propiedad
de ella y permitía repeler la reivindicación, salvo que la cosa fuera robada
o perdida. Tal contradicción debió resolverse a favor del código de fondo,
por imperio del principio de supremacía de la Constitución Nacional. Sin
embargo, pese a las teorías y proyectos, la legislación provincial de mar-
cas siguió aplicándose por razones prácticas de seguridad jurídica y por
ser la única manera de identificación propietarista colectiva posible en
ganadería extensiva. El Código Rural Bonaerense7 , sancionado en 1970,
estableció que la inobservancia de la obligación de marcar hacía presumir
la mala fe del poseedor del animal (Art. 109). Así la solución intentada se
encaminó con un criterio novedoso en el sentido de otorgar al cumplimien-
to de la obligación de marcar un sentido jurídico propio y distintivo, que
aparecía evidenciado en su inobservancia, si no se marcaba legalmente,
su posesión quedaba descalificada y se presumía la mala fe del poseedor.
84
El título II de la ley establece la obligación del propietario de ganado de
registrar el diseño que empleare para marcar o señalar sus animales, lo
que deberán hacer dentro del primer año de estos (si es mayor) y dentro
de los 6 meses (si es ganado menor). El incumplimiento de las obligacio-
nes establecidas privará al propietario de los animales de los derechos
que la ley le acuerda referentes al régimen de propiedad del ganado, sin
perjuicio de las multas que establecieren las legislaciones locales.
En el título III, la Ley 22.239 establece que: “se presume, salvo prueba
en contrario, que el ganado marcado o señalado, pertenece a quien tiene
registrado a su nombre el diseño de la marca o señal aplicada al animal
(...) el poseedor de hacienda orejana y de aquella cuya marca o señal no
fuere suficientemente clara, quedará sometido en su derecho de propie-
dad al régimen común de las cosas muebles, sin perjuicio de las sanciones
que estableciere la autoridad local. Así la Ley consagra un confuso y doble
régimen respecto de la propiedad del ganado uno fundado en la marca y
otro en el principio según el cual la posesión vale título (excepto que la
cosa sea robada o perdida).
8. Ver Arts. 112 a 157 de la Ley 10.081 de la Provincia de Buenos Aires (Código Rural)
85
Buenos Aires se otorga por 10 años y debe ser renovado dentro del año
de vencimiento.
86
lación ordenada si se quiere completar el cuadro jurídico del transporte de
ganado9 .
87
88
UNIDAD V
Contratos Agrarios
Los contratos agrarios regulados por la Ley 13.246 deben ser celebra-
dos por escrito (Art. 40), pero pueden ser probados por cualquier medio y
las partes pueden exigir su redacción en cualquier tiempo. Asimismo, des-
tacamos que las normas contenidas en la Ley 13.246 son en principio de
orden público (Art.1).
1. Arrendamiento Rural1
89
conforme surge del Código Civil. La Ley 13.246, también fija un plazo
extraordinario de 20 (veinte años) para determinados supuestos en los
cuales se requiere del arrendatario obras de mejoramiento del predio.
a) entregar el predio;
b) contribuir al combate de plagas y malezas;
c) percibir el precio; y
d) construir una escuela cuando el número de arrendatarios exceda de
25 y no existan escuelas públicas a menos de 10 kilómetros del cen-
tro del predio.
a) recibir el predio;
b) dar a la tierra el destino convenido;
c) mantener el predio libre de plagas y malezas;
d) contribuir al combate de plagas y malezas;
e) pagar el precio;
f) conservar edificios; y
g) restituir el campo al finalizar el contrato.
90
Código Civil, con los problemas que ello conlleva. Por tal motivo se sugie-
re, al momento de redactar el contrato en cuestión, prever y hacer espe-
cial referencia al punto de las mejoras, a fin de evitar posteriores litigios.
2. Aparcería Agrícola2
91
3. Mediería Agrícola3
Se trata del contrato por el cual una de las partes se obliga a entregar
a la otra un campo con animales, con el objeto de repartirse los frutos.
3. Arts. 21, 23 y concordantes de la Ley 13.246. El Art. 30 no sería aplicable a la mediería agrícola.
Cierto sector de la doctrina entiende que luego de la reforma a la Ley 13.246, introducida por la Ley
22.298 las mediería habrían quedado sin regulación legal.
4. Ver Art. 21 de la Ley 13.246.
92
5. Aparcería pecuaria pura o simple
Hay aparcería pecuaria pura o simple cuando una de las partes (Apar-
cero Dador) se obliga a entregar a la otra (Aparcero Tomador) un conjunto
de animales con el objeto de repartirse los frutos.
93
6. Mediería Pecuaria
Hay mediería pecuaria cuando una de las partes se obliga a dar a la otra
un conjunto de animales para que ésta ordene su explotación en un cam-
po del cual este último es titular -por cualquier forma legal-, aportando
ambos contratantes en medida equivalente los elementos necesarios,
soportando en común los gastos y distribuyendo por mitades las utilidades
o frutos.
7. Capitalización
94
entregue un predio, en tal caso regirán los plazos mínimos del la Ley
13.246.
8. Pastoreo6
95
Es un contrato agrario accidental, y por tal motivo esta excluido de la ley
de arrendamientos, pero no por eso no esta regulado por la misma. Utili-
zado frecuentemente en invierno cuando el pasto escasea en la pampa
húmeda. El inconveniente con este contrato es que no se lo puede renovar
con la misma persona y por el mismo predio al concluir el plazo de vigen-
cia, so pena de serle aplicado los plazos obligatorios de la Ley 13.246. El
contrato bajo análisis debe ser celebrado por escrito, calificado de acci-
dental y homologado ante los tribunales locales que tengan a cargo el
fuero rural de la jurisdicción del inmueble.
Hay contrato de cosecha, o por una cosecha, cuando una de las partes
se obliga a entregar a la otra un predio rural con el objeto de que efectúe
96
allí un cultivo agrícola y pague por el uso de dicho predio una suma de
dinero o una participación en los frutos o utilidades al efectuar la cosecha.
97
damente a la cosecha, los trabajos agrícolas necesarios para la implanta-
ción de una pradera permanente consociada. La semilla para esta última
puede o no ser aportada por el dueño del campo. Es conveniente pactar
el intercambio de sembrados bajo la forma de contrato por una o dos
cosechas, ya que así queda regulado como contrato accidental previsto
por el Art. 39 de la Ley 13.246.
98
con el objeto de que las partes compartan el aumento de peso de los
animales así obtenido, repartiéndose generalmente por mitades.
99
vención del tambero-asociado (Art.5). Este contrato no admite tácita re-
conducción a su finalización.
100
El contrato asociativo de explotación tambera debe ser homologado, a
petición de cualquiera de las partes, en el tribunal civil que tenga compe-
tencia en el domicilio del lugar de celebración del mismo. Por último, des-
tacamos la naturaleza agraria y asociativa de este contrato (Art. 2). A todo
lo no previsto en esta ley se aplica el Código Civil, como también el fuero civil.
8. Ver Ley 20.589 sobre régimen de los contratistas de viñas (restablecida en su vigencia por la Ley
23.154).
101
antes), las partes deberán convenir el destino, precio y forma de pago de
la parte del contratista. Este último tiene a su favor un derecho de contralor
para exigir la documentación que acredite y garantice el pago en fecha de
las obligaciones en su favor y los demás detalles de la venta de la cosecha.
El contrato bajo análisis debe ser celebrado por escrito detallando (a)
nombres y domicilios de las partes; (b) cantidad de la materia prima con-
tratada; (c) lugar de procesamiento; (d) lugar en que se depositarán los
productos elaborados que correspondan al productor agropecuario; (e)
facultades de control establecidas a favor del productor agropecuario; (f)
fecha y lugar de entrega del producto elaborado; y (g) lugar de celebración
y firma de las partes (Art. 2). Por otra parte, son nulas las cláusulas que
impongan al productor agropecuario la obligación de vender al industrial
elaborador los productos finales de su propiedad o que traben la libre
comercialización por parte del propietario (Art.3).
102
Los contratos de maquila de la Ley 25.113 deberán inscribirse a pedido
de parte en los registros públicos que se crearan en la jurisdicción de cada
provincia.
103
signo de tránsito o señal de presencia de una camino público, reflejando el
principio de restricción del acceso, por ello es aconsejable cerrar la tran-
quera con candado que indique a todos que no se trata de un paso de uso
general.
104
UNIDAD VI
El régimen de los minerales en general
105
Ley 10.273, establece a favor de las provincias, en cuyo territorio se en-
cuentran los yacimientos minerales, que ellas pueden percibir un peso por
pertenencia, como una manera de reconocer la soberanía originaria que
deviene de su propiedad minera. Idéntico objeto y propósito dio la consti-
tución, mediante la Ley 12.161, de una regalía petrolera del 12% del pro-
ducido bruto, regalía que debe abonarse en forma directa a las provincias
en cuyos territorios se encuentre el yacimiento de petróleo.
1. Ver Ley Provincial Nº 247 de La Pampa; Decreto-Ley Provincial Nº 3.620/58 de La Rioja; Código
Fiscal de Neuquen; Decreto-Ley Provincial Nº 5 de San Juan.
106
Cualquier persona puede -en principio- adquirir y poseer minas siempre
que tenga la capacidad requerida por el Código Civil para ejercer el dere-
cho real de dominio y no esté inhabilitado por razones de orden público. Se
hallan en esta última situación las autoridades mineras, los peritos oficia-
les de estas, y los escribanos de minas u oficiales, dentro de la competen-
cia territorial, salvo que las adquieran antes de su nombramiento o por
herencia o legado. Tampoco los hijos bajo patria potestad de los antes
nombrados, porque de otro modo podría burlarse la ley por su intermedio.
Cuando, pese a la prohibición alguna de estas personas infringe la ley, el
Código de Minería declara la pérdida de los derechos y atribuye al primer
solicitante las minas ilícitamente adquiridas.
107
nario del rey (de ahí su nombre), si bien este está inhibido de explotar
y debe delegar la propiedad al primer descubridor o peticionante. La
circunstancia de haber desaparecido el rey como persona de dere-
cho, no ha producido variantes en la teoría puesto que el Estado
constitucional ha heredado todos los caracteres de la soberanía rea-
lista.
108
cular de las minas, distinta de la existente en la superficie, pero -al igual
que esta- también considerada inmueble.
2. No participa del criterio expuesto Agustín Gordillo. Ver su trabajo “Contrato Administrativo de
concesión minera, publicado en el número 5172 de JA
109
2) el propietario del suelo en forma preferente, cuando es poca la impor-
tancia del mineral. Aquí también la ley se encarga de determinar los
casos, por ejemplo: salinas, turberas, etc.
3) cualquier persona cuando se trata de sustancias que carecen de
valor. Por ejemplo: los restos de anteriores explotaciones abandona-
das. Se incluyen también como pertenecientes al Estado por cuanto,
pese a tratarse de minerales que no requieren capacidad de derecho
ni permiso de autoridad para ser explotados (por estar destinados al
aprovechamiento común), pueden ser otorgadas a quien las solicite
en forma expresa con el fin de realizar un explotación estable y orde-
nada.
Ahora bien, cuando los minerales existentes en el fundo son de poca ley
las minas son calificadas como de tercer categoría (producciones pé-
treas y terrosas y las canteras) y se reconoce el dominio al propietario del
fundo superficiario (se incluyen en la regulación minera por su forma de
extracción y su ubicación en el reino mineral, pero no por su contenido
metalífero).
Todo la mecánica del código gira en torno de las tres categorías en que
se encierra la sustancias, que corresponden a cuatro regímenes especia-
les aplicables. Las comprendidas en la primera categoría tienen para sí el
máximo de los requisitos y se puede decir reciben la aplicación casi total
del texto minero, mientras en la segunda, basta la aplicación de algunas
normas generales y otras ex profeso confeccionadas para obtener el de-
recho a explotar, llegando en el caso de las destinadas al aprovechamien-
to común a no exigirse requisito alguno para beneficiarse con ellas. El
cuarto régimen, que mantiene el derecho común, tiene principios seme-
jantes a los del Código civil.
110
PRIMER PROPIETA-
TITULAR DEL ESTADO RIOS DE LA
DOMINIO SUPERFICIE
CATEGORÍAS
QUE RESUL- PRIMERA SEGUNDA TERCERA
TAN DEL 2DO
TITULAR
111
hulla; lignito; les alcalinas o explotaciones
antracita e hidro- alcalino terro- anteriores,
carburos sólidos. sas; amianto; mientras las
El arsénico, cuar- bentonita; minas perma-
zo, feldespato, zeolitas o mine- necen sin am-
mica, fluorita, r a l e s paro y los
fosfatos calizos, permutantes o relaves y
azufre, boratos y permutíticos. escoriales de
wollastonita; los estableci-
Las piedras precio- mientos de be-
sas. neficio abando-
Los vapores endó- nados o abier-
genos. tos, en tanto no
los recobre su
dueño.
112
Las diligencias técnicas en cuestión debidamente constatadas, consti-
tuirán en definitiva el título del dominio. Cuando se habla de los que cons-
tituye el título definitivo de propiedad de una mina, es habitual referirse al
Art. 93 del Código de Minería. Dicho artículo establece que, una vez rea-
lizada la mensura y la demarcación de las pertenencias, la autoridad la
inscribe en un registro especial y emite copia de toda la operación que se
realiza, a los efectos de que el minero interesado pueda acreditar
fehacientemente su derecho de propiedad sobre el yacimiento.
Exploración
113
queda sujeto a las exigencias técnicas de la autoridad minera y cuyo radio
de alcance se delimita en la superficie hasta 1.000 metros a cada lado de
la longitud de la galería (Art. 129).
1 500 150 - -
2 1000 200 - -
3 1500 250 - -
4 2000 300 - -
5 2500 350 2250 -
6 3000 400 2500 -
7 3500 450 2750 -
8 4000 500 3000 -
9 4500 550 3250 -
10 5000 600 3500 -
11 5500 650 3750 -
12 6000 700 4000 -
13 6500 750 4250 2150
14 7000 800 4500 2250
15 7500 850 4750 2375
16 8000 900 5000 2500
17 8500 950 5250 2625
18 9000 1000 5500 2750
19 9500 1050 5750 2875
20 10000 1100 6000 3000
Modernización
114
Artículo 19.- En la determinación de los puntos correspondientes a los
vértices del área comprendida en las solicitudes de los permisos de explo-
ración, manifestaciones de descubrimiento, labor legal, petición de mensura y
otros derechos mineros deberá utilizarse un único sistema de coordenadas
que será el que se encuentre en uso en la cartografía minera oficial.
La sustitución del Art. 282 por el 233 repite la libertad de explotación que
el Código estableció desde el momento mismo de su sanción, y señala
que la protección del ambiente y la conservación del patrimonio natural y
cultural quedan sujetas al título I y a las normas que se establezcan en
virtud del Art. 41 de la Constitución Nacional.
115
en lo industrial a la disposición de residuos. La Ley 24.585 respeta las
jurisdicciones provinciales.
116
Artículo 30.- Cuando el permiso de exploración conste de UNA (1) uni-
dad de medida, su duración será de CIENTO CINCUENTA (150) días. Por
cada unidad de medida que aumente, el permiso se extenderá CINCUEN-
TA (50) días más.
117
emitida por la autoridad aeronáutica, lo que ocurra en último termino. La
solicitud contendrá el programa de trabajos a realizar indicando además
los elementos y equipos que se emplearán en los mismos.
Las solicitudes que no fueran resueltas dentro del plazo de treinta (30)
días desde su presentación por falta de impulso administrativo del intere-
sado, verificado por la autoridad minera, se considerarán automáticamen-
te desistidas y quedarán archivadas sin necesidad de requerimiento y
notificación alguna.
118
Obligaciones del explorador
119
Las zonas de protección señaladas, a excepción de las dos últimas,
pueden ser reducidas a 15 metros, cuando medie intervención de la auto-
ridad y las siguientes circunstancias:
Exploraciones no autorizadas
Dos son los supuestos que el código regula partiendo de la base de falta
de solicitud de permiso de catear, a saber: propietario de la superficie que
explora su propio inmueble y cateador libre (o cateador ilegal). Ambas
situaciones se caracterizan por un mismos derecho reconocido de ser
propietarios de las sustancias que descubren y manifiestan a la autoridad,
siempre que el terreno indicado este vacante, es decir, libre de todo dere-
cho minero anterior o coexistente, puesto que de existir en él algún permi-
so de cateo o mina otorgada, los descubrimientos benefician al minero y
todo actividad en la zona de cateo es absolutamente dolosa.
Por otra parte, en el caso del cateador ilegal en campo ajeno se pena
con: 1) la condena en daños y perjuicios que causare con su acción; 2) una
multa de 20 a 200 veces el canon de explotación de una unidad de medida
a favor del propietario (salvo que el propietario no la reclame dentro de los
30 días de registro del yacimiento); y 3) la expulsión de la propiedad en
que incursiona.
120
121
122
Descubrimiento
123
Antes del vencimiento del permiso de exploración -sea este realizado
por cateo o por socavón- es obligatoria la presentación de una manifesta-
ción declarando la existencia de la sustancia mineral, en el caso de que se
hallase, pues de lo contrario no se perfecciona el derecho a explotar (Art.
45). La autoridad minera recibe la manifestación del descubrimiento y cita
al propietario de la superficie a efectos de que éste manifieste el deseo -
en el caso de las sustancias de 2da categoría- de utilizar la preferencia a
explotar que le está reconocida (Art. 170). Si el propietario no se presenta
o declara su falta de interés en la 2da categoría, se registra el pedido a
nombre del descubridor, pero si prefiere explotar el mineral, el registro se
inscribe a su nombre (Art. 171), debiendo hacerse cargo de la indemniza-
ción que se debe al descubridor por el beneficio que tal gestión le produce.
124
125
126
127
Labor legal
128
129
Petición de mensura
130
131
132
Mensura legal
133
134
135
136
Título definitivo de propiedad
137
ción. La remoción de estos límites es posible sólo si media resolución
expresa de la autoridad, fundada en modificaciones de los derechos reco-
nocidos.
4. Se entiende que existe proximidad cuando se está trabajando a 40 metros o menos del límite de la
pertenencia.
138
8) Derecho a las demasías, en el código de minería la demasía es el
terreno vacante que se halla entre dos minas que no llegan a tener
dimensiones de una pertenencia. La ley prevé los derechos de los
mineros, según las situaciones en que pueden presentarse las
demasías, y acuerda las siguientes soluciones: a) Terreno vacante
existente entre las latitudes de dos pertenencias (lo que equivale a
decir, entre minas situadas en la corrida o longitud del criadero) co-
rresponden -en común- a los dueños de la pertenencias, salvo que
tuviera 150 metros o más, en cuyo caso se entiende que es una mina
nueva y puede otorgarse a quien lo solicite. b) Terreno vacante exis-
tente entre las medidas de longitud de dos pertenencias (lo que equi-
vale a decir, entre las líneas de aspas o longitudinales) corresponde:
(i) a la mina o minas que siguiendo el criadero en su recuesto (cria-
dero en mano) se hayan internado o estén próximas a internarse en
terreno vacante5; y ii) a todas las minas colindantes (si no hay inter-
nación próxima a realizarse) en proporción a las líneas de contacto
que cada una tenga con la demasía.
9) Derecho a internarse en la pertenencia ajena, tal facultad es admitida
por la ley sujeto a las siguientes condiciones: a) lleve veta en mano;
b) avise al colindante la proximidad de los trabajos y el propósito de
internarlos. El aviso es legal aún cuando sea dado a los 10 metros de
internación; c) otorgue al minero invadido la mitad de los minerales
que extraiga y pague la mitad de los gastos ocasionados; c) se inter-
ne sólo hasta comunicarse con sus labores con las del minero inva-
dido. Una vez comunicadas las labores, la internación debe cesar,
porque se entiende que el minero vecino puede aprovechar debida-
mente el yacimiento y hallarse a su alcance en igual forma que el
invasor, debiendo éste último volver a su pertenencia.
10)Derecho de visitar y reconocer la mina colindante previa autorización
de la autoridad.
11)Derecho a constituir grupo minero, esta facultad del minero consiste
en reunir pertenencias con el objeto de realizar en ellas un sola
explotación pertenencias con el objeto de realizar en ellas una sola
explotación, aunque no se trate de un solo propietario minero. Son
requisitos legales: a) que las pertenencias estén unidas en toda su
extensión de uno de sus lados formando un solo cuerpo, sin que
medie espacio vacante; b) que el grupo se preste a una cómoda y
provechosa explotación; c) que la autoridad confiera el permiso, con-
forme a sus apreciaciones técnicas.
5. Se entiende aquí próximas a internarse las labore que se hallan en la mitad de la cuadra (latitud) o a 30
metros del límite de la pertenencia.
139
12)Derecho a explotar por socavón, fuera de los límites de la pertenencia.
13)Derecho de abandonar la pertenencia.
6. Canon minero debe ser pagado puntualmente, por adelantado y partes iguales, en los dos semestres
que vencen el 30 de junio y el 31 de diciembre. Sin embargo la mina sólo caducará ipso facto
transcurridos 2 meses desde el vencimiento de la anualidad de que se trate (Art. 216 C.M). Ver
también la Ley 24.224 que fija los importes del canon minero.
7. La reforma introducida por la Ley 24.498 al Art. 217 C.M.
8. Ver Art. 225 C.M.
140
Sustancias de segunda y tercera categoría
141
Corresponden a la 3ra categoría las producciones minerales de natura-
leza pétrea o terrosa y, en general, todas las que sirven como materiales
de construcción y ornamento, cuyo conjunto forma partes de las canteras.
142
aunque no medie en el evento dolo o culpa. El Código establece así un
fundamento objetivo de la responsabilidad, que puede ser calificado
como teoría del riesgo minero, que básicamente establece: la activi-
dad minera es riesgosa por naturaleza; luego quien la realiza en bene-
ficio propio debe responsabilizarse por los daños que cause en la
propiedad superficial. El concepto de daños aquí expuesto considera:
los perjuicios resultantes de la explotación, tanto en el inmueble (ma-
yor deterioro en suelo y cultivos) como en las construcciones (grietas,
fisuras, etc.). Ahora bien, la responsabilidad del dueño de la mina,
cesa, cuando el propietario superficiario realiza alguna de las siguien-
tes acciones:
a) inicia trabajos sobre lugares explotados, en actual explotación, o en
dirección de los trabajos en actividad, o sobre el criadero manifes-
tado o reconocido.
b) Inicia trabajos sin previo aviso a la autoridad ni citación del dueño
de la mina.
c) Continua trabajos por él suspendidos 1 año antes de otorgada la
concesión al minero.
d) Inicia obras o trabajos de por sí peligrosos.
II. Las indemnizaciones que puede deber el propietario al minero son las
que se devengas de los casos de trabajos superficiales prohibidos
expuestos en los puntos a, b, c, y d, de apartado I. precedente. El
resarcimiento patrimonial se reduce al pago de los objetos inutiliza-
dos y al de las reparaciones o fortificaciones necesarias para dejar
expeditas las tareas en la mina. El propietario superficiario también
debe indemnización al minero, cuando continúa trabajos que la auto-
ridad minera mandó suspender y por atentar contra la seguridad de
la explotación y causar un perjuicio a ella.
143
Los contratos mineros
10. Ver el Título Decimocuarto “De los avíos de minas”, en el Código de Minería.
144
avío puede prestarse: a) por tiempo limitado o ilimitado; b) por canti-
dad determinada o ilimitada de implementos; c) por obras específica
o indeterminadas. No estipulándose modo, el aviador debe los avíos
a los 15 días de solicitado por el aviado, pudiendo este último deman-
dar judicialmente su préstamo, si no se realiza, o tomar nuevos avíos
por cuenta del deudor.
11. Ver el Título Decimoquinto “De las minas en compañía” (Arts. 286 a 296), del Código de Minería.
145
Prescripción
El texto del actual Art. 326 modificado por la Ley 22.259 nos ha dado
razón, por lo menos parcial, al establecer que la prescripción no se opera
contra el Estado propietario originario de la mina.
El Socavón general12
El petróleo
Régimen de los hidrocarburos (Ley 17.319)
La Ley 17.319 declaró el dominio público del Estado nacional sobre los
hidrocarburos líquidos y gaseosos que considera en el patrimonio
imprescriptible e inalienable. Sin embargo desde la privatización de YPF y
Gas del Estado, las Provincias reivindicaron la propiedad de los recursos
naturales, conforme al Art. 124 de la Constitución Nacional.
12. Ver Arts. 124 a 139 del Código de Minería
146
Modos de adquisición de derechos mineros: El régimen "particular" se
caracteriza porque las adjudicaciones de los derechos de exploración y
explotación de los hidrocarburos están sujetos a las siguientes modalida-
des:
147
Características particulares de la Ley
148
2. Permisos de exploración. Como consecuencia de los concursos o
propuestas para las de las "zonas posibles" (Art. 24), el Poder Ejecutivo
puede adjudicar (Arts. 18, 45 y 46) permisos de exploración. Así, el Art. 16
de la Ley establece que el permiso de exploración confiere el derecho
exclusivo de ejecutar todas las tareas que requiera la búsqueda de hidro-
carburos dentro del perímetro delimitado por el permiso y durante los
plazos que la Ley fija. Luego el Art. 17 determina que el permiso de explo-
ración confiere derecho a obtener 1 concesión de explotación, en el caso
que se descubran hidrocarburos (Art. 21) de un yacimiento que se consi-
dere comercialmente explotable (Art. 22). El adjudicatario de un permiso
de exploración queda así autorizado a efectuar iguales tareas que las
permitidas a quienes realizan reconocimientos superficiales pero, ade-
más, pude efectuar pozos exploratorios (Art. 19) con las limitaciones esta-
blecidas por el Código de Minería (parágrafo II, del título III)13.
13. Con tal aplicación la Ley 17.319 demuestra una vez más el carácter de normatividad minera a la que
se adhiere.
149
PLAZO BÁSICO SUPERFICIE
1er Período
Territorio Continental (5 años) 100%
Plataforma Submarina (5 o 6 años) 100%
2do Período
Territorio Continental (3 años) Reduce 50% por lo menos
Plataforma Submarina (3 o 4 años) Reduce 50% por lo menos
3er Período
Territorio Continental (3 años) Reduce 50% por lo menos
(corresponde 25% de la
Plataforma Submarina (2 o 3 años) original)
PLAZO DE PRÓRROGA
Reduce 50% por lo menos
Opcional 5 años (corresponde 20% de la
original)
150
go no exige que el permisionario requiera de inmediato su permiso de
explotación. El permisionario puede continuar la exploración, disponiendo
mientras tanto del petróleo o gas que extraiga en los trabajos de explora-
ción, productos que abonarán al Estado una regalía del 15%, cuando los
destine a fines distintos de sus trabajos de exploración. El permisionario
deberá efectuar las tareas necesarias para determinar la condición de
comercialmente explotable del yacimiento. Es recién cuando se han cum-
plido esas diligencias, que la Ley 17.319 impone un plazo de 30 días para
que le permisionario manifieste su voluntad de obtener la concesión y
cumpla con las "recaudos necesarios" para la mensura del área que explo-
tará, las que si provienen de un permiso de exploración tendrán como
único límite el espacio contenido en el permiso de exploración (Art. 33).
Cuando el permisionario de exploración a manifestado que el hidrocarburo
es comercialmente explotable, el área de exploración se convierte parcial-
mente en área de explotación. En tal caso la autoridad puede autorizar
que el 50% del remanente de la inversión que correspondiera hacer en la
superficie que se transforma sea destinada a la explotación, manteniéndo-
se el resto de la inversión en el lugar que continúa sujeto a exploración
(Art. 20, última parte). De igual modo, el plazo máximo de exploración que
no hubiere vencido se adiciona al de la concesión de explotación.
151
permiso de exploración, será de doscientos cincuenta (250) km2. El Art. 34
limita el plazo de las concesiones de explotación a 25 años, que pueden
prorrogarse por 10 más.
a) Plazo básico
152
b) Prórroga.
10. Régimen Fiscal. En la Sección 6ta, del título II, determina que los
permisionarios y concesionarios deben pagar un impuesto especial
(coparticipable) a la renta que corresponderá al 55% de la utilidad fiscal
neta. Tornan ilusoria la percepción de este impuesto, las deducciones,
amortizaciones y excepciones establecidas en la industria del petróleo, así
como los quebrantos que en cada ejercicio pueden presentar las empre-
sas. En este punto, estamos en condiciones de concluir que los particula-
153
res quedan obligados exclusivamente el pago del canon, las regalías y los
impuestos provinciales. Ya que, en definitiva, se establece un alambicado
sistema fiscal que quiere demostrar en teoría que el pago de los impues-
tos se efectúa con una tasa mayor de la común y que en los hechos
demuestra que puede resultar la más amplia exención impositiva.
154
prescriben los Arts. 156 y 146 del Código de Minería. Asimismo, el adjudi-
catario debe indemnizar los perjuicios que cause al propietario de la super-
ficie. El establecimiento de este sistema no deja claro si quedan deroga-
das las normas del Código de Minería y el decreto-ley 6.773/63, en cuanto
regulan especialmente estas cuestiones. Estas deficiencias se deben a la
falta de conocimiento debido de la norma minera.
155
156
UNIDAD VII
Contaminación
Residuos tóxicos y peligrosos
1. Opinión Opinión Consultiva emitida por la Corte Internacional de Arbitraje y Conciliación Ambiental
(Solicitud EAS 8/98 – Resolución EAS 1/99), integrado por los Profesores Ramón Martín Mateo,
Eckard Rehbinder, Mary Sancy, Ricardo Zeledón y Eduardo A. Pigretti. Ver JA 22/12/1999.
157
En las conclusiones de la opinión consultiva se sostuvo que el caso
permite atribuir responsabilidad internacional a los EEUU y al Estado de
México por la violación de los principios de cooperación ambiental y pre-
vención del daño ambiental transfronterizo.
2. JA 01/05/2002, página 24
158
La ley 25.612 de gestión integral de residuos industriales y
de actividades se servicios3
3. Ver Pigretti, Eduardo A. “Derecho Ambiental Profundizado“, Editorial La Ley, Buenos Aires 2004, pág.
80/87
4. Ver el Art. 2 de la Ley 24.051.
5. “Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los
radiactivos” (Art. 41 C.N.).
159
El Capítulo II de la Ley 25.612 indica la existencia de un concepto nuevo
en la legislación que denomina niveles de riesgo, concepto que define
mediante la referencia a cuestiones formales, sin precisión jurídica alguna.
Los sujetos obligados de la Ley 25.612 son los generadores6, los trans-
portistas7, los tratadores y quienes se encargan de la disposición final8 de
los residuos industriales o derivados de las actividades de servicios.
160
El manifiesto es un documento, con carácter de declaración jurada, en
el que se describe la naturaleza y cantidad de residuos, su origen y trans-
ferencia del generador al transportista, y de éste a la planta de tratamiento
o disposición final, así como los procesos de tratamiento o eliminación a
los que fueron sometidos, y cualquier otra operación que respecto de los
mismos se realizare (Art. 21).
9. Principio de responsabilidad civil objetiva que significa que no existe excusa alguna que pueda ser
invocada por el generador para liberarse de responsabilidad por el daño que se le atribuye
161
final de residuos) previo a su habilitación, deberá realizar un estudio de
impacto ambiental.
162
Ley 25.670 de presupuestos mínimos para la gestión y
eliminación de los PCBs10
El Art. 3 la Ley define que se entiende por PCBs, a la vez que involucra
a los transformadores, condensadores, recipientes que contengan canti-
dades residuales, cuando no hayan sido descontaminados. En este punto
de los aparatos, establece una presunción juris tantum según la cual si el
aparato es del tipo que puede contener PCBs se considerarán como si
contuvieran PCBs.
10. Aceites habitualmente confinados en instalaciones eléctricas, altamente contaminantes, cuyo control no
ha sido efectuado hasta el presente, provocando graves daños a la salud humana y al ambiente. Ver
definición que contiene la Ley 25.670 en su Art. 3.
163
1) un plan de descontaminación y reemplazo antes del año 2010 y
2) un programa de eliminación y descontaminación antes del año 2005.
Los aparatos descontaminados deben tener un rótulo que así lo indi-
que (Art. 16).
a) Apercibimiento;
b) Multa,
c) Inhabilitación por tiempo determinado;
d) Clausura.
11. Téngase presente que la Ley 25.612 derogó el régimen de los residuos peligrosos.
12. Eduardo A. Pigretti, “Derecho Ambiental Profundizados”, La Ley 2004, pág. 185/187
164
Los efectos de la radiactividad además provocan un sin número de
enfermedades al ser humano, en particular diversas clases de cáncer.
165
laciones radiactivas relevantes, incluyendo las instalaciones para la ges-
tión de desechos o residuos radiactivos y de aplicaciones nucleares a las
actividades médicas e industriales.
13. Modificada y complementada por un Protocolo y una Convención Suplementaria aprobados por Ley
25.313.
166
LEY Nº 22.455 aprueba el Convenio Relativo a la Responsabilidad Civil
del Transporte Marítimo de Materiales Nucleares.
167
168
UNIDAD VIII
La Ley 25.675 general del ambiente
169
¾ Principio de congruencia.
¾ Principio de prevención.
¾ Principio precautorio.
¾ Principio de equidad intergeneracional.
¾ Principio de progresividad.
¾ Principio de responsabilidad.
¾ Principio de subsidiariedad.
¾ Principio de sustentabilidad.
¾ Principio de solidaridad.
¾ Principio de cooperación.
170
Sustentable, a l participación ciudadana, entre otros que a continuación se
detallan.
Por último advertimos, que los desaciertos de la LGA se debe sumar las
desafortunadas observaciones del Poder Ejecutivo (Decreto 2413/2002).
171
Responsabilidad ambiental
El reto pendiente para los juristas será intentar localizar nuevos princi-
pios generales, métodos; criterios de justicia; y leyes que comprendan a la
naturaleza para poder resolver las cuestiones ambientales que enfrenta la
humanidad. Los nuevos criterios jurídicos sólo podrán aflorar si son el
producto de un actividad científica interdisciplinaria (ciencias exactas, na-
turales y sociales) que aborden las cuestiones ambientales en forma inte-
gral.
172
2004 por la Unión Europea que establece la existencia de una responsa-
bilidad ambiental en relación a la prevención y reparación de daños am-
bientales totalmente independiente de las responsabilidades que los dere-
cho nacionales atribuyen a las personas en relación a lo que se denomina
doctrina de daños y, en consecuencia, la citada directiva también prevé
una indemnización distinta de la que se debe a una particular, en oposición
a lo que se debe a la naturaleza. En estos distingos estaría ubicada la
Constitución Nacional reformada en el año 1994 al establecer la obligación
de defender la naturaleza y la obligación de recomponer los daños produ-
cidos a la misma. Se trata ahora de realizaren nuestro ámbito un desarro-
llo de detalle, tendiente a establecer las pautas que en definitiva la direc-
tiva establece en forma determinada y concreta.
173
a) La incapacidad del Estado para manejar los temas ambientales con
exclusividad.
b) Las modificaciones al Derecho Procesal tradicional requiere estable-
cer: (i) una norma que impida recusar al juez de la causa con el
argumento de que el Juez tiene un interés directo en la causa, ya que
en los temas ambientales el juez tiene tanto interés en la resolución
de las cuestiones como quizás alguna de las partes; (ii) el principio de
competencia amplia reconocido en la ley italiana como "cualquier juez,
de cualquier fuero y competencia está facultado a intervenir si es
requerido", atento a la gravedad de la cuestión ambiental; (iii) una
legitimación procesal amplia cuando se trate de la defensa al ambien-
te, que dé lugar a la defensa de los denominados intereses difusos y
a las acciones de clase.
c) La necesidad de establecer una responsabilidad ambiental específi-
ca, como quedó planteado en este mismo trabajo.
174
porque el derecho ambiental es un derecho permisivo que autoriza a cier-
tos grados de contaminación y ciertas posibilidades de compensación de
empresas que contaminan con las que contaminan menos. ¿porque algún
párrafo no hablará de límites a la contaminación?. Por esos límites se
debe suponer un equilibrio natural, apto para el desarrollo humano. ¿Que-
rrá decir humanidad? O sea, personas y toda forma de vida y condición
que la favorezca. La Constitución no se enrola en el criterio del desarrollo
sustentable. En cambio establece una cláusula de idealismo según la cual
"las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin com-
prometer las de las generaciones futuras". En el caso nos preguntamos si
sabrá la ciencia lo necesario para forjar esta pauta.
175
Por otra parte, el 1er párrafo del citado Art. 43 permite una amparo
contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares,
admitiendo también la declaración del juez de la inconstitucionalidad de la
norma. Estimamos que se trata de otra forma de amparo similar a la
regulada por la ley 16.986, pero distinto del amparo ambiental que se
configura en vía neutro a favor de la naturaleza.
2. Recursos Humanos
176
bres originales entre las que se incluye el respeto a la naturaleza a partir
de un sentido común de equilibrio y observación, previo a actuar sobre la
naturaleza. Destacamos la labor misionera del padre Angelo Pansa que
desarrolla con éxito un programa de reforestación de una zona deforestada,
a través de aportes de empresarios italianos y la participación de la tribu.
Otro efecto social distinto. Las tribus ejercían el comercio desde tiempo
inmemorial mediante caravanas de camellos en el Desierto del Sahara.
Dichas caravanas debieron cambiar sus hábitos por la variación de las
condiciones ambientales, en particular sequías en los oasis, modificando
las condiciones naturales de tales áreas.
3. Desertificación
4. La Biotecnología
177
5. Contaminación electromagnética
6. Genoma Humano
7. Residuos bélicos
178
8. Clonación Humana
179
1) Prohibición de ingreso de ganado vivo, material reproductivo, y pro-
ductos de especie bovina, ovina y caprina, procedentes de Reino
Unido. (Resolución SAGyP 429/90);
2) Vigilancia Epidemiológica Activa, basada en el análisis de muestras
de cerebro de la población animal susceptible;
3) Prohibición del uso de harinas de carne y hueso de origen rumiante
en el alimento balanceado para alimentación de rumiantes (Resolu-
ción SENASA 252/95 y 611/96);
4) Seguimiento de los Reproductores Bovinos Importados desde 1980,
originarios de países de riesgo;
5) Creación del Registro Nacional de Reproductores Rumiantes Impor-
tados (Res. SENASA Nº 471/95), con seguimiento de los animales
desde su ingreso hasta su muerte, y destrucción obligatoria de los
cadáveres;
6) Regulación de las importaciones de animales, semen, embriones,
carne, cueros, leche y derivados desde los diferentes países;
7) Declaración obligatoria de la enfermedad (Resolución SENASA 234/
96 Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, y Resolución
SENASA 172/97);
8) Prohibición transitoria, del ingreso de determinados productos ali-
menticios originarios de un listado de países evaluados como de ries-
go potencial por el SENASA. Res. SENASA N° 42/01;
9) Análisis de determinados alimentos que ingresen de países evalua-
dos como de riesgo potencial, a fin de detectar presencia de proteína
rumiante no autorizada (SENASA N° 238).
180
tienen límites exactos imaginables en cardúmenes que transitan con ab-
soluta libertad en el mar sin distinguir jurisdicciones. La gravedad de la
situación motivó que los malvinenses ofrecieran realizar una acción con-
junta con Argentina para defender los caladeros. Nuestra Cancillería con
cruel formalismo no aceptó.
181
182
ANEXO
183
184
HIDROCARBUROS
Ley 26.197
185
yacimientos de hidrocarburos que se encuentren en el lecho y el subsuelo
del Río de la Plata, desde la costa hasta una distancia máxima de DOCE
(12) millas marinas que no supere la línea establecida en el artículo 41 del
Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo y de conformidad con las
normas establecidas en el Capítulo VII de ese instrumento.
186
ARTÍCULO 3º - Dentro de los CIENTO OCHENTA (180) días contados
a partir de la promulgación de la presente ley, el Poder Ejecutivo nacional
y las provincias acordarán la transferencia a las jurisdicciones locales de
todas aquellas concesiones de transporte asociadas a las concesiones de
explotación de hidrocarburos que se transfieren en virtud de la presente ley.
187
en vigencia establece para cada una de las áreas involucradas, con sus
respectivos resultados, cronogramas de actividades, y observaciones.
c) los procedimientos para la transferencia de todo tipo de expedientes
en curso de tramitación, cualquiera fuera su naturaleza y estado.
d) El estado de cuenta y conciliación de acreencias por los cánones
correspondientes a cada área.
e) El listado de obligaciones pendientes por parte de los permisionarios y/o
concesionarios que sean relevantes frente al hecho de la transferencia.
f) Las condiciones ambientales correspondientes a cada área y/o yaci-
miento.
188
Ley 26.154
CAPÍTULO
Objeto
CAPÍTULO II
Del Régimen Promocional para la Exploración
de Hidrocarburos
189
definiciones de la Ley 23.968, que no se encuentran sujetas a permi-
sos de exploración o concesiones de explotación.
Los beneficios establecidos en la presente ley serán de aplicación en
estas áreas durante un lapso de QUINCE (15) años, contados a
partir de la fecha de notificación formal de ENERGIA ARGENTINA
SOCIEDAD ANONIMA (ENARSA) a la autoridad de aplicación del
inicio de la exploración de un área de su titularidad.
b) Areas en Cuencas Sedimentarias sin Producción: Son las compren-
didas por todas las áreas en las cuencas sedimentarias en tierra,
excluidas las cuencas que al momento de la promulgación de la pre-
sente ley, cuenten con áreas en producción.
Los beneficios establecidos en la presente ley para la referida
categorización serán de aplicación durante un lapso de DOCE (12)
años, contados a partir de la obtención del correspondiente permiso
de exploración.
c) Areas en Cuencas Sedimentarias con Producción: Son las áreas en
las cuencas sedimentarias en tierra que, al momento de la
promulgación de la presente ley, cuentan con áreas en producción y
que no se encuentran sujetas a permisos de exploración o concesio-
nes de explotación.
Los beneficios establecidos en la presente ley serán de aplicación en
las áreas definidas en el presente inciso, durante un lapso de DIEZ
(10) años, contados a partir de la obtención del correspondiente per-
miso de exploración.
190
ridad de aplicación y aprobada por ésta mediante resolución debidamente
fundada los interesados podrán continuar el trámite de adjudicación sin el
requisito de la asociación.
191
CAPÍTULO III
De los Beneficios Promocionales
Déjase establecido que a partir del segundo año de vigencia del presen-
te régimen, se deberá incluir en el cupo total, los que fueran otorgados en
el año inmediato anterior y los que resulten necesarios para la continuidad
o finalización de los proyectos respectivos.
192
El beneficio indicado en el presente también podrá ser utilizado por
uniones transitorias de empresas y demás sujetos indicados en el segun-
do párrafo del artículo 4º de la ley del Impuesto al Valor Agregado por los
créditos fiscales que le hubieran facturado por gastos e inversiones en el
área beneficiada, en cuyo caso estos sujetos podrán optar entre trasladar
a los respectivos socios el crédito fiscal por los gastos e inversiones o por
solicitar la acreditación o devolución prevista en la Ley 25.924.
193
precedentemente establecida, sólo podrán ser enajenados, transferidos o
desafectados de la actividad objeto del permiso, una vez concluida la uti-
lización que motivó su importación, o su vida útil, si ésta fuere menor.
CAPÍTULO IV
Del Régimen de Excepción para Areas de Exploración en
Concesiones Otorgadas por la Ley 17.319 y
sus Normas Complementarias
194
El área resultante de la subdivisión deberá ser considerada como un
nuevo permiso de exploración, quedando el área oportunamente
concesionada y no explotada subdividida. Los beneficios estableci-
dos en la presente ley serán de aplicación en estas áreas durante un
lapso de DIEZ (10) años, contados a partir de la obtención del corres-
pondiente permiso de exploración.
195
ARTÍCULO 16. - Plazos para Acceder a los Beneficios. El régimen
promocional será aplicable a todo permiso de exploración que se otorgue
a partir de la fecha de publicación de la presente ley y hasta los siguientes
plazos, según el caso:
CAPÍTULO V
Disposiciones Complementarias
196
c) Cuando se disponga la caducidad de la concesión por los motivos
contemplados en el artículo 80 de la Ley 17.319.
197
ARTÍCULO 21. - Exclusión. Las disposiciones de la presente ley, no
serán de aplicación respecto de proyectos que gocen de los beneficios
otorgados por la Ley 19.640.
198
ENERGÍA ARGENTINA SOCIEDAD ANÓNIMA
Ley 25.943
Créase la mencionada empresa, que tendrá por objeto llevar a cabo por
sí, por intermedio de terceros o asociada a terceros, el estudio, explora-
ción y explotación de los Yacimientos de Hidrocarburos sólidos, líquidos y/
o gaseosos, el transporte, almacenaje, distribución, comercialización e
industrialización de estos productos y sus derivados directos e indirectos,
así como de la prestación del servicio público de transporte y distribución
de gas natural y la generación, transporte, distribución y comercialización
de energía eléctrica. Energía Argentina S.A. tendrá la titularidad de los
permisos de exploración y de las concesiones de explotación sobre la
totalidad de las áreas marítimas nacionales que no se encuentran sujetas
a tales permisos o concesiones y podrá intervenir en el mercado a efectos
de evitar situaciones de abuso de posición dominante originadas en la
conformación de monopolios u oligopolios. Composición del capital social.
199
cualquiera de las actividades previstas en su objeto, tanto en el país como
en el extranjero.
200
(i) Presentación en concurso o quiebra;
(ii) Modificación del Estatuto y/o el aumento de capital;
(iii) Disolución anticipada de la sociedad;
(iv) Cualquier acto societario que implique poner en peligro el pa-
trimonio social y/o la prosecución del objeto principal de esta
sociedad;
(v) Cambio de domicilio y/o jurisdicción.
II) Acciones Clases "B" y "C": Serán ordinarias escriturales, con de-
recho a UN (1) voto por Clase, representarán hasta el DOCE POR
CIENTO (12%) del Capital Social y serán de titularidad de las
Jurisdicciones Provinciales que las suscriban.
201
plentes por las Acciones Clase "B" y "C", en forma conjunta. UNO (1)
de los Directores por las Acciones Clase "A", deberá poseer recono-
cida trayectoria en el Mercado de Capitales.
d) El Organo de Fiscalización estará integrado por una Comisión
Fiscalizadora compuesta por CINCO (5) síndicos titulares y CINCO
(5) síndicos suplentes elegidos por la asamblea de accionistas.
202
ARTICULO 11. - Comuníquese al Poder Ejecutivo.
203
HIDROCARBUROS
Decreto 546/2003
CONSIDERANDO:
204
Que dicho dominio importa, dentro de sus respectivas jurisdicciones, el
ejercicio de todas las facultades atinentes a procurar la adecuada protec-
ción, exploración y explotación de tales recursos.
205
ciales, explicitando la facultad de estas últimas de otorgar permisos de
exploración, concesiones de explotación y concesiones de transporte para
desarrollar sus recursos hidrocarburíferos, a los efectos de hacer realidad
los derechos constitucionales de las Provincias garantizados por el Artícu-
lo 124, segundo párrafo, de la CONSTITUCIÓN NACIONAL, abriendo paso
a una convivencia armónica entre el texto constitucional y la norma de
fondo.
206
Que la situación señalada ut supra crea la necesidad de dictar con toda
urgencia el acto pertinente, lo cual impide cumplir los trámite ordinarios
previstos por la CONSTITUCIÓN NACIONAL para la sanción de las leyes.
Por ello,
DECRETA:
207
ción y ejecución de la política energética nacional y a su rol de coordina-
ción. La omisión de este deber de información estará penado por las mul-
tas que establecerá la reglamentación pertinente.
208
Las Provincias deberán guardar debida confidencialidad de aquella in-
formación respecto de la que la normativa en vigencia reconoce tal obliga-
ción.
209
Art. 12. - Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del
Registro Oficial y archívese. — KIRCHNER. — Alberto A. Fernández. —
Roberto Lavagna. — Carlos A. Tomada. — Daniel F. Filmus. — Ginés M.
González García. — Gustavo O. Beliz. — José J. B. Pampuro. — Aníbal D.
Fernández. — Julio M. De Vido. — Alicia M. Kirchner.
210
FICHA DE EVALUACIÓN
MÓDULO ÚNICO
Sr. alumno/a:
CONSULTAS A TUTORIAS SI NO
2) Para que la próxima salga mejor... (Agregue sugerencias sobre la línea de puntos)
.......................................................................................................................................................................................................
.......................................................................................................................................................................................................
Evaluación: MB - B - R - I -
4) Otras sugerencias.............................................................................................................................................................
.......................................................................................................................................................................................................
211