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UNIVERSIDAD YACAMBU

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO


DEPARTAMENTO DE CURRICULUM
PROGRAMA DE ESTUDIOS POR COMPETENCIAS
CARRERA-PROGRAMA DOCTORADO EN GERENCIA

ENSAYO
EL PAPEL DEL GERENTE COMO LÍDER DEL PROCESO DE CAMBIO
ORGANIZACIONAL

Facilitador: PROF. EDGAR GOMEZ


Asignatura: SEMINARIO AVANZADO DEL
CAMBIO ORGANIZACIONAL
Participante: GENNY CAROLINA CADENAS

Chaguaramas, 27 de Julio de 2017


EL PAPEL DEL GERENTE COMO LÍDER DEL PROCESO DE CAMBIO
ORGANIZACIONAL.

El nivel de complejidad de situaciones mundiales crea dificultades casi insuperables


de gobernabilidad, lo cual requiere para el manejo exitoso de las organizaciones, que
sus líderes (condición necesaria), desafíen la sabiduría convencional y produzcan un
cambio de mentalidad y de acción, en el comando de la dirección, no sólo para
comprender las nuevas situaciones sino para anticiparse al cambio, y verlo como una
oportunidad (Krygier, 1992. Lorenzo, 1998. Drucker, 1999).

Si las organizaciones cada día son más complejas, el contexto situacional y mundial
que las rodea las hace más complejas aún. Cada día sobrevivir a las múltiples presiones
tanto internas como externas, es un reto ineludible para aquellos a los que se les ha
asignado un cargo gerencial dentro de una organización. Sus múltiples funciones,
características y roles, aparecen enumeradas en un sin fin de textos de administración y
gerencia y, con más precisión, en los manuales de descripción de cargos (Stoner y
Wankel, 1989. Barroso, 1998. Rojas, 1999). Sin embargo, existen muchas de esas
funciones que no quedan establecidas por escrito, parecen quedar implícitas o sobre
entendidas, hasta el punto que se llega a considerar que un gerente es parte inseparable y
funcional de la organización, coartando sus libertades personales, familiares, recreativas
y de expansión.

La responsabilidad parece ser ilimitada, queda de su parte saber administrar con


eficacia y eficiencia las dos tareas (centrales), en forma simultánea y armónica, sin
llegar al agotamiento físico y mental. Parece una tarea de héroes, pero es considerada
como un reto. Las funciones preestablecidas parecen no bastar para el perfil de la alta
gerencia. El gerente de hoy debe mantenerse a la altura de los conocimientos más
avanzados (era de la información), y poseer suficiente experiencia tecnológica, si no
supera el déficit conceptual para comprender los procesos, lo cual se suma al déficit
conceptual, y puede generar una crisis de la gerencia (Rojas, 1999. Handscombe, 1996).

Uno de los grandes retos del gerente está en valorar la comunicación como el
proceso movilizador de las organizaciones, las cuales logran su supervivencia y éxito a
través de ella. Paradójicamente, la gerencia de las organizaciones utiliza la
comunicación en sus dimensiones interpersonales, grupales, corporativas y sociales, por
otra parte, la comunicación ejerce su función transformadora sobre la gerencia y sobre
todos los integrantes de la organización. Es una fuerza transformadora que a la vez es
transformada. Una organización podría tener su propia visión, misión, objetivos,
estrategias y cultura definidas pero si no son debidamente comunicadas y difundidas, la
mayoría de sus miembros permanecerá trabajando en forma aislada, sin establecer una
identificación consciente con el presente y el futuro de la misma.

Otro de los grandes retos, está en delegar responsabilidades, es allí donde muchas
veces se pierde el control del mando y como consecuencia la credibilidad se vuelca
hacia los más expertos. Continuando con los desafíos, el gerente debe manejar el
conflicto como fuente de aprendizaje, a través del dialogo en el que prevalezca el
respeto por la diversidad y las diferencias individuales, como fuente de ventajas
competitivas (Granell, 1999, p. 11). El equilibrio necesario se logra al emplear personas
inteligentes, comprometidas, que estén dispuestas a intercambiar información
constantemente y compartir su visión de las cosas. El gerente, como responsable de la
planificación, organización, dirección y control del desempeño, debe poseer y poner en
práctica su capacidad creativa para lograr que la organización funcione con todos sus
elementos vinculados y en permanente interacción.

El gerente debe permanecer atento y establecer procesos de comunicación efectivos.


Sólo a través de la vinculación de las partes, de su organicidad, se evitará que se
paralice el sistema, y se logrará su desarrollo armónico. La expresión de una gerencia
efectiva de la comunicación, es lo que se denomina clima organizacional. La gerencia
del vacío, es la que asumen algunos gerentes que deciden no compartir la información
(por ímpetus de superioridad), no la comunican y prefieren no intervenir en aspectos
importantes de las relaciones intra personales e interpersonales (Barroso, 1998, p. 53),
ocurre entonces un desequilibrio en la gerencia de los procesos comunicativos,
surgiendo la culpa, la descalificación, el resentimiento, la violencia, el chisme, el rumor,
la desmotivación, la in correspondencia para el cargo y la falta de resultados efectivos.

Cuando se trata de cambios dentro de la organización, sean estratégicos,


estructurales o culturales, o se tomen decisiones relacionadas con el personal,
remuneraciones, tecnología o de otra índole, la única forma de no crear una crisis
interna es disponiendo de mecanismos comunicacionales y de motivación que le
permitan al gerente lograr la identificación de los empleados con dichos cambios, lo que
significa que la comunicación actuaría como una herramienta estratégica para el
cambio. La gerencia de los procesos comunicacionales depende de la competencia que
se tenga en esta área o de sus habilidades para tomar decisiones en la búsqueda de ayuda
científica externa, de expertos en comunicación, que realicen un diagnóstico y
establezcan los enfoques y procedimientos necesarios y efectivos en la solución de este
tipo de problemas (Van Riel, 1997, Regouby, 1998. Rojas, 1999).

La era de las comunicaciones es una denominación que surge de las grandes


transformaciones y magnitud de alcance de la comunicación. No podemos dejar de
comunicarnos en la era de la comunicación, ni imaginar una acción directiva sin
dirección o una comunicación sin dirección. La práctica de la comunicación
organizacional es altamente compleja e incluye factores individuales, grupales, sociales,
físicos, virtuales. Si el proceso de comunicación fuese más fácil y sencillo, las
organizaciones serían más cordiales y sensatas y el mundo más habitable. A este
planteamiento hay que agregar que la comunicación totalmente efectiva dentro de las
organizaciones o cualquier otro tipo de agrupación humana, no existe (Rojas, Arapé,
1999, p. 58). Muchos sectores dentro de ellas permanecen incomunicados y este
problema aumenta de forma directamente proporcional al tamaño de la organización.

Cómo entender que en la sociedad humanizada que tantos científicos y versados en


la materia proclaman hoy, donde el capital y el factor humano son considerados el más
importante recurso de la organización (Guillezeau, 1999, p. 229), se vislumbren tantas
dudas en relación a los procesos comunicacionales y a su importancia dentro de las
organizaciones. Alcanzar un modelo perfecto de comunicación parece una labor
imposible. Cuando se han logrado grandes avances comunicacionales, comienzan
nuevos cambios. El hecho es que el hombre siempre tendrá la necesidad y la obligación
de comunicarse.

La aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la vida


diaria son una realidad y en el área de la educación son aliadas de gran impacto que
permiten una mejor transmisión y demostración de los conocimientos, sin embargo se
deben de complementar con una adecuada planeación de las actividades académicas
donde se integren las estrategias más convenientes de acuerdo al nivel de curso y los
contenidos de la asignatura.
Nuestra actitud como docentes debe ser positiva y con gran disposición a
implementar nuevas estrategias didácticas apoyadas por las TIC, para abrir canales de
comunicación más eficientes y de forma permanente. La interacción docente / alumno
es un factor relevante donde cada uno debe jugar el rol que le ha tocado vivir, se logra
un aprendizaje que tiene una aplicación directa con nuestro presente y que sirva de base
para nuestro futuro próximo en la adquisición y asimilación de conocimientos, debemos
gestar un clima de salud social y una interacción acorde y propositiva. La capacidad
creadora e innovadora del docente es un factor preponderante para comunicar los
conocimientos, para ello se deben implementar instrumentos que permitan una mejor
compresión de los temas, hay recursos que no pueden ser olvidados o no considerados,
basándose no solo en la pertinencia de contar con la infraestructura física, sino también
en el tipo de recursos didácticos requeridos.

El aprendizaje de los alumnos implica saber escuchar, interpretar y emitir los


mensajes pertinentes en diversos escenarios haciendo uso de los medios, códigos y
herramientas apropiadas; la adecuada identificación y ordenamiento de las ideas le
permite llegar a la información significativa donde el empleo de las tecnologías de la
información y la comunicación sirven para solucionar de manera efectiva determinada
problemática establecida, para esto debe tener acceso a la información existente que está
contenida en diversas fuentes ya sea impresa y/o digital, los conocimientos que ya posee
en este campo le permite reconocer los elementos de la interfaz gráfica y la
organización y ubicación de estos, el proceso de datos a través de sistemas
automatizados permite una mayor eficiencia de los recursos.

Nuestra sociedad requiere de hombres y mujeres íntegros y con una sólida


formación, con valores bien fincados y el compromiso de actuar cuidando siempre del
medio ambiente y del logro del beneficio común. La integración de medios
informáticos haciendo uso de la multimedia y de telecomunicaciones al ingresar a sitios
donde los materiales cuenten con la incorporación de efectos visuales, auditivos y de
contenidos textuales interactivos, permite una mayor captación de los contenidos que se
desean explicar, el uso adecuado de los colores y las imágenes hacen que haya una
mejor percepción y jerarquización del conocimiento transmitido, se despierta el gusto
por la materia y se hace más dinámico el ambiente, logrando con esto una mejor
comunicación bidireccional fluida y con alto nivel de responsabilidad y de fiabilidad.
Lo importante del saber es no solo contar con el cúmulo de conocimiento sino más
bien aplicarlos día a día y de la forma correcta a través de los canales y medios
adecuados, se necesita un enfoque bien orientado que marque el rumbo de una mejor
educación en nuestro país, los docentes debemos de cambiar a una actitud positiva, de
propuesta, con valores y dominio profesional y de las competencias que establece la
RIEMS, se deben romper viejos paradigmas de la educación y considerar la
incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación en el proceso
enseñanza / aprendizaje para potenciar el nivel de transmisión, recepción y aplicación
de los conocimientos.

La tecnología educativa no nace con el uso de la computadora en el aula, más bien


se da con el ingenio, la creatividad y empleo de los diferentes recursos que el profesor
tiene a su alcance día a día para comunicar su enseñanza e incentivar a los estudiantes a
aprender y aplicar constantemente el conocimiento no solo en la escuela, sino también
en la vida cotidiana. Estas herramientas tecnológicas de las que puede el maestro
disponer son muchas, además de adecuar diversas técnicas con cierta profundidad
y fines de contenidos, de manera cotidiana tenemos a nuestro alcance diversos medios
tecnológicos los cuales con los materiales idóneos pueden ayudar en el logro de los
objetivos planificados en las diversas secuencias didácticas.

Para la sociología fenomenológica, el individuo es un actor social que reproduce su


contexto social a partir de sus interacciones cotidianas. La reflexión se centra en las
relaciones intersubjetivas, bajo el ángulo de la interacción, y se otorga un rol relevante a
los elementos de negociación y de comunicación en la construcción social de los
contextos de sentido. Abordar la interacción y la comunicación desde la sociología
fenomenológica implica hablar de la relación entre el yo y el otro. Esta relación
dialéctica no se inscribe en la reflexión de corte antropológico de construcción de las
identidades y las alteridades, sino que más bien se toma como punto de partida para la
construcción social de la realidad. Como afirma Schütz, “al vivir en el mundo, vivimos
con otros y para otros, y orientamos nuestras vidas hacia ellos.

Por otro lado se tiene la intersubjetividad que constituye una característica del
mundo social. El aquí se define porque se reconoce un allí, donde está el otro. El sujeto
puede percibir la realidad poniéndose en el lugar del otro, y esto es lo que permite al
sentido común reconocer a otros como análogos al yo. Es en la intersubjetividad donde
podemos percibir ciertos fenómenos que escapan al conocimiento del yo, pues el sujeto
no puede percibir su experiencia inmediata pero sí percibe las de los otros, en tanto le
son dadas como aspectos del mundo social. Dicho de otra forma, el sujeto sólo puede
percibir sus actos, pero puede percibir los actos y las acciones de los otros.

El mundo del sentido común, el “mundo de la vida”, permite anticipar ciertas


conductas para que el sujeto se desarrollara en su entorno. De ahí que la
intersubjetividad sea posible. La intersubjetividad, de alguna manera, implica el poder
ponernos en el lugar del otro, a partir de lo que conocemos de ese otro, de lo que vemos
en él. En este ámbito de relaciones, y siguiendo a Schütz, se pueden reconocer
relaciones intersubjetivas tanto espaciales como temporales. En las primeras tenemos el
nosotros, el reconocimiento de relaciones con otros de los que formamos parte, con
otros que se reconocen mutuamente como parte de algo común; están también las
relaciones ustedes, donde se observa a otros sin la presencia de uno mismo; y por
último, están las relaciones entre terceros, las relaciones ellos.

Con respecto a las relaciones referidas al tiempo, Schütz reconoce a los


contemporáneos, otros con los que se puede interactuar, compartir acciones y
reacciones; los predecesores, aquellos otros con los que ya no se puede interactuar, pero
de los cuales sí tenemos algún tipo de información sobre sus actos; y por último, los
sucesores, aquellos otros con los que no es posible interactuar pero hacia los cuales los
sujetos pueden orientar sus acciones (Schütz, 1979).

El sujeto realiza acciones que están cargadas de significados. Todas sus acciones
tienen un sentido; aunque el actor no haya tenido intención de significar algo, su acción
puede ser interpretada por otro. Las vivencias son interpretadas subjetivamente, pues el
sujeto recurre a su repositorio de conocimiento disponible, para asociar aquello que se
conoce a lo que se desconoce. El mundo del sentido común se encuentra tipificado en
categorías de significado que permiten reconocer los nuevos fenómenos e incorporarlos
a la conciencia del sujeto; una experiencia reconocida como novedosa es aquella para la
que no se tienen tipificaciones de significado o son erróneas, lo que implica reorganizar
estas tipificaciones. De todas maneras, no existe una única interpretación de las
vivencias, sino que varían según la perspectiva desde la que sean interpretadas, esto es,
según el aquí y ahora que experimenta el sujeto.
La actitud natural está determinada cotidianamente por motivos pragmáticos, de
ahí que el conocimiento de la vida cotidiana se considere un conocimiento no
sistemático, poco ordenado. En este punto entra la intersubjetividad, que por un lado
delinea el campo de la cotidianidad, y por el otro, es el fundamento que posibilita la
existencia del mundo de vida. Como se puede observar, Schütz abandona la perspectiva
trascendental de Husserl y se centra en la esfera mundana o cotidiana de la vida. Para el
autor, el problema de la vida cotidiana se expresa en las relaciones de los actores
sociales entre sí y en cómo comprenden y constituyen la realidad social. La interacción
o encuentro intersubjetivo es, pues, la materia prima de la constitución de lo social.

Para la sociología fenomenológica, el individuo es un actor social que reproduce su


contexto social a partir de sus interacciones cotidianas. La reflexión se centra en las
relaciones intersubjetivas, bajo el ángulo de la interacción, y se otorga un rol relevante a
los elementos de negociación y de comunicación en la construcción social de los
contextos de sentido. Abordar la interacción y la comunicación desde la sociología
fenomenológica implica hablar de la relación entre el yo y el otro. Esta relación
dialéctica no se inscribe en la reflexión de corte antropológico de construcción de las
identidades y las alteridades, sino que más bien se toma como punto de partida para la
construcción social de la realidad. Como afirma Schütz, “al vivir en el mundo, vivimos
con otros y para otros, y orientamos nuestras vidas hacia ellos.

Al vivenciarlos como otros, como contemporáneos y congéneres, como


predecesores y sucesores, al unirnos con ellos en la actividad y el trabajo común,
influyendo sobre ellos y recibiendo a nuestra vez su influencia, al hacer todas estas
cosas, comprendemos la conducta de los otros y suponemos que ellos comprenden la
nuestra” (Schütz, 1979: 39). Para la sociología fenomenológica, estar en el mundo
significa comunicarse con otros, interactuar con otros. Todo sujeto se comunica para
constituirse como tal, y todo acto de comunicación implica una puesta en acción de
actos manifiestos en el mundo externo que los otros deben interpretar y comprender.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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KRYGIER, Alberto (1992) Revista Investigación y Gerencia. Artículo: Los retos del
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LORENZO, Oswaldo (1998) Revista IESA. Vol. IV. Nº 2. Octubre-Diciembre.

ROJAS, Luis (1999) La visión y la Comunicación en la Gerencia. Revista Opción. Año


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ROJAS, Luis (1999) La gerencia necesaria. Revista TELOS. Nº 1. URBE. Venezuela.

ROJAS, Luis y ARAPE, Elizabeth (1999) Comunicación, Gerencia y Futuro. Revista


Venezolana de Gerencia. Año 4. Nº 9. L.U.Z.

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STONER, James y WANKEL, Charles (1989) Administración. Editorial Prentice hall.


México

SCHÜTZ, A.; Luckmann, Th. (1977). La estructura del mundo de la vida. Buenos
Aires: Amorrortu.

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