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Historia de Grecia

Diana Hernández Argumedo


Ma. José Pozas Avilés
Semestre 2018-1

La intervención Divina en la Guerra de


Troya el Canto III y IV de la Ilíada.
Es indudable que los dioses cumplen una función importante en el destino de
estos guerreros y de toda la población. Eso es así porque los griegos concebían
que había un orden establecido por la naturaleza y dicho orden había que
respetarlo, de no cumplirse, venía el castigo. Es decir que dentro de un mundo
variable había unas leyes universales que se hacían respetar por sí mismas. Esa
era la función de los dioses quienes controlan los movimientos determinantes de la
vida de los hombres, porque éstos aunque poseen cierta libertad, no pueden
escapar a lo inevitable de ciertas cosas del orden natural. Los dioses vienen a ser
la personificación de las fuerzas elementales de la naturaleza y de los misterios de
la existencia humana. Por eso la épica griega además de cantar a los hombres y
su valor , también canta a los dioses y sus pormenores porque éstos al igual que
los hombres muchas veces no pueden escapar a ciertas fuerzas del Universo que
los arrastran.

La suerte de ambos va mezclada aunque los dioses están en un plano superior.


No son los dioses griegos hombres divinizados, ni los hombres, dioses
humanizados, los hombres son los héroes que luchan aquí y demuestran su
excelencia y los dioses son los pensamientos fundamentados del hombre llevados
a lo concreto, ser de máximas aspiraciones pero de limitadas capacidades, los
dioses son el sentido superior que las cosas poseen y lo mejor de nosotros
mismos que ha tomado apariencia personal (personificación de los ideales de la
sociedad).
Esta relación entre dioses y hombres se nota claramente en momentos en que la
influencia de los dioses fue determinante para las decisiones humanas y
cambiaron el rumbo de las cosas
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Diana Hernández Argumedo
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Semestre 2018-1

Es bueno plantear que el universo no está regido por los dioses, éstos son más
bien sus fuerzas. De ahí que, por mucho que ellos quieran ayudar al hombre, éste
no puede escapar al Destino (moira), que es esa misma naturaleza, lo que las
cosas están destinadas a ser por las leyes cósmicas. El hombre, sujeto al destino,
no es esclavo de él, pues está dotado de libertad de ejecución y en cierto sentido
es responsable de sus acciones y aunque es evidente que, en última instancia
están en cumplimiento de los planes de los dioses, tienen responsabilidad y
libertad de reacción frente a lo preestablecido.

En el canto III se puede localizar que troyanos y aqueos se encuentran listos para
pelear, cuando los ejércitos se encuentran cerca del otro, Paris quien iba con su
correcto armamento, destacó de la formación troyana al dar un grito alentador a su
tropa, por su parte Menelao destacó al saltar de su carro, al ver esto, Paris
comienza a temer y huye, Héctor su hermano le reprocha tal acción y París
propone un combate singular con el cual no será derramada más sangre, y para
así resolver el conflicto que Paris dio inicio al raptar a Helena, mujer de Menelao.
Quién resultará vencedor se quedaría con Helena y sus riquezas, al anunciar esto
Melenao ordena el sacrificio de un cordero negro y una blanca, y piden la
presencia de Priamo para que castigue el rompimiento de los juramentos sobre los
acuerdos, ya que habían jurado ante Zeus.

“Que venga el mismo Priamo a sancionar los juramentos para que nadie se atreva
a violar los acuerdos de que va a ser Zeus testigo” 1

Iris va en busca de Helena para hacerle mención de lo que está aconteciendo, ella
salió a la parte occidental de las murallas de Troya donde se reunió con Príamo
quien después haría el sacrificio de los corderos jurando ante Zeus. Mientras tanto
en el campo de batalla echaban a la suerte quien sería el primero en lanzar la

1
Homero, II . 3.
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lanza, fue la de Paris la primera en salir, se preparó vistiendo su armadura, al igual


que Menelao y pasando entre todo el ejército llegaron al punto donde quedarían
ellos dos solos, fue Paris el primero en arrojar su lanza, pero está se torció al
chocar con el escudo del Atrida, Menelao invoca a Zeus, pero éste hace caso
omiso a sus plegarias y hace que la espada de Menelao se rompa y no pueda dar
castigo de sus acciones a Paris, pero pudo tomar a Paris del casco y arrastrarle, la
correa de su casco no permitía que respirara, pero Afrodita lo salva.

“Afrodita… quien se las ingenio para romper la fortísima correa, dejando el casco
vació” 2

“pero la diosa protegió otra vez a su amado con facilidad, envolviéndole en densa
niebla” 3

Afrodita lleva a Paris al lecho de Helena en su palacio, y va a buscar a Helena


diciendole que no salió Paris herido en el combate, pero Helena le pide que no le
mienta, que ya sabe que Menelao había ganado el combate, la llama mentirosa y
le dice que ella no ira con Paris por su cobardía, Afrodita se molesta mucho al
respecto y la amenaza, es así como decide ir al palacio de Paris donde esté la
esperaba, Helena le reclama lo sucedido y que no vuelva a provocarle a Menelao ,
Paris menciona que ambos están protegidos por dioses y sería otro día cuando
volvieran a encontrarse. Mientras tanto Menelao se encuentra confundido en el
campo de batalla buscando a su enemigo, Agamenón nombra a Menelao
victorioso por ser el que se encuentra en el lugar, y como dicta el acuerdo, deberá
de ser devuelta Helena, sus riquezas y la indeminización.

Estos personajes son vistos como héroes y Paris no es digno de ser un héroe,
aunque el miedo es una cualidad de carácter humano, pero la cobardía no es
propia de un héroe, y esto se lo hace saber su hermano Héctor al poner en juicio

2
Ibid
3
Ibid
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que no es un digno merecedor de los dones dados por la divinidad de Afrodita, es


aquí cuando se puede notar la relación humano - héroe.

En el canto anterior se había resuelto decidir la guerra mediante un combate


singular entre Menelao y Paris. El acuerdo se había sellado con juramentos por
ambas partes, por supuesto. Tras la victoria de Menelao y la retirada de Paris por
Afrodita, Agamenón había anunciado la victoria de su hermano y, por tanto, de los
aqueos. Sin embargo, vemos en este canto que los dioses evitan que se cumplan
los juramentos, y la batalla vuelve a comenzar .

Tras una pequeña asamblea de los dioses, éstos deciden que se reanuden las
hostilidades, por lo que Atenea, disfrazada, incita a Pándaro para que rompa la
tregua lanzando una flecha que hiere a Menelao y tras la arenga de Agamenón a
sus tropas, se reanuda la lucha, en la que Ares y Apolo por una parte y Atenea,
Hera y otras divinidades, ayudan respectivamente a los troyanos y a los aqueos

Así que el tema del capítulo puede verse desde un punto de vista más humano,
centrándose en lo que supone para ambos bandos esta "traición", o bien puede
verse como un ejemplo de la intervención divina en la guerra y en todas las
acciones humanas, por extensión.

Los dioses reunidos debaten sobre el destino de Troya. Zeus piensa en finalizar la
lucha, pero Hera no desea que su trabajo (al reunir los ejércitos aqueos) quede en
vano, y prefiere ver caer a Príamo y sus hijos. Zeus cede ante sus razones, y
envía a Atenea para que haga romper los juramentos a los teucros.

“Atenea se presenta a Pándaro, hijo de Licaón, y le convence para lanzar una


flecha sobre Menelao”.4

4
Homero, Il . 4.
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Armado así, rechinó el gran arco circular, crujió la cuerda y saltó la puntiaguda
flecha deseosa de volar sobre la multitud.

La propia Atenea se encarga de desviar la flecha para que Menelao sea alcanzado
donde la coraza era doble, y el héroe es herido, pero no de gravedad. Su hermano
Agamenón, maldiciendo a los troyanos, se preocupa por él y manda a buscar un
médico, aunque nunca olvida su orgullo.

“Pero será grande mi pesar, ¡oh Menelao!, si mueres y llegas al término fatal de tu
vida, y he de volver con gran oprobio a la árida Argos.5

Con su hermano en manos del físico, Agamenón se encarga de recorrer las filas
de los aqueos, animándolos o increpándolos según el caso: se nos refiere en
concreto las palabras a Idomeneo, a Néstor. Es Cuando Agamenón, recorre las
filas de los soldados y los anima a la batalla con lanzas y espadas, los felicita y
llena de “valentía” y a los que se niegan a participar o se les ve reacios, los
regaña.

“¡Oh anciano! ¡Así como conservas el ánimo en tu pecho, tuvieras ágiles las
rodillas y sin menoscabo las fuerzas! Pero te abruma la vejez, que a nadie
respeta. Ojalá que otro cargase con ella y tú fueras contado en el número de los
jóvenes”.6

...a Menesteo y Ulises, y por último a Diomedes y Esténalo. Luego ambos ejércitos
avanzan uno contra otro.

“Allí se oían simultáneamente los lamentos de los moribundos y los gritos


jactanciosos de los matadores, y en la tierra manaba sangre”.7

A partir de ahí se desencadena una batalla, llegando el punto en el que Apolo,


tuvo que hacer presencia para alentar a los troyanos a no rendirse, al final

5
Ibid
6
Ibid
7
Ibid
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comienza a narrarse como se hacen presentes las muertes ocurridas en el


intercambio inicial de ataques, en tan rápida sucesión que consiguen dar una idea
del ajetreo y el caos de la batalla. Y como, uno de los rasgos importantes de estas
muertes es que en ocasiones logran contar algún dato sobre el luchador.

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