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¿Cuáles son las causas de la gripe, gripa o influenza?

La gripe es causada por el virus de la influenza. Los síntomas de la gripe suelen aparecerán
de repente, con fiebre, enrojecimiento de la cara, dolores de cuerpo y fatiga. Entre el segundo
y el cuarto día, los síntomas del cuerpo tienden a disminuir mientras que aumentan los síntomas
respiratorios, apareciendo con frecuencia una tos seca.

Al igual que en el frío, la presencia de secreciones nasales y estornudos sobre la influenza


o gripe es común.

El frío es causado en la mayoría de los casos por rinovirus. Sus primeros síntomas son
generalmente picazón en la nariz o irritación de la garganta, que son seguidos después de un
par de horas por secreciones nasales y estornudas. Congestión nasal también es común
en gripe, sin embargo, a diferencia de la gripe, la mayoría de los adultos y los niños se muestra
sin fiebre o febrícula sólo.

¿Cómo se contagia la gripe?


 Vía aérea, por ejemplo, cuando alguien estornuda.
 Contacto con una persona afectada de gripe. Dar un beso, tocar las manos… puede ser
suficiente para el contagio

Síntomas del virus de la gripe o gripa

Los síntomas del virus de la Gripe o Gripa en el 2017 más comunes son; mucosidades
nasales, dolor de cabeza, dolor de garganta, fiebre y tos. En casos más graves, se puede
dar náuseas, diarrea, dolor abdominal, vómitos o dolor muscular.

La tos y algún malestar puede llegar a durar más de 7 a 15 días.

¿transmisión de la varicela
Como hemos dicho, la varicela es muy contagiosa. Las personas que la padecen transmiten
con facilidad el virus varicela zóster a las no vacunadas o que nunca antes han padecido la
enfermedad. De hecho, según la AEPD, tras un contacto intrafamiliar con una persona
infectada, el 96% de los sujetos susceptibles desarrollan la enfermedad en un mes.

El contagio puede suceder desde uno hasta tres días antes del brote del sarpullido y hasta que
se hayan formado las costras (que suele ser entre cinco y siete días más tarde). Esto dificulta
la detección precoz del contagio, ya que una persona puede contagiar a otras sin haber
manifestado aún la erupción característica. Posteriormente, pueden transcurrir de diez a
veintiún días hasta que la persona infectada desarrolle síntomas.

LA TRANSMISIÓN DE LA VARICELA PUEDE TENER LUGAR DE DIVERSAS MANERAS:

Contacto directo con las pequeñas ampollas que contienen el virus: estas pueden ser producto
de la varicela o del herpes zóster (otra forma de manifestarse del mismo virus, y conocida
popularmente como “culebrilla”). El poder de contagio de este es menor que el de la varicela
clásica, pero aun así debe extremarse el cuidado.
Por medio de las secreciones respiratorias: cuando alguien sano inhala las minúsculas gotitas
que llegan al aire al respirar o hablar una persona con varicela.

Transmisión de la madre al feto: cuando la mujer padece varicela durante el primer o segundo
trimestre del embarazo, hay un riesgo de padecer la llamada varicela congénita, que puede dar
lugar a malformaciones y cicatrices en las extremidades del feto, ceguera y alteraciones del
sistema nervioso central y que puede resultar mortal para el feto hasta en el 30% de los casos.

¿Cuáles son los síntomas de la varicela?

Sarpullido: que aparece primero en la cara, el pecho y la espalda. Estas lesiones no se llegan a
juntar unas con otras como en otras enfermedades típicas de la infancia, como el sarampión,
aunque ocasionalmente pueden confluir en forma de racimos. No suele afectar por lo general a
manos y pies.

Casi inmediatamente, los granitos se convierten en pequeñas vesículas (ampollas) rellenas de


líquido, hasta forma una erupción, que se extiende por el resto del cuerpo, incluidos el cuero
cabelludo, el interior de la boca, las orejas, los párpados y el área genital.

La erupción suele producir una comezón muy intensa, lo cual provoca que el paciente
(habitualmente un niño) se rasque. Sin embargo, es importante que no lo haga para evitar que
queden cicatrices.

A las veinticuatro horas, las vesículas se suelen romper y después se acaban secando y
transformando en costras. No obstante, pueden seguir formándose nuevas ampollas hasta el
séptimo día. Al cabo de una semana, todas deberían estar cubiertas de costras y ya en proceso
de cicatrización. Estas costras no suelen caerse por completo hasta una o dos semanas
después.

LA FIEBRE TIFOIDEA es una enfermedad infecciosa sistémica que está caracterizada


porque el paciente presenta fiebre elevada y síntomas abdominales causados por la
infección de la bacteria Salmonella Typhi. “Puede afectar a cualquier persona que no esté
inmunizada frente a la infección”, explica a CuidatePlus José María Marimón, microbiólogo y
miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y
Microbiología Clínica(Seimc), quien señala que la fiebre paratifoidea es similar a la tifoidea pero,
en general, tiene un curso más benigno y está causada por la infección de la
bacteria Salmonella Paratyphi.

Los síntomas de la fiebre tifoidea pueden oscilar desde manifestaciones leves hasta síntomas
muy graves que, incluso pueden causar la muerte. “Inicialmente hay un periodo de incubación
de entre una y seis semanas, normalmente 1 ó 2 semanas, tiempo que varía en función de las
personas y la cantidad de bacterias ingeridas”, explica el microbiólogo José María Marimón.

El especialista indica que los síntomas se caracterizan fundamentalmente por una fiebre
elevada y sostenida (39ºC-40ºC). Además, las personas afectadas por esta patología
pueden presentar debilidad, dolor abdominal, dolor de cabeza y pérdida de apetito. “También
es frecuente la hepatoesplenomegalia (aumento del tamaño del hígado y del bazo)”, matiza
Marimón. “En algunos casos también aparece una erupción cutánea de manchas planas de
color rosa. La diarrea, típica de la infecciones por el resto de serotipos de Salmonella (las
conocidas salmonelosis) es poco frecuente en la fiebre tifoidea".

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