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Notas de lectura
Preface
La palabra naturaleza significa “el primer principio interno de todo lo que pertenece a la
existencia de una cosa” [the first inner principle of all that belongs to the existence of a
thing]. Esto en contraposición, o al menos en distinción, a la esencia, que es principio
interno de posibilidad. Por ejemplo, las figuras geométricas, pues en ellas no puede haber
una naturaleza debido a que en su concepto nada expresa una existencia, sólo un principio
de posibilidad.
También significa la suma de todas las cosas en tanto que estas pueden ser objeto de
nuestros sentidos, y por lo tanto de la experiencia. Se refiere, seguramente, sólo a los
fenómenos determinados y en absoluto a la cosa en sí. En este sentido, la naturaleza se
divide en dos según cuál nuestros sentidos lo percibe, ya sean externos (doctrina del
cuerpo/naturaleza extensa) o internos (doctrina del alma/naturaleza pensante), lo que
recuerda inevitablemente a Descartes.
Por otro lado, ya sea doctrina del cuerpo o del alma, la ciencia natural debe ser dividida
entre histórica y racional. Esto debido a que el entender “naturaleza” como el conjunto de
todas las cosas sensibles se asume el empleo de la razón para llevar a cabo tal conexión si
se pretende hacer genuinamente de ella una ciencia. Siendo así la histórica de índole
empírica, pues es un conjunto de hechos ordenados sistemáticamente. (p. 3)
La química no puede ser llamada una ciencia racional de la naturaleza, pues sus causas y
principios no superan el fundamento empírico que las sostiene. Debería ser llamada más
bien un arte sistemático. (p. 4)
Existe la necesidad de exponer los principios y las leyes puros (no empíricos, sino
puramente racionales y a priori) de las ciencias naturales para poder delimitar con precisión
los alcances de la razón y en qué momento comienza a requerir de la experiencia. “Pure
rational cognition from mere concepts is called pure philosophy or metaphysics; by
contrast, that which grounds its cognition only on the construction of concepts, by means of
presentation of the object in an a priori intuition, is called mathematics.”
Toda ciencia natural presupone una metafísica de la naturaleza, pues los principios de
necesidad de aquello que pertenece a la existencia de un cuerpo están relacionados con el
concepto de existencia que no puede ser presentado a priori en ninguna intuición. Esta
metafísica puede ocuparse de las leyes que hacen posible el concepto de naturaleza en
general de manera trascendente, o también de la naturaleza particular de cierto tipo de cosas
a partir de un concepto empírico pero sólo en relación con él, sin extenderse en absoluto
hacia lo empírico y buscando más bien la esfera en que la razón puede ocuparse a priori de
la cognición de estos objetos. Esta última forma de ocuparse de las cosas es la propia de la
física, pues en ella se aplican los principios trascendentales tanto a lo propio de los sentidos
internos como de los externos. Aquí no se toma de la experiencia nada más de lo necesario
para que un objeto nos sea dado, ya sea interna o externamente. (p. 5)
Hay una proporción directa entre qué tan propia es una ciencia natural y que tantas
matemáticas tenga en ella. Esto es así porque la razón debe ser capaz de pensar la
posibilidad de la existencia de la cosa independientemente de ella, es decir,
trascendentalmente, como algo indeterminado. Para ello no basta con demostrar la
posibilidad (lógica, no contradictoria) de pensar la cosa, sino que debe poder demostrarse la
posibilidad de su existencia, es decir, conocerla a priori. Sin embargo, se necesita todavía
una intuición a priori que se corresponda con el concepto: esto es posible sólo a través de
las matemáticas, al menos en relación con la ciencia natural que se ocupa de cosas
determinadas.1
La química, y por mucho también las ciencias del alma no podrán ser llamadas ciencias
propiamente, pues las matemáticas no son aplicables a ellas, imposibilitando así el
conocimiento a priori de sus posibilidades y el establecimiento de leyes independientes de
la experiencia. (p. 7)
1
Léase esto en dos sentidos: como cosas concretas y como cosas determinadas por la razón en el sentido
trascendental del término.
Los principios metafísicos que sostienen propiamente las ciencias naturales posibilitan la
construcción de los conceptos propios del objeto de los científicos; por ejemplo, en la física
lo son los conceptos de movimiento, inercia, materia, etcétera. Estos principios no deben
ser establecidos por la experiencia, pues de ser así no habría certeza apodíctica. (p. 9)
2
Esta suma implica ya el uso de la razón para hacer las conexiones entre los elementos, y por lo tanto
implica también el concepto de leyes, lo cual implica a la vez la necesidad de todas las determinaciones de
una cosa.