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1. Orígenes de la Psicobiología
Las raíces de la psicobiología están en el funcionalismo americano. Para Williams
James (1842-1910)” la única forma posible de analizar adecuadamente los
procesos mentales es considerarlos como actos que permiten la adaptación a las
circunstancias estimulares del ambiente”. Considera que los elementos de la
selección natural no son exclusivos del ser humano. Se dan en menor grado en los
animales. De este modo abre camino a la etología, ecología del comportamiento,
psicología evolucionista y a la propia psicobiología.
Richard Davidson, por otro lado, director del laboratorio de la neurociencia afectiva
de la Universidad de Wisconsin en Madison, afirma que explicar las patologías al
margen del funcionamiento cerebral no es plausible hoy. Da mucho valor a la
función de las emociones.
2. Antecedentes históricos del S. XIX
Cambios conductuales tras secciones o estimulación de nervios craneales y
espinales.
Distinguen funciones sensoriales de las funciones motoras.
Medición del impulso nervioso y técnicas de tinción, etc.
6. Posición antilocalizacionista
Pierre Flourens, fisiólogo francés rechazó las ideas localizacionistas de Gall, a
medida que sostenía, según sus observaciones, que el cerebro funciona como un
todo. Proporcionó ideas sobre la recuperación neuropsicológica.
7. Arquitectural cerebral
Se establece la arquitectura cerebral de la siguiente manera:
Lóbulo occipital: imágenes visuales: Área visual primaria: 17, Área visual
secundaria: 18 y 19.
Lóbulo temporal: lenguaje, comprensión verbal, memoria, etc.
Lóbulo parietal: lenguaje escrito…
Lóbulo frontal: es el más desarrollado. Se encarga de las funciones cognitivas de
orden superior (pensamiento, aprendizaje motor, voluntad, planificación de tareas y
acciones futuras, etc.).
El cerebelo: sincroniza la actividad de los grupos musculares y consigue el
movimiento, equilibrio, fijación postural, coordinación de la marcha.
9. Plasticidad neuronal
Las neuronas son capaces de experimentar cambios en su morfología frente a
distintas situaciones ambientales. Filogenéticamente favorece el aprendizaje y la
memoria. El cerebro interactúa con su entorno mediante una constante modulación
de su estructura. Los diferentes esquemas de comportamiento dependen también
del aprendizaje y la exposición a nuevas experiencias, lo que permite el
establecimiento de nuevas sinapsis. En los últimos años se ha descubierto la
neoformación de células nerviosas en mamíferos adultos, específicamente en el
bulbo olfatorio y en el giro dentado del hipocampo. Los investigadores confían en
conseguir pronto la regeneración en otras áreas cerebrales, lo cual tendría
implicaciones terapéuticas en el caso de los pacientes de Alzheimer, infarto cerebral
y en la rehabilitación neuropsicológica. Pero primero tienen que saber y comprender
qué sucede cuando se forman en los adultos nuevas neuronas (Mente y Cerebro
41, 2010).
10. Conclusión
En definitiva, la conducta tiene una base biológica según la presentación que
acabamos de hacer. Sin embargo, resaltar las bases biológicas de la conducta
humana no ha de ser entendido como un canto al determinismo biologicista ni al
reduccionismo biológico en la explicación de la conducta humana. La conducta es
el resultado de la interacción entre los factores biológicos y los factores ambientales.
Dicho de otra manera y de forma amplia, la conducta tiene que ver con factores
filogenéticos, factores genéticos, ambiente interno del organismo, sistema
neuroendocrino en interacción con el ambiente externo.
Los casos presentados indican que podemos encontrar regiones cerebrales
especializadas, pero no funcionan como compartimentos estancos, sino que
presentan conexiones entre ellas.
Por otra parte, la conducta no es cualquier acción que podamos observar en un
animal sino solo aquella que involucre al animal como un todo, aquella que como
indica el profesor Mariano Yela (1921-1994), que implique la utilización biológica de
la estimulación. Siendo la conducta la respuesta que el ser vivo da a la estimulación
que le afecta. Para Yela la conducta es una acción significativa en el mundo.
Significativa para el sujeto, es decir subjetiva y mental. En el mundo
espaciotemporal, es decir, físicamente real (Yela, 1996. Psicothema).