Professional Documents
Culture Documents
Introducción:
El presente trabajo tiene como finalidad realizar un análisis jurídico sobre la última
sentencia emitida por la Corte IDH, específicamente sobre el caso Cruz Sánchez y otros
vs Perú; para el presente se analizará específicamente las diversas consideraciones de la
corte sobre cada aspecto en que la Corte haya manifestado tales. El caso Cruz Sánchez,
es referente a las ejecuciones extrajudiciales que se dieron en el año de 1997, durante la
operación militar conocida como “Chavin de Huántar”; en la cual participaron
comandos del ejército peruano para rescatar a 72 rehenes que habían sido privados de su
libertad por el grupo guerrillero peruano, de corte marxista-leninista denominado como:
“Movimiento Revolucionario Túpac Amaru”, los rehenes fueron tomados durante una
reunión que tuvo lugar en la residencia del embajador del Japón en lima. Fueron 14 los
guerrilleros que irrumpieron en la residencia, encabezados por Nestor Cerpa Cartolini,
quien murió durante la irrupción armada el 22 de abril de 1997. Tal irrupción habría
sido ideada por el Jefe del Servicio de Inteligencia Peruano de ese entonces Vladimiro
Montesinos, con la autorización del en aquel entonces presidente Alberto Fujimori. En
dicha irrupción abrían muerto todos los integrantes del MRTA, como también un rehén
y dos militares que participaron en dicha incursión. Según los solicitantes en esta
operación militar se habrían cometido las ejecuciones extrajudiciales de: Eduardo Cruz
Sánchez alias “Tito” y otros dos miembros del MRTA. La comisión IDH recibió la
petición el 19 de febrero del 2003, el 27 de febrero del año 2004 la comisión aprobó el
informe de admisibilidad de dicha petición y el 31 de marzo del 2011 la comisión
aprobó el informe de fondo, en el cual concluye que el Estado peruano es responsable
de las siguientes violaciones (IDH, 2015):
Derecho a las garantías judiciales y protección judicial <<arts.- 8 y 245>> (Steiner &
Uribe, 2014)
Consideraciones de la Corte.
Sobre este punto el Estado peruano reconoció responsabilidad pero solo por el exceso
en el plazo de la tramitación del proceso penal que existía contra los involucrados en las
ejecuciones extrajudiciales de las que se trata el caso (recordemos que la Corte IDH solo
determina responsabilidad estatal y no individual sobre los casos que conoce), alegando
que estas demoras “no responden en absoluto a ningún animo de denegar justicia, sino a
situaciones de organización de Poder Judicial y a la normativa procesal aún vigente en
el distrito judicial de Lima” (IDH, 2015); por lo cual al no haberse agotado
efectivamente todas las instancias internas para el tratamiento de dicha causa, la corte
no tendría competencia para tratarla. (Siendo esa conditio sine qua non) Art.- 46.1
(Steiner & Uribe, 2014).
A esto la corte respondía que esta “queja” resulta insuficiente (IDH, Caso Castañeda
Gutman vs Estados Unidos Mexicanos., 2008) para determinar que se ha vulnerado el
derecho de defensa del Estado peruano (IDH, Caso Cruz Sánchez y otros vs Perú,
2015).
El Estado peruano también alega que existe una “excepción de falta de agotamiento de
recursos de jurisdicción interna” aduciendo que se presentó oportunamente la presente
excepción, a la cual la comisión según el Estado peruano “hizo caso omiso” (IDH, Caso
Cruz Sánchez y otros vs Perú, 2015). Como se ha reiterado esta falta de agotamiento de
recursos internos representaría un vicio del proceso, en virtud del artículo 46.1 de la
convención.
La corte aclara que bajo el mandato del articulo 46.1 de la convención, la admisibilidad
de los casos no solo depende del agotamiento, sino de “que no solo deben existir
formalmente esos recursos, sino también deben ser adecuados y efectivos” (IDH, Caso
Cruz Sánchez y otros vs Perú, 2015), y siendo que “al momento de los hechos y por
varios años, no existían en el Perú las garantías mínimas del debido proceso” (IDH,
Caso Cruz Sánchez y otros vs Perú, 2015) se cumple la condición del art.- 46.1.
La corte considera que no es admisible que las partes aleguen nuevos hechos distintos
de los contenidos en dicho informe, sin perjuicio de exponer aquellos que permitan
explicar, aclarar o desestimar los que hayan sido mencionados en el mismo y hayan sido
sometidos a consideración de la corte también llamados “hechos complementarios” La
excepción a este principio son los hechos que se califican como supervinientes,
siempre que se encuentren ligados a los hechos del proceso. En definitiva, corresponde
a la Corte decidir en cada caso acerca de la procedencia de alegatos relativos al marco
fáctico en resguardo del equilibrio procesal de las partes (CASO ESPINOZA
GONZÁLES , 2014)
La Corte considera conveniente abordar los referidos alegatos del Estado con
anterioridad a los hechos del caso, esto a razón de la economía procesal que es la
aplicación de un criterio utilitario en la realización empírica del proceso con el menor
desgaste posible de la actividad jurisdiccional.
La corte a raíz de los estudios, determinan que no tiene una relación, para ser víctima
del señor Eduardo Nicolás Cruz Sánchez, pese a la declaración , que la señora realiza
ante la Fiscalía Provincial Especializada de 9 de marzo de 2001.
El estado como tal es responsable por cualquier acto contrario a derecho internacional
cometido por cualquier agente ejecutivo o administrativo y en este particular por la
inoperancia de sus actores judiciales.
Esta noción moderna de la responsabilidad internacional del Estado, que por ser jurídica
excluye las vías de derecho, condensa todo un proceso histórico de superación, que va
desde la violencia lisa y llana, ejercida por el más fuerte, hasta el reconocimiento de la
necesidad de respetar el orden jurídico para hacer valer derechos cuestionados.”
(Jurídicas, 2015)
La crítica a esta teoría se basa en que si bien la función judicial es independiente del
gobierno el poder judicial no es independiente del Estado, y por tanto una parte de este
último para efectos internacionales.
Ahora bien dentro del lugar donde se cometieron los actos se encuentra como
internacional por la calidad de la embajada como territorio extranjero lo cual somete al
Estado Peruano a las normas del Convenio de Ginebra y lo que respecta al tratamiento
de blanco militares legítimos y aquellos que se encuentran en rendición. (ICR, 2015)
En cuanto al agotamiento de los recursos internos si bien existe una regla dentro de este
punto también se presentan una excepción a la misma cuando y conforme a
jurisprudencia internacional los recursos existentes son obviamente inútiles o
manifiestamente ineficaces. Los recursos pueden resultar ineficaces debido a obstáculos
propios del derecho interno . Siendo este el argumento presentado por el Estado
Peruano la jurisprudencia internacional y más en materia arbitral sostiene que Si el
ordenamiento jurídico del Estado demandando existen recursos utilizables por la parte
reclamante pero, sí de acuerdo con dichas reglas esos recursos son obviamente
incapaces de lograr una reparación entonces se omite la obligación de agotar dichos
recursos.
La comisión dice “Es de especial importancia que las autoridades competentes adopten
las medidas razonables para asegurar el material probatorio necesario para llevar a cabo
la investigación” (IDH, Caso Cruz Sánchez y otros vs Perú, 2015), pero los
representantes han alegado que las autoridades del Estado peruano no habría actuado
con la debida diligencia en la investigación de los hechos y habría incurrido en acciones
que llevaron a la perdida de evidencias que hubieran sido útiles para determinar la
verdad de lo ocurrido (IDH, Caso Cruz Sánchez y otros vs Perú, 2015), en especial las
diligencias iniciales del caso.
El Estado manifestó que “no ha desconocido que las diligencias iniciales realizadas
puedan presentar omisiones o deficiencias, pero ello no puede ser interpretado en el
sentido de haberse buscado ocultar, mediante las mismas, la realización de presuntas
ejecuciones extrajudiciales” (IDH, Caso Cruz Sánchez y otros vs Perú, 2015).
A esto la corte respondió que a quedado demostrado que en este caso no se tomaron las
medidas adecuadas para preservar y resguardar la escena de los hechos. La corte
considera que en este caso concreto la actuación de los militares y la policía careció de
la mínima diligencia requerida, lo que tuvo directa repercusión en las investigaciones,
repercusiones que no se pueden subsanar aún cuando después se hayan tomado medidas
para llevar a cabo la investigación.
Los representantes señalaron que los hechos ocurrieron bajo conocimiento del Estado,
en el contexto del operativo contrainsurgente, del que conocían muy bien los altos
funcionarios del Estado.
El Estado peruano sostiene que había cumplido con la obligación de investigar la forma
en que se aplico la fuerza letal por parte de sus funcionarios, y además alego que inició
las investigaciones ex oficio con respecto de las supuestas ejecuciones extrajudiciales
apenas tuvo conocimiento de estas.
La corte consideró que el tiempo que pasó entre la presentación e el conocimiento de las
supuestas ejecuciones y el de la presentación de la denuncia por parte de los familiares
de las víctimas era prudente, así que concluye que no existe violación al deber de iniciar
ex oficio la investigación en este aspecto.
Parte Lesionada
Se considera parte lesionada aquella que ha sido declarada como víctima de la violación
de un derecho, definida así en los términos del artículo 63.1 de la Convención
Americana. Por lo tanto, la Corte considera como “parte lesionada” a Eduardo Nicolás
Cruz Sánchez, Florentín Peceros Farfán, Nemecia Pedraza de Peceros, Jhenifer Solanch
Peceros Quispe, Herma Luz Cueva Torres y Edgar Odón Cruz Acuña.
La Corte declaro que los procesos ante los tribunales penales no han tenido un
desarrollo razonable, por lo que se mantiene una nueva investigación sobre los hechos
relacionados con Eduardo Nicolás Cruz Sánchez. Pero refiriéndose a la violación del
derecho a la vida, la Corte declaró responsable al Estado únicamente por la privación
arbitraria de la vida de Eduardo Nicolás Cruz Sánchez.
Con esto la Corte dispone que el Estado debe investigar de manera eficaz sobre la
ejecución extrajudicial de Eduardo Nicolás Cruz Sánchez para con ello sancionar a los
responsables, sin ningún tipo de obstrucción en el proceso investigativo. En particular,
el Estado debe:
Rehabilitación
Debido a la afectación a la integridad personal sufrida por Edgar Odón Cruz Acuña, la
Corte dispone una medida de reparación en su favor, que consiste en una atención
adecuada para tratar los padecimientos psicológicos por las violaciones sufridas. Con
ello también se dispone la obligación del Estado de brindar esta atención especializada y
gratuita.
Indemnizaciones Compensatorias
Daño material
Daño inmaterial
Costas y Gastos
La Corte considera desde su jurisprudencia que las costas y gastos hacen parte del
concepto de reparación. En cuanto al reembolso de las costas y gastos, corresponde al
Tribunal apreciar prudentemente su alcance con base en el principio de equidad y
tomando en cuenta los gastos señalados por las partes, siempre que su quantum sea
razonable.
En consecuencia, la Corte concedió una suma razonable de US$ 10.000 dólares para la
Asociación Pro Derechos Humanos por concepto de reintegro de costas y gastos por las
labores realizadas en el litigio del caso a nivel nacional e internacional. Asimismo, la
Corte decide fijar una suma razonable de US$20.000 dólares para el Centro por la
Justicia y el Derecho Internacional por concepto de reintegro de costas y gastos por las
labores realizadas en el litigio del caso a nivel internacional.
Referencias bibliográficas:
IDH, C. (2006). Caso Acevedo Jaramillo y otros vs Perú. San José: CIDH.
IDH, C. (2015). Caso Cruz Sánchez y otros vs Perú. San José: CIDH.