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La semiología es la ciencia aue estudia

los sistemas de signos: lenguas, códigos.


Pierre Guiraud, profesor en la Facultad de
Letras de Niza, parte de esta definición
abarcadora, para luego restringirla a los
PIERRE GUIRAUD
sistemas de signos no lingüísticos; descri-
be los principios generales de esta cien-
cia en formación, así como las aplica- LA
SEMIOLOGÍA
ciones específicas en diversos campos:
códigos lógicos, estéticos, sociales. El len-
guaje elegido por el autor -de auien se
conocen en castellano, entre otros, La es-
tilística y La semántica- tiende a hacer
accesible este libro a los aue recién se
aproximan a la semiología, a la vez aue
constituye un excelente manual para el
especialista.
24a. edición

¡jdPtíhi
JREC'O
P R E C I O LíSTA
LfSTA ',40.00

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3J E S G
C Uf.'
F NNTO
T O 3i 0 % ISBN
968-23-0135-1
'EflIOl ü\ Tft, L ñ

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veintiuno veintiuno
editores 9 editores
Traducción de
MARIA TERESA POYRAZIAN La semiología
Pierre Guiraud

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siglo
veintiuno
editores
M
INDICE

siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.


CERRO DEL AGUA 248, DELEGACIÓN COYOACÁN, 04310, MÉXICO, D.F.

siglo veintiuno de españa editores, s.a. INTRODUCCION: LA SEMIOLOGIA 7


PRINCIPE DE VERGARA 78 2» OCHA. MAORIO, ESPAÑA

C A P I T U L O I: F U N C I O N E S Y "MEDIA"

1. LAS FUNCIONES 12

2. L O S " M E D I A " 23

C A P I T U L O II: L A S I G N I F I C A C I O N : FORMA Y
SUSTANCIA DEL SIGNO 33

1. EL SIGNO V LA SIGNIFICACION 33

2. LA FORMA DEL SIGNO 42

3. L O S M O D O S D E L A C O M U N I C A C I O N 51

4. EL SENTIDO: CODIGOS Y HERMENEUTICOS 61

C A P I T U L O III: L O S C O D I G O S L O G I C O S 61

1. L O S C O D I G O S P A R A L I N G U I S T I C O S 61
portada de anhelo hernández
2. LOS C O D I G O S PRACTICOS: S E Ñ A L E S Y PROGRA-

primera edición en español, 1972 MAS 67


vigesimocuarta edición, 1999 3. L O S C O D I G O S E P I S T E M O L O G I C O S 71
€> siglo x x i editores, s.a. de c.v
isbn 968-23-0135-1 4. EL "PENSAMIENTO S A L V A J E " . LAS ARTES ADI-

VINATORIAS 77
primera edición en francés, 1971
C presses universitaires de france, parís
titulo original: la sémiologie CAPITULO IV: LOS C O D I G O S ESTETICOS 87

derechos reservados conforme a la ley


1. A R T E S Y L I T E R A T U R A S 90
impreso v hecho en méxico/printed and made in mexico
2. LA SIMBOLICA, LA TEMATICA 91

3. L A M O R F O L O G I A D E L R E L A T O 100
t LA SEMIOLOGIA |

CAPITULO V : LOS CODIGOS SOCIALES 107

1. L O S S I G N O S 109 La semiología es la ciencia que estudia los


sistemas de signos: lenguas, códigos, señala-
2. LOS CODIGOS 118
ciones, etc. De acuerdo con esta definición, la
lengua sería una parte de la semiología. En
CONCLUSION: MITOLOGIAS DE NUESTRO realidad, se coincide generalmente en recono-
TIEMPO 127 cer al lenguaje un status privilegiado y autó-
nomo que permite definir a la semiología co-
m o "el estudio de los sistemas de signos no
l i n g ü í s t i c o s " , definición que adoptaremos"
aquíi.
La semiología fue concebida por Ferdinand
de Saussure c o m o "la ciencia que estudia la
vida de los signos en el seno de la vida so-
1
cial". Este es el texto, frecuentemente citado:

" L a lengua es un sistema de signos que expresan


ideas, y por eso comparable a la escritura, al alfabeto
de los sordomudos, a los ritos simbólicos, a las for-
mas de cortesía, a las señales militares, etc., etc. Sólo
que es el más importante de todos esos sistemas.
Se puede, pues, concebir una ciencia que estudie la
vida de los signos en el seno de la vida social. Tal
ciencia sería parte de la psicología social, y por con-
siguiente de la psicología general. Nosotros la llamare-
mos semiología (del griego semeíon "signo'). Ella nos
enseñará en qué consisten los signos y cuáles son las

1 N o deoe confundirse la semiología así definida


con la semiología médica que es un estudio de los
síntomas e indicios naturales (cf. infra, p. 3 3 ) a través
de los cuales se manifiestan las enfermedades.

7
leyes que los gobiernan. Puesto que todavía no exis- el segundo*. Vemos así c ó m o ya a principios
te, no se puede decir qué es lo que ella será; pero de este siglo es concebida una teoría general
tiene derecho a la existencia, y su lugar está deter-
de los signos.
minado de antemano. La lingüística no es más que
Desde sus comienzos, esta teoría fue objeto
una parte de esta ciencia general. Las leyes que la
semiología descubra serán aplicables a la lingüística, y
de estudio sobre todo por parte de los ló-
así es cómo la lingüística se encontrará ligada a un gicos, bajo el nombre de semántica general.
dominio bien definido en el conjunto de los hechos Recién muy tardíamente el programa de
humanos2". Saussure comenzó a entrar en vías de reali-
zación, al punto de que en 1964, Roland Bar-
thes puede presentar sus Elementos de semio-
Por esa misma época, el norteamericano Ch. logía destacando que:
S. Pairee concibe también una teoría general
de l o s signos bajo el nombre de semiótica: " C o m o la Semiología no ha sido aún edificada, es
comprensible que no exista ningún manual acerca de
este método de análisis; más aún: en razón de su
" L a lógica en su sentido general es, creo haberlo de- carácter extensivo (puesto que será la ciencia de to-
mostrado, solamente otra palabra que designa a la dos los sistemas de signos), la semiología no podrá
semiótica, una doctrina quasi necesaria o formal de ser tratada didácticamente hasta que esos sistemas ha-
los signos. A l describir a la doctrina como "quasi yan sido reconstituidos empíricamente 5 . "
necesaria" ó formal, tengo en cuenta que observamos
los caracteres de tales signos como podemos, y a par- En esas condiciones, se hace evidente lo aven-
tir de dichas observaciones, por un proceso que no turado de nuestra empresa. En realidad, ^no.
me niego a llamar Abstracción, somos inducidos a hay coincidencias en lo que respecta al domi-
juicios eminentemente necesarios, relativos a lo que nio de nuestra ciencia. Algunos, los más pru-
deben ser los caracteres de los signos utilizados por la
dentes, sólo la consideran c o m o un estudio de
inteligencia científica" 3 .

Saussure destaca la función social del signo, 4 No debe confundirse semiología, semiótica ("es-
Peirce su función lógica. Pero los dos aspectos tudio general de los signos", especialmente no lingüís-
están estrechamente vinculados y los términos ticos), y semántica (estudio del sentido de los signifi-
cantes lingüísticos). En cuanto a la semasiología (pala-
semiología y semiótica denominan en la ac- bra que también pertenece a la terminología lingüísti-
tualidad una misma disciplina, utilizando los ca), es el estudio del sentido de las palabras por oposi-
europeos el primer término y los anglosajones ción a la onomasiología o estudio de los nombres que
pueden adoptar las palabras designadas. Desgraciada-
mente, esta terminología está muy lejos de ser acepta-
da por todos.
¿ Ferdinand de Saussure, Cours de lingüistique gene- 5 Roland Barthes, Eléments de sémiologie, en Com-
rale, Payot, Paris, 1 9 4 9 , p. 33. [Hay ed. esp.: Curso de munications N ° 4. [Hay ed. esp.: Elementos de semio-
lingüistica general, Losada, Buenos Aires, 1 9 4 5 , p. 60], logía, en Comunicaciones/la semiología, Tiempo Con-
3 Charles S. Peirce, Philosophical writings, p. fe temporáneo, Buenos Aires, 1 9 7 0 , p. 1 7 . ]

103
8
los sistemas de comunicaciones por medio de CAPITULO I
señales no lingüísticas. Otros, con Saussure,
extienden la noción de signo y de código a
formas de comunicaciones sociales tales c o m o
los ritos, ceremonias, fórmulas de cortesía, |FUNCIQNES_Y " M E D I A " /
etc. Finalmente, hay quienes consideran que
las artes y las literaturas son modos de comu-
nicación basados en el empleo de sistemas de
signos, derivados también de una teoría gene-
ral del signo. Estos tres aspectos de la semio- La función del signo consiste en comunicar
logía son los que consideraremos aquí. ideas por medio de mensajes. Ésta operación
implica un objeto, una cosa de la que se ha-
Pero evidentemente es posible argumentar,
bla o referente, signos y por lo tanto un có-
con toda razón, que hay muchos otros tipos
digo, un medio de transmisión y, evidente-
de comunicación, y que son parte también de
mente, un destinador* y un destinatario.
una semiología (o de una semiótica): la co-
A partir de un esquema tomado de la teo-
municación animal (zoosemiótica), la comuni-
ría de las comunicaciones y desde entonces
cación de las máquinas (cibernética), la comu-
clásico, Román Jakobson define seis funciones
nicación de las células vivas (biónica).
lingüísticas, y su análisis —mutatis mutandis—
Los límites de la presente obra no nos per-
mitieron abordar el conjunto de esos proble-
Código
mas. Nos hemos limitado a los tres primeros.
Por lo tanto, encontraremos aquí, luego de
una observación general sobre la naturaleza, la Médium Médium
forma y la función de los signos, tres capítu- Emisor Mensaje V Receptor
los consagrados respectivamente a los signos
científicos y técnicos, a los signos sociales y a
los estéticos. Pero sobre estos problemas que Referente
conocemos tan p o c o , un manual es una em-
presa muy dificultosa. Las ideas aquí "expues- es válido para todos los modos de comuni-
tas" —es decir arriesgadas— no pretenden defi- cación. Por otra parte, el problema de las
nir una disciplina aún tan errática. funciones está vinculado al del medio de co-
Agreguemos, para finalizar, que reciente- municación, vehículo del mensaje o —adoptan-
mente fue creada una Association Internatio- d o una terminología de moda en la actuali-
nale pour les Etudes Sémiotiques que edita dad— médium.
una revista titulada Semiótica y una serie de
obras sobre el tema. * En francés destinateur. Según Jakobson, el locutor,
el sujeto de la enunciación (Essais de linguistique
genérale, chap. X I . Editions de Minuit, París, 1 9 6 3 ) .
(N. del T . )

10 103
I. L A S FUNCIONES
codificación muy diferentes, teniendo la se-
gunda su origen en las variaciones estilísticas
y en las connotaciones (cf. infra, p. 41).
1. La función referencial/es la base de toda El objeto de un código científico coi siste
comunicación. Define las relaciones entre el en neutralizar esas variantes y esos valores
mensaje y el objeto al que hace referencia. Su connotativos mientras que los códigos esté-
problema fundamental reside en formular, a ticos los actualizan y desarrollan.
propósito del referente, una información ver-
dadera, es decir objetiva, observable y verifi- 3. La función connotativa o conminativa defi-
cable. ne las relaciones entre el mensaje y el recgp-
Es el objeto de la lógica y de las diversas tor, pues toda comunicación tiene por objeto
ciencias que son códigos cuya función esencial obtener una reacción de este último.
consiste en evitar toda confusión entre el sig- Ea~conminacfon puéde dín^rse 'ya sea a la
no y la cosa, entre el mensaje y la realidad inteligencia o a la afectividad del receptor, y
codificada (cf. infra p. 36). encontramos, en este nivel, la misma distin-
c i ó n objetivo-subjetivo, cognoscitivo-afectivo
2. La función emotiva define las relaciones que opone a la función referencial con la fun-
entre el mensaje y el emisor. ción emotiva. Del primer caso derivan todos
Cuando nosotros comunicamos —por medio los códigos de señalización, los programas
del habla o de cualquier otro modo de signifi- operativos (trabajo, táctica militar, etc.) que
cación—, emitimos ideas relativas a la natura- tienen por objeto organizar la acción en co-
leza del referente (o sea la función referen- mún. Del segundo caso provienen los códigos
cial), pero también podemos expresar nuestra sociales y estéticos que tienen c o m o objetivo
actitud con respecto a ese objeto: bueno o movilizar la participación del receptor. Esta
malo, bello o feo, deseable o detestable, res- función ha adquirido una gran importancia
petable o ridículo. con la publicidad, en la cual el contenido re-
Pero no debemos confundir la manifes- ferencial del mensaje desaparece ante los sig-
tación espontánea de las emociones, del carác- nos que apuntan a una motivación del desti-
ter, del origen social, etc. que sólo son indi- natario, ya sea condicionándolo por repetición
cios naturales, con la utilización que se puede o desencadenando reacciones afectivas sub-
hacer de ellos con el objeto de comunicar (cf. conscientes.
infra, p. 33).
La función referencial y la función emotiva 4. La función poética o estética es. definida
son las bases a la vez complementarias y con- por Román Jakobson c o m o la relación del
currentes de la comunicación. Por eso con mensaje consigo mismo. És la función estética
frecuencia hablamos de la " d o b l e función del por excelencia: en las artes, el referente es el
lenguaje": una es cognoscitiva y objetiva, la mensaje que deja de ser el instrumento de la
otra afectiva y subjetiva. Suponen tipos de comunicación para convertirse en su objeto.

13 103
Las artes y las literaturas crean mensajes- Esta acentuación del contacto —la función
objetos que, en tanto que objetos y más allá fática, en términos de Malinowsky— puede
de los signos inmediatos que los sustentan, dar lugar a un profuso intercambio de formas
son portadores de su propia significación y ritualizadas, es decir a diálogos enteros cuyo
pertenecen a una semiología particular: estili- único objeto es prolongar la conversación'^.
zación, hipóstasis del significante, simboliza- La función fática desempeña un papel muy
ción, etc.
importante en todos los modos de comunión
(cf. infra p. 49): ritos, solemnidades, ceremo-
5. La función fática* tiene por objeto afir- nias, discursos, arengas; conversaciones familia-
mar, mantener o detener la comunicación. res, amorosas, donde el contenido de la co-
Jakobson distingue con ese nombre a los municación tiene menos importancia que el
signos " q u e sirven esencialmente para estable- hecho de la presencia y de la reafirmación de
cer, prolongar o interrumpir la comunicación, adhesión al grupo.
para verificar si el circuito funciona ('Hola, Se repiten las mismas palabras, los mismos
¿me escucha usted? '), para atraer la atención gestos, se cuentan las mismas historias, lo que
del interlocutor o asegurarse de que no de- la torna una comunicación absurda, insopor-
caiga ( ' ¿ m e está escuchando?' o, en estilo table para la persona extraña pero eufórica
shakespeareano: "Présteme usted o í d o " , y en para el sujeto que "participa", para el que
el otro extremo del hilo: 'mm, mm! '). "se siente aludido" y que se vuelve penosa a
partir del momento en que ese sujeto se apar-
ta de ella.
* Hacia 1 9 2 0 , Bronislav Malinowski, estudiando los El referente del mensaje fático es la propia
problemas del significado en las lenguas "primitivas",
circunscribió un cierto tipo de uso lingüístico caracteri- comunicación, así c o m o el referente del men-
zado por desempeñar una función de aproximación, saje poético es el propio mensaje y el del
contacto y familiaridad entre los hablantes, al que defi-
nió como comunión fótica. Cuaranta años después y mensaje emotivo, el emisor.
dentro de un contexto teórico muy distinto, Román
Jakobson, investigando la ubicación precisa de la fun-
ción poética dentro de la variedad de funciones del 6. La función metalingüística tiene por objeto
lenguaje, se vio llevado a estudiar tanto los factores definir el sentido de los signos que corren el
constitutivos de todo proceso lingüístico como las fun- riesgo de no ser comprendidos por el recep-
ciones lingüísticas correspondientes a esos factores.
Determinó así que al factor " c o n t a c t o " del proceso tor. Por ejemplo, ponemos una palabra entre
lingüístico, correspondía una función " f á t i c a " que con- comillas y precisamos: "semiología, en el sen-
sistía en asegurar la fluidez del circuito de la comunica-
ción. La misión de los mensajes pertinentes es, en este tido médico del término". De ese m o d o , la
caso, la de "establecer, prolongar o interrumpir la co- función metalingüística remite el signo al có-
municación, verificar si el circuito funciona (' ¡Hola! digo del cual extrae su significación.
¿me escucha? '), atraer la atención del inerlocutor o
asegurarse de que no ha decaído ('' ¡Dígame! ¿Me está
escuchando? ', y en el otro extremo de la línea:
' ¡ H m - h m ! ' ) " . Cf. R. Jakobson, Essais de Linguistique
genérale cit., p. 2 1 7 . (N. del T . ) 6 Román Jakobson, Essais de lingüistique générale
cit., p. 2 1 7 .

15 103
nir a la emoción c o m o una incapacidad de
Desempeña un papel considerable en todas
comprender: el amor, el dolor, la sorpresa, el
las artes: la "escritura" es una señal del có-
miedo, etc., inhiben a la inteligencia que no
digo. La palabra democracia remite a sentidos
comprende lo que le sucede. El artista, el
diferentes según el código. Del mismo m o d o ,
poeta son incapaces de explicar su arte, del
un retrato puede ser objeto de diversas inter-
mismo m o d o que no podemos explicar por
pretaciones según el estilo: romántico, realista,
surrealista, cubista, etc. qué nos sentidos conmovidos por la curva de
un hombro, una frase tonta, un reflejo en el
De la función metalingüística procede tam-
agua.
bién la elección del vehículo, del médium. El
La comprensión se ejerce sobre el objeto y
marco de un cuadro, la tapa de un libro seña-
la emoción sobre el sujeto. Pero comprender,
lan la naturaleza del código. Con frecuencia,
el título de una obra de arte remite mucho "relacionar", intelligere, "reunir" significa so-
más al código adoptado que al contenido del bre todo una organización, un ordenamiento
mensaje. Una pala de carbón en la entrada de de las sensaciones percibidas, mientras que la
una exposición o de un museo adquiere, por emoción es un desorden y una conmoción de
ese hecho, una significación estética, y el refe- los sentidos.
rente del mensaje es, en este caso, el propio Por lo tanto, se trata de dos modos de
código. percepción —y consecuentemente de significa-
ción— totalmente opuestos, a raíz de lo cual
7. Comprender y sentir. Las diversas funcio- los caracteres del signo lógico y del signo ex-
nes, tal c o m o acaban de ser definidas, son presivo se oponen término por término 7
concurrentes. Se las encuentra mezcladas en
diversas proporciones en un mismo mensaje. Signo lógico Signo expresivo
Unas u otras dominan según el tipo de comu- Convencional Natural
nicación (cf. infra los media). En ese sentido, Arbitrario Motivado
las funciones referenciales (objetiva, cognosci- Homológico Analógico
tiva) y la función emotiva (subjetiva, expre- Objetivo Subjetivo
siva) son características. Racional Afectivo
Constituyen los dos grandes modos de la Abstracto Concreto
expresión semiológica que se oponen antité- General Singular
ticamente, de manera que la noción de una Transitivo Inmanente
"doble función del lenguaje" puede exten Selectivo Total
derse a todos los modos de significación. En
efecto, comprender y sentir, el espíritu y el Lógicamente, se trata de tendencias, siendo
alma, constituyen los dos polos de nuestra ex- ;sas propiedades relativas, pues el signo es,
periencia y corresponden a modos de percep-
ción no solamente opuestos sino inversamente
7 Cf. el capítulo siguiente.
proporcionales, al punto que podríamos defi-
17
16
como ya se verá, más o menos "conven-
las en una red de relaciones objetivas sino el
cional", más o menos arbitrario, etc.; pero de
hacernos experimentar frente a una imitación
todos modos, estamos en presencia de dos
de la realidad.
grandes modos de significación que oponen a
Esta oposición muy marcada entre la expe-
las ciencias y las artes.
riencia objetiva y la experiencia subjetiva, en-
Esa es la causa del rechazo existente entre
tre la inteligencia y la afectividad, entre el
los signos lógicos y la emoción por una parte
saber y el sentir, entre las ciencias y las artes,
y entre los signos expresivos y la comprensión
es la principal característica de nuestra cultura
por la otra: los modos semiológicos del cono-
"científica" mientras que el pensamiento " p o -
cimiento intelectual no influyen sobre la ex-
pular" o "arcaico" tiende a confundir los dos
periencia afectiva, e inversamente. Esto es lo
planos.
que torna tan difícil y precario el estudio
Las "ciencias" antiguas tales c o m o la medi-
científico de los fenómenos afectivos, dado
cina o la alquimia, son "artes" en la medida
que el espíritu se halla totalmente imposibili-
en que su objeto es mal " c o m p r e n d i d o " . La
tado de definir y estructurar, es decir de
ciencia invade progresivamente el dominio de
"comprender", términos tales c o m o pasión,
las artes mientras éstas se extienden sobre el
deseo, emoción.
inconsciente. La astronomía recluye a la as-
En la definición de conciencia, el Vocabu- trología en el campo de la adivinación, y las
lario de la filosofía de Lalande anota: "La artes desplazadas del dominio invadido por la
conciencia no puede ser definida. Podemos sa- ciencia ganan terrenos aún vírgenes.
ber lo que es la conciencia, pero no podemos En este marco, que opone los códigos lógi-
comunicar sin confusión a los demás una defi- cos y tecnológicos a los modos de expresión
nición de lo que nosotros aprehendemos clara- afectivos y poéticos, se evidencia el carácter
mente". Y prosigue el filósofo: " L o que so- mixto y ambiguo de los códigos de la vida
mos cada vez menos a medida que entramos social en este vasto dominio que abarca en la
gradualmente en un sueño (sommeil) sin sue- actualidad el término todavía ambicioso y
ños (réves). . . lo que somos cada vez más prematuro de "ciencias humanas".
cuando el ruido nos despierta p o c o a p o c o ,
eso es lo que se denomina conciencia."
8. Sentido e información. Hay tres tipos de
Esta definición, que Valery debía tener en
códigos según si los signos se encuentran en
mente cuando escribía La joven Parca, explica
la incapacidad de los signos lógicos de signi-

Sb
ficar la experiencia psíquica. Es el fundamen-
to de todas las artes que son, por su propia
naturaleza, tributarias de modos de significa-
ción icónicos y analógicos.
No tienen por función el hacernos com-
prender las sensaciones percibidas encerrándo-

19 103
una relación lógica de exclusión, de inclusión pérdida de información) que es su corola-
o de intersección que corresponden, respecti- rio son propiedades objetivas y mensurables.
vamente, a las funciones diacrítica ( o distin- Cuanto más fuerte es la redundancia, la co-
tiva), taxonómica ( o clasificatoria), semántica municación será más significante, cerrada, so-
(o significativa). cializada y codificada. Cuanto más débil, es, la
La función de un sistema fonológico (y de comunicación será más informante, abierta,
la mayoría de los sistemas de señales) es pu- individualizada y descodificada. Desde este
ramente distintiva en la medida en que no punto de vista, podemos considerar que nues-
hay relación entre los rasgos pertinentes. Sa- tras ciencias y técnicas dependen de sistemas
ber que un fonema es labial no nos dice nada cada vez más codificados y nuestras artes de
sobre la voz (sorda o sonora) debido al hecho sistemas cada vez más descodificados.
de que voz y articulación son independientes: Esta estructuración o " c o d i f i c a c i ó n " del sis-
el sistema encierra el máximo de información tema plantea el problema de las relaciones del
pero en él los signos n o tienen sentido, pues receptor con la comunicación desde el doble
éste resulta de una relación. punto de vista del mensaje y del emisor.
Un sistema taxonómico, en cambio, integra
los signos en un sistema de relaciones, pero 9. Atención y participación. El receptor que
necesarias, unívocas e inclusivas: mamífero recibe un mensaje debe descodificarlo, es de-
implica necesariamente vertebrado y el segun- cir reconstruir su sentido a partir de signos
do término no agrega ninguna información al cada uno de los cuales contiene elementos de
primero. Los términos sólo poseen aquí defi- ese sentido, es decir indicaciones relativas a
niciones. las relaciones de cada signo con los otros.
El sistema lexical, en el que los signos tie- De ese m o d o , un rompecabeza es un men-
nen una relación de intersección, implica a la saje cuyo sentido (la imagen) reconstruimos
vez sentido e información: las hojas son por ubicando las diferentes piezas en sus respec-
lo general verdes (lo que constituye su senti- tivas posiciones por medio de las indicacio-
do), pero todas las hojas no son verdes y to- nes de líneas, colores, figuras que esas piezas
dos los objetos verdes no son necesariamente contienen. Cuanto más numerosas y precisas
hojas (lo que define la información). Así, un sean las indicaciones, más fácil será la cons-
pintor clásico tiene la posibilidad, la libertad trucción. Por eso es difícil reconstruir un
de representar hojas verdes, amarillas, púrpu- rompecabeza cuyas piezas están p o c o diferen-
ras. Pero existen otros sistemas: aquél en el ciadas. Pero un rompecabeza difícil es más in-
que las hojas serán única y necesariamente teresante en la medida en que es mayor la
verdes, aquél en el que serán cualquier cosa. atención del jugador en la reconstrucción (es
Cuanto más significante es un código, es decir en la descodificación y en la interpreta-
más i restringido, estructurado, socializado, e ción).
inversamente. Ahora bien, el contenido de in- Por esa misma razón, una actividad progra-
formación de un mensaje y la redundancia ( o mada con demasiado rigor —un trabajo en

21 103
cadena, por ejemplo, o una enseñanza muy
De la comunión (afectiva) se pasará a la
acelerada— pierden interés. Lo mismo ocurre
colaboración (práctica) que es una coordina-
con aquellas artes en que una retórica estereo-
ción y una sincronización del trabajo en co-
tipada torna la interpretación demasiado evi-
mún y que postula también una codificación
dente y de todo mensaje muy codificado en
y una socialización del mensaje a expensas de
el cual la redundancia relaja la atención y el
interés del receptor. su contenido de información.
Por lo tanto, no hay que confundir la aten-
Pero esta noción de "interés" del receptor
ción (intelectual) con la comunión (afectiva)
debe ser precisada. La atención, tal c o m o aca-
o la colaboración (práctica). En realidad, los
bamos de definirla, mide el interés del recep-
dos comportamientos son inversamente pro-
tor por el referente, objeto del mensaje: inte-
porcionales. La comunión (y la colaboración)
rés de orden intelectual que tiene su origen
postulan un aflojamiento de la atención y po-
en el placer que encuentra en interpretarlo re-
seen, por lo tanto, sistemas de codificación
constituyéndolo.
antinómicos.
Muy distinto es el "interés" puramente
afectivo que el receptor experimenta al estar
en comunicación con el emisor y en el cual,
II. LOS " M E D I A "
por el contrario, la atención intelectual es
muy débil. Ese es el caso de la comunicación
Bajo el nombre de médium, la semiología an-
amorosa que es puramente fática (cf. supra
glosajona designa los diferentes " m e d i o s " de
p. 14) y en la cual las palabras, los gestos,
comunicación: el libro, la radio, el cine, la
los comportamientos no tienen otro objetivo
moda. Un médium implica, por lo tanto, una
que afirmar y mantener una comunicación
que da a los participantes la sensación de vi- sustancia del signo 8 y un soporte o vehículo
vir al unísono, de ser " u n o s o l o " . de esa sustancia. Y es evidente que la natura-
leza, la estructura y la función del código es-
Esta comunión entre los participantes ad- tán estrechamente vinculadas al médium y
quiere una gran importancia en las formas co- que ése es también el caso de las diferentes
lectivas de la comunicación: espectáculos, dis- funciones que acabamos de describir. Más ade-
cursos, ceremonias religiosas, políticas, etc.
lante haremos un breve inventario de los prin-
Los cantos, las danzas, las marchas tienen por
cipales media y de su sistema de codificación.
objeto movilizar a los participantes al uníso-
no, al mismo paso, al mismo ritmo, y su con-
tenido sémico es secundario. La arenga polí-
tica o militar contiene poca información e 8 Sería más exacto decir una " m a t e r i a " , un "sopor-
t e " , pues con el nombre de sustancia la lingüística mo-
indudablemente es preciso que contenga lo
derna distingue las propiedades intrínsecas del signifi-
menos posible pues su objetivo es reunir a los cante y del significado. Desde este punto de vista los
participantes alrededor de un jefe, de un ideal sonidos o, m, constituyen la sustancia del significante
común. homme hombre y la "masculinidad", la sustancia del
significado correspondiente.
23 103
Ahora expondremos algunos problemas genera- propia finalidad que no reside tanto en su
les que plantea la aparición de nuevos media contenido referencial c o m o en la relación del
en nuestra cultura. Al respecto, diremos algu- receptor sensorial con el referente. Según la
nas palabras sobre las ideas de Marshall dramática fórmula del autor: " E l médium es
McLuhan 9 . el mensaje."
Según McLuhan, los media son extensiones Todos coincidiremos con McLuhan en que
de nuestros sentidos y de nuestras funciones: la escritura, luego la imprenta, la prensa y
la rueda es una extensión del pie, la escritura ahora la televisión han transformado nuestra
una extensión de la vista, el vestido una ex- cultura. Quizás algunos no estén de acuerdo
tensión de la piel, los circuitos electrónicos con un análisis que puede ser considerado un
una extensión del sistema nervioso central, p o c o superficial, es decir discutible. Pero al
etc. Modifican —y con frecuencia perturban— menos dicho análisis tiene el mérito de recu-
nuestras relaciones con el mundo circundante. perar problemas que hasta ahora sólo apare-
Ahora bien, esta relación entre el hombre y cían anexados a las polémicas de los filósofos
su medio (incluidos los otros hombres) es mu- y de los políticos.
cho más importante en sí misma que sus McLuhan divide a los media en hot y cool,
efectos inmediatos y su producto. Así, pode- "calientes" y " f r í o s " , palabras que están refe-
mos admitir sin esfuerzo que en la industria- ridas a lo que, en términos técnicos, se desig-
lización mediante la mecanización del trabajo na por la "temperatura" de la información o,
lo importante no reside tanto en el producto en fotografía, por la " d e f i n i c i ó n " de la ima-
de ese trabajo (autos, heladeras, tubos de pas- gen. En un mensaje dado, cuanto mayor es el
ta dentífrica, etc.) sino en la naturaleza mis- húmero de elementos de información, más
ma del trabajo: parcelización de la tarea, ale- densa es la sustancia informante, más caliente
jamiento del trabajador de toda iniciativa y es el mensaje, e inversamente. No debe con-
poder de decisión. Igualmente, en la televi- fundirse esta temperatura del mensaje con su
sión, los programas y diferentes contenidos no contenido referencial: un mensaje es más o
son nada en comparación con los modos de menos caliente en la medida en que propor-
saber 'totalmente nuevos que ella implica. Lo ciona más o menos elementos de descodifica-
importante consiste no tanto en las informa- ción para un significado dado, cualquiera sea
ciones que el auditor -ry en particular el ni- la riqueza o la pobreza de ese significado. Un
ño— recibe sino en el modo de recepción que retrato es caliente y una caricatura fría. Una
transforma totalmente su relación con los f o t o y un film cinematográfico son calientes
media tradicionales que son el libro, la escue- y una imagen televisada fría en la medida en
la, el museo. El mensaje televisado tiene su que el número de puntos que componen la
imagen es débil. El minué o el vals son ca-
lientes en la medida en que sus figuras están
9 Cf. Marshall McLuhan, Understanding media: the dadas por el código, mientras que el twist es
extensión* of man, New York, 1 9 6 4 . frío. El habla es más fría que la escritura y
25 103
la escritura ideográfica más fría que la escritu- tizaremos la oposición establecida por Me
ra alfabética. Luhan entre nuestra cultura occidental moder-
A la temperatura del mensaje está vinculada na de tipo hot y las culturas arcaicas cool.
la "participación" 1 0 del receptor, que debe Semiológicamente, tenemos dos tipos de expe-
interpretar el mensaje y, en consecuencia, tra- riencia: inteligible y afectiva, experiencias que
tar de encontrar los elementos de información no son asimilables sino, muy por el contrario,
que le faltan. En un mensaje caliente el sen- i n v e r s a m e n t e p r o p o r c i o n a l e s (cf. supra,
tido está dado por el emisor, en un mensaje P- 17).
frío está dado (en mayor o menor medida) En consecuencia, y según nuestro criterio,
por el receptor que se encuentra, por ello, en una cultura hay una relación inversa entre
implicado en la comunicación. Así, el progra- el saber y la afectividad. Ademas, debe distin-
ma de una cadena de montaje que es particu- guirse lo individual y lo colectivo: lo indivi-
larmente caliente, proporciona al obrero toda dual define nuestras diferencias, lo colectivo
la información necesaria para su trabajo y lo nuestras similitudes con los demás. Los dos
priva de toda posibilidad de elección, decisión dominios son una vez más inversamente pro-
y "participación", en oposición al sistema de porcionales, puesto que es evidente que cuan-
instrucciones, de reglas, de recetas de una téc- to más diferentes somos, menos nos asemeja-
nica artesanal fría. Desde ese punto de vista, mos. Según este doble criterio, el campo se-
la ciencia es caliente y las artes son frías. miológico de nuestra experiencia puede divi-
Nuestra cultura occidental es caliente y las dirse de acuerdo con el siguiente esquema:
culturas "primitivas" o "subdesarrolladas" son
frías. La vida urbana es caliente, la vida rús-
tica fría.
Según McLuhan, estamos pasando de una Intelecto Afectividad
cultura caliente a una cultura fría, a raíz de Diferencias Descodificación
una mutación de los media del libro por la individuales Atención
televisión, de la mecanización por la automati- Codificación
zación, de las artes figurativas por las artes no Similitudes Comunión
figurativas, etc. Esto tiene c o m o corolario una sociales Colaboración
"participación" del individuo y un nuevo tipo Ciencias Artes
de sociedad que, en ciertos aspectos, se empa-
renta con la vida tribal de las culturas frías.
En lo que nos concierne, sin embargo, ma-
Cuanto más codificado y socializado es el
saber, la experiencia afectiva tiende a indivi-
l o La " p a r t i c i p a c i ó n " , tal c o m o la c o n c i b e M c L u h a n ,
dualizarse en mayor medida. En ese marco,
está r e l a c i o n a d a c o n l o q u e a n t e r i o r m e n t e h e m o s d e n o - nuestra cultura aparece c o m o un recalenta-
m i n a d o , la atención. miento de la experiencia intelectual. La aten-
27 103
ción individual es cada vez más restringida y dual en nuestra vida bajo la forma de hob-
la iniciativa creadora cada vez más pobre. No bies, jardinería, viajes, danza, etc. Los verbos
es que el individuo sea menos inteligente sino jugar y entretenerse traducen esta oposición.
que su saber le es proporcionado cada vez Hay correspondencia entre las dos funciones
más por los códigos: ciencias, programas, etc. estéticas y las dos funciones lúdicas (represen-
En consecuencia, la experiencia afectiva está tación realista y compensación simbólica), pe-
cada vez más descodificada, es decir más di- ro la relación es invertida en la medida en
versificada, más rica y abundante, pero sin que las primeras significan la experiencia afec-
embargo desprovista de sentido. Aunque inte- tiva y las segundas la experiencia práctica ra-
grado en el plano del saber, el hombre mo- cionalizada. A una experiencia estética (afec-
derno se encuentra "desorientado" en el del tiva) individualizada corresponden artes de re-
deseo. Eso es lo que expresa la semiología de presentación, no figurativas, débilmente estruc-
nuestras artes. En efecto, las artes no figurati- turadas y diversiones estéticas, rigurosamente
vas (y por lo tanto designificadas) representan codificadas.
una experiencia afectiva descodificada y deso- Es evidente que esas artes tienen una signi-
cializada. Son artes realistas. En cuanto a las ficación muy diferente en las dos culturas. En
artes "ingenuas", "arcaicas", "populares" que un arte muy codificado c o m o el de nuestra
adoptan las formas estereotipadas que son las Edad Media, el "realismo" refleja la vida
artes de masas (westerns, historietas, novelas mientras que lo fantástico y lo maravilloso re-
policiales, canciones, etc.) no son artes sino presentan el sueño. En un arte descodificado
entretenimientos. Tienen una función simbó- c o m o es el nuestro, esta relación es invertida:
lica cuyo objetivo es representar situaciones el arte "abstracto" refleja nuestra vida afecti-
afectivas, deseos, rigurosamente codificados e va real mientras que el romance sentimental,
investidos de una significación de la que pre- la comedia de boulevard, la novela popular
cisamente carecen en la vida real. simbolizan nuestros deseos. Lo mismo ocurre
El mismo análisis es aplicable a nuestros con los códigos sociales: cuando son restricti-
juegos, que son representaciones mimadas de vos reflejan un estado real de la sociedad, de
la acción individual o social (cf. infra p. 122) sus valores y de sus jerarquías, pero una vez
y que también son de dos tipos: "realistas" y liberados, sólo son la manifestación de un de-
"simbólicas". A una acción altamente sociali- seo de poder, de un deseo de aparentar.
zada corresponden juegos rigurosamente codi- Finalmente, el mismo análisis se aplica a
ficados, lo que es una característica de la ma- los códigos de la vida social individual (insig-
yoría de los deportes modernos, incluso de nias, uniformes, protocolos) o colectiva (ritos,
los juegos de sociedad c o m o el bridge y el fiestas, ceremonias). Nuestra sociedad moderna
ajedrez. Consecuentemente, la desindividualiza- se caracteriza por una alta estructuración eco-
ción de la acción y la frustración resultante nómica basada en una gran diversidad y espe-
son compensadas con nuestras diversiones que cialización de las actividades, a lo que corres-
reintroducen la libertad y la iniciativa indivi- ponde, consecuentemente, una destrucción de
103
28
los códigos sociales. Los códigos económicos to. Por eso se halla invertido en las culturas
y los códigos sociales están en esa misma rela- "arcaicas", donde la relación entre la expe-
ción inversamente proporcional que opone los riencia intelectiva y la experiencia afectiva es
códigos lógicos y los códigos afectivos. Cuan- diferente. En la medida en que la aparición
to más codificada es la actividad práctica, el de nuevos media modifica esta relación, coin-
marco social de esta actividad está ihás desco- cidiremos fácilmente con McLuhan en que
dificado. La estructuración social compensa constituyen la clave de t o d o el sistema cul-
una desestructuración económica, y el déficit tural.
del ser engendra una inflación de la aparien- Pero estos problemas aún no son bien co-
cia. nocidos y el lector tiene el derecho de dudar
Es notable c ó m o las funciones p o c o dife- de síntesis tan ambiciosas y prematuras. Nues-
renciadas en sus actividades prácticas se man- tro objetivo aquí fue demostrar la importan-
tienen más adheridas a los signos sociales que cia, en realidad la primacía de los fenómenos
las identifican: el uniforme hace al general, al semiológicos, comprobando que toda cultura
presidente del tribunal, al arzobispo, al emba- se define c o m o un sistema (o más exactamen-
jador, al académico o al faquir birmano. Pero te un conjunto de sistemas) de comunicación.
para el ingeniero, el médico, el arquitecto, es
distinto. En la medida en que la medicina se
convierte en una ciencia altamente codificada
y especializada, los médicos abandonan su
sombrero puntiagudo. Los profesores vacilan
todavía.
Observamos así la correspondencia existente
entre los diversos códigos y sus modos y gra-
dos de codificación. La estructuración del sa-
ber implica la de los juegos y la de los códi-
gos económicos y tecnológicos y, en conse-
cuencia, una desestructuración de las artes, de
las diversiones, de los códigos sociales. El con-
junto está gestado por un código perceptivo,
definido por la relación complementaria y an-
titética entre el código afectivo y el código
intelectivo. El conjunto de esas estructuras
forma un sistema cultural en el que todo se
relaciona y toda modificación de la estructura
perceptiva (intelecto-afecto) —es decir el mo-
do de percepción de la realidad— implica una
nueva estructuración del sistema en su conjun-

101
30
CAPITULO II

LA SIGNIFICACION: FORMA Y
SUSTANCIA DEL SIGNO

I. EL SIGNO Y L A SIGNIFICACION

Un signo es un estímulo —es decir una sus-


tancia sensible— cuya imagen mental está aso-
ciada en nuestro espíritu a la imagen de otro
estímulo que ese signo tiene por función evo-
car con el objeto de establecer una comuni-
cación.

1. La comunicación. Esta definición excluye


los indicios naturales. Se dice comúnmente
que las nubes son signo de lluvia, el humo
signo de fuego. Pero la semiología les niega el
status de signo porque el cielo nublado tiene
la misma intención de comunicarnos una in-
formación que el cazador y el malhechor que
dejan indicios en el teatro de sus operaciones.
Sin embargo, esos indicios pueden ser utili-
zados c o m o signos. Eso es lo que ocurre con
las nubes de los mapas meteorológicos de la
televisión o la descripción (lingüística o codi-
ficada de otro m o d o ) de las huellas digitales
transmitidas por la policía. El signo es siem-
pre la marca de una intención de comunicar
un sentido.
Pero sería erróneo negar la existencia de
una afinidad profunda y problemas comunes
entre la comunicación así definida y la per-
cepción. En efecto, esta última puede ser con-

33
siderada con todo derecho c o m o una " c o m u - los mitos, la psicosociología de la conducta,
nicación" entre la realidad sensible emisora de la propaganda, la publicidad, etc., han recupe-
energía y los órganos de nuestros sentidos rado bajo la forma de una "psicología profun-
que la reciben. Sería muy importante pensar da", que la semiología no puede ignorarlas.
una terminología que designe con un mismo Sin embargo, es evidente que la señaliza-
término el sentido de los signos (o de las co- ción caminera y la psicosomática dependen de
sas) y los sentidos. Porque según la etimolo- sistemas de signos y modos de comunicación
gía arcaica, sentir, "dirigir", significa "poner profundamente diferentes. Lo cual no quiere
en línea (y por lo tanto en comunicación)" el decir que no se trate en los dos casos de
objeto percibido y los órganos sensoriales: el signos que, al igual que t o d o signo, implican
sentido de una sensación acústica es el o í d o , dos términos: un significante y un significado,
y el sentido del o í d o es una sensación acús- a los que hay que agregar un modo de signifi-
tica. cación o de relación entre ambos.
Una vez dicho esto, sólo veremos en los
ejemplos citados indicios naturales, y definire- 2. La codificación. La relación entre el signi-
mos el signo c o m o la marca de una intención ficante y el significado es, en todos los casos,
de comunicar un sentido. convencional. Cuando se trata de signos moti-
Pero esta intención puede ser inconscien- vados (cf. infra) o de indicios naturales utili-
te, lo que amplía considerablemente el campo zados en función de signos, es la resultante
de la semiología. Las culturas antiguas o "pre- de un acuerdo entre los usuarios.
lógicas" ven en el mundo visible mensajes del Sin embargo, la convención puede ser im-
más allá, de los dioses, de los antepasados y plícita o explícita y ese es uno de los límites,
la mayor parte de sus conocimientos y de sus si bien impreciso, que separan a los códigos
conductas se basan en la interpretación de técnicos de los códigos poéticos.
esos signos. El psicoanálisis moderno recupera Este análisis, que es el de los lingüistas, es
ese vasto dominio. Si bien la "semiología" válido, mutatis mutandis, para todos los siste-
médica es un puro estudio de los indicios pa- mas de signos. Sin embargo, la noción de
tológicos naturales, la psicosomática, en cam- convención —y en particular de convención
bio, considera a esos síntomas c o m o reaccio- implícita— sigue siendo relativa. La conven-
nes del organismo destinadas a comunicar in- ción tiene gradaciones, puede ser más o me-
formaciones, deseos que el sujeto no llega a nos fuerte, más o menos unánime, más o
expresar de otro modo. El psicoanálisis - e n menos constrictiva.
particular la escuela de Lacan— considera a Es casi absoluta en un código de señales
las manifestaciones del inconsciente c o m o un camineras, en la notación química o algebrai-
modo de comunicación y un lenguaje. La pa- ca, etc., sigue siendo fuerte en un p r o t o c o l o
rapsicología también postula la noción de de cortesía, en la interpretación de los acto-
mensajes subliminares no conscientes. Son tan res, en una. retórica más o menos estereoti-
tas las nociones que la crítica, el estudio d< pada y explicitada, etc. Pero la relación entre
101
34
el significante y el significado puede también
ser mucho más imprecisa, intuitiva y subjeti- difica. Aunque puede también darse el caso
va. La significación es más o menos codifica- de que se descodifique.
da y, en última instancia, sólo tenemos siste- En el curso de ese proceso, es difícil preci-
mas abiertos que merecen difícilmente el sar el límite a partir del cual un estímulo
nombre de códigos por no ser sino simples adquiere (o pierde) el status de signo explíci-
sistemas de interpretación de las hermenéuti- to. Esta relatividad de los caracteres del signo
cas. Ese es el límite que separa las lógicas y es común a la mayoría de los conceptos ope-
las poéticas, aunque ciertas poéticas puedan racionales de la semiología: según el caso, los
ser, c o m o ya se verá, muy codificadas. signos son más o menos motivados, los siste-
mas más o menos estructurados, etc. (cf. infra
La noción de un signo o de un sistema de
signos más o menos codificados es fundamen- p. 58)
tal.
En efecto, la codificación es un acuerdo 3. La motivación. C o m o hemos visto, el signo
entre los usuarios del signo que reconocen la está basado en una relación convencional (más
relación entre el significante y el significado y o menos fuerte) entre el significante y el sig-
la respetan en el empleo del signo. Ahora nificado.
bien, esta convención puede ser más o menos Podemos distinguir dos grandes tipos de re-
amplia y más o menos precisa. Así, un signo laciones según sea motivada o inmotivada (se
monosémico es más preciso que un signo poli- dice también arbitraria).
sémico (cf. infra, p. 39).
La motivación es una relación natural entre
La "denotación objetiva es más precisa que el significante y el significado. Una relación
la connotación subjetiva (cf. infra p. 40), un que está en su naturaleza: en su sustancia o
signo explícito es más preciso que un signo en su forma. Es analógica en el primer caso,
implícito y un signo consciente más preciso y homológica en el segundo. Algunas veces se
que un signo inconsciente. las denomina también extrínseca o intrínseca.
Cuánto más vaga se torna la convención, el La analogía puede ser metafórica o metoní-
valor del signo varía en mayor medida con mica según si el significante y el significado
los diferentes usuarios. posean propiedades comunes que permitan asi-
milarlos o estén asociados por un nexo de
Por otra parte, esta convención posee un
contigüidad en el espacio, en el tiempo. Al
carácter estadístico, depende del número de
igual que la convención, la analogía tiene gra-
individuos que la reconocen y la aceptan en
dos; es más o menos fuerte e inmediatamente
un grupo dado. Cuanto más amplia y precisa
evidente. Bajo su forma más completa, la ana-
es la convención, el signo es más codificado.
logía es una representación: la f o t o , el retra-
En la medida en que es de origen implíci- to, la representación dramática, etc. Pero el
to, la codificación es un proceso: el uso pre- valor icónico de la representación adopta en
cisa y amplía la convención y el signo se co- general una forma más esquemática o hasta

37 103
abstracta en un plano, un mapa, un indicador generalmente arbitrario, pues toda relación
caminero, etc. analógica corre el riesgo de alterar el sentido
La motivación no excluye la convención: la transfiriendo al significado propiedades del sig
barrera del cartel que señala un paso a nivel niñeante. Con frecuencia, en un principio los
es, a pesar de su valor icónico, un signo con- signos son motivados. Pero la evolución histó-
vencional que los usuarios del código no pue- rica tiende a obliterar la motivación y, al de-
den ni alterar ni cambiar. jar ésta de ser percibida, el signo funciona
Sin embargo, es comprensible que la moti- por pura convención. Ese es el caso de la
vación libere el signo de la convención y que, mayoría de las palabras del lenguaje articula-
en última instancia, signos de pura representa- do, pero también el de muchos signos en las
ción puedan funcionar al margen de toda con- simbólicas, las artes adivinatorias, los protoco-
vención previa. Ese es el caso de las poéticas, los y otros códigos sociales. A semejanza de
sistemas abiertos, creadores de significaciones las lenguas, esos sistemas semiológicos plan-
nuevas. Pero esos nuevos signos son rápida- tean una doble problemática según se los con-
mente codificados y absorbidos por el siste- sidere diacrónicamente, desde el punto de vis-
ma. ta de su historia y de su origen, o sincróni-
Cuanto menos fuerte es la motivación, más camente, desde el punto de vista de su fun-
constrictiva debe ser la convención y, en últi- cionamiento en una cultura dada.
ma instancia, ésta sola puede asegurar el fun-
cionamiento del signo en el cual ya no hay 4. Monosemia y polisemia. Teóricamente, la
ninguna relación sensible entre el significante eficacia de la comunicación postula que a ca-
y el significado. El signo es llamado en ese da significado corresponde un significante y
caso inmotivado o arbitrario. uno solo e, inversamente, que cada significado
Varias terminologías —sobre todo de origen se expresa por medio de un solo significante.
anglosajón— distinguen a los signos motivados Ese es el caso de las lenguas científicas, de
o arbitrarios con los nombres de iconos (i.e. los sistemas de señalización y, de una manera
imágenes) o de símbolos, y se habla entonces general, de los códigos lógicos (cf. supra
de símbolos matemáticos o de lógica simbóli- p. 35).
ca. Sin embargo, esta práctica tiene el grave En la práctica, son numerosos los sistemas
inconveniente de introducir una confusión en en que un significante puede remitir a varios
el uso de la palabra símbolo. En efecto, tra- significados y donde cada significado puede
dicionalmente, un símbolo "representa una expresarse por medio de varios significantes.
cosa en virtud de una correspondencia analó- Ese es el caso de los códigos poéticos en los
gica" (Lalande). Por lo tanto, es de naturaleza cuales la convención es débil, la función iró-
iconográfica. En este sentido emplearemos nica desarrollada y el signo abierto.
aquí ese término. En lo que concierne al lenguaje articulado,
Cuando la significación es explícita —como donde la polisemia es la regla general, es posi-
ocurre con las ciencias modernas— el signo es ble que la situación se deba al hecho de qup

39
38
se trata más que de un código, de un agrega-
desajustes estilísticos son nulos o en t o d o ca-
do de códigos superpuestos e imbricados. In-
dudablemente, no hay códigos polisémicos si- so muy limitados, mientras que un pintor
no sistemas de expresión que recurren simul- puede tratar un retrato según un código rea-
táneamente a varios códigos. De cualquier for- lista, impresionista, cubista, etc. Aquí también
ma, de allí resulta una posibilidad de elección se comprueba que la polisemia de los signos
que es generadora del estilo. En la medida en es la consecuencia de la variedad de los códi-
que el emisor dispone de varias posibilidades gos. Y esta superposición de los sistemas se-
para formular su mensaje, su elección se torna miológicos aparece c o m o una característica de
significativa. nuestra cultura occidental moderna.
No debemos confundir la polisemia de los
signos y la del mensaje. La ambigüedad del
signo polisémico es provocada por el contexto
5. Denotación y connotaciones. Este proble-
y en el mensaje el signo sólo tiene, en princi-
ma de la elección está vinculado con la distin-
pio, un solo sentido. Pero puede suceder que
ción entre connotación y denotación. La de-
esta pluralidad de los sentidos posibles esté
notación está constituida por el significado
implicada en el mensaje. Volveremos después
concebido objetivamente y en tanto que tal.
sobre este problema fundamental (cf. infra
Las connotaciones expresan valores subjetivos
atribuidos al signo debido a su forma y a su p. 50).
función: una palabra "argótica", "poética",
"científica", etc. connota el significado que 6. Materia, sustancia, forma. Un signo tiene
expresa. Lo mismo ocurre con un "hipocorís- una sustancia y una forma. Así, en la acepta-
t i c o " , "una construcción afectiva". Un unifor- ción tradicional de esos términos, el " p a r e "
me denota un grado y una función y connota de la señal de tránsito es sustancialmente una
el prestigio, la autoridad que le son atribui- señal óptica eléctrica y formalmente un disco
das. rojo.
Sin embargo, la lingüística moderna, des-
Denotación y connotación constituyen dos
pués de Hjelmslev, adoptó otro punto de vista
modos fundamentales y opuestos de la signifi-
y otra terminología. El disco rojo que define
cación. Y aunque se combinen en la mayoría
el signo en sí mismo constituye la sustancia.
de los mensajes, podemos distinguir a éstos
En cuanto a la forma, está definida c o m o la
según sean con dominante denotativa o con-
relación de la señal con las otras señales del
notativa: las ciencias pertenecen al primer ti-
sistema. En este caso, con la posibilidad de
po, las artes al segundo.
oponerlo a la señal verde o amarilla. Conse-
Los códigos científicos, esencialmente mo-
cuentemente, se debe adoptar otro término
nosémicos, eliminan las posibilidades de varia-
para designar la naturaleza óptica y eléctrica
ciones estilísticas y de connotaciones que, en
de la señal; se podría decir, por ejemplo, la
cambio, se multiplican en los códigos poéti-
materia o el vehículo sensible.
cos. En una fórmula química o algebraica, los
Así concebida, la oposición entre la forma

40
41
y la sustancia adquiere un valor epistemológi-
co nuevo. En particular, permite distinguir seguro, sobre todo, que los elementos de un
por una parte una sustancia y una forma del afiche publicitario sean tan "a-sistemáticos"
significante y además una sustancia y una for- como se afirma. La retórica, por ejemplo,
ma del significado. Según esta terminología, el analiza en detalle las reglas del "retrato", de
concepto, la idea definen la sustancia del sig- la "descripción", y esas reglas son observadas
nificado. En la palabra gato la idea abstracta tanto por la pintura c o m o por la literatura.
de "felinidad" constituye la sustancia del sig- El aspecto y el color de los cabellos, el de
nificado mientras que su forma está en el sis- los ojos y su forma, la distancia que los sepa-
tema conceptual que la opone a "gata", "pe- ra son los elementos de un sistema cuyo ca-
rro", " h o m b r e " , etc. rácter extremadamente estructurado y cons-
Hasta ahora hemos considerado las propie- trictivo ha sido demostrado. Es el caso, por
dades sustanciales del signo. Ahora debemos ejemplo, de la iconografía religiosa. En cuanto
estudiar su forma, es decir el m o d o en que se al afiche publicitario, la elección de los colo-
inserta en un sistema res, el tamaño, el grafismo obedecerían a un
determinismo mucho más estricto de lo que
puede suponerse a primera vista. Una de las
H. LA F O R M A D E L SIGNO principales tareas de la semiología consiste en
establecer la existencia de sistemas en modos
I. El sistema. Los semiólogos oponen los pro- de significación en apariencia a-sistemáticos.
cedimientos de significación sistemáticos y a- Por otra parte, hay varios tipos de sistemas.
sistemáticos. Según la definición de Buyssens, La definición según la cual un sistema es un
citada por G. Mounin: "conjunto de signos estables y constantes" no
"Hay procedimientos de señalización sistemáticos coincide con la definición de los lingüistas,
cuando los mensajes se descomponen en signos esta- quienes lo describen c o m o un conjunto en el
bles y constantes, como en el caso de las señales de cual los signos son interdependientes.
tránsito con sus discos, sus rectángulos y sus triángu- Desde ese punto de vista, quizás debamos
los, que constituyen familias bien definidas de seña- distinguir los sistemas con o sin sintaxis. En
les. Pero también existen procedimientos a-sistemáti-
un cartel caminero que combina un disco de
cos, cuando se da el caso contrario: un afiche publi-
citario que utiliza la forma y el color para atraer la
estacionamiento, una barra de prohibición, un
atención sobre una marca de lejía, o también la serie camión, hay simplemente un cúmulo de sig-
de diversos afiches empleados sucesivamente para esa nos. Lo mismo ocurre con una guía hotelera
misma marca de l e j í a . 1 1 " que indica la existencia de teléfono, cuarto de
baño, servicio de desayuno, por simple yuxta-
Aun cuando suscribimos esta definición, nos posición de signos sin relación entre sí. Nues-
sentimos inclinados a matizarla. No es muy tra numeración decimal, en cambio, constitu-
ye un sistema en el sentido lingüístico del
11 Georges Mounin, op. cit., p. 178. término. Por una parte, implica reglas de sin-
taxis y además las diez cifras son solidarias.
42 101
Un sistema con base diferente (5, 6 u 8 ci- dad semiológica. El camión que aparece en
fras) expresaría los números significados en los carteles de señalización caminera puede
combinaciones diferentes, mientras que en la descomponerse en ruedas, chasis, cabina, pero
guía hotelera la ausencia del signo " t e l é f o n o " la presencia o ausencia de esos elementos no
no modifica el valor del signo "cuarto de ba- modifican el valor del signo, mientras que la
ñ o " . Igualmente, en un conjunto de estandar- ausencia de saco o su cambio por un pullover
tes, la bota del zapatero no es solidaria con modifican la significación de una vestimenta.
el guante de oro o el canasto de flores, mien- Desde ese punto de vista, el lenguaje pre-
tras que en el blasón hay muchas clases de senta una situación particular entre los siste-
elementos, escudos, cuarteles, barras, colores, mas de signos debido a su doble articulación.
y una sintaxis en la medida en que, por ejem- En efecto, es posible operar una primera re-
plo, las divisiones del cuartel (siniestra o dies- ducción del mensaje en morfemas (radicales,
tra, jefe, centro o punta) son significantes 12 . afijos, desinencias) que corresponden cada uno
Es conveniente, además, distinguir dos gran- a un significado particular. Luego, podemos
des tipos de sintaxis: temporal y espacial. En analizar esos morfemas, c o m o fonemas, corres-
la lengua articulada, las señales ópticas, la mú- pondiendo la permutación del fonema a un
sica, los signos mantienen relaciones de suce- cambio de sentido (risa/pisa; rosa/posa; rata/
sión en el tiempo. La pintura, el dibujo, los pata, etc.), pero, c o m o vemos en estos ejem-
diferentes modos de representación gráfica dis- plos, la oposición r/p no corresponde a una
ponen los signos en el espacio. Muchos siste- oposición semántica fija, mientras que la opo-
mas son mixtos: la danza, el cine, etc. sición entre sembrador, planchador, secador
De ese modo, distinguimos: los conjuntos por una parte y sembrado, planchado, secado
a-sistemáticos y los sistemas que implican una por la otra, etc. corresponde a una misma
morfología, es decir signos estables y constan- oposición semántica: "agente/resultado de la
tes, constituidos c o m o clases; los sistemas acción".
a-sintácticos y sintácticos, en los cuales las No deben confundirse las dos articulaciones
clases morfológicas asumen su valor en fun- con los niveles sintácticos. En efecto, en una
ción de su posición en el mensaje; las sintaxis primera articulación podemos distinguir varios
temporales, espaciales, mixtas. niveles: frase, oración, sintagma, palabra, mor-
fema. Pero cada uno de esos signos complejos
2. La articulación. El problema de la estruc- sólo son las sucesivas combinaciones de los
tura está vinculado con el de la articulación. signos básicos portadores de los elementos de
Un mensaje es articulado cuando es desmon- sentido que son recuperados en cada nivel. En
table en elementos significantes. "Significante" una segunda articulación, esos componentes
es, evidentemente, la condición de toda enti- semánticos dejan de estar presentes. Los fone-
mas tienen por función diferenciar y distin-
guir los morfemas, pero no son en sí mismos
12 Le blasón, colección "Que sais-je?" N ° 336
PUF, Paris. portadores de la significación.
101
44
Tampoco debe confundirse la doble articu- palabras del tipo: perro/perra; león/leona,
lación con las transcodificaciones y los niveles gato/gata, etc. Aquí la articulación de los
de lectura. Si la gorra de Charles Bovary asu- significantes corresponde a la de los signi-
me una significación (simpleza del personaje), ficados. Hay homología entre los dos térmi-
es en otro código (el literario) independiente nos.
del código lingüístico o iconográfico donde ha Esta homología puede extenderse a todo
sido ante todo significada. un sistema. Por ejemplo, los nombres de ca-
En general, se considera que la doble ar- lles de New York con sus avenidas verticales
ticulación es una propiedad exclusiva de las y sus calles horizontales numeradas en el or-
lenguas articuladas, lo que las distinguiría de den de su sucesión natural, constituyen un
todos los otros sistemas de s i g n o 1 3 . En reali- sistema de significación basado en la homolo-
dad, se ha estudiado, sobre todo, desde este gía de la estructura significante y de la es-
punto de vista, los diferentes sistemas de co- tructura significada.
municación técnica. Pero quizás sería posible La homología es una analogía estructural,
aplicar esta noción a los códigos poéticos tal pues los significantes mantienen entre sí la
c o m o los hemos definido anteriormente (cf. misma relación que los significados, mientras
p. 36). El código de notación musical posee que la analogía (propiamente dicha) es sustan-
doble articulación, y lo mismo ocurriría con cial. La homología no excluye a la analogía y
la mayoría de las danzas. los dos caracteres pueden combinarse. Así, el
vasto sistema que, en la lengua popular, asi-
3. La homología. La noción de articulación mila al hombre con el animal es a la vez
ha sido hasta aquí aplicada a los significantes. homológico y analógico. Las crines y los ca-
Pero los significados también pueden o no ser bellos, el hocico y la boca las patas y las
articulados. Y cuando ambos lo son, puede piernas o manos, los colmillos y los dien-
haber o no correspondencia entre los dos sis- tes están en relación analógica, término por
temas. término, y los dos conjuntos son homólo-
En efecto, un conjunto significado puede gos.
ser reducido a elementos conceptuales que Teóricamente, los significantes y los signi-
forman un sistema de rasgos oponibles. Así, ficados pueden o no estar estructurados, lo
caballo se opone a yegua por el rasgo mascu- que da lugar a cuatro combinaciones. En cada
lino/femenino. uno de esos cuatro casos, los signos ( o parte
En este caso, esa oposición no es reflejada de los signos) pueden ser arbitrarios o motiva-
por los significantes, pero sí puede serlo en dos analógicamente. Cuando los dos conjuntos
están estructurados, los signos pueden ser
arbitrarios en la medida en que las dos estruc-
1 3 Mounin ha demostrado que el sistema de los nú-
meros telefónicos está doblemente articulado (cf. G. turas no se corresponden, y homólogos en el
Mounin, Les problémes théoriques de la traduction, caso contrario. También pueden ser análogos.
p. 1 2 1 ) . Pero tales códigos son bastante excepcionales. Un ejemplo ad hoc permitirá comprender ese

46 103
mecanismo. Existen pequeños broches de plás- estructura similar que se utiliza c o m o signifi-
tico o de metal que se prenden al borde de cante: se denomina a las facultades del alma
los vasos para reconocerlos en una reunión. según funciones corporales, a la organización
Representan con frecuencia animales y cada social según la configuración celeste, etc. El
invitado recibe el suyo. En la mayoría de los sistema significante es entonces una rejilla que
casos no hay ninguna relación entre las dife- se aplica sobre la realidad significada y que le
rentes insignias c o m o tampoco entre cada una. imprime su forma.
de ellas y la persona o el vaso al que se lo La ciencia procede así cuando adopta un
ha destinado. Pero fácilmente se puede cons- modelo de una ciencia similar. Es también lo
truir un sistema de significantes que impli- que hacemos cuando interpretamos un texto
quen categorías tales c o m o : mamíferos, pája- colocando sobre Fedra o Las flores del mal la
ros, reptiles, eventualmente integrados en un rejilla freudiana, marxista, existencialista. La
sistema más vasto que opone animales con mayoría de los conocimientos antiguos son de
plantas, edificios, etc. Podríamos también ese tipo. El análisis de este "pensamiento sal-
agregar otros rasgos tales c o m o colores. Las vaje" pone en evidencia todas las trampas,
insignias así clasificadas pueden ser distribui- pues la homología sólo es fecunda en la me-
das arbitrariamente, pero también podemos dida en que el sistema significante recorta lo
imaginar una clasificación de las bebidas con real según relaciones reales (cf. infra, p. 71).
correspondencia o no de los dos sistemas. Así Organizar y denominar a la sociedad humana
los "hombres" tendrán un animal, las "muje- sobre el modelo de la configuración astral es
res" una planta, los "alcoholes" serán rojos o un modelo muy práctico debido a que las re-
amarillos, las "bebidas sin alcohol" azules o laciones entre los astros son exactas, objetivas,
verdes etc. Además podría instaurarse una estables y verificables. Pero al hacerlo se corre
analogía por la atribución de colores cálidos a el riesgo de estereotipar las relaciones huma-
los "alcoholes" y de colores frescos a los "ju- nas y además de atribuirles propiedades que les
gos de fruta". son totalmente ajenas. Y cuando la realidad
La mayoría de nuestras ciencias y de nues- celeste ha sido designada a partir de un bes-
tros conocimientos se basan en tales sistemas: tiario analógico, los tres sistemas intercambian
los significantes forman clases de elementos y confunden sus valores. Pues siempre llega el
que se articulan, es decir establecen entre sí momento " p o é t i c o " en que los signos son
ciertos tipos de relaciones, mientras que los confundidos con las cosas. Levi-Strauss demos-
significados presentan una estructura homolo- tró en forma notable esta recurrencia de la
ga. Teórica y etimológicamente (es decir en analogía: c ó m o , por ejemplo, los sistemas to-
su origen), se estructura la realidad significada témicos son, en su origen, procedimientos de
y luego se la denomina construyendo un sis- designación y de clasificación arbitrarios que
tema de significantes homólogos y preferen- cumplen una función puramente distintiva,
temente no sindicados de analogía. En la pero cuya sustancia incide sobre el significado
práctica, se busca en la realidad un sistema de atribuyéndole analógicamente propiedades que
49 103
no son las suyas 1 4 . Por eso el sentido de los
mitos " n o puede estar referido a los elemen- ra. LOS MODOS DE LA COMUNICACION
tos aislados que entran en su composición si-
no a la manera en que esos elementos se ha- Supongamos a un agente de tránsito en una
llan combinados". Hjelmslev diría a su forma esquina:
y no a su sustancia (cf. supra, p. 41). — tiene un uniforme;
También Michel Foucault, en Las palabras — dirige la circulación;
y las cosas, opone el conocimiento preclásico — me señala el camino a la estación en un
que basa la significación en la semejanza del plano.
significante y del significado mientras que la Aquí hay tres tipos de comunicación:
ciencia moderna sólo significa la relación on- — el uniforme me indica la identidad del in-
tológica que determina el sentido: dividuo;
— los movimientos del bastón blanco me or-
"Llamamos hermenéutica al conjunto de conocimien- denan detenerme;
tos y técnicas que permiten que los signos hablen y — el plano me permite conocer la disposición
nos descubran sus sentidos; llamamos semiología al
de los lugares.
conjunto de conocimientos y técnicas que permiten
La comunicación concierne en el primer
saber dónde están los signos, definir lo que los hace
ser signos, conocer sus ligas y las leyes de su encade-
caso al ser, en el segundo a la acción, en el
namiento: el siglo X V I superpuso la semiología y la tercero al saber.
hermenéutica en la forma de la similitud. Buscar el Diremos que hay respectivamente indica-
sentido es sacar a la luz lo que se asemeja. Buscar la ción, conminación, representación.
ley de los signos es descubrir las cosas semejantes. La Retomemos ahora esos tres ejemplos pero
gramática de los seres es su exégesis. Y el lenguaje en otra situación. Nuestro agente de tránsito:
que hablan no dice nada más que la sintaxis que los — se pone el uniforme para ir al casamiento
liga15." de su primo de Bastia;
— dirige el desfile en la fiesta anual de la
Esta distinción entre dos modos de significa- Policía;
ción fundamentales, analógicos y homológicos, — pinta un cuadro ingenuo que representa a
es la clave de nuestra cultura científica. Per- un agente de policía guiando a un ciego.
mite oponer, por una parte, la ciencia al sa- Los mismos signos tienen un sentido dife-
ber tradicional y, por la otra, las artes a las rente en las dos series de situaciones. El uni-
ciencias. forme es simplemente el indicio de una fun-
ción en el primer caso y en el segundo expre-
14 Cf. Charles Lévi-Strauss, La pensée sauvage, Plon, sa la voluntad de manifestar su pertenencia a
Paris, 1 9 6 2 . [Hay ed. esp.: El pensamiento salvaje, esa función juzgada honorífica, de destacar la
FCE, Méjico, 1 9 6 4 , p. 1 4 . ] solemnidad de la ceremonia. En el caso del
15 Michel Foucault, Les mots et les choses, Galli-
desfile ocurre lo mismo: no se trata de dirigir
mard, Paris, 1966. [Hay ed. esp.: Las palabras y las
cosas, Siglo X X I , Méjico, 1 9 6 8 , p. 3 8 . ] realmente la circulación sino de recordar sim-

51 103
bélicamente t o d o lo que esta actividad supone ligibilidad objetivizada y racionalizada y los
de coherencia, de rigor, de impasibilidad, de de la expresividad, de la emoción subjetiva y
necesidad. Finalmente, el cuadro no nos del deseo. Uno de los caracteres de nuestra
muestra simplemente a un agente de policía cultura occidental moderna consiste en separar
sino que nos hace saber c ó m o lo ve y lo esos dos planos de nuestra experiencia. En
juzga el autor, quien pone de relieve la bon- cambio, tienden a confundirse en las culturas
dad del personaje, su dedicación a la colecti- arcaicas, prelógicas, donde los programas de
vidad. Dicho de otro m o d o , en los tres prime- acción (caza, guerra, agricultura, etc.) son ri-
ros casos, tenemos una comunicación objetiva tualizados y donde las artes se confunden con
basada únicamente en la naturaleza de la si- las técnicas.
tuación. En las otras tres, el emisor transfiere Las condiciones de la comunicación plan-
a esta situación un juicio que desea hacer tean otro problema. La comunicación com-
compartir al destinatario. prende un mensaje (y su vehículo), un emisor
A cada una de esas seis situaciones corres- y un receptor, un referente y un código (cf.
ponden modos y medios de comunicación supra, p. 11). La presencia o la ausencia de
particulares que permiten esbozar, a grandes cada uno de esos elementos determina tipos
rasgos, el siguiente cuadro: de comunicaciones particulares.
Ser Sabei El mensaje y el receptor están necesaria-
Códigos Denota-
mente presentes, pero el emisor puede estar
lógicos Insignias Señales Ciencias ción ausente, por ejemplo en el caso de la persona
Atención
objetivos que envía una carta. El código está general-
Códigos
Modos Ritos Connota- mente ausente debido a que es memorizado
Usos Artes y ción
estéticos Comporta-
Fiestas
Literaturas Partici- por los usuarios. Sin embargo, se da el caso
subjetivos mientos Juegos pación de tener que utilizarlo en forma de dicciona-
Indicación Conminación Representación
rio en una traducción o de rejilla de descifra-
miento en un mensaje criptográfico. Pero los
códigos se distinguen sobre todo por el hecho
Adoptamos estos términos para facilitar de que implican o no la presencia del emisor
nuestra exposición, dado lo reducido de la y la del referente. El lenguaje articulado, los
misma, en ausencia de una terminología que códigos gestuales, las señales corporales, los
nuestra ciencia aún no estableció. Es evidente, códigos vestimentarios exigen la presencia del
por otra parte, que si bien algunos sistemas se emisor que es también el vehículo del mensa-
dejan encerrar en este cuadro, la mayoría lo je. Esta es la causa de esa constricción funda-
desbordan y utilizan signos mixtos y comple- mental según la cual emisor y receptor deben
jos. Sin embargo, este esquema distingue bien estar presentes. Pero el mensaje puede ser
los dos grandes tipos de signos que correspon- transcripto y situado en otro vehículo: por
den a lo que los lingüistas denominan "la do- ejemplo en forma de escritura o de transcrip-
ble función del lenguaje": los signos de la inte- ción fonográfica en el caso del lenguaje arti-
53 103
culado. Resulta obvio destacar la importancia IV. EL S E N T I D O :
de esta liberación del emisor, cuyas principa- CODIGOS Y H E R M E N E U T I C A S
les etapas son la invención de la escritura, de
la imprenta y, en la actualidad, la de los di- Los diccionarios dan dos definiciones de la
versos medios audiovisuales. palabra sentido: "idea que representa un sig-
Otro problema se plantea a partir de la n o " e "idea a la que puede ser referido un
presencia o ausencia del referente, que puede objeto de pensamiento". Hay un sentido de la
ser también portador del mensaje. Ese es el palabra vida y un sentido de la "vida". ¿Qué
caso de los indicios: una marca de tala en un quiere decir la "vida", qué sentido tiene, qué
árbol, las insignias, las enseñas, las marcas de significa? En la Edad Media existían dos pa-
fábrica y la mayoría de las señales. Puede su- labras: el sens (latin sensus) o significación
ceder también que el referente sea el emisor inmediata, lo que cae bajo el mismo sentido,
que se designa a sí mismo por medio dé una y el sen (germ. sinno, "dirección") que desig-
insignia, de una vestimenta. En las artes de na el más allá del sentido, su orientación.
imitación, que son imágenes del referente, esa Desgraciadamente, la evolución lingüística con-
imagen es la portadora de las marcas e indi- fundió las dos formas y, si bien no mezcló
cios de significación. Pero esta última funcio- las dos acepciones, desdibujó sus límites y, en
na en un segundo nivel, donde es condicio- consecuencia, de las dos semiologías.
nada por la naturaleza y los límites del códi- Al comienzo de Madame Bovary, Flaubert
go de representación. La representación dra- describe la monstruosa gorra de su héroe. Lo
mática o pictórica de una ceremonia (una hace por medio de palabras y esas palabras
consagración, un casamiento, etc.) condiciona podrían ser transcriptas por un ilustrador en
la forma de los indicios ceremoniales. Al res- forma de un dibujo hecho con trazos y colo-
pecto, podemos comparar el cine parlante y res. Palabra y dibujo son signos cuyo sentido
el mudo. Al no poder reproducir la voz, el es la gorra. Pero a su vez significa: es el signo
cine mudo transfiere la significación a los ges- de la simpleza de Charles, de su falta de gus-
tos, la mímica, la vestimenta. La semiología to, de su torpeza en sus relaciones con sus
de la composición es también muy diferente camaradas.
en la pintura con o sin perspectiva: el centro Por lo tanto, la gorra es a la vez sentido
del cuadro no está en el mismo sitio, el tama- significado y signo significante. Pero el senti-
ño de los personajes no tiene la misma signi- do no se detiene allí: la simpleza de Charles
ficación. es el signo de sus relaciones con Emma, sus
De una manera general, cuanto más pobre relaciones con Emma son el signo de una
es un m o d o de representación, la codificación cierta forma de matrimonio; esta forma de
de los signos es más fuerte. matrimonio es el signo de una situación cultu-
ral, etc.
EU sentido es una relación y esta relación
envuelve cada sentido en un nuevo"sentido. Si

55
54
la semiología debe ser la ciencia de los signos, "écuyére en chambre", etc. son variaciones de
engloba todo el saber, toda la experiencia, una hermenéutica latente que, en nuestra cul-
pues t o d o es signo: t o d o es significado y to- tura, asocia la bota con las ideas de "prestigio
do es significante. social", " m a n d o " , "virilidad", etc.
Sin embargo, nuestro ejemplo postula una Aquí reconocemos los dos modos de significa-
distinción entre dos tipos de signos. Las pala- ciones opuestas que distinguimos anteriormen-
bras designan la gorra, el dibujo la representa. te con los nombres de signos lógicos, técnicos
Esa es su función explícita que ellos aseguran y signos afectivos, estéticos, y observamos
(cada uno según una técnica diferente) en vir- también que las dos nociones no se superpo-
tud de un sistema de convenciones que cuen- nen exactamente.
ta con el acuerdo de los lectores. Cuando, en El mensaje presenta, pues, dos niveles de
cambio, decimos que esa gorra es la marca de significación: un sentido técnico basado en
la simpleza de su propietario nos estamos refi- uno de los códigos y un sentido poético que
riendo a un signo, pero de otro tipo. No hay está dado por el receptor a partir de sistemas
ningún código que exija que esa gorra sea sig- de interpretación implícitos y más o menos
no de "simpleza y mal gusto" y, además, el socializados y convencionalizados por el uso.
acuerdo de los lectores está lejos de ser uná- Y a medida que se logra consenso en cuanto
nime. Quizás algunos la encontrarán admirable a la significación de estos signos, podemos
y verán en Charles a una víctima de la in- considerar que adquieren el status de código
comprensión. Esta es una cuestión de inter- técnico. En efecto, si bien la relación entre el
pretación. objeto estético y su significación sólo puede
En el primer caso, tenemos un código, es ser dada c o m o una evidencia inmediata e im-
decir un sistema de convenciones explícitas y plícita, sin embargo, a medida que esta evi-
socializadas. En el segundo, una hermenéutica, dencia es reconocida y aceptada, el signo es
sistema de signos implícitos, latentes y pura- retomado, repetido y su valor se convencio-
mente contingentes. No se trata de que no naliza: el ojo es el "espejo del alma", el
estén convencionalizados ni socializados sino cuello, el signo de la "fuerza vital", etc. Y el
que lo están, pero de una manera más débil, pintor utiliza esas convenciones agrandando el
más oscura y con frecuencia inconsciente. Así, ojo de su modelo y alargando su cuello. Esas
la bota metálica que sirve de enseña al nego- retóricas, esas "escrituras" son códigos. Lo
cio de un zapatero, el dibujo de una bota en mismo ocurre con la adivinación, en la medi-
el catálogo de zapatos, la bota militar, insig- da en que el adivino reconoce a cada signo o
nia de los cuerpos de caballería, etc., depen- combinación de signos un sentido convenido e
den de un código. En cambio, la bota del invariable.
primo Gontran que se cree un gentleman- Pero los códigos técnicos significan un sis-
farmer, la del hijo de la portera que es miem- tema de relaciones objetivas, reales, observa-
bro de la banda de los Arcángeles de la Mau- bles y verificables (o que se supone que lo
be, la de la dama del quinto piso que es son), mientras que los códigos estéticos crean

57 103
representaciones imaginarias que adquieren va- muía química, un sueño. Por eso no es raro
lor de signos en la medida en que se dan encontrar en la lengua todos los tipos de sig-
c o m o un doble del mundo creado: el mensaje nos y todas las formas de la significación.
estético es lo análogo de lo surreal, de lo In- El problema, muy arbitrario y pura materia
visible, de lo Inefable o de una realidad que de definición, consiste en decidir hasta dónde
los signos técnicos no son o no han sido has- llega la competencia de una semiología. Para
ta ahora capaces de expresar, es decir de algunos, abarca todo el dominio, que es muy
observar, verificar y afectar con un signo con- grande, de la significación. Para otros, en una
vencional y unánimemente aceptado. acepción más restringida, es el estudio de los
El sentido lógico está totalmente codifica- signos de comunicación no lingüísticos: códi-
do, encerrado y virtualmente contenido en el gos de señalización, ritos ceremoniales, có-
código, mientras que la representación estética digos de cortesía. Es decir, lo que a grandes
está siempre parcialmente codificada y sigue rasgos designamos aquí con el término de
siendo un campo de relaciones más o menos códigos técnicos o lógicos.
abiertas a la libre interpretación del receptor. Otros ubican dentro de la semiología a los
Este grado de codificación varía evidente- códigos estéticos o poéticos: artes y literatura,
mente con los géneros, las épocas, las cultu- comportamientos socializados (que son artes
ras. En el western, por ejemplo, los persona- de la vida social), incluyendo o no las herme-
jes, las situaciones, las conductas están estre- néuticas. Pero ¿ c ó m o definir los límites entre
chamente convencionalizados. esos diferentes tipos de significación?
Hay, por lo tanto, códigos técnicos cuya T o d o es signo y signo abundante: los árbo-
función consiste en significar una experiencia les, las nubes, los rostros, los molinillos de
racional y códigos poéticos cuya función es la café. . . son envueltos por capas de interpreta-
de crear un universo imaginario a través del ciones que trabajan y hojaldran la masa se-
cual se significa una experiencia irracional o, mántica.
en todo caso, que escapa a la acción de los Sobre la existencia de esta significación y
signos técnicos. Finalmente, más allá de los los caracteres en los que se basa, t o d o el
códigos poéticos convencionalizados, existe el mundo está más o menos de acuerdo. Pero en
dominio de una hermenéutica que recubre re- la perspectiva de una semiología generalizada,
laciones nuevas que escapan a todas las con- los diferentes tipos de signos son "más o
venciones, o que son convenciones inconscien- menos significantes", lo que con frecuencia
tes, o antiguas convenciones cuyo sentido se dificulta la tarea de delimitar su campo. En
perdió y se nos escapa. efecto, es posible oponer, por una parte, los
La lengua recupera todos esos sistemas códigos explícitos socializados en los cuales el
puesto que todo lo que es significado de de- sentido es un dato del mensaje resultante de
terminada manera puede ser expresado por una convención formal entre los participantes
medio de palabras: podemos describir un cua- y, por otra parte, las hermenéuticas individua-
dro, una fiesta, un mapa caminero, una fór- les y más o menos implícitas en las cuales la

59 103
significación resulta de una interpretación del CAPITULO III
receptor. Pero es muy difícil definir la natura-
e ^acta de los sistemas mixtos, es decir

las poéticas, las retóricas, las artes adivinato-


rias, las simbólicas, las mitologías, las cuales
son, en algunos casos, hermenéuticas en vías LOS CODIGOS LOGICOS
de codificación o antiguos códigos en proceso
de descodificación.

En las páginas precedentes, hemos distinguido


dos grandes modos de la experiencia: la obje-
tiva-intelectiva y la subjetiva-afectiva.
La función de los códigos técnicos lógicos
consiste en significar la experiencia objetiva y
la relación del hombre con el mundo.
Distinguiremos varios tipos: los códigos de
conocimiento, bajo la doble forma del cono-
cimiento científico y del saber tradicional, los
sistemas de señalización y los programas de
aprendizaje y de trabajo, que son códigos de
la acción. Finalmente agregaremos, a falta de
una mejor ubicación, los códigos paralingüís-
ticos, relevos, sustitutos y auxiliares de la len-
gua articulada.

I. LOS CODIGOS PARALINGUISTICOS

Como acabamos de decir, hay tres tipos de


códigos paralingüísticos, según se trate de una
simple recodificación, de un código autónomo
o de un código paralelo empleado concurren-
temente con el lenguaje.

1. Los relevos del lenguaje. Aquí ubicaremos


los diferentes alfabetos. Estos son: la escritura
alfabética (y eventualmente silábica), el morse,
el braile, el sistema marinero de señales con
banderas, el alfabeto digital de los sordomu-
60
61
dos y diversos tipos de tam-tam, una de cu- espaciales. Al efecto, se reemplazan los soni-
yas formas más simples es el alfabeto de los dos por letras y las letras por toda otra sus-
prisioneros: un golpe corresponde a A, dos tancia apropiada. La escritura transforma a los
golpes a B, tres golpes a C, etc. A este tipo sonidos en signos visuales especializados, que
pertenecen también los códigos criptográficos permiten su conservación y su transmisión a
que reemplazan las letras del alfabeto por ci- distancia. El alfabeto digital de los sordomu-
fras o cualquier otra figura, o que modifican dos es visual, el braile es táctil. El morse es
el ordenamiento normal según reglas conveni- múltiple: acústico, óptico, gráfico, eléctrico.
das. Su función consiste en reemplazar al len- Un mismo mensaje puede ser objeto de va-
guaje articulado toda vez que su utilización rias codificaciones sucesivas: un mensaje oral
esté sometida a constricciones temporales y será escrito, ese mensaje escrito será criptogra-
fiado y este último, transcripto en morse; pri-
meramente en forma táctil (por manipulación
Gráfico Banderines Morse Semáforo
de una palanca), forma a su vez recodificada
en impulsiones eléctricas, las que son inscrip-

- 4 tas en puntos y trazos gráficos.


En todos los casos, esos códigos sustitutivos
están supeditados al lenguaje articulado. Es

" 1
O por eso que, a pesar de su universalidad, sólo
B son comprensibles en la lengua así recodifi-
cada.

C 2. Los sustitutos del lenguaje. C o m o ya se


vio, los códigos alfabéticos sólo son relevos
del lenguaje^ articulado y dependen necesaria-
mente de él.
D El signo A del alfabeto, o el .— del morse
son simples transcripciones del sonido a. Sólo
ha cambiado la sustancia del código pero no
su forma. Los ideogramas del chino, en cam-
E bio, tienen su sentido propio: hay un signo
para designar la "casa", el " c i e l o " , el " á r b o l " .
Lo mismo ocurre con los jeroglíficos y los
F pictogramas. Se trata de códigos autónomos e
independientes del lenguaje articulado: los le-
trados chinos pueden comunicarse a lo largo
G de todo el país mientras que sus dialectos
maternos no les permiten entenderse. También

63 103
es el caso de las señales de humo de los in- el techo, lo que índica su lejanía. La de la
dios, los signos de conveniencia de los argots jovencita posee vigas entrecruzadas, lo que ex-
y de las sociedades secretas, etc. Entre esos presa su tristeza 1 6 .
sustitutos del lenguaje, uno de los más elabo-
rados es el lenguaje gestual de los monjes tra-
penses que contiene más de 1300 signos. Así, 3. Los auxiliares del lenguaje. La comunica-
hora se expresa: "uniendo los puños a su al- ción lingüística se basa en el empleo de sig-
tura normal y agitando los meñiques"; tarde: nos articulados.
"apretando el índice sobre el o j o " ; noche, Pero el discurso va acompañado con fre-
"apretando el pulgar y el índice sobre los dos c u e n c i a de signos paralelos: entonaciones,
ojos". La traducción a una lengua extranjera mímicas, gestos. Se trata de indicios naturales,
constituye una recodificación de ese tipo, así espontáneos, que cumplen una función pura-
c o m o la filmación de una pieza de teatro o mente expresiva, pero algunos pueden ser con-
de una novela, la pintura de un relato de ba- vencionalizados a los fines de la comunica-
talla o, por el contrario, la descripción de un ción. El alzamiento de hombres, el levanta-
cuadro. miento de cejas, el movimiento horizontal o
Transcribimos a continuación, a m o d o de vertical de la cabeza son signos que varían de
ejemplo, un mensaje pictográfico. Se trata de una cultura a otra. Los griegos, por ejemplo,
una carta de amor escrita por una jovencita mueven la cabeza de arriba hacia abajo en
de la tribu siberiana de los yukaguires. La fle- signo de denegación.
cha de la derecha representa a la joven, la de En ciertas culturas, esos códigos pueden
la izquierda a su enamorado. astar muy elaborados. El italiano que "habla
con las manos" no efectúa una vana gesticula-
ción c o m o podría creerse a simple vista, pues
cada gesto tiene su propia significación.
Esos auxiliares del lenguaje adquieren una
gran importancia en ciertas formas de expre-
sión (teatro, danza, ritos) y su función es más
expresiva que técnica (cf. infra, p. 112).

A) Los códigos prosódicos utilizan las varia-


ciones de elevación, de cantidad y de inten-
sidad del habla articulada.
La semiología los dejó hasta ahora en ma-
nos de la lingüística, pero esta última nunca

La figura que encierra la flecha representa


16 Reproducido de L'homme et son langage, París,
la casa. De la casa del enamorado sólo se ve Tal'andier, p. 1 0 9 .

65 103
los estudió realmente. Un error muy común C El código proxémico utiliza el espacio en-
consiste en considerarlos c o m o elementos más tre el emisor y el receptor.
o menos marginales del código gramatical pre- La distancia que mantenemos entre noso-
dicativo, estudiándoselos algunas veces bajo el tros y nuestro interlocutor, el lugar que ocu-
nombre de marcas suprasegmentales. En reali- pamos en un cortejo o alrededor de una me-
dad, se trata de un código paralelo, estrecha- sa, etc., son otros tantos signos de nuestro
mente imbricado en el código predicativo pe- status social y constituyen un código elabo-
ro totalmente distinto, tanto por su naturale- rado que varía según las culturas.
za c o m o por su función y su funcionamiento La proxémica, a la que volveremos a refe-
semiológicos. La mejor prueba de ello es el rirnos junto con la kinésica, constituye, al
fracaso de la gramática en recuperar e integrar igual que esta última, una ciencia surgida hace
categorías prosódicas tales c o m o la interjec- p o c o tiempo en los EE.UU 1 7 .
ción, el imperativo, el vocativo (cf. Syntaxe
du frangais, cap. V, " L a syntaxe expressive").
Pero el criterio decisivo reside en el hecho n . LOS CODIGOS PRACTICOS: SEÑALES
de que la lengua presenta un doble nivel de
Y PROGRAMAS
articulación (cf. supra, p. 44), carácter que
no poseen los signos prosódicos. Las señales y los programas tienen por fun-
El código prosódico desempeña un papel ción coordinar la acción por medio de con-
importante en la comunicación afectiva y esos minaciones, instrucciones, avisos o llamados
indicios de origen natural están, en realidad,
de atención.
altamente socializados y convencionalizados,
Las primeras permiten dirigir la circulación
c o m o lo demuestra la dicción de los actores.
o movimientos de conjunto. Los segundos son
sistemas de instrucción para efectuar un tra-
bajo, c o m o por ejemplo el programa de una
B) El código kinésico utiliza los gestos y las cadena de montaje o un molde de costura.
mímicas. Es también un código paralelo estre- Entre los sistemas de señalización, los más
chamente asociado al habla y, muy particular- conocidos son los códigos de circulación cami-
mente, a los signos prosódicos. nera, ferroviaria, aérea, marítima y fluvial.
El carácter convencional de esos signos apa- En esta categoría son incluidas las señales
rentemente naturales y espontáneos ha sido de advertencia: campanas y toques de alarma,
demostrado desde hace tiempo. Su estudio es redoble de tambor, toques de clarín, de cuer-
el objeto de una nueva ciencia, en vías de no, de sirenas, que además pueden ser elabo-
desarrollo en EE.UU. Volveremos sobre este rados. Por ejemplo, los toques militares distin-
tema más adelante, en el marco de los códi-
gos de la comunicación social, donde los "len- 17 En relación con estos problemas, consultar "Pra-
tiques et langages gestuels", en Langages, N ° 10, juin
guajes gestuales desempeñan un papel particu-
1968, Didier-Larousse, donde encontraremos una expo-
larmente importante" (cf. infra, p. 112). sición y una bibliografía sobre el tema.

67 103
guen: la diana, la generala, la botasilla, el lla- señales distintas (sin hablar de las 230 infor-
mado, la retreta, la carga con variantes para maciones proporcionadas por las placas mine-
los diferentes cuerpos o unidades. ralógicas nacionales y extranjeras).
Todas las formas de trabajo en común utili- Contamos:
zan sistemas de señales, desde el "izar" de los
87 carteles de señalización caminera per-
marineros que tiran de las cuerdas hasta los
tenecientes a cinco categorías semánti-
más complejos programas de una cadena de
cas: peligro, stop, prohibición, obliga-
producción o de una orden de batalla.
ción, estacionamiento;
Algunos son muy simples c o m o el bastón
25 a 30 señales de luces: rojo, verde,
blanco de los ciegos y otros más ricos c o m o
amarillo; intermitentes de dirección, fre-
el código caminero que comprende varias cen-
no, marcha atrás; cambio de dirección,
tenas de señales de sustancia y forma muy
posición nocturna, altura de los puentes,
diversas: luces, colores, imágenes, letras, adver-
tencias sonoras, etc. caravanas de vehículos;
una veintena de bandas de circulación:
La naturaleza de esos sistemas depende, por
sendas peatonales, bandas amarillas con-
una parte, de su campo semiológico, es decir
tinuas o no, cerámicos amarillos o rojos
de las informaciones y órdenes que deben
de prohibición de estacionamiento;
transmitir y, por otra parte, de las condicio-
cinco señales relativas a la naturaleza del
nes de la emisión y de la recepción. ¿Cómo,
transporte;
por ejemplo, un aviador accidentado puede
comunicarse con otros aviones que sobrevue- sin contar las señales, fijas o cambiables, en
lan el lugar del accidente? Los gritos no sir- los brazaletes de los agentes de tránsito.
ven, los gestos o los banderines no se distin- Por otra parte, Mounin comprueba que "un
guen a partir de cierta distancia, el fuego es automovilista registra a su derecha en el sen-
p o c o visible durante el día. El problema es tido de la marcha aproximadamente de 200 a
resuelto por un cuadrado de tela, azul de un 250 señales en 100 km de ruta nacional de
lado y amarillo del otro, que puede ser ple- tráfico intenso y hasta 500 señales en 100 km
gado de acuerdo a un código que comprende cuando atraviesa ciudades: el tráfico de ciu-
doce señales correspondientes a pedidos de dad utiliza entre 800 y 1000 señales en
agua, alimento, medicamento, combustible, 100 km contando solamente los carteles de se-
etcétera. ñalización del código caminero, que no son
Ante la imposibilidad de detallar aquí el las únicas señales de la circulación" 1 8 .
conjunto de esos sistemas, veremos, a título Los sistemas de señales varían según su
de ejemplo, algunas observaciones sobre la se- complejidad y su grado de estructuración. Se
ñalización caminera. Esta es particularmente distinguen también por la naturaleza de los
importante porque interesa a la mayoría de
los ciudadanos. G. Mounin calculó que el có- 18 G. Mounin, " L e s systemes da communication
digo caminero utiliza cerca de ciento cincuenta non lingüistiques. . . " , B.S.L.P., LIV, 1 9 5 9 .

101
68
n i . LOS C O D I G O S EPISTEMOLOGICOS
áignos utilizados. Unos son arbitrarios, c o m o
por ejemplo las luces de la circulación cami-
nera o marítima, otros iconográficos, c o m o Las insignias y las señales son signos de co-
los carteles que señalan la proximidad de una municación. Su función explícita consiste en
escuela, de un paso a nivel, etc. informarnos sobre la identidad de los indivi-
Tienen en común su carácter estrictamente duos (o de los grupos) y en transmitir infor-
monosémico, un alto grado de convencionali- maciones apropiadas para coordinar la acción.
dad que es siempre explícita y constrictiva. Por otra parte, los signos pueden tener por
En la actualidad, la mayoría de esos sistemas función la representación de una realidad
son internacionales. compleja, haciendo conocer su estructura. En
Existen muchas clases de señales. Ya men- efecto, t o d o saber consiste en establecer un
cionamos las alarmas, los timbres y toques, a sistema de relaciones entre los elementos que
los que podemos agregar.los gritos de guerra constituyen el campo de una experiencia. Y ,
(y de los juegos), las señales de humo, luces, una vez observadas o postuladas, esas relacio-
etc.; las ramas que rompe el cazador para se- nes deben ser significadas.
ñalar el lugar donde se oculta la caza, los códigos El saber tiene, por lo tanto, una doble faz:
utilizados por los mendigos, los malhechores, los un sistema epistemológico (significado) y un
medios de transmitir instrucciones con vistas a sistema semiológico (significante), siendo pre-
una acción individual o colectiva. cisamente el objeto de la semiología el esta-
En el caso de una acción compleja y elabo- blecer la naturaleza de la relación entre esos
rada, la señal adopta la forma de un progra- dos sistemas. Las ciencias modernas se carac-
ma. Un programa es el "conjunto ordenado y terizan por el hecho de que en ellas las rela-
formalizado de las operaciones necesarias y ciones son significadas por medio de un sis-
suficientes para obtener un resultado; (un) tema de significantes ad hoc especialmente
dispositivo que permite a un mecanismo efec- concebidos al efecto y conforme a una axio-
tuar esas operaciones: programa en banda per- mática objetiva. Los conocimientos tradicio-
forada, magnética, programa de una calcula- nales, en cambio, adoptan modelos pragmáti-
dora, de un o r d e n a d o r " 1 9 . cos de la realidad ya conocida y codificada.
El nuevo sistema epistemológico es represen-
19 Esta definición de uno de nuestros más recientes tado a través de otro episteme de forma aná-
diccionarios demuestra la importancia adquirida por loga o que se supone que lo es.
esta noción con el advenimiento de la automatización. Los sistemas que se presentan bajo estas
Pero la cibernética es una disciplina que hemos decidi-
dos formas son innumerables. Nos limitaremos
do ignorar, aunque hubiese tenido una fácil ubicación
en el marco de una semiología. a describir brevemente algunos códigos cientí-
Para el problema de la programación automática, ficos y un cierto número de artes adivinato-
consúltese La cybernétique, " Q u e sais-je", N ° 6 8 8 . El rias que constituyen las formas más típicas de
programa adopta frecuentemente la forma de un plano un saber sistemático en las culturas popu-
figurativo: plano de construcción, esquema de montaje,
lares.
diagramas, organigramas, etc.

71 103
1. Los códigos científicos. La ciencia es signi- riedad que protege al código de toda conta-
ficada por la lengua común en cuyo seno ca- minación analógica; por otra parte, una moti-
da ciencia y objeto de conocimiento posee su vación que ayuda a la memoria. Por eso gene-
lengua particular basada en procedimientos de ralmente presentan una estructuración homo-
significación apropiada. Sobre ese tema, remi- lógica. Es el caso del lenguaje de la química,
timos a nuestra obra Les mots savants20. donde hay una perfecta correspondencia en-
Pero esas lenguas científicas, cualquiera sea tre la estructura de los significantes y la de
su grado de autonomía, se hallan expuestas, los significados pero ninguna analogía entre
en el seno de la lengua, a toda clase de con- los elementos de las dos series (cf. infra,
taminación (polisemia, analogía, connotacio- p. 75).
nes, etc.) que perturban su naturaleza y su Los códigos científicos responden a dos
funcionamiento. Es por eso que la mayoría grandes funciones: clasificar y calcular, origen
de las ciencias pretenden elaborar códigos no de la distinción en dos grandes tipos, taxonó-
lingüísticos adecuados para su propia axiomá- micos y algorítmicos y operacionales.
tica.
Esos códigos son del tipo " l ó g i c o " , de Las taxonomías de las ciencias naturales
acuerdo con la definición que dimos de ese (flora, fauna, etc.) son puros sistemas de clasi-
término en oposición a "estético" (cf. supra ficación cuya función consiste en definir las
p. 12), dado que el objetivo de toda ciencia entidades por sus relaciones recíprocas. Las
consiste en acentuar la función referencial f ó r m u l a s algebraicas, en cambio, permiten
protegiéndola de las interferencias y connota- operar a partir de las relaciones que expresan
ciones de las otras funciones (emotiva, conmi- y que pueden transformar en nuevas rela-
nativa, etc.). ciones.
Los códigos científicos presentan los dos Podemos distinguir a las ciencias según es-
grandes tipos de significación: arbitraria y fi- tudien relaciones puras, abstractas e indepen-
gurada. La notación numérica es totalmente dientemente de su contenido o que, por el
arbitraria, pero la geometría utiliza figuras. contrario, estudien las relaciones entre las sus-
Las funciones algebraicas pueden ser registra- tancias. Desde este punto de vista, la más abs-
das a la vez en forma de fórmulas arbitrarias tracta de todas las ciencias es la lógica. Es la
y de curvas figurativas. También son figurati- ciencia de las relaciones en tanto que tales y
vos los planos, los esquemas, los gráficos, etc. en consecuencia la ciencia de las ciencias. Su
Pero todos esos códigos tienen un rasgo en objeto consiste en definir los diferentes tipos
común: la convención es muy fuerte, constric- de relaciones que pueden establecerse entre
tiva y generalmente explícita. entidades o conjuntos y garantizar la verdad
Los códigos científicos están sometidos a de esas relaciones. Es un código, en la medida
una doble exigencia: por una parte, la arbitra- en que significa esas relaciones. El código de
la lógica tradicional (aristotélica) está consti-
20 , " O u e sais-je? " , N ° 1 3 2 5 . tuido por un cuerpo de silogismos. La lógica

73 103
formal moderna, llamada también simbólica 2 1 , ohmio, culombio, faradio, henrio, waber, max-
se fijó un cuerpo de signos totalmente arbitra- well, gauss, termia, caloría, frigoría, candela,
rios y sistematizados. nit, stilb, lumen, bujía, f o t o , lux, dioptría,
var). La química actual ofrece un vocabulario
Las matemáticas estudian las relaciones ya aún más normalizado, millares de símbolos
especificadas pero a un alto nivel de abstrac- combinables según leyes sistemáticas rigurosas
ción e independientemente de la sustancia: la (que son la expresión ideográfica de las leyes
aritmética y el álgebra las relaciones numéri- objetivas de la q u í m i c a ) " 2 2 .
cas, la geometría las relaciones espaciales, la Agreguemos que esas ciencias poseen códi-
mecánica las relaciones cinéticas. gos figurativos: funciones algebraicas, curvas
estadísticas, configuraciones químicas, etc.
La física, la química son ciencias que estu- Veamos, a título de ejemplo, c ó m o se des-
dian relaciones sustanciales. cribe la prímula según un código utilizado
Todas esas ciencias poseen sistemas de nota- por la botánica. La fórmula de la planta es la
ción ideogramáticos que además tienen la ventaja siguiente:
de ser internacionales.
"El más conocido de esos sistemas no es ? © K(5) C(5)~Io + 5G(5)
otro que el cuadro de las abreviaturas norma-
lizadas del sistema métrico, que contiene alre- que se lee: "Hermafrodita, simetría radial, cá-
dedor de sesenta y siete símbolos universales liz de cinco sépalos con cinco estambres adhe-
(aritmética, longitudes, superficies, volúmenes, ridas, pistilo con cinco carpelos cuyos ovarios
capacidades, pesos). se sitúan más arriba del nivel de inserción de
Los sistemas de unidades físicas (M.T.S., los pétalos".
C.G.S., M.K.S.A.) contienen a su vez por lo La zoología describe también una mandíbu-
menos 285 símbolos universales que expresan la de la siguiente forma:
ya sea unidades (alrededor de 175) o capaci-
dades (110) relativas a todos los sectores de
I C P i M _
cada área de la física: masa, tiempo, mecá- 1 1 s

nica, electricidad, magnetismo, calórica, óptica i 8 c 1 p 4 m 3 - ^


(en total 37 secciones de nociones distintas y
de unidades correspondientes expresadas en que significa que las mandíbulas inferiores y
símbolos que representan los siguientes térmi- superiores son idénticas y están compuestas
nos: hertz, oteno, newton, dina, julio, erg, respectivamente de 3 incisivos, 1 canino, 4
watt, bar, pieza, pascal, baria, amperio, voltio, premolares y 3 molares, es decir 44 dientes
en total.
21 En el sentido lógico del término y cuyo empleo
evitamos por los motivos expuestos anteriormente (cf. 2 2 G . Mounin, "Systemes non lingüistiques au X X
p. 39). siécle, B.S.L.P., 1 9 5 9 , p. 1 8 6 .

75 103
Veamos ahora la formula de una experien-
tos cuyos modos de significación son, por lo
cia química:
general, homológicos. Pero mientras la ciencia
crea sistemas de signos ad hoc totalmente ar-
CaC0 3 + H a S0 4 = CaS0 4 + COa + H a O bitrarios y que sólo reflejan las relaciones del
sistema epistemológico, los conocimientos tra-
que significa que si se mezcla mármol (carbo-
dicionales buscan un sistema de significación
nato de calcio) con ácido sulfúrico se obtiene
en otro sistema epistemológico real y concre-
sulfato de calcio, gas carbónico y agua.
to. Así es c o m o el alma y sus funciones son
asimiladas al cuerpo, la organización social a
i^a ecuación química es del mismo tipo que la estructura celeste, etc.
una ecuación algebraica y está sometida a la
misma prueba de verificación: la suma de los Ahora bien, esa asimilación, aun cuando en
cuatro elementos (Ca, Co, H y So) es la mis- un principio pueda ser puramente formal y
ma en los dos términos pero sus combinacio- estructural, implica asociaciones analógicas en-
tre las entidades de los dos sistemas. Hay
nes son diferentes.
transferencia de las propiedades sustanciales
del significante sobre el significado. Así, en
Todos esos códigos son articulados y es-
un sistema donde el alma (anima) es desig-
tructurados y la significación se basa en una
nada c o m o el " s o p l o " , el mal aliento se con-
homología del sistema epistemológico y del
vierte en el signo de una corrupción del alma.
sistema semiológico.
Podemos decir que esos sistemas de signifi-
Esos códigos de transcripción pueden ir
caciones prelógicos son homo-analógicos. Esta
acompañados de sistemas de representación fi-
es también una característica del "pensamien-
gurados. Tales son los gráficos de las funcio-
to salvaje", según la expresión de Lévi-Strauss,
nes algebraicas, los árboles taxinómicos, los
y una regla general de la creación mítica y
modelos moleculares de la física o de la quí-
folklórica. Su mecanismo es particularmente
mica.
evidente en las artes adivinatorias que consti-
Los signos son arbitrarios y eliminan toda tuyen la base del saber arcaico, saber que per-
analogía sustancial entre los significantes y los dura ampliamente en el pensamiento popular
significados. Esta afirmación es válida tanto moderno.
para los códigos de transcripción c o m o para
los sistemas de representación.
La codificación del saber tradicional, en IV. EL " P E N S A M I E N T O S A L V A J E " . LAS
cambio, se basa en sistemas en los cuales el ARTES ADIVINATORIAS
significante mantiene una relación de analogía
con el significado. Las artes adivinatorias son medios de comuni-
En sus formas eruditas y elaboradas, la as- carse con los dioses, el más allá, el destino.
trología, la alquimia, la fisiognomía, etc. cons- Constituyen sistemas de signos.
tituyen, por otra parte, sistemas muy comple- Los más conocidos entre nosotros son: la

103
76
adivinación por medio de los astros (astrolo- El rey, la dama, la sota, representan respec-
gía) por medio de las cartas (cartomancia), tivamente un hombre, una mujer y un hom-
por medio de las líneas de la mano (quiro- bre joven.
mancia), por medio de los sueños (onii ornan- El rey de corazones es un "amigo muy
do), sin hablar de la borra del café, la bola querido".
de cristal, etc., ya que los procedimientos son El rey de tréboles es un "amigo fiel".
innumerables. El rey de diamantes es un "desconocido in-
La Encyclopédie de la divination23 enume- solente"
ra más de 350 procedimientos, lista que está El rey de pique es un "marido brutal y
lejos de ser exhaustiva y a la que es preciso avaro".
agregar las innumerables supersticiones. La sota de diamantes será "un joven desco-
El signo puede estar aislado: un gato negro, nocido interesado y adulador".
la araña de la mañana o de la tarde, etc., El siete designa a una joven, el siete de
pero el mensaje también puede ser formulado diamantes representa a una joven desconocida
a partir de una combinación compleja de sig- con penas de amor", etc.
nos organizados de acuerdo con un código. La cartomántica, enterada de que la consul-
Veamos, a manera de ejemplo, una de las tante está en ese momento comprometida en
numerosas formas de tirar las cartas. una aventura con un hombre joven (grupo del
Se tiran veinte cartas de un juego de 52 y centro), discierne obstáculos (grupo de la iz-
se forman cinco grupos de cuatro cartas cada quierda) debido a la rivalidad con una desco-
uno, dispuestos en cruz. nocida hipócrita (dama de diamantes) o a la
Las cartas del medio hablan del presente, presencia de un padre brutal (rey de pique) y
las de arriba del futuro próximo, las de abajo lee en el futuro inmediato (grupo de arriba)
del pasado, las de la derecha del futuro leja- contratiempos tales c o m o una ruptura (nueve
no, las de la izquierda de los obstáculos. de pique) o un viaje (diez de diamantes). El
Cada grupo de cartas constituye un mensaje futuro lejano (grupo de la derecha) podrá pre-
que debe ser interpretado globalmente tenien- decir un final feliz (nueve de corazones), gra-
do en cuenta relaciones de proximidad entre cias a la intervención de un amigo fiel (dama
las cartas, cada una de las cuales tiene un o sota de diamantes), etc.
sentido convenido. Cada una de esas combinaciones presenta
Los corazones y los tréboles son favorables, un amplio margen de interpretación que per-
los diamantes y los piques desfavorables. Los mite integrar las informaciones ya recibidas:
corazones designan el amor y el éxito. Los el rey de pique podrá ser un marido, un pa-
tréboles, la amistad y el dinero. Los diaman- dre, una persona celosa, etc. El diez de dia-
tes, el engaño y los viajes y noticias. Los pi- mantes (viaje) podrá ser una partida momen-
ques, los celos y el fracaso. tánea o definitiva, un viaje de dos personas,
la intervención de un viajero, un encuentro
2 3 Tchou, Paris, 1 9 6 5 . durante un viaje, etc.

79 103
Esos sistemas son muy interesantes para el a los sueños, utilizan una simbólica cultural
semiólogo en la medida en que sirven para justificada por el psicoanálisis que ve en ellos
comprender la formación y el funcionamiento arquetipos de la imaginación y mensajes del
de los códigos culturales (cf. infra p. 83). subconsciente.
Constituyen una rejilla aplicada a una situa- Todas las culturas tienen su sistema de
ción, en este caso la aventura amorosa clásica símbolos. Estos son los principales en la oni-
e ingenua. Pero puede también ser aplicada a romancia occidental:
la guerra, a la política, a los negocios, etc., Cordero: tranquilidad, felicidad;
de modo que el mismo mensaje presente tan- Aguila: incendio, fuego, devastación;
tas lecturas c o m o se desee. Aguja: dificultad, peligro;
Y todas esas lecturas son homologas en la Asno: sensualidad, aventuras amorosas, adulte-
medida en que se trata de un mismo sistema rio;
de relaciones entre los significantes que les Angel: buena noticia;
impone una misma estructura. Y recíproca- Anillo: matrimonio o divorcio, según el caso;
mente, podemos aplicar sobre una misma rea- prisión;
lidad rejillas diferentes: la rejilla astrológica, Araña: buen presagio;
por ejemplo, u onírica. etc., etc.
Se trata, por lo tanto, de sistemas de rela-
ciones. q u e poseen su propia estructura: En este simbolismo se basan frecuentemen-
cartas, astros, sueños, etc., y cada una de esas te diferentes artes adivinatorias. Las manchas
estructuras, aplicada sobre la realidad, la re- de tinta, arena, nubes, borra de café, dibujan
corta en relaciones análogas y, por lo tanto, figuras que son interpretadas del mismo mo-
le confiere un cierto sentido, que no es sino do: un anillo es presagio de matrimonio, etc.
una relación (cf. infra p. 107). Los sistemas que acabamos de mencionar son
El código es una asimilación de lo descono- de tipo motivado en la medida en que utili-
cido por lo conocido, que asigna a lo desco- zan estructuras reales (astros, cartas, líneas de
nocido la estructura y, por lo tanto, el senti- la mano, etc.).
do de lo conocido. Ese es el caso de la astro- Otras artes adivinatorias son totalmente ar-
logia, que postula que las relaciones humanas bitrarias, siendo su código una construcción
son homologas a las que se observan entre los abstracta y los signos combinaciones puramen-
astros, relaciones en el espacio (configuracio- te lógicas (y no naturales). Es el caso de la
nes celestes) a la vez que en el tiempo (movi- aritmomancia (adivinación por los números),
miento de los astros). Las fisiognomías se ba- la paromancia (adivinación por medio de vari-
san también en el postulado de una equivalen- llas) y otros tipos de azar. Las formas de
cia entre el cuerpo (visible) y el alma (invisi- cálculos aritmománticos fueron practicadas por
ble): la inteligencia corresponde a la cabeza, todas las culturas, especialmente entre los
la afectividad al corazón, la voluntad y el ins- egipcios, los hebreos, los griegos y los árabes.
tinto al vientre, la acción al sexo. En cuanto A ú n perduran bajo innumerables formas.

80 103
Una de las más simples consiste en interpretar T o d o esto no quiere decir que en algunos
el carácter y el porvenir en función del nom- casos no pueda haber una homología real en-
bre. Cada letra es inscripta según su orden en tre la estructura del código y la de la reali-
el a l f a b e t o . A s í escribimos: P.I.E.R.R.E.,
dad.
1 6 + 9 + 5 + 1 8 + 1 8 + 5 = 71 = 8.Luego hay que in-
El psicoanálisis confirmó el valor de nume-
terpretar el número 8 en función de un código
rosos símbolos y considera a los sueños c o m o
del que existen varias versiones. Algunos están
una comunicación efectiva del inconsciente.
referidos a un simbolismo originado en la anti-
La psicosomática admite actualmente que la
gua aritmología, otros son tablas de equivalen-
cia entre los números y los planetas y el código enfermedad puede ser un m o d o de comunica-
aritmomántico sólo es, en ese caso, un relevo ción y en particular corresponder a perturba-
de la astrología. ciones y a una impotencia de comunicar normal-
mente. La quiromancia, por instinto o por tra-
De todos esos sistemas, uno de los más c o m - dición, extrae algunas veces conclusiones no des-
pletos y lógica y abstractamente estructurados
provistas de fundamento: el color de las manos,
es el I Ching de los chinos o la adivinación por
la firmeza de los músculos, la amplitud del puño,
medio de varillas. Las varillas según sean pares
etc. Así es c o m o el hecho de cerrar el puño
o impares, proporcionan dos elementos de sig-
apretando el pulgar entre los dedos ha sido
no y cada signo o hexa^rama está compuesto
reconocido por la medicina c o m o un signo de
por seis elementos. Por lo tanto, hay sesenta y
deficiencia de la voluntad que se observa en
cuatro hexagramas en el código y cada uno po-
los seres timoratos o mal adaptados así c o m o
see un sentido bien definido.
en estados patológicos graves. Ese diagnóstico
Un arte adivinatoria es el conjunto de las es confirmado por el psicoanálisis que ve en
respuestas que el consultante espera del adivino
ese acto una necesidad de protección y el sig-
en una situación particular: guerra, familia, sa-
no de una "nostalgia fetal".
lud, amor, negocios. A cada elemento corres-
Pero el "pensamiento salvaje" postula una
ponde un signo y los signos son extraídos al
analogía no verificada entre dos series de fe-
azar, dando por supuesto que el Destino es
nómenos distintos. Se trata, c o m o ya dijimos,
quien guía la mano que tira las varillas o las
de una homo-analogía, mientras que la ciencia
cartas, extiende la ceniza o la arena, el animal
está basada en una axiomática extraída de la
que deja huellas en el suelo, etc. Se trata de
dar un sentido a los fenómenos' y a los indivi- observación de los fenómenos en sí mismos.
duos que consultan, es decir de establecer en- Transcribimos a m o d o de ejemplo, la tabla
tre ellos relaciones, lo cual constituye el obje- de las correspondencias entre los signos del
to de t o d o conocimiento. La ciencia establece zodíaco, la mano, el cuerpo y las enfermeda-
entre las cosas relaciones objetivas y que real- des, las cartas del tarot, los números, las le-
mente existen. El arte adivinatorio proyecta tras, etc.
sobre el universo significado la sombra de su
propia estructura.

82 103
ZODIACO TAROT GEOMANCIA CUERPO HUMANO
COLORES GEMAS METALES DEDOS ETC.

Aries El Emperador Acquisitio Cabeza, rostro


Rojo Amatista Acero Indice 1
Tauro El Papa Loetitia Cuello, garganta
Verde Agata Latón - 2
Géminis El Enamorado Rubens Brazos
Gris Berilo Mercurio - 3
Cáncer El Carro Albus Pecho
Azul Esmeralda Plata Anular 1
Leo La Fuerza Vía Espalda, corazón
Amarillo Rubí Oro - 2
Virgo El Ermitaño Conjunctio Vientre
Gris Jaspe Alpaca - 3
Libra La Justicia Puer Ancas, ríñones
Verde Diamante Cobre Meñique 1
Escorpio La Muerte Tristitia Organos sexuales
Rojo Topacio Hierro 2
Sagitario La Templanza Cauda Draconis Nalgas, caderas
Azul Granate Estaño 3
Capricornio El Diablo Populus Hígado
Negro Onix Plomo Medio 1
Acuario La Estrella Fortune Pantorrillas, tobillos
Zafiro Níquel Medio 2
Piscis La Luna Carcer Pies, dedos del pie
Azul Crisolita Cinc Medio 3

Otras correspondencias hacen referencia a


los números, las letras del alfabeto, etc. chelard y, en particular, La formación del es-
La medicina antigua está basada en este sis- píritu científico. Contribución a un psico-
tema: extrae de él un método de diagnóstico análisis del conocimiento objetivo*.
y una farmacopea que nuestros numerosos Evidentemente, sólo por azar la astrología
horóscopos han heredado. Así es c o m o Jours sirve de código homo-analógico a las otras
ciencias pues constituye, entre todos los fenó-
de France, el 23 de abril de 1970 aconseja a
menos de la naturaleza, el sistema de relacio-
los nativos de Virgo: "Recomponer su orga-
nes numéricas, espaciales y temprales más ri-
nismo fatigado por comidas demasiado condi-
guroso y estable. La alquimia, la medicina, la
mentadas. Recurra a las verduras frescas, a las
fisiognomía, la psicología, etc., adoptan sus
carnes magras, a la crema fresca, a los pesca-
modelos del mismo modo c o m o actualmente
dos de río, a la manteca fresca". Lo que ocu-
la lingüística, la economía, la sociología to-
rre es que el signo de Virgo corresponde al
man los suyos de las matemáticas.
vientre y a los intestinos y su enfermedad es
la hidropesía. A los nativos de Sagitario, signo Esta polivalencia de los códigos está en el
que corresponde al hígado, se les aconseja: origen de las hermenéuticas, que son sistemas
"Cuide su hígado", etc. Toda la alquimia se de interpretación y, por lo tanto, de decodi-
halla también bajo la dependencia de la astro- ficación. Pero mientras que el código es un dato
logia. Cada uno de los diferentes metales tie- del mensaje, explícitamente proporcionado por
el emisor, la hermenéutica es una rejilla aportada
ne su signo, de donde el alquimista extrae el
horóscopo con el objeto de facilitar sus conjun-
ciones. * De esta obra aparecerá próximamente una nueva
Al respecto, pueden leerse las obras de Ba- edición en español en S I G L O X X I A R G E N T I N A EDI-
T O R E S (N. del E.).

84
85
por el receptor: rejilla filosófica, estética, CAPITULO IV
cultural, etc. que aplica sobre el texto.
Los códigos homo-analógicos son sensibles a
ese tipo de interpretación y lo mismo ocurre
con los sistemas débilmente codificados, ya LOS CODIGOS ESTETICOS
sea debido a su naturaleza o a un proceso
histórico durante el cual se desmotivaron y
desintegraron.
Ese es particularmente el ca^o de los códi-
gos estéticos y culturales. Por eso la crítica y Ya nos hemos referido a la distinción funda-
la antropología siguen siendo esencialmente mental que opone dos modos antitéticos de la
hermenéuticas, aunque se defiendan y presen- experiencia y dos tipos de códigos semiológi-
ten a sus sistemas de lectura c o m o códigos cos correspondientes: la experiencia lógica y
del inconsciente. la experiencia afectiva o estética.
La primera concierne a la percepción obje-
/ tiva del mundo exterior, cuyos elementos son
/ abarcados por la razón en un sistema de rela-
ciones. La segunda corresponde al sentimiento
íntimo y puramente subjetivo que emite el
alma frente a la realidad. •>*
El término estético está justificado, en este
caso, en la medida en que ese m o d o de ex-
presión es el de las artes (y de las literaturas).
Pero en un sentido más amplio también recu-
pera la etimología de la palabra que en griego
designa la "facultad de sentir", derivada del
adjetivo aisthetos, "sensible, perceptible por
los sentidos".
Por lo tanto, la expresión estético no se
aplica aquí simplemente a lo " b e l l o " sino
también a lo concreto, a lo sensible, valor eti-
mológico que Valery recupera cuando introdu-
ce la palabra "estésico".
En su forma pura, el signo lógico es arbi-
trario y homológico en la medida en que sig-
nifica la forma y no la sustancia (en el senti-
do en que la lingüística emplea esos términos
103
86
a partir de Hjelmslev). El signo estético es que son convencionales, y algunos en alto gra-
icónico y analógico. do, pero la convención nunca tiene en ellos el
Las artes son modos de figuración de la carácter de constricción, de necesidad, de ge-
realidad y los significantes estéticos son obje- neralidad exigido por los signos lógicos. En
tos sensibles. Hablar de "pintura abstracta" última instancia, el signo estético se libera de
no tiene sentido pues toda pintura es concre- toda convención y el sentido adhiere a la re-
ta. En cuanto a la "pintura no figurativa", presentación. Esta propiedad le confiere su
merece ese nombre a nivel del significado, poder creador. La poesía es un "hacer", es
pero el significante pictórico es una figura y poiésie, c o m o decía Valery. El poiéte, al igual
un icono de esa realidad sin figura. Por eso el que el trovador, es un "inventor" de signos:
mensaje estético no tiene la simple función signos en vías de hacerse, expresiones de rela-
transitiva de conducir hasta el sentido sino ción a punto de formularse, signos espontá-
que tiene un valor en sí mismo: es un ob- neos que acaban de nacer y que sólo acceden
jeto, un mensaje-objeto. Esta hipóstasis del al verdadero status semiológico en la medida
significante estético constituye el carácter fun- en que se generalizan y la relación significante
damental de lo que Román Jakobson ha defi- se explicita.
nido c o m o la "función poética" (cf. supra,
Esta definición parecería excluir a las artes
p. 13). El arte es subjetivo, afecta al sujeto,
del dominio de la semiología en la medida en
es decir " l o conmueve a través de una impre-
que no hay signos que no sean convencionales
sión, una acción sobre nuestro organismo o
nuestro psiquismo". La ciencia, en cambio, es y socializados. Pero, c o m o ya dijimos, debe-
objetiva, estructura el objeto. mos leer aquí más o menos convencionales y
más o menos socializados (cf. supra, p. 36).
La ciencia significa un orden que impone- Esos caracteres no son sino tendencias y,
mos a la naturaleza, el arte una emoción que desde ese punto de vista, podemos distinguir
experimentamos frente a esa naturaleza. Por dos tipos de signos y de mensajes estéticos:
eso los signos estéticos son imágenes de la retóricos y poéticos. Los retóricos, las escritu-
realidad. Podemos afirmar que la ciencia es ras son sistemas de convención. En cuanto a
transitiva y el arte intransitivo, en el sentido los signos poéticos, están siendo rescatados en
gramatical del término. Por medio de la cien- la actualidad por medio de nuevos postulados
cia significamos el mundo encerrándolo en la y nuevos métodos de análisis.
rejilla de nuestra Razón. Por medio del arte, Al respecto, el advenimiento del psicoanáli-
nos significamos a nosotros mismos descifran- sis y la noción de inconsciente tanto indivi-
do nuestra Psique c o m o un reflejo del orden dual c o m o colectivo, tuvo una importancia
natural.
decisiva. El análisis " p r o f u n d o " demuestra que
Debido a su carácter icónico, los signos es- los signos, en apariencia imprecisos y lábiles,
téticos son mucho mas convencionalizados y están arraigados en estructuras coherentes, có-
por lo tanto codificados y socializados que digos subyacentes del que extraen sus valores.
los signos lógicos (cf. supra, p. 35). Es cierto Además, parecería que esos sistemas estéti-

89 103
eos asumen una doble función. Unos son una lar estructuras claras y coherentes. Los semiólo-
representación de lo desconocido, fuera del gos que se han dedicado a estudiar la estruc-
alcance de los códigos lógicos, medios de tura del cuento popular, del western, de la
aprehender lo Invisible, lo Inefable, lo Irracio- novela policial, de la historieta n o han equivo-
nal y de una manera general la experiencia cado el camino. .
psíquica abstracta a través de la experiencia Este enfoque semiológico tiene su origen en
concreta de los sentidos. Otros significan los trabajos de los formalistas rusos, quienes,
nuestros deseos recreando un mundo y una alrededor de 1920, conciben a la crítica lite-
sociedad imaginarias —arcaica o futura— que raria c o m o un estudio de la estructura de los
compensen los déficit y las frustraciones del contenidos. Poco conocido fuera de Rusia,
mundo y de la sociedad existentes. Los pri- donde por otra parte se agostó rápidamente,
meros son artes del conocimiento, aun cuando el formalismo fue retomado por los lingüistas
este conocimiento sea precisamente lo desco- de la Escuela de Praga, interesados por la es-
nocido; los segundos son artes de entreteni- tructura de los contenidos en relación con los
miento, en el sentido etimológico del término. diferentes géneros.
Paralelamente, se desarrolla un estudio de
los temas literarios y de su significación sim-
bólica concebidos c o m o sistemas de signos
I. A R T E S Y L I T E R A T U R A S
estructurados.
Las dos disciplinas adoptan los métodos y
Las artes son representaciones de la naturaleza
el código epistemológico de la lingüística, si-
y de la sociedad, representaciones que pueden
guiendo así el ejemplo de otras ciencias hu-
ser reales o imaginarias, visibles o invisibles,
manas tales c o m o la antropología y la socio-
objetivas o subjetivas.
logía. Esta semiología de la literatura se halla
Las artes utilizan los media y los códigos en la actualidad en pleno desarrollo con el
correspondientes, pero a partir de esta prime- New Criticism anglosajón, la Literaturwissen-
ra significación crean significados a su vez sig- schaft germánica, la Nouvelle Critique france-
nificantes. Lo mismo ocurre con las literatu- sa, etc. Esta nueva crítica fue ejercida hasta
ras, que son artes del lenguaje y crean objetos ahora en dos dominios: los referidos a la for-
lingüísticos significantes. ma o morfología del relato y al estudio de
Los mitos son formas de la literatura (mu- los arquetipos simbólicos.
í/ios significa, en griego, "relato" y tiene tam-
bién el sentido de leyenda, del latín legenda,
"destinado a ser leído"). Los mitos, las leyen-
das y de una manera general las artes y litera- II. LA SIMBOLICA, L A T E M A T I C A
turas populares y folldóricas interesan profun-
damente a la semiología en la medida en que El estudio de las religiones, el de las culturas
expresan situaciones arcaicas, simples y univer- primitivas nos han demostrado desde hace
sales. Allí se dan todas las posibilidades de deve- tiempo el carácter simbólico de los ritos, de

91 103
la mayoría de las culturas. La pirámide, por ejemplo,
los mitos, de las artes y de las literaturas. o montaña cósmica se encuentra en Mesopotamia y
Son representaciones del mundo en las que en Egipto, como así también en las culturas preco-
los números, las formas elementales (círculo, lombinas.
cuadrado, espiral, etc.), los animales y las Asimismo, es posible demostrar que esos símbolos
plantas (serpiente, árbol, etc.) son signos. En invaden todo el campo cultural: vestimenta, habitat,
relación a estos problemas, remitimos al lector juegos, etc. Es así como (siempre según Beigbeder)
al libro de Olivier Beigbeder consagrado a La "el juego de pelota de la civilización maya, así como
Symbolique c o m o así también a los trabajos el juego del garrote practicado aún en nuestros días
de Mircea Eliade, de G. Dumézil, etc. por los indios Fox de la región de los Grandes Lagos,
Veamos, a modo de ejemplo, una interpre- tienen un profundo sentido cosmológico. Este último
tación del Templo del Cielo de Pekín tal co- se practica sobre un terreno circular dividido en dos
partes: la Tierra y el Cielo. Los dos campos opuestos
mo la presenta Beigbeder en La Symbolique
simbolizan también a los vivos y los muertos. Otras
(pp. 45-46) : asociaciones simbólicas, todas lunares, vinculan la Tie-
rra con la Noche, la Luna, la Primavera materna, el
Sur, el lado izquierdo, el bienestar físico y la necesi-
"Ya dijimos que en China coexistían las nociones de
dad material y el Cielo con el día, el sol, el principio
la Montaña, Pilar del cielo, del hueco infernal y del
círculo celeste y mencionamos la importancia de los paterno, el costado derecho, los rituales, la creación
santuarios naturales a cielo descubierto como por del mundo" 24 .
ejemplo el Templo del cielo de Pekín o el Area de
sacrificios de Hué, Examinemos ahora cómo armoni- De este m o d o , tenemos un código particu-
zan esas nociones en los citados santuarios. Observare- larmente bien estructurado y coherente. Ahora
mos que, debido a la sutileza china siempre obsesio- bien, el psicoanálisis moderno demostró que
nada por la idea de bipartición, esos templos oponen esos códigos perduran en el inconsciente mo-
el cuadrado que simboliza la Tierra con el círculo derno bajo formas latentes. La obra funda-
celeste. En el Templo del cielo distinguimos dos par- mental sobre el tema es Las metamorfosis del
tes unidas por un camino sur-norte. Al sur, el área de alma y sus símbolos, de C. G. Jung, de la
sacrificios consiste en un túmulo de forma redonda que transcribimos un párrafo a m o d o de
rodeado de una muralla cuadrada. Ese túmulo tiene
ejemplo:
tres niveles a los que se accede desde los "cuatro
orientes" por una escalera de tres peldaños, cifras que
aluden a los nueve niveles que según los chinos hay "Un paranoico, poseedor de una buena inteligencia, que
en el cielo (la base del túmulo tiene 9 x 9 lozas). Los conoce muy bien la redondez de la tierra y su rotación
sacrificios a los dioses celestiales se hacen con hogue- alrededor del sol, reemplaza en su sistema las ideas
ras, el humo asciende al cielo y a la tierra por un astronómicas modernas por un sistema muy detallado
agujero donde corre la sangre del animal. Al norte, el en el que la tierra es un disco plano por encima del
pabellón redondo, sede del dios, está sostenido por cual se mueve el sol. La doctora Spielrein da también
ocho pilares, cifra de la rosa de los vientos y de las algunos ejemplos interesantes de las definiciones arcai-
"amarras del mundo".
2 4 Olivier Beigbeder, La symbolique, Paris, Presses
El templo es, pues, una representación del mundo
Universitaires de France, p. 50.
y utiliza un sistema de signos que podemos hallar en

93
92
cas que, en la enfermedad, ahogan el sentido de las adoptando los modelos y las definiciones de
palabras modernas. Así, por ejemplo, su enferma pre- la lingüística.
senta la analogía mitológica del alcohol y de lá bebi- Permítasenos remitir al lector a nuestro
da embriagadora hablando de "eyaculación" (dicho de Essais de stylistique26, donde encontrarán la
otro modo: Soma). Tiene también un simbolismo de descripción de un cierto número de esos cam-
la cocción análogo a la visión alquimista de Zósimo.
pos estilísticos: el abismo de Baudelaire, el
Este último veía en el hueco del altar agua hirviendo
Azur de Mallarmé, la sombra de Valery.
donde los hombres se metamorfoseaban. La enferma
empleaba los términos tierra o agua en lugar de ma- Veamos, a m o d o de ejemplo, la estructura
dre" 2 5 . simbólica de Las flores del mal, tal c o m o la
hemos reconstruido.
Tal c o m o lo afirma el autor, se trata de arque- Los aproximadamente cuatro mil términos
tipos de la imaginación que se encuentran en to- que constituyen el léxico de Las flores del
das las culturas y bajo las formas más diversas. Y mal se reparten a lo largo de cuatro grandes
es evidente que perduran en nuestras artes líneas de fuerza que delimitan el universo
modernas. baudelereano y constituyen su decorado a la
Gastón Bachelard demostró la existencia de vez material y espiritual: el Cielo, el Infierno,
esos temas profundos de la imaginación poéti- la Tierra se desdobla y opone la Vida, el des-
ca estableciendo el sentido y las connotacio- tino cotidiano del poeta en la ciudad, sus ca-
nes de las imágenes de la Tierra, del Agua, sas y sus calles, y el Sueño, que es una eva-
del Fuego, del Aire, Hay igualmente una sim- sión en el exotismo.
bólica del espacio, del cuerpo humano, etc. La Vida se desarrolla en las calles fangosas
La experiencia poética profunda —con fre- de una ciudad sucia, ruidosa, vulgar, brumosa,
cuencia inconsciente e inefable— se expresa en miserable. Su patrimonio es la impotencia, la
el manejo de códigos culturales (y de varian- enfermedad, la fealdad, la pobreza, la prosti-
tes individuales) que son sistemas de signos tución, el vicio, la decadencia física y moral.
estructurados y cuyos modelos se encuentran Es el sitio del Hastío, del Spleen y del Dolor.
en los mitos, los ritos, las artes adivinatorias. Es una tierra de exilio (cf. El cisne, Las uieje-
La crítica siempre se interesó en el estudio de citas, etc.).
los temas: la Naturaleza, el Amor, la Muerte, El Sueño nos permite evadirnos de ese lu-
etc. y en el de las imágenes y metáforas de gar donde el amor es imposible; huida de las
los grandes escritores. Pero detrás de lo que islas, entre los perfumes, los ritmos, la armo-
hasta ahora se trataba c o m o signos aislados nía, el ocio, el lujo, el vigor, la salud, la ju-
reconocemos en la actualidad la existencia de ventud, la voluptuosidad (cf. La cabellera,
sistemas de oposiciones, de donde esos signos Perfume exótico, etc.).
extraen su significación. Son esos sistemas los Al respecto, se invoca con frecuencia un
que la crítica trata ahora de reconstruir, viaje de juventud a las islas. En realidad, el

2 5 Les métamorphoses de l'ame, p. 2 4 9 . 2 6 Paris, Klinsksieck, 1 9 7 0 .

103
94
tema aparece singularmente convencional, es- Toda la obra de Baudelaire se inserta en
quemático y estilizado. Tiene el sentido de esta cosmogonía poética, donde el Aquí está
compensación de una vida frustrada y que dominado por el horizonte de esos cuatro
torna positiva todas las negaciones: clima so- puntos cardinales: el sueño exótico, la poesía y
leado y cálido porque la ciudad es sombría, el amor situados bajo la doble atracción del
fangosa, helada y lluviosa; región de los perfu- Azur y el Abismo, el desenfreno y el alcohol
mes porque las calles son sórdidas y los tugu- c o m o otros tantos modos de evasión de un
rios miserables; lugar de calma y de armonía Aquí tedioso y aborrecido.
porque la ciudad es vulgar, rugiente, agobian- Cada uno de esos puntos constituye un es-
te; región donde el alma es hermana del alma pacio verbal estructurado y en corresponden-
en la medida en que aquí el amor es imposi- cia con los otros. La emblemática del Azur se
ble, impotente, abyecto y vil, donde los opone a la del abismo y comparte sus atribu-
amantes son separados, destrozados. tos con el Mar.
A la ensoñación exótica se opone otro tipo El desenfreno está marcado con todos los
de evasión en los paraísos artificiales, consti- signos de la caída, del vértigo, de la pesadilla
tuidos por el vino y el desenfreno. y de la locura que son los signos del abismo,
Ese mundo horizontal tiene una dimensión mientras que el paraíso artificial del vino pue-
vertical: el Infierno y el Cielo. En el Infierno de devolvernos por un instante las euforias
campean el crimen, la lujuria, la locura, en del Azur.
medio de una tiniebla helada y los vértigos de Tal es el itinerario del Viaje que culmina
la pesadilla. A ese abismo de horror se opone en la Muerte, con la cual se logra finalmente
el Cielo, el Azur, límpido, profundo, brillante, el descanso.
cálido, donde reinan la libertad, la pureza, la T o d o el drama se representa en ese decora-
potencia. Es la sede de la Belleza y de la do cuyos extremos constituyen lo que, en el
Serenidad. Hay una analogía con el mar, al teatro medieval habrían sido otras tantas
igual que él inmenso, profundo, eterno. La "mansiones".
ascensión en el Azur, el balanceo en el azul
En el drama del Amor participan cuatro
de las olas son las dos grandes euforias baude-
grandes tipos de mujeres: los ángeles, los de-
lereanas: visión dialectizada que opone la feli-
monios, las hermanas lejanas, las niñas. En la
cidad del ascenso y el terror de la caída.
tierra no hay lugar para el amor. La mujer es
Los dos mundos son sistemáticamente anti- venal, horrorosa, sórdida. Sólo existen abrazos
téticos de tal modo que todos sus términos fugaces, en medio de una especie de anonada-
implican naturalmente todas sus analogías y miento, de estupor, de desenfreno abúlico:
todas sus oposiciones. Y esa misma dialéctica
define también la vida, " d o n d e la acción no Una noche en que estaba junto a una horrible judía
es la hermana del sueño" y donde la dulzura como junto a un cadáver otro cadáver tendido.. .
del sueño exótico se opone al estupor de una (XXXIV)
cotidianeidad rechazada. La lujuria representa un patético esfuerzo

103
96
por realizar esa comunión imposible, pero una hablar del simbolismo, pensamos particularmente en ar-
comunión de los cuerpos en el Mal, y el Pe- quetipos largamente elaborados como los de la cruz, de
cado precipita a los amantes en el abismo. la corona o en asociaciones convencionales: el blanco
Jeanne Duval es el tipo de esos demonios asociado a la pureza, el verde a los celos. El verde,
(aunque el ciclo de Jeanne desborda en los considerado como arquetipo, puede simbolizar la espe-
otros temas), "extraña deidad morena c o m o ranza, la vegetación natural, el libre paso o el patrio-
tismo irlandés tan fácilmente como los celos, pero el
las noches", "hechicera de caderas de ébano",
vocablo verde, en tanto que signo verbal, designa siem-
" d e m o n i o i m p í o " , "mujer impura", "alma pre un color definido. Algunos arquetipos están vincu-
cruel y sorda", "vampiro", "hato de demo- lados tan profundamente a ciertas representaciones
nios", así es esta "hija de las negras mediano- convencionales que sugieren inevitablemente una aso-
ches" junto a la cual el poeta se abismará ciación idéntica, como ocurre con el trazado geométri-
toda su vida en los vértigos de un abrazo fu- co de la cruz, evocador de la muerte de Cristo. Un arte
rioso y culpable: donde los arquetipos o los complejos racionales consti-
tuirían conjuntos de signos esotéricos sería esencial-
¡Oh demonio sin piedad! Viérteme menos fuego mente un arte convencional y formalista Es el caso de
Yo no soy el Estigio para abrazarte nueve veces. ciertas disciplinas artísticas tales como las danzas sagra-
(Sed non satiata) das de la India, por ejemplo, pero esta formalización
no alcanzó hasta ahora a la literatura occidental. Y si
los escritores modernos se niegan, por lo general, a
Este infierno es el de las mujeres conde-
permitir definir e identificar sus arquetipos, no es por-
nadas: que se preocupen en asegurarles una cierta fluidez am-
bigua e impedir que se esclerosen en un solo modelo
Descended, descended víctimas lamentables de interpretación. Un poeta puede precisar una tenden-
Descended el camino del infierno eterno; cia esotérica particular indicando una asociación bien
Hundios en lo más profundo del abismo donde determinada como en el caso de Yeats, que tenía por
todos los crímenes costumbre agregar a algunos de sus primeros poemas,
Flagelados por un viento que viene del cielo notas y comentarios.
No existen conexiones inevitables. Y si algunas son
particularmente evidentes, tal como por ejemplo la
asociación de las tinieblas con el terror y el misterio,
Transcribimos, para terminar, una definición ninguna correspondencia posee ura cualidad invariable
de los arquetipos tal c o m o los concibe Nor- que deberá encontrarse siempre. Jomo lo veremos más
throp Frye, uno de los maestros del New Cri- adelante, el simbolismo universal cobra todo su sen-
ticism: tido en un cierto contexto pero no constituye por sí
mismo un contexto. Sin embargo, la significación lite-
"Los arquetipos forman haces de asociaciones de ideas, raria no va a contrapelo, y el poeta que busca una
conjuntos variables que se diferencian, por esa causa, de comunicación rápida y fácil utiliza las asociaciones más
los signos. Esos conjuntos contienen numerosas asocia- accesibles a su auditorio"27.
ciones enseñadas o adquiridas y que son fácilmente co-
municables por el hecho de ser familiares a todos los 27 Northrop Frye, Anatomie de la critique, trad. G.
que participan de una cultura común. Cuando debemos Durand, N R F , p. 1 2 8 .

103
98
2. Un viejo obsequia un caballo a Sucenko.
m. LA MORFOLOGIA DEL RELATO
El caballo lleva a Sucenko a otro reino.
3. Un brujo obsequia un anillo a Iván. Del
Con el nombre de simbólicas, hemos estudiado
anillo salen jóvenes que llevan a Iván a otro
sistemas de signos en los cuales las fotmas del
reino.
mundo natural o humano son investidas de una
significación malógica. Son sistemas de trans- Entre los cuatro motivos hay un parentesco
codificación que significan una experiencia por evidente: los nombres de los personajes así co-
medio de los signos de otra experiencia que le mo sus atributos, cambian, pero las acciones y
impone así su estructura. las funciones siguen siendo idénticas.
Por otra parte, la obra literaria o estética Existen así funciones que constituyen las in-
implica personajes, acontecimientos, situacio- variantes del relato mientras que la trama y las
nes. Ya es sabido que esos elementos se dejan circunstancias sólo son variables accesorias.
reducir a categorías típicas. En el teatro exis- Propp propone una tipología del relato basa-
ten roles: el ingenuo, el traidor, el confidente, da en esas funciones elementales. Distingue
etc. y situaciones: el amor contrariado, el cas- treinta y una funciones que bastan para ofrecer
tigo, la venganza. un inventario exhaustivo de la acción de todos
Pero la originalidad de la crítica moderna re- los cuentos analizados.
side en considerar a esos hechos c o m o sistemas Este es, según C. Brémond (en Comuni-
estructurados, c u y o modelo toma de la lingüís- caciones 4, pp. 8 y 9) 28 el inventario de esas
tica. Por ejemplo, Emile Souriau en Les deux funciones:
cent mille situations dramatiques ( 1 9 5 0 ) de- 1. Prólogo.
muestra que estas últimas están construidas en 2. Ausencia (uno de los miembros de la fa-
base a las combinaciones de seis funciones co- milia está ausente del hogar).
rrespondientes a seis roles principales: el Arbi- 3. Interdicción (dirigida al héroe).
tro, el Opositor, etcétera. 4. Transgresión (la interdicción es violada).
Son los formalistas rusos quienes alrededor 5. Pedido de información (el malvado trata
de 1920 plantearon el problema de la estruc- de informarse).
tura de la obra literaria. La obra clásica sobre 6. Obtención de la información.
el tema es la Morphologie du conté populaire 7. Engaño (el malvado trata de engañar a su
(en ruso) de V. Propp aparecida en 1928 tradu- víctima).
cida al inglés en 1958 y recientemente al fran- 8. Complicidad involuntaria (la víctima cae
cés. Estas fechas son útiles para demostrar la en la trampa y de ese m o d o ayuda a su enemi-
originalidad del pensamiento de Propp. Al ana- go).
lizar los contenidos de un centenar de cuentos Etcétera.
populares rusos, el autor encuentra en ellos
motivos recurrentes: 2 8 Cf. Cl. Brémond en Communications, 4, pp. 8 y
9. [Hay ed. esp.: " E l mensaje narrativo", en Comurica-
1. Un rey obsequia un águila a un héroe. El ciones/La semiología, ed. cit., p. 76.].
águila lleva al héroe a otro reino.

101
100
Posteriormente se retomó el análisis de Dificultad para caminar erguido.
Propp, intentándose, sobre todo, reducir el nú- Hay, por lo tanto, una primera oposición en-
mero de las funciones uniéndolas y asimilándo- tre I a y 2 a : parentesco sobrestimado/subesti-
las. Así, A. J. Greimas distingue veinte 2 9 . mado.
Este método de análisis del relato por reduc- Si además se considera que los cojos mitoló-
ción a sus componentes elementales fue apli- gicos son seres de la tierra, los nombres de 4 a
cado por Lévi-Strauss a la descripción e inter- expresan la autoctonía del hombre, oponién-
pretación de los mitos. El autor, al igual que dose así al dragón, monstruo ctónico cuya
Propp, muestra c ó m o la significación no está muerte significa la negación de la autoctonía
tanto en una trama histórica c o m o en la estruc- humana.
tura de las invariantes formales o mitemas. Así Los cuatro mitemas constituyen, pues, una
analiza la estructura del mito de Edipo cuyos estructura:
mitemas (elementos de relato) clasifica en cua-
1/2: parentesco sobre/subestimado.
tro categorías:
3/4: autoctonía negada/reivindicada.
I a . Cadmo busca a su hermana Europa, rap- Según el autor, "resultaría entonces que la
tada por Zeus. cuarta columna mantiene con la tercera la mis-
Edipo se casa con Yocasta, su madre. ma relación que la columna uno tiene con la
Antígona entierra a Polinices, su hermano, columna d o s . "
violando la prohibición.
Estos tres mitemas presentan un rasgo co- "La imposibilidad de conectar grupos de relaciones es
mún: significan un parentesco sobrestimado. superada (o más exactamente reemplazada) por la afir-
2 . Los espartanos se exterminan mutua-
a mación de que dos relaciones contradictorias entre sí
mente. son idénticas, en la medida en que cada una es, como
Edipo mata a su padre Layo. la otra, contradictoria consigo misma... (el mito) ex-
Etíocles mata a su hermano Polinices. presaría la imposibilidad en que se encuentra una socie-
Aquí el significado es una relación de paren- dad que profesa creer en la autoctonía del hombre...
de pasar de esta teoría al reconocimiento del hecho de
tesco subestimado. que cada uno de nosotros ha nacido realmente de un
3 a . Cadmo mata al Dragón. hombre y una mujer. La dificultad es insuperable. Pero
Edipo inmola a la Esfinge. el mito de Edipo ofrece una suerte de instrumento
Destrucción de monstruos. lógico que permite tender un puente entre el problema
inicial —¿se nace de uno solo o bien de dos? — y el
4 a . Lábdaco significa " c o j o " . problema derivado que se puede formular aproxima-
Layo significa " t o r c i d o " . damente así: ¿lo mismo nace de lo mismo o de lo
Edipo significa "pie hinchado". otro? De esta manera, se desprende una correlación: la
sobrevaloración del parentesco de sangre es la subvalo-
ración del mismo, como el esfuerzo por escapar a la
29 Cf. A . J. Greimas, La sémantique structurale, autoctonía es a la imposibilidad de lograrlo. La expe-
Paris, 1 9 6 6 , p. 1 9 4 . riencia puede desmentir la teoría, pero la vida social

102 103
verifica la cosmología en la medida en que una y otra un conjunto de códigos superpuestos e imbri-
revelan la misma estructura contradictoria Entonces, la cados: voz de la Empiria, voz de la Verdad,
cosmología es v e r d a d e r a . . . voz de la Ciencia, voz de la Persona.
El problema planteado por Freud en términos " e d í -
El objeto de la crítica es liberar el texto y
picos" no es ya, sin duda, el de la alternativa entre
restituirle su abundancia semántica reconstitu-
autoctonía y reproducción bisexuada. Pero se trata
siempre de comprender cómo " u n o " puede nacer de
yendo los códigos y los modos de significación
" d o s " : cómo es posible que no tengamos un solo pro- que lo sustentan.
genitor sino una madre y además un padre? N o duda-
remos, pues, en colocar a Freud, después de Sófocles,
entre nuestras fuentes del mito de Edipo. Sus versiones
merecen el mismo crédito que otras más antiguas y en
apariencia " m á s a u t é n t i c a s " 3 0 .

De este análisis —desgraciadamente muy sucin-


to c o m o para hacer justicia al método— reten-
dremos la posibilidad de reducir un texto a
componentes cuyo sentido no está tanto en el
contenido histórico correspondiente sino en el
sistema de las relaciones formales que estable-
cen entre sí.
La crítica literaria anexó este método —muy
de moda actualmente— y lo extrapoló amplia-
mente para aplicarlo al estudio del relato, del
film, de la historieta.
El lector podrá recurrir útilmente a los ar-
tículos aparecidos en la revista Communica-
tions (especialmente los nPs 4, 8 y 11) y a las
recientes obras (publicadas en 1970) de A. J.
Greimas: Du sens, essais sémiotiques, de Luia
K r i s t e v a : Semeiotike, recherches pour une
sémanalyse, de Roland Barthes: S/Z. Particular-
mente en este último ensayo, que es una inter-
pretación yuxtalineal del Sarrasine de Balzac,
Barthes demuestra c ó m o el texto es generador
de una multiplicidad de lecturas sostenidas por
3 0 Anthropologie structurale, Plon, Paris, 1 9 5 8 ,
pp. 2 3 9 - 2 4 0 . |Hay ed. esp., Antropología estructural.
Bs. As., Eudeba, 1 9 7 0 , p. 1 9 6 - 1 9 7 . ] .

104 103
CAPITULO V

LOS CODIGOS SOCIALES

En los capítulos anteriores, hemos considerado


las relaciones del hombre con la naturaleza ba-
jo la denominación de códigos lógicos y estéti-
cos. Pero además, el individuo se inserta en la
sociedad, y de ella posee una doble experien-
cia: una experiencia objetiva y una experiencia
subjetiva.
Es cierto que podemos considerar a la socie-
dad sólo c o m o un elemento particular del mun-
d o en que vivimos y que t o d o lo dicho hasta
aquí de los diferentes códigos se aplica también
a la significación y a la comunicación sociales.
Sin embargo, hay una diferencia mayor. Las
ciencias y las artes, tal c o m o han sido definidas
anteriormente, tienen por objeto comunicar al
receptor humano una experiencia propia al
emisor y en la cual el primero no está direc-
tamente implicado. La comunicación social, en
cambio, tiene por objeto significar la relación
entre los hombres y en consecuencia entre el
emisor y el receptor. La sociedad es un sistema
de relaciones entre los individuos que tiene por
objeto la procreación, la defensa, los intercam-
bios, la producción, etc. Con ese fin, las situa-
ciones de los individuos en el seno del grupo y
de los grupos en el seno de una colectividad
debe ser significada. Ese es el rol de las insig-
nias y de las enseñas que indican la pertenencia
a determinada categoría social: clan, familia,

107
profesión, asociación, etc. Los ritos, las cere-
monias, las fiestas, las modas, los juegos, son la práctica, los dos modos de la significación
modos de comunicación por medio de los cua- están estrechamente imbricados. Lo que ocu-
les el individuo se define en relación al grupo y rre es que las "ciencias del hombre" están aún
el grupo en relación a la sociedad, a la vez que p o c o desarrolladas y que nuestro saber en ese
ponen de manifiesto el papel que allí cada uno dominio está basado en un "pensamiento sal-
asume. vaje" que distingue mal los límites del arte y
La ciencia, el saber, es una organización y de la ciencia. Por otra parte, es comprensible
una significación del mundo natural; los códi- que la relación afectiva sea mucho más fuerte
gos sociales son una organización y una signi- de hombre a hombre que entre el hombre y la
ficación de la sociedad. Los significados son naturaleza. A menos que se trate de esa natura-
allí los hombres o los grupos y sus relaciones. leza antropomorfa que caracteriza a las religio-
Pero el hombre es el vehículo y la sustancia del nes y a las culturas arcaicas.
signo, es a la vez el significante y el significado. Renunciando así a la ambición de distinguir
En realidad, es un signo y, por lo tanto, una claramente una ciencia y un arte de la vida
convención. La vida social es un juego en el social, examinaremos el problema desde el pun-
cual el individuo interpreta su propio papel: el to de vista de los signos y de los códigos.
patriarca, el tío tutelar, el hijo pródigo o el
amigo fiel. Por otra parte, el signo social es en
general un signo de "participación" en el senti- I. LOS SIGNOS
do en que hemos definido ese término (cf.
supra, p. 21). A través suyo, el individuo pone de Una de las primeras condiciones de la vida so-
manifiesto su identidad y su pertenencia al gru- cial consiste en saber a qué atenerse y en po-
po pero, simultáneamente, reivindica e institu- der, por lo tanto, reconocer la identidad de los
ye esa pertenencia. individuos y de los grupos. Esa es la función de
las enseñas y de las enseñanzas.
La experiencia social, al igual que la expe-
riencia de la naturaleza, es de doble tipo: lógi- 1. Los signos de identidad: insignias y carte-
co y afectivo. De la lógica proceden los signos les. Las insignias y los carteles son marcas que
que indican la ubicación del individuo y del indican la pertenencia de un individuo a un
grupo en la jerarquía y la organización política, grupo social o económico. Tienen por función
económica, institucional. De la afectividad, los expresar la organización de la sociedad y las
que expresan las emociones y sentimientos que relaciones entre los individuos y los grupos.
el individuo o el grupo experimenta con respec-
A. Las armas, las banderas, los totems, etc.
to a otros individuos u otros grupos. indican la pertenencia a una familia o a un clan.
Por lo tanto, didácticamente sería legítimo Pueden extenderse a grupos más amplios: ciu-
continuar el plan que hemos seguido hasta aho- dad, provincia, nación.
ra, distinguiendo los signos sociales lógicos y
B. Los uniformes también constituyen la
los signos sociales estéticos (afectivos). Pero en marca de un grupo:

101
109
— grupo social: nobleza, burguesía, pueblo; así designado, marcan también las jerarquías y
— grupo institucional: ejército, iglesia, uni- la organización interna del grupo. Esa es la fun-
versidad, etc. ción de los penachos, de las coronas, de las
— grupo profesional: carniceros, cocineros, hileras de armiño, de los galones.
carpinteros, etc. F. Los carteles designan objetos más que
— grupo cultural: sociedad deportiva, filar- grupos de individuos, pero objetos socializados.
mónica, etc. En una época en que se ignoraba la numera-
— grupo étnico: bretones, alsacianos, auver- ción de las casas, cada construcción era identi-
neses, etc. ficada por su cartel. El uso se ha conservado
C. Las insignias y las condecoraciones son para distinguir a las casas de comercio. Los car-
vestigios simbólicos de las armas y uniformes y teles (al igual que los escudos) son en general
aseguran las mismas funciones bajo formas de- " h a b l a n t e s " es decir icónicos (cf. supra
gradadas. Las condecoraciones perpetúan las p. 36): una bota para el zapatero, una bacía
antiguas órdenes de caballería. Las insignias para los barberos, etc. Y si hay tantos alber-
marcan la pertenencia a diferentes grupos y gues que continúan llamándose Le cheval blanc
asociaciones de toda naturaleza. o Au lion d'or, es porque antes eran relevos de
D. Los tatuajes, los maquillajes, los peina- posta o porque el propietario jugaba con las
dos, etc. son también insignias codificadas en palabras: Au lit on dort c o m o esos cafetines
las sociedades primitivas y que perduran en denominados 0 20 sans 0*.
nuestras modas. La división de las ciudades en barrios y ca-
E. Los nombres y sobrenombres son las lles constituye también un sistema de indica-
marcas más simples y universales de la identi- ción. En muchas culturas, los barrios agrupan
dad. En un principio son siempre motivados, las castas o las profesiones y cuentan con una
designando al individuo por su pertenencia a calle de los Cuchilleros, de los Tejedores, etc.
una familia o a un clan, a una profesión (Sartre Los accidentes de la Historia desintegraron con
"el sastre", Lefebvre "el artesano"), a una cate- frecuencia ese sistema en nuestras ciudades mo-
goría física (Leblanc, Leborgne, etc.). dernas. Pero puede ser reconstituido artificial-
En nuestras culturas modernas, la historia mente. Por ejemplo, en Niza hay un "barrio de
trajo apareada la decadencia de ese sistema los Músicos", cuyas calles llevan el nombre de
que con frecuencia es reactualizado por medio músicos célebres. New York emplea un sistema
de sobrenombres y apodos. totalmente racionalizado en el que las calles
Escudos de armas, uniformes, insignias, ta- cortan perpendicularmente a las avenidas, y las
tuajes son, por lo tanto, un medio de distinguir dos están simplemente numeradas.
y, eventualmente, de clasificar y definir los di-
ferentes grupos cuyo conjunto constituye la so- * En francés las palabras Au lion d'or (Al l e ó n de o r o )
ciedad. Como lo demostrara Lévi Strauss a pro- y Au lit on dort (En la cama se d u e r m e ) se p r o n u n c i a n
pósito de los totems, son originariamente taxo- de la misma manera, al igual q u e 0 20 sans 0 y Au vin
sans eau (Al vino sin agua). (N. del T . )
nomías sociales. Además, dentro de cada grupo

110 103
G. Las marcas de fábrica tienen por función Ya nos hemos referido (cf. p. 66) al proble-
indicar y garantizar el origen de un producto. ma de la prosódica, de la kinésica y de la pro-
Siempre fueron usadas por el viejo artesanado: xémica. Habría que agregar aquí los saludos,
el alfarero y el ebanista " f i r m a n " su obra, el las injurias, el alimento, etc.
ganadero marca sus animales, etc. A. El tono de la voz es una de las formas
La multiplicación y diversificación de los más universales de significar la relación entre
productos, por una parte, y el desarrollo del emisor y receptor: puede ser "familiar", "res-
comercio y de la publicidad, por la otra, plan- petuoso", " i r ó n i c o " , "imperativo", "almibara-
tean el problema en nuevos términos. La elec- d o " , etcétera.
ción de una marca de fábrica está determinada B. Los saludos y fórmulas de cortesía de-
por un conjunto de condiciones tan complejas sempeñan idéntico papel y se distinguen por su
que el fabricante acude ahora al sociólogo, al carácter particularmente convencional y varia-
psicólogo, incluso hasta a las ordenadoras. La ble de una cultura a otra.
presentación, el embalaje han adquirido un va- C. Las injurias son las formas negativas de
lor semiológico muy importante en la comer- saludo. Constituyen los signos de la hostilidad.
cialización moderna. En resumen, lo que aquí Y si bien su número es prodigioso y creciente,
agrupamos con el nombre de insignias son mar- no por eso son menos convencionales. Los
cas que tienen por función identificar y distin- desafíos son formas codificadas y ritualizadas.
guir a los componentes del cuerpo social y ante D. La kinésica, en sentido estricto estudio
todo a la organización social por una parte y la de los movimientos, es un análisis de las mími-
topografía y la economía que le sirven de so- cas, de los gestos y de las danzas. Los gestos y
porte por la otra. las mímicas —así c o m o las entonaciones y va-
riaciones de la voz— son auxiliares del lenguaje.
2. Los signos de cortesía. Los signos de identi- Ciertamente, el estudio de los gestos es anti-
dad constituyen marcas de pertenencia a un guo. Ya Darwin es el autor de una obra sobre
grupo o a una función. Por otra parte, los La expresión de las emociones en el hombre y
hombres se comunican entre sí. Con ese fin el animal (1873). Pero la Introduction to kine-
utilizan las insignias y enseñas que son formas sics de Ray Birdwhistell (1952) es la obra que
de hacer saber lo que se es. Pero esas relaciones marca los comienzos de un estudio sistemático
permanentes van acompañadas de relaciones de los gestos corporales c o m o una ciencia que
transitorias particulares que pueden variar se- trata " d e los aspectos comunicativos del com-
gún los individuos presentes y las circunstan- portamiento aprendido y estructurado del cuer-
cias. Ponerse o no un traje de gala para acudir po en movimiento".
a una invitación indica no solamente la natura- Estas son, según Birdwhistell, las propiedades
leza de la recepción sino las relaciones pntre el de las marcas kinésicas que el autor define se-
anfitrión.y el invitado. Se dispone también al efec- gún un modelo lingüístico 3 *:
to de signos especiales, de los cuales los principa-
les son los atributos corporales y los gestos. 31 Citado de Pratiques des langues gestuelles, p. 62.

113 103
Pueden observarse varias variedades de marcas kinési-
1) Muy próximo Murmullo débil Muy secreto
cas. Por ejemplo, las marcas kinésicas pronominales
(de 5 a 20 cm)
asociadas a los (sustitutos de los) pronombres estructu-
2) Próximo Murmullo audible Confidencial
rados según la oposición distancia/proximidad: el/yo, (de 20 a 30 cm)
esto/eso, etc. El mismo gesto ampliado pluraliza la 3) Cercano En un interior, Confidencial
marca kinésica pronominal y así se obtienen marcas de (de 30 a 50 cm) voz baja
pluralización: nosotros, ellos, etc. Distinguimos tam- En el exterior,
bién marcas verboides asociadas a marcas pronominales plena voz
sin interrupción de movimientos entre las que podemos 4) Neutro Voz baja, Asunto personal
(de 50 a 90 cm) volumen débil
citar las marcas de tiempo. Observamos también las
5) Neutro Plena voz Asunto no personal
marcas de aire: arriba, abajo, detrás, adelante, a través,
(1,30 a 1,50 cm)
etc." Información públi-
6) Distancia pública Plena voz, con
(1,60 a 2,40 m) ligero énfasis ca destinada a ser
También se han analizado y consignado los escuchada por otras
diferentes movimientos de la danza. Para todos personas además
del interlocutor.
estos problemas, que superan los límites del Hablando a un
7) A través de la Alta voz
presente ensayo, remitimos al lector al N° 10 pieza (2,40 a 6 m) grupo.
de la revista Langages (junio de 1968), con- 8) Más allá de Alta voz
Saludos a distancia,
sagrado a las Pratiques et langages gestuels. los límites (de 6
a 30 m)
despedidas, etc.
E. La proxémica. La comunicación lingüís-
tica utiliza no solamente los gestos sino tam- La distancia está determinada evidentemente
bién el espacio y el tiempo. La distancia en por la acústica, al menos es lo que creemos. En
que nos colocamos con relación a nuestro in- realidad, es ampliamente convencional: los an-
terlocutor, el tiempo que tardamos en recibirlo glosajones "mantienen una cierta distancia" en-
o en responderle constituyen signos. Ese len- tre los locutores, los latinos tienden a reducirla.
guaje es el que se estudia con el nombre de De allí resulta que los primeros se sienten inco-
proxémica. modados y agredidos por los segundos mientras
Es particularmente interesante en la medida que éstos los encuentran fríos y distantes. Así
en que, convencionalizado c o m o todo sistema lo demuestra Hall:
de signos, varía con las culturas y corre el ries-
go de originar numerosos malentendidos. La "En América latina, la distancia es más reducida que
obra fundamental sobre el tema es The silent en EE.UU. En efecto, la gente sólo puede hablar con-
Language de E. T. Hall (1959). Estos son, se- fortablemente a una distancia muy similar a la que en
gún el autor, las o c h o distancias significativas Norteamérica provoca sentimientos eróticos o agresivos.
entre dos locutores norteamericanos: El resultado es que cuando ellos se acercan, nosotros
retrocedemos. En consecuencia, piensan que somos dis-
tantes o fríos, reservados y hostiles. Por nuestra parte,
los acusamos incesantemente de soplarnos en la cara,
de arrinconarnos, de escupirnos al rostro.

101
115
Los norteamericanos que han vivido algún tiempo en fica un insulto particularmente agraviante.
América latina sin aprender el sentido de esas distan- La función semiológica de la alimentación
cias usan otros subterfugios: se parapetan detrás de su perdura en nuestros festines y banquetes así
escritorio, utilizan las sillas y las mesas para mantener
c o m o en numerosos tabúes y costumbres. El té
al latinoamericano a lo que él considera la distancia
apropiada.
inglés participa de un ritual heredado de sus
El resultado es que el latinoamericano puede llegar
orígenes orientales.
hasta a trepar por encima del obstáculo hasta lograr G. ¿ C ó m o acabar con este inventario? T o d o
una distancia desde la que pueda hablar confortable- es signo: los regalos, nuestras habitaciones,
mente." nuestros muebles, nuestros animales domésti-
cos, etcétera.
No menos significativo es el tiempo de espera
que nos impone el interlocutor Sabemos hasta 3. Naturaleza de los signos sociales. Ya hemos
qué punto es sabiamente dosificado hasta por visto que los signos pueden ser más o menos
el más insignificante empleaducho, que se con- socializados, es decir estructurados y conven-
sideraría desposeído si no impusiera al visitante cionalizados. En nuestra cultura moderna, los
una espera de acuerdo a su rango y a su propia signos sociales generalmente lo son en muy
importancia. poca medida. Es el caso de nuestros onomásti-
Ese tiempo es también puramente convencio- cos, de nuestras insignias y carteles a las que
nal y puede adquirir proporciones considerables podemos comparar con sistemas muy elabora-
en ciertas culturas y en ciertas situaciones. Un dos tales c o m o los totems, los blasones, las ves-
embajador ante el Gran Mogol puede esperar timentas de castas, de oficios, de clanes.
tres meses antes de ser recibido y las mujeres Otra característica de los signos es la arbitra- "
sólo aceptan las atenciones de su admirador riedad o la motivación. La mayoría de los sig-
luego de un período de tiempo sabiamente cal- nos sociales son motivados ya sea por metáfora
culado. o frecuentemente por metonimia. Son figuras
El espacio y el tiempo desempeñan también alegóricas —la balanza y la espada de la justicia,
un papel significativo en las ceremonias, los la inclinación de cabeza y el besamano que
cortejos, los banquetes. La distancia es el signo evocan el "homenaje"— pero perduran a menu-
de la relación entre los locutores, relaciones do en la forma social y en las instituciones,
que pueden ser más o menos "distantes" o conservando sólo un valor simbólico degradado
"íntimas". cuyo sentido original se ha perdido.
F. El alimento es también uno de los modos Son fuertemente connotados y expresan la
importantes de la identificación del grupo y de majestuosidad, la fuerza, el poder o, por el
la cortesía. contrario, la humildad. Esos valores casi siem-
Con frecuencia está rodeado de tabúes. Su pre tienen su origen en una simbólica arraigada
preparación y el servicio de mesa están regidos en el inconciente colectivo. Por todas esas razo-
por un sistema de convenciones constrictivas. nes, pertenecen al tipo estético más que al lógi-
En ciertos medios, rechazar un aperitivo signi- co, aunque originariamente la mayoría sean sig-

117 103
nicación entre los individuos; los rituales, en
nos de clasificación. A raíz de su origen arcai-
los que el emisor es el grupo; los juegos, priva-
co, poseen modos de significación precientífi-
dos e individuales o públicos y colectivos, que
cos, analógicos u homo-analógicos (cf. supra, son las representaciones de una situación social;
P- 46). y las modas que son las formas estilizadas e
Por eso son muy sensibles a las recurrencias individualizadas de los códigos.
del significante sobre el significado. No es raro
que la forma de los escudos, de los nombres,
1. Los protocolos. Una sociedad es un conglo-
de las divisas dé origen a fábulas pseudo-histó-
merado de individuos reunidos en vistas de una
ricas que han aparecido con frecuencia en los
acción común. T o d o s tienen allí su lugar y su
mitos y las literaturas arcaicas. Lévi-Strauss, en
función, todos se definen por medio de las re-
particular, demostró c ó m o los sistemas de no-
l a c i o n e s familiares, religiosas, profesionales,
minaciones totémicas, taxonómicas en su ori-
gen, se convierten por analogía en generadores etc., que sostienen con los otros.
de tabúes, de prohibiciones, de relaciones entre Es indispensable que esas relaciones sean re-
clanes, apoyados por leyendas epónimas que conocidas e identificadas.
han venido a incorporarse a las relaciones natu- C o m o ya hemos visto, esa es la función de
rales entre el lobo, la serpiente, el oso o la los nombres, los sobrenombres, las insignias, las
rana. enseñas, las armas, los blasones y, muy parti-
cularmente, de la vestimenta.
Por su naturaleza icónica, los signos sociales
Cuando, por otra parte, los individuos se
se asemejan a los signos estéticos. Esto no es
reúnen en vistas de alguna acción común, sus
casual, pues en la comunicación social el emi-
relaciones deben ser significadas: el que dirige
sor es frecuentemente portador del signo y es,
y el que obedece, el que da y el que recibe, el
al mismo tiempo, el referente. Esta confusión
que invita y el que visita, etc.
del sujeto y del objeto no puede sino favorecer
El protocolo y la etiqueta determinan la
la contaminación de la función referencial y de
la función emotiva. ubicación de las personas en un cortejo, alre-
dedor de una mesa. Es sabido c ó m o Los caba-
lleros de la mesa redonda habían resuelto este
problema. Y durante la reciente conferencia de
n. LOS CODIGOS
Vietnam, asistimos a interminables discusiones
Vestimentas, alimentos, gestos, distancias, etc., sobre la forma de la mesa.
son signos que participan en proporciones y Los saludos tienen por objeto iniciar o rom-
modalidades diversas, en la formación de los per la comunicación y aquí también la relación
diferentes tipos de comunicación social. Son entre los interlocutores debe ser marcada:
innumerables: ritos, fiestas, ceremonias, proto- igualdad, superioridad o inferioridad, amistad,
colos, códigos de cortesía, juegos. Podríamos enemistad o indiferencia, deseo o negativa de
distinguir cuatro tipos principales: los protoco- comunicar.
los, que tienen por función instaurar la comu- Los títulos, las fórmulas —y eventualmente

119 103
ciones, silencios, hurras, por medio de los cua-
las invectivas e injurias, los tonos de voz, los les los individuos manifiestan que toman parte
gestos y actitudes, etc.— constituyen un con- en la comunicación. Por otra parte, esta parti-
junto codificado cuyo carácter convencional se cipación se expresa en fiestas que prolongan la
pone de manifiesto cuando se trata de traducir- ceremonia ritual y cuya forma también está
los de una lengua o de una cultura a otra. codificada. Las fiestas solemnes y conmemora-
Los buenos modales y el savoir vivre son los tivas son recordaciones del pacto inicial y una
signos por medio de los cuales el individuo ma- confirmación de los lazos que ha instaurado.
nifiesta su pertenencia al grupo. Su conoci-
La función de los ritos no es tanto de infor-
miento y su respeto de los usos lo identifican
mación c o m o de comunión. Su objetivo es sig-
como un "hombre de m u n d o " o un rufián; son
nificar la solidaridad de los individuos con res-
"contraseñas" y "signos de reconocimiento".
p e c t o a obligaciones religiosas, nacionales,
sociales, contraídas por la comunidad. Y son
2. Los ritos. Los ritos son comunicaciones de
sistemas de signos que, cualesquiera sean sus orí-
grupos. El mensaje ritualizado es emitido por la
genes históricos o pseudo históricos y su valor
comunidad y en su nombre. El emisor es el
figurativo, están siempre muy convencionali-
grupo y no el individuo.
zados.
Por intermedio del culto religioso la colecti-
vidad se comunica con los dioses. Etimológica-
3. Las modas. Las modas son maneras de ser
mente, la religión es un " v í n c u l o " , vínculo en-
propias del grupo: vestirse, alimentarse, alojar-
tre los fieles que comparten una misma fe a la
se, etc. Adquieren una gran importancia en una
vez que entre el grupo y la divinidad. Los cul-
sociedad donde la superabundancia de los pro-
tos familiares o nacionales son también las for-
ductos de consumo libera a estos últimos de su
mas de una comunión con los Ancestros o la función primitiva (protección, alimentación).
Patria. Además, casi siempre son de origen reli- Es evidente que nuestras corbatas, nuestros au-
gioso y siguen conservando un tinte de religio- tos, nuestros sillones Regencia, por ejemplo, no
sidad. Los pactos, tratados y alianzas son rela- son sino los signos de un status social.
ciones entre grupos que intercambian obliga-
La moda procede de un doble movimiento
ciones, servicios, bienes, mujeres, etc., cuyas
centrípeto y centrífugo. El deseo de identifi-
ceremonias concomitantes son los signos. Los
cación con un grupo prestigioso provoca la
ritos de iniciación, de entronización, las consa-
adopción de los signos que los caracterizan.
graciones y los sacramentos, los ritos funerarios
Pero estos signos son entonces abandonados
instituyen relaciones entre el grupo y el indi- por los miembros del grupo, que rechazan esa
viduo que recibe en su seno. identificación. Esa es la causa de que la moda
En todos esos ritos, el emisor es el grupo, ya sea tan variable y creadora, particularmente en
sea en su totalidad o en forma de oficiantes a las culturas donde los signos sociales están co-
los cuales delega la comunicación. Pero siempre dificados débilmente. La moda, al igual que las
hay participación del grupo, aunque más no sea diversiones, compensa frustraciones y viene a
por su presencia que se expresa en cantos, ora-
121
101
satisfacer deseos de prestigio y de poder. corresponden al tercer tipo: los hinchas siguen
las peripecias del partido c o m o los habitantes
4. Los juegos. Los juegos, al igual que las ar- de la ciudad contemplan a sus campeones des-
tes, son imitaciones de la realidad y, más parti- de lo alto de las murallas. En la mayoría de los
cularmente, de la realidad social. Son situacio- juegos, las tres funciones se encuentran mezcla-
nes construidas con el objeto de reubicar a los das.
individuos en un esquema significativo de la Los juegos tienen por función el aprendizaje
vida social. y la selección: el niño que juega a la mamá o
Las artes imitan con el objeto de reubicar al al soldado aprende su oficio, el torneo permite
receptor frente a la realidad y hacerle experi- conocer al más fuerte y más digno de detentar
mentar, por medio de una imagen, las emocio- el mando, los juegos de azar simbolizan la lu-
nes y los sentimientos suscitados por esa reali- cha del individuo contra el Destino, pero en
dad. situaciones donde son eliminados los peligros
Los juegos imitan con el objeto de reubicar de la realidad.
al emisor dentro de la realidad y hacerle prac- Los juegos tienen además una función de
ticar, por intermedio de una imagen, los actos distracción en la medida en que satisfacen, y
de esa realidad. sin duda subliman, deseos frustrados por la vi-
Los espectáculos son, a la vez, juegos y ar- da real: deseo de poder, de fuerza, de ventaja,
tes: juegos desde el punto de vista de los acto- de promoción social, etc. El psicoanálisis y la
res, artes desde el punto de vista de los espec- psiquiatría modernas aclararon este problema y
tadores. ampliaron considerablemente la noción de jue-
Los juegos corresponden a los tres grandes go y su campo demostrando que los juegos, al
modos de la experiencia: intelectual y científi- igual que las artes, expresan arquetipos cultu-
ca, práctica y social, afectiva y estética. rales que tienen raíces profundas en el incons-
Al primer tipo pertenecen todos los juegos ciente colectivo o individual.
de construcción, incluidas las construcciones En esta perspectiva, la noción de juego —es
verbales tales c o m o jeroglíficos, adivinanzas, decir la imitación de una situación social— ha
palabras cruzadas, en los cuales el jugador es- sido extendida a la mayoría de nuestras con-
tructura una realidad amorfa y le da un sen- ductas. Así, la mayoría de los desequilibrios
tido. La actividad del niño que arma un rompe- psíquicos corresponden a perturbaciones de la
cabezas es del mismo tipo que la del herborista comunicación; y la psicosomática, por su parte,
que identifica y clasifica plantas. Del segundo muestra c ó m o esas perturbaciones anímicas tie-
tipo son los juegos que reubican al jugador en ne manifestaciones orgánicas. Todos nuestros
el seno de una situación social: la familia, el comportamientos tienen un sentido. Pero en la
oficio, la guerra, etc. La niña y su muñeca jue- medida en que la relación entre el significante
gan a la mamá, los jugadores de ajedrez o de y el significado es irracional e inconsciente, ese
rugby imitan la guerra, etc. Los espectáculos, sentido es mal interpretado. La psicopedagogía
desde el punto de vista de los espectadores, moderna nos ha enseñado que el niño escapis-

122 103
ta, mentiroso, rebelde trata patéticamente de
decir algo y de establecer una relación con su zados c o m o las ciencias y las artes, pero cuya
medio. Esta situación es general. En una exito- característica fundamental es que el emisor, es
sa obra intitulada Games people play 32, un psi- decir el jugador, constituye él mismo el signo:
quiatra norteamericano, el doctor Eric Berne, "jugar" es ser otro. La muñeca es el " n i ñ o " y
demuestra que nuestros comportamientos socia- la que juega la " m a d r e " , las piezas del ajedrez
les, en particular familiares, son "juegos", es son "ejércitos" y los jugadores son los "estra-
decir sistemas de relaciones que reproducen si- tegas" rivales.
tuaciones arcaicas cuya clave no poseen los ju- Toda actividad tiende a devenir juego en la
gadores. El tirano doméstico, la mujer frígida, medida en que pierde su función inmediata.
el alcoholista, el jugador, etc., son roles cuyo Eso es lo que ocurre con la caza o la conquista
sentido profundo se nos escapa. El Dr. Berne amorosa. Entre los juegos, debemos reservar un
hace un inventario de esas situaciones típicas lugar muy particular a los juegos dramáticos:
demostrando c ó m o podrían ser "jugadas". los decorados, la puesta en escena, los actores
Este es el resumen de un drama matrimonial son signos. Al ser sistemas de signos, los juegos
muy común: "Si no estuvieras allí" (If it están necesariamente codificados bajo formas
weren't for you) es el caso de la mujer tímida ya sea figurativas o ideosémicas. La ausencia de
que se ha casado con un "tirano" y sufre con reglas privaría de toda significación a los juga-
dolor o rabia los ataques que este último in- dores, a los juguetes, a las fases del juego. El
fringe a su libertad. "Si no fuera por ti, y o catch, lucha libre y sin reglas, no es un juego
viajaría, trabajaría, practicaría danza, equita- deportivo, tal c o m o lo ha demostrado Barthes
ción, e t c . " (cf. Mythologies, pp. 11-21) y es por eso que el
En realidad, la experiencia demuestra que, desenlace es decidido con antelación por los
en la mayoría de los casos, la esposa tiranizada organizadores. En cambio, es un juego dramá-
está incapacitada de asumir su libertad. El "ti- tico con roles tales c o m o el Traidor, el Malo, el
rano" le hace, por lo tanto, un servicio evitán- Ingenuo, y sus situaciones: el mal castigado, el
dole las situaciones en que ella se encontraría coraje recompensado.
ante una decisión imposible de tomar. Por eso, Protocolos, ritos, juegos, t o d o es signo en la
ese tipo de mujer elige generalmente a un hom- vida social y, ante todo, los individuos que par-
bre de esas características por marido. ticipan de ella. En los primeros, "interpretamos
Ese " j u e g o " con sus roles, sus comparsas, sus nuestro r o l " : patriarca, hijo pródigo, amigo fiel
situaciones, constituye un drama perfectamente o muerto por la patria. En los juegos, "inter-
estereotipado con un reducido número de va- pretamos un rol". El límite entre los dos no
riantes. siempre es fácil de definir.
Los juegos, en sus innumerables formas, son Semiológicamente, el problema de los juegos
sistemas de signos más o menos convencionali- así c o m o el de las artes, es doble: una morfolo-
gía cuyo objeto es reducir cada juego a sus
32 Berne, Games people play, New York, 1 9 6 4 . "constituyentes inmediatos" con el objeto de
clasificarlos y de definir sus funciones, es decir
124
125
las reglas de sus combinaciones, una semántica CONCLUSION
(y una simbólica) que deberán establecer el
sentido y la función social de esos "ludemas"
en el seno de una cultura así c o m o las raíces
míticas que los fundamentan y connotan. MITOLOGIAS DE NUESTRO TIEMPO

La noción de imagen es uno de los conceptos


claves de nuestra cultura. Todos tienen la suya:
los actores, los hombres políticos, las mujeres
de mundo. Y hasta el último de nuestros seme-
jantes, se preocupa de no empañar ni compro-
meter esa imagen de padre atento, esposo fiel,
buen ciudadano y tipo duro que construye y
cuida celosamente.
Las mitologías expresan una visión del hom-
bre y del mundo; significan una organización
del Cosmos y de la Sociedad. Y si bien se ma-
nifiestan en forma de historias contingentes,
permiten hallar, bajo las variaciones accidenta-
les de la fábula, sistemas de significaciones esta-
bles y estructurados.
Cuando se habla de mitos, se piensa general-
mente en culturas primitivas, arcaicas, en for-
mas de pensamiento prelógico. Y es muy cierto
que es en esas culturas, cerradas y estabilizadas,
donde esos códigos son más fáciles de observar,
así c o m o bajo formas simples y estereotipadas
encontramos códigos sociales ritualizados que
tienen su origen en la historia lejana y el incons-
ciente colectivo.
Nuestras sociedades modernas, en cambio,
nos parecen más libres y establecidas sobre fun-
damentos racionales. Pero ahora descubrimos
que no es así. La vida de un John Kennedy
está signada de presagios, pruebas, dones mila-

127 103
grosos y de todos los signos que rodean al hé- reunidos bajo el título significativo de Mytho-
roe mítico. En este sentido, su muerte es ejem- logies33.
plar: a pesar de una encuesta que prueba que
"Creer en el vino es un acto colectivo constrictivo. El
su asesino era un desequilibrado que actuó
francés que tomara cierta distancia con respecto al mi-
solo, la opinión rechaza ese veredicto de una
to, se expondría a problemas pequeños pero que debe-
desaparición accidental que privaría de toda ría resolver, el primero de los cuales sería justamente el
significación a ese Destino. Exige que el Héroe de tener que explicarse. El principio de universalidad
haya sido traicionado, lo que constituye uno interviene aquí plenamente en el sentido en que la so-
de los temas mayores de toda la literatura épi- ciedad denomina enfermo, achacoso o vicioso a los que
ca. no creen en el vino: ella no los comprende (en los dos
sentidos, intelectual y espacial, del término). En cam-
La ciencia moderna ha puesto en evidencia
bio, se le confiere un diploma de buena integración a
ese carácter semiológico de nuestras actitudes y
quien es afecto al vino: saber beber es una técnica
de nuestras creencias. El perro de Pavlov no nacional que sirve para calificar al francés, para probar
reacciona ante las cosas sino ante los signos de su poder de performance, su control y su sociabilidad.
las cosas, y el behaviourismo muestra c ó m o El vino tiene así una moral colectiva, dentro de la cual
nuestras cohductas son reacciones condiciona- todo es redimido: los excesos, las desgracias, los crí-
das a signos. Por otra parte, para el psicoaná- menes indudablemente son posibles a causa del vino
lisis esos signos tienen su origen en situaciones pero de ningún modo la maldad, la perfidia o la bajeza.
El mal que puede originar pertenece al orden de lo
arcaicas, inconscientes e irracionales: unas son
fatal, escapa pues al castigo, es un mal debido a las
comunes a la colectividad, c o m o lo afirma Jung
circunstancias y no al temperamento del individuo.
con su teoría de los arquetipos, otras propias
de cada individuo, tal c o m o lo estableció Freud El vino está socializado porque crea no solamente
una moral sino un decorado. Engalana todos los cere-
y su análisis de los complejos. Finalmente, la
moniales de la vida cotidiana francesa por más insigni-
investigación psicosociológica, basada en tests
ficantes que sean, desde el refrigerio (camembert con
verbales, cuestionarios y un análisis estadístico tinto común) hasta el festín, desde la charla de bar
de las respuestas, ven en ellos tendencias carac- hasta el discurso de banquete. Exalta cualquier clima,
terísticas de los diversos grupos y de las diver- se asocia en el frío a todos los mitos de calentamiento
sas situaciones. y en la canícula a todas las imágenes de la sombra, de
De ese modo, es probable que la mayoría de la frescura y de lo excitante. No existe ninguna situa-
nuestras elecciones —en apariencia las más li- ción de constricción física (temperatura, hambre, has-
tío, servidumbre, exilio) que no haga pensar en el vino.
bres o, en todo caso, las más racionales— estén
Combinada como sustancia básica con otras figuras ali-
condicionadas por representaciones inconscien- menticias, puede cubrir todos los espacios y todos los
tes de origen mítico. ¿Por qué, por ejemplo, tiempos del francés. Cuando se espera ver detalles de la
bebemos vino o leche? ¿De dónde proviene el vida cotidiana, la ausencia de vino choca con un exotis-
gusto de los franceses por los bifes con papas mo. Al cumplir setenta años, Coty se fotografió ante
fritas? ¿A qué se deben nuestros entusiasmos
o nuestros prejuicios? Eso es lo que explica
Roland Barthes en una selección de ensayos 3 3 E. du Seuil, 1 9 5 7 , p. 85.

129 103
una mesa íntima donde la botella de Dumesnil parecía adhesión del fumador norteamericano a su mar-
reemplazar extrañamente al litro de tinto. La nación ca de cigarrillos cuando en realidad, en la ma-
entera se sobresaltó pues eso era algo tan intolerable yoría de los casos, la experiencia demuestra
como un rey soltero. En este caso, el vino forma parte
que es totalmente incapaz de reconocerla? La
de la razón de Estado."
conclusión de los técnicos es formal: " N o fu-
mamos cigarrillos sino imágenes de cigarrillos".
Roland Barthes demuestra que hay también Es igualmente evidente que las mujeres no
una mitología de la leche, del bife con papas compran cremas "suavizantes", "astringentes",
fritas, del automóvil, de las vacaciones, de la "rejuvenecedoras" sino imágenes de la juven-
literatura, etc. tud, del éxito, del amor. De allí la importancia
Y es evidente que todas las buenas razones, del nombre, del envase y de lo que se ha con-
y la mayoría de las veces muy sinceras, que venido en llamar "la imagen de marca". El co-
damos para justificar nuestros gustos, nuestros mercio vende símbolos. Y esos símbolos fun-
deseos, son totalmente irracionales. La publi- cionan a niveles subconscientes e inconscientes
cidad moderna puso en evidencia ese hecho, totalmente irracionales.
q u e por supuesto usufructúa. Innumerables Esta es la novela de la Ciruela tal c o m o la
ejemplos de ello podremos encontrar en la obra cuenta Vanee Packard.
clásica de Vanee Packard Las formas ocultas de Alrededor de la década de 1950, la desdicha-
la propaganda (1957). Los fabricantes de mar- da ciruela no se vendía más a despecho de to-
garina, por ejemplo, se enfrentaban en un co- dos los esfuerzos realizados por la compañía,
mienzo, y aún hasta ahora en Francia, con un quien, desesperada, la llevó a consultar al psico-
prejuicio tenaz contra su producto. Comparada analista, en este caso el Institute for Motiva-
con la manteca, se le reprochaba de ser "gra- tional Research. Y, en efecto, el paciente sufría
sosa", "pesada" e "indigesta", de tener un de un fuerte complejo de inferioridad.
"gusto aceitoso". Pero bastó con presentar a la Los tests de asociación de palabras demostra-
margarina bajo la apariencia de una manteca ban que el producto estaba vinculado en la
coloreada de amarillo y a la manteca bajo una cabeza de la gente a términos tales c o m o "rese-
apariencia blancuzca para comprobar que casi ca", "solterona", "pensión familiar" y sobre
toda la gente se equivocaba y adjudicaba en- todo "estreñimiento". Era preciso darle una
tonces a la manteca los defectos de la marga- imagen totalmente nueva.
rina y a esta última las virtudes de la primera. " D e la noche a la mañana la ciruela se con-
Lo mismo ocurre con la mayoría de los pro- virtió en una fruta deliciosa, dulce, casi una
ductos que en la actualidad están perfectamen- golosina, a juzgar por los anuncios. Las nuevas
te estandarizados y homogeneizados de modo imágenes mostraban a la ciruela c o m o lo más
tal que entre las diferentes marcas de lejía, de diferente posible de su apariencia oscura, lóbre-
dentífricos o de champúes no hay práctica- ga, de vieja solterona, de cuando, se pintaba a
mente ninguna diferencia objetiva. cuatro frutos negros nadando en un fluido ne-
¿ C ó m o explicar, en esas condiciones, la gro. En los nuevos anuncios se utilizaban colo-

131 103
"nosotros mismos ", signos entre los signos, en
res alegres y brillantes y figuras que jugaban. este teatro donde interpretamos nuestro propio
Un p o c o después las representaciones infantiles papel.
cambiaron para trocarse en bonitas chicas que Los reyes eran hasta hace p o c o los hijos de
patinaban o jugaban al tenis. Y las ciruelas se los dioses, quienes los enviaban a la tierra con
veían en platos lustrosos de alegre colorido, o la viña y el maíz. En la actualidad, los presi-
al lado de blancos requesones. Acompañaban al dentes son las criaturas de la televisión des-
cuadro llamativas leyendas que decían: 'Ponga cendidos sobre la pantalla mítica, entre la mar-
alas a sus pies' y 'Adquiera la sensación de te- garina y las enzimas voraces. Pero, al menos,
ner el mundo a sus pies'. Un anuncio rezaba: comencemos por saber que vivimos entre los
'Las ciruelas contribuyen a enrojecer su sangre signos y a darnos cuenta de su naturaleza y de
y dar brillo y color a sus mejillas'. La imagen su poder. Esta conciencia semiológica podrá
pública de la ciruela se convirtió en una Ceni- convertirse, en el futuro, en la principal garan-
cienta triunfante 3 4 ." tía de nuestra libertad.
La idea de imagen, de mensaje y de una ma-
nipulación del público por medio de un conoci-
miento de sus motivaciones profundas es ac-
tualmente una de las claves de nuestra cultura
que desde Norteamérica gana p o c o a p o c o a
toda Europa. Salió ampliamente del dominio
de la publicidad para invadir el campo de la
política y el de las relaciones sociales. Las ve-
dettes, los hombres políticos y en mayor o
menor medida cada uno de nosotros tiene una
"imagen" pacientemente construida y cuidado-
samente mantenida. Las elecciones son en la
actualidad confiadas a agencias de publicidad y
la figura del candidato manipulada pieza por
pieza. Vivimos en una cultura de la imagen. En
la actualidad, el " o p i o del pueblo" es la propa-
ganda política, cultura, económica, cuya arma
más eficaz e ilusión más insidiosa son las de
persuadirnos de que los signos son las cosas.
Así c o m o nosotros nos persuadimos que somos

34 The hidden persuaders, New York, 1 9 5 7 ,


pp. 1 1 9 - 1 2 0 . [Hay ed. esp., Vanee Packard, Las formas
ocultas de la propaganda. Buenos Aires Sudamericana,
1970i p. 1 5 4 - 1 5 5 . ]

101
132
impreso en mar co
prol atrio de san francisco 67
cp. 04320 - méxico, d f
tres mil ejemplares y sobrantes
25 de febrero de 1999

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