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Desde el punto de vista histológico, las características que suelen ser identificadas
son: la pérdida de los acinos pancreaticos, la infiltración de células mononucleares
y finalmente la fibrosis. Las primeras lesiones suelen distribuirse en parches, por lo
tanto, el aspecto normal en el material extraído con aguja no es confiable. Cada
ataque inflamatorio puede causar focos de necrosis grasa que pueden dar lugar
tanto a los pseudoquistes como a la fibrosis de la glándula. Los nervios muestran
rupturas del perineuro adyacente a los focos inflamatorios, al mismo tiempo que se
produce una mayor expresión de sustancias químicas en las terminaciones
nerviosas nocioceptivas.
La fibrosis es un signo de que en la PC las células estrelladas intersticiales están
activas; estas células representan una parte importante en la progresión de la
enfermedad, ya que controlan la síntesis y la degradación de las proteínas de la
matriz extracelular. La activación de estas células está aumentada por las
citoquinas de los leucocitos y las células acinares dañadas. La etapa final de la PC
se identifica por la pérdida de todo el tejido secretor, la desaparición de las células
inflamatorias y una intensa fibrosis
CLASIFICACIÓN:
Existen diferentes formas del clasificar la PC: por etiología, de acuerdo a la edad
de aparición y/o tipo y extensión de cambios estructurales, entre otras.
Por etiología la clasificación más utilizada es la que usa el acrónimo TIGARO1
(tabla 1) que considera factores Toxico-metabólicos, casos Idiopáticos,
alteraciones
Genéticas, Autoinmune y casos con pancreatitis aguda Recurrente y procesos
Obstructivos. De acuerdo a la edad de presentación, la PC puede clasificarse
como de inicio temprano (antes de los 35 años de edad) o tardío. Y de acuerdo a
su aspecto y alteraciones ductales y parenquimatosas se clasifica como de
conductos pequeños o grandes. Todas estas clasificaciones más que ser
excluyentes son complementarias entre si, pues ayudan a detectar factores de
riesgo, sospechar etiologías (inicio temprano suelen tener un trasfondo genético),
y/o planear y seleccionar el tratamiento adecuado (drenajes endoscópicos,
medicamentos, etc.)
BIBLIOGRAFIA: