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CONCEPTO E IMPORTANCIA DEL MATRIMONIO RELIGIOSO

El matrimonio es la unión libre y voluntaria de un hombre y una mujer a través de ciertos


ritos o procedimientos legales se unen por mutuo consentimiento en indisoluble comunidad de
vida con el fin de engendrar y educar a la prole, y reciben gracia para cumplir los deberes
especiales de su estado.

El Código de derecho define así el matrimonio católico:

1.- “La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un
consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a
la generación y educación de la prole, 2.-fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la
dignidad de sacramento entre bautizados” (CIC, can. 1055,1)
El matrimonio religioso, por lo tanto, es el ritual que legitima la unión de los contrayentes
ante los ojos de Dios. Ambos integrantes de la pareja se comprometen a respetar los
dogmas y las obligaciones de la religión en cuestión.
Para nosotros los católicos, el matrimonio es una institución que forma parte de la
naturaleza humana y que implica unidad e indisolubilidad. Esta unión exige un compromiso de
por vida que no puede disolverse más que con el fallecimiento de uno de los cónyuges. Dado
que su fin último es la procreación, la Iglesia Católica se opone al matrimonio homosexual.

La unidad, la indisolubilidad y la fecundidad son tres de los principios sobre los que se
sustenta el matrimonio religioso, que es un sacramento que obliga a los contrayentes a que
previamente al mismo no sólo reciban una serie de cursos en los que se les hablará de cómo
debe ser la relación y la vida en pareja sino que también deberán confesarse ante el
sacerdote así lograrán ir a su boda en estado de gracia.
Es importante saber que dar el paso de este tipo de enlace es algo que hay que pensar muy
seriamente ya que para declararlo nulo hay que acudir a las altas instancias de la
institución católica. Estas concederán la nulidad siempre y cuando consideren que se dan las
siguientes circunstancias: los contrayentes no se casaron libre y voluntariamente, cuando el
matrimonio no se ha llegado a consumar o cuando aquel se ha producido entre dos personas
no bautizadas o entre una que sí lo está y otra que no.
El matrimonio religioso supone una serie de normas y costumbres. Esta unión tiene lugar en
la casa de Dios (la iglesia) y es administrada por un sacerdote. Es habitual que la novia
vista de blanco (símbolo de la pureza) y que el novio use traje (Pantalón, saco y corbata).
Para simbolizar la unión, ambos cónyuges intercambian anillos (las alianzas)

Esponsales

Previamente a la celebración del matrimonio, los futuros contrayentes pueden prometerse


en matrimonio. La promesa recíproca de futuro matrimonio recibe el nombre de esponsales.
Esta figura, que históricamente tuvo gran importancia y se celebró frecuentemente en la
práctica, hoy se halla caída en desuso.
Los esponsales, pues, consisten en la promesa recíproca de futuro matrimonio, que
intercambian un hombre y una mujer. También pueden definirse los esponsales como la
promesa de futuro matrimonio, hecha y aceptada recíprocamente entre un hombre y una
mujer.

La palabra castellana esponsales significa prometer

Existen dos grandes tipos de matrimonio en la sociedad occidental: el matrimonio


religioso (legitimado ante los ojos de Dios) y el matrimonio civil (administrado por una
autoridad estatal) y la unión libre de hecho o consensual.

EL MATRIMONIO CIVIL

La unión entre el hombre y la mujer que se lleva a cabo a través de distintos ritos o
procedimientos se conoce como matrimonio. El enlace matrimonial es reconocido a nivel
social y cultural e implique derechos y obligaciones.

l matrimonio civil, por lo tanto, es la unión conyugal que crea un vínculo entre dos personas
con derechos y obligaciones. El Estado debe encargarse de velar por el cumplimiento de
estos deberes; en caso que un cónyuge no cumpla con sus compromisos, puede acudir a la
Justicia.

No obstante, no hay que pasar por alto otros ritos igualmente importantes en este caso
como sería el consentimiento por parte de los dos contrayentes o el de las arras. Este
último es realizado por el novio que se las entrega a su futura esposa en señal de los
bienes que van a compartir.

Además de todo ello hay que resaltar que se ha puesto de moda que en los matrimonios
civiles también existan ritos que vienen a sustituir a los que se realizan en las bodas
religiosas. En este caso, entre los más frecuentes está el de la luz. Consiste en cada
contrayente lleve una vela encendida para luego, juntos, encender otra de mayor tamaño
que viene a simbolizar la vida en común que están a punto de comenzar.

La unión del matrimonio civil, por ejemplo, permite legitimar la filiación de los hijos de la
pareja, establece condiciones acerca de la gestión de los bienes matrimoniales e impone
derechos de sucesión.

A diferencia del matrimonio religioso que no hay divorcio porque es indisoluble hasta que la
muerte los separe y porque no son leyes inventadas por hombre sino que el matrimonio
religioso es divino, inspirado por Dios, el matrimonio civil puede romperse y mediante el
divorcio las parejas pueden terminar su relación y no se prohíbe volver a casarse porque
el matrimonio está fundamentado por leyes inventadas o hechas por hombre (humanos). La
disolución del matrimonio se conoce como divorcio, un procedimiento que está sujeto a
diversas reglamentaciones y que brinda protección especialmente a la mujer y a los hijos
que nacieron durante el vínculo disuelto.

Entre las causas más frecuentes de divorcio, se encuentran la violencia intrafamiliar,


el adulterio, la falta de afectividad y el cambio en la orientación sexual. Cabe destacar
que el régimen de divorcio depende de cada país

Matrimonio de hecho o consensual

- Las "uniones de hecho"

(2) La expresión unión de hecho abarca un conjunto de múltiples y heterogéneas realidades


humanas, cuyo elemento común es el de ser convivencias (de tipo sexual) que no son
matrimonios. Las uniones de hecho se caracterizan, precisamente, por ignorar, postergar o
aún rechazar el compromiso conyugal. De esto se derivan graves consecuencias.

Con el matrimonio se asumen públicamente, mediante el pacto de amor conyugal, todas las
responsabilidades que nacen del vínculo establecido

2.- ORIGEN DIVINO DEL MATRIMONIO.

Dice a este respecto el Catecismo de la Iglesia católica:

“El mismo Dios es el autor del matrimonio” (GS 48,1). La vocación al matrimonio se
inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del
Creador.

El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas


variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas,
estructuras sociales y actitudes espirituales.

Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanentes. A pesar de
que la dignidad de esta institución no se trasluzca siempre con la misma claridad (cf GS
47,2), existe en todas las culturas un cierto sentido de la grandeza de la unión
matrimonial.
1604 Dios que ha creado al hombre por amor lo ha llamado también al amor, vocación
fundamental e innata de todo ser humano. Porque el hombre fue creado a imagen y
semejanza de Dios (Gn 1,2), que es Amor (cf 1 Jn 4,8.16).

Habiéndolos creado Dios hombre y mujer, el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen
del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al hombre.

Este amor es bueno, muy bueno, a los ojos del Creador (cf Gn 1,31). Y este amor que Dios
bendice es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la
creación. “Y los bendijo Dios y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y
sometedla'” (Gn 1,28).

1605 La Sagrada escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el
otro: “No es bueno que el hombre esté solo”. La mujer, “carne de su carne”, su igual, la
criatura más semejante al hombre mismo, le es dada por Dios como una “auxilio”,
representando así a Dios que es nuestro “auxilio” (cf Sal 121,2). “Por eso deja el hombre a
su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne” (cf Gn 2,18-25).
Que esto significa una unión indefectible de sus dos vidas, el Señor mismo lo muestra
recordando cuál fue “en el principio”, el plan del Creador: “De manera que ya no son dos
sino una sola carne” (Mt 19,6).

EXPULSIÓN DEL PARAISO. ALBERTO CHAMIZO. PARROQUIA DE MIGUELTURRA. C.


REAL. ESPAÑA.

3.-EL MATRIMONIO Y LAS DIFICULTADES QUE LO AMENAZAN.

Dice a este respecto el catecismo de la Iglesia:

1606 Toda persona, tanto en su entorno como en su propio corazón, vive la


experiencia del mal. Esta experiencia se hace sentir también en las relaciones entre el
hombre y la mujer.

En todo tiempo, la unión del hombre y la mujer vive amenazada por la discordia,
el espíritu de dominio, la infidelidad, los celos y conflictos que pueden conducir hasta el
odio y la ruptura. Este desorden puede manifestarse de manera más o menos aguda, y
puede ser más o menos superado, según las culturas, las épocas, los individuos, pero
siempre aparece como algo de carácter universal llamado pecado.

El primer pecado, ruptura con Dios, tiene como consecuencia primera la ruptura de la
comunión original entre el hombre y la mujer.

Sus relaciones quedan distorsionadas por agravios recíprocos (cf Gn 3,12); su atractivo
mutuo, don propio del creador (cf Gn 2,22), se cambia en relaciones de dominio y de
concupiscencia (cf Gn 3,16b); la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser
fecundos, de multiplicarse y someter la tierra (cf Gn 1,28) queda sometida a los dolores
del parto y los esfuerzos de ganar el pan (cf Gn 3,16-19).

1608 Sin embargo, el orden de la Creación subsiste aunque gravemente perturbado. Para
sanar las heridas del pecado, el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que
Dios, en su misericordia infinita, jamás les ha negado (cf Gn 3,21). Sin esta ayuda, el
hombre y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios
los creó “al comienzo“.

4.-EL MATRIMONIO ES UN SACRAMENTO.

1613 En el umbral de su vida pública, Jesús realiza su primer signo -a petición de su


Madre- con ocasión de un banquete de boda (cf Jn 2,1-11).

La Iglesia concede una gran importancia a la presencia de Jesús en las bodas de Caná. Ve
en ella la confirmación de la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante el
matrimonio será un signo eficaz de la presencia de Cristo. Es decir un sacramento.

En general se puede decir que un sacramento es un signo o símbolo de una cosa distinta de
lo que él es. Así se puede decir, por ejemplo, que un semáforo en rojo es un signo que
indica prohibido pasar.

Signos de esta clase hay muchos, no son de carácter religioso.

En el orden religioso cristiano un sacramento es un signo sensible instituido por


Cristo, que simboliza y comunica la gracia de Dios.

Aplicado al matrimonio Los elementos del sacramento del matrimonio son tres: ministro,
sujeto y signo sensible.

Ministro y sujeto: En el sacramento del matrimonio, los contrayentes son al


mismo tiempo ministros y sujetos; el sacerdote interviene tan solo como testigo oficial de
la Iglesia. El consentimiento mutuo es lo que constituye el vínculo del sacramento.

El signo sensible: Como ocurre en todo sacramento, comprende dos


cosas: materia y forma. La materia remota del matrimonio son los cuerpos de los
contrayentes, y la próxima, la donación y entrega mutua que los esposos hacen de sí
mismos. La forma consiste en las palabras o señales con las que los contrayentes aceptan
el hecho de dicha unión.

Estos elementos aparecen por ejemplo en el siguiente rito matrimonial:

Novio: Yo, ___________, te recibo a ti, ________, como esposa y me entrego


a ti y prometo ser fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la
enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Novia: Yo, __________, te recibo a ti, __________, como esposo y me
entrego a ti y prometo ser fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la
enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.

El carácter sacramental del matrimonio aparece en la Sagrada


Escritura, “Es lo que el apóstol Pablo da a entender diciendo: “Maridos, amad a
vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para
santificarla” (Ef 5,25-26), y añadiendo enseguida: “`Por eso dejará el hombre a su padre
y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne’. Gran misterio es
éste, y yo lo relaciono con el amor de Cristo a su Iglesia “(Ef 5,31-32).

1617 Toda la vida cristiana está marcada por el amor esponsal de Cristo y de la Iglesia.
Ya el Bautismo, entrada en el Pueblo de Dios, es un misterio nupcial.

El Matrimonio cristiano viene a ser por su parte signo eficaz, sacramento de la alianza de
Cristo y de la Iglesia. Puesto que es signo y comunicación de la gracia, el matrimonio entre
bautizados es un verdadero sacramento de la Nueva Alianza (cf DS 1800; CIC, can.
1055,2).

5.-EFECTOS DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.

Anteriormente se ha dicho que el matrimonio tiene dificultades que lo amenazan, el


primer efecto del sacramento es recibir la gracia y ayuda de Dios para vencer esas
amenazas y de forma positiva fortalecer el amor mutuo de los esposos de forma que
ese amor se convierta en un medio de santificación de los mismos.

Además, como anteriormente se ha dicho, el amor conyugal se convierte en un signo del


amor que Cristo tiene a su Iglesia, del amor de Dios a los hombres, de tal forma que
cuando los demás vean que los esposos se aman con una entrega total puedan desde ese
amor ascender a comprender el amor de Dios a los hombres.

6. CARACTERÍSTICAS QUE HA DE TENER EL MATRIMONIO

Las propiedades del matrimonio son principalmente dos:

1.- Unidad, 2.- Indisolubilidad.

Si el matrimonio, o el amor conyugal, tal como lo concibe el catolicismo es un signo del


amor que Dios tiene a la humanidad, o que Cristo tiene a su Iglesia, hay que decir que para
significar y en alguna medida, representar ese amor , no puede valer cualquier tipo o clase
de amor conyugal, como mínimo este amor ha de tener los caracteres de la exclusividad,
pues Dios ama a cada persona con un amor personalizado y exclusivo, de forma que el amor
con que Dios te ama a tí, no ama a ninguna otra persona, y por otro lado tal amor tiene
que ser indisoluble, como es el amor de Dios: aunque una madre se olvide de su hijo yo no
me olvidaré de tí dice el Señor. Y en otros textos bíblicos habla del amor perpetuo de Dios
a Israel aunque el mismo se haya prostituido como una ramera.

Las palabras de Jesús son taxativas en este aspecto:

Cuando Jesús dice: “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.” Los fariseos le
preguntaron:”¿Por qué, pues, mandó Moisés darle carta de divorcio y repudiarla?” Y Él les
dijo:”Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres;
pero al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por
causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada,
adultera.” Sus discípulos al escuchar esto le dijeron a Jesús: “Si así es la condición del
hombre con su mujer, no conviene casarse.” (Mateo 19.8-10)

Las palabras de Jesús en las que dice: salvo por causa de fornicación, no son una excepción
que permite el divorcio, sino algo que permite la separación de la mujer infiel, pues en el
texto estas palabras se ve que están claramente referidas al repudio, y no a la permisión
de un nuevo matrimonio, pues: el que se casa con la repudiada, adultera.

De una forma muy sintética se puede decir que el matrimonio, según lo entiende el
catolicismo es la respuesta que los novios dan a esta pregunta: ¿Queréis que
vuestro mutuo amor sea un signo o símbolo del amor de Dios? El si queremos añade una
nota nueva al amor de los esposos: la de ser un signo del amor de Dios.

1066 Antes de que se celebre el matrimonio debe constar que nada se opone a
su celebración válida y lícita.

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