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HISTORIA DE LA QUÍMICA DE COORDINACIÓN: TEORÍAS Y DISPUTAS EN LAS TEORÍAS DE ENLACE

TEORÍA DE LAS CADENAS DE BLOMSTRAND Y JORGENSEN


Cuando comenzó a considerarse la estructura de los complejos ya eran conocidos los conceptos de la
tetravalencia del carbono y la formación de cadenas carbono-carbono. Estos conceptos tuvieron una gran
influencia.
En 1869, Christian Wilhelm Blomstrand, profesor de química de la Universidad de Lund, en Suecia, propuso
la teoría de las cadenas para explicar la existencia de los complejos metálicos. Blomstrand sugirió que sólo
podían admitirse tres enlaces al cobalto (III) en sus complejos, basándose en que los elementos sólo
pueden exhibir un tipo de valencia. Por lo cual, propuso una estructura en forma de cadena para explicar
cómo están unidas las seis moléculas adicionales de amoniaco en el CoCl3.6NH3 (Figura 1).

Figura 1. Estructura en forma de cadena del CoCl3.6NH3 propuesta por Blomstrand.

En la estructura de la figura 1, los átomos de nitrógeno estaban unidos igual que lo estaban los de carbono
en los compuestos orgánicos, y los tres cloros estaban lo suficientemente separados del átomo de cobalto
como para poder precipitar al añadir AgNO3.
En 1884, Sophus Mads Jorgensen, un discípulo de Blomstrand, propuso algunas correcciones a las
representaciones de su maestro (Figura 2). Jorgensen descubrió nuevas pruebas que indicaban que los
compuestos eran monómeros y modificó la distancia entre los grupos cloruro y el cobalto para justificar
las velocidades a las que precipitaban los diferentes cloruros.
De acuerdo a esta teoría, los átomos de cloro que se encuentran separados del cobalto por cierta distancia
precipitan fácilmente al agregar iones Ag+ (provenientes del AgNO3), mientras que los átomos de cloro
enlazados directamente con el átomo de Co no eran ionizables y, por tanto, no podían precipitar al agregar
AgNO3.

Figura 2. Estructuras en forma de cadena propuestas por Jorgense.

A pesar de que Jorgensen era un experimentador muy hábil, no logró la preparación del compuesto de
CoCl3.4NH3, pero en cambio tuvo éxito al intentar la preparación del compuesto análogo de iridio IrCl3.4NH3,
sin embargo, la solución acuosa de este compuesto no condujo la corriente eléctrica ni produjo precipitado
alguno al añadirle una solución de nitrato de plata.
TEORÍA DE LA COORDINACIÓN DE WERNER
En 1893, Alfred Werner propuso la teoría de la coordinación, la cual ha proporcionado los principios que
orientaron a la química inorgánica y permitieron aclarar el concepto de valencia. Tres de sus postulados
más importantes son:
1. La mayor parte de los elementos poseen dos tipos de valencia: (a) Valencia primaria (Estado de
oxidación) y (b) Valencia secundaria (Número de coordinación).
2. Todo elemento tiende a satisfaces tanto sus valencias primarias como sus valencias secundarias.
3. Las valencias secundarias están dirigidas hacia posiciones fijas en el espacio.
De acuerdo a la teoría de Werner y empleando como ejemplo los complejos cloroaminocobálticos (III).
Para el complejo CoCl3.6NH3 (Figura 3), la valencia primaria o estado de oxidación del cobalto es 3, por lo
cual los tres iones cloruro saturan las tres valencias primarias del cobalto, la valencia secundaria o número
de coordinación es 6, la cual es utilizada por las seis moléculas de amoniaco. En este caso el Co(III) está
rodeado por seis amoniacos, de manera que los iones cloruro no pueden ser acomodados como grupos
ligantes y por lo tanto quedarán más alejados del ión metálico y menos firmemente unidos a él. Por lo
cual, una solución del complejo conducirá la corriente eléctrica.

Figura 3. Estructura del complejo CoCl3.6NH3 de acuerdo a la teoría de Werner. La línea continua indica la valencia primaria,
mientras que la línea punteada indica la valencia secundaria.

Con respecto al segundo postulado, este se emplea por ejemplo en el caso del complejo CoCl 3.5NH3 en el
cual solo hay cinco moléculas de amoniaco para satisfacer las valencias secundarias. En consecuencia, un
ion cloruro deberá desempeñar una función doble y satisfacer al mismo tiempo una valencia primaria y
una secundaria.
El tercer postulado trata específicamente de la estereoquímica de los complejos metálicos. La
determinación de la configuración espacial de las moléculas la realizó por comparación del número de
isómeros existentes con el número teóricamente posible para las diversas estructuras (Figura 4), de esta
forma demostró que los complejos hexacoordinados poseen una estructura octaédrica con lo cual sugiere
también la presencia de isomería óptica en ciertos compuestos de coordinación. Esta idea fue refutada
por algunos químicos orgánicos, quienes sostenían que la actividad óptica se debía a la presencia de
átomos de carbono, con cuatro sustituyentes distintos y que esta propiedad era exclusiva del carbono. En
1914 el grupo de trabajo de Werner sintetizó un compuesto de coordinación sin carbono, el
[Co(Co(NH3)4)3(OH)6], que presentó actividad óptica.
Figura 4. Isómeros teóricamente posibles para tres estructuras diferentes de un complejo del tipo MA4B2. Experimentalmente se
conocen dos isómeros.

WERNER VS BLOMSTRAND-JÖRGENSEN
El complejo CoCl3·3NH3 represento una cuestión decisiva en ambas teorías, en la teoría de Werner
representado como [Co(NH3)3Cl3], el complejo no produce iones Cl- en solución acuosa, debido a que
dichos iones están unidos directamente al centro metálico en la esfera de coordinación. En la teoría de las
cadenas, en cambio, predice que el compuesto se disociará proporcionando un ión cloruro. Los resultados
experimentales permitieron comprobar que los compuestos de tipo [MIII(NH3)3Cl3] no se ionizan en
solución.
CONCLUSIÓN
Las teorías antes mencionadas generaron diversas e importantes investigaciones sobre los compuestos de
coordinación y fue un salto importante en la historia de la química en especial de la química inorgánica.
Los estudios realizados por Blomstrand y Jorgensen establecieron las bases para el desarrollo de teorías
de enlace de estos compuestos que en su época resultaron bastante novedosos. El trabajo con una mayor
relevancia debido a las ideas y el impacto que tuvieron sin duda es el realizado por Alfred Werner al
considerar más de una valencia en los átomos con lo cual se entendió la unión de los átomos al centro
metálico y logro explicar los hechos experimentales observados en los complejos. Esta teoría es la base a
muchas otras para lograr un mayor desarrollo y comprensión de la química de coordinación y hoy en día
sigue aplicándose.
REFERENCIAS
Basolo, F. and Johnson, R. (1976). Química de los compuestos de coordinación. Barcelona: Reverté, pp.13-
18.
Rodgers, G., Cabañ as, M. and Vallet Regi, M. (1995). Qui ́mica inorgánica. Madrid: McGraw-Hill, pp.16-22.

Christen, H. (1985). Fundamentos de la qui ́mica general e inorgánica. Barcelona: Reverté, pp.670-672.

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