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Politica nerspéctiva ~~ th eLpens Sail niento politico occidental Sheldon S$. Wolin / trados por vatias mecandgrafas: Jean Gilpin, Sylvia Diegnau, Sue K. Young y, en especial, Francine Barban, Quisiera expresar mi estima al ditector de la American Political Science Review pot su autorizacién para reproducir, con algunas modificaciones, los dos articulos que Eirvieron de base a Ics capitulos 5 y 6. En su mayor parte, este ¢s- tudio fue posibilitadc por la Fundacién Rockefeller, cuyo generoso respaldo financieto me dio cierto respiro en mis obligaciones docentes hsbituales, Sheldon S. Wolin Berkeley, 1960 10 1. Filosofia politica y filosofia «... Expresar diversos significados acerca de cosas complejas con un reducido vocabulario de sentidos estrictos». Walter Bagchot. I. La filosofia politica como forma de indagacién Este libro versa sobre una tradicién especial de discutso: la filosofia itica, En él procuraré examinar la indole general de dicha tradicién, las diversas preocupaciones de quienes contribuyeron a elaborarla y Jas vicisitudes que han sefialado fas lineas principales de su evolucién. ‘Al mismo tiempo intentaré hacer alguna referencia 4 la actividad de la filosoffa politica en sf. Como es natural, esta declaracién de intencio- nes induce a esperar que el examen comience con una definicién de la filosoffa politica, Sin embargo, tratar de satisfacer esta expectativa resultarfa infructuoso, no solo porque es imposible lograr en unas cuantas frases lo que se propone un libro entero, sino también porque la filosofia politica no es una esencia cuya naturaleza sea eterna, sino una actividad compleja, mds fécil de comprender si se analizan las diversas formas en que los maestros reconocidos la han practicado. No se puede decir que algtin filésofo 0 época histérica la hayan definido de modo terminante, as{ como ningin pintor ni escuela pictérica ha Tlevado a Ia prdctica todo lo que entendemos por pintura. Si la filosoffa politica abarca algo més que lo expresado por cualquier gran fildsofo, se justifica en parte suponer que constituye una empresa cays caracteristicas se revelan con més claridad a lo largo del tiempo. Dicho de otro modo, la filosofia polftica debe ser comprendida de misma manera en que se aborda la comprensién de una tradici6n com- pleja y variada, Aunque tal vez sea imposible reducir la filosoffa politica a una breve definicién, podemos, en cambio, clucidar las caracteristicas que la dis- tinguen de otras formas de indagacién y la vinculan con elas. Exe minaté estos factores bajo los subtftulos siguientes: relaciones de la filosoffa polftica con la filosoffa, caracteristicas de {2 filosofia politica como actividad, su contenido y lenguaje, problema de las perspectivas in, © dngulos de enfoque, y modo en que actiia una tradicié: que Platén advirtié por primera vez que la indagacién acerca RO ade mone eutieaheee mae mente con una indagacién convergente (y no paralela) acerca de la indole de la comunidad buena, se ha mantenido una fntima y continua vinculacién entre la filosoffa politica y la filosoffa en general. Ademés MW de haber contribuido generosamente al acervo principal de nuestras ideas polfticas, la mayoria de los filésofos han iado al te6- tico polftico mut de sus métodos de anélisis y criterios de evalue- cién. Hist6ricamente, Ja diferencia fundamental entre filosoffa y filo- sofia politica ha radicado ex tin problema de especializacién y no de métgdo o de temperamento. En virtud de esta alianza, los tedricos liticos han adoptado como propia la bisqueda bsica de conoci- giiénto sistematico que lleva a ci \ésofo, La teorfa polftica se vincula con la filosofia en otro sentido fundamen. tal. La filosoffa puede ser diferenciada de otros métodos de extracr verdades, tales como la visién mistica, el rita secreto, Jas verdades de conciencia 0 el sentimiento fntimo, porque pretende referirse a ver- dades piblicamente alcanzadas y piblicamente demostrables,! Al mis- mo tiempo, una de las cualidades esenciales de lo polftico —que ha moldeado vigorosamente el enfoque de los teéricos politicos acerca de su objeto de estudio— es su relacién con lo «piiblico». En esto pensaba Cicerén cuando denominé al cuerpo polftico una res publica, una «cosa publica» o la «propiedad de un pueblo». De todas las instituciones que ejercen autoridad en la sociedad, se ha jarlzador el ordenamiento politico como teferido exclusivamente a lo que es ‘«comtin» a toda Ja comunidad, Ciertas funciones —tales como la de- fensa nacional, ef orden interno, la administracién de Ia justicia y Ja -Feanlegeh esOhonibae = iene delasadge sesponestt iced patente! le las institucianes politicas, basdndose fundamentalmente en que los ifitereses y fines servidos por estas funciones beneficial los. integrantes de la comunidad. La Gnica institucién que rivalizé con la autoridad“del orden politico fue la Iglesia medieval; pero esto s6lo fuerposible porque, al asumir las“caracteristicas de un régimen poll- tico, pasé a ser algo de un cuerpo teligioso. La fatima cone- xi6n existente entre instituciones politicas e intereses piiblicos ha sido incorporada a la practica de los fil6sofos; se ha considerado Ie filoso- fia politica como, una reflexién sobre cuestiones que preocupan a Ja comunidad en su conjunto. Cortésponde;*en-conseétiencia, que Ja indagacién de los asuntos pi blicos se realice segiin los cénones de un tipo publico de conocimiento. Elegir la otra alternativa, vincular el conocimiento puiblico con privados de cognicidn, serfa incongruente y estaria condenado al fra- caso. El simi dramético de la vinculacién correcta fue la exigencla de la plebe romana para que las Doce Tablas de la Ley se trasformaran, de un misterio sacerdotal sélo tonocible por unos pocos, en una for. ma ptiblica de conocimiento, accesible a todos. II. Forma y sustancia Si pasamos ahota al objeto de la filosoffa politica, aun el més super- ficial examen de las obras maestras de Ja literatura polftica nos reve- lard Ja continua reaparicién de ciertos temas probleméticos, Podrian exponetse muchos ejemplos, peto bastaré mencionar unos pocos, tales como las relaciones de poder entre gobernantes y gobernados, la {n- dole de la autoridad, los problemas planteados por el conflicto social, la jerarqufa de ciertos fines 0 propésitos como objetivos de Ja accién politica, y el cardcter del conocimiento politico. Si bien los filésofos polfticos no se han interesado en igual medida por todos estos proble- mas, se ha establecido, en cuanto a la identidad de los problemas, un consenso que justifica la creencia de que estas preocupaciones han sido permanentes. Y la citcunstancia de que los filésofos hayan di- sentido, a menudo violentamente, respecto de las soluciones, no des- miente que haya un objeto comin de estudio. Lo que importa es la continuidad de las preocupaciones, no la unanimidad de las respuestas. El acuerdo en cuanto al objeto de estudio Pree a su vez, que aquellos @ quienes les interesa ampliar el saber dentro de un cam determinado coinciden en cuanto a lo gue es pertinente pata di objeto y lo que debe excluirse. Con respecto a la filosofia politica, esto significa que el filésofo debe tener en claro qué es polftico y qué no lo es, Aristételes, por ejemplo, aducta al comienzo de su Politica & ee se debfa confundir el papel del estadista (politikds) con el ropictario de esclavos o el del jefe de familia; el primeto eta ficamente polftico; los otros, no. La distincién establecida por Aristoteles sigue teniendo vital importancia, y las dificultades que presenta formarse una idea clara de lo que es palftico constituye el tema bésico de este libro, Aristételes aludfa a los problemas que ¢x- erimenta ¢l filésofo politico cuando intenta circunscribir un ol ie estudio que, en realidad, no puede ser circunscrito. Esta dificultad obedece a dos razones principales. En primer Jugar, una institucién politica, por ejemplo, se halla expuesta a influencias de tipo no poll- tico, de modo que explicar dénde comienza lo politico y dénde termina lo no patie pasa a ser un problema desconcertante. En segundo lugar, hay una difundida tendencia a utilizar, cuando describimos fe- némenos no polfticos, las mismas palabras y conceptos que cuando hablamos de asuntos polfticos. En contraste con los tecnicismos de la matemética y las ciencias naturales, frases como «la autoridad del padre», «la autoridad de la Iglesia» o «la autoridad del Parlamento» evidencian usos patalelos en las discusiones sociales y polfticas. Esto plantea uno de los problemas bdsicos que enfrenta ¢l filésofo polftico cuando intenta establecer la areal de su objeto de es- tudio: ¢Qué es polftico? ¢Qué distingue, por ejemplo, la autoridad politica de otras formas de autorided, o la participacién en una so- ciedad politica de la participacién en ottos tipos de asociaciones? Pro- curando dar respuesta a estas cuestiones, generaciones de fildsofos han # Agregamos este signo cuando se cita por primera vez, en el texto o en las notas de cada capftulo, una obra que tiene versién castellana, La némina com: pleta se encontrard en la Bit en castellano al final del volumen. 3

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