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MEMORIAL
DEL
CUADERNO I.
AÑO 1 1 .
SANTIAGO DE CHILE
TALLERES DEL ESTADO MAYOR JENERAL
1907
La Carta Topográfica de Chile
Taangulaclon
Número de
dio angullr
triángulos
Error me-
Años de tra-
bajo en la
Superficie
ESTADO ÉPOCA del
país
Kil. c.
Dinamarca (III) 1867-70 16 0.4 39854 3
Sajonia 1867-77 197 0.4 14993 10
Francia (3. a vez) 1884-91 186 0.6 536464 8
Prusia (B) 1832-91 690 0.6 348658 59
Noruega. 1853-63 179 0.7 321437 10
Prusia (A) 1860-82 137 0.7 348658 22
Würtembeg 1861-67 1 0.7 19514 6
Dinamarca (I) 1817-24 20 0.8 39854 7
Grecia 1890-92 102 0.8 64679 2
Autria-Hungría 1868-88 670 0.9 625518 20
Béliica 1853-73 219 0.9 29456 20
España a
... 1861-84 235 0.9 504554 23
Francia (2. vez) 1860-72 157 0.9 536464 12
Italia 1863-88 514 0.9 286682 25
Suiza 1861-67 40 0.9 41346 6
Sumatra 1884-91 56 0.9 174226 7
Dinamarca (II) 1873-83 51 1.0 29854 10
Isla de Java 1861-78 68 1.1 131508 17
Mecklemburgo 1818-60 69 1.1 16057 42
Suecia..... 1832-84 304 1.1 447864 52
Rusia 1830-88 998 1.2 4876523 58
Portugal 1864-86 139 1.3 78954 22
Rumania a 1875-86 36 1.5 131353 11
Francia (1. vez) 1792-1865 571 1.7 536464 73
Baviera i el Palatinado 1804-54 337 1.8 75871 50
Gran Bretaña 1787-1865 552 1.8 314339 78
Chile 759000 43
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Al examinar el cuadro, vemos que países incomparable-
mente más pequeños que el nuestro han necesitado, como en
Francia en una ocasion 73 años; Prusia (B) 59 años;
Mecklenburgo 42; Baviera 50 i Gran Bretaña 78 años.
El caso de Gran Bretaña es digno de considerarse, cuando-
despues de 78 años de laboriosos trabajos, los sabios como
Sir Jorje Darwin, The astronomer-Roj'al, Sir David Gill i
otros hombres de ciencia que han tomado parteen el trabajo,
no quedaron conformes con los resultados obtenidos i solici-
taron del gobierno que se repitiera nuevamente la triangula-
cion, exijiendo mayor exactitud.
Debemos tomar mui en cuenta la diferencia que existe en
Europa en cuanto se relaciona a la prevision de los gobiernos,,
las facilidades de comunicación, el enorme personal empleado-
en estos trabajos i la ayuda del país entero.
La orografía de Chile nos presenta dificultades colosales,
las que exijen un trabajo penoso para vencerlas. Por espe-
riencia propia podemos decir que hai casos que demandan
paciencia i grandes privacionas. Un observador, aislado en
Mía cumbre distante, tiene que esperar a veces semanas ente-
jas i hasta tarde de la noche, para ver una sola señal. Las-
dificultades en terrenos boscosos son mui grandes i sin límites.
Neblinas, humos i titilaciones a causa, del calor, son otras de
los tantos enemigos de un observador. En invierno sucede a
veces que hai necesidad de esperar varias semanas antes de
poder hacer una sola observacion.
La ciencia modernaexijemuchomayorexactitud que en el
pasado i sería de desear que en esta materia, Chile pudiera mos-
tras resultados científicamente exactos como los otros paises.
Cuanto dinero se gaste, compensa con los resultados i
beneficios obtenidos. La carta debe ser barata porque las
necesidades lo exijen i sobre todo en un país que se desa-
rrolla i entra en esplotacion.
La guerra, de Sud-Africa dio a los ingleses una leccion de los
males que causan los mapas defectuosos, haciendo ver que los
buenos mapas son tan necesarios en la paz como en la guerra.
Casi no existe cuestion política o administrativa que no
pueda, resolverse satisfactoriamente con buenos mapas i mu-
chas disputas internacionales i aun guerras, han tenido su
oríjen en tratados que se fundaban en cartas defectuosas.
Estos trabajos son necesarios para la injeniería, trazado
de ferrocarriles, caminos, canales, etc, i para los fines comer-
ciales i de agricultura. Con una buena carta, el fisco ahorra-
ría millones de pesos, que actualmente invierte en los estudios
para proyecto de ferrocarriles, los cuales muchas veces dan
resultados negativos.
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La carta es de la mayor importancia militar, aun en tiem-
po de paz, para la instruccion i maniobras, para los problemas
de la defensa nacional i de las operaciones militares.
Las buenas cartas de navegacion, el valizamiento i alum-
brado de las costas son necesarios para el tráfico marítimo,
para el desarrollo comercial, industrial i de pesquería.
Con verdadera envidia vemos que en otros paises se em-
pleaen estos trabajos varias secciones militares, asesoradas
por un personal científico bien escojido i preparado, sin decir
nada de la entusiasta cooperacion de todos los demas hom-
bres de ciencia i de las bondades del presupuesto.
Cuando el país esperimente las ventajas de la carta, será
el dia en que se encontrarán los medios de subsanar las difi-
cultades del presupuesto i se verá que los gastos se compensan
con los beneficios obtenidos.
Segun nuestros cálculos, la Carta Topográfica de Chile,
en escala de 1 : 25,000, necesitaría unos 50 años de trabajo,
distribuyendo el levantamiento en la forma que a continua-
cion se espresa.
1.° Se debería aumentar el personal i elementos del De-
partamento de Levantamiento Topográfico del Estado Mayor
Jeneral, en tal forma que se pudiera trabajar simultánea-
mente en el Norte, Centro i Sur de Chile.
2.° La hidrografía de la costa i la rejion insular corres-
pondería a la Marina,
3.° Una comision mista, militar i marina, quedaría a
cargo de la rejion magallánica.
4.° Se formaría un cuerpo a lo menos de unos 5 astró-
nomos competentes, los cuales se repartirían en las distintas
comisiones para que tomaran a su cargo las observaciones
astronómicas.
Esto sería para un levantamiento de absoluta precision, que
sirva hastaparael trazado de canales i ferrocarriles; pero si no
necesitaramos tanto por el momento, en todo se podría
hacer un trabajo excelente en menor tiempo i con ménos costo.
Damos solamente una idea jeneral para no ser dema-
siados estensos. Una comision de jefes de marina ha trazado
el plan jeneral para la hidrografía, consultando buques espe-
ciales, dinero i un personal hidrográfico como en los paises
europeos. Lo mismo existe en el Ejército en lo que se refiere
al levantamiento topográfico.
Formaciones de la compañía
a
1.ª Línea.—2. Columna de compañía.—3. a Columna de
secciones.—4. a Columna de medias secciones.—5.a Columna
a
Instruccion de combate
En jeneral se mantienen las ideas del reglamento anterior
dándoles mayor amplitud, como consecuencia de las espe-
riencias de las últimas campañas.
Los ejercicios han de ser siempre de unas tropas contra
otras.
Cuanto mas rozamientos i dificultades se tengan que
vencer, tanto mas se aprenderá.
Se da gran.importancia a los ejercicios denoche. Durante
ellos se haran pocas prácticas de combate i muchas marcha
fuera de camino, con órden i silencio, para llegar a punto
determinados.
La instruccion de tiempo de paz tiene por objeto elevar
valor moral de los hombres, para que despues, en la guerra
marchen al salto de la posicion enemiga sin reparar en sacri-
ficios i cueste lo que cueste.
Una infantería bien instruida i mandada con enerjía, aun
en condiciones desfavorables i siendo inferior en número a
enemigo, tiene probabilidades de alcanzar la victoria.
La artillería forma el esqueleto de la línea de combate
De la posicion que ella ocupe depende en su mayor parte
agrupacion de las demas fuerzas. Por esto, al elejir posicion
para esta arma, es cosa esclusiva del que manda, dejando
sólo al comandante de la artillería una cooperacion con-
sultiva.
La distancia entre dos escalones que formen las fuerzas
ha de ser tal, que el haz de proyectiles de la infantería o un tiro
de Schrapnell no pueda herir dos líneas al mismo tiempo
jeneral de 300 a 200 metros).
El dejar el equipo para combatir, tiene ventajas e inco-
venientes. Autorizados para ordenarlo estan desde jefe de
rejimiento arriba.
La condicion mas eminente del que manda es el ansia de
tomar sobre sí responsabilidades.
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La victoria conseguida encuentra al jefe en la primera
línea.
Ataque
Dentro del espacio designado para dar el ataque, se evita
en lo posible atravesar zonas al descubierto, o se envían por
lillas pocas fuerzas con grandes intervalos, mientras que el
grueso se acerca a cubierto al enemigo. Pero si esto no puede
nacerse, se va decididamente al asalto, arrastrando todos los
peligros del avance al descubierto.
Se rechaza, como en el reglamento anterior, el principio
equivocado de admitir una posicion principal desde donde
hacen fuego las tropas del ataqpe.
Hai que luchar por conseguir una superioridad en el fuego
accidental, de momento.
La lonjitud de los saltos de avance depende de la eficacia
del fuego enemigo, del terreno i de la forma en que se desarrolla
el combate.
Al ir al asalto tocan todos los tambores i cornetas i se da
el grito de ¡Hurra!
Queda prohibido sujetar a esquema determinado la ins-
truccion de las tropas para el ataque, en tiempo de paz.
Ataque a una posicion forticada
Se ejecuta de noche. Se prepara cuidadosamente la mar-
cha, poniendo señales en el camino. Se da un conocimiento
claro i exacto de la direccion de marcha. Existe prohibicion
absoluta de disparar las armas i se emplean brazales blancos
para reconocerse. La destruccion de las defensas accesorias
la realizan los injenieros durante la noche.
Al romper el día abren el fuego la infantería i las ametra-
lladoras para contener al enemigo en sus atrincheramientos
i dar el asalto.
Cuando se tienen noticias detalladas i completas de la
posicion, de les caminos que a ella conducen i de las defensas
accesorias establecidas, tambien se da el asalto por la noche.
Antes se dejan las mochilas.
Las tropas llevan una gran provision de munisiones i
víveres por si el ataque dura varios días.
Movimientos envolventes
En el antiguo reglamento se dedicaban trece líneas a esta
materia, en el actual se trata con mas detalles.
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Defensa
Se hacen resaltar las esperiencias de la guerra ruso-japo-
nesa. Condiciones principales de la posicion: Campo de tiro
despejado i grande, libertad de movimiento, apoyo por lo
menos para una de las alas.
Primero se elije la posicion para la artillería. La infante-
ría se sitúa, a ser posible, 600 metros delante de aquella.
Las posiciones fortificadas pierden gran parte de su valor
si el enemigo puede saber en donde estan dispuestas las de-
fensas.
Posiciones a vanguardia de la principal no se consideran
por regla jeneral convenientes. Sólo si se t r a t a de, ganar
tiempo pueden establecerse, pero colocando en ellas pocas
fuerzas que las abandonan sin combatir despues de efectuado
el despliegue del enemigo.
La defensa se establece por grupos de batallon con inter-
valos entre ellos. Las ametralladoras en las alas de los grupos.
Fuerte reserva principal para terminar la defensa con un
empuje victorioso sobre el enemigo, i su colocacion, en esca-
lones detrás de una ala.
Caminos cubiertos para el avance de los sostenes. Dispo-
niendo de suficiente número de municiones se abre el fuego a
mas del.200 metros si lo merecen los blancos que se presenten.
Un contra ataque fuera de tiempo puede ser causa de la
pérdida de la posicion.
Si la reserva principal está escalonada con intencion de
caer sobre un flanco del enemigo, debe ejecutarlo cuando el
movimiento de ataque esté en plena actividad.
Durante la noche gran empleo de patrullas; ilumicacion
del terreno a vanguardia, silencio completo para oir los rui-
dos que haga el enemigo.
Persecucion
Fortificacion de Campaña
Por creerlo de interes jeneral i en atencion a que demora
un largo tiempo la impresion de este trabajo, por el exceso
de material con que cuenta la Imprenta del Estado Mayor
Jeneral, incertamos aquí los primeros párrafos del citado
Reglamento.
PRÓLOGO
^
1 El Reglamento de Fortificacion de Campaña da la
base o idea jeneral para la precisa ejecucion de los trabajos
de campaña, i la manera de aprovechar mejor los abrigos
que, artificiales o naturales, se presenten.
2. El acertado empleo de todos los recursos que la forti-
ficacion de campaña proporciona, requiere profundos cono-
cimientos tácticos, tanto de los medios de combate del ene-
migo, como de loe suyos propios; exacto conocimiento de los
rifles i cañones en uso, su trayectoria, fuerza de penetracion
etc., i al oficial le bastará dar una sola ojeada en el campo
para formarse juicio cabal del mejor aprovechamiento que
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del terreno puede hacerse, de los trabajos que deban ejecu-
tarse, de los recursos de que dispone i de los que las comar-
cas pueden proporcionar, del trabajo que pueda obtenerse de
cada hombre empleando las diversas herramientas, etc. etc.
3. Este reglamento para las tropas técnicas no puede
ser aprovechado por las otras armas; la infantería, caballe-
ría i artillería deben tener cada una, un reglamento especial
para los trabajos de campaña.
Los injenieros deberán ejecutar sus trabajos en todas las
condiciones, aun en las mas desfavorables, i deberán conocer
perfectamente los de las otras armas para poder servirles
de guía o dirijirlos.
Los trabaios de fortificacion deben ejecutarse siempre si-
guiendo ideas tácticas i, en lo posible, tal como se. haría en
la guerra, a fin de preparar el ojo práctico del personal.
4. La ejecucion de trabajos sin semejarlos a la guerra
(mal tiempo, terreno duro, tropas muí cansadas, etc.) da
una idea falsa sobre la resistencia del soldado i de lo que de
él puede obtenerse.
I.—OBJETO I EMPLEO DE LA FORTIFICACION DE CAMPAÑA
Jeneralidades
16. Antes de comenzar los trabajos de fortificar, una
posicion se deberá considerar detenidamente las diferentes
posibilidades de ataque de parte del enemigo i la distribu-
cion que de las propias tropas se hará.
17. La organizacion i ocupacion de posiciones avanza-
das (para los puestos avanzados por ejemplo), no se reco-
mienda, pues conducen casi siempre a la derrota de estas
tropas que se ven inmediatamente obligadas a refujiarse en
la posicion principal. Escepciones provienen de casos espe-
ciales de combate, en que se tienden celadas al adversario, o
en que, para dificultar el avance del atacante i facilitar al
defensor el conocimiento exacto i oportuno de la verdadera
direccion del ataque, se organizan i ocupan dichas posi-
ciones.
18. El tiempo disponible para la ejecucion de los traba-
jos de fortificacion está sometido a las consideraciones jene-
rales de la situacion.
P a r a obtener la mayor eficacia del fuego deberá primera-
mente despejarse el campo al frente de la posicion i marcarse
cuidadosamente las distancias; despues, en segundo térmi-
no, la construccion de los abrigos i organizacion de los me-
dios defensivos. Importante es en estos elejir un modelo tal,
que sin dificultades permita aumentar despues su poder
defensivo.
19. La mejor proteccion de una posicion contra el fuego
de la artillería enemiga está en que ella, sea hábilmente disi-
mulada. Todas las posiciones son susceptibles de disimularse
o de arreglarse de manera que el enemigo no las descubra a
gran distancia. Esto que es el principal requisito se consigue
adaptándola cuidadosamente a la forma del terreno, sin
producir resaltes. Los parapetos i demas tierras removidas
deben ser lo mas bajo posible, teniendo cuidado de revestir-
los inmediatamente, de modo que su superñcie semeje en
todo al suelo en que se han levantado; debe asimismo evi-
tarse los ángulos i partes salientes i, en jeneral, las líneas
rectas prolongadas. Lejos, pueden construirse máscaras i
falsas posiciones con el fin de engañar al enemigo o dificul-
tarle la observacion del tiro.
Debe evitarse que una posicion se destaque sobre un.
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fondo claro o sobre el horizonte; cuando esto se tema i no
pueda ocultarse por medio de máscaras colocadas a reta-
guardia, la posicion para infantería deberá adelantarse ha-
cía el enemigo. Suele ser conveniente, para obtener buen cam-
po de tiro, aproximar la posicion a la de la propia artillería,
(véase Núm. 20).
La posicion para las piezas de artillería se encuentra
inmediatamente detras de la cumbre, de tal modo que solo se
vea la boca del cañon. Enérjicos fuegos de artillería se logra
ocultar de la observacion del enemigo dando a las piezas
esta colocacion.
En aldeas, estancias, bosques, etc., se aconseja a menuda
no establecer la posicion en el borde o linde mismo, sino mas
adelante. Las aldeas, etc., sirven en los casos principales
para ocultar las reservas.
La linea de fuego no se debe ocupar anticipadamente,
sino hasta que se determine claramente el ataque de la in-
fantería enemiga i entonces se t r a t a r á de sorprenderla por
un enérjico fuego. Tambien se debe, para estar a cubierto de
las sorpresas, ocultar los observatorios de modo que no de-
nuncien la posicion. Su mejor colocacion es cubiertos bajo la
tierra aun cuando en este caso su campo de observación es
mas reducido. Fuera de la posicion puede también emplearse
los observatorios cuando estén enmascarados o empleen es-
pejos.
En posiciones en que haya que soportar el fuego de la
artillería antes del ataque de la infantería, se puede colocar
a cubierto determinadas tropas en abrigos a retaguardia
de la posicion, siempre que se unan a ella por caminos
ocultos.
20. Las posiciones para infantería son, en lo posible,
delante de la artillería, de modo que sus fuegos protejan a
esta última, (Regl, para la Art. de Camp. IV 282); pero de
manera que no tengan que esperimentar pérdidas durante
el duelo de ambas artillerías. Para la colocación de la infan-
tería se tendrá mui presente que no estorbe el fuego de la
artillería.
21. Los abrigos mas jeneralmente usados por la infan-
tería son: zanjas para tiradores i fosos de proteccion para
las tropas de primera línea i para las reservas, (Regl. p. la
Inf. II 85). Las zanjas para tiradores deben ser de una for-
ma tal que la tropa pueda ocuparlas rápidamente, llegado-
el caso de romper el fuego sobre el enemigo, i con igual rapi-
dez ocultarse a la vista i fuego del adversario.
Caminos cubiertos que unan las zanjas con los fosos de-
proteccion deberán buscarse en el terreno, a falta de ellos,
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o tropas lijeras que carecen de artillería; tienen, pues, gran
valor las obras cerradas con parapetos altos i poderosos
obstáculos, Aun el empleo de murallas i casas es de impor-
tancia.
Cuando se dispone de mui pocos hombres se ocupa sola-
mente el punto principal, obstaculizando los otros para que
el enemigo no pueda aprovecharlos i, en lo posible, flanqueán-
dolos. En la noche, se vijilarán cuidadosamente los obstá-
culos, se arreglarán las señales de alarma, i se establecerán
los servicios de reconocimientos i avisos-
Traducido del aleman por
Luis Otero M.,
Teniente de Injenieros Militares a Prueba en el E. M. J.
Enseñanzas tácticas de la guerra
ruso-japonesa
Introduccion
Si por consecuencia de la falta de noticias completas i
ciertas sobre los efectivos i la composicion de los ejércitos con-
tendientes, de lo defectuosas de las cartas, i de la carencia
total de datos exactos acerca de las intenciones del mando,
sería prematuro sacar en la actualidad conclusiones de los
acontecimiento de la guerra ruso-japonesa para todo lo que
se refiere a la estratéjia i a la historia, no ocurre lo propio en
las cuestiones que son del dominio de la táctica; sin estar
absolutamente seguros de lo que se diga, se tienen ya bases
bastante sólidas para sacar enseñanzas interesantes i útiles.
Entre las diversas fuentes de informacion, los periódicos
rusos proporcionan un importante conjunto de documentos
de un valor indiscutible, porque ellos emanan de testigos
oculares de los acontecimientos i muchas veces de oficiales
que han tomado parte en las operaciones.
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Desde ahora puede decirse que la guerra ruso-japonesa
ha disipado los fantasmas nacidos del estudio incompleto de
la guerra anglo-boer.
Dos verdades se han sacado de ella; el papel preponde-
rante que en la conclusion de las operaciones tiene el mando,
i que la ofensiva vigorosa, sin temor de ningun jénero, cuan-
do el objetivo vale la pena, es siempre posible.
Desde el punto de vista moral, ha demostrado que los
combatiantes de carácter bien templado son capaces, hoi dia.
como ayer i como en todas las épocas de la historia, de so-
portarlos temores del combate i de vencer los instintos de la
conservacion personal que despiertan naturales enerva-
mientos, en los peligros eminentes.
Los progresos del armamento i su poder destructivo son
contrarrestados por una utilizacion mas completa del terreno
i el empleo de las formas tácticas apropiadas, que nada tie-
nen de común con la dispersion hasta el último trance, que
se habia querido preconizar despues de la guerra anglo-boer
CAPÍTULO PRIMERO
INFANTERÍA
La consecuencia inmediata e indispensable de loa pro-
gresos del armamento ha hecho exijir a la infantería una uti-
lizacion del terreno, como abrigo contra el fuego i contra 1a
vista, mas completa que lo era en las guerras del siglo XIX.
Esta utilizacion es la que ha conducido a la flexibilidad de
las formaciones de la infantería, a su fluidez i a su amolda-
miento al terreno, que son las características de la táctica
moderna de esta arma. Es, por lo tanto, por el estudio de la
utilizacion del terreno por lo que conviene empezar.
Utilizacion del terreno i trabajos de fortificacion.—Con
esta utilizacion del terreno tuvieron estremado cuidado los
japoneses, como atestiguan todas las descripciones de com-
bates hechas por los rusos, sin que por ello se escluyeran nunca
el vigor en ejecucion. No solamente los de primera línea, sinil
tambien las reservas eran hábiles para aprovecharse de
terreno, haciéndose invisibles por todos los procedimiento
que los pusieran a cubierto.
La primera línea en particular no despreciaba ningun
abrigo ni nada que pudiera cubrirlos, agrupándose de nuevo
durantes los altos; en terreno descubierto se hechaban siempre
i cuando estaban bajo del fuego, avanzaban bien por pequeños
escalones o por reducidos grupos.
Los refuerzos destinados a la primera línea, tomando
— 37 —
tambien formaciones flexibles, les permitía utilizar de salto en
salto todos los abrigos; en jeneral, se formaban en líneas
poco densas que uniéndose poco a poco a la primera línea la
refuerzan en sus propios abrigos. Las reservas japonesas se
mantienen en formaciones densas todo el tiempo que se lo
permita su distancia del enemigo o los caminos. Se desenfilan
con el mayor cuidado i rara vez permanecen visibles. Mientras
se creen reguardados permanecen en columnas. Apesar de la
excelente utilizacion del terreno por parte de los japoneses, hai
que tener presente que en varias ocasiones en que sus reservas
se vieron obligadas a tomar formaciones densas bajo el fuego
de la artillería o de la infantería a grandes distancias, el resul-
tado fué la dispersion de las reservas o el retroceso en desorden
hasta los abrigos mas próximos. .
Del lado de los ruzos la utilizacion del terreno estuvo in-
contestablemente mas descuidada al principio de la guerra;
el asombro demostrado por los rusos acerca de la poca visi-
bilidad de sus enemigos es la mejor prueba. Poco a poco fue-
ron haciendo del terreno una utilizacion mas juiciosa, i a
partir de julio de 1904 llegaron a rivalizar en este punto con
sus adversarios. Sin embargo, conforme a ciertos testimonios,
la infantería rusa tenía una tendencia a hacer uso, en muchos
casos, de líneas tan densas que los soldados se molestaban
unos a otros al tirar.
No tiene ésto nada de asombroso, porque una de las ca-
racterísticas naturales del soldado ruso es la de tener siempre
a estrecharse en el peligro, a apelotonarse alrededor de sus
jefes. Esta es una confirmacion a lo observado ya durante la
guerra de los siete años, en las campañas del primer Imperio,
i medio siglo mas tarde en Crimea.
Esta necesidad de la utilizacion intensa del terreno para
Ocultarse i ponerse a cubierto, ha conducido a los dos adver-
sarios a hacer un gran empleo de los atrincheramientos, aun
en la ofensiva, e igualmente para las fracciones en reserva,
cuando el terreno no era suficiente para reguardarlas i estaban
obligadas a permanecer en una zona batida o en peligro de
estarlo.
El empleo costante de los trabajos de fortificacion no
parece haber entorpecido nunca las tendencias ofensivas de
los japoneses, ni haberlos obligados a permanecer pegados a
sus trincheras. Cuando tenian que permanecer tendido bajo el
fuego, los japoneses sabian, sin levantarse, cavar sus abrigos.
De cada dos hombres uno trabajaba echado de lado, mientras
que el otro hacia fuego; cuando el primero habia elevado el
terreno un poco delante de él, tiraba a su vez i su camarada
se ponia a trabajar.
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En terreno descubierto, cuando los japoneses no tenian
tiempo para hacer estos abrigos, se echaban en el suelo, no
solamente los soldados sino tambien los oficiales.
Los oficiales rusos no procedieron siempre de igual modo,
muchas veces permanecían al descubierto. Con ello se ocasionó
grandes pérdidas i tenia ademas el inconveniente de atraer
las balas a la proximidad del imprudente, que delataba así
la presencia de su tropa. En el verano sobre todo, cuando
llevan sus blusas de tela blanca, los oficiales rusos se hacen
visibles de una manera exajerada.
El empleo de la pólvora sin humo, unido a la utilizacion
completa del terreno por la infantería, hace mui difícil la
apreciacion de los efectivos i conduce casi siempre a grandes
errores. Segun el dicho de un periódico, un solo batallon de
la guardia japonesa obligó durante las batallas del mes de
octubre, del rio Scha, a desplegar a toda una division rusa.
Formaciones i movimientos.—No hemos encontrado en
uno ni otro campo vestijio de un desparramamiento seme-
jante al de los boers. Todas las relaciones de combate nos pre-
sentan a los tiradores formados en líneas delgadas, i movién-
dose en escalones o en pequeños grupos segun los casos. La
progresion de esfuerzos es posible aun bajo un fuego violento,
durante mas o menos tiempo, a condicion de disponer de éste
i dé ser apoyado por el fuego.
Se encuentran numerosos ejemplos de marchas de avance
en líneas densas, loe hombres a un paso de intervalo, i hasta
codo con codo. En este caso, la cadena es reforzada poco a poco
por afluencia de líneas sucesivas que vienen a doblarla o pro-
longarla. No parece que su llegada determine un avance, es
mas bien una preparacion para aumentar el fuego.
Bajo el fuego, los despligues se hacen a la carrera, de un
abrigo a otro casi siempre por grupos de 15 a 20 hombres, se-
parándose durante la carrera i agrupándose en el abrigo si-
guiente. Los saltos son de unos sesenta pasos por término
medio. En jeneral los oficiales van los primeros con algunos,
hombres, las clases conducen al resto.
Estos movimientos a la carrera son mui fatigosos, las
detenciones en cada abrigo son casi siempre largas para per-
mitir a los hombres tomar aliento. En resumen, el movi-
miento de avance consiste en un fuego constante de escalones
mas o menos fuertes, en que la mayor parte tiran mientras
que los otros marchan.
Del lado de los japoneses, parece que un gran número de
las compañías de primera línea e empeñaban desde el prin-
cipio todas enteras i sin conservar sostenes: esto evidente
— 39 —
mente con objeto de adquirir a tiempo la superioridad del
fuego.
Las reservas japonesas se movían en formaciones densas,
hasta en columnas, disimulando el mayor tiempo posible su
presencia con los repliegues del terreno. Cuando se veian
obligados a avanzar en terreno descubierto, abrían poco a
poco sus formaciones i acaban por atravesar la zona a re-
taguardia de la cadena, colocadas en una fila con uno o dos
pasos de intervalo entre los hombres. En los saltos se echaban
al suelo i practicaban escavaciones para cubrirse siempre que
tuvieran que descansar allí mismo.
Tiro.—En jeneral, el fuego por descargas fué poco em-
pleado por los japoneses, salvo a mui grandes distancias, o
por fracciones en reserva casi siempre sustraidas a las emocio-
nes de la lucha, o tambien en las persecuciones, para volver
a tener en la mano a los hombres después del asalto i evitar
el despilfarro de las municiones.
En el combate de infantería, sobre todo a las distancias
inedias i próximas, los japoneses recurrían con preferencia
al fuego con direccion violento, en el cual gastaban municio-
nes sin cuenta. Segun las noticias rusas, los resultados ma-
teriales obtenidos en todos los casos estuvieron mui lejos de
estar en relacion con los gastos de municiones.
En principio los rusos empleaban el fuego por descargas
siempre que podían, es decir, sobre todo en el combate agran-
des distancias i en la persecucion. Hacían tambien gran uso
del fuego rápido en los períodos críticos del combate. En los
casos de combate prolongado, utilizaban el fuego a discrecion,
en el cual los hombres tiraban como mejor les parecía sobre
el enemigo que tenían enfrente: en estos casos la intensidad
del tiro Variaba con la del fuego del adversario.
Por una i otra parte el fuego casi siempre se abría a gran
distancia, a 1,500 metros i mas contra la infantería.
He ha comprobado que los efectos de la fusilería se con-
vertían en violentos a patir de 1,200 metros. A las distancias
medias era casi imposible a los individuos aislados el levan-
tarse sin atraer inmediatamente el fuego contrario. En seme-
jantes casos, sobre todo frente a protecciones que disimulan
al adversario a la vista, es preciso hacer ejecutar el fuego por
ráfagas, por fracciones importantes para apagar momenta-
neamente el fuego del enemigo, i aprovechar esta tregua para
ejecutar un movimiento por otras fracciones.
Cualquiera que fuese la violencia de los efectos del fuego,
no seria suficiente para hacer evacuar una posicion o redu-
cirla completamente al silencio, tiradores bien cubiertos,
aunque se encuentren a pequeñas distancias.
— 40 —
Segun varias referencias de orijen ruso no ha habido por
parte de los rusos ni de los japoneses verdadero tiro indivi-
dual. Los oficiales se esfuerzan por hacer batir por una lluvia
de balas una zona profunda. En los dos ejércitos la instruccion
individual del tirador era insuficiente. Lo prueba por parte
de los rusos el hecho de que las alzas no eran modificadas con
las peripecias de la lucha.
Es muí difícil, aun por medios de silbatos, hacer cesar el
fuego en ciertas circunstancias críticas cuando los hombres
han perdido su sangre fria o en que el tiro se ha convertido
en desordenado, por ejemplo, en el momento en que se rechaza
un ataque i cuando se efectúa el fuego de persecucion.
Cuando el asaltante llega entre 150 i 75 pasos del defen-
sor, el fuego de este último resulta absolutamente ineficaz.
Los hombres mas bravos se ponen nerviosos i la facultad de
querer se debilita por el fracaso del tiro. En las distancias de
combate que permiten realmente apuntar a los hombres ais-
lados, aun los soldados aguerridos por varios meses de cam-
paña, se encuentran fuera de condiciones para utilizar la pre-
cision de su arma i no pueden tirar mas que a lo que tienen
delante.
Al principio, los rusos se imprecionaban mucho por la
violencia del tiro de los japoneses, pero poco a poco se fueron
acostumbrando, i en varias reseñas de combates se dice que
el momento en que el fuego del enemigo se hacia desordenado,
como dejaba de causar pérdidas, la moral de los combatientes
se exaltaba.
De una i otra parte, el consumo de municiones por la in-
fantería fue mui considerable, lo que produjo muchas veces
serias difilcultades en el municionamiento. Frecuentemente i
en circunstancias críticas las tropas rusas carecieron de
cartuchos. Este hecho se produjo mas raramente en el ejército
nipon. En el momento del combate cada infante japones se
desembarazaba de su mochila i recibía los cartuchos nece-
sarios para completar los 200. Ademas, el municionamiento,
de las cadenas de tiradores estaba cuidadosamente organi-
zado; segun ciertos corresponsales, el sistema de empacado
japones permitía a un sólo proveedor trasportar de una vez
700 cartuchos.
Desembarazamiento del campo de tiro.—Una de las parti-
cularidades del teatro de la guerra, en la Mandchuria, era la
existencia en verano, de cultivos mui estensos de gaolian
especie de mijo, cuyos tallos alcanzan mas de dos metros de
altura i que por consiguiente impiden el ver bien.
Segun las relaciones rusas, siempre que tenían tiempo
p a r a ello, se segaban los cultivos de esta naturaleza, en el fren-
— 41 —
te de las posiciones ocupadas. En Lio-Yan, a fines de agosto,
tenían en ciertos sectores, despejado el campo de tiro hasta
los 800 i aun 1.200 metros de la posicion. Siempre que no pro-
cedieron de esta suerte, tropezaron con graves inconvenientes.
Los japoneses, en efecto, utilizaban mui acertadamente estos
cultivos para ocultar sus preparativos de ataque, o para re-
chazar ventajozamente los movimientos ofensivos del adver-
sario.
Ejecucion de los ataques.—La guerra ruso-japonesa mues-
tra, tanto del lado ruso como del japones, violentos ataques
i contra-ataques llevados a fondo i coronados de éxito, ata-
ques ejecutados con arreglo a las ideas existentes en la ma-
yor parte de los ejércitos europeos i segun los métodos in-
dicados en los reglamentos de maniobras. Es, pues, interesante
ver en que condiciones se efectuaron estos ataques.
Los japones procuraban siempre adquirir, ante todo, la
superiodidad en el fuego de la infantería a distancia eficaz, es
decir entre 800 i 600 metros, antes de iniciar sus ataques. Los
rusos obraban de misma manera en la mayor parte de los
casos. La artillería cooperaba enérjicamente a esta prepa-
racion.
La lucha por la adquisicion de la superioridad en el fuego,
tenia lugar en todo el frente, aun en los puntos en que no se
se pensaba realizar ningun acto decisivo. Durante muchas
veces cinco i seis horas i aun mas.
El ataque se presentaba bajo la forma de líneas sucesivas
que venían a doblarse unas en otras i avanzaban, sea por
pequeños grupos, sea por escalones mas fuertes, que llegaban
a ser hasta de compañía. Todas las fuerzas detenidas en
primera línea hacian un fuego violento i los avances siempre
eran precedidos, igualmente, de un fuego rápido. Los abrigos
se utilizaban con el mas esquisito cuidado. En terreno descu-
bierto se echaban a tierra a cada, detencion: los avances se
liacian a la carrera.
He aquí en que términos M. Reginald Kann describe en la
Revue de Paris un ataque llevado a cabo por la infantería
nipona.
Se t r a t a de la toma de una posicion rusa por la 3.ª i 5. a
divisiones japonesas (ejército del jeneral Oku) el 31 de agosto,
durante la batalla de Liao-Yang. Este ataque habia sido pre-
parado los dias 29 i 30 por un continuo fuego de artillería i
por una serie de esfuerzos preliminares que habian llevado las
tropas del asalto a la última posicion cubierta.
"El 31 por la mañana, hacia las ocho, la artillería, refor-
zada con el resto de las baterías de brigada independiente,
cubría las trincheras rusas con una nube de proyectiles p a r a
— 42 —
facilitar el asalto.a La infantería japonesa (3. a division e iz-
quierda de la 5. ) esperaba, en los abrigos abiertos, a 1.000
metros próximamente de la posicion, la orden de avanzar.
La primera línea tenia un efectivo de cerca de tres batallones;
los nombres colocados codo con codo en las trincheras. El
terreno que habia que recorrer era descubierto, no ofreciendo
otra proteccion que algunos repliegues del suelo. Para el ata-
que se habian fraccionado las lineas en pequeños grupos de-
12 a 20 hombres, colocados cada uno bajo el mando de un
oficial o clase. Se fijaba a cada, uno de los grupos el punto a
donde debia llegar; esta es la única indicacion que debia re-
cibir del mando.
"A las doce i diez, exactamente, los infantes japoneses
dejaron en tierra la mochila i el ataque jeneral comienza.
La primera línea salta fuera de las trincheras. Los jefes de-
grupo se lanzan adelante, corriendo con todas sus fuerzas
hasta el repliegue del terreno mas próximo, donde se arrojan
a tierra. Sus fracciones les siguen sin observar ningun orden,
teniendo cada hombre por única preocupacion el llegar lo-
mas pronto posible al lugar donde podrá echarse a tierra. Al-
gunas de las fracciones han tenido que atravesar campos de
mijo; su marcha se ha efectuado lentamente, pero no habiendo
sido apercibidos, estos infantes han podido avanzar a volun-
tad i sin peligro hasta el límite opuesto del cultivo. Otros, al
contrario, han franqueado un espacio descubierto, corriendo
todo lo rápidamente que sus cortas piernas les permitían.
"La marcha continúa de esta manera por saltos sucesivos,
con detenciones mui largas para tomar aliento; los indivi-
duos siguen al jefe, el jefe escoje otro abrigo mas avanzado i
el camino para llegar a él. Frecuentemente, para aprovechar
obtáculos favorables situado fuera de su eje de marcha, se
ven grupos oblicuar a derecha e izquierda, seguir el mismo
camino que otra fraccion vecina i volver en seguida a su di-
reccion primitiva. Tambien desde la primera detencion la
alineacion se rompe, bien pronto se ven los pelotones dise-
minados sobre el glasis, unos tendidos en tierra, otras arras-
trándose, otros en plena carrera. Los grupos se adelantan i
se desbordan mutuamante. Los 900 metros que hai que
recorrer hasta las defensas accesorias de los rusos son
franqueados de esta suerte, i únicamente allí es donde, lo que-
reata de la primera línea japonesa, se reorganiza, al abrigo
de un talud de tierra levantado por los rusos para protejer
sus alambradas.
"La formacion—o mas bien la ausencia de formacion-
adoptada durante esta marcha ha tenido por primer efecto
impedir completamente a los asaltantes el empleo del fuego;
— 43 —
los grupos de infantes, adelantándose los unos a los otros, se
interponían entre sus compañeros i los rusos; tirando se hu-
biese corrido el peligro de hacer mas daño a las propias tro-
pas que al enemigo; por otra parte, los rusos ocultos detras
el parapeto de sus trincheras, ofrecían un objetivo difícil de
percibir. Para distinguirles convenientemente, hubieran tenido
jos japoneses que dejar su posicion oculta, i esto a costa de
pérdidas tales, que el movimiento, no hubiese podido pro-
seguir. Por lo tanto, todo el ataque fue ejecutado sin hacer
uso del fuego; en una palabra, no se hizo un sólo disparo por.
los infantes japoneses.
"Cuando la primera línea de los asaltantes recorrió la
mitad de la distancia que la separaba de su objetivo, la se-
gunda línea deja a su vez las trincheras donde habia perma-
necido abrigada i se lanzan sobre el glasis, marchando i utili-
zando el terreno como la primera, La tercera línea sigue a l a
segunda i así las demas. Seis líneas sucesivas atravesaron el
terreno sembrado de muertos i heridos i sucesivamente vi-
nieron a ocultarse detras del talud protector, distante 100
metros de la línea enemiga. Durante este tiempo, voluntarios
habian cortado los alambres ante las mismas bocas de los"
fusiles rusos; arrastrándose consiguieron abrir paso a através
de las defensas accesorias, pero mui pocos de estos héroes se.
reunieron a sus compañeros.
"Cuando todo el mundo estuvo reunido, armaron la ba-
y o n e t a . Desde mi observatorio vi toda la línea como ilumi-
nada por los reflejos del acero al salir de las vainas. Una vez
mas, los oficiales abandonaron el abrigo al grito de Banzai,
repetido por todos los asaltantes. La masa entera se preci-
pita sobre las trincheras. Entonces, del lado de los rusos, la
larga línea gris de los tiradores siberianos se incorporan a su
vez, envia una última descarga al enemigo i desciende a la ca-
rrera por el revés de la montaña. En otros puntos los rusos
esperaron al enemigo, el combate se empeñó a la bayoneta i
los japoneses fueron rechazados. Muchas trincheras no
pudieron ser tomadas a viva fuerza, pero los últimos defen-
sores, amenazados de ser copadas, se replegaron durante la
noche......"
A pesar de lo largo de la preparacion de los ataques i de
la lucha por la adquisicion de la superioridad en el niego, su-
cedió a menudo que el asaltante se equivocaba sobre el valor
de sus preparaciones o que llegaban refuerzos al defensor
precisamente en el momento en que se emprendía el ataque o,
en fin, que la artillería de la defensa entraba útilmente en
accion.
En este caso, el ataque era amenudo rechazado por el
— 44 —
fuego i el asaltante se retiraba en desorden hasta los abrigos
de donde habia partido, donde no podia hacer mas que pe-
garse al terreno. Era necesario entonces una nueva prepara-
cion, i en jeneral la llegada de tropas frescas para permitir
renovar el ataque. Se citan ejemplos característicos de ata-
ques rechazados en el asalto, echarse a tierra las tropas asal-
tantes i ser en seguida coronados de éxito sus esfuerzos.
Pero el fuego no lograba siempre rechazar un ataque bien
preparado, apoyado largo tiempo por el fuego de la artillería
i llevado a fondo. En este caso, si no se habia conseguido
deprimir suficientemente la moral del defensor, se llegaba al
alcance de las bayonetas i se empeñaba el combate cuerpo a
cuerpo. En estos casos, únicamente despues de una lucha al
arma blanca, mas o ménos larga, se obtenía la decision.
Cuando los rusos veian que su fuego a corta distancia no de-
tenia el impulso del asaltante, pasaban, frecuentemente, al
contra-ataque saliendo de sus abrigos i avanzando a la ba-
yoneta contra el asaltante. Por regla jeneral, en estos casos
los japoneses no esperaban el choque i daban inedia vuelta
bajo la presion de una fuerza moral superior.
En efecto, una tropa que, capaz de continuar marchando
bajo un fuego que por falta de presicion le causa pocas pér-
didas, da media vuelta ante la sola amenaza del arma blanca,
muestra el predominio de los factores morales en el combate.
Este fenómeno ha sido observado, mas o menos frecuentemen-
te, en todas las guerras desde la invencion de las armas de
fuego; es interesante ver como estos hechos se reproducen
todavía en el dia.
La guerra ruso-japonesa encierra tambien ejemplos de
violentos ataques decisivos, llevados a fondo casi sin tirar,
despues de haber sido bien preparados por el fuego de la in-
fantería i de la artillería a condicion de ser apoyados durante
el mayor tiempo posible por el fuego de esta última.
Uno de los trances mas duros en el combate moderno es el
retirarse bajo el fuego despues de un ataque infructuoso,
pues el defensor tiene la moral exaltada, reconquista su san-
gre fria, i su fuego-de persecucion, de una intensidad i ejecutado
casi como en el campo de tiro, puede causar pérdidas mui
graves.
Segun las relaciones conocidas hasta el presente, los japo-
neses evitaban a todo precio esta retirada bajo el fuego. Si el
ataque era demasiado duro i no parecía factible, se detenían
en el mismo sitio, aun a las distancias medias de combate (en-
tre 1.000 i 800 metros), cavaban abrigos i esperaban la lle-
gadadelanoche para emprenderun brusco ataque o replegar-
se definitivamente.
— 45 —
Utilizacion de la noche.—Por una i otra parte, se hizo
un uso mui frecuente de los combates nocturnos, sobre todo
despues de las batallas de Octubre sobre el rio Cha.
Cuando se trataba de grandes unidades, divisiones i cuer-
pos de ejército, estos combates tenian lugar inmediatamente
despues de anochecido o al amanecer. No obstante, un cierto
número, se llevaron a cabo en plena noche i dieron lugar a
choques largos i mui encarnizados.
De las diversas relaciones de estos combate3 se despren-
den un cierto número de enseñanzas.
La mas característica, es la posibilidad de ejecutar por la
noche ataques decisivos, en los cuales el arma blanca vuelve
a adquirir todo el valor que tenia antes de los perfecciona-
mientos realizados en las armas de fuego.
Cualquiera que sean los inconvenientes que puedan ofre-
cer los combates de noche, i por difíciles que sean de dirijir,
no puede negarse que constituyen el único medio de apode-
rarse a. viva fuerza de puntos de apoyo que no ha podido
preparar convenientemente la artillería, o cuyas avenidas
están demasiado batidas por el fuego del enemigo para po-
der ser atravesadas con esperanza de éxito durante el dia.
Es, pues, cada vez mas indispensable tener en cuenta es-
tos combates i, por consiguiente, estudiarlos i prepararse
con anterioridad, en razon de sus dificultades especiales. Los
rusos se han resentido de una defectuosa instruccion en este
punto. Así lo ha confesado francamente, en una conferencia
pública dada en San Petersburgo, el teniente coronel Selivat-
chev, perteneciente al rejimiento Petrovski, que se encontra-
ba en Rusia atendiendo a la completa curacion de una herida
recibida precisamente en el combate de la colina Putilow.
Empleo de la bayoneta.—Cada uno encuentra en los acon-
tecimientos, argumentos con que apoyar las tesis que les son
mas gratas. Así sucede, que en Alemania, en jeneral, quieren
ver en la guerra actual el triunfo de la táctica del fuego.
No puede negarse el valor material i moral del fuego en
el combate de la infantería. Como ya se ha dicho anteriormen-
te, el ataque decisivo no puede tener probabilidades de éxito
mas que cuando el asaltante ha adquirido previamente la
superioridad en el fuego de infantería.
Pero debe tenerse presente, que la guerra ruso-japone-
sa muestra un empleo de la bayoneta mas amplio i mas
frecuente de lo que se había visto desde la guerra de
Italia en 1859, i esto, tanto en la guerra de sitio en Puerto-
Arturo como en la guerra de campaña. Las estadísticas
médicas de las heridas son todavía insuficientes para permi-
tir un juicio definitivo, pero las publicadas hasta el dia atri-
— 46 —
buyen el 80 u 85 por ciento de las heridas a balas de fusil, el
8 por ciento a los proyectiles de artillería i el 7 por ciento al
arma blanca; con lo cual se demuestra, si estos datos son
ciertos, un efecto destructor causado con arma blanca casi
igual al de la artillería.
No ha llegado todavía, como algunos han creido, el mo-
mento de suprimir la. bayoneta como un peso inútil. Sigue
siendo necesario enseñar su manejo para dar al soldado con-
fianza en ella e implantar en su espíritu la idea de que el
fuego no bastará para obtener la decision, i que tendrá que
servirse del arma Talanca. Tal enseñanza esta mui atendida
en Rusia, donde el infante lleva siempre armada la bayone-
ta, aun en las marchas. Esto puede ser excesivo; pero así se
evita el que falte a veces tiempo para armarla en el momento
crítico. Segun un relato ruso, las fracciones japonesas contra
las cuales el Tejimiento siberiano de Barhaoul efectuó un
contra-ataque el 24 de Julio, en Takikiao, no tuvieron tiem-
po de armar la bayoneta.
Casi todos los combates de la guerra ruso-japonesa mues-
tran que, en el ataque, la bayoneta es el argumento resolu-
tivo que decide el éxito. Se llegaba frecuentemente al alcance
de la bayoneta, i el cuerpo a cuerpo tenia lugar entonces
realmente. Los rusos efectuaban a menudo contra-ataques
al arma blanca en el momento en que el asaltante llegaba a
un centenar de pasos.
Estos contra-ataques, muchas veces coronados de éxito,
ponen de relieve todo el valor moral de la bayoneta. A pesar
de la resolucion i el encarnizamiento de sus ataques, a pesar
de su indudable desprecio a la muerte, los japoneses cedian
con frecuencia ante esta amenaza. La causa de ello, es sin
duda debida a la superioridad física del ruso desde este pun-
to de vista. Se debe nacer presente tambien, que en semejante
caso los oficiales rusos daban el ejemplo, marchando a la
cabeza i siendo los primeros en entablar la lucha, como lo de-
muestran numerosos ejemplos.
En los combates nocturnos, la bayoneta adquiere todo
el valor mortífero que tenia en el pasado, i es la que jugó el
principal papel ayudada por la culata, de la cual los rusos
siempre han hecho uso. Todos los testigos oculares que vie-
ron la colina Putilow en la mañana del 17de Octubre, a con-,
timiacion del combate nocturno, estan de acuerdo para
declarar que la casi totalidad de los 1,300 cadáveres japone-í
ses que allí se encontraron fueron debidos al arma blanca.
Naturaleza montañosa del terreno i abandono de las
mochilas.—Las condiciones de una gran parte del teatro de
la guerra tuvieron al principio, i aun conservaron siempre
— 47 —
una importancia mui marcada. Toda la parte de la Mand-
churia situada al Este de la vía férrea esta cubierta de mon-
tañas, a menudo rocosas i escarpadas, donde los movimien-
tos de las tropas ofrecen una verdadera dificultad, Esto era
para los japoneses, pueblo montañés, una ventaja induda-
ble sobre los rusos, no habituados a la montaña, donde no
habían tenido ocasion de maniobrar.
Por otra parte, los japoneses iban casi siempre altera-
dos al combate, no llevando mas que el fusil i los cartuchos.
Los rusos, al contrario, se separaban difícilmente de su
equipo, que les abrumaba i les causaba, sobre todo en ve-
rano, una enorme fatiga. De aquí una movilidad mucho mas
grande en los primeros. La esplicacion es fácil de dar: los
japoneses han sabido, por decirlo así, conservar siempre la
iniciativa de las operaciones i la ofensiva; podían dejar las
mochilas, seguros de encontrarlas mas tarde. Los rusos, ba-
tiéndose sin cesar en retirada, no podían hacer otro tanto.
Conviene hacer observar, no obstante, que cuando los
rusos efectuaron algun movimiento marcadamente ofensivo,
algunas veces dejaron, igualmente, las mochilas en tierra.
Valor de los cuadros.—Iniciativa.—La gran causa de la
inferioridad de los rusos en el combate de infantería reside
en el menor valor de sus cuadros subalternos, peor instruí-
dos, faltos de confianza en sí mismos i menos susceptibles de
iniciativa que los japoneses. Les costará trabajo a los rusos
hacer desaparecer esta causa de inferioridad. En efecto,
siempre han tenido la tendencia de agruparse, de apeloto-
narse alrededor de los oficiales en las circunstancias críticas;
es un instinto de la raza. Hace falta un guía al soldado
ruso, que entonces marcha siempre detras de su jefe.
El reclutamiento de los sub-oficiales es difícil, a causa del
gran número de analfabetos. Vijilados, jeneralmente, mui de
cerca en tiempo de paz por los oficiales, los sub-oficiales tie-
nien poca iniciativa en la conduccion de las tropas en el com-
bate. Ciertamente, es a esta causa a la que se debe atribuir
el empleo de formaciones demasiado densas en el ejército
ruso i el gran uso del fuego por descargas. La necesidad im-
pone a los oficiales esponerse mas de lo razonable.
En los japoneses, al contrario, la intelijencia individual
es mas viva, i la instruccion de los soldados i de los cuadros
subalternos mas desarrollada. Segun la confesion de todos
los observadores, casi no hai analfabetos en el ejército japo-
nes. Los sub-oficiales estaban provistos de planos. En el
combate tenían la direccion inmediata del fuego i de los gru-
pos de tiradores. Los oficiales podían cuidarse mucho mas i
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consagrarse a su papel de direccion superior en lugar de ab-
sorverse en los detalles.
Esta iniciativa de los soldados i los cuadros subalternos
es absolutamente indispensable en el combate moderno de la
infantería. Los jefes, no solamente de batallon, sino de com-
pañía i aun de peloton, tienen sin cesar que tomar decisio-
nes con toda independencia i bajo su responsabilidad. Les es
indispensable un sentido táctico mas desarrollado que en
otro tiempo. Aun el mismo soldado, muchas veces está aban-
donado a sí mismo; es necesario, pues, que haya compren-
dido el pensamiento del jefe i quiera realmente secundarlo.
Aspecto del combate de infantería.—El capitan Krasnov,
describe como sigue el aspecto del combate de infantería i el
estado de ánimo de los combatientes.
"En la guerra, la vida humana se desarrolla de una ma-
nera tan terrible i tan anormal que llega uno a preguntarse si
realmente está vivo. ¿Es esto la realidad o una pesadilla an-
gustiosa? En el combate, particularmente en una gran ba-
talla donde la muerte se estiende por todos lados i troncha
millares de existencias, se tiene un vasto campo de observa-
cion para ver lo que la guerra hace de un hombre. Yo recuer-
do la sensacion de molestia que se siente inmediatamente, a
los primeros disparos, al silbido de las primeras balas, al
zumbido de las granadas. La cabeza se trastorna i parece
que el dia se oscurece; i sin embargo es necesario ir allá aba-
jo, al frente, a la guerrilla. Al principio no se distingue bien
el terreno ni. los objetos vecinos. El horizonte parece restrin-
jjido. Quisiera uno esplicarse estos fenómenos.—"¡Qué! ¿será
esto que tendré miedo?" se pregunta.—Se mira si hai jente en
derredor; no se quisiera estar solo. Ya estamos en la guerrilla;
los soldados están tendidos i hacen fuego. Unas veces lo
efectúan rápidamente, otras disparan con lentitud. ¿A dón-
de tiran i sobre quién? no se ve. Las alzas estan levantadas;
esto quiere decir que se tira a gran distancia. Pero el ene-
migo se oculta i no se le distingue. Despues de haber reco-
brado ánimo se preguntan, con un tono que se quiere hacer
tranquilo, si los soldados ven a quien estan haciendo fuego.
. —"Hace un momento seles ha visto; ahora estan ocultos,
responden los soldados tranquilamente"—Observad las caras.
Todo el mundo tiene aire serio, concentrado, pero tranquilo.
Algunas veces las balas dan en la cresta del parapeto levan-
tando la tierra; mas a menudo pasan por encima de las ca-
bezas, con un silbido prolongado. Al principio se siente uno
invadido por pensamientos penosos, despues las sensaciones
se borran; no se perciben las balas, no se. piensa mas en ella.-
No se piensa mas en nada. Las horas pasan. I a menudo un
— 49 —
oficial, que manda compañía o seccion, se llega a usted i le
pregunta si cree que se puede o no hacer venir el carro-coci-
na. El morir no es una. razon para no comer. En efecto, cada
vez se siente mas hambre. Las balas continúan silbando.
"No se tiene nada qué comer; pero se pide galleta a los
soldados.
"I acurrucado en la trinchera, se hace él desayuno. Co-
miendo se siente mas calma, i cuando se ha terminado una
lata de conserva, es llegado el momento de levantarse para
observar lo que hacen los japoneses. No se hace mas caso a
las balas i el norizonte parece mas claro.
Allí están los japoneses. A 1,500 pasos se ve una serié de
pequeños puntos. No se les hubiera notado, no se les distin-
guiría si no se les viese marchar de sitio en sitio i si en el aire
calentado por el sol no se levantase un vapor apenas percep-
tibie, no humo, sino mas bien un temblor del aire semejante
al que produce la evaporacion en el campo.
—"Tiran mal, dice un teniente sentándose casi a descu-
bierto en la berma. Las balas silban en gran número; pero
casi todas pasan mui altas. Los japoneses no escatiman los
cartuchos.
—"Tirar mas despacio, muchachos, dice un oficial a los
soldados.-Economizad vuestros cartuchos.—Apuntad,bien
al pié del blanco, como se os ha enseñadp...
"Este estado de ánimo agradable i relativamente tran-
quilo se prolonga hasta que comienza a haber heridos. El
i enemigo ha eorrejido su tiro. De pronto un robusto reser-
vista palidece i cae al fondo de la trinchera. Un proyectil le
ha atravesado la cabeza. Otro dejala trinchera i se dirije
Suspirando al camino de salida. La situacion se vuelve mala
i penosa. Empiezan los presentimientos ¿Me tocara a mí aho-
ra? piensa uno. Las balas siguen silbando por decenas, por
centenas. Tan pronto hai dos o tres heridos a la vez como se
pasan horas sin que haya ninguna baja. No se observa quién
está herido; solamente el número de soldados que permanecen
silenciosos e inmóviles como conjelados, va sin cesar en au-
mento. Se evita el mirarlos. Las conversaciones i las bromas
han cesado. Las caras parecen mas pálidas involuntariamen te
el tiro se acelera. Un subteniente hace observaciones, rectifica
las alzas; pero su voz, aunque tranquila, suena sordamente.
Pasa mucho tiempo. La accion permanece en suspenso en el
sector de nuestra posicion. De pronto llega jente. Un esplo-
rador acude; se distingue al comandante del batallon.
"Llega la órden de avanzar... La guerrilla se incorpora,
no toda a la vez, por grupas... Los soldados corren, tan
pronto agrupándose como dispersándose." Las balas silban.
— 50 —
Cada vez mas a menudo los cuerpos permanecen acostados
sobre el terreno; a los heridos se les retira o se les aparta a
un flanco. Parece que bajo esta lluvia de plomo es imposible
sostenerse i seguir avanzando. Sin embargo, los soldados se
ponen en pié i marchan. Ahora todo el mundo está pálido i
contraído. La vida o la victoria, he aquí lo que se lee en to-
das las caras... ¡Adelante! Los semblantes palidecen mas
aún, los ojos están ardientes, se cubren con brazadas de gao-
lian. Se deslizan a través de las desigualdades del te-
rreno, caen i vuelven a levantarse. No hai ahora ni soldados
activos ni reservistas, no hai mas que tropas que corren
a la victoria. El paso se hace cada vez mas rápido. Despues
se tienden. Están tendidos al descubierto i haciendo fuego.
La mayor parte tiran sin apuntar. Muchos no han levan-
tado alza, otros la han dejado a la distancia anterior. Pero
tambien el enemigo tira sin apuntar, las balas silban por
encima de las cabezas. Su nerviosidad se acrecienta, i busca
el alivio en un tiro desordenado i falto de eficacia. El poco
efecto del fuego enemigo reanima a nuestros hombres. La
compañía vecina avanza un salto, despues la nuestra. Las
balas chocan con violencia. No se piensa en nada. No se ob-
serva nada. No se ve quién cae ni quién avanza, ni aun sí
queda mucha jente. Los puntos oscuros (el enemigo) aun
mentan dé tamaño ante nosotros. Se distingue las gorras
amarillas, los capotes negros, las piernas con las polainas
blancas. Las balas ya no silban lastimeramente. Pasan rá
pidas, marcadas, con un ruido seco i potente. Se siente que
estos pequeños pedazos de plomo son capaces de destrozar
todo lo que encuentren. No hace calor i, sin embargo, todo
el mundo está sudando. Los semblantes están mortalmente
pálidos, los movimientos son bruscos. I súbitamente el ene-
migo huye.
"Bien pronto deja de oirse los disparos de fusil i el silbi-
do de las balas. Se ve huir a los japoneses como pequeñas
siluetas oscuras; "compañía, ¡victoria!" gritan los oficiales
con tono seguro i firme. Su voz resuena con un timbre varo-
nil i audaz.
"Llega la orden de detenerse i atrincherarse. El fuego de
fusilería cesa. Solo la artillería tira todavía i las granadas
pasan zumbando por encima de las cabezas; los soldados ca-
van una trinchera para abrigarse. Se habla poco. Los cami-
lleros conducen los heridos. Algo separado se abren las fosas
para los muertos. Cuando esta oscureciendo un borrico vie-
ne a traer té frío i cartuchos.
"Después se pasa la lista. Se oye responder sordamente
"Presente. Presente. Muerto.. Herido, yo le he visto caer.
— 51 —
Despues se reanudan las conversaciones. Se animan. En los
sobrevivientes, el ánimo está de fiesta; se siente deliciosa-
mente el placer de vivir. No se tiene tiempo de pensar en los
muertos; esto tiene lugar mas tarde."
CAPÍTULO II
CABALLERÍA
El papel de la caballería, en jeneral, ha sido difícil por
la naturaleza del terreno de una gran parte del teatro de. la
guerra. Por otro lado, la caballería rusa no se ha encontra-
do nunca, aisladamente, con la caballería japonesa, que, in-
ferior en el número i en calidad, permanecía siempre en es-
trecha relacion con su infantería.
Por eso la caballería ha tenido, al menos en apariencia,
un papel poco marcado i del cual la prensa apenas ha he-
cho mencion, i sin embargo, este papel ha sido importante i
los periódicos rusos proporcionan detalles interesantes para
juzgar de empleo de tal arma.
En lo que sigue se t r a t a del papel de la caballería i de su
empleo táctico, que puede ser de dos maneras: a caballo o
pié a tierra con el fuego, o mas bien la combinacion de estos
dos procedimientos entre sí i con la artillería a caballo.
MISIONES ESTRATÉJICAS
Esploracion a grandes distancias. — La esploracion a
gran distancia por la caballería no ha faltado en el ejército
ruso. Frecuentemente fueron enviadas masas importantes
lejos de la vanguardia, con el objeto de enterar al jeneralí-
simo de los movimientos de las columnas enemigas.
Tal fué, entre otros ejemplos, el caso de la brigada de
cosacos de Transbaïkalia, del jeneral Michtchenko, que, para
vijilar la marcha de las columnas del ejército del jeneral Ku-
Toki, penetró en Corea hasta 150 kilómetros del Yalú.
El servicio de descubiertas en el ejército ruso se hacia
como previenen los reglamentos de todas las caballerías eu-
ropeas. Los reconocimientos de oficiales fueron muchas ve-
ces llevados a cabo con una audacia notable, aunque a me-
nudo con planos insuficientes, en terreno mui difícil i en país
hostil. Estos reconocimientos, efectuados jeneralmente con
efectivos de cuatro jinetes a un peloton, i algunas veces mas,
duraban con frecuencia muchos dias. En las comarcas mui
montañosas se hicieron a pié algunos reconocimientos, a
gran distancia, por oficiales de caballería obligados a
— 52 —
abandonar sus caballos a causa de las grandes dificultades
del terreno.
Al principio no se vio en los japoneses la esploracion de
la caballería a gran distancia. Su caballería permanecia es-
trechamente ligada a la infantería. No se destacó hasta
principios de febrero de 1905. Despues de la batalla de Muk-
den, la caballería nipona mantuvo bastante audazmente el .
contacto con los ejércitos rusos durante su retirada hacia el
norte.
El servicio de descubierta estaba casi enteramente con-
fiado al espionaje, notablemente organizado antes de la
campaña. Hasta la batalla de Mukden no se vio jamas, por
decirlo así, reconocimiento de oficiales o de patrullas de ca-
ballería japonesa a gran distancia.
Proteccion de los flancos de los ejércitos.—Hasta el mo-
mento de la batalla de Mukden, la caballería rusa aseguró
eficazmente la seguridad estratéjica dé las alas de su ejército.
Durante todo el verano, hasta Agosto, los jenerales Micht-
chenko i Rennenkampf, con sus divisiones sostenidas por
una proporcion variable de infantería, defendieron palmo a
palmo la zona montañosa situada aí Este de la via férrea,
dificultando los movimientos de las vanguardias o destaca-
mentos, con que se cubrían los japoneses. Para la caballería
fué ésta una mision ingrata i modesta, la cual parece cum-
plió mui satisfactoriamente.
Por parte de los japoneses hace falta llegar a la batalla
de Mukden para ver, por primera vez, una gran masa de ca-
ballería operar independientemente. El movimiento del jene-
ral Nogi fue ocultado primero i cubierto despues en la direc-
cion. del Norte, por una division provisional de caballería,
compuesta de seis rejimientos, teniendo como núcleo una de
las brigadas independientes, mandada poreljeneral Akiama;
los demás rejimientos se sacaron de, las divisiones de infan-
tería.
Esta division de caballería llevaba consigo varias baterías
de montaña, un fuerte sosten de infantería i numerosas ame-
tralladoras (veinticuatro, segun al Novoié Vrémia). No llegó
a combatir a caballo contra la caballería del ala derecha
rusa, de la cual no se ve el empleo, i parece haber cumplido
bien la mision que se le habia confiado.
Empleos tácticos de la, caballería.—Entre los rusos, el
empleo táctico,de la caballería ha consistido esencialmente
en la combinacion de los dos medios de accion de que dis-
pone el combate a caballo por el choque o su amenaza, i el
comísate por el fuego, pero con un predominio mui marcado
de este último. Habia para ello dos razones:
— 53 —
Durantelasoperacionesdeunacampañanosólo se presen-
tan blancos descubiertos o colocados detras de abrigos lijeros-
— 71 —
de campaña que pueden ser batidos fácilmente por el cañon
comun. Con frecuencia se presentarán blancos resistentes i
fuertemente cubiertos.
Tropas colocadas, por ejemplo, debajo de abrigos hori-
zontales o detras de terraplenes de ferrocarril, en cortes de
líneas férreas o de caminos, detras de zanjas o puentes sólidos,
no podrán ser batidas eficazmente con las Granadas de "la-
Artillería de campaña, e igual cosa sucederá cuando se trate
de degtruir puntos de apoyo, ya sean naturales o artificiales,
en posiciones de defensa. Debido al aumento de potencia de
las armas de fuego actuales, esta clase de blancos en los cam-
pos de batalla se harán cada vez mas frecuentes i el Ejército
debe poseer medios suficientemente poderosos para batirlos
como corresponde. Sólo con la introduccion de un arma que
posea un proyectil poderoso arrojado con grandes ángulos
de caida se puede llegar a batir semejantes objetivos.
Los bosques, edeficios i toda clase de abriga que ofrezca
el terreno, tendrán que ejercer una atraccioncada vez mas
poderosa sobre las tropas, especialmente sobre aquellas que
ya han estado espuestas al fuego enemigo. En ellos buscarán
siempre la manera de sustraerse al efecto destructor del fuego
enemigo, lo cual conseguirán, sin duda, mientras no poseamos
la manera de producirles en ellos las mismas bajas que se le
producirían estando fuera.
Se han llegado a manifestar opiniones sobre la conve-
niencia que habría en reemplazar por completo el cañoñ de
campaña por obuses, en vista de la importancia de la unifi-
cacion del proyectil i de la gran movilidad que ha llegado a
dársele a esta arma; pero debido al limitado número de pro-
yectiles que pueden llevarse, siendo estos t a n pesados, no se
podrá llegar al resultado deseado.
Ha habido en cambio otras opiniones enemigas en abso-
luto a la introduccion de obus lijero, creyendo posible que esos
blancos resistentes pueden ser batidos por la artillería pesada
del Ejército, lo cual no lo dudo será posible en Europa, pero
no aquí en donde no poseemos ese material ni los caminos
necesarios para moverle.
Si deseamos pues, que nuestra artillería pueda desempeñar
el papel que le corresponde en campaña, tendremos que
dotarla de una pieza que tenga el poder de arrojar esos podero-
sos prpyectiles con grandes ángulos de caida, es decir un obus
de campaña. Este debe poseer la misma movilidad de la ar-
tillería de campaña. Con la introduccion de esta nueva pieza
nuestra artillería vendría a quedar con dos calibres distintos
i dos clases de proyectiles, siendo esta la única solucion del
problema que viniera a satisfacer las verdaderas exijencias
— 72 —
de una campaña, al mismo tiempo que pondriaala artillería
en estado de batir todos los blancos que se presenten en un
campo de batalla.
En materia de armamentos nada puede hacer la cantidad
que se posea, sino que ante todo, debe tomarse en cuenta la
posibilidad de que llene sus tareas con éxito para lo cual se
necesita que sea adaptable al terreno, que sea igualmente
poderoso o superior al del enemigo, i por últimos que los en-
cargados de hacer uso de él, lo conozcan lo suficiente para
sacar el máximun de efecto útil. ,
ORGANIZACION DE LA ARTILLERÍA DE CAMPAÑA
R. Valdes,
Teniente de Artillería Prueba en el E.. M. J.
La organización de la artillería a pié
F. J. DIAZ
Capitan, Jefe de la Seccion Cartográfica del E. M,
2 capítulos de El Oficial Educador
Por JORJE DURUY
Hijinio Espíndola M.
Capitan, a prueba en el Estado Mayor Jeneral.
27 de Diciembre de 1906.
— 81 —
CAPÍTULO VIII
LA ACCION MORAL DEL OFICIAL SOBRE EL SOLDADO
CÓMO DEBERÁ EJERCER ÉSTA.—SUS EFECTOS BENÉFICOS.
("Biribi?")
— 88 —
siones que le permitirán gastarse jenerosamente en actos. I
ésta es la que os recomiendo, como el talisman mas maravi-
lloso de que un oficial puede disponer para ganar el afecto i
la abnegacion de sus hombres.
(1) Es una vergüenza que no haya en cada caserna o cuartel una sala
de recreo, donde el soldado pudiera procurase el pasatiempo de jugar algu-
nos juegos inocentes con sus camaradas, leer si lo desea, escribir sus cartas.'
I esto es lo que ha comprendido una mujer jenerosa, Mme. Germond, creando
el primero de esos admirables "Hogares del Soldado", donde el militar franco
puede encontrar un asilo distinto de la taberna o del lupanar. (Nota del
auto:).
— 89 —
vayan—si no a donde tomaran la costumbre de ir: a la taberna
asesina, donde bajo el ojo indiferente de la lei se cumple el sui-
cidio lento i seguro de nuestra raza? A esteenemigo, el alcohol,
i a su aliada, la prostituta, agazapada en la sombra cerca de
la taberna, ó pasando i repasando siniestramente frente a su
puerta resplandeciente, qué alegría combatirlos i vencerlos!
Ahora bien, esta es una victoria a la cual, entre otros efectos
saludables, puede aspirar la accion moral, tal como yo confío
a vuestras inteligencias i a vuestros corazones el cuidado de
ejercerla.
(Continuará).
La importancia del Tren Militar
La nueva organizacion de la unidad del Tren en el Ejército
trae hoi como tema militar de actualidad este importante
ramo al tapete de las discusiones i de la preocupacion del ele-
mento que se interesa por el bien del Ejército. Se comprenderá
mejor su grandísima importancia cuando mejor se conozca el
papel que juega el Tren en el engranaje de las diferentes uni-
dades del Ejército.
El Tren es el que lleva i entrega a un Ejército en opera-
ciones todo lo que necesita para su propia existencia, o mejor
dicho, es el que alimenta, amuniciona i recoje heridos de un
Ejército .que se bate, de manera que las tropas puedan dedi-
cárse de lleno a su papel tínico de combatir, entregando todo
lo que a su espalda deja, como innecesario en la accion, al Tren
ipara su gobierno, etc.
En la paz se encarga esta unidad de mantener en buen
pie el material i en educar el personal i ganado que en la gue-
rra va a llevar hacia las tropas sus elementos mas indispen-
sables de vida. .
Su empleo en la guerra es trasportar desde los depósitos
de víveres que instala la Intendencia, víveres i elementos para
cuatro dias que entrega a los Bagajes de los Rejimientos. El
Tren i la intendencia tienen contacto en su empleo pero dis-
tinta organización, diferentes fines i en una palabra es otra
— 92 —
unidad. Le corresponde tambien al Tren recojer heridos en el
campo de batalla, en camillas primeros i en carros despues,
hasta la plaza prinqipal de curaciones donde se los entrega
al personal médico. Se asocia, pues, con el servicio sanitario
ayudándole en su labor mas difícil.
La accion del Tren, como se vé, es tan esficáz i útil, que
merece se le califique de unidad indispensable en un Ejército,
lo que no se discute ni se duda. Esta accion tiene su máximo
de desarrollo en los teatros de operaciones donde la comarca
no puede dar los alimentos i elementos para las tropas que
operan, ya por pobreza del suelo o bien por operar en terri-
torio enemigo; entonces el Tren alimenta i abastece las nece-
sidades del Ejército por medio de columnas que cargan víveres
traidos desde la base de operaciones por las vías marítimas o
férreas, o bien recursos requisicionados por fuerza por em-
pleados superiores de la Intendencia.
Los servicios de esta naturaleza que los japoneses tuvie-
ron en la Manchuria en la última guerra, como los que tu-
vieron los alemanes en Francia el año 70 i en jeneral en todas
las guerras ofensivas, nos demuestran que la moral i enerjía
de un Ejército se basa en estos servicios. En el propio terri-
torio ellos son ayudados en parte por la facilidad de reunir
recursos al rededor de las tropas mismas como por la facilida'd
i seguridad de trasporte, no siendo su importancia tan
capital como en la guerra ofensiva.
La' enerjía ofensiva de un Ejército, como la resolucion i
empuje en la direccion superior, aumenta i se afirma sobre:
sólidas bases cuando bien se sabe que al soldado no le faltará
el pan, ni municion, ni servicio i atencion médica en las des-
conocidas eventualidades de una guerra ofensiva.
Si vamos nosotros a poner en caso de guerra al rededor
de 100.000 hombres ¿estamos seguros de poder alimen-
tarlos en una guerra ofensiva? ¿Contamos para ello con el
servicio de Intendencia i servicio de Tren? Las dificultades
habidas en nuestras maniobras de paz para alimentar 2.000
hombres en nuestro territorio es una preciosa enseñanza i
nos da idea de lo que sería alimentar 100.000 bocas i 40.000
animales en territorio estranjero. Nos hemos preocupado
mucho i mucho hemos progresado en la táctica de las armas,
pero mui pocos con las unidades que juegan su- rol detras de.
las tropas que se baten. Cada vez que queremos saber en qué
pie se encuentran nuestras fuerzas para la defensa nacional,
examinamos la instruccion del personal de oficiales i tropa,
el estado del armamento, el numero de hombres que pon-
dremos en accion, pero jamás pensamos si podemos alimentar-
— 93 —
i amunicionar esa jente en una larga campaña o si podemos
prestarle las atenciones médicas en debida forma.
¿Podria la direccion superior de un Ejército, con clara
idea de su responsabilidad, decir que ese Ejército está prepa-
rado para la guerra en cumplimiento de su mision de defensa
nacional, cuado le faltan esos servicios?
El gran principio en los nuevos reglamentos alemanes es
la conservacion de la fuerza i de la moral de las tropas, i re-
calca en todas sus pajinas el alto deber de los jefes i oficiales
de conservarlas i mantenerlas en la mano para gastarlas con
eficacia en el gran momento. I para conservar esa fuerza i
esa moral ¿será bastante con evitar sacrificios inútiles en
marchas, vivaques i todos los actos de una campaña? ¡Que
desaliento mayor para los jefes i oficiales que han dado ese
cúmulo de imensos sacrificios en el cuidado i conservacion de
sus tropas cuando le falte la alimentacion para sus hombres
iganado o bien las municiones en el momento crítico! ¿Cuales
serían las consecuencias de una epidemia en un Ejército de
100.000 hombres mal alimentados con poco o mal servicio
médico? Una epidemia es enemigo mas poderoso que aquel
con quien se bate.
¿No seria ya llegado el momento de entrar de lleno a im-
pulsar con toda enerjia la organizacion del Tren, Intendencia
i Sanidad? La organizacion de las Compañias de Tren está
hoi paralizada por falta de material i Tren sin material es
como artillería sin cañones; es entonces perdido el esfuerzo e
inútil el sacrificio i buena voluntad del personal encargado
de organizarlo. Por otro lado la organizacion del Tren exije
la reorganizacion de la Intendencia bajo la base de la movi-
lizacion i su funcionamiento en campaña, pero no con carácte
de guarnicion que hoi tiene. La dotacion completa de los
Bagajes rejimentarios a las unidades de tropa lo exije tam-
bien el buen funcionamiento del Tren. Sin ambas cosas no
puede haber Tren en el Ejército.
Las palabras del Mayor Bronsart von Schellendorff del
gran Estado Mayor aleman que siguió las operaciones de la
guerra ruso-japonesa darán mas prestijio a lo que aquí se
espone:
"La disciplina i órden mantenidas por los japoneses en
sus líneas de etapas, en sus trasportes terrestres i marí-
timos, en sus columnas de alimentacion i amunicionamiento
se podrían calificar de espléndidos i no habría como califi-
carlas si tomamos en cuenta las dificultades del terreno i su
avidez productiva, sin que porestofaltarajamás a su Ejército
aun en sus líneas mas avanzadas ni una venda, ni un grano
de arroz o café. I no fué obstáculo, en esa raza incomparable,
— 94 —
ESTADO MAYOR I N G L E S
De la "Revue Militaire des Armées Étrangéres".
I
El COMANDO SUPERIOR EN INGLATERRA. LAS PRIMERAS MEDI-
DAS RELACIONADAS CON LA REORGANIZACION DEL ESTADO
MAYOR.
Llevada a cabo la reorganizacion del Estado Mayor
Ingles (por órden del 12 Setiembre de 1906), el actual Minis-
tro de Guerra M. Haldane, acaba de terminar de una manis-
ra acertada la realizacion de las reformas que preconizaba,
hace tres años, el Comitéde "reoganizacion delEjército" pre-
sidido por lord Esher.
Este comité pedia, como ya ha sido espueto (*): la reor-
ganizacion del comité de defensa, la creación del Consejo del
Ejército, de la Inspeccion Jeneral del Ejército i de los inspec-
III
'ROHNE-Militar-Wochenblatt-3-4-06
(1) Sobre este punto se puede consultar la mui importante obra del
señor Jeneral Langlois: Consequences tactiques des progrés de 1' armement
pájina 75, publicada en Parts el año 1903 por la casa editora Charles
Lavauzelle.
(2] Enseignementes de deux guerres recentes. París. Charlres,—
Lavauzelle, páj. 83.
— 126 —
La artillería debe intervenir:
1.° Cuando la línea se detiene i hace fuego;
Es el fuego enemigo que la detiene, es necesario, pues, que
con los suyos la artillería obligue a los tiradores enemigos a
pegarse al suelo, i dejando de disparar permitan se renueve
el movimiento de avance.
2.° Cuando nuestros tiradores remueven la tierra para
construirse abrigos.
Es preciso que durante esta pausa la infantería enemiga
no pueda disparar;
3.° Cuando los escalones que vienen de atras alcazan a la
línea para reforzarla.
Es necesario que sea facilitado este movimiento por una
disminucion de los fuegos de la infantería contraria;
4.° Cuando las reservas del enemigo llegan á la primera
línea para reforzarla.
Este movimiento se hace por lo jeneral a descubierto
puesto que la primera línea para ver. se habrá colocado
delante de la cresta. La artillería debe detener esas reservas
en su movimiento de avance e impedirles llegar hasta la línea.
¿Ahora bien, para posecionarse dé estas diferentes faces del
combate de infantería i para poder intervenir de modo eficaz,
es menester pisarles los talones a los tiradores o bien estar
atras en una posicion dominante viendo bien todo el terreno
de la lucha? ¿Es preciso tener secciones i piezas aisladas o
baterías bien en la mano de sus Jefes? ¿En fin, estos Coman-
dantes de batería pueden preocuparse de su personal i de su
tiro a la vez que de la vijilancia del campo de batalla?
La respuesta no habrá de ser dudosa, una mision
tal, no puede ser desempeñada sino por baterías completas
bien emplazadas para batir el conjunto del campo de ataque
i por comandantes de grupos que vijilen atentamente la
marcha del combate i que indiquen a sus capitanes el momento
en que deben intervenir i el en que debe cesar su intervencion.
Esto nos induce a considerar de otro modo la division de
la artillería en artillería de cresta i artillería de infantería.
En vez de formar con uno o varios grupos una artillería de
cresta que por mui bien emplazada que esté puede difícilmente
pretender imponer silencio a todas las baterías que se
descubran en su frente i repartir el resto de la artillería
disponible entre los diversos grupos de infantería comba-
tiente, destruyendo así todas las unidades de Comando i
toda union con los órganos de abastecimiento, creemos que
esta separacion de las dos artillerías debe hacerse en los grupos
mismos, en los cuales el Jefe podrá así, aplicando el principio
— 127 —
de la economía de las fuerzas, utilizar del modo mas apro-
piado a las circunstancias, los elementos de que se dispone.
Tomemos, por ejemplo, los dos grupos de una artillería
divisionaria.. Teniendo la division en jeneral, dos Tejimientos
en primera línea se podrá designar un grupo a cada uno de
ellos.
El Comandante de la artillería divisionaria indica al
Comandante de grupo la mision i los objetivos de cada Teji-
miento i limita así esplícitamente el terreno sobre el cual
cada uno de los grupos deberá ejercer su accion.
No pasando, por lo jeneral, el frente de combate de un reji-
miento de 700 a 800 metros, se vé que en casi todos los casos
cada grupo podrá encontrar una posicion conveniente que le
permita vijilar toda la estension de su frente.
Segun las circunstancias el Comandante del grupo desti-
nará una o dos baterías al combate de infantería dando a la
otra o a las otras las funciones de contra baterías (contre
batterie). Siempre que el terreno lo permita conservará sus
baterías, manteniéndolas en todo caso ocultas, tan agru-
padas como sea posible, de tal manera que pueda facilmente
comunicarse con ellas i reducir a simples correcciones de
deriva los múltiples cambios de objetivos que se imponen en
el trascurso de la lucha, cuya enumeracion hemos dado mas
arriba.
Será esa, en efecto, mas .que ninguna otra, la ocasion de
utilizar esta característica tan soprendente de nuestro mate-
rial (l) que consiste en asegurarla trasmision del pensamiento
del Jefe con la enunciacion de una sola cifra.
Lejos de hacer en este momento el apunte individual, como
se está tentado a creer, se tendrá mas que nunca recursos en
el apunte colectivo.
La intervencion de la artillería en este período del combate
de infantería debe ser repentina i de corta duracion ¿Cómo
asegurarlo mejor que con estos Comandos: a la derecha,
izquierda tantos milésimos, aumentar o disminuir en tanto,
en vez de dar lugar a conversaciones i tanteos que traen por
consecuencia siempre un cambio de objetivo? El Comandante
del grupo repartirá así en todo el frente el efecto del tiro de
sus baterías, sosteniendo a los batallones, los unos despues
de los otros e interviniendo de propósito con su contra bate-
ría, si la artillería enemiga se descubre en el frente designado
a su grupo.
Las baterías de infantería tienen en efecto una mision
(1) Cañon de campaña de tiro rápido (75 mm. de calibre) modelo 97.
— 128 —
importante que llenar, así es que es menester impedir a toda
costa que su accion pueda ser perturbada por los fuegos de
una batería enemiga i no se estará seguro de ello sino en el
caso que tras ella i en la mano del mismo Jefe haya una
contra batería lista a intervenir.
Una batería de cresta alejada, sin union táctica con ellas,
no las libraría del apuro de un modo tan rápido i seguro
como una batería del mismo grupo que no las pierde de vista,
i que no tiene otra mision que vijilar i parar los golpes que
las amenacen.
He aquí cual nos parece debe ser el modo de emplear 1a
artillería divisionaria en el combate de preparación. El
permite, en efecto, sostenerlo mas eficazmente posible los ata-
ques parciales que la infantería debe realizar en esta faz de la
batalla, en la cual se encuentran limitados a los emprendidos
por un Tejimiento, es decir, por la unidad mas debil a la que
se puede designar en la lucha una mision precisa i completa.
El Comandante del Tejimiento comunica sus intenciones
i la mision de cada, uno de sus batallones al Jefe del grupo i
es a éste a quien corresponde apoyar en seguida a esos bata-
llones utilizando del mejor modo posible los elementos deque
dispone e interviniendo en favor de cada uno de ellos a medida
que las circunstancias lo hagan necesario.
Si la artillería está desde un principio repartida entre los
batallones, admitiendo que todas estas fracciones de artillería
estuviesen bien emplazadas i bien dirijidas, podría mui bien
suceder que el apoyo de algunas de ellas fuera supérfluo en
ciertos puntos, insuficiente en otros, sin que haya un medio
que les permita apoyarse mutuamente. Aquí como en todo
lugar el principio de la economia de las fuerzas se impone;
pues bien, para economizar las fuerzas no se las debe dividir
sino tenerlas agrupadas en la misma mano. Si este es el rol
de la artillería divisionaria se puede preguntar ¿cuál viene a
ser el de la artillería de cuerpo?
Se está a menudo tentado a creer que el rol de la artillería
de cresta será reservado a la artillería de cuerpo, que podrá
por consiguiente renovarse los grandes despliegues de arti-
Hería de otros tiempos i obrar de nuevo en masa.
Sin duda el confiar a las baterías divisionarias la mision
de acompañar a la infantería, seria admitir que la artillería
de cuerpo se encargara enteramente sola de mantener a raya
a la artillería enemiga; pero esto seria admitir que el antiguo
duelo de las artillerías fuera aun posible i que el enemigo
dejándose hipnotizar por este despliegue de artillería se apre-
— 129 —
surara a poner en línea de combate todas las baterias que
tuviera disponibles con lo que como ya hemos dicho no debe
contarse.
La gran ventaja de la actual artillería consiste en poder
batir un frente superior a aquel que ella ocupa. Si el enemigo
sabe utilizar sus baterías no opondrá a las de nuestra artillería
de cuerpo sino aquellas indispensables para dominar el frente
que ocupa i empleará las restantes contra otros objetivos del
campo de batalla.
La artillería de cuerpo no tendrá, en jeneral, otra mision
que reforzar o relevar a las artillerías divisionarias debili-
tadas i deberá, por consiguiente, combatir siguiendo en todo
los principios establecidos para estas últimas.
Se puede preguntar en este caso ¿por qué no se repartiría
inmediatamente el total de esta artillería entre las divisiones
o mejor dicho por qué no se suprimiría la artillería de cuerpo?
Esta resolucion adoptada por los alemanes desde hace varios
años no parece imponerse. Por otra parte, talvez seria
importuno recargar prematuramente las divisiones reforzán-
doles su artillería de una manera permanente, podría mui
bien suceder que una division en un momento dado no tuviese
suficiente artillería i que otra, por el contrario, tuviese mas
de la que necesita, nos veríamos obligados a quitar auna divi-
sion parte de su artillería para dársela a la vecina, lo que
seria poco práctico, en cambio que el recurrir a la artillería
de cuerpo es siempre fácil i con ello se obtiene el mismo
resultado.
En resúmen, no es necesario tomar mui a la letra esta
division en artillería de cresta i artillería de infantería, sobre
todo hai que guardarse bien de ver allí dos artillería de natu-
raleza diferente que tengan tendencias i procedimientos de
combate distintos.
La artillería, toda entera, no tiene sino un objetivo, soste-
ner a la infantería desde los preliminares del combate hasta
el acto final, luchando, para ello,con la artillería e infantería,
contrarias. Esto trae consigo una reparticion de las baterias,
reparticion variable en los diferentes puntos del campo de
batalla, variable tambien en los diferentes momentos de la
lucha i regulada sin cesar por el Comandante jeneral de la
artillería, segun los principios de la economia de las fuerzas,
no perdiendo de vista que el combate de infanterías es el fin
i que el de artillerías es sólo un medio.
De aquí resulta que los oficiales de artillería de todos los
grados estan en la obligacion íntima de conocer imprecindi-
— 130 —
blemente a la infa ntería, estar al corriente de su táctica i
procedimientos de combate a fin de comprender en cada
momento de la lucha lo que ella hace i lo que quiere hacer.
E. Thionville,
Chef d' escadon d' artlllerle.
Por la traduccion.
Juan C. Pérez R. T,
Teniente 1.° de artillería
DESCRIPCION I EMPLEO
DE UN
OBSERVATORIO DE BATERIA
(1) El mástil debe tener mts. 0,115 de diámetro si es de pino, para evitar
e1 balanceo debido a su flexibilidad, se deduce el diámetro mínimum de un
mástil construido de otra madera o un mástil de tubo metálico. La manera
de atarlo en el cofre es sencilla como lo indica la figura.
— 134 —
Un sirviente ájil trepa al árbol, engancha una polea, que
se lleva en la batería i por la cual hace pasar una cuerda de
caballos. Prolonga esta cuerda con otra i ata en una de las
estremidades un pequeño asiento sobre el cual es sienta
el capitan comandante. Los sirvientes elevan a este útimo
a la altura deseada.
ESTADOS UNIDOS
Por la traduccion.
H. Espíndola,
Capitan, alumno de la Academia de Guerra.
2 Capítulos de El Oficial Educador
(Conclusion)
II
Pero, se me dirá, ¿cuáles podrán ser los temas de esas
pláticas, en los cuales pretendeis que vuestro oficial educador
encontrará la ocasion de deslizar una multitud de conoci-
mientos útiles en el espíritu de sus inferiores?
No os será necesario ir a buscar demasiado léjos esos te-
mas, porque la vida de cada dia se encargaría de ofrecéroslos
abundantes i variados, con la condicion, sin embargo, de que
vuestro espíritu vijile, i no los deje escapar cuando pasen
delante de él.
Un trozo de este pan—no mui tierno, se dice,—un vaso
de ese vino que el Estado distribuye con una sabia parsimonia
a los soldados; una caja de conservas exijida como refuerzo
por el rancho corriente de la compañia; el canal que se cruza
i que conduce las pesadas embarcaciones, cargadas de hulla
hasta la borda; el bosque que se atraviesa i cuyos árboles,
cortados por el leñador, son acarreados por los grandes
bueyes lentos al aserradero vecino, donde los troncos serán
cortados en tablas; la montaña, donde se desliza entre las
yerbas la cinta de plata de los torrentes, cuya impetuosidad
disciplinada moverá las máquinas—esclavas que han resca-
tado a su amo, el hombre, de sus trabajos mas rudos; el mar
que sé divisa desde lo alto de la ribera escarpada; con los
barcos que navegan hácia los cuatro ámbitos del mundo, i
cuyas blancas velas, desplegadas como alas, o cuya larga
cabellera de humo, arrastrándose detras de ellos sobre las
olas, evoca la imájen de los paises de ensueño, misteriosos i
lejanos a donde van; una tempestad que se forma, un trueno
que retumba, el receptáculo flotante de las nubes, que re-
vienta, i por los arroyos, los esteros, los rios restituye al
inmenso Océano el agua que fecunda la tierra: innumerables
son, señores, los objetos que podrán servir de pasaporte a
vuestra accion intelectual. I cuántas cosas interesantes que
— 142 —
decir sobre cada uno de ellos, si vosotros sabeis abarcarlos,
esprimiéndoles todo el jugo que contengan! Estraer esa sávia,
nutriendo con ella los espíritus de vuestros hombres, es una
operacion delicada, lo reconozco; pero la cual será, al mismo
tiempo que la dificultad, el encanto de vuestra funcion de
educadores. Un trozo de pan o de carbon, un vaso de vino,
un árbol, una montaña, un torrente, el mar, un buque a
vapor, una borrasca: no veis todo lo que hai, en cada uno
de los objetos que designan estas palabras, de hechos que
iluminar, de ideas que desenvolver—el maná, en fin, el bien-
hechor maná de conocimientos por difundir, que aquellos os
suministrarán?
—¡Qué! pensareis quizas, tambien una caja de sardinas!
I os sonreireis. Sonreíd, señores. Rabelais enseña que
la alegría es cosa sana, i Rabelais tiene razon. Pero yo no
me retracto: es todo un mundo lo qu'e contiene esa caja, que
probablemente no creeríais tan llena. Juzgad mas bien:
1.° Las costumbres de los peces. I os hago notar que
son—las de la sardina en particular, animal estravagante i
fantástico—mui curiosas;
2.° La vida de los pescadores.—Ahora bien, yo la en-
cuentro en esta caja. Encuentro en ella asimismo los admi-
rables versos de Víctor Hugo, "Les Pauvres Gens", de los
cuales será mui oportuno citar algunos al hablar de los
pescadores;
3.° El aceite. I de este aceite, veo surjir el olivo; i con el
olivo la Provenza, la Grecia, Marsella, Fócida, el Medite-
rráneo; un poco de jeografía pintoresca no fastidiará del todo
al vuestros hombres i les enseñará muchas cosas que ignoran.
4.° El plomo i el estaño: excelente ocasion de esponerles
un resúmen de química elemental sobre los metales, las alea-
ciones las minas, etc. ¿Tenia yo razon al deciros que esa caja.
de conservas encierra una enciclopedia?
III
VII
Mui bien, me direis vosotros; pero antes de hablar a los
otros, tendremos gran necesidad nosotros de estudiar estol
asunto. 1
Nada mas justo, señores. Todos estos problema de econo-
mía social son complejos i árduos; i esta infinita complejidad
misma, prueba la. locura de los espíritus que creen que ciertas
fórmulas tienen la virtud májica de resolverlas con una pala-
bra. Admiro a esos hombres que, esgrimiendo la palabra
altisonante i el jesto imperioso, frente a esta terrible cuestion
social,—la cual, por otra parte, no es una sino múltiple—se
figuran que les bastará decir:—"Sésamo, ábrete!", para que
ella sea, en efecto, resuelta. ¡No se trata, ai! de abrir una
puerta para que la felicidad de la humanidad se evada de
la cárcel en que está encerrada! ¡Si las cosas fueran tan
sencillas, hace largo tiempo que esa cautiva habria tomado
las de Villadiego! Lo que hace falta es hacer entrarcada dia
pacientemente, un poco mas de aire i de luz—entended por
estas palabras justicia, piedad, amor, alegría, en fin. en el
viejo edificio social, en donde todo no está por destruirse
pero en donde demasiadas cosas deben ser cambiadas, si se
quiere que resulte habitable para todo el mundo, en lugar de
serlo, como hoi, para una parte solamente de la comunidad
— 157 —
que él alberga. Ahora bien, la sociolojía, para hacer una
ciencia mui jóven—se puede decir que ella cuenta a lo mas
medio siglo de existencia—no es menos una ciencia al presente
constituida, i que se enseña.
Si un dia os place, como lo deseo, documentaros sólida-
mente sobre las materias de que ella trata, a fin de entregaros
entre vuestros soldados a la útil propaganda de ideas justas
i sanas que los precaveran contra las perniciosas utopias, id a
llamar a la puerta, que se os abrirá liberalmente, del Museo
Social fundado por un jeneroso filántropo, el conde de Cham-
brun. En ese laboratorio de estudios sociales, encontrareis
una biblioteca conteniendo las publicaciones relativas a los
hechos económicos que tienen un interes social en todos los
países del mundo: salarios, relaciones entre el capital i el
trabajo, huelgas, cooperacion, participacion en los beneficios,
mutualidad, asociaciones, sindicatos, casas obreras, retiros,
etc. Saldreis de allí armados de todas armas para la cruzada
que os pido emprendais. (1). Trabajar en defensa de la idea de la
patria, de la idea de libertad, que la propaganda colectivista
se esfuerza infatigablemente en destruir; casi no veo en el
momento tarea que me parezca mas digna de solicitar la
abnegacion de los buenos franceses i de los buenos ciudadanos.
Creo haber probado, señores, que un campo inmenso está
abierto a la accion intectual como a la accion moral del
oficial educador. Me resisto a creer que está por encima de
las fuerzas de nuestro admirable cuerpo de oficiales tomarla
a su cargo i sembrar a manos llenas el buen grano.
Por la traduccion.
H. Espíndola,
Cap, alumno de la Academia de Guerra.
Fig. I.
Fig. 3.
Fig.4
Figuras pertenecientes al artículo "Descripcion de un
Observatorio de Batería"
Fig.1.
Innovaciones en el material
de Artillería (1)
Este trabajo tiene por objeto dar una idea Jeneral de las
moditieaciones introducidas en la artillería de campaña, des-
pues que se ha hecho necesaria la adopción de las piezas con
retroceso automático.
Este adelanto que, por su importancia puede compararse
al que se efectuó con el paso de la artillería de cargar por la
boca, a los sistemas de retrocarga, o bien a los progresos
alcanzados por los cañones rayados frente a los de ánima
lisa traerá indudablemente importantes cambios en los mé-
todos de combate i el empleo de la artillería; pero a pesar de
que todo cambio o progreso en los armamentos trae siempre
esas modificaciones, siendo ellas materia de largos estudios
prácticos sobre los cuales solamente el tiempo i las esperien-
cias pueden decidir, nos limitaremos por ahora, a esponer,
sin entrar en los detalles que distinguen a los distintos tipos
de cañones, los cambios e innovaciones Jenerales, que se refie-
ren al material nuevo.
Junto con los inventos que han ido dando poco a poco
mayor certeza i mas largo alcance a los proyectiles de la
artillería, han marchado tambien los ensayos destinados a
PROCEDIMIENTO DE TIRO
CONCENTRACION FRANCESA
CONSIDERACIONES JENERALES
UN ATAQUE DE NOCHE
DELANTE DE PORT-ARTHUR
A S A L T OD E LN A M A O K A Y A M A
(20-21 Setiembre 1 9 0 4 )
Por la traduccion.
LUIS MALDONADO.
Capitan, oficial a prueba en el Estado Mayor Jeneral.
Artillería pesada del Ejército
de Campaña
1. SU ORÍJEN I DESARROLLO
2. PRIMEROS ÉXITOS
c) Ultimos éxitos
El gran éxito obtenido en la reciente guerra ruso-japone-
sa ha venido ha dejar firmemente establecido la necesidad
imprecindible en que se encuentran los ejércitos en campaña,
de hacerse acompañar de obuses pesados de campaña (en Ale-
mania: "Artillería pesada de campaña.)
Desde el combate en la márjenes del Jalu, los japoneses han
debido sus mejores éxitos a las baterías de obuses de campaña
de 12 cmts. Emplazadas en posiciones ocultas i disparando
con acierto sus potentes proyectiles, han llegado en algunos
casos, como aquel a que refiere el señor Mayor Schönmeyer en
su correspondencia del teatro de operaciones, a destruir en diez
minutos una batería de campaña en descubierto, la que por
su parte, se encontraba en la imposibilidad de responder
el fuego por lo quebrado del terreno que le impedia ver al ene-
migo i dispararle por carecer los cañones del gran recurso
que para esta clase de terrenos proporciona el tiro curvo.
Un ejército, por otra parte, que no posea en campaña ar-
tillería pesada, se verá mas de una vez detenido, impotente
para destriurlas tan perfeccionadas fortificaciones de campa-
ña modernas u obligado a enormes sacrificios que en muchos
de los casos pueden llegar a ser estériles.
Nosotros mismos hemos sufrido pérdidas desproporcio-
nadas, dado el total decombatientes i en varios casos mui do-
lorosas, debido a la falta de un material i proyectil que tuviese
poder suficiente para dejar en condiciones propicias para el
asalto a las trincheras tras las cuales se parapetaban nues-
tros contrarios.
3. su MISION
4. ORGANIZACION
7 ) . COMBATE
Principios reglamentarios
La artillería a pié sigue, como artillería pesada del ejérci-
to de campaña, en jeneral, los principios reglamentarios esta-
blecidos para la artillería de campaña i se emplea bajo igual
base.
Posiciones fortificadas de campaña
a). Ataque
Las intenciones del adversario de presentar combate en
posiciones preparadas de antemano, no debe permanecer ig-
norada del comandante de las tropas. Este debe ser informa-
do con la anterioridad suficiente para que pueda tomar opor-
tunamente sus disposiciones.
Las baterías de obuses siguen a considerable distancia en
tanto que su empleo no sea probable. Su colocacion puede
variar entre la cabeza de la columna de infantería o a la
cola de la columna de marcha en cuya situacion se encontra-
ría distanciada de la cabeza, segun el caso:
13 kilómetros tras una division de infantería,
23 ,, „ un cuerpo de ejército,
40 ., ,, columnas de municiones i trenes.
En cuyas circunstancias las baterías tienen que ejecutar
grandes marchas ántes de entraren accion. En cambio inter-
calándolas entre las tropas de combate se aminora gran-
demente esta distancia por recorrer.
Para la reparticion de las tropas en una division de in-
fantería i bajo la suposicion de que la artillería pesada de
campaña sea incluida en el grueso, tras las primeras tropas
— 202 —
dé infatería i un rejimiento de1/2 artillería de campaña, la dis-
tancia por recorrer será de 8 kilómetro, i la que separa la
batería de su carro observatorio, que marcha a la cola de
la vanguardia, será de 31/2 kilómetros.
Si hai algun combate en perspectiva los encargados de
dirijir el desarrollo de la accion deben tomar las mejores pro-
videncias para la acertada colocacion de la artillería pesa-
da en la columna. Para ello es menester aclarar de antemano
la situacion del enemigo.
Esto no es siempre fácil de obtener, cuando mas, es posi-
ble por medio del reconocimiento, determinar la situacion
jeneral de la posicion enemiga i mui a menudo el asaltante
solo puede, mui confusamente, darse cuenta de su estension,
naturaleza i pormenores; mucho mas difícil es aun calcular
su verdadero poder.
El reconocimiento, a causa de esto mismo, debe ser lleva-
do a cabo con la mayor prolijidad posible i a fondo, abar-
cando hasta los menores detalles.
El comandante de la artillería pesada deberá ampliar, por
su parte, este reconocimiento cuanto sea menester para sus
baterías, ántes i durante el ataque a la posición por las
tropas de la vanguardia; sobre todo mui prolijamente i
cuanto ántes el de la posicion por ocupar, el del propio em-
plazamiento i el terreno para el despliegue de las baterías.
Con esto se asegurará su rápida entrada en accion i se ga-
rantiza la buena direccion, observacion i tiro.
Abrigos se deben construir a medida que el tiempo lo per-
mita i aun durante el combate se debe continuar reforzándo-
los i completándolos.
El total de la municion de que dispone la batería debe ser
trasladada al emplazamiento tan pronto como sea posible,
volviendo los carros de municion vacios, inmediatamente al
punto de reunion que se les haya designado con anterioridad.
Se debe hacer avanzar las columnas de municion en tiem-
po oportuno para que alcancen a llegar repuestos a las
baterías durante el combate.
La direccion del fuego se centraliza para toda la artille-
ría, su deber primordial es tratar de obtener cuanto ántes la
superioridad de fuego sobre la artillería de la defensa.
La artillería pesada trata, en particular, de batir las ba-
terías similares del adversario, sobre todo aquellas que im-
piden el avance de nuestras tropas i dificulten la preparacion
para el asalto. Luego, concentrando sus fuegos en el punto
que se haya designado para el asalto, debe abrir la brecha
por la que se precipitará 1a infantería en el momento opor-
tuno.
— 203 —
b). Defensa
En la defensa, la artillería pesada de campaña debe tra-
tar de llenar su mision apoyando i reforzando a la propia
artillería de campaña.
Para aumentar el poder de sus fuegos le es indispensable
reconocer prolijamente con anterioridad las propias posicio-
nes i abarcar igualmente en este reconocimiento las que pro-
bablemente ocupará el enemigo.
Las baterías deben colocarse en situacion de poder batir
con eficacia las del adversario mediante una hábil utilizacion
del terreno disponible i la construccion inmediata de abrigos.
Por lo menos se deberá construir máscaras, en caso de
que no se llegue a disponer de abrigos completos por causa
del terreno o por falta de tiempo.
El emplazamiento del observatorio para el comandante
de batería se buscará lo mas próximo posible al de ésta con
el objeto de que la batería pueda continuar bajo el manda
directo de su comandante, puesto que será naturalmente mas
hacedero en este caso detener al asaltante en su rápida mar-
cha hácia su objetivo que cuando se encuentra en la batería
solo un oficial subalterno (comandante-auxiliar) encargado
de dar los comandos que desde su observatorio alejado le
trasmite el comandante de batería.
Tambien es de suma importancia disponer en la proximi-
dad de las piezas de un gran acopio de municiones.
Mejorar los caminos a retaguardia de la posicion, medir
las distancias en especial hácia las probables posiciones que
ocupará la artillería enemiga i hácia los puntos por los cua-
les desembocará la infantería para el asalto son precauciones
de gran utilidad, puesto que la defensa deberá necesitar mui
pronto dichos datos.
Al comandante de las tropas corresponde dar la orden para-
el primer disparo. Se debe evitar abrir el fuego a grandes dis-
tancias o sobre pequeños grupos de tropas, puesto que con
ello se obtendría facilitar al enemigo el reconocimiento de
nuestra posicion. Por el contrario, se debe romper el [fuego
inmediatamente contra la artillería enemiga en marcha.
Tan pronto como la infantería enemiga se lanza al asalto
debe ser tomada como blanco por todas las baterías de la
defensa, tanto cañones como obuses ¡morteros, manteniendo
constantemente bajo un no interrumpido fuego todo el terre-
no del asalto de tal modo que el enemigo se vea obligado a
retroceder. La denodada perseverancia de las baterías dará»
— 204 —
al combate un feliz desenlace, siendo altamente honroso lle-
var la lucha hasta la pérdida gloriosa de la última pieza.
Ataque a fuertes barrera i campos fortificados
Al lado de los batallones de obuses se colocan batallones
de morteros para facilitar la destruccion de las fortifica-
ciones.
Todo lo dicho para los batallones de obuses se aplica a los
de morteros; pero sí, se debe tener en cuenta:
a), que es menester preparar su emplazamiento de ante-
mano.
b). que su restrinjida movilidad exije buenos caminos.
c). i que, aun llegadas las piezas a la posicion, es menes-
ter, para romper el fuego, la construccion de plataformas i
abrigos.
Los abrigos que se construyan deben tener en vista la
necesidad de resistir ventajosamente a la artillería de la de-
fensa.
Acallar los fuegos de la artillería enemiga es aquí, tambien,
la primera mision de la artillería pesada de campaña.
Cañones con proteccion acorazada deben ser tomados ba-
jo un fuego abrumador, sobre todo, por los morteros hasta
neutralizarlos. Igualmente su accion se debe dirijir a la des-
truccion de las obras de flanqueo.
Las dificultades que se presenten para el ataque a un
campo fortificado, pueden obligar a valerse de la oscuridad
para aproximarse a el, como en el caso de posiciones forti-
ficadas de campaña. Si esto se hace necesario, se debe ya el
dia ántes aproximarse a la zona batida por los fuegos ene-
migos.
Las baterías, a cubierto por la oscuridad, serán lle-
vadas durante la noche a los emplazamientos buscados i pre-
parados de antamano pudiendo así romper sus fuegos e ini-
ciarse la accion con la primera claridad del dia.
J. CARLOS PEREZ.
Teniente 1.° de artillería, oficial a prueba en el E. M. J.
Enseñanzas tácticas de la guerra
ruso-japonesa
Conclucion
Artillería pesada.—Los japoneses se sirvieron de la arti-
llería pesada desde la primera batalla, o sea desde el paso
del Yaití; los rusos tuvieron algunas baterías en Liao-Yang,
en Agosto, i a partir de Octubre de 1904 poseyeron bastantes.
Hai en la prensa una tendencia a suponer que una gran
parte del éxito favorable japones es debido al empleo de la
artillería pesada.
En realidad, no es posible todavía sacar de los sucesos
de la guerra ruso-japonesa enseñanzas ciertas sobre esta cues-
tion. Las victorias de los japoneses al principio de la guerra
fueron debidas esencialmente a su superioridad numérica,
sobre todo en artillería de campaña; despues, a su espíritu
ofensivo i a su mayor aptitud maniobrera.
Bastan algunas cifras para mostrar la poca accion de la
artillería pesada en las batallas.
En la del Yalú, a 15,000 rusos i 46 cañones se oponen
54,000 japoneses i 258 piezas de campaña; no es, necesario,
por tanto, recurrir a la presencia de 20 obuses para esplicar
la victoria.
— 206 —
En Wafahgú,. 36,00 rusos, i 94 cañones luchan contra
42,000 japoneses con 200 piezas; no influye aquí la artillería
pesada.
En Kintcheo, los japoneses no tenían artillería pesada, i
los rusos 78 piezas de grueso calibre de modelos un poco anti-
cuados, es verdad, pero eran 45,000 japoneses contra 10,000
rusos, i 200 cañones de campaña contra 32.
Posteriormente, nada ha ocurrido que pueda servir para
nuevas consecuencias, aunque los rusos i los japoneses em-
plearcm artillería pesada en Liao-Yang, i en Octubre en el rio
Scha. Durante todo el invierno, en el curso de los cañoneos
a lo largo de este rio, no se puede atribuir nada decisivo a la
artillería pesada, i tampoco durante la batalla de Mukden.
Los japoneses hicieron un violento uso de la artillería pesada
contra el centro ruso en el Scha, entre Schahopu i la colina
Putilow, para preparar sus ataques de infantería; utilizaron
tambien obuses de 28 centímetros.
Segun todos los relatos rusos, los efectos deeste cañoneo
fué insignificante sobre las trincheras. Las fuerzas rusas per-
manecían tranquilamente en los abrigos i no salían para
hacer fuego mas que cuando la infantería, japonesa estaba a
poca distancia i no podia ser apoyada por el tiro de la arti-
llería.
Todos los ataques de los japoneses fueron victoriosamente
rechazados, a pesar de que la artillería pesada, rusa, habia
sido retirada de sus posiciones en prevision de una retirada
posible.
La artillería pesada rusa, representada por un obús de
15 centímetros mui pesado i de mediano alcance, fué útil,
sobre todo porque la artillería de campaña,, como no disponía
de granadas esplosivas, no podia preparar el ataque de las
localidades.
Consunto de municiones.—El consumo de municiones por
la artillería ha sido mui considerable en los dos ejércitos. Sin
embargo, no parece que las baterías se hayan visto obliga-
das a, suspender el fuego o a retirarse por falta de municiones.
Puede ser que la escasez de municiones haya concurrido,
con la fatiga de las tropas, a producir los finales indecisos
de las batallas de Liao-Yang i del rio Scha; pero esto no es
mas que una simple hipótesis.
Faltan todavía datos estadísticos completos respecto al
consumo de municiones; no obstante, ciertas referencias de
detalle merecen ser citadas, puesto que permiten formarse
una idea acerca de tal estremo.
Los partes rusos mencionan una batería que tiró durante
una de las jornadas de Liao-Yang 800 disparos por pieza, lo
— 207 —
que representa 66 disparos por hora i pieza para una jornada
de doce horas de combate. Una de las baterías del coronel
Pachtchenko, hizo, segun un parte oficial, 522 disparos por
pieza en la batalla de Takikiao en 24 de Julio.
En la carta de un oficial, citada por el Rousskii Invalid,
se dice que el I i III cuerpos de Siberia habían hecho en con-
junto 108,000 disparos en las jornadas del 30 i 31 de Agosto
en Liao-Yang. Esta cifra representa una media de 420 dispa-
ros por pieza al dia.
En lo concerniente a este asunto, respecto de la artillería
japonesa, se carece de datos. Pero es cierto que el. consumo
de municiones fué tan considerable como en la artillería rusa.
Todos los partes concuerdan en este punto. En la batalla de
Kintcheo las baterías japonesas habian disparado de tal ma-
manera, segun parece, que en el momento decisivo, los carros
i armones estaban casi vacíos, de modo que en caso de derro-
ta no hubieran podido protejer la retirada de la infantería.
Numerosos relatos rusos dicen que la artillería japonesa tira-
ba sin escasear, no solamente sobre las tropas en movimiento
o sobre las posiciones ocupadas, sino tambien sobre peque-
ños grupos, sobre jinetes, cuando creian que éstos podían ser
algun Estado Mayor.
CAPÍTULO IV
Zapadores 6 25 19
Telegrafistas. 2 16 14
Pontoneros 1 9 8
Minadores.... 1 1 1
Caminos de hierro 20 32 12
Aerostacion 4 4
Destacamentos de parque 6 6
CAPÍTULO V
COMBINACION DE LOS ESFUERZOS I DEL MANDO
(1) Parece bien probado, que los japoneses mantenian sus unidades de
primera línea, no solamente al completo sino mas aun del completo, i las
reforzaban, aun en el curso de la batalla, por medio de los destacamentos
sacados de los batallones de marcha, que seguían al ejército desde muí cerca.
Ademas, reducían al mínimo las mermas en hombres. El relevo de los
heridos estaba asegurado por destacamentos de colíes chinos o coreanos.
La seguridad de sus convoyes les permitía no dejar" ninguna escolta o con-
fiar su proteccion o tropas ausiliares chinas (Thoungouses).
— 223 —
han deseado atacar, ellos mismos han ejecutado inmediata-
mente violentas contra ofensivas (batallas del Scha i de San-
depu), aunque ellos no tuviesen la superioridad numérica.
En sus éxitos, se. encuentra una vez mas la prueba del
valor moral de la ofensiva, lo mismo en táctica que en estra-
tejia. Se halla siempre en el movimiento de avance i los éxi-
tos del uno compensando los fracasos del otro, miéntras que
en la defensiva, el boquete hecho en un solo punto léjos de las
reservas trae el hundimiento de todo lo dispuesto.
CONCLUSIONES
SU EMPLEO ESTRATÉJICO
ALEMANIA ESPAÑA
BElGICA
Eevista Militar i Naval,
La Belgique Militaire, Marzo.
15 de Abril.
CHILE URUGUAI
Revista de Marina,
Eevista Centro Militar i
Febrero. Naval,
Diciembre de 1906.
ECUADOR Marzo i Abril.
Revista Militar,
Diciembre (1906) i Enero.
Estudio sobre las planchetas
adoptadas por la Seccion Topográfica del Estado Mayor Jeneral
de en centímetros, en la hipótesis de
— 239 —
respecto de Green-
wich.
Aplicaciones numéricas
DE UNA PLANCHETA
II
DIBUJAR EL CANEVAS DE LAS PLANCHETAS DE UNA MISMA FAJA
28 de la plancheta.
— 242 —
A. OBRECHT,
Consultor Técnico del Estado Mayor Jeneral.
- 245 -
TABLA I
d1 ds do
s d
do d1
km. o ' '' ' '' cm. cm.
2000 —15 23 16,1 33,538 7.376 7.156
—54.13.7 149 32
1900 —16 11 29,8 33,687 7,377 7,124
—54.13.4 159 34
1800 —17 11 43,2 33,846 7,378 7,090
—54.13.0 170 35
1700 - 1 8 5 56,2 34,016 7,378 7,055
—54.12,8 180 37
1600 —19 0 9,0 34,196 7.379 7,018
—54.12,4 190 39
d1 ds do
S do d d1
km. ° ' " ' '' cm cm
100 —32 32 35,6 38,330 7,392 6,262
—5.24,7 38 6
90 - 3 2 38 0,3 38,368 7,392 6,256
—5.24,6 39 7
80 - 3 2 4 3 24,9 38,407 7,392 6,249
—5.24,7 39 6
70 - 3 2 48 49,6 38,446 7,392 6,243
—5.24,6 39 7
60 —32 54 14,2 38,485 7,392 6,236
—5.24,7 39 6
d1 d1 do
S do d d1
km. ° ' " ' '' cm. cmcm.
95 —32 35 17.9 38,349 7,392 6,259
—5.24,7 38 6
85 —32 40 42.6 38,387 7,392 6,253
—5.24,6 39 7
75 —32 46 7.2 38,426 7,392 6,246
—5.24,7 39 6
65 —32 51 31.9 38,465 7,392 6,240
—5.24,6 39 7
55 —32 56 56.5 38,504 7,392 6,233
—5.24,7 39 6
1 Observador.
1 Anotador que lleva el rejistro.
1 Ayudante controlador del rejistro i jefe del bagaje (a
veces necesario).
— 255 —
1 Heliotropista que señala la direccion a cada estacion
de heliotropo i que hace las funciones de cuartel
maestre.
1 Mariscal.
1 Soldado auxiliar que conduce la mula de carga del
observador.
1 Soldado auxiliar que conduce la mula de carga del
anotador i del ayudante.
1 Soldado auxiliar que conduce la mula, de.carga del, teo-
dolito i heliógrafo.
1 Soldado auxiliar que conduce la mulas de carga de ví-
veres para oficiales.
2 Soldados auxiliares que conducen las mulas; de carga
de víveres de tropa.
1 Soldado auxiliar que conduce cinco mulas de pasto.
1 Soldado auxiliar que conduce cinco mulas con cebada.
1 Soldado, auxiliar que conduce la carga de agua.
1 Soldado auxiliar que conduce un caballo i dos mulas
de repuesto.
Si hubiera de ejecutarse el verdadero cálculo, esto es,
consultando la conduccion del forraje que corresponde a la
racion de maniobras "71/2 kilos por caballos i 7 por mulas
tendríamos el siguiente resultado:
17 caballos i 1.9 mulas en diez dias consumirían un peso
total de 1,405 kilos de forraje. Cada caballo,' con escepcion
de los de oficiales, conduce su propia ración para un dia, por
consiguiente es necesario quitar a 2,405 kilos los 105 kilos
'que conducen los catorce caballos de tropa. Quedan por con-
siguiente 2,300 kilos de forraje por conducir a lomo de mula.
Una mula en trabajo de montaña de 12 o mas horas,
como máximum recibe 80 kilos de peso fuera del atalaje, por
consiguiente, se necesitarían 29 mulas para conducir los
2,300 kilos, pero como ya tenemos 10 tomadas en cuenta,
nos faltarían 19 mulas i 4 hombres para su conduccion; este
nuevo factor orijina la verificacion de un nuevo cálculo des-
tinado a proveer a la alimentacion de las nuevas mulas i
caballos i a agregar todavía nueva cantidad para conducir
el forraje necesario para estas últimas, i así en seguida, el
cálculo se trasformaria en una serie decreciente.
La progresion para el caso presente se "cumple" obser-
vando que para la duracion de diez dias de escursion, cada
bestia conduce su propia comida. ¿Quién conduce entónces
los demas elementos? ¿Quien el forraje necesario para los
caballos montados i para las mulas que conducen víveres,
equipo e instrumentos, etc?
— 256 —
Al cálculo de forraje sigue el de víveres i luego el de ins-
trumentos.
Los instrumentos que concurren a una estacion son:
1 Teodolito.
2 Barómetros aneroides.
2 Hipsómetros.
2 Termómetros.
1 Heliógrafo con trípode.
1 Anteojo.
1 Quitasol (éste debería cambiarse por una carpa).
1 Huincha metálica.
1 Cronómetro.
1 Reflector.
1 Anteojo.
Hecho el cálculo de la estacion principal, se procede a
calcular las exijencias para cada estacion de heliotropo en la
misma forma que la anterior.
Planteado el problema en las condiciones espuestas, su
solucion no se hace posible, sino haciendo sacrificios de di-
nero i en las siguientes formas:
a). Disminuyendo el tiempo que debería permanecerse en
la estacion.
b). Disminuyendo la racion de forraje.
c). Reduciendo el personal i bagajes.
d). Almacenando el forraje i haciendo regresar inmedia-
tamente las mulas.
Al párrafo a) debe observarse que si se reduce el número
de dias que debe permanecerse en la estacion, se corre el riesgo
de perder sin ningun resultado, tiempo, sacrificios i dinero,
pues, la duracion de la estacion está subordinada a la jenero-
sidad atmosférica; si ésta no permite divisar los puntos tri-
gonométricos en corto tiempo, seria necesario entonces aban-
donar el punto i resolverse a perder todos los sacrificios
hechos.
Las pérdidas de dinero que se orijinan al Fisco, se derivan
de los sueldos, gratificaciones, etc., del personal de la Seccion,
durante 15 o mas dias, si desgraciadamente no se cuenta con
el inmediato repuesto de ganado para repetir inmediatamen-
te la estacion; pero como los entorpecimientos derivados del
tiempo son mui frecuente, es necesario, entonces, no reducir
— 257 —
la duracion de la estacion sino permanecer en ella el máximum
de tiempo compatible con los recursos de que se dispone.
Al párrafo b) debo observar que es posible pero, no re-
comendable, la reduccion a ménos de la mitad de la racion
de forraje hasta llegar como mínimum a 1 kilo de pasto i 1
de cebada por cada animal; esta reduccion le orijina un que-
brantamiento tal al ganado, que lo imposibilita para la
ejecucion de un nuevo trabajo, otras veces una. parte del
ganado queda enfermo i a consecuencia de tales quebrantos
se orijina la muerte.
Semejante reduccion se aconseja solamente, en caso que
el terreno permita ramonear restos de "coiron" o raices que
el hambre obliga, a la pobre bestia, a rascar la tierra para
descubrirlas. La estacion "Yaretas.' se practicó en las condi-
ciones que espresa este párrafo i la de "Lagunas" i Peuquenes
en peores condiciones aun.
Al párrafo c. observo que la disminucion del" personal,
en trabajo de cordillera se imposibilita, debido a las dificul-
tades que ofrece la montaña que hai que atravesar i al cuida-
do que es necesario prodigar al ganado. Cada mula de víve-
res, de equipo i de instrumentos debe ser conducida siempre,
por un jinete montado, la negacion de esta necesidad, orijina
retardos en la marcha, mayores fatigas a los soldados i acci-
dentes frecuentes que obligan a emprender la retirada ántes
de haber llevado a término la estacion.
Al párrafo d) observo por fin, que es conveniente alma-
cenar forraje, en el punto de estacion en cantidad suficiente
para el número de dias que se deba permanecer en ella, siem-
pre que se encuentre agua. En todo caso deberá tenerse pre-
sente sí, que si la estacion se termina ántes del plazo, el forraje
sobrante deberá necesariamente perderse, por cuanto no se
dispondria ya de las bestias de carga necesarias para su
traslacion.
Este procedimiento es el único que mejor satisfacelas
condiciones del problema administrativo i, a pesar de la pér-
dida de forraje, es el que consulta mejor la bien entendida
economía.
Para la ejecucion del cálculo definitivo administrativo,
de trabajo de Otoño, hemos tomado por base los puntos a)
i b) obligado por fuerza mayor, en vista de los escasos ele-
mentos con que a la fecha de la estacion pudo contar la
Seccion Trigonométrica, para la ejecucion activa de los tra-
bajos.
— 258 —
En efecto: el personal, ganado, víveres i forraje para las
mencionadas estaciones fué calculado dentro de un marco
forzado por las circunstancias i en la forma siguiente:
Para la estacion
1 Observador.
1 Anotador.
1 Ayudante.
1 Cuartel maestre i heliotropista.
1 Mariscal.
1 Soldado auxiliar conductor de la mula de equipo del
observador.
1 Soldado auxiliar conductor de la mula de equipo del
ayudante i anotador.
1 Soldado auxiliar conductor de la mula de teodolito i
heliotropo.
1 Soldado auxiliar conductor de la mula de víveres para
oficiales.
1 Soldado auxiliar conductor de la mula de víveres para
tropa.
1 Soldado auxiliar conductor de la mula de agua.
1 Soldado auxiliar conductor de la mula de forraje.
Para las estaciones de heliotropos de cada uno de los
puntos hubo que asignar:
1 Heliotropista.
1 Auxiliar montado, conductor de la mula de heliotropo
i reflector Mangin. .
Por consiguiente, cada estacion de heliotropo se redujo
o la mínima espresion i a una duracion de 5 dias solamente,
de los cuales 4 se emplearían en marcha.
En RESÚMEN, los elementos que concurrieron a la estacion
en referencia, en ganado, personal, i forraje quedó compuesto
en la siguente formar
1 Jefe observador.
1 Ayudante.
1 Anotador.
Personal. 4 Heliotropistas.
1 Mariscal.
6 Soldados auxiliares.
4 Auxiliares civiles.
Ganado. l9 Caballos.
10 Mulas.
— 259 —
Como las dependencias de la Seccion en el campamento
no deben abandonarse, es necesario dejar para su custodia a
un Sarjento 1.° i a un soldado.
Se condujo 185 kilos de cebada como racion de fierro
para el ganado que, distribuidos entre los 29 animales corres-
pondió un peso de 6.3 kilos para cada boca, esto es, ménos
de la racion reglamentaria para un dia, de modo pues que la
racion correspondiente a los otros cuatro dias debia ser
arrancada de las entrañas de la tierra.
Por
Hei-kou-tai i de algunas
acciones preliminares
[Traduccion del capítulo 83 de Cassell's history of the Russo-Japonese war.)
La presente traduccion creo que en
cierra algun interes especial, por cuanto
demuestra con hechos concretos varios
asuntos que ya han sido publicados por
esta misma revista con el título de En-
señanzas tácticas de la guerra ruso-japo-
nesa. De estas enseñanzas las que quedan
suficientemente demostradas son: 1.°)
la utilidad de los ataques nocturnos. 2.°)
Las malas consecuencias que acarrea la
prematura publicacion de un plan de
ataque. 3.°) La falta de unidad de man-
do en el ejército ruso que contribuyó en
gran parte a sus desastres.
A pesar de que el autor de esta histo-
ria parece ser un poco partidarista, ya
que califica con duras palabras las fal-
tas de los rusos, no por eso deja de re-
conocer sus buenas cualidades.
Resumiendo la historia de las operaciones en la rejion del
Sha-ho, desde el punto en el cual la.dejamos en el último ca-
pítulo, encontramos que la invasion de Mishtchenko no habia
alterado en nada las posiciones de los ejércitos enemigos.
— 282 —
Por este mismo tiempo, tambien, un estenso i premeditado
movimiento efectuado por los rusos no fué enteramente des-
cuidado por los japoneses i debemos convenir en que un in-
mediato resultado de él, fué la manifestacion de un aumento
de vijilancia en su ala izquierda.
Por algun tiempo difícilmente podia esperarse una
segunda invasion, pero Liao-Yang, no obstante,.quedó como
el objetivo natural de un gran ataque ruso i esta idea fué
llevada a la práctica por medio de un serio movimiento con-
tra esta ciudad, que se manifestó por presion de la derecha
rusa, a la que por muchas semanas solo movimientos mui
pequeños le habia sido posible hacer hacia vanguardia. En
efecto, hacia el fin de la tercera semana de Enero, la izquier-
da japonesa habia sido arrojada en una direccion S. E., hacia
la aldea de San-de-pu, como para desembarazar a Liao-Yang-
con el objeto de llevar un ataque de N. E.
Pronto se vio de un modo claro, que estos movimientos eran
enteramente justificados. A mediados de Enero Kuropatkin
hizo ciertos importantes cambios en la disposición de sus fuer-
zas, con la evidente intencion de habilitar su derecha para
que tarde o temprano efectuara un serio movimiento de
avance. De acuerdo con una autoridad militar alemana
las fuerzas rusas en esta seccion de la línea eran las siguientes:
el 1.°,a 8.° ai 10 cuerpo de ejército, la 6.a Division de Eeserva, i
la 2. i 5. Brigada de Rifleros, haciendo con la caballería de
Mishtchenko un efectivo de fuerza combatiente alrededor de
85,000 hombres, con 350 cañones. Estas tropas constituían
el segundo ejército ruso, bajo el mando del jeneral Gripen-
berg, i estaban agrupadas a lo largo de la ribera derecha del
Hun-ho. Este rio corre en una direccion S. E. desde el S. de
Mukden. En esta época del año está helado con una capa de
3 piés de espesor, sobre la cual pueden atravesar sin peligro
carros pesados de carga. El curso del Hun-ho en esta rejion
tiene un lecho bien definido con orillas escarpadas i que so-
bresalen mui a menudo 15 a 20 piés sobre el nivel del hielo.
Cuarenta i ocho kilómetros del estremo de la llanura de
Mukden se enuentra el pequeño fuerte Chag-tau, que se
dice, fué ántes próspera ciudad comercial, pero ahora se
compone de 2 pequeños villorrios en cada una de las riberas
del rio, la ciudad fue arrastrada por una crece hace al-
gunos años. La autoridad alemana ya citada hace de Chang-
tau el punto mas austral ocupado por los rusos en este perío-
do. A una distancia de 6, 5 u 8 kilómetros al S. de Chang-
tau se encuentran Hei-kou-tai i San-de-pu, esta última una
gran aldea de algunas 100 casas. San-de-pu es descrita por
un escritor en el limes, como una de las tantas aldeas veci-
— 283 —
nas, que no son otra cosa que una coleccion de granjas
con una caravanera para viajeros de invierno. Cada granja
está rodeada por altas murallas de ladrillos bien unidos con
marga mezclada con paja picada. Estas murallas pueden
ser prolijamente a tronerad as, tienen cerca de 3 piés de espe-
sor i forman una espléndida defensa contra las balas. Las
casas i las granjas tienen todas sus ventanas i puertas abier-
tas dentro degrandes corrales; las murallas de atrás son mui
espesas i construidas con el mismo material de que se com-
ponen las anteriores.
"Con raras escepciones, cada casa está techada con paja.
Los militares, especialmente los japoneses habrían, por lo
tanto, cubierto el techo con una gruesa capa de lodo o tierra
para preservarlo del incendio. Los tejados son de pesadas
vigas que descansan sobre postes, de este modo pueden so-
portar grandes pesos. Todos los edificios son bajos i de un
solo piso. El campo vecino a San-de-pu es completamente lla-
no i despejado, exceptó las aldeas i cementerios, donde se en-
contraban arboledas, que ahora han sido quemadas, em-
pleándolas como combustible. Las aldeas están separadas
por 3 kilómetros apenas i su poblacion varía entre 20 i 100
familias."
De la descripcion se deduce que las fuerzas japonesas,
principalmente en Hei-kou-tai i San-de-pu, estaban bien colo-
cadas para hacer una fuerte resistencia a. un ataque ruso lle-
vado siempre en grande escala, yaque el campo en jeneral
es favorable para el movimiento de grandes cuerpos de tro-
pas, permitiendo así a los rusos desplegarse desde el primer
momento con maravillosa rapidez para, el ataque i en esten-
sas líneas, pero dando en cambio a los japoneses la facilidad
de poder llevar tropas frescas a reforzarlos puntos amenaza-
dos i rechazar al atacante.
Debemos citar una última nota de la fuente de informa-
cion anterior para hacer ver que la línea de retirada rusa, en
caso de fracaso era un tanto ventajosa, pues no solo termi-
naba en los cerros de arena al Sur de Mukden, sino que tam-
bien se podia efectuar a traves de aldeas muchas de ellas "enta-
ramente fortificadas con trincheras de tierra, construidas
por bandas de ladrones que habían hecho su aparicion en es-
ta rejion dos años despues de los Boxer. Estos ladrones de-
fendían a los aldeanos, previa paga', de otras bandas la-
dronas."
Ulteriores circunstancias favorecían un cambio de in-
tencion por parte de Kuropatkin para restituir el prestijio-
a las armas rusas: habia recibido, primero refuerzos com-
pletamente suficientes para compensar los aumentos hechos
— 284 —
a las fuerzas del Mariscal Oyama, como consecuencia de la
caida de Port-Arthuro; i su caballería i artillería parecia mos-
trar una marcada superioridad sobre su adversario. Con la
llegada de los refuerzos, Kuropatkin se hallaba en situa-
sion de poder agregar, por lo menos, un cuerpo de ejército a
su derecha, i mui luego despues, a mediados de Enero comen-
zó francamente la demostracion de un gran esfuerzo para li-
brar una accion decisiva en la llanura entre el Hun-ho i la
línea férrea.
Es casi seguro, como lo hemos visto, que tedas las ope-
raciones venideras estarían encuadradas dentro de un pro-
yecto bien perfecto i acabado. El jeneral Gripenberg con 4
cuerpos de ejército i gruesas fuerzas de caballería i artillería
de campaña, como tenia, haría bien en efectuar un movi-
miento ofensivo en la llanura de Hun-ho, ya que el jeneral
Linievitch i una parte del ejército del jeneral Kaulbars pro-
tejian las líneas rusas al Sur de Mukden. El resto de la fuerza
del jeneral Kaulbars atacaría la derecha japonesa i el jeneral
Kuropatkin mantendría en el centro el cuerpo principal para
reforzar sus alas cuando fuese necesario.
Un plan ruso efectuado de este modo i en esta rejion ha-
bría obligado a los japoneses a ponerse en retirada la que
hubiera sido dificultosa.
Como principio, la publicacion de tales proyectos será, his-
tóricamente hablando, enteramente útil i sin valor alguno
justificado. Pero el presente ejemplo encierra un interes espe-
cial. El bosquejo anterior que debio ser reservado fue recibido
por el Echo de París de su corresponsal en San Petersbur-
go, i publicado en su número del 18 de Enero. Los ejemplos
de la prediccion en detalle de una inmensa operacion militar
son mui escasos, i debemos estar seguros que no fué deseo
de Kuropatkin el qué sus movimientos fueran pronostica-
dos en tan inconveniente forma. Es verdad que el mismo se
habia dado fama con haber publicado la gran batalla del
Sha-ho por una absurda e innecesaria Orden del Dia, pero, las
dañosas consecuencias de este prematuro pronunciamiento
reprimieron en Kuropatkin la repeticion de semejante error.
Por otra parte, hubo poco o nada en mostrar aquello, no
obstante que el jeneralísimo ruso estaba preparándose para
tomar la ofensiva en una forma tal como la indicada, sin
embargo, juzgó la presente, suficiente obstáculo para hacer
mas difícil i arriesgada la tarea.
Segun todas las circunstancias no es difícil creer que en
San Petersburgo se hizo un deliberado esfuerzo para obligar
a Kuropatkin a efectuar un avance antes que estuviese total
mente preparado para ello como él hubiera deseado. En esta
— 285 —
hipótesis solo puede esplicarsela estraordinaria claridad em-
pleada por el corresponsal del Echo, de París en San Peters-
burgo. ¿Es posible que solo el deseo de hacer a Kuropatkin
una mala jugada o de forzar su mano, hubiese motivado la
prematura publicación de tan importantes nuevas, la mismo
que el hecho de que el jeneral Gripenbergcomenzara el ataque
con 4 cuerpos de ejército de la derecha rusa, mientras los mo-
vimientos hacia el orienté habían sido finjidos solo por una
parte del ejército del jeneral Kaulbars?
No solo la existencia de evidentes intrigas contra Ku-
ropatkin caen dentro de la consideracion de esta narra-
cion. La relacion interna de la capital rusa estabaí aho-
ra haciéndose tan seria como que los dos grandes duques i la
minoría de los burócratas estaban anciosos de una diverjen-
cia, para de este modo, distraer la atencion de un populacho
enteramente disgustado por la contemplacion exaltada de
sus propios miserables asuntos. Esta consideracion del pro-
bable influjo sobre la soldadesca de Kuropatkin nos hace
recordar el hecho que el 22 de Enero fué el "Domingo de san-
gre," de lo que algo se ha dicho en un capítulo previo. No
está positivamente probado que como un resultado de aque-
lla horrible hazaña, el Czar telegrafiara a Kuropatkin que
contra todo peligro tomara la ofensiva, sin embargo, el hecho
que 3 dias mas tarde el 2.° ejército ruso efectuara el movi-
miento que hizo dió cierto viso de verdad a esta suposicion.
Pero volvamos del terreno de lo teórico a lo práctico: la
marcha a vanguardia del 2.° ejército ruso fué iniciada el 25 dea
Enero i seguida por columnas en el siguiente órden: La 1.
columna, constituyendo el ala derecha, se componía de la ca-
ballería i de la 6.a Division. Se cargó al S. E. i cruzó el Hun-
ho en dos puntos, solo 24 o 32 kilómetros al N. E. de Liao-
Yang. Su direccion de marcha fné casi directa al 0. hacia un
lugar llamado La-pu-tai, situado casi en la mitad de la ca-
rretera entre Liao-Yang i San-de-pu. La. 2.a columna, com-
puesta del 10 cuerpo de ejército, marchaba por el camino de
Hei-kou-tai a Lau-tung-kou, a
el que se encuentra entre La-
pu-tai i San-de-pu. La 3. columna, compuesta del 8.°'cuer-
po de ejército i 2.H brigada de rifleros, marchaba a San-de-
pu, cruzando el Hun-ho un poco al a S. de Chang-tau; San-
de-pu fue tambien el objetivo de la 4. columna, queafué cons-
tituida por el l.er cuerpo de ejército siberiano i 5. brigada
de rifleros i enviadadesde Chang-tau. La 5.a columna, consis-
tiendo en el 1-er cuerpo de ejército europeo i constituyendo el
a la izquierda del 2.° ejército, guardaba contacto con el 3.er
ejército bajo el mando del jeneral Kaulbars.
— 286 —
El tiempo estaba intensamente frio, tanto que no pare-
cía probable movimiento alguno hasta dentro de dos dias,
segun telegrafió para esta relacion el corresponsal del Times
en Tokio. Pero la tropa, rusa se habia habituado enteramen-
te a los rigores del invierno manchuriano, i, desde el punto
de. vista de la marcha, la arcilla del distrito era mui prefe-
rida en su estado de conjelacion con una regular capa de
nieve a los lodazales i pantanos de la estacion lluviosa.
Dejaremos constancia, de que el ejército del jeneral Gri-
penberg avanzó con mucho, vigor en esta amarga mañana
de Enero i que a, traves de cada gran columna pasaba una co-
rriente de satisfaccion ya que una vez mas habría un lance de
provecho en combatir con el enemigo, en vez de cambiarse
tiros i esclamaciones con él, sobre el corto espacio ele terreno
que los estuvo separado el mayor tiempo de sus respectivas
"madrigueras."
Un movimiento mui notable tambien, fue aquel seña-
lado por la casi simultánea pasada de 4 de estas 5 colum-
nas a través del helado Hun-no. Lo menos 2 de estas colum-
nas tendrían un total de 20,000 hombres entre caballería,
infantería, i artillería i nosotros en este pais nos creemos
afortunados si podemos contar con una simple fuerza de
aquel tamaño para importantes maniobras. La morar im-
presionista, resultante de un movimiento de un cuerpo de
tropas que, segun un cálculo bajo debe haber tenido 70,000
hombres i talvez mas, no es poco. Con ménos de 35,000
hombres Lord Kitchener remató al tirano Dervish en Om-
duman; habia solo 11,000 infantes, 2,000 de caballería i
60 cañones al lado británico en Tel-el-Kebir; i, remontan-
do a otra época, con 67 a 68,000 hombres dió Wellington
la batalla de Waterloo.
Antes de seguir las columnas de Gripenberg en su marcha
de avance es importante dejar bien esclarecido, tanto como
sea posible, la naturaleza de la empresa en la cual estaban
envueltos. Las palabras "tanto como sea posible" están usa-
das deliberadamente, ya que como quiera que se vea, habia
una subjenerí agria diferencia de opinion entre Gripenberg
i el mismo Kuropatkin sobre el objeto real de la operacion.
Pueda ser que esta misma diferencíanos lleve pronto a, lo sus-
tancial de los asuntos relacionados con esta curiosa accion,
acentuando aun mas la suposicion de esta diferencia el hecho
citado arriba de que Kuropatkin se empeñó en la operacion
casi can desanimado como procedió al relevo de Port-Ar-
thuro con la fuerza que bajo el mando del jeneral Stakelberg
recibió semejante considerable ofensa en Telissa. Es forzoso,
decir que el mismo comandante en jefe, consideró en todo
— 287 —
caso este avance nada, mas que como un movimiento preli-
minar i en su descripcion de 1a comision encomendada al
jeneral Gripenberg dice que este último habia sido encarga-
do con la comision de efectuar una invacion con una consi-
derable fuerza." Examinemos esta importante cuestion aho-
ra que estamos a las entradas del campo de operaciones,
pues mas tarde cuando el fuego haya asumido una gran pron-
porción se concentrará en él todo el interes. Echemos una
rápida ojeada a la direccion de las varias columnas tanto
como a la idea jeneral que parece, resultar mal en todas sus
partes, pero, sin embargo, era esfuerzo no mal concebido.
En primer lugar la idea sujerida por Kuropatkin de una
invasion mas bien que un deliberado intento para; forzar una
accion decisiva parece mas aceptable por el hecho de que la
fuerza empleada no era superior a 2 cuerpos de ejército. Sola-
mente por medio de una marcada preponderacia en esta seccion
de la línea se podia haber esperado vencer el ala izquierda del
mariscal Oyama para encontrar de este modo un descenso-
practicable hacia Lio-Yang. Si se pone que el total de fuerza
debe haber sido entre 300 i 350,000 hombres, habría segu-
ramente procurado colocar mas de una cuarta parte de ella-
en la posicion donde, segun los cálculos técnicos tendría lu-
gar la lucha decisiva.
Es completamente concebible que esto es lo que última
mente se proponía hacer i habría hecho con alguna esperan
za de éxito si no se hubiese apresurado primero con esta de-
mostracion inútil i ademas cargado con las consecuencias de
la audacia de su subordinado. a
La direccion dada a la 3. i 4.a columnas, no favore-
cía la idea de un intento para librar una gran batalla. Esta
direccion favorece mas bien la intencion de conseguir un pe-
queño éxito por medio de presion al pequeño puerto japones
de San-de-pu con 2 cuerpos de ejércitos, siendo la 1.a i 2.a
columnas empleadas parcialmente, parte en invadir peque-
ñas posiciones i parte en dar oportuno aviso de la aproxi-
macion de los refuerzos japoneses desde el E. o S. Tal progra-
ma justamente llevado a efecto no habria sido una hazaña
mui espléndida, pero habría resultado muí útil, ya que habria
animado a todo el ejército i concedido un valioso espacio
despejado para el desenvolvimiento de planes de mucha mas
grande importancia.
Probablemente Kuropatkin al lanzar a Gripenberg con
70 u 80 mil hombres a traves del Hun-ho no pensó que
todo plan como el indicado desaparecía inmediatamente
despues que. el jefe del 2.° ejército ruso hubo puesto el rio
entre él i su jefe. Casi desde el principio Gripenberg obró como
— 288 —
si hubiese sido enviado no solamente a arrojar a los puestos
avanzados del enemigo sino a seguir con su avance i provo-
car sin mas demora una enérjica batalla.
Sigamos ahora los movimientos de las varias columnas
tan detalladamente como nossea posible dada la pobre fuente
de informacion, de que disponemos para estudiar esta par-
ticular batalla. En la suposicion de que no se podía razo-
nablemente1 esperar combates serios por muchas semanas,
casi todos los corresponsales de-diarios estaban a mui larga
distancia del frente, los representantes de periódicos rusos
miéntras acompañaron al jeneral Gripenberg, hicieron natu-
ralmente, reticencia sobre el objeto de una operacion tan
desventajosa desde el punto de vista para los atacantes.
Por otra parte, los despachos del Mariscal Oyama, aunque
claros i eminentemente militares, podría decirse que apenas
han hecho justicia a las marcadas cualidades de resistencia i
espíritu de recuperacion desplegado siempre por los japone-
ses, cuando se hubo manifestado la índole del movimiento
ruso. En realidad aun es poco decir que de todas las bata-
llas de la presante guerra que, siguiendola designacion oficial
japonesa, llamaremos. 1.a batalla Hei-kou-tai, es la ménos
iluminada por las narraciones de inviduos que so encontra-
ron en ella o por las pintorescas descripciones de el Knights
of the Pen.
No obstante los 16° de frio marcados por el termómetro
el 25 de Enero, el pasaje del Hun-ho fué efectuado con sufi-
ciente rapidez para facilitar un perfecto fuego vivo- desde la
ribera opuesta antes de anochecer. La 1.ª columna tuvo un
choque con el enemigo mui luego después de cruzar en Ma-
minkai i Khialatosa, combatiendo al último a, la bayoneta
Pero el 1G cuerpo de ejército, constituyendo la 2.a colum-
na, tuvo una tarea mucho mas firme para capturar a Hei-
kou-tai (queaparece en algunas relacione como Kheigutaya),
'a pesar de que debe haber excedido mucho en número a la
pequeña guarnicion de aquel puerto, i el mismo Kuropatkin
sostiene el testimonio de la valiente oposicion que hicieron .
hasta.la 10 de la noche, hora en que. encontrando sin duda
mucho mayor resistencia, desaparecieron en la oscuridad.
En otra aldea llamada Tu-ta-tse, en el Hun-ho, cerca de 1,5
kilómetros al S. de Chang-tau, el avance ruso tuvo una vigo-
rosa oposicion, pues los japoneses no se retiraban miéntras
no hubiesen dado cuenta del 50% del enemigó. En la lucha por
la posicion de estas varias aldeas los rusos tomaron cerca de
100 prisioneros.
En la mañana del 26 de Enero de 1905 la batalla asume
otro aspecto. Por esta fecha el 10 cuerpo de ejército ruso
— 289 —
estaba en completa posicion de Hei-kou-tai i del campo vecino,
i habia comenzado a tomar medidas para defender la plaza
misma contra un contra ataque japones. En esto se veía un
prematuro indicio de la intencion existente de Gripenberg de
asumir un rol independiente i de rechazar los riegos de una
batalla regular en vez de adherirse a loo principios fundamen-
tales de una demostracion. Como se ha, esplicado arriba, hai
razon para creer que la idea orijinal era que el 10 cuerpo de
ejército, despues de capturar a Hei-kou-tai, se apoderara del
camino de San-de-pu—Liao-Yang, donde a lo ménos habría
sido fácil adquirir alguna informacion útil de la fuerza i pro-
bables movimientos en esta seccion, al mismo tiempo opo-
niéndose al ataque sobre San-de-pu.
Permaneciendo en Hei-kou-tai el 10 cuerpo del ejército
ruso atraía simplemente un ataque japones, que no tardaría
en llevar a efecto Oyama, preocupado en arrojar la guar-
nicion de Hei-kou-tai, preocupacion que ahora avivaban
por completo las urjentes exijencias de la situacion. Hacia el
mediodía del 26, no obstante que nevaba, lo cual empedia
grandemente los molimientos de las tropas, considerables
fuerzas japonesas avanzaban estrechando la distancia pobre
Hei-kou-tai i comenzaban los preparativos para su rescate.
Reconstituiremos la última parte del combate en esta, plaza.
a
Entre tanto la 1. a columna o un destacamento de la
2. , habia ocupado Sa-erh-pau (el que en algunos casos se
llamaba Sha-ho-pu i que parece ser idéntica con el Tao-pao
del despacho del jeneral Oyama) con 1 rejimiento de infante-
ría i una brigada de caballería con 12 cañones. Como Sa-erh-
pau se encuentra solo alderedor de 8 kilómetros al S. de Hei-
kou-tai, los rusos se habían ahora, establecido fuertemente
en esta línea i las manifestaciones de los preparativos para.
una larga batalla a cada hora aparecían mas claro.
Prestemos atencion a los movimientos de la 3ª i 4. a co-
lumnas en los alrededores de San-de-pu. Durante el 26 conti-
nuó el movimiento ofensivo de los rusos contra aquella, plaza,
sufriendo alguna interrupcion hacia la tarde, cuando la
columna de refresco de tropas japonesas, mandadas desde el
S. i S. E. por el Marical Oyama entró en escena, e intentó
vanamente arrojar a los rusos de sus posiciones. El combate
alrededor de San-de-pu fué en estremo serio, i debió tener
sumamente comprometido al 8.° cuerpo de ejército, el
que habia llegado solo recientemente de Rusia, i no habia es-
tado previamente en accion. Este cuerpo, ocasionalmente,
fué mandada por el jeneral Miloff, i se componía de 2 divisio-
nes, una la 14, nombrado despues jefe de ella el veterano
Dragomiroff, la otra famosa 15 division, que defendió
— 290 —
Malakoff en la guerra de Crimea. Fué un terrible bautismo de
fuego para estas tropas no esperimentadas, pues la guarni-
cion japonesa resistió con la tenacidad de gatos salvajes en
San-de-pu, la cual habia sido anteriormente fortificada con
mucha habilidad.
A las 7 de la tarde los rusos habían tomado posicion de
la mayor parte de la aldea, habiendo perdido 24 oficiales i
1,600 hombres muertos i heridos en la refriega. Pero ahora, a
su pesar, se encontraron ellos mismos detenidos en el rincon
N. E. de San-de-pu por una gran reducto con una triple fila
de obstáculos que habia sido seriamente averiado por el fue-
go ruso i fué batido con artillería de campaña a fuegos vivos.
Era claro que esta dura nuez no podría ser rota sin prelimi-
nar bombardeo i como la prolongada estadía en la porcion
capturada de la aldea significaba un espléndido blanco para
los cañones del reducto, prendieron fuego a algunas de las
casas i se retiraron mas o ménos en buen órden.
La importancia de esta brillante defensa de San-de-pu
contra un atacante mui superior puede apenas ser verdade-
ramente estimada. Si los rusos hubieran logrado establecerse
en este punto, no hai lugar a discusion que las siguientes
operaciones habrían tomado un rumbo mui diferente, desde
que, con la ocupacion de Sa-erh-pau i Hei-kou-tai, los rusos
habrían entonces ganado una nueva batalla tan claramente
útil que Kuropatkin habría sido inducido a tomar ventaja de
ella, aunque sus órdenes hubiesen sido propasadas. Pero
con la ocupacion de San-de-pu por los japoneses, las posiciones
rusas eran incompletas o precarias, o las dos cosas a la vez.
Antes de cerrar los rejistros del 26 de Enero, debemos
volver por breves momentos la atencion hacia la recaptura
de Hei-kou-tai por los japoneses. La intención orijinal de és-
tos habría sido desplegarse para el ataque en la línea de
Su-ma-pao (una aldea en el camino San-de-pu—LiaoYang,
a 3,5 o 5 kilómetros al S. E. de San-de-pu) a Sa-erh-pau, pero
esto era. frustado por el simple hecho de que, como indicamos
arriba, los rusos estaban ahora manteniendo fuertemente la
última plaza. En efecto, los despliegues se efectuaron a lo
largo del camino San-de-pu—Lia o-Yang, asimismo en la línea ,
Su-ma-pao—Wu-chia-tzu (una aldea a 18 o 16 kilómetros al
N. de Liao-Yang), con el objeto de rescatar a Sa-erh-pau
como tambien a Hei-kou-tai. La doble tarea no era fácil para
uno, pues los rusos habian colocado 30 cañones hábilmente
aldedor de Hei-kou-tai, i con ellos enfilaban a los atacantes
de Sa-erh-pau. La tarde del 26 vió a los japoneses silenciosos,
combatiendo vanamente por desalojar a los rusos de estas
dos posiciones.
—291 —
El 27 fué un dia de dura i amarga batalla, i una de las
que por su estraordinaria tenacidad se mostró desastrosa
para los japoneses. Desde luego se mostró de un modo evidente
que, no obstante que estos habían tomado la ofensiva, no
era en suficiente número para obtener un éxito feliz. A pesar
de que San-de-pu quedaba incluido en la ocupacion japone-
sa, numerosas fuerzas rusas se habían agrupado alrededor
de la plaza i los japoneses habían puesto dura resistencia al
cerco. Hasta ahora, ellos no solo tomaron, valerosamente a
San-de-pu mismo, que estaba vigorosamente bombardeado,
sino que rechazaron al 8.° cuerpo europeo i l.er cuerpo de ejér-
cito siberiano, i al mismo tiempo renovaban vigorosamente el
ataque contra Hei-kou-tai i Sa-erh-pau. Pero sufrieron ruda-
mente, con especialidad en Su-ma-pao, donde una fuerza rusa
consiguió dar caza i destruir un destacamento japones. Por
este desastre, los japoneses obtuvieron una temprana com-
pensacion al dia siguiente. "Una porcion de rusos," decia el
parte oficial japones "quedó sepultada en Su-ma-pao." En la
mañana del 28 ellos hicieron fuego por retaguardia del cen-
tro japones. Los japoneses vuelven i atacan, i materialmente
aniquilaron a los rusos, rindiéndose solo 200."
En resúmen, el 27 i 28 tuvo lugar en la batalla muchos
desesperados encuentros a mano armada, sus alternativas i
pequeñas acciones se señalaron por ambos lados. Dos jene-
rales rusos, Mishtchenko i Koudratovitch, fueron lijeramente
heridos, i los japoneses en San-de-pu sufrieron bastante con
los continuos bombardeos. Durante el 28 Sa-erh-pau fue
capturado por los japoneses i la, posicion de la infantería
rusa al S. de Hei-kou-tai fué tambien tomada. Pero el Ma-
riscal Oyama no estaba de ningun modo satisfecho con los
progresos hechos. Como él apuntó en su despacho con refe-
rencia al combate del 28, el objeto japones no había sido
atacar, sino, contener el enérjieo avance ruso lo que no
fué conseguido, i la ocupacion rusa del territorio en la orilla
izquierda del Hun-ho, por si solo constituia una muestra de
superioridad. Las fuerzas japonesas recibió órden de llevar a
efecto un combate nocturno, i durante toda la noche del 28
al 29 de Enero estos efectuaron una serie de ataques con ese
espíritu que había distinguido muchos anteriores ataques
japoneses del mismo carácter. "Todas las columnas del par-
tido atacante," escribía el mariscal Oyama, "esperaban la
aniquilacion. Intentamos serios movimientos de ataque, pero
sufrimos duramente por la infantería enemiga, i especial-
mente, por sus cañones, pero todas las columnas continua-
ban el ataque con todo su empuje. El enemigo era incapaz
de resistir nuestro vigoroso ataque, i principio a retirarse a
— 292 —
las 51/2 de la mañana. Nuestras fuerzas cargando contra Hei-
kou-tai ocuparon la plaza definitiva i enteramente a las 91/2
Aquel combate nocturno i la recaptura de Hei-kou-tai de-
ciden la batalla, i lo que resta de la operacion no tiene mas
importancia sino el recuerdo de la retirada rusa a traves
del Hun-ho, i relaciones un poco confundidas de hechos me-
nores, sobresaliendo las quiméricas tentativas de parte de
algunos comandantes rusos al crear una diversion por
pequeños e ineficaces contra ataques. Por su culpa, al tomar
tomar posesion de San-de-pu, los rusos habian sido obliga-
dos a hacer de Hei-kou-tai la llave de su posicion, i esa llave
una vez perdida, no hacia sino que concurrir a una retirada
jeneral. Hacia la media noche del 29 de Enero el total de la
1.a de las dos columnas del 2.° ejército ruso habian cruzado
el rio. i solamente hacia el N. de San-de-pu se notaba algun
intento por los rusos para mezclarse en la lucha. En alguna
estension los japoneses habian perseguido de cerca a los rusos
a traves del rio, pero era necesario ser prudente obligado
por el gran número de aldeas fortificadas en su ribera, de la
existencia de las cuales hemos dado cuenta oportunamente
en el curso de este capitulo; algunas serias resistencias causa-
ron a los perseguidores fuertes pérdidas. Deba ser recordado
asimismo que los japoneses no tenian gran fuerza en so estremo
izquierdo, i debian estos mismos haber estado sumamente
agotados por la reciente lucha. No es, por lo tanto, sorpren-
dente encontrarlos en los primeros dias de Febrero en pequeña s
posiciones, aunque en el peor de los casos, en beneficio de
aquellos que habian ocupado ántes de la pasada del Hun-ho
por el jeneral Gripenberg. Es claro, no obstante, que la iz-
quierda habia sido reforzada, considerable i permanentemente
i cuando el 3 de Febrero un destacamento ruso se aven-
turó a hacer otro ataque contra Hei-kou-tai se encontró con
un furioso recibimiento i tuvo que retirarse, dejando 160
muertos.
No es exacto el parte oficial de las pérdidas de los rusos
en esta gran operacion, pero es casi seguro calcularlas en no
ménos de 10.000 hombres, como lo hicieron los japoneses.
Los mismos japoneses admiten una mui dura lista, 82 ofi-
ciales i 760 hombres como muertos, i 8,014 como heridos,
incluyendo 271 oficiales, i 526 desaparecidos. Hubo no me-
nos do 505 casos en los que oficiales i tropa se vieron obliga-
dos a abandonar la línea de fuego para no quedar muertos
de frio, i cerca de la mitad de los heridos fueron tambien
atacados por éste te, debido a la conjelacion de la sangre alre-
dedorde las heridas lo que al fin era espuesto para el caso de
ser vendados. Al ocuparse del servicio médico admirablemente
— 293 —
organizado del ejército japones da lugar para pensar que
los heridos cuidados por los infortunados rusos deben haber
sufrido terriblemente debido a la demasiada larga esposicion
i a la gran distacia donde estaba el punto a que eran con-
ducidos.
Con referencia a los japoneses, "desaparecidos"' es dolo-
roso verse obligado a agregar, con la autoridad del corres-
ponsal del Times en Tokio, que causó la mas profunda indig-
nacion en el Japon, segun relaciones de testigos oculares
chinos, el hecho de que 12(5 heridos japoneses amarrados
juntos, como malhechores, habian sida exhibidos a traves de
las calles de Mukden el 4 de Febrero en medio de proclamas
de una victoria rusa. Era de suponer que tal relación iba a
ser oficial i públicamente desmentida por las autoridades
militares rusas, pero estás permanecieron inalterables. Tal
accidente habria sido, por su puesto, una fea mancha para
el honor de una nacion civilizada, i es casi increíble en el es-
tado de aquellos "desaparecidos" ya que los rusos habian
siempre recibido tan particular i hermoso tratamiento de
manos de sus magnánimos adversarios.
La inmediata consecuencia de la batalla de Hei-Kou-tai
fué principalmente de un carácter personal. Deja traducir
que el jeneral Gripenberg habia, el 26 i 27 pedido refuerzos
para, ponerlo en estado de continuar la batalla en la que se
había visto envuelto, i que el jeneral Kuropatkin no sólo
habia negado aquellos refuerzos en el campo de batalla sino
que al enviarlos habrían debilitado su centro i despejado el ca-
mino para un inmediato avance japones sino también eldia 28
trasmitió al 2.° ejército una órden perentoria de retirada. El
resto de la situacion del jeneral Gripanberg habria sido bre-
vemente relatada por sus propias palabras a un correspon-
sal de la Nov/e Vremya:
"En la mañana del 28 rechazamos felizmente 4 desepera-
dos ataques japoneses, pero era incapaz de avanzar, debido
no solamente a la falta de refuerzos, sino tambien al hecho
de que no habia recibido permiso para, proceder así. La vic-
toria estaba en nuestras manos, i no puedo deciros, cuan
ansiosamente esperaba hombres i autorizacion para avanzar.
. Ni uno ni otro vino.
En la mañana del 28 el jeneral Kuropatkin nos ordenó
retirarnos en vista de un posible ataque del centro japones.
No me corresponde a mí criticar, pero debo decir que los
japoneses no habrían intentado hacer ningun ataque serio
sobre el centro del jeneral Kuropatkin. Es difícil describir mis
sentimientos al recibir la órden del jeneral.
— 294 —
En la noche del 29 nos retiramos, llevando consigo tados
nuestros heridos i siempre recojiendo bayonetas quebradas.
Los hombres se retiraban de mala gana con lágrimas en los
ojos. Decidí que me era imposible permanecer por mayortiem-
po al frente, i al dia siguiente me dirijí yo mismo al jeneral
Kuropatkin, pidiéndole me relevara de mi comando. El
aceptó."
K. GUTIÉRREZ E.,
Teniente 2 . ° .
ALEMANIA
NUEVO SABLE-BAYONETA
ESPAÑA
FRANCIA
LAS AMETRALLADORAS
INGLATERRA
ITALIA
Resúmen de la prensa militar
estranjera,
Enero, Febrero i Marzo. Rivista Marittima,
Abril con suplemento.—Mayo.
Revista de Caballería, Rivista di Arligliería e G enio,
Mayo. Abril.
Al frente
SALUDO
IV.—Servicios, complementarios
TÍTULO SEGUNDO
VI.—Cuadros
(7) Decker.
(8) Roskoten.—Moderne
Roskoten.— Feldhaubitzen 1907.
— 330 —
Inglaterra..
Bulgaria
Dinamarca.
Holanda 12 cm.
Rumania....
Suiza
Serbia
Francia
Japon 12 i15cm.
Rusia
Portugal
Suecia 15 cm.
España
Se ve pues, claramente la tendencia seguida, i la singula-
ridad con que aparecen nuestros vecinos del oriente, debe
hacernos reflexionar maduramente ántes de decidirnos por
un calibre inferior a 12.
IV.—Proporcion de de estas tres artillerías
En la eleccion del tipo i proporcion del material (campaña,
montaña i obuses) hai que tener mui en cuenta la topografía
del terreno donde deberán moverse, i el armamento del enemi-
go. Eespecto de este último, las consideraciones i conclusiones
son sencillas: si no supiéramos que ensayan i estudian la
adopcion de los últimos sistemas o ya los tienen en uso, de-
beríamos tener la certeza de que tarde o temprano concluirán
por estar al dia en esa materia i es en vista de esa certeza
que nuestro material debe responder a los últimos adelantos.
Nos queda la restriccion concerniente al terreno.
A este respecto i creo que de ahí proviene la despropor-
cionalidad de nuestra artillería, reinan entre nosotros algu-
nas ideas que me atrevo a calificar de erróneas. Se cree por
algunos, que vamos a combatir dentro de la inmensa mole
de los Andes que nos intercepta por tierra toda salida i que,
por eso, sólo artillería de montaña puede operar i sólo de tal
artillería necesitamos. ¿Es ello efectivo?
Dos requisitos, ineludibles debe llenar un terreno destina-
do a servir de teatro de operaciones i sin los cuales es ilusa
toda idea de empresas militares en busca de un objetivo deci-
sivo i que corresponden a las necesidades ineludibles de sub-
sistir i de moverse. Terrenos que no reunan tales requisitos
— 331 —
sólo deben considerarse como obstáculos obligados de trán-
sito, para llegar a los valles en que la cultura, traducida en
caminos i recursos, nos dé la seguridad de la presencia del
enemigo i donde nosotros podremos tambien aprovechar de
los mismos recursos i elementos. Las decisiones no tendrán
lugar pues dentro de la cordillera i habrá que seguir hablan-
do del pasaje de los Andes, como ya se ha hablado i como se
recuerda el paso de los Alpes, de los Pirineos i de los Riesen-
gebirge.
A ese propósito no resisto a la tentacion de evocar a San
Martin haciendo su invasion, por terrenos sin recursos i te-
niendo que movilizar 11,000 animales de carga para una
veintena de dias i para su diminuto ejército. ¿No es cierto
que abisma el pensaren el número de animales que habría de
movilizarse, no digo para operar en tales terrenos, sino tan
sólo para marchar por senderos?
Es cierto que la salida de los desfiladeros, que constitu-
yen los caminos de travesía, no se efectuará sin combatir i es
precisamente lo que justifica i abona entre nosotros la sub-
sistencia de la artillería de montaña, en los momentos en que
todo el mundo procede a su destierro, despues de haberla re-
ducido a su mas ínfima espresion.
Si las altas montañas que nos flanquean sólo son obstá-
culos por pasar i no campos de operaciones ¿cuáles son éstos?
Al Oriente se estiende uno de los países mas llanos de la
tierra, donde la pampa tiene horizontes en un todo parecidos
a los del mar i los campos de vista i de tiro se dilatan en
igual forma.
Es cierto que todavía allá como aquí i en los otros paises
americanos la red de comunicaciones no es completa ni de
gran bondad, pero ésta no es una cuestion en que se deba
vivir al dia, hai que adelantarse al porvenir, si no se quiere
mañana estar nuevamente rezagado. Estos pueblos nuevos
se trasforman con increíble rapidez i si echamos una ojeada
al futuro, esa ojeada nos mostrará multiplicadas las buenas
vías de comunicacion i multiplicadas las líneas férreas.
Pero como se me pudiera tachar de querer lejislar sobre
hipótesis, voi a terminar estas consideraciones sobre la Ar-
jentina, con este párrafo, tomado de un oficial de la misma
nacionalidad: "Por la esperiencia que tengo adquirida en 14
años de servicios en la artillería de mi pais sé que una arti-
llería montada, debidamente atalajada i conducida, puede
pasar sus cañones por donde pasa, la mejor caballería".
Respecto del Perú las condiciones del terreno no nos per-
miten ser tan optimistas sobre la facilidad para el arrastre
de artillería de campaña, aunque tengamos la esperiencia de
— 332 —
marchas efectuadas en 1879 con piezas mas pesadas que la
de actual construccion. Pero, para darnos cuenta de las difi-
cultades que ofrece su topografía especial a un cañon moder-
no, me bastará trascribir dos párrafos del minucioso informe
de la comision encargada de experimentar el cañon de cam-
paña Schneider Canét 7.5 m. 1901 dicen, refiriéndose a las
pruebas de traccion verificadas en terreno montañoso i con
pésimos caminos: "Cuatro caballos i de preferencia mulas,
son suficientes para arrastrarlo en casi todos los caminos".
I en sus conclusiones: "En los arenales de Conchan, aunque
las ruedas se enterraban casi hasta la mitad de los rayos, el
material, tirado por 6 caballos, rodaba sin mucha dificul-
tad". (9)
Es de advertir que cuando fueron hechas estas esperien-
cias, el Perú no contaba con artillería de campaña i hubo
que tomar los caballos de aquí i allá, sin preparacion especial
para tal ¡sistema de arrastre i, menos todavía, la tenían los
conductores que, Dios sabe, si ántes habían montado a ca-
ballo.
Así, pues, sólo nos queda Bolivia, donde hoi por hoi, sea
difícil llegar con artillería arrastrada.
Para llegar al material i proporcion por adoptarse, pro-
cederemos como anteriormente, indicando primero las condi-
ciones de la teoría i de la práctica i concluyendo con las lec-
ciones que nos ofrece el proceder uniforme de casi todos los
países.
Antes señalaremos el gran error de nuestra actual orga-
nizacion. Ya hemos enunciado a la lijera que no existe pais
de la tierra, ni aun la Turquía, que presente una organizacion
semejante a la nuestra. Disfrutamos actualmente de una
proporcion de 80% de artillería de montaña, de un 20% de
artillería a caballo i de un 0% de artillería de campaña des-
tinada a la línea de combate, ya que los grupos a caballo
tienen un destino mui diferente.
¿Pero cuál es, se me dirá, el pecado orijinal de esa arti-
llería para pedir que se altere su proporcion? No otro que su
escaso alcance i potencia balística.
Por un momento se creyó que el alcance pasaba a un plano
de segundo órden, puesto que ningun resultado práctico se
alcanzaba con una trayectoria indefinida ante la limitacion
fatal de la vista humana i de los campos de tiro de que se
puede disponer; hoi dia, gracias a los adelantos de la técnica,
esas dos limitaciones no existen: las alzas telescópicas han
V.—Organizacion i distribucion
VI.—Conclusion
Lo que necesitamos pues, ántes de dar paso alguno en el
armamento, es decidirnos por un calibreipor una proporcion
razonable para las tres artillerías que habernos menester.
Hai que pensar en que el rearmamento del pais costará
muchos millones, que la nacion no estará en disposicion de
proporcionar por tercera vez i que en tal sentido vamos a
dar un paso definitivo, sin vuelta posible.
Creo que estas ideas, que tienen su oríjen en la compara-
cion de la forma en que todos los países llevan a cabo la
reorganizacion de su artillería, traerán su beneficio: si son
acertadas, porque no dejarán de influir en los llamados a
resolver el problema i, si son erróneas, que en buena com-
pañía yerro, no dejarán, estoi cierto, de estimular el deseo de
discusion en la preparada oficialidad con que, felizmente,
cuenta el arma de artillería.
PEDRO CHARPIN R.,
Capitan en el E. M. J.
Ahora
izquierda
derecha
10
En jeneral el valor de e es una fraccion de segundo.
A. OBRECHT,
Contutor Técnico del E. M. J.
RESOLUCION
de un tema de Organizacion
TEMA:
Reseña de la organizacion i trabajos de las autoridades
superiores de mando i de la administracion, a saber:
a). El Ministerio de Guerra;
b.) El Estado Mayor Jeneral;
c.) Las Inspecciones;
d.) Los Comandos de Divisiones; i
e.) La Direccion de Material de Guerra.
RESOLUCION DE LA TAREA:
Departamento Central;
Departamento Jeneral de Guerra;
Departamento del Personal;
Departamento Administrativo;
Departamento de Justicia i recompensas, i
Dos secciones: de Remonta i de Sanidad.
JAPON
LOS AUTOMÓVILES
LAS AMETRALLADORAS
INGLATERRA
MANIOBRAS DE EJÉRCITO
NEMECIO VALENZUELA
Oficial de Informaciones en el E. M.
Canjes recibidos en el bimestre
15 de Mayo -15 de Julio
ITALIA
Resúmen de la prensa militar
estranjera.
Enero, Febrero i Marzo. Rivista Marittima,
Abril con suplemento.—Mayo.
Revista de Caballeria, Rivista di Arligliería e Genio,
Mayo. Abril
Al frente
Canjes recibidos en el bimestre
15 de Julio--15 de Setiembre
EUROPA
ALEMANIA Diario Oficial del Ministerio
de Guerra.
Militar Woehenblatt, Junio 26, 27, 28, 29.
Núms. 73 a 96 i anexos. Julio 2, a 20.
Aconcagua i Tacna
BEBERBECK
Este criadero se encuentra a orillas del rio Weser i a 8
kilómetros de Hofgeismer; su fundacion o mejor dicho su ori-
jen no se puede precisar con claridad; pero, atendiendo a al-
gunas narraciones, se puede decir que existia en el año 1884
un castillo llamado Zapfenburg, en el mismo sitio que actual-
mente ocupan los restos del castillo Sababurg i sus dominios.
Como muchas otras posesiones i castillos señoriales de
aquella época, Sababurg tambien con las guerras i principal-
mente con la de 30 años i con la de 7 años despues, sufrió sus
demoliciones, seguidas de refacciones, etc.
Asi trascurrieron los años, hasta que en 1670 el conven-
to Beberbeck o Berubicke, de órden del Langrave Carlos I,
pasó con Sababurg a formar un solo dominio de administra-
ción, dedicándolo especialmente a la agricultura i bajo el
— 393 —
nombre de Beberbeck, cuya esplotacion i administracion es-
tuvieron alternativamente en manos de arrendatarios i em-
pleados de gobierno, hasta el año 1878, en que entró defini-
tivamente bajo la administracion de empleados prusianos,
hasta la fecha.
Se puede decir que el edificio actual del criadero i sus de-
pendencias son los mismos que poseiaen el año 1724, con las
reparaciones i ensanchamientos que las circunstancias han
ido imponiendo en el trascurso de tantos años.
El criadero tiene por objeto la produccion del media san-
gre ingles i proporcionar a los campesinos, como todos los
demas criaderos del Estado, potros mui mestizos, de buenas
formas, a bajo precio i que armonicen con el trabajo a que en
la provincia los labradores los dedican.
En Beberbeck a un potro fina sangre Chamant, compra-
do en Francia en 130,000 marcos, se le titula el rejenerador
de la sangre inglesa en Alemania; i sirvió en el criadero desde
1879 hasta 1892 i desde este año hasta l898, en que falleció,
se le dedicó únicamente a la reproduccion del fina sangre.
Tambien es mui nombrado el media sangre Optimus, na-
cido en el criadero, en el cual sirvió desde 1883, durante 11
años, pasando enseguida al criadero de Trakehnen.
En el criadero se dice que así como Chamant daba noble-
za a la sangre, Optimus daba buenas formas.
Actualmente el criadero posee 3 potros fina sangre in-
glesa:
1.° San Tropez, de 1.68 metros de altura, alazan i naci-
do en Francia en 1890 i cuya compra costó 55.000 marcos.
2.° Birkbahan, de 1.77 metros de altura, alazan i nacido
en Graditz, en 1890.
3.° Hagen, de color alazan, nacido en 1897, ganador del
Derby en Hamburgo en 1900.
Ademas, posee tres potros de media sangre, nacidos en el
criadero: dos son alazanes i uno mulato oscuro.
El número de yeguas de crias es de 100, de las cuales 9
son hijas de Chamant; 17 dea Optimus; i 74 poseen la sangre
de estos reproductores en 2. i 3. a jeneración
Beberbek cuenta ademas con varios potros media sangre,
de 4 años de edad, que son los que se reparten en los campos
en el tiempo de la monta i por la cual los propietarios de las
yeguas que son cubiertas pagan 15 marcos por cada monta,
de ¡os cuales 5 son pagados anticipadamente i el resto si la
yegua resulta preñada.
La época de la monta en el criadero es desde el 1.° de Fe-
brero hasta el 1.° de Julio; i en los campos, desde Enero has-
ta el 1.° de Julio.
— 394 —
Los potros media sangre pueden recibir hasta 100 ye-
guas i los finos en el criadero hasta 40.
En la época de nuestra visita, el criadero tenia ademas:
13 potros media sangre de 3 años, 20 potros media sangre
de 2 años, 32 potros media sangre de 1 año, 30 potros me-
dia sangre de 4 meses.
Los potrillos estan divididos en grupos de 15 a 20; cada
grupo tiene un criador para su vijilancia í aseo.
Los potrillos de cuatro meses reciben ya una racion de
G libras de avena i mas o menos 1 litro de leche de vaca.
Algunas disposiciones jenerales de órden administrativo,
que hoi existen, son mas o menos los mismos que rejianen el
año 1793, con pocas modificaciones. He aquí las principales;
a) Las yeguas con crias deben de estar en pesebreras
bastante espaciosas para que puedan moverse libremente sin
ser atadas.
b) Los potrillos son divididos en secciones o grupos se-
gun sexo.
c) Yeguas defectuosas deben rechazarse siempre que el
numero no exeda de 30. En yeguas de esta clase la jenealojia
influye para la eleccion en favor; como pelo se exije el colora-
do, alazan, negro i mulato.
d) Los potrillos para recibir su racion de avena son ata-
dos a la pesebrera galpon.
e) Los potrillos deben ser separados de las yeguas a los
cuatro meses i reciben una racion de 6 litros de avena para
ayuda de su desarrollo, especialmente en el primer año. Con
igual fin, son trabajados en grupos sueltos en pistas circula-
res que con ese objeto existen en el criadero.
f) Durante el verano permanecen noche i dia al aire libre.
g) Especial atencion merece el cuidado de los cascos.
h) Al tercer año los potros son colocados en pesebreras i
montados por jinetes livianos i sometidos progresivamente
al trabajo hasta que puedan galopar sobre los 1000 metros
i salvar los obstáculos de la cancha.
Respecto del destino posterior de los animales, una comi-
sion especial se pronuncia sobre el particular, destinándolos
a potros reproductores o a ser castrados; estos últimos son
rematados junto con las yeguas que no han sido elejidas para
la crianza.
Anualmente, en la primavera tiene lugar en el criadero un
remate de animales de 4 años i demás que el criadero mismo
no necesita.
Beberbeck se compone de dos secciones: Beberbeck, donde
estan los potrillos i Sababurg, donde estan las potrancas.
— 395 —
El criadero cuenta con el siguiente personal civil, que por
lo jeneral lo componen oficiales retirados e individuos que
han hecho su servicio como tropa: 1 Director, 1 Inspector,
1 Veterinario, 1 Secretario, 1 Mayordomo, 1 Maestro de fo-
rraje en Beberbeck i otro en Sababurg, 22 cuidadores pri-
meros, 22 segundos i 50 mozos.
El criadero explota agricolamente el terreno con tanto
cuidado i esmero, como la crianza caballar, i por su propia
administracion.
TRAKEHNEN
Este es el nombre del criadero principal de Alemania, por
cuanto es el que produce el mejor caballo militar; se encuentra
en el estremo oriental de Prusia i a mui pocos kilómetros de
la frontera rusa. Su fundacion tuvo lugar en el año 1732,
con una estension aproximada de 17,000 cuadras cuadra-
das, de las cuales se aprovecha mas o menos la mitad para
el cultivo i el resto como praderas i potreros.
Trakehnen pasó por espacio de muchos años sin tener
influencia alguna en la verdadera crianza caballar; permane-
ció por mucho tiempo como simple criadero real, siendo en
el año 1739 regalado por Federico Guillermo 1.° asu hijoFritz.
Poco mas tarde se tuvo la feliz idea de utilizar los potros
de este criadero para el ennoblecimiento de la raza caballar
de la rejion; idea que encontró oposicion en Federico el Gran-
de, que, en atencion a economías, ordenó disminuir la subsis-
tencia en Trakehnen.
Apesar de la dicha oposicion, se empleó a escondidas
unos 20 potros para el cruzamiento con yeguas de la rejion,
tras el objeto de acrecentar la crianza caballar, lo que encon-
tró gran apoyo en el rei Federico Guillermo, quien opinó por
que enseguida pasara Trakehnen a dominio del Estado.
Debido a este gran apoyo se fué levantando poco a poco
el fomento de la raza caballar (militar); así ya en 1791 se
pudo comprar fácilmente en Prusia 200 remontas, de 1792 a,
1794 de 600 a 700 remontas; en 1795 hasta 1,000 i en 1797
se pudo comprar con toda facilidad mas o ménos 2,000 re-
montas; gran impulso que ha ido en acrecentamiento hasta
la fecha.
Trakehnen consta de doce secciones, de las cuales la pri-
mera, que es la mas importante, lleva este nombre; las otras
once son las siguientes: Bayohrgallen, Gurdozen, Danzkehner,
Jonasthal. Tankenischten, Burgdorfhof, Birkenwald, Kalpa-
kin, Guddin, Yodszlauken i Mattschkehnen.
— 396 —
Las cinco primeras secciones son destinadas para el man-
tenimiento de las yeguas madres, a saber: La 1.a contiene
de 80 a 90 yeguas de todos colores, representandose en jene-a
ral allí el mas noble i liviano tipo de caballo militar; la 2.
contiene de 60 a 70 yeguas de todos colores;
a
la 3. a de 90 a
10o de color aúnicamente negro; la 4. de 60 a 70 de color
mulato, i la 5. de 50 a 60 solo alazanas.
Trakehnen presenta anualmente afines de Julio, ante una
comisión especial de 60 a 70 potros de tres años de edad i
que han sido ya montados durante un año. La comisión es
compuesta del Inspector Jeneral de criaderos, de un miembro
de la comision de compra de remontas, de dos directores de
criaderos i de un miembro de algun criadero privado; su
mision consiste en elejir del número de potros presentados
los mas aptos para la reproduccion en la rejion; los que no
son elejidos como tales son castrados i al poco tiempo des-
pues rematados.
Los potros elejidos por la comision permanecen por algun
tiempo en preparacion, ensayados i probados en carreras de
reproductores.
Las yeguas que anualmente son elejidas por la misma
comision como reproductoras, son montadas a los dos años
de edad, en el otoño, ya en el picadero o en el esterior, perma-
neciendo enseguida durante dos años en preparacion i ensa-
yadas en carreras; a algunas de estas, mas o menos unas
doce, se le deja durante tres años en continua preparacion
para carreras de animales de media sangre, que tienen
lugar ya en Könisgsberg ó en Instérburg; las restantes son
destinadas para el trabajo de la agricultura ó adiestradas
como caballos de silla o coche.
A aquellas yeguas que se escitan con frecuencia se las ha-
ce cubrir a los tres años de edad, las demas se cruzan por pri-
mera vez a los cuatro años.
El tiempo de la cubricion principia anualmente en la 2.a
quincena de Diciembre, durando hasta fines de Mayo.
Todas aquellas yeguas que no se preñan son usadas para
la silla, coche ó para el trabajo de la agricultura.
Las yeguas preñadas sólo se emplean en aquellos tra-
bajos que por su calidad no pueden acarrearles fatales conse-
cuencias i en tal caso sólo se las usa hasta fines de otoño.
De las secciones que posee Trakehnen, cuatro son destina-
das para la crianza de las potrancas durante los años de su
dasarrollo i que son las siguentes: KalpaKin. BirKenwalde.
Burgdorfhof i TauKenischen.,
— 397 —
Los potrillos que servirán mas tarde como repruductores
son mantenidos durante el tiempo de su desarrollo en Gud-
din, Jodszlauken i Mattischkelmen.
En el mismo Trakehnen se encuentran ademas de las ye-
guas de que hemos hablado, los potros principales i algunos
potros i yeguas de tres años de edad; por lo jeneral dos de
cada sexo de estos últimos estan en continua preparación.
Los potros que por algun motivo no sirvan para la re-
produccion son rematados en la primavera i otoño.
Anualmente, despues de la reparticion de los potros media
sangre, para la cubricion en los campos, i despues de haberse
elejido mas o menos 50 yeguas para la reproduccion,es el resto
presentado al Inspector Superior de las caballerizas del rei,
parala eleccion de 20 a 30 animales, afín de remontarlos caba-
llos de las caballerizas imperiales; despues se elije los caballos
para los trabajos de la agricultura, de los cuales no se vende
ninguno; los restantes son rematados, la mayor parte a fines
de Abril i los demas a fines de Setiembre.
El criadero está bajo la dirección de un Director, contan-
do ademas con el siguiente número de empleados superiores:
1 Veterinario Mayor, 2 Veterinarios l.os, quienes tienen la
directa inspeccion hipolójica de todo el criadero, i de los ma-
riscales aprendices; 1 Inspector Mayor, quien tiene 3 inspecto-
res económicos como ayudantes i un Inspector Agricultor,
para la inspeccion i direccion de la agricultura; 1 Cajero i
ademas varios empleados de oficina.
El Veterinario Mayor, el Inspector Mayor i el Inspector
Agricultor, forman la comision del criadero i reemplazan al
Director en su ausencia.
Cada seccion del criadero tiene por jefe a un administra-
dor, a excepcion de Birkenwalde i Burgdorfhof que cuentan
con un administrador comun.
Los administradores de Kalpalkin i Jonasthal son al
mismo tiempo Inspectores Económicos.
Cada cuatro secciones están bajo la directa inspección de
un Inspector Económico.
El Director del criadero tiene para su directa ayuda al
tercer Inspector Económico.
Cada administrador tiene la inspeccion minuciosa de los
potros i del personal para el servicio del criadero, teniendo
para su ayuda a un empleado superior en rango a estos úl-
timos. .
En el mismo Trakehnen hai un empleado de estos últimos,
con la única mision de vijilar el. depósito donde se encuentran
los potrillos, de entré los cuales se eléjirá mas tarde a los le-
productores.
— 398 —
En Trakehnen, un maestro de forrajes (Futtermeister)
tiene a su cargo la preparación de los potros i yeguas nuevas.
En la seccion principal reside el siguiente personal: 1 Ins-
pector, 1 Veterinario Mayor, 2 Veterinarios, 1 Director, 3
Inspectores Económicos, 1 Inspector Agricultor, 1 Tesorero,
1 Secretario, 1 Empleado de almacen, 1 Administrador de
obras, 9 Administradores, 2 Maestros de forraje, 1 Doctor del
criadero i 9 Maestros de escuela.
Hai ademas en Trakehnen: 1 enfermera de hospital, 1 bo-
ticario, 3 escribientes, 12 guardianes mayores, 100 mayor-
domos, mas o menos 50 jinetes (muchachos) 30 obreros, 15
mayordomos, 3 cuidadores de bosques i potreros, 12 guar-
dianes nocturnos, 12 pastoreros, 55 gañanes, 117 jardine-
ros, mas o menos, 370 individuos que trabajan en cuadrillas,
20 a 40 trabajadores de potreros i 15 a 70 jornaleros.
Hai aun todavia: una fábrica de ladrillos i tejas, una pe-
queña fábrica de aserrar, 1 molino de viento, una carrocería,
una carpintería, una talabartería, cuatro herrerias, un museo
hipolójico, un hotel i una botica.
Para el próximo período de cubricion, tenia Trakehnen
9 potros fina sangre, de los cuales dos son nacidos en Ingla-
terra, 4 en Graditz, (1) 1 en Rusia, 1 en Francia i 1 en Nord-
kircher.
Los potros reciben mas o menos 300 yeguas particula-
res, teniendo que pagar el dueño de la yegua de 15 a 30 mar-
cos por cubricion.
Para el mismo período tenia tambien, 9 potros media
sangre, todos nacidos en el criadero.
Durante el tiempo de la paricion, en la primera semana,
no se suministra alimento alguno a les potrillos, sino sólo
leche.
Al noveno dia despues de la paricion se hace cubrir nue-
vamente a las yeguas.
Con los cascos de los potrillos se tiene especial cuidado,
haciéndoseles el primer arreglo a las tres semanas de edad.
Se nos dijo que el año pasado (1905)* el producto habido
se calculó en un 82 por ciento.
GRADITZ
Es el nombre del criadero que se encuentra situado no le-
jos de Torgau i en la ribera derecha del rio Elba.
El Elector Joaquin III de Sajonia, en el año 1680, tenia a
(1) 2 de estos eran hijos de Chamant.
— 399 —
Graditz i los dominios de Repitz, Döhlen i Bleesun como ade-
cuados para la crianza caballar.
Desde 1681 hasta 1688 se destinaron definitivamente
esas posesiones para la crianza, haciéndose algunos trabajos
con dicho objeto e introduciéndose notables mejoras; pero, es
tan solo en el año 1691, que Graditz, mediante compra de los
terrenos vecinos, fué agrandado notablemente en sus domi-
nios, recibiendo al mismo tiempo una organización de mas
porvenir.
Este criadero fué mas tarde, en 1718, mui favorecido por
el Rei Augusto el Fuerte de Sajoniá, quien ordenó se hicieran
en él considerables mejoras.
En 1815, despues que Napoleon requisicionó toda la exis-
tencia caballar i habiendo Torgau, i por consiguiente Graditz,
Basado del dominio Sajon al prusiano, el Rei Federico Gui-
llermo III dío al criadero nueva vida con elementos traídos
del criadero Trakehnen i algunos animales comprados en el
estranjero. Desde esa época hasta la fecha, ha ido Graditz
progresando considerablemente hasta alcanzar, por su fina
sangre inglesa, la reputacion que tan merecidamente se ha
conquistado.
El criadero tiene por objeto principal la reproduccion del
fina sangre inglesa, contando, ademas, con cinco lindos potros
media sangre, para la cubricion de las yeguas de los campos.
El criadero consta de las siguientes secciones: Repitz,
Dohlen, Pläseon, Romerhof i Graditz; las tres primeras son
solamente para la media sangre; la cuarta para los potrillos
finos i la quinta para las potrancas finas.
En el tiempo de nuestra visita (Agosto de 1906) habia la
siguiente existencia:
POTROS FINOS
Ard Patrick.—De 1.63 metros de altura, negro, nacido en
Irlanda en 1899; fué comprado por el criadero en 420,000
marcos; en premios ha ganado hasta la bonita suma de
700,000 marcos, entre los cuales se cuenta el del Derby ingles.
Galtee More. —Nacido en Irlanda en 1894, de color mu-
lato.
Habenichts.—De 1.60 metros de altura, alazan, nacido en
Graditz en 1895 i ganador del Derbv aleman en Hamburgo.
Bannibel.—De 1.64 metros de altura, alazan, nacido en
Graditz en 1891.
Marines.—De 1.64 metros de altura, mulato, nacido en
Inglaterra en 1896; fue comprado por el criadero en 90,000
marcos.
— 400 —
Pathos.—Mulato, nacido en Graditz, en 1901.
En Römerhof habia tambien cuatro potros fina sangre,
habiendo nacidos tres de ellos en Inglaterra i uno en Francia.
El número de yeguas finas alcanzaba a 55, de las cuales
mas de la mitad han sido compradas en Inglaterra a precios
exorbitantes; por una de estas se pagó la cantidad de 65,000
marcos.
El criadero ha comprado tambien en Francia varios
ejemplares; pero la mayoria en Inglaterra, completándose el
total de yeguas de cria con 150 de media sangre.
El precio de la monta varia segun el potro; así, por una
de un potro media sangre, se paga 12 marcos, i por una de
fina sangre desde 20 hasta 300 marcos, i no cualquiera
yegua puede ser cubierta por estos últimos.
Graditz canjea monta con criaderos particulares de Ale-
mania, haciéndolo por excepcion con Hungria.
Los potros finos cubren anualmente hasta 40 yeguas.
La época de la monta principia anualmente en el criade-
ro el 15 de Febrero, terminando el 15 de Junio; durante este
tiempo se da a los potros 14 libras de avena i 8 en el resto
del año.
Los potros media sangre, cubren yeguas desde el 15 de
Enero hasta el 1.° de Julio, recibiendo entónces 14 libras de
avena i 8 de arvejas.
Las yeguas reciben poco antes de la parición, i en los pri-
meros dias de ella, la cantidad de 10 libras de avena i 6 en el
resto del año.
Tanto como el tiempo lo permite, permanecen las yeguas
i potrillos en potrerillos pequeños, perfectamente bien cerca-
dos; el pasto es allí por demás abundante i limpio, debido úni-
camente a la frecuencia con que los animales son cambiados.
El criadero tiene 1200 cuadras cuadradas, produciéndose
en él heno i paja en abundancia para el consumo; la avena la
compra en grandes cantidades a los particulares, surtiéndose
con mas aceptacion de avena rusa i húngara, debido a su
exelente calidad; mantiene por término medio en almacen
de 30 a 35,000 kilos.
El trébol picado que reciben los animales, llama verdade-
ramente la atencion, por su limpieza i fragancia.
Diariamente, i por espacio de una hora i media, se hace
montar a los potros, ya en las canchas de preparacion o en
el picadero, en caso de mal tiempo.
Los potros media sangre o los fina sangre, nacidos en el
criadero, para que puedan sor destinados a la reproduc-
cion se necesita que hayan sido aprobados como tales por
una comision compuesta:
— 401 —
Del Inspector Jeneral de criaderos del Estado
De un miembro de la Comision de compra de remontas.
De dos Directores de criaderos i
De un miembro de un criadero particular.
Las yeguas elejidas para la reproduccion deben ser tam-
bien aprobadas por la misma comision.
Las yeguas finas, antes de los cuatro años de edad, no
reciben potro alguno, mientras que las media sangre reciben
a los 3 años.
Es mui relativo el tiempo que duran las yeguas como re-
productoras; ha habido algunas que han servido hasta 23
años.
Muchos de los potros nuevos, que teniendo buenas formas
i demas condicione sexijidas a los reproductores, que no tienen
sin embargo suficiente libertad en los movimientos de espal-
da, son puestos en un coche de dos ruedas i trabajados en él
durante algun tiempo para subsanar este defecto; debido a
este sistema se obtiene mas elevacion en los movimientos de
la parte delantera; este método se emplea principalmente con
los media sangre.
En el criadero se hace montar, al año de edad, a los po-
trillos, pero sí, por jinetes mui livianos.
El tanto por ciento de paricion, de las 55 yeguas, es por
lo jeneral de 35 a 36: 9 dias despues de la paricion se hace
cubrir nuevamente a las yeguas.
Graditz es mui conocido por sus caballos de carrera; en
el tiempo de nuestra visita tenia 40 caballos repartidos en
distintos hipódromos; (Karlhorst, Hoppegarten, Amburgo,
Colonia, etc.) cinco tenia en el mismo criadero, a pesebrera.
Este año, despues del invierno, seran enviados a prueba
5 potrillos a Inglaterra, para su preparacion.
El criadero posee una nave de 40 pesebreras para colocar
todos los animales (caballares) estraños que a él ingresen,
a fin de que permanezcan allí aisladamente i en observación du-
rante unas 4 a 5 semanas, para evitar enfermedades con-
tajiosas.
Para la paricion existe una gran nave compuesta de 28
esplendidos boxes con piso de arena suelta la que es extraída
hasta 80 centímetros de la superficie en caso tde mala pari-
cion, procediéndese al mismo tiempo a desinfectar la pese-
brera.
Para probar si las yeguas estan en calor, hai pesebreras
especialmente arregladas con sus paredes tapizadas con col-
chones de paja para que, en caso que la yegua cocee, el potro
no sea dañado.
— 402 —
Los caballos que el criadero no aprovecha son vendidos
eu subasta pública en dos épocas: el 15 de Noviembre los fi-
nos i a fines de Marzo los media sangre.
KATTENAN
Consta de cuatro secciones: Antiguo i Nuevo Kattenan i
Antiguo i Nuevo Budopönen, las que abarcan una estension
de mas o menos 1821 hectáreas de las cuales son 1202
para la siembra; 5 a 6 para jardines i huertos, etc., 200 para
potreros de dos cortes; 160 para potreros de un corte; 47 de
terreno húmedo (pantanos); 23 a 24 de terreno sólido para
el invierno; 48 a 49 de terreno no utilizable, 70 a 71 entre
patios, terreno para construcciones, fosos, canales, caminos,
acequias, caballerizas, etc., etc., i poco mas o rnenos 40 de
terreno para el movimiento de los remontas.
Kattenan tiene el siguiente personal: 1 administrador, 1
secretario, 2 inspectores económicos, 2 veterinarios mayores,
4 maestros de forraje, 6 capataces, 33 cuidadores de remontas,
1 cuidador de potrillos, 30 labradores, 4 artesanos, 40 tra-
bajadores al dia i 6 pastoreros.
Tan pronto como se fundó el depósito, fué ocupado sólo
por 50 remontas, cantidad que al poco tiempo despues se du-
plicó i ha ido dicha suma en aumento, hasta llegar en la
actualidad a mantenerse en él anualmente mas o menos 800
remontas, todavía aun esta suma suele aumentarse en la
primavera hasta 500 remontas mas.
En un principio el depósito alimentó en el verano a los
remontas sólo a potrero i en el invierno con la racion de 3
kilos de cebada, 5 de heno i 8 de paja, sistema que se conser-
vó por mucho tiempo, hasta que en 1897 el Teniente Jeneral
vonDamnitz, "Inspector de Remontas", ordenó que durante
— 404 —
el tiempo que los remontas permanecieran en depósito se les
acostumbrara poco a poco al trabajo diario "Die Jungen
Eemonten an vegelmässige Arbeit zu gervöhnen."
Como resultado de la anterior órden, se hizo construir en
todos los depósitos i secciones, pistas circulares de 500 a 1000
metros, en las cuales se hace trabajar sueltos a los remontas,
de 1% a 2 horas diarias; trabajo que consiste en paso, trote
i cuando el terreno no es mui duro, tambien en galope.
Se nos dijo que diariamente se trabajaba de una sola vez
mas o menos 200 remontas i sin que jamas suceda la menor
desgracia; a nosotros se nos mostró en trabajo unos 100 i
realmente nos convencimos de lo que poco antes se nos habia
dicho i, a decir verdad, es admirable ver la tranquilidad con
que los animales marchan en la pista, la que tiene un ancho
de unos 15 metros.
Este trabajo diario trajo como inmediata consecuencia
el pensar en mejorar la alimentacion de los animales; así en
el verano, despues de un conveniente trabajo, se les dió 11/2kilos
de cebada, pasto verde i 3 kilos de paja i en el invierno 31/2
kilos de cebada, 5 de pasto i 6 de paja.
El depósito mantiene como cifra fija anualmente mas, o
menos, el siguiente movimiento: 750 remontas; 30 potrillos
nacidos de aquellas yeguas que la Comision de Compra de
Remontas haya comprado como tales; 120 caballos para el
trabajo de la agricultura; 50 bueyes con el mismo objeto an-
terior; 112 vacas para el sustento de la leche i 150 ovejas.
Desde 1876 hasta la fecha, el depósito alimenta perfecta-
mente bien a sus remontas, cuyo término inedia anual desde
20 años atras se calcula en 850, con forraje cultivado en su
propia hacienda i sólo en mui raras ocasiones se ha visto en
la necesidad de comprar cebada debido únicamente a que la
produccion no ha sido suficiente.
El alimento anual de cada remonta, como término me-
dio, cuesta al depósito 250 a 300 marcos.
Kattenan súrtese en BU mayor parte con remontas com-
prados en los criaderos privados que se encuentran cerca de
Trakehnen i que son muchos, por lo que se comprende la
buena situacion del depósito.
La mayor parte de los animales comprados son descen-
dientes de los potros Frakehnen, por lo que Kattenau
proporciona el mayor tanto por ciento de caballos para los
Tejimientos de la guardia, fama que conserva ya bastante
tiempo, i, debido a esto, los caballos mas deseados en el
ejército aleman son los que proporciona este depósito, por
— 405 —
cuanto se surte ademas de un criadero privado de Littanen
que goza de mucha reputacion por la nobleza de sus repro-
ductores.
Por la gran exijencia, de la Comision de Compra de
remontas, sobre descendencia, hechuras, marcha, altura,
etc., se tiene que con el tiempo serán los animales notablemente
mejorados.
Tan pronto como se termina el contrato de compra de
una remonta, ''en la féria de remontas"se coloca en el cuello
de los caballos una correa convenientemente hebillada, laque
lleva el número de orden de compra.
En el depósito se nombra a los remontas por el número
que va pendiente de la correa, como asimismo en cualquiera
revista que se pase; así por ejemplo, si pasa una revistaindi-
vidual el Jeneral Jefe de los depósitos de remontas se da lec-
tura acto continuo de presentar el animal, al número de or-
den del remonta en el rejistro de revista, al número de com-
pra, descendencia, lugar de nacimiento, nombre del criador,
talla, color, precio de compra i a que arma ha sido destinado
(caballería o artillería).
Como se ve, una lectura de esta naturaleza es de lo mas
importante para formarse una idea cabal de la nobleza del
animal i de su desarrollo, etc.
En el trabajo diario se coloca a la cabeza de cada grupo
de remontas i a la cola del último, aun individuo montado
que por lo jeneral monta caballos de los mismos remontas,
lo cual no significa que en el depósito se monta a todos
los caballos; se nos dijo que segun cálculo solo se montaba
Tin 5% durante todo el tiempo que permanecían ollí i con el
objeto ya dicho i ademas para el pastoreo de los mismos.
Cada depósito o seccion tiene por lo jeneral de dos a cua-
tro pequeños corrales frente a las pesebreras i a una distan-
cia conveniente de éstas; allí pasan los remontas casi dias en-
teros ya en el verano o invierno mas crudo, dejándoseles tam-
bien a veces en la noche, a fin de acostumbrarlos a toda clase
de temperatura; cada corral tiene capacidad para 20 a 60
animales.
En las pesebreras se puede colocar de 20 a 25 remontas,
las que están construidas a los lados del gran patio en que
se encuentran los corrales.
Las pesebreras tienen sus destinaciones fijas segun color
de los caballos que en ellas se coloquen i su destinacion; así
por ejemplo, se dice pesebrera de coraceros, por estar coloca-
dos allí los animales destinados a coraceros.
A pesar de que los caballos se encuentran sueltos en las ca-
ballerizas, cada uno sabe perfectamente bien el lugar que le-
— 406 —
corresponde en el comedero para los efectos de su racion,
pues así han sido acostumbrados desde el dia de su ingreso al
depósito.
Para todos aquellos animales débiles o que no comen or-
dinariamente bien, hai en las mismas caballerizas un lugar
con sus comederos respectivo destinados para ellos.
Cada caballerizo tiene bajo su vijilancia para, los efectos
de la alimentacion, aseo, etc., 25 remontas i es digno de ver
la confianza que estos animales tienen en aquél a quién dis-
tinguen mui bien, i vice-versa.
Por regla jeneral, hai entre dos pesebreras un pequeño es-
pacio desocupado con salida al patio por medio de una ancha
puerta, en donde se presentan en revista de cuando en cuando
a los remontas; el espacio tiene la forma de una pieza
"Musterkamner''.
Los pequeños corrales son cerrados con barras de fierro
redondo i limitados por caminos por sus cuatro costados, fa-
cilitándose así la entrada rápida a ellos para los fines a que
pueda haber lugar; cada'uno tiene en uno de sus lados este-
riores un bebedero, con su desagüe respectivo, el que se man-
tiene constantemente con agua fresca i bien limpia que es ex-
traída de norias i llevada por cañerías o por canoas a aque-
llos.
El piso de los corrales es adoquinado o afaltado, tenien-
do para su blandura una gruesa capa de arena con cascajo
que se mantiene perfectamente bien aseado i repartido igual-
mente por todo el piso. El desagüe tiene es hecho por medio
de resumideros, al fondo de los cuales existe una cañería para
llevar las aguas a una acequia que pasa por entre cada dos
corrales construidos paralelamente.
El piso tiene el declive suficiente para que las aguas u ori-
nes caigan al resumidero.
Las pesebreras son suficientemente altas, anchas, venti-
ladas convenientemente i con una puerta de salida al patio
de los corrales.
Los comederos no son otra cosa que una larga canoa
de piedra o fierro galvanizado, convenientemente alta i afian-
zada a la pared trasera.
Toda la servidumbre recibe su sueldo, habitacion gratis i
racion en dinero; los casados deben enviar en el verano, a sus
mujeres a trabajar en el campo, i tienen ademas, dere-
cho a la alimentacion de una vaca i dos corderos, recibiendo
tambien el combustible necesario de luz i leña i una estension
de terreno para su cultivo.
En nuestra visita tuvimos ocasion de examinar, diferen-
tes remontas en las que nos llamó la atencion su buena confor-
— 407 —
macion, talla, musculatura, lomo, etc., etc., especialmente en
ios destinados para los rejimientos de la guardia (caballeria
i artillería) i para coraceros a caballo no pertenecientes a la
guardia.
Se nos proporcionó el siguiente dado acerca de que se exi-
je como término medio en remontas de tres años de edad,
atendiendo al arma i rejimientos a que fueren destinados:
Coraceros-pevímetro 1.881/2 m. 1.621/2 de altura 0.20% grueso de la canilla
Artillería „ 2.30 „ 1.62 2 „ 0.221/2
Hulanos „ 1.8127/3 „ 1.572 /3 „ 0,20
Húsares i Drg. „ 1.73 /10 ,, 2 . 5 2 / 5 » 0.193/10
RESUMEN
Como en todos los ramos de la administracion alemana,
tambien en los criaderos i depósitos reina un órden completo
en todas sus dependencias siendo cuidados con esmero i
órden, lo que causa desde el primer momento una impresion
por demas favorable.
La disposicion jeneral de los edificios es dejando en el cen-
tro un grande espacio, donde a ambos lados están las pesebre-
ras, en el entretecho de estas, el almacen de forraje, en el des-
— 409 —
van, (en un estremo,) la casa del director, al lado opuesto,
edificio para oficinas, almacenes, botica, etc.
El gran espacio que queda al centro está dividido en pe-
queños corrales, en donde por lo jeneral los caballos perma-
necen durante todo el dia; en todo lo que se relaciona con el
piso, desagüe, etc., es como lo dicho en la descripcion de los
corrales de Kattenau.
Ademas de lo anteriormente nombrado, poseen galpones
(cocheras) para carruajes, pesebreras suplementarias, pica-
deros cubiertos i descubiertos, pistas de trabajo, cancha de
carrera (preparacion), picaderos cubiertos circulares para el
trabajo ala cuerda, etc., casas, de uno o dos departamentos,
o casitas pequeñas destinadas a los empleados.
Las pesebreras, son sólidas construcciones de ladrillo,
con comederos de manipostería, revestidos de una masa o
mezcla jaspeada, tan brillante i lisa como el mármol; el piso
es de cemento o de ladrillo a fuego.
Graditz posee una gran nave de pesebreras para los ani-
males destinados a ser rematados, con divisiones de mam-
posteria de 2.30 metros de altura en la parte delantera del
comedero i de 1.80 en la parte posterior; en cada una de es-
tas divisiones hai espacio para dos animales, separados
por bateflancos de fierro hueco que pendían del comedero i de
un pilar de fierro colocado en la parte trasera del comedero i
hácia el centro de la nave.
Las pesebreras destinadas a los potros i yeguas con cria,
son bastante espaciosos.
Las yeguas sin cria están divididas en secciones de 20 a 30,
siempre que no se coceen, i mantenidas en pesebreras galpon;
los potrillos son tambien mantenidos en pesebreras semejan-
tes.
Cada seccion tiene su cuidador i admira observar el cono-
cimiento e interes con que hablan i dan datossobre el criadero,
conocen de cada animal su jenealojia, lospremios que ha
ganado, los hijos que ha tenido, el dinero que por ellos se ha
pagado, etc.
En vista de los datos anteriores es fácil imajinarse el cui-
dado i esmero con que los criaderos i depósitos reclutan su
personal, pues estos últimos son antiguos soldados, es'decir,
que ya han hecho su servicio militar.
El director de cada criadero o administrador.de cada de-
pósito de remontas, es un oficial retirado o de reserva, por
lo jeneral capitan, debido a lo cual todo marcha allí militar-
mente.
Los potrillos son pequeños, lo qué permite tener constan-
temente los animales bajo la vista del cuidador; por otra
— 410 —
parte, teniendo el terreno así dividido i por la frecuencia con
que los animales son cambiados, los potrerillos se conservan
en buen estado.
En verano se da siempre a los animales una racion de fo-
rraje seco con avena; talvez por eso es que parecia no llamar-
les mucho la atencion el bonito trébol de los potrerillos, sin
embargo el cuidador nos dijo que era durante la noche cuan-
do comían con mas gusto, por cuanto estaban libres de los
moscos i que tan pronto como el tiempo lo permitía las ye-
guas i potrillos permanecían en los potrerillos, i en el verano
se les dejaba allí noche i dia.
En los criaderos i depósitos, los caballerizos visten un uni-
forme mui sencillo i elegante, que consiste en una blusa de
paño azul negro con cuello vuelto, bolsillos i con botones
blancos con la corona imperial; gorra con visera gacha, del
mismo paño de la blusa, llevando en la parte delantera un
caballo i corona imperial (blancos) insignia; pantalon de
borbon color amarillo i como botas negras con vueltas ama-
rillas completan el uniforme.
SEÑOR JENERAL JEFE DE LA COMISION MILITAR
DE CHILE EN EUROPA
(Continuacion)
TITULO TERCERO
INSTRUCCION DEL, EJÉRCITO
IV Cursos de repeticion
I Confederacion i ¡Cantones
ART. 146. La direccion- superior de la Administracion
pertenece al Consejo Federa quien la ejerce por intermedio
del Departamento Militar i éstedelega en las autoridades mi-
— 419 —
litares cantonales, la que corresponde a los respectivos can-
tones.
AET. 147. El Consejo Federal dicta los Reglamentos ne-
cesarios para la ejecucion de la presente lei; aprueba los de
servicio i ejercicios con escepcion de los correspondientes a la
Administracion Militar que deben ser aprobadas por la Asam-
blea Federal.
ART. 146. El Consejo Federal divide el territorio de la
Confederacion en distritos de division limitándolos en cuanto
sea posible de modo que los hombres de las unidades de una
Division pertenezcan al mismo distrito i teniendo en cuenta
ademas que dichos límites, coincidan con los de las fronteras
cantonales.
ART. 149. Los Cantones se dividen en distritos corres-
pondientes, por regla jeneral al radio de reclutamiento de un
Rejimiento de Infantería de la clase I. En caso de dificultades
para semejante division, los distritos se circunscribirán al
radio de batallones o compañías.
ART. 150. Las autoridades Cantonales deben exijir que
cada ciudadanos en edad de hacer servicio justifique que ha
cumplido las obligaciones que le corresponden, sirviendo co-
mo comprobante la libreta de servicio.
Las autorizaciones de residencia o domicilio otorgadas
por la autoridad civil se controlan por las autoridades mili-
tares.
ART. 151. Las autoridades Cantonales deben tener un
rejistro de los hombres a quienes corresponde el servicio; di-
cho rejistro sirve de base para el control militar.
El control de los hombres que pertenecen a los servicios
complementarios, lo ejecuta la autoridad cantonal.
Las autoridades militares federales i cantonales como asi-
mismo los Comandantes de E. M. i de unidades tienen el con-
trol de sus tropas.
El Consejo Federal dicta las disposiciones particulares i
vijila su cumplimiento.
ART. 152. Es deber de los Cantones nombrar los Coman-
dantes de distritos encargados del control, dividiéndolos en
secciones segun las necesidades.
ART. 153. Loa Cantones forman, las compañías i bata-
llones de infantería i los escuadrones, la unidades i batallo-
nes de la guardia territorial i los servicios complementarios.
Cuando los efectivos de un canton no bastan para la for-
macion de batallones', compañías o escuadrones, compete a
la Asamblea Federal el dictar las resoluciones convenientes.
ART. 154. La Confederacion forma las unidades, cuer-
pos i servicios auxiliares.
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ART. 155. La Confederacion destina a las unidades, can-
tonales la tropas de las otras armas que necesiten.
ART. 156. Los cantones nombran los oficiales de las uni-
dades i los oficiales de infantería de los E. M. de los batallo-
nes de fusileros que forman.
El Consejo Federal nombra los oficiales de los E. M. de
los batallones i los oficiales de las compañías formadas por
varios cantones.
Nombra tambien los demas oficiales que no han sido
nombrados por los cantones.
ART. 157. Cuando un canton no dispone del personal
necesario para los puestos de oficiales o sub-ofíciales, el Con-
sejo Federal se encarga de destinarle los que le corresponde
tomándolos de otros cantones en calidad de supernumerario.
ART. 158. La Confederacion suministra, el armamento,
equipo de cuerpo i material de guerra en jeneral.
Los cantones suministran el equipo personal de las tro-
pas cantonales i federales, en conformidad a las prescripcio-
nes dictadas por la Confederacion. Siempre debe existir un
aprovisionamiento disponible paralas necesidades de un año
e igualmente una reserva, dearmas i equipo personal.
La Asamblea Federal fija las sumas que deben abonarse
a los cantones, para el suministro, reemplazo i conservacion
del equipo personal.
ART. 159. Los Cantones administran i conservan en
buen estado el equipo de cuerpode las unida des i cuerpos can-
tonales. El resto queda al cuidado de la Confederacion. .
Las armas i efectos quitados a los militares se conservan
i almacenan en forma que puedan utilizarse rápidamente en
caso de una movilizacion.
Los efectos devueltos por los licenciados, ántes de cumplir
su servicio, pasan a constituir una reserva de equipo.
ART. 160. El Consejo dicta las prescripciones necesarias
para el llamamiento al servicio el cual se ejecuta por las au-
toridades cantonales.
ART, 161. Las peticiones de excension del servicio se re-
glamenta por el Consejo Federal i las conceden las autorida-
des cantonales i federales. Las relativas a oficiales previo in-
formé del superior directo.
ART. 162. Cuando un Canton no lien a sus obligaciones,
la Confederacion lo hace por él a su costa.
ART. 163. La Confederacion dispone del equipo personal
i armamento, así como del material de cuerpo i de guerra i
con la reserva de los anteriores derechos se concede Jas mis-
mas atribuciones a las autoridades cantonales para las nece-
sidades del servicio.
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ART. 164. Los víveres i líquidos destinados a la alimen-
tacion de las tropas en servicio quedan excentos de todo gra-
vamen o impuesto cantonal o comunal.
Los monopolios.cantonales o comunales no se ejercen so-
bre los objetos destinados al Ejército.
Los establecimientos o talleres militares como asimismo
toda propiedad destinada al Ejército, queda libre de todo
impuesto cantonal o comunal.
Los cantones no pueden imponer derechos o pretender
conceder permisos para todo trabajo destinado a la defensa
nacional.
ART. 165. Quedan asimismo libres de todo impuesto o
patente, las bicicletas destinadas al uso militar.
ART. 166. Los cantones se encargan de pagar a la Con-
federacion la mitad del impuesto militar i perciben el resto.
I. Disposiciones Jenerales
ART. 195. El Ejército tiene la mision de asegurar la de-
fensa de la patria contra el estranjero i el mantenimiento de
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la tranquilidad pública i orden en el interior. (Cont. Fed., 29
de Mayo de 1874, Art. 2.°.)
ART. 196. La Confederacion dispone del Ejército.
Los Cantones disponen de la fuerza armada de sus terri-
torios en tanto que no esté ocupada por la Confederacion.
. ART. 197. Los cantones soportan todos los gastos que
se orijinen con motivo del servicio activo incluso sueldos, ví-
veres i alojamiento.
ATR. 198. El Consejo Federal ordena el llamado para el
servicio activo i supervijila su ejecucion.
Las tropas reclutadas préstan el juramento militar.
ART. 199. El Consejo Federal puede poner las tropas en
campamentos i desde que esto se ordena, ningun militar de
los llamados puede salir del pais.
ART. 200. El llamado al servicio activo o la órden de
reunion en campamento de una unidad, obliga a todas las
jerarquías, salvo las escepciones espresas.
ART. 201. En caso o peligro de guerra, el Consejo Fede-
ral puede ordenar el reclutamiento de los jóvenes aptos de 18
i 19 años.
ART. 202. En caso de llamamiento para el servicio acti-
vo, el Consejo Federal puede someter a las leyes militares a
los funcionarios empleados i operarios de la administracion,
establecimientos i talleres militares, como asi mismo a los de
las administraciones de trasportes públicos.
ART. 203. En tiempo de guerra, estan obligados los ciu-
dadanos que no pertenecen al Ejército, aponerse a disposicion
de la nacion i servirla en la medida de sus fuerzas; asi mismo,
todo el mundo está obligado en tiempo de guerra a someter
sus propiedades muebles e inmuebles a la requisicion que or-
denen las autoridades militares con derecho a indemnizacion
total.
II. Comando en Jefe
ART. 204. Cuando se efectúa un llamamiento total o de
alguna importancia al servicio activo, la asamblea federal
nombra el Jeneral que ejerce el Comando Supremo del Ejérci-
to, quien recibe órdenes espresas.
El Jeneral no puede ser exhonerado de su cargo antes del
licenciamento de las tropas sino por proposición formal del
Consejo Federal.
ART. 20f). El Consejo Federal nombra elJefe del E. M. J.
previa consulta al Jeneral.
ART. 206. Desde que se ordena el llamado al servicio ac-
tivo del.Ejército o parte de él i hasta que se nombra el Jpne-
ral, el Comando Supremo lo ejerce el departamento Militar.
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ART. 207. En caso de impedimento momentáneo del Je-
neral nombrado, el comando recae en el Comandante de Cuer-
po de Ejército mas antiguo o en ausencia de éste en el Jefe de
E. M. J.
ART. 208. El Jeneral dicta todas las medidas conducen-
tes al fin que se debe alcanzar, para lo cual dispone a su vo-
voluntad de todas las fuerzas delpais en hombres i material.
ART. 209. El Jeneral establece el orden de batalla del
Ejército sin sumision a esta lei.
Puede nombrar o exhonerar temporalmente a cualquier
oficial en cualquier Comando.
ART. 210. El Consejo Federal erdena el llamado de to-
das las tropas que el Jeneral estime necesarias.
ART. 211. El Departamento Militar dirije el servicio te-
rritorial.
III. Caballos i Carros
DE LA ACADEMIA DE GUERIíA
NUEVA CARABINA
UNIFORME DE LA LANDWCHR
CICLISTAS MILITARES