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Abram fue llamado por Dios para abandonar la tierra en donde habitaba

en Harán, Dios le hizo tres promesas, que le seria dada la tierra de


Canaán, que haría una gran nación de su descendencia y que por esta
serian benditas todas las naciones de la tierra.
Abram creyó a Dios y abandono la tierra donde vivía junto a su esposa y
a su sobrino, para ir a la tierra que Dios le había prometido que le daría
a su descendencia, esto sucedió cuando Abram tenía setenta y cinco años.
Llego a Siquem pero debido a una sequía bajo para vivir en Egipto. Ya
que Dios los había prosperado Abram y su sobrino Lot no podían seguir
viviendo en la misma tierra ya que la tierra no podía sostenerlos a ambos
por lo que se separaron. Al separarse Lot se vio capturado debido a una
lucha entre diferentes reinos de la región, hecho que llevo a Abram a ir
en su rescate. Una vez estuvo Lot a salvo volvieron a separarse. A su
vuelta a casa Dios reafirma su pacto con él.
Ya que la promesa de Dios tardaba, Saraí, la esposa de Abram, convenció
a su esposo para tomar a su sierva Agar para que le diera hijos en su
lugar, unión de la cual nació Ismael.
Dios pide la circuncisión como señal del pacto con Abram y le dice que
Ismael no es el hijo que había prometido y le anuncia el nacimiento de
Isaac.
Se da luego la destrucción de Sodoma y Gomorra, de la cual es salvado
Lot por el amor de Dios hacia Abram quien intercede por él.
Se relata el nacimiento de Isaac, también como Agar e Ismael son
echados de la casa de Abram a petición de Sara.
Dios le pide a Abraham que sacrifique a su hijo, al ver que este no se lo
niega, le reitera el pacto que ha hecho con él. Después de la muerte de
Sara, Abraham manda a uno de sus criados a buscar esposa para Isaac,
este trae a Rebeca, la cual le da dos hijos a Isaac, Esaú y Jacob. Abraham
toma otra mujer después de la muerte de Sara pero Isaac nunca deja de
ser su heredero.
Tras la muerte de Abraham Dios reitera su promesa a Isaac, hará de él
una gran nación. Con engaño, Jacob roba de su hermano no solo su
primogenitura sino también la bendición de su padre.
Huyendo de su hermano Esaú, Jacob es bendecido por Dios y recibe la
promesa que habían recibido su padre y su abuelo. Se va a vivir en la
tierra de donde era su madre, donde se enamora de Raquel, la hija de
Labán su tío, para quien trabaja, obteniendo así a Lea y a Raquel como
esposas.
Jacob tuvo doce hijos, Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón fueron
los hijos de Lea. Gad y Aser fueron los hijos de Zilpa (sierva de Lea). José
y Benjamín fueron los hijos de Raquel. Dan y Neftalí fueron los hijos de
Bilha (sierva de Raquel).
Dios dice a Jacob que regrese a la tierra donde vivía con su padre, durante
su viaje de vuelta se topa con el ángel del señor con el cual lucha hasta
que este lo bendice. Dios cambia el nombre de Jacob, que significa
suplantador, con Israel que significa príncipe.
Jacob regresa a Canaán y se reconcilia con su hermano Esaú, con quien
se queda a vivir hasta que notan que tienen demasiadas posesiones para
vivir juntos por lo cual se separan.
Desde el momento de su nacimiento, Jacob muestra preferencia por José,
habiéndolo tenido en su vejez y siendo hijo de su esposa amada Raquel.
Debido a ello sus hermanos no lo querían, por lo cual cuando tuvieron
oportunidad lo vendieron a unos madianitas, los cuales lo llevaron a
Egipto.
Estando en Egipto, José es comprado por un oficial de Faraón, habiendo
sido bendecido por Dios, José es prosperado en todos los trabajos que
realizan por lo que llega a ser el administrador de la casa de Potifar, su
dueño, hasta que la esposa de este al no poder obtener lo que deseaba
hace que lo metan en prisión. Dentro de prisión José interpreta los sueños
del copero y el panadero del faraón. Ambas profecías se cumplen y el
copero es restituido en su puesto en donde se olvida de José, mientras el
panadero es ejecutado.
Pasado el tiempo, Faraón tiene dos sueños los cuales no pueden ser
interpretados por nadie, momento en el que el copero del faraón le habla
de José y como su predicción se hizo realidad. José es traído delante de
faraón quien interpreta su sueño, en el que habría siete años de
abundancia y siete años de escases.
Ya que ha interpretado su sueño y le ha dado la solución a lo que ha de
pasar, faraón pone a José como su segundo, entregándole el control y la
autoridad para que pueda evitar que Egipto sea afectada por lo que
ocurrirá.
José administra la tierra de Egipto durante los siete años de abundancia,
guardando alimentos para los años en los cuales habría hambre.
Estando en Egipto José tuvo dos hijos, Manases y Efraín.
Durante los años de hambre, la casa de Israel tuvo necesidad de
alimentos por lo que los hijos de Jacob bajaron a Egipto a comprar
comida, reconociéndolos José, les puso a prueba, tras lo cual les dio a
conocer que él era el hermano a quien ellos habían vendido como esclavo.
José, después de darse a conocer a sus hermanos les pide que regresen
con su padre y lo traigan a Egipto para que sobrevivieran al periodo de
hambre.
Al saber Jacob que José vivía, vino junto con toda su familia a vivir a
Egipto, donde fueron bien recibidos por faraón. Estando ya establecidos
en la tierra que les dio faraón, llamo Jacob a José y lo bendijo junto con
sus hijos, profetizando que Efraín seria mayor a Manases. Llamo también
a todos sus hijos a los cuales dio palabra de lo que había de pasar con
ellos antes de morir.
Y pido Jacob que lo enterraran junto a sus padres, lo cual hizo José al
morir su padre. Y había dicho Dios a Jacob que no se quedaría su
descendencia en Egipto, que Él los llevaría de vuelta a la tierra de Canaán
por lo que al morir José, pidió que cuando salieran de Egipto se llevaran
con ellos su cuerpo.

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