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Jacques Le Goff Pierre Nora HACER LA HISTORIA Il. Objetos nuevos | editorial laia/barcelona | | 240 ncaves ozoo¥ dos Unidos, en donde ta ley, deste hace una veintena de fos, autoriza la comunicacign de las enctestas soliltadas por el gobierno, al cabo de s6lo dos afos de espera. A la vista de una prictica tal, las precauciones y los retrasos con que se ha rodeado Ja comunicacién de los documentos de historia contemporinea parecerin pronto initiles y obsoletos, He ahi cuando menos un benefiio que no se disputaré a lox sondeos, esos hijos de le obsesién contable y de la democta tizacién’galopante de la informacion.” {35 Fa pitleadas: ademés, en Ia mdida en que Yop clientes» toto Bee abe leans lu reves" in aca "hr uteinde socedaies y brute Detadas nh ied east fee et, rv Nn ha gba un mera espacial {as Sat ih ‘Sondeos de’ opin. ¥ opiatin sobre Ise scdecas’ 7) Mud El cine Un contraanilisis de la sociedad2* por Marc Ferro {Ser el cine un documento indescable para el historia- dor? Casi centenario, pero ignorado, ni siquiera cuenta en- te las fuentes dejadas de lado, No entra en el universo men tal del historiador. El cine no habia nacido atin cuando la historia adquirié sus habitos, perfecciond su méiodo, dejé de marrar para ex plicar. EI clenguajes del cine resulta ininteligible, de inter- pretacién incierta. Pero esta explicacién no puede satisfacer 18 quien sabe del infatigable ardor de los historiadores, en- ‘carnizados en descubrir nuevos dominios, en considerar co- ‘mo esencial To que estimmaban basta ahora no interesante. 'No tenemos aqui ni incapacidad nf retraso, sino recha2o inconsciente que procede de causas complejas. Examinar qué emonumentos del pasados el historiador transformé en. ocumentos, y luego en nuestros dias «qué documentos la historia transforma en montimentos», seria una primera for- ‘ma de comprender y ver por qué no figura el cine! ‘A fuerza de interrogarse sobre st oficio, de preguntarse cc6mo escribe Ia Historia, el historiador ha acabado por ol dar el andlisis de su propia funcién, Pues bien, sila ideologia Gol historiador ha variado, si varias rizas de historiadores: cohabitan y constituyen centros que, entre sf, apenas se 1 conocen, pero que los no historiadores identifican cuando menos gracias los signos espectficos de su discurso, nos ddamos cuenta también de que la funcién apenas ha cambiado. * Dames las gracias a A; Akoun, MF. Brisclance, A. Goldman, ‘A. Morgardo, 5. GrguradouCabsqnns, B. Rolland, 0 Hllun y CL ES jckm gue han cheride leer este terio'y ayuarnos @ mefotsto. Te Bor tomer le expreida, da Michel Fovonia, HArchaalgie du savoir. Pans, Gallimard, pp. 1418 22 Mane PERO Son pocos los hisloviadores, de Otto de Frelsing a Voltite, de Pollbio a Emest Lavisse, de Tieito Mommsen que, en hombre del saber o Ia cencia, no hayan estado al servicio del principe, del Hstodo, de una clase, de la macién, en tne palabra, de un orden o un sistema; que, consciente 0.10, 20 hrayan sido un steerdote, un combatiente? ‘Al amanecer del siglo xx, cuando siempre a cuenta del Es tudo, el histoviador glorifies ala nacin, las Instrucchones mk nisteriaes hacen saber que si Ia ensefanza de Ia Historia no hha logrado resultados, vl maestco baba perdi el tempos? Segin la indole de su misi, sepsin tn epoca, ef histori. dor hia optado por tal eonjunto de fuentes, ha adoptade tal anétodo: los ha cambiado como in combationte cambia de armas y de tetiea cuando Tas que se ullizaban hasta enter ‘es habian pordido st eficacin. Si, so sabia que nadie escribia la historia inocentemente, pero este juicio pareco veriicarse como nunca a la vers del Siglo %x, cuando empieza a hacer sit aparicién el cinematd- grafo, En visperas de la Primera Guerra Mundial el histori dor lieva ya Tas botas, el easco, pronto para batirse. Emest Lavisse, historiador franeds, da estas instrucciones: A la censefiiza historica incumbe el deber glorioso de hacer amar y hacer comprendr a ln patria [..] todos nuestros hérors det pasado, atin envucltos de leyenda. Si el sluinno no se Teva el recuerdo vivo de nuestzs glotias nacionales, st 0 sabe que nuestros antepasades combatieron en ail campos de batalla por nobles causas, sino ha conseguido aprender ecuénta sangre y esfuerzo costé formar la unidad de la pax fia [-] y discernir lnego en el caos de nuestras viejas ine tituciones las leyes sagradas que nos hacen libres, si no se convierte en un tludadano penetrado de sus debores yun Soldado que ama su bandera, el maestro Iabré perdido el tiempos? Deber gloraso, heroes aun eniuelios de leyenda nobles eausas, wiidad de ta patria, leyes sogradas que nos hacen libres, soldado, estos Kérminos, estos principios se hae lia, 'con algin que otro matiz, ea toda Europa, en Kova: 2. Vex por ejemplo, G. Linus, La Naissance de Pistoriggraphie ‘modem, Pars, Panmarion, 17 J; Bizeawp y G. Palatine ator, Bovis A Clin, 1965 A. G, Wines, Ls Granae Doctrines de Phistoire Paris Gallimard, 1s Sabre lor disctraoe del htorador wer Rosotd Divine, Le discours de Piste on eSocal Seence Information st les acenors socass (sto 189), pp. 6571. 3."Giado en Piewe Nom Y Brncat avis, Son rile dans fa for ‘ion du sentiment ational, *Rewas historique (92), vo. ToD venience tatters cat aig a ‘MaceR 1 rEIsroRt8 2s levski, en Treitschke o Seeley: no es sélo Francia ls que «en ‘fn.en una era tricolors, Las fuentes que ulliza el historiador consagrado forma, en esta fecha corpus tan ctdadosee mente Jerarquizado como la sociedad a la que destin, Ia obra. Como esta sociedad, los documentos se dividen en cov feporias, en las que se distingnen sin estuerso a privilegiados, Iarginados, villanos, cLumpens, Como escribicra Benedetto Croce, ela historia cs. siempre contempordnear, Pues bien, ‘sta jerarquia relleja las zelaciones de. poder de principios ae siglo: en cabeza del corte, prestizioros, he ab los Ar. chivos de Bstado, manuscritoy 0 impresos, docamentos sink os, expresign de Sut Potencia, de Ia de las Casas, Parlamen: tom, Caras cuentas Tego Nie a eae‘ ee Jmpresos que ya no son secretos: textos juridios y legisla von, primero cxpresion del Poder, peridicos ¥ pubicaciones {espigs, que no emanan slo de dl, sino de ln sociedad calti ‘vada total, Las biograias, las fuentes de historia local, Ios relatos de viajeros forman la cola del cricjo. La Historia se comprende desde el punto de'vista de cuantos han fomado argo la sociedad: hombres de estado, diplomticos, magistra das, empresstios yadministradores, Ellos han. coutribuido jusiamente a la tinidad de la.patria, « ie redacctdn do las eyes sagradas que nos hacen Kbres, ste. Bn umn focha en In aie la centralizacién refuera el poder del Estado, dinigentes de lo capital, en ue Ja empresa del eapitalismo monopolista gana, en que de un lado del Rin se trata de persuadir al pus bio de que Berlin tiene la grandeza de Ronta; del otro lado Gel vio de que Paris es una mieva Atenas; en esta fecha ea aque el conflicto euzopeo esté en punta, en que el frenest gue: srero vence a la ideologia, en que el fldsofo, el jursta, el Fistoriador estin ya mobilizados, zqué uttidad para la His toria podsia tener el folklore cays supervivenciaatestigua jistamente que In unlicacién cultural del pais no esta ain Twtalmente terminada; qué ulilidad para In Historia pod ser este pequefio principio de pelicula que representa Uh train ‘entrant en gare de la Ciotat? ‘A prineipios del siglo ¥%, zqné es el cinematégrafo para las mentes clares, la gente eullivada? «Una maquina de estir pldizacion y disolucién, un pasatiempo de ignorantce, de crix furas miserables engatiadas por su faena» (Georges Duhamel. Eifos no se dan 9 eeste especticulo de lotas. Las primerns decisiones do la jurlspradencia muestran cdmo e cine es re ‘sbido’ por las clases" drigentes, El cine se considera como tuna especie de atracsion forastera; el derecho no fe reoonoce

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