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Editado por:
Hugo Ramírez Guerrero
Posgrados de Agronomía
Universidad Centroccidental
Lisandro Alvarado (UCLA)
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Autores
x Anzalone, Alvaro (Ingeniero Agrónomo, M.Sc., estudiante de Doctorado).
Profesor Cátedra Malezas. Departamento de Fitotecnia. Decanato de
Agronomía. UCLA.
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INDICE
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INTRODUCCIÓN 8
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FERTIRRIEGO 70
I. Introducción 70
II. Tipos de fertirrigación 71
III. Inconvenientes y ventajas de la fertirrigación 71
IV. Aspectos a tener en cuenta en la fertirrigación 72
V. Necesidad de la fertirrigación 73
VI. Elementos que intervienen 74
VII. El fertilizante 77
VIII. Efectos de los fertilizantes en el agua de riego 82
IX. Preparación de las soluciones madre 86
X. COMPORTAMIENTO DE LOS ABONOS 87
XI. Fertirrigación de cultivos hortícolas. 89
XII. Programa de fertirriego para cebolla amarilla de exportación 90
XIII. Proceso de los cálculos en fertirrigación 91
Literatura 91
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INTRODUCCIÓN
La continua degradación del ambiente por la agricultura intensiva ha logrado una toma
de conciencia del sistema agrícola, lo cual unido a las presiones de tipo económico,
social y político están originando que muchos agricultores estén considerando cambiar
del manejo convencional de los cultivos a sistemas integrales, sustentables y/o
orgánicos. Así cada vez vemos un mayor número de investigaciones con objetivos
claros hacia una agricultura para el futuro e introduciendo, adaptando o reincorporando
diversas practicas bajo contextos sostenibles como es el caso de los sistemas de
producción agrícola integrada, orgánica y urbana bajo diferentes condiciones climáticas.
Estas investigaciones mayormente corresponden con el estudio de los recursos más
sensitivos a la degradación en los ecosistemas; el suelo, agua y los cultivos.
Cuando nos referimos a productos olerícolas de una alta inversión y manejados bajo
sistemas intensivos, es muy importante tomar en cuenta su sostenibilidad y muy
específicamente si hablamos de importantes cultivos en el mundo y específicamente en
los trópicos, como es el caso de la cebolla (Allium cepa L.). Las regiones tropicales
cubren aproximadamente un 40% de la tierra cultivable en el mundo y son el lugar para
una alta proporción de la población mundial y principalmente el hogar de habitantes con
problemas de pobreza, mal nutrición y otras desventajas. Muchos de los cultivos
importantes económica y nutricionalmente son sembrados ampliamente en los trópicos,
siendo la cebolla la segunda hortaliza más importante luego del tomate. La cebolla y los
otros cultivos del genero Allium se han convertido en un campo de exploración muy
prometedor debido a su alto numero de especies (más de 600), a sus propiedades
culinarias altamente apreciadas y a sus propiedades terapéuticas y medicinales por la
cual este genero Allium podría convertirse en una valiosa fuente de los así llamados
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alimentos funcionales.
Aunque el cultivo de la cebolla tiene una mejor adaptación en las áreas subtropicales y
templadas, los países tropicales siembran alrededor del 30% (8.4 millones de
toneladas) de la producción mundial. En los trópicos los cultivos de Allium son
sembrados principalmente en pisos altos donde la temperatura y otras condiciones
ambientales son favorables. Sin embargo, podemos observar que cebollas de días
cortos han sido introducidas en ambientes semiáridos durante las ultimas cinco
décadas, convirtiéndose en un cultivo muy importante en algunos países tropicales
como Nigeria, Níger, Brasil y Venezuela. Nuestro país tropical tiene un gran potencial
para la producción de cebolla, siendo el valle de Quibor en el estado Lara y sus
alrededores bajo un clima semiárido calido un área hortícola muy importante, la cual
aun hoy en día se mantiene como el mayor productor de cebolla en el país. Sin
embargo, a pesar de la importancia de este cultivo a nivel nacional, existe poca
investigación sobre la producción de cebolla bajo condiciones de campo en Venezuela,
de igual forma sucede con la investigación bajo condiciones tropicales en general.
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PRODUCCION SOSTENIBLE DE HORTALIZAS
Hugo Ramirez Guerrero
I. La Sustentabilidad
El terrateniente Varro (Siglo 1 a.C.) definió por primera vez la Agricultura Sostenible
como “Una ciencia que nos enseña cuales cultivos son plantados en cada tipo de suelo
y cuales operaciones son llevadas a cabo de manera que la tierra pueda producir los
mas altos rendimientos en la perpetuidad”. Desafortunadamente esta definición clara,
elegante y concisa se ha perdido y actualmente el concepto de sostenibilidad o
sustentabilidad se ha convertido en un término altamente politizado y en el tiempo ha
adquirido una diversidad de significados. Por ejemplo, los mejoradores de plantas y
demás técnicos agrícolas interpretan la sostenibilidad como el mantenimiento de la
fortaleza de la revolución verde. Sin embargo, las consecuencias de la aplicación de
tecnologías modernas de la revolución verde en países tropicales han resultado ser
muy diferentes y no sostenibles, en comparación con los grandes beneficios en países
con ambientes subtropicales o templados. También se puede notar que la revolución
verde fue originada principalmente para cultivos de sistemas de producción extensiva
(cereales), por tal su efecto ha sido muy diferente cuando se ha aplicado a cultivos de
producción intensiva caso hortalizas, así, su sostenibilidad con cultivos olericolas en
ambientes tropicales ha sido muy cuestionada.
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con fines claros como el de mantener o aumentar la biodiversidad del ecosistema
intervenido. La aplicación de todas estas técnicas integradas y sostenibles dependerá
del conocimiento preciso del cultivo, suelo, agua (cantidad y calidad), clima y las plagas
especificas, así, como una comprensión de la calidad pre y poscosecha de los cultivos y
del análisis de los costos de producción y mercadeo. Por supuesto, simultáneamente es
muy importante tomar particular atención a cualquier impacto de tipo social o cultural (la
familia, productor, comunidad, cooperativas, asociaciones, etc.).
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Los estudios de crecimiento, desarrollo fenológico y nutrición están disponibles para
numerosos cultivos, sin embargo estos estudios han recibido una menor atención en
relación al rubro Hortalizas y aun mucho menos si nos referimos a las hortalizas
creciendo bajo condiciones de clima tropical. Situación atípica tomando en cuenta que
existe un importante numero de hortalizas de origen tropical o subtropical. El
conocimiento de las etapas de desarrollo de cualquier cultivo debería ser la primera y
una herramienta esencial para realizar el manejo sustentable de la producción hortícola,
siendo de gran utilidad en la selección del momento mas apropiado de hacer las
recomendaciones de las practicas culturales tales como mecanización, fertilización,
riego, control de plagas, épocas de siembra, cosecha, labores de poscosecha,
mercadeo, así como para establecer modelos de crecimiento de los cultivos y en la
asistencia de la planificación de la investigación entre otras cosas.
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naturales son menos efectivos que los agroquímicos y su capacidad de oferta y calidad
son también precarias e inestables en nuestras condiciones principalmente. Por tal, un
manejo ecológico de plagas esta basado en el entendimiento de los ciclos de vida de
las plagas y su prevención a una acumulación poblacional excesiva. Existen diferentes
programas de manejo integrado de plagas (MIP), pero generalmente estos siguen las
siguientes etapas: 1. Definición del problema, 2. Prevención, 3. Observación, y 4.
Intervención o Control.
Literatura
Conway, Gordon. 1997. The doubly green revolution. Food for all in the 21st century.
Cornell University Press. Ithaca, New York. USA:
Reijntjes, C., Haverkort, B. and Waters-Bayer, A. 1992. Farming for the future. An
introduction to low-external-input and sustainable agriculture. Macmillan. ILEIA.
Leusden, Netherlands.
Stoll, G. 2000. Natural crop protection in the tropics. Ed. Margraf Verlag.
13
LA SEMILLA, LA PLANTULA Y LA PLANTA DE CEBOLLA
Ramón Díaz
El origen de la cebolla, según varios autores citados por Currah y Proctor (1990), se
ubica en el suroeste de Asia Central, formado por Irán, Afganistán, Pakistán y otros
países al sur de la ex Unión Soviética.
En los últimos 100 años, esta hortaliza ha sido bien estudiada en diversos tópicos
como: Caracterización Genética y Fisiológica, Manejo Integrado de Plagas, Aspectos
Agronómicos, Producción de Semillas, Sistemas de Producción, Procesamiento
Industrial y Conservación.
De acuerdo con la FAO (2004) en el año 2003 el volumen de producción a nivel mundial
estuvo alrededor de 37 millones de toneladas cosechados en una superficie de 2
millones cien mil hectáreas, liderizando ésta producción los siguientes países: China,
India, Estados Unidos, Turquía y Japón. A nivel latinoamericano destacan: Brasil,
Argentina, Chile, México, Perú y Colombia.
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producción).
En el caso de nuestro país (Venezuela) los cultivares con mejor adaptación son los de
Día Corto (Texas Early Grano 502, Texas Grano 438, Híbridos Utopía, Henry Special,
429 y otros).
Una de la debilidades que se tiene en el país para darle inicio a un proceso formal de
producción de semillas de cebollas, es la de no tener un Programa de Mejoramiento
Genético. A partir del año 2005 con la implantación del Plan Nacional de Semillas, se le
está dando un impulso vigoroso a la producción de semillas, especialmente aquellas de
consumo masivo, como: tomate, cebolla, pimentón, ajo, algunas plantas aromáticas
como: cilantro, perejil, y otras.
Para este proyecto el Ministerio de Ciencia y Tecnología a través del Instituto Nacional
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de Investigaciones Agrícolas (INIA) firmó un convenio con la República de Cuba, en las
primeras fases comprende un programa intensivo de capacitación a productores y
técnicos, generación de variedades de polinización abierta para pequeños y medianos
productores y en un mediano y largo plazo, la producción de materiales híbridos,
haciendo énfasis en la resistencia a plagas y enfermedades.
A. Ciclo de Vida
Desde la siembra de la semilla en el semillero, hasta la cosecha del bulbo, ocurren una
serie de eventos importantes, que muchas veces dan respuesta a problemas que se
presentan a los agricultores en el proceso productivo de esta hortaliza.
En las áreas productoras de cebollas en el país, ésta se hace por transplante y para ello
elaboran semilleros (pocetas, levantados) y en los últimos años se esta popularizando
el uso de bandejas (polietileno, anime) con un sustrato, pero el transplante se hace a
raíz desnuda.
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Figura 1. La planta de cebolla
Después de cierto tiempo, la planta de cebolla deja de producir hojas con láminas
visibles y solo se forman vainas engrosadas dispuestas en forma concéntrica,
constituyendo las túnicas o sea las carnosas del bulbo, las cuales en conjunto con las
primeras vainas engrosadas, forman el bulbo o parte comestible de la planta de cebolla.
En este proceso de hinchamiento de las vainas de las hojas, se genera un movimiento
masivo de elementos nutritivos desde las hojas hacia la base de las vainas. Para
obtener buenos rendimientos es necesario tener como meta lograr que la planta de
cebolla tenga su máxima expresión foliar (crecimiento) y que debe ocurrir entre 50-70
días después del transplante.
Cuando termina la emergencia de hojas con lámina visible (se inicia la maduración del
bulbo, entre 120-140 días después de la siembra en el semillero) el cuello de la cebolla
se torna hueco y suave, las hojas se doblan y finalmente mueren. Durante este
proceso, todavía existe movimiento hacia el bulbo hasta la maduración total del bulbo.
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En general, en las áreas productoras de ésta hortaliza la cosecha se hace cuando 50 a
70% de las hojas están caídas.
Los cultivares sembrados en Venezuela tiene un ciclo de vida que oscila entre los 140 y
170 días desde la siembra en los semilleros hasta la cosecha. En todo caso el ciclo de
vida va a depender del fotoperíodo, la temperatura, fertilidad del suelo y el cultivar.
C. Almacenamiento de Cebolla.
En el país, casi toda la cebolla que se cosecha, es vendida al mercado fresco interno y
mínimas cantidades son exportadas a países cercanos (Aruba, Curazao, Bonaire y
Colombia). Como se planteó anteriormente existe una época del año en la cual la
producción no satisface la demanda interna y se acude muchas veces a importaciones
masivas. que perjudican no solo a la producción nacional, sino también a los
consumidores (entrada de cebolla de mala calidad).
Los bulbos de cebolla dentro del almacén deben ser mantenidos a las temperaturas y
humedades apropiadas para lograr una conservación efectiva y exitosa. Con
temperaturas y humedades por encima o por debajo de las recomendaciones, puede
ocasionarse un rápido deterioro de los bulbos y pérdidas cuantiosas en el almacenaje.
Las temperaturas apropiadas para el almacenamiento de bulbos, están dentro de dos
rangos: de 0º - 5º C. y de 25º - 30º C. Y la mejor humedad relativa debe estar entre 60 y
75%.
Díaz en 1999, almacenó bulbos de cebolla de la variedad Texas Grano 438 durante 3
meses en la localidad de Quibor, con pérdidas de un 30% que se puede considerar en
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los límites tolerables. La temperatura promedio de almacenamiento fue de 24º C y la
humedad relativa de 73%.
Literatura
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20
FISIOLOGIA DEL CRECIMIENTO Y PRODUCCION
Hugo Ramirez Guerrero
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almacenamiento de un bulbo maduro consiste de catáfilas sin laminas foliares. En
plantas creciendo normalmente la diferenciación de hojas foliares o catafilas parece
tomar lugar cuando las primeras alcanzan alrededor de 1mm de largo. Autores como
Heath y Holdsworth en 1948, encontraron que los primeros signos visibles de
bulbificación en secciones longitudinales de una plántula de cebolla fueron un ligero
ensanchamiento de la base o vaina foliar de la hoja emergida mas joven y la aparición
de un espacio vació dentro de una de las pequeñas hojas iniciales en desarrollo. Este
espacio aumenta por el continuo crecimiento de la vaina foliar en cuestión y la
culminación del crecimiento de la lámina foliar de la próxima hoja inicial dentro de ella.
Muchos autores han observado etapas bien definidas en el ciclo de crecimiento del
cultivo de la cebolla bajo condiciones de días largos. Investigadores como Nagai y
Hanoaka en 1967, reportaron tres fases de crecimiento las cuales eran notables,
caracterizadas por un periodo de lento crecimiento foliar, un periodo rápido hasta el
inicio de la bulbificación y por un rápido desarrollo del bulbo. Observaciones por Jones y
Mann en 1963, han demostrado que cultivares de días largos creciendo bajo
condiciones inadecuadas para su bulbificación tenían la habilidad de producir hojas
verdes continuamente. Esta interacción entre el crecimiento foliar y el desarrollo del
bulbo es mas pronunciada bajo condiciones de alta temperatura y esto es debido a que
este factor en muy importante influenciando el comportamiento de la cebolla. Según
investigadores de Nueva Zelanda en 1996, la producción de hojas después de la
bulbificación es considerada clave en el desarrollo del bulbo ya que ellas son las
suplidoras principales de los asimilados para la expansión del bulbo. El tiempo
requerido de las hojas para desarrollar y madurar así como también el numero de hojas
influenciará la duración del área foliar y por ende la capacidad fotosintética de la planta
y su potencial para la expansión del bulbo.
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precozmente. El crecimiento y desarrollo de los cultivos ha sido objeto de muchos
estudios, conociendo que esto es controlado por un patrón complejo de factores
ambientales. El desarrollo de la planta de cebolla toma una secuencia de distintas fases
cronológicas lo cual ocurre en respuesta a las condiciones ambientales, siendo los dos
principales factores la duración del día y la temperatura. El desarrollo del bulbo de la
cebolla ha sido de interés para los fisiólogos vegetales casi desde el descubrimiento del
fotoperiodismo al inicio del siglo pasado. Los cultivares de cebolla adaptados a
diferentes ambientes difieren inicialmente en su respuesta al fotoperiodo.
Investigadores como Wright y Sobeih en 1986, concluyeron que la cebolla es una planta
de días largos obligada para la bulbificación y la respuesta a la bulbificación también
depende de la luz integral experimentada dentro del día largo así como del ambiente de
crecimiento previo. La transferencia de plantas de fotoperiodos inductivos a no
inductivos puede revertir el desarrollo del bulbo. La evidencia indica que la culminación
del desarrollo del bulbo requiere de fotoperiodos largos continuos y no es una respuesta
inductiva como la floración en muchas plantas de días largos.
Los términos “día largo”, “día intermedio”, y “día corto” puede causar confusión cuando
estos son aplicados a los cultivares de cebolla. Estos términos son ampliamente usados
por los mejoradores y técnicos agrícolas para describir los requerimientos de
fotoperíodo para bulbificar de los diferentes cultivares. Los cultivares de “día corto”
pueden formar bulbos bajo fotoperíodos cortos encontrados a bajas latitudes, mientras
que los tipos “día largo” no pueden, y ellos solamente bulbificarian en fotoperíodos
largos de latitudes altas en la época de verano. “día corto” no significa que estos
cultivares se comportan como cultivares de días cortos en el estricto sentido de que
solamente bulbifican cuando el fotoperíodo es menor a una cierta longitud: no existe
evidencia experimental para tal respuesta. Los cultivares de día corto se comportan
típicamente en que la bulbificación es mas rápida a medida que el fotoperíodo aumenta.
Los cultivares simplemente difieren en el fotoperíodo critico requerido para bulbificación
y el rango de fotoperíodo sobre el cual ellos responden.
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existe una escasez de investigación e información en la producción de cebolla en el
país, particularmente en lo relacionado a tópicos fisiológicos y ambientales.
Observaciones de varias partes del mundo demuestran que la época de desarrollo del
bulbo esta relacionada con la época de siembra y no esta determinada por un
fotoperiodo critico o por fotoperiodos y temperaturas crecientes. Por ejemplo, en Sudan
y Venezuela, donde los fotoperiodos y temperaturas difieren poco con la época del año,
los cultivos de cebolla son sembrados y los bulbos son cosechados en cualquier época
del año. De acuerdo a Brewster (1990) existen varias posibilidades las cuales pueden
explicar estas observaciones: 1) el fotoperiodo/temperatura requerido para la
bulbificación declina con la edad de la planta, 2) el tamaño de la planta (plantas mas
viejas son mas sensitivas a los estímulos fotoperiodicos que plantas mas jóvenes de
similar área foliar), 3) los estímulos para la bulbificación se acumulan lentamente así
que una época suficiente dada para la bulbificación siempre ocurre, y 4) el crecimiento
del cultivo y la competencia cambia el ambiente de plantas individuales de tal manera
que favorece el desarrollo del bulbo. Experimentalmente es difícil aislar estas posibles
explicaciones. Todos estos factores pueden contribuir a la disminución aparente del
fotoperiodo crítico con el tiempo y explica la ocurrencia del desarrollo del bulbo en
climas de cortos o decreciente fotoperiodo y temperatura. Hay otros factores los cuales
pueden contribuir a esta situación, tales como precipitaciones, suelo, radiación,
nutrición, material genético, densidad de población, prácticas culturales, etc. También el
proceso de bulbificación es el resultado probablemente de una adaptación al desarrollo
en diferentes épocas de siembra o fotoperiodos y rangos de temperatura.
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II. Crecimiento y desarrollo del bulbo de cebolla en Quibor estado Lara.
En la zona de mayor producción de cebolla en Venezuela; Quibor, cebollas amarillas de
días cortos son sembradas todo el año y las áreas mas importantes están localizadas
en condiciones semiáridas entre los 9 y 11º de latitud Norte. Toda la siembra de cebolla
es por transplante manual, usando plántulas con tres a cuatro hojas de 45 a 50 días de
germinada de semilleros realizado en el suelo a campo abierto. Las plántulas son
transplantadas a parcelas regadas superficialmente con cuatro a seis pequeños surcos.
Las siembras son regadas generalmente a intervalo semanal. Debido a la alta tasa de
evaporación y la baja penetración de agua en el suelo, el agua de riego permanece en
los surcos por tres a cuatro días (casi hasta el próximo riego). Las plántulas de cebolla
enfrentan un estrés de transplante durante las primeras dos semanas en el campo.
Entonces, la etapa de prebulbificación se reinicia, seguida por la bulbificación y la etapa
final de maduración.
A. Inicio de la bulbificación.
Un cambio en la relación de los diámetros de bulbo y cuello (índice de bulbificación, IB),
es un indicador sensitivo y consistente del comienzo de la bulbificación. En la
bulbificación el diámetro de bulbo comienza a aumentar muy rápidamente y así la
relación de diámetros también incrementa. Durante mucho tiempo ha sido conocido que
el crecimiento y desarrollo de cebolla es promovido por días largos y altas
temperaturas. Sin embargo en la mayoría de estos estudios sobre las respuestas
fisiológicas del cultivo de cebolla a factores ambientales se ha usado cebolla bajo
climas templados. Adicionalmente, aunque siguen existiendo algunos desacuerdos
entre los investigadores en cuanto a las etapas de crecimiento de la cebolla, ellos han
venido usando los mismos índices y tasas de crecimiento comúnmente definidos para
cebollas creciendo en climas templados en los estudios de cebollas en los trópicos.
Como un ejemplo, podemos observar que se han venido usando diferentes IB como un
criterio para definir la iniciación de la bulbificación, tales como un IB de 2, 1.8, y 1.2.
Existen reportes previos donde han usado un IB de 2 para definir el inicio de la
bulbificación, sin embargo, a esta etapa la bulbificación ya esta activada y adelantada.
En este estudio, se uso un IB de 1.2 en lugar del valor acostumbrado definido como 2.
La figura 1 muestra las fechas de inicio de la bulbificación promedio de dos cultivares
de cebolla en cuatro épocas de transplante, calculadas y usando el método de las
sumas acumuladas (cusum). Las fechas estimadas del inicio de la bulbificación para
todas las épocas y cultivares oscilo desde los 35 a los 42 ddt. Las épocas de
transplante de junio y agosto mostraron signos más tempranos de inicio de la
bulbificación, mientras esto fue más tardío en las épocas de Diciembre y Marzo. En
todos los casos el IB fue menor que 2 cuando la bulbificación se inicio.
Aunque muchos factores pueden estar afectando estas respuestas, una bulbificación
más temprana en las épocas de transplante de junio y agosto puede ser explicada por
los efectos de fotoperiodo y temperatura. Plantas creciendo luego de estos periodos
reciben los fotoperiodos más largos y las más altas temperaturas nocturnas en su
periodo de semillero y en el campo final (Figura 2).
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7 10
MARZO MARZO CD
CUSUM (1.2)
6
TG
5
IB CD
4 5
TG
B
2
1
0
0 14 28 42 56 70 84
0 14 28 42 56 70 84
10
7
JUNIO CD
JUNIO
CUSUM (1.2)
6
CD TG
5 TG
IB 4 5
3 B
1 0
0 14 28 42 56 70 84 0 14 28 42 56 70 84
10
7
AGOSTO
AGOSTO
6
CUSUM (1.2)
IB 5
CD
4
CD TG
3 B
TG
2
1 0
0 14 28 42 56 70 84 0 14 28 42 56 70 84
7 10
DICIEMBRE DICIEMBRE
6
CUSUM (1.2)
IB
4 5
3 CD
CD B
TG TG
2
1
0
0 14 28 42 56 70 84
0 14 28 42 56 70 84
Dias después de transplante
Dias después de transplante
26
Temp © Hum.Rel.(%) PP(mm)
Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
200
150
100
50
0
Min. Temp Max. Temp
31
26
21
16
Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
0 0
HorasLuz
11
Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
27
En el intervalo entre el inicio de la bulbificación y la maduración del bulbo, existe el
periodo de translocación de la materia seca al bulbo, lo cual es detectado por una
perdida neta en el peso seco de las laminas foliares no senescentes. Estas perdidas
representan los asimilados los cuales son translocados a los bulbos en lugar de
perderse como material foliar senescente. El inicio de la translocación de la materia
seca al bulbo es la fecha cuando la relación entre el peso seco del bulbo mas el
pseudotallo y el peso seco de la lamina foliar o índice de translocación (IT) excede a
1.2. No obstante, en este estudio cuando el IT de 1.2 fue alcanzado, el inicio de la
translocación de materia seca al bulbo estaba ya bien avanzado. SE observo que hubo
un aumento abrupto del IT en todas las épocas de transplante a los 42 ddt. Este cambio
estima el inicio de la translocación de la materia seca al bulbo, variando desde 0.2 a 0.3
unidades de IT aproximadamente. Este patrón de crecimiento es particularmente
diferente de la mayoría de reportes publicados de cebolla creciendo en climas
templados.
En relación a la madurez del bulbo, la TCC del bulbo para la época de transplante de
diciembre mostró máximos valores entre los 84 y 98 ddt y luego disminuyo. No
obstante, el TCC de la hoja alcanzo su pico entre los 63 y 70 ddt para luego disminuir.
El número de hojas mostró una tendencia similar a la TCC del bulbo, disminuyendo
abruptamente luego de los 98 ddt. Tomando en consideración todas estas tendencias,
la época estimada de la maduración del bulbo para estos cultivares y en estas
condiciones semiáridas podría estar iniciándose luego de los 98 ddt.
28
Finalmente y haciendo una generalización derivada de las figuras 1 y 2, las etapas de
crecimiento y desarrollo del cultivo cebolla de días cortos (cultivares TG y CD) en
condiciones del semiárido calido tropical pudiese ser estimada por tener una primera
etapa de germinación, emergencia y crecimiento de la plántula (45 días), una segunda
etapa de prebulbificacion (35 días), tercera de bulbificación (35 a 90 ddt) y finalmente la
cuarta etapa de maduración del bulbo (después de los 90 ddt). Adicionalmente,
podemos observar el inicio de la translocación de peso seco a los bulbos ocurriendo a
los 42 ddt. Sin embargo, la duración de cada etapa pudiese ser modificada por la
precipitación e infección de plagas (enfermedades, insectos, malezas), pero cambios
producto de una pequeña variación de fotoperiodo y temperatura en estas condiciones
del semiárido tropical serán muy leves.
A. Inicio de la bulbificación.
Las fechas estimadas del inicio de la bulbificación para todos los cultivares osciló entre
los 35 y los 42 ddt. Así, los cultivares Safari, Excalibur, E Brown, W Brown, E White, y
Nirvana iniciaron su bulbificación a los 35 ddt, mientras que los demás cultivares lo
hicieron a los 42 ddt, y con una clara muestra que el cultivar Orlando inicio la
bulbificación a los 56 ddt (Figura 3). Al hacer comparaciones con la principal zona
productora de cebolla en Venezuela (Quibor), se observa que en realidad no hay una
diferencia notable en lo referente a horas luz (solo existe casi un grado de diferencia en
latitud) y a precipitación (lluvia). Sin embargo, se pueden notar diferencias
considerables en relación a la temperatura y la evaporación, así se pueden observar
temperaturas mas altas en Zaraza y una evaporación ligeramente mayor en Quibor.
Esta característica representativa del clima de los llanos tropicales, podría en cierta
forma estar influyendo directamente en el crecimiento y desarrollo del bulbo de la
cebolla y contribuyendo a definir su crecimiento foliar más acelerado, el proceso de
bulbificación más temprano y su calidad. Así como a acentuar las diferencias en la
producción de cebolla con relación a Quibor en la misma época.
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Rendimientos (kg/ha): Mata Hari (59.907), Linda Vista (59.137), Granex 429 (50.889),
Mercedes (50.138), Reina 438 Paimer (49.811), PS1791 (48.989), Don Víctor (48.982),
Reina 438 Semiorto (45.324), HA-1367 (44.893), Nathasha (43.915), Orlando 686
(43.577), HA1477 (42.595), TG 438 (42.590), Excalibur (41.503), Centaur (40.997),
Princesa (39.566), E White (37.739), E Brown (35.848), W Brown (34.534), Nirvana
(34.311) y Safari (25.801).
Figura 3: Crecimiento, desarrollo y rendimientos de veintiún cultivares de cebolla en Zaraza estado Guarico. Etapas
(días): semillero (a-c, 56 días en bandejas), prebulbo (d-e, 35-42 días), bulbificación (f, 35-42 días) y maduración (g,
+77 días después de transplante, ddt). Fecha de transplante: 01 de febrero de 2005 y Fecha de cosecha: 01 de
mayo de 2005
30
B. Maduración del bulbo.
En la búsqueda de un indicador más confiable de la madurez del bulbo y adaptable a
condiciones tropicales; en este estudio se podría asumir que el inicio de la maduración
ocurrió cuando el diámetro y pesos se estabilizaron o dejaron de aumentar. Según los
resultados arrojados, se puede observar que para la mayoría de los cultivares esto
sucedió a partir de los 77 ddt, con la excepción del cultivar tardío Orlando, el cual
continuo su tendencia (peso seco de bulbo) de aumentar incluso a los 90 ddt. Tomando
en consideración todas estas tendencias, la época estimada de la maduración del bulbo
para estos cultivares y en estas condiciones de los llanos centrales de Venezuela
podría iniciarse luego de los 77 ddt (Figura 3).
Literatura
Abdalla, A. A. 1967. Effect of temperature and phoptoperiod on bulbing of the common
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revue Suisse de Viticulture, Arboriculture et Horticulture. 6:101-104.
32
EL AMBIENTE Y EL CULTIVO DE LA CEBOLLA
Rafael Rodríguez y Jorge López
I. Generalidades
La cebolla se ha cultivado durante 5.000 años o más y actualmente no existen como
especies silvestres, sin embargo, la mayoría de los autores coinciden que su centro de
origen se ubicaría en las regiones montañosas de Turquía, Irán, Afganistán y Pakistán,
además tanto la anatomía como su fisiología indican con claridad que este cultivo se
desarrolla bien en condiciones de baja humedad relativa, alta insolación y adecuado
suministro de agua.
Por estas razones se hablara en adelante sobre la zona intertropical y se hará énfasis
especifico a la zona ubicada entre los 12 y los 0° de latitud norte, donde se localiza
Venezuela.
En cuanto a los ambientes semiáridos en esta misma zona l, se puede señalar que la
realidad ambiental esta caracterizada por lluvias altamente erráticas y suelos muy
pobres en nutrientes. En países caracterizados por este tipo de ambientes, viven
alrededor de 700 millones de personas que dependen de la producción de pequeños
agricultores quienes están a merced de las fluctuaciones climáticas presente en esta
33
zona. Es de resaltar que el semiárido tropical representa el 13 % de la superficie
mundial donde habita el 15 % de la población mundial y solo produce el 11 % de sus
requerimientos alimenticios.
Venezuela se localiza cerca del Ecuador, entre 0° 43' y 12° 12' (Figura 2), mostrando un
patrón climático anual con diferencias espaciales en algunas regiones que se
relacionan con factores locales como orografía y altitud. En algunos lugares en el norte
del país, frente al mar Caribe (Golfo de Cariaco) y en las depresiones del estado Lara y
Falcón, la cantidad de lluvia anual es inferior a 500 mm y su distribución anual es
concentrada en dos épocas (régimen bimodal). En el estado Lara, específicamente en
la región de Quibor existe un balance negativo en el régimen hídrico, con una larga
estación seca durante todo el año (López, 2000). Este mismo autor señala que en esta
depresión tectónica las condiciones ambientales están relacionadas al efecto orográfico
de la sierra de portuguesa la cual representa parte de las estribaciones finales de la
cordillera Andina en Sur América.
Al respecto Pinto (1983) señala que Venezuela, debido a su ubicación tropical, presenta
diversidad y heterogeneidad de ambientes físico – bióticos. Dentro de ese amplio rango
ecológico existen espacios cuyas condiciones naturales no son las más propicias para
que con las tecnologías conocidas se establezcan actividades agrícolas.
34
Figura 2. Venezuela vista desde el espacio
Diaz (2004), reseña que Venezuela presenta una agroecología muy variada,
determinada por la existencia de pisos bioclimáticos, que van desde el nivel del mar
hasta los 3500 metros de altura. La topografía, suelo, clima y demás factores del marco
ecológico dentro del cual están enclavadas las áreas de producción en el país, han
propiciado cierto agrupamiento geográfico, pero en ningún momento ha correspondido
a una zonificación con criterios técnicos establecidos.
35
III. Efectos ambientales sobre la cebolla
En el caso de la cebolla su adaptación o domesticación a condiciones diferentes a las
de su origen tiene diversas implicaciones en cuanto a su crecimiento y desarrollo.
Específicamente el conocimiento de la influencia de las condiciones meteorológicas
sobre la producción de cebollas es de vital importancia para mantener la producción
actual en un área determinada y mejorar su potencial. En este caso es necesario tener
conocimiento del ambiente atmosférico (temperatura, fotoperíodo, humedad relativa y
evapotranspiración) y su relación con el crecimiento y desarrollo en las diversas zonas
de producción (Brewster, 1994). En realidad, las condiciones atmosféricas y su
evaluación son importantes no solo para explicar la fenologia, fisiología y el rendimiento
del cultivo sino también en términos de recomendaciones técnicas a los agricultores,
para mejorar los sistemas de producción actuales de este cultivo en los trópicos (Díaz,
1994).
36
importante para iniciación de la bulbificación.
Aunque la cebolla es una planta de “día largo”en términos fisiológicos (Currah y Proctor,
1990), esta puede crecer bajo diferentes condiciones meteorológicas (Doorembos y
Kassan, 1979). La selección y adaptación de diferentes cultivares, hizo posible el
desarrollo de plantas que pueden crecer en latitudes bajas en las cuales la longitud del
día varía desde 11 a 13 horas.
Se ha hecho una clasificación de las cebollas en función de las horas necesarias para
la formación de bulbos, que se puede resumir de la siguiente manera; cebollas de días
cortos: son cultivares que forman bulbos con cerca de doce horas de luz (± 1 hora,
según la temperatura). Se les conoce también como cebollas tempranas y
generalmente, se comercializan inmaduras o con ramas. Cebollas intermedias: son
cultivares que forman bulbos con 12 a 14 horas de luz (± 1hora, según la temperatura) y
de días largos: son cultivares que forman bulbos con 14 o mas horas de luz (± 1hora,
según la temperatura).
37
las diferentes especies. Aun cuando dichas temperaturas críticas pueden ser
determinadas en la práctica con bastante aproximación, se ha comprobado que varían
notablemente según el grado de desarrollo y condiciones fisiológicas de la planta, el
tiempo e intensidad de la exposición y las interacciones con otras condiciones del
ambiente (Hartman, 1981).
38
Cuadro 1. Temperaturas de Quibor estado Lara
Estación: Quíbor Latitud: 09º55'11" Altitud: 682 (m.s.n.m)
Serial: 2204 Longitud : 69º37'39"
Tipo: C2 Municipio: Jiménez
Variable: Temperatura Media (ºC) Serie de tiempo: 1975-2004 Parroquia: Juan Bautista Rodríguez
Año Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Anual
1981 24,4 24,5 26 23,6 24,2 24,6 25 25,7 25 25 25 24,7 24,8
1982 23,8 24,7 24,6 24,9 25,3 25,2 24,8 25,5 26 25,5 25,2 24,4 25
1983 24,4 25,2 26,4 25,5 25,3 25,7 25,1 25,9 26 25,2 25,2 23,8 25,3
1984 23,1 24,5 25,8 26,4 25,5 25,4 25,2 25,2 25 24,9 24,8 23,5 25
1985 24,2 25 25,1 24,4 24,4 25 25,1 24,6 26 24,7 24,1 22,7 24,6
1986 23,2 23 24,5 26,2 25,3 24 25,5 26,5 26 24,8 25,2 23,5 24,8
1987 23,8 25,3 25,7 27,1 25,3 26,2 25,1 25,6 25 24,5 24,8 24,9 25,3
1988 24,6 25,2 26,5 26,6 28 26,1 26,2 24,3 26 24,8 25 24,4 25,6
1989 23,3 23,5 24,4 25,7 25,7 25,3 25,1 26,3 26 25,6 25,6 23,8 25
1990 24,5 24,1 24,7 25,9 25,1 25,5 25,4 25,6 26 25,6 25 24,5 25,2
Promedio 23,93 24,5 25,37 25,63 25,41 25,3 25,3 25,5 26 25,06 24,99 24,02 25,07
Pocentaje 7,96 8,15 8,43 8,52 8,45 8,41 8,39 8,48 8,58 8,33 8,31 7,99
Desv 0,57 0,77 0,81 1,07 1,02 0,66 0,39 0,68 0,40 0,39 0,39 0,68
CV 0,0239 0,03 0,03 0,04 0,04 0,03 0,02 0,03 0,02 0,02 0,02 0,03
De todos los recursos que la planta necesita para crecer y desarrollarse, el agua es el
más importante y limitante, pues es el componente mayoritario de las plantas, puesto
que llega a suponer hasta el 90% del peso fresco de las especies herbáceas y más del
50% en especies leñosas. El conocimiento de las necesidades de agua para riego,
implica básicamente saber cuándo y cuánto regar; o sea, la oportunidad del riego y la
lámina de agua a aplicar para obtener determinada productividad de un cultivo, en
determinado ambiente edafoclimático, sometido a determinadas prácticas agronómicas
(Grassi, 1987).
39
producción de los cultivos en el mundo es la carencia de agua, debido a que éstas
requieren de una cantidad óptima de agua para producir biomasa.
El agua es fundamental para la producción de los diferentes cultivos, por lo que se debe
hacer el mejor uso de ésta para lograr los altos rendimientos. Esto exige un
conocimiento adecuado del efecto del agua de lluvia y de riego sobre el crecimiento del
cultivo y su rendimiento en distintas condiciones de desarrollo (Doorenbos y Kassan,
1980).
Bajo las secas condiciones tropicales en Quibor, uno de los más importantes
requerimientos para las plantas, es el agua. Por lo tanto es necesario el desarrollo de
sistemas de riego así como también su planificación y diseño sobre la base de los
requerimientos hídricos del cultivo, las condiciones agronómicas y la ocurrencia de
lluvias.
40
0,6
0,5
Intercepcion %
0,4
0,3
0,5432
0,2 y = 0,3371x
2
R = 0,703
0,1
0
0 0,5 1 1,5 2 2,5
En términos del consumo de agua por parte del cultivo de cebolla, su desarrollo en un
medio con alta potencialidad para la evaporación determina una importante tasa
evapotranspiratoria. Al mismo tiempo, el sistema de riego utilizado comúnmente en la
zona incluye grandes cantidades de agua no solo para suplir la demanda del cultivo
sino también para evitar problemas asociados con la salinidad de los suelos. Este
sistema y sus particularidades en términos del posible sobre uso del recurso hídrico es
común en diversos países de América latina (Al-Jamal et al., 2000).
Es importante recalcar que los métodos para cuantificar el uso del agua por parte de los
cultivos dependen en gran medida de mediciones meteorológicas por lo que es
importante el mantenimiento de los instrumentos y métodos de recolección y análisis de
datos. En el caso de la tina de evaporación, su uso es citado como herramienta útil por
su sencillez y bajo costo (Stanhill, 2002) en la estimación de la evapotranspiracion, la
cual constituye un elemento fundamental en el balance del agua (Beyazgul et al., 2000).
Otros métodos con mayor basamento físico han sido aplicados en Venezuela para la
estimación de la evapotranspiración del cultivo de cebolla, la ecuación de Penman
Monteith con el enfoque de uno y dos pasos ha permitido la verificación de los valores
de coeficiente de cultivo KC reportados por la FAO para la cebolla.
41
valores similares a los valores citados para otros cultivos en nuestras condiciones
locales (Cuadro 2).
Literatura
Abdalla, A. A. 1967. Effect of temperature and photoperiod on bulbing of the common
onion under arid tropical conditions of the Sudan. Experimental Agriculture, 3, 137 –
142.
Brewster. J. 1994. Onions and other vegetables alliums. Cambridge University Press.
Brewster, J. 1997. Onions and garlic. Pag. 581 – 619 in Wien, H. C (Ed). The
42
Physiology of Vegetable Crops. Cambridge University Press.
Currah, L., and Proctor, F. 1990. Onion in Tropical Regions. Bulletin 35, Natural
Resources Institute, Chatham, U.K.
Daymond, A., Wheeler, T., Hadley, P., and Ellis, R. 1997. The growth, development and
yield of onion (Allium cepa L.) in response to temperature and CO2. Journal of
Horticultural Science 72 (1)135-145.
Kraup, C., I. Moreira. 1998. Hortalizas de estación fría. Biología y diversidad cultural. P.
Universidad Católica de Chile, VRA, Facultad de agronomía e Ingeniería Forestal,
Santiago, Chile.
McGregor,G and Nieuwolt. 1998. Tropical Climatology. John Wiley & Sons. New York.
43
CULTIVARES, EPOCAS Y ZONAS DE PRODUCCION DE
CEBOLLAS EN VENEZUELA
Douglas Delgado
I. Introducción.
La cebolla de bulbo (Allium cepa L.) es una de las principales hortalizas cultivadas en el
mundo. En Sudamérica, se cultivan unas 76.000 hectáreas (ha) de cebollas de “día
corto e intermedio”, de las cuales 58.000 ha corresponden a cebollas amarillas
(Venezuela, Colombia, Brasil, Chile) y unas 18.000 ha a cebollas rojas (Perú, Ecuador,
Bolivia). En Venezuela, la superficie estimada con cebollas en el año 2005 fue de
11.000 ha, casi totalmente con cebollas amarillas.
Las prácticas de manejo del cultivo varían notablemente entre agricultores y de una
región o finca, a otra. Además, la formación y desarrollo del bulbo está controlada por el
fotoperíodo. En condiciones tropicales de Venezuela, solamente cultivares de días
cortos e intermedios pueden producir apropiadamente, según épocas y lugares de
producción. La interacción con las temperaturas puede modificar los efectos del
fotoperíodo, aspecto muy importante por las amplias variaciones de este factor en
nuestras condiciones. Es así que las altas temperaturas aceleran notablemente el
desarrollo del bulbo, mientras que en las zonas frías se retarda la bulbificación.
44
problemas en el manejo de suelos, plagas y enfermedades que en ciertos casos, han
limitado las producciones y han obligado a perfeccionar la zonificación y manejo de los
cultivares de cebollas.
Literatura
Asgrow Seed Co. 1994. Manejo de la producción de cebollas de dias cortos. Boletín
Técnico.
45
Cuadro 1. Oferta de bulbos de cebolla en el mercado de Venezuela.
Meses
Zonas E F M A M J J A S O N D
Anzoátegui: Urica.
X X X X X
Zulia.
X X X X
Andes.
X X X X X X
Almacenamiento.
Importaciones de Perú
y Ecuador. X X X X
Exportaciones a
Colombia.
Exportaciones al Brasil.
MERCOSUR. X X X X
Producciones en El
Tigre, Anzoátegui, con
potencial exportable.
46
Cuadro 2. Segmentación del mercado de cebollas en Venezuela según variedades y
épocas de transplante.
Zona semiárida: Quibor, estado Lara
Temporada larga, 10° N, 11.5 a 12.75 hrs. luz, alta presión de Fusarium y raíz rosada,
suelos pesados, baja infiltración, salinos, pobre estructura, pH 8 a 8.5, alto uso de
abonos orgánicos, alta radiación, noches frescas 16-17 °C, días de 30°C, lluvia anual
450 mm en dos ciclos: 150 mm. en Mayo-Junio y 300 mm. Sept.-Oct, riesgo de
enfermedades bacterianas durante periodos nublados/lluviosos/cálidos, unas 5000
hectáreas.sembradas.
Meses
E F M A M J J A S O N D
47
Cuadro 2. Segmentación del mercado de cebollas en Venezuela según variedades y
épocas de transplante. Continuación…
Zona húmeda: Centro
Zonas lluviosas al inicio, suelos ligeros, pH altos, problemas de raíz rosada, unas 800
hectáreas sembradas.
Meses
E F M A M J J A S O N D
TG438, Leona,
Campo Condesa
Lindo
!!!!!! Periodo de lluvias
48
Cuadro 2. Segmentación del mercado de cebollas en Venezuela según variedades y
épocas de transplante. Continuación…
Zona Andes: Varios
Zonas frescas a frías, algunas secas y soleadas, precocidad y follaje rústico es muy
importante. Son sembradas unas 800 hectáreas.
Meses
E F M A M J J A S O N D
!!!!!!: Epoca del alto riesgo de transplante, muy dependiente del clima, suelo y manejo.
49
MANEJO INTEGRADO DE LOS RECURSOS SUELO, MICROCLIMA Y AGUA
Hugo Ramírez Guerrero
A. La Mecanización
Un objetivo importante de la mecanización o labranza de los suelos en la producción de
cualquier hortaliza es el de cambiar el suelo para proveer las condiciones optimas en el
crecimiento vegetal. Debido al énfasis actual de la producción olerícola sustentable para
reducir los insumos y conservar el suelo es necesario re-evaluar y desarrollar técnicas
en el uso de la labranza conservacionista para la producción de hortalizas en los
trópicos.
Una apropiada labranza tomando en cuenta las propiedades de suelo, el uso de cultivos
de cobertura y la rotación de cultivos constituyen piezas claves en el manejo
sustentable del suelo en referencia a su mecanización. El cuadro 1 menciona los
principales criterios tomados en cuenta en la selección de plantas para mejorar la
cobertura del suelo.
50
Cuadro 1. Criterios para la selección de cultivos de cobertura.
Criterio Efectos
Alta producción de biomasa Movilización de nutrientes del suelo a la planta.
Supresión de malezas.
A continuación se cita como ejemplo los suelos olericolas de Quibor y su cultivo más
51
importante la cebolla. Diversos análisis reflejan una condición típica de los suelos con
cebolla de la Depresión de Quibor, los cuales son clasificados mayormente como
aridisoles e inceptisoles referido a la condición climática y por su incipiente proceso de
formación. También estos suelos se caracterizan por ser profundos, con estructura
blocosa de débil a moderado grado de desarrollo, textura pesada que va desde
arcilloso-limoso a arcilloso, los minerales presentes son ilita, montmorillonita, caolinita,
calcita, pirofilita y algunas cantidades de cuarzo, feldespato y clorita. El pH es alcalino
(alrededor de 7.5), la calcita y el yeso son las principales sales, por lo que mantiene un
alto nivel de calcio en el complejo de cambio. La fertilidad de estos suelos es
relativamente apropiada para la nutrición de cualquier cultivo adaptado a estas
condiciones climáticas. Es decir, suelos con una alta retención y disponibilidad de agua
y la mayoría de los nutrientes esenciales para las plantas y microorganismos del suelo.
Sin embargo por ser una zona semiárida, los niveles de materia orgánica son bajos, lo
cual constituye una esencial suplencia del macronutriente Nitrógeno. Además, es
normal conseguir desbalances y una baja disponibilidad de algunos nutrientes (Fósforo,
Potasio, Magnesio, Manganeso, Zinc), debido principalmente a los altos contenidos de
Calcio, Azufre y carbonatos entre otros.
Conociendo los recursos agua, suelo y clima es necesario conocer muy bien el cultivo
el cual vamos a alimentar. El conocimiento de la genética (potencial), anatomía,
morfología, requerimientos y ciclo de vida de la hortaliza en producción (cebolla en este
caso) es fundamental al momento de empezar a hablar sobre su nutrición con el
propósito de ser más eficientes y efectivos en su producción. Los requerimientos
nutricionales e hídricos y las etapas de desarrollo de la cebolla han sido reportados en
nuestras condiciones siendo muy similares a los reportados en otros países tropicales.
Así, conocemos que una hectárea de cebolla con rendimiento promedio de 25
toneladas (250.000 plantas/ha) bajo riego tradicional por surcos cortos con tapa
consume aproximadamente 120 kg de Nitrógeno, 24 kg de Fósforo, 110 kg de Potasio,
80 kg de Calcio. Mientras que una hectárea con rendimientos aproximados de 70
toneladas (400.000 plantas/ha) bajo riego localizado, requerirá 232 kg de Nitrógeno, 53
kg de P2O5, y 234 kg de K2O. Estos requerimientos son generados de los niveles de
suficiencia del cultivo cebolla.
52
es decir junto con el agua de riego (fertirrigación). Este tipo de fertilización exigirá un
plan detallado y puntual, recordando que la cebolla es un cultivo sensible a la salinidad
y que estos suelos son potencialmente salinos. Entonces se debe elaborar un
diagnostico detallado y hacer las recomendaciones en base a las necesidades actuales
del suelo y la planta. La fertilización foliar de macronutrientes (Nitrógeno, Potasio,
Fósforo, Calcio, Azufre, Magnesio) en el cultivo no ha resultado exitosa, lo cual es
explicado por la cubierta cerosa (cutícula) típica de las cebollas entre otras cosas.
A. Acolchado (Mulching)
La cobertura del suelo es una técnica importante para mejorar el microclima del suelo,
aumentar la vida del suelo, estructura y fertilidad, conservando la humedad del suelo,
reduciendo el crecimiento de malezas, control de enfermedades, previniendo daños por
el impacto de la radiación solar y las lluvias (control de erosión), y reduciendo la
53
necesidad por la labranza. Existen acolchados sintéticos (Ej. Plásticos) y orgánicos. Las
coberturas orgánicas tradicionalmente usadas incluyen capas de pasto seco, residuos
de cultivos (heno, bagazo, hojas, etc.), material fresco de los árboles, arbustos, pastos,
malezas, material compostado y plantas vivas (cultivos de cobertura, abonos verdes,
ver Cuadro 1). Adetunji, un investigador de Africa Tropical en 1994 estudio la respuesta
de la cebolla al uso de tres coberturas orgánicas (cáscaras de maní, residuos de sorgo
y aserrín) y una sintética (plástico transparente de 0.035 mm de espesor) en el
semiárido tropical de Nigeria. Los resultados demostraron que usando mulch plástico,
los rendimientos de bulbos de cebolla fueron 80 % mas altos que sin usar cualquier
cobertura y 25 % mas altos con respecto a el uso de cualquiera de las coberturas
orgánicas.
B. Rompevientos
Los rompevientos mejoran el microclima y disminuyen la erosión eólica, pueden estar
formados por barreras vivas, bandas de especies maderables plantadas juntas y
generalmente situadas alrededor de los campos de siembra. Las paredes de piedras o
grupo de árboles dispersos pueden hacer similar función. Adicionalmente de influenciar
el microclima, los rompevientos pueden ser útiles en mantener animales fuera, producir
frutas, hierbas, sombra, mulch, leña o combustible. Además de jugar un rol importante
en el balance de las poblaciones de las plagas.
54
salinas, sodicas y residuales. Esto origina consecuencias graves si no se tiene el
conocimiento adecuado para un buen manejo. En adición, con relación a los aspectos
ambientales, la calidad del agua requiere una considerable atención, por la presencia
de pequeñas cantidades de sustancias potencialmente nocivas. Esta situación por tal,
ha generado cambios en muchos lugares para el momento de la planificación del uso
del agua, requiriéndose entonces los estudios correspondientes para asegurar el mejor
uso posible de las aguas disponibles de acuerdo a su calidad. En este sentido,
numerosos investigadores refieren el concepto de calidad del agua a las características
que puedan afectar su adaptabilidad a un uso específico, definida por una o más de sus
propiedades físicas, químicas o biológicas. Estas propiedades del agua están
determinadas por la concentración total de sales solubles y por su composición iónica.
Esta última es referida a la concentración relativa de sodio con relación a otros
cationes, composición aniónica del agua, especialmente la concentración de
bicarbonatos y carbonatos y a la concentración de Boro y otros elementos que pueden
ser tóxicos para el crecimiento de la planta.
55
Literatura
Adetunji, I. A. 1994. Response of onion to soil solarization and organic mulching in semi-
arid tropics. Scientia Horticulturae. 60:161-166.
Currah, L. 2002. Onion in the tropics. Cultivars and country reports. In: Allium Crop
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Leusden, Netherlands.
56
MANEJO INTEGRADO DEL AGUA (RIEGO)
Héctor Miranda
I. Introducción.
Independientemente de la escala o magnitud del sistema de riego, para la obtención
de productividades elevadas y productos de buena calidad es necesario un manejo
racional del agua. Existe una falsa creencia de que usando agua en exceso, por lo
menos se aseguran los requerimientos hídricos del cultivo y que si se utiliza riego
deficitario se está economizando agua. Los dos extremos realmente son
perjudiciales y van en detrimento de la producción. Exceso de agua significa perdida
de suelo, lavado de nutrientes, malas condiciones de aireación, levantamiento del
nivel freático y problemas fitosanitarios entre otros, mientras que déficit de agua de
riego, acarrea problemas de salinidad, somete el cultivo a periodos de estrés que
perjudican la producción y hace la agricultura insostenible en tiempo.
Para un manejo integrado del riego y un uso racional del agua es indispensable el
conocimiento de parámetros de cultivo, suelo y clima y su interrelación en el
continuo suelo-agua-planta-atmósfera.
En esta sección se enfatiza el uso racional y eficiente del riego por medio de
informaciones básicas relacionadas a las exigencias hídricas de las hortalizas y la
descripción de métodos de manejo del agua de riego. Por lo tanto es necesario el
conocimiento de la disponibilidad de agua y su retención por la matriz del suelo,
algunas características físicas del suelo, profundidad radical del cultivo, necesidades
hídricas del cultivo y su estimación y potenciales críticos de humedad en el suelo a
partir del cual se afecta la productividad del cultivo.
II. El riego.
El riego puede ser definido como “una técnica de producción que consiste en la
aplicación oportuna y uniforme de agua a un perfil de suelo, para reponer en éste, el
agua consumida por los cultivos entre dos riegos consecutivos, tomando en cuenta
tanto la calidad como la cantidad del agua utilizada”.
57
Analizando la definición del riego se puede decir que lo que se riega es el suelo y no
la planta, de esta forma se repone en el suelo la cantidad de agua que ha sido
extraída o consumida por las plantas, a lo largo del periodo comprendido entre dos
riegos consecutivos. De allí la importancia del suelo en el riego.
El riego debe ser realizado con una técnica adecuada que permita el
almacenamiento uniforme del agua en el perfil del suelo, es decir en profundidad, de
modo que las plantas al inicio de la zona regada no sufran por excesos de agua ni al
final por falta de ella. La aplicación del agua permitirá incorporar al perfil del suelo la
cantidad de agua consumida por el cultivo entre dos riegos consecutivos.
58
IV. Métodos de riego.
Son técnicas utilizadas para la aplicación del agua en las áreas cultivadas. La
selección de cada método va a depender de varios factores de carácter agronómico,
características dadas de suelo y cultivo, condiciones climáticas, sistemas de
producción, actitud del productor frente a las tecnologías, grado de conocimiento
que tenga de los métodos de riego, posibilidades económicas, entre otras permitirán
hacer la selección del método más adecuado.
59
Los métodos más usados de riego por inundación son:
x Acequias en contornos
x Melgas y franjas rectas con salida de agua al pie
x Melgas y franjas rectas sin salida de agua al pie
x Melgas en contorno con salida de agua al pie
x Melgas en contorno con salida de agua al pie
x Tanques
D. Riego a presión.
El agua es conducida por conductos sometidos a presión, descargando mediante
dispositivos colocados en los conductos terminales de la red.
F. Riego localizado.
Aplicación de agua por medio de emisores que descargan bajos caudales con una
alta frecuencia, humedeciendo una porción del suelo donde está ubicada la planta.
60
producen efectos negativos en la producción.
1. Vasijas porosas.
x Se colocan vasijas de cerámica porosa y cocida a fuego bajo en la superficie o
enterradas en el suelo en la zona de las raíces. Al llenarse de agua y de
fertilizantes disueltos, los receptáculos de barro permeable sueltan agua y
elementos nutritivos al suelo.
--
-- --
2. Tuberías de plástico.
x Tuberías de plástico moldeado o de plástico extruido, perforadas a mano e
instaladas en el terreno para simular riego por goteo.
x Secciones verticales de tuberías de plástico (o incluso recipientes descartados
de plástico, por ejemplo botellas), enterradas en el suelo.
61
x Vasijas de plástico delgadas llenas de arena o grava para ofrecer resistencia
mecánica a la trituración.
b.- Gotero construido con material utilizado para tejer sillas, mimbre, introduciendo
en su interior un trozo de alambre liso, el cual puede ser doblado para calibrar el
caudal emitido por el gotero, igualmente se perfora la manguera con sacabocado,
mecha o clavo caliente, por donde se introduce el elemento construido con el
mimbre y el alambre liso.
62
V. Disponibilidad de agua en el suelo.
No toda el agua que se encuentra retenida en el suelo esta disponible para el cultivo,
existe una fracción que la planta puede extraer con facilidad, otra a la cual tiene acceso
pero con mayor grado de dificultad y una tercera que está tan fuertemente retenida por
la matriz del suelo que la planta no puede extraer. Vista esta clasificación, el agua
retenida por la matriz del suelo la podemos dividir en agua útil y agua no aprovechable
por el cultivo. El agua útil es la retenida entre los potenciales correspondientes a
capacidad de campo y el punto de marchitamiento permanente. El contenido de agua a
capacidad de campo, como su nombre lo indica, puede ser determinado en condiciones
de campo después de una fuerte lluvia o un riego abundante, luego que el suelo haya
drenado toda su agua gravitacional, que generalmente ocurre 24 horas después de
drenado toda su agua gravitacional, que generalmente ocurre 24 horas después de
dichos eventos. El contenido de agua en el punto de marchitamiento permanente
depende mucho del cultivo y por lo general se ha tomado como el contenido de agua
retenido a la tensión de 15 bares, en términos prácticos significa aquel punto donde una
planta en crecimiento activo presenta perdida de turgencia en las hojas y de la cual no
se recupera luego de colocada en un ambiente bien irrigado y una atmósfera saturada
durante la noche
Por lo ya expuesto anteriormente el agua útil se puede dividir en dos fracciones que son
complementarias, la fácilmente y la difícilmente utilizable. Desde el punto de vista
agronómico, el riego de los cultivos debe ser manejado en la fracción de agua
fácilmente utilizable y basado en esta definir el agotamiento del agua útil que está muy
en la dependencia del cultivo en cuestión y de su potencial crítico de humedad en el
suelo (cuadro 2 ) (figura 1).
Cuadro 2.
63
necesario el conocimiento de ciertas características del perfil del suelo, entre ellas, la
estratificación y la densidad aparente en la profundidad alcanzada por el sistema radical
del cultivo. De esta forma se tiene que:
donde:
cc = capacidad de campo
Da = Densidad aparente
Z = profundidad radical.
Lf = Lutil x Ag.
64
Para la utilización del método antes mencionado se requiere de información climática
como la evaporación de tina, velocidad media diaria del viento y la humedad relativa
promedio, que pueden ser obtenidas en una estación cercana a la unidad de
producción, o en su defecto el productor podría disponer de una miniestación, que
realmente no representa un alto costo vista la gran utilidad que tiene.
65
Las demandas determinadas anteriormente son estrictamente para satisfacer las
necesidades hídricas del cultivo. Hacer que la actividad agrícola sea perdurable y
sostenible en el tiempo requiere de un manejo racional del recurso hídrico y del suelo.
En este sentido es necesario el conocimiento de la calidad agronómica del agua de
riego y la tolerancia de los cultivos a la salinidad para definir las fracciones de drenaje
que se deben adicionar a las demandas hídricas a reponer y así establecer las láminas
de riego.
Existe suficiente información que puede ser utilizada en el manejo del riego para
mantener un balance salino favorable al desarrollo del cultivo y esta ha sido relacionada
con niveles de salinidad en los cuales se afecta el rendimiento del cultivo (cuadro 4).
Basado en esta información y en los niveles de salinidad del agua de riego, el productor
puede determinar la fracción de lavado que evitaría reducción en los rendimientos o una
fracción menor tolerando cierta disminución preestablecida.
RL = Cei/2Ces.
donde :
RL = requerimiento de lavado
En la práctica del riego es necesario conocer la eficiencia y la perdida que ocurre por
percolación. Si esta última es superior a la fracción de lavado, no hay necesidad de
acrecentar dicha fracción a las demandas hidricas a reponer porque ya estaría incluida
en la percolación. Caso contrario si se tienen riegos de alta eficiencia y bajas perdidas
por percolación debe considerarse la fracción de lavado.
66
Cuadro 4. Niveles de salinidad de las hortalizas
La cantidad de agua aplicada por riego, que de manera general, es la necesaria para
elevar la humedad a capacidad de campo en el estrato de suelo correspondiente a la
profundidad efectiva del sistema radical, puede ser determinada de dos maneras: la
primera, basada en el suelo, consiste en determinar su humedad momentos antes del
riego; la segunda, basada en la planta, consiste en determinar el agua
evapotranspirada por el cultivo entre dos riegos consecutivos. Habiendo problemas de
salinidad, lo que ocurre principalmente en regiones áridas y semiáridas, se debe aplicar
una fracción de agua adicional para mantener el balance de sales en el suelo en un
nivel aceptable.
Los métodos comúnmente empleados para el manejo del riego son los basados en la
frecuencia de riego, en el balance de agua y el de la tensión de agua en el suelo. El de
la frecuencia de riego, a pesar de utilizar pocos criterios es el más común. Los métodos
de balance y de la tensión de agua en el suelo son mas eficientes y racionales en el
control del riego, son menos utilizados debido a que requieren un poco mas de
conocimientos.
Un manejo integral del riego debe incluir un uso racional de los recursos involucrados
de manera que se puedan obtener altas productividades, productos de calidad y una
actividad agrícola perdurable y sostenible en el tiempo. Los recursos que intervienen en
el proceso productivo principalmente están representados por suelo, cultivo, agua y
mano de obra. Los métodos de manejo de riego basados en el balance de agua y el de
la tensión de agua el suelo garantizan un uso más racional de estos recursos.
67
A. Método de la frecuencia fija.
A pesar de ser el más sencillo es utilizado de manera inadecuada, por lo general el
productor riega con una frecuencia de un determinado número de días fijos y durante
un determinado número de horas y sin tener la mas remota idea de la lámina de riego
aplicada.
donde: ¦ ( ETc
i 1
i– Pei ) t Lf
68
Figura 4. Tensiómetro
Figura 3. Tensiómetro
Literatura.
CODEL, Vita. 1981. Proyectos hídricos a
pequeña escala ambientalmente
seguros. Editorial
Doorenbos, J., A. Kassam. 1979. Efectos del agua sobre el rendimiento de los cultivos.
Doorenbos, J., W Pruitt. 1976. Las necesidades de agua de los cultivos. FAO. Riego y
Drenaje N˚ 24., Roma–Italia, 194p.
FAO (organizacion para la alimentaciopn. 2002. Sistemas de riego a pequeña escala.
[www. Fao org]
69
FERTIRRIEGO
Miguel Cañamero Kerla
I. Introducción
Entendemos por fertigación, nutrirrigación o fertirrigación, la técnica de incorporar los
fertilizantes disueltos en el agua de riego con el objetivo de regar y nutrir al mismo
tiempo un cultivo, combinando los dos principales factores de desarrollo: el agua y los
nutrientes. Se trata de una técnica o práctica que en zonas de cultivo intensivo tenía
una cierta importancia, pero en la actualidad con el auge de los sistemas de riego
localizado, se está aplicando de una manera generalizada en todo el mundo.
En el Perú la rápida expansión que en los últimos años ha tenido la técnica del riego
localizado de alta frecuencia, ha superando en la actualidad las 50.000 has, y su
paulatina introducción en zonas de agricultura tradicionalmente de regadío extensivo y
climatología adversa ha obligado, tanto al técnico como al agricultor, a adaptar y
asimilar esta nueva filosofía sobre riego. La implantación de la fertirrigación ha seguido
pareja al crecimiento del riego localizado, pero a las pautas de aplicación de fertilizantes
se le han dedicado muchos menos recursos que a las del agua. No es extraño
encontrar hoy en día los más modernos sistemas de riego aplicando fertilizantes según
criterios de abonado tradicional. Con la fertirrigación nos encontramos, en realidad, ante
un nuevo sistema de cultivo más que ante un nuevo sistema de riego.
x Fertirrigación en hidroponía.
Aplicación de soluciones nutritivas completas, con todos los macro y microelementos, a cultivos en los
que el sistema radicular se encuentra en un soporte prácticamente inerte.
70
A lo largo de este tema se desarrollarán, fundamentalmente, los conceptos de
fertirrigación en el riego localizado de alta frecuencia o riego por goteo.
INCONVENIENTES
x Si no existe un buen reparto del agua no hay, lógicamente, una buena distribución de
los fertilizantes. En los riegos a manta o inundación se precisa una buena nivelación
del terreno para que el agua se reparta lo más uniformemente posible, mientras que
en los riegos localizados se precisa un adecuado coeficiente de uniformidad de la
instalación, al ser la nutrición de cada planta, proporcional al agua que recibe.
x No todos los fertilizantes pueden aplicarse mediante fertirrigación, deben reunir unas
características especiales en cuanto a solubilidad, pureza, bajo índice de salinidad,
pH, etc.
Como consecuencia de la pureza de estos productos, hay que prestar mucha
atención a las posibles carencias de micro elementos.
VENTAJAS
71
de las plantas. Estas ventajas son aún superiores cuando utilizamos equipos que
permiten efectuar la fertilización en función del caudal de agua que se suministra al
cultivo.
x Distribución de los nutrientes a lo largo del perfil del suelo explorado por las raíces en
función del nivel mojado, lo que facilita una mejor asimilación radicular. En la
fertirrigación, y especialmente en el riego por goteo, la movilidad del fósforo y potasio
en el bulbo es superior a la que tiene lugar en el abonado tradicional, estando a
disposición de un mayor número de raíces.
x Ahorro de fertilizantes.
El fraccionamiento de los nutrientes durante el ciclo de cultivo, supone una
alimentación prolongada y sostenida de la planta lo que facilita y posibilita un mejor
aprovechamiento de los nutrientes y disminución de pérdidas por lixiviación del
nitrógeno. Si este fraccionamiento es casi diario, como sucede en el riego por goteo,
las pérdidas de elementos nutritivos pueden llegar a ser muy pequeñas. Posibilita la
disminución drástica de la contaminación por exceso de fertilización.
72
- corrosión
x Análisis de vegetales
- estado nutricional: macro y microelementos
x Sistema experto
- para recomendación de abonado:
- datos analíticos del suelo y vegetal
- consideración de datos de cosechas obtenidas con anteriores recomendaciones
V. Necesidad de la fertirrigación
En la fertilización que hoy podemos denominar clásica, por distinguirla de la
fertirrigación, es decir aquella en que el aporte de los fertilizantes se lleva a cabo
sobre toda, o parte, de la superficie de cultivo, el suelo se utiliza y actúa como un
almacén o depósito de los elementos nutritivos, de donde los tomará la planta cuando
los necesite y encuentre, teniendo en cuenta que esta absorción de los elementos por
las raíces se realizará cuando los fertilizantes estén disueltos en agua (solución del
suelo).
Z O N A S A R ID A S Y S E M IA R ID A S
Cuando consideramos el cultivo con riego localizado la concepción del abonado debe
de ser distinta a la tradicional. Con la aridez de nuestra costa el sistema radicular de la
planta, al menos la parte más activa para la absorción, se halla concentrada
73
principalmente en las zonas o franjas húmedas que originan este tipo de riegos
(denominadas bulbos húmedos) y que representan solamente una parte pequeña del
volumen de suelo (figura 1). En riego localizado si se aplican los abonos sobre toda la
superficie es, como mínimo, un dispendio innecesario, puesto que lo que no se deposite
en las inmediaciones del bulbo húmedo tiene muy pocas probabilidades de ser
absorbido por la planta, debido a que la escasez de lluvias motiva que los abonos no
puedan disolverse y que la falta de agua sea la causa de la existencia de muy pocas
raíces fuera de los bulbos para absorber lo que se disuelva.
En riego localizado se sabe con toda exactitud donde se encuentran las raíces,
concentradas en las zonas húmedas o bulbos, y se dispone de un vehículo, el agua,
rápido y directo de acceso a ellas. Podemos pues, con la fertirrigación, situar los
fertilizantes en el entorno del sistema radicular de la planta y, por añadidura, ya en
solución. Con ello se consigue un contacto más rápido y directo que en el abonamiento
tradicional, así los fertilizantes se pueden aprovechar mejor. Si a esto le agregamos las
pérdidas por lixiviación que puedan ocurrir a causa de las escasas lluvias de la Sierra,
así como las ocurridas por desnitrificación, el abonado alcanza una mayor eficiencia lo
que permite reducir el número de unidades fertilizantes que es necesario aplicar. El
grado de reducción dependerá, fundamentalmente, del grado de fraccionamiento y del
manejo que se lleve a cabo en la aplicación, muy especialmente en el caso del
nitrógeno.
Los dos elementos, agua y fertilizante, van pues unidos y además con una relación
sinérgica, el agua mejora la absorción de los fertilizantes al tiempo que éstos hacen
más eficiente el consumo de agua por la planta. Con las premisas expuestas se
comprende que hoy en día no se conciba el riego localizado sin la fertirrigación. Ambos
deben ir indefectiblemente unidos si se desea conseguir unos resultados óptimos. La
fertirrigación es el método más racional para realizar una fertilización optimizada y
respetando al medio ambiente. Por lo tanto no debemos olvidar que en el riego
localizado de alta frecuencia la fetirrigación no es opcional, es complemente obligatorio
A. El suelo
La composición del suelo no sólo tiene importancia en la fijación del plan de abonado
sino también en la elección del abono adecuado, pues su papel en fertirrigación no es
74
idéntico al que desempeña en riego y abonado convencional.
B. La planta
Aunque existen teorías tendentes a mantener una riqueza constante de nutrientes en la
solución del suelo, el estado vegetativo de la planta y en consecuencia sus necesidades
nutritivas en cada momento también son importantes para decidir la cantidad y el tipo
de abono a incorporar. Se escogerá aquel que tenga un equilibrio nutritivo más acorde
con las exigencias puntuales de la planta.
Debe recordarse que en los primeros estadios vegetativos son importantes las
necesidades en fósforo para el crecimiento radicular, el nitrógeno para los momentos
de máximo desarrollo vegetativo y el potasio es decisivo en la fructificación.
Respecto a la controvertida aportación continuada de fósforo hay que decir que ésta
está basada en los problemas físicos de su incorporación más que en los agronómicos,
pues está probado que la aportación de formas solubles de fósforo durante todo el
período de fertirrigación regula el consumo de energía. Por otra parte está también
comprobado que la planta responde mejor a la aportación de fósforo cuanto mayor es
su solubilidad.
C. El agua.
Un perfecto conocimiento del agua que se va a utilizar es imprescindible si se desea
realizar una adecuada fertirrigación. Si se conoce su posible comportamiento físico-
químico se sabrá, con bastante aproximación, cual será la respuesta a la incorporación
de cada uno de los abonos que podemos optar por introducir.
Cloruros, sodio y sulfatos pueden dar lugar a toxicidades según sea su concentración,
pero además este último puede incidir en la solubilidad de fertilizantes a base de sulfato
por el efecto del ión común.
75
Nitratos, magnesio y potasio han de tenerse en cuenta por su valor como fertilizantes.
Para calcular la aportación de elementos fertilizantes procedentes del agua de riego
puede utilizarse la siguiente expresión:
UF Elemento/ha
>Conc@u Vr u CTr u Ef
100.000
Siendo:
No todas las obturaciones que tienen lugar en las instalaciones son imputables a la
incorporación de fertilizantes; en muchas ocasiones es el desconocimiento previo de la
calidad del agua, pues puede llevar contaminantes físicos o químicos inapreciables a
simple vista (algas, protozoos, arcilla coloidal, etc.) que a la larga pueden llegar
depositarse en las tuberías y modificar el paso de los emisores y obturarlos.
Los principales problemas que por aspectos físicos, químicos y biológicos pueden
producirse con la utilización del agua pueden resumirse en:
BIOLOGICOS: Bacterias filamentosas, ferrosas, vitroscellas, sulfurosas.
FISICOS: Partículas Minerales
ELEMENTOS ORGÁNICOS
QUIMICOS: 2 CO 3 H- + Ca o CO 3 Ca + H2 O + CO2
76
(CO3H)2 Fe + O2 Fe (OH)2 + 2 CO2
Vinculado con el tema de las obturaciones está el índice de turbidez natural del agua y
el que adquiere después de la adición de sustancias nutrientes, por producirse en su
seno unas reacciones químicas que pueden acentuarla. El proceso de éstas reacciones
no está claramente definido. A la vista de ello es conveniente efectuar unas sencillas
pruebas de concentración máxima tolerada del abono a utilizar, que pueden realizarse
con la incorporación progresiva del producto en el agua a tratar, si es un abono líquido
o solución madre, y ver que proporción de producto añadido es la que no produce un
aumento notable en la turbidez, aunque no es suficiente una visualización instantánea,
por lo que conviene dejar pasar 1 h. o 1'5 h. para ver como influye el tiempo en el
aumento de la turbidez hasta que ésta es asintótica.
Una solución práctica para evitar problemas es dosificar a dosis muy bajas y con gran
frecuencia de aplicación. Lo importante es bajar el pH del agua en el punto de
emisión, bien sea acidulándola previamente o añadiendo productos ácidos.
VII. El fertilizante
En fertirrigación se pueden utilizar tanto abonos sólidos como líquidos. Los primeros
necesitan previamente disolverse en agua para su utilización en las instalaciones de
riego localizado.
Complejos hidrosolubles:
Kristalón (17-6-18-2MgO / 13-5-26-3MgO / 18-18-18 / 20-5-10-2MgO) con
micros.
77
Hakaphos (14-10-14-1.2 MgO / 17-5-19 / 13-40-13 / 15 –5-30) con micros.
etc.
LÍQUIDOS:
Solución N-32 (32-0-0)
Solución N-20 (20-0-0)
Complejos líquidos
A. Solubilidad.
Para su uso en fertirrigación interesan productos de alta solubilidad de forma que no
queden partículas insolubles que al ser arrastradas por el agua conducirían a las
temibles obturaciones.
78
Cuadro 1. Solubilidad de fertilizantes a distintas temperaturas
Solubilidad
Reacció
Fertilizante (gramos / litro de agua)
n 0ºC 10ºC 20ºC 30ºC
Urea Básica 670 850 1050 1350
Nitrato amónico Acida 1180 1500 1920 2420
Sulfato amónico Acida 710 730 754 780
Urea Fosfato Acida 620
Fosfato Monoamónico Acida 220 280 365 458
Fosfato Monopotásico Acida 159 183 226 277
Sulfato de potasio Acida 74 93 111 131
Nitrato potásico Básica 133 209 316 458
Sulfato de magnesio Acida 223 278 335 396
Nitrato de magnesio Acida 665 710 760 800
Nitrato de calcio Básica 1020 1150 1290 1530
Sulfato de cinc Acida 420 470 540 610
Sulfato de manganeso Acida 532 600 645 664
Acido bórico Acida 51 67
Bórax 12 18 27 39
Sulfato de cobre Acida 143 174 207 250
79
Cuadro 2. Relaciones recomendadas para la disolución de abonos
Nombre químico Formula Relación de Otros datos de interés
química Solubilidad
(soluto/agua)
Nitrato Potásico [KNO3] 1:4 Altamente soluble
Nitrato Cálcico [Ca(NO3)2 1: 1 Altamente soluble, pero
posee una capa grasa
que hay que eliminar.
Sulfato amónico [(NH4)2SO4] 1:2 Soluble pero en alta
disolución. OJO con la
mezcla con otros abonos
-
Fosfato mono [NH4H2PO4] 1:4 Soluble. OJO con las
amónico MAP mezclas con Calcio.
Fosfato (NH4)2HPO4] 1:2 Mayor solubilidad que el
diamónico DAP MAP. No recomendable
en riego localizado.
Nitrato amónico [NH4NO3] 1:1 Muy soluble.
Fosfato [KH2PO4] 1:3 Altamente soluble.
monopotásico
Cloruro Potásico [KCl] 1:3 Cristalizado soluble. No
usar en presencia de
Cloruro sódico en el
agua del tanque.
Sulfato potásico [KSO4] 1 : 15 Muy poco soluble
Sulfato de [MgSO4 7H2O] 1:2 Altamente soluble.
magnesio
Cloruro cálcico [CaCl2 6H2O] 1:1 Muy soluble, pero no utiliz
si en el agua de disolución
hay cloruro sódico.
B. Pureza
Otro factor que hay que tener en cuenta es el grado de pureza de las sales a emplear,
puesto que a menudo pueden contener materias inertes que podrían producir
imprevisibles reacciones químicas o físicas en el agua o bien ensuciar
innecesariamente los filtros. Por ello hay que usar productos especialmente depurados.
C. Salinidad
Cuando las características de las aguas utilizadas y las de los suelos regados hagan
temer un cierto riesgo de salinidad hay que tener en cuenta el “índice de sal” de cada
uno de los fertilizantes incorporables. Este “índice de sal” se calcula en función del
aumento de la presión osmótica que el abono produce en la solución del suelo,
comparado con el que produce la incorporación del nitrato sódico que se toma como
base 100. Los valores para los abonos más usuales se reflejan en el cuadro nº 3.
80
Cuadro 3. Indice de sal de los fertilizantes
Fertilizantes Índice de sal
Fosfato monoamónico 34,0
Sulfato potásico 46,1
Nitrato cálcico 52,5
Sulfato amónico 69,0
Nitrato potásico 73,6
Urea 75,4
Nitrato sódico 100
Nitrato amónico 104,7
Cloruro potásico 116,3
Cloruro sódico 153,8
E. Peligrosidad
Para el manejo de algunos productos líquidos, como los ácidos nítrico y fosfórico, se
necesita recurrir a la utilización de guantes y mascarillas, aspectos estos que hay que
tener en cuenta para evitar accidentes.
F. Mezclas
Por lo que hace referencia a las posibles mezclas, en el cuadro nº 8 se presenta una
tabla de compatibilidades que nos indica si pueden mezclarse o no, porque se formen
productos insolubles o porque se apelmacen los fertilizantes al juntarse. Ejemplo de
esto último es la mezcla de urea y nitrato amónico. El nivel crítico de humedad de cada
uno de estos productos para que no se apelmacen es del orden del 72,5% y 54,9%
81
respectivamente, pero al mezclarlos con solo un 18,1% de humedad relativa se produce
el apelmazamiento.
En el cuadro nº 5 se presenta una tabla hecha por Del Amor para evaluar algunos
fertilizantes de uso frecuente en el riego localizado sobre la base de distintos criterios
de solubilidad, precipitabilidad, miscibilidad, etc.
A. Modificación de la temperatura.
Aunque posteriormente no afecte al almacenamiento de la solución, en el momento de
la disolución de los fertilizantes, a causa del proceso físico, se produce una reacción
energética por lo general de carácter endotérmico. Esta circunstancia puede originar un
brusco descenso de la temperatura del agua y, como consecuencia de ello, una menor
disolución del abono.
82
bicarbonato-carbonato. Por contra, si el abono baja el pH, no sólo evitará obstrucciones,
sino que además puede limpiar la instalación. En el cuadro nº 6 se presenta una tabla
de solubilidad del Ca para distintos valores de pH. Como puede observarse la
solubilidad se ve tan afectada que simplemente pasar de un pH 6 a un pH 7 supone
disminuir 5 veces la solubilidad.
Así pues el contenido de sales, expresado en gr./l, del agua de riego puede obtenerse,
de forma aproximada, multiplicando la medida de la conductividad eléctrica de la
misma, expresada en mmho/cm o en dS/m, por 0,64.
Contenido sales (gr./l) = 0,64 x CE (mmhos/cm o dS/m)
El efecto osmótico de las sales en la solución del suelo afecta a los mecanismos de
absorción de las raíces, pero cada especie tiene su propia fisiología. En consecuencia
la respuesta productiva ante condiciones de salinidad no es igual para todos los
cultivos, unos son más sensibles que otros. No obstante el comportamiento de todos
ellos responde a un modelo general, como el representado en la figura 2:
83
100
P
r
o
d
u
c
c
i
0 Umbral Salinidad
Para cualquier cultivo existe una zona (tramo horizontal) en la que, pese a aumentar la
salinidad, el rendimiento o producción no se ve afectado; pero a partir de un cierto valor
de la salinidad (valor umbral) cualquier aumento del contenido de sales produce un
descenso del rendimiento del cultivo.
84
Cuadro nº 7.- Valores adoptados como umbrales de salinidad correspondientes a
la CE/80 de riego tradicional (adaptado de AYERS y WESTCOT)
Cultivo CE (dS/m) gr/litro Cultivo CE (dS/m) gr/litro
Granado 4,7 3,00 Brócoli 4,7 3,00
Higuera 4,7 3,00 Melón 4,6 2,95
Olivo 4,7 3,00 Espinaca 4,5 2,90
Vid 3,3 2,10 Tomate 4,3 2,75
Peral 3,0 1,95 Pepino 3,9 2,50
Manzano 3,0 1,95 Patata 3,1 2,00
Naranjo 3,0 1,95 Boniato 3,0 1,95
Nogal 3,0 1,95 Pimiento 2,8 1,80
Melocotonero 2,6 1,70 Lechuga 2,7 1,75
Ciruelo 2,5 1,60 Rábano 2,5 1,60
Almendro 2,4 1,55 Cebolla 2,3 1,45
Albaricoquero 2,3 1,45 Judía 1,9 1,20
Aguacate 2,2 1,40 Fresa 1,6 1,00
Estos valores se refieren a plantas adultas, por tanto no conviene olvidar que los
plantones y las plantas hortícolas, en la germinación y la fase de plántulas, son más
sensibles.
Las sales disueltas, que originan el descenso del rendimiento de los cultivos, pueden
provenir bien del suelo o bien del agua de riego, incluidos los abonos disueltos en ella.
Desde el punto de vista de la fertirrigación nos interesan estas últimas.
Conociendo la salinidad del agua y la cantidad de sales que tolera el cultivo se puede
calcular la cantidad de abono que puede incorporarse en cada riego, que vendrá dada
por la expresión:
C.M.A. = Q x (Cm - Car)
En la que:
C.M.A. = Cantidad máxima de abono (kg)
Cm = Cantidad máxima de sales a tolerar por el cultivo o bien umbral de salinidad (gr/l)
85
IX. Preparación de las soluciones madre
Hoy en día, la tendencia en una buena instalación de riego localizado es utilizar bombas
inyectoras para abonos, quelatos, herbicidas, nematicidas, etc., ya que pueden
introducir los productos en el agua de riego proporcionalmente. El tanque de
fertilización, salvo en el caso de pequeñas instalaciones, no es nada recomendable
pues el reparto no suele ser homogéneo, ya que la concentración del fertilizante
inyectado es muy elevada al principio para ir disminuyendo conforme avanza el tiempo
de inyección.
Para inyectar el abono en el agua de riego con los equipos de fertirrigación tenemos
que disponer previamente de una solución fertilizante (abono+agua). Para ello será
necesario contar con un depósito o recipiente, normalmente de plástico, resistente a
ácidos y provisto de algún tipo de agitador (manual, hidráulico, por aire o eléctrico),
donde preparar la solución fertilizante a base de disolver el abono o abonos deseados
en una determinada cantidad de agua, obteniendo así lo que se llama solución madre.
Para poder preparar esas soluciones hay que conocer la solubilidad de los fertilizantes
que, como se ha visto, depende de:
86
La tabla está basada en las siguientes premisas:
x Los fosfatos de calcio y de magnesio son insolubles, por tanto, no deben
mezclarse sales fosfatadas con sales cálcicas o magnésicas.
x El sulfato de calcio es también insoluble, por tanto, ningún sulfato debe
mezclarse con sales cálcicas.
x El sulfato potásico tiene una solubilidad baja, por tanto la mezcla de sulfatos con
sales potásicas en alta concentración puede dar lugar a que se sobrepase la
solubilidad del sulfato potásico, dando lugar a precipitados de esta sal.
Complejos NPK
Nitrato potásico Nitrato potásico
Fosfato monoamónico Nitrato de Magnesio
Fosfato monopotásico Urea
Urea Nitrato de calcio
Nitrato Amónico Nitrato amónico
Sulfato potásico Acido nítrico
Acido fosfórico
A Según la forma.
En la composición de los fertilizantes nitrogenados podemos encontrar el nitrógeno bajo
tres formas distintas: ureica o amídica, amoniacal y nítrica.
La absorción del nitrógeno a través del sistema radicular puede realizarse en forma de
nitrato o en el de amonio, pero si las condiciones son favorables la transformación de
amonio en nitrato es muy rápida. La conclusión suele ser que, sobre todo en los
frutales, la absorción del nitrógeno se realiza mayoritariamente en forma de nitrato y
poco en la forma amoniacal. La consecuencia es que el nitrógeno ureico y el amoniacal
deben transformarse en nitrato en el suelo para poder ser asimilados. Esta
transformación se lleva a cabo por mediación de las bacterias del suelo. El ureico pasa
primero a amoniacal y, posteriormente, este es transformado en nitrato.
Para que estos procesos tengan lugar son imprescindibles dos condiciones, que son así mismo las necesarias para que se desarrollen los
microorganismos del suelo que los llevarán a cabo. Por un lado se necesita humedad, que con el riego localizado está asegurada en cantidad
suficiente, y, por otro, que la temperatura del suelo sea superior a 10ºC y, cuanto mayor sea la temperatura sin sobrepasar los 32ºC, más
rápidamente se realizará la transformación.
87
De las tres formas de nitrógeno, solamente la amoniacal es retenida por el complejo de
cambio del suelo, que la liberará lentamente para su transformación. Las formas ureica
y nítrica no son retenidas por el suelo, y, por tanto, viajan con el agua en la que están
disueltas, pero mientras la forma nítrica puede ser absorbida por las raíces, la ureica
no, antes se tiene que transformar.
En este tipo de suelos es conveniente que el fraccionamiento del abonado sea mucho
mayor, ya que dado su escaso poder de retención las pérdidas por arrastre pueden ser
elevadas, haciendo disminuir la eficiencia del abonado.
En los suelos arcillosos la circulación del agua es lenta, el poder de retención muy
grande y la aireación deficiente. Esta falta de aireación dificulta la nitrificación y por ello
las formas ureicas responden bastante mal. Las formas nítricas son las que tienen un
comportamiento mejor.
Los suelos francos, al poseer unas características intermedias, son los que mejor se
adaptan a las diferentes formas de nitrógeno. No obstante los mejores resultados se
consiguen con formas asociadas de nitrógeno nítrico y amoniacal.
Los abonos a utilizar en una instalación de riego localizado deben estar pues en
88
consonancia con la textura del suelo y la época del año, estos factores junto con la
composición del agua condicionarán la selección de los abonos más adecuados.
libre. Sin embargo, salvo situaciones de gran exceso de humedad, es posible realizar riegos
exclusivamente fertilizantes y con alta concentración de abono para limitar la cantidad de agua
a aportar.
89
XII. Programa de fertirriego para cebolla amarilla de exportación
La configuración del sistema de riego por goteo usual es: laterales de riego por goteo
cada 0.75 m, goteros cada 0.20 m y descarga promedio de 1.03 lph. Configuración del
cultivo: transplante a doble hilera, es decir a ambos lados del lateral de riego (cinta de
goteo), distanciados 12 cm, para un total de 220,000 plantas por ha.
Cuadro 10. Programa de fertigacion usado en la Costa Sur del Perú para producir 60
ton/ha, en suelos con problemas de sales, en el cultivo de la cebolla amarilla para
exportación.
Etapa Fertilizante kg/ha N P2O5 K2O CaO
cultivo
Preparación del Fosfato diamonico 100 18 46
Terreno
Transplante Urea 50 23
prendimiento Fosfato monoamonico 75 9 46
15 días Nitrato de potasio 50 7 23
Nitrato de Calcio 25 4 6.5
90
XIII. Proceso de los cálculos en fertirrigación
El proceso para realizar los cálculos correspondientes para la fertirrigación de un cultivo
es el que se plantea para responder a los interrogantes de cuanto, cuando y como y se
sintetiza en el esquema siguiente
Literatura
Cadahia, Lopez, C. 1998. “Fertirrigación Cultivos hortícolas y ornamentales” Ed. Mundi-
Prensa. Madrid.
Garcia Martinez, J.L. y Martí Moreno, A. 1974. “Estudio de las necesidades nutritivas
91
del naranjo. III. Ritmo de absorción de macroelementos por plantones de Washington
Navel y Valencia Late a lo largo del año”. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de
Valencia. Publicaciones científicas y tecnológicas nº 17.
Rodrigo López, J. Hernández Abreu, J. M., Pérez Regalado, A. 1992. Riego localizado.
Ed. M.A.P.A. - Mundi-Prensa.
92
MANEJO INTEGRADO DE LAS ENFERMEDADES EN CEBOLLA
Dilcia Ulacio Osorio y Daunarima Renaud
La cebolla (Allium cepa L.), se encuentra entre las hortalizas mas importantes y mas
ampliamente cultivadas en el mundo. Este cultivo y otros relacionados tales como el
ajo, el cebollin y el ajo porro, se producen y consumen en todos los países (APS, 1995).
En el caso de la cebolla, la misma se ha cultivado durante 5.000 años o más y
actualmente no existe como especie silvestre (Brewster, 2001).
Para el año 2005, a nivel mundial, la superficie cosechada fue de 3.180.629 ha con una
producción de 57.909.848 ton. A nivel nacional, para este mismo año, el área
cosechada fue de 9.500 ha con una producción total de 240.000 ton (Faostat, 2006);
siendo el estado Lara el mayor productor con aproximadamente 2800 ha (FEDEAGRO,
2006).
Pero la calidad y el rendimiento de este cultivo se ven afectados por una serie de
problemas fitosanitarios entre los cuales destacan las enfermedades que la afectan,
tanto a nivel foliar como en las raíces y el bulbo. Estos problemas son causados en
orden de importancia por hongos, bacterias, nematodos y virus como agentes bióticos,
sin olvidar que algunos factores abióticos pueden también afectar el rendimiento. En el
Cuadro N° 1, se pueden observar las principales enfermedades que afectan la cebolla
a nivel mundial.
93
Cuadro 1. Principales enfermedades de la cebolla a nivel mundial.
Enfermedad Agente Causal Lugar de acción En Venezuela*
Hongos
Carbón Urocystis cepulae Follaje Sin información
Mancha foliar Cladosporium sp Follaje +
Mancha foliar Cercospora sp Follaje +
Mancha púrpura Alternaria porri Follaje ++++
Mildiú lanoso Peronospora destructor Follaje +++++
Tizón foliar Stemphyllum sp Follaje ++++
Tizón foliar, Pudrición cuello Botrytis sp Follaje, bulbo +
Moho negro Aspergillus niger Follaje, bulbo +
Pudrición basal y marchitez Fusarium sp Suelo +++
Pudrición Blanca Sclerotium cepivorum Suelo Según zona
Pudrición Blanda Sclerotinia sclerotiorum Suelo +
Raíz roja Pyrenochaeta terrestris Suelo ++
Tizón del sur Sclerotium rolfsii Suelo +
Bacterias
Mancha acuosa Pantoea agglomerans Follaje +
Erwinia carotovora pv. ++++
Pudrición blanda Carotovora Bulbo
Pudrición del bulbo Enterobacter cloacae Bulbo Sin información
Pudrición del bulbo Burkhloderia sp Bulbo ++++
Quemazón foliar Pantoea ananatis Follaje ++
Quemazón foliar Xantomonas campestris Follaje y bulbo +++
Rayado y pudrición de la +++++
hoja Pseudomonas viridiflava Follaje y bulbo
Virus y fitoplasmas
Achaparramiento Onion Yellow Dwarf virus Toda la planta Sin información
Aster yellows No reportados
Amarillamientos phytoplasma Toda la planta
Fuente: (American Phytopathological Society, 1995; Schwartz y Krishna, 1996; Gabor, 1996)
* Numerosas Fuentes.
94
I. Manejo integrado de plagas y enfermedades (MIPE, MIP)
Que es el MIP y como surge?
La medicina de las plantas ha sufrido procesos de evolución. Inicialmente, al igual que
la medicina de humanos, solo trataba problemas puntuales sin importar las causas que
le dieron origen. Por tanto, se usaba una sola técnica o estrategia para atender un
problema: tratar de erradicar al organismo causal. Por supuesto, esa estrategia
correspondía al uso de agroquímicos de efecto muy rápido pero con un nivel muy alto
de impacto al ambiente.
Hospedante o Planta
Susceptible
ENFERMEDAD
95
los patógenos de la cebolla descritos a nivel mundial se nombran en el cuadro 1.
Ambiente: es todo lo que nos rodea y por supuesto influye sobre el desarrollo del
agente causal; mientras mas beneficioso sea el ambiente para el agente causa, la
enfermedad tiene mayores posibilidades de propagarse exitosamente. Entre estos
podemos mencionar: la luminosidad, la temperatura, la humedad relativa, la cantidad de
lluvia entre otros factores.
Para que la enfermedad ocurra todos estos 3 factores deben ser propicios y coincidir
durante un tiempo determinado. Con el paso de los años a este triángulo se le
introdujeron dos elementos más: el tiempo, porque como se dijo anteriormente, para
que la enfermedad ocurra, debe haber una coincidencia entre la planta susceptible, el
agente causal virulento y las condiciones ambientales que deben ser favorables durante
un período de tiempo determinado. Mientras mas prolongado sea el período de
condiciones propicias, mayor será la propagación de la enfermedad y por ende,
mayores serán los daños. El otro elemento introducida al triángulo de la enfermedad,
tiene la capacidad de modificar prácticamente todos los factores mencionados
anteriormente; es quien decide que se va a sembrar, cuando, cuanto y donde; puede
traer patógenos de otras zonas, puede manejar ciertas condiciones ambientales
(umbráculos, invernaderos); en fin, es uno de los factores que tiene mas influencia en
todo el sistema. Ese elemento es nada mas y nada menos que el hombre.
96
Selección y preparación del sitio.
Selección del material de propagación.
Medidas de control.
(H) Introducción de nuevos patógenos.
Hombre
(T)
Tiempo
Humedad. (A)
Temperatura. Ambiente (P)
(H) Patógeno Nivel de virulencia.
Hospedante Cantidad de inóculo.
Tipo de reproducción.
Nivel de resistencia o susceptibilidad. Ecología.
Grado de uniformidad genética. Forma de diseminación.
Tipo de cultivo.
Edad de la planta.
97
A. Conocer la enfermedad
Lo primero que se debe hacer cuando se quiere realizar un programa de manejo
integrado de enfermedades, es aprender a diferenciar o a reconocer el tipo de
enfermedad que está afectando, porque aunque existen estrategias de manejo de uso
general, hay otras que son específicas para cada tipo de enfermedad; tal es el caso del
uso de agroquímicos. Para poder seleccionar el producto, la dosis, la frecuencia, la
forma y el momento adecuado de aplicación se debe saber que patógeno ataca, dado
que los productos que se usan para hongos no son los mismos que son utilizados para
las bacterias, o para los nematodos. En este sentido, se debe aprender a diferenciar, al
menos los grandes grupos de enfermedades, ya que la identificación exacta,
necesitaría de equipos que generalmente no están a nuestro alcance.
De esta forma, las enfermedades se pueden dividir en dos grandes grupos: las
enfermedades foliares y las enfermedades con origen en el suelo.
1. Entre las foliares se tienen las de origen fungoso y las de origen bacteriano
1.1 Las de origen fungoso: se pueden reconocer porque en la generalidad de los casos
inician el daño con áreas cloróticas sobre las hojas que mas tarde se secan y se
necrosan, formándose pequeñas manchas de color marrón; éstas al crecer y solaparse,
invaden la totalidad de la lámina foliar. En general, su aspecto es seco y cuando las
condiciones ambientales son propicias, pueden producir una masa de esporas que le
da al tejido afectado un aspecto aterciopelado.
1.2 Las de origen bacteriano: generalmente producen manchas acuosas, algunas veces
con un aspecto aceitoso, con bordes amarillentos.
2. Con respecto a las enfermedades con origen en el suelo, se tienen las causadas
por hongos y nematodos a nivel de raíces y bulbos y, las causadas por bacterias,
principalmente a nivel de bulbo. En este caso, la situación tiende a complicarse, puesto
que los síntomas son muy parecidos.
En cebolla, los síntomas generales causado por los hongos con origen en el suelo
son amarillamiento, enrollamiento, necrosis de las puntas y reducido número de hojas.
Con el tiempo, toda la parte foliar manifiesta la totalidad del síntoma, presentándose
una marchitez o decaimiento de la planta. En algunos casos, las raíces y los bulbos
son pobres y pueden ser arrancadas fácilmente del suelo. En otros casos se logran
observar masas de cuerpos de color marrón o negruzcos que pueden corresponder a
las estructuras de resistencia de algunos de los hongos del suelo, como en el caso de
Botrytis sp, Sclerotium sp y Sclerotinia sclerotiorum. La enfermedad raíz roja
(Pyrenocheta terrestris), por ejemplo, ocasiona un color rosado o rojo en las raíces de la
cebolla.
Los síntomas ocasionados por nemátodos son muy parecidos: plantas enanas,
hojas amarillentas, síntomas similares a deficiencias nutricionales e hídricas y
desarrollo irregular del lote
98
B. Medición de la enfermedad
Tan importante es conocer la enfermedad, como saber medirla. Se debe aprender a
medir la enfermedad para saber si el manejo utilizado realmente es adecuado, efectivo
y está disminuyendo el problema. Algunas veces, por ejemplo, cuando se va a aplicar
un producto se selecciona la dosis mas alta, aplicando con frecuencia durante el ciclo
de desarrollo del cultivo, es posible que pocas aplicaciones y dosis bajas sean
suficientes para disminuir a la enfermedad). En ciertos casos se pueden producir
intoxicaciones a las plantas (fitotoxicidad) causándoles quemados que no corresponden
a agentes externos o patógenos. Lógicamente, al producir un daño en el tejido foliar por
efecto del exceso de agroquímicos, éste es rápidamente invadido por microorganismos
que se detectan en el análisis de Laboratorio, pero que no son los agentes causales del
quemado. En el caso de las enfermedades bacterianas en cebolla, Hidalgo (2000),
desarrolló una clave para medirla.
En este sentido, es indispensable conocer cuales son las condiciones que en general
favorecen a las enfermedades:
1. De origen bacteriano
Una de las principales fuentes de inóculo son los suelos contaminados y los residuos de
cosecha. En estos casos, las bacterias son diseminadas por el salpique ocasionado por
las gotas de agua, bien sea agua de riego o de lluvia. Los insectos y el hombre también
juegan un papel fundamental en la diseminación. En cuanto a los insectos, las pueden
llevar adheridas a su cuerpo y de esta manera se trasladan de una planta a otra.
Igualmente, pueden ser transportadas por el hombre, a través de los zapatos, la ropa y
por supuesto en las manos. Muchas veces al revisar el cultivo se toman indistintamente
plantas enfermas y sanas y en esta acción también se diseminan las bacterias.
99
los patógenos. Por otra parte, las larvas de los insectos, pueden llevar bacterias e
introducirlas cuando se alimentan.
En general, los hongos causan daños mas severos en condiciones cálidas con alta
humedad relativa ocurriendo grandes ataques cuando la humedad (agua libre) en la
hoja se mantiene por mas de 24 horas. Algunos de ellos comienzan atacando plantas
viejas, ya que los tejidos viejos, agonizantes y débiles son mas fácilmente colonizados
por los hongos.
La diseminación puede ocurrir a través de agua de riego, bien sea por salpique de la
gota o por arrastre. Los insectos juegan un papel sumamente importante en su
diseminación. También puede ocurrir a través de equipos infestados con suelo
contaminado.Así mismo, excesos de materia orgánica en estado inadecuado de
maduración pueden favorecer su desarrollo.
100
semilla certificada para minimizar el posible problema. Es conveniente además, el uso
frecuente de Trichoderma harzianum, el cual se ha comprobado un efectivo
antagonismo a muchos de los patógenos del suelo.
Destruir o incorporar los restos de cosecha, puede ayudar a reducir el inóculo inicial
para futuros ciclos de cultivo. En hongos que producen estructuras de resistencia se
recomienda arado profundo.
101
También se debe evitar la fertilización tardía lo que puede acarrear a retardos en la
maduración y dar oportunidad de que penetren los patógenos.
Manejo de insectos entre ellos Thrips, los cuales causan daños que debilitan la planta y
son puertas de entrada para los patógenos
Rotación de cultivos por 4 años o mas. Para ello se deben utilizar especies que no
sean susceptibles a las enfermedades que atacan a la cebolla, por ejemplo cereales.
Para cualquier plan de manejo es importante que el mismo se inicie desde la semilla.
Para patógenos con origen en el suelo que afectan a la cebolla, tales como Fusarium
sp, Botrytis sp o Sclerotium cepivorum, se deben incluir las.siguientes prácticas:
102
x Realizar un muestreo de suelo en aquellas zonas donde se desconozcan los
problemas, a fin de conocer a través de pruebas de laboratorio, los potenciales
patógenos presentes.
x No utilizar semillas de procedencia dudosa, ya que puede haber transmisión a
causa de esclerocios que se encuentren externamente (caso Botrytis o
Sclerotium) o por micelio, internamente en el tejido. Se debe usar semilla 100%
sanas.
x En caso de que se conozca la existencia de patógenos del suelo, una práctica
muy efectiva es solarizar el suelo húmedo, en aquellas zonas por debajo de 900
msnm donde la radiación solar es suficiente para alcanzar temperaturas > 35° C
a 15 cm de profundidad, bajo plástico transparente. Esta práctica permite
disminuir la densidad de inóculo inicial antes de la siembra y puede combinarse
bien con dósis bajas/ha de algún agroquímico o posterior a la solarización,
incorporar un controlador biológico tal como Trichoderma harzianum.
x Realizar un saneamiento de plantas enfermas. Sacar y destruir las plantas
enfermas al inicio de los primeros síntomas, antes de que se seque la planta.
Eliminar también plantas vecinas.
x Es muy importante la nutrición, incluyendo calcio ya que se ha comprobado la
inducción de resistencia por parte de la planta al ataque de los patógenos.
x Usar cultivares resistentes
x Es importante además, la precaución por parte del productor o los trabajadores
al manipular herramientas en lotes infestados. Se deben lavar y en la medida de
lo posible desinfestarlas, para ser utilizadas en lotes sanos. Por otra parte, se
debe evitar el tránsito de animales en los lotes sembrados, disminuyendo así la
diseminación de inóculo de un lugar a otro.
A. Uso de Agroquímicos
De acuerdo a la literatura, existen diferentes estrategias de manejo para contrarestar a
las enfermedades. Estas, al combinarse e integrarse a las prácticas de producción del
cultivo, dan como resultado un control efectivo y sustentable (APS, 1995); no obstante,
la mas utilizada sigue siendo la aplicación de agroquímicos en forma individual. Este
método logra ser mas eficiente en la parte aérea de la planta, no así a nivel del suelo
por ser éste un gran protector para los patógenos y por el hecho de que muchos
fungicidas tienden a ser degradados rápidamente por la diversidad de microorganismos
presentes, entre otros factores. El uso irracional de estos agroquímicos ha traído como
consecuencia una alta contaminación, alteraciones en la salud humana y animal y
desequilibrios ecológicos y de la capa de ozono (Miranda et al., 2005; RAPAM, 1999,
Ramirez, 2001). Según Tagliaferro (2002), se han encontrado trazas de
organoclorados en leche materna en las poblaciones de caseríos expuestos y
parcialmente expuestos a plaguicidas en el Valle de Quibor, estado Lara. De aquí la
necesidad de utilizar alternativas ecológicas que pueden ser combinadas con un uso
racional de los químicos, minimizando las dósis de aplicación por ciclo de desarrollo del
103
cultivo.
C. Uso de Trichoderma
Es un producto biológico con base en el hongo Trichoderma harzianum, principalmente,
quien es un activo competidor por espacio y parasita a hongos fitopatógenos que se
encuentran a nivel de la rizosfera del suelo. Se ha comprobado además, que produce
enzimas quitinolíticas que pueden disolver las hifas de algunos hongos patógenos
(Metcalf et all. 2004). Entre otros de sus beneficios a la agricultura, está la de favorecer
el crecimiento radical de las plantas. En aplicaciones foliares el hongo invade el tejido
necrosado y comienza a competir con el patógeno existente, disminuyendo la velocidad
de progreso de las enfermedades (com. pers. Zambrano, 2006).
Literatura
American Phytopathological Society (APS). 1995. Compendium of onion and garlic
disease. American Phytopathological Society (APS). St Paul-Minnesota. USA. 54 p.
Bunch, R. 1997. Principios de la agricultura orgánica. Hoja a Hoja. Costa Rica 20:2-6.
Brewster, J.L. 2001. Las cebollas y otros Alliums. Editorial Acribia S.A. Traducción de
Ana María Mayoral. Zaragoza. España.253 p.
Cuttler, P. Schmutteres, H. 1999. Natural pesticidas from the Neem seed and others
plants. J. Ethnopharmacol, 333:11-19.
Hayden, N., Maude, R. y Proctor, J. 1994. Studies on the biology of black mould
(Aspergillus níger) on temperate and tropical onions. 1. A comparison of sources of the
disease in temperate and tropical field crops.
104
Sclerotium cepivorum on the ability of Trichoderma koningii to suppress white rot of
onion. Plant Dis. 88:287-291.
Rangel, M., Farrera, R., Rodriguez, D. y Sanabria, M. 2005. Inhibición del crecimiento
micelial de Botrytis cinerea con extracto etanólico de 4 plantas silvestres. XIX Congreso
Venezolano de Fitopatología.
Renaud, D., Alcalá, D., Alvarez, C., Pire, Alfredo y Colmenárez J. 2006. Evaluación de
los extractos etanólicos de ajo (Allium cepivorum), onoto (Bixa orellana) y neem
(Azadirachta indica), sobre el crecimiento micelial de Cladosporium sp, causante de la
fulva del tomate. en memorias del II Congreso internacional control biológico. Cali.
Colombia
Renaud, D., Alcalá, D., Alvarez, C., Pire, Alfredo y Colmenárez J. 2005. Evaluación de
Trichoderma harzianum sobre la incidencia de la marchitez causada por Fusarium sp en
la localidad de Bojó-Sanare, Edo. Lara. XIX Congreso Venezolano de Fitopatología.
105
MANEJO DE MALEZAS EN EL CULTIVO DE CEBOLLA
Alvaro Anzalone y Luis Lara
I. Introducción
Las malezas constituyen una de las principales plagas en los cultivos agrícolas; en la
cebolla este problema es de especial importancia dada la condición poco competitiva
que posee este cultivo frente a la flora arvense. La cebolla es una planta de crecimiento
lento que posee muy poco desarrollo foliar (con hojas alargadas y estrechas), por lo que
posee poca capacidad de competir por luz con las malezas; además, su limitado
desarrollo radical poco le ayuda en la competencia por el agua y los nutrientes del
suelo.
Si bien los costos del control de malezas pueden variar de acuerdo a las condiciones en
que se establezca la producción, estos suelen ser significativos, llegando en algunos
casos a ser de hasta el 25 % de los costos totales de producción; por ello el manejo de
las malezas en la cebolla debe ser planificado con suficiente tiempo y dedicación, para
así evitar las pérdidas asociadas a su presencia en el cultivo, que pueden alcanzar
valores de hasta un 80%.
106
Análisis e identificación del problema
DIAGNOSTICO
Recursos de la unidad de producción
Biología y Ecología de Malezas y Cultivos
Establecer Prioridades
En gran parte de las zonas productoras de cebolla del país (por ejemplo la depresión de
Quibor) es difícil conseguir vegetación típica de la zona, a excepción de las zonas no
intervenidas, erodadas o de poco valor agrícola. La introducción de cultivos y animales
no autóctonos de la zona, ha traído consigo la entrada de especies vegetales nuevas y
muy agresivas, que han desplazado a las especies propias. En las zonas áridas
muchas de estas nuevas especies han podido adaptarse a lo severo del medio natural y
algunas de ellas se han transformado en especies problemas por su inconveniencia
para la actividad agrícola o pecuaria, es decir, se han convertido en “malezas”. Tanto es
así, que, por ejemplo, la mayoría de las especies consideradas malezas en Quíbor no
son autóctonas de esa región.
107
malezas se altere de forma tal que, en la mayoría de los casos, se presenta el
predominio de pocas especies de difícil control, que impactan directamente en los
costos de producción.
Otra fase del diagnóstico del problema de malezas en una zona en particular debe ser
la evaluación de las herramientas y recursos con los que se cuenta para el manejo de
las mismas, procurando evaluar la disponibilidad de maquinaria, implementos, personal,
agroquímicos, etc., de manera de disponer de esta información durante el diseño del
plan de manejo.
Conocer las características biológicas de las malezas a las que nos enfrentamos es una
poderosa herramienta para planificar su manejo. Definir aspectos como la familia
botánica a la que pertenece una especie, tipo de reproducción (sexual o asexual),
afinidad por el agua, época preferente de germinación, ciclo de vida (anual o perenne),
susceptibilidad a herbicidas y otras características propias de cada especie, puede
ayudar a enfocar los sistemas de manejo y control de las malezas no sólo para lograr
108
mayor efectividad en el control, sino también para manejar las poblaciones de manera
de evitar la diseminación de especies problemáticas o que produzcan altos niveles de
daño sobre el cultivo. Como ejemplo de cómo puede organizarse parte de la
información referente a la biología y ecología de las malezas, se presenta el siguiente
Cuadro 1.
109
En las zonas al sur de la depresión de Quíbor, el corocillo es una maleza que causa
grandes problemas y es a la que se le presta mayor atención. En las zonas más bajas
la bola de Texas mantiene infestada grandes extensiones. El botón blanco o Monte
negro se ha tornado un problema en los últimos años en casi toda la zona productora
de Quibor y la paja quiboreña, también denominada paja caraqueña o paja gris,
mantiene infestadas grandes áreas y es de difícil control por ser una maleza perenne.
Donde se han establecidos potreros que luego son utilizados como tierras agrícolas las
gramíneas utilizadas como pastos pueden ser problemas, pero son casos que han sido
fácilmente controlables con el uso de herbicidas selectivos aislados poco comunes. En
los bordes de lagunas suelen encontrarse numerosas especies de afinidad con el agua,
pero quedan restringidas a estas zonas; entre ellas tenemos: pasto Jonson (Sorghum
halepense), falso Johnson (Sorghum verticilliflorum), pasto estrella (Cynodon dactylon),
juncia (Typha latifolia) corona (Cyperus ferax) y otras. El control de malezas en las
lagunas no se hace con regularidad; sin embargo, deben ser en algunos casos son
problemas serios en canales y acequias principales ya que obstaculizan el paso del
agua, restándole eficiencia al proceso de riego.
B. Establecimiento de prioridades:
Luego de hacer el diagnóstico inicial de la situación de malezas presente o aquella que
estimamos que se va a enfrentar, es necesario priorizar los métodos de manejo de las
poblaciones de maleza a utilizar de acuerdo a las especies más importantes, ya que es
muy difícil (y además muy costoso) pretender controlar totalmente todo el rango de
especies que puedan estar presentes en un cultivo. El establecimiento de prioridades
puede entenderse como la definición de los objetivos concretos que queremos alcanzar
con el plan de manejo de malezas.
En general, todo buen plan de manejo de malezas posee tres objetivos básicos:
1. Reducir la densidad de las malezas hasta niveles tolerables.
2. Reducir la cantidad del daño que producen las malezas que están asociadas al
cultivo.
3. Manejar las poblaciones hacia malezas de poca agresividad y de fácil manejo.
110
C. Selección de la estrategia de combate de malezas:
Existen muchos métodos para el control de poblaciones de malezas. Estos métodos
deben ser seleccionados y aplicados de forma estratégica, es decir, siguiendo un plan
con una serie de objetivos predeterminados. Las diferentes especies reaccionan de
diversas maneras a los métodos de control, por lo que la selección de estos métodos
debe basarse en el diagnóstico realizado previamente al área de producción.
En el caso particular de la cebolla, los canales de riego (cuando el riego es por surcos)
suelen ser la principal vía de entrada y movilización de las malezas en los campos, ya
que sirve de transporte a las diferentes estructuras reproductivas de las plantas. Existen
formas de evitar que el agua acelere la diseminación de las malezas: la principal forma
es evitar el paso del agua de riego por zonas infestadas de malezas antes de entrar a
los campos de producción, además de mantener siempre limpios de malezas los
canales de conducción de agua. También es posible la construcción de trampas de
arena o pequeños filtros en las cabeceras de los canales de riego, de manera que allí
queden atrapadas las semillas y demás estructuras reproductivas de las malezas.
La maquinaria y los implementos agrícolas son otra vía importante por la cual pueden
introducirse malezas en los agroecosistemas. La acumulación de tierra y material
vegetal en estos equipos permite que las estructuras reproductivas se transporten en
ellos, inclusive a grandes distancias. Por ello es necesario lavar los implementos y la
maquinaria luego que han laborado en zonas con presencia de malezas, más aún
cuando estas plantas se encuentren en floración o exista presencia evidente de
semillas.
Una forma particularmente importante de evitar que las malezas (en especial las de
reproducción sexual) se tornen un problema mayor, es aplicando las medidas de control
previo a la etapa reproductiva de las plantas, es decir, antes de la producción de
semillas. Esta estrategia evita que se enriquezca el banco de semillas del suelo, lo que
supone una ventaja en el manejo de las malezas a mediano y largo plazo. Una planta
de Salsola iberica puede producir unas 200.000 semillas, mientras que una de
Amaranthus dubius puede llegar a producir unas 500.000.
111
malezas pueden ser consideradas una práctica cultural que pueda incluirse dentro de
un plan de manejo de malezas. Una de las prácticas culturales más efectivas para
evitar la aparición de malezas de difícil control y que pocas veces es considerada forma
formalmente es la rotación programada de cultivos. La rotación de cultivos permite
romper los ciclos de las malezas que naturalmente se asocian a ciertos cultivos, debido
a que se cambia de manera significativa el medio en el que se han establecido. Por
ejemplo, un cultivo de cebolla que se rota con un cultivo de maíz produce un profundo
cambio en el microclima del área, el nivel de sombreamiento del suelo, la disponibilidad
de agua, los microorganismos y patógenos presentes en el medio y hasta el ciclo de los
nutrientes en el suelo; estos profundos cambios evitan que las especies asociadas a un
cultivo afiancen su presencia en un área, al ser modificadas las condiciones óptimas
para su desarrollo. Un sistema de rotación apropiado en cebolla puede ser pimentón-
cebolla-maíz.
112
ambos procesos tienen efectos sobre la dinámica poblacional de las malezas.
Por otra parte las asociaciones de cultivos permiten no sólo aumentar la diversidad
biológica y productiva del agroecosistema, sino que el manejo diferenciado de malezas
entre cultivos y las diferencias propias de cada uno de ellos evitan el establecimiento de
malezas de difícil control. Sin embargo, las asociaciones de cultivos tienen como
inconveniente la dificultad de realizar controles mecánicos de malezas y una mayor
necesidad de mano de obra. La cebolla puede verse favorecida cuando se asocia a
cultivos como la zanahoria, fresa, tomate, pepino, lechuga, apio o espinaca, mientras
que no es recomendable su asociación con repollo, caraota, ajo porro o guisantes.
La solarización del suelo puede describirse como una técnica cultural que permite
disminuir la incidencia de malezas y otras plagas en diferentes cultivos. Esta técnica se
aplica previo a la siembra o trasplante y consiste en colocar láminas plásticas
traslúcidas (que dejan pasar los rayos solares) sobre el suelo previamente humedecido,
con la intención que la energía solar aumente la temperatura del suelo y se produzca un
efecto de control de plagas por exceso de temperatura.
El tiempo de permanencia de los plásticos puede variar, pero se recomienda que bajo
condiciones tropicales siempre sea mayor a 25-30 días, para así asegurar un buen
control; dependiendo del cultivo a implantar estas láminas de plástico deberán ser
retiradas o dejadas durante el ciclo de producción del cultivo. En el caso específico de
la cebolla esta técnica ha sido muy utilizada en la preparación de semilleros, facilitando
así el manejo de malezas en esta fase de desarrollo del cultivo.
113
cultivo luego del proceso de solarización.
Por último es importante destacar la utilidad que posee la técnica de la falsa siembra
para la disminución del banco de semillas (o propágulos) del suelo. En esta labor se
realiza una preparación mínima inicial del terreno (por ejemplo uno o dos pases de
rastra) seguida de un riego, lo que al cabo de unos 15 a 20 días (en el trópico)
promociona la germinación o brotación de las malezas; en ese momento se procede a
aplicar un método de control de malezas. En la mayoría de los casos es suficiente
aplicar un método de control mecánico, el cual se completa al preparar definitivamente
el suelo para la siembra; sin embargo, en los casos donde existe la presencia de
especies perennes (por ejemplo Cyperus rotundus o Sorghum halepense), la
recomendación indica el uso de un herbicida sistémico no selectivo, de manera de
lograr la movilización del herbicida hasta las estructuras reproductivas (tubérculos,
rizomas, cormos, etc.), promoviendo el agote de las reservas de estos propágulos y
evitando la diseminación de los mismos por el terreno, lo cual es común que suceda
con la implementación del control mecánico. También es posible la utilización de un
herbicida de contacto no selectivo cuando la dominan especies anuales de
reproducción de semilla, para así evitar el laboreo excesivo del suelo.
Para lograr que el control mecánico de malezas sea realmente eficaz es necesario
poseer mucha información sobre las características poblacionales e individuales de las
especies presentes en el campo. Esta forma de control, como todas, presenta ciertas
ventajas e inconvenientes que deben ser evaluadas para lograr su integración de forma
eficiente dentro del plan de manejo de malezas que se diseñe, donde la forma de
reproducción de las malezas es una de las características principales que deben ser
consideradas. En el cuadro 2 se presenta las algunas características de la lucha
mecánica contra las malezas según su estruturas reproductivas.
114
Cuadro 2. El control mecánico de malezas según la forma de reproducción de las
mismas.
Objetivos del control Implemento a
Tipo de propágulo mecánico utilizar
Semillas latentes Desenterrar, fragmentar Cultivador, rotovator
Arado, Big-rome,
Semillas no latentes Enterrar las semillas rastra
Raíces pivotantes o con Fragmentar y agotar
rebrotes reservas Rotovator, cultivador
Desenterrar y agotar
Rizomas fragmentables reservas Cultivador repetido
Rizomas flexibles Desenterrar y arrastrar Cultivador, gradas
Arado (vertederas,
Tubérculos, bulbos Desenterrar y exponer al sol discos)
Raíces profundas Drenaje, fragmentación Cincel, subsolador
115
(a) Desmalezador de torsión (b) Desmalezador de grada con varillas flexibles
116
ruedas dentadas que giran desenterrando las malezas del suelo, son algunas de las
opciones ensayadas con éxito para el control mecánico de malezas en diferentes
cultivos hortícolas, entre ellos la cebolla. En general estos implementos pueden ser
útiles y efectivos en las fases iniciales de crecimiento del cultivo, cuando aún el bulbo
no se encuentra desarrollado, ya que en fases con posteriores pueden producir daños
significativos sobre el bulbo, restándole calidad al producto final.
Son muchos los materiales que se han evaluado para su utilización como cubiertas de
suelo en diferentes cultivos. Los materiales comúnmente utilizados son: el papel en
diversas formas, la grava, fragmentos de rocas o material volcánico (en cultivos
perennes o zonas con poca cubierta vegetal), en especial en zonas áridas; diferentes
tipos de compost de diversos orígenes; diversos tipos de residuos de cosecha y el
material más aceptado y ampliamente utilizado, las cubiertas plásticas de diferentes
tipos. Este último tipo de cubiertas se ha ensayado con éxito en cultivos hortícolas
(pimentón, tomate, cebolla, pepino, etc.), pero posee la desventaja que luego del ciclo
de producción los plásticos utilizados se transforman en un desecho de difícil manejo y
recolección y en algunos casos quedan enterrados en el suelo, produciendo múltiples
problemas en los ciclos de producción continuos. Además, por ser materiales de bajo
espesor son fácilmente atravesados por especies como Cyperus rotundus.
117
(a) Paja de arroz (b) Papel (c) Restos de cosecha de
maíz
Figura 4. Diferentes tipos de coberturas utilizadas en cultivos hortícolas (en este caso
tomate).
118
Provee Se reduce el
cobertura impacto de
del suelo la lluvia
Menor
Agregación pérdida de
del suelo por estructura
microbios Menor
formación de
costras
Cubiertas de Se agrega MENOR
suelo de origen materia EROSION
orgánico orgánica DEL SUELO
Aumento
en la
Estimulación permebilidad
de la fauna
Menor
del suelo
escorrentía
del agua
Provee Mayor
barreras a la infiltración
escorrentía del agua
Figura 5. El efecto de conservación del suelo por las cubiertas de origen orgánico.
Es posible clasificar los efectos de las cubiertas de residuos de cosecha sobre las
malas hierbas en efectos directos y efectos indirectos; los efectos directos se producen
por la interacción de la cubierta con las plantas y/o semillas de malas hierbas, mientras
los efectos indirectos suceden por la modificación del ambiente donde se desarrollan
las malas hierbas, a raíz de la presencia de la cubierta del suelo. En este último grupo
de efectos pueden incluirse los efectos alelopáticos que las cubiertas pueden ejercer
sobre las malezas.
RESTOS DE COSECHA
Figura 6. Diferentes efectos del uso de las cubiertas de restos de cosecha en el control
de malezas.
119
Desde el punto de vista económico, la utilización de coberturas orgánicas es
relativamente poco atractiva, en especial si se mide su impacto a corto plazo. La
importación o producción, el transporte y la colocación del material en el campo pueden
constituir un alto porcentaje del gasto del cultivo, e incluso puede ser mayor que en los
sistemas donde se utilizan cubiertas plásticas. La colocación de las cubiertas en el
campo es una de las tareas que consume mayor cantidad de mano de obra en el uso
de esta tecnología, por lo que se han hechos esfuerzos en el diseño de diferentes tipos
de implementos o maquinarias que logran mecanizar la labor. Otros de los
inconvenientes es que las cubiertas pueden ser propensas a incendiarse (en especial la
paja seca), existe mayor incidencia de roedores y caracoles y que existen especies
arvenses que se adaptan muy bien a la presencia de las cubiertas, en especial las
plantas enredaderas o ciertas especies perennes.
b. Utilización de calor.
La segunda forma de control físico de malezas más o menos extendida en el mundo es
el termocontrol o control por temperatura. Los termodesherbadores funcionan aplicando
una alta temperatura sobre el follaje de las plantas, lo que destruye el tejido al
desnaturalizar las proteínas estructurales de los mismos y producir un efecto de
desecación. Esta técnica debe ser utilizada con precaución, ya que se pueden producir
daños significativos al cultivo si los implementos no son calibrados de forma adecuada,
esto es especialmente importante en la cebolla, más aún cuando el bulbo no presenta
las hojas externas de protección bien formadas.
Normalmente los equipos para la aplicación de calor sobre malezas poseen una fuente
de calor (un quemador) que calienta una superficie transmisora de calor, que puede ser
de diferentes materiales; a este tipo de implemento se le denomina “quemador por
conducción”. Otros implementos (menos utilizados) aplican una llama directamente
sobre las plantas, pero el uso de estos equipos es restringido, ya que existe un alto
peligro de provocar incendios. También se ha ensayado con equipos que producen
altas cantidades de vapor que se aplica sobre el follaje de las malezas, pero su alto
consumo energético ha limitado su uso
Es importante aclarar que el uso de calor para el control de maleza sólo es efectivo
120
cuando es aplicado sobre plántulas en etapas iniciales de desarrollo, ya que un gran
número de especies es capaz de tolerar las dosis normales de calor que aplican estos
equipos cuando se encuentran en fase adulta. También hay que considerar que
algunos estudios reportan que existen especies altamente tolerantes al calor, e
inclusive algunas semillas ven favorecidas su germinación al aplicarse calor sobre el
suelo, ya que son capaces de percibir este estímulo. Por ello es importante evaluar la
aplicación de esta técnica, ya que es necesario observar con atención las respuestas
de la flora arvense cada vez que decidimos introducir una nueva forma de control.
El uso de calor para el control de malezas posee como principal ventaja la disminución
en el uso de herbicidas y la rápida expresión del daño producido a las malezas; sin
embargo, es un proceso lento, que necesita equipos especializados debidamente
calibrados y, según la zona o país donde se utilice, puede tornarse costoso debido al
consumo del combustible utilizado (generalmente butano, propano o diesel).
Existen otras múltiples formas de control físico de malezas; se han utilizado ondas de
sonido, corriente eléctrica, cortadores láser y otras muchas formas para ampliar las
opciones de las técnicas de control, de manera de ofrecer una amplia variedad de
opciones para el diseño de planes de manejo de malezas, todo ello con la intención de
disminuir la dependencia de los herbicidas como única forma de control. Sin embargo,
algunas de estas técnicas se encuentran aún en fase de desarrollo o no son bien
conocidas, pero no por ello dejan de ser opciones interesantes, más aún cuando la
121
curiosidad innata y las necesidades de los productores agrícolas impulsarán el mayor
desarrollo y uso de las mismas.
122
importante considerar el estado de crecimiento de las malezas y del cultivo a la hora de
aplicar un herbicida. Como regla general los herbicidas son absorbidos y actúan de
forma más efectivas sobre plantas pequeñas, en sus primeras etapas de desarrollo. Se
debe recordar que en estas etapas iniciales las plantas no han desarrollado en su
totalidad la cutícula foliar, por lo que se hace más efectiva la absorción del herbicida.
También es cierto que las plantas pequeñas aún no han desarrollado completamente
los sistemas de detoxificación de herbicidas, lo que evita que puedan escaparse a la
acción del herbicida a través de esta vía.
123
la acumulación de polvo sobre las hojas de las plantas; este polvo interfiere de manera
importante en la absorción de herbicidas en las plantas, ya que actúa no sólo como una
barrera física, sino también a través de la interacción físico-eléctrica con los herbicidas,
inactivándolos inclusive antes de su absorción.
La calidad del agua que se utiliza para la preparación del caldo de aspersión en la
aplicación de herbicidas, en especial los post-emergentes o de aplicación al follaje,
debe ser revisada, ya que tanto la acidez, la presencia de sales o los sólidos en
suspensión tienen una alta influencia en el desempeño de los herbicidas. En general se
deben utilizar aguas con pH ligeramente ácidos (5,5 a 6), libre de sales y carbonatos y
libre de sólidos en suspensión (arcillas, materia orgánica, etc.). Algunas
recomendaciones prácticas para evitar pérdidas en la eficiencia de control de malezas
con herbicidas por efecto de la mala calidad de agua son:
a. Conocer las características físico-químicas de las aguas utilizadas para la
preparación de herbicidas.
b. Escoger fuentes de agua de la mejor calidad posible, evitando que posean
sólidos en suspensión.
c. Reducir al mínimo posible el tiempo en que los plaguicidas permanecen en el
agua antes de su aplicación, ya que mientras mayor sea este tiempo mayor será
la posibilidad de que los plaguicidas sufran algún tipo de degradación (hidrólisis,
termodegradación, fotodegradación, etc.) o de inactivación.
d. Disminuir el volumen de aspersión al mínimo indispensable que garantice una
excelente distribución del plaguicida en el campo, de acuerdo a los equipos y las
dosis utilizadas. Esto evitará la posibilidad que suceda la hidrólisis del producto,
que sucede más violentamente cuando existe una gran cantidad de solvente
(agua).
e. De ser necesario debe ajustarse el pH del agua, ya sea con productos
comerciales formulados para tal fin (reguladores de pH) o con ácidos débiles
como el vinagre. El ajuste deberá estar de acuerdo al producto a utilizar y las
indicaciones de la etiqueta.
f. Evitar el uso de aguas con altos contenidos de Hierro y Bicarbonato de calcio.
g. Cuando se tengan que utilizar aguas duras o extremadamente duras para la
aplicación de herbicidas post-emergentes, se recomienda utilizar las dosis más
elevadas propuestas por las etiquetas de los productos. Es apropiado la
utilización de acondicionadores de agua.
h. Como fuente de amonio para evitar la inactivación de los plaguicidas en aguas
ricas en minerales puede utilizarse sulfato de amonio (21-0-0-24) a razón de 1 a
2 Kg del fertilizante por 100 litros de agua. También pueden utilizarse los
encapsuladores en las dosis recomendadas por el fabricante.
i. Se debe tener en cuenta que cualquier acondicionador de agua (regulador de
pH, fuente de amonio, etc.) debe ser mezclado con el agua en el tanque del
equipo de aspersión ANTES de la adición del plaguicida.
124
terrones grandes y convenientemente nivelado.
Una correcta calibración y ajuste de los equipos de aspersión que se utilicen para la
aplicación de herbicidas nos permitirá manejar las dosis correctas. Todo herbicida se
absorbe de forma suficiente y es efectivo en el control de malezas siempre que sea
utilizado en las dosis recomendadas. Una subdosis de un herbicida produce un
deficiente control de malezas, mientras que una dosis excesiva puede generar pérdidas
de selectividad, daños ambientales o toxicidad sobre humanos, además de un gasto
económico innecesario. Por otra parte, el uso de coadyuvantes (activadores de
superficie, adherentes, antiespumantes, hidratantes, etc.) es una estrategia que permite
aumentar la eficacia de los herbicidas sin recurrir al aumento de las dosis, pero su uso
debe realizarse de acuerdo a las necesidades planteadas en cada caso en particular y
tal y como lo indican las recomendaciones del fabricante.
Por último en todo plan de manejo debe estar presente el estudio económico o
presupuesto de las medidas que se han decidido tomar para el manejo de malezas, ya
que sólo en este punto es posible caer en cuenta de la conveniencia económica de
125
aplicar o no una medida en particular; esto es importante ya que si se deja hasta el
último momento para decidir el manejo de una maleza en particular, es muy probable
que en ese momento las opciones de control sean limitadas y será difícil tomar
decisiones basadas en la conveniencia económica dentro de la desesperación por
solucionar el problema.
Hay que tener en cuenta que las malezas estarán presentes en el campo prácticamente
bajo cualquier condición de producción, por lo que lo más apropiado (y menos costoso)
es ir adaptando sus poblaciones a la conveniencia del productor y el cultivo, más que
pretender su erradicación. Además, estas malezas cumplen importantes funciones
estabilizadoras de los agroecosistemas, sirviendo como barreras protectoras del suelo,
refugio y alimento de la entomofauna beneficiosa, fijadora de nutrientes en el suelo
(como es el caso del nitrógeno y las leguminosas), fuente de materia orgánica para el
suelo, etc., por lo que se ha demostrado que la total eliminación de este subsistema del
agroecosistema, más que traer beneficio puntuales en la producción genera graves
desequilibrios en el agroecosistema, que ponen en riesgo la sostenibilidad del mismo.
Por todo ello en la fase de evaluación no sólo se debe tener en cuenta que malezas han
muerto y cuáles no por las medidas de control aplicadas, sino que se debe evaluar
hacía que especies y sus características poblacionales se están seleccionando las
malezas presentes.
La evaluación continua de los planes de manejo de malezas permite realizar los ajustes
necesarios de acuerdo a los cambios que se vayan sucediendo en la composición de
especies de las malezas y sus características poblacionales. La selección hecha por las
medidas de control siempre deriva en un fuerte cambio de las malezas en el campo y
es necesario adaptar los planes de manejo a esa nueva realidad. No es posible realizar
un manejo de malezas de acuerdo a una “receta”, ya que la dinámica poblacional de las
malezas es muy activa, lo que supone constantes cambios. Por todo ello luego de cada
ciclo productivo es importante discernir un poco sobre los procesos que se han aplicado
y la forma como podemos adaptarlos a la nueva situación, siempre persiguiendo el
tercer objetivo de un buen plan de manejo de malezas: “manejar las poblaciones hacia
malezas de poca agresividad y de fácil manejo”.
126
Por último se debe destacar que toda evaluación de planes de manejo de malezas debe
incluir una estimación del impacto ambiental del mismo; esto no implica realizar un gran
estudio científico de la repercusión de cada medida aplicada sobre el ecosistema, sino
una evaluación crítica de la forma como podemos disminuir el uso de los procesos que
disturban de forma importante el ambiente (por ejemplo el sobrelaboreo del suelo, la
aplicación excesiva de agroquímicos, etc.) e ir adaptando nuestro plan de manejo a la
filosofía de la sostenibilidad, es decir, producir el menor daño posible al ecosistema que
garantice poder seguir explotándolo de forma rentable por mucho tiempo. De esto
último depende no sólo el éxito económico de la producción, sino la extensión de ese
éxito durante muchas generaciones.
Literatura
Booth, B.; Murphy, S. and Swanton, C. 2003. Weed Ecology in Natural and Agricultural
Systems. CABI Publishing. United Kingdom. 303 pp.
Monaco, T.; Weller, S. and Ashton, F. 2002. Weed Science: Principles and Practices.
Fourth edition. Jhon Wiley & Sons, Inc. New York (U.S.A.). 671 pp.
Rijn van, P. 2000. Weed Management in the Humid and Sub-humid Tropics. Royal
Tropical Institute. Amsterdam (The Netherlands). 234 pp.
Ross, M. and Lembi, C. 1999. Applied Weed Science. Second edition. Prentice Hall,
U.S.A. 452 pp.
127
MANEJO INTEGRADO DE INSECTOS PLAGAS EN CEBOLLA
Noraida Arrieche y Ramón Paz
I. Introducción
En Venezuela, la producción de cebolla se encuentra tradicionalmente concentrada en
las zonas semiáridas de los estados Lara y Falcón; aunque en los estados Aragua,
Carabobo y Guárico existen agricultores que dedican gran parte de sus actividades a la
explotación de este cultivo. Fundacebolla (1998), indicó que en Venezuela la superficie
cosechada de cebolla para ese año fue 4.753 hectáreas con una producción de
124.476 toneladas y el 90% de esa producción fue aportado por la depresión de Quíbor,
Estado Lara. Otros estudios realizados por Fundacebolla en los años 2000 y 2004
indicaron que la cebolla que se consumió a nivel nacional fue aportada por esta misma
zona en un 85 % y 63%, respectivamente.
Edelson et al. (1986) señalaron que T. tabaci es una especie polífaga que puede
infestar más de 300 especies de plantas citando a cultivos como alfalfa, algodón,
brócoli, coliflor, repollo, pepino, melón, lechosa, tabaco, tomate y zanahoria, entre otros.
Jiménez y Roscandido (1996) indicaron que en Colombia este insecto ha sido
registrado en ajo, cebolla de rama, cebolla de bulbo, tabaco y espárrago. Guzmán et al.
(1996) también reportaron al cilantro como hospedero de T. tabaci en Colombia.
128
género Liriomyza Mik,: L. sativae Blanchard en tomate, L. huidobrensis Blanchard en
cebolla y L. trifolii Burgess en cebollín.
Tradicionalmente estas especies han sido consideradas como plagas potenciales, pero
bajo condiciones de manejo inadecuado del cultivo, pueden causar daños de
importancia económica. Tal situación se presentó durante la década del 60, en la
depresión de Quíbor, El Tocuyo y Siquisique en el estado Lara y en zonas cercanas a
Maracaibo, donde se comprobó que Liriomyza spp afecta los rendimientos finales del
cultivo (Fusagri, 1975); situación que se repite en la depresión de Quibor, para el año
1997 (Fundacebolla, 1998).
El uso de productos químicos ha sido uno de los métodos más usados en el control de
plagas agrícolas, constituyéndose el mal uso de los insecticidas, en una de las causas
por las cuales, plagas como el pasador de la hoja Liriomyza spp, que anteriormente
eran consideradas plagas secundarias, hayan pasado a ser de importancia económica,
por haber provocado un incremento descontrolado en sus poblaciones (Issa, 1990).
Estudios realizados para L. sativae y L. trifolii por Masen et al. (1987) confirman que el
mal uso de los insecticidas afecta negativamente las poblaciones de enemigos
naturales y a la vez favorece el desarrollo de poblaciones resistentes del pasador de la
hoja y al mismo tiempo ocasionan problemas de salud y deterioro del ambiente, así
como un incremento en los costos de producción.
Otros métodos de control han sido poco relevantes en el manejo de Liriomyza spp. Sin
embargo, resulta necesario considerar la aplicación de los principios ecológicos del
control de plagas, con el fin de reestablecer el “equilibrio” en el agroecosistema,
minimizando el uso de productos químicos. Al respecto, Forbes (1800) (citado por Issa,
1990) introdujo la palabra ecología e hizo énfasis en que los principios ecológicos
pueden y deben ser usados en forma amplia para controlar los insectos que atacan a
los cultivos, con la intención de lograr éxito en programas de manejo integrado.
Estudios conducidos por Lewis (1973) describieron al género Thrips como un pequeño
insecto de 1-2 mm de longitud, de color marrón amarillento con la parte abdominal más
129
oscura. De acuerdo al autor, las hembras de los trips son siempre diploides y su
reproducción es por partenogénesis (telitoquia). Los machos, ocasionalmente
producidos, no tienen alas y son haploides ya que provienen de huevos no fecundados.
Respecto a las larvas del género Thrips, el autor indicó que otros autores llaman a esta
fase “ninfa”, señalando la semejanza que existe con los insectos paurometabolos y
holometabolos. En este trabajo se consideró conveniente denominarlas “larvas”.
De acuerdo a Lewis (1973) las especies del género Thrips se encuentran distribuidas
en todo el mundo llegando a causar importantes daños económicos sobre varios
cultivos. Lewis (1997) señaló que el período de duración de cada fase de desarrollo de
las especies del género Thrips depende de la especie, temperatura y planta
hospedera.
Watts (1934) indicó que las especies Frankliniella tritici (Fitch), F. fusca (Hinds), T.
palmi (Karny) y T. tabaci (Lind.) son las más estudiadas a nivel mundial, debido a la
importancia que estos insectos ejercen sobre la economía agrícola. Así mismo, Bueno y
Cardona (2001) y Durán et al. (1999) indicaron que existe un interés creciente por parte
de agrónomos, biólogos y personas dedicadas al agro, por obtener información sobre la
identificación, biología, huéspedes, daños y métodos de control de estas especies.
Estudios conducidos por Arrieche, (2006) indicaron que Thrips tabaci fue determinada
como la especie colectada en el cultivo de la cebolla en la depresión de Quíbor, Estado
Lara (Figuras 1, 2, 3, y 4).
130
Lall y Singh (1968) afirmaron que T. tabaci es la principal plaga de la cebolla en todo
el mundo. Edelson et al. (1986) determinaron que T. tabaci es la principal especie de
Thrips presente en cebolla en el valle de Río Grande (Texas). Salas (2003) afirmó que
T. tabaci es el principal insecto plaga que ataca las plantas de la familia Alliaceae en el
estado Lara.
Sin embargo, localmente, la importancia de una especie sobre un cultivo puede variar,
pues Harding (1961) determinó que Frankliniella occidentalis es una de las
principales plagas de importancia económica en el cultivo de la cebolla en el Sur de
Texas.
Según Lewis (1973) los huevos de T. tabaci son de tamaño microscópico y casi
imposibles de ver, tienen forma de riñón, de color blanquecinos o transparentes que
son insertados uno por uno debajo del tejido de la hoja y una parte del mismo queda en
contacto con la superficie de la hoja para que la larva al emerger pueda salir.
Lewis (1973) indicó que el tamaño de las larvas de T. tabaci varía entre 0,5 a 1,2 mm;
su forma es alargada - elíptica y su color varía de blanco a amarillo pálido. Los ojos de
131
las larvas de T. tabaci tienen coloración oscura rojiza y son fáciles de observar. Tanto
las larvas como los adultos de T. tabaci se localizan en la base del cuello de la planta
de cebolla y prefieren alimentarse de las hojas más jóvenes, por lo que para
observarlas es necesario separar las hojas de la planta a la altura del cuello de la
misma.
Lewis (1973) señaló que las pupas de T. tabaci tienen la apariencia intermedia entre
larvas y adultos. Las antenas son cortas, los cojinetes alares son visibles pero cortos y
no funcionales. Las pupas son de color amarillo pálido o café y se localizan en el suelo
o en la parte baja de la planta.
Larva: Las larvas de T. tabaci en cebolla se desarrollaron en 2 instares: Las larvas del
Instar I fueron de color transparentes a amarillo claro y de forma alargada, con cabeza,
segmentos torácicos y abdominales bien diferenciados, no se observaron los
espiráculos y midieron en promedio 0,45 ± 0, 1 mm de longitud. Las antenas son
cortas y no tienen rudimentos alares. Las larvas del Instar II fueron de color amarillo a
marrón, presentaron mayor movilidad que el instar I y midieron en promedio 1,1 ± 1 mm.
Pupa: Las pupas fueron de color amarillo a marrón cuando esta cerca el momento de la
emergencia de los adultos. La pupa es de tipo exárate y midió en promedio 0,95 ± 0,2
mm.
Adulto: Los adultos de T. tabaci fueron de color marrón claro a oscuro, con antenas y
alas bien desarrolladas. Midieron en promedio 1,4 ± 0,2 mm de longitud. Son muy
activos y sensibles a la luz.
132
de las especies del género Thrips disminuye a altas temperaturas y aumenta si son
alimentados con miel. Salas et al. (1993) difieren de esta aseveración, pues ellos
reportaron para T. tabaci en cebolla una longevidad de 21,5 ± 3,69 días para hembras
a una temperatura de 32,04 ºC. En esta investigación la proporción sexual de la
progenie de T. tabaci fue 0: 1 (macho: hembra). No se observaron machos. Estos
resultados coinciden con la mayoría de los resultados obtenidos por otros autores que
han trabajado en biología de T. tabaci.
10
Número de huevos promedio/hembra
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Días de oviposición
133
4. Poblaciones y manejo del insecto
Dentro del manejo integrado de plagas también es importante conocer cómo fluctúan
las poblaciones del insecto plaga en el tiempo con el propósito de planificar las mejores
estrategias de control. Los estudios de fluctuación poblacional de T. tabaci demuestran
la necesidad de validar el nivel de daño económico de este insecto en cebolla para
cada una de las zonas donde existe este problema, que permita establecer el momento
adecuado para realizar aplicaciones de insecticidas (Dintefass et al., 1987).
134
(1968) confirmaron lo anterior basándose en los criterios de abundancia de la especie y
del daño considerable, indicando que hasta el 60% del rendimiento puede perderse por
el ataque de T. tabaci. Igualmente Mckenzie et al. (1993), Shelton et al. (1987), Mayer
et al. (1987), Kendall and Capinera (1987), Edelson et al. (1986), y Jones et al. (1935)
determinaron que el estatus de plaga de T. tabaci depende directamente de la
densidad de población del insecto durante el período de crecimiento del cultivo.
Por su parte, Fournier et al. (1995) señalaron que la arquitectura de las plantas de
cebollas tienen influencia sobre los niveles de población de T. tabaci e indicaron que
las variedades de cebolla con las hojas aplanadas y punto de crecimiento comprimido
protegen a T. tabaci de las condiciones climáticas, enemigos naturales y aplicaciones
de insecticidas; mientras que las variedades que presentan las hojas redondeadas, no.
135
En nuestro caso, durante los ciclos de producción de cebolla estudiados se detectaron
diferencias significativas entre cada uno de los tratamientos para la variable número de
larvas de T. tabaci por planta, analizados como acumulados de área bajo la curva, lo
cual es una medida de la respuesta de la cebolla en términos de rendimiento ante la
presión de los diferentes niveles de población de la plaga, con lo cual se logró disminuir
a la mitad del número de aplicaciones que normalmente se realizan en la finca (Arriechi,
2006).
136
Cuadro 3. Análisis económico para los resultados obtenidos en los ciclos de siembra
de cebolla para la determinación del nivel de daño económico de T. tabaci en cebolla
Relación
N.I Nº C. Ganancia /
Pre-E Rend Ingresos Aplic C. M Total Ganancias Costo
10 26073 11485157 5 50000 250000 11235156,5 44,94 : 1
20 18655 8217528 4 50000 200000 8017527,5 40,08 : 1
30 14316 6306198 3 50000 150000 6156198,0 41,04 : 1
40 11238 4950339 2 50000 100000 4850339,0 48,50 : 1
60 6899 3039010 2 50000 100000 2939009,5 29,39 : 1
10 25723 11330981,5 5 50000 250000 11080981,5 44,32 : 1
20 18625 8204312,5 5 50000 250000 7954312,5 31,82 : 1
30 14474 6375797,0 3 50000 150000 6225797,0 41,50 : 1
40 11527 5077643,5 2 50000 100000 4977643,5 49,77 : 1
60 7375 3248687,5 1 50000 50000 3198687,5 63,97 : 1
10 26042 11471501,0 5 50000 250000 11221501,00 44,88 : 1
20 19502 8590631,00 5 50000 250000 8340631,00 33,36 : 1
30 15677 6905718,50 3 50000 150000 6755718,50 45,03 :1
40 12962 5709761,00 2 50000 100000 5609761,00 56,09 : 1
60 9137 4024848,50 2 50000 100000 3924848,50 39,24 : 1
137
Cuadro 4. Ecuación de Rendimiento, Función de Pérdida y Coeficientes de Regresión
y Correlación para cada uno de los ciclos de cebolla evaluados
Función de Correlación /
Período/ Ciclo Ecuación de Rendimiento Perdida Regresión
Al realizar el cálculo del nivel de daño se observó que numéricamente variaron entre
7,09 y 10,98 larvas de thrips / planta (Cuadro 5). Se consideró que un valor de 9,1
larvas de T. tabaci / planta es el momento en el cual el beneficio del control apenas
excede sus costos, razón por la cual la decisión de aplicar una medida de control
químico, debe hacerse antes de que la población del insecto alcance este nivel.
Las estrategias para manejar el cultivo tales como el riego, fertilización, uso de
138
depredadores y entomopatógenos, y también el control químico deben constituirse en
alternativas a ser planeadas de forma integrada y apoyados en los resultados obtenidos
en esta investigación.
Cuadro 5. Valores del nivel de daño económico para T. tabaci en cebolla, calculados
según la fórmula de Mumford y Norton (1984) durante los ciclos de siembra del ensayo,
en la depresión de Quíbor, Estado Lara.
Precio
Costo de la
control cebolla Coeficiente de Eficiencia Nivel de daño
Ciclo (Bs/ha) (Bs/kg) daño control (%) económico
Sept – Dic. 99 250000 356,6 98,41 0,675 10,55
May - Ago 00 250000 342,4 102,62 0,648 10,98
Ene - Abril 01 250000 440,5 121,72 0,657 7,09
Marz – Jun 01 240000 440,5 107,01 0,662 7,69
Jun – Sept 01 240000 440,5 102,4 0,716 7,43
Sept - Dic. 01 288000 410,2 94,35 0, 696 10,69
General 261666 405,1 105,15 0,675 9,1
El NDE para T. tabaci sobre cebolla en la depresión de Quíbor resultó ser 9,1
larvas/planta, Sin embargo, este es un valor que esta influenciado por diversos
factores, tales como: la relación beneficio/costo, el rendimiento del cultivo, el precio del
producto cosechado, la eficiencia de aplicación de los productos, la biología del insecto
y por la velocidad de respuesta al momento de tomar una decisión para aplicar el
control.
139
En el caso de los enemigos naturales, Lannacone (1998) cita numerosos enemigos
naturales del género Liriomyza, entre los que se destacan las sifuientes especies:
Diglyphus begini Ashmead, D. intermedius Girdult, D. websteri Crawford, Euparacrias
phytomyzae Bretes, Chrysocharis sp, Chrysonotomyia sp (Hymenoptera: Eulophidae),
Halticoptera arduine Walker (Pteromalidae), Oenogastra sp, Opius sp (Braconidae) y
Ganaspidium sp (Cynipidae). En este estudio los parasitoides encontrados, en orden de
mayor a menor abundancia, fueron Chrysonotomyia sp, Chrysocharis sp y Diglyphus
sp, en un 59,2%, 35,1% y 5,7% respectivamente, durante los meses todo el período
de muestreo.
1. Ciclo biológico
En cuanto al ciclo biológico, la duración de los estados de desarrollo de L. trifolii bajo
condiciones de laboratorio fue: huevo 1,5 ±0,2 días; larva 5 ± 0,5 días; la cual pasa por
tres (3) instares larvales y una prepupa de 0,25 ± 0,05 días; pupa 4 ± 1,5 días para un
total de huevo hasta adulto 10,75 ±2,25 días (n=50). La longevidad del adulto fue 12 ±
0,5 días para la hembra y 8 ± 0,9 días para el macho, la relación de sexos en
laboratorio fue 1,8:1 (hembra: macho). El número de huevos colocados por hembra fue
48 ± 12,5.
2. Estados de desarrollo:
Huevo: Los huevos son depositados individualmente, debajo de la epidermis de las
hojas, con preferencia hacia el ápice (78,2%), aunque se pueden encontrar posturas en
la parte media de la hoja (21,2%) y en la parte basal (0,6%). Son de color blanco
lechoso, de consistencia delicada y forma ovalada. Miden 0,25 ± 0,05 mm de longitud y
0,1 ± 0,05 mm de ancho (n=20). Pronto a la emergencia se tornan transparentes e
internamente se observa el movimiento de los ganchos bucales. El período de
incubación de huevos fue 1,5 ±0,2 días (n=50).
Larva: Las larvas pasan por tres (3) instares: Instar I: recién emergidas son
transparentes y alargadas, sin espiráculos visibles, dura 1 ± 0,1 días y miden 0,2 ± 0,06
mm de longitud. Instar II: de color blanco con un par de espiráculos posteriores, dura
1,5 ± 0,2 días y miden 0,9 ± 0,05 mm. Instar III: de color blanco amarillento, con un par
de espiráculos posteriores, abertura anal definida y ganchos bucales bien desarrollados,
dura 2,5 ± 0,2 días y miden 1,9 ± 0,6 mm. La larva es del tipo vermiforme. Al alcanzar
la prepupa deja de alimentarse, sale de la mina, se contrae, adquiere forma ovalada,
cesan sus movimientos para luego pupar.
Pupa: De color marrón claro a oscuro a medida que se desarrolla. Del tipo coartata.
Mide 1,5 ± 0,2 mm.
Adulto: Los adultos emergen del pupario con ayuda del ptilinium. Presentan un punto
amarillo en el metanoto, que es observable cuando se desarrolla completamente y
adquiere su coloración definitiva. La mesopleura es amarilla con una banda negra en la
parte anteroinferior. Los fémures son amarillos con pequeñas bandas de color café.
140
Todos los segmentos antenales son amarillos. La hembra es de mayor tamaño que el
macho. La hembra inicia la oviposición un día después de la emergencia y alcanza su
máxima oviposición entre los días 5 y 7. El número de huevos totales colocados por
hembra fue de 48 ± 12,5. Se observó que hembras vírgenes no ovipositan.
En cuanto al nivel de daño económico, al ejercer una medida de control químico sobre
los diversos niveles (tratamientos) de población permitidos en los ensayos, se logró
establecer una correlación entre la incidencia del número de minas permitido por planta
con el rendimiento final del cultivo, obteniendo diferencias significativas entre los
tratamientos.
El mínimo de daño ocurrió cuando se aplicó la medida de control sobre el nivel más
bajo permitido que fue 2 minas/planta (T1); y el máximo daño se presentó con el nivel
más alto 10 minas/planta (T5), en los tres (3) ensayos. La relación entre los
rendimientos obtenidos y el número de minas/planta permitido en cada tratamiento es
inversamente proporcional, es decir, los rendimientos disminuyen a medida que
aumenta el nivel permitido. De acuerdo con los resultados obtenidos se observa que por
encima de 2 minas/planta los rendimientos de la cebolla se ven afectados (Issa, 1990,
Issa y Marcano, 1991).
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145
MANEJO POSCOSECHA DE PRODUCTOS OLERICOLAS
Hugo Ramirez Guerrero
146
información.
El color, sabor, textura y el valor nutritivo son reconocidos generalmente como los 4
factores de calidad de las hortalizas y frutales. Los pigmentos naturales, clorofilas,
carotenoides y antocianinas forman la base química del color, mientras que el sabor es
originado por compuestos volátiles y no volátiles. Por otra parte la textura esta
íntimamente relacionada con los componentes de la pared celular, la presión de turgor,
sustancias pécticas, celulosas y ligninas y el contenido de vitamina C, minerales y fibras
constituyen lo más importante en el valor nutritivo de hortalizas y frutales. El
procesamiento de las hortalizas altera frecuentemente su calidad pero no cambia la
base química que acentúa estos factores. Recientemente el valor medicinal de las
hortalizas ha sido ampliamente reconocido como un factor importante de su calidad,
existiendo una fuerte evidencia de los beneficios en la salud debido a su consumo.
147
común encontrar información sobre el almacenamiento de cebollas de días cortos, ya
que generalmente estos son productos para el mercado fresco. Aun así, mucho de los
productores y comercializadores locales conocen que este tipo de cebolla se puede
almacenar por periodos cortos de 2 a 3 meses. En general el bulbo de cebolla es
naturalmente un órgano de almacenamiento que tiene un periodo de dormancia durante
el cual su rata metabólica es baja, manteniendo de esta forma una buena calidad.
Adicionalmente ocurre la protección por las catafilas externas. A continuación se
presentan algunos resultados de investigaciones llevadas por personal de la UCLA en
los últimos años.
Ramirez (1996 y 2001) estudio los efectos de practicas culturales (riego, fertilización
sulfato-calcica y potasica, podas, épocas de siembra y cosecha) y el cultivar en la
calidad y vida poscosecha de cebolla sembrada en la depresión de Quibor. Fue
evidenciado la influencia del sulfato de calcio sobre los azucares reductores (glucosa y
fructosa) y el contenido de piruvato en los bulbos de cebolla, producto debido
posiblemente más, al contenido de azufre que al de calcio. Por otra parte en ensayos
con potasio (K), plantas con deficiencias en K mostraron síntomas tempranos de
madurez. En cuanto al genotipo, la variedad Texas Grano (TG) 438 presento una mejor
calidad poscosecha y mas larga vida en almacenamiento que el híbrido tipo Granex.
Las épocas de transplante influenciaron directamente la calidad poscosecha. El cuadro
1 muestra la influencia de la fertilización con potasio en dos épocas de transplante
sobre el contenido de piruvato enzimático (PE). El valor mas bajo de PE en la época de
junio podría ser consecuencia de excesos de K en el suelo durante las lluvias, así,
podemos observar lo inverso en Diciembre durante la época seca.
148
bulbos con centros múltiples, mientras que los cultivares Safari y Nirvana arrojaron los
valores mas bajos. Todos los cultivares presentaron un mas alto porcentaje de bulbos
de tamaño mediano (5 – 7,5 cm), así, el cultivar Safari presento el menor valor (40 %), y
el mayor porcentaje de bulbos pequeños (< 5 cm). Mientras que los cultivares Mata
Hari, Linda Vista y G 429, resultaron con las mas altos porcentajes de bulbos tamaño
jumbo (7,5 – 10 cm). El cultivar TG 438 no presentó bulbos enfermos o no comerciales
durante el almacenamiento. Las variables de calidad poscosecha; pH, acidez titulable,
sólidos solubles totales (SST), materia seca (MS) y piruvato de los bulbos de cebolla
arrojaron valores bajos en comparación con bulbos de días cortos cultivados a nivel
local e internacional. El cultivar Orlando presentó los más altos valores de SST, acidez y
MS, mientras que los cultivares Don Víctor y Reina 438-S los más altos valores de pH y
Piruvato respectivamente.
Con referencia a otro cultivo olerícola, Miranda (2003), estudio el efecto de laminas de
riego por goteo, dos cultivares y dos cosechas en algunos parámetros de calidad
poscosecha de tomate industrial. Los resultados muestran que la concentración de
sólidos solubles (SST) solo fue influenciada por el cultivar y las cosechas. El cultivar
Hypeel 108 presento una mayor concentración de SST que el cultivar Heinz 9553,
mientras que los SST resultaron también mayor en la segunda cosecha. La
concentración de la acidez titulable presento un aumento linear en relación a una mayor
reducción de la lamina de riego, siendo el cultivar Hypeel 108 mas sensible al aumento
de la acidez con una reducción de la demanda hídrica. No fueron observadas
diferencias significativas para la coloración de los frutos en cuanto al manejo del riego,
sin embargo se observo una interacción entre el color, híbridos y cosechas. En la
primera cosecha los frutos de Heinz 9533 fueron más rojos que los frutos de Hypeel
108. También los frutos de la segunda cosecha fueron más rojos que los de la primera.
149
Según Kader (2003), debemos de tratar de alcanzar el progreso trascendental de la
biología y tecnología poscosecha de los cultivos hortícolas de los países desarrollados.
Esto requerirá de la aplicación del conocimiento actual para mejorar los sistemas de
manejo de los cultivos perecederos y de la superación de las limitantes socio-
económicas que han prevenido dicho progreso. También debemos de prestar más
atención al sabor y la calidad nutricional de las frutas y hortalizas. Nuevos cultivares
olericolas y frutícolas con una mejor calidad serán desarrollados usando biotecnología
y/o métodos de mejoramiento genético, contribuyendo de esta forma a su consumo y
consecuentemente dietas mas saludables para los consumidores. Los biólogos y
técnicos poscosecha jugaran un papel clave en formar el futuro de la horticultura
poscosecha, así, como ellos lo han realizado en el siglo pasado
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151
PERSPECTIVAS EN LA PRODUCCIÓN ORGÁNICA DE CEBOLLA EN
VENEZUELA
Hugo Ramírez Guerrero
I. Agricultura Orgánica
Aunque conocemos que la agricultura orgánica es practicada por tradición y durante
miles de años en todos los continentes del mundo (caso países latinoamericanos por
los indígenas locales Incas, Mayas, etc.), no fue hasta inicios del siglo pasado cuando el
Dr. Rudolf Steiner filosofo Austriaco presentó una visión alternativa de la agricultura y la
reconoció formalmente, dictando varios cursos sobre agricultura biodinámica todo bajo
un concepto espiritual. Luego en los años 30 y 40, la agricultura orgánica fue
desarrollada en Suiza (Hans Mueller), Inglaterra (Lady Eve Balfour y Albert Howard) y
Japón (Masanobu Fukuoka). Así, en muchos otros países la agricultura orgánica fue
establecida como una consecuencia de la alta demanda de productos orgánicos por
Europa, USA y Japón.
Actualmente la agricultura orgánica es practicada en casi todo los países del mundo.
Según BIOFACH e IFOAM (2005) mas de 17 millones de hectáreas son manejadas
orgánicamente, donde la mayor parte esta localizada en Australia (7,7 millones ha),
Argentina (2,8 millones ha) e Italia (mas de un millón ha). Sin embargo, el continente
Europeo presenta los más altos porcentajes en producción. Oceanía mantiene el 45 %
de la tierra cultivada orgánicamente, seguido de Europa (25 %) y Latinoamérica (22 %).
En varios países de Latinoamérica el área orgánica alcanza casi el 0,5 %, empezando
de muy bajo nivel a tazas de crecimientos extraordinarias. En Argentina por ejemplo, el
área bajo manejo orgánico aumento en 550 veces en menos de 10 años. Sin embargo,
nuestro país Venezuela no aparece en estas estadísticas. Así, nuestra tarea en la
promoción de hacer una agricultura orgánica se convierte en un interesante reto.
Principalmente la producción mas sana de rubros de ciclo corto y de consumo fresco,
como los son los productos olericolas.
152
de los niveles de materia orgánica (MO), estimulando la actividad biológica y la
adecuada intervención mecánica.
x La autosuficiencia nitrogenada mediante el uso de leguminosas y la fijación
biológica, así como el reciclaje efectivo de materiales orgánicos, incluyendo
residuos de cultivos y estiércoles.
x El control de plagas a través del uso de rotaciones de los cultivos, predadores
naturales, diversidad, estiércoles, variedades resistentes, y una limitada (mínima)
intervención térmica, biológica y química.
x La fertilización cuando sea necesaria, usando fuentes las cuales se hacen
indirectamente disponibles para la planta por la acción de los microorganismos y
las reacciones químicas en el suelo y,
x El tomar en cuenta el impacto del sistema agrícola en el ambiente y la
conservación de los habitas naturales y la vida silvestre.
153
En realidad encontramos diferentes tipos de AU, donde la horticultura urbana es solo
uno más de los tantos tipos que cada día van aumentando la lista. RUAF (2001)
menciona los principales sistemas de producción agrícola urbana:
x Permacultura y producción orgánica
x Producción animal urbana
x Horticultura urbana: donde se incluyen los sistemas de producción hortícola en
formas de huertos caseros, comunitarios, residenciales, institucionales (escuelas,
liceos, universidades, hospitales, militares, clínicas especiales, cárceles,
parques, etc.), guarderías, geriátricos, etc.
x Allotments: parcelamientos comunitarios promovidos por los gobiernos locales
para la producción hortícola sostenible (típico en los países Europeos y originado
a raíz de problemas locales y guerras mundiales).
x Producción forestal urbana.
154
limitantes físicas (encostramiento, agrietamiento, baja infiltración), químicas (baja
fertilidad, salinidad, sodicidad) y biológicas (bajos contenidos de materia orgánica),
características que lo condicionan a ser altamente sensitivos a su rápida degradación
bajo un manejo continuo e intensivo como es el caso de la producción olerícola. En la
misma tendencia se encuentran importantes zonas olericolas emergentes de los Llanos
Venezolanos.
155
comparada con la vasta información de la olericultura en los países templados y
subtropicales. Las razones a esta gran diferencia son numerosas, sin embargo
básicamente esto ha sido consecuencia de una alta dependencia de insumos (iniciando
con la semilla) y tecnología por parte de los países tropicales. Esta dependencia junto a
la política agrícola (petrolera caso Venezuela) y mayormente populista de los gobiernos
de turno ha promovido una agricultura irracional, desorganizada y por tal convencional,
lo cual ha provocado una degradación rápida de los recursos naturales muchas veces
no renovables.
156
A. El cultivo, la época y el sistema de producción
Como se menciono anteriormente, la mejor época de iniciar la producción seria en la
temporada de menor incidencia de lluvias, lo cual corresponde en casi toda Venezuela
a los meses de diciembre a abril. Es importante tener a la disposición semillas sexuales
de un material genético comprobado de tipo días cortos. Resultados de diferentes
estudios locales han comprobado que la mayoría de cultivares de polinización abierta
(variedades) arrojaron buenos rendimientos cuando fueron comparados con híbridos de
alta inversión y dependencia. Por supuesto es necesario que estas variedades
presenten tolerancia a enfermedades del suelo (principalmente raíz rosada y fusarium).
El mejor sistema de producción podría ser de transplante con el uso de plántulas de
cebolla producidas en condiciones protegidas (preferiblemente en bandejas) y
transplantadas en canteros tradicionales realizados con una labranza reducida y con el
establecimiento de riego localizado. El riego presurizado, no solo significara la
aplicación localizada de agua, ya que simultáneamente se podrá realizar un manejo
localizado y oportuno de la fertilización, malezas, otras plagas y cosecha entre otros.
B. Manejo de plagas
1. Malezas
Las cebollas son pobres competidoras con las malezas, debido a su lento crecimiento,
raíces superficiales (cultivo monocotiledóneo, igual al maíz y coco) y la escasez de
follaje (pocas hojas erectas y finas) que cubra el suelo y vegetación. En cualquier zona
la competencia de las malezas es mas fuerte durante la temporada de lluvias y su
diversidad dependerá de la región bajo cultivos. En el caso de la Depresión de Quibor
se presentan malezas limitantes de la producción tales como corocillo (Cyperus
rotundus), monte buco (Eclipta alba), cabezona (Salsola iberica), paja arrocera
(Echinochloa colonum), bledo (Amaranthus sp.), verdolaga (Portulaca oleracea) y cola
de zorro (Leptochloa uninervia).
2. Enfermedades
Patógenos en el suelo (raíces), en los bulbos y hojas pueden originar grandes perdidas
en los rendimientos y la calidad pre y poscosecha de la cebolla. Sin embargo, en
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regiones semiáridas durante el periodo seco, no deberían ser comunes las presiones
por parte de las enfermedades. La presencia de enfermedades limitando la producción
en estas regiones es consecuencia de tener cultivos en épocas no recomendables
(lluvias), inadecuados diseños de riego y planes de fertilización, sin rotación de cultivos
(monocultivo) y el uso de semilla infectada entre otros. Las enfermedades comunes
presentadas en la Depresión de Quibor son hongos (Poma terrestris, Fusarium, Botrytis,
Alternaria, Stemphylium, Peronospora) y bacterias (Erwinia, Pseudomonas,
Xantomonas, Pantoea). No han sido reportadas enfermedades por virus y nematodos
limitando la producción de cebolla en esta zona.
3. Insectos
En las regiones semiáridas, las producciones de cebollas son limitadas
significativamente por ataques de varios insectos plagas y de hecho los costos por
consumo de insecticidas son bastante elevados en comparación con el gasto en otros
insumos. Los principales problemas de insectos plagas bajo estas condiciones son los
daños causados por los trips y rayadores, siendo mas graves generalmente durante la
estación seca (Diciembre – Abril).
158
También controles con el uso de insecticidas minerales (jabones, aceites, azufre) y
extractos vegetales (ajo, jengibre, nim, tabaco, ají) han resultado exitosos en estos
sistemas de producción. Utilizar mulching y asociar el cultivo con zanahoria contribuye a
reducir las poblaciones de trips.
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