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Imágenes
David Klamen,
Untitled, 2002.
© Art in Context
Center for Communications
Horizontes de la
comunicación visual
contemporánea*
por JULIO CÉSAR GOYES NARVÁEZ
ensar los horizontes es re-flexionar tam- ta, para citar sólo las más tradicionales. Se me argu-
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abstracto, lo futurista, lo cubista, abraza el surrealismo cimiento que organiza la experiencia sensorial.. Para
al lado de Chirico e intenta causar la sorpresa y la Kant las percepciones no son registros directos, sino
reflexión ontológica frente a lo real, bien con lo absur- que se construyen internamente de acuerdo con cier-
do, la paradoja o lo insólito. tas reglas innatas y ciertas constricciones (precono-
cimientos: perceptos) que vienen de la energía del
Cerebro, percepción y creación sistema nervioso. Estas categorías a priori del enten-
Los aportes de la neurociencia fisiológica y dimiento tienen que ver con el espacio, el tiempo, la
cognitiva son muy importantes para comprender, no causalidad, etc. El pensador de Königsberg sienta así
sólo cómo funciona el cerebro, sino cómo éste perci- las bases de la psicología de la Gestalt: forma o es-
be las imágenes. Ver, mirar el mundo, reconocer una tructura mediante la cual percibimos por conjuntos
cara o disfrutar del paisaje, es ya de por sí un comple- significativos y donde nada se da aislado. Una ima-
jo computacional; no obstante, el cerebro humano va gen percibida no es la suma de sus elementos
más allá de la capacidad de un ordenador en el reco- preceptuales, como creían los filósofos empiristas,
nocimiento de objetos de la realidad. Una pregunta sino que más bien el encéfalo organiza y selecciona
inicial podría ser: ¿cómo se arman las percepciones los elementos de tal modo que crea una forma que
partiendo de la actividad neuronal estimulada es más que la suma de sus partes.4
sensorialmente? El proceso no es nada directo: de los No es difícil ver la correspondencia entre el
estímulos a las células receptoras, de éstas a las sensa- ‘preconocimiento’ kantiano con los últimos descubri-
ciones (estímulos específicos) y las vías sensoriales, en mientos científicos, en donde se plantea que los niños
seguida al receptor periférico, a la médula espinal, al sueñan desde el vientre materno, y ¿qué sueñan?, “el
tronco del encéfalo y, finalmente al tálamo y el córtex sueño de la especie”. Entre esta expresión de imáge-
cerebral.3 De manera que las vías de procesamiento nes primitivas y la función expresiva o mítica propues-
de las sensaciones son paralelas e interactúan, pero ta por Ernst Cassirer para dar forma al ‘hombre simbó-
de forma independiente; de allí que la preocupación lico’ que construye la realidad, hay una relación arcai-
es por su integración, por su unidad cognitiva. ca innegable; las otras dos funciones son la represen-
Contrariamente a la opinión que puede arrojar tativa o del lenguaje y la significativa o de la ciencia.
nuestra experiencia personal, las percepciones no son Digamos de paso que la forma lingüística (simbólica)
copias directas y precisas de lo que nos rodea, por- es un lugar de tránsito o mediación entre el prelenguaje
que la sensación es una abstracción y no una réplica mítico y el postlenguaje lógico-científico.5
del mundo real. El cerebro no registra el mundo exter- Con todo lo anterior quiero reafirmar uno de los
no como un fotógrafo, sino que construye una repre- horizontes que dan contexto a la comunicación visual
sentación interna de los acontecimientos físicos exter-
nos después de haber analizado sus componentes por
1 A. Damasio, El error de Descartes, Barcelona, Grijalbo Modadori, 1996, citado por Edwin
separado pero simultáneamente. Ruiz Alarcón en su artículo “Hacia una anatomía de la percepción estética”, en el libro Cere-
bro, arte y creatividad, Bogotá, Departamento de Psicología, Facultad de Ciencias Huma-
Fueron los empiristas ingleses (Locke, Berkeley) nas, Universidad Nacional de Colombia, 2001, págs. 11-12.
quienes fundaron la psicología como disciplina que 2 H. Torczymer, Magritte. Signos e imágenes, Barcelona, Editorial Blume, 1988, pág. 14.
3 Ver Eric R. Kandel, Thomas M. Jessell y James Schwartz, “Sección VI: Percepción”, en
se ocupa de los procesos mentales. Para ellos, el co- Neurociencias y conducta, Madrid, Prentice Hall, 1997 (2ª reimpresión, 1999, traducción de
Pilar Herreros de Tejada Macua y otros, Dpto. de Psicología, Universidad Complutense de
nocimiento provenía de la experiencia sensorial; es
Madrid).
decir que la mente era una tabula rasa o ‘papel blan- 4 Los gestaltistas comparan la percepción de la forma visual con la percepción de una melo-
día, pues no escuchamos las secuencias de las notas concretas, sino la interrelación entre
co’, donde se iban escribiendo los contactos con la ellas. De igual forma podemos reconocer distintas imágenes bajo distintas condiciones vi-
realidad. Pero fue el filósofo Emanuel Kant quien pre- suales y lumínicas, pues la relación entre los componentes de la imagen será siempre cons-
tante.
cisamente refutó este conductual empirismo y pro- 5 Estos planteamientos concuerdan con los expuestos por el profesor Armando Silva, de la
Universidad Nacional, en Variaciones visuales. Educación de la imagen, cassette núm. 1,
puso que el conocimiento no sólo se basaba en la
seminario “La aventura semiótica”, Bogotá, Unisur, hoy Universidad Abierta y a Distancia
información sensorial sino también en el precono- (UNAD), Ministerio de Educación Nacional, s.f.
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contemporánea, y es que la capacidad del hombre fundo; a diez ciclos está despierto, pero no presta aten-
para producir imágenes está dada porque tiene asi- ción al mundo exterior; a cuarenta ciclos el cerebro
mismo un cerebro biológicamente creativo, ‘auto- está despierto o soñando intensamente.
poiético’, diría Humberto Maturana. Para Rodolfo Soñar intensamente equivale a crear continuamen-
Llinás, por ejemplo, la clave para construir las imáge- te. El cerebro no es un recipiente ni una masa energé-
nes no es el espacio sino el tiempo. Las neuronas, en tica a la espera de algo que la mueva, sino una ener-
vez de ir intercambiando información unas con otras gía en alerta perceptiva, un acto creador capaz de
en conectividad celular (sinapsis) para formar las imá- transformar todo cuanto se le relaciona. Esta visión es
genes, lo hacen de una forma diferente: “todas las importante para la comunicación visual, entre otras
neuronas encargadas de transmitir percepciones las cosas, porque se pone entre paréntesis crítico el rea-
envían simultáneamente, desde donde estén cargadas lismo imaginal que produce la ilusión de verdad.
eléctricamente, pero no al unísono, sino que tiene que Ahora bien, si en el cerebro se promueven com-
haber algo que las registre o las lea. En este punto plejos procesos biológicos, genéticos, experienciales
interviene un barrido tipo radar del cerebro, que se y culturales, entonces tiene razón Mario Gennari8 al
encuentra en el tálamo, en el núcleo intralimar”.6 observar que la historia de la fisiología del ojo se con-
De manera que los colores y los sonidos no exis- funde con la historia de los estudios de la visión. Las
ten afuera en la realidad; existen radiaciones que son teorías se han desarrollado influidas por mitos referi-
transformadas en percepción. Según el científico co- dos a la visión y el análisis de sus aparatos anatómico-
lombiano, “la parte subjetiva del color no existe fuera, funcionales. Desde este horizonte, la comunicación
el color es una relación entre el tipo de
Judy Dater, radiación y lo que el cerebro hace con
Imogen and Twinka at
Yosemite, 1974,
él; el color es una propiedad del sistema
fotografía. nervioso y no una propiedad física”.7 No
© Thomas V. Meyer Fine
Art, San Francisco es un lugar en el cerebro, sino un instan-
© Art in Context
Center for Communications te en el tiempo, el que hace la unión de
los pedazos de percepción que crean las
imágenes. Cada vez que el cerebro reali-
za una barrida crea una nueva imagen,
una nueva organización temporal, una me-
dida o quantum de conciencia. Es el ba-
rrido el que hace la unión de la informa-
ción desde las distintas partes de la cor-
teza que se ocupan de los diferentes sen-
tidos. Es como si la mente creara muchas
fotografías fijas por segundo, tal como los
fotogramas en el cine. La rapidez y la con-
tinuidad con que se proyectan esas imá-
genes fijas construyen la sensación de mo-
vimiento. Lo interesante de Llinás es que
afirma también que el cerebro crea todo
el tiempo, porque está siempre soñando.
Cuando las células del tálamo funcionan
a razón de dos ciclos por segundo, el
cerebro se halla en estado de sueño pro-
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visual se está redescubriendo, puesto que incursionar como su proximidad a la corteza cerebral: “los medios
en la historia de la imagen es revelar también la histo- dióptricos (partes del ojo relativas a los procesos de
ria de cómo los hombres han pensado la estructura refracción de la luz) constituyen, en su conjunto, la
de su aparato visual y de cómo prepararnos para la antecámara de la retina; la luz atraviesa la córnea, re-
transformación de nuestra visión en el futuro. corre el humor acuoso, sobrepasa el cristalino –lente
Desde Protágoras y Euclides, que creían que la biconvexa, elástica y transparente, carente de vasos y
experiencia psicosensorial de la visión se daba por- nervios–, accede al bulbo ocular posterior, penetra en
que el ojo era un órgano capaz de emitir un haz de el cuerpo vítreo y desciende finalmente sobre la reti-
rayos visibles que impactaba en los objetos, y la posi- na (como ya se ha señalado, ésta posee una naturale-
ción de Demócrito y Lucrecio, que al contrario creye- za encefálica), donde se inicia la elaboración y la me-
ron que el ojo recibe del exterior una gama continua tamorfosis de la luz. Los conos y bastoncillos recogen
de imágenes (éidola) que llegan hasta él una vez que el estímulo visual y lo transforman, mediante comple-
han penetrado en la pupila, pasando por Platón, siem- jas reacciones bioquímicas, que componen la retina.
pre conciliador, el Medioevo y su estética de la luz y Así, por medio de procesos bioquímicos o eléctricos,
del color sagrados, encontramos a Leonardo da Vinci, se produce el efecto de la sinapsis”.10
quien asegura por vez primera que el nervio óptico Saber esto es de incalculable importancia para
no está vacío sino repleto de una infinidad de canales narrar uno de los horizontes de la comunicación vi-
que contactan con los conocimientos de la realidad y sual que es complejo, puesto que realiza diversas ope-
registran la presencia de cerca de un millón de termi- raciones y procesos ópticos, químicos y nerviosos; ade-
naciones nerviosas que componen el nervio óptico. más, también es fruto de la experiencia cultural, en la
En este punto nace o renace la idea del ojo como un medida en que ésta es un continuo fluir en el lenguaje
cuarto oscuro.9 y las emociones, como lo ha hecho notar Humberto
En el siglo XVII, Scheiner prevé la existencia de un Maturana.11 La mirada nos modifica incluso biológi-
nuevo receptor visual denominado la retina, biconvexa
6 Cfr. el informe especial de la revista Semana dedicado al científico colombiano Rodolfo Llinás,
y oculta. La visión no posee alma, sino únicamente “El hombre que descubrió el cerebro”, marzo 28 de 1995, pág. 41.
naturaleza. El ojo es el espejo del mundo. En el siglo 7 Tomado de Talentos, video de Audiovisuales, Ministerio de Comunicaciones, donde Rodolfo
Llinás habla del cerebro (1994). Al respecto también Eric R. Kandel, Thomas M. Jessell y
XVIII, en medio de la difusión del microscopio y la per- James Schwartz han escrito que “recibimos ondas electromagnéticas de distintas frecuen-
cias, pero percibimos colores: rojo, verde, naranja. Recibimos variaciones en las ondas de la
fección de las técnicas anatómicas, Francesco Gennari presión del aire, pero oímos palabras y música. Entramos en contacto con miríadas de com-
describe las estratificaciones de la corteza cerebral. ponentes químicos disueltos en el aire o en el agua, pero experimentamos olores y sabores”.
Concluimos, entonces, que colores, sonidos, olores y sabores son construcciones mentales
En el siglo XIX, Triviranus analiza la estructura de la re- creadas en el cerebro por el procesamiento sensorial, y que no existen como tales por fuera
tina y reconoce finalmente las papillae, que hoy se del cerebro. Neurociencias y conducta, op. cit., págs. 396 y ss.
8 Mario Gennari, La educación estética, Barcelona, Paidós, 1997, pág. 19.
denominan conos y bastoncillos. Nace así la teoría ce- 9 La analogía de la percepción visual como una cámara fotográfica sólo tiene validez en la
medida en que la imagen se invierte sobre la retina; sin embargo, la vista crea una percepción
lular, y aunque se vuelve la atención a la retina todavía tridimensional y no bidimensional, como en la fotografía; además, reconocemos el objeto aun-
no se la alcanza a relacionar con la corteza cerebral. que su imagen sobre la retina varíe bajo distintas condiciones de luz. La cámara fotográfica no
es un duplicado del ojo, pues nunca vemos como en la fotografía; ni siquiera en el realismo
Con el descubrimiento de la fotografía se compara la más extremo. La imagen fotográfica crea un límite, un marco, que no existe en la visión. Por
retina con una película fotosensible y, como consecuen- otro lado, la visión es ‘foveal’, nítida únicamente en el centro. La cámara registra (enfoca) una
profundidad de campo demasiado amplia en todos los planos, no importa la distancia; en
cia, se establece su naturaleza homogénea y carente cambio, la visión humana enfoca un solo plano.
10 Gennari, op. cit., págs. 23-24.
de estratos; aunque es sugerente, esta tesis se devuel- 11 Ver El sentido de lo humano, entrevista realizada al científico chileno por Paula Escobar,
ve al mito antiguo, según el cual el ojo recoge los ra- Santiago de Chile, octava edición, Dolmen Ediciones, 1996, pág. 22. Allí a la pregunta: ¿cree
que el hombre es un ser trascendente?, H. Maturana respondió: “[…] Pienso que los seres
yos de luz procedentes del mundo y los graba sobre vivos son sistemas que tienen sus características como resultado de su organización y estruc-
un fondo sensible que retiene la conciencia. tura, de cómo están hechos, y para que existan no se necesita de nada más. Pero al mismo
tiempo los seres vivos tienen dos dimensiones de existencia. Una es su fisiología, su anato-
Habrá que esperar las investigaciones contempo- mía, su estructura. La otra, sus relaciones con otros, su existencia como totalidad. Lo que nos
constituye como seres humanos es nuestro modo particular de ser en este dominio relacional,
ráneas herederas del siglo XIX, para que confirmen que donde se configura nuestro ser en el conversar, en el entrelazamiento del ‘lenguajear’ y emo-
la estructura anatómica de la retina es compleja, así cionar […]”
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de Perseo, que hace reflejar la imagen del monstruo sencia de algo, es un signo, un ámbito semiológico. La
para poder decapitarlo. La Medusa, según cuenta el mirada surge de lo físico pero lo trasciende, supone lo
mito, petrifica a quien la mira directamente a los ojos; sensorial pero no se agota en ello, se desprende del ojo
esa es la razón por la cual el héroe alado evita tener que pero no se identifica con él. La mirada busca, anticipa,
mirarla de frente. Supongamos que la Medusa es la rea- discrimina, se desplaza entre la interioridad y la exterio-
lidad, y que ésta no es un constructo de la imaginación ridad, configurando una acción intencional que inter-
humana ni una transacción o negociación de significa- preta. La mirada otorga imaginación, da significado a
dos culturales, sino un burdo objeto sin más que está las cualidades. Es claro que la mirada no está en la reti-
por fuera del sujeto. Si esto fuera así, quedaríamos atra- na, por ello el halcón que puede ver mejor que un hu-
pados en la inmovilidad y el vacío. Por fortuna, no ve- mano no tiene mirada; ésta, por su poder connotativo y
mos la realidad directamente, es más, la realidad no es de trasgresión del reflejo es un hecho hermenéutico.
nunca un lugar de reposo sino el cruce simbólico. Para La educación del ver y la mirada se plantea hoy como
poder conocerla, manipularla y trasformarla, tenemos una de las dimensiones de una pedagogía de la ima-
que mirarla, quiero decir crearla, a través de la imagen, gen que establece dialogía entre las competencias
presentir detrás de ella, imaginar la re-presentación de semiótico-pedagógicas y hermenéutico-pedagógicas. Lo
la cosa en el espejo. Pero para no dejar un importante textual y lo interpretativo, la imagen y lo imaginario, re-
cabo suelto en el mito, recordemos que de la sangre de construirán para la nueva formación del niño y el joven,
la Medusa sobre el monte Helicón nace Pegaso, el ca- el mundo fragmentado de la “sociedad de la comunica-
ballo alado que comunica al inframundo con el ción” (Vattimo).
supramundo, metaforizando la imaginación (el lengua- La imagen es un modo de representación, ya lo
je en Cassirer, el imaginario en Lacan) como el poder hemos dicho; pero esta representación capturada por
de hacer leve lo que se adhiere a la tierra por la fuerza la percepción visual se aleja y/o acerca a ese entra-
de la gravedad. mado de significados construidos que hemos dado en
Si el ver es la imagen en la que naufraga nuestra llamar realidad. Esa distancia que enfoca y desenfoca
sensibilidad por estirar sus tentáculos a la percepción, lo real, depende de los contextos mentales y sociales
entonces, mirar es establecer una dialogía, un entrama- en los cuales viva el sujeto que percibe. Quizás enton-
do entre imágenes alcanzando órdenes imaginarios que ces por estas fuerzas simbólicas, el hombre ha tenido
despegan una interpretación, como cuando con Pegaso la necesidad de imágenes; es decir, que a través de
(grave y alado a la vez) se alcanza el orden simbólico; ellas establece comunicación con el mundo y sus di-
es decir, cuando los significados son descubiertos por mensiones sacras. En tanto que símbolos, las imáge-
los sentidos en la naturaleza externa o en la naturaleza nes actúan como representantes de las cosas del mun-
interna por los sueños, o en el arte, que a través de los do, derivan la realidad patética y ascienden a la imagi-
sentidos y la imaginación selecciona y depura la natura- nación subjetiva capitalizando espiritualmente la cul-
leza, o también en el ritual, que es una forma sagrada tura. Siguiendo a J. Aumont,13 hay por lo menos tres
de arte inspirada y recreadora de vida. derivas que pueden explicar esa relación de la ima-
Tanto la visión como la mirada difieren “por un gra- gen con la realidad: lo simbólico, que crea el puente
do de fijeza o de concentración”. Pero mirada y visión con los ámbitos religiosos y divinos, y que hoy, por
están unidas por lo fisiológico, lo perceptivo y lo signi- ejemplo, lo vemos desplazado hacia la publicidad; lo
ficativo. La vista, por ejemplo, es informativa, recoge epistémico, por cuanto da a ver información y constru-
la forma, el color, el tamaño, la distancia física. Es una
acción neurosensorial que se desplaza entre la exterio- 12 Citado por César González Ochoa en Apuntes de la representación, México, Universidad
Nacional Autónoma, 1997, pág. 5. El oído es continuo y penetrante, cercano y sugestivo; su
ridad y la interioridad descodificando la imagen. Ver es poder perceptivo es tridimensional. El tacto, por ejemplo, es más realista; su poder perceptivo
hacerse consciente de los objetos del mundo exterior. prueba y verifica. La vista supone siempre un punto de vista (perspectiva); de allí la distancia
crítica que juzga.
El ver, por su poder de reflejo y denotación de la pre- 13 Jacques Aumont, La imagen, Barcelona, Paidós, 1992, pág. 84.
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nes; en la abstracción pura (intrasubjetiva) se pintan las imagen de la tradición filosófica resulta insuficiente
ideas. para comprender este ambiente comunicacional. Nos
De manera que la imagen posee dos afectos y efec- comunicamos en esta cultura de la imagen que abre
tos imaginativos que cualifican sus características esen- el juego de las resonancias y los desplazamientos; del
ciales. El primero es figurativo y representa los objetos carácter migratorio de los cuerpos, los mensajes y los
y los seres de diversas maneras abstractas y subjetivas; objetos de saber”.18 Es difícil elaborar otro mapa del
en lo figurativo la imaginación se posesiona recrean- trazado cultural, porque tal vez, como indicó en su mo-
do lo real de manera subjetiva, pero reconocible se- mento Clifford Geertz, lo que ha cambiado es el
gún el sujeto que ve y mira. En el segundo está la iconi- mapeado, y entonces los géneros se volvieron confu-
cidad como grado de realismo en comparación con el sos; quizás se precisa una reconfiguración del pensa-
objeto que representa. Esta comparación se da, como miento social.
piensa Umberto Eco, por la motivación, que no es na- Si es cierto que después de la invención de la im-
tural sino cultural, y por la semejanza, que es donde la prenta la vista conquista un lugar de privilegio, por cuan-
motivación puede ser conocida, y que tampoco es una to es garante de la cultura tipográfica, no es menos cier-
mímesis –copia fiel del objeto real con el artificial–, to que la imagen en cuanto signo y símbolo también
sino que es el sujeto el que asemeja el contenido cul- empezó a adquirir importancia al interior de las huma-
tural de la imagen al contenido cultural del modelo nidades; sin embargo, la percepción visual, cuyas cua-
original. Para el iconismo las imágenes no son simples lidades de precisión y exactitud, que suponen la distan-
reproducciones, sino formas de producir significados cia y el punto de vista, quedó instrumentada para la
sociales.17 escritura y las artes visuales, que eran privilegio de po-
Entre los grados de figuración e iconicidad, se cos. Tenemos que diferenciar la percepción visual (re-
activan los afectos y efectos de la imaginación, pues cepción) de la expresión y comunicación de la imagen
sólo se llega a una comprensión unitaria cuando el (producción), para poder determinar el momento en que
que conoce recrea lo conocido teniendo en cuenta esta última se impone en la cultura moderna. Cuando
múltiples perspectivas. Esta recreación dialógica es un la imagen en tanto producción coincide con la percep-
pacto visual; para el caso de la fotografía, por ejemplo, ción visual, se convierte en garante, no sólo de la sensi-
el productor de la foto hace ver y el receptor de la bilidad, sino también del conocimiento del hombre de
imagen ve hacer. El juego pedagógico se abre desde masas y del consumo. Al salirse del paradigma clásico
el querer saber lo que se ve, hacia la pregunta: ¿qué de las ciencias humanas, la imagen requiere de una
vemos?, ¿qué miramos? nueva perspectiva científica y de una recontextualización
neohumanista.
Lenguaje de la imagen, educación y cultura
mediática 14 Armando Silva, “Las imágenes: ¿nos hablan?”, en revista Signo y Pensamiento, núm. 16,
Abocados hoy a un mundo de imágenes, vivimos 1990. También se puede consultar del mismo autor Álbum de familia (imagen de nosotros
mismos), Bogotá, Editorial Norma, 1998, especialmente el apartado “La interpretación foto-
inmersos en una civilización de iconosfera o era de las gráfica”, por cuanto haciendo una relación con la tríada semiósica de Ch.S. Peirce, el profe-
videoculturas. Dentro de este entorno nos comunica- sor Silva analoga la imagen fotográfica con el símbolo verbal, con su designación como enun-
ciado (futuro); el indicarla como índice o gesto de señalarla (pasado); y el mostrarla equival-
mos de otra manera, somos ya de otra manera; no obs- dría al icono y sus cualidades visuales (presente) [págs. 113 y ss.].
15 Régis Debray, Vida y muerte de la imagen. Historia de la mirada en Occidente, Barcelona,
tante, la educación continúa sustentando la belleza, la Paidós, 1994.
bondad y la verdad sólo en la alfabetización verbal. El 16 Jean Paris, El espacio y la mirada, Barcelona, Taurus, 1967.
17 Cfr. L. Vilches, “Teoría de la imagen / Pedagogía de la imagen”, en Educación y comunica-
desconocimiento de la imagen como lenguaje y de la ción, Barcelona, Paidós, 1988. Allí el autor retoma los planteamientos de Umberto Eco (1977);
dinámica en la jerarquía de los sentidos conlleva a un éste a su vez los reelabora del filósofo y semiótico pragmático Ch.S. Peirce (1936). También
se puede consultar el texto de Christian Metz, “Mas allá de la analogía, la imagen” (1969), en
retraso en el apoderamiento de las nuevas percepcio- Ensayos sobre la significación en el cine (1968-72), Barcelona, Paidós, 2002. Estudiar el
iconismo (signo visual) es de vital importancia para proponer alternativas educativas.
nes y procesos culturales. 18 José Alberto Huergo, Comunicación, humanismo y nuevas tecnologías en el espacio escolar,
En una cultura analógica “el concepto mismo de Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional, 2001, pág. 134.
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La valoración sensible y cognitiva de la imagen que entender cómo ‘hablan’ las imágenes no capacita
como umbral del afuera y el adentro, de lo claro y lo directamente para la fabricación de artefactos icónicos
oscuro, y como mapas simbólicos, semióticos y dotados de poder comunicativo, sí es un paso imprescin-
pulsionales que posibilitan diversos tipos de imagen, dible para una adecuada comprensión de las lógicas de
es indispensable a fin de configurar afectos y efectos su funcionamiento. Es prácticamente imposible no pro-
que conlleven a pensarla, abarcando sus principales ducir sentido, pues “todo discurso, todo texto visual, de-
formas visuales: fijas (imagen pictórica, cómic y fotográ- signa su interlocutor potencial, seleccionando a través de
fica), en movimiento (televisión, video, cine) y otras ex- una serie de instrucciones implícitas sus ‘espectadores
presiones que están surgiendo con la digitalización de ideales’. Además de acceder a la imagen como texto, tam-
imágenes y las nuevas tecnologías computacionales bién es preciso entrar a la enunciación visual como un
(multimedia y realidad virtual). Esta hipervisualidad es acto de lenguaje a través del cual una estructura
extensión tecnológica para captar y reproducir imáge- referencial produce un discurso. La pragmática presta
nes, pero fundamentalmente “se constituyen como so- aquí una gran ayuda”.20
portes de la memoria, reactivadores de la sensorialidad La escritura digital hipertextual permite la conver-
y amplificadores del conocimiento y la imaginación”.19 sión del ‘lector’ en ‘escritor’. De la lectura plana vamos
La teoría de la imagen no únicamente es un lugar de a la lectura esférica, dice Beatriz Sarlo. La escritura
reflexión en torno a la problemática de la significación autoral se desplaza hacia la construcción textual co-
icónica, sino una práctica, puesto que se trata de produ- lectiva; los privilegios de la gramática lentamente son
cir competencias operativas en torno de la cooperación relevados por la semiótica y la hermenéutica; la pro-
interpretativa dirigida a la ‘lectura’ de imágenes. Y aun- ducción perifrástica encuentra su reemplazo en la
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intertextualidad, que es interobjetualidad en la escri- mera analogía. Una pedagogía recursiva, imaginati-
tura hipermedial, pues se puede acceder a un texto o va y creativa es capaz de proponer una aventura
a diversidad de ellos en medios diversos. Pero Beatriz icónica que revele los sentidos más ocultos, evitando
Sarlo nos hace también una advertencia, y es que sin el estereotipo y el monólogo interpretativo. Estudios
las cartas de navegación orales y escriturales el nave- como el de Mario Gennari ilustran cómo la produc-
gante hipertextual no podría ir a ninguna parte. La po- ción de la imagen “en sus contextos expresivos y
lémica entonces es con quienes piensan, “con opti- comunicativos, conduce al alumno desde una dimen-
mismo tecnológico y ceguera sociológica”, que el sión de tipo receptivo-recreativa a funciones emiso-
hipertexto es la libertad anhelada y que el autor pue- ras y generativas: la comunicación fílmica, la anima-
de ser autónomo y creativo. Y para los que oponen ción teatral, la fabricación del texto fotográfico, la
hipertexto a libro, les plantea que no habrá creativi- creación del texto audiovisual e incluso el mismo di-
dad sin lectores capaces de mantener una relación bujo –que no nos gustaría ver desaparecer en ma-
fluida con lo escrito, ya sea en el papel o en la hoja nos de tecnologías malinterpretadas– pueden garan-
virtual de la pantalla.21 tizar el logro de este objetivo sólo en caso de que la
En cuanto al docente, digamos que no tiene por didáctica de la imagen se someta a una pedagogía
qué quedarse en el papel de simple administrador de la imagen, a su vez fuertemente aferrada a la pe-
de un programa, de un texto o de un currículo; él dagogía como ciencia general de la educación, es
puede ser considerado como agente cultural que decir, como sistema de saberes relativos a la forma-
utiliza los programas hacia nuevas interpretaciones ción (Bildung) del hombre”.23
tanto de su disciplina como de los valores y los mo- La educación tiene la tarea de ampliar su horizon-
dos de representación y reproducción simbólica que te espistemológico e imaginativo, disponer de los
se dan en la cultura con el uso de estrategias saberes interdisciplinarios que estudian el iconismo y
multimediales interactivas. José Joaquín Brunner ha la educación visual, y ampliar la enseñanza por medio
descrito y caracterizado mejor que nadie los nuevos de la imagen hacia una enseñanza de o para la ima-
contextos de la educación, pensando en que la es- gen, evitando que sea “brutalmente normativa” como
cuela tiene que superar las competencias, el apren- dice Metz, y aplicadora de una simple gramática. Al
dizaje y el tipo de inteligencia que se sostenía como cambiar radicalmente nuestra relación con lo visible,
efecto de la revolución industrial. “Se requiere ma- modificamos también la forma-contenido de los obje-
yor flexibilidad y atención a las características perso- tos que producimos y/o recibimos. Las imágenes
nales del alumno, desarrollar las múltiples inteligen- informáticas (digitales y virtuales) alteran los concep-
cias de cada uno para resolver problemas ambiguos tos tradicionales de la representación visual, modifi-
y cambiantes del mundo real, habilidad para trabajar cando el objeto representado y los modos de produc-
junto a otros y comunicarse en ambientes laborales ción del mismo. Lorenzo Vilches, en un libro inquie-
crecientemente tecnificados, destrezas bien desarro- tante, La migración digital,24 se pregunta: ¿cómo en-
lladas de lectura y computación, iniciativa personal y carar el fenómeno de las nuevas imágenes, pero tam-
disposición a asumir responsabilidades. Es decir, todo
lo opuesto de aquello que busca la educación masi- 19 Ma. Jesús Buxó i Rey, “… que mil palabras”, en De la investigación
audiovisual (fotografía, cine, video, televisión), Barcelona, Proyecto A Edi-
va y estandarizada”.22 ciones, 1999, pág. 1.
Ante el impacto icónico y videosférico, la educa- 20 Santos Zunzunegui, Pensar la imagen, Madrid, Cátedra, 1995, pág. 13.
21 Beatriz Sarlo, “Del plano a la esfera: libros e hipertextos”, en Cultura, me-
ción responderá de una forma eficaz, siempre y cuan- dios y sociedad, Jesús Martín-Barbero y Fabio López de la Roche (eds.),
Bogotá, CES / Universidad Nacional de Colombia, 1988, págs. 70-71.
do deje de ser espectadora boquiabierta y se con-
22 José Joaquín Brunner, Educación: escenarios de futuro (nuevas tecnolo-
vierta en productora audiovisual; su función es ani- gías y sociedad de la información), Bogotá, Documentos Desde Abajo,
2000, pág. 19.
mar a descubrir en los lenguajes de la imagen las 23 Mario Gennari, La educación estética, Barcelona, Paidós, 1997, pág. 83.
ambigüedades y los sentidos ocultos más allá de la 24 Lorenzo Vilches, 2001, pág. 230.
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BIBLIOGRAFÍA CITADA
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De suerte que la función de la educación para Brunner, José Joaquín. Educación: escenarios de futuro (nuevas tecnologías
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con la imagen es, más allá de propiciar una nueva Debray, Régis. Vida y muerte de la imagen. Historia de la mirada en Occiden-
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orientación, tomar una nueva postura filosófica y pro-
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ro y Fabio López de la Roche (eds.), Cultura, medios y Sociedad. Bogotá,
Gruzinski ya lo había planteado en su libro La guerra CES / Universidad Nacional de Colombia, 1988.
de las imágenes, aunque entonces –creo que todavía Silva, Armando. Las imágenes: ¿nos hablan? En revista Signo y Pensamien-
to, núm. 16, 1990.
de cierta manera lo es– le era difícil precisar, puesto ———. Álbum de familia. La imagen de nosotros mismos. Bogotá, Norma,
1998.
que se disimulaba “en las trivialidades periodísticas o
Zunzunegui, Santos. Pensar la imagen. Madrid, Cátedra, 1995.
en los meandros de una tecnicidad hermética”; sin em-
bargo, “dicha guerra abarca, más allá de las luchas
por el poder, temas sociales y culturales cuya ampli-
tud actual y futura aún somos incapaces de medir”.26
Por estas razones, es preciso concebir la cultura JULIO CÉSAR GOYES NARVÁEZ
mediática como un cronotopo donde se encuentran Docente investigador del Instituto de Estudios en
la percepción como proceso activo en el cual está Comunicación y Cultura (IECO) de la Universidad Nacio-
implicada la globalidad de la persona, sus emociones nal de Colombia y profesor de lírica de la Maestría en
Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana.
y sentimientos, con las estructuras cognoscitivas que
encarna el sujeto y con el contexto histórico y cultural
en las que éstas se mueven.
25 Tradicionalmente la fotografía ha sido asumida desde lo mágico, pues la instantaneidad y la casualidad configuran la
aventura fotográfica, pero en el lenguaje de la imagen de síntesis y la creación de mundos virtuales la informática
determina con anterioridad todos los detalles; los procesos son previamente programados y escritos. De allí que en los
medios audiovisuales tradicionales, el artista se pone delante del objeto que va a captar e impone su punto de vista,
mientras que en la informática el programador se introduce en el lenguaje relativizando el punto de vista y modificando
el tiempo (real) y el espacio (simultaneidad).
26 Serge Gruzinski, La guerra de las imágenes: de Cristóbal Colón a Blade Runner (1492-2019), México, Fondo de Cultu-
ra Económica, 1995, pág. 12.
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