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Neologismo

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Un neologismo puede definirse como una palabra nueva que aparece en una lengua, o la
inclusión de un significado nuevo en una palabra ya existente o en una palabra procedente
de otra lengua.

La creación de neologismos se produce por modas y necesidades de nuevas


denominaciones. Desde el punto de vista del purismo, hay neologismos innecesarios, como
los que alargan las palabras convirtiéndolas en archisílabas,12 pero también hay otros
neologismos necesarios como por ejemplo «bonobús» o «seropositivo».

Hoy en día, los medios de comunicación son los principales propagadores de los
neologismos y de los préstamos lingüísticos. Algunos de estos términos tienen una vida
efímera.

Índice

 1 Recursos de creación de palabras


o 1.1 Clasificación de los neologismos
 2 Recursos neológicos
 3 La novedad
 4 Referencias
 5 Enlaces externos

Recursos de creación de palabras[editar]

Todas las lenguas tienen estos recursos para formar ciertas palabras nuevas:

 Composición: Se forma una nueva palabra a partir de la unión de dos o más


palabras ya existentes; por ejemplo, Hispano + América = Hispanoamérica.

 Derivación: Adición. Se añaden prefijos o sufijos a la raíz o lexema de una palabra;


por ejemplo, América + -no = Americano

 Parasíntesis: Combinación. Se forman palabras nuevas combinando la composición


y la derivación; por ejemplo, por + dios + -ero = pordiosero

 Acronimia: Iniciales. A partir de las iniciales de varias palabras se crea una nueva;
por ejemplo, ESO (Educación Secundaria Obligatoria), láser (del acrónimo inglés
LASER: light amplification by stimulated emission of radiation, ‘amplificación de la
luz mediante emisión estimulada de radiación’), ovni (del acrónimo OVNI: objeto
volador no identificado).
Clasificación de los neologismos[editar]

 Neología de forma: son palabras creadas a partir de cambios morfológicos de


vocablos ya existentes en la propia lengua: por ejemplo, aeronave se forma de la
unión de aéreo más nave; teledirigido se forma de la unión de tele y dirigido.
 Neología de sentido: son palabras nuevas a partir de vocablos ya existentes en la
propia lengua que sufren cambios semánticos o de significado: por ejemplo tío (un
pariente que resulta ser el hermano de alguno de los propios padres) se transforma
en cualquier expresión para llamar la atención de la otra persona, como chico u
hombre; camello que es un animal, también puede ser un traficante de drogas.
 Extranjerismos.
 Barbarismo.

No se deben considerar neologismos las siguientes palabras, ya que son palabras


compuestas:

 Aumentativos, diminutivos y superlativos, por su capacidad casi ilimitada de formar


palabras derivadas.
 Adverbios terminados en -mente.
 Palabras formadas con el prefijo ex cuando se une a radicales simples o derivados
que hacen referencia a cargos, oficios o relaciones personales, como por ejemplo
expresidente, exnovio, etc.3
 Gentilicios, a excepción de los compuestos, del tipo hispanochino, judeoitaliano,
etc.
 Unidades léxicas compuestas altamente especializadas, por ejemplo
cistoprostatectomía.
 Siglas y abreviaturas, excepto cuando son la base de un proceso de formación de
una nueva palabra, como por ejemplo ufología, radar, láser, etc.

Recursos neológicos[editar]
Los recursos neológicos son las formas o procedimientos que se emplean para crear
neologismos:

Recurso neológico Procedimiento Ejemplos


Cultismo Tomados del latín, sin evolución fonética Nocturno, púrpura
Semicultismo Tomados del latín, de evolución incompletaSiglo, molde, peligro
Composición Lexema + lexema Picapiedra, biengemido
Derivación Lexema + morfema Melonar
Nueva palabra Prefijos, sufijos Aeronáutica, telescopio
Préstamo Adaptación de otras lenguas Tranvía, fútbol, informática
Calco Traducción Rascacielos
Lexicalización Yuxtaposición de iniciales Renfe
Onomatopeya Imitación Chirriar
Metáfora Semejanza Boca (del metro)
La novedad[editar]
Todo neologismo implica novedad. No hay novedad por el hecho de que una palabra sea
compuesta. Por ejemplo, las palabras entrecerrar y entreabrir no son novedosas. No son
neologismos. Llevan mucho tiempo en el vocabulario común y admitido.

Por otro lado la sinonimia permite el uso de palabras en contextos nuevos sin que sean
propiamente neologismos. Por ejemplo el empleo de las palabras creyente o bautizado para
designar al católico no implica que estemos ante neologismos, ante términos novedosos.4

Es complicado saber cuando un giro implica novedad. Por ejemplo, llamar gato a un félido,
sea un tigre o un león, no implica novedad. La palabra gato aparece en multitud de
contextos.5 Si usamos el término gato en la expresión gato encerrado o pensando en un
hombre astuto, podemos alejarnos mucho del sentido original de la palabra sin que por eso
la contextualización6 implique novedad

El vocabulario es el conjunto de palabras que forman parte de un idioma o lenguaje


específico, conocidas por una persona u otra entidad (como un diccionario).

El vocabulario de una persona puede ser definido como el conjunto de palabras que son
comprendidas por esa persona, o como el conjunto de palabras probablemente utilizadas
por ésta. La riqueza del vocabulario de una persona es considerada popularmente como
reflejo de la inteligencia o nivel de educación de ésta.

El incremento del propio vocabulario es una parte importante tanto en el aprendizaje de


idiomas, como en la mejora de las propias habilidades en idioma en el cual la persona ya es
adepta.

La adquisición del vocabulario (tanto en el primer idioma como en los segundos y/o
extranjeros), es un proceso muy complejo. La primera distinción que debemos hacer es
entre vocabulario pasivo y vocabulario activo. El primero es el vocabulario que el sujeto
entiende sin ayuda o con muy poca ayuda, pero que no es capaz de utilizar autónomamente.
El segundo, es el vocabulario que el sujeto comprende sin problemas, pero que además, es
capaz de utilizar cuando lo necesita y sin necesidad de ayuda. Parece claro, por tanto, que el
vocabulario más amplio de una persona es el vocabulario pasivo, y parece claro también,
que si una persona no tiene una palabra «almacenada» en su vocabulario pasivo,
difícilmente esa palabra podrá llegar a formar parte de su vocabulario activo. Uno de los
defensores de esta teoría fue Tracey Terrell, co-autor del Natural Approach, y que invirtió
un gran esfuerzo en intentar explicar este proceso de adquisición lingüística. Terrell afirma
que una forma primero se «liga» (binding en inglés), es decir, se relaciona una forma con su
significado. Este proceso parece ser un proceso paulatino y relativamente «lento», ya que
no sería un aprendizaje sino una adquisición. Una vez la forma ya está «ligada», el sujeto
debería ir intentando «acceder» (accessing en inglés) a esa forma en repetidas ocasiones.
Las primeras veces requerirá de mucho tiempo, y posiblemente de cierta ayuda, pero ese
tiempo o esa necesidad de ayuda se irá reduciendo paulatinamente. Cuantas más veces ese
sujeto intente acceder a esa forma, más «accesible» estará.
El vocabulario es el conjunto de palabras que forman parte de un idioma o lenguaje
específico, conocidas por una persona u otra entidad (como un diccionario).

El vocabulario de una persona puede ser definido como el conjunto de palabras que son
comprendidas por esa persona, o como el conjunto de palabras probablemente utilizadas
por ésta. La riqueza del vocabulario de una persona es considerada popularmente como
reflejo de la inteligencia o nivel de educación de ésta.

El incremento del propio vocabulario es una parte importante tanto en el aprendizaje de


idiomas, como en la mejora de las propias habilidades en idioma en el cual la persona ya es
adepta.

La adquisición del vocabulario (tanto en el primer idioma como en los segundos y/o
extranjeros), es un proceso muy complejo. La primera distinción que debemos hacer es
entre vocabulario pasivo y vocabulario activo. El primero es el vocabulario que el sujeto
entiende sin ayuda o con muy poca ayuda, pero que no es capaz de utilizar autónomamente.
El segundo, es el vocabulario que el sujeto comprende sin problemas, pero que además, es
capaz de utilizar cuando lo necesita y sin necesidad de ayuda. Parece claro, por tanto, que el
vocabulario más amplio de una persona es el vocabulario pasivo, y parece claro también,
que si una persona no tiene una palabra «almacenada» en su vocabulario pasivo,
difícilmente esa palabra podrá llegar a formar parte de su vocabulario activo. Uno de los
defensores de esta teoría fue Tracey Terrell, co-autor del Natural Approach, y que invirtió
un gran esfuerzo en intentar explicar este proceso de adquisición lingüística. Terrell afirma
que una forma primero se «liga» (binding en inglés), es decir, se relaciona una forma con su
significado. Este proceso parece ser un proceso paulatino y relativamente «lento», ya que
no sería un aprendizaje sino una adquisición. Una vez la forma ya está «ligada», el sujeto
debería ir intentando «acceder» (accessing en inglés) a esa forma en repetidas ocasiones.
Las primeras veces requerirá de mucho tiempo, y posiblemente de cierta ayuda, pero ese
tiempo o esa necesidad de ayuda se irá reduciendo paulatinamente. Cuantas más veces ese
sujeto intente acceder a esa forma, más «accesible» estará.

El vocabulario es el conjunto de palabras que forman parte de un idioma o lenguaje


específico, conocidas por una persona u otra entidad (como un diccionario).

El vocabulario de una persona puede ser definido como el conjunto de palabras que son
comprendidas por esa persona, o como el conjunto de palabras probablemente utilizadas
por ésta. La riqueza del vocabulario de una persona es considerada popularmente como
reflejo de la inteligencia o nivel de educación de ésta.

El incremento del propio vocabulario es una parte importante tanto en el aprendizaje de


idiomas, como en la mejora de las propias habilidades en idioma en el cual la persona ya es
adepta.

La adquisición del vocabulario (tanto en el primer idioma como en los segundos y/o
extranjeros), es un proceso muy complejo. La primera distinción que debemos hacer es
entre vocabulario pasivo y vocabulario activo. El primero es el vocabulario que el sujeto
entiende sin ayuda o con muy poca ayuda, pero que no es capaz de utilizar autónomamente.
El segundo, es el vocabulario que el sujeto comprende sin problemas, pero que además, es
capaz de utilizar cuando lo necesita y sin necesidad de ayuda. Parece claro, por tanto, que el
vocabulario más amplio de una persona es el vocabulario pasivo, y parece claro también,
que si una persona no tiene una palabra «almacenada» en su vocabulario pasivo,
difícilmente esa palabra podrá llegar a formar parte de su vocabulario activo. Uno de los
defensores de esta teoría fue Tracey Terrell, co-autor del Natural Approach, y que invirtió
un gran esfuerzo en intentar explicar este proceso de adquisición lingüística. Terrell afirma
que una forma primero se «liga» (binding en inglés), es decir, se relaciona una forma con su
significado. Este proceso parece ser un proceso paulatino y relativamente «lento», ya que
no sería un aprendizaje sino una adquisición. Una vez la forma ya está «ligada», el sujeto
debería ir intentando «acceder» (accessing en inglés) a esa forma en repetidas ocasiones.
Las primeras veces requerirá de mucho tiempo, y posiblemente de cierta ayuda, pero ese
tiempo o esa necesidad de ayuda se irá reduciendo paulatinamente. Cuantas más veces ese
sujeto intente acceder a esa forma, más «accesible» estará.

El vocabulario es el conjunto de palabras que forman parte de un idioma o lenguaje


específico, conocidas por una persona u otra entidad (como un diccionario).

El vocabulario de una persona puede ser definido como el conjunto de palabras que son
comprendidas por esa persona, o como el conjunto de palabras probablemente utilizadas
por ésta. La riqueza del vocabulario de una persona es considerada popularmente como
reflejo de la inteligencia o nivel de educación de ésta.

El incremento del propio vocabulario es una parte importante tanto en el aprendizaje de


idiomas, como en la mejora de las propias habilidades en idioma en el cual la persona ya es
adepta.

La adquisición del vocabulario (tanto en el primer idioma como en los segundos y/o
extranjeros), es un proceso muy complejo. La primera distinción que debemos hacer es
entre vocabulario pasivo y vocabulario activo. El primero es el vocabulario que el sujeto
entiende sin ayuda o con muy poca ayuda, pero que no es capaz de utilizar autónomamente.
El segundo, es el vocabulario que el sujeto comprende sin problemas, pero que además, es
capaz de utilizar cuando lo necesita y sin necesidad de ayuda. Parece claro, por tanto, que el
vocabulario más amplio de una persona es el vocabulario pasivo, y parece claro también,
que si una persona no tiene una palabra «almacenada» en su vocabulario pasivo,
difícilmente esa palabra podrá llegar a formar parte de su vocabulario activo. Uno de los
defensores de esta teoría fue Tracey Terrell, co-autor del Natural Approach, y que invirtió
un gran esfuerzo en intentar explicar este proceso de adquisición lingüística. Terrell afirma
que una forma primero se «liga» (binding en inglés), es decir, se relaciona una forma con su
significado. Este proceso parece ser un proceso paulatino y relativamente «lento», ya que
no sería un aprendizaje sino una adquisición. Una vez la forma ya está «ligada», el sujeto
debería ir intentando «acceder» (accessing en inglés) a esa forma en repetidas ocasiones.
Las primeras veces requerirá de mucho tiempo, y posiblemente de cierta ayuda, pero ese
tiempo o esa necesidad de ayuda se irá reduciendo paulatinamente. Cuantas más veces ese
sujeto intente acceder a esa forma, más «accesible» estará.

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