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Ulises: Semiótica

Antes que nada, es necesario aclarar ciertas cosas sobre de la novela. Stephen es un joven, de
veinte años aproximadamente, que se ve rechazado por su padre debido a su inclinación hacia
el arte. Emprende un viaje a París pero debe volver a Irlanda debido que su madre fallece. Es
maltratado por sus compañeros en la torre en la que se hospeda y además no encuentra en
Irlanda un lugar para vivir, por lo cual, se convierte en un hombre carente de dirección. Los
personajes con los que vive en la Torre Martello son: Haines (un estudiante inglés de
literatura) y Buck Mulligan (un estudiante de medicina)
En el primer capítulo de la novela aparecen ya varios símbolos, la mayoría de ellos paródicos,
que nos orientan hacia una primera lectura. Sabemos que el Ulises es una parodia de La
Odisea y, a su vez, de Hamlet. En la primera escena, Buck Mulligan hace una imitación
burlesca de la misa. El primer símbolo que encontramos, entonces, es la vacía de afeitar que
funciona como la eucaristía.
Uno de los símbolos es la pantera con la que sueña otro de los personajes, que es la
prefiguración de una muerte próxima a suceder (alguien que se ahoga en el río) y, a su vez,
de un encuentro futuro (porque la pantera es negra, como una sombra que persigue al
protagonista) Cabe destacar que el personaje que sueña con la pantera está un poco
enemistado con Stephen, y eso es un símbolo de los conflictos políticos y militares de la
Inglaterra e Irlanda de la época. El lugar en que se hospedan los personajes constituye un
símbolo en sí, puesto es un refugio de guerra para los irlandeses, otro signo del conflicto
político entre Inglaterra e Irlanda.
Como había dicho, los símbolos de los que dispone Joyce están en consonancia con los textos
clásicos. Stephen es como un Telémaco porque, simbólicamente, está buscando un padre que
lo comprenda. Y a su vez es Hamlet porque lo persigue el fantasma de su madre muerta. A
su vez, él se ve obligado a pagar el alquiler de la torre para los demás personajes, eso nos
recuerda a los usurpadores de la Odisea que se abusaban de Telémaco.
En el capítulo tres del Ulises, titulado Proteo, Stephen camina solo por la playa. La novela
tiene ciertas analogías con la epopeya de Homero debido a que Joyce utiliza este esquema
para facilitar su lectura. Si nos remitimos al canto cuatro de la Odisea, vamos a ver que la
playa es el lugar en que Menelao encuentra a Proteo y debe apresarlo para descubrir lo que
sucedió con sus compañeros.
Stephen, por su parte, está tratando de apresar (conocer, comprender, ejercer un dominio)
sobre la realidad que lo rodea y que es sumamente cambiante, como el multiforme dios del
mar, pero realidad se le escurre de los dedos como la arena y el agua. No logra encontrar un
hogar (porque tuvo que abandonar París) un padre que lo acepte (porque su padre lo
cuestiona) compañeros que lo respeten (porque los de la torre abusan de su dinero) De modo
que se toma un tiempo para pensar. Al salir de la escuela en la que trabaja se dirige a la playa.
Una vez ahí hace un experimento: cierra los ojos y deja de percibir el mundo a través de la
vista, para comprobar si el mundo desaparece al dejar de percibirlo. Al abrirlos descubre que
el mundo sigue allí, que existe aunque no pueda ser percibido por los sentidos. Dice Gamerro
que el mundo es un texto escrito por Dios y que nosotros debemos leerlo o descifrarlo. La
interpretación del universo es un acto de lectura. Todo lo que nos rodea, aquello que
pensamos y percibimos son signos y tienen un significado. El principal objetivo de la
semiótica es entender la realidad. Todo el tiempo nuestro cerebro está trabajando porque
percibe sonidos, imágenes, olores y sabores que generan una interpretación al llegar a nuestra
mente.
Lo primero que percibe Stephen son los colores, luego las formas. Nos encontramos entonces
frente a los tres momentos del signo: la primeridad (lo puramente posible) la segundidad y la
tercerdidad.
La terceridad se puede ver muy claramente en este capítulo porque las asociaciones entre los
signos fluyen todo el tiempo. Los colores y las formas de lo visible lo conducen a las teorías
idealistas y aristotélicas. La acción de guiarse por el bastón le recuerda a los ciegos y al
recuerdo de que las botas que lleva son prestadas. El sonido de las ostras de mar le recuerda
a las ostras que el director de la escuela tenía en su despacho. Y más adelante, la partera que
ve bajar hacia la playa le recuerda al cordón umbilical, el cordón a la maternidad y a lo que
voy a explicar a continuación:
Existen varios símbolos en el Ulises:
• El flujo del mar, por ejemplo, lleva las olas que no vuelven. Eso un índice del constante
devenir del tiempo. De modo que la realidad es un flujo incesante, incognoscible para
Stephen.
• Así como las olas funcionan como símbolos relativos al tiempo, la arena y las ostras
funcionan como símbolos relativos al espacio. Stephen deambula por un mundo infinito que
no se agota en el tiempo ni en el espacio.
• El cordón umbilical hace referencia a la maternidad. Es un índice porque remite
directamente a la difunta madre de Stephen. Otro símbolo que recuerda la muerte de su madre
son las cenizas de su boca, porque él la recuerda como una figura fantasmal que lo atormenta.
El cordón también enlaza con el pecado original, porque en el origen del mundo, la mujer
(Eva) tentó al hombre y ahora él está marcado por ese mismo pecado.
• Las palabras Eden y Aleph, a su vez, remiten al origen de la vida. Stephen se pregunta si
fuimos creados por Dios o engendrados por el hombre; si existe una ley eterna que diga que
el padre y el hijo están destinados a permanecer juntos. Dado que existe una unión natural
entre la madre y el hijo (la del ombligo y el vientre) pero él no encuentra ninguna base sobre
la cual sustentar la relación del padre y el hijo.
• El cordón para Stephen se encadena hacia el pasado. Esto nos remite al concepto de
memoria. Llevamos en nosotros los deseos y recuerdos de nuestros antepasados.

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