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CAPÍTULO V CULTIVOS PARA HENO - CEREALES Y GRAMÍNEAS

FORRAJERAS

Los cereales como cultivos para heno

Los cereales son el alimento humano más importante y, como grupo, constituyen las especies más
difundidas. Muchos cereales son además cultivados como forrajes o, por lo menos, usados como
tales cuando las condiciones del mercado los favorecen. La paja y los tallos gruesos son importantes
fuentes de alimento para el ganado, sobre todo para los rumiantes mayores, y los restos de la
cosecha a menudo son pastoreados. La paja es más apreciada en los países en desarrollo que en
los países con sistemas de cultivo más intensivos. Dado que la paja ha perdido todas las hojas es
un alimento pobre y ordinario; sin embargo, es posible hacer un excelente heno a partir de los
cereales si se cortan cuando aún tienen hojas, de lo contrario el producto será apenas superior a la
paja. La avena y la cebada son comúnmente cultivadas para henificar mientras que el trigo no es tan
apreciado y el centeno es considerado ordinario. Los cultivos de cereales afectados por sequías a
menudo son usados para heno.

Heno de cereales pequeños

Estos son los cultivos principales de las zonas templadas y en muchas zonas subtropicales, donde
son cultivados en invierno o en zonas altas. El trigo es el cereal más importante; la cebada, que es
importante para maltear y también como alimento humano y para el ganado, le sigue en importancia;
la avena y el centeno son cultivos de importancia local, especialmente en zonas más frías y en suelos
de baja fertilidad. La avena es también cultivada como forraje y para alimentar el ganado estabulado.

Las técnicas culturales para el cultivo de cereales son conocidas y están ampliamente difundidas.
Los cultivos de paja blanca son sembrados con una sembradora de cereales o al voleo en camas de
semillas limpias y bien preparadas a altas densidades de siembra. La fertilización de la cama de
semillas se hace de acuerdo a las recomendaciones locales y existen muchos tipos de sembradoras-
fertilizadoras para la siembra y feriilización simultáneas. Debe ser prevista la fertilización en cobertura
con nitrógeno y en el caso de cultivos con varios cortes se debe considerar la fertilización nitrogenada
en cobertura después de cada corte, excepto el último. En general se hace un escaso control de las
malezas si bien se pueden usar los herbicidas habituales y las malezas altas pueden ser removidas
a mano. En Asia, los cereales son frecuentemente desmalezados a mano y las malezas son usadas
en el establo para alimentar el ganado. Los cereales forrajeros pueden además producir altos
rendimientos de grano pero las semillas de avenas forrajeras muchas veces no se encuentran en los
mercados de los países en desarrollo.

Avena

Avena sativa, A. byzantina, A. strigosa

La avena es un cereal anual, alto, muy cultivado en países templados y subtropicales que también
se adapta a las condiciones tropicales de gran altitud. Los granos de avena son usados como
alimento humano y animal, y la avena se puede usar para pastoreo o para conservar como heno.

Los cultivares de avena común (A. sativa) son los más difundidos. La A. byzantina se adapta mejor
a condiciones subtropicales mas cálidas; la avena aristada (A. strigosa) se adapta a suelos pobres
y temperaturas bajas de verano, por lo que se cultiva extensivamente para grano y paja en las partes
montañosas del norte de Europa y en algunos lugares de Europa central y oriental donde las
condiciones no son favorables para la avena común.

Lámina 15. Un buen cultivo de avena de cortes múltiples en una pequeña finca. Punjab,
Pakistán

Hay numerosos cultivares que se adaptan a muchas condiciones agroecológicas y a diferentes usos;
hay avenas para forraje que proporcionan varios cortes. Las avenas pueden ser cultivadas en
mezclas con leguminosas anuales de enrame como las arvejas y las vicias, pero es esencial que los
ciclos de crecimiento de las dos especies sean paralelos, de lo contrario la leguminosa se secará y
esparcirá sus semillas antes que la avena en el momento del corte. La avena es un excelente cultivo
de cobertura para cultivar con tréboles invernales como el trébol de Alejandría (Trifolium
alexandrinum), pero se debe sembrar a bajas densidades a fin de permitir el pasaje de la luz para
un buen establecimiento del trébol; la avena es de más rápido crecimiento y más resistente al frío
por lo que proporciona cortes tempranos en la estación cuando el alimento verde es escaso y el
crecimiento del trébol está detenido o es muy lento.

El momento de la siembra varía ampliamente y de acuerdo con el rango de climas en que es cultivada
la avena. En las zonas de inviernos muy fríos, se siembra en primavera; en climas templados se
siembra tanto en otoño como en primavera; en la zona del Mediterráneo y en las regiones
subtropicales se siembra sobre todo en otoño para producción de heno; en las zonas altas de los
trópicos se siembra con las primeras lluvias del período húmedo.

Las prácticas locales relacionadas con las densidades de semillas y las mezclas son muy variables
y las densidades de siembra varían entre 60 kg/ha hasta más de 100 kg/ha.

La avena a menudo se mezclas con vicias y a veces con arvejas, para heno o para silo y el cereal
proporciona la base para el enrame de la leguminosa. Sin embargo, en estos casos la densidad de
semillas debería ser reducida a cerca de la mitad de lo normal de una población pura y el crecimiento
de ambas especies debería ser sincronizado. Una siembra poco densa de avena es útil para permitir
un pastoreo liviano del trébol de Alejandría.

Los tipos de avena de un solo corte se siegan después de la floración pero los tipos para cortes
múltiples deberían ser cortados antes a fin de permitir el rebrote. La siega mecánica y el corte a
mano son operaciones sencillas y el cultivo presenta pocos problemas para su henificación. Un
cultivo de un solo corte debería ser segado una vez que se han formado los granos; los tipos para
cortes múltiples deberían ser cortados inmediatamente antes de la floración y el último corte se
debería hacer cuando el grano está bien formado.

La avena es una especie preponderantemente autofecunda por lo que los agricultores pueden
cosechar su propia semilla durante varias generaciones, siempre que se eliminen las plantas fuera
de tipo y se tomen las precauciones necesarias para evitar mezclas mecánicas. Las especies de
avena salvaje estrechamente relacionadas (Avena fatua, A. ludoviciana) son malezas importantes
en los cultivos de cereales y se debe evitar su presencia en los cultivos de avena ya que las especies
salvajes esparcen sus semillas antes de la cosecha y serán una potencial fuente de invasión de
malezas en el próximo cultivo. La introducción de avenas forrajeras para ensayos demostrativos en
Kandahar, Afganistán no fue aceptada por los agricultores en razón de su rechazo de las avenas
salvajes.

Cebada

Hordeum vulgare

Es un cereal anual cultivado sobre todo por su grano muy usado como alimento humano, para
fabricar bebidas y como alimento del ganado. La cebada se usa en países templados y subtropicales
para pastoreo y como heno en áreas muy secas o en suelos excesivamente alcalinos para el cultivo
de la avena. La cebada no es tan buena como la avena para la producción de heno o el pastoreo,
pero es apreciada en zonas secas, muy altas o salinas. Las cebadas de aristas ásperas son menos
palatables que otros cereales y pueden causar lesiones a la boca del ganado. Algunas veces se
siembra en densidades menores en mezclas con vicia o trébol rojo. La cebada sembrada en otoño,
en condiciones del Mediterráneo, puede ser pastoreada a fin del invierno o principios de la primavera
y siempre que el pastoreo no sea muy prolongado el cultivo podrá dar un rendimiento satisfactorio
de semilla. El cultivo y la henificación son similares a la de la avena.

La cebada es más resistente a la sequía y madura más rápido que la avena y puede ser cultivada
ventajosamente en suelos livianos, secos o salinos. Es muy usada como forraje en Asia central y
occidental. La cebada desnuda, que se trilla sin las glumas, se cultiva en las zonas altas del Himalaya
y la meseta de Qinghai del Tibet, a más de 4 000 msnm en el valle del río Lhasa, a mayor altura que
el límite del trigo de primavera.

Centeno

Secale cereale

Es una especie anual muy usada para pastoreo invernal en América del Norte y como un cereal
secundario en algunas partes de Europa. Es una especie adaptada a suelos pobres e inviernos
extremos.

Trigo

Triticum aestivum

El trigo es el cultivo más importante de las áreas templadas y a nivel mundial se ubica después del
arroz. Es el alimento preferido en muchas de las áreas templadas y subtropicales. Las rotaciones
trigo-arroz cubren grandes partes del subtrópico asiático, con el arroz como cultivo de verano; la paja
de trigo es un importante forraje en esas áreas. No se lo cultiva específicamente como forraje, pero
a menudo y cuando es posible, es pastoreado en el invierno y después se lo deja para grano. En
algunas partes de la región del Himalaya se corta como forraje en casos de escasez, pero es menos
productivo que la avena. El reemplazo del trigo para corte por una buena avena forrajera podría
mejorar la productividad en muchas zonas montañosas de Asia. Los cultivos afectados por la sequía
a menudo son cosechados como heno o como forraje verde. La paja de trigo es un importante
alimento del ganado en áreas de pequeños agricultores.

Heno de cereales gruesos

El maíz, algunos mijos y el sorgo, en las grandes fincas solían secarse como heno, pero con el
desarrollo de técnicas modernas de ensilaje la henificación de esas especies ha prácticamente
desaparecido, especialmente en el caso del maíz; sin embargo se usan para el ensilaje. En la
agricultura en pequeña escala, sin embargo, algunas especies se usan para heno; cuando las
espigas son cosechadas a mano por sus granos y los tallos gruesos aún están verdes, son secados
para forraje; como sucede corrientemente, la línea divisoria entre tallos gruesos y heno no es clara.
El maíz y los sorgos para grano son plantados a mano, con una sembradora tirada por animales o
por una sembradora que deja caer las semillas a intervalos, por lo general con un mecanismo de un
plato con agujeros.

Maíz

Zea mays

El maíz se cultiva en zonas donde los veranos son cálidos y la lluvia o el abastecimiento de agua
son adecuados. Es una especie importante como forraje; el grano es muy usado como alimento
animal, así como los tallos gruesos en los países en desarrollo y el cultivo es explotado
específicamente como forraje en las fincas en gran escala. El maíz tropical puede alcanzar hasta
cuatro metros de alto pero en las zonas templadas y subtropicales, por lo general está por debajo de
los dos metros de altura. Es el mejor cultivo para ensilar pero algunas veces es secado como heno.

El maíz como forraje es cosechado ligeramente menos maduro que para grano -cerca de dos
semanas de premadurez- pero con los granos en estado de masa ya que la mayor parte de la energía
digerible se encuentra en las espigas y en el grano; actualmente se cultiva para ensilar en áreas
donde un cultivo para grano puede presentar riesgos. El maíz es muy usado como un cultivo entre
dos cosechas en áreas subtropicales regadas; se siembra densamente al voleo y el cultivar no tiene
mayor importancia cuando se lo destina a la henificación.

Existen un gran número de variedades e híbridos de maíz con diferentes períodos de madurez
adaptados a una amplia gama de condiciones agroecológicas pero que requieren altas temperaturas
para su buen desarrollo. Los híbridos adaptados a condiciones locales, cuando están disponibles en
el mercado, por lo general tienen rendimientos superiores a las selecciones autofecundas. Se
cultivan preferentemente en las zonas subtropicales templadas y húmedas. En los trópicos se puede
cultivar hasta los 3 000 msnm pero produce más abundantemente por debajo de los 2 400 msnm. El
maíz no tolera la inundación y necesita alta fertilidad del suelo, pero dentro de esos límites amplios
puede ser cultivado en la mayor parte de los suelos fértiles. También hay cultivares que se adaptan
a una amplia gama y modelos de precipitación pluvial. El maíz no es resistente a la sequía si bien la
puede tolerar en sus etapas juveniles; algunos tipos de ciclo corto han sido creados para áreas con
temporadas de lluvias breves.

Es recomendable sembrar el maíz en líneas en una cama de semillas bien preparada. El


espaciamiento entre líneas y entre plantas depende del cultivar y del nivel de fertilidad del suelo. A
menudo se siembra en montículos, ya sea con una sembradora de precisión o a mano; la máxima
distancia entre filas es de 80-120 cm pero puede ser menor bajo riego y con cultivares bajos. La
población puede estar entre 25 000 y 75 000 plantas por hectárea. Es importante contar con una
población completa y uniforme, por lo que no es recomendable sembrar al voleo. La siembra con
una sembradora de trigo por lo general da lugar a poblaciones desuniformes, por lo que es preferible
el uso de una sembradora especializada o a mano. Dado que el espaciamiento entre filas es grande,
en áreas pequeñas es fácilmente sembrado a mano; existen varios equipos sembradores simples
consistentes en un embudo y un tubo que se adaptan a arados de tracción animal que son usados
con buenos resultados por los agricultores.

La elección del cultivar se hace exclusivamente con referencia a las condiciones locales y del mismo
modo debe ser obtenida la información sobre fecha de siembra, espaciamiento y otras
características. La aplicación de fertilizantes tanto en la cama de semillas como en cobertura es
necesaria para obtener altos rendimientos; el maíz no es un cultivo adaptado a suelos gastados o
pobres. Es esencial controlar las malezas desde el principio del cultivo hasta que las plantas
sombrean todo el espacio entre las líneas. Es una planta monoica, diclina, de polinización anemófila
de modo que la selección de cultivares de polinización abierta tiene un efecto limitado. La semilla de
híbridos es producida por empresas organizadas y debe ser adquirida todos los años por los
agricultores. Si bien las distancias de aislamiento requeridas para la producción de semillas de
híbridos son grandes, es posible considerar su producción por grupos de pequeños agricultores
siempre que un grupo geográfico o una comunidad estén de acuerdo en su producción como ocurre
comercialmente en algunas zonas de China.

El forraje de maíz, o sea maíz cultivado y secado específicamente para forraje, era cortado con una
engavilladora de maíz, secado en el campo y almacenado como heno, pero esta operación ha sido
reemplazada en la agricultura mecanizada por el ensilaje. Aún hoy día es ampliamente usada en
India y Pakistán donde es conocido como kadbi -ya sea con maíz, sorgo y mijo perla; los tallos se
cortan a mano, se secan en el campo y se hacen gavillas verticales; este sistema es efectivo donde
hay una estación seca después de la cosecha de larga duración. En Estados Unidos de América y
en Sudáfrica, se usa toda la planta incluyendo las mazorcas con grano, las que algunas veces se
cosechan secas y son molidas como alimento en las fincas en gran escala donde la producción
ganadera es importante.

Sorgo

Sorghum bicolor

El sorgo es un cultivo alto, macollador, anual o de períodos cortos, con producción de rebrotes
perennes y de hasta 4 m de alto; es el cuarto cultivo cerealero en importancia en el mundo y es
también un forraje importante. Es sumamente cultivado en las partes más secas de África y Asia
para el consumo humano; también proporciona una buena malta y es importante en la producción
de bebidas en África y especialmente en China. Sus tallos secos son un forraje apreciado, o son
usados como combustible o material para la construcción. En zonas secas y cálidas de los países
desarrollados es cultivado como alimento para el establo. Sin embargo, es susceptible al daño de
los pájaros y es necesario un buen control de los mismos en las zonas de sabanas; por esta razón
muchos pequeños agricultores en África prefieren cultivar maíz a pesar del riesgo que este presenta
en los años de sequías.

El sorgo tiene una amplia adaptación y puede producir una cosecha de grano en condiciones
desfavorables para el maíz u otros cereales. Puede ser cultivado en suelos más pobres y en climas
más secos que el maíz; prospera en suelos pesados, incluyendo arcillas que se fraccionan, y tolera
inundaciones temporarias. Incluso en la etapa de plántula el sorgo es resistente a la sequía y
adecuado para áreas de lluvias erráticas. Las plántulas pueden sobrevivir la marchitez por hasta dos
semanas y después recomenzar su crecimiento. El rango favorable de lluvias está entre 400 y 755
mm. Es un cultivo apropiado para condiciones cálidas a muy cálidas y muere con las heladas. En
condiciones ecuatoriales puede crecer hasta los 2 200 msnm aunque por lo general se lo cultiva por
debajo de los 1 000 msnm; variedades tradicionales resistentes al frío son usadas en mayores
altitudes en Etiopía. Su rango de latitud es de 40° a ambos lados de la línea ecuatorial y su rango de
adaptación al pH del suelo es amplio, entre 5,0 y 8,5, soportando la salinidad mejor que el maíz. El
sorgo es una planta de día corto con una marcada respuesta al fotoperíodo, por lo que los cultivares
deben ser seleccionados de acuerdo al mismo. Los sorgos que crecen muy altos como cultivo de
verano pueden florecer como enanos si se cultivan bajo condiciones de día corto.
Los sorgos cultivados se pueden clasificar en cinco grupos:

Sorgos graníferos cultivados principalmente para grano, pero que también pueden ser
utilizados como forrajes.

Sorgos dulces, los tallos de los cuales contienen un jugo azucarado, usados en pequeña escala
para hacer azúcar en Asia; se cultivan como forrajes, sobre todo en los Estados Unidos de América
y son utilizados para el desarrollo de sorgos forrajeros híbridos. Si bien los sorgos graníferos son
frecuentemente usados como forraje en condiciones intensivas de producción se usan cultivares
obtenidos exclusivamente para forraje, por lo general cruzas entre sorgos graníferos y sorgos
azucarados. Tienen un mayor contenido de azúcar que los sorgos comunes y son menos propensos
a causar envenenamiento por ácido prúsico.

Sorgos tipo «pasto» son especies usadas como forrajes (ver más abajo); el Sudangrás (S.
drummondii -syn. Sudanense), el sorgo negro (S. almum) y el sorgo de Alepo (S. halepense) son las
especies más importantes.

Sorgos paja de escoba, utilizados para la fabricación de escobas y

sorgos para objetivos especiales, cultivados para obtener alimentos como almidón o sorgo
reventón, pero que no tienen importancia como forrajes.

Todos los sorgos pueden contener un glicósido cianogénico, la durrina, que puede ser tóxico. El
peligro es mayor en los rebrotes jóvenes de la base o de tallos viejos. Es necesario observar
atentamente antes de poner los animales a pastorear en el sorgo, sobre todo cuando este tiene
estrés de sequía. No existe este peligro una vez que el follaje se ha transformado en heno ni tampoco
son tóxicos los tallos secos.

Una cama de semillas bien preparada favorece el establecimiento de una población uniforme que es
esencial para una buena producción de forraje. Dado que el sorgo es parasitado por malezas del
género Striga debería ser siempre sembrado en rotaciones evitando el uso frecuente de la misma
tierra. La semilla puede ser sembrada al voleo, en montículos o a máquina, siendo este último el
sistema mas satisfactorio para la producción de heno. La densidad de siembra varía entre 7 y 10
kg/ha, mientras que en las zonas áridas para la producción de grano se usan densidades mucho
más bajas. En el cultivo joven es necesario hacer un buen combate de las malezas; una segunda
operación se debe hacer cuando aparece la Striga, antes que esta haya difundido sus semillas.
Como en el caso de los cereales la producción de semillas es relativamente simple; el sorgo es una
especie de polinización cruzada pero también es auto-compatible. El sorgo para forraje a menudo
es sembrado en verano entre dos cosechas en India y Pakistán; cualquier tipo de sorgo disponible
es sembrado al voleo a altas densidades durante la época de los monzones y cortado cuando es
necesario, o segado y secado cuando se necesita el campo para instalar otro cultivo.

El sorgo es cortado cuando se forman los granos, atado en gavillas, emparvado y secado en el
campo hasta su almacenamiento definitivo. En los Estados Unidos de América, los sorgos con tallos
azucarados son considerados como los más apropiados para heno y son conocidos como sorgos
forrajeros. En India y Pakistán el heno de sorgo es hecho por lo general a mano y en Estados Unidos
de América antiguamente se usaban máquinas engavilladoras. El heno de sorgo debería ser molido
antes de dar al ganado a fin de evitar desperdicios.

Otros sorgos para heno


Sudangrás
Sorghum drummondii (syn. sudanense)

Es una especie anual, erecta, macolladora, con tallos finos de hasta 3 m de alto, desarrollado como
especie forrajera en los Estados Unidos de América a partir de materiales originarios de Sudán.
Ahora es un cultivo difundido en los trópicos y subtrópicos secos y en regiones templadas con
veranos secos. Es usado como heno y también para pastoreo pero existe algún peligro de
envenenamiento con ácido prúsico en el pastoreo directo; el rebrote en la época seca después de la
cosecha de semillas es peligroso. La especie no se difunde naturalmente y puede ser cultivada en
rotaciones con otros cultivos sin el peligro de convertirse en una maleza como ocurre con el Sorghum
halepense. Actualmente está siendo reemplazado por híbridos interespecíficos en las áreas de
agricultura intensiva, cuando estos híbridos están disponibles.

El Sudangrás es una especie adecuada para áreas con una temporada de crecimiento cálida; no
prospera en los trópicos húmedos ni en condiciones frías, templadohúmedas. Una precipitación de
500 a 900 mm/año es adecuada para el cultivo el cual es frecuentemente cultivado bajo riego. Crece
en una amplia gama de suelos siempre que no se inunden y es moderadamente tolerante a la
salinidad. En los trópicos puede ser cultivado hasta los 2 000 msnm.

El cultivo es sembrado en líneas o al voleo en una buena cama de semillas a una profundidad de 1
a 3 cm. La densidad de semillas varía entre 15 kg en líneas distanciadas para zonas de escasas
lluvias hasta 75 kg/ha bajo riego. Los cultivos sembrados en líneas deben ser sometidos al control
de malezas y la fertilización debe ser hecha de acuerdo con las recomendaciones locales. El
Sudangrás es un buen productor de semillas y puede ser cosechado con una cosechadora
automotriz; también puede ser secado en gavillas en el campo y trillado con una trilladora fija. El
grano puede ser cosechado en los cultivos densos sembrados para heno, pero cuando el grano es
el principal objetivo de la producción debería ser cultivado en líneas de 60 a 90 cm de ancho. Es un
cultivo de fecundación cruzada.

Cuando el Sudangrás se cosecha para heno se recupera bien después de los cortes y puede ser
cortado tres o cuatro veces en el año o más, si se trata de cultivos regados. En el caso del corte para
heno, su corte se efectúa a 10-15 cm de altura desde el momento de la floración hasta el momento
del grano lechoso. Por lo general, después de cada corte se aplica una fertilización nitrogenada en
cobertura, excepto después del último corte. Es conveniente acondicionar el forraje para permitir un
mejor secado; se usa para la henificación en áreas secas y cálidas donde el secado del forraje
ordinario no es un problema.

Sorgo negro

Sorghum almum

Es una especie cespitosa de 1 a 3 m de alto, originaria de Argentina. Es usada en los Estados Unidos
de América y en Australia como un cultivo pionero para el desarrollo de pasturas y para heno. Está
adaptado a áreas cálidas con precipitaciones de 450 a 750 mm/año; es susceptible a las heladas
pero puede rebrotar a partir de los rizomas después de heladas livianas.

Sorgo de Alepo

Sorghum halepense

Es una especie rizomatosa perenne, similar en muchos aspectos al Sudangrás, probablemente de


origen Mediterráneo, pero cuya distribución natural llega hasta la India. Está adaptado a áreas de
veranos cálidos con lluvias de 500 a 750 mm/año y es afectado por las heladas; sin embargo, rebrota
a partir de los rizomas. A causa de sus rizomas largos y fuertes constituye una maleza importante
en las tierras arables. Fue introducido en los Estados Unidos de América como un cultivo forrajero a
principios del siglo XIX y rápidamente se convirtió en una maleza importante en algunas áreas.
Puede ser sembrado como el Sudangrás o enterrando los rizomas con una rastra de discos. El sorgo
de Alepo produce buen heno a partir de plantas espontáneas pero raramente se lo siembra
intencionalmente. La producción de heno es similar a la del Sudangrás.

Sorgos híbridos

Existen actualmente sorgos forrajeros híbridos basados, por lo general, en material genético de
Sudangrás y de sorgo granífero. El cultivar macho-estéril Redlan es por lo general el parental más
frecuente. La mayoría son híbridos F1 por lo que es necesario adquirir las semilas para cada siembra.
Estos híbridos retienen la cualidad de multicorte del Sudangrás pero tienen un potencial de
rendimiento mucho mayor. Son adecuados tanto para condiciones de secano como para riego. Las
condiciones requeridas de cultivo son similares a las del Sudangrás si bien en algunos casos las
densidades de siembra utilizadas son menores en razón del alto costo de las semillas. En algunos
países y regiones, sobre todo en los últimos diez años, como por ejemplo en las zonas regadas de
Pakistán, se está popularizando su uso para forraje verde debido, en parte, a la disponibilidad de
semillas importadas. Además de sus altos rendimientos, el largo período de producción y su buena
producción de forraje, tienen la ventaja sobre los sorgos de un solo corte de las áreas monzónicas
que se pueden sembrar antes de las lluvias, que pueden proporcionar varios cortes sin necesidad
de trabajar la tierra y que pueden sembrarse en tierras inundadas; solo requiren una fertilización en
cobertura después de los cortes. La semilla está fácilmente disponible en los mercados
internacionales pero la producción local de semilla híbrida de sorgo es una empresa especializada
que se justifica solamente en el caso de mercados suficientemente grandes.

Mijos

Hay muchos cultivos conocidos como mijo, por lo que al buscar referencias bibliográficas es
necesario precisar cuidadosamente la especie. Uno de los mijos más comúnmente usados como
forraje en las áreas tropicales y subtropicales es el mijo perla; otros mijos pueden también ser
ocasionalmente usados como forrajes, y en todos los casos se utiliza la paja. La moha de Hungría
(Setaria italica) y el mijo común (Panicum miliaceum) están difundidos en el norte de China y en
muchas áreas montañosas. El mijo africano (Eleusine coracana) es importante en muchas zonas de
India y África. Echinochloa frumentacea es cultivada como forraje de verano en algunos países como
India y Pakistán, donde es conocida como swank. El mijo común es excesivamente villoso para
constituir un heno palatable pero el mijo perla algunas veces es cultivado para heno en los Estados
Unidos de América.

Mijo perla

Pennisetum americanum

Es una especie anual, macolladora, que llega a los 3 m de alto, ampliamente cultivada como alimento
en las zonas mas secas de África e India. Puede producir una buena cosecha en suelos más pobres
y más secos que el maíz o el sorgo. En India, Pakistán, Sudáfrica y los Estados Unidos de América
también es cultivada como forraje. La paja es ordinaria y de bajo valor alimenticio y es una especie
muy susceptible al ataque de los pájaros. Se han desarrollado algunos cultivares especiales para
forraje.

El mijo perla es cultivado principalmente en regiones semiáridas con suelos livianos y bien drenados.
En la zona del Sahel de África es cultivado en zonas de menos de 250 mm de lluvia anual; sin
embargo, su cultivo como forraje requiere al menos 500 mm de precipitación. Si bien puede ser
cultivado en zonas con menor precipitación que el sorgo no tiene la capacidad facultativa de este
último de pasar a la latencia durante los períodos secos. Requiere altas temperaturas y en los
trópicos puede ser cultivado hasta los 1 500 msnm. En los suelos pesados inundables puede ser
cultivado en líneas; además puede crecer en diferentes tipos de suelos dando rendimientos
modestos en tierras demasiado pobres para otros cereales. En India y Pakistán algunas veces es
regado; es una especie tolerante a la salinidad.

Como cultivo de secano algunas veces es sembrado en mezclas; para forraje, debe sin embargo ser
sembrado puro. La densidad de semilla varía 3 a 9 kg/ha y las densidades más bajas se encuentran
en India. La semilla puede ser sembrada en líneas o al voleo y si fuera necesario, el cultivo puede
ser posteriormente raleado. En el caso del heno es necesaria una población más densa que cuando
es sembrado para grano, a fin de que los tallos sean más finos. Los agricultores por lo general
conservan la mayor parte de la semilla ya que los rendimientos son altos y se conserva fácilmente.
Es una especie de fecundación preponderantemente cruzada.

Para hacer heno el cultivo debería ser cortado en el estado lechoso de la semilla, hacer pequeñas
gavillas y secado en el campo.

Las gramíneas forrajeras para heno

Cebadilla

Bromus catharticus (syn. unioloides)

Es una especie cespitosa, perenne de corta vida, originaria de las zonas templadas y subtropicales
de América Latina que actualmente es cultivada en varios países subtropicales y cálidos y usada
principalmente como heno. Su vida productiva es de aproximadamente dos años, no es invasora y
es adecuada para usar en rotaciones con cultivos arables.

Es muy tolerante a distintos suelos y puede soportar alguna helada. Es usada en algunos países
cálidos y subtropicales, incluyendo partes de Nueva Zelanda, Sudáfrica y los Estados Unidos de
América. En los trópicos ha sido usada comercialmente en Colombia a altitudes de 2 000 msnm y
en África oriental. En una cierta época fue muy cultivada en la zona de Nakuru, Kenya, pero ha sido
sustituida por el pasto Rhodes que en esas condiciones tiene vida más larga y es más prolífico.

Es una especie fácil de establecer ya que sus semillas son grandes y sus plántulas son fuertes por
lo que se puede sembrar sin dificultad; se usan de 10 a 30 kg/ha y en Francia se recomiendan hasta
50 kg/ha (Peyraud, 1985). Se puede sembrar en mezclas con alfalfa y con esparceta y trébol rojo en
áreas templadas y produce buenos rendimientos de semilla de fácil cosecha.

Esta especie produce un heno de buena calidad sin mayores dificultades. Es un cultivo para heno
de ciclo corto y aparte de la necesidad de alguna fertilización en cobertura no requiere ningún
mantenimiento especial.

Pasto buffel, roseta

Cenchrus ciliaris (=Pennisetum ciliare)

Es una especie cespitosa que forma una maciega perenne y presenta numerosos ecotipos, algunos
de ellos rizomatosos; está presente en las áreas más secas de los trópicos y subtrópicos del Viejo
Mundo y ahora ha sido introducido en todas las áreas cálidas y secas. Es una especie muy
persistente y tolera bien el pastoreo.

Es una gramínea de las zonas cálidas y a nivel de la línea ecuatorial produce mejor por debajo de
los 1 600 msnm. Puede ser cultivada en áreas con más de 300 mm de precipitación y requiere un
suelo bien drenado, preferiblemente profundo; el límite superior de lluvia se sitúa a 750 mm. Esta
especie es cultivada en áreas que son muy secas para otras especies más productivas. Su
resistencia a la sequía y su persistencia pueden ser, en parte, debidas a un fuerte y profundo sistema
radical.

Las semillas recién cosechadas de Cenchrus ciliaris tienen mala germinación pero esta aumenta
paulatinamente en el almacenamiento hasta un máximo que se encuentra a los dos años. Es un
cultivo que se establece fácilmente a partir de semillas siempre que se siembren en una cama de
semillas bien preparada. Las plántulas son grandes, robustas y pueden soportar cortos períodos de
sequía después de la germinación. Las semillas son esponjosas y no son fáciles de sembrar ya que
su flujo es dificultoso y tienden a formar huecos en el cajón sembrador. La siembra debe, sin
embargo, ser hecha de tal forma que se asegure una distribución uniforme de las semillas, las que
deberían ser cubiertas con una rastra liviana. Para pastoreo directo o para producción de semillas la
siembra en líneas a 50-75 cm es más simple y adecuada, pero lleva a producir maciegas grandes
que no son apropiadas para la producción de heno; para este objetivo, se deben obtener poblaciones
uniformes y densas. La semilla se encuentra disponible en los mercados internacionales. Los cultivos
destinados a la producción de semillas no deberían ser segados o pastoreados hasta cuando se
pueda apreciar que el cultivo presenta condiciones para una buena producción de semillas; en este
momento se debería cortar a una altura uniforme y permitir el crecimiento de la parte reproductiva.
La cosecha se hace a mano o con máquinas que golpean los frutos maduros contra bandejas en las
que se recoge la semilla. La semilla, en buenas condiciones de almacenamiento, conserva su
viabilidad por períodos de dos a tres años.

Esta especie tolera el corte y produce un heno de aceptable calidad; para ello debe ser cortado al
inicio de la etapa de floración. Por lo general se cultiva en áreas en las que el secado es relativamente
simple. Responde a la fertilización nitrogenada pero en las condiciones semiáridas en la que
generalmente es cultivado, raramente es fertilizado, excepto en el momento de su instalación.
Cuando se desea obtener heno es necesario rebajar el nivel de las maciegas por medio de un corte
enérgico.

Pasto Rhodes

Chloris gayana

Es una especie estolonífera, rastrera, perenne, originaria de África tropical y subtropical donde crece
hasta 2 000 msnm prosperando bajo un amplio rango de temperaturas y soportando heladas livianas.
Hacia 1890 fue introducida en Sudáfrica desde donde se ha difundido a todas las áreas tropicales y
subtropicales, siendo uno de los cultivos más difundidos para pastoreo y heno. Esta especie es fácil
de instalar y de erradicar, por lo que no presenta el problema de comportarse como una maleza en
sistemas de siembra combinados.

El pasto Rhodes es resistente a la sequía y crece en áreas de 500-600 mm de lluvia anual, si bien
su mejor rendimiento se obtiene en áreas entre 750-1 500 mm; no se adapta a zonas de muy alta
precipitación. Se adapta a varias condiciones de suelos, excepto a aquellos muy pesados o ácidos;
es tolerante a la salinidad y puede ser utilizado bajo riego en suelos desérticos demasiado alcalinos
para la alfalfa. Cuando la salinidad es irregular se pueden agregar semillas de pasto Rhodes a la
siembra de alfalfa de modo de cubrir las manchas salinas en las que esta no prospera.

Los cultivos puros se instalan con 0,5-1 kg/ha de semilla. También puede ser fácilmente propagado
vegetativemente por medio de estolones. Su popularidad está probablemente relacionada con la
facilidad de establecimiento. La semilla, que es muy pequeña, queda encerrada dentro de la florecilla;
es necesario, en el momento de la siembra, evitar que sea arrastrada por el viento y cubrirla muy
ligeramente. El crecimiento de la plántula es rápido y se puede esperar el primer corte a las 4-6
semanas, siempre que haya buenas condiciones de humedad.
El cultivo es más productivo en los dos o tres primeros cortes, salvo que sea fuertemente fertilizado;
su vida productiva es de tres a cinco años. La producción de semillas es simple, pero dado que es
un cultivo de fecundación cruzada, los cultivares con diferente ploidía deberían estar separados al
menos 200 m. Los cultivos específicos para semillas se instalan por lo general en surcos, con
aplicaciones de nitrógeno de hasta 100 kg/ha de N. Las espigas pueden ser cortadas con una hoz
cuando al frotarlas con la mano se aprecia un buen número de cariópsides maduros y llenos; estas
espigas son cuidadosamente cortadas, transportadas, secadas y trilladas. La semilla germina
después de la cosecha si bien tiende a aumentar en los meses siguientes, llegando al máximo en un
año. La semilla conserva su germinabilidad sin problemas hasta los tres años después de la cosecha
conservada en depósitos en buenas condiciones. Los principales productores de semillas son
Australia y Kenya y la semilla es una de las más abundantes de todas las forrajeras tropicales.

Las hojas y los tallos del pasto Rhodes son finos y producen un forraje uniforme en poblaciones
densas mientras que su hábito estolonífero favorece un nivel básico para las operaciones de
henificación; el heno se produce siguiendo las prácticas comunes para esta operación. El cultivo
debería ser pastoreado cuando el tiempo no es adecuado para la henificación; además debe ser
rebajado a un nivel uniforme antes de cortarlo para heno y fertilizarlo en cobertura con nitrógeno. Es
una especie que se recupera bien de la quema por lo que los campos viejos con un exceso de forraje
seco y malezas pueden ser quemados al inicio de la estación de las lluvias.

Pasto Bermuda, pata de perdiz, gramilla brava

Cynodon dactylon, C. nlemfluensis, C. aethiopicus

Hasta el momento de la revisión del género Cynodon hecha en 1970, las dos especies comúnmente
usadas en agricultura eran C. dactylon y C. plectostachyus, por lo que las referencias bibliográficas
posteriores deben ser corregidas en consecuencia. C. dactylon es una planta fuertemente
rizomatosa común en los subtrópicos y en las zonas templadas; aparece raramente en los
trópicos. Cynodon nlemfluensis y C. aethiopicus -ambas son perennes, estoloníferas, sin rizomas-
son los tipos africanos comunes de pastoreo, el primero de los cuales es el más difundido. Las
antiguas referencias sobre Cynodon plectostachyus se refieren por lo general a C. aethiopicus (ver
Bogdan, 1977); también C. dactylon fue considerado entre los tipos pequeños o de tamaño mediano
de África.

Cynodon dactylon es ampliamente usado en las parte mas cálidas de los Estados Unidos de América
y es un excelente forraje; un cultivar muy conocido es Coastal Bermuda si bien existen otros
cultivares desarrollados en ese país. A causa de su hábito rizomatoso se transforma en una maleza
importante en los campos agrícolas. Las especies africanas están difundidas en las regiones
subhúmedas a semiáridas, pero dada su preferencia por suelos fértiles en estos momentos existen
pocas áreas importantes con dicha especie ya que han sido destinadas a la agricultura como, por
ejemplo, las laderas del Mount Kenya. Las especies africanas no tienen rizomas por lo que son más
adaptadas para el pastoreo.

Estas especies toleran una amplia variedad de suelos y pueden soportar alguna
inundación; Cynodon dactylon puede incluso tolerar largos períodos de inmersión. Para obtener un
buen rendimiento y persistencia, sobre todo en los tipos africanos, debe ser mantenida la fertilidad
del suelo. Son especies tolerantes a la sequía pero puede prosperar en zonas de lluvias abundantes,
en el rango de 600 a 1 750 mm/año. C. dactylon puede sobrevivir a las heladas gracias a sus
rizomas; además presenta buena tolerancia a la salinidad.

Esta especie es una pobre productora de semilla pero es fácilmente establecida por medio de
divisiones de las maciegas; se plantan a 1 × 1 m cuando se espera la llegada de las lluvias.
El pasto Bermuda produce un excelente heno fácil de producir. Una vez que el cultivo ha sido
establecido resiste la invasión de malezas y es persistente; sin embargo, requiere una aplicación
regular, en cobertura, de fertilizantes nitrogenados y en el caso específico de la producción de heno,
con fertilizantes completos. Debería ser pastoreado cuando las condiciones no son favorables para
la producción de heno.

Pasto azul, pasto ovillo

Dactylis glomerata

Es una especie cespitosa, perenne de larga vida, con raíces profundas que tiende a formar
maciegas. Es nativa de Europa, norte de África y Asia templada y ha sido difundida a otras áreas
templadas del globo. Es un especie adecuada para formar pasturas de larga duración, por lo general
más de cuatro años. Produce bien en combinación con leguminosas ya que es de lento
establecimiento pero con un manejo apropiado no les produce sombra excesiva. En los Estados
Unidos de América es la gramínea preferida para acompañar el trébol blanco o el trébol ladino.

Es una especie bien adaptada para condiciones templadas frías siendo más tolerante que el raigrás
pero menos que el fleo (Phleum pratense); también resiste altas temperaturas y sequía. El pasto azul
prefiere suelos limosos o arcillosos pero también puede sobrevivir y producir en suelos livianos;
requiere menos fertilidad que el raigrás. Como es de esperar con una especie de tan amplia difusión,
presenta un amplio rango de ecotipos que varían marcadamente según las distintas adaptaciones
climáticas. Los ecotipos mediterráneos pueden exhibir latencia durante los veranos largos y secos.
En los trópicos puede ser cultivado con buenos resultados a altitudes de más de 2 250 msnm.

Se siembra en líneas o al voleo; cuando se siembra como cultivo puro la densidad de siembra es de
5 a 10 kg/ha. El pasto azul es una especie importante para henificar en América del Norte.

En mezclas con tréboles, cuando se lo cultiva para henificar o para ensilar, es imposible mantener
la leguminosa si el cultivo es sometido sólo a cortes. El pastoreo intenso en la primavera es esencial
para estimular el crecimiento de las leguminosas, especialmente antes de permitir el crecimiento del
cultivo para el futuro corte.

Pasto llorón

Eragrostis curvula

Es una especie cespitosa perenne con hojas angostas y los bordes enrollados, originaria de África
oriental. Es la especie mas cultivada para heno en Sudáfrica y en los Estados Unidos de América
(Florida) es utilizada como pastura invernal. La palatabilidad entre los distintos cultivares es variable,
pero por lo general es bien aceptada en sus períodos juveniles.

Es una especie de ciclo estival que tolera altas temperaturas y soporta heladas ligeras. Puede ser
cultivada en zonas con lluvias entre 500 y 1 000 mm/año y es tolerante a la sequía; prefiere suelos
livianos pero se comporta mejor en suelos bien drenados. Es muy tolerante a la salinidad y crece en
suelos de pH hasta 8,5. Sobrevive en suelos pobres pero para una alta producción requiere
fertilizante y nitrógeno adicional.

Se siembra en camas de semilla bien trabajadas; las semillas no deberían ser cubiertas por más de
0,5 - 1 cm de tierra. Eragrostis curvula es fácil de establecer y en Sudáfrica a menudo se siembra
bajo un cultivo de cobertura como el tef. La densidad de semillas del cultivo y del cultivo de cobertura
varían de acuerdo a la lluvia y al método de siembra. Las recomendaciones en Sudáfrica son:
i. en áreas con más de 650 mm/año de lluvia, 2 a 4 kg/ha de E. curvula + 5 kg/ha de tef;

ii. para áreas de 900 mm/año de lluvia, 5 kg/ha de E. curvula + 8 a 10 kg/ha de tef;

iii. en áreas de escasas precipitaciones, sembrado al voleo, 2 a 4 kg/ha de E. curvula + 4 a 6 kg/ha


de tef;

iv. en áreas de escasas precipitaciones, siembra en líneas, 2 kg/ha E. curvula + 5 kg/ha tef;

v. en áreas de alta precipitación, siembra al voleo, 6 a 8 kg/ha de E. curvula + 8 a 10 kg/ha de tef; y

vi. en áreas de alta precipitación, siembra en líneas, 3 kg/ha de E. curvula + 6 kg/ha de tef.

Algunas veces es sembrado en mezclas con alfalfa. El pasto llorón produce abundantes semillas que
pueden ser cosechadas mecánicamente cuando un tercio de las semillas toman color marrón. El
producto cosechado es un cariópside; se obtienen altos rendimientos en cultivos sembrados en
líneas. Es una especie apomíctica obligada. Es fácil de secar en razón de sus hojas finas y produce
un buen heno si se corta antes de se vuelva muy ordinario.

Tef

Eragrostis tef

Es una especie anual muy cultivada por su grano en las zonas altas de Etiopía, entre 1 700 y 2 800
msnm, donde es el cereal preferido. En muchos países tropicales y subtropicales ha sido ensayado
para heno ya que se establece y crece rápidamente y puede producir el primer corte 9 a 12 semanas
después de la siembra; puede ser cultivado en áreas secas ya que su corta vida le permite escapar
a las sequías. También se ha difundido su cultivo es Sudáfrica donde es importante para henificar y
además es usado como pastura en las regiones costeras del sur, en la región del Cabo. El tef fue
introducido en Sudáfrica en 1886 y fue apreciado por su palatabilidad para alimentar caballos de
carrera, por lo que su demanda aumentó. La fecha tradicional de siembra en Sudáfrica era en el mes
de noviembre, pero ensayos llevados a cabo en Cedara indicaron que las siembras más tempranas
-septiembre/octubre- pueden producir rendimientos de forraje más altos: las siembras tempranas
produjeron de 8 a 9 t/ha de materia seca y las siembras de noviembre produjeron de 3 a 4 t/ha. Se
cultiva en toda Sudáfrica excepto en las regiones más secas y es probablemente la segunda especie
usada como heno después del Eragrostis curvula; se cultiva en siembras puras y como un cultivo de
cobertura para E. curvula. En la zona seca de Karoo el heno es cosechado en las tierras bajas. No
hay estadísticas disponibles, pero se estima que cerca de 1 000 t de semilla de tef se venden
anualmente a través de compañías de semillas; esto no incluye la venta o intercambio entre
agricultores. El heno de tef es básicamente usado para los equinos, pero está aumentando su uso
para el ganado lechero y para los animales salvajes en razón de su alta palatabilidad y digestibilidad.
Todos los animales salvajes que captura para su reubicación la Agencia de Parques de Natal, son
alimentados con tef mientras se encuentran en cautividad.

El tef es un cultivo de verano tolerante a gran cantidad de tipos de suelos y a variadas condiciones
pluviométricas, siempre que estas ocurran durante su corto ciclo de crecimiento. Los niveles de
fertilización usados en Natal son de 10 ppm de P y 140 ppm de K.

En los cultivos sembrados específicamente para producir heno las recomendaciones de la densidad
de semillas son variables: entre 5 y 15 kg/ha cuando se siembra al voleo en camas de semillas firmes
y bien preparadas. Las recomendaciones generales en Sudáfrica indican que debería ser pasado un
rodillo antes y después de la siembra. La germinación y el crecimiento son rápidos y en el caso del
cultivo para heno no es raleado. El tef es un cereal, la producción de grano es simple y los
rendimientos son altos. Los cultivos para grano, a diferencia de los cultivos para heno deben ser
raleados y con control de malezas; las plántulas son minúsculas, por lo que este trabajo requiere
cuidado. La semilla se trilla fácilmente, sin adherencia de las glumas, por lo tanto, su limpieza no
presenta dificultades. Esta especie parece ser autógama apomíctica.

El tef se corta en el momento de la floración pero antes de la formación de la semilla, y es de fácil


manejo, con hojas y tallos finos. Es importante cortar antes de que se comience a volcar, lo que
ocurre cuando se inicia la floración, pero dependiendo de las condiciones del tiempo. El tef volcado
es difícil de cortar y siempre ocurren pérdidas. Siempre que el tiempo lo permita, en las condiciones
de Sudáfrica, el tef puede ser cortado, secado y enfardado en el mismo día. Si la densidad de la
población es alta, puede ser necesario revolver el heno cortado para su mejor secado.

El tef es un cultivo de corta duración. En Sudáfrica, el tef sembrado temprano se corta varias veces
mientras que los cultivos de siembras tardías se cortan solamente dos veces. Los cultivos de siembra
tardía, que siguen a un cultivo previo bien fertilizado no necesitan repetir esta operación; sin
embargo, cuando se hacen varios cortes son necesarios nitrógeno, y en algunos casos, potasio, ya
que el material cortado extrae grandes cantidades de este último elemento. Una excesiva aplicación
de nitrógeno favorece el vuelco por lo que cualquier producción adicional de forraje debida a la
fertilización se pierde durante el corte como desperdicio.

Festuca alta

Festuca arundinacea

Es una especie perenne de larga vida, alta, que forma maciegas o es cespitosa cuando es
pastoreada. Ocurre naturalmente en Europa, África del Norte y en las zonas templadas de Asia y ha
sido ampliamente difundida en otras zonas templadas del mundo. Es una especie que se puede
asociar bien con las leguminosas y producir heno de alta calidad. Algunas líneas hospedan hongos
simbióticos que producen micotoxinas.

Esta especie presenta un gran número de ecotipos que se adaptan a una gran variedad de suelos.
Está bien adaptada a tierras bajas con inundaciones temporales; en el área del Mediterráneo ocurre
naturalmente en estas condiciones, a menudo en mezclas con trébol frutilla (Trifolium fragiferum). La
festuca alta tiene raíces profundas, es resistente a la sequía y puede sobrevivir en regiones con
menos de 400 mm/año de precipitación y prosperar en suelos secos calcáreos.

Su crecimiento inicial es lento y requiere una cama de semillas limpia ya que sus plántulas no
compiten con las malezas. Es necesaria una buena preparación de la cama de semillas bastante
antes de la época de siembra, pasando una rastra para destruir el primer crecimiento de las malezas.
Se siembra en surcos poco profundos o al voleo con una cobertura liviana, a una densidad de 10 a
25 kg/ha de semilla en cultivos puros. La población debe ser uniforme para evitar la formación de
maciegas ordinarias. Es relativamente fácil establecer leguminosas asociadas con esta especie ya
que su crecimiento inicial es lento; sin embargo, una vez que se ha establecido es una gramínea
muy agresiva y serán necesarias operaciones de corte y pastoreo muy precisas para que sobrevivan
las leguminosas. Para hacer heno y para el mantenimiento de la pradera se aplican las técnicas
comunes de manejo.

Raigrás italiano, raigrás anual, ballico

Lolium multiflorum

Es una especie vigorosa, anual o bianual, originada en el sur y oeste de Europa, África del Norte y
sudoeste de Asia; actualmente está difundida en regiones templadas y subtropicales. Esta gramínea
ha sido domesticada desde hace mucho tiempo y es muy usada para henificar. Es usada como
pastura, heno y ensilaje y el cultivo puede durar hasta dos años. Se combina bien, a densidades de
siembra livianas, con el trébol de Alejandría y produce una buena masa de forraje temprana cuando
el trébol aún no crece a causa de las bajas temperaturas. El cultivar Westerwold es de crecimiento
rápido, estrictamente anual, usado para heno, para ser sembrado temprano en la estación; dado que
produce abundantes semillas, el pastoreo y el corte deberían ser organizados de modo de mantener
el cultivo con follaje.

El raigrás anual es adecuado para climas suaves, húmedos y suelos fértiles y bien drenados y crece
bien bajo riego. Tiene buen crecimiento en los inviernos de las zonas subtropicales donde a menudo
produce un buen forraje verde cuando los cultivos tradicionales están latentes.

Es una especie de fácil establecimiento; se puede sembrar en líneas o al voleo en una cama de
semillas bien preparada a una densidad de 10 a 15 kg/ha en los cultivos puros. En las mezclas con
trébol rojo (Trifolium pratense) se usan 5 kg/ha de raigrás. Es utilizado para proporcionar una buena
masa de forraje y cobertura del suelo en las mezclas con gramíneas de más larga vida; en estos
casos se siembra a bajas densidades, de lo contrario su crecimiento vigoroso puede suprimir los
pastos y las leguminosas más valiosos y de larga vida. La semilla se coloca en surcos poco profundos
en una cama de semillas firme. Sus semillas se encuentran fácilmente en el comercio internacional,
pero su abastecimiento es, sin embargo, un problema en algunos países subtropicales, donde se
utiliza en buenas combinaciones con el trébol de Alejandría para cubrir el déficit invernal de forraje.

Es una de las especies mas utilizadas para heno para lo cual se siguen las técnicas corrientes. La
pastura es por lo general pastoreada el inicio de la estación, fertilizada y cosechada para heno en la
primera oportunidad estacional. Las fertilizaciones de cobertura producen los mejores resultados con
poco riesgo de vuelco.

Raigrás perenne, cola de zorro

Lolium perenne

Es una especie perenne, que forma maciegas, y que cuando es pastoreada forma un césped denso.
Es originaria de las zonas templadas de Europa, África del Norte y Asia. Es el principal cultivo para
pastoreo y heno en Europa occidental y es muy importante en Nueva Zelanda. Se cultivan híbridos
con L. multiflorum, los cuales tienen vida más larga y se utilizan para aumentar los rendimientos en
las dos primeras estaciones de la duración de una pastura; tienen una buena producción invernal en
las áreas templadas.

El raigrás perenne es un cultivo para climas suaves, templado-húmedos, y suelos ricos; también
existen ecotipos mediterráneos de latencia estival. Esta especie no es adecuada para zonas de
suelos pobres o veranos muy cálidos. Existen una gran variedad de cultivares y líneas; los tipos para
heno son más altos y más erectos que los tipos para pastoreo. En los trópicos puede ser cultivado
en zonas altas como en Kenya, siempre que la fertilidad del suelo se mantenga a un buen nivel; es
inadecuado para suelos pobres o zonas cálidas. El raigrás perenne y el trébol blanco forman una
mezcla clásica para el pastoreo en condiciones templado-húmedas; no es, sin embargo, adecuada
a suelos pobres o veranos cálidos en los suelos ácidos subtropicales. Puede ser cultivado en zonas
altas de los trópicos y subtrópicos, con una buena fertilización. Los intentos hechos por varios
proyectos de desarrollo para su resiembra en suelos pobres -por lo general asociado con trébol
blanco- fuera de sus zonas principales de uso, han sin embargo fracasado después de una o dos
estaciones.

Las recomendaciones para las densidades de siembra y para su establecimiento son muy variables.
En las mezclas con tréboles se recomiendan de 10 a 12 kg/ha pero en algunos lugares de Europa
se recomiendan hoy día hasta 30 kg/ha, si bien esto puede dar lugar a algunos problemas con la
instalación de las leguminosas salvo cuando su manejo temprano es muy cuidadoso. En las zonas
altas de los trópicos, se siembran bajas cantidades de semilla a fin de permitir el establecimiento de
las otras especies de las mezclas. Morrison (1966), trabajando en Kenya, indicó que:

«Cuando se sembró trébol en las mezclas convencionales británicas y de Nueva Zelandia, en las
cuales la gramínea asociada era sembrada a razón de 15-25 lb/acre, el trébol por lo general persistía
mas allá del año de establecimiento... La elección de la gramínea asociada es importante. Lolium
perenne, el cual se establece muy rápidamente, demostró ser una especie asociada insatisfactoria
para las leguminosas en las tierras altas, excepto cuando se sembraba a menos de 1 lb/acre. Otras
gramíneas de establecimiento más lento como la Festuca arundinacea y el Dactylis glomerata se
asocian mejor con el trébol subterráneo y el trébol blanco Louisiana.»

El raigrás perenne es frecuentemente mezclado con trébol blanco a razón de 2 kg/ha y, en las
mezclas para heno, a menudo se incluye el trébol rojo. La semilla de raigrás perenne se encuentra
fácilmente en el mercado. Para la producción de heno se aplican las técnicas comunes a otras
especies.

Los cultivos nuevos deberían ser ligeramente pastoreados para favorecer el macollaje, suprimir las
malezas y estimular el desarrollo de las leguminosas. El pastoreo -o la cosecha para ensilaje- deben
ser programadas de tal forma que el cultivo llegue al punto correcto para la producción de heno en
el momento en que las condiciones climáticas favorecen el secado. Son necesarias aplicaciones en
forma regular de fertilizantes, y en particular de nitrógeno; esta última debe ser cuidadosamente
calculada a fin de favorecer el cultivo sin llegar a que este se vuelque. Deben ser evitados el pastoreo
muy temprano en la primavera y el pisoteo en el invierno; en condiciones húmedas y frías, la
aplicación temprana de nitrógeno al inicio de la primavera puede producir un valioso pastoreo varias
semanas antes del crecimiento natural de la pradera.

Pasto colorado

Panicum coloratum

Esta especie perenne forma maciegas; es erecta o se difunde, mide 50-150 cm de alto y se origina
en África tropical y subtropical. Es una especie resistente, fácil de establecer y adecuada para tierras
inundadas temporariamente que son difíciles de arar, pero que aún no ha sido distribuida desde el
punto de vista comercial. El cultivar Solai, seleccionado en Kenya, estuvo en cierto momento
disponible en forma comercial. El pasto colorado Makarikari (Panicum
coloratum var. makarikariensis) es una variedad estolonífera de hojas azuladas; ha sido usada para
conservación de suelos en el África oriental y también para el pastoreo. Los cultivares mas conocidos
incluyen Bambatsi, Bushman mine y Pollock.

Es una especie estival que crece en una vasta gama de suelos, incluyendo arcillas negras; tolera la
inundación y es moderadamente resistente a la salinidad. En África oriental se la encuentra a
altitudes entre 1 100 y 2 000 msnm en áreas con más de 500 mm/año de lluvia.

Las semillas de P. coloratum por lo general presentan latencia después de la cosecha y puede ser
necesario escarificarlas o almacenarlas por algún tiempo antes de la siembra. Las plántulas son
vigorosas y en el momento de la siembra la semilla se cubre con 1-1,5 cm de tierra. Una densidad
razonable de siembra es de 0,5-1 kg/ha de semilla pura germinativa. Es una buena especie para
henificar y fácil de secar pero se debe cortar antes de que llegue a su madurez ya que algunos
cultivares rápidamente se vuelven leñosos. El cultivo debería ser pastoreado hasta el momento en
que se deja producir para heno, aplicando fertilizantes en cobertura.

Pasto Guinea

Panicum maximum
Es una gramínea que forma grandes maciegas, muy variable, de origen africano, de hasta 4,5 m de
alto; hay algunos tipos estoloníferos y ahora está ampliamente difundida en los países tropicales.
El Panicum maximum var. trichoglume -panizo verde- es una variedad más pequeña ampliamente
cultivada, sobre todo en la parte tropical de Australia. Las principales áreas de cultivo del pasto
Guinea se encuentran en América Latina. Es una excelente especie para el pastoreo pero no es el
cultivo ideal para la producción de heno, en virtud de sus maciegas; para ello es necesario establecer
y mantener una población cerrada, de lo contrario el manejo de las maciegas es difícil.

Esta especie crece en zonas libres de heladas, en condiciones tropicales, si bien se puede recuperar
de heladas ligeras. Puede tolerar un amplio rango de suelos bien drenados pero es realmente
productiva en condiciones de fertilidad moderada a alta. Sus requerimientos de agua varían de
acuerdo a los ecotipos. Se la encuentra en partes salvajes de los trópicos semiáridos con 500-600
mm de lluvia anual, pero los tipos cultivados, grandes, requieren generalmente de 800 a 1 750
mm/año de lluvia. Presenta poca tolerancia a la salinidad.

Las semillas recién cosechadas pueden presentar latencia y deben ser almacenadas por un cierto
tiempo antes de la siembra. Los cultivos para heno se siembran en líneas estrechas o al voleo a
razón de 1 kg/ha de semilla pura germinativa. Se combina con algunas leguminosas trepadoras
como Centrosema pubescens la cual persiste en las pasturas pero en menor grado en los cultivos
para henificar. Los tipos más grandes se establecen fácilmente a partir de divisiones de matas,
cuando las plantas espaciadas son aceptables para el pastoreo o para el corte, pero no producen
una superficie adecuada para la henificación. El crecimiento y el vigor de las plántulas son limitados,
por lo que es necesario que el cultivo se establezca bien antes de los pastoreos intensivos; una vez
que el cultivo se ha establecido, tiene larga vida y es persistente. Las semillas de algunos cultivares
australianos, especialmente de la var. trichoglume se encuentran en el mercado internacional. La
especie presenta una buena formación de semillas, pero la floración y la maduración se difunden en
un largo período con caída de las semillas por lo que su cosecha es compleja. En general, se pueden
atar las espigas en manojos, sin cortarlos, cuando las primeras semillas empiezan a madurar y se
cortan una o dos semanas más tarde, se transportan a un área de secado y se trillan: el método es
eficiente pero requiere un cierto aporte de mano de obra. Para la producción de heno, se debe cortar
antes de que los tallos se endurezcan; los tipos mas pequeños como la var. trichoglume y el
cultivar Makueni son probablemente de mas fácil manejo.

Pasto miel, pata de gallina

Paspalum dilatatum

Es una especie perenne, foliosa, originaria de la zona subtropical de América del Sur, con rizomas
cortos, forma grupos que se difunden, con tallos florales de 50-150 cm de alto. Actualmente está
ampliamente dstribuida en los países tropicales y otros con inviernos suaves y veranos cálidos. Se
ha cultivado y naturalizado en muchos países, incluyendo Australia y los Estados Unidos de América.
El pasto miel es muy persistente y se combina bien con el trébol blanco en las condiciones
subtropicales cuando es pastoreado intensamente. Su palatabilidad es moderada y declina
seriamente cuando sus flores están infectadas con cornezuelo (esclerocios de Claviceps paspali).

Esta especie prospera en suelos pesados, fértiles y húmedos y requiere temperaturas altas para su
crecimiento pero sobrevive a las heladas y puede crecer a partir de trozos de raíces cuando las
temperaturas son adecuadas; se comporta mejor cuando las lluvias son superiores a 1 000 mm/año.
Una vez que se ha establecido puede tolerar largos períodos de sequía en virtud de sus fuertes
raíces. Por lo general se siembra al voleo o en líneas estrechas a razón de 10-15 kg/ha. El trébol
puede ser posteriormente sembrado entre el pasto miel en las áreas subtropicales para producir en
la estación fría, cuando el pasto miel está latente.

Las flores de esta especie son muy propensas al ataque del cornezuelo, por lo que cuando es
probable que ocurra una infestación, debería ser cortado antes de emitir la espiga a fin de reducir el
riesgo de toxicidad. Esta especie debería ser intensamente pastoreada para reducir los tallos florales
durante el período de crecimiento, excepto cuando se desea hacer heno.

Falaris

Phalaris arundinacea

Es una especie robusta, rizomatosa, perenne, de hasta 2 m de alto, que se expande vigorosamente.
Está difundida en los lugares húmedos de Europa, norte de Asia, América del Norte y África del Sur,
es un componente de las praderas para heno de la meseta de Etiopía y ha sido vastamente
introducida en otras áreas templadas. Es una gramínea ordinaria que requiere un manejo cuidadoso
para mantenerla en forma palatable, pero que puede ser cultivada en tierras temporalmente
inundadas e inadecuadas para otros cultivos.

Prospera en suelos húmedos, arenosos, ricos en materia orgánica, pero también puede crecer en
limos y arcillas fértiles siempre que la humedad sea adecuada. Crece bajo una variedad de
condiciones templadas y subtropicales pero es muy tolerante al frío y es usado en Canadá y el
Pacífico noroeste; permanece verde hasta el arribo de fríos fuertes.

Se siembra en una cama de semillas limpia y bien preparada, en primavera, en líneas a razón de 4-
7 kg/h. En el caso de los cultivos para heno, el forraje ordinario no es fácil de secar, lo cual debe ser
considerado para un manejo adecuado. El crecimiento temprano por lo general es pastoreado a fin
de estimular el rebrote de las hojas; el heno se produce cuando las temperaturas son más altas y
debería ser cortado cuando comienza a florecer.

Fleo, timoti

Phleum pratense

Es una especie perenne que se origina en Europa y Asia templada. Ha sido introducida en la mayoría
de las otras zonas templadas del mundo. El fleo es una especie más adaptada al corte que al
pastoreo intensivo ya que su palatabilidad y lento rebrote lo colocan en una situación desventajosa
en las mezclas para pastoreo. Es sumamente importante en Escandinavia y en Canadá y es la
principal gramínea para heno en el norte de los Estados Unidos de América donde a menudo se lo
mezcla con trébol rojo.

Es una especie que se adapta a climas templados, frescos a fríos, prefiere suelos profundos y
húmedos y tolera condiciones húmedas; es útil es estas condiciones y en suelos pesados y turbas.
Es muy tolerante al frío y a menudo permanece verde durante todo el invierno. Por lo general se
siembra debajo de un cereal de primavera a razón de 5-10 kg/ha en mezclas con trébol. El fleo es
una gramínea importante para la producción de heno pero debe ser cortada antes de que emita los
tallos o justo en el momento de la emergencia de la espiga de modo de asegurar un forraje de calidad.
Los cortes tempranos favorecen el rebrote y en las mezclas estimulan el trébol. El cultivo sembrado
bajo cobertura se pastorea ligeramente en otoño y después se hace el corte anual para heno y se
pastorean los restos sobre el terreno. En la primavera se aplica fertilización en cobertura para el
mantenimiento del cultivo; las proporciones de N, P y K dependen del énfasis que se desea dar al
trébol.

Leguminosas forrajeras

Trifolios

Lotus spp.
Dos especies de este importante género son usadas como pastura y para heno, a saber, el trifolio
pata de pájaro (Lotus corniculatus) y el trifolio grande [L. uliginosus (= L. major), L.
pedunculatus]. Son especies perennes, con abundantes tallos, hojas sésiles y flores vistosas; sus
vainas son marrones y angostas. Los trifolios son especies adecuadas para suelos pobres en
fosfatos, en lugares donde el fertilizante es escaso o de difícil acceso.

Trifolio pata de pájaro

Lotus corniculatus

Es una especie nativa de Europa y Asia, usada para pastoreo y algunas veces para heno; es rústica,
perenne, con una fuerte raíz principal, tallos procumbentes y flores amarillas o rojas. También se
cultiva en América del Norte, Australia, Nueva Zelanda y América del Sur. Es más tolerante a los
suelos pobres, a las inundaciones, a la salinidad (ver Estudio de Caso 1, China-Altai) y a las altas
temperaturas que los tréboles más importantes de zona templada, pero no compite con estos ni con
la alfalfa cuando las condiciones son favorables a estos últimos.

Los métodos de cultivo son similares a los de los tréboles; las poblaciones puras se siembran a 5-7
kg/ha pero en las mezclas se siembran a densidades mucho menores. Es una especie de
establecimiento lento si se la compara con los tréboles y no es adecuada para rotaciones cortas. El
vigor de las plántulas es menor que el de la alfalfa o del trébol rojo y las poblaciones jóvenes se
pueden perder por la competencia de otros cultivos, de las malezas o por la sombra. Seany y Henson
(1970) revisaron las prácticas usadas en los Estados Unidos de América y recomiendan que los
campos para heno sean manejados de modo de evitar cortes muy tempranos o muy tardíos en el
otoño. El trifolio pata de pájaro, a medida que se acerca la madurez, se vuelve muy susceptible al
vuelco con pérdidas importantes durante el corte y el secado del heno; este será escaso si está
asociado con pasto azul o fleo. Viking, Empire, Leo y Mainland son cultivares muy conocidos en
Canadá. Por lo general, es cortado para henificar cuando las plantas se acercan a la floración. El
rendimiento potencial de semillas es de alrededor de 600-1 000 kg/ha pero su cosecha no es simple
ya que las vainas estallan cuando están maduras y los rendimientos pueden reducirse a sólo 50-150
kg/ha.

Trifolio pata de pájaro grande

Lotus uliginosus (= L. major, L. pedunculatus)

Se asemeja y es usado en la misma forma que el Lotus corniculatus, pero es menos resistente al
frío, no tolera la salinidad o la sequía y necesita más humedad. Es cultivado en tierras bajas,
húmedas, y en zonas de alta pluviosidad de Europa, América del Norte y Nueva Zelandia; se ha
naturalizado y está bien establecido en la zona templada-húmeda de los Andes. El cultivar Maku de
Nueva Zelandia ha sido usado con éxito para el mejoramiento de pasturas en suelos pobres y
húmedos.

Alfalfa

Medicago sativa

La alfalfa es una especie perenne, de raíces profundas, con muchos tallos usualmente erectos que
parten de yemas en la corona. Es el cultivo forrajero más importante del mundo y un alimento de alta
calidad para todo tipo de ganado. En condiciones adecuadas es la leguminosa forrajera más
productiva y probablemente haya sido, históricamente, la primera especie forrajera cultivada. Fue
cultivada en Irán alrededor del año 700 a. C. llegando a Grecia 200 años más tarde; se difundió a
través del sur de Europa, norte de África y Asia y fue llevada a las Américas por los conquistadores
españoles, difundiéndose en los Estados Unidos de América a mediados del siglo XIX. La alfalfa
llegó a China en el segundo siglo a. C. cuando fueron adquiridos caballos iraníes con fines militares.
Su uso se popularizó en Europa del Norte y en Australasia durante los últimos dos siglos. Es un
cultivo común entre los pequeños agricultores en las partes mas áridas de Asia y el norte de África;
en algunas regiones, los brotes jóvenes son consumidos como hortaliza. La alfalfa es conocida como
un mejorador del suelo, tanto entre los pequeños agricultores como en grandes extensiones. Es una
especie melífera y en razón de sus abundantes floraciones a lo largo del año es de gran interés para
los apicultores. Para su cultivo en zonas cálidas, áridas y semiáridas referirse a la publicación de la
FAO de V.L. Marble (FAO, 1989).

Es una especie que requiere poca humedad y suelos bien drenados, neutros a alcalinos, pero que
también puede ser cultivada en suelos moderadamente ácidos; sin embargo, no tolera climas
húmedos con altas temperaturas y está comprobado su mal comportamiento en lugares húmedos,
tropicales y subtropicales, y en suelos ácidos. Hay numerosos cultivares disponibles para satisfacer
las condiciones que van desde los subtrópicos secos hasta los límites mas fríos de la agricultura. En
el caso de los cultivos de secano, es necesaria una precipitación anual mínima de 500 mm en las
regiones subtropicales, pero en las zonas mas frías puede ser cultivada con sólo 300 mm anuales
de lluvia. Las zonas con más de 800 - 1 000 mm de lluvia anual, salvo en los casos de suelos muy
bien drenados y profundos, son menos adecuadas. Por encima de 1 000 mm, los suelos son por lo
general mas ácidos y la humedad es mayor, lo que favorece las enfermedades foliares y hay más
peligro de inundaciones periódicas. Para sembrar alfalfa para heno deben ser seleccionadas buenas
tierras profundas ya que las raíces pueden llegar a 3 - 5 m de profundidad, siempre que la humedad
no sea un factor limitante.

Hay dos subespecies principales de Medicago que participan en el desarrollo del amplio rango de
cultivares de alfalfa disponibles hoy día: la forma común de alfalfa de flores púrpuras M.
sativa subsp. sativa, y la alfalfa de flores amarillas M. sativa subsp. falcata que es rizomatosa y
resistente al frío y a la sequía. M. sativa crece en climas más suaves al sur de la región mediterránea.
En los casos en que la distribución de las dos subespecies se sobrepone aparecen formas híbridas
antiguamente identificadas como M. media o M. varia, pero ahora conocidas como M.
sativa subsp. varia.

Los cultivares pueden ser clasificados en cuatro grupos de acuerdo a su origen y a su rusticidad:

El grupo común que comprende tipos puros de M. sativa subsp. sativa con flores púrpuras y
limitada resistencia alfrío. Estárepresentada por las alfalfas comunes de los Estados Unidos de
América y líneas regionales de Europa Central, Argentina, África del Sur, Nueva Zelandia y Australia.

El grupo Turkistán que consiste de tipos de M. sativa subsp. sativa; su hábito de crecimiento
es más breve y la planta se difunde más que las plantas del grupo Común. Tiene una recuperación
lenta después del corte y baja producción de semillas pero es resistente al frío y a la marchitez
bacteriana.

El grupo variegado presenta flores variegadas, y probablemente se originó en híbridos entre M.


sativa subsp. falcata y M. sativa subsp. sativa; la mayoría de sus componentes son resistentes al
frío.

El grupo no resistente al frío, adaptado a regiones de días cortos y largas temporadas de


crecimiento se caracteriza por su crecimiento erecto, la rápida recuperación después del corte, la
susceptibilidad al daño por el frío y a las enfermedades de la hoja y a la marchitez bacteriana. Las
líneas más representativas se encuentran en muchos países productores de alfalfa en zonas cálidas
como Egipto, Asia Occidental, norte de África, India, Perú y algunas líneas de Argentina y Chile.
En las regiones en que se cultiva la alfalfa existen muchos ecotipos locales adaptados a condiciones
y prácticas de manejo muy específicas. Por ejemplo, muchas de las alfalfas cultivadas en el Cercano
Oriente son cortadas muy abajo con guadaña y a menudo en un ciclo más corto que en otras
regiones. Lamentablemente, la semilla de esos ecotipos locales es por lo general costosa, escasa y
de pobre calidad, con una gran contaminación de malezas. La cuscuta, una especie parásita
(Cuscuta spp.), es la maleza más importante y es un contaminante común en las semillas que se
encuentran en los mercados y ferias locales. En estos casos las variedades importadas no son
necesariamente mejores que las líneas locales. Marble (FAO, 1989) presenta datos de un ensayo
de 17 cortes en Arabia Saudita en el que las variedades de Cercano Oriente se comportaron tan bien
o mejor que las variedades importadas. Un ensayo en Xinjian, Altai (China) de alfalfas de otras áreas
muy tolerantes al frío, principalmente de origen de América del Norte, mostraron un crecimiento muy
superior al de otras variedades exóticas en el primer año de establecimiento, pero todas murieron
en la primavera siguiente, cuando solamente las variedades locales sobrevivieron un invierno severo
y sin nieve. Si bien algunos países de Asia Occidental y África del Norte tienen programas de
certificación de semillas, en las áreas tradicionales todavía es necesario: i) evaluar los materiales
locales; ii) abastecer semillas limpias; y iii) organizar la comercialización.

Desde el momento en que la alfalfa es cultivada en tantos ambientes y modos diferentes, los métodos
de instalación deben ser adaptados a las condiciones locales. Las observaciones que se hacen a
continuación se refieren solo a los cultivos para corte. La alfalfa puede ser incluida en las pasturas
semiáridas, a menudo a densidades muy bajas, pero no es tema de interés en nuestro caso. Para la
producción de heno la preparación de la tierra debe ser muy cuidadosa y profunda. Cuando hay
posibilidades de que en el perfil del suelo existan capas impermeables, sobre todo en el caso de los
cultivos bajo riego, puede ser beneficioso usar arados de cuchillas o subsoladores. Las semillas a
sembrar deben siempre estar libres de cuscuta y todas las muestras que contengan trazas de la
misma deben ser rechazadas. Es aconsejable la rotación de la alfalfa con otros cultivos; no debería
ser resembrada inmediatamente sobre un rastrojo de alfalfa ya que aparte de las razones generales
de control de pestes y enfermedades, hay problemas de autotoxicidad que dificultan su
establecimiento (Jennings y Nelson, 1998), si bien el efecto es de corta duración y probablemente
es lixiviado por el agua de riego.

En todas las tierras nuevas, en las tierras que hace varios años no tienen alfalfa y en todos los suelos
con un pH menor de 6,2 es recomendable la inoculación con líneas apropiadas de Rhizobium. Los
inoculantes adecuados se encuentran disponibles en el comercio y la semilla de alfalfa de alta calidad
se encuentra en el mercado internacional. Sin embargo, como se indicó anteriormente, a menudo
hay escasez de semillas de alfalfa de alta calidad y de cultivares y líneas adaptados a condiciones
locales; un ejemplo claro se presenta en el estudio de caso de Altai.

La alfalfa es una especie autotetraploide de fertilización cruzada; sus flores deben ser abiertas y
sometidas a fecundación cruzada por medio de abejas si es que se desean obtener altos
rendimientos de semillas. Las abejas salvajes también polinizan las flores de alfalfa pero es
aconsejable poner colmenas de abejas melíferas cerca de los grandes cultivos para asegurar la
polinización. Las semillas pueden ser producidas en campos destinados a heno pero sembrados a
mayor densidad; sin embargo, para la producción especializada de semillas las siembras en líneas
espaciadas dan mejores rendimientos. Para obtener altos rendimientos es esencial que las plantas
hayan almacenado suficientes reservas en sus raíces; esto es más fácil de obtener en plantas bien
espaciadas que en poblaciones densas aptas para henificar que se cortan varias veces en la
temporada. La alfalfa sembrada en líneas da mejor acceso a los insectos, tiene más penetración de
la luz y hay menor humedad debajo de la cobertura del cultivo. El espaciamiento entre las líneas
depende de las condiciones locales, pero en general es de alrededor de 90 cm. La densidad de
semillas debería ser baja, de 2 a 5 kg/ha y en algunos casos puede ser beneficioso eliminar plantas
en la línea. El control de las malezas es necesario en las poblaciones jóvenes a fin de mejorar la
supervivencia de las plántulas y de eliminar los contaminantes indeseables.
Los cultivos para semillas no deben ser pastoreados antes de la cosecha, salvo que el corte sea
necesario para el control de las malezas. Los cultivos de más de un año deberían ser cortados en
primavera antes del desarrollo del cultivo para semillas; dependiendo de las condiciones locales se
pueden obtener varios cortes de heno antes de la cosecha de semillas y el cultivo, de cualquier
manera, debe ser manejado de modo que florezca y madure bajo condiciones favorables. El cultivo
para semillas puede ser preparado para la cosecha siguiendo distintos métodos: i) cosecha a mano,
secando y trillando las vainas; ii) secando, hilerando y trillando con una cosechadora; o iii)
pulverizando un desecante seguido de la cosecha directa del cultivo. El último método mencionado
es usado en la producción intensiva de semillas y el primer método se usa en las condiciones de los
pequeños agricultores.

En el caso de la alfalfa regada, la preparación de la cama de semillas y la nivelación del campo


deben ser hechas cuidadosamente; cualquier variación en el nivel puede causar acumulaciones de
agua, incluso temporarias, que predisponen las plantas a enfermedades de la corona. Es necesaria
una cama de semillas firme y limpia, libre de grandes terrones y todas las operaciones de labranza
deben ser hechas con este objetivo. Todas las gramíneas perennes y las malezas deben ser
destruidas antes de instalar el cultivo; el pasto Bermuda Cynodon dactylon es una maleza importante
en climas cálidos. La fertilización es esencial para el éxito del cultivo y las dosis de fertilizantes deben
ser determinadas por ensayos locales y por la experiencia; el fósforo (P) es el elemento más
importante y el azufre (S) y el potasio (K) pueden ser de importancia local. El nitrógeno no es
necesario para las alfalfas correctamente noduladas y no debería ser aplicado. En algunos casos
pueden aparecer deficiencias de micronutrientes. La fertilización debería ser hecha inmediatamente
antes de la siembra e incorporada en la capa de 1,5 cm superior del suelo. Cuando hay serias
deficiencias de fósforo es necesario incorporar al suelo una primera aplicación de 80-100 kg/ha de
P.

El momento de la siembra debe ser decidido en función de las condiciones locales y de la


experiencia; en las áreas con una estación lluviosa puede ser posible establecer el cultivo bajo las
condiciones de lluvia y regarlo más adelante. Las altas densidades de semillas -25 a 30 kg/ha- a
menudo son usadas para los cultivos regados por inundación, sembrados en líneas o al voleo. En
los casos en que los pequeños agricultores cosechan semillas de los ecotipos locales se usan muy
altas densidades de semillas, hasta 80 kg/ha, pero esto refieja la pobre calidad y germinabilidad de
la semilla. Los campos a ser inundados deberían ser regados unos pocos días antes de la siembra
de modo que las semillas germinen con la humedad residual y solo sea necesario un ligero riego
adicional. En las condiciones de los pequeños agricultores, las sembradoras manuales manejadas
por dos personas resultan ser más económicas y eficientes. Cuando se usa riego por aspersión se
utilizan menores densidades de semillas, 15 a 20 kg/ha. La profundidad a que se coloca la semilla
debería ser entre 0,5 y 1 cm; las semillas ubicadas a mas de 2,5 cm tendrán dificultades para
emerger. Cuando hay peligro de fuertes vientos o tormentas de arena en el momento de la
emergencia de las plántulas es conveniente sembrar un cultivo protectivo como cebada, avena o
trigo inmediatamente antes de la alfalfa, la cual se sembrará en líneas cruzadas a los mismos.

Las malezas son un problema en el momento del establecimiento del cultivo, excepto en algunas
tierras nuevas. Deben ser controladas desde el principio de su desarrollo. En áreas pequeñas puede
ser posible desmalezar a mano, de lo contrario será necesario cortarlas o recurrir al uso de
herbicidas. El corte temprano es la operación menos costosa pero también menos efectiva y puede
debilitar la población del cultivo; las plantasjóvenes no deberían ser cortadas antes de que cada
corona tenga de dos a cuatro tallos, pero si la invasión de malezas es grave puede ser necesario un
corte temprano. Existen herbicidas selectivos y de pre-siembra y deberían ser usados de acuerdo
con las instrucciones del fabricante.

En los cultivos de alfalfa de secano también es necesaria una cama de semillas firme y limpia. La
densidad de semillas es por lo general menor, de 5 a 10 kg/ha. La siembra debe coincidir con la
época de lluvias y la siembra de otoño debe ser lo suficientemente temprana como para permitir un
buen establecimiento del cultivo antes del invierno. Las semillas deben tener un buen contacto con
el suelo por lo que son preferibles las sembradoras con una rueda compresora. Las semillas
sembradas al voleo también deben ser comprimidas con un rodillo. La fertilización es necesaria y
sus dosis deben ser indicadas por las condiciones locales. En algunas áreas frías donde nieva, la
alfalfa puede ser sembrada antes de que se inicien las nevadas de modo que germine después del
invierno con la fusión de las nieves.

La alfalfa es el cultivo forrajero por excelencia y ha sido usado para ello desde la época en que se
inició su cultivo. Sin embargo, dado que sus puntos y hábitos de crecimiento son distintos de las
plantas mas comúnmente usadas para heno como las gramíneas y como que se hacen múltiples
cortes anuales -excepto en las regiones mas frías- es necesario que los cortes se hagan en el
momento adecuado y a la altura adecuada del cultivo. Las principales pérdidas de forraje ocurren
por la caída de las hojas durante el manejo del material cortado y el enfardado. Las técnicas de
producción de heno en pequeña escala por lo general consideran estos problema empleando
métodos tales como la formación de pequeños rollos después que se ha marchitado y secado, o
secándolo en el depósito y recogiendo las hojas caídas. En el caso de condiciones mecanizadas,
Frame, Charlton y Laidlaw (1998) citan las recomendaciones de la Pennsylvania State University -
Extension Service para minimizar las pérdidas de forraje y tener buenas prácticas de conservación,
incluyendo:

cortar cuando hay pocas probabilidades de lluvia pero aún así tomar riesgos para evitar cambios
en el programa de cortes;

dejar el forraje cortado en la superficie más amplia posible para facilitar su secado;

rastrillar con un contenido de materia seca de 60 por ciento, tan lentamente y el menor número
de veces como sea posible; y

enfardar con un contenido de materia seca de 82 por ciento.

Como regla general la alfalfa debe ser cortada cuando tiene entre un 25 y un 50 por ciento de
floración. Después de cada corte, la alfalfa, como todas las especies perennes, se debe recuperar y
producir otro cultivo; la energía para la producción de nuevos tallos, hojas y raíces proviene de los
carbohidratos almacenados en el sistema radical hasta el momento en que la planta puede comenzar
nuevamente a fotosintetizar energía para sus necesidades. La pérdida de reservas de las raíces
continúa hasta que los rebrotes tienen 20-25 cm de alto y la tierra está casi cubierta por el cultivo.
Por esto es de importancia primordial que el estado de crecimiento de la planta en el momento del
corte -y, por lo tanto, la frecuencia de corte- sea elegido para asegurar ambos, un buen rebrote y un
buen rendimiento. Esto está relacionado con la elongación de los brotes de la corona basal: en el
momento del 25-50 % de floración el 80 por ciento de las coronas debería tener brotes basales de
35 a 50 mm de largo para que estos tengan un desarrollo adecuado en el momento del corte. Para
asegurar la competencia de la alfalfa con las malezas se debe desarrollar una cobertura total pocos
días después del corte; un corte temprano reduce el vigor de las plantas, estimula la invasión de las
malezas, reduce los rendimientos y acorta la vida del cultivo. Dejando el cultivo mas allá del 50 por
ciento de floración disminuye el número de cortes posibles, la calidad del heno y, por lo tanto, el
rendimiento anual. Los pequeños productores por lo general no cortan todo el cultivo al mismo tiempo
sino que lo hacen diariamente, según las necesidades de la finca por lo que no es posible establecer
un programa fijo de cortes. En áreas muy frías, el último corte debe ser hecho con suficiente
anticipación sobre la fecha estimada de los primeros fríos de modo de permitir algún crecimiento y
fortalecimiento del sistema radical; el material seco que muere por el frío puede ser pastoreado.

Altura del corte


Debe dejarse una cobertura de 5-10 cm a fin de evitar daños a los brotes basales jóvenes que van
a generar el rebrote posterior. Esto no es un problema en el caso de la producción mecanizada, pero
cortando a mano o con guadaña muy a menudo se pasa a nivel del suelo causando considerables
daños al punto de crecimiento. La altura del corte es uno de los elementos que más deben considerar
los extensionistas en sus actividades con los pequeños productores.

Manejo y mantenimiento

La alfalfa no tolera pastoreo continuo durante períodos prolongados; en general es deseable un


período de descanso de cinco semanas entre los pastoreos. Los regímenes de corte se discutieron
anteriormente. La aplicación de fertilizantes depende de las condiciones locales; el nitrógeno no es
necesario en poblaciones bien noduladas pero el fósforo y el potasio muy probablemente sean
necesarios todos los años en cultivos regados y de alto rendimiento. Un contenido de fósforo por
debajo de 0,18 por ciento en la parte aérea podría indicar una probable respuesta a la adición de
este elemento; un valor de 1 por ciento de potasio indica la necesidad de una fertilización pertinente.
Al fin de la estación se debería aplicar fertilizante en cobertura con 100 kg/ha de fósforo y 300-500
kg/ha de potasio. Puede además ser necesario el control de malezas; para controlar algunas
especies se pueden usar herbicidas, pero también se puede usar la limpieza mecánica y el cultivo
de las poblaciones nuevas con una rastra de puntas angostas que pasa entre las coronas sin causar
daño.

Las cuscutas (Cuscuta spp.) son las malezas más importantes en el cultivo de la alfalfa. Pueden
incorporarse como contaminantes de las semillas, en el agua de riego, en el estiércol de los animales
en pastoreo o por otros medios mecánicos; el ganado que ha pastoreado en campos infectados con
cuscuta no debería tener acceso a los cultivos de alfalfa. Una vez que un campo se ha infectado, la
semilla de cuscuta continuará a germinar por muchos años. En los alfalfares severamente infestados
con cuscuta se deben introducir rotaciones con cereales; los tréboles son huéspedes alternativos de
la cuscuta. La cuscuta es una planta parásita y las plántulas se adhieren a los tallos de la alfalfa en
las 20 ó 30 horas siguientes a su germinación. Es posible obtener algún control cortando la cuscuta
en las zonas afectadas o usando quemadores (lanzallamas) o herbicidas de contacto como el
Paraquat (Gramoxone); los tallos de la alfalfa y la planta parásita deberían ser destruidos a nivel del
suelo. El tratamiento debe ser hecho antes de que la cuscuta forme las semillas.

Alfalfa amarilla

Medicago falcata

Es una especie tolerante al frío y a la sequía, con raíces rastreras, perenne, que se encuentra en
una serie de ambientes severos como Siberia, Mongolia, altas zonas del Himalaya, llegando hasta
el norte de África. Se cultiva en menor escala y la semilla es difícil de cosechar ya que las vainas
estallan al llegar a la madurez. Es un cultivo forrajero espontáneo importante en algunas zonas como
Nepal.

Grupo de alfalfas variegado

Este término es usado algunas veces para alfalfas desarrolladas a partir de híbridos de M. sativa y M.
falcata [M. sativa subsp. varia (= M. media)]; los cultivares Provence, Grimm y Ladak pertenecen a
este grupo.

Alfalfas anuales

Varias especies anuales del género Medicago son importantes en la vegetación natural de las
rotaciones trigo-barbecho en la región del Mediteráneo; algunas de ellas han sido domesticadas y
son ampliamente usadas en Australia, por lo general como anuales, que se resiembran naturalmente
en sistemas semiextensivos trigo-barbecho-pastoreo. Muchas están adaptadas al pastoreo pero
otras son erectas como M. orbicularis y M. scutellata y pueden ser usadas para henificar.

Tréboles de olor

Melilotus spp.

Varias especies de Melilotus han sido cultivadas para pastoreo, para forraje y como abono verde.
Todas son especies anuales o bianuales, erectas, con un fuerte olor a cumarina -la que se encuentra
en todas las partes de la planta- un hábito de crecimiento algo similar al de la alfalfa, y hojas trifoliadas
con foliolos grandes. Un heno mal preparado puede ser tóxico para los animales ya que la
descomposición de la cumarina causa hemorragias internas. La semilla de los tréboles de olor
sobrevive muchos años en el suelo, por lo que si a un cultivo se le permite semillar antes de
enterrarlo, el trébol de olor permanecerá como una maleza por largo tiempo.

Los Melilotus spp. del norte de África tienen características agronómicas y necesidades similares a
las especies anuales de Medicago spp. en las rotaciones trigo-barbecho; sin embargo
los Melilotus spp. producen semilla mas fácilmente, son menos palatables, tienen más semillas
duras, algunas veces dominan a los Medicago spp. y son difíciles de erradicar. Se les puede dejar
crecer y cortar para heno.

Los tréboles de olor son usados en América del Norte como forraje y abono verde. También se
cultivan en el norte de China para mejoramiento de suelos y como forrajes, como un cultivo
intermedio en invierno sembrado después del trigo y enterrado antes del cultivo de verano; pueden
ser sembrados bajo el trigo.

Es una especie ampliamente usada como planta colonizadora para recuperar tierras de pastoreo
degradadas en el Plateau del Loess, en China; en esas condiciones las plantas a menudo se cortan
cuando están maduras y se secan en los depósitos. Las tallos son muy rústicos y sirven como
combustible pero los tallos más finos se usan como forraje.

Tres tréboles de olor cultivados comúnmente tienen condiciones de crecimiento y necesidades


culturales similares: Melilotus alba, M. officinalis y M. suaveolens y se discuten en forma conjunta.
M. indica, una especie subtropical anual cultivada en la India, se presenta separadamente.

Trébol de olor; trébol de olor de Bokhara; trébol de Daguestán

Melilotus alba, M. officinalis, M. suaveolens

El trébol de olor, M. alba, algunas veces llamado trébol de olor blanco, es una especie bianual de
flores blancas, si bien existen formas anuales. El trébol de olor Bokhara, M. officinalis, es de flores
amarillas. Ambas son originarias de Europa y norte de Asia pero están ampliamente difundidas y
naturalizadas. El trébol de Daguestán, M. suaveolens, es una especie bianual con algunos cultivares
anuales.

Condiciones de crecimiento

Los tréboles de olor son especies adaptadas a climas templados y a suelos neutros a alcalinos.
Pueden soportar inviernos muy fríos. Melilotus alba y M. officinalis se cultivan en muchas zonas de
Canadá y los Estados Unidos de América. M. suaveolens, sin embargo, es menos utilizado; en los
Estados Unidos de América se cultiva en los estados del centro-norte. Los tréboles de olor pueden
ser cultivados en las zonas tropicales altas; el cultivar anual Hubam de M. alba se adaptó bien Kitale,
Kenya, como un cultivo de cobertura y como abono verde. Los tréboles de olor pueden rebrotar de
yemas en las coronas; para evitar que se conviertan en malezas en el cultivo sucesivo, deberían ser
enterrados después que las yemas de la corona se hayan desarrollado como tallos.

Establecimiento y densidad de siembra

El trébol de olor se siembra al voleo o en líneas estrechas en una cama fina de semillas a razón de
10-15 kg/ha. Por lo general nodula sin dificultades, pero en tierras nuevas puede ser usado el
inoculante de la alfalfa. La semilla puede mejorar su germinabilidad por medio de la escarificación.
Los cultivares Polara y Yukón están muy difundidos en Canadá, el último en la zona más
septentrional; el cultivar Madrid está mejor adaptado a zonas mas cálidas.

Heno

Los cultivos sembrados en primavera ofrecerán su primer corte en verano, con suficiente tiempo para
rebrotar antes del invierno. En el segundo año se obtienen dos cortes: el primero debe ser cortado
alto, a cerca de 25 cm y antes de la floración ya que las plantas viejas se vuelven leñosas y no son
palatables.

Trébol de la India, senji

Melilotus indica

Esta especie anual de flores amarillas, antiguamente era un cultivo forrajero importante en el
período rabi, en las zonas regadas del norte de la India; sin embargo, últimamente ha sido
reemplazado casi totalmente por el trébol de Alejandría y en menor medida por el trébol persa ya
que ambos producen mejor forraje y más altos rendimientos. Sin embargo, es tolerante a los suelos
salinos, a condiciones mas cálidas y a la sequía mejor que las otras especies actualmente en uso,
por lo que todavía es utilizado en tierras marginales. Es más pequeño y más amargo que las formas
anuales de M. alba y su palatabilidad es moderada. Por lo general se lo siembra al voleo y produce
dos o tres cortes de forraje verde. Actualmente, su valor radica en la capacidad de producir algún
alimento en tierras muy pobres o degradadas, inadecuadas para otras especies mejores y en su uso
para recuperar tierras salinas. Solamente se encuentran variedades locales.

Tréboles

El género Trifolium contiene cerca de 300 especies; muchas de ellas son importantes en las pasturas
naturales y cerca de 25 especies son cultivadas. Son especies herbáceas anuales o perennes y se
encuentran entre los forrajes más importantes de los climas mediterráneos y templados. Algunas
especies se encuentran en las altitudes de los trópicos y la mayoría prefiere suelos fértiles.

Trébol de Egipto, trébol de Alejandría

Trifolium alexandrinum

Es una especie erecta, villosa, anual, con un sistema radicular profundo, trifoliada, con foliolos
elongados, oblongos. Es una importante forrajera de la época fría en la región mediterránea, Asia
occidental, norte de la India y Pakistán. También es cultivado en los Estados Unidos de América y
en algunas partes de Europa.

Es tradicionalmente cultivada en Egipto, donde es un importante cultivo de invierno; de aquí fue


introducida en el Sind, India, a inicios del siglo XIX, donde se adaptó a las condiciones y a los
sistemas de producción bajo riego del subcontinente de tal manera que se difundió rápidamente a
través del norte del país (Roberts y Singh, 1951). Hoy día es el principal forraje del período rabi y se
cultiva en millones de hectáreas. Es probablemente el ejemplo más rápido de difusión de una especie
de los tiempos modernos y su importancia es más notoria ya que es usado principalmente por los
pequeños agricultores.

Lámina 16. Capacitación en el campo de los agricultores: un buen cultivo de trébol de


Alejandría. Punjab, Pakistán

Es cultivado en los Estados Unidos de América y en la parte sur de Europa como un cultivo de verano
y también en las zonas mas altas del Himalaya. Existen cultivares para un solo corte o para cortes
múltiples; el tipo Miscawi para varios cortes es el más común. El trébol de Alejandría tiene el punto
de crecimiento alto por lo que no es apropiado para el pastoreo, pero se recupera fácilmente después
del corte. Es conocido con el nombre común de berseem pero en los países de lengua árabe este
nombre puede hacer referencia también a otras leguminosas forrajeras; por ejemplo berseem
Hedjazi significa alfalfa.

Condiciones de crecimiento

Es un cultivo adaptado a zonas de inviernos suaves: puede tolerar heladas ligeras pero su
crecimiento es demorado o detenido por las bajas temperaturas. De acuerdo a Fairbrother (1991),
en los Estados Unidos de América el límite inferior de temperatura es de -6 °C, excepto para el
cultivar Bigbee (Knigth, 1985), seleccionado a partir de la variedad italiana Sacramonte y que
sobrevive temperaturas de hasta -15 a -18 °C. Bigbee tiene un establecimiento rápido y produce un
buen corte de otoño, si se siembra temprano; en el sur de Italia es un cultivo de secano. Crece en
un amplio rango de suelos, con preferencia limos pesados siempre que no sean inundables. Es
tolerante a concentraciones relativamente altas de sales.

Establecimiento y densidad de siembra

En las áreas principales se siembra preferiblemente al principio del otoño y se establece


rápidamente; bajo riego produce de cuatro a siete cortes o más antes de florecer y morir alrededor
de mayo (hemisferio norte). Los cultivos regados en Punjab, Pakistán, se siembran desde fines de
agosto hasta principios de noviembre; la tierra se ara dos o tres veces y es nivelada para obtener
una cama de semillas firme y los fertilizantes fosfatados se incorporan a razón de 125 kg/ha P 2O5.
Se riega inmediatamente antes de la siembra que se efectúa a una densidad de 20-25 kg/ha de
semilla. La semilla se pone en remojo durante la noche anterior a la siembra; la siembra se hace al
voleo, a menudo mezclada con arena para obtener una distribución uniforme en el campo cubierto
con una leve película de agua. La achicoria (Cichorium intybus) es un contaminante común de la
semilla de trébol de Alejandría, pero puede ser separada por flotación cuando se ponen las semillas
en remojo. Si se usa un cultivo de cobertura como la avena, debería ser sembrado en líneas antes
de inundar el campo y sembrar el trébol; se usan densidades bajas de avena, alrededor de 20-30
kg/ha. Algunas veces se mezcla semilla de mostaza (Brassica juncea) para obtener un mayor
volumen en el primer corte, pero, sólo cuando se usan densidades de siembra muy bajas se evita
una depresión del crecimiento del trébol con la consecuente reducción del rendimiento ya que no
persiste en los cortes posteriores. También se suelen mezclar nabos con el trébol. El raigrás anual
ha dado excelentes resultados en ensayos pero su abastecimiento de semilla puede ser un problema
para el pequeño agricultor.

Una buena cantidad del trébol de Alejandría se cultiva a partir de variedades locales del
tipo Miscawi pero hay muchos cultivares disponibles si bien la producción de semillas está retrasada
con respecto a la investigación. En Pakistán se recomiendan los cultivares Agaithi y Pachaiti. En
Egipto, las densidades de siembra recomendadas son mayores que las usadas en India y Pakistán.

Puede ser sembrado en el cultivo de arroz en el momento del último riego, pero el trébol puede ser
exitoso solamente cuando el arroz está muy ralo. Algunas veces, cuando la oportunidad es más
importante que una buena siembra, el trébol es sembrado sobre los restos del arroz sin otra
preparación del suelo; los rendimientos son, por supuesto, más bajos pero cuando se acerca la última
fecha de siembra esto asegura la producción de algún forraje en primavera con un mínimo de trabajo.
En áreas más al norte o en mayores altitudes los cultivos de época fría deben ser sembrados más
temprano.

En las zonas en que es un cultivo tradicional, la semilla se obtiene fácilmente en los mercados, a
menudo contaminada con achicoria, trébol persa y trébol de olor. Muchas veces los agricultores
venden la semilla que no necesitan. La semilla de trébol de Alejandría es fácil de limpiar y en el
comercio se encuentra semilla de buena calidad; Egipto es el principal abastecedor del mercado
internacional. En los últimos años la calidad de la semilla ha mejorado sensiblemente en India y
Pakistán.

El trébol de Alejandría produce fácilmente semilla donde las condiciones climáticas son adecuadas.
El manejo del cultivo para la producción de semillas es similar a la producción de forraje y, por lo
general se hacen uno o dos cortes; los cortes tardíos, sin embargo, reducen los rendimientos de
semilla. En todos los casos, para la producción de semillas se debe partir con buena semilla limpia
y se deben tomar las precauciones habituales para conservar la pureza del tipo. El cultivo se cosecha
a mano en forma cuidadosa para evitar el estallido de las vainas, las que después son secadas y
trilladas. Es posible obtener de 800 a 1 200 kg/ha de semilla.

Manejo y mantenimiento

En los cultivos para heno son necesarias de 10 a 15 sesiones de riego y alrededor de 18 para la
producción de semillas; en las etapas iniciales las siembras muy tempranas deben ser regadas
semanalmente y posteriormente de acuerdo a las necesidades del cultivo. El primer corte se puede
hacer después de 50 a 60 días después de la siembra, cuando esta fue temprana; el intervalo es
mayor en el caso de siembras tardías. Los cortes subsiguientes se efectúan a intervalos de 30 a 40
días. El último corte se realiza a fin de abril o principios de mayo (hemisferio norte).

Heno

Los tallos suculentos no son fáciles de secar; el heno debe ser hecho sólo del crecimiento de fin de
primavera cuando ocurre la mayor producción, las temperaturas son altas y el follaje está ligeramente
seco. Es difícil de secar y hay una pérdida importante de hojas una vez que forraje está seco. Los
pequeños agricultores a menudo secan parcialmente el cultivo en el campo y lo transportan a áreas
cubiertas donde completan el secado; en ese caso, pueden ser recogidas las hojas caídas. En la
cosecha mecanizada, la segadora con un ondulador de tallos acelera el secado.

Trébol encarnado

Trifolium incarnatum

El trébol encarnado es una especie de crecimiento erecto, anual, con flores conspicuas de color
encarnado brillante en cabezas cónicas. Es una especie cultivada para heno en la época fría en el
sur de Europa y en los Estados Unidos de América, a menudo como un cultivo intermedio. Está bien
adaptado a las condiciones mediterráneas y a suelos livianos y no es excesivamente tolerante al frío
ni resistente a la sequía. Su semilla no presenta latencia ni semilas duras y germina inmediatamente
después de la maduración si se lo coloca en contacto con humedad. En la estación cálida se produce
heno con facilidad pero es villoso y no muy palatable. Su cultivo está disminuyendo. Se siembra
habitualmente en otoño, al voleo a razón de 15-20 kg/ha.

Trébol rojo

Trifolium pratense

El trébol rojo es un cultivo forrajero muy antiguo. Es una especie perenne, erecta, originaria de las
regiones subárticas y templadas de Eurasia. Ha sido cultivado probablemente desde el siglo IV pero
su uso intensivo comenzó en el siglo XVII en España, Holanda y norte de Italia. En condiciones
frescas favorables la planta puede persistir hasta siete años, si bien, por lo general, se la considera
como un cultivo bianual. En Europa y América del Norte se convirtió en una especie muy importante
como mejoradora del suelo dentro de las rotaciones de cultivos arables durante los siglos XVIII y XIX
y aún hoy día es un cultivo importante para henificar. En el Reino Unido ha reconquistado popularidad
y actualmente es usado como un componente dominante de las pasturas para ensilar.

En los climas más templados se comporta como anual o bianual. En razón de su crecimiento erecto
y de que los tallos se desarrollan a partir de una corona es una especie más adaptada al corte que
al pastoreo. Hay dos tipos principales y un tipo intermedio y una gran cantidad de cultivares. El
grupo Común reúne cultivares tempranos de rápido crecimiento, vida corta y menos resistentes al
frío. El grupo Tardío o de un solo corte es de crecimiento más lento, más resistente al frío y más
persistente; estos últimos son más productivos que los del otro grupo bajo condiciones de
temperatura y días largos de las altas latitudes.

Condiciones de crecimiento

El trébol rojo es cultivado en regiones templadas frías y húmedas y tolera inviernos muy fríos. En
América del Norte compite con la alfalfa en la zona norte, donde el período de crecimiento es corto.
Se ha difundido en zonas subtropicales, a gran altitud y bajo riego. Un cultivar desarrollado en Chile
se ha adaptado a una altitud de 1 800 msnm en Kenya, donde produce uno o dos cortes por año.

Establecimiento y densidad de siembra

El trébol rojo se siembra en una cama de semillas firme, al voleo o en líneas a poca profundidad, a
razón de 10-15 kg/ha. Las semillas son pequeñas por lo que es necesario tener una cama de semillas
bien preparada. En los climas fríos por lo general se siembra en primavera bajo un cultivo de
cobertura; en climas más cálidos se siembra al fin del verano o al inicio de la temporada húmeda,
por lo general en mezclas con gramíneas, siendo el raigrás perenne el acompañante más común;
también se usa la mezcla con fleo y festuca a 4-5 kg/ha y trébol rojo a 10-15 kg/ha. La siembra de
primavera es preferida en áreas de inviernos fríos ya que la siembra tardía no permite un desarrollo
de las plántulas como para soportar el invierno, cuando pueden ocurrir fuertes pérdidas. La siembra
directa es preferible a la siembra bajo un cereal ya que la cobertura excesiva puede matar muchas
plantas. La semilla está ampliamente disponible en el mercado y se produce fácilmente; la elección
de cultivares es, sin embargo, a menudo limitada.

Heno

El trébol rojo es un excelente cultivo bien adaptado para henificar y que se maneja más fácilmente
cuando se siembra con alguna gramínea. Es necesario evitar la caída de las hojas para lo que se
requiere remover el cultivo cortado con cuidado; en condiciones de secado rápido es necesario
colocarlo en soportes o hilerarlo.

Manejo y mantenimiento

El trébol rojo no es una especie adaptada a una continua defoliación, ya que en ese caso la población
se pierde rápidamente. Cuando no se utiliza para heno debería, por lo tanto, ser pastoreado en forma
rotativa o cortado para ensilaje.

Trébol blanco

Trifolium repens

El trébol blanco es una planta prostrada, rastrera, perenne, de flores blancas con tallos que emiten
raíces en los nudos. Es apta para el pastoreo, sobre todo en asociación con gramíneas, pero también
es usada para henificar. Hay numerosos cultivares que pueden ser divididos en tres grupos: el tipo
de hojas pequeñas, el tipo común o de hojas medianas y el grupo de hojas grandes o Ladino que es
alto, más ordinario y adecuado para heno.

Trébol Ladino es un término general usado para los tipos erectos de hojas grandes del trébol blanco,
adecuados para conservación. Es una planta que se difunde fácilmente, de 40-50 cm de alto y que
se presenta como si fuera una especie diferente de los tipos pequeños de pastoreo. Es tan resistente
al invierno como el trébol rojo medio pero menos que los cultivares pequeños de la misma especie.
Es muy cultivado en América del Norte pero raramente en poblaciones puras excepto para
producción de semillas, ya que el trébol blanco puro produce follaje denso difícil de ventilar y secar
mientras que la mezcla con gramíneas facilita estas operaciones. Se asocia bien con gramíneas que
forman maciegas como el pasto azul y el fleo. Los cultivares disponibles en Estados Unidos de
América incluyen Regal, Sacramento y Louisiana. El cultivar australiano Haifa pertenece a este
grupo.

En el norte de Italia es usualmente cultivado en rotaciones de tres años (Piano y Pannicchiarico,


1995) y las líneas usadas no persisten después del tercer año; se recomienda la mezcla con fleo o
pasto azul. Espanso es un cultivar mejorado. Los ecotipos salvajes cercanos a los tipos medios son
más persistentes que las líneas.

Condiciones de crecimiento

El trébol blanco es una especie que crece en climas moderados con adecuada humedad y suelos
fértiles; también prospera en las zonas altas de los trópicos y subtrópicos si la humedad y la fertilidad
del suelo son adecuadas. En África oriental se adaptan mejor los tipos Louisiana. No es una especie
apta para suelos muy pobres ni para áreas secas y detiene su crecimiento en tiempo seco y cálido
pero revive rápidamente cuando mejoran las condiciones ambientales.

Establecimiento y densidad de siembra


Por lo general, el trébol blanco se siembra asociado a una gramínea, en cultivos de doble propósito,
o sea para pastoreo y para heno. En las mezclas se siembra a razón de 2 kg/ha. Cuando se
siembrajunto con gramíneas de semillas relativamente grandes como algunos raigrases, puede ser
preferible sembrar el pasto en líneas y el trébol al voleo cubriendo la semilla con un rodillo. El
trébol Ladino es el tipo principal cultivado para heno en los Estados Unidos de América, por lo
general en mezclas con pasto azul. El trébol blanco es muy sensible a la competencia en las primeras
etapas del establecimiento por lo que la densidad de siembra de la gramínea, el manejo inicial y el
pastoreo deben ser estudiados para asegurar un buen crecimiento de las plántulas del trébol.

Heno

El trébol blanco es generalmente un componente de las mezclas forrajeras por lo que el momento
de corte será determinado por las condiciones de las dos especies. El trébol Ladinodebería ser
cortado en plena floración; presenta un follaje denso que requiere ser movido cuidadosamente en
una etapa temprana. Para minimizar la pérdida de hojas el material cortado debe ser hilerado tan
pronto como sea posible.

Manejo y mantenimiento

El trébol blanco no puede ser mantenido en mezclas que sean solo para corte ya que la gramínea lo
perjudicará con sombra temprana, sobre todo cuando a estas se le aplican fertilizantes nitrogenados
en cobertura. Las pasturas basadas en el trébol deben, por lo tanto, ser pastoreadas intensamente
al inicio de la estación y cuando sea necesario aplicar fertilizantes fosfatados -y también
posiblemente potasio- en cobertura para favorecer a la leguminosa. Los fertilizantes nitrogenados
deben ser evitados. Los campos para heno deberían ser establecidos a fin de primavera o inicio del
verano.

Shaftal, trébol persa

Trifolium resupinatum

Es una especie anual procedente de Asia central que se cultiva en invierno en Asia occidental. Las
formas cultivadas son plantas robustas de hasta 40 cm de alto. Algunas formas pequeñas que se
comportan como malezas son comunes en las pasturas y en terrenos incultos de la zona
mediteránea hasta el Punjab, en Pakistán. Esta especie fue muy cultivada en Punjab pero ha sido
sustituida gradualmente por el trébol de Alejandría en las áreas libres de heladas desde que este
último se introdujo en el subcontinente a principios del siglo XX; su semilla es un contaminante común
de la semilla de trébol de Alejandría. Es un importante cultivo para heno en Afganistán y en otras
áreas similares de Asia que presentan inviernos fríos. Es un cultivo menor para henificar en Australia
y en los Estados Unidos de América.

Lámina 17. Trébol persa amontonado y secado en el campo. Herat, Afganistán


Condiciones de crecimiento

El trébol persa es una planta adaptada a zonas mediterráneas y subtropicales; prefiere suelos
neutros a alcalinos y tolera un cierto grado de alcalinidad, superior al T. alexandrinum.Prospera en
suelos húmedos, pesados y tolera la inundación; comúnmente coloniza las partes bajas en los
cultivos de trébol de Alejandría. Soporta fríos intensos, pero a bajas temperaturas su crecimiento es
muy lento. En las partes mas altas del Himalaya occidental y de Afganistán es cultivado tanto como
una especie resistente al invierno o como un cultivo intermedio de verano. Los tallos jóvenes son
consumidos como una hortaliza verde en Pakistán y Afganistán. En las tierras altas de Afganistán,
se siembra en invierno por encima de los 2 500 msnm, donde las temperaturas llegan a -12 °C; en
esas condiciones la planta queda en estado latente, cubierta por la nieve durante varios meses, pero
crece rápidamente cuando la temperatura aumenta en primavera. En la mayor parte de estas
montañas es cultivada como una especie anual invernal, sembrada en otoño con poca producción
antes de la primavera.

Establecimiento y densidad de siembra

El trébol persa regado se establece en la misma forma que el trébol de Alejandría pero a una menor
densidad de siembra de 5-10 kg/ha. En sus áreas tradicionales, la mayoría de los cultivos se
establecen a partir de semillas locales con poco o ningún control de calidad por lo que en muchos
casos los agricultores usan mayores densidades de siembra. La calidad de la semilla no debería ser
difícil de mejorar ya que es un buen productor de semillas. Las variedades locales en Afganistán,
especialmente en las provincias de Ghazni y Herat, donde el trébol persa es un importante cultivo
para heno, son de mejor calidad que los materiales comunes en Pakistán. También existen en el
mercado internacional cultivares altos como Maral.

Siembra en otro cultivo

El trébol persa puede ser sembrado al voleo dentro del cultivo del arroz en el momento del último
riego. Esto puede dar lugar a una población razonable con un mínimo esfuerzo si el cultivo del arroz
es ralo y con una escasa cobertura del suelo como ocurre con los cultivares de arroz basmati. Sin
embargo, en un buen arrozal es probable que las plántulas de trébol reciban un exceso de sombra
y el cultivo sea muy pobre. A fines de la primavera, en los lugares altos de Afganistán, se siembra
como un cultivo intermedio dentro del trigo que está en etapa de maduración.

Heno
El trébol persa produce un buen heno, fácil de curar, si bien, como en todos los casos, se debe poner
atención para evitar la pérdida de hojas. En Afganistán, la práctica tradicional consiste en atar el
cultivo en pequeñas gavillas tan pronto como se marchita, dejarlo secar en lomos en el campo
girándolo de tanto en tanto, y después amontonarlo en parvas flojas antes de almacenarlo
definitivamente. De esta manera la mayoría de las hojas son retenidas dentro de las gavillas.

Vicias

Vicia spp.

Varias especies del género Vicia se cultivan como forraje en áreas de climas moderados, a menudo
mezcladas con avena u otros cereales. La mayoría son trepadoras con zarcillos; las más comunes
son la vicia común (V. sativa) y la vicia villosa (V. villosa subsp. varia = V. dasycarpa). Otras vicias
de menor importancia includen la vicia púrpura (V. benghalensis = V. atropurpurea), la vicia amarga
(V. ervilia); la vicia de Hungría (V. pannonica) y la vicia de hoja angosta o de vaina negra (V.
angustifolia).

Condiciones de crecimiento

Las vicias son cultivos de zonas frías que toleran suelos ácidos y pedregosos; son cultivadas como
cultivos de verano en las zonas templadas y algunas son cultivadas en invierno en el Mediterráneo
y en los subtrópicos, sobre todo la V. benghalensis (= V. atropurpurea) y la V. sativa.

Cultivo

En los climas fríos las vicias usualmente se siembran mezcladas con cereales como avena o trigo,
para henificar o para ensilar. Los cultivares deben ser elegidos de modo que los dos cultivos maduren
en el mismo momento. La densidad de semillas varía con las especies y los cultivares pero es común
sembrar 20-30 kg/ha de vicia con 40-60 kg/ ha de avena. Las vicias son buenas productoras de
semillas y su cosecha en la finca es relativamente simple ya que es un cultivo autofecundo; los
cultivos específicos para semillas pueden ser sembrados con un cereal para su apoyo.

Cosecha como heno

Las poblaciones puras y las mezclas de las vicias deberían ser segadas cuando las vainas inferiores
de la vicia comienzan su llenado. Es conveniente reiterar que la madurez de la vicia y del cultivo
acompañante deben ser sincronizadas. La vicia puede escapar a la tabla separadora del borde de
la segadora por lo que es necesario regular y operar correctamente el equipo.

Otras leguminosas

Vicia lechosa del norte de China

Astragalus adsurgens

Es una especie robusta, resistente al frío, perenne de larga vida, que puede llegar hasta 1,5 m de
altura; tiene una raíz pivotante profunda. Se encuentra en China Central hasta Mongolia. Los tipos
cultivados se originan en materiales de China Central. Ha sido ampliamente usada en la renovación
y desarrollo de pasturas y manejo de cuencas en el área del Plateau de Loess. Su palatabilidad es
solo moderada y es más aceptada por los animales como silo o como heno que como forraje de
pastoreo directo. Esta especie soporta inviernos muy fríos pero requiere una época de crecimiento
cálida. Prefiere suelos bien drenados, de pH alto y sobrevive con poca lluvia, a partir de 300 mm/año,
utilizando la mayor parte de la humedad disponible. Los cultivares comunes son de floración muy
tardía y su difusión en las áreas frías del norte está limitada por las dificultades de la producción de
semillas; florecen a fines del verano, lo cual puede ser demasiado tarde para formar semillas antes
de la llegada de los fríos. El cultivo puede ser, sin embargo, usado como forraje en áreas de período
de crecimiento corto inadecuadas para la formación de semillas. Crece en forma espontánea hasta
el norte de la república de Mongolia donde existen ecotipos adaptados a estaciones de crecimiento
muy cortas.

Establecimiento y densidad de siembra

Se siembra en líneas al inicio de la estación de las lluvias a razón de 5 kg/ha de semilla escarificada,
pero también puede ser sembrada al voleo. En las áreas semiáridas por lo general no se la cosecha
en el primer año. La producción de semillas se realiza cortando toda la planta una vez que las
semillas están completamente formadas, se secan y se trillan; las áreas de producción de semillas
deben ser adecuadas al tipo de floración del cultivar.

Heno

Las plantas se cortan por lo general una vez por año y en el momento de la floración temprana se
secan parcialmente en el campo y se terminan de secar en el depósito. Como en el caso del trébol
de olor, en las áreas en que el combustible es escaso, los tallos se usan con ese objetivo y las partes
más finas se reservan para forraje.

Mantenimiento y manejo

El corte, y en algunos casos el desmalezado, son los únicos tratamientos que recibe el cultivo una
vez establecido; sin embargo, la fertilización en cobertura con fertilizantes fosfatados podrá mejorar
su longevidad y producción.

Vicia lechosa de China

Astragalus sinicus

Es un arbusto de corta vida muy cultivado en China Central y Sur como un cultivo invernal en los
arrozales insuficientemente drenados e inadecuados para el cultivo del trigo. A diferencia de otras
vicias lechosas, esta especie no es tóxica y es palatable y pastoreada por rumiantes y cerdos.

Condiciones de crecimiento

Prospera en áreas de inviernos suaves si bien tolera heladas ligeras; es tolerante a inundaciones
temporarias.

Cultivo

Se siembra al voleo cuando se cosecha el arroz en otoño y crece en forma lujuriosa en la primavera
siguiente. El cultivo se corta temprano en la primavera cuando hay escasez de otros forrajes verdes.
Inmediatamente antes de arar y enterrarla, cuando la vicia lechosa está normalmente en flor, es
pastoreada y una parte puede ser cortada y secada como heno; el resto, al arar se entierra como
abono verde. Es una buena productora de semillas y los agricultores conservan la misma de los
campos destinados a abono verde.

Ruda inglesa, coletuy multicolor

Coronilla varia
Es una especie rastrera, rizomatosa, perenne de 30-50 cm de alto con flores blancas y conspicuas
muy usada en el sur de Europa como cobertura en los bordes de carreteras y otros lugares que
necesitan protección. Es de origen europeo y se cultiva en los Estados Unidos de América; su
palatabilidad es moderada y es una planta muy agresiva por lo que tiende a ahogar otras plantas
asociadas en cultivos con mezclas. Una vez que se ha establecido es difícil de extirpar y a menudo
se reestablece después de haberla arado y enterrado.

Condiciones de crecimiento

Prefiere suelos neutros a alcalinos; es favorecida por veranos cálidos pero soporta inviernos fríos.
Es tolerante a la sequía y prospera con 500 mm de lluvia anual. En el norte de Asia ha demostrado
ser promisoria en ensayos llevados a cabo en el Plateau del Loess y ha sido la única especie exitosa
en el valle del río Lhasa, entre 3 800 y 4 000 msnm.

Cultivo

La semilla debe ser descascarada y escarificada y en áreas nuevas debe ser inoculada con
inoculante específico. Se siembra en líneas o al voleo a razón de 5-10 kg/ha, en primavera, en un
suelo bien preparado.

Cosecha como heno

Los tallos son ordinarios por lo que necesitan ser acondicionados. En el caso de los pequeños
agricultores se puede cortar, dejar marchitar, colocar en un trípode para secar y después almacenar.

Zulla

Hedysarum coronarium

Es una especie bianual o perenne de corta vida, herbácea, con un sistema radical profundo. Los
cultivares que se usan para heno son erectos, gruesos y crecen hasta 1,5 m de alto. Las vainas son
lomentos, casi espinosos e indehiscentes, se rompen en trozos en el momento de la cosecha. Es un
cultivo importante en el sur de Italia, Grecia, sur de España y norte de África. Existen cultivares
salvajes prostrados que se adaptan al pastoreo. Los cultivares de los cuales existe semilla en el
mercado son más adecuados para el corte pero pueden ser pastoreados en invierno y al inicio de la
primavera (Kernick, 1978).

Condiciones de crecimiento

Es una planta de climas mediterráneos con inviernos suaves que tolera heladas livianas. Ocurre
naturalmente en arcillas calcáreas, profundas pero puede ser cultivada en una amplia gama de
suelos siempre que sean alcalinos, que contengan una cantidad adecuada de calcio y que las
semillas hayan sido inoculadas antes de la siembra. Es resistente a la sequía y puede ser cultivada
en zonas con lluvias de menos de 500 mm por año.

Establecimiento y densidad de siembra

Si el cultivo está destinado a la producción de heno debe ser sembrada en líneas cercanas, de lo
contrario los tallos serán sumamente rústicos para permitir un fácil secado; los tallos pueden llegar
a tener 1 cm de diámetro. Es necesaria una cama de semillas fina y compacta y la siembra debe ser
poco profunda. Las semillas descascaradas se deben sembrar superficialmente a razón de 10-20
kg/ha; las semillas sin descascarar se siembran por lo general al voleo a razón de 30-50 kg/ha de
vainas que se recubren ligeramente con tierra. La siembra se debe hacer temprano en el otoño de
modo que las plantas estén bien establecidas antes de que las temperaturas sean muy bajas. En la
zona de Tell, en Túnez, la zulla se debe sembrar antes del fin de octubre. Cuando ha habido una
prevalencia de tiempo seco y cálido en el momento de la cosecha -lo cual es un hecho común- habrá
una alta proporción de semillas duras para las cuales puede ser necesaria la escarificación. Las
semillas descascaradas germinan en forma desuniforme mientras que las semillas en la vaina
germinan normalmente; las primeras son más apropiadas para cultivos para heno mientras que las
otras se prefieren para el establecimiento de pasturas. La zulla para producción de heno se siembra
pura ya que su crecimiento lujurioso y alto después de la mitad de la primavera tiende a ahogar otras
especies en la mezcla.

Cosecha para heno

La zulla crece lentamente en verano pero se desarrolla rápidamente en primavera con un máximo
de producción desde el fin de marzo hasta mayo (hemisferio norte). Por lo general se mantiene en
forma latente durante el verano. Puede ser pastoreada en invierno y al inicio de la primavera cuando
escasean otros forrajes verdes, después de lo cual se deja para heno. Martinello y Ciola (1996)
indican que en Italia la zulla y la esparceta se pastorean entre octubre y abril y se hace heno en
mayo y junio.

Manejo y mantenimiento

La zulla es un cultivo bianual; una vez que se ha establecido recibe escaso tratamiento aparte de
una limpieza de malezas temprana y del pastoreo o el corte.

Esparceta

Onobrychis viciifolia

Es una especie erecta, perenne de larga vida, que crece hasta 50-75 cm de alto; tiene una raíz
principal profunda, tallos huecos que surgen de yemas basales en una corona ramificada. Se origina
en Europa del Sur y Central y en las partes templadas de Asia. Sus vainas son indehiscentes y
contienen una sola semilla. Puede ser usada para heno y soporta el pastoreo mejor que la alfalfa.

Esta especie presenta dos tipos: común y gigante. Este último tipo tiene un crecimiento mas lujurioso
pero no es persistente y es usado para cultivos bianuales para heno; el tipo común puede persistir
de dos a cuatro años. No causa meteorismo en los animales ya que contiene taninos concentrados
en las hojas.

Condiciones de crecimiento

La esparceta no es un cultivo de alto rendimiento en calidad y cantidad como lo es la alfalfa, pero


tolera condiciones más secas y suelos más pobres. Por lo tanto, cuando se usa en la misma área
que la alfalfa se siembra en los lugares en que esta no persiste. Está adaptada a suelos secos,
calcáreos, con un pH de 6 o más, climas templados, pudiendo tolerar inviernos fríos. Puede crecer
con 300 mm por año de lluvia o más pero requiere buen drenaje. Se cultiva en Europa central,
Turquía y las alturas de Asia central, Kirguistán y Tadjikistán y en algunos países europeos y en
América del Norte. Se ha ensayado con buenos resultados en el Plateau del Loess en la zona
noroeste de China. En Turquía y Asia central es un cultivo tradicional y popular.

Establecimiento y densidad de siembra

La esparceta sin descascarar contiene una alta proporción de semillas duras. Las semillas
descascaradas se siembran a razón de 20-30 kg/ha, al voleo o en líneas cercanas y las semillas con
cáscara se siembran a razón de 100 kg/ha. Eski es un cultivar obtenido de materiales de
Turquía, Melrose es de Canadá y Zeus y Vala son cultivares de Italia.

Heno

Como en el caso de la alfalfa, si el cultivo está en suelos pobres, por lo general se hace un solo corte.
El resto de los materiales que quedan en el campo puede ser pastoreado ligeramente, pero es más
seguro permitir la recuperación de las plantas en el fin del otoño y pastorear una vez que ha cesado
su crecimiento.

Serradella

Ornithopus sativus y O. compressus

Serradella es el nombre común para dos especies de leguminosas forrajeras anuales comunes en
el suroeste de Europa. Ornithopus sativus o serradella rosada es una especie erecta, cultivada, que
no tiene formas salvajes; O. compressus o serradella amarilla está sumamente difundida en el
pastoreo natural en la cuenca del Mediterráneo. Son plantas semierectas con hojas pinnadas que
pueden llegar hasta los 50 cm de alto. Las vainas se rompen en segmentos al llegar a la madurez,
cada uno de los cuales contiene una semilla. La germinación de la semilla sin descascarar a menudo
es baja y errática; es posible descascararlas mecánicamente.

Condiciones de crecimiento

Ambas especies se cultivan como anuales invernales en áreas de inviernos suaves y están bien
adaptadas a los suelos arenosos. Fuera de su área nativa se cultivan en el invierno lluvioso de la
provincia del Cabo, Sudáfrica, y como un cultivo secundario en Australia. En la década de 1950 se
ensayaron en la meseta de Kenya pero no se adaptaron a los sistemas de producción.

Establecimiento y densidad de semillas

Las densidades de siembra son muy variables, de 5 a 15-20 kg/ha y es común que haya semillas
duras. Es recomendable inocular las semillas en las tierras en las que no ha existido anteriormente
el cultivo pero es innecesaria en tierras en las que ha habido serradella o lupinos. Lloveras e Iglesias
(1998) indican que la serradella rosada se cultiva en la costa atlántica de España en sistemas de
doble cultivo con maíz o en cultivos en niveles múltiples con viñas. Se menciona el
cultivar Carnota que se siembra a razón de 50 kg/ha de semilla pura germinativa.

Heno

Se corta en la forma corriente, con precauciones contra la pérdida de hojas. En la cuenca del
Mediterráneo, la producción de heno se realiza desde mediados de primavera hasta inicios del
verano.

Legumbres para heno

Algunas leguminosas alimenticias de uso humano son cultivadas para henificar. Los tallos de muchas
de ellas constituyen un buen forraje, si es que pueden ser conservados adecuadamente. Sin
embargo, no son un forraje tan importante como los cereales.

Maní, cacahuete
Arachis hypogaea

El maní raramente es cultivado específicamente para forraje pero en los climas propicios, si es
correctamente manejado, sus tallos pueden ser un forraje de alta calidad equivalente a un buen
heno. Su cosecha se describe en el Capítulo IX.

Condiciones de crecimiento

Es un cultivo de verano que no resiste las heladas. El tiempo seco es esencial para la maduración y
la cosecha. Prefiere los suelos fértiles, livianos, bien drenados; puede crecer también en suelos
pesados pero en este caso la cosecha es dificultosa; tolera la inundación. Los cultivos comerciales
se encuentran habitualmente en áreas con 1 000 mm de lluvia anual, la mitad de la cual es necesaria
durante el período de crecimiento.

Cultivo

Se siembra en líneas y las prácticas culturales que favorecen la producción de su grano también
contribuyen a la producción de forraje.

Guar

Cyamopsis tetraglonoloba

Es una especie anual arbustiva, robusta, de hasta 3 m de alto, con vainas erectas lineares, en
racimos. Se cultiva tradicionalmente en India y Pakistán como hortaliza, forraje y abono verde. Sus
semillas son fuente de una goma que tiene usos industriales y agroindustriales; hoy día el guar es
sobre todo un cultivo industrial en India y otros países con una estación de crecimiento cálida,
especialmente en los Estados Unidos de América.

Condiciones de crecimiento

Es un cultivo adaptado a los trópicos y subtrópicos más secos y requiere una temporada de
crecimiento cálida. En la India se han desarrollado algunos cultivares forrajeros.

Cultivo

Para obtener poblaciones puras para forraje se siembra al voleo a razón de 30 kg/ha o en surcos
estrechos a una densidad ligeramente menor. Demora cerca de 15 semanas en formar las vainas.
Usualmente, para la producción de forraje, se siembra en suelos livianos y bajo condiciones secas,
y se mezcla con sorgo. En la India es frecuentemente regado y también mezclado con sorgo.

Heno

El guar y sus mezclas con sorgo se utilizan como heno si bien es necesario secar los tallos sin incurrir
en pérdidas de hojas, por lo que el hilerado o el secado en trípodes son las mejores alternativas.

Soja

Glycine max

La soja ha sido cultivada para heno en los Estados Unidos de América pero hoy día este uso del
cultivo ha sido abandonado
Condiciones de crecimiento

La soja crece bajo diversas condiciones climáticas siempre que haya una estación cálida que no sea
excesivamente húmeda y que el suelo sea fértil y bien drenado.

Cultivo

La elección del cultivar es sumamente importante ya que es una especie de día corto y los cultivares
presentan una amplia variación en su tolerancia fotoperiódica. Los cultivares para heno son de
madurez más tardía que los cultivados para grano. La siembra para heno debe ser densa a fin de
que los tallos sean menos bastos. Generalmente se siembra en líneas a 30-50 kg/ha y puede ser
mezclada con Sudangrás para heno o forraje.

Cosecha como heno

Se debe cortar cuando las vainas están bien desarrolladas y las hojas inferiores comienzan a tomar
un color amarillo, pero más temprano si así lo exigieran las condiciones climáticas. Su secado se
hace en armazones o en trípodes.

Guisante, arveja

Pisum sativum

Es un cultivo antiguo e importante, muy difundido en condiciones templadas como hortaliza o


leguminosa alimenticia seca. Algunas veces se cultiva en mezcla con avena u otros cereales
menores. Los tallos de las plantas cultivadas para su uso fresco pueden tener uso como forraje si
son bien conservados y constituyen un forraje valioso.

Condiciones de crecimiento

Esta especie requiere una temporada de crecimiento relativamente húmeda y fresca y suelos fértiles.
Puede ser cultivada a grandes altitudes en los trópicos y como un cultivo invernal en los subtrópicos,
pero su mejor crecimiento ocurre como cultivo de verano en zonas templadas.

Cultivo

Una parte menor del área cultivada se destina a forraje, por lo general en mezclas con avena. Los
tallos que quedan disponibles como desechos del proceso de industrialización para congelado y
enlatado y los tallos descartados del cultivo fresco son subproductos sumamente útiles. Las mezclas
con avena fueron usadas como apoyo para el crecimiento del guisante pero con el desarrollo de
cultivares modernos que son menos afectados por el vuelco tales mezclas han perdido importancia.
En el caso del heno, con o sin cereales, se corta cuando las vainas están llenas pero antes de su
madurez ya que en esta etapa pueden comenzar a caer las hojas.

Heno griego, fenogreco

Trigonella foenum-graecum

Es un cultivo anual, aromático, usado como hierba, condimento y forraje. Es muy cultivado en la India
y países vecinos como aroma y forraje y en el norte de África y Asia Occidental como forraje y
condimento.

Condiciones de crecimiento
En la región mediterránea y en India es un cultivo de invierno, tanto bajo riego como de secano.
Crece en una amplia gama de suelos bien drenados.

Cultivo

Los cultivos puros se siembran al voleo o en líneas a razón de 20-30 kg/ha, o mezclado con avena.
Las mezclas con cereales pequeños son mejores para la producción de heno. Debería ser cortado
cuando las vainas están bien formadas. El heno es muy nutritivo y aromático pudiendo transmitir el
sabor a la leche.

Caupí

Vigna unguiculata

El caupí es una especie común semiarbustiva, trepadora, anual, usada como alimento humano en
los trópicos, subtrópicos y regiones con veranos cálidos. Es originaria de África, y existen un gran
número de tipos y cultivares. Es cultivado como alimento humano y como hortaliza y en menor escala
como forraje. Se cultiva para heno en África del Sur y los Estados Unidos de América.

Condiciones de crecimiento

Requiere una temporada de crecimiento cálida y buen drenaje pero tolera suelos pobres y ácidos.
Sobre la línea ecuatorial puede ser cultivado a mas de 1 500 msnm y puede dar una producción
interesante con sólo 300 mm de lluvia anual.

Cultivo

La elección del cultivar es sumamente importante ya que el caupí es muy sensible al fotoperíodo.
Por lo general se siembra en líneas y para forraje verde puede ser mezclado con maíz, sorgo o
especies similares.

Cosecha como heno

El caupí debería ser cortado en el momento en que las vainas están verdes, si bien en estas
condiciones no es de fácil secado; los métodos tradicionales de secado usan trípodes y requieren
una considerable cantidad de mano de obra. El caupí también puede ser secado en trípodes después
del hilerado.

La pastura natural es la fuente original del heno y es aún común en muchas partes de Asia y de
Europa. Su importancia está decreciendo entre los productores comerciales ya que es posible
obtener un mejor heno a menor costo con cultivos especializados; sin embargo, es popular entre los
pequeños productores de las zonas subtropicales y templadas. Aún así, no son mayormente
utilizadas por los pequeños productores de las zonas tropicales, probablemente por la ausencia de
invierno y la baja calidad de los pastos tropicales maduros.

Las pasturas naturales se presentan bajo diversas formas, todas las cuales tienen en común el
hecho de que el forraje no ha sido sembrado. Por lo general se encuentran en tierras inapropiadas
para cultivos arables ya sea a causa de su pedregosidad, de inundaciones temporarias, de su
pendiente, de su corto período de crecimiento, del tipo de distribución de lluvias o de las
temperaturas. La mayoría de estas pasturas son pastoreadas directamente por el ganado, pero
algunas son utilizadas para heno el cual es obtenido en lugares muy diversos como las praderas,
aperturas en las laderas, bosques subtropicales cerrados para su regeneración, praderas alpinas,
estepas, o muchos otros tipos de tierra sin cultivar.
El heno natural está compuesto básicamente por gramíneas y especies herbáceas pero en algunos
casos los arbustos también son cortados y secados. Los campos de heno pueden ser privados o de
propiedad comunitaria, esta última con derechos de los ganaderos establecidos en el tiempo. Los
distintos sistemas tradicionales de producción de heno se describen en los estudios de caso; incluyen
vastas áreas de tierras en bosques cerrados para su regeneración o protección como en la India,
donde está prohibido el pastoreo pero se permite el corte del forraje o en aperturas en laderas
pronunciadas en las montañas del sub-Himalaya, las praderas en Turquía, las estepas de Mongolia
donde la producción cooperativa de ganado ha sido recientemente sustituida por un sistema privado,
en el Sahel o en el altiplano de Etiopía.

Existen varios grados de interferencia humana o mejoramiento que han sido usualmente aplicados
a las praderas naturales y más especialmente a las áreas cortadas para heno. El fuego es una
poderosa herramienta para el manejo de las praderas naturales, sobre todo para el control de
especies leñosas y para la remoción del forraje envejecido. La introducción de animales,
domesticados o salvajes tiene un gran efecto sobre la vegetación. La manipulación o presión de
pastoreo y su control llevan a cambios en la composición botánica sin la introducción deliberada de
especies. La limpieza de los matorrales, los cercos, el drenaje, la aplicación de fertilizantes y de
elementos traza son intervenciones intensivas que modifican la vegetación natural de los campos de
pastoreo. La introducción de gramíneas y leguminosas sin mayor cultivo constituye de cualquier
manera otra etapa de las modificaciones. Muchas buenas praderas naturales han sido reemplazadas
por tierras arables mientras que, en algunos países, tierras agrícolas marginales han sido revertidas
a praderas naturales ya que la productividad de los cultivos declinaba. Los rastrojos autosembrados
y pastoreados son importantes en algunos sistemas.

Elección de la tierra para la producción de heno

Las mejores pasturas por lo general se reservan para heno, pero para ello es necesario tomar en
consideración muchos factores además del buen crecimiento y la composición botánica adecuada
de la pastura, entre otros:

el derecho de uso de la tierra para heno es esencial; en algunas comunidades existen tierras
para heno tradicionales y prácticas locales antiguas para su usufructo;

la protección del ganado debe ser posible durante la época de crecimiento; en las áreas que
no están cercadas esto requiere la concurrencia de todos los usuarios de las tierras de pastoreo de
la vecindad;

la topografía y el relieve de la tierra deben ser adecuados para el método de cosecha y


transporte usados;

la accesibilidad para el transporte ya que incluso en las zonas montañosas el forraje es


trasportado por el hombre o en carro; los predios deben ser siempre de fácil acceso al medio de
transporte usado localmente;

las áreas infectadas con plantas tóxicas que retienen su toxicidad después que han sido
secadas, deben ser evitadas; a menudo, tales plantas no son pastoreadas por el ganado pero en
algunos casos pueden ser comidas cuando han sido cortadas, ya sea marchitas o como heno. Las
gramíneas con un alto contenido de cianoglucósidos son seguras una vez que han sido secadas
pero especies como Galega oficinalis o Senecio jacobaea son malezas muy importantes en Europa
Occidental y América del Norte. Astragalus spp. conserva su toxicidad después de haber sido
secado. Por ejemplo, Faliu, Puyt y Jean-Blain (1985) discutiendo el envenenamiento por Galega
officinalis en el sur de Francia, indicaron que existe poco peligro en las plantasjóvenes pero que si
se cosechan cuando están en floración o fructificación, el heno es peligroso si contiene más de 10
por ciento de Galega. Dickinson y King (1978) encontraron importantes cantidades de alcaloide
en Seneciojacobaea secado al aire.

La toxicidad no se limita a las plantas superiores: las micotoxinas ocurren en varios forrajes. Algunos
de los hongos productores de toxinas más importantes en los forrajes son el
cornezuelo, Claviceps spp., que forma esclerocios en las espigas de las gramíneas
y Acremonium spp., que es endófito (Towers y Seigel, 1993). Ambos producen
alcaloides. Claviceps spp. se encuentra en todo el mundo: C. purpurea infecta cientos de gramíneas
C3 y C. paspali se encuentra en 19 especies de Paspalum spp.. El peligro de este hongo puede ser
evitado cortando los pastos antes de la espigazón. Los endófitos Acremonium spp. son componentes
heredados maternalmente de una simbiosis gramínea-hongo; se ha informado detalladamente de su
presencia en Festuca arundinacea y en Lolium perenne. Su control se basa en sustituir el cultivo con
materiales libres del parásito.

Tierras de pastoreo de manejo comunitario

Esta situación presenta problemas de manejo sobre todo en los casos de ausencia de sistemas
tradicionales fuertes o de sistemas que se han debilitado. Es esencial que los derechos de corte y
pastoreo en áreas específicas sean definidos por medios tradicionales o legales. Esto ocurre en
muchos lugares donde la producción de heno de pasturas naturales es tradicional, pero donde el
sistema ha sido interrumpido -ver Estudio de Caso 8, Mongolia- pueden aparecer dificultades. Si los
derechos no están definidos y quienquiera puede recoger heno, no hay incentivos para el
mantenimiento.

Por lo general, además de definir los derechos de corte y las fechas vetadas al ganado, también se
definen las estaciones en las que el pastoreo está prohibido o si los campos pueden estar abiertos
al pastoreo comunal en el resto del año; si se cierran los campos es posible el mejoramiento del
forraje. Situaciones similares existían en muchas partes de Europa antes de que existieran los títulos
de propiedad y se modernizara la agricultura (ver Fenton, 1980).

El problema de la calidad de los pastos tropicales

En los trópicos, la calidad de los alimentos que quedan en el campo -y del heno de materiales
naturales- no es la misma en las altas latitudes o en zonas semiáridas donde el ganado puede pasar
el invierno en forrajes secos. ‘t Mannetje (1981) indica que:

«Las pasturas tropicales no reúnen los requerimientos nutricionales de los rumiantes para una
producción máxima. Las principales limitaciones son la disponibilidad de forraje verde por lo menos
durante seis meses en regiones estacionalmente secas y el bajo valor nutritivo durante la mayor
parte de la estación de crecimiento activo».

Butterworth (1985) señala que en los trópicos, el límite de ingestión de forraje verde a menudo es la
cantidad restringida de oferta que incluye además la presencia de material senescente e impalatable.
La estación de la escasez de forraje en los trópicos está dada por las lluvias y no por la temperatura;
la duración del período seco varía con la latitud y el lugar, desde unos pocos meses hasta medio
año, pero aun cuando haya adecuada humedad a fin de la estación, sobre todo en las áreas de alta
precipitación, el forraje maduro puede no tener valor como alimento para los animales. Sólo un
pastoreo selectivo, además del fuego, para refrescar el forraje puede asegurar la sobrevivencia del
ganado. El heno hecho de pasturas naturales en los trópicos no es, lamentablemente, adecuado
para dar resultados satisfactorios como en otras zonas; el heno de arbustos se hace comúnmente a
fines de la estación de las lluvias en razón de la dificultad de secarlo en otros momentos y no es
mejor que la paja o los tallos secos del maíz. Esto, sumado a que en el pasado ha habido una baja
densidad de ganado, puede ser una de las razones de la limitación de la producción de heno en los
trópicos húmedos y subhúmedos. En los trópicos puede ser hecho heno en los establecimientos
mecanizados a partir de cultivos específicos, pero su calidad estará limitada por los límites del
patrimonio genético de las pasturas tropicales, excepto a gran altitud, cuando puede ser introducido
material exótico.

Lámina 18. Laderas escarpadas para cosechar heno; en las pendientes de las montañas, al
fondo de la lámina, el heno se cosecha a mano. Uttar Pradesh, India

Butterworth (1967, 1985) discute la calidad del forraje de las pasturas tropicales -en todas las etapas,
no solo los que están excesivamente maduros- e indica que el contenido de proteína cruda de 635
muestras fue de 7,5 % + 3,5 % con 235 muestras por debajo de 7 por ciento (7 % es el nivel mínimo
para ganancia de peso vivo). El contenido de proteína cruda disminuye con la madurez ya que los
componentes de las células se diluyen con los componentes estructurales; a medida que disminuye
el contenido de proteína también disminuye la digestibilidad. En un total de 473 muestras, 58 por
ciento estuvieron por debajo de las necesidades para el crecimiento del ganado. El promedio de
nutrientes digestibles totales de 312 muestras fue de 54,0 % + 7,9 % con 43,5 por ciento por debajo
del 55 por ciento, nivel recomendado por el Consejo de Investigaciones Agrícolas (Agricultural
Research Council) para el ganado en pastoreo. En el caso de las pasturas tropicales, probablemente
el promedio de nutrientes digeribles totales sea un factor más limitante que la proteína cruda.

Tipos de heno natural

Heno en la zona monzónica

La producción de heno es una actividad tradicional y muy difundida en las colinas del norte de la
India, Nepal y Pakistán. En la parte más baja de las colinas dentro del área de influencia monzónica,
el heno es producido en pasturas comunales que se cierran al pastoreo durante varios meses, desde
antes de la llegada de los monzones y durante su influencia. Algunas veces el ganado se traslada a
pasturas en grandes altitudes. Estas tierras para heno pertenecen a la comunidad pero a menudo
se reconocen los derechos de las familias al corte del forraje. El heno también se produce en áreas
forestales cerradas al pastoreo pero donde el corte y el traslado del forraje son posibles si se cuenta
con autorización previa; la temporada de corte es determinada por las autoridades forestales.
Durante el período de los monzones el tiempo no favorece la producción de heno de modo que el
forraje no es cortado hasta después de las lluvias, cuando es basto, está sobremaduro y es de bajo
valor nutritivo. En esas áreas de escasez crónica de forrajes el heno es altamente apreciado como
forraje de invierno. El heno está formado casi exclusivamente por géneros de gramíneas tropicales
tales como Heteropogon, Chrysopogon, Bothriochloa y Arundinella que maduran y se lignifican
rápidamente. Estos campos para heno a menudo son empinados o están al borde de precipicios, y
todas las operaciones -corte, removido, engavillado, y transporte- pueden ser hechas solamente a
mano. El manejo de estos campos se limita a las decisiones sobre los períodos de cierre -por lo
general son pastoreados después de la cosecha y durante todo el invierno- y ocasionalmente a la
remoción de arbustos invasores como Dodonaea viscosa. El heno producido en la zona de las
colinas es exclusivamente para uso local. En las partes más secas de la península de la India se
hacen grandes cantidades de heno de bosques cerrados, pero esta es en muchos casos una
operación comercial de abastecimiento de forraje a las lecherías en las zonas periurbanas de las
grandes ciudades, sobre todo de Bombay; en este caso el corte y el enfardado son operaciones
mecanizadas.

Lámina 19. Precipitación y temperatura mensuales en Musoorie, India

Lámina 20. Forraje natural secándose, esparcido y amontonado pronto para transportar al
depósito. Mehterlam, Afganistán

Lámina 21. Corte con guadaña de pasto sobremaduro después de las lluvias principales.
Vietnam.
Heno en las estepas

El invierno en Mongolia es largo y severo y la temporada de crecimiento es menor de 100 días en la


mayor parte del país. La economía es totalmente pastoral y el heno es esencial para que el ganado,
si bien débil, pueda llegar a la primavera; lo mismo ocurre con los caballos de los cuales dependen
los pastores para su trabajo. Durante mucho tiempo, la industria ganadera fue organizada alrededor
de un pequeño número de grandes cooperativas de pastoreo.

La producción de cultivos y forrajes están limitadas por el clima si bien en la época de las
cooperativas en lugares favorables se produjo algo de heno de avena. La mayor parte del heno se
obtiene de pasturas naturales -en la década de 1990 se segaban anualmente cerca de 20 000 km 2-
por medio de equipos mecanizados cooperativos. La producción masiva de heno se obtenía en el
norte y las cooperativas adquirían los derechos de corte. El heno se transportaba a grandes
distancias a precios subsidiados, especialmente en el caso de emergencias. Los rendimientos eran
de alrededor de 1 t/ha de heno y el manejo se limitaba a la limpieza de la tierra y, en algunos casos,
a la rotación de la fecha de corte. El corte repetido de la misma tierra llevaba a una gradual
disminución de los rendimientos; la respuesta a la fertilización podía ser muy importante si las lluvias
llegaban en el momento oportuno, pero era totalmente antieconómica. Con el proceso de
colectivización de la industria ganadera y su pasaje a unidades tradicionales de pequeños grupos
familiares, la producción mecanizada de heno desapareció, así como también el transporte a grandes
distancias. Actualmente el heno se produce localmente, siempre que la calidad y la disponibilidad
del forraje lo permitan, sobre todo por métodos manuales o con algunos equipos tirados por caballos.
Si bien los pastores tienen títulos para las tierras de pastoreo, los títulos para las tierras para heno
están siendo organizados, por lo que el manejo es por el momento caótico. No es de esperar que la
situación mejore hasta que los grupos tengan derechos de corte a mediano o largo plazo.

Heno de pasturas tropicales

La causa de la baja productividad de los animales alimentados en las pasturas tropicales es


preponderantemente nutricional en razón de la pobre distribución estacional y del escaso valor
alimenticio del forraje fresco. La cantidad y la calidad del forraje tienen influencia directa de su estado
y de la época de crecimiento, de las condiciones climáticas y de los suelos así como también del
genotipo del forraje. Los pastos tropicales maduros están muy lignificados y su calidad alimenticia
puede ser más pobre incluso, que las de los restos cultivos de cereales; esta puede ser la razón por
la cual la producción de forraje no es una tradición entre las poblaciones pastorales tropicales.
El estudio de caso sobre heno en el Sahel describe el trabajo de extensión sobre la conservación
del forraje en un clima con una estación seca muy prolongada y un período corto de lluvias ligeras.
Maradi, en Níger (Lámina 22) es una localidad típica. La humedad es por lo general baja y la radiación
solar es casi siempre suficiente como para permitir el corte del heno por la mañana de tal manera
que esté seco el mismo día por la tarde. Muchos lugares tropicales y subtropicales tales como
Mussoorie, (ver Lámina 19) no presentan buenas condiciones para el secado por lo que la producción
de heno durante la estación lluviosa no es posible.

Lámina 22. Precipitación y temperatura mensuales en Maradi, Níger

Heno natural en zonas templadas

Heno de praderas

En regiones templadas montañosas el heno natural se obtiene en tierras bajas, temporalmente


inundadas. Si bien producen un crecimiento del forraje alto y suficientemente denso como para ser
segado -a menudo contienen juncos, Juncus spp., especies de hoja ancha y otras uliginosas- y son
inadecuadas para la producción de cultivos. Hasta que no se desarrollaron los forrajes cultivados
dentro de las rotaciones de cultivos, que por otra parte constituyeron la clave para la intensificación
tanto de la agricultura como de la ganadería, la producción de heno en Europa occidental se limitaba
a los casos citados líneas arriba. La calidad del heno obtenido en esas condiciones es mediocre. Los
estudios hechos en Altai, China, Mongolia y Turquía hacen referencia a este tipo de heno. Smith y
Crampton (1914) en su informe clásico sobre las praderas británicas, cuando discuten sobre este
caso indican que los suelos son generalmente limosos -porosos con una capa freática alta y a
menudo sujetos a inundaciones periódicas.

Este tipo de praderas requiere mayores temperaturas estivales que se encuentran en tierras bajas o
en lugares protegidos tales como las orillas de los ríos o los estuarios. Estos suelos podrían cubrir
una área amplia si el suelo no fuera usado como tierra arable; ocurren a altas elevaciones en
condiciones alpinas en la línea de nieves permanentes pero con veranos continentales mas cálidos;
en esos casos el crecimiento primaveral en las laderas es muy rápido. Las aguas turbias de la fusión
de los glaciares son altamente apreciadas en los Alpes suizos y en muchos lugares son usadas para
regar pasturas.

Heno de arbustos

Los árboles y los arbustos son importantes fuentes de alimentos durante la estación seca, sobre todo
de forraje de buena calidad, en los climas cálidos y en invierno en algunos climas fríos. En su mayor
parte son especies salvajes o semisalvajes, plantas protegidas que son podadas o dobladas o que
sus vainas son comidas por los animales en el suelo. Algunos árboles, sin embargo, se usan en
forma seca o se secan sus brotes y hojas (Alhagi en el norte de Afganistán -Lámina 23, Ziziphus spp.
en los trópicos semiáridos; Leucaena y Cajanus cajan- guandú) o se usan sus frutos. Si bien muchos
árboles son conocidos como multiuso son las especies las que tienen esta característica y no las
plantas individuales, las que deben ser manejadas de acuerdo con el principal producto deseado, ya
sea alimento, madera, frutos o leña. Los frutos de varios árboles de la familia de las leguminosas se
secan y se usan como alimento, tanto en cultivos domesticados o en poblaciones semisalvajes. Si
bien estos productos vegetales no son exactamente heno, de cualquier manera son secados y se
deben tener en consideración para las áreas a las cuales están adaptados. Las vainas proporcionan
un alimento concentrado pero puede ser necesario molerlas antes del uso ya que algunas pueden
contener productos antinutricionales; además gran parte del valor alimenticio está en las semillas,
las cuales, si no son tratadas, pasan sin ser digeridas a través del aparato digestivo de los rumiantes.
Las vainas del algarrobo (Ceratonia siliqua) de la región mediterránea han sido usadas desde la
antigüedad como alimento humano y animal y se venden en el mercado internacional; esta especie
fructifica en Sudáfrica pero no es utilizada como alimento animal (Topps y Oliver, 1993). La acacia
blanca (Faidherbia albida =Acacia albida) que está difundida en las zonas semiáridas de baja altitud
de África produce vainas espiraladas grandes que son apreciadas como alimento del ganado. Se
han hecho algunas plantaciones de esta especie pero la mayoría son plantas salvajes protegidas.
Las vainas son cosechadas para uso doméstico o vendidas como alimento concentrado en los
mercados locales.

Lámina 23. Heno de espina de camello, Alhagi sp., secándose. Un caso poco común de heno
hecho a partir de un arbusto. Balkh, Afganistán

Las vainas con semillas del tamarugo -Prosopis juliflora- un árbol leguminoso de América tropical
son un excelente alimento para rumiantes y animales monogástricos, una vez que han sido
procesadas. Es un árbol fuerte y versátil adaptado a áreas de lluvias erráticas, que puede producir
en suelos salinos y utilizar agua de riego de baja calidad. El tamarugo es una especie de múltiple
propósito que produce madera, leña y vainas comestibles y que además es melífera. Para la
producción de vainas debe ser cultivada de exprofeso, en surcos distanciados, a fin de permitir una
buena producción floral. El follaje no es palatable y las plantas que crecen debajo pueden ser
pastoreadas, pero los animales deben ser excluidos durante la producción de vainas.

El tamarugo es ampliamente usado en su región nativa y se está desarrollando comercialmente en


el nordeste de Brasil donde la producción por los pequeños agricultores se combina con la
centralización de su procesamiento (Habit y Saavedra, 1988; Riveros, 1992). Esta especie ha sido
introducida, naturalizada y plantada para leña y conservación de suelos en los trópicos y subtrópicos
más secos pero, en general, no es utilizada por sus vainas; es común encontrar árboles poco
desarrollados que han sido podados demasiado jóvenes. Las hojas caídas naturalmente en razón
de su senescencia son pobres en alimentos.

En otras áreas de seria escasez de alimentos, especialmente en el norte de Pakistán y partes


montañosas de Afganistán, las hojas y los frutos de árboles de múltiples propósitos como los
albaricoques (damascos) y las moreras son cuidadosamente recolectadas para hacer heno
destinado al uso invernal.

Manejo de las tierras para heno natural

Preparación de la tierra

En las zonas en que la henificación es una actividad tradicional, las tierras para heno son por lo
general praderas si bien hay también campos de heno en montañas muy empinadas las cuales han
sido gradualmente explotadas durante largo tiempo. Es esencial que cualquier pradera para henificar
sea cortada, a mano o mecánicamente, y que esté relativamente libre de arbustos, malezas grandes,
troncos de árboles, piedras, termiteros, huecos u otros obstáculos que dificulten el corte y el
rastrillado. Es fundamental que estas consideraciones sean tomadas en cuenta cuando se comienza
a trabajar en un área nueva. En las áreas tropicales el obstáculo más común son los termiteros, los
que son rápidamente reconstruidos después del nivelado de la tierra. Cuando se corta con guadaña,
la nivelación es obviamente menos importante.

Drenaje y riego

Las praderas están por lo general sujetas a inundaciones; es deseable que exista drenaje para
mejorar el crecimiento del forraje, facilitar el acceso para la cosecha y reducir la infestación por juncos
u otras plantas indeseables.

Existen varios tipos de riego y dispersión de agua que son usados en los sistemas tradicionales, por
lo general en primavera. En algunas partes de Rusia y Mongolia, el agua de las surgentes es
difundida en el tiempo frío, formando láminas de hielo; esta agua proporcionará riego suplementario
en la temporada de crecimiento. Esta técnica se discute en el Estudio de Caso sobre Mongolia.

Mantenimiento de la fertilidad

La producción de heno es una forma muy extractiva de uso de la tierra ya que todos los minerales
del cultivo son exportados, excepto cuando se pastorea, ya que en este caso los excrementos de los
animales reciclan los elementos nutritivos del suelo. El corte continuo en la misma área, significa,
por lo tanto, que salvo la aplicación de dosis adecuadas de fertilizantes, los rendimientos disminuirán
rápidamente en el tiempo y se estabilizarán a niveles muy bajos.

El estiércol raramente es devuelto a los campos de producción de heno; el estiércol que es


recuperado se utiliza para las tierras de cultivo o el huerto o como combustible. La venta de heno
constituye, sin duda, una pérdida severa de nutrientes para el sistema general de producción de la
finca. El forraje por lo general responde positivamente a la aplicación de fertilizantes pero el aspecto
económico de su uso en las praderas naturales debe ser estudiado cuidadosamente antes de su
uso; en condiciones semiáridas con lluvias erráticas, la aplicación de fertilizantes es riesgosa.
Cuando las lluvias son conflables los fertilizantes pueden ser aplicados con suficiente anticipación
antes de la época de producción de heno de modo de asegurar una cosecha adecuada. Los
fertilizantes nitrogenados son los más comúnmente usados pero, a largo plazo, es necesaria una
aplicación equilibrada de nutrientes. Cuando las leguminosas abundan en la mezcla forrajera como
es el caso de algunas praderas mediterráneas y de gran altitud en Asia, los fertilizantes fosfatados
estimulan su crecimiento y, por lo tanto, mejoran la calidad. El efecto del fósforo es más lento y
menos espectacular que el del nitrógeno y por ello la fertilización nitrogenada es más fácilmente
aceptada.

Cierres estacionales y rotaciones

La pastura debe estar cerrada al pastoreo por un tiempo suficiente de modo de permitir el crecimiento
del cultivo para henificar; existen, por supuesto, muchas variaciones en la forma de ejecutar esta
técnica. Las pasturas pueden ser solamente cortadas, pero a menudo son pastoreadas al inicio de
la época de crecimiento cuando el forraje es escaso y son cerradas hasta el final de la cosecha para
heno. Por lo general se hace un solo corte, pero ocasionalmente en praderas de muy alto rendimiento
puede ser posible hacer dos cortes, para lo cual se necesita hacer por lo menos una fertilización.
Los pastoreos intensivos al inicio de la estación en general van en detrimento del crecimiento de la
pastura, pero a menudo se utilizan cuando no existen otros recursos forrajeros. Un buen crecimiento
es necesario en las tierras reservadas para la producción de heno y se deberían hacer todos los
esfuerzos posibles para proteger los campos de heno al inicio de la estación hasta que el forraje esté
bien desarrollado y tolere el pastoreo. Los campos que son segados consecutivamente todos los
años pueden mostrar una declinación de los rendimientos y una degradación de la composición de
la flora de la pradera. Puede ser ventajoso hacer descansar los campos para heno en forma
periódica, permitiendo solamente el pastoreo por una estación o dos.

Producción de heno

Las técnicas usadas se describieron en el Capítulo II. El momento del corte está determinado por las
condiciones climáticas y el crecimiento del forraje; el objetivo siempre es hacer heno en el mejor
momento del forraje y cuando las condiciones del tiempo son favorables para el secado del mismo.
Estos dos requerimientos no siempre coinciden y si bien es posible hacer algunos cambios en el
pastoreo de modo de cambiar la fecha de madurez del forraje, esto ocurre en menor medida en el
caso de los forrajes sembrados. La principal consideración radica en las condiciones climáticas
adecuadas, un hecho especialmente importante en algunas partes del Himalaya donde la producción
de heno se demora hasta la finalización de las lluvias, cuando el forraje está indudablemente maduro.

Lámina 24. Acarreando gavillas de heno para su posterior secado. Gujarat, India [Fotografía:
Ian Lane/C.S. Pandey]
Los técnicos por lo general deploran la cosecha tardía de los forrajes en las condiciones de los
monzones y las zonas tropicales, como se puede notar en varios de los Estudios de Caso. A menudo
no se comprende, sin embargo, como se puede hacer una cosecha temprana y sobre todo un secado
exitoso. Gran parte del heno natural es obtenido en tierras mal niveladas, comúnmente en pendientes
pronunciadas, usando herramientas primitivas y en climas monzónicos, por lo que la operación del
corte es lamentablemente lenta e imposible de mecanizar; no existen facilidades para el secado
artificial, el cual además muy probablemente sea antieconómico. En tales condiciones climáticas es
muy posible que el heno continúe siendo hecho al inicio de la estación seca. Tan pronto como el
heno está seco -en gavillas o en fardos- debe ser removido del campo y almacenado para permitir
el rebrote y evitar el daño al mismo.

Estimación del rendimiento

Las técnicas para medir el rendimiento de los forrajes se describen en muchos libros de texto [1]. Una
estimación del forraje disponible, aun cuando esté bien hecha, no constituye una guía útil sobre la
cantidad de heno que será producida ya que mucho de ello depende de la capacidad humana para
su producción y de las condiciones climáticas. La estimación por medio del peso o el volumen de la
producción bruta de heno en el momento del almacenamiento puede, probablemente, ofrecer una
información más válida que el muestreo del forraje verde. Los campos naturales para heno, sobre
todo en las laderas, son a menudo irregulares en su forma, careciendo de datos sobre los mismos;
las estimaciones de los muestreos no tienen mayor valor si el área de corte no es bien conocida. El
muestreo del heno para hacer el análisis de calidad debería ser hecho en el heno mismo y no en el
forraje del cual se hará el heno. Si solamente se muestrea el forraje en pie, las pérdidas de calidad
inherentes a la producción de heno -pérdida de hojas, lavado, transpiración- no serán consideradas.

El heno natural como un cultivo comercial

En muchas áreas, el forraje natural seco es cosechado y vendido como heno o como combustible.
A menudo en zonas semiáridas, sobre todo en pasturas dominadas por Artemisia, las especies
subarbustivas son arrancadas y vendidas como combustibles en las aldeas. Esta destrucción de las
raíces es una de las principales causas de degradación de la vegetación de pastoreo en muchas de
las regiones semiáridas.

Las distintas especies, su adaptación y cultivo se describieron en los capítulos III a VI. Los forrajes
son cultivos con una amplia gama de posibilidades de sustitución con especies y cultivares
adaptados para todas las zonas agrícolas, por lo que los cultivos para heno pueden ser
seleccionados en base a:

las condiciones agroecológicas locales;


el sistema de producción;
la estación en la que se produce el heno; y
el uso al cual será destinado el heno.

El nivel de tecnología tiene influencia sobre la elección del cultivo y los métodos de producción de
heno. Por ejemplo, los cultivos que requieren un acondicionamiento rápido son menos adecuados
para el uso de implementos manuales simples pero, en este caso, los sistemas mecanizados
modernos podrían cumplir correctamente esa función.

Especies, cultivares y clima


Cuando se eligen las especies y los cultivares que se adaptan a las condiciones de suelos y climas
locales, el cultivar o ecotipo es tan importante como la especie. Es necesario encontrar cultivares
adaptados para cada situación y si no han sido evaluados, deben ser ensayados localmente antes
de difundir su uso en el campo. Las prácticas locales, los productores de semillas y la información
de las estaciones experimentales deben ser consultadas al planificar un programa de desarrollo
forrajero. Por lo general existe, sorpresivamente, una gran cantidad de información disponible. Los
nombres de las especies que se han citado en los Capítulos IV a VI, a menudo hacen referencia a
situaciones específicas, si bien son solamente para ilustración. La evaluación en el campo es
necesaria antes de que las especies puedan ser firmemente recomendadas. Un cierto número de
cultivares, y algunas veces de especies, con diferentes épocas de madurez pueden ser deseables a
fin de extender el tiempo de cosecha en un período mas extenso y así distribuir los riesgos.

Algunas especies tienen áreas naturales de adaptación muy amplias: el pasto azul, por ejemplo, se
encuentra desde África del Norte hasta el límite de la agricultura en Europa occidental; los ecotipos
mediterráneos tienen su mayor crecimiento en invierno y pasan los veranos largos y cálidos en forma
latente y viceversa los cultivares del norte crecen en el verano y están latentes en invierno. Los
raigrases perennes se comportan en la misma forma. Se han obtenido cultivares de alfalfa, durante
la larga domesticación de esta especie, adaptados a situaciones que varían desde los oasis del
borde del Sahara, a zonas templadas y a zonas muy frías, lugares de altas latitudes y de grandes
altitudes. En todos los casos, por lo tanto, no son solo las especies forrajeras las que deben ser
seleccionadas, sino el cultivar o ecotipo que se adapta a las condiciones agroecológicas donde este
será cultivado y al uso que se pretende hacer del mismo.

Cuando se hacen introducciones, la información sobre las áreas de clima y sistemas de producción
similares a las que se adaptan, deberían ser cuidadosamente estudiadas. Sin embargo, similar no
significa igual, y tales estudios deben ser considerados solamente como una guía para la elección
de cultivares para un programa de pruebas, pero no para la compra masiva de semillas. Los
catálogos de semillas son sin duda útiles, pero deberían ser usados como simples indicadores
cuando se evalúa el posible comportamiento en un lugar distinto del lugar de origen indicado en el
catálogo. La primera observación es que algunos ecotipos son excelentes para pastorear pero
menos adecuados para la producción de heno; el uso general de una pastura debe ser
obligatoriamente considerado cuando se eligen los cultivares adecuados.

El Estudio de Caso en Altai, China, informa sobre el completo fracaso de una serie de variedades de
alfalfa tolerantes al frío seleccionadas después de una cuidadosa revisión bibliográfica: la razón de
ese fracaso fue probablemente que en Altai cae muy poca nieve en el invierno -o casi no cae- pero
hay bajas temperaturas y a menudo viento fuerte y que, viceversa, muchos lugares en los cuales se
hace mejoramiento de alfalfa buscando resistencia al frío, en invierno están cubiertos de nieve. El
fracaso de muchas especies deMedicago seleccionadas en Australia para las condiciones
australianas a partir de materiales de la zona mediterránea y reintroducidas en África del Norte o en
Asia Occidental, indican la necesidad de la evaluación local de los materiales.

El concepto de climas análogos es útil, de cualquier manera, cuando se buscan nuevas especies o
cultivares de un cultivo ya establecido; climas análogos son aquellos en que todos los elementos son
similares. Es razonable asumir que las especies y los cultivares pueden tener éxito en áreas de clima
similar a aquel en el que ya han sido exitosamente cultivadas, si bien esto considera ciertas variables
como el problema de las enfermedades. Cuando se comparan los climas puede ser tomado en
cuenta un cierto factor de sustitución: la altitud puede compensar la latitud en el control de la
temperatura y mas allá de la influencia modificadora del mar o de otros grandes cuerpos de agua,
hay una disminución de algo mas de 1°C por cada 200 m de incremento de altitud; la temperatura o
la cobertura de las nubes pueden afectar las necesidades de agua de un cultivo y así también ocurre
con la influencia de otros factores cambiantes. Estas sustituciones pueden no manifestarse en forma
clara y definida, ya que los cultivos de altas latitudes cuando se trasladan a las alturas de los trópicos
pueden ser afectados por el fotoperiodismo o por la falta de frío, si bien estas consideraciones
pueden no ser importantes en el caso de las especies forrajeras.
Algunas veces, por lo general dentro del contexto de proyectos de desarrollo, forrajes identificados
como de alto valor nutritivo -en otras condiciones- han sido ensayados repetidamente bajo
condiciones inadecuadas; es frecuente la elección de especies básicamente adaptadas al pastoreo
en áreas en las que solo es posible cortar y trasportar el heno. Las especies introducidas por lo
general reflejan experiencias anteriores y la capacitación de los técnicos responsables de la
actividad. Esto ha sido demostrado reiteradamente como el caso de la alfalfa en condiciones cálidas
y húmedas en suelos ácidos o del raigrás y el trébol blanco donde la fertilidad del suelo es
inadecuada y los veranos son excesivamente cálidos.

En algunos países en desarrollo, la disponibilidad de semillas puede ser, lamentablemente, un factor


determinante en la elección de las especies. A menudo, se ha hecho investigación y se han
identificado o desarrollado localmente nuevos cultivares, pero esto no ha sido seguido por la
multiplicación de semillas en escala comercial. En cualquier trabajo de extensión para producir heno
a partir de cultivos sembrados a propósito para ello, es necesario no solo recomendar el material
correcto sino asegurar también que la semilla esté disponible a niveles comerciales. Si bien,
indudablemente, es requerido un cierto trabajo de mejoramiento de los cultivos, la primera etapa y
la más importante es hacer uso de los cultivares y ecotipos que han sido evaluados localmente y
asegurar un abastecimiento permanente de semillas limpias de buena calidad.

Factores que afectan la elección de una especie

El sistema de producción existente

Este punto es de primordial importancia. Los pequeños agricultores que dependen de la mano de
obra o de máquinas simples pueden tener necesidad de usar especies diferentes de aquellas que
usan los productores mecanizados. El trabajo y la disponibilidad de insumos dentro del sistema
afectarán muchas decisiones. Excepto en los casos específicos en los que el heno es producido para
la venta, el heno debería ser desarrollado o introducido para complementar la alimentación existente
-junto con el pastoreo, los residuos de los cultivos y los subproductos- en el contexto de la producción
ganadera desarrollada. Grandes áreas bajo riego en el sur de Asia y Egipto, manejadas como
pequeñas fincas, tienen muy poco o ningún pastoreo y aún así soportan un gran número de animales
lecheros o de tiro; en esos casos, la producción de forraje tiene un papel importante en la
organización de los programas de cultivo, ya que el forraje verde es el complemento esencial para
los materiales más gruesos que forman la base de la dieta de los animales. Las preferencias
personales también tienen parte en esto; por ejemplo, en el sudeste de Afganistán el trébol persa se
prefiere al trébol de Alejandría de más alto rendimiento, ya que sus brotes son una hortaliza invernal
para consumo humano mientras que el trébol de Alejandría es villoso y no es palatable para los seres
humanos.

Lámina 25. Alimentación de cabras, en un sistema intensivo regado, sin pasturas. Punjab,
Pakistán
Disponibilidad de residuos de cultivos

En muchos países en desarrollo, sobre todo en aquellos con producción en tierra arable desarrollada
y con limitaciones en el pastoreo, la mayor parte de los alimentos para los rumiantes son los residuos
de los cultivos. Estos, aparte de los tallos de unas pocas leguminosas, son materiales ordinarios y
aún para el mantenimiento de animales adultos necesitan ser suplementados. Los forrajes verdes y
el buen heno proporcionarán las vitaminas y los minerales que faltan a la paja y a los tallos de los
cereales mayores; para los animales de tiro, para los animales en engorde y para las vacas lecheras
se necesita además la adición de concentrados. El objetivo debería ser determinar la mejor forma
de usar el heno y el forraje verde como complemento del régimen alimenticio basándose en la
producción total de la finca. La alfalfa y los tréboles son cultivos difundidos en las partes semiáridas
de Asia porque son usados en invierno para complementar la paja. La calidad de los cultivos que se
transforman en heno puede ser apreciablemente mayor que aquella de los residuos de los cultivos.
Esto parece evidente, pero el heno de pastos tropicales ordinarios y sobremaduros es apenas mejor
que la paja u otros restos gruesos de cereales. Un proyecto en el sur de África encontró que un mijo
perla (Pennisetum miliaceum)«forrajero» fue el cultivo forrajero de más alto rendimiento, pero no
consiguió difundirse para su uso en la estación seca. En un último análisis, se encontró que
este heno no era superior, como alimento, a los abundantes restos de los cereales.

La paja y los tallos gruesos de otros cereales han sido generalmente poco considerados por la
agricultura mecanizada, sobre todo desde que la disponibilidad de fertilizantes inorgánicos redujo la
importancia del estiércol y otros abonos orgánicos en los sistemas de producción. El interés se ha
acentuado en los últimos años, apoyado por métodos modernos desarrollados para mejorar la
ingestión y la digestibilidad y por un mejor manejo y almacenamiento. La primera etapa para mejorar
cualquier sistema basado en la alimentación con residuos es, por supuesto, optimizar la calidad de
la paja y los residuos por medio de una mejor cosecha, secado y almacenamiento. Por medio del
tratamiento adecuado es posible mejorar la palatibilidad y la digestibilidad, tal como se discute en el
Capítulo IX. En realidad merecen especial consideración los residuos de alta calidad como los tallos
de leguminosas, la parte aérea del maní y los capítulos del girasol, siempre que las condiciones
climáticas permitan un secado correcto.

Tamaño de las fincas y nivel de tecnología

Se distinguen dos tipos principales de fincas de acuerdo a su tamaño: (i) fincas lo suficientemente
grandes como para usar pastoreo; y (ii) fincas pequeñas donde los cercos y el pastoreo no son una
opción realista.
Anteriormente, se discutieron tres niveles de tecnología. La mecanización varía, por supuesto, desde
las máquinas simples a tracción animal hasta los equipos más modernos y elaborados, con
diferencias de grado. Las pequeñas fincas por lo general confían más en los residuos de los cultivos
y en el corte y el trasporte del forraje verde que las fincas mecanizadas; sin embargo, en áreas
adecuadas se produce forraje específicamente para heno, sobre todo en las áreas semiáridas en las
que puede ser cultivada la alfalfa. También eventualmente se produce heno a partir de vegetación
natural, si está disponible. En los lugares de inviernos severos, especialmente cuando las pasturas
están cubiertas por la nieve, la producción de heno es una práctica común entre los pequeños
agricultores. En las partes más secas de la región Himalaya-Hindu-Kush y en gran parte del Asia
semiárida, las leguminosas para heno son un cultivo muy difundido; los agricultores tienen métodos
propios locales para la cosecha que están bien adaptados para el secado del cultivo con poca
pérdida de hojas. Los Estudios de Caso de Afganistán, China (Altai) y Turquía describen algunos de
esos métodos. Las fincas grandes totalmente mecanizadas tienen una mayor posibilidad de elección
de tecnologías y, además de la producción de heno, por lo general obtenido de las pasturas, también
pueden ensilar forraje de las pasturas, de los cultivos forrajeros y de los cereales; su tamaño les
permite combinar el pastoreo y la conservación en el manejo de sus tierras forrajeras. En las partes
más secas de las regiones afectadas por los monzones existen técnicas locales para secar cultivos
como el mijo perla, el maíz y el sorgo bajo la forma de heno; de este modo la producción de kadbi a
menudo se combina con la conservación de residuos de los cultivos.

El sistema de producción de ganado

Los productores de ganado necesitan tener la seguridad de que sus animales sobreviven al invierno
-o al período seco- tanto para mantenimiento como para producción. Si el heno es para la venta, las
consideraciones difieren entre mercados especializados para heno de alta calidad y mercados que
se rigen por el volumen y donde no se paga un precio mejor por la calidad. El tipo de ganado tiene
una fuerte influencia sobre los cultivos a conservar. El ganado lechero, los caballos de montar y de
trabajo y el ganado en engorde requieren alimentos de mayor calidad que las otras categorías de
animales, incluidos los bueyes. Los camellos y las cabras aceptan arbustos secos mientras que otro
ganado no consume este heno. Los búfalos comen la paja del arroz mas fácilmente que otros
animales y con un mínimo de suplemento pueden producir leche en base a la misma. Los arbustos
ordinarios pueden ser buscados por los productores de leche en la India, mientras que este forraje
será rechazado en otros lugares; presumiblemente este forraje tiene dos usos: como una dieta de
sobrevivencia en áreas muy pobres y como fuente de volumen en sistemas lecheros de alimentación
con concentrados. La recolección de pastos naturales pobres está asociada con una aguda escasez
de materia seca en los climas en que el cultivo de forraje no es fácil, como se indica en los estudios
de caso de la India y el Sahel. Los pastores en las áreas en que la vegetación no es cubierta por la
nieve en el invierno o en las épocas secas de las zonas tropicales y subtropicales, pueden aceptar
que su ganado pierda algo de peso en la mala estación; también pueden adoptar otras estrategias
para esa estación tales como bancos de forrajes y heno en pie, las que pueden ser más
remunerativas. En las áreas en que hay inviernos severos o donde no hay forraje en pie, los
alimentos conservados son esenciales.

Mantenimiento de la fertilidad del suelo

La producción de heno, en especial de leguminosas, ha sido siempre reconocida como un cultivo


que dentro de las rotaciones con cultivos arables mejora la fertilidad del suelo. Las leguminosas fijan
nitrógeno, parte del cual permanece en el suelo a disposición de los cultivos siguientes; muchos
forrajes ofrecen una excelente protección del suelo y contribuyen a controlar las malezas si bien el
incremento del uso de fertilizantes inorgánicos y de herbicidas en la agricultura comercial han en
cierto modo reducido el papel de las pasturas en el mantenimiento de la fertilidad. Las leguminosas
son aún ampliamente usadas entre los pequeños agricultores en parte de Asia y África del Norte y
una razón es precisamente la capacidad de restaurar la fertilidad. Las rotaciones basadas en
leguminosas y barbechos de cereales son comunes en áreas de lluvias de invierno. En los países
en que la tierra es escasa como en Pakistán, India y Afganistán, el área cubierta con forrajes -buena
parte de la misma es bajo riego- es importante: 19 por ciento de la tierra arable de Pakistán y 5-7 por
ciento en la India es usada para la producción de forraje. Un estudio reciente sobre la agricultura en
Afganistán indica que el área con forrajes -sobre todo alfalfa y trébol para heno- es de más del 5 por
ciento, a pesar de las dificultades existentes que han desorganizado la agricultura local y la
producción de semillas.

El uso del heno - consumo en la finca o para la venta

En el caso del heno para consumo en la finca el objetivo es el de hacer un producto de alta calidad
para complementar los forrajes voluminosos disponibles -que por lo general son ricos en fibra pero
pobres en proteínas, minerales y vitaminas- de modo de obtener su máximo impacto sobre el
comportamiento del ganado. Comúnmente, en los sistemas de producción hay abundancia de
materia seca -paja de arroz, follaje de caña de azúcar, tallos gruesos de cereales- disponibles
durante la estación de escasez de alimentos, pero su calidad está por debajo de los requerimientos
del mantenimiento y hace necesarios los suplementos.

Lámina 26. Contratista comprando forraje para su venta en la ciudad. Quetta, Pakistán

En el caso del heno para la venta, el heno se produce y se vende por numerosas razones. Una de
ellas puede ser la necesidad de dinero efectivo, como ocurre cuando los agricultores de Anatolia
venden sus praderas mientras alimentan sus animales con paja, hasta la siembra de heno para
algunos mercados específicos. El heno puede ser producido si las condiciones son favorables para
abastecer un mercado de calidad; o los agricultores pueden incluir un cultivo de heno en sus
rotaciones si es que no quieren producir ganado -sobre todo en los casos en que los cercos o el
costo del agua pueden ser altos- pero donde existe un mercado local para el heno.

Por ejemplo, muchos productores de cereales en el norte de Túnez producen heno de avena para
los rebaños transhumantes o para los productores de ganado en el borde del desierto; estos
productores cuentan con el equipo para la preparación de la tierra y la siembra y el cultivo madura
en una estación en la cual el secado en el campo es fácil, por lo que el equipo adicional necesario
es muy limitado, o sea está limitado a la segadora, el removedor de forraje y la enfardadora.
Frecuentemente, en los países en desarrollo, se paga un escaso sobreprecio por el heno de calidad
por lo que se pone énfasis en la producción voluminosa para los rumiantes y los pequeños animales.

El heno para los caballos da lugar a un comercio importante. Las situaciones varían entre los caballos
urbanos de tiro y los asnos de las ciudades asiáticas hasta los caballos para recreación en los países
industrializados. Los caballos y sus propietarios tienen claras preferencias por el heno de alta calidad
de unos pocos cultivos: primeramente y en forma universal, por la alfalfa; en segundo lugar por la
avena y el fleo que son altamente apreciados en Europa occidental y América del Norte; también el
tef en Sudáfrica. El estudio de caso de Pakistán describe como en los últimos años se ha expandido
el cultivo de avena para heno ya que su transporte a mercados urbanos distantes es poco costoso y
además es menos perecedero que el forraje fresco.

Lámina 27. Distintos usos de las pasturas: fardos de heno secándose en el campo
separados por un cerco eléctrico de la parte en que el rebrote es pastoreado directamente.
Dunecht, Escocia

Heno de pasturas pastoreadas

El forraje puede ser considerado para la producción de heno porque hay más oferta de alimento de
la que el rebaño puede pastorear; además, si la calidad del forraje es tal que puede generar
desórdenes fisiológicos como el hipomagnesismo o el meteorismo, puede ser cortado para heno,
que no presenta esos aspectos negativos. Los forrajes tropicales y subtropicales que en ciertas
etapas de su crecimiento contienen cantidades peligrosas de susbstancias cianogénicas pueden ser
transformados en forma segura en heno. Los sorgos son ejemplos notorios de toxicidad en
condiciones de estrés, pero otros pastos tropicales como Cynodon también pueden afectar a los
animales.

Mezclas de gramíneas y leguminosas

En las áreas templado-húmedas el heno es generalmente hecho de una mezcla de gramíneas y


leguminosas, las cuales además son usadas para el pastoreo. La leguminosa, por medio de la
fijación biológica del nitrógeno debería aportar proteínas al ganado y -directa o indirectamente a
través de las heces y la orina del ganado en pastoreo- proporcionar nitrógeno a la gramínea
asociada. Esto ocurre siempre que la leguminosa esté bien establecida, con una nodulación vigorosa
y con el Rhizobium correspondiente presente en suficiente cantidad. Las plántulas de las
leguminosas son muy sensibles a la sombra y una buena fotosíntesis es esencial para el crecimiento
de la planta y para el abastecimiento de energía que las bacterias nitrificantes requieren para la
fijación del nitrógeno. En la etapa de establecimiento, las hojas lineares de las gramíneas en su
búsqueda del sol rápidamente sombrean a las plántulas de las leguminosas hasta que el pastoreo u
otra defoliación reducen la cobertura favoreciendo así a la leguminosa. El trébol blanco, Trifolium
repens, la leguminosa que se encuentra con más frecuencia en las mezclas forrajeras de zona
templada es sumamente sensible a los errores en las primeras etapas del manejo (el establecimiento
de la pastura se discutió en el Capítulo III). Sin embargo, una práctica común e indeseable es la de
utilizar el primer crecimiento de una nueva mezcla para heno, aplicando a veces una cobertura de
nitrógeno: las plántulas de trébol se debilitarán y las pocas que sobrevivan serán inadecuadas para
tener efecto sobre la pastura. De este modo la pastura será menos productiva y la calidad del forraje
será menor que si se hubiera obtenido un equilibrio adecuado con la leguminosa. Un bien
establecida. Por lo tanto, los campos deberían ser manejados de modo de estimular el crecimiento
de la leguminosa y mantener su vigor.

Lámina 28. Alfalfa sembrada debajo de frutales. Khost, Afganistán

Siembra debajo de frutales

Las leguminosas forrajeras frecuentemente son sembradas como cultivos invernales de cobertura
en montes frutales y viñedos, sobre todo en los climas mediterráneos y en áreas semiáridas regadas.
En algunos sistemas manuales se cortan para hacer heno. La alfalfa y el trébol persa están muy
difundidos en algunas parte de Pakistán -Baluchistán y áreas del norte- donde es común hacer heno
dentro de los montes frutales. El forraje controla las malezas, utiliza la tierra y el agua por un período
mas largo que los frutales y agrega nitrógeno al sistema.

Estrategias alimenticias en las épocas deficitarias

Cuando se planifican la producción y la conservación del forraje de una finca, el heno no es la única
solución para la alimentación del ganado en las épocas pobres -invierno o estación seca- y deben
ser consideradas otras alternativas antes de tomar una decisión. Algunas alternativas se discuten a
continuación.

Forraje verde permanente

En algunos climas suaves, ya sean templado-húmedos o bajo riego, el abastecimiento de forraje


verde puede ser mantenido a través de la mayor parte, o incluso, de todo el año; sin embargo,
inevitablemente, habrá variaciones estacionales, tanto en calidad como en cantidad. Aún en las
grandes áreas regadas de producción de forrajes de Egipto, India y Pakistán, el abastecimiento de
forraje verde es insuficiente en invierno y en el momento culminante del verano. En estas épocas, la
ración del ganado está compuesta sobre todo por paja la que es insuficiente para la producción
lechera. El pastoreo a lo largo de todo el año está sumamente difundido en los países tropicales y
en los sistemas pastorales. En los países de temperaturas más suaves, un pastoreo razonable puede
ser proporcionado durante la mayor parte del año; estos sistemas de pastoreo, sin embargo, deben
ser suplementados estacionalmente, o de lo contrario aceptar pérdidas de producción y de la
condición del ganado durante los períodos de baja disponibilidad y calidad del alimento.

Forrajes verdes de larga duración

En las zonas de altitud media de los trópicos, el pasto elefante (Pennisetum purpureum) manejado
adecuadamente de modo que entre en la estación seca con abundante follaje, puede proporcionar
un forraje razonable durante varios meses. Se ha utilizado en las lecherías comerciales de Kenya
occidental, por lo general en rotación con maíz. La caña de azúcar es un caso poco común entre las
gramíneas ya que almacena energía en el tallo y tiene el más alto contenido de materia digerible
durante la estación seca. Es un alimento con energía altamente digerible pero que requiere
suplementos proteicos y minerales; el jugo de la caña de azúcar puede ser usado en las raciones de
los animales monogástricos y el residuo fibroso puede ser usado con los rumiantes.

Heno en pie

La reserva de algunas áreas de pastoreo durante un cierto período de crecimiento para su uso
posterior es una práctica muy antigua y difundida en los sistemas de pastoreo en zonas templadas
y semiáridas (por ejemplo el sistema hema en Cercano Oriente). Su efectividad depende sobre todo
de la calidad del forraje que permanece en el campo. En las tierras de pastoreo tropicales con más
disponibilidad de agua, la calidad del pasto senescente, seco, es tan baja y su palatibilidad tan pobre
que es insuficiente aún para una ración de mantenimiento; en estos casos, la vegetación seca es
quemada para estimular un pequeño pero nutritivo rebrote. En áreas frías semiáridas la calidad del
forraje en pie -a menudo congelado- es mejor y los pastores, por lo general, no dan heno a sus
rebaños a fin de estimularlos a consumir este forraje. El heno es reservado para ayudar a los
animales débiles a pasar el invierno y para los animales de trabajo y en ordeñe.

Raíces forrajeras

Hasta no hace mucho tiempo varias raíces forrajeras eran usadas como alimento invernal en los
países templado-húmedos; sin embargo, su importancia ha disminuido ya que la mecanización ha
mejorado las técnicas de ensilaje y los equipos disponibles. Los rábanos (Brassica rapa var. rapa =
B. campestris), los nabos (Brassica napus var. napobrassica) y la remolacha forrajera (Beta vulgaris)
son los cultivos principales, si bien los nabos forrajeros grandes son importantes en las partes
templadas de Asia. Estos son cultivos de tierras arables en sistemas mixtos de producción y
constituyen un cultivo de limpieza para el control de las malezas en las rotaciones. Su contenido de
humedad es muy alto -90 por ciento- y así como ocurre con el ensilado, deben ser consumidos cerca
del lugar de producción. Las raíces pueden ser pastoreadas directamente por ovejas pero en los
climas mas fríos por lo general se almacenan en cobertizos para su uso a fines del invierno o inicio
de la primavera que es el momento en que son más necesarias.

Bancos de forraje

Consisten de parcelas de forraje cultivado expresamente para dar pastoreo de alta calidad en la
estación seca y suplementar el forraje natural pobre disponible en ese momento. Estas parcelas son
usadas en los sistemas de pastoreo; con este propósito se utilizan leguminosas herbáceas y bajo
condiciones tropicales y subtropicales es de señalar el comportamiento de Stylosanthes spp.. Los
bancos de forraje deben ser manejados a través de todo el año para asegurar que lleguen a la
estación seca en la mejor condición. Si se dejaran sin pastorear durante la temporada de crecimiento
las leguminosas podrían desaparecer y el banco degenerar a forraje viejo sin valor.
Árboles y arbustos forrajeros

Estas especies pueden proporcionar forraje verde en algunos casos específicos pero, más
importante, es que pueden aportar forraje de alta calidad durante las épocas tropicales secas y en
los inviernos mediterráneos. Leucaena leucocephala es una especie bien conocida en las
condiciones tropicales subhúmedas y húmedas y junto con Atriplex spp. han sido ampliamente
probados bajo condiciones mediterráneas semiáridas. El nopal forrajero (Opuntia ficus-indica) es
usado en zonas semiáridas de países tropicales -noreste de Brasil-, subtropicales -sur de
Madagascar, Sudáfrica- y mediterráneos -África del Norte. Cuando los arbustos y los nopales son
usados como reservas alimenticias para las estaciones deficitarias deben ser manejados y
explotados regularmente, de lo contrario se volverán leñosos, improductivos y de bajo valor
alimenticio. Los árboles forrajeros salvajes y semi-domesticados son podados para alimentar el
ganado en muchas áreas en las que no existen otros forrajes.

La poda es una práctica usada sobre todo en las partes bajas y medias de la zona del Himalaya
donde los árboles productores de forraje espontáneos son conservados dentro de las tierras arables
y en algunos casos plantados a propósito; su cosecha es estacional como reacción a la aguda
escasez de alimentos y no por la calidad del forraje.

Los frutos de los árboles salvajes son pastoreados o lamidos sobre la tierra por el ganado, como por
ejemplo las acacias de las sabanas africanas que son importantes para paliar déficit forrajeros.
Algunas vainas son cosechadas para usar como alimentos concentrados, tanto de árboles salvajes
protegidos como por ejemplo Acacia albida en la región del Sahel, o cultivados como el algarrobo -
Ceratonia siliqua- en la región mediterránea o el tamarugo -Prosopis juliflora- en América del Sur.

Forrajes concentrados y comprados

Los concentrados y los forrajes comprados son, por supuesto, esenciales en muchos sistemas
intensivos de producción, sobre todo en las lecherías, pero también son muy usados por los pastores
en algunas áreas para asegurar la supervivencia del ganado a través del invierno. Algunos
concentrados son subproductos del procesamiento de cultivos en la finca, incluyendo tortas de
extracción de aceites, afrechillo, residuos de molinería, orujos y bagazo de manzanas; también se
usan granos de cereales y leguminosas cultivados específicamente para forraje.

Secado de materiales no vegetales

Varios subproductos animales -en particular sangre, harina de pescado y harina de huesos- son
secados para alimentar el ganado, pero son usualmente incorporados en los alimentos
concentrados. Una tradición poco común es la usar pescado seco como suplemento en la estación
seca; en el litoral sur de la península arábiga, las sardinas ocurren ocasionalmente en grandes
cantidades; son secadas al sol y usadas para suplementar tallos vegetales pobres, el pastoreo de
pasto seco o el heno.

Esta tradición ya fue señalada por Marco Polo en el siglo XIII:

«... y aquí hay algo más que puede sorprender como una maravilla: sus animales domésticos -ovejas,
bueyes, camellos y pequeños ponies- son alimentados con pescado -shir. El pescado del cual se
alimentan los animales es muy pequeño y se pesca en marzo y abril en cantidades sorprendentes.
Son secados y almacenados en las casas y dados a los animales como alimento a lo largo de todo
el año...»

e Ibn Batuta en el siglo XIV en Zhafar, (Dhofar) decía:


«...una cosa sorprendente es que las bestias de carga se alimentan con sardinas, así como también
las ovejas»..

La tradición continúa -siempre con algún peligro de botulismo a causa del secado imperfecto- con la
variación moderna de las cajas de cartón que se recolectan, se reciclan y se utilizan como base
celulósica alimenticia; probablemente no sean peor alimento que el heno sobremaduro de Themeda
australis y los pocos tallos de mijo disponibles.

Cultivos para henificar en distintos climas

No existe ninguna clasificación completa y satisfactoria para este tema. Las zonas que se describen
más abajo fueron adoptadas por el International Grassland Congress en su reunión del año 1993.
Las definiciones estrictas y los límites de las latitudes no son muy útiles en el contexto de los forrajes
y las pequeñas variaciones locales en altitud, sobre todo las grandes altitudes, que pueden generar
grandes diferencias entre los climas locales. Los climas tropicales son usualmente considerados
aquellos donde las temperaturas medias mensuales y anuales están por encima de 20 °C; los climas
subtropicales tienen entre cuatro y 11 meses entre 10-20 °C y el resto es mas frío; el clima polar
implica todo el año por debajo de 10 °C.

En el caso de las especies anuales, los elementos importantes son la temperatura y la duración del
período de crecimiento por lo que en climas continentales con inviernos fríos y veranos cálidos
pueden ser cultivados forrajes de áreas cálidas. El número de días libres de heladas es un parámetro
útil pero bastante variable; también son importantes las fechas de la primera y última helada intensas.
Dentro de los grupos de temperaturas, la disponibilidad de humedad es un factor usado para su
subdivisión. La fertilidad de los suelos, la acidez y el drenaje son, por supuesto, factores
determinantes; los suelos inundados, en forma temporal o permanente son tratados aparte dentro
de cada grupo climático. La estación en la cual el cultivo rinde sus mejores resultados desde el punto
de vista nutricional es un elemento crítico y es esencial que coincida con el tiempo esperado para
hacer heno. Los datos climáticos en muchos de los ejemplos que se ofrecen más adelante se
obtuvieron de FAO (1987); las estaciones conocidas por el autor han sido usadas siempre que ha
sido posible.

Zonas húmedas y subhúmedas tropicales y subtropicales

El heno no es comúnmente producido en los trópicos húmedos y los rumiantes no son tan frecuentes
como en otras regiones, a pesar de que los animales de tiro son comunes en Asia; en África, las
enfermedades y la mosca tsetsé, limitan la producción de ganado. La estación seca es corta por lo
que el ganado usualmente podrá mantenerse en el pastoreo con relativamente pocas pérdidas. Para
la producción de leche o el engorde es posible cortar y transportar forraje para el resto del año como
suplemento del pastoreo. El pastoreo natural no es por lo general una característica importante de
la vegetación -si bien puede haber Imperata cylindrica- y su calidad es pobre. En estas zonas el buen
pastoreo se encuentra debajo de los árboles; su manejo se discute en detalle por Reynolds (FAO,
1995a). Los bancos de forraje y los árboles leguminosos como Leucaena pueden ser usados como
suplementos proteicos. Para la producción de leche, los pequeños agricultores pueden usar el corte
y transportar los forrajes de los cultivos que se mantienen verdes, por ejemplo pasto elefante
(Pennisetum purpureum) y Leucaena. El ensilaje es una opción válida para las lecherías grandes. Si
bien la agricultura está difundida en estas áreas, el secado y la conservación de paja y tallos de
cereales -de las cuales la del arroz está entre los mas importantes- es difícil por razones climáticas.
El tratamiento de la paja con amoníaco o urea es una forma posible de conservación y al mismo
tiempo de mejoramiento de la digestibilidad. En general, es difícil secar los tallos de las leguminosas
de grano.

Subtrópicos húmedos
Los rumiantes prosperan en estas zonas. Por lo general es posible para el ganado de carne -excepto
que sea engordado para la venta en ese momento- y para los reproductores pasar el relativamente
corto período seco en las pasturas, con poco o ningún suplemento. El pastoreo está fácilmente
disponible y es de mejor calidad que en los trópicos húmedos. Los cereales son importantes y su
paja y tallos son un alimento de valor en la estación seca.

Zonas de baja altitud

En estas zonas pueden ser cultivadas un amplio rango de gramíneas y leguminosas tropicales
domesticadas en el último medio siglo, de acuerdo a la situación del suelo y de la humedad. En los
últimos 40 años se han hecho progresos en el desarrollo de leguminosas tropicales de pastoreo,
pero sin embargo, están mejor adaptadas al pastoreo directo que a la producción de heno. Aún así,
no hay equivalentes del valor de la alfalfa o de los tréboles, si bien la alfalfa puede ser cultivada
favorablemente en lugares tropicales o subtropicales, para la producción de heno subtropical. La
combinación de leguminosas trepadoras con gramíneas puede ser usada para heno pero con serias
pérdidas de hojas. La especie rústica Stylosanthes guianensis, que ha sido la base de muchos
trabajos en los trópicos, es sumamente útil como forraje verde en los bancos de forraje pero es muy
difícil de henificar y por lo general se echa a perder antes de secarse. Los henos tropicales, por lo
tanto, se basan en gramíneas y algunas leguminosas de grano. Excepto en las áreas más secas, se
deberían elegir gramíneas que en general son de rápido secado: el pasto Rhodes (Chloris gayana)
y el pasto Guinea (Panicum coloratum) están entre los más apreciados; el tef (Eragrostis tef) puede
ser cultivado en climas diversos pero solo en Sudáfrica es un heno importante; en los suelos
arenosos, al final del período seco es adecuado el Cenchrus ciliaris.

Zonas de altitud media

Estas áreas están aproximadamente por encima de los 1 600 m. Existen un buen número de
especies para pastoreo disponibles para estas zonas y los cereales forrajeros pueden ser cultivados
para heno o ensilaje. Estas zonas son excesivamente altas para un crecimiento vigoroso de la
mayoría de las leguminosas tropicales, incluyendo el Stylosanthes guianensis y el enfoque del banco
de forraje está menos desarrollado que en los trópicos bajos. Las forrajeras grandes como el pasto
elefante y el pasto Guatemala (Tripsacum fasciculatum) son usados por los pequeños agricultores
para cortar y llevar y pueden ser usados también como bancos de forraje para pastoreo en la época
seca. La producción de heno presenta pocos problemas en la agricultura mecanizada pero aún así,
debe ser estacional y combinada con el pastoreo. Muy a menudo, en la región las lluvias caen en las
horas de la tarde, por lo que es aconsejable cortar el forraje temprano y revolverlo tan pronto como
sea posible: si el cielo está despejado podría ser posible tener el forraje lo suficientemente seco
como para hilerarlo o emparvarlo o incluso en algunos casos enfardarlo antes de las lluvias de la
tarde. Los cultivos más adecuados incluyen Chloris gayana, Cynodon spp., Panicum maximum y, en
las partes más altas, Bromus unioloides. En las zonas de suelos neutros a alcalinos y baja humedad,
puede ser cultivada la alfalfa si bien su adaptación en los trópicos es sumamente localizada. En
Kenya, por ejemplo, durante casi un siglo la alfalfa se ha cultivado exitosamente en forma comercial
en la cuenca del lago Naivasha, pero fuera de este microclima y de altitudes similares no es un cultivo
viable. El Sudangrás y otros sorgos forrajeros crecen bien y con maquinaria adecuada pueden ser
convertidos en un heno satisfactorio. En general el heno es usado para ganado lechero. Los residuos
de los cultivos de cereales tienen un alto potencial en esta zona, sobre todo el maíz y los tallos de
los sorgos; sin embargo, las condiciones son excesivamente húmedas para un buen secado de los
tallos de frijoles y de otras leguminosas alimenticias.

Lámina 29. Precipitación y temperatura mensuales. Kitale, Kenya


Trópicos altos (aproximadamente más de 2 750 msnm)

Los cultivos de zona templada prosperan en las altas elevaciones, y sobre todo donde hay buenas
lluvias no es difícil hacer un heno de buena calidad. En estas condiciones, y donde es posible
producir heno en gran escala se cultivan con éxito y siempre que la fertilidad sea adecuada,
raigrases, avena, festucas, pasto azul, Phalaris spp., vicia y tréboles -Trifolium pratense, T.
repens y T. subterraneum- crecen bien y producen semilla (Morrison, 1966). En áreas de baja
humedad atmosférica y buena fertilidad puede ser usada la alfalfa. Las pasturas de zona templada
y los cultivos forrajeros fueron ampliamente usados en las zonas agrícolas más altas de Kenya en
las décadas de 1950 y 1960 (ver Lámina 30 para una estación típica) pero han sido abandonados
progresivamente debido a los cambios en los sistemas agrícolas. Los forrajes de zona templada son
usados en altitudes similares en la zona andina de América del Sur.

Heno de tierras tropicales temporalmente inundadas

En las zonas tropicales de baja y media altitud, el pasto Pará (Brachiaria mutica) crece bien en áreas
húmedas pero es algo ordinario y no se seca fácilmente. El pasto Guinea,Panicum coloratum y su
variedad P. coloratum var. makarikariensis y la setaria, Setaria sphacelata son adecuados para
tierras temporalmente inundadas; estas especies son apreciadas para henificar cuando la tierra está
seca en el momento en que se cosechan. Echinochloa pyramidalis crece en áreas inundables y de
aguas estancadas temporarias y es usada para henificar en el sur de África. Echinochloa scabra (=E.
stagnina) del delta interno del río Níger está difundida en los trópicos del Viejo Mundo, puede tolerar
una altura del agua de hasta un metro y es pastoreada después de las inundaciones. Panicum
antidotale soporta inundaciones estacionales en los trópicos semiáridos. El pasto del Nilo (Acroceras
macrum) ha sido cultivado experimentalmente con resultados promisorios en el sur y este de África.

Lámina 30. Precipitación y temperaturas mensuales en las zonas de altas elevaciones en los
trópicos. Equator, Kenya
Las leguminosas para esta situación no son comunes. Aeschynomene spp., Sesbania
sesban y Macroptilium lathyroides pueden ser usadas como pastoreo liviano pero no son adecuadas
para henificar.

Heno en suelos salinos

El pasto Rhodes crece aceptablemente en suelos salinos y es una especie fácil de henificar; puede
ser incluido en mezclas en suelos donde haya manchas de suelo salino las que serán colonizadas
por este pasto mientras que el resto de las especies de la mezcla crecerán en el mejor suelo. Ha
sido usado exitosamente en campos de alfalfa bajo condiciones semiáridas.

El pasto Guinea, Panicum coloratum y P. coloratum var. makarikariensis son tolerantes a la salinidad
y producen un buen heno. Diplachne fusca es muy tolerante a las sales y ha sido usado para
recuperar suelos salinos en tierras regadas, pero necesita abundante cantidad de agua; además,
produce una discreta cantidad de heno. Entre los forrajes ordinarios, el mijo perla es bastante
tolerante a la salinidad y algo menos el sorgo.

Algunas leguminosas son tolerantes a las sales: Melilotus indica y M. alba son muy tolerantes; esta
última es adecuada solamente para altitudes medias y altas en los trópicos y puede ser henificada
pero existe el peligro de su toxicidad si su heno es mal preparado. Sesbania sesban es usada para
la recuperación de suelos salinos y como forraje, especialmente para cabras, pero por lo general es
pastoreado directamente y no es henificado. El tamarugo (Prosopis juliflora) está bien adaptado a
suelos salinos.

Zonas con estaciones secas y húmedas bien diferenciadas

En esta clasificación hay dos tipos de grupos climáticos: las tierras tropicales y monzónicas con
lluvias en la época cálida y las tierras mediterráneas donde las precipitaciones ocurren en la estación
fría y los veranos son secos. La flora y los cultivos forrajeros de estas difieren en gran medida.

Areas monzónicas

Los monzones son, en sentido estricto, vientos que afectan el clima de la India y en general de toda
la región circundante: el monzón del suroeste, de abril a octubre, es el principal evento climático que
lleva lluvias abundantes a la región, desde el valle del Indo hacia el este de la India. Las tierras con
un modelo de lluvia monzónica, por ejemplo, con una larga estación seca y con un máximo de
intensidad en el verano, cubren un área muy grande en los trópicos de África y Australasia. Whyte
(1968) clasifica como monzónicas las tierras de pastoreo de las zonas del Sahel y Sudano-Saheliana
de África, del Atlántico al mar Rojo. Parte del sur de África y la costa este de Madagascar también
tienen un modelo de lluvia monzónica. El sur de Arabia, parte de Baluchistán y la Provincia del
Noroeste en Pakistán, India, Nepal, Myanmar y el sudeste de Asia son zonas monzónicas, así como
Queensland, los Territorios del Norte y parte de Australia occidental, en Australia.

En el concepto más amplio, la zona monzónica abarca una gran área de los trópicos y subtrópicos
con una prolongada estación seca y un período corto pero intenso de lluvias. Las pasturas naturales
de la zona monzónica tienen un modelo marcadamente estacional de producción que da lugar a un
bajo potencial de desarrollo para la producción de los rumiantes, excepto cuando son suplementados
con productos de tierras arables. Esta región es inapropiada para la producción de heno sin riego.
Los cultivos de secano, tanto naturales como sembrados, llegan al mejor desarrollo en el momento
máximo de lluvia y humedad, por lo general con tiempo nublado, lo que redunda en dificultades para
el secado del forraje cortado. En las zonas de laderas y en ambientes forestales el heno se hace a
partir de las pasturas naturales pero, por lo general, al final de los monzones cuando la calidad del
forraje es muy baja, si bien el secado en este momento es más simple.
En gran parte de esta área los rumiantes son muy importantes. Pakistán, India y Bangladesh, en
conjunto, tienen cerca del 23 por ciento de los grandes rumiantes del mundo (ver Cuadro 6) y 235
millones de ovejas y cabras que conforman cerca del 14,5 por ciento mundial. La leche es el alimento
básico de esas poblaciones y gran parte del ganado lechero es criado por los pequeños agricultores.
Algunos, especialmente los pastores que crían pequeños animales, dependen durante gran parte
del año de los residuos de cultivos, rastrojos, forrajes en áreas irrigadas y alimentos secos.

Cuadro 6. Grandes rumiantes en el sur de Asia (en millones)

Vacunos Búfalos Total grandes rumiantes


India 196,5 73,7 270,2
Pakistán 17,4 14,4 31,7
Bangladesh 23,0 2,0 25,0
Total 236,9 90,1 326,9
% total mundial 18,5 64,3 23,0
Total mundial 1 281,5 140,0 1 421,5

Fuente: FAO, Animal Production Yearbook, 1989

Lámina 31. Precipitación y temperatura mensuales. Lahore, Pakistán

El clima de Lahore, Pakistán (Lámina 31) es típico de grandes zonas bajo riego de Punjab, una región
en la cual la producción de leche es sumamente importante. El clima es semiárido, pero con riego el
crecimiento continua durante gran parte del año, con unas pocas semanas en las que la temperatura
es demasiado baja para muchos cultivos. Los principales alimentos del ganado son forrajes verdes
y residuos de cultivos; además, hay una serie de cultivos anuales para aprovechar un amplio rango
estacional de temperaturas: trébol de Alejandría, avena y rábano en invierno, sorgos y maíz en
verano. El heno de avena es hoy día un importante cultivo de invierno; el sorgo seco y el mijo perla
se conservan en otoño. En la parte oeste del estado se produce alfalfa, pero como cultivo anual ya
que los monzones favorecen las enfermedades y la cobertura por gramíneas rizomatosas.

Lámina 32. Residuos de cultivos como forraje invernal: paja de trigo en montículos cerrados
con barro, tallos de maíz y de restos de la trilla de mung (Vigna radiata). Geresh, Afganistán
Lámina 33. Precipitación y temperatura mensuales. Jhansi, India

El clima de Jhansi, India (Lámina 33) es típico de gran parte de las tierras altas con lluvias de Uttar
Pradesh, donde por lo menos ocho meses son casi completamente secos y las fuertes lluvias caen
desde la mitad de junio hasta la mitad de setiembre. Durante la mayor parte del año la producción
de las tierras de pastoreo es escasa, pero en la economía local el ganado es importante por su
producción de leche y como animales de tiro. La agricultura es de secano y el riego prácticamente
inexistente; los predios de los productores son pequeños y sin mecanización. En tierras
abandonadas se obtiene algo de heno pobre de plantas sobremaduras pero en el período en que los
pastos -salvajes o sembrados- están en un momento adecuado para su conservación, el clima es
inadecuado para la producción de heno. El sorgo se cultiva de manera que la formación de sus
espigas coincida con el inicio de la estación seca; es cortado a mano, secado en el campo y
engavillado en forma vertical; es triturado antes de alimentar al ganado.

Subtrópicos húmedos

El tef -Eragrostis tef- y el pasto llorón -E. curvula- son muy cultivados para heno en el sur de África.
El pasto miel -Paspalum dilatatum-, el pasto estrella -Cynodon spp.- y los sorgos forrajeros son muy
adecuados para esa zona. En los lugares en que las condiciones del suelo son adecuadas y la
humedad es baja se cultiva la alfalfa. Entre las leguminosas de grano se cultivan para heno, soja,
caupí y maní.
Suelos salinos en las zonas subtropicales

En estas áreas se cultivan para producción de heno Chloris gayana -pasto Rhodes-, Diplachne
fusca, Melilotus indica y Sesbania sesban, así como también mijo perla y sorgo.

Zonas mediterráneas

El clima se caracteriza por la alternancia de una estación lluviosa en el invierno con una estación
seca en los meses cálidos del verano. La producción de forraje es muy variable; por lo general
comienza en otoño con las primeras lluvias y continúa, si bien disminuye a causa de las bajas
temperaturas, durante el invierno; vuelve a activar su crecimiento en los meses de la primavera
cuando llega a su máximo y cesa al final de la misma debido a la falta de agua. Cuanto mas fría es
el área, mayor es el período deficitario invernal de alimentos.

Los pastores en las tierras del Mediterráneo han desarrollado, en muchos casos, sistemas
transhumantes para sus rebaños (Papanastasis y Mansat, 1996). Esta zona tiene una gran tradición
de cultivo de forrajes y de producción de heno y cuenta con muchas especies bien adaptadas para
ello. En los casos en que es posible el riego, el heno puede ser hecho en los meses mas cálidos.
Además de las tierras adyacentes al mar Mediterráneo, los climas de este tipo se encuentran en
partes de Australia, Sudáfrica, el occidente de los Estados Unidos de América, Chile y Argentina.

Existen varias leguminosas forrajeras adecuadas para estas condiciones. La alfalfa es el principal
cultivo para heno en suelos neutros a alcalinos, bien drenados, tanto de secano como bajo riego. La
esparceta -Onobrychis viciifolia- algunas veces es usada, sobre todo cuando las condiciones del
suelo y el abastecimiento de agua son marginales para la alfalfa. La zulla -Hedysarum
coronarium- prospera en suelos pesados calcáreos inadecuados para otras leguminosas siempre
que el área no sea demasiado fría en invierno; es una leguminosa ordinaria pero de buen rendimiento
que necesita un secado cuidadoso.

Lámina 34. Precipitación y temperatura mensuales. Jendouba, Túnez

Hay varios tréboles adaptados a esta región: el trébol de Alejandría prospera donde los inviernos
son suaves; el trébol persa y el trébol encarnado pueden sobrevivir a condiciones mas frías. En los
suelos salinos puede ser cultivado Melilotus spp.; la serradella -Ornythopus sativa- se usa
ocasionalmente en suelos arenosos. El trébol frutilla -Trifolium fragiferum- ocurre naturalmente en
suelos que contienen humedad en profundidad.

Las gramíneas adecuadas para la producción de heno adaptadas a esa zona están, por lo general,
adaptadas a fincas grandes donde es posible tener cercos y manejar el pastoreo. En áreas con
abundancia de agua, prosperan los raigrases y Phalaris aquatica, siempre que la lluvia exceda los
500 mm anuales. La festuca alta, una vez establecida es muy tolerante a la inundación, si bien
también puede crecer en lugares bien drenados; puede ser combinada en tierras húmedas y para el
pastoreo con Trifolium fragiferum pero es difícil mantener la leguminosa en campos manejados para
heno.

Los cultivos de especies forrajeras arables están bien representados. Las vicias y los guisantes son
resistentes al rigor invernal y el heno griego también es usado como heno. La mayor parte de los
cultivos para heno se siembra en la estación fría, pero confiando en la humedad disponible en verano
se pueden cultivar el Sudangrás y los sorgos forrajeros. La avena es un cultivo importante en la
henificación, especialmente en el norte de África donde a menudo es vendido a pastores
transhumantes o para transportar hacia las zonas desérticas; puede ser cultivada en la mayoría de
los suelos con buen drenaje. El heno de avena en Túnez -Jendouba es un lugar típico, ver Lámina
34- está asociado con la agricultura cerealera mecanizada ya que gran parte del equipo necesario
es común para ambas producciones; el heno es hecho principalmente para la venta lo que permite
a los agricultores concentrarse en el cultivo del cereal sin necesidad de cercos y problemas de
abastecimiento de agua; esto también permite a los agricultores abandonar sus fincas durante el
largo y cálido verano y atender otras actividades. El algarrobo es cultivado por sus vainas en algunas
partes libres de heladas, siendo Chipre el ejemplo más representativo.

Zonas áridas y semiáridas

En las zonas áridas, por supuesto, todos los cultivos son regados. Los cultivos para heno son
comunes en las partes áridas de Asia. Los cultivos para heno en zonas semiáridas de secano son
más comunes en las grandes fincas ya que los rendimientos son erráticos debido a las variaciones
de la lluvia. La alfalfa puede ser cultivada en los suelos adecuados. El tef se usa en Sudáfrica pero
no en otras zonas; el Cenchrus ciliaris puede ser cultivado en lugares cálidos tropicales y
subtropicales.

La producción de forraje bajo riego es tradicional en las zonas de oasis, donde la alfalfa es el cultivo
principal. En los últimos años, en los países árabes productores de petróleo ha habido una gran
expansión de la producción de forraje en gran escala usando sistemas de riego por aspersión, en
algunos casos con pivotes centrales, para abastecer el ganado lechero. El principal cultivo es la
alfalfa, pero también pueden ser usados los sorgos y el pasto Rhodes, sobre todo en los casos en
que las aguas o los suelos sean más salinos de lo común. Estos sistemas de producción de forraje
y de heno son altamente mecanizados y en los climas secos y soleados, en razón del rápido secado
se debe observar cuidadosamente el problema de la caída de hojas.

Zonas de inviernos fríos

La situación de los pequeños agricultores

Grandes áreas de tierras tradicionalmente usadas para el pastoreo se encuentran en zonas


templadas áridas o semiáridas con inviernos fríos y veranos cálidos. La alfalfa es el heno preferido
en muchas de esas zonas y la esparceta se usa en los suelos más pobres. El trébol de olor puede
ser cultivado en tierras que pueden ser muy secas o muy salinas para el cultivo de la alfalfa y como
forraje de corta duración o para el mejoramiento de suelos. El trébol pata de pájaro (Lotus
corniculatus) tiene un buen crecimiento pero hasta el momento, bajo las condiciones de los pequeños
agricultores, ha sido cultivado solo en forma experimental. En Ghazni, Afganistán (Lámina 35) se
encuentran las condiciones típicas así como también en el caso de Altai, China, y las áreas del norte
de Pakistán: en todos los casos, se utiliza el riego y hay una temporada cálida de crecimiento. En
esas condiciones, el heno es un componente importante de los sistemas de producción. Las
gramíneas cultivadas no son frecuentes y la avena y las vicias son especies anuales adecuadas. En
las situaciones en que la estación térmica de crecimiento es muy corta y la precipitación es muy baja
como en Mongolia, el heno de las praderas naturales es la elección corriente.
Lámina 35. Precipitación y temperaturas mensuales. Ghazni, Afganistán

La situación en los climas templados extremos

La lluvia en los climas templados está distribuida a través de todo el año. En estas zonas se ha
desarrollado una vasta gama de cultivos para heno ya que este ha sido un precursor en la
modernización e intensificación de la agricultura en los sistemas mixtos de producción. Las
numerosas variaciones climáticas pueden ser clasificadas de acuerdo a la severidad del invierno y a
la calidez del verano.

Las áreas templadas con veranos cálidos

En las áreas con veranos cálidos, los cultivos como el maíz y el sorgo pueden ser cultivados para su
conservación si bien hoy día su ensilaje es mas común que su henificación. La alfalfa puede ser
cultivada en los casos en que lo permite la humedad del suelo.

Las áreas templadas con veranos moderados

En las áreas en que los inviernos y los veranos son moderados, se cultivan las leguminosas y
gramíneas clásicas, solas o en mezclas: en los suelos fértiles, raigrás anual o perenne; en tierras
más pesadas, el fleo; en suelos neutros a alcalinos bien drenados, la alfalfa; en las mezclas, trébol
rojo o trébol ladino, y pasto azul en áreas más secas y más cálidas o en suelos más pobres. Las
mezclas, tanto para pastorear como para conservar, son comunes. La avena y las vicias son
especies forrajeras adecuadas para tierras arables.

Las áreas con inviernos fríos y veranos cálidos

En estos casos, el fleo (Phleum pratense) es la gramínea preferida para henificar y el trébol rojo o la
alfalfa -de acuerdo al tipo de suelos- son las principales leguminosas adaptadas a estas condiciones.
También pueden ser cultivadas la avena, los tréboles de olor y las vicias. En tierras inundadas puede
ser usado Phalaris arundinacea; esta especie tiene un amplio rango de adaptación y, al ser muy
resistente al frío, es parte tradicional de los campos para heno en las zonas altas de Etiopía.

Los principales cultivos, especialmente los cereales, producen grandes cantidades de tallos y de
hojas, además del producto principal, que por lo general es el grano. La paja constituye casi siempre
la mitad de la vegetación que se puede cosechar de un cultivo. Tales materiales ordinarios no pueden
ser consumidos por el ser humano, pero el ganado los puede transformar en productos con valor
económico. Algunos cereales y leguminosas forrajeras también son cultivados específicamente para
heno; los detalles de su cultivo se presentaron en los Capítulos III a VI.

Este capítulo se refiere a los residuos de los cultivos que son cultivados con otros objetivos,
diferentes de la producción de forraje. Si bien esos residuos son ordinarios, por lo general no son
peores, y a veces son probablemente mejores, que los pastos tropicales maduros y secos. Esto debe
ser tenido en consideración especialmente cuando se trabaja con agricultura en pequeña escala en
los sistemas tropicales: un mejor tratamiento de la cosecha y almacenamiento de la paja,
posiblemente con urea, puede ser mas económico y productivo que enfrentar las dificultades de
cosechar heno natural. Los detalles del valor alimenticio de algunos residuos se encuentran en el
Capítulo X.

La paja está constituida por los tallos y las hojas de los cereales menores; la paja triturada son las
envolturas y las glumas de los granos que se separan durante la trilla -por lo general más rica que la
paja pero más difícil de comer por el ganado a causa de las aristas y otros inconvenientes. Las
cosechadoras modernas por lo general descargan conjuntamente la paja y la paja triturada; otros
equipos de trilla pueden entregarlos separadamente. El maíz y el sorgo producen como residuos
tallos y hojas más grandes y rústicos. Las hojas y los tallos de las leguminosas de grano son
descriptos en varias formas, por ejemplo como tallos verdaderos o como tallos de plantas trepadoras.
Los rastrojos son los restos de tallos y raíces que quedan en el campo después de la cosecha. Los
residuos agroindustriales son subproductos del procesamiento primario de los cultivos, incluyendo
afrechillo, residuos de molienda, puliduras de cereales, tortas de extracción de aceites y melazas.
Estos por lo general son alimentos para el ganado, concentrados o casi concentrados, y al depender
del procesamiento y no de la producción de cultivos, están fuera del objetivo de esta publicación. El
afrechillo que se obtiene en la finca de la remoción de las coberturas de los cereales sirve para
alimentar directamente el ganado o las aves domésticas.

Los distintos tipos de paja han sido siempre una parte importante de la agricultura. Antes de la
aparición de los fertilizantes inorgánicos y de la mecanización, estos elementos eran una parte
integral de la producción agrícola en gran escala como parte de la alimentación de los animales de
tiro y otros animales y como base para la producción de abonos orgánicos que eran esenciales para
el mantenimiento de la fertilidad. En la pequeña agricultura y en la agricultura a niveles de
subsistencia, los residuos agrícolas mantienen y aumentan su importancia en razón del acceso cada
vez más limitado a la tierra de pastoreo por el incremento del área cultivada. Con los cambios en las
tecnologías de producción de la agricultura mecanizada, se pensó que la paja podía tener menor
valor y podía ser quemada en el campo. Sin embargo, la legislación ambiental y el desarrollo del
tratamiento de la paja para mejorar su digestibilidad, han eliminado la quema de la misma en la
mayoría de los países desarrollados donde ahora es usada para alimentar el ganado o con fines
industriales.

El cambio de uso de la tierra del pastoreo a la producción de cereales por lo general no reduce la
cantidad de material ordinario disponible para el ganado ya que la cantidad de paja será tan
voluminosa o mayor que la producción anterior de las pasturas naturales. En las grandes áreas
regadas que se han desarrollado en zonas áridas y semiáridas -por ejemplo en Asia, en Egipto y en
Sudán- la cantidad de materiales ordinarios producidos por los cultivos es varias veces mayor que
la producción anterior de las praderas naturales. Los sistemas de producción basados en el arroz
producen grandes cantidades de paja. Frecuentemente, el cambio del pastoreo extensivo a los
cultivos arables o la producción mixta lleva a un incremento en el número del ganado que se
mantiene. Muchos sistemas de producción agrícola son mixtos, con cultivos y ganado, a menudo
con varios propósitos; con la disminución de la disponibilidad de tierras de pastoreo, el ganado
depende de los residuos de los cultivos como base para su nutrición. Es esencial, por lo tanto, que
esos residuos sean usados en la mejor forma posible y sean almacenados correctamente de modo
de que el ganado cuente con un aporte adecuado durante todo el año. Dado que los residuos de los
cultivos no constituyen una ración adecuada para la producción o para el ganado joven, se debe
prever su complementación con forraje verde de alta calidad y, en algunos casos, con concentrados.
La practicidad de la cosecha y el secado de los residuos depende, por supuesto, de las condiciones
climáticas. En los climas subhúmedos y más secos y en las regiones templadas hay por lo general
pocos problemas con la cosecha de paja. En los trópicos húmedos y en los subtrópicos, el tiempo
en el momento de la cosecha puede dificultar estas tareas o incluso hacer imposible conservar estos
materiales, especialmente los tallos de leguminosas frescos. La parte aérea de las plantas de maní
cosechadas en condiciones cálidas y secas son, por ejemplo, un excelente alimento, pero cuando la
cosecha se hace bajo condiciones más húmedas esas partes son atacadas por enfermedades y se
ennegrecen antes de poder ser secadas. El secado adecuado de la paja de arroz durante la estación
lluviosa y sobre la tierra húmeda es difícil y muchas veces imposible, sobre todo cuando hay otras
tareas urgentes en el campo.

Los restos de la cosecha que permanecen en el campo por lo general son pastoreados
inmediatamente después de la cosecha del cultivo. Estos restos a menudo contienen, además de la
parte basal de las plantas y de la paja, alimento valioso bajo la forma de grano que se ha perdido en
el proceso de la cosecha -sobre todo en el caso de la cosecha mecánica- y plantas de malezas.
Algunos métodos de cosecha de granos dejan la planta en pie después que se han recogido a mano
las espigas o mazorcas; esto es común en los sistemas agrícolas a pequeña escala, en el caso del
arroz, mijo perla, mijo africano y sorgo. En los casos de abundancia de alimento o cuando la mano
de obra es escasa, estos residuos pueden ser pastoreados in situ. Esta es una situación favorable
para el ganado ya que le permite hacer un pastoreo selectivo y probablemente encontrar al menos
una dieta de mantenimiento en lo que pudiera haber sido una alimentación de sub-mantenimiento si
hubiera sido consumida en forma masiva. Esta operación, si embargo, lleva a gran cantidad de
desperdicio del forraje en virtud del pisoteo. En las zonas en que hay un déficit general de materiales
ordinarios para la estación seca o para el invierno, es preferible cosechar, secar y almacenar tantos
residuos de cultivos como sea necesario para asegurar el abastecimiento de los mismos en la épocas
de penuria forrajera.

Las formas tradicionales de organización del pastoreo de los residuos de los cultivos pueden ser
desarrolladas donde hay comunidades agrícolas y ganaderas especializadas en la misma área tales
como la integración de los rebaños de los grupos Fulani en África occidental con varios grupos
agrícolas establecidos. Los derechos de pastoreo de estos residuos pueden ser concedidos a los
pastores -pagos o gratuitos- con un beneficio común para ambas comunidades: el ganado consume
los residuos y recicla la fertilidad a la tierra arable; los rebaños a menudo son encerrados en corrales
durante la noche para construir la fertilidad en zonas bien delimitadas. Sin embargo, recientemente
y sobre todo en períodos de sequía, ha habido un cambio hacia la cosecha de los residuos y su
venta para alimentar a los rebaños transhumantes. En el norte de África, los pastores de los rebaños
transhumantes, quienes según la estación pastorean su ganado desde el borde del desierto hacia
las zonas agrícolas más al norte, compran residuos y pastorean el rastrojo en las áreas de mayor
lluvia, productoras de cultivos, con el fin de alimentar el ganado en primavera y verano. Los pastores
tienen gran habilidad para estimar la cantidad de forraje para pastoreo disponible en cualquier tipo
de tierra y para encontrar campos sucesivos a través de la temporada.

Los residuos de los cultivos y la conservación de suelos

Es bien conocido el importante papel quejuegan los residuos de los cultivos para proteger el suelo
de la erosión hídrica y eólica. La cobertura con los residuos de los cultivos junto con la labranza
mínima conforma una técnica bien establecida para proteger el suelo y conservar la humedad en la
agricultura en gran escala en las regiones frías semiáridas. Los residuos que permanecen sobre el
suelo lo protegen; el corte de cultivos como el maíz y el sorgo bien por encima del nivel del suelo
pueden proveer una protección útil. En los sistemas agrícolas a pequeña escala, sin embargo, la
paja y los residuos son muy codiciados como forraje, para el techado de las casas, para cama de los
establos y como combustible, por lo que frecuentemente las plantas son cortadas a nivel del suelo;
incluso las raíces del maíz pueden ser desenterradas para ello.

Usos competitivos
La paja, los restos más ordinarios y la paja triturada, tienen muchos otros usos dentro de la economía
de la finca además de ser un alimento animal; esto debe ser tomado en consideración cuando se
evalúa la disponibilidad y el rendimiento de los sistemas de alimentación del ganado. Dentro de los
sistemas de producción ganadera, la paja también es usada como cama para los animales -lo que
proporciona abono orgánico o composte- y la paja de trigo triturada por lo general es requerida para
la cama de las aves de corral. La paja, especialmente la paja de arroz, a menudo es comprada por
fábricas de papel y también es usada para hacer materiales para embalaje; la paja y la cáscara de
arroz se usan para la confección semiartesanal de ladrillos; la paja triturada mezclada con barro es
usada para revoques internos y, en los climas cálidos y secos, para revoques externos. Los tallos
fuertes de maíz, sorgo y mijo perla son usados para hacer construcciones tradicionales, cortinas y
depósitos de granos; la paja larga es usada para techos. La paja y los tallos gruesos son usados
como combustibles en áreas en que estos son escasos, ya sea solos o triturados y mezclados con
estiércol.

Paja

La proporción de paja o tallos gruesos varía según los cultivos y el nivel de rendimiento -bajos
rendimientos de grano tienen una mayor proporción de paja, su relación tiende a infinito cuando un
cultivo no produce debido a la sequía- pero, por lo general, es ligeramente superior a la de la biomasa
que se puede cosechar. La altura de corte también afecta la cantidad de residuos que quedan sobre
el campo: muchos cultivos cosechados con cosechadoras automotrices se cortan altos; los cultivos
en las fincas a pequeña escala, donde la paja es escasa, pueden ser cortados a nivel del suelo con
una guadaña o arrancados a mano, como ocurre en el Plateau de Loess (China).

Paja de arroz

El arroz es uno de los cereales más importantes del mundo, especialmente en Asia. Gran parte del
mismo es cultivado por pequeños agricultores que utilizan la paja como alimento para los animales
de trabajo o para las lecheras.

Los métodos de cosecha son muy variables. A menudo, en los sistemas en pequeña escala, tanto
las espigas como toda la planta son cortadas con hoz; por lo general el cultivo es cortado cuando
está aún inundado a causa de las lluvias o de la falta de control del riego. El grano se trilla batiéndolo
contra una superficie dura o usando pequeñas trilladoras manuales. La producción mecanizada de
arroz es común en áreas donde pueden ser usadas las cosechadoras automotrices.

La paja del arroz, a diferencia de lo que ocurre en otros cereales, presenta la particularidad de que
su tallo es más digerible que las hojas. Por esta razón, para alimentar el ganado es más conveniente
cortar las plantas contra la superficie del suelo. En el caso de la cosecha manual, el cultivo es cortado
cuando la paja está aún relativamente verde lo cual producirá una paja de mayor calidad que las
plantas maduras. Cuando se cosechan solamente las espigas, la paja debería ser cortada tan pronto
como sea posible después de la cosecha de las espigas y secada para conservar su calidad forrajera.

El secado de la paja del arroz es a menudo un problema en las áreas de altas precipitaciones ya que
al usarse cultivos anuales, la cosecha de por lo menos uno de ellos se produce en condiciones muy
húmedas. Con la presión de trabajo que puede ocurir en el momento de la trilla es difícil disponer del
tiempo necesario para desparramar la paja para su secado; como consecuencia se obtiene un
producto pobre, con hongos. Siempre que sea posible la paja de arroz debe ser secada -en lomas o
en áreas secas- tan pronto como sea posible después de la trilla a fin de asegurar la producción de
una paja de calidad como alimento animal. En áreas inundadas o de grandes lluvias como en algunas
partes de Bangladesh, es prácticamente imposible secar la paja durante la estación de las lluvias.
En los casos en que el secado sea difícil, debería ser analizada la posibilidad de usar un tratamiento
con urea para preservar el producto y para mejorar su digestibilidad y absorción.
Lámina 36. Paja de arroz almacenada cerca de la casa; las hojas de los árboles son un
forraje verde suplementario. Nepal

La paja de arroz es generalmente usada para alimentar rumiantes en casi todos los países que
cultivan arroz. A menudo es el principal forraje para la alimentación del ganado adulto de trabajo -
vacunos y búfalos- durante todo el año, y con cuya alimentación trabajan y sobreviven, a pesar de
su baja digestibilidad y contenido proteico. Por lo general, el ganado es alimentado ad libitum y
algunas veces es pastoreado, lo cual da a los animales la posibilidad de seleccionar las partes que
consumen. En los países productores de arroz y donde se consume tradicionalmente leche, la paja
de arroz también se usa para alimentar el ganado lechero y más especialmente búfalos, pero con la
adición de forrajes verdes y concentrados. La paja y la cáscara del arroz tienen muchos usos además
del forraje para animales, y tradicionalmente son usadas en la producción de ladrillos, como material
para embalaje y para la producción de papel.

Pajas blancas

Las pajas de los cereales comunes de las zonas templadas han sido tradicionalmente usadas como
alimento animal y aún hoy día son sumamente importantes en los países en desarrollo. Los
progresos hechos en los métodos de cosecha pueden haber afectado la calidad de la paja en algunas
partes del mundo, especialmente en las zonas templadas. El método tradicional consistía en cortar
el cultivo antes de que se iniciara el desgrane, hacer gavillas y parvas -inicialmente cortado con hoz
o guadaña, manejadas a mano y más adelante mecanizado con la segadora atadora- donde se
completaban la maduración y el secado del grano antes de la trilla, la cual podía tener lugar mucho
más tarde con el cultivo almacenado en las parvas. Los métodos mas modernos, especialmente con
la introducción de las cosechadoras automotrices y el secado artificial del grano, usualmente llevaron
a que el cultivo fuera cortado en un estado ligeramente más maduro que con los métodos anteriores,
con mas pérdida de hojas y paja de menor valor alimenticio. Los sistemas modernos de control de
malezas, con herbicidas, han reducido en forma sensible la presencia de gramíneas y otras especies
comestibles que anteriormente estaban mezcladas con la parte inferior de la paja.

Las opiniones de los agricultores respecto al valor alimenticio de la paja difieren sensiblemente de
país a país. En Europa occidental es considerada un alimento muy pobre usado solo en casos de
emergencia -avena y cebada eran las únicas especies recomendadas en el Reino Unido hasta el
momento de la introducción de nuevas técnicas de tratamiento de la paja- pero hoy día son
ampliamente usadas en base al tratamiento con amoníaco. En los países de Asia y África del Norte
donde el trigo es un cultivo tradicional, la paja de trigo es altamente apreciada y su recolección y
almacenamiento son hechos cuidadosamente.
La forma de la paja depende del método de trilla. Cuando la trilla se hacía con un látigo se producía
paja larga y las trilladoras modernas dan el mismo resultado. Cuando la trilla se hacía con el pisoteo
de animales o con un rodillo rugoso la paja se rompía en trozos de 5-10 cm de largo (tibn, bhusa);
este sistema estaba difundido en Asia y África del Norte. El pisoteo ahora ha sido reemplazado a
menudo por trilladoras; los equipos usados en India y Pakistán son construidos para triturar la paja
durante la trilla. La paja triturada es así almacenada en parvas comprimidas y recubiertas con un
revoque de barro para protegerla de la lluvia y del ganado. El revoque con barro también se usa para
sellar las parvas y hacer el tratamiento con urea.

La paja de avena es un forraje ordinario tan bueno y palatable como la paja de cebada. Estas pajas
son fácilmente recolectadas, manejadas y enfardadas en sistemas mecanizados con equipos
adecuados para henificar.

Paja de mijos

La paja de la moha de Hungría (Setaria italica) -que es un cultivo importante en el noroeste de China-
es bien aceptada por el ganado. La paja del mijo africano (Eleusine coracana) es considerada un
buen forraje en India y Nepal; las espigas maduran en forma desuniforme y son cosechadas a mano
en diversas etapas y después de ello se corta y se seca la paja. La paja del mijo común (Panicum
miliaceum) es villosa y su palatabilidad es baja.

Tallos gruesos

Los residuos del maíz, los sorgos y los mijos son los forrajes principales en los países en desarrollo
y los tallos de maíz son también usados en la agricultura comercial. En los sistemas de los pequeños
agricultores los tallos por lo general son manejados y secados en su estado natural, sin cortar,
amontonados en el borde o dentro del campo del cultivo. En los sistemas en gran escala pueden ser
enfardados o recolectados con un recolector de forraje y ensilados con o sin tratamiento con urea.

Tallos de maíz

Los tallos del maíz, entre todos los cereales, son los más apreciados para la alimentación del ganado.
Cuando son muy abundantes en relación al número de animales pueden ser pastoreados
directamente; de lo contrario, en los grandes establecimientos pueden ser ensilados o recolectados
y secados. En muchos sistemas agrícolas en pequeña escala los tallos se recolectan después de la
cosecha de las mazorcas y se hacen secar en el campo o en el depósito. En algunos lugares de
escasez de combustible se desentierran las raíces junto con la base de los tallos para ser usadas
como tal. Los tallos cortados para ser ensilados se trituran, humedecen y compactan y se cierran
herméticamente.

Lámina 37. Fardos comunes de paja de cebada apilados en el campo para su secado y
posterior transporte. Dunecht, Escocia
Lámina 38. Paja de moha de Hungría (Setaria italica) en parvas cuidadosamente hechas y
cubiertas. Gansu, China

Los tallos de maíz tienen un valor alimenticio mayor que muchas pajas, con cerca de 6 por ciento de
proteína cruda. En América del Norte frecuentemente se dan a las vacas secas preñadas, como
ración básica; de lo contrario pueden ser pastoreados o triturados y dados al ganado, pudiendo o no
ser ensilados. A menudo es almacenado en pilas o fardos después de haber sido secado en el
campo.

Los olotes -marlos, zuros- del maíz dulce, actualmente muy difundido como hortaliza para consumo
fresco, envasado o congelado, son cosechados cuando la planta está aún verde por lo que producen
como subproducto una gran cantidad de forraje ordinario de alta calidad. Los tallos del maíz dulce
mejoran en calidad si se dejan en el campo unos pocos días después de la cosecha de las mazorcas.
El maíz a menudo es cosechado para asar las mazorcas en las zonas periurbanas; dado que se
cosecha en un estado de madurez mas avanzada que el maíz dulce, los tallos frescos de tales
plantas son un forraje superior -o secas, como heno- cuando se las compara con las de un cultivo
completamente maduro.
Lámina 39. Almacenamiento de paja y tallos de maíz en el techo de las casas; además
mantiene la temperatura del recinto de los animales. Gilgit, Pakistán

Tallos de sorgo

Son un forraje de buen valor, sobre todo si se cortan y secan inmediatamente después que han sido
cosechadas las espigas para grano. Por lo general, las espigas son cosechadas a mano a medida
que maduran y los tallos son cosechados por separado, cortados preferiblemente tan verdes como
sea posible después de la cosecha del grano; son secados en el campo de la misma manera que se
procede con el heno de sorgo. En algunos países se realiza el pastoreo in situ, pero es
potencialmente peligroso a causa de la posibilidad de aparición de substancias cianogénicas en los
rebrotes además de generar una gran cantidad de desperdicios como ocurre en el caso del pastoreo
de los tallos. Los tallos de las variedades más altas y fuertes son usados para cercos, cribas para
granos y otros trabajos livianos de construcción.

Mijo africano

Es un forraje pobre y ordinario, generalmente reconocido como de baja palatabilidad; de cualquier


manera su uso está difundido en algunas partes de la India. En las condiciones de los pequeños
agricultores, las espigas se cosechan a mano y los tallos son cortados una vez que se ha terminado
la cosecha.

Residuos de leguminosas alimenticias

Muchas de estas plantas tienen un valor forrajero mayor que el de muchas pajas de cereales, pero
son mucho mas difíciles de manejar; en los climas húmedos las hojas tienden a decolorarse o caer
en el momento de la cosecha o antes de la misma y en condiciones secas las vainas se abren
rápidamente. Cuando el secado final del cultivo se hace en los depósitos, es más fácil recuperar las
hojas y los tallos. Las hojas y los tallos de otras especies de leguminosas alimenticias -que no se
describen- también constituyen alimentos valiosos como los distintos Phaseolus spp., caupíes
verdes y negros, y las partes foliares del gandul. Las habas tienen tallos ordinarios, leñosos y la paja
de los garbanzos (Cicer arietinum) tiene un alto contenido de ácido oxálico, es impalatable y
posiblemente sea tóxica.

La parte vegetativa de los maníes usada como heno


En las zonas donde hay un clima apropiado para el secado en el momento de la cosecha es posible
producir un heno de buena calidad a partir de los tallos de los maníes. Los maníes deberían ser
desenterrados cuando las hojas comienzan a cambiar color a un amarillo oscuro y los tallos
comienzan a secarse. Una vez desenterrados los maníes se separan los tallos de las raíces y se
hileran para secar el follaje. Los tallos parcialmente secados se pueden amontonar en pequeñas
parvas. En las partes más secas de Asia la parte superior de la planta de los maníes es cosechada
y se seca en el patio cercano a la casa o en el techo de la misma o en otros lugares fuera del alcance
del ganado. La planta completa también puede ser secada en armazones durante tres a seis
semanas y después trillada; en este caso, la paja obtenida es útil a pesar de su apariencia pobre.

Los tallos de los guisantes

Los restos verdes provenientes de las plantas de procesamiento de guisantes (arvejas) verdes o
congelados son un subproducto valioso y se conservan en buenas condiciones en ensilaje. En los
países desarrollados, el cultivo de guisantes para congelar es importante y la paja de las plantas
maduras es un buen forraje ordinario.

Los tallos de la soja

Los tallos de las plantas cosechadas a mano, cuando son secados adecuadamente constituyen un
alimento valioso. La cosecha es, sin embargo, dependiente del clima favorable, y las hojas pueden
estar enfermas o senescentes en el momento de la cosecha.

Los tallos del caupí

Son un excelente forraje y en los países en los que las condiciones climáticas en el momento de la
cosecha son adecuadas, son cuidadosamente almacenados. Son la fuente tradicional de forraje para
engordar ovejas en la zona del Sahel.

Sistemas tradicionales de almacenamiento y utilización del forraje

Los sistemas de almacenamiento han evolucionado junto con los distintos sistemas de producción
de agrícola y ganadera asociados con los residuos de los cultivos. A menudo son similares a aquellos
usados para la producción de heno descriptos en el Capítulo III. Los métodos para almacenar pajas
blancas dependen del sistema de trilla, por ejemplo, si se obtienen pajas largas o cortas. La paja
larga a menudo es colocada en parvas o techos y cuando se manejan pequeñas cantidades se
almacena en el techo de las casas, en heniles o al aire libre. También se pueden almacenar sobre
los árboles, fuera del alcance de los animales. Las parvas deben ser hechas sobre bases secas de
piedra o madera. La paja cortada es producida prevalentemente en zonas semiáridas; un sistema
común de conservación son las parvas protegidas con un revoque de barroç se construyen en una
esquina del campo, en tierras inutilizadas o cerca del lugar de uso. En las zonas secas, las parvas
se construyen directamente sobre el suelo.

La paja del arroz es siempre larga y casi imposible de cortar. El manejo para su almacenamiento y
conservación varían considerablemente según los lugares. Por lo general se hacen parvas simples
a lo largo de los cercos o donde se recoge el ganado por la noche; este tiene acceso directo a la
misma y come en forma selectiva. Esta paja debería ser complementada con otros forrajes. Cuando
hay una escasez general de materiales ordinarios la paja de arroz es tratada con mayor cuidado y
puede ser almacenada en las horquetas de los árboles o en parvas protegidas de los animales. En
algunas áreas se conserva sobre los techos planos de los refugios para el ganado.

En algunos países, sobre todo en algunas partes de África, los tallos gruesos del maíz y del sorgo
son pastoreados directamente; este método genera grandes pérdidas de material pero ahorra mano
de obra y devuelve estiércol al campo. En los casos en que los materiales ordinarios secos son de
alto valor y en que hay un período seco después de la cosecha, los tallos son secados en gavillas y
en las áreas secas a menudo son almacenados reuniendo varias gavillas en forma vertical.

Mejor cosecha y almacenamiento

El mejoramiento de la producción y la conservación de la paja para alimento animal puede ser hecha
de varias formas. Los cereales de doble propósito -donde la calidad y la cantidad de la paja son
adicionales a la producción de grano- constituyen uno de los enfoques posibles, pero su extensión
depende de la economía de la producción de paja y de la producción ganadera vis à vis la producción
de grano, así como de la calidad del grano cuando este es un cultivo de subsistencia. La tendencia
general en el desarrollo de variedades de cereales ha sido dirigida a la obtención de cultivares más
bajos con menos paja; por otro lado los maíces que se mantienen verdes incrementan su rendimiento
de grano pero también proporcionan mejores tallos para alimentar los animales.

Es posible introducir varias mejoras para aumentar la recuperación de la paja y consecuentemente


su rendimiento sin necesidad de cambiar los cultivares, sólo considerando algunos detalles
agronómicos en el momento de la cosecha o inmediatamente después de esta. Cuando se corta
toda la planta en el momento de la cosecha la paja debería ser secada tan pronto como sea posible
y almacenada adecuadamente. Cuando se cosechan sólo las espigas o las mazorcas, el corte y el
secado de los tallos o de la paja debería ser hecho tan pronto como se ha completado la cosecha
del grano, teniendo la precaución de evitar la entrada del ganado al predio entre la cosecha del grano
y la recolección de la paja. La formación de gavillas del maíz y del sorgo permite completar la
madurez del grano después del corte de la planta; esto proporciona a la paja un mayor valor
alimenticio que si el cultivo completara su madurez en el campo. Topps y Oliver (1993) presentan
algunos datos obtenidos en Zimbabwe (Cuadro 7). Como sucede con el heno, el transporte y el
almacenamiento cuidadosos, en fardos o a granel, son sumamente importantes.

Cuadro 7. Efecto del engavillado del maíz sobre la composición de los tallos

Estado del corte NDT (%) Proteínas (%) Proteínas digestibles (%)
Engavillado 45 4,0 1,0
Corte tardío 40 3,0 2,0

Manejo en el campo y enfardado

El manejo mecanizado de la paja de los cereales pequeños es similar a la del heno, tal como se
describe en el Capítulo II. Dado que la paja procede de partes de la planta relativamente maduras y
secas, es mas fácil de secar que el forraje verde. El hilerado seguido por el enfardado pueden ser
hechos muy pronto después que ha pasado la cosechadora automotriz. La paja a ser transportada
fuera de la finca, por lo general se acondiciona en fardos de alta densidad, por lo general de más de
200 kg/m3.

En los sistemas de las pequeñas fincas, el cultivo se lleva para su trilla, por lo general, a un punto
central que puede o no estar dentro del predio. La paja es posteriormente llevada fuera del área de
trilla para su secado final, sobre todo en el caso del arroz, ya que puede no estar lo suficientemente
seca. En el caso de algunos cultivos y sistemas de cosecha, la paja puede permanecer en el campo
después de cortar las espigas o mazorcas como por ejemplo en el caso de algunos sistemas en el
arroz o en el mijo africano; esta paja debería ser cosechada y secada tan pronto como sea posible.
Los pequeños productores usualmente almacenan la paja sin enfardar, ya sea larga o cortada, de
acuerdo con el cultivo y el sistema de trilla.

Tratamiento de la paja
El tratamiento de la paja mejora su calidad y su conservación. Cuando la paja es tratada con un
álcali, el éster se une con la lignina y la celulosa de la pared celular y los polisacáridos y las
hemicelulosas se hidrolizan de modo que los carbohidratos se presentan en forma mas fácilmente
disponible para los microorganismos del rumen. En un primer momento se utilizó el hidróxido de
sodio pero presentaba problemas de costo y manejo. Actualmente se utiliza amoníaco anhidro o una
solución de amoníaco en agua. El amoníaco gaseoso es más adecuado para operaciones de gran
magnitud y puede ser usado solo donde esté disponible un sistema de distribución con tanques o
cilindros; tiene la gran ventaja de que la paja puede ser tratada en el fardo. El amoníaco actúa como
un fungicida en un proceso que crea condiciones anaeróbicas y también incrementa el contenido de
proteínas crudas. Este tratamiento requiere condiciones herméticas.

Para los pequeños productores por lo general es más conveniente generar amoníaco a partir de la
urea -fertilizante conocido por casi todos los agricultores y fácilmente disponible- por medio
del proceso de ensilaje húmedo. El amoníaco se produce a partir de la urea que es descompuesta
por medio de la ureasa de la acción bacteriana cuando es mezclada con paja húmeda: (NH 2-CO-
NH+ H2O -> 2NH+ CO2); el proceso a altas temperaturas es rápido, adecuado a las condiciones
tropicales y subtropicales y algo menos a los climas templados o a los inviernos subtropicales.

La siguiente descripción del tratamiento de la paja con urea se ha extraido de la publicación de la


FAO (1993) Tropical Feeds:

Entre los tratamientos químicos disponibles, el tratamiento con urea es de la mayor importancia para
los pequeños agricultores: la urea se agrega a la paja a razón de 5 por ciento (base seca). La
cantidad de agua puede variar entre 0,3-1 l/kg de paja secada al aire, con el valor mínimo aplicado
en las áreas de escasez de agua. Si la paja estuviera húmeda por la lluvia o por ser recién
cosechada, con mucho material verde, la urea puede ser aplicada sin ser disuelta.

La paja puede ser mantenida en varias formas durante el tratamiento. Las condiciones herméticas
producen los mejores resultados. El método convencional consiste en usar láminas de plástico. Un
silo de cemento, sobre la tierra y forrado con plástico producirá, con seguridad, buenos resultados,
pero en algunos casos estos silos pueden ser difíciles de obtener. La fabricación de ladrillos de tierra
-arcilla mezclada con paja- tal como se usa para construir casas en algunas regiones de África,
puede ser adecuada. Los tanques de petróleo o bolsas de plástico pueden ser utilizados en muy
pequeña escala, por ejemplo, para un solo animal. Otras alternativas se deben desarrollar en el
propio lugar de uso: en las zonas secas pueden ser pozos forrados con paja, hojas de banano o
tejido de hojas de bambú; en las áreas mas húmedas las gavillas pueden ser colocadas contra una
pared o en contenedores con un cerco tipo gallinero. Cuando la paja es almacenada contra
estructuras firmes como paredes, pozos o alambres, se puede compactar el material y la paja
húmeda de modo de no permitir la entrada del aire. Aun cuando no se obtengan condiciones de
eliminación total del aire es posible llegar a buenos resultados pero las partes no tratadas -exteriores-
pueden ser dadas a los animales con menores exigencias como los animales de tiro o las vacas
secas, mientras que la parte interna se dará a los animales en lactación.

El tiempo del tratamiento puede durar de una a cuatro semanas. En un trabajo intensivo llevado a
cabo en Bangladesh y Sri Lanka a inicios de la década de 1980, el tiempo normal fue de siete a diez
semanas, sin que se obtuviera ningún beneficio para los animales con un tratamiento más largo. Sin
embargo, la temperatura y el tiempo están en relación inversa y en invierno o en los climas fríos el
tiempo necesario es mayor. Cuando la paja está bien compactada, la temperatura aumenta más de
10°C después de una semana.

Lámina 40. Paja tratada con urea en una parva revocada con barro. Detrás se nota un cultivo
de trébol de Alejandría. Punjab, Pakistán
Una descripción detallada del procesamiento de la paja a pequeña escala es presentada por Dolberg
en Better Farming Series (FAO, 1995c) y presenta diferencias entre paja tratada y no tratada que se
encuentran en el Cuadro 8.

Las indicaciones de que el tratamiento de la paja ha sido exitoso son:

la paja cambia de color al amarillo oscuro o marrón;


la paja tiene un fuerte olor a amoníaco;
la paja es mas suave que la paja sin tratar; y
los animales, después de un período de adaptación, comen un tercio más que de la paja sin
tratar.

Cuadro 8. Efecto esperado de los tratamientos de la paja

Paja no tratada Paja tratada


Alimento de mala calidad Alimento de calidad aceptable
Impalatable, los animales comen poco Palatable, los animales comen más
Los animales pierden peso Los animales ganan peso
Los animales producen algo de leche

El equipo necesario para su preparación es simple y el tratamiento a pequeña escala es una forma
de pesar la paja: por lo general, se pesan varios manojos o canastos, y después se usan medidas
de volumen. Son necesarios una medida de volumen para una medida estándar de urea, un
recipiente de 10 litros y un depósito grande de agua; la concentración usada es de cinco por ciento
o medio kilo en diez litros de agua por cada 10 kg de paja tratada. Mientras que la paja no debe ser
triturada antes del tratamiento, esta operación es necesaria en el caso de los tallos, excepto cuando
están bien compactados.

El tratamiento con urea debe ser programadojunto con las operaciones de cosecha de los cultivos y,
siempre que sea posible, antes que la paja o los tallos sean almacenados para evitar la repetición
del trabajo. Esto contribuye a asegurar que la paja está en buenas condiciones; la paja sucia, con
hongos o en mal estado nunca debe ser tratada ya que el resultado será un alimento de mala calidad
y potencialmente peligroso.

La paja en fardos estándar grandes es adecuada para el tratamiento con amoníaco ya que el gas se
difunde a través de la misma sin necesidad de un mezclado previo o de abrir los fardos. Muchos
agricultores usan hoy día amoníaco anhidro como fertilizante; parte del amoníaco reacciona con la
paja para proporcionar algo de nitrógeno disponible para la flora del rumen. En general se utiliza
amoníaco anhidro o una solución acuosa al 35 por ciento. La paja debe ser colocada en condiciones
herméticas, generalmente bajo una lámina de plástico. Los fardos estándar se apilan en grupos de
50 × 4 o 5 de ancho, con un peso total de cerca de 30 t, bajo una cubierta de plástico con la parte
superior ligeramente inclinada para permitir la caida del agua. El conjunto es cubierto con otra lámina
de plástico la cual es sellada con pesos varios. El conjunto debe ser atado o cubierto con una red
como protección contra el viento. El amoníaco es inyectado a través de las láminas de plástico la
que inmediatamente después de la aplicación es sellada con una cola especial. Los fardos más
grandes son apilados, cubiertos por mangas de plástico, en grupos de una o más pilas, y entonces
son inyectados. El lugar para almacenar las pilas grandes debe ser cuidadosamente elegido para
asegurar el drenaje y el acceso en el momento del uso.

Otros cultivos

Caña de azúcar

La parte superior de la planta de caña de azúcar, las hojas terminales, las vainas y los tallos con uno
o más nudos de esta especie son un alimento valioso para los animales. El punto de corte depende
de las necesidades del ingenio azucarero, pero por lo general está a la altura del nudo bien formado
más alto. Las cantidades varían con los cultivares, las prácticas de manejo y las condiciones de
crecimiento, pero son de cerca del 18 por ciento de la biomasa aérea: un buen cultivo puede rendir
5 t/ha de materia seca. En los lugares en que el corte de la caña es estacional, el ganado a menudo
depende de la misma para la alimentación invernal, cuando otros forrajes son escasos. Por ejemplo,
en las áreas azucareras de los llanos del Indo-Ganges, al final del invierno la caña de azúcar es una
fuente apreciada de forraje ordinario. Los cortes de la caña son rápidamente aceptados por el ganado
pero son pobres en proteínas y deben ser suplementados. Cuando los animales pueden pastorear
dichos materiales en forma selectiva o si se han quitado las hojas secas, su valor alimenticio es
mayor. La parte superior de los cortes puede ser conservada como ensilaje.

La caña de azúcar también puede ser cultivada como forraje y a diferencia de otras gramíneas tiene
su mayor contenido de azúcar en el momento de la madurez. Puede ser triturada u ofrecida al ganado
entera o ensilada; la caña también puede ser fraccionada utilizando prensas simples de modo que
el jugo pueda ser usado para animales monogástricos y el residuo para los rumiantes.

Los residuos del procesamiento como el bagazo y las melazas también son buenas fuentes de
alimento, sobre todo las últimas que son ricas en energía fácilmente disponible; sin embargo, son
considerados subproductos industriales. El bagazo también es usado como combustible y en la
fabricación de tableros de compensado. Los residuos de las prensas artesanales contienen mas
azúcar que el bagazo de las usinas industriales y son, por lo tanto, más valioso para la alimentación
animal.

Capítulos del girasol

Los capítulos del girasol, siempre que hayan sido secados antes de la trilla -lo cual depende del
clima- son un forraje apreciado. En la región de Trans-Nzoia de Kenya, donde el girasol se cultiva
como alimento para pájaros, el cultivo se cosecha cuando las semillas están completamente
formadas cortando el tallo en forma aguda a la altura de la cintura del operador, cortando el capítulo,
e insertándolo invertido en el tallo que queda en el campo para su secado final sin que sufra daños
de las aves. Si es necesario, los capítulos son secados al sol antes de la trilla. Los capítulos trillados,
que pueden aún contener alguna semilla, se pasan a través de un molino de martillos para ser
adicionados como alimento de los rumiantes. El contenido de proteína cruda de este material es de
7 a 9 por ciento y una vez que está seco puede ser almacenado largo tiempo. En un cultivo razonable
(2 t/ha) de un cultivar de tallo gris y alto, la relación semilla/capítulo fue de cerca de 1:2. Los tallos
constituyen un alimento pobre y por lo general son enterrados o usados como combustible. En
Zimbabwe, algunas veces los capítulos son secados una vez que se han formado las semillas y
entonces molidos, sin trillar, y usados como forraje. Topps y Oliver (1993) indican un contenido de
proteína cruda de la harina de 14 por ciento y de 25 por ciento de fibra cruda.

Tallos de algodón

Las hojas, los brotes y las cápsulas inmaduras del algodón que quedan después de la cosecha son
comidas por los rumiantes menores y constituyen un buen alimento, pero solamente si el tratamiento
previo con insecticidas del cultivo lo permite. Los tallos secos pueden ser secados como alimento
para el invierno y los tallos más gruesos usados como combustible.

Residuos húmedos varios

No todos los residuos adecuados para alimentar el ganado son secos. Muchos residuos con un alto
contenido de humedad son importantes, en casos locales, como fuentes de alimento para el ganado.
La parte aérea de las plantas de remolacha azucarera son un buen alimento pero deben ser
conservadas en ensilaje y no secas; la pulpa es un alimento muy valioso, pero es considerado un
subproducto industrial. Los productos hortícolas producen grandes cantidades de vegetación la que
en los casos en que no es consumida por los seres humanos es usada como un buen alimento
animal. Las partes no comercializables de las crucíferas -una hectárea de coliflor puede rendir una
gran cantidad de materia verde- son por lo general adecuadas como alimento fresco. La parte aérea
de las batatas y boniatos son un excelente forraje, equivalente al de buenas leguminosas. Las
peladuras de estas raíces también son una fuente tradicional de alimento para los animales
domésticos menores en África occidental. El follaje de los bananos es un buen forraje ordinario muy
usado para alimentar el ganado, y si bien no es adecuado para ser secado puede ser ensilado.
Algunas podas de árboles son un buen alimento, sobre todo para los pequeños rumiantes, pero
están disponibles solo en forma esporádica y son consumidas en el lugar; también, en algunos casos
los animales comen la corteza de los árboles como en el caso de la morera en la región del Himalaya.

Cuando las podas de los árboles son abundantes, las hojas pueden ser conservadas para el uso
local. Los olivos que son ampliamente cultivados en la zona mediterránea de Europa y norte de África
y que actualmente son cultivados en forma comercial en América, proporcionan después de la poda
una gran cantidad de brotes y hojas que son altamente palatables para el ganado; es preferible usar
las hojas cuando están verdes pero también pueden ser secadas o arrancadas de las ramas y
ensiladas. Las frutas no comercializables y algunos residuos del procesamiento de frutas y hortalizas
-orujo de citrus, restos de piña, tallos de guisantes- son conservados como ensilaje.

Una vez que los residuos de los cultivos han sido almacenados deberían ser usados cuidadosamente
y en la forma mas económica posible. Por lo tanto, el buen manejo debe ser aplicado durante el
almacenamiento y el transporte para evitar pérdidas y deterioro; durante las técnicas de alimentación
y el manejo del ganado para evitar desperdicios y, finalmente, para asegurar que son usados como
parte integral de un sistema de alimentación equilibrada.

Para que el ganado mayor haga un buen aprovechamiento del forraje, debe estar sano y ser bien
manejado. Aparte de los controles de rutina de las enfermedades epizoóticas es necesario controlar
los parásitos internos y externos; tales tratamientos son costosos y si no son parte de los tratamientos
de rutina, se debería aconsejar su aplicación como tales. En algunos climas son necesarios refugios
o establos para proteger el ganado de la lluvia, el frío o los rayos solares.
Cuando el heno se cultiva para su venta, existe la posibilidad de venderlo inmediatamente -incluso
en el campo- o de almacenarlo esperando precios mejores en el futuro. La elección dependerá de
las circunstancias locales y de la situación financiera del agricultor. Los Estudios de Caso de Turquía
e India indican que la producción de heno para la venta no se limita a las grandes fincas: los
pequeños agricultores pueden hacer heno, a menudo de pasturas naturales, para su venta a las
áreas urbanas y periféricas, si bien su propio ganado puede ser obligado a subsistir con paja. La
paja a menudo se vende, suelta o enfardada, directamente desde el campo. En India y Pakistán es
adquirida en las ciudades para las vacas lecheras y los animales de tiro.

El almacenamiento del heno y sus residuos han sido discutidos en los Capítulos II y IX. Una vez que
ha sido almacenado, debe ser mantenido seco y protegido del ganado, la humedad y el fuego. Esto
puede hacer necesario el techado o la cobertura de las parvas -en las cuales el heno es almacenado
sin comprimir- y el mantenimiento de un área limpia de materiales sueltos. En los sistemas
tradicionales, el heno emparvado es llevado de las parvas al establo o a un depósito antes de ser
distribuido a los animales; si este depósito no puede contener todo el material de la parva, el resto
debe ser adecuadamente protegido de la lluvia y el viento por una cubierta de plástico o de lona, de
lo contrario el heno se deteriora y posiblemente sea desparramado por el viento. El transporte de
heno suelto y de la paja hasta el lugar de consumo por el ganado, tanto en el establo como en el
campo, también debe ser hecho de manera de evitar pérdidas. El heno enfardado es más simple de
manejar ya que los fardos constituyen unidades prácticas de manejo y distribución.

El heno y los residuos en los sistemas de alimentación

El heno es un alimento ordinario e incompleto. Aún con el uso de cultivos de alto potencial y su
cosecha con maquinaria moderna, el heno resultante es casi siempre inadecuado para proporcionar
una dieta de mantenimiento al ganado. La mala calidad nutritiva de los pastos tropicales y, como
consecuencia, de su heno, ha sido discutida anteriormente. La alta calidad del heno obtenido de las
leguminosas en los climas cálidos y secos es generalmente de alto valor alimenticio, pero el heno
de gramíneas en climas más húmedos y de los forrajes tropicales son de más baja calidad. Las pajas
y los tallos son, por supuesto, de menor valor que un buen heno. Por lo tanto, se infiere que estos
forrajes secos deben ser parte de un sistema de alimentación y no ser usados en forma aislada.

Algunos análisis de los henos y los residuos se encuentran en los Cuadros al fin de este capítulo.
Estos indican claramente que muchos henos tropicales, e incluso muchos otros henos y casi todos
los residuos, siempre requerirán un suplemento en las raciones de producción; muchos de ellos
pueden incluso requerir el suplemento solo para el mantenimiento. Solo el heno de las leguminosas
puede proporcionar suficientes proteínas para suplementar otros alimentos ordinarios.

En los sistemas de alimentación en el establo, como en el caso de las lecherías o del ganado para
engorde, el papel del heno y de la paja son relativamente simples: proporcionan el volumen de la
ración y, de acuerdo a su calidad, alguna energía y proteínas, pero por lo general serán
suplementados con concentrados y según la estación con forraje verde. Los bueyes pueden subsistir
con forrajes muy ordinarios pero pueden necesitar suplementos si están sometidos a trabajo intenso.
Los animales en crecimiento y las lecheras constituyen un caso diferente ya que sus necesidades
de proteínas y minerales son altas en proporción al crecimiento o al rendimiento de leche. La manera
de formular una ración se encuentra en los libros comunes de texto sobre la alimentación del ganado;
el hecho más importante es la composición general de la ración ya que los componentes son
secundarios.

Métodos de alimentación

Las malas técnicas de alimentación son una fuente común de desperdicios: muy a menudo el heno
se consume en el campo distribuyéndolo en el suelo, lo cual lleva a considerables pérdidas por
pisoteo y contaminación. En algunas situaciones, la alimentación en el suelo puede ser inevitable,
pero es recomendable el uso de comederos adecuados. Los comederos altos ayudan a evitar la
contaminación pero son costosos. El heno y la paja a menudo se ofrecen a los animales en el invierno
para su mantenimiento, distribuyendo los fardos en el campo con las consecuentes pérdidas y
pisoteo. Cuando el forraje seco se distribuye suelto en el campo, el desperdicio será menor si se
ofrece en poca cantidad de modo que los animales lo consuman y esperen la siguiente ración.

Lámina 41. Ganado lechero urbano alimentado durante todo el año con residuos de cultivos,
forrajes verdes de la zona agrícola y concentrados. Lahore, Pakistán

El heno largo y la paja deberían ser ofrecidos a estos animales en comederos o pesebres para
reducir el desperdicio; deberían ser diseñados para cada tipo específico de animales. En las áreas
secas, se construyen simples canaletas de barro, madera, metal o albañilería. Cuando se alimentan
búfalos, los comederos deben ser particularmente fuertes, de lo contrario los animales los pueden
destruir. Una gran parte de los desperdicios de los comederos y las canaletas puede ser evitado si
son cubiertos con alambre tejido a fin de limitar el número de animales que compiten por el forraje
en un mismo momento. Los hábitos alimenticios selectivos de las ovejas son un problema, pero la
colocación de alambre tejido puede contribuir a solucionarlo. Hay comederos portátiles, sobre
ruedas, para la alimentación a campo, y deben ser ubicados en lugares firmes o en partes bien
drenadas del campo y cambiados regularmente de lugar para reducir el daño a la pastura.

Lámina 42. Los fardos grandes se colocan en armazones adecuados para alimentar al
ganado. Alford, Escocia.
Los fardos comunes deben ser abiertos para alimentar el ganado. Los fardos hechos con el
compresor de golpes se desarman en partes, facilitando su distribución. Se debe tener un cuidado
particular con los fardos atados con alambre, hoy día poco usados, para evitar que trozos pequeños
del mismo queden en el área de alimentación, ya que si son ingeridos por el ganado pueden causar
serios problemas e incluso su muerte. Los fardos grandes se colocan en marcos especiales para
contener un fardo solamente: el fardo es colocado en el campo, se corta su cubierta y está pronto
para el consumo (Lámina 42).

Para el ganado estabulado, los comederos están por lo general ubicados sobre la canaleta de modo
que el forraje que cae sea recogido en esta. Todo el ganado alimentado en el establo, incluyendo
los terneros atados al abierto cuando el clima lo permite, debería recibir sus alimentos en comederos
o canaletas. La alimentación de los animales en el suelo además de generar muchos desperdicios
tiene riesgos sanitarios. Equipos alimenticios simples pueden ser hechos con materiales locales:
madera, ladrillos y piedras -incluso barro seco en lugares áridos- y están asociados universalmente
con el mejoramiento y la intensificación de la producción animal. En los lugares en que la paja es
abundante puede ser dada a los animales ad libitum de modo que el ganado coma en forma
selectiva; en estos casos la paja rechazada se usa para las camas de los animales y de este modo
las pérdidas de los comederos son menos importantes.

El pastoreo de la paja y los tallos secos es una operación que desperdicia forraje, sobre todo en los
lugares en que hay escasez de los mismos. Cuando los residuos de los cultivos exceden las
necesidades de la finca el pastoreo presenta la ventaja de que el ganado se alimenta en forma
selectiva y los costos son menores; las desventajas son el pisoteo y el desperdicio. Las hojas son
más palatables y tienen una mayor digestibilidad que los tallos -excepto en el caso del arroz en que
la digestibilidad es similar; el ganado en pastoreo por lo general come las hojas más digestibles y
deja los tallos. En el caso de los cereales menores, las cabras y las ovejas son particularmente
selectivas; los rumiantes mayores pueden pastorear trozos de tallos y la parte aérea de la caña de
azúcar en forma selectiva pero tienen dificultades en hacer los mismo con las pajas.

Cuando los residuos se remueven del campo después de la cosecha como en el caso de los sistemas
intensivos bajo riego de modo de permitir la preparación del suelo para el próximo cultivo, pueden
ser ofrecidos a los animales fuera del predio pero dándoles el doble de lo habitual de modo que
puedan seleccionar y rechazar forraje; en este sistema los residuos no son triturados. Los residuos
ordinarios rechazados no se desperdician ya que pueden ser recolectados, tratados con urea y
después usados nuevamente para la alimentación. La alimentación selectiva con paja no asegura
necesariamente una dieta adecuada si bien es un considerable mejoramiento sobre la alimentación
no selectiva; de cualquier manera, el ganado en producción necesita suplementos alimenticios.
Planificación estacional

La conservación de forraje debe siempre ser considerada como parte del programa alimenticio del
año agrícola: es el almacenamiento de forraje durante el máximo de producción de modo de poder
abastecer el ganado con alimentos ordinarios cuando el pastoreo es escaso o inaccesible. En el
proceso de planificación, todos los recursos alimenticios, incluyendo los cereales y los concentrados
comprados deben, por supuesto, ser tomados en consideración así como también las fluctuaciones
en el número de ganado debido a los nacimientos, la venta o la faena. El objetivo debería ser el de
conservar algo más de lo que sea necesario para el año -salvo cuando la venta es el objetivo
principal; un pequeño sobrante puede ser útil y puede servir para disminuir los riesgos en los años
malos, pero es necesario tener en cuenta que el heno y la paja se deterioran con el tiempo y no son
adecuados como reservas de emergencia a medio plazo.

El agua es un elemento esencial en todos los sistemas alimenticios y debe haber un abastecimiento
regular de la misma en todas las estaciones; su disponibilidad puede determinar los movimientos del
ganado en ciertas épocas del año, todo lo cual debe ser considerado en la planificación.

Los inviernos severos en las altas latitudes implican que el ganado sea alimentado al cubierto durante
largos períodos. Tradicionalmente, en las zonas húmedas templadas se cortaban grandes áreas de
pastizales para su henificación a pesar de que las condiciones para el secado eran apenas
aceptables; esto es común aún hoy día en áreas montañosas de Europa, donde los rendimientos
han mejorado gracias a la aplicación de fertilizantes químicos. En las tierras bajas arables el ensilaje
de pasturas sembradas o de cereales ha reemplazado al heno y es común la alimentación invernal
con concentrados.

En las regiones más secas y frías del centro y el norte de Asia, los inviernos y los largos períodos de
sequía pueden limitar la disponibilidad de pastoreo verde, por lo que el heno es una forma tradicional
de alimentar los animales. Los forrajes cultivados originados en la región son conservados como
heno. La alimentación con concentrados no está limitada a los grandes productores: la alimentación
con cereales -especialmente cebada y maíz- durante el invierno es común en los sistemas pastorales
de las zonas mas frías semiáridas de Asia.

En los climas mediterráneos, el verano intenso, prolongado y seco es un período de escasez de


alimentos lo que también puede ocurrir en invierno en las áreas más frías. Los excedentes del final
de la primavera pueden ser cosechados como heno, el cual debería ser de mejor calidad que los
forrajes normales; la avena y otras especies forrajeras se siembran para henificar.

En las grandes zonas regadas de los subtrópicos donde los animales alimentados en los establos y
los búfalos son muy importantes, hay dos períodos marcados de escasez de alimentos: el invierno,
de mediados de diciembre a mediados de febrero (hemisferio norte) y el período mas caliente del
verano, por lo general desde fines de mayo hasta mediados de julio. Durante estas estaciones el
ganado se mantiene en base a paja y tallos secos como alimentos ordinarios, sin el aporte normal
de forrajes verdes. El heno es un producto secundario a pesar de la gran cantidad de forrajes
sembrados; sin embargo, con el incremento de la urbanización de la industria lechera la producción
de forrajes secos está en aumento. En las áreas en que ocurre una severa escasez de alimentos,
tales como la zona pedemontana del Himalaya, el heno pobre hecho durante la época de los
monzones es sin embargo muy valioso en razón de la ausencia de otros forrajes; los residuos de los
cultivos pueden ser ofrecidos a los animales, los cuales pasarán gran parte del día pastoreando entre
los mismos y buscando algún tipo de forraje en las tierras degradadas. El esfuerzo puesto por el
hombre en la recolección y transporte, a menudo sobre sus espaldas, muestra que el forraje seco es
apreciado, si bien no está claro si el principal objetivo es la producción animal o el estiércol como
combustible o abono orgánico.

Cortado de la paja
Las cortadoras de paja con un volante son ampliamente usadas en Pakistán e India para los forrajes
verdes y para los tallos secos y contribuyen en forma importante a la economía en el uso de los
forrajes al reducir la selectividad y permitir que los materiales de tallos gruesos puedan ser
consumidos fácilmente. Estas cortadoras consisten de un marco de metal en el cual un volante con
dos cuchillas gira a una cierta velocidad; el forraje es forzado a pasar por esas cuchillas. Las
cuchillas, que son fácilmente reemplazables, son ajustables en su angulación y deben ser afiladas
con frecuencia. Estas máquinas son rústicas, construidas en cantidades industriales, de fácil
mantenimiento y reparación por artesanos locales. Pueden ser movidas a mano, por animales -a
menudo usando las trasmisiones de viejas ruedas persas- por medio de tractores o por motores
eléctricos. Son usadas sobre todo en la región regada del norte y también son comunes en zonas
urbanas. En las ciudades, el corte del forraje puede ser un trabajo especializado y asociado con el
mercado local de forrajes. En esas áreas, la paja es cortada durante la trilla. Los tallos son ordinarios
y por lo general gruesos; cuando se usa la recolección mecánica, casi siempre son cortadas por el
mecanismo de recolección.

Lámina 43. Búfalo atado junto a paja de arroz suelta, vaquillona en el comedero para otros
forrajes y el forraje más valioso que se ofrece en el carro con ruedas. Punjab, Pakistán

Sin embargo, el material cosechado a mano es recolectado y conservado por largo tiempo. En
muchos casos debería ser cortado antes de dar al ganado. En India y Pakistán, los tallos cortados y
la paja se mezclan con forraje verde y usualmente se dan al ganado en comederos. Los trozos más
gruesos no comidos por el ganado pueden ser agregados a las tortas de estiércol para ser usados
como combustible.

Lámina 44. Una prensa operada manualmente para enfardar heno natural. Gujarat, India.
(Fotografía: Ian Lane/C.S. Pandey)
Las cortadoras con cuchillas articuladas, usadas a mano, son máquinas simples que aún se usan en
algunas partes de China para cortar paja y tallos gruesos y también para preparar material para
composte. Sin embargo, si bien es fácil de manufacturar, el procedimiento es lento y requiere gran
cantidad de mano de obra. El heno suelto parcialmente cortado es ideal para ser mezclado con otros
componentes de la ración y menos susceptible al desperdicio.

Suplementos de las pasturas

En los distintos sistemas de pastoreo la situación de la seguridad alimentaria es menos clara que en
el caso de los animales estabulados. La alimentación suplementaria no es aditiva al pastoreo.
Cuando se alimenta el ganado en pastoreo con heno, paja o concentrados que sustituyen parte de
la dieta del pastoreo, el objetivo de utilizar las pasturas al máximo y suplementar los animales con
alimentos adicionales, no puede ser alcanzado. Cuanto mayor es el suplemento, menor es la
cantidad de forraje utilizada. Cuando la cantidad de alimentos ingeridos por los animales está limitada
por la baja disponibilidad de forraje, la suplementación debe reemplazar al forraje.

Lámina 45. Un agricultor con heno de alfalfa en un área de extrema escasez invernal de
forrajes. (Fotografìa: Dost Mohammad)
Sin embargo, donde la ingestión o la absorción de alimentos son severamente afectadas por una
deficiencia a pesar del exceso de forraje, el suplemento actúa como un aditivo de la dieta -por
ejemplo, micronutrientes o proteínas en una dieta deficiente.

La suplementación puede ocurrir a distintos niveles y por diferentes razones: para asegurar la
sobrevivencia o para asegurar la producción y la reproducción. Puede proporcionar un alimento
completo o, en el caso del pastoreo, puede ofrecer nutrientes específicos para permitir que el ganado
consuma más forraje o que digiera la misma cantidad de forraje más eficientemente, o simplemente
para superar una deficiencia nutricional per se. La suplementación de las pasturas con heno o paja
puede ser hecha por otras razones aparte de la calidad de la pastura: el heno o la paja algunas veces
se ofrecen al ganado cuando la pastura es excesivamente lujuriosa o con alto contenido de humedad
o de proteínas o cuando hay peligro de meteorismo en pasturas ricas en leguminosas (Lámina 46).

Cuando las condiciones climáticas permiten que el ganado esté todo el año a la intemperie, las
estrategias que se aplican en el sector tradicional a menudo incluyen la pérdida de algo de peso
durante la estación fría o cálida y pastoreando sobre el forraje disponible, sin suplementación;
cuando el forraje está nuevamente disponible, el peso se recupera rápidamente. Esto significa una
ganancia de peso desuniforme, por lo que el ganado alcanza su madurez después de varios años;
sin embargo, los costos y los insumos son minimizados. En los climas fríos, se puede dar algo de
heno a los animales mas débiles para ayudarlos a sobrevivir. En las áreas tropicales el heno no es
un alimento tradicional, pero los rebaños pueden tener acceso a tallos secos. En algunos países de
África el ganado puede consumir mas energía caminando para alimentarse y beber que en las zonas
de agricultura comercial. Su tiempo de pastoreo a menudo se reduce al estar encerrados durante la
noche, ya que existe peligro de robo o de ataque nocturno de las fieras. Por ello, algunas veces
puede ser ventajoso ofrecer paja o tallos secos a los animales en los corrales (boma, kraal).

Lámina 46. Ganado alimentado con heno ad libitum y con un buen pastoreo a su
disposición. Dunetch, Escocia

Los propietarios del ganado saben que la distribución de heno u otros forrajes reduce el pastoreo del
ganado, sobre todo cuando la calidad de este es baja. Cuando la suplementación se ofrece al ganado
en pastoreo, esto debería ocurrir durante la noche cuando el ganado está encerrado. Una excepción
ocurre cuando las pasturas de leguminosas son excesivamente lujuriosas y hay peligro de
meteorismo; en estos casos, el forraje seco, tanto heno como paja, debe ser ofrecido a los animales
antes de salir al pastoreo o, en el caso del pastoreo continuo, debe ser ofrecido en el campo.
En las áreas semiáridas los pastores de ganado y de yaks prefieren que los animales pastoreen el
forraje congelado en lugar del heno, excepto para salvar los animales débiles de modo que puedan
llegar a la próxima primavera. En una visita al campo a Arkanghai Aimak, Mongolia (ver Estudio de
Caso) se encontró que los pastores estaban dispuestos a proporcionar alimentos suplementarios a
algún tipo de ganado como animales lecheros o en gestación, caballos de andar o de carga, ya que
esos animales tienden a pastorear menos y regresan al corral más temprano para esperar su forraje.
En el Plateau de Qinhai-Tibet, China, Cai Li y Weiner informan que ...usualmente se hace un poco
de heno pero es por lo general dado a los animales enfermos o muy débiles (yaks) hacia fines del
invierno... (FAO, 1995b).

Alimentación de emergencia

Los principios seguidos para la alimentación para la sobreviviencia de los animales durante fuertes
sequías o períodos de escasez de alimentos son similares a los de la alimentación estabulada.
Cuando están disponibles, pueden ser usados los forrajes conservados o ensilados pero, en general,
los granos son más económicos. El heno se produce dentro del contexto de la alimentación normal
del año pero su producción raramente puede ser incrementada en caso de una sequía, incluso en el
caso de que la emergencia pueda ser prevista. Las reservas de heno son difíciles de almacenar por
largo tiempo y el costo del transporte del heno es más alto cuando se lo compara con los alimentos
concentrados. Por lo tanto, si bien un banco de heno puede ser una opción prudente en el manejo
de una finca, cuando ocurre una verdadera sequía o emergencia es por lo general más conveniente
vender el ganado general y usar cereales y otros concentrados para ayudar a la supervivencia de
los reproductores.

Lámina 47. Los pastores prefieren mantener la alimentación suplementaria de los yaks a un
nivel mínimo con el objetivo de estimularlos a pastorear. Ikh Tamir, Mongolia

Aún los mejores henos son pobres en proteínas; el heno tropical y los residuos de los cultivos por lo
general requieren proteínas adicionales si se desean utilizar como alimentos completos. La
suplementación proteica puede ser hecha en forma de concentrados - vegetales o animales- o de
leguminosas en bancos forrajeros. También puede ser hecha en forma de nitrógeno no proteico, que
puede ser utilizado por la microflora del rumen; la urea o el bicarbonato de amonio son las fuentes
comerciales más comunes. Ambas formas de suplementación son igualmente eficientes cuando el
contenido de nitrógeno de la pastura está por debajo de niveles satisfactorios para la actividad
microbiana en el rumen y donde hay una fuente de energía digerible disponible. Otras proteínas
menos solubles pueden incrementar la ingestión de alimentos de los rumiantes, donde la proteína
actúa como fuente de nitrógeno y azufre para la microflora del rumen, altera el flujo de la digestión y
puede proporcionar una cantidad adicional de aminoácidos a los tejidos. Su efecto neto es de
incrementar la ingestión de alimentos verdes o concentrados.

Los bloques de melaza y urea son una fuente simultánea de nitrógeno no proteico y de energía
fácilmente disponible: en un principio se usaron para detener la pérdida de peso de los animales en
pasturas pobres pero hoy día son más usados para suplementar los forrajes ordinarios y para integrar
los sistemas alimenticios. Los bloques pueden ser hechos con herramientas simples si en el lugar
hay una fuente económica de melazas y deberían ser considerados siempre que haya un problema
de deficiencias proteicas.

Si bien las proteínas reciben la principal consideración en las pasturas, los minerales, especialmente
el fósforo, pueden ser factores limitantes; este elemento frecuentemente se encuentra por debajo de
los niveles de mantenimiento en los henos pobres y en las pasturas secas. El ganado adulto que no
está en producción de leche, en las áreas que no son deficientes, puede ser capaz de pasar la mala
estación en base a las reservas de su esqueleto, pero el ganado en crecimiento no puede hacerlo.
El contenido de fósforo de los forrajes y su rendimiento pueden ser mejorados por medio de la
fertilización orgánica, pero los suplementos fosforados son por lo general el enfoque más económico;
la harina de huesos esterilizada y algunas formas inorgánicas del fósforo como el fosfato diamónico
y el fosfato bicálcico pueden ser usados como concentrados o para lamer por el ganado.

Alimentación para la producción

El heno raramente proporciona una ración por si solo; la paja y la paja tratada nunca lo pueden hacer.
Para hacer un uso completo de estos elementos es necesaria la suplementación. Para niveles
moderados de producción de leche serán necesarios afrechillo, tortas de oleaginosas y restos de
cereales. Para el crecimiento de animales de más de un año y de bueyes de trabajo son necesarias
pequeñas cantidades de suplementos siempre que el heno sea de calidad razonable y la paja haya
sido tratada. Bos indicus es probablemente una especie mas eficiente que B. taurus para mantener
el peso vivo con raciones pobres a lo largo del tiempo y los bueyes de trabajo tropicales y los búfalos
a menudo crecen con poco o ningún suplemento. En las áreas con inviernos suaves por lo general
hay forraje suficiente para la sobrevivencia del ganado, pero pueden perder peso en la estación seca.
En Australia, en verano es deseable dar algún suplemento al ganado que pastorea en zonas
mediterráneas, en pasturas tropicales o en residuos de cosechas en invierno. Si fuera necesario,
para mantener el peso o para la producción, pueden ser utilizados granos.

Valor alimenticio de algunos forrajes secos

A continuación se presentan los análisis de henos y residuos; se debe considerar, sin embargo, que
los residuos maduros presentan poca variación pero que los forrajes cortados verdes varían
ampliamente de acuerdo al estado de crecimiento de la planta y el heno resultante podrá variar de
acuerdo a las condiciones climáticas en momento de su corte y de la habilidad con es secado.

Cuadro 9. Análisis de heno de gramíneas (valores en porcentaje de materia seca)

Forraje PC FC Cenizas ELN Ref.


Heno veldt, Zimbabwe 3,7 42,8 5,9 45,5 (1)
Avena sativa, Chile 7,1 30,9 4,9 55,2 (2)
Cenchrus ciliaris, floración temprana, Tanzania 11,0 31,9 13,2 41,3 (2)
C. ciliaris, floración tardía, Tanzania 7,4 35,2 11,7 44,0 (2)
Chloris gayana, primer corte, Tanzania 3,7 43,5 8,7 42,8 (2)
C. gayana, segundo corte, Tanzania 3,7 42,0 8,7 42,4 (2)
C. gayana, 10 semanas, Tailandia 6,8 36,5 8,6 45,7 (2)
C. gayana, 12 semanas, Tailandia 4,1 38,2 6,7 49,2 (2)
C. gayana, heno, Zimbabwe 4,9 42,2 9,4 43,0 (1)
Cynodon aethiopicus, pre-floración, India 6,4 35,6 6,8 50,6 (2)
C. dactylon, media floración, Venezuela 10,4 27,9 9,9 48,8 (2)
Eragrostis curvula, tallos abundantes, Kenya 6,3 34,5 5,5 51,4 (2)
E. tef, vegetación tardía, Sudáfrica 10,5 34,2 5,3 48,9 (2)
E. tef, maduro, Sudáfrica 8,8 33,1 6,9 50,1 (2)
Hyparrhenia rufa, Brasil 6,5 35,0 17,9 38,3 (2)
Panicum coloratum, Sudáfrica 9,0 36,7 7,9 43,6 (2)
P. maximum, 10 semanas, Tailandia 6,6 35,5 13,2 42,9 (2)
Pennisetum americanum, Sudáfrica 6,6 41,2 10,0 40,9 (2)
Setaria italica, Sudáfrica 7,6 45,1 9,7 35,9 (2)
Sorghum bicolor, Sudán 4,2 32,1 7,9 55,0 (2)
S. sudanense, Sudáfrica 7,3 35,7 8,9 46,1 (2)
Themeda triandra, Uganda (media) 3,3 39,3 8,3 47,9 (2)
T. triandra, Kenya 4,4 40,4 10,3 43,3 (2)
Triticum aestivum, India 5,1 35,1 7,2 51,3 (2)

Notas: PC = proteína cruda; FC = fibra cruda; ELN = extracto libre de nitrógeno; Ref. = fuente de
referencia.

Fuentes de referencia: (1) Topps y Oliver, 1993. (2) Tropical Feeds (FAO, 1993).

Cuadro 10. Valor alimenticio del tef (como porcentaje de MS, excepto MOD y EM). Sudáfrica

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
Floración temprana (12) 9,4 1,8 30,4 53,6 5,3 59,29 9,15 61,00 - - -
Floración completa (12) 8,6 1,1 36,6 46,5 6,2 57,22 9,00 58,80 - - -
Bueno (12) 9,4 2,2 30,4 53,2 5,6 59,50 9,18 61,20 0,37 0,22 1,20
Medio (12) 8,6 2,0 36,6 45,6 4,7 57,50 8,85 59,00 0,37 0,17 0,90
Floración temprana (13) 12,1 1,8 30,4 - - 61,00 9,10 - 0,37 0,22 1,20
Floración completa (13) 8,6 1,1 36,6 - - 58,80 8,80 - 0,39 0,17 0,90

Clave: 1 = proteína cruda (PC); 2 = extracto en éter (EE); 3 = fibra cruda (FC); 4 = extracto libre de
nitrógeno (ELN); 5 = proteína cruda digestible (PCD); 6 = materia orgánica digestible % (MOD); 7 =
energía metabolizable (EM; Mj/kg); 8 = nutrientes digestibles totales (NDT); 9 = calcio (Ca); 10 =
fósforo (P); 11 = potasio (K).

Fuentes: (12) Bredon, Stewart y Dugmore, 1987. (13) Department of Agriculture, 1995.

Cuadro 11. Análisis de leguminosas y otros residuos, expresados como porcentaje de la


materia seca

Alimento PC FC Ceniza ELN Ref.


Tallos de caupí, Nigeria 17,5 24,9 7,8 48,2 (2)
Tallos de maní, Sudáfrica 9,9 21,1 9,3 57,3 (2)
Ramas de guar, India 10,6 23,9 10,6 53,4 (2)
Paja de zulla, Italia 5,8 51,8 7,5 34,6 (2)
Capítulos de girasol, (todo) 12-14 - - - (1)
Ramas de batatas - forraje seco 13,0 - - - (1)

Clave: PC= proteína cruda; FC= fibra cruda; ELN= extracto libre de nitrógeno; Ref. = fuente de
referencia.

Fuentes de referencia: (1) Topps y Oliver, 1993. (2) Tropical Feeds (FAO, 1993).

Cuadro 12. Análisis de heno de leguminosas expresado como porcentaje de materia seca

Alimento PC FC Ceniza ELN Ref.


Alhagi sp., heno, Pakistán, toda la planta 10,2 28,8 2,42 - (3)
Alhagi sp., hojas y espinas, Pakistán 10,6 - - - (3)
Arachis hypogaea, Chile 26,2 27,9 11,6 31,6 (2)
A. hypogaea, maduro, Israel 12,8 29,0 8,5 47,8 (2)
A. hypogaea, Zimbabwe 11,1 27,9 19,1 38,7 (1)
Crotolaria juncea, Zimbabwe 13,9 30,8 9,9 30,8 (1)
Cyamopsis tetraglonoloba, heno, India 25,2 13,8 16,5 43,6 (2)
Glycine max, con hojas, Sudáfrica 13,9 35,5 5,5 42,6 (2)
G. max, pocas hojas, Sudáfrica 19,5 23,9 10,6 53,4 (2)
G. max, Zimbabwe 13,4 31,4 7,5 44,5 (1)
Hedysarum coronarium, Italia 13,6 30,0 10,7 43,7 (2)
Lablab purpureus, Sudán 16,6 37,1 9,3 34,1 (2)
Lathyrus sativus, heno, Israel 18,2 30,5 11,1 36,9 (2)
Medicago sativa, floración temprana, Sudáfrica 17,0 38,2 8,7 33,6 (2)
M. sativa, floración media, Sudáfrica 15,4 40,1 8,6 33,8 (2)
M. sativa, Pakistán 20,5 29,6 12,5 36,0 (3)
Trifolium alexandrinum, Pakistán 15,1 30,3 12,0 40,7 (3)
T. alexandrinum, Israel 16,6 26,2 11,1 43,7 (2)
T. alexandrinum, Israel 12,4 36,1 8,6 40,4 (2)
T. pratense, Chile 14,2 28,9 14,6 36,5 (2)
Vicia sativa, Israel 19,0 28,5 - 41,0 (2)
Vigna unguiculata, India 10,6 16,2 13,1 58,3 (2)
V. unguiculata, Sudáfrica 14,4 22,5 9,9 51,1 (2)
V. unguiculata, Zimbabwe 18,2 30,8 7,1 42,4 (1)

Clave: PC = proteína cruda; FC = fibra cruda; ELN = extracto libre de nitrógeno; Ref. = fuente de
referencia.

Fuentes de referencia: (1) Topps y Oliver, 1993. (2) Tropical Feeds (FAO, 1993); (3) Estudios de
Caso en esta publicación.

Cuadro 13. Análisis de algunas pajas y tallos, expresados como porcentaje de materia seca

Alimentos PC FC Ceniza ELN Ref.


Paja de cebada, Kenya 6,0 39,6 9,3 44,5 (2)
Paja de cebada, Iraq 2,5 44,6 17,6 33,9 (2)
Tallos de mijo perla, Pakistán 3,3 40,2 6,8 48,6 (3)
Tallos de mijo perla, India 3,8 37,3 5,9 51,5 (2)
Tallos de mijo perla, Tanzania 4,3 43,6 9,3 41,9 (2)
Paja de mijo africano, India 3,7 36,5 7,5 - (3)
Tallos de maíz, Zimbabwe 4,2 39,8 7,4 47,1 (1)
Tallos de maíz, India 4,6 32,0 7,1 - (2)
Paja de avena, Kenya 5,3 38,0 10,2 45,1 (2)
Heno de sorgo, Sudán 4,2 32,1 7,9 55,0 (2)
Tallos de sorgo, India 3,7 41,8 9,4 44,0 (2)
Paja de trigo, India 3,5 - 7,5 - (2)
Paja de arroz, India 4,0 37,0 18,0 - (3)
Paja de trigo, Zimbabwe 3,7 - - - (1)
Parte superior de caña de azúcar, India 5,0 32,0 8,5 - (3)
Parte superior de caña de azúcar, Mauricio 5,9 33,5 8,5 50,3 (2)
Parte superior de caña de azúcar, Zimbabwe 3,1 38,7 8,0 47,1 (1)

Clave: PC = proteína cruda; FC = fibra cruda; ELN = extracto libre de nitrógeno. Ref. = fuente de
referencia.

Fuentes de referencia: (1) Topps y Oliver, 1993. (2) Tropical Feeds (FAO, 1993). (3) Estudios de
Caso en esta publicación.

Tratamiento de los residuos de los cultivos (y del heno de baja calidad)

El uso de amoníaco o urea para mejorar la digestibilidad de la paja y suministrar algo de nitrógeno
ha sido mencionado en el Capítulo IX; estos compuestos además tienen capacidad para actuar como
agentes conservantes en los lugares en que el secado es difícil. El mismo proceso puede ser usado
con heno de arbustos de baja calidad y el tipo de tratamiento dependerá de las condiciones locales.
El tratamiento con amoníaco es adecuado para grandes operaciones en áreas en las que existe un
abastecimiento confiable de amoníaco anhidro y la infraestructura de tanques para su distribución;
también es adecuado para su uso en zonas templadas donde la descomposición enzimática de la
urea es más lenta.

El tratamiento con amoníaco es adecuado para organizaciones cooperativas y comunitarias y donde


se usa heno enfardado; esto fue claramente demostrado con la paja del arroz en un caso comunitario
en Egipto a inicios de la década de 1980 (Creek, Barker y Hargus, 1984; Barker et al., 1987).
Después de varias pruebas y demostraciones se estableció un grupo para el tratamiento de la paja.
La paja de arroz es la base de la alimentación de los rumiantes en muchas regiones ya que la paja
de trigo es cada vez más escasa y costosa. Los agricultores reunieron sus fardos de paja en grandes
pilas cubiertas las que fueron tratadas con amoníaco; una vez que se completó el tratamiento cada
agricultor recuperó sus fardos. El amoníaco anhidro es barato, disponible localmente y de fácil
transporte; las condiciones climáticas permiten un tratamiento rápido y son tan áridas que una vez
tratada la paja no necesita protección.

Los animales se acostumbran a consumir la paja tratada en un período de siete a diez días; se
proporciona en forma gradual, mezclado con el forraje que reciben habitualmente. La adaptación es
más rápida cuando los animales están acostumbrados a comer paja, y sobre todo si la paja tratada
ha sido ventilada por algunas horas antes de ser comida. Tan pronto como los animales se
acostumbran a consumir la paja tratada puede ser ofrecida a los mismos sin ventilar. La paja tratada
es más palatable y digestible que la paja no tratada, por lo que el tratamiento aumenta el consumo.
Este es, por supuesto, el objetivo del proceso, pero en situaciones en las que el abastecimiento total
de materia seca es un problema -lo cual es, lamentablemente, un problema serio en algunas áreas-
no es sensato aplicar el tratamiento ya que esto será la causa de que las reservas de forraje se
consuman antes. Esto es discutible en razón del mejor valor nutricional de la paja, pero en este caso
el producto tratado deberá ser racionado cuidadosamente.

Dolberg (FAO, 1995c), indica (Cuadro 14) que los animales pueden consumir un tercio más de paja
tratada que de paja no tratada y recomienda las siguientes cantidades:

El tratamiento de la paja es recomendado en los casos en que la paja constituye más de la mitad de
la dieta de los animales a causa de la falta de mejores forrajes o cuando se busca mejorar los niveles
de producción. Los agricultores a menudo están más interesados en tratar la paja para el ganado
que puede dar un retorno inmediato como las vacas lecheras o los animales en engorde.

Cuadro 14. Cantidades de paja no tratada y tratada de acuerdo con el peso vivo

Peso vivo de los animales (kg) Paja no tratada (kg) Paja tratada (kg)
100 2,0-2,5 3,0-3,5
200 4,0-5,0 6,0-7,0
300 6,0-7,5 9,0-10,5
400 8,0-10,0 12,0-14,0

A continuación se presentan trece estudios de caso sobre la preparación tradicional de heno o sobre
sistemas pastorales. Sólo el caso de África occidental trata la producción de heno como una
innovación. Estos estudios cubren un amplio rango de las prácticas existentes y sirven como
antecedentes para los capítulos anteriores. Hay estudios en diez países de África, Asia occidental y
del Sur y América Latina. Algunos materiales han sido preparados por especialistas nacionales y el
resto se basa en la experiencia recogida por el autor durante los viajes de trabajo con la FAO.

Si bien las áreas estudiadas no se presentan como representativas de la producción de heno en


pequeña escala, de cualquier manera es posible extraer algunas conclusiones de las mismas. Nueve
de los trece estudios involucran heno de las praderas naturales, pero este es un componente
importante en sólo seis de ellas: Etiopía, India, Mongolia, Nepal, Nicaragua y la zona del Sahel. Con
la excepción de Mongolia, todos los otros casos se encuentran en situaciones monzónicas o
tropicales donde la producción de heno es posible solo después de las lluvias o sea cuando la calidad
del forraje es baja. En el área seleccionada en Mongolia hay una estación térmica de crecimiento
muy corta para los forrajes sembrados y la calidad del forraje en el momento de la producción de
heno es satisfactoria. Muchos sitios para la producción de heno a partir de pasturas naturales están
en tierras montañosas o marginales y los problemas de acceso y los derechos de corte del forraje
dificultan el mejoramiento de su manejo.

El heno de leguminosas se produce en siete de los casos analizados: Afganistán, Argentina, tres
casos en China, Pakistán y Turquía. En todos ellos las leguminosas son la principal fuente de heno
y en cinco de ellos, son regadas. Todos los ejemplos de cultivo de leguminosas están en áreas
subtropicales o de inviernos fríos, semiáridas y, con excepción de Argentina, están en Asia. La alfalfa
es el cultivo más difundido para heno mientras que el trébol persa (Trifolium resupinatum) es
importante en Afganistán y Pakistán y la esparceta (Onobrychis viciifolia) se menciona en Turquía.
Ningún estudio de caso de producción de heno en pequeña escala informa acerca la conservación
de gramíneas -si bien son usadas en las explotaciones en gran escala en climas similares. El heno
de avena es importante solo en Pakistán pero también es cultivado en gran escala en el norte de
África.

La mayor parte de los forrajes se siembran con semillas de pobre calidad de variedades locales
producidas en la finca. La baja calidad de las semillas y la falta de disponibilidad de semillas de
buena calidad de cultivares ensayados en la zona se menciona frecuentemente como un problema.
El estudio de las Provincias del Norte de Pakistán demuestra como la introducción de un cultivar de
alfalfa adaptado a la región puede tener un gran impacto en una cierta área donde los ecotipos
tradicionales son inadecuados para el clima local. En Pakistán, la introducción de variedades de
avena de multicorte cambió la categoría del cultivo que era considerada intrascendente y pasó a ser
principal cultivo para heno y fuente de forraje verde durante la época fría.

En varios casos se menciona la falta de mantenimiento de los niveles de fertilización como una causa
que lleva a la disminución de rendimientos y mala persistencia de las poblaciones de alfalfa. Las
malas técnicas de corte manual y el momento inadecuado del corte, sobre todo en el caso de la
alfalfa, son también frecuentes. Sin embargo, la capacitación sobre este tema, en muchas zonas
puede ser más compleja en razón de que el trabajo es hecho por mujeres y niños. La competencia
con los cultivos alimenticios debido a la escasez de tierra y agua es una limitación importante para
la expansión de la producción de heno y la necesidad de un mejor abastecimiento de heno en la
época fría se menciona en todos los casos, por lo que, evidentemente, la estrategia deberá ser de
incrementar los rendimientos por unidad de superficie.

El corte manual del forraje es hecho por lo general con una hoz, algunas veces con machetes y
raramente con guadaña. Solamente en el caso de Altai se menciona el corte con segadora mecánica.
En ese caso, el área para forraje por familia es grande, cerca de cuatro hectáreas, y muchos de los
pastores están en el período de transhumancia durante la cosecha. En otros lugares, el heno es
cortado gradualmente todos los días y llevado bajo techo para el secado final. El enrollado o atado
del heno a armazones o en pequeños montones está muy difundido y se informa de ello en siete
casos, todos ellos en Asia además de Argentina. Es una forma tradicional de reducir la pérdida de
hojas en las áreas secas, tanto durante el secado como durante el transporte. El enfardado es raro
y está asociado con el transporte a grandes distancias; en general, es organizado por los
comerciantes y no por los productores.

La producción de cereales gruesos para secar y usar como forraje se encuentra en algunas áreas
tropicales y subtropicales con una clara estación seca: India, Nepal, Nicaragua y Pakistán. Los
cultivos afectados por sequías también pueden ser usados como forraje. Frecuentemente, el heno
de cereales gruesos se produce en las zonas que serían inadecuadas para obtener un buen cultivo
de grano. La cosecha manual de maíz, mijo y sorgo, por lo general permite cortar los tallos y secarlos
en una etapa más temprana que con la cosecha mecanizada, lo cual produce un forraje de mejor
calidad.

El uso como alimento de la paja y los tallos se encuentra en todos los casos estudiados, excepto en
la zona de Mongolia que no puede cultivar cereales, pero el grado de cuidado de la cosecha y el
almacenamiento son variables. El tratamiento de la paja no está difundido y se informa acerca del
mismo solo en Afganistán y Pakistán. Nueve casos informan que parte del heno y de la paja se
venden. Algunas veces en la India el heno de pasturas naturales es cosechado sólo con el objetivo
de la venta y el heno de avena es ahora un cultivo comercial en Pakistán. En otros casos, el heno
se vende al contado y el ganado del agricultor está obligado a sobrevivir alimentándose de paja.

Estudio de caso 1. PRODUCCIÓN DE HENO EN ETIOPÍA [2]

LAS PRÁCTICAS TRADICIONALES DE LOS AGRICULTORES Y LAS PRÁCTICAS


MEJORADAS
La agricultura siempre ha sido y continúa siendo la actividad económica más importante de Etiopía
en la cual los pequeños productores son la base productiva de ese sector. La producción de los
pequeños agricultores cubre el 96 por ciento del área cultivada y entre el 90 y 94 por ciento del cultivo
de cereales, leguminosas y oleaginosas. La agricultura da empleo a 80-85 por ciento de la población
y cerca del 60 por ciento de la producción agrícola proviene de los cultivos, 30 por ciento de la
ganadería y 7 por ciento del sector forestal. De acuerdo con la encuesta agrícola de 1995/96, los
cereales absorben la mayor parte de la tierra cultivada (84,55 %) seguidos por las leguminosas con
11,13 por ciento y otros cultivos con 4,32 por ciento.

La tecnología del sector subsistencial es en su mayor parte tradicional, de secano y con escasas
áreas con riego. El rendimiento de los cereales ha sido estimado por la Agencia Nacional de
Estadísticas en 0,8-1,0 t/ha para el tef, 1,2-1,4 t/ha para la cebada y 1,6-2,0 t/ha para el maíz. La
producción ganadera es una parte integral del sistema de producción agropecuaria del país. Las
distintas zonas ecológicas permiten la producción de distintos tipos de ganado los cuales representan
un importante recurso productivo. Etiopía tiene la mayor población de ganado de África: 30 millones
de bovinos, 23 millones de ovejas, 18 millones de cabras, 7 millones de equinos, 1 millón de camellos
y además 53 millones de aves. El ganado mayor tiene un papel importante en la economía agrícola,
seguido por ovejas y cabras.

En Etiopía los sistemas de producción están determinados por el clima, la vegetación, los tipos de
cultivos, las especies de animales criados y su importancia económica para el productor rural. En las
zonas altas, la agricultura es la actividad agropecuaria más importante y la ganadería es
económicamente complementaria a la producción de cultivos; en estas zonas, el ganado,
especialmente el ganado bovino, proporciona tracción que es fundamental para todos los trabajos
de la finca. Los animales también proporcionan leche, carne, abono orgánico, ingresos en efectivo y
una defensa contra los riesgos. En las zonas semiáridas, el ganado bovino constituye el grupo de
animales más importante ya que provee leche para la subsistencia de la familia pastoral. Sin
embargo, en las zonas más áridas, las cabras y los camellos son las especies dominantes; las cabras
proporcionan leche, carne e ingresos en efectivo y los camellos son mantenidos por los pastores
nómades por su leche, como medio de transporte y en menor medida por su carne.

Los niveles de productividad son bajos; los rendimientos por animal faenado u ordeñado se estiman
en 110 kg de carne, 10 kg de oveja y 213 kg de leche de vaca. La producción de huevos de las aves
nativas es 55 a 80 huevos/año con un peso promedio de 45 g. Las tasas de crecimiento del ganado
son muy lentas y están por debajo del crecimiento de la población; por esta razón, ha habido una
caída neta del consumo per capita de productos ganaderos. En la actualidad, el consumo anual per
capita de leche y carne se estima entre 16 y 10 kg, respectivamente. Esto coloca a Etiopía con el
menor consumo de carne y leche, incluso entre los países vecinos, si bien tiene el mayor rebaño de
África.

El desarrollo del subsector enfrenta numerosas limitaciones, incluyendo una inadecuada nutrición de
los animales, fuerte incidencia de las enfermedades, bajo potencial genético, mal manejo de los
animales, falta de servicios e infraestructura como comercialización y crédito, programas de
desarrollo sin una adecuada coordinación y falta de políticas apropiadas. La falta de conocimientos
de la conservación de forrajes y el mejoramiento de los alimentos de baja calidad son áreas que
merecen inmediata consideración. En las zonas altas, la paja de cereales y el heno de las pasturas
naturales son los alimentos más importantes. En la zona del sistema de producción de agricultura
mixta cultivos-ganadería, la producción de heno es una actividad tradicional. En muchas partes de
las zonas altas de Etiopía, el forraje es abundante durante la época de las lluvias pero hay gran
escasez en la estación seca. Los requerimientos de la estación seca pueden ser satisfechos
conservando el forraje de la estación húmeda y los residuos de los cultivos. La nutrición inadecuada
se debe a la falta de tecnología para la producción de heno y el almacenamiento de los residuos.

Producción de heno - praderas naturales


La mayor parte del heno se produce a partir de las praderas naturales y de los residuos de los
cultivos; algunas veces es hecho de avena y vicias sembradas específicamente con ese propósito.
En las partes bajas de las zonas altas hay vertisoles inadecuados para la labranza y pasturas y en
las laderas se encuentran pasturas naturales que podrían ser utilizadas para henificar. En los
sistemas tradicionales de manejo los animales no pastorean las tierras bajas, las cuales son
reservadas para la producción de heno. El manejo de los suelos bajos es común en la parte norte
del país. En las tierras de ladera los animales pastorean por un corto período y después el área es
cerrada para cosechar heno. El heno de ambos orígenes es usado durante el período seco. La mayor
parte del heno usado en el país proviene de pasturas naurales nativas y su calidad es baja (ver
Cuadro 15).

Cuadro 15. Calidad del heno cosechado en distintas fechas en Debre Libanos, zona alta
central, Etiopía

Propiedades del heno de pasturas Cosecha en Cosecha en


naturales octubre diciembre
Promedio materia seca (t/ha) 5,1 5,1
Contenido PC (%) 9,6 5,8
Rendimiento PC (kg) 600 350
Proporción de leguminosas (%) 11 5,8
Fibra natural detergente (%) 61,8 66
PC Degradable en rumen (RPD/MJME) (1) 7,5 3,6

Notas: (1) RDP/MJME = Proteína degradable del rumen por megajoule energía metabolizable.

Fuente: Informe sobre recursos alimenticios, no publicado. 1960. ILCA, Addis Ababa, Etiopía.

Las especies de gramíneas más importantes para producir heno


son Andropogon spp., Festuca spp., Eragrostis spp., Hyparrhenia spp., Themeda spp., Setaria spp.
, Brachiaria spp., Pennisetum spp., Cynodon sppp., Sporobolus spp. y Phalaris arundinacea. Las
leguminosas que más comúnmente se encuentran en las mezclas con los pastos naturales y que
son usadas para la producción de heno son Trifolium semipilosum y Trifolium burchellianum. Los
agricultores cosechan tardíamente -noviembre a diciembre- una vez que el clima está seco. En las
áreas donde predomina la actividad pastoril, la alimentación de los animales se basa en el pastoreo
libre. El heno y el uso de residuos de los cultivos no son comunes.

Los cultivos para heno se cortan con hoz o con guadaña -llamada localmente falch; casi todos los
agricultores tienen hoces. El segador se coloca en cuclillas para cortar con la hoz, la cual es una
herramienta económica pero insume tiempo, es laboriosa y además causa dolor de espalda a los
operadores. La guadaña es usada por pocos productores en las zonas altas. Los operadores toman
la guadaña con las dos manos estando de pie; de esta forma el corte es rápido y eficiente pero el
costo de esta herramienta es mucho mayor que el de una hoz. El heno cortado con cualquiera de
estas herramientas se deja en el suelo por dos o tres días para que se seque al sol, lo que constituye
un método económico y eficiente.

Una vez seco, el heno se recoge y se apila sobre una plataforma de madera o piedras para evitar el
contacto con el suelo y su posible deterioro. En unos pocos lugares el heno se almacena a la sombra.
Los productores de leche en zonas periurbanas almacenan el heno y la paja en fardos; el peso medio
de un fardo de pasturas naturales es 15-20 kg y el de residuos de cultivos es de 8-15 kg. El precio
del fardo depende de la época y de la distancia entre el área de producción y las áreas ganaderas.
Por ello, en las zonas periurbanas, un fardo de heno de pasturas naturales cuesta 5-6 birr en el
momento de la cosecha y llega a 10-15 birr durante la estación seca. El precio de un fardo de paja
es menor comparado con el de un fardo de heno.
El rendimiento de heno de las pasturas naturales varía según el lugar. El rendimiento de las tierras
bajas es de 4-5 t/ha de materia seca mientras que las pasturas en las laderas rinden 2-2,5 t/ha. La
calidad del heno de estas pasturas es muy baja, sobre todo en el caso de las cosechas tardías. Un
estudio llevado a cabo por el Centro Internacional de Ganadería para África (ILCA) indica que la
cosecha temprana mejora el contenido de proteína cruda (Cuadro 16). Con el heno se alimentan
sobre todo animales en ordeñe, terneros y bueyes y en cierta medida pequeños rumiantes.

Residuos de cultivos

Los residuos de cultivos, especialmente las pajas de los cereales y los tallos de maíz o de sorgo son
la mayor fuente de alimentos para los períodos de sequía en Etiopía. De acuerdo a la encuesta sobre
rendimientos de los cultivos de 1995 se producen un total de 4,5 millones de toneladas de materia
seca a partir de los residuos de los cultivos. Estos residuos proceden de tef, trigo, cebada, maíz y
sorgo y también de leguminosas como arvejas, frijoles y garbanzos. Los residuos de los cultivos se
recogen y se apilan en el campo tal como se hace con el heno de pasturas naturales.

La alimentación del ganado con residuos de cultivos es de primera importancia en los sistemas
mixtos de producción en las zonas altas. Los agricultores dan la mayor parte de la paja a los bueyes
y a las vacas lecheras y si existe algún sobrante lo dan a las ovejas. Las cabras por lo general no
reciben residuos de cultivos. Los residuos son ofrecidos a los animales sin ningún tipo de tratamiento.
Además de este uso, los residuos también se utilizan para la construcción de casas y como
combustible.

Cuadro 16. Análisis de algunos residuos de cultivos en Etiopía

Tipo MS EE Cenizas PC FDNe


Paja de cebada 92,6 2,3 8,4 4,7 71,5
Paja de tef 92,6 1,9 8,4 5,2 72,6
Paja de trigo 93,1 1,2 9,0 3,9 79,8
Residuos de habas 91,7 0,8 10,4 7,2 74,3
Residuos de arvejas de campo 91,9 1,2 6,1 6,7 73,6
Heno de pasturas naturales 92,2 1,5 9,5 6,6 73,8

Clave: MS = materia seca; EE = extracto al éter; PC = proteína cruda; FDNe = fibra detergente
neutro.

Lámina 48. Tallos de sorgo protegidos por espinas, cerca de Jijiga, Etiopia
Producción de heno - praderas sembradas

Este concepto es nuevo en Etiopía. La atención al problema del desarrollo forrajero aumentó
después del Cuarto Proyecto de Desarrollo Ganadero del Ministerio de Agricultura. El forraje es
usado para el desarrollo del sector lechero y para el engorde del ganado y la mayor parte del forraje
es cortado y transportado fuera del predio o es elaborado para heno. Los cultivos forrajeros más
comunes son la avena, la vicia y el pasto Rhodes. Los árboles leguminosos como la Sesbania sp.,
el árbol alfalfa [Chamaecytisus (=Cytisus) palmensis]y la Leucaena sp. son usados como corte y
para alimentar el ganado fuera del campo. Los rendimientos de materia seca varían entre 5 y 10 t/ha
y la proteína cruda entre 15 y 30 por ciento. Las semillas de las especies forrajeras se producen por
contrato con los agricultores y también en establecimientos gubernativos y criaderos. Los forrajes
para corte y transporte y para henificar se producen en pequeños predios o son sembrados bajo los
cereales, en áreas para conservación de aguas y suelos, en áreas de exclusión del ganado y en
áreas específicas de pastoreo, por ejemplo áreas de los pequeños productores de leche. El forraje
de las tierras mejoradas es usado para alimentar cerca de la mitad de las vacas lecheras de raza
pura, los terneros y los toros jóvenes en los programas de engorde.

Sugerencias para mejoramiento

Para mejorar la cantidad y la calidad del heno de los distintos forrajes, deberían ser consideradas en
el futuro las siguientes intervenciones:

estimular a los agricultores a la cosecha temprana del heno, antes de que las plantas maduren;

secar y almacenar adecuadamente el forraje, por ejemplo, apilado y almacenado sobre


plataformas de madera o piedra para evitar su deterioro y sombra para la protección del heno del sol
fuerte;

mejoramiento de la utilización de los residuos de cultivos y del heno de pobre calidad de las
pasturas naturales agregando o mezclando el forraje con otro forraje o con árboles leguminosos para
mejorar su calidad;
establecimiento de especies arbóreas de leguminosas forrajeras de modo que las hojas y las
ramas puedan ser usadas como fuente de proteínas en el desarrollo de las lecherías en pequeña
escala.

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