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Pensé que Argos y yo participábamos de universos


distintos; pensé que nuestras percepciones eran
iguales, pero que Argos las combinaba de otra
manera y construía con ellas otros objetos; pensé
que acaso no había objetos para él, sino un
vertiginoso y continuo juego de impresiones
brevísimas. Pensé en un mundo sin memoria, sin
tiempo; consideré la posibilidad de un lenguaje que
ignorara los sustantivos, un lenguaje de verbos
impersonales o de indeclinables epítetos.
El Aleph: El inmortal
Jorge Luis Borges

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La escucha me mueve, me conduce y me dejo
conducir.
Me dibuja paisajes, situaciones.
Me trae sentimientos y estados.

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La escucha iba mutando, iba cambiando luego del
caos. El silencio es un premio, un descanso. Y cuando
de verdad había que hacer silencio entre tantas cosas
que sucedían alrededor se hacía imposible.
Luego con cada audio trataba de decodificar que era,
que representaba en la vida “real”.
Es muy difícil hacer una “comunicación sensible” de
algo que ya está muy arraigado o conocido con lo
simbólico. O basado en experiencias anteriores del
sonido, como plantea Saitta.
Dejar que el sonido mueva el cuerpo, dicte lo que hay
que hacer, es algo hasta en un punto muy difícil;
porque nuestro cuerpo al tener huesos (o sea una
estructura rígida), hace muy difícil poder hacer
algunas ondulaciones o movimientos más
envolventes que sugiere el sonido.
Cuando tuve que mostrar lo que era.
Que difícil me es la comunicación no verbal.
LIBERTAD- ECO

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En la primera parte de la experiencia percibí como
un combo de sonidos envolventes; por momentos los
escuchaba intenso y por otros suaves. Pude percibir
algunas voces (graves y muy agudas).
Me atreví a jugar con la voz como un lenguaje por
conocer.
En la segunda parte sentí como muchos lenguajes
diferentes, imaginé formas y colores con mi voz y la
de algunos compañeros.
Cuando tuvimos que transmitir eso a otro compañero
sentí que entendíamos lo que queríamos decir.
Además podía imaginarme como mi cuerpo podía
expresar ese sonido que salía de mi voz.
(Se me vino una imagen de anoche)

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También puede ser que ruido, lo haya querido dejar
Para que ya no fuera de la carreta, sino de él.
Es un canto a la Rebeldía, que elige algo más allá
de lo que opina la gente.
Una protesta.

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Por lo mucho que perdí
Que no se quede callado
Quien quiere vivir feliz.

Un día monte a caballo

Y sentí que un gran silencio


crecía dentro de mí

Hay silencios en mi guitarra


cuando canta el yaraví.
Lo mejor de mi canto
se queda dentro de mí

Cuando el amor me hizo señas

Y a fuerza de ser callado


callando me consumí.

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Lo ínfimo que trastoca lo eterno, del sentir y el hacer
Conjugados en un retardo pensado el silencio
Jugando permito soltar lo que me impone
Mi propio estar, mecer y florecer.
Entrando allá sin volver a percibir
Ningún otro pertenecer.

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Diversas intensidades. Energía concéntrica. Estímulos.
Relación. Oscilaciones. Cuerpos y voces.
Salidas de adentro y afuera.
Mundo sonoro y envoltura. Umbrales y movimiento.
Calidez Armónica expresiva en la libertad del
movimiento. La escucha deja de ser pura vigilancia y
se convierte en creación compartida. Oído al oído y de
ahí al corazón.
Ritmo presente. Sin él no hay lenguajes.
Signos que nos ayudan en un vaivén sonoro de lo
marcado y lo no marcado. El “otro” como destinatario
de la fábula sonora y pictórica. Instante.

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Escucha amplificada
Escucha diversa
Recorrido amplio
Movimiento y ciencia.

Escucha nueva; distinta


Lo oriental en mis oídos
Y un tono distinto, joven
Improvisar desafíos.

El cuerpo entretenido
Descubre lo original
The Wall me surge en recuerdos
De expresión de este ritual

Ritual grupal, divertido


Abierto a nuevas visiones
Todo es juego, a empezar
A innovar en sensaciones

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En el encuentro de a dos
Cual si fuera de otro mundo
Intentando conectar
En lo diverso del modo

Distinto, complementario
Original, conocido
Todo remite a una historia
O se queda suspendido

Me gusta entrar y salir


A probar lo diferente
En este encuentro grupal
Que anima al sol naciente.

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Alegría
Comunicación Sonora
No verbal
A-
Música
Charlatana
Explorar
Jugar
Soltar
Encontrar

Instante

Klezmer.

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Se sabe lo que se ama; se ama lo que se conoce. Se conoce
lo que a uno llama la atención, me llama la atención lo que
me capta; me capta lo que me vibra, me vibra lo que
percibo, percibo lo que me llega, me llega lo que ingresa a
mi campo, que es quién soy yo: ¿ y quién soy?
Saber quién soy puede costar tanto, pero más promisorio
es saber adónde uno puede ir; eso puedo hacer con el
sonido.
Lo que puedo dar; en la medida que me entregue a la
nueva sonoridad, esa sonoridad puede conquistar mis
sentidos desde una nueva plataforma.

El ser humano en el sonido vibra aun inconscientemente;


no hay modo manera ni momento en que una
característica, atributo o componente del sonido no sea
una alegoría misma de la humanidad con sus ciclos de
muerte y vida.

El sonido debe estar probablemente relacionado con la


estructura del amor; del encuentro y desencuentro, de la
cercana y distante idea de que mientras tengamos un
mundo mucho; pero mucho mejor.

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Risas
Alegría
Sonidos conocidos/desconocidos
Diferentes voces, colores.
Escuchar jugando/comprendiendo
Baila con el ritmo del otro
Hacer propio el sonido darle nuestro movimiento

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Empezó con el tiempo entre todos, después de hacer círculos
fue una experiencia buenísima, el caos genero una
representación de libertad, tomando así la practica e hacer
cualquier sonido y cualquier movimiento como una manera
de libertad. El lenguaje no simbólico era una comunicación
muy agradable con mis compañeros y los movimientos, ya
que al ser libres en cuanto a lo que me sucedía en ese
momento y expresarlo en un encuentro de la palabra hizo
que sea fluido.

Si uno quiere sonar distinto, hay que escuchar distinto.

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El sonido y el ruido me acompañan desde que estaba en
el vientre materno.
Si presto atención a lo que suena dentro de mí y a lo que
me resuena desde afuera obtengo información.
Decodifico, relaciono mis ruidos internos, mis gritos
guardados.
Me dejo envolver o no por el ruido o el sonido.
Me dejo perturbar o no, el oído no se puede cerrar como
los ojos pero si me puedo tapar los oídos. Lo que no
puedo es dejar de escuchar mis voces internas. Mi
diálogo interior entre mi mente? y mis emociones?
Tengo lo que traje, y lo que adquirí con la cultura, con
el tiempo y con el entorno.
Hay cosas dentro de mí que me suenan y otras que
"hacen ruido"

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*Anexo sobre las palabras y las cosas:

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían


en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada
vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un
grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo,
sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban
apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el
trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de
cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un
momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él
aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban,
algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y
paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las
mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios
del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé!
Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y
márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se
resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas,
en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las
gunfias.
Rayuela, Capítulo 68
Julio Cortázar

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Psicoacústica UMAZA
22 y 23 de septiembre de
2017

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