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DRAMÁTICA
Bobes Naves, María del Carmen. 2004. Teatro y Semiología. Arbor CLXXVII, 699-700 (Marzo-Abril 2004), 497-508 pp.
Fischer- Lichte, Erika. 1999. Semiótica del teatro. Madrid: Arco/libros.
Gutiérrez, Fabián. 1989. Aspectos del análisis semiótico teatral.
Kowzan, Tadeusz. 1997. El signo y el teatro. Madrid: Arco/Libros.
A su vez, cada elemento también está compuesto por estos tres elementos, por ende es
una red de signos que son interpretados por otros signos, signos que se interpretan
mutuamente.
SEMISE
A tomar en consideración
Los personajes: Tener ojo con la caracterización funcional de los personajes más que su
estudio como entes literarios de ficción. Se debe determinar las relaciones que cada uno
de ellos mantiene con los demás personajes de la obra, así como su funcionalidad en
relación con los demás elementos del hecho teatral.
SIGNOS
TEATRALES
Sistemas de signos de la
representación
Kowzan (1997) señala hasta trece sistemas de signos en la representación, que clasifica,
según diversos criterios, en signos en el actor y signos externos al actor; signos visuales y
signos auditivos; signos en el tiempo y signos en el espacio; todos ellos localizados en
cinco ámbitos: en el texto oral (palabra, tono); en la expresión corporal (mímica, gesto,
movimiento); en la apariencia externa del actor (maquillaje, peinado, vestuario); en el
espacio escénico (accesorios, decorado, iluminación); y efectos sonoros no articulados
(música, efectos sonoros).
Códigos no verbales no lingüísticos
La/el actor/actriz como signo: genera signos ingüísticos, paralingüísticos, cinéticos (mímicos,
gestuales y proxémicos – Kowzan divide estos últimos, aunque en realidad están en
constante conexión; no se puede separar el movimiento de los signos mímicos y gestuales)
Signos mímicos: según Kowzan (1997), la mímica del rostro es el sistema de signos
kinésicos más relacionados con la expresión verbal. Cuando acompaña a la palabra, la
mímica posee el don de tornarla más expresiva o de atenuarla. A veces incluso llega a
reemplazar a la palabra. Existen varias clases de signos mímicos: emocionales,
corporales, musculares. Sin embargo, es necesario agregar expresiones que descansan
sobre las intenciones de querer comunicar algo, y las reacciones propias del hombre en
circunstancias cotidianas.
Signos gestuales: comprenden varias categorías; los que acompañan la palabra y los que
la sustituyen, los que reemplazan elementos del decorado y vestuario y los que significan
emociones, entre otras categorías.
Signos visuales
Signos proxémicos:
1. signos que se realizan como distancia entre los participantes en la interacción (como un
espacio vacío entre ellos) y como cambio de esa distancia.
2. signos que se realizan como desplazamiento, es decir, como movimiento a través del
espacio.
Movimiento, el cual comprende los desplazamientos del actor y la posición de éste dentro del espacio
escénico. La clasificación del sistema corresponde a cuatro criterios:
- Los sucesivos lugares ocupados con relación a los demás actores, los accesorios, los elementos del
decorado, los espectadores.
- Diferentes formas de desplazarse (lento, rápido, precipitado, en camilla, a pie etc. )
- Entradas y salidas
- Movimientos colectivos
Signos visuales
Movimiento y actitud del cuerpo (gesto); conformado por tres grados o niveles de signos:
- el cuerpo mismo como signo propio, la intensidad o velocidad con las que el cuerpo expresa
significados, y la colocación o posición que adopta el cuerpo para resaltar las más diversas
circunstancias.
- el cuerpo sólo por estar ahí, en un espacio/tiempo, actúa también como un signo que podemos
separar de su movimiento, tiene autonomía propia.
- la intensidad o velocidad corresponde a un grado de signo donde el gesto disminuye o se amplía
en virtud de las emociones que el contexto sugiere expresar.
- movimiento y actitud del rostro (mímica): Existen dos grados de signos miméticos: inconscientes y
conscientes.
Signos visuales
Accesorios: se los sitúa entre el traje y el decorado, por ende pertenecen a dos sistemas de signos. Es un
sistema de signos refuerzos por tanto no constituyen un sistema autónomo de signos (como Kowzan
sugiere), sino grados de signos que revisten para completar a todo sistema de signos según sea el caso
que se presente en el teatro.
Decorado: la tarea primordial de la escenografía consiste en representar el lugar. Pero si se prescinde del
decorado, los elementos del teatro siguen presentes tácitamente. En el el caso de la pantomima, la
ausencia de estos elementos es puramente material. De algún modo siguen estando en el espacio. Su
función es la de evidenciar el lugar de lo acontecimientos. Este sistema de signos puede apreciarse
desde dos puntos de vista. Primero, cuando obedece a signos visuales fuera del actor (objetos
concretos), y en segundo lugar cuando representan signos visuales creados por el actor (imagen
mental).
Iluminación: tiene por función delimitar el lugar o espacio escénico, aislar o poner de relieve a un actor
o a un accesorio con respecto a su entorno, ampliar o modificar el valor de los demás sistemas de
signos. Este sistema ejerce una fuerza sobre la actuación del actor. Además, es un signo en sí misma y
tiene la propiedad de poseer significaciones propias. Denota cosas sin que los otros sistemas lo
adviertan, por ejemplo, si es de día o noche o si viene una tormenta.
Signos auditivos/efectos sonoros no
articulados (fuera del actor)
La música y el sonido: la música es un producto acabado que, manipulado en el teatro, puede
resaltar las circunstancias que se crean conjuntamente con los demás sistemas de signos y,
también, es un efecto sonoro no producido por el actor pero que si se recrea, transforma y
apoya la expresividad del mismo. Según Kowzan sirve para subrayar, ampliar, contradecir y
hasta reemplazar otros sistemas de signos. Desde el punto de vista semiótico, debería
abordarse desde sus elementos constitutivos (ritmo, armonía, melodía), pero esta forma
compete sólo a la semiótica musical y no a la del espectáculo teatral. Además, sólo se refiere
a formas musicales en ópera y ballet y no a la música en el género teatral.
El sonido: Kowzan lo ubica entre los efectos sonoros no articulados producidos fuera del
actor, sin embargo, no considera los efectos sonoros producidos por la voz humana, por lo
que deberían existir dos criterios de análisis.