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(UAPA)
Presentado por:
Matricula:
201800884
Asignatura:
Tema:
Actividad de la Semana VI
Facilitadora:
Eustinia Castro
Fecha de entrega:
24/8/2018
Presenta un informe que incluya de manera cronológica los aspectos más
significativos de la educación en la isla de Santo Domingo durante la época
colonial 1492-1844, toma en cuenta los tópicos especificados en el contenido del tema:
De la sociedad taína no puede afirmarse que tuviera un sistema educativo, sino más bien un
nivel cultural para transmitir sus creencias y su rudimentario alcance tecnológico.
En la isla de Santo Domingo, la educación formal tiene sus inicios desde los primeros días de
la Colonia. Es posible que la enseñanza formal o escolarizada se iniciara en el año 1502 en
un colegio fundado por Fray Hernán Suárez. El gobernador Ovando actuaba por mandato de
la Cédula Real del 1500, que le ordena construir una casa con fines escolares. El currículo
básico comprendía clases de: lectura, escritura, cálculo y doctrina cristiana.
La carencia de información sobre alguna forma de escritura de los taínos hace presumir que
éstos no tenían sistema de escritura y que la transmisión de los elementos simbólicos de su
cultura se realizaba de generación en generación y en forma oral. Esta es la explicación más
racional para la actitud de asombro que muestran los indios cuando observan que los
españoles logran comunicarse a través de un papel: “No fue poca maravilla para los indios ver
cómo por las cartas los cristianos se entendían; y llevan las puestas los mensajeros en un
palillo, porque con temor e acatamiento las miraban, y creían que cierto tenían algún espíritu e
hablaban, como otro hombre, por alguna deidad o no arte humana”.
Los taínos de La Maguana, al igual que todos los demás indios de la isla y de las Antillas,
Carecían de escritura, por tanto, los „saberes‟ se transmitían en forma oral y espontánea.
Había aprendizaje, había enseñanza; es decir, había educación; aun cuando no fuera una
educación sistemática ni formal, ni estructurada según las concepciones modernas ni delas
ideas sobre educación vigentes en la Europa del siglo XV. El aprendizaje se basaba en
cuestiones prácticas: la agricultura, la caza y la pesca, además de las actividades del hogar,
realizadas por las mujeres: los alimentos, las pieles, etc. Las mujeres, principalmente las
vírgenes, tenían que aprender los rituales y las “coreografías‟ a utilizar en las ceremonias.
Una muestra de esta capacidad artística organizada y aprendida fue la escenificada por
Anacaona al recibir a Ovando en ocasión de la Matanza de Jaragua: El recibimiento fue
más esplendoroso que el que se le hizo al Adelantado. Cuando se aproximaron a la población,
Anacaona salió a su encuentro escenificando el Areito de las Vírgenes, diestras en
coreografía por la reina Anacaona .Los taínos del Maguana tenían una simbología que
dominaban, la cual se muestra en sus costumbres, sus areitos, sus juegos, sus principios en
torno a la familia, sus rudimentarios conocimientos de navegación y en su relativamente
avanzado sistema de agricultura. Esta simbología, no entendida en un principio por los
españoles, implicaba una conducta exógama, el respeto por la familia y por la autoridad de los
caciques y el cumplimiento delas tareas asignadas, entre otras acciones. Sobre
el componente religioso de esta “simbología‟ o “cultura‟ de los taínos, Cassá describe: La
religión desempeñaba un papel de primer orden en la cultura taina. Todo el universo mental
de los indios estaba condicionado por un sistema de creencias religiosas bastante bien
organizado y que se hacía común en sus aspectos esenciales a los indios de toda la isla, así
como de otras Antillas vecinas.
A partir de entonces la enseñanza viene a regirse por normas legales establecidas según la
visión política de los gobernantes de turno.
En los que respeta a la educación inicialmente tenía dos fines principales: la evangelización
de los aborígenes y la educación popular indígena. Se pueden encontrar a lo largo de esta
época diversos tipos de instituciones educativas dirigidas a diversas clases sociales entre
las que tenemos:
Educación popular indígena, cuyo objetivo era la evangelización de los indios, la Promovieron
los misioneros franciscanos, uno de sus representantes fue Jacobo de Testera quién a través
de pictogramas y jeroglíficos representaba los pasajes de la Biblia para poder enseñar a los
indígenas, se desarrolló inclusive vocabularios y gramática indígena.
En la Enseñanza Superior Indígena el primer instituto fue el Colegio de Santa Cruz de
Tlatelolco (1537) y primer instituto de educación creado en América fundado por Antonio de
Mendoza, en el que se contaba con educación elemental y educación superior: filosofía,
literatura, retórica, medicina indígena, música y teología. El éxito de esta institución radicaba
en la competencia de los profesores y la calidad de los estudiantes quienes eran
seleccionados para aceptarlos. Desde entonces ya se sabía que con estos elementos entre
otros se podía conseguir una educación de calidad.
Se fundaron los Colegios Universitarios como una opción para los criollos de bajos Recursos
en los que se les otorgaban becas. Esta fueron fundadas y dirigidas por diversas órdenes: o
Los dominicos (Santo Domingo), representados entre otros por Santo Tomás de Aquino, tenía
como característica la eliminación de trabajos manuales y la predicación. O Los agustinos
(San Agustín), que fomentaban la castidad, pobreza y obediencia. O Los jesuitas,
representados por Ignacio de Loyola, dedicados a la educación de la juventud católica,
formando un ejército de Dios al servicio del Papa con el fin de combatirá Satán. Su obra en
materia de educación fue la fundación del Colegio de México que era un colegio de internos,
se le daba importancia al estudio de humanidades. Se dedicaron principalmente a la
educación secundaria.
Durante esta época se presentaron diversas calamidades como la peste, inundaciones,
pobreza extrema, que dejaba muchos huérfanos por lo que se fundaron Escuelas de Caridad
entre las que estaban las Escuelas Pías, que contribuyeron a la decadencia de la educación
elemental pues la educación estaba en manos de sujetos sin preparación que aceptaban dar
clases porque no tenían otra manera de mantenerse como era el caso también de la escuelas
amigas, con el total incumplimiento de las ordenanzas sobre enseñanza.
En cuanto a la literatura, la poesía española desempeña un papel de máxima expresión y
comunicación, es la poesía dominicana. “Con la llegada de los españoles, llegaron al país
romances y cantares del folclore español junto con otras manifestaciones de la cultura
hispánica”. Así pueden considerarse los versos de Lázaro Bejarano en la segunda mitad del
siglo XVI, conocida como las primeras manifestaciones de la poesía popular en Santo
Domingo. El intelectual Max Henríquez Ureña expuso: “España no trajo solo cultura de letras y
libros; trajo también tesoros de poesía popular en el copioso refranero”. El poeta Tomás
Hernández Franco en sus apuntes sobre poesía popular, añade:” El torrente español sobre las
Antillas fue y esto hay que tomarlo en cuenta, también un formidable torrentes de canciones.
De ahí viene casi toda nuestra poesía popular: la copla, la décima, los juegos, las adivinanzas
readaptadas al paisaje o asimilada, toda entera.”
Posiblemente, sean los poetas populares los más conocidos en el país, mencionamos en el
siglo XVIII a Menso Mónica, que fue un escritor satírico de décimas y sonetos selectos; de
finales del siglo XIX, el más conspicuo decimero popular fue Juan Antonio Alix, con raíces
españolas como es esta décima del autor: “Como hay la preocupación, emplearé mi débil
pluma, para darle una lección. Pues esto en nuestra nación ni buen resultado deja: eso era en
la España vieja, según desde niño escucho, pero aquí abunda mucho el negro tras la oreja”.
Otra décima de arraigo popular de origen español es esta: “Tu no parece mujer, Tu pareces
una rosa, tú te me das un parecido a la virgen milagrosa” Existen dos géneros literarios
populares en la cultura dominicana que entroncan a la española. Se trata de refranes y
cuentos. Muchos de ellos constantemente repetidos en nuestra población: ”más vale un malo
conocido que un bueno por conocer”; “a otro perro con ese hueso”. Otras con terminología
criolla tienen indudablemente raíz hispánica: “Yo no soy yagua de ese paquete”; “Auyama no
pare calabazo.” Es interesante consignar que en el lenguaje del campesino dominicano se
puede apreciar variedad de arcaísmos provenientes de tiempos remotos de la colonia, usan
palabras como “asina” por decir sí; “mesmo” por sí mismo. También se emplean los términos
en toda la sociedad dominicana de procedencia hispánica de “Don” para los hombres
respetables y “Doña” para las mujeres casadas. Por otra parte, todos conocemos la pasión del
dominicano por el baile, lo que data de tiempo muy remoto. El Folklorista Fradique Lizardo,
citando a Emilio Rodríguez Demorizi apunta:
“Como origen del español, la cuartilla elegante baile dominicano de antaño, mucho se ha
hablado sobre el zapateo dominicano, y tiene su posible origen en el zapateo español; la
coreografía del zapateo dominicano es mucho más rica y variada, aunque el acto de zapatear
es menos acentuado que el zapateo español”.
En el siglo XVIII los maestros antes del 1780 se organizaban en gremios y congregaciones
después en el Colegio Académico del Noble Arte de la Primeras Letras. A la mitad del siglo
XVIII los pobres y los mendigos empezaron a ser un problema social por lo que se fundaron el
Hospicio para Pobres y la Escuela Patriótica.
Al principio, los franceses llegaron al Mundo como exploradores en busca de una ruta al
Pacífico y riqueza. Las exploraciones francesas en América del Norte se iniciaron durante el
reinado del rey Francisco I. En 1524, fue enviado Giovanni da Verrazzano, italiano de origen,
a explorar la región entre la Florida y la isla de Terranova para hallar una ruta al océano
Pacífico. Verrazano llamó Francesca y Nova Gallia a los territorios entre Nueva España y
Terranova y Labrador, con el objeto de promover los intereses franceses.
La historia del imperio colonial de Francia comenzó en realidad el julio de 1605, con la
fundación de Port Royal, en la colonia de Acadia en Norteamérica, en lo que esa hora Nueva
Escocia, Canadá. Ya unos años antes, Samuel de Champlain había hecho su primer viaje
a Canadá en una misión de comercio de pieles. Si bien no contaba con un mandato oficial con
respecto a este viaje, redacta una carta y escribe, a su regreso a Francia, una rendición de
cuentas titulada Des sauvages (relación de su estancia en una tribu innu cerca de
Tadoussac).
1-Fernández de Oviedo, Gonzalo (1969) Historia General y Natural de las Indias, Vol. I,
Madrid, España.