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Durante el siglo xix hubo un gran cambio en el clima político en el que la ascendente
comunidad industrial y financiera había conquistado la supremacía política. La clase obra
mostraban signos de agitación a pesar de no tener derechos al voto y estar pobremente
organizados.
Para Marx, Mill era el mejor representante de un sincretismo superficial que trataba
de armonizar la economía política del capital con las exigencias que ya no podían ser ignoradas
del proletariado. Marx reafirmo la inevitabilidad de las leyes naturales dándole un giro
diferente. Las leyes que intentaba descubrir no eran universales, ni eternas sino únicas.
Muchos de sus trabajos eran en contra de la tradición clásica del pensamiento económico.
Atacó los procedimientos analíticos empleados por los autores clásicos y sus conclusiones.
Pero, a pesar de las críticas constantes hizo suya gran parte de su estructura analítica. Aunque
le cambio las categorías, y le prestó nuevos significados.
Se replantó los problemas clásicos: Cuáles son las fuerzas que gobiernan la distribución de
la renta y cómo afectan a la evolución a largo plazo de la economía. También se apropió de
descubrimientos clásicos. Enfocó el problema del valor en términos de trabajo y consideró solo
los objetos físicos incorporaban valor.
Para Marx en las formas pre capitalistas la propiedad privada de los medios de producción
estaba lejos de ser general y estaba cualificada por una estructuran reciproca de derechos y
obligaciones de modelo feudal. El surgimiento del capitalismo llevo a un rápido desplome de
estas estructuras. El uso de técnicas mecánicas creó una profunda hendidura en la sociedad.
Quienes poseían medios de producción y quienes trabajaban en ellos. La ampliación del
mercado exigía grados más altos de especialización lo que reforzaba la interdependencia entre
los diferentes componentes del sistema económico. Surge una ironía en la producción
capitalista. Por un lado estaba montada sobre la base de las relaciones de la propiedad privada
y por el otro lado sus procesos de producción implicaban relaciones sociales de carácter
cooperativo.
Marx, a diferencia del pensamiento clásico, consideraba la historia como una sucesión de
etapas gobernadas por leyes inmutables. Los escritores clásicos no comprendieron que cada
etapa histórica estaba gobernada por leyes económicas que le son características. Cada forma
de producción creaba su propio condicionamiento social, de modo que afectaba a todo el
comportamiento humano incluidas las actividades reproductoras del hombre.
Para los clásicos las agrupaciones sociales significativas para el análisis de la distribución de
la renta eran tres:
1- Capitalistas
2- Terratenientes
3- Trabajadores
Marx consideraba que en el capitalismo esto quedaba en solo dos grupos que eran los
propietarios y los que no lo eran.
Para el análisis del valor, Marx, se apropio del enfoque Ricardiano que consideraba que los
bienes de capital eran considerados como trabajo acumulado. La tierra era un elemento
separado en el esquema productivo. Cualquier cosa de la tierra podía reducirse a trabajo
incorporado.
Para Marx el valor de mano de obra quedaba establecido por el trabajo que incorporaba.
El valor de la fuerza de trabajo está determinado como en el caso de cualquier otro bien por el
tiempo de trabajo necesario para la producción y consiguientemente la producción de este
bien particular. El tiempo necesario para proporcionar los medios de subsistencia de la fuerza
de trabajo y permitir su sustitución en la siguiente generación determinaba el valor de trabajo
no cualificado. Esto equivalía a una interpretación del salario medio basado en el nivel de
subsistencia. Marx insistía en que la composición de la cesta de subsistencia no era rígida sino
que estaba sujeta a los cambios del medio social.
Los bienes de primera necesidad establecían el límite por el cual el salario no podía bajar.
Las diferencias de remuneración estaban reguladas por otro tipo de trabajo incorporado que
es el tiempo e trabajo necesario para adiestrar a los trabajadores.
Marx preciso el concepto de trabajo incorporado al establecer las condiciones bajo los
cuales los insumos se consideraban como creadores de valor. Debía tenerse en cuenta el
tiempo de trabajo socialmente necesario es decir el necesario para producir un artículo en
condiciones normales de producción con el grado medio de preparación y la intensidad
prevaleciente en la época.
En el sistema capitalista los obreros están obligados a vender una parte de su tiempo de
trabajo para adquirir los medios de subsistencia. En las condiciones de producción capitalista
se les pediría más tiempo de trabajo a los obreros de lo que era necesario para producir el
valor equivalente a sus requerimientos de subsistencia. Al no poseer una alternativa, los
obreros están obligados no solo a vender su tiempo sino que a hacerlo según los términos y
condiciones impuestos. La jornada de trabajo quedaba dividido en dos componentes: el
tiempo de trabajo requerido y el tiempo de trabajo excedente. La posición ventajosa de la
jerarquía permitía exigir una jornada de trabajo que excedía el necesario y quedarse con ese
valor.
Para Marx, el término de capital se utilizaba referido a los recursos disponibles para iniciar
la producción y sostenerla. Estos podían distribuirse en proporciones variables entre los
insumos productivos necesarios, es decir, mano de obra, materias primas, planta y equipo. En
la tradición clásica se distinguen dos categorías de capital: el fijo y el circulante. Marx lo
modificó dividendo el capital en un componente variable (el fondo de los salarios) y otro
constante (materias primas y asignaciones para depreciación de la plata y el equipo). El trabajo
activo tenia la propiedad única de que no solo producía valor sino más del que tiene el mismo.
- El análisis de la acumulación
Al igual que la tradición clásica, Marx sostuvo que la acumulación provenía de la parte de
la renta percibida por los propietarios de los medios de producción. Mantenía que la
generación de la plusvalía era la característica estructural definitoria del sistema capitalista.
Los trabajadores se veían obligados a ponerse a merced de los capitalistas en su lucha por
subsistir y condenados a contribuir en la generación de la plusvalía. Las consecuencias
quedaban influidas por el uso de la maquinaria. El avance de las técnicas mecánicas
aumentaba el poder de los capitalistas al poner a disposición nuevos instrumentos de control
sobre la duración e intensidad de los insumos de trabajo.
El ritmo de la maquina establecía el del trabajo. Pese a las desgraciadas consecuencias que
pudieran tener para la dignidad de los trabajadores, estos procedimientos elevaban la
productividad. El uso de la maquinaria tenía otros efectos significativos ya que al reducir el
trabajo necesario para hacer una unidad se deprime el valor de los bienes. La inversión en
maquinaria solo sería valiosa cuando desplazara al trabajo. El valor de un bien solo podía ser
reducido en la medida en que disminuyera el trabajo contenido en él. El límite al uso de la
máquina está fijado por la diferencia entre el valor de la máquina y el valor de la mano de obra
desplazada por ella.
- El análisis de la distribución
Marx dio dos explicaciones distintas de las crisis por las que sería destruido el orden
capitalista. La primera explicación estaba construida en torno a una serie de distinciones
elaboradas para representar al sistema capitalista. Se dividía la economía en dos
departamentos, uno era el productor de los medios de producción y otro productor de bienes
de consumo. En ambos se emplean y se consumen medios de producción en el proceso de
creación del producto.
- Acotaciones a la economía marxista