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INTERPRETACION QUE LA CORTE SUPREMA HA DADO A LA NORMA CONSTITUCIONAL SOBRE INDEMNIZACION DEL ERROR JUDICIAL Huco Caupera DELGADO Profesor de Derecho Administrativo Facultad de Derecho Universidad de Chile SUMARIO 1. La responsabilidad extracontractual de} Estado. El derecho a in- demnizacién por los daiios provenientes del error judicial, 2, His- toria fidedigna de las disposiciones sobre indemnizacién del error ju- dicial en las constituciones chilenas. 8. La indemnizacién del error judicial y las bases institucionales de Ja Constitucién de 1980. 4. In- terpretacién que Ia Corte Suprema ha dado a la norma constitucional sobre el error judicial. 5. Andlisis de la forma en. que Ia Corte Su- prema ha resuelto las solicitudes sobre declaracién de haber habido error judicial. 6. Conclusién. 1, LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRAGTUAL DEL ESTADO El poder publico juridizado y orientado a Ia consecucién de un fin tinico (el logro del bien commun), requiere como complemento indis- pensable del control juridico y de Ja responsabilidad extracontractual, si aspira a constituirse y funcionar como Estado de Derecho. La juri- dizacién del poder publico (del Estado) requiere que éste configure sus érganos y sus actuaciones dentro de un marco normativo positive {el ordenamiento juridico), ordenamiento cuya vinculacién obligato- ria es integral y absoluta, desde el momento en que dicho ordena- miento obliga tanto a gobernantes como a gobernados. La juridiza- cién del Estado exige el respeto del principio que indica que mien- Revista de Derecho Publica vol. 1985 (N% 37-38). 335 tras la regla que regula la conducta de los particulares es el de “la libertad”, el principio que regula la conducta del Estado es el de “la competencia”. EI principio de la competencia se expresa en la re- gla de “la habilitacién normativa expresa y previa”, como se seiiala en el inciso 29, del articulo 79 de la Constitucién}. Dentro del contexto sefialado hay que agregar, necesariamente, el efecto resultante de las actuaciones u omisiones antijuridicas prove- nientes de los érganos piiblicos, que no puede ser otro que el de la nulidad respecto de las actuaciones, y de la orden imperativa de ac- tuar que emana del juez cuando se trata de omisiones. Es evidente que para que opere Ja declaracién de nulidad o la orden imperativa de actuar debe existir un control juridico eficiente e independiente, especialmente, un control jurisdiccional integral, respecto del cual sea inadmisible cualquiera pretensién de inmunidad jurisdiccional, La responsabilidad extracontractual del Estado constituye un prin- cipio fundamental dentro de Ia teoria del Estado de Derecho; asi ha sido recogido en diversas disposiciones def Capitulo « “Bases de la Institucionalidad”, de la Constitucién Politica vigente. Se refieren expresamente al principio de la responsabilidad como base fundamen- tal de Ia institucionalidad los incisos finales de los articulos 6? y 79, de la Constitucién?; ademds, esta implicito el referido principio en ta disposicién que dice que “Chile ¢s una republica democrética”®, con lo que se quiere sefialar que la responsabilidad es una consecuencia inescindible de] Estado republicano, consecuencia que esta reforzada por e] calificativo “democrética” que complementa a la voz repiibli- ca, puesto que es propio de los titulares de todo érgano democriatico, cuyo poder deriva de la representacién de que han sido investidos, el 2Esta norma viene del articulo 160 {151) de la Constitucién Politica de 1883; Iuego pasé a ser el articulo 4 de la Carta de 1925; més adelante f- guré como el inciso segundo dei articulo 6? del Acta Constitucional N? 2; y, actualmente, es el inciso 2? del atticulo 7 de la Constitucién de 1980. PArt. 69, inciso 8°.—: “La infraccién de esta norma generard las responsa- bilidades y sanciones que determine la ley”. Art. 79, inciso 3°: “Todo acto en contravencién a este articulo es nulo rd las responsabilidades y sanciones que Ja ley sefiale”, 4En este sentido se pronuncié don Valentin Letelier, primer Profesor de la Catedra de Derecho Administrativo y luego Rector de la Universidad de Chile, en uno de sus célebres dict&menes emitidos en ef ejercicio del cargo de Fiscal del Tribunal de Cuentas. 336 tener que responder de sus actuaciones como de sus omisiones ante sus Tepresentados, en quienes reside el ejercicio directo de la sobera- nfa, “que se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de eleccio- nes periddicas’*. Las normas indicadas estén contenidas en el Capitulo 1 “Bases de la Institucionalidad”, circunstancia que, por si misma, da a las dispo- siciones contenidas en 41 un valor superior respecto del resto de las normas comprendidas, en los demés Capitulos de la Constitucién. La mayor fuerza normativa dé los preceptos que configuran el referido capitulo se hace evidente al intérprete por Ia circunstancia de que sus disposiciones enmarcan, orientan y caracterizan al contexto de las re- glas comenidas en la Carta, disposiciones que no tienen posibilidad juridiea alguna de regir en desacuerdo 0 en contradiccién con las nor- mas de Jas bases institucionales, dentro de cuyo espiritu aquellas de- ben contribuir a completar la institucionalidad fundamental del or- denamiento juridico de la republica. Esta afirmacién que pudiera pa- recer sorprendente tiene, sin embargo, un fundamento muy sdlido: éb esté asentado en Ja afirmacién que sostiene y demuestra que cs en las bases institucionales donde el constituyente primario ha fijado, de manera indeleble, los rasgos esenciales que marcan Ja estructura, la fisonomla, el limite y Ja extensién de las potestades que se confieren al Estado, esto es, al constituyente derivado (Congreso Nacional en el ejercicio de sus potestades para modificar la Carta), al legislative, al Gobierno, a los Tribunales de Justicia y a los érganos publicos en ge- neral, Sélo Ia voluntad expresa y directa del constituyente originario, ejercida plebiscitariamente dentro del cuerpo electoral organizado y: actuando conforme a derecho, serfa juridicamente competente para modificar las bases institucionales, dentro de las que ocupan un Iw. gar destacado las normas que consagran el principio de Ia responsa- bilidad extracontractual del Estado con cardcter genérico, esto ¢s, vir gente respecto de todas y de cada una de las funciones primordiales, t través de las que se expresa ef ejercicio del poder publico en un Estado moderno, nos referimos a las potestades legislativa, de gobier- no y administrativas y a las jurisdiccionales'. tart. 5%, inciso 1°: “La soberanfa reside esencialmente en la Nacién., Su ejercicio se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periédicas y, también, por las autoridades que esta Constitucién establece’ tVer nuestro: “Sistema de la Responsabilidad Extracontractual del Estar 337 Nuestro aserto se sustenta sdlidamente en la calidad del contenido de la norma del inciso final de] articulo 59 de la Constitucién, que dice: “E] ejercicio de la soberania reconoce como limitacién el respe- to a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana”. Esta norma, elegida como ejemplo para ilustrar Ja preeminencia de las dems disposiciones del mencionado capitulo, indica daramente que es por voluntad expresa del constituyente, el que ninguna potes- tad pueda ejercerse en detrimento de alguno de Ios derechos esen- ciales que la Constitucién asegura en favor de todas las personas, bajo ninguna circunstancia y si asi Iegare a acontecer, la sancién al ejer- cicio antijuridico de la atribucién o potestad causante del atropello serfa siempre ¢ inexorablemente la nulidad. Constituye aplicacién del precepto contenido en el inciso final dei articulo 59%, Ja norma del inciso 19, del ntimero 26, del articulo 19 de la Constitucién, que dice que la Constitucién garantiza a todas !as personas: “Ta seguridad de que los preceptos legales que por mandato de la Constitucién regu- Jen o complementen las garantias que ésta establece o que las limiten en Tos casos en que ella lo autoriza, no podrdn afcctar los derechos en su exencia, ni imponer condiciones, tributos o zequisitos que impidan su libre ejercicio”. Esta norma, complementaria de la basica instita- cional del inciso final del mencionado articulo 59, impone al legisla- dor el respeto de la esencia de los derechos 2de cudles derechos? de los que “emanan de Ja naturaleza humana”, los que estan comprendi- dos. en e] articulo 19 del Capitulo m “De los derechos y deberes cons- titucionales”6. El derecho @ indemnizacién por los dafios prouenientes del error judicial La norma constitucional que da lugar a ser indemnizado por los per- do en la Constitucién Politica de 1980”, Editorial Juridica de Chile, die ciembre de 1982. *Hay que tener presente que no todos los derechos contenidos en el ar- ticulo 19 de ta Carta tienen el caracter de “ser esenciales y de emanar de Ja naturaleza humana”, Al mismo tiempo, la enumeracién de los derechos contenidos en el referido articulo 19 no es taxativa o cetrada, como bien Se encargaron de explicitar los comisionados en las Sesiones de Ia Gomi- sién de Estudio de la Nueva Constitucién, inspiréndose en la décima en- mienda de 1a Constitucién de Filadelfia y, también, en Ja Constitucién ita- lana de 1947. 338 juicios provenientes del error judicial est4 inserta dentro de la garan- tla que asegura “el derecho a la libertad personal y a la seguridad in- dividual” (articulo 19 N@ 7), especificamente, en la letra “i” del ci- tado numero yen los siguientes términos: “Una vez dictado sobresei- miento definitive o sentencia absolutoria, el que hubiere sido someti- do a proceso o condenado-en cualquier instancia por resolucién que la Corte Suprema declare injustificadamente errénea o arbitraria, ten- dra derecho a ser indemnizado por el Estado de los perjuicios pacri- moniales y morales que haya sufrido, La indemnizacién sera deter minada judicialmente en procedimiento breve y sumario y en él la prueba se apreciard en conciencia”. @Qué valor juridico se trata en- tonces de proteger con la garantia establecida en la referida letra “i” del némero 7, del articulo 19? En primer término el de la libertad individual, libertad que es condicién esencial para el ejercicio de los demis derechos y Hbertades asegurados por la Gonstitucién. También se indluye el de Ja seguridad individual, en el sentido de que el que no contraviene a las reglas no deberd temer ser privado de libertad ni sometido a proceso, seguridad que le permitirs dedicar sus energias y st capacidad y bienes materiales en provecho propio y en el de su familia, todo ello sin sobresaltos. Estrechamente vinculado a los valo- res sefialados se encuentra comprometido, también, la estimacién o ial que la persona suscita en el o en los medios en aire transcurre su existencia; en este sentido estaria especificamente involucrada la garantla contenida en. el némero 49, del articulo 19, sobre “el respeto y proteccién a Ja vida privada y publica y a la hon- ya de Ja persona y de su familia”. TAI respecto. ver Ia opinién emitida por don Alejandro Silva Bascufian, en la Sesién 119, del § de mayo de 1975. Ademds, por estimarlo pertinente, se reproduce el considerando 13, de la causa Rol N° 28.659, “Luis E. Al- varer Marin y otros", Accién Constitucional de indemnizacién de perjuicios, que dice: “Que, resefiada la evolucién scguida en el desarrolla y verific cién de los detalles y circunstancias de aquel juicio criminal, es del caso puntualizar que el alcance del derecho que instavra la Constitucién Poll- tica de 1980, en Ja letra i) del N° 7 del articulo 19, no es otro que velar y proteger la dignidad de las personas, resarciéndoles los perjuicios efectivos © simplemente morales que hubieren sufrido por una resolucién judicial injustificadamente errénea 0 arbitraria, que los hubiere sometido a proceso o a satisfacer condena; entregando a esta Corte Suprema el pronunciamien- to sobre la procedencia de tal derecho, en cada caso particular que se le requiricra”. 339 2 HISTORIA FIDEDIGNA DE LAS DISPOSICIONES SOBRE INDEMNIZACIGON DEL ERROR JUDICIAL EN LAS CONSTITUGCIONES CHILENAS Es en la Constitucién de 1925 donde por primera vez se consagra el derecho a indemnizacién por los dafios provenientes del error judi cial. En la Subcomisién de Reformas Constitucionales. correspondid a] comisionado sefior Nolasco Cardenas la iniciativa en esta materia, para lo cual propuso la inclusién en el texto de la Carta de un pre- cepto que estableciera “La responsabilidad del Estado y de los parti- culares en caso de prisién indebida”®, precepto que se contendria en él capitulo referente a la Adminitracién de Justicia o en el relative a los derechos garantizados por la Constitucién. En. la misma sesién don Luis Barros Borgofio, pese 2 considerar un tanto superflua dicha indicacién, se declaré dispuesto a aceptar como principio general guna idea de este tipo en relacién con las prisiones arbitrarias., En Ja ocasién, la Subcomisién “acordé consignar la idea del sefior Car- denas en la parte correspondiente”. Cerca de un mes después de la referida iniciativa, el sefior J. Gui- Hermo Guerra con motive de proponer alterar el orden de ciertas dis: posiciones contenidas en el proyecto de reforma constitucional, sugt- tié ubicar “en sexto lugar el articulo propuesto por el sefior Cardenas sobre indemnizacién a los que hubieren sido injustamente apresa- dos”, Con motivo de la primera prueba del Proyecto de Constitucién se da lectura al art. 22 que dice: “Todo individuo en favor de quien se sobreseyere definitivamente, tendrd derecho a indemmizacién de los particulares o del Estado por los perjuicios efectivos o meramente morales que hubiere ‘sufride injustamente”, disposicién que en opi- nién del comisionado don Romualdo Silva Cortés puede “dar margen. a responsabilidades que impliquen excesivos gravamenes para el Es- tado”, este criterio fue compartido por el sefior Pedro N. Montene gro. Don Romualdo Silva Cort¢s en seguida aduce “que acaso fuera Sesién 19, del 8 de junio de 1925, ‘Sesién 26, del 7 de julio de 1925. 340 preferible establecer la responsabilidad del funcionario judicial en Ios casos de perjuicios sufridos injustamente por algun particular”; in- tervencién que aprovecha el sefior José Maza para decir que “cree que, para evitar el peligro que se sefiala, podria redactarse.esta dis- posicién en forma de establecer que el perjudicado tendra derecho a indemnizacién en la forma que determine la ley”, proposicién que fue acordada en este sentido. En la segunda prueba del Proyecto de Reforma, la disposicién fi- guré de la siguiente manera: “Art. 20 (Nuevo). Todo individuo en favor de quien se sobreseyere definitivamente, tendr4 derecho a in- demnizacién, en Ja forma que determine la ley, por los perjuicios efec- tivos o meramente morales que hubiere sufrido injustamente”20, Luego, en la trigésima primera sesidn, del 30 de julio de 1925, el secretario de la Subcomisién da cuenta de la indicacién de don To- mas Ramirez en el sentido de suprimir el articulo 20, disposicién que ¢s calificada de “grave” por el sefior Barros Borgofio. Por su parte, el sefior Edwards Matte opina que “antes de aprobar este articulo debe consultarse con Mr. Kemmerer, porque costaria muy caro”. El sefior Briones Luco “cree que esta disposicién no se contempla en ninguna Constitucién”, a lo que el Presidente de la Republica contesta dicien- do. que: “en: realidad, es fuerte la disposicién, y probablemente mu- chisima gente va a votar en contra de la Constitucién sélo por este articulo”. El secretario aduce que: “en Francia se ha establecido en algunos casos, que si no paga el funcionario respectivo, indemniza el Estado”. Interviene el Presidente, expresando que: “este es un prin- cipio doctrinario no mds, que no podra tener aplicacién mientras la ley no Io consulte y la indemnizacién debera pagarla la persona que ella establezca”. En seguida, se procedié a desechar la indicacién del sefior Carlos Contreras Labarca, destinada a sustituir el articulo 20 por el siguiente texto: “Todo individuo en favor de quien se pronun- ciare sentencia absolutoria, se sobreseyere definitivamente 0 se aco- giere un recurso de amparo, tendr4 derecho a indemnizacién en la forma que determine la ley por los perjuicios pecuniarios 0 morales que hubiere sufrido”. Acto seguido, se informa acerca de la iniciati- va de los sefiores Galdames, Ferndndez Pefia y Salas Marchan, desti- nada a sustituir el mismo articulo por el siguiente: “Todo individuo ™Idem, 341 en favor de quien. se sobreseyere definitivamente por no afectarle et hecho materia del proceso, tendra derecho a indemnizacién, en la for- ma que determine Ia ley, por los perjuicios que en su persona o en sus bienes hubiere sufrido injustamente”. A continuacién don Nolas- co Cardenas “recuerda que cuando se lanz6 esta idea, se dijo que si la justicia cometia error en perjuicio del procesado, el Estado debia indemnizarlo. Asi cs que si Uega a dictarse la ley, se establecer4 tam- bién en ella ese procedimiento”. Fl Presidente de la Republica pro- puso que “se deje el articulo tal como estd en el proyecto”, indica- cién que ast fue acordada. En la publicacién rotulada “Proyectos Definitivos de Reforma de la Constitucién Politica de la Republica de Chile”, sometido al ple- biscito del $0 de agosto de 1925, ta referida norma es del siguiente tenor: “Todo individuo en favor de quien se dictare sentencia abso- lutoria o se sobreseyere definitivamente, tendré derecho a indemniza- cién, en la forma que determine 1a ley, por los perjuicios efectivos o meramente morales que hubiere sufrido injustamente” (Art. Nuevo). Entre Ja vigencia de la Constitucién de 1925 y Ia de 1980 rigid, hasta el 10 de marzo de 1981, en cuanto ataiie especificamente a la disposicién que nos gcupa, el decreto-ley 1852, p.0., def 18.9.1976, sobre Act# Constitucional N9 8 “De los derechos y deberes constitu- cionales”, cuya letra £, del N9 6, del articulo 19, establecié la indem- nizacién por el error judicial en los términos siguientes: “Una vez dictado sobrescimiento definitivo o sentencia absolutoria, el que hu- biere sido sometido a proceso o condenado en cualquier instancia por resolucién que la Corte Suprema declare injustificadamente errénea o arbitraria, tendra derecho a ser indemnizado por el Estado de los per- juicios patrimoniales y morales que haya sufrido. La indemnizacién serd determinada judicialmente en procedimiento breve y sumario y en él la prueba se apreciarA en conciencia”. La historia fidedigna de la norma reciém transcrita, en sus aspec- tos medulares, comienza con la determinacién del sentido en que de- berd entenderse la responsabilidad del Estado-juez. Sentido que da el Ministro de Justicia en la sesién 117, de 29 de abril de 19754, cuan- do dice: “aqui lo que se establece fundamentalmente es el derecho de la victima del error judicial..., esto es, un dafio producido en BEI sefior Schweitzer. 342 virtud de ese error judicial, esto debe ser indemnizado y esta indem- nizacién es de cargo del Estado. Este Ministro, en sesién N9 118, del 6 de mayo de 1975, expresa: “que en el fondo del problema, de las dos situaciones que ie sefialan en el actual precepto (la absolucién o el sobreseimiento)!? se fundan en el error judicial; esto es, cuando por error se ha estado inculpando a un sujeto cuya inocencia después se establece”; el Ministro complementa su idea, agregando: “que él inocente, el que ha estado en la cércel y que ha sido sometido a pro- ceso, y Ja sentencia reconoce su inocencia, ese si que tiene derecho a la indemnizacién. En otros casos no”. El Presidente de la Comisién de Estudio1® dice que: “es fundamental que consagre el derecho a la indemnizacién cuando una persona ha sido condenada injustamente por un error judicial craso”. Respecto de las circunstancia (motivos) que pondria en funciona- miento esta responsabilidad, segtin el Presidente de la Comisién serfa necesario la concurrencia de las siguientes: “En primer lugar, tendria lugar solamente respecto de las personas sometidas a ‘proceso, no de Jas detenidas. En segundo lugar, seria requisito que 1 sometimiento a proceso haya acaecido en virtud de errores injustificados 0 resolu- ciones arbitrarias, declarados por la Corte Suprema. En tercer lugar, hay acuerdo en que para que opere-esta garantia, es necesario que se haya dictado una sentencia absolutoria 0 un sobreseimiento defi- nitivo. Y por tltimo, que el procedimiento a que dé lugar esta in- demnizacién sea breve y simario”!4, En lo que concierne a la naturaleza de los dafios cubiertos por la indemnizacién del error judicial, don Alejandro Silva Bascufidn: “se inclina por poner el dafio moral, porque cree que en este tipo de juicios es més grande el dafio moral que el patrimonial. Una perso- na afectada injustamente por un proceso sufre mds moralmente que patrimonialmente"15. Teniendo en consideracién la experiencia de Ia inoperancia del articulo 20 de Ja Constitucién de 1925, en razén de no haberse dic- tado Ja ley complementaria, el sefior Evans de la Cuadra dijo que: “seria tal vez conveniente que el afectado pudiera accionar sin ne- Ver pp. 26 y ss. EI sefior Enrique Ortizar Escobar. “Sesibn 119, del 8 de mayo de 1975. “Idem. 348 cesidad de ley complementaria” de manera que el afectado “tuviera la tranquilidad de que en Ja apreciacién del dafio moral, el juez no se va a guiar, para ponderar la validez de la prueba rendida, por las yeglas reguladoras de Ia prueba, que son excesivamente restrictivas en el Cédigo de Procedimiento Civil, sino que se va a guiar por su con- ciencia’!®. El Presidente de la Comisién resume los puntos concor- dantes, al decir que: “habria acuerdo en principio para que la indem- nizacién sea de cargo del Estado y para que solamente tenga lugar en caso de errores judiciales manifiestamente injustificados o de arbi- trariedades”17, Este comisionado perfila mds nitidamente el sentido de la norma, diciendo: “le parece que la mayoria de la Comisién se inclina por el camino de limitar este derecho sélo a los casos en que la resolucién haya sido injustificadamente errénea o arbitraria y le parece que, tanfbién, hay acuerdo para que el derecho a la indemni- zaci6n pueda tenerlo la persona privada de libertad, sea por una mera detencién —si ésta ha sido arbitraria o injustificada, en defini- tiva—, como si ha sido sometida a proceso, aunque en este punto ha- bria que resolver, en atencién a la posicién discrepante que tienen algunos miembros de la Comisién”18, Relativo a Ja naturaleza de las resoluciones que pueden poner en marcha esta responsabilidad, el sefior Evans expresa lo siguiente: “cree que hay que referirse mas bien a la resolucién judicial que al juicio, puede ser el auto encargatorio de reo, el cual puede ser erré- neo o injusto; Ia misma caracteristica puede tener la acusacién; la misma caracteristica puede tener la sentencia condenatoria de prime- ta instancia, y la misma caracteristica puede tener a sentencia de se- gunda instancia, Cuatro resoluciones, por lo menos, que pueden ha- ber sido, en definitiva, injustificadamente erréneas 0 arbitrarias, y asi declararlo la Corte Suprema. Por eso, prefiere hablar de resolucién judicial, porque fo que la Corte Suprema va a examinar es cudl de elas fue injustificadamente errénea o arbitraria”!9 Respecto de la coexistencia de responsabilidades o cimulo de res- ponsabilidades, el sefior Silva Bascufian manifesté: “que desea dejar testimonio de que le parece evidente que esta responsabilidad del Es: “Idem. “idem. *Sesion 120, del 13 de mayo de 1975. Sesion 122, del 20 de mayo de 1975. 344 tado es sin perjuicio de la responsabilidad subsidiaria que correspon- da al autor de la resolucién que se impugna; esto es, de los derechos que tenga el Estado respecto de los responsables es estos casos de in- demnizacién”?0. La Constitucién de 1980 que entré en vigor el 11 de marzo de 1981 reprodujo en idénticos términos la norma sobre indemnizacién del error judicial contenida en el Acta Constitucional N9 321. 3 LA INDEMNIZACION DEL ERROR JUDICIAL Y LAS BASES INSTITUCIONALES DE LA CONSTITUCION DE 1980 Si Ja actual Constitucién hubiera omitido referirse expresamente al derecho a indemnizacién de las victimas del error judicial, el derecho a este tipo de indemnizacién procederia en todo caso y, mas atin, él tendria lugar en condiciones menos restrictivas que las establecidas en la letra i), del N9 7, del articulo 19 de la Carta de 1980. En efec- to, habfamos sefialado que las normas contenidas en el Capitulo 1 “Bases de la Institucionalidad”, tienen una jerarquia superior a la del resto de las normas constitucionales, tanto por su naturaleza in- trinseca como por el nombre del capitulo en que se contienen, el cual, explicitamente, esta sefialando, desde el comienzo, que las nor- mas de que se trata fijan la estructura y el sentido que deben tener y ser interpretadas las demas disposiciones contenidas en el contexto de la Constitucién. Esta afirmacién se hace evidente al considerar que las normas que configuran la Constitucién son algo mas que una suma o agregacién de disposiciones, sino que, muy por el contrario, ellas obedecen a una estructura, del mismo modo que lo hacen las piedras de que se.compone una catedral, esto e3, las normas de la Constitucién estan ordenadas y tienen un contenido y un sentido que corresponde, necesariamente, a una idea central predeterminada, idea matriz que, en el caso de la Carta de 1980, esta contenida en el Ca- pitulo 1 “Bases Institucionales”, *Sesién 124, del 27 de mayo de 1975. “Letra f) del N° 6 del articulo 1° del decreto-ley N° 1.552, del 13 de septiembre de 1976, Acta Constitucional N° 3. 345 En primer término, diremos que la solucién al problema plantea- do en la hipétesis de no existir la norma contenida en la letra i), del N@ 7, del articulo 19, se encuentra en los incisos finales de los articu- los sexto y séptimo de la Constitucién, incisos que, ademas, hay que interpretar en relacién con el tenor de los articulos a que pertene- cen. Ambos incisos establecen la responsabilidad como consecuencia del incumplimiento de la obligacién que pesa sobre todos los érga- nos del Estado, sin excepcién, de conformar sus actuaciones a las nor- mas constitucionales y a las demds reglas dictadas en conformidad con aquélla; el principio sefialado tiene un grado de validez integral y absoluto, como Io indica textualmente el inciso segundo, del arti Jo 69; la contravencién a lo ordenado en el referido articulo “gene- rar4 las responsabilidades y sanciones que determine Ia ley’22. Por su parte, el inciso primero del articulo 79 en relacién con el inciso cuarto del artfculo 19, indican los requisitos para que las actuaciones provenientes de los érganos estatales, sin excepcién, sean validas, di- chas normas exigen la investidura regular de los integrantes de dichos érganos, que sus actuaciones estén basadas en su competencia, que sus actos se emitan en conformidad con el procedimiento a que de- ben sujetarse sus resoluciones y que éstas se orienten, exclusivamente, al fin de interés general especifico que emana de su competencia. La competencia de todos los érganos estatales se rige por el principio constitucional de Ia habilitacién normativa expresa y previa, como 'o prescribe el inciso segundo de este articulo. Finalmente, el inciso fi- nal establece que “todo acto en contravencién a este articulo es nulo y originard las responsabilidades y sanciones que la ley sefiale”. De cual Tev se trata? En primer término de la ley de leyes, es decir, de la Constitucién, motivo por el que atin en ausencia de Jey se aplicarfan estos preceptos constitucionales, en virtud de la preeminencia de la Constitucién, y en atencién a lo expresado por los dos primeros in- cisos de los articulos 69 y 79. A las disposiciones constitucionales citadas, hay que relacionar la norma del-inciso final del articulo 5? en armonia con el inciso pri- Art, 6°.— “Los érganos del Estado deben someter su accién a la Cons- titucién y a Jas normas dictadas conforme a ella”. “Los preceptos de esta Constitucién obligan tanto a los titulares o inte- grantes de dichos érganos como a toda persona, institucién 0 grupo”. “La infraccién de ésta iorma generar4 las responsabilidades y sanciones que determine la ley”. 346

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