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Guillermo González
Correo curso: romanos.galatas2018@gmail.com
Contraseña: romanos2018
06.03.2018
La iglesia de Roma es una iglesia que no fundó Pablo. En esta epístola, se encuentra todo lo que Pablo
enseñaba presencialmente a las iglesias. “El que entiende la epístola a los romanos entiende el
evangelio”.
Introducción general al género epistolar: el término epístola (del griego epístole) es la palabra más
común para carta (del griego gramma). Sin embargo, existe una clara distinción entre ambos términos.
Originalmente las “epístolas” de Pablo fueron cartas con enseñanzas personales, pero con el tiempo
se convirtieron en epístolas ‘universales’. Para comprender estas epístolas, primero debemos
entenderlas como cartas; es decir, se debe comprender la intención original del autor, pensando en
sus receptores inmediatos.
A diferencia de los oráculos proféticos, que revelan la voluntad de Dios para su pueblo, o la poesía
que expresa el sentimiento de su autor hacía Dios, la epístola es un escrito personal hecho por un
hombre y para los hombres. Si hay algo que se debe considerar en los escritos paulinos es que Pablo
no escribió directamente sus cartas, sino que empleaba un amanuense. Por lo general el apóstol se
limitaba a saludar o firmar.
Las cartas paulinas se dividen en 4 grandes grupos:
Esta es la carta más sistemática de pablo; es la carta teológica por excelencia del Nuevo
Testamento.
Pablo usa extensamente el antiguo testamento como base de la autoridad teológica para la
presentación del evangelio (1:1-5; 3:9-19; 4:1-25).
Es la carta paulina que expone con mayor claridad y profundidad la doctrina de la
justificación por la fe en Jesucristo (caps. 3, 4 y 5).
Es la carta que expone con mayor profundidad la realidad espiritual de Israel (caps. 9, 10 y
11).
Romanos contiene el más penetrante análisis de la Biblia acerca del rechazo de Cristo por los
judíos (caps. 9-11).
Descubre con mucha claridad la universalidad del pecado y la condenación de toda la
humanidad (cap. 1 y 2; 5:12-21).
Enseña de manera muy practica la vida y servicio cristiano, poniendo como base, el culto
racional, la sujeción a las autoridades y el trato al hermano más débil (caps. 12, 13 y 14).
13.03.2018
ROMANOS 1
La naturaleza del evangelio de Jesucristo (1:1-17)
Tiene su origen en Dios (1:1, 9): No es un evangelio de hombres, sino que es el evangelio (el
mensaje) de Dios. Por tanto, la iglesia no tiene un mensaje propio, sino que presenta el
mensaje de Jesucristo.
Estaba prometido en el Antiguo Testamento (1:2):
Es Cristo-céntrico (1:3):
Tiene implícito tres llamados: (1) a ser de Jesucristo [1:6]; (2) a ser santos [1:7]; y (3) a ser
apóstoles [1:1, 5]
Busca persuadir a los hombres para que obedezcan la fe de Cristo (1:5)
Para los creyentes en Cristo el evangelio es una deuda (ofeilete) ineludible (1:14): somos
deudores de la gracia que Dios nos ha dado.
Es el método de Dios para salvación (1:16): No es por medio de la liturgia ni las costumbres,
sino que el evangelio de Jesucristo es el medio de Dios para salvación.
En el mensaje del evangelio se revela la justicia de Dios que es en Jesucristo (1:17): se
muestra nuestra justicia, la cual no es nuestra, sino que es la justicia de Cristo atribuida a
nosotros por medio de la fe.
20.03.2018
EL JUSTO (DIKAIOS) JUICIO (KRISIS) DE DIOS
ROMANOS 2
La condenación pesa sobre todo el genero humano. Pablo dice “eres inexcusable, no importa
quien seas” (2:1)
Se infiere de la lectura que la gran razón de la condenación humana es la soberbia. Pablo
dice: “por tu dureza y por tu corazón no arrepentido” (2:5)
Dios juzgará al mundo sobre 5 bases:
Según la verdad de Dios (2:2) se refiere a la omnisciencia de Dios, Dios conoce todas las
cosas, sabe la verdad de cada uno.
Según las acciones humanas (2:6-10)
Según la ley (2:12); para los que están bajo la ley, la ley será un elemento de juicio
Según la consciencia (2:14-15); para los que están fuera de la ley, pero aun así la cumplen
Según Jesucristo (2:16)
3 grandes principios de juicio:
Principio de universalidad (1:9-10) todos los hombres son juzgados por Dios, ya sea judío o
gentil.
Individualidad (2:1, 6, 11) cada cual paga por su propio pecado, cada uno es responsable ante
Dios
El principio de culpabilidad (2:12-16)
Aspectos importantes de los principios de juicio:
Perdón de pecados: se quita la culpa y el castigo merecido por nuestros pecados, siendo
traspasados a un sustituto.
Restauración al favor divino: El creyente entra en una paz con Dios y goza de todos los
favores propios de la comunión con él.
Imputación de la justicia de Cristo: El creyente no solo es perdonado, sino que también es
vestido de la justicia de Cristo.
*Ezequiel 18: Sermón para la Iglesia
Ilustración “muertos al pecado” si un hombre fue un adultero toda su vida, un mujeriego, y se muere,
por más que se traigan mujeres a su urna el muerto no reaccionará, porque está muerto.
La nota aclaratoria: Abraham, el perfecto ejemplo de que la fe justifica al pecador. Este fue
justificado por la fe, no por la justicia de la ley. La misma fe que justifica a Abraham, es la fe que
justifica a los cristianos.
Grandes resultados de la justificación por la fe: (1) Tenemos paz para con Dios. Antes estábamos
sujetos a ira, excluidos de la presencia de Dios, enemigos de Dios; pero por medio del sacrificio de
Cristo, tenemos paz para con Dios. Ya no existe ira, ni enemistad, hemos sido reconciliados con Dios.
“creo que Jesús es el Señor, por tanto, debo someterme a su señorío”
10-04-2018
MUERTOS AL PECADO
ROMANOS 6
Así como Cristo murió y resucito, también nosotros hemos muerto a la naturaleza pecaminosa
y hemos resucitado en una nueva vida.
En esta nueva realidad espiritual, el creyente en Cristo no está obligado a pecar, puede vivir
la santidad que Dios demanda.
El bautismo en agua es la figura simbólica que ilustra la muerte, sepultura y resurrección de
cada creyente con Cristo.
17-04-2018
Los creyentes han muerto a la ley, por ende, la ley no es un instrumento de juicio para el que cree. La
ley ya no tiene poder para condenar al pecador que tiene fe en Jesucristo, porque este ya ha muerto.
La apología paulina de la ley
Los estoicos enseñaban que había muchas cosas que ellos llamaban adiáfora, es decir,
indiferentes. En sí eran neutrales, ni buenas ni malas. Hay ciertas coas, como son, comidas,
días, fiestas, lugares, que en sí mismas no son buenas ni malas (colosenses 2:16-19).
Las convicciones u opiniones de los fuertes y de los débiles deben ser respetadas por ambos;
el que juzga cada convicción es Dios (14:7-8).
Las acciones “no malas” de los fuertes tienen su límite en la conciencia de los más débiles,
por lo que se debe tener cuidado de no lastimarles con temas que son de carácter relativo.
El tribunal de Cristo juzgará un día las conductas de cada creyente; cada uno responderá por
sí mismo (14:10; 2 corintios 5:10; 1 corintios 3:10).
El reino de Cristo es una realidad espiritual que no tiene que ver con asuntos de tipo doméstico
o terrenal. No es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
o Paz: El estado de quietud en el corazón, basado en el conocimiento que se tiene de
Dios, y en la confianza que él tiene el control de todas las cosas. Es la paz de Dios la
que debe gobernar la mente del creyente (Filipenses4:7; Colosenses 3:15)
o Gozo: es el estado de deleite que provoca el amor de Dios. Permite que el creyente
viva la intimidad con el Señor y que, además, enfrente y supere todas las adversidades
porque tiene confianza en la gracia divina y en sus promesas.
La carencia de convicciones firmes (fe) es pecado (romanos 14:22-23; Santiago 1:6; hebreos
11:6).
12-06-2018
GÁLATAS
LA CARTA DE LA LIBERTAD CRISTIANA
¿Quiénes eran los gálatas? Los gálatas eran un grupo de bárbaros conocidos como celtas
(celtas no habla de un grupo racial, sino de un concepto geográfico. Provenían de una tribu
llamada los galos (de ahí el nombre, gálatas). Algunos de los celtas invadieron macedonia y
después a Asia Menor. A la conquista por los romanos esta región se convirtió en una
provincia del imperio. En esta se incluyeron las ciudades mas al sur como Listra, Iconio y
Derbe. En los tiempos de Pablo esta provincia era conocida como Galacia.
El carácter de los gálatas. Eran conocidos por su inestabilidad. Eran celosos por un asunto
espiritual en el presente y después fríos por el mismo asunto.
La escritura de la epístola. La narración bíblica dice que Pablo fundo un grupo de iglesias
en la región de Galacia del Sur (Hechos 13-14). Las cuales volvió a visitar en su segundo y
tercer viaje misionero (Hechos 16:1-6; 18:23). Algunos eruditos piensan que estos últimos
textos no se refieren a la visita de Pablo a Galacia del sur (o una provincia romana), sino que
pablo fue más al norte donde estaba la región de Galacia del norte (galos griegos). Entre esto,
tenemos los siguientes argumentos:
Galacia del norte: Pablo escribió la epístola después de haber fundado iglesias en
Galacia del norte (Hechos 16:6). La escribió cuando ya el concilio en Jerusalén había
pasado. Los que promueven este punto de vista dicen que cuando Pablo escribió el
cp. 2:1-10, él tenía en mente el concilio de Jerusalén y su decisión.
Galacia del sur: esta epístola fue escrita a las iglesias de la región del sur que Pablo
y sus compañeros establecieron en el primer viaje misionero (hechos 13-14). Lo
bueno de esta teoría es que se puede decir que pablo escribió su epístola temprano o
fue escrita antes del Concilio de Jerusalén registrando en hechos 15. También se
puede concluir que fue escrita después del concilio de Jerusalén. Esta teoría es
flexible acerca del tiempo en el cual fue escrita la epístola.
Fechas probables. Todo depende de la postura que se tome respecto a los destinatarios. Si
se piensa que fue escrita para Galacia del sur, probablemente la redacción fue en 49 ó 50; si
se considera la hipótesis de Galacia del norte, probablemente fue escrita en 54 ó 55.
Ocasión de la epístola. La razón más obvia del propósito fue la presencia de las enseñanzas
legalistas. Estos eran conocidos como judaizantes y enseñaban la circuncisión como un
complemento para la salvación. Algunos argumentan también que fue escrito para que Pablo
defendiera su apostolado.
Propósito. el primer propósito es refutar a los judaizantes y hacer un llamado a los cristianos
a la fe y libertad en Cristo. El propósito puede ser resumido como “un llamado a la libertad”.
Autor. El autor se especifica explícitamente en los primeros versículos, reconociendo a Pablo
como escritor de la epístola.
Estructura literaria de la carta:
Prologo 1:1-1:10
1° parte; discurso narrativo 1:11-2:21
2° parte; discurso doctrinal 3:1-4:11
3° parte; discurso polémico 4:12-5:12
4° parte; discurso exhortativo 5:13-6:10
Visión panorámica de la carta: Se infiere, por el contenido de la carta, que los judaizantes
atacaban a Pablo a fin de socavar su influencia en la iglesia. Le acusaban de cuatro situaciones en la
iglesia: (1) no tenía autoridad apostólica, pues, no era uno de los doce [1:1, 11-24]; (2) su mensaje
no procedía de los apóstoles que estaban en Jerusalén [2:1-2]; (3) el evangelio que Pablo predicaba
desconocía la vigencia de la ley [2:15-16]; (4) lo consideraban un apostata del judaísmo y su
evangelio de propia invención [1:11-17].
Características especiales de Gálatas: (1) es la más enérgica carta del NT que defiende la naturaleza
del evangelio de la gracia: su tono es agudo, intenso y vehemente. (2) Refleja el carácter agresivo y
apasionado de Pablo; un corazón muy pastoral, pero a la ves muy ofensivo con sus enemigos.
26-06-2018
El tema de los judaizantes estuvo presente desde que Cristo ascendió a los cielos. Pedro, siendo
ministro del Señor y todo, participó del legalismo judío durante veinte años. Tan solo en el concilio
de Jerusalén accedió a abandonar su judaísmo. Si no fuera por el apóstol Pablo, es muy probable que
hoy todavía fuéramos sometidos a circuncisión.
Dios siempre condenó el formalismo religioso de su pueblo (Is. 1:10-18; Am. 5:21-27; Mat.
15:8-9)
Quien entra en el formalismo religioso, cae (se separa) de la gracia de Dios (5:4)
En Cristo lo más trascendental es la fe expresada en amor (5:6)
La total sujeción al Espíritu de Cristo impide dar lugar a las obras de la naturaleza pecaminosa
(5:16-18; Ro. 8:6-8)
Las obras de la carne (gr. Sarx) es la expresión que se usa para referirse a las acciones de la naturaleza
pecaminosa. Son personas que han abrazado la fe en Jesucristo, pero aún así se comportan como
naturales. En otras palabras, el pensamiento del apóstol es: “una conversión a medias es carnalidad”.
Por lo cual, a la luz de la misma Palabra de Dios, las obras de la carne son el enemigo número uno
del creyente y el impedimento para la salvación (5:21; Ro. 8:13). Entre las obras de la carne que Pablo
menciona tenemos:
Dolos (adulterio): se alude a conductas engañosas a través de las cuales se viola
especialmente la santidad del matrimonio. Por lo general, del dolos se pasa inmediatamente
a la phorneia (fornicación). El dolos es romper con los votos del matrimonio, es cometer
adulterio.
Phorneia (inmoralidad sexual): se refiere a todas las conductas de carácter inmoral,
especialmente las de tipo sexual; sexo ilícito y pornografía.
Akatarsia (impurezas): indica las acciones sensuales de las personas. En la Biblia, la
impureza se entiende también como falta de santidad.
Aselgeia (lascivia): indica una vida carente de frenos respecto a los apetitos de la carne. En
este caso no hay ningún valor moral que limite o rija la vida de las personas.
Eidolatres (idolatría): alude a las acciones que indican inclinación del corazón hacia rodo
aquello que no sea Dios; esto es, imágenes, objetos, avaricia.
Odio (oktra): antipatía y enemistades.
Celos (zelos): envidia por el éxito de otros.
Ira (thumos): enojo explosivo que lleva a acciones violentas
Orgias (komos): desenfreno en placeres sexuales.
El diablo tiene cabida para tentar en el creyente en la medida que el creyente, en su carnalidad, le da
el espacio. Pablo resalta en estos asuntos la carnalidad del creyente, no el actuar del diablo en
nosotros. Exagerar la obra del diablo en la vida del creyente es atribuirle una responsabilidad que a
la largan o le corresponde. El ser humano es responsable por su pecado y si es tentado, lo es por su
propia carnalidad.
Contrario a las obras de la carne tenemos los frutos del Espíritu. Es la manifestación del Espíritu
Santo en la vida de cada persona. Este tiene directa relación con el carácter cristiano, es la evidencia
de la santificación del creyente; es decir, refleja la virtud del creyente que va en camino a la madurez.
Entre los frutos del Espíritu que Pablo menciona tenemos:
Agape (amor): es la virtud que más identifica al creyente con Dios; “Dios es amor”. Es la
capacidad del Espíritu para desarrollar interés y búsqueda del mayor bien de otros sin que
existan intereses personales.
Jara (gozo): es el estado de deleite que provoca el amor d Dios. Permite que el creyente viva
a intimidad con el Señor y que, además, permite enfrentar y superar todas las adversidades
porque tiene confianza en la gracia divina en sus promesas.
Eirene (paz):es el estado de quietud en el corazón basado en el conocimiento que se tiene de
Dios y en la confianza de el Él tiene el control de todas las codas. Es la paz de Dios la que
debe gobernar la mente del creyente.
Makrotumia (paciencia): es la virtud que se manifiesta en la largura de animo ante las
situaciones adversas. Este fruto se va desarrollando a través de las pruebas; “la prueba de la
fe produce paciencia” (Stgo. 1:3-4).
Krestotes (benignidad): se traduce como amabilidad, gentileza y moderación. Es la virtud
que permite al creyente no querer ofender o lastimar a otras personas.
Agathosune (bondad): esta virtud caracteriza a los creyentes que sienten celos por la verdad,
la justicia y el aborrecimiento por las conductas pecaminosas.
Pistis (fidelidad): es la virtud que permite al creyente verse como una persona confiable y
creíble en sus dichos y acciones. Este fruto también revela integridad.
Praotes (mansedumbre): se manifiesta en un corazón humilde que también muestra
moderación acompañada de fortaleza. Describe a una persona que puede enojarse cuando es
necesario, pero que es sumisa cuando se requiere.
Enkrateia (templanza): se traduce como temperancia o dominio propio. El vocablo griego se
deriva de enkrateuomai y alude a “sujetarse a sí mismo”. Esta virtud se manifiesta ante las
pasiones y deseos que afectan, en lo personal, al creyente.
Exhortaciones prácticas en el capítulo 6