Professional Documents
Culture Documents
El Cid fue desterrado por el rey al ser acusado de falta de honradez al cobrar unos
Tributos en Andalucía.
Partió con algunos vasallos fieles a él, pero el rey había dado la orden de que nadie
podía siquiera hablarles; pero el único que los ayudó fue Martín Antolinez, quién
engaño a unos judíos pidiéndoles dinero a cambio de 2 arcas que contenían arena,
haciéndolas pasar por arcas con oro.
El Cid y sus vasallos partieron en un largo camino lleno de batallas en contra de los
moros que debieron librar, conquistando reinos para su rey, asimismo acumularon
inmensos botines, que enviaban al rey Alfonso VI en muestra de fidelidad y
sumisión.
El Conde Don Ramón de Berenguer ofendido por el saqueo del Cid en sus dominios
de Aragón, lo reta en una batalla de la cual saldría vencido y prisionero. En estas
condiciones el Cid se declara en huelga de hambre durante tres días hasta que es
dejado en libertad.
Después de tres años de luchas, el Cid consiguió ganar toda la región de Valencia,
que pertenecía al rey de Marruecos, dónde sus ganancias fueron verdaderamente
provechosas.
1
de la corta edad de sus hijas éste accedió. Las bodas se celebraron en Valencia, y
se prolongaron durante quince días con gran lujo y comodidades; el Cid corrió con
los gastos de la boda. Como muestra de aceptación en su familia el Cid regaló a
sus yernos dos espadas, la Tizona y la Colada.
Para recuperar el honor perdido en la corte, los infantes emprenden un viaje hacia
Carrión con sus esposas, y al llegar al Robledo de Corpes amarran a sus esposas
a un árbol, las golpean hasta dejarlas inconscientes y huyen. Pero sin ellos darse
cuenta, Álvar Fáñez, el sobrino del Cid había visto todo; así que éste despertó a sus
primas y se las llevo al Cid para evitar que se las comieran las bestias salvajes.
Cuando el Cid se dio cuenta de lo que los infantes de Carrión les habían hecho a
sus hijas, decidió quitarles las espadas y pedirle al rey Alfonso VI que hiciera justicia
a su deshonra, y éste accedió con la convocación de cortes a Toledo. Esto culmina
con el duelo en el que los representantes de la causa del Cid vencen a los infantes
de Carrión. Éstos quedan deshonrados y se anula la boda entre los infantes y las
hijas del Cid.
Una vez recuperado su honor el Cid casa a sus hijas con los infantes de Navarra y
Aragón. Esta vez las bodas fueron más honrosas que las primeras, y él rey se
complace de estas.