You are on page 1of 2

Mio Cid.

Primer cantar: “El destierro del Cid”.

El Cid fue desterrado por el rey al ser acusado de falta de honradez al cobrar unos
Tributos en Andalucía.

Partió con algunos vasallos fieles a él, pero el rey había dado la orden de que nadie
podía siquiera hablarles; pero el único que los ayudó fue Martín Antolinez, quién
engaño a unos judíos pidiéndoles dinero a cambio de 2 arcas que contenían arena,
haciéndolas pasar por arcas con oro.

Se vio forzado a dejar a su esposa, Jimena, e hijas, Elvira y Sol, en el monasterio


de los monjes de Cardeña, bajo la protección del abad don Sancho. El Cid partió
con la promesa de regresar para casar a sus dos hijas con honra.

Cumplido el plazo para abandonar Castilla; el Cid tuvo un sueño, en el cual el


arcángel Gabriel le dijo que cabalgase sin temor, ya que la suerte le acompañaría
mientras viviese saliendo vencedor en las batallas que tuviese que librar.

El Cid y sus vasallos partieron en un largo camino lleno de batallas en contra de los
moros que debieron librar, conquistando reinos para su rey, asimismo acumularon
inmensos botines, que enviaban al rey Alfonso VI en muestra de fidelidad y
sumisión.

El Conde Don Ramón de Berenguer ofendido por el saqueo del Cid en sus dominios
de Aragón, lo reta en una batalla de la cual saldría vencido y prisionero. En estas
condiciones el Cid se declara en huelga de hambre durante tres días hasta que es
dejado en libertad.

Segundo cantar: “Las bodas de las hijas del Cid”.

El Cid y sus vasallos siguieron su camino, alejándose de Zaragoza y Huesca, para


pelear junto al mar donde conquistaron las tierras de Jérica, Onda, Almenara y
Burriana.

Después de tres años de luchas, el Cid consiguió ganar toda la región de Valencia,
que pertenecía al rey de Marruecos, dónde sus ganancias fueron verdaderamente
provechosas.

El Cid, desde el Monasterio de Valencia, a través de Álvar Fáñez le suplicó al rey


Alfonso VI que dejara ir a sus hijas y a su esposa. Al ver el rey, el botín que le
enviaba el Cid decidió acceder a sus ruegos y perdonarle.. .
El rey llamó al Cid para pedirle que dejara a sus hijas casarse con los infantes de
Carrión, quienes a espaldas del Cid pretendían gastarse toda su fortuna; y a pesar

1
de la corta edad de sus hijas éste accedió. Las bodas se celebraron en Valencia, y
se prolongaron durante quince días con gran lujo y comodidades; el Cid corrió con
los gastos de la boda. Como muestra de aceptación en su familia el Cid regaló a
sus yernos dos espadas, la Tizona y la Colada.

Tercer cantar: “La afrenta de Corpes”.

En la corte de Valencia, se escapa un león y los infantes de Carrión huyen


aterrorizados de éste, al mismo tiempo que el Cid se despierta y regresa al león a
su jaula; lo que deja en ridículo a los infantes frente a todos.

Para recuperar el honor perdido en la corte, los infantes emprenden un viaje hacia
Carrión con sus esposas, y al llegar al Robledo de Corpes amarran a sus esposas
a un árbol, las golpean hasta dejarlas inconscientes y huyen. Pero sin ellos darse
cuenta, Álvar Fáñez, el sobrino del Cid había visto todo; así que éste despertó a sus
primas y se las llevo al Cid para evitar que se las comieran las bestias salvajes.
Cuando el Cid se dio cuenta de lo que los infantes de Carrión les habían hecho a
sus hijas, decidió quitarles las espadas y pedirle al rey Alfonso VI que hiciera justicia
a su deshonra, y éste accedió con la convocación de cortes a Toledo. Esto culmina
con el duelo en el que los representantes de la causa del Cid vencen a los infantes
de Carrión. Éstos quedan deshonrados y se anula la boda entre los infantes y las
hijas del Cid.

Una vez recuperado su honor el Cid casa a sus hijas con los infantes de Navarra y
Aragón. Esta vez las bodas fueron más honrosas que las primeras, y él rey se
complace de estas.

You might also like