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Filipo S
Filipo S
Fue la visión nocturna del llamado macedonio (Hechos 16.9-10) lo que impulsó
a Pablo, durante su segundo viaje misionero (cerca del año 49 d. de J.C.), a
cruzar el mar Egeo e introducir el evangelio a Europa. El primer fruto de esa
campaña europea fue la iglesia de Filipos; la cual, con el tiempo, se convirtió en
la iglesia patrocinadora de Pablo.
Perfil
Características
Unidad
En términos prácticos su unidad indicaba que toda queja y todo pleito estaba
fuera de lugar (Filipenses 2.14) y que todas las referencias personales no
deberían persistir sino resolverse tranquilamente (4.2). Pablo incluye aun los
pensamientos, los resentimientos, las acciones y las metas (2.14) exhortándolos a
que pongan en práctica "las mismas cosas" (4.8,9).
El compartir
Ellos compartían todo lo que tenían. Su comunión era compartir (1) recursos
económicos (Filipenses 4.15); (2) el evangelio (1.5); (3) el Espíritu Santo; (4) la
muerte de Cristo (3.10); (5) la gloria de Cristo (3.21); (6) tensión y conflicto
(4.14); (7) trabajo (2.25; 4.3); (8) gracia (1.7); (9) ellos mismos (3.17); y aun (10)
sus almas (2.2). El compartir no era algo esporádico para los filipenses. El
compartir era para ellos un sistema de vida.
Es muy claro ver que tal espíritu de entrega mutua - el compartir todo - es algo
que se necesita con urgencia en la iglesia de hoy. Por lo general tenemos una
tendencia a practicar un cristianismo sólo de fin de semana, y aun así nos
quejamos de las pocas horas que tenemos que dedicar a nuestros hermanos en la
fe. La cruda verdad es que tal actitud corresponde a un juego de tipo mundano y
no a una realidad bíblica. Cuando en verdad nuestra comunión proceda de
"gracia" (1.7) y no de algo humano solamente; cuando sea algo que contribuya al
avance del evangelio (1.5) y no sólo algo como participar de un club social;
cuando sea algo excepcional (4.15), espontáneo (2 Corintios 8.2,3) y generoso (2
Corintios 8.3) y no un impulso momentáneo sino una disposición perdurable
(Filipenses 1.5); cuando nuestra moderna fraternidad siga el ejemplo del
compartir - en conjunto - según Cristo, como los filipenses, entonces estaremos
restaurando la iglesia del Nuevo Testamento, como Dios la diseñó.
El gozo
El gozo que se manifestaba en la fraternidad de la vida de los filipenses era un
gozo en Cristo. Su gozo era "en el Señor" (3.1; 4.4), y en relación del uno para
el otro (véase 1.25-26; 2.2; 2.17,18). El resultado de ese ejemplar contentamiento
se expresaba como luz, pues brillaban "como luminares en el mundo", en medio
de una generación perversa y maligna (2.15). Tanto el gozo verdadero como una
verdadera fraternidad, no pueden quedar escondidos.
Conclusión