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fc a ze = a PROLOGO. I. LA LITERATURA MAYA Hasta nosorros han Jlegado numerosos testimonios de la cultura que crea- ron los mayas prehispénicos, en un vasto territorio que comprende los ac- tuales estados mexicanos de Yucatén, Campeche, Quintana Roo, parte de Tabasco y parte de Chiapas; Guatemala, Belice y parte de Honduras. Entre estos testimonios se encuentra un gran mamero de textos, escritos en carac- teres jetoglificos sobre piedra, estuco, madera, cerdmica, hueso, jade y otros materiales, y en cédices elaborados con tiras de papel de amate o de piel de venado. Todos estos textos constituyen la expresién gréfica de la historia, ideas y sentimientos de los mayas; sin embargo, aunque ha habido conside- rables avances en la labor de descifte de la compleja escritura que desarrolla- ron los mayas, y gracias a esos logros sabemos que sus escritos tratan de as- tronomia, cronologéa, religién, historia y actividades cotidianas de la comu- nidad, no sc ha podido encontrar Ia clave pata descifrar la escritura, y mien- tras no podamos leer sus cédices e inscripciones, éstos forman parte del acervo arqueoldgico y no del acervo literario. E] conocimiento de Ja escritura no estaba al alcance de todos los estratos sociales del pueblo maya; més bien, eta monopolio del grupo sacerdotal, que en el periodo Clésico (300-900 d.C.) tuvo también el poder politico; en el petiodo Poscldsico (900-1500 d.C.) la esctitura era ensefiada no sélo a los que habrian de ostentar cargos sacerdotales, sino también a los gobernantes, y quizd a todos los nobles, pero siguieron siendo los sacerdotes quienes reali- zaron y manejaron los cédices. Esto no significa que ef pueblo permaneciera completamente ajeno al contenido de ellos, pues eran dados 2 conocer en las festividades religiosas, en las cuales los sacerdotes hacfan una transmisién oral, apoydndose en los cédices, que tal vez era mds rica que los datos escri- tos; asimismo, en estas ceremonias se tlevaban a cabo representaciones dra- matizadas de [os mitos, los propios ritos y la historia, materias fundamenta- les de los textos escritos. Como consecuencia de diversos cambios socio-politicos ocurridos en el petiodo Posclésico, que Hevaron a los mayas a una decadencia cultural en el dltimo momento de esa época, a la Legada de los espafioles ya no se reali- zaban inscripciones en piedra y en estuco, pero todavia se elaboraban eddices, y, segtin los cronistas espaitoles del siglo xv1, éstos eran muy sumerosos. © sea, que el conocimiento de [a escritura permanecta vivo, a pesar de la de- cadencia, Sin embargo, sélo conservamos tres cédices mayas: el Dresde, el Paris (o Peresiano) y el Madrid (0 Trocortesiano), que ningin maya puede ya leet. ¢Qué acursi6 con los libros y con sus creadores? os frsles expatioles, en su afan dogmético de “‘desterrar Ja idolatria” y sabiendo tal vez que “los cddices eran para los mayas algo més que el medio de conserva sus conecimientos y sus tradiciones; eran el simbolo de todo to sagrado y digno de respeto, la clave pata comprender el espacio y el tiem- po y para situarse en ellos, la norma de vida y el principio de identidad de su_ser comunitario”,' destruyeran todos los libros que pudieron encontrar, y los sacetdotes mayas fueron perseguidos, torturados y muertos. El obispo Fray Diego de Landa, a quien debemos una de las obras més importantes sobre la cultura maya, la Relacién de las cosas de Yucatén, pero a quien hay que atribuir también las més lamentables acciones en contra de los mayas, entre las que estd el famoso “Auto de fe de Mani”, escribe: Halkimosles gran. niimero de libros de estas sus letras, y porque no tenian cosa en que no hubiese supersticiones y falsedades del demonio, se los que- mamos todos. lo cual sinticron a maravilla y les dio mucha penal Asi se perdieron, en los primeros siglos de la Colonia, los textos y quie- nes los sabfan leet; pero la conciencia maya de su propia identidad no murié en todos con la conquista espaiiola; el afén de conservar por escrito sus tra- diciones religiosas, sus ritos, su acontecer histérico, sus fiestas ¢, incluso, sus vivencias de [a naturaleza, trascendié al profunde cambio ocasionado por la implantacién violenta de un nuevo orden politico-social y una nueva religién. Algunos hombres mayas, lejos de abandonar su herencia cultural, aprovecha- ron el aprendizaje del alfabeto Iatino para escribir, en su propia lengua, nue- vos libros, que recogieron datos consignados en sus antiguos cédices y las tradiciones otales que eran complemento de ellos, asi como los acontecimien- tos y las emociones que a sus autores les tocé vivir. Al conjunto de estos libros indigenas, esctitos después de la Conquista, es a lo que podemos Hamar “literatura maya”. Asi, nuestro critetio para considerar un texto dentro de la literatura maya es que haya sido escrito por hombres mayas, en una lengua mayanse y que su contenido pertenezca a la tradicién maya prehispanica que, aunque alte- 1 Mercedes de ta Garza, La conciencia bistérica de los antiguos mayas, Presentacién Alberto Ruz Lhuillier, Universidad Nacional Aurénoma de México, Centro de Estudios Mayas, México, 1975 (Serie Cuadernos, 11); p. 68, 2 Fray Diego de Lands, Rolacidn de lax cosas de Yucatén, 9° ed., Inttod. Angel Marla Garibay, Edit. Pornia, México, 1966 (Biblioteca Porria, 13), p. 105. x rada e influida por la cultura occidental, pervivié entre los grupos indigenas después de la llegada de los espafioles. Partiendo de este criterio, no consideramos como liceratura maya, prime- ro, los textos en lenguas mayanses, cuyo contenido no es indigena; por ejem- plo, registros eclesidsticos y administrativos, literatura biblica, catecismos, himnos, setmones, bulas papales, cuentos europeos, y graméticas y dicciona- ios elaborados desde el siglo xv1. Segundo, los libros sobre la tradicién maya prehispdnica escritos por frailes, soldados y encomenderos espafioles con dis- tintas finalidades que van, desde la misién evangelizadora y un verdadero interés de conocimiento, hasta el afan de congraciarse con Ja Corona espaio- la. ¥ teicero, los textos de tradicién maya, obtenides de informantes indige- ras en los siglos xix y xx por etnchistoriadores, con Ja excepcién de aquellos en los que claramente perviven elementos de la antigua cultura maya. If. RELACION DE LOS PRINCIPALES LIBROS MAY AS En el vasto territorio maya se hablan actualmente veintisiete lenguas ma- yanses, y fuera del territorio, hacia e] norte de Veracruz y sur de Tamaulipas, encontramos una mas, el huasteco. Este grupo de lenguas quiz forma parte de un grupo mayor, el mactomaya, que a su vez esté emparentado con otras grandes divisiones lingiifsticas. Norman Mc Kuown supone que la diversifi- Cacién de estas lenguas se inicié, a partir de un primer grupo ubicado en los altos de Guatemala, desde 1800 a.C., y ha hecho la siguiente clasificacion de ja familia mayanse: . HUASTECANO: huasteco, chicomucelteco (cotoque). CHOLANO: chontal, chol, choref, TZELTALANO: teltal, ‘otzil, tojolabal. CHUJ KANJOLABANO: jacalteco, kanjobal, solomeco MOTOCINTLECO. MAMEANO: mam, aguacateco, ixil. QUICHEANO: rabinal (achi), uspanteco, quiché, cakchiquel, tzutuhil. KEKCHIANO: kekchi, pokonchi, pocoman. 10. MAYA: yucateco, lacandén, itd, mopan? En algunas de estas lenguas se escribieron los libros indigenas colonia- Ies, lo cual pudo lograrse gracias a la extraordinaria labor de los primeros misioneros espafioles; éstos, por necesidades de Ja evangelizacién, adaptaron los caracteres latinos para reptesentar fos sonidos de las lenguas mayanses, ¢ inventaton simbolos especiales para glotalizat consonantes, que no existen en espafiol, como Ja CH’, la DZ y la P’. Ademds de crear el sistema de repre- sentacién gréfica, que surgié después de no pocas dificultades, los frailes es- PON eVewnr 3 Norman Mc Quown, The Classification of the Mayan Languages, International Jour- nal of American Linguistics, Vol. XXII, No, 3, Indiana, 1936. “Los origenes y la diferen- ciacién de los mayas, segun se infiere del estudio comparativo de las lenguas mayanas”, en Desarrollo cultural de ios mayas, edis. Evon Z, Vogt y Albesto Ruz Lhuillier, Universidad Nacional Auténoma de México, Centro de Estudios Mayas, México, 1971. x Yucareeo (Ace YOON A 13 cvicomucettece 1 2 3 3 thoeaN v4 MoTociNTeEcO 5 CHOL 15 AAD oH 6 GHONTAL sf ACUACATEGD 7 cHoRT! aT xawsusae, acu 2 THELTAL wisi 26 auicue 9 7Z07ZiL 39: UsraNTEco, 25 CAKCHIOUEL 10 TODOLARAL 20 KEKCH 26 TATUM 11 CHUL 21 POCOMeHt 7 SACALTECO 22 POCOMAN pafioles estudiaron y ordenaron los diversos elementos del lenguaje, elaboran- do un buen nimero de graméticas y vocabularios. Este trabajo, al lado del afan de los indigenas por conservar su historia y tradiciones, fue la base de Ja sobrevivencia de la literatura maya prehispanica en nuevos libros, entre los gue destacan, por su importancia histérica y lite- ratia, algunos debidos a los quichés, 2 los cakchiqueles y 2 los yucatecos. Entre ellos encontramos textos teligiosos, histéricas, cronoldgicos, astronémi- cos, médicos, literarios y legales; pero es muy dificil hacer una clasificacién tematica de los libros, ya que la mayor parte de ellos redne varios tipos de textos. Por eso, en Ia relacién de las obras principales, que hacemos a conti- nuacién, éstas aparecen ordenadas conforme a la lengua en la que fueron esctitas. {Los libros que se teeditan en esta antologia se sefialan con un as- terisco.) TEXTOS EN YUCATECO Libros de Chilam Balam. Provienen de distintos poblados de la peninsula de Yucatén, de los que toman sus diferentes nombres: *Chumayel, Tizimin, Kéua, Ixil, Tecax, Nah, Tusik, Mani, Chan Kan, Teabo, Peto, Nabul4, Tihosuco, Tixcocob, Telchac, Hocabé y Oxkutzcab. Las copias conocidas pertenecen a los siglos xvi y xix. De los de Teabo, Peto, Nabuld, Tihosuco, Tixcocob, Telchac, Hocaba y Oxkutzcab sélo se tienen referencias, y no hay seguridad de que en todos los casos se trate de un libro independiente; por ejemplo, el Teabo parece ser ef mismo que el Tecax; el Hocabd es quizd otro nombre de Kéua; el Peto puede haber sutgido de una mala interpretacién de Ja palabra “pueblo”. Estos libros reciben su nombre del sacerdote taumaturgo llamado Chilam Balam, que vivié un poco antes de la Negada de los espaftoles y que se hizo famoso por predecit el advenimiento de hombres distintos y de una nueva religidn. Su profecia aparece en varios de los libros, al Indo de predicciones semejantes de otros sacerdotes. El nombre se compone de dos término child, “el que es boca” y balam, “jeguat o brujo”, por lo que puede tradu- cirse como “brujo profeta”. Este persongje vivis en Mant, y quizd de abi proviene el hecho de nombrar asi a los libros, pues se menciona por primera vez en una transcripcién hecha por Pio Pérez: “Hasta aqui termina el libro titulado Chilambalam, que se conservd en el pueblo de Mani. Los Libros de Chilam Balam: no son obras estructutadas y con un sentido unitario, sine que cada libro es una recopilacién de los escritos mds diversos y procedentes de diferentes épocas, En cllos encontramos: textos religiosos: miticos (algunos de los cuales son fruto del sincretismo maya-cristiano), ri- tuales y proféticos (tablas de profecias de los katunes 0 perlodos de 20 aftos; de los tunes 0 affos y de los kines 0 dias, asi como profecfas sobre la llegada de los espaiioles}; textos cronoldgicos: explicaciones sobre el calendario indi- 4+ Alfredo Barrera Vasquez y Silvia Rendén, Fi Libro de los Libros de Chilam Balam, 4 ed. Fondo de Cultura Econdmica, México, 1969 (Col. Popatar, 42); pp. 9-10. Cédice Pérez, trad, Exmilo Solis Alcalé, Imptenta Oriente, Mérida, 1949; 'p, 137. x gena y almanaques; textos astrondmicos, con infinencia europea; textos his- t6ricos: desde cténicas con tegistros de fechas, hasta acontecimientos aisla- dos; textos literarios, y una variedad de escritos no clasificados. * Cantares de Dzisbalché, Proceden de Dzitbalché, Campeche. Recopilados en el siglo xvim. Es un conjunto de diecis¢is cantos sobre rituales, come el de sacrificio por flecha- miento y la ceremonia de Afio Nuevo; oraciones; cantos a la orfandad, a la naturaleza y a las doncellas que van al matrimonio. * Cédice de Calkint. Llamado por algunos Chilam Balam de Calkint 0 Cronica de Calkint. Pro- cede de Calkini, Yucatén. Siglo xvi (?}. Esta compuesto por varias relacio- nes sin orden ctonalégico, pues s¢ trata de una tecopilacin. Habla del linaje de los Canules; de le exteasién y mites del territorio que les pertenecia; de sus hombres ilustres, y de la conquista espafiola realizada por Momtejo. En los documentos aparecen las fechas de 1379, 1582 y 1595. El ltimo pasaje parece haber sido afiadido posteriormente, pues data de 1821. Cédice Pérez. Recopilacin de vatios textos procedentes de Mani, Ticul, Sotuta y otros sitios de Yucatdn. Siglo xrx. Contiene algunos textos del tipo de los Libros de Chilam Balav:. Incluye gran parte del Chilam Balam de Mani, y otros escri- tos del mismo sitio. Se piensa que Ia tercera parte del eddice se basa en el Chilam Balam de Oxkutzcab, que se ha perdido. Encontramos en €] tablas y cottelaciones de Jos calendarios cristiano y maya; material profético; alma- naques, y fechas histéricas. Hay también una copia parcial del Chilam Balam de Ixil, parte de los Documentos de tierras de Sotuta y del Tratado de tie- rras de Mani y \a Crénica de Chac-XulubChen, escrita por Pech Ah Nakuk, Mamada también Cronica de Chicxulub y Cédice Nakuk pech. Procede de Chicxulub, Yucatén, Siglo xvi. Relata la conquista espaiiola y otros acon- tecimientos de Yucatén entre 1511 y 1562. Tiene algunos apéndices que in- cluyen una lista de los conquistadores espafioles. Crénica de Mant (con versién en espaiiol). Procede de Mani, Yucatdn, 1557-1813. Consta de una copia en yucateco, de finales del siglo xvt, y de otra en espafol, del siglo xvi, del Tratado de tierras de Mani, perteneciente a 1557. Incluye una copia del mapa de la pro- vincia de Mani, textos en yucateco y espafiol, escritos entre 1624 y 1813, y dos mapas de Calkini de los siglos xvi y xvitr. Cronica de Yaxkukui, esctita por Pech Ah Macén, Procede de Yaxkukul, Yucatén, siglo xvi. Se trata de una erdnica de la conquista espafiola y otros acontecimientos de Yucatdn, ocurridos entre 1511 y 1553. Incluye una crdnica escrita por Ah Naum Pech en 1541, listas de los conquistadores espafioles y datos sobre los limites de Yaxkukul. Es muy se- mejante a la Crénica de Chac-Xulub Chen xv Crénicas de los Xiti (com versién en espaiiol). Llamadas también Libro de probanzas, Papeles de la familia Xi, Manus- crito de Ticul y Crémica de Oxkutzcab. Proceden de Mani, Yucatén. 1608- 1817. Recopitacién de documentos relativos a la familia Xid, reyes de la pro- vincia de Manf. Muchos de los escritos son pruebas de nobleca y “proban- zas”, en las que se establecen limites de tietras y se piden privilegios para los Xi, que se consideraban poseedores legitimos del pueblo de Oxkutzcab. Contiene un pequelio registro histérico con el érbol genealdgico de [a fami. lia, y al final, uno de los autores, Juan Xi, declara que en 1685 copié el texto de un antiguo libro jeroglifico, Como fos asuntos cubren los aiios de 1533 a 1545, dicho texto jeroglifico habria sido escrito durante la conguista espafiola y constituiria un caso excepcional, ya que no se sabe de otros libros jeroglificos mayas escritos después de la llegada de los espafioles Documentos de tierras de Sotute {con versién espafiola de Gaspar Anto- nio Chi). Proceden de Sotuta, Yaxcabd y otros sitios de Yucatén, 1600. Se descti- ben los limites del territorio de Sotuta, como estaban establecidos en 1600, de acuerdo con fa divisién de Nachi Cocom, de 1545. Incluye acuerdos terri- toriales realizados en Yaxcabé en 1600. Documentos de Tabé (con versién en espafiol). Proceden de Tabi, Yucatén. 1569-1821. Documentos legales con infor- maciones sobre la época prehispénica y acontecimientos histéricos del si- glo xvi. Libros del judio. Proceden de la Peninsula de Yucatan. Siglos xvi y 21x. Un conjunto de diez fibros, de los cuales los primeros cinco estén en yucateco y los res- taates en espaficl, Son textos de medicina maya que hablan de sintomas y curaciones de enfermedades, as{ como del uso de plantas sativas como 1 medios. Ritual de los Bacabes. Procede de Yucatén. Siglo xviti. Consta de cuarenta y dos textos médi- cos de cardcter ritual, en los que se alude a las principalés creencias miticas de los mayas. Titulos de Ebtdn (con version en espaiiol). Proceden de la provincia Cupul, Yucatan. Siglos xv1 a xix. Son titulos y tratados de tierras, con informacién sobre la sociedad colonial, las finanzas de los indigenas, la tenencia de la tierra y las leyes, asf como una breve infor- macién histérica y mapas Locales tardios. 5 Ralph L. Roys, The Indian Background of Colonial Y1 , Carnegie Ir i of wah we ee aia ‘kground of Colonial Yucatan, egie Institution xv TEXTOS EN CHONTAL Texto chontal, en Papeles de Paxboton-Maldonado (con traduccién espaiiola de la misma época), Es el tinico texto conocido en chontal. Se conserva una copia procedente de Tixchel, Campeche, 1614. Fue escrito en ndhuatl en 1567, un afio des- pués de que Pablo Paxbolon tomara el cargo de Cacique y Gobernador de Tixchel. En 1612 se hizo una traduecién al chontal para Martin Maldonado, realizada por cl amanvense native del pueblo, Contiene una probanza de mé- ritos y servicios de Pablo Paxbolon, que se divide en tres partes: a) Una re- lacién de las genetaciones de reyes de Acalin, desde los tiempos prehistéri- cos hasta el siglo xvz. Termina con una genealogia de Pablo Paxbolon. 6) Lis- ta de 76 localidades de Acalan. cj. Relato de sucesos de Acalan-Tixchel desde los tiempos de Cortés hasta 1604. Aparentemente fue escrita en 1610. Con- tiene datos importantes, como el de ta muerte del gobernante mexica Cuaub- temoc.' TEXTOS EN QUICHE Popol Vub. Llamado también Popo! Buj, El lebro del consejo, Manuscrito de Chichi- castenango, Libro del comin, Libro Nacional de los quichés, Historias del origen de los indios de esta provincia de Guatemala, Procede de Santa Cruz del Quiché, Guatemala. Escrito por un miembro del linaje Kavek, alrededor de 1550-1555, que pudo haber sido Diego Reynoso. Se inicia con la cosmo- gonia quiché, en la que ocupa el lugar principal la creacién del hombte, que cs formado de masa Ye maiz, despucs de que los dioses creadores ban fra- casado haciendo hombres de batro y de madera. Dentro del mito cosmogé- nico destaca también el origen del Sol y de la Luna, que resultan de la apo- teosis de dos héroes culturales, Hunahpa e Ixbalanqué. Después del relato cosmogénico, la obra presenta la historia de los gru- pos quichés: su origen; sus migraciones; {a fundacién de sus ciudades; sus relaciones, tanto de paz, como de guerra, con los otros prupos de Guatemala, y los hechos de sus reyes, Esta parte nos habla también de su organizacion politica, social y religiosa, de sus situales y de sus conceptos sobre los dioses y sobre el seatido de la vida hamana, Nos ilustza, asimismo, sobre los o:ros grupos que poblaron Guatemala durante el periodo Posclésico, y sobre el cardcter determinante dé la influencia tolteca en el mundo maya. * Rabinal Achi. Procede de San Pablo de Rabinal, Guatemala, Drama indigena llamado por sus creadores “Baile del tun”, cuyo asunto es un ritual de sactificio de ua guerrero del linaje Kavek, realizado por los de Rabinal. En 1850 uno de * France V. Scholes y Ralph L. Roys, The Mava Chontal Indians of Acalén-Tixchel, University of Oklahoma Press, Norman, 1968 (The Civilization of American Indian Seties). XVE sus depositarios, Bartolo Sis, de San Pablo de Rabinal, lo transcribié y lo dio 2 conocer, pero dicha iranscripcin ha desaparecido. * Titulo de los Sefiores de Totonicapén. Procede de Totonicapén, Guatemala. 1534. Es un titulo de propiedad que refiere la historia del pucblo quiché, desde sus origenes, hasta mediados del siglo xv. Sefiala los hechos mas importantes, sobre todo los de cardcter guerrero, Hasta ahora slo se conocfa una treduccién espafiola hecha a me- diados del siglo xvir, cuyo autor, Dionisio José Chonay, dice haber omitido a primera parte por teferirse a la creacién del mundo segin Ja Biblia; pero recientemente Robert M. Carmack dice haber encontrado el manusctito ori- ginal en quiché, en posesién de los Principales de San Miguel Totonicapén.’ Titulo Coyoi. Procede de Utatlén, Guatemala, Esctito por miembros de la rama Quej- nay de los quichés, entre 1550 y 1570, Incluye dos pinturas. Es una narra. cidn de ta Iegada ‘de los fundadores de linaje; sus migraciones; Ia posible fundacién de Utarlén; las conquistas del rey Quikeb, y una visién de la con- quista espaficla Hay una peticién de tierras en la que se enumeta las pro- piedades tetritoriales de los C'oyoi. Titulos Nijaib Cuatro documentos que asientan los derechos sobte las tierras de la rama Nijaib de los quichés. Nijaib I Llamado también Titulo de la casa de Ixcuin Nehatb, Sefora det territorio de Oizoya. Procede de la regién de Quetzaltenango, Guatemala. Escrito entre 1550 y 1560. Contiene datos sobre la vida del rey Quikab y sobre la historia de los quichés antes de la Conquista; incluye declaraciones sobre el tibuto que se pagaba a Moctezuma, y termina con un importante relato de la conquista espafiola de la regién de Quetzaltenango. Nijath I: Llamado también Titulo Real de Don Francisco Izquin Nehaib. Procede de Momostenango, Guatemala. 1558. Es una catta de nobleza de Don Francisco Izquin Nehaib que registra los nombres de las familias quichés Kavek, Ahau Quiché, Tocab y Tamub. Contiene una historia de la conquista ye] triburo en Verapaz, rio Chixoy, y Quetzaltenango, hacia 1501. Nijatb 112: Mamado también Antiguo titulo quiché. Procede de la regién de Momostenango, Guatemala, 1542, Sefiala las fronteras de las tierras cercanas a Momostenango ¢ incluye datos sobre Izquin Nehaib y los quichés de la rama Tlocab. Nijaih TV: Procede de Santa Cruz del Quiché. 1555, Es un titulo def terri- totio de Orzoya, que describe los limites politicos y menciona a los sefiores quichés, ilustréndonos sobre sus relaciones politicas. Titulo dei Ajpop Huitzitzil Tzuntn. Noticias de la conquista y batalla que Don Pedro de Alvarado gané en el Pinar de Quetzaltenango. 7 Robert Carmack et af, La formacin del reina quické, Instituto de Ancropologia € Historia, Ministerio de Educacién, Guatemala, 1975 (Publicacién especial, 7). xv Procede de Quetzaltenango, Guatemala, 1567. Es una Probanza y Titulo de Martin Velézquez Ajpop Hyitzitzii Tzunin, confirmando su posicién como “principal y cabeza de su calpul” y su derecho sobre las tierras. Con- tiene una breve natracién sobre la conquista quiché de los mames del drea de Culajd, y de eventos de Ja conquista espafiola en Quetzaltenango, Incluye una relacién de Pedro de Alvarado, fechada en 1524. Titulo de los indios de Santa Clara la Laguna. Procede de Santa Cruz del Quiché, Guatemala. 1583, Escrito por miem- bros del linaje Kavek. Contiene una breve declaracién de las fronteras de tierras, pero incluye una historia de las migraciones y genealogia quiché, que aparece en el mismo orden que en el Popol Vib. Titulo de tos Setores de Sacapulas (con versién en espatiol). Llamado también Titulo territorial de tos Sefiores de Sacapulas o Titulo Sacapulas. Procede de Santo Domingo Sacapules, Guatemala. 1551. Se acom- Pafia de un mapa circular donde se asientan por escrito los limites de tierras, y de dos pequefios documentos, uno en quiché y otro en espafiol. Fue escrito Por sefiores de los linajes Canil y ‘Tolteca de Sacapulas. Relata los origenes quichés, sus migraciones y asentamicntos alrededor de Sacapulas, con genea- logfas y derechos de los oficios politicos dentro de la comunidad. Titulo Tamub. Llamado también Historia quiché de Don Juan de Torres. Procede de la regién de Totonicapén, Guatemala, 1580. Fue esctito por miembros de la linea Ekoamak’ de los Tamub Quichés. Es un titulo que sefiala los limites territoriales y relata Ja historia de los Tamub: migraciones, organizacién po- litica y genealogias. Corrobora y complementa los datos contenidos en el Popol Vuh sobte los Kavek, Nijaib y Ahau Quiché. TEXTOS EN CAKCHIQUEL » Anales de los cakchiqueles. Llamado también Memorial de Sololé, Memorial de Tecpén-Atitlén, Ma- nuscrito cakchiguel y Anales de los Xahil de los indios cakchiqueles. Procede de Solold, Guatemala. Fines del siglo xvz y principios del xvit, Es el primer manuscrito indigena conocido (fines del siglo xvi). Fue escrito principal- mente por dos miembros del linaje Xahil: el autor de la primera parte fue Francisco Hernandez Arana, nieto del rey cakchiquel Hun Ik’ y testigo de [a Conquista en 1524; en 1573 empezd a transcribir las tradiciones de su lina- je, y continué hasta su muerte (1582 ?). En 1583 Francisco Dfaz, también del linaje Xahil, prosiguié la relacién, registrando eventos del pueblo, Se ini- cia con referencias de unas declaraciones testimoniales tendidas por indios conversos. Después relata el mito del origen del hombre, creado de masa de maiz, tras el cual viene una natracidn histérica que parte del origen de los linajes cakchiqueles, sefialando fos nombres de los diversos grupos que, prom xvi cedentes de un lugar remoto més alld del mar, legaron a Tuldn para recibir a sus dioses y sus dignidades politicas. Refiere la salida de Tuldn hacia la actual Guatemala; menciona Jos sitios que tocaron Jas tribus en su larga petegtinacién, las guerras contra otros pueblos, la fundacién de sus ciudades y, sobre todo, sus relaciones de paz y de guerra con los quichés, que fueron determinantes en su historia. Dentro del relato histérico encontramos varias leyendas miticas, que ex- presan sus conceptos religiosos y el sentido de sus rituales. Toda esta pri- mera parte es muy semejante al Popol Vuh, y nos corrobora la veracidad de sus datos histéricos y la comunidad de cteencias religiosas en Guatemala. La segunda parte narra los hechos de la conquista espafiola, no sélo refi- tiéndose a los cakchiqueles, sino también dando a conocer el sometimiento de los quichés. Después se convierte en un registto anual de acontecimien- tos de escasa importancia, que va de 1571 a 1604. * Historias de los Xpantzay. Trasunto de los titulos de tierras de Tecpén, Guatemala (con version espafiola de 1659). Proceden de Tecpdn, Guatemala. 1550s. Son tres documentos que en 1659 los indios de Tecp4n presentaron como prueba de sus derechos sobre las tiertas, para lo cual fueron traducidos al espafiol. E] primero, titulado Historia de los Xpantzay de Tecpén, Guatemala, re- lata el origen del grupo y sefiala los linderos de sus tietras. El segundo, Guerras comunes de quichés y cakchigneles, refiere la participacién cakchi- quel en las actividades militares de los quichés, durante los reinados de Gu- cumatz y Qikab. El tetcero, llamado Testamento de los Xpantzay, narta la historia de la dinastfa reinante de Jos Xpantzay, dando detalles sobre la mi- gracién cakchiquel en el area del Lago Atitlan Titulo Chajorsa, Procede de San Martin Xilotepeque. 1555. Escrito por los cakchiqueles de la rama Chajoma. Es un titulo de propiedad que contiene una lista de topontmicos prehispanicos y nombres de los grupos sociales de le regién cak- chiquel. Incluye breves referencias a la historia cakchiquel y listas de reyes. TEXTOS EN POKONCHI Titulo del barrio de Santa Ane. Procede de San Cristébal Verapaz (Cahcoh), Guatemala. 1565. Sefiala los mites de tierras del barrio de Santa Ana en el siglo xvt. Proporciona algunos datos sobre los origenes legendatios y un registto de acontecimien- tos religiosos y posesiones de tierras de principios del siglo xv1. TEXTOS INDIGENAS EN ESPANOL Incluimos aqu‘ dos obras escritas en espaiiol porque obviamente son de XIX tradiciOn indigena y es muy probable que hayan sido trasladadas de otigina- les en quiché y tzutubil que se perdieron. Ellas son: Papel del origen de los seftores 0 Titulo Zapotitlin. Procede de la regién de Zapotitlén, Guatemala, 1579. Se encuentra en la Relacién geogrifica de Zapouitlin y Suchitepec enviada al Rey por el Co- rregidor Juan de Estrada, 1579. Contiene la genealogia ¢ historia de los reyes de Utatlén, tal vez escritas para pedir la legitimacién de los reyes del drea de Zapotitlin. Es una versién diferente a la versién oficial de la capital Quiché, pot lo que constituye una fuente de inestimable valor para el concci- micnto de Ia historia de Jos quichés, Por su composicién, parece ser una casi exacta transctipcién del original en quiché, Relacidn' de los caciques y principales del pucblo de Atitlin o Relacién Tau. dubil. Procede de Atitién, Guatemala, 1571. Es una breve y clara descripcin de Ia organizacidn politica y social de los tzutuhiles de Atitlén, en la época rehispanica. Asimismo, relata la conquista espafiola y la imposicién de tri, Bato a Tos tzutuhiles por parte de los espafioles. Se mencionan los nombres de seis sefiores, que aparecen también en un documento de 1563, que regis. tra Ia dispata entze dos facciones de los tzutubiles de Avidlén. En esta disputa se presentaron dos “pinturas” o cédices prehispdnicos tzutuhiles, por lo que puede pensarse que Ja Relacién Tzutuhil se basé en documentos prehispa- nicos. IH, PROPOSITOS CON LOS QUE FUERON ESCRITOS LOS LIBROS MAYAS EI sentido de Ia creacién de nuevos textos mayas, a partir del momento de la Conquista, sélo puede ser cabalmente comprendido si tomamos en consideracién por qué realizazon obras escritas los mayas prehispanicos, pues aunque Ta elaboraciém de textos en Ja época colonial responde, en gran me. dida, a nuevas necesidades surgidas de la conflictiva situacién que trajo con. sigo el dominio espafiol, sus eutotes fueron herederos de una peculiat con. cepeién del cosmos que'nos ayuda a explicar el afan de los antiguos mayas Por registrar sus logros cientificos, sus conceptos teligiosos y su historia, * Robert M, Carmack, Quichean Civilization, The Ethnobistaric, Ethnographic and frchacological Sources, University of California Press, Los Angeles, 1973, Para conocer historia de cada una de estas obras, desde su descubrimiento hasta su actual localiew cin, as copias, publicaciones y comentarios que se han hecho de elles, consltese, ade. mds, Charles Gibson y John B. Glass, "A Census of Middle American Prose Manuscripts in the Native Historical Tradition”, cn Guide to Ethnohistorical Sources, part four, Ecivor Howard D. Cline, University of Texas Press, Austin, 1975 (Handbook of Middle Atmetican Indians, No. 15), Alfred M. Tozer, A Maye Grammar, Papers of the Peabody Museum of American Archaeology and Ethnology, Harvard University, Vol. 1X, Cambridge, Mas. sachusctts, 1924. xX PENINSULA, BEUNEATAN GUATEMALA 3 4 UTATUAN 2 enuwavs, 2 iIMene 93 Train 2 SIA. CRUZ DEL QUICHE * 4 taant # CHICHICASTENANGS 3 5 KAUA 5 SoLoLA te YUCATAN / 6 CHIXCULUE 6 TOTONICAPAN 7 S timkoKod 7 TkoeAN “oe et a taco 3 RAGINAL f ao BOXRUTZCA® 9 QUETEALTENANGO ee ramiowac’ = vosacanuuss fk “ 1 TeKax * i eero 13 CHAN KOM fe Sinesueo 15 HoCABs 8 eave 19 oziTeALcHE 18 €TUN 19 YAXKUKUL 70 SOIUTA 21 TUSK CHIAPAS Los mays destacaron por una notable preocupacién por el hombre, que se expresa fundamentalmente en su arte escultérico, y por unos conocimien- tos cientificas que sobrepasaron en muchos aspectos a los de todas las cultu- ras antiguas del mundo. Ambos aspectos no estén desvinculados entre si, ya que la ciencia surgié entre los mayas por un afén de comprender y mejorar Ja vida del hombre. Los grandes cdlculos cronoldgicos y astronémicos de los mayas responden a una original idea del mundo y la temporalidad, que con- siste en considerar al universo como un conjunto de energias divinas en cons- tante movimiento, regidas por una ley ciclica. El mundo, creado por los dio- ses mediante un proceso de ordenamiento, destruccién y reordenamiento, es para ellos escenario y manifestacidn constante de los seres divinos que son, tanto las grandes fuerzas naturales: astros, tierra, agua, viento y fuego, como los perfodos de tiempo; éstos son concebidos en forma de deidades que re- cotren el espacio en un movimiento ciclico ordenado, trayendo sobre e] mun- do y los hombres cargas de influencias benéficas o maléficas. Asi, en tanto gue los astros y el tiempo son dioses, y de los dioses de- pende la existencia del hombre, podemos decir que la ciencia asironémica y cronoldgica surgié de ia necesidad de conocer las energias divinas para pro- teger alos hombres, planear su vida material y planear su propia historia. Por ejemplo, los mayas calcularan con gran exactitud el ciclo de Venus, que es de 584 dias, midiendo su aparicién como estrella matutina, su dese- paricidn, su teaparicién como estrella vespertina y su nueva desaparicién. Pero este cdlculo se realizé porque se crefa que, en su nacimiento como és- trella de la mafiana, Venus surgia del inframundo y, por ello, venla cargada con las influencias maléficas del dios de la muerte, que caerfan sobre los hombres. Por tanto, los sacerdotes se afanaron por conocer con exactitud el dia del orto heliaco de Venus, y de registrar por escrito sus conacimientos, para prevenix a la comunidad y prepararla para el peligro de muerte al que se enfrentaria (os cdlculos sobre Venus se encuentran en el Cddice Dresde). Ademés de Ios astros, los perfodos de tiempo divinos influyen sobre el mundo y [os hombres: cada dia traia una carga de influencias benéficas o maléficas, que determinaben el destino de los nacidos en él, y las acciones individuales y colectivas, por lo que se cred un calendario de Jos dias, calen- dario ritual constituido por veinte signos y trece numerales, el cual debia ser consultado para elaborar los hordscopos y antes de realizar cualquier acti- vidad. Quienes lo manejaban eran fos sacerdotes, de modo que ellos fijaban el dia propicio para cada una de las labores agricolas, pata las bodas, para la construccién, para los rituales de purificacién, para las fiestas, etcéiera, pues si una actividad se Ilevaba a cabo en un dia maléfico, fracasaria. Lo mismo ocurria con jos ciclos mayores, como los katunes (petiodos de 20 afios de 360 dias}, que eran, en el momento de la Conquista, la base para medir el tiempo. Las fechas se registraban por la “cuenta de los katunes” o 4 Rablay Ratunob ("cuenta corta”), procedimiento que sustituyé a un com- plejo sistema de fechar en el que se inclufan otros varios ciclos y se utili- zaba una fecha Era (la llamada “cuenta larga” o “serie inicial”, que se us6 durante el perfodo Clésico), Séio habia trece katunes de diferente nombre, debido a que Gnicamente podian finalizar en los dies Abaw del calendario XRIL titual; se presentaban en un orden descendente y alternado: Katrin 13 Abau, Katin 11 Abau, Katin 9 Abau..., Kattin 12 Abau, Katén 10 Ahan, Katina 8 Aban... El ciclo se cerraba cuando Llegaba de nuevo cualquiera de los trece atunes, 0 sea, cada 236 afios, y entonces volvian a darse las mismas influen- cias divinas, por lo que los hechos ocutridos en el kattin anterior del mismo nombre se repetirfan. Con base en esta creencia, los sacerdotes consignaban en sus cédices todos los acontecimientos, registrando antes que nada la fecha, y Hevaban un cémputo sistemético del tiempo, para saber cuando retornarfa el Ratsin. Al acercarse el fin del ciclo, consultaban sus libros, pues lo abt re- gistrado constituia el futuro que espetaba a la comunidad, y daban a conocer al pueblo las profectas. En el Cédice Pérez se asienta: Ast lo eseribieron con sus signos los grandes secerdotes cuando averigua- ton el orden que deben Lew los Ketuners para saber les calamidades de cada cate Asi, encontramos que uno de los propésitos esenciales que tenia la reali- zacién de textos era la posibilidad de prepararse paca recibir el futuro, acep- tando Jas influencias benéficas de los dioses y conjurando les maléficas por medio de rméltiples rituales, lo cual indica que los mayas pensaron que po- dian, de algin modo, cambiar el futuro. En sintesis, ef maya se afané por conocer el ritmo de los astros y por computar el tiempo con toda exactitud, para programa las actividades bési- cas de la comunidad, en especial la agricultura, que fue el fundamento de su vida material. Peto la preocupacin por el conocimiento del mundo y la tem- poralidad no esté desligada de la preocupacién histérica, mds bien es esen- Cialmente un afin de comprender el devenir de la vida del hombre, y cimiento para que los hombres planeen su propia historia, decidiendo su futuro con base_en su pasado.” Este sentido radical que tuvo la elaboracién de textos escritos para eb maya prehispénico fue determinante en la creacién de los libros mayas post- hispénicos, y tan es asi, que son ptecisamente estas obras fas que nos han proporcionado La informacién bésica, corroborando los datos arqueolégicos y epigrdficos, para acercarnos a la comprensin de los conceptos mayas prehis- pénicos Por su propia palabra, sabemos que los autores de los textos mayas colo- niales, que fucron seguremente sacerdotes y nobles conocedores de sus cédi- ces antiguos y de sus tradiciones orales, se impusieron la obligeci6n de pre- servar la herencia de sus antepasados; la herencia espiritual: sus creencias religiosas, y la herencia material: sus tierras, ante fa invasién espititeal y material de los espafoles. El medio para fograr tal fin fueron los textos que, como hemos visto, recogen los mitos y rituales indigenas, confirman la no- bleza y antigiiedad de tos linajes, y prueban Ia legitima posesin de las tie- rras, Por ello, todas los textos fneron libros de la comunidad, Popol Vub © Popotbuun, y eran guardados cuidadosamemte por alguna familia principal 9 Cédice Pérez, p. 215. Vid de la Garza, op. cit XXIII del pueblo, y hetedados de padres @ hijos. En muchos de ellos, fundamental- mente los de contenido histético, encontramos que los diversos depositarios anotaron durante siglos enteros fas cosas que consideraron de importancia para la comunidad, dignas de scr recordadas o dtiles para la defensa de su tetritorio, y ésta fue la manera de mantener la identidad y perpetuar ef ser histérico de los grupos mayas.. Los cronistas espafioles nos corroboran él sentido comunitatio de los libros mayas, que cllos conocieron ¥ muchas veces utilizaron para redactat sus rela- ciones sobre los mayes. Antonio de Fuentes y Guzmén, por ejemplo, autor de la Recordacién florida, que hace referencia a varios textos quichés, nos dice: En distintos manuscritos de los citados, se halla la propia noticia y tradi- cidn de Ia certeza de su linaje, que es cuaderno de los Calpules 0 familias nobles del pueblo de Sta, Catarina Istaguackn, escripto en veinte, y acho fojas, por un cacique detlos, Don Francisco Carcta Cale! Ysumpan,..¥ En la mayor parte de fos libros encontramos la declaracién de Ia finali- dad que Ilevé al autor a escribir, y de acuerdo con tal finalidad, podemos dividir los textos principales en dos grandes grupos: los que predominante- mente buscan preservar la herencia espiritual, y los que buscan preservar la herencia material, aunque muchos de los escrites persiguen ambas cosas y no sea tan legitimo separar los intereses religiosos de los imetamente econdmicos. Los libros sagrados de la comunidad A los textos de! primer grupo les Iamaremos aqui “los Popol Vub o Popolbeun sagrados”, ya que su contenido es fundamentalmente teligioso y fueron elaborados con el fin principal de ser lefdos en reuniones de la comu- nidad indigena, siguiendo la tradicién de los antignos sacerdotes, quicnes transmitian al pueblo el contenido de sus cédices por media de discursos pronunciados en las ceremonias religiosas. Lopez Cogolludo asienta: Tenian fabulas muy perjudiciales de ta creacién det mundo, algunos (des- pués que supieron) las hicieron escribir, y guardaban, aun ya ctistianos bauti- zados, y las Iefan en sus juntas!” Solo que estas nuevas ceremonias eran reuniones clandestinas que se le- vaban a cabo en les noches y en lugares lejanos al pueblo, debido a la perse- cucién de que eta objeto tal tipo de actos y quienes los teatizaban. Hay mél- tiples testimonios, esctitos por espaftoles, por los que sabemos que Los frailes sometian a los indios a diversos tormentos fisicos para obligarios a confesor los actos de idolatrfa.” ™ Antonio de Fuentes y Guzman, Recordacidn florida. Discurso historial 9 demostra cin natural, matertal, militar y politica del Reyno de Guatemala, 3 vols., Biblioteca “Goa. themala” de la Sociedad de Goograffa e Historia, vols. VI-VIU, Guatemela, 1932, ® Fray Diego Lépez Cogolludo, Historia de Yucatin, 32 ed, 2 vols, Imprenta de Manuel Aldana Rives, Mérida, 1867; vol. [, p. 310. 3 Vid Erance V. Scholes y Eleanor B. Adams, Don Diego Quijada, Alcalde Mayor de Yucatén, 2 vols., Antigua Libreria Robredo de José Pornéa ¢ hijos, México, 1938 (Bi bliotcea histérica mexicana de obras inéditas, 14 y 13). XXIV Fray Francisco Ximénez, que logeé obtener de los quichés el manuscrito del Popol Vub, nos ilustra sobre el valor que sus textos sagrados tenia para tos mayas, al rclatar: Pero como fue con todo sigilo que se conservé entre ellos con tanto secre- to, que ni memotia se hacia entre los ministros antiguos de tal cosa, e indagan- do yo aqueste punto, estando en el Curato de Santo Torsés Chichicastenango, Ballé que era Doctrina que primera mamaban con la leche y que. todos ellos casi lo tienen de memoria, y descubri que de aquestos libres tenian muchos en- tre si Entre los libros sagrados, que claramente fueron escritos con el propé- sito fundamental de fortalecer la religién maye y “desterrar el cristianismo”, frente al afan de los frailes de “destercar la idolatria", los més importantes son el Popal Vuh, los Anales de los cakchiqueles y los Libros de Chilam Balam, aunque eventualmente estas obras también pudieron haber servido para confirmar la autenticidad de los linajes y defender los derechos sobre las tierras. Los textos religiosos e histéricus de estas obras, que en algunas partes tienen influencia cristiana, fueron muy probablemente redactados utilizando antiguos eédices, pues a complejidad de los mitos y la abundancia de datos histéricos que poseen no pudieron haber sido retenidos en Ja memotia for- mando parte tinicamente de la tradicién oral. El autor del Popo! Vuh nos lo confirma cuando dice: Esto lo escribiremos ya dentro de la ley de Dios, en el Cristianismo; to sacaremos a la luz porque ya no sc ye ef Popol Vuh, asi llamado... Existia el lidto original, escrito antiguamente, pero su vista esté oculta al investizador y al pensador...1° En los Anales de los cakchiqueles encontramos una notable diferencia en- tre la primera parte, donde se narra la historia del pueblo cakchiquel, segin “las historias de nuestros primeros padres y abuelos...”. con registros de fechas y una concordancia de datos con el Popol Vub, y la segunda parte, donde se relata la Conquista y los acontecimientos ocurridos desde entoxces. Esto nos sugiere que, como en el Popol Vuh, el autor pudo tener a la vista un antiguo cédice jeroglifico, Esta misma diferencia se aprecia en los Libros de Chilam Balam, donde los mitos, las ptofectas y los registros histéricos, aunque sufrieron modificaciones por los sycesivos copistas de los textos, se distinguen claramente de los escritos que a lo largo de los afios fueron agre- gandose al nticleo original. Los fragmentos antiguos de Jos diferentes Chila- mes, que refieren Ios mismos acontecimientos, son !lamados “textos de fondo” por Alfredo Barrera Vasquez y Silvia Rendén, quienes realizaron un impor. tante cotejo de varios de ellos titulado Libro de los libros de Chilam Balam. \ Fray Francisco Ximénez, Historia de la provincia de San Vicente de Chiepa'y Gua- temela, 3 vols., Biblioteca “Goathemala” de la Sociedad de Geograt{a e Historia, vols. LILI, Guatemala, 1929; vol. T, p. 5. 5 Popol Vab, Vid infra, p. 11 1 Anaies de tos cakchiqueies, Vid infra, p. 114. XKV En los libros sagrados, tradicidn histdrica y mitologia se presentan entre- mezcladas. El relato se inicia generalmente como la narracién de la historia de las tribus, por lo que podria pensarse que se trata sdlo de textos histé- ricos; pero para ellos no hay oposicién entre historia y mito; al referir Ja historia se dan a conocer como lo esencial Jas ideas religiosas, pues se hace partir la narracion del origen mitico del mundo y el hombre, y a Jo largo del texto se enfatiza el lugar principal que ocuparoa los dioses cn la historia de Jas vribus; se describen los rituales; se imtercalan otros mitos, y se presenta a los gobernantes como hombres sabios y paderasos por su obediencia a las deidades y su cumplimiento de los rituales, entre los que estd la adivinacién del futuro por medio de los libros sagrados. Dice el autor del Popol Vub: Grandes Seffotes y hombres prodigioses eran los reyes portentosos Gucu- matz y Cotuhd, y los reyes portentosos Quiceb y Cavizimah, Ellos sabian si se aria la guerra y todo eta claro ante sus ojos; velan si habtia morcandad 0 hambre, si habria pleitns. Sabian bien que habfa donde podian verlo, cue existia un libro por elles llamado Papo! Vic. Pero no slo de esta manera era grande la condieién de los Sefores. Grandes eran también sus ayunos. Y esto era en pago de haber sido creados y en pago de su reino. Ayunaban mucho tiempo y hacian sactificios a sus dioses.!” Los Libros de Chilam Balam no constituyen un relato ordenado de la historia de cada grupo; sin embargo, entre los textos aislados que Ios inte- gran, encontramos también Jos mitos cosmogénicos, los origenes histdricos, los rituales y la exaltacién de fos gobernantes: Verdaderamente muchos eran sus “Verdaderos Hombres”. No para vender aiciones gustaban de unizse unos con otras; pero no estd a le vista todo lo gue hay dentro de esto ni cudnto ha de scr cxplicado. Los que lo saben vienen del an linaje de nosotros, los hombres mayas. Esos sabtan ci significado de lo que ray aqui cuando lo lean. Y entonces lo vetdn y entonces lo explicardn y entom- ces serin claoos los oscuros signos del Katdia. Porque ellos son los sacerdotes."8 Todo clio nos indica que estos libros sagcados siguieron teniendo, como Jos antiguos cédices, el sentido de afirmar el poder de los gobernantes loca- les, dentro del tradicional sistema politico maya, y de setvir de base para la transmisién de los mitos y para el ritual de adivinacién, aunque es posible que, a causa de la persecucién religiosa, esta prdctica ritual pronto se haya perdido. Los textos escritos para ser cantados, bailados o representados, de los que conacemos EI libro de los cantares de Dzitbalebé y el Rabinal Achi, pa- recen haber renido, como los anteriores, el propésito de afismar entre los mayas sus convicciones religiosas, mantener su identidad histérica y exaltar a los reyes, pues cn esas ceremonias clandestinas de fos primeros siglos de la Colonia se haclan también representaciones dramdticas. Fuentes y Guzmén refiere: " Popol Vub, Vid infra, p. 94. ' Libro de Chilars Balavt de Chumayel, Vid infra, p. 226. XXVI Danven, pues, cantando alabanzas del santo gue se celebra; pero en los bailes prohibicios cantaban las historias y los hechos de sus mayores y de sus falsas y mentidas deidades...° Estos bailes prohibidos, 0 “bailes del saz”, se vepresentaron durante los siglos xvi, xvIt y xvItT, y fueron siempre considerados como actos religiosos, ya que los actores se confesaban, se preparaban con ayunos y abstinencias, sjecutzban titos antes de la representacién, y esperaban algtin castigo divine después de ella® Por todo esto, los manuscritos que contenian el texto de Jas represen- taciones, y que probablemente eran legados de padres a hijos dentro de las familias de maestros oficiales de danzas 0 bolpopob, pueden también ser con- siderados como libros sagrados de la comunidad. En ellos, ademdés de conser- varse los tituales prehispénicos, se hacen alabanzas de los antepasados. El Canto 3 de El libro de los cantares de Dzitbalché, por ejemplo, dice que es necesario medir Ja cuenta de los katunes, desde el tiempo en que se constru- yeron Jas antiguas ciudades mayas, y, al referirse 2 sus constructores, afirma que fueron “los grandes y poderosos hombres”, En seguide declara por qué ~ se escribieron esos cantares: Lo gue signifique / aqui ea Jos poblades, damos; / cl significado, / el cual vemos hoy, / ¥ lo que sabemos / porque dia / a dia vemos / en medio de tos ciclos / Ia’sefial de lo que / nos fue dicho por / Jos hombres antiguos / hom. bres de aqui / de nuesiros pueblos, / de aqui de nuestra tierra. Damos / ia cier- to de nuestra intenciéa / para que se pueda / leer Jo que / hay en la faz del / cielo al entrar Ia / noche, asf desde / el horizonte hasta e! meridiano Asi pues, Ia lectura de los libros sagrados y las tepresentaciones de tipo dramitico, acompaiiadas de ritos de purificacién y de ottos rituales, eran ce- remonias religiosas, de algtin modo semejantes a las grandes fiestas de la época prehispanica, Sélo que aqui habia algo mds: una intensa actitud defen- siva, por la cual se trataba de dar a la comunidad una motivacidn para recha- zat el dominio politico, econémico y espirituel de los espafioles. Asi, mien tras los frailes trataban de evangelizar a los indigenes, con la conviccién de que Ios Ilevaban al camino de la verdad y de la salvaciéa, los sacerdotes mayas buscaban afirmar en ellos la confianza en sus dicigentes y en sus creen- cias, su valor y sa dignidad como pueblo que, tanto frailes como autoridades espafiolas, habian invalidado. Indudablemente, ésta es una de las causas radi- cales de las multiples rebeliones indigenas que se han llevado a cabo desde Ja conquista espafiola hasta nuestros dias, y nos explica también el hecho de que, de algtin modo, no se hava perdido ef principio de identidad y la fuerza comunitatia del pueblo maya, aunque haya deseparccido lo més rico de sus cteaciones culturales. 3 Fuentes y Guzmén, op. cft., pp. 212-213. 2 René Acuiia, Introduccién al estudio del Rabinal Acbi, Universidad Nacional Auté- noma de ‘México, Centro de Estudios Mayas, México, 1975 (Serie Cuadernos, 12); pp. 147-148, xxv Los textos legales: crénicas, probanzas titulos Los textos escritos con la finalidad ‘de preservar la herencia material de los mayas son principalmente crénicas, titulos de propiedad, tratados de tie- tras y probanzas de méritos y servicios, que fucron redactados por los miem- bros de algunas familias nobles, muchas veces a peticién de las autoridades espafiolas, para confirmar Ja legitima posesién de las tierras, para solicitar privilegios o para limitar los tributos. Pero como los autores tratan de probar la nobleza de sus linajes y la antigitedad de ellos en la posesién de las tierras, muchos de los esctites son importantes textos histé ices, con an rico acervo de datos sobre Ia historia y la organizacién polftica y social de los antiguos mayas, y otcos ponen el énfasis en registrar los acontecimientos de la con. quista espafiola y nos dan una valiosa informacién sobre la sociedad colonial. Estos escritos eran presentados ante las autoridades coloniales, principal- mente en los litigios de tierras o sobre los tributes, como prucha de los de- rechos del grupo, y eran también libros comunitarios, que estaban en manos de Jas familias de Principales y se heredaban de padres a hijos. Casi todos Jos autores declaran el motivo que los levé a escribir, que va desde el deseo de que su linaje sea conocido, hasta problemas concretos. Por ejemplo, el Texto chontal constata que Pablo Paxbolon comparecid ante el escribano piiblico Juan Bautista: ¥ dijo que tenfa necesidad que tomasen los dichos de los viejos porque quiere sabet y oft cémo empead y cémo vienen sus abuclos y padtes, teyes antiguas; lo cual declararon y dijeron Jos que se nombran Alonso Chagbalam y Luis Tuzin, muy vigjos...2 Mucho més explicitas son los autores del Cédice de Calkint y de las His- torias de los Xpantzay. El primero afirma haber escrito para que no se olvi dara el trato de los caikinienses y Jos mopilaenses sobre los limites de su tertitorio: Nada de pleitos ni envidias. Ni nadie deberd gritar porque no sea suyo el bosque}. Esta es la cansa de gue demos e! titulo, nuestra palabra, nosotros los calkinienses, Pata que sea visto por los hijos de los mopilaenses que vienen auds, Y el segundo, dirigiéndose a sus hijos, declara: _Si por acaso os hiciere mal Don Francisco Ordéfee y dijete que no zenéis linaje, hijos mios, ya veo que quetré provocar un pleito. Por eso me pongo ahora a escribir vuestra estirpe, vuestro nacimiento? Muchos de estos textos, por su cardcter legal, no fueron realizados con Ja libertad que se advierte en los libros sagrados, sino que predomina en ellos Ja necesidad de ajustarse a los requerimientos de los espaiioles. Por ejemplo, en los titulos quichés hay un especial interés por mostrar sus rela- 4 Scholes y Roys, op. cit. p. 367. 2 Cédlice de Caliah Vid" ilray py. 438. 8 Historias de los Xpantzay, Vid infra, p. 426, xv ciones con Ia familia reinante de Utatlén, porque ello les permitia obtener mayores privilegios, En algunos casos, los misioneros pedian a los nativos adaptar la historia de sus migraciones a los relatos biblicos, quizé con el fin de que fueran mejor tratados por los encomenderos. Es posible que por ello encontremos tan marcada influencia cristiana en libros como el Titulo de los Seiiores de Totonicapan Sin embargo, estos textos no dejan de ser importantes documentos para el conocimiento de la historia ¢ instituciones de los mayas prchispanicos y de Ja organizacién politica y social de Ia Colonia. IV. CONTENIDO Y FORMA DE LOS LIBROS MAY AS Desde un punto de vista formal, no todos los textos mayas pueden ser considerados como obras literarias, pues mientras que algunos de ellos son verdaderas obras poéticas en Jas que destaca a riqueza del lenguaje y los recursos estilisticos, la mayorfa esté formada por documentos de cardcter me- ramente legal, que tienen sélo un valor histérico. Fue fundamentalmente en Jos escritos de cardcter religioso, y en algunos textos histéricos y médicos, donde los mayas expresaron su sensibilidad poética, su capacidad imaging. tiva y su riqueza espiritual, por lo que son éstos los libros que, a nuestro parecer, constituyen fa aportscién maya a la literatura universal. Al igual que todas las literatures de Jas grandes culturas pre-griegas del Viejo Mundo y las orientales, los escritos literarios de Jos mayas son primor- dialmente una manifestacién de las vivencias religiosas y de la preocupacién histérica, y fueron realizados con un fin préctico, no con un fin propiamente attistico, Ademés, los libros revelan una mentalidad y una concepcién sui generis del mundo y de Ja vida, de ah{ que sea muy diffeil hacer wna clasi- ficacién de clios basdndose en los yénetos clasicos establecidos en la cultura occidental, pues, de acuerdo con este criterio, resultaria que casi todas estas obtes son a la ver épicas, liticas, draméticas, diddcticas © histGricas. Sin em- bargo, los diversos temas que contienen los libros determinan ciertas dife- rencias estilisticas, lo que nos permite dividix la obra escrita de los mayas en cuatro grandes grupos: literatura mitica y profética; literatura ritual; litera tura médica, astrondmica y calendérica, y literatura histérica y legendaria. En tos puntos anteriores hemos resumido el contenido particular de los principales textos mayas, y nos hemos referide a Ja temdtica para tratar de explicar el sentido y la finalidad de Ia creacién de estos esctitos. Aqui dare- mos una visién genera] del contenido, destacando los temas concretos que, @ nuestro parecer, son medulares en Ja literatura maya, ya sea porque son comunes a los textos de Yucatén y de Guatemala, o porque aparecen en la mayoria de los escritos de una de estas dos regiones, y haremos algunas con- sideraciones sobre el estilo de los libros mayas. ™ Carmack, Quichean Civilization, p. 21. xX Literatura mitica y profética Intercalado en los escritos histéricos, en las profectas, en los textos mé- dicos, etcétera, hay un importante material mitico en las obras mayas. En- contramos, desde telatos aislados, hasta los grandes mitos cosmogénicos, que tratan de dar una explicacién general del universo. Entre los mitos particulares, que a veces estdn integrados a los relatos cosmogénicos, tenemos, por ejemplo, los del origen del fuego (Anales de ios cakchiqueles y Popol Vub); la explicacién de las caracteristicas fisicas de ciertos animales (Popol Vb); el origen del tiempo (Chilanz Balan: de Chu- mayel); el origen de ta oscutidad y de la noche (Anales de fos cabehiqueles); el castigo a la soberbia (Popo! Vb}; el nacimiento milagroso de los héroes culturales (Popol Veh). En los relatos miticos aislados se menciona a diversas deidades, por ejem- plo: patronos de actividades humanas: Hunbatz y Hunchouen, de los flau- tistas y artesanos (Popol Vuh) y Cit Bolon Tun, de los médicos (Libros de Chilam Balam); guardianes de la naturaleza, como Zaquicoxol, del fuego (Angles de los cakchiqueles); dioses tribales, como Tohil, de los quichés (Popol Vub); provocadores de las enfermedades, como Jos dioses de Xibal- ba (Popol Vuh); y los del Metnal (Ritual de los Bacabes}; los dioses de los puatos cardinales 0 Bacabes (Libros de Chilan: Balam, Ritual de fos Bacabes), eteéteta. Hay también varios mitos que explican el origen de los rituales, como el de Tolgom, “el hijo del lodo que tiembla” (la cignaga), que es asacteado por Jos cakchiqueles durante su pezegrinacidn, relato que fundamenta el ri- tual de sacrificio por flechamiento, que se realizaba cada afio cn el mes Uchume, quinto del calendario cakchiquel (Anales de los cakchigueles). Otro mito dé este tipo es el de Tohil, dios protector de los quichés: e] principal problema de las tribus durante su peregrinacién desde Tulén era que no tenian fuego, pero éste les fue dado a los quichés por Tohil, y cuando las demés tribus lo piden, el dios demanda a cambio el sacrificio de venados, de aves y de hombres. Aqui se explica el origen del sacrificio humano por ex- tracci6n del corazén (Popol Vub}. En el mismo libro encontramos expresado miticamente el origen del rito de adivinacién con granos de maiz: en ef proceso de formacién del hombre aparecen los adivinos Txpiyacoc ¢ Ixmucané, quienes, por medio de los gra. nos, pronostican que serdn buenos unos hombres hechos de madera. E] mito det origen del Sol y de la Luna en el Popol Vuh, donde los per- sonajes centrales juegan a la pelota con los dioses del inframundo, nos revela el sentido simbdlico de este juego que, aunque a la Tlegada de los espafioles tenia un carécter mas profano que religioso, debe haber sido un importante ritual, como lo muestra la existencia de campos de jucgo en los centros cere- moniales. Enire los nahuas, e] juego simbolizaba, al lado de otras significa. ciones, la lucha de los astros en el cielo, la pugna de las fuerzas laminosas contra las fuerzas oscuras; los aztecas nos preseatan a su dios Huitzilopochtli {el Sol) luchando en el campo de juego contra Coyolxauhqui y los Centzon- hvitznabuse (la Luna y les estrellas}. En el libro quiché, el juego parece estar también aludiende al movimiento de los astros, sélo que ao nos presenta une xxx oposicién entre la Luna y el Sol, sino entre los setes luminosos (Sol y Luna) y los seres de ta oscuridad (los dioses del inframundo), por lo que Ja lucha no sdlo reptesenta Ja dindmica astral, sino también la pugna de los principios de vida, representados por los seres celestes, y los principios de muerte, sim- bolizados por los seres infraterrestres, de Ia cual resultan vencedores los pri- meros.”* La expresién religiosa mas importante en los textos es el mito cosmogé- nico, que aparece en el Popol Vuh, los Anales de los cakchiqueles y los Libros de Chilam Balam. Estos relatos del origen del cosmos son fuadameniales también para conocer las ideas cosmolégicas y las ideas que del hombre y los dioses tuvieron los mayas prehispdnicos, y nos revelan, asimismo, que tanto los mayas de Yucatdn como las de Guatemala compartieron [a misma cosmovisién con los grupos nahuas, lo que expresa un trasfondo de creencias religiosas comunes a nivel mesoamericano. El mito cosmogénico del Popol Vue es el més completo y significativo entre los mitos mescamericanos sobre e! origen. Relata Ja creacién como un proceso que va desde la decisién de los dioses de crear el cosmos, hasta la formacién del hombre, que completa y da sentido a la obra de los dioses.® En Sos Anales de los cakchiqueles no se menciona la creacién de Ia natura- teza, sino unicamente la formacidn del hombre, y el mito aparece después de que se ha iniciado el reiato de la historia del pueblo cakchiguel; pero es nora- blemente semejante al mizo del Papol Vuh. En los Libros de Chilam Balan, fundamentalmente en el de Chumayel sf encontramos, aunque en textos in- conexos, las ideas sobre el origen del mundo, y algunas oscuas menciones del origen del hombre, segdn ei pensamicnto maya. Estos fragmentos estén esctitos, come casi todos los textos miticos de los Libyos de Chilam Balam, en un lenguaje enigmético, plagado de términos cristianos, por lo que, a pri- mera vista, parecerfa que se trata de mitos cosmogdnicos diferentes a los quichés y cakchiqueles; pero un anélisis cuidadoso de ellos, estableciendo una comparacién de su conzenido con el de los mitos de Guatemala y los nahuas, nos ha permitide saber que, 2 su manetz, los mayas de Yucatén ex- presaron las mismas ideas cosmogénicas bisicas que aquéllos. El mito del Popol Vub, arménicamente estructurado, se inicia con Ja imagen de los dioses creadores, situados en un escenerio estatico de mar y cielo, donde se levara a cabo Ja obra de creacién. El agua aparece en este mito como el principio generador mismo, ya que se identifica con los dioses creadores. Estos son Ilamados Tepeu y Gucumatz, nombres ambos de Quet zalcéat], e1 dios creador del mito ndhuatl. En la narracidn del manuscrito cakchiquel no se mencionan estos dioses, y en el Coilaim Balam de Chumayel el principio vital que sostiene al mundo aparece como una "serpiente de vida con los cascabeles de su cola”,” lo que claramente alude a Quetzaledatl, la serpiente emplumada. Mercedes de la Garza, El hombre ew ef pensamtento retigiaso néhuail y maya, Prélogo Miguel Leén-Portilla, Universidad Nacional Auténoma de México, Centro de Es- tudios Mayas, México, 1978, (Serie Cuadernos, 14); p. 45. % Tbidem, p. 37. % Libro de Chilam Balam de Chumayel, Vid infra, p. 243, XXL En el Popot Vub el mundo surge de la palabra de los dioses, que es fuer za magica y energia creadora; por medio de esta fuerza, la tierra emerge de les aguas y se forman los valles y les montafas. En seguida son creados los animales, cuya aparicién es explicada como una necesidad de romper la inmo- vilidad y el silencio, es decir, de dar movimiento al mundo, El Chilam Baiane de Chumayel exptesa la misina idea de dinamismo, pero de una manera mas abstracta: lo primero que se crea es el tiempo, y una vez dinamizado el es- pacio, aparecen los distintos seres: Cuando no habia despertado of mundo antiguamerte, nacié et Mes y em- pezd a camicar solo... nacido el Mes cred el que se Uama Dia y cred el ciclo y la Cerra, por escala: agua, tierra, piedras y drboles.22 Sobre fos animales, que no son mencionades en el texto cakehiquel ni en el de Chumayel, el Popol Vub nos dice que los dioses les repartieron sus moradas y les pidieron que hablaran, que los iavocaran por baberlos creado. Pero los animales no pudieron hablar y los dioses los mandaron habitar en los barrancos y los bosques, y los condenaron a ser comidos y utilizados por el hombre, fo cual expresa ya la meta de la cteacin: formar seres que reco- tiozcan y veneren a los dioses. Este propdsito se confitma enando los dioses decid —iA probar otra vez! Ya se acerca cl amanecet y la autora; jhagamos al que nos sustentaré ¥ alimentard! ¢Cémo harcmos pata scr invocados, para ser recocdados sobre la tierra...? Probernos ahora hacer unos sexes obedientes, rex petuoses, que nos sustenten y alimenten, Asi dijeton2? En este fragmento se hace patente el concepto que del hombre, el mundo y Jos dioses tuvieron los mayas prehispdnicos. Al decitnos que el objetivo de [os dioses al crear el mundo no es sélo que haya quienes los reconozcan y los veneren, o sea, seres conscientes, sino también la necesidad de los dio ses de ser alimentados, nos dan a conocer que para los mayas sustentar a las deidades es su misién’ esencial sobre Ia tierra, y que los dioses no son per- fectos, sino que requieren set alimentados por Jos hombres para poder sub- sistiz. Asi, los dioses dependen de los hombres, como los hombres dependen de los dioses. El hombre, por esta responsabilidad existencial, aparece como un ser diferente de los otros que habitan el mundo. A partic de este momento, en que se pone de manifiesto que la creacién del hombre es lo que da sentido a la creacién del universo, el relato del Popol Vuk se concentra en los intentos de los dioses de formar hombres cons- cientes. Intentan primero hacerlo de barre, pero fracasan, pues estos seres no tenfan entendimiento y se deshicieron con el agua. Después hacen hombres de madera, que hablaban y se multiplicaban, pero tampoco reconocieron a los cteadores, y fueron aniquilados por medio de un diluvio. Esta catdstrofe césmica es mencionada también en varios fragmentos del Chilam Balam de Chumayel, del Chilam Balam de Mani y del Ritual de los Bacabes, y coincide % Ibidem, pp. 253, 254. + Popol Vub, Vid infra, p. 15. XKXIT con Ja desaparicién de! universo de! mito de los nahuas, lo que nos corrobora también la comunidad de creencias, respecto del origen, en Mesoamética. El texto de Chumayel menciona la formacién de un hombre de barro, después de la creacién del tiempo, y habla en otro fragmento de unos hom- bres que fueron gigantes y que procedian de unos seres semidivinos Hamados Guerreros; pero pone el énfasis en la descripciéa de Ja catdstrofe, que sobre- vino porque los nueve dioses del inframundo (Bolontikii) roban el principio de vida (la serpiente emplumada) a los trece dioses de los cielos (Oxlabua- tiki), lo que ocasiona la destruccién del mundo y de fos hombres: Y fueron entettados por la orilla de la atena en las olas del mar. Y enton: ces, en un solo golpe de agua, llegaron fas aguas. Y cuando fue robada la Gran Serpiente, se desplomé el firmamento y hundio la tierra.” E] mito def libre de Chumayel coincide con el mito ndhuatl, que tam- biéa habla de Ja existencia de gigantes en uno de los Soles y de la destruc- cid cdsmica por agua, por Io que podemos pensar que igualmenie alude a varias Edades previas en Jas que vivieron distintas clases de hombres; y el Popol Vuh coincide con ambos al refetir, ademas de la catdstrofe, la exis- tencia anterior de diferentes hombres. En cuanto al libro de los cakchiqueles, concuerda con el Popol Vuh y con el Chilam Balam de Chumayel al men- cionar al hombre de tierra que no respondié al propésito de los dioses. En el Popol Vub y en los Anates de los cakchiqueles encontramos después el relato de Ja aparicién de los hombres actuales, aquellos que van a satis- facer el requerimiento de las deidades, y que son formados de masa de maiz, Estos hombres coinciden con los Iamados “hombres amarillos” en el texto de Chumayel, que son los hombres de maiz, los mayas actuales; y corres- ponden también a los hombres creados por Quetzalcdatl en el Quinto Sol, cuyo alimento es el maiz, de los que habla el mito néhuatl. Tanto el texto quiché como el cakchiquel nos dicen que una vez que los dieses decidieron hacer al hombre de masa de maiz, vatios animales particl- paron en la formacidn, consiguiendo ef grano en una tierra de la abundancia Hamada Paxil. En el mito néhuatl se sefiala la misma idea: las hormigas con- ducen a los dioses creadores al Jugar donde se hallaba el maiz, también un sitio de la abundancia, llamado Tonacatépetl. Es este alimento, que fue la base de subsistencia de los pueblos prehispdnicos, lo que va.a permitir en Jos mitos que el nuevo hombre sea cualitativamente diferente de los ante- riores, que sea un ser consciente; es decir, que para ellos “no es el espiritu el que infunde vida a la materia, como ocutre en otras cosmogonias, sino Ja materia la que condiciona el espiritu” 4 Segiin el Popol Vb fueron cuatro varones y cuatro mujeres Jos primeros hombres formados, y segiin los Anales de los cakchiqueles, trece hombres y catorce mujeres, En la primera obra no aparecen al mismo tiempo los varo- nes y las mujeres, lo cual se debe a que los hombres tesultaron perfectos: 2 Libro de Chilem Balam de Chamayel, Vid. infra, p. 243. 3 De la Garza, El bombre..., p. 46. XXX Fucron dotados de inteligencia; vieron y al punto se extendié su vista, al- canzaron a ver, alcanzaron a conocer todo ko que hay en cl mundo. Cuando mitaban, al instante veian 2 su alrededor y contemplaben cn torno a clios la bdveda del cielo y 1a faz redonda de Ja tierra... Grande era su sabiduria; su vista ilegaba hasta los bosques, las rocas, los mares, les montaias y los valles.*? En la vista estén simbolizados la conciencia y ef conocimienta, por lo que “ver todo” significa ser perfecto, autosuficiente, Los dioses interrogan a los hombres, y al oft su respuesta se dan cuenta de su petfeccion y esto les disgusta; no quieren un hombre asi, pues puede no venerarlos ni procrear; los dioses necesitan a un hombre carente, que requiera de cllos, asi como ellos requieren de los hombres, y, por ello, les echan un vaho sobre las ojos para que “no vean més que un poco”, es decir, les quitan la perfeccién. Esta idea, que no aparece en ef texto cakchiquel, ni en los Libros de Chilan Balam, ni en ol mito nébuatl, iene cuizd alguna influencia cristiana, pues se parece a la pérdida del Paraiso en cl Génesis; sélo que pata los quichés la perfeccién’ se pierde limitando el conccimiento, mientras que en el Génesis se pierde adquiriéndolo, y fa contingencia humana se explica por una decisién de los dioses, no por una falla del hombre, La idea exptesada en el Popol Vuh es acorde con el sentido que cnfa la vida del hombre para fos pueblos prehispénicos: slimentar a sus dioses porque éstos son insufi- cientes, idea que dista mucho de la hebrea, en la que Dios es omnipocente y perfecto. Asi, aunque el escritor quiché pudiera haber tenido alguna in- fluencia biblica, c] sentido esencial de esta parte del mito no es cristiano. Una vez perdida a perfeccién de fos hombres, aparecen en ef Popol Vuh las mujeres, para dar aleyria y compafifa al hombre y para engendrar a los hijos. Las primeras parejas humanas, en los dos textos de Guatemala, se mul. tiplican y dan lugar a las tribus quichés y cakchiqueles, y una ver que estas tribus estuvieron establecidas en sus lugares de asentamiento, aparece el Sol, completindose la obra de creacién, La misma idea de la aparicién del Sol después de [a de los hombres se manifiesta en el Chilam Balam de Chumayel. Pero en el Popo! Vib encontramos un mito que, con algunas variantes, es mencionado también por cronistas espafioles, como Torquemada,” y que se inchuve en el texto antes del relato de la formacin de los hombres de maiz Es un rico pasaje, en cuanto a simbolos miticus, que narta las hazafias de los semidioses, Hunahpti e Ixbalanqaé, quienes, después de jugar a Ja pelota en el inframunde con los dioses de la muerte, de ser sometidos a varias pruebas y de morir, renacen convertidos en ef Sol y la Luna. En el libro se da por supuesto que es éste el Sol que aparece en el cielo cuando ya las tribus estu- vieron establecidas. En los Libros de Chilam Balam encontramos un buen nimero de profe- clas que no sdlo nos ilustran sobre este aspecto esencial de la religién maya prehispdnica, sino que nos dan a conocer que después de la Conquista per- sistieron las concepciones fundamentales de los mayas. Como ya hemos sefia- %2 Popol Vub, Vid infra, p. 63. 4 Fray Juan’ de Torquemada, Monarguia indiana, 44 ed., 3 vols, Introd. Miguel LeirPortilla, Edit. Parréa, Mézico, 1969 (Biblioteca Portia, 41-43); Vol. II, pp. 5354. XXXIV Jado, Ia elaboracién de profecias se basé en un concepte ciclico del tiempo, por el cual se crefa que los acontecimientos, tanto naturales como histéricos, se tepetian, debido a que volvian a presentarse en cada ciclo las mismas car- gas de influencias divinas que habian determinado los hechos en el lapso. antetior del mismo nombre, Basdndose en sus cddices, donde estaban regis- trados los hechos, los sacerdotes preparaban sus profecias para darlas a co- nocer al pueblo. Y siglos después, en el Chifam Balam de Chumayel, uno de Jos escritores mayas asienta: Estoy en 18 de agosto de este ato de 1766. Hubo tormenta de viento. Es- cribo 3 memoria para que se pueda ver cudntos aiios después va s haber otra! Esto nos da a conocer que, por lo menos hasta el siglo xvtz, la crcencia prehispdaica bésica de fa recurrencia ciclica de los acontecimientos estaba vigente. Las profectas contenidas cn los Libros de Chilam Balam se refieren a tres tipos de petiodos: los Aatunes (20 tunes), los tutes (altos de 360 dias) y los dias. Las predicciones katinicas (Chumayel, Kéua, Pérez, Tizimin) constitu. yen dos series completas y una incompleta, y no se inician con el Katein 13 Abau, sino con el 11 Abau, debide a que éste fue el Aafia de la Megada de Jos espafioles. Las predicciones winicas (Mani, Tizimin) se refieren sdlo a una rueda de veinte tues, correspondiente a un Katin 5 Abau; el ciclo se denomina Cuceb, “lo que gira". Las predicciones diurnas (Ixil, Kéua, Titi- mig, Pérez) son las del Sansamal Kin Xoc, “La cuenta diaria de los Dias” de un afio, que sefiala si un dia es bueno o malo, y que servia como funda- mento para las actividades generales; y las del Chuenil Kuz Sansameal, “Ar- tificio diatio de los Dias”, que seiiala las influencias de Jos veinte dias del calendario ritual. Hay en los Libros de Chilam Balam (Pérez, Chumayel y Tizintin) otro tipo de predicciones que, precisamente, sc titulan “Profecias”; se adjudican a cinco sacerdotes rmayas tlamados Napuctun, Ah Kauil Chel, Nahau Pech, Natzin Yabun Chan y Chilam Balam. Son profectas fatalistas que anuncian ta Ilegada de extranjeros, de una nueva religién y de un tiempo de miseria y sufrimiento, por lo que se relacionaron con la Conquista. Pera en realidad, a causa de la idea ciclica de la historia, en ellas se confunden acontecimientos como el dominio de los itedes, que se consideraban extranjeros, y el yugo espaiol; la adoracién de Kukuledn, introducida por los toltecas, y el ctis- tianismo. En general, en todos los textes proféticos se entremezclan aconte- cimientos del pasado y el futuro, ya que, para ellos, ambos con resultado de la misma catga de influencias divinas del Aattin. Los textos proféticos son ricos en contenido religioso, hissérico y moral, pues mencionan un gran ndimero de deidades, incluyen ideas cosmogénicas y cosmolégicas, y generalmente se refieren a situaciones socio-politicas en las que hay un relajamiento de las costumbres. Casi todas las predicciones 3 Lethro de Chilam Balm de Chumayel, Vid injra, p. 269 % Vid Barrera Vasquer y Rendon, op. cit, pp. 448 XxX anuncian desgracias, en un tono de desesperada resignacién, quizé por haber sido escritas precisamente en una época de destruccién, violencia y attopello de los hombres y las creencias mayas. Aunque el estilo de los relatos miticos y proféticos de Yucatan es distin- to al de los textos miticos de Guatemala, en tanto que en los ptimeros abun- da el uso de fSrmulas sintéticas, lo que les da un cardctet_profundamente esotérico, y en los segundos el texto fluye en una forma mds narrativa, en ambos enconiramos un lenguaje altamente simbélico y multiveco, en ef que se emplean metafdricamente objetos, colores y seres naturales, como flores, animales, drboles y piedras, para expresar las ideas, las vivencias y las ac- ciones. Como es manifiesto también en Jas artes plésticas, el medio natural en el que vivieron los mayas, extraordinario por su majestuosidad, su variedad y su belleza, domina toda la creaciéa maya; estd presente en todo pensa- miento, en toda imagen, en todo ritual, en toda afeccién humana. Es ia na- turaleza la que condiciona el espiritu, como fo exptesa el Popol Vuh, en la idea de que el haber sido formado de masa de mafz es lo que permite al hombre hacerse consciente de si mismo y de Ios dioses. Y el espititu se toxna a la vez naturaleza, al expresarse simbolizado en ceibas, en aves, en jaguares, en flores y en piedras. Todas las ideas, las virtudes y las pasiones humanas, en el atte maya toman formas vegetales, animales y minerales, fo cual nos habla de una unidad indisoluble del hombre con su medio. En este sentido, cabrfa decir que la cultura maya es, esencialmente, una cultura de Ja natu- raleza. Asi, en los escritos de los mayas, hasta los conceptos mds abstractos, como el de que ef mundo tiene una racionalidad y un orden inherentes, son expresados en una forma plastica, concreta, casi tangible, empleando a veces como simbolos hasta los objetos de uso cotidiano. No en vano el lenguaje escrito propio de la cultura maya prehisp4nica, los cédices y les inscripciones, es fundamentalmente un ate pléstico, es pintura y escultura Veamos, por ejemplo, cémo se describe el reordenamiento del mundo, después de la destruccién por agua, en el Chilam Balam de Chumayel Al terminar el artasamicnto se alvaré Chac Imix Che, [a ceibs roja, colurn- ns del cielo, sefiel del amanccer del mundo, arbol del Bacal, Vertedor, en donde se posard Kan Xib Yuyum, Oropéndole-amarilla macho, Se alzaré también Sac Imix Che, Ceibablanca, al ‘norte, allf se posard Zac Chic, Blanco-remendador, Zenzonsle: soporte del cielo y sefial del aniquilamiento serd la ceiba blanca. Se alzard también Ek Imix Che, Ceibanegra al ponieote del pais Iano; sefial del aniquilamiento seré la ccibe negra; alli se posaré Ek ‘Yan Picdzoy, Pajaro-de- pecho-negro, Se alzaré también Kan Imix Che, Cciba-amarilla, al sur del_ pats ano, como seiial del aniguilamiento; alli se posaré Kan Tan’ Picdzoy, Pajaro- depecho-amarillo, Kan Xib Yuyun, Oropéndola-amarill macho, Ah Kan Oyal Mut, Ave-vencida-amarilla, Se alzard también Yaax Imixche, Ceiba-verde, en el centto de la provincia, como sefial y memoria del eniquilamiento. Ella es la que sostiene ef plato y ef vaso; la Estera y el Trono de les katunes por ella viven: % Ibidem, p. 92. XXXVI La exuberancia de los textos miticos y proféticos, que al mismo tiempo es de un gran refinainiento, como la de las artes plasticas, se debe tambien al recurso estilistico de repetir un mismo pensamiento en diferentes térmi- nos o formas verbales, es decir, al paralelismo de las frases, que revela una significacién compleja, dificultando la comprensién del texto, pero que le da una simetrfa, un ritmo peculiar, propio para ser recitado, lo cual corrobora las afirmaciones de los cronistas de que los textos sagrados eran aprendidos de memoria sobre la base de lo registrado en Jos cddices, que fueron sim- plemente un apoyo para la expresién oral. Esta madalidad estilistica, propia del pensamiento mitico, fue comin a las literaturas mesoamericanas y a las literaturas religiosas det Viejo Mundo En las palabras que los dioses creadores del Popol Vub dicen a los adi- vinos Ixpiyacoc e Ixmucané, cuando les piden ayuda para la formacién det hombre, podemos apreciat el patalelismo de les componentes de las frases y de la estructura de las frases mismas: Entrad, pues, en consulta, abuela, abuelo, nuestea abuela, cuestro abuelo, Ixpiyacoc, Ixmucané, haced que aclare, que amanezca, que seamos invocados, gue seamos adacacos, que seamos recordados pot el hombre creado, par el hem. bre formade, por el hombre mortal, haced que asi se haga.” Otra peculiaridad del estilo de tos textos miticos y proféticos es la enu- meracidn de cualidades, de seres, de atributos, etcétera, que responde al mis- mo afan de expresat un hecho o idea en todas las formas posibles, o descri- biende todos los detalles. A veces las repeticiones y las enumeraciones tor- nan monétono e} texto, pero esta monotonia siempre est4 impregnada de un hondo sentido poético, que comunica la clevada sensibilidad del hombre maya. En la prediccién para un Katd 3 Abau leemos: Entonces serfn asentados Jos Sefiores de los pucblos en sus Esters y Tro- nos y Te scrd cortada la garganta al que detenta la Estera y cl Trono, al Jaguat del pueblo, al Tigre rojo, al Gato Montés tojo, al Gato Montés blanco® Y el Popol Vub, para afirmar que no habia seres antes del ordenamiento del mundo, dice: No habia todavia un hombre ni va animal, pdjaros, peces, cangrejos, érbo- Jes, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques...2? Como ya hemos sefialado, los libros mayas que hemos llamado Popol Vuh o Papolbuun sagrados no guardan una unidad temética, sino que incluyen tanto Jas tradiciones religiosas, como fas histéricas; pero mientras que los Libros de Chilam Balam son recopitaciones de fragmentos aislados y escritos en diferentes épocas por distintos autores, lo que ocurre también con los Anales de los cakchiqueles, el Popol Vub es una obra unitaria, notablemen- 3 Popol Vub, Vid infra, p_ 16 3 Barrera Vasquez y Rendén, op. cit., p. 55. % Popol Vub, Vid infra, ». 13. XXXXVIT te estructurada, que revela la presencia de un solo autor, dotado de una extraordinaria capacidad artistica. De ahi que haya sido considerado como Ta obra imaestra de la literatura indigena mesoamericana. No pretendemos hacer aqui el andlisis literario que merece el Popol Vub, pero no podemos dejar de destecar algunas de sus vittudes. Los mitos ¢ historias de los quichés han sido integrados en esta obra, logrando un relato excelente por su congruencia y altura poética. No se trata simplemente de una transcripcién de textos aislados, como ocurre con la ma- yorta de las obras indigenas, sino que hay una secuencia ordenada, expresada con notable fluidez. Se ha dicho que le obra se divide en varias partes, unas miticas y otra historica, pero ésta es una divisidn arbitraria, pues, ea reali- dad, 1a obra es una nazraciGn de Ja historia de los quichés, desde sus origenes hasta el momento de la Conguista, segén la visién teligiosa del mundo y del hombre de los mayas prehispanicos, Es decit, que se trata de un relato mitice-histérico de la historia quiché, cn el que los diversos elementos que Jo componen forman un todo arménico. Prescindiendo de la variedad y la abundancia de imégenes de la expzesidn mitica, esta historia se puede sinte- tizar asi: Les fundadores de los linajes quichés son formedos de masa de maz por los dioses, después de varios intentos fallidos de hacer seres que los veneren y sustenten, y de haber creado el universo para ellos. Estos hombres, que empiezon a multiplicarse y a buscar una forma de vida, peregrinando hacia otras tietras, y siempre acompafiados y aconsejados por sus crcadores, se mueven en un mundo nuevo, recién formado, todavia inmetso en la hume- dad y en fa oscutidad, porque no habia salido el Sol. Al Hegar a las tierras donde fijan sus residencias, habiendo constituido ya numerosas tribus, pre- sencian ta salida del Sol, fundan ciudades, inician sus ritueles, se orgenizan social y politicamente, luchan contza otros pueblos, se engrandecen y ex- tienden su poderfo, El Popol Vub es un poema escrito con predominio de paralelismos, en un lenguaje metaférico que atiende .nés a expteser la signilicacién que el hecho, y ‘en el que no hay la oscutidad y Ja exuberancia de Jos textos de Yucatén ni la monotonia, a veces desesperante, del Rabinal Achi, sino que se ha logrado crear los elementos formales mas adecuados para comunicar, con profundidad, emocién y dramatismo, las ideas, las vivencias y los aconte. cimienios que fundamentaron el ser del hombre quiché. Literatura ritual Al lado de las narsaciones miticas y proféticas, y también escritos con una gran riqueza conceptual vy expresiva, estén los textos rituales, constitui- dos por himnos sagrados, oraciones, cantos diversos y dramas. Todos ellos eran parte esencial de las fiestas religiosas, que en IW’ época prehispanica se sucedian sin interrupcién, y constituyen la actualizacién dramatizada de los mitos, en que consiste primordialmente el ritual Estos textos, entre los que destacan El libro de los cantares de Dzithalché y el Rabinal Achi, estén escritos con el lenguaje simbélico que responde a Ie forma peculiar de conceptualizacién del maya. XOkXVITI Los cantares “de Daitbalché constituyen el dnico ejemplo que cenemos sobre el texto que acompafiaba a tas danzas tituales. Entre ellos encontra- mos oraciones que se pronunciaban en las ceremonias religiosas, dedicadas genctalmente af Sol, como dador de la vida; nos revelan éstas el vitalismo de los mayas, que es expresado también en las plegarias a los dioses de las que nos habla el Popol Vuh, en las cuales piden alimentos, hijos, y larga y buena vida para ellos, Hay tambign un ejemplo de les oraciones que pronun- ciaban los médicos en los ritos curativos, y varios cantos, que van desde 10s himnos segrados que acompafaban a los rituales mas importantes, como los de sactificio humano, hasta cantares para la ceremonie de bodas e, inclusive, pata ritos secretos que hacian [as mujeres en un lugar apactado, para seducit © retener al hombre amado, Pero algunos de ellos parecen ser sélo liticos, es decit, Ja expresién de una vivencia subjetiva, interna y personal, como el Cantar 8, que es el Jamento de un huérfano por su condicién de soledad y de abandono, y e] Cantar 14, que comunica una emocidn de alegrfa provoceda por el canto de las aves: Pues si hay alegria cn los animales, 2por qué no se alegran nuestzas corazones? Si asi son ellos al amanecer: ibellisimos? iSélo camtos, sélo juegos pasan por sus pensamientos! Estos cantos I{ricos son sencillos y emotivos, muy distintos de las oscu- ras y complejas obras miticas y proféticas. Asimistno, los cantos rituales, los himnos y las orectones usan metéforas mds simples, aungue presentan tam- bién paralelismos y redundancias. Por ejemplo, en los cantares para la danza del sacrificio por flechamiento, se dice al que va a ser sactificado: Endulza tu énimo, bello hombre; wi vas a ver ej rostro de tu Padre en lo alto. No habra de tegresarve aqui sobre 4a tietta bajo el plumaie del pequeto Colibri bajo. fa pie! del bella Cervo del Jaguar, de la pequefia Mérula 0 del pequeto Paiul. (Cantar 1) Y al flechador se le dice: Bien untado has grasa de ciervo macho en tus biceps, cn tus muslos, en tus radillas, en tus gemelos, en tus costillas, en in pecho. XKXIX Coge tw arco, e su dardo... pleut pod, (Cantar 13) Es probable que esta simplicidad, en comparacién con el lenguaje mitico, se deba a que se trata de un canto, no de un intento de explicacién del mun- do y sus fendmenos; y, ademas, en el rito seguramente cran mds importan- tes el ademén, Ia danza y Ja musica, que Ja palabra. Pero habia rituales mas complejos que las danzas y los cantos, que con- sistian en Ja escenificacién del acontecimiento, sobre la base de un texte dia- logado; ste era aprendido de memoria por actores que caracterizaban a los personajes mediante multiples atavios, mascatas y otros recursos. La repre- sentacién se acompafiaba de musica y danza, y estaba a cargo del Holpop o maestro de ceremonias, quien, de mancra semejante al Corega del primitivo teatro griego, hacia las funciones de director. El Rabinal Achi, es la vinica pieza con estructura cramdtica que ha llegado hasta nosotros, y nos confirma las referencias de los cronistes espafioles sobte este tipo de representaciones en la época prehispanica, que tenian, esencialmente, un sentido ritual. Se ha dicho que esta obta se transmitié oralmente por varias gencracio- nes hasta que uno de sus depositarios, Bartolo Sis, decidié escribirla para asegutat su pervivencia; asimismo, se ha dicho que es un texto de contenido histérico por tener el siguiente asunto: los rabinalenses capturan, someten ‘a un interrogatorio y, finalmente, sactifican a un guerrero quiché que les habfa ocasionado un dafio. Pero, de acuerdo con el anélisis que del libro ha realizado René Acufia® es muy posible que se trate de un texto ritual, “que pertenece a una clase de hailes o ritos gladiatorios, cuyo uso persistié desde el siglo xvi, hasta finales del xvii, a pesar de las periédicas prohibiciones, civiles y cclesidsticas, que solamente demuestran su tenaz supervivencia” # Y también parece verosimil su hipdtesis de que el libro no fue transmitido oralmente, sino que existid un manuscrito que, como los otros textos religio- sos e histdricos, fue heredado de generacién en generacién hasta Iegar a Bartolo Sis. Ei libro nos da a conocer que los ritos de sacrifico humano se acompa- ftaban de un estricto y variado ceremonial, y que esta forma de muerte dignifi- caba y sactalizaba a los hombres. Al mismo tiempo, su cuidadosa conserva- cién dentro de la comunidad, y las normas que regfan este tipo de teatro teligioso, nos expresan que las representaciones dramatizadas de los ritos eran, ellas mismas, actos rituales, El Rabinal Achi es una de las mejores muestras de Ja forma indigena de pensamiento y expresién. Es de Jas pocas obras mayas con una estructura unitaria y arménica, y tiene la peculiaridad de presentar el pasado del per- sonaje principal, el guerrero quiché, a medida que dialoga con el Varén de Rabinal y que se acerca la hora de su holocausto. EI libro tiene une especial monotonfa porque abundan en él las formulas de cortesfa y las tepeticiones, no sélo constituidas por los abundantes paralelismos, sino porque el didlogo Acufia, op, cit 4 Tbidem, p. 160. XL consiste en que el interlocutor siempre repite el parlamento anterior al inicior el suyo. EI paralelismo en esta obra se ilustra cn el siguiente patlamento Si mi Gobernador, mi mandatario, permite que te deje merchar a las mon- tafis, a los valles; simi Gobetnador lo dice, entonces te dejaré marchar_a las montaiias, a los valles. Si, si mi Gobernador dice ¢s0, te dejaté marchar® Como en las demés obtas religiosas mayas, también aqui cf lenguaje es meteférico, por ejemplo, para expresar Ia idea de que los enemigos huyeron en multitud, dice: "Se tornaron en moscas, en mariposas, en grandes hor- migas, en hormiguitas’. Pero, a pesar del ritmo monstono, de la lentitud y del lenguaje simbélico y complejo, el texto tiene un alto tono dramético y poético. Como se trataba de Ia representacién de un tito, no habia expecta- tiva, pero se comunica con gran fuerza expresiva el dolor del hombre que va a morit lejos de su tierra. Este dice: jAh, ob cielo! jh, oh tierra! Mi dectsidn, mi denuedo, ro me han servido. Busqué mi camino bajo el. cielo, busqué mi camino sobre la tierra, apartando: las yerbas, apartando fos abrojos.... eDebo realmente morit, fallecet aqui, bajo el cielo, sobre Ia tierta?... j}Cémo no puede cambiarme por esa erdilla, ese pa- jaro, que mucren sobte la rama del arbol, sobre el retofic del drbol donde con- siguieron con qué alimentarse, con qué comer, bajo el cielo, sobre 1a tierral? En los Libros de Chilam Balam hay algunos textos rituales, entre los que se encuentra el "Lenguaje de Zuyta”, una serie de acertijos que el jefe su- premo, el halach uinic, ponia como prueba a los gobetnantes de las provin- cias 0 bataboob, para comprobar su derecho a pobernar, adquirido por per- zenecer a la nobleza, S¢ trata de an lenguaje esotérico, aunque utiliza image- nes simples ¢ ingenuas, generalmente asociadas con le comida. Las adivinan- zas aparecen acompafiadas de la explicacién de su significado: “Traedme el Sol, hijos mios, para tenerlo ea mi plato, Hincada ha de tenet Ja lanza de Je alta ctuz en el centro de sv corazén en donde tiene agentado a Yax-Bolon, Jaguar-verde, bebiendo sangre. Esto es habla de Zuyia”. Esto es Jo ‘que se les pide: el Sol es un gran hueva frito y Ta lanza con la alta cruz hin- caca en su corazén a que se refiece es la bendicién, y cl jaguar verde sentado encima bebiendo sangre, es ef chile verde cuando comicnza a ponetse colorado. Asi es ef habla de Zuytia# Literatura médica, astronémica y calendérica Hay en la literatura maya varios textos médicos, que provienen de la tradicién prehispdnica, asi como algunos esctitos relativos al calendario maya y que tocan. asuntos astronémicos, pero que de ninguna manera son una con- tinuacién de los grandes cdlculos mateméticos, astronémicos y cronoldégicos de los antiguos mayas, sino sdlo un afén de explicar el calendario maya y algunos fendmenos naturales, ya bajo Ja influencia def pensamiento occi- fental. ® Rabinal Acké, Vid infra, p. 320 8 Ibidem, p. 334. 4 Barrera Vasquez y Rendén, op. oft, p. 132. XLI Si estos textos han sido considerados, en cierto modo, cientificos, por Tos temas que tocan, no por ello ha de pensarse que los mayas (ni los prehis- Panicos, y menos ain Jos de la Colonia) desarrollaron una ciencia pura y teorética, como la ha entendido, en gran medida, Ja cultura occidental: pues aunque los grandes logros de los mayas prehispénicos puedan ser un conoci. miento verdadero; la actitud de sus creadores no fue de un interés meramente sognoscitive ¢ intelectual, sino una actitud religiosa y préctica, que respande a su peculiar concepcidn del cosmos. Por ello, los libros de medicina maya, que nos transmiten los conocimientos médicos anteriores a la Conquista, son esencialmente textos religiosos, y las explicaciones del calendario ponen el acento en las cargas de influencias divinas que el tiempo traia sobre los hom- bres, segtin Jos antiguos mayas. Ademds de los escritos ineluidos en los Libros de Chilam Balam de Ixil, de Tekax y de Kéua, que describen s{ttomas y curaciones de varias enlen. medades, hay algunos manusctitos cuyo contenido es exclusivamente médico, que datan de los siglos xvin y x1x, pero que provienen de antiguas fuentes, Ellos son los |lamados Libros det judio y el Ritual de los Bacabes. El titulo de Libros det judia que han recibido varios textos quizd deriva de una obra de Ricardo Ossado, alias “el judio", quien, segin se dice, cura- ba Jas enfermedades mediante hierbas y otros remedios indigenas. Estos ma- nuscritos, de los cuales los primeros cinco estén esctitos on maya y Ios cinco restantes en espafiol, son: Libro del judio; Libro de medicina maya; Libro de medicina maya de Sotute; Libra del judio de Sotuta; Cuaderno de Teaho; Apuntes sabre algunas plantas medicinales de Yucatén; El libro de los médi- cos yerbateros de Yucatén oa noticias sobre yerbas y animales medicinales yucatecas sacados de los antiguos libros mayas de Chilam Balam, calendarios » demas cosas curiosas; Noticias de varias plantas y sus virtudes; Jaan Pio Pérez, Recetarios de indios en lengua maya; Yerhas y bechicertas del Yu. catén® El Ritual de los Bacabes, el més importante texto médico maya, contiene cuarenta y dos encantamientos médicos, que nos expresan el sentido mégico- teligioso que tuvo la medicina maya, por lo que puede también ser conside- zado como un tibro ritual, Entre Ins Ermulas cutativas tenemos, por ejemplo, “El encantamiento para el ata jue-de-guacamaya y convulsiones”, las “Pala. bras para la erupcién-de-tardntula”, el ataque de tarantula, etcétera. En ellos se alude al origen del mundo, a los diferentes estratos del cosmos, y se men- ciona a varias deidades, entre las que destacan las maléficas que provocan las enfermedades; pero el sitio principal lo ocupan [os Bacabes, dioses de los Cuatro puntos cardinales y ordenadores del mundo. Estos textos estan esctitos en un Tenguaje arcaico, plagade de simbolismos esotéricos; es un lengusje sin. tético, que no pretende explicar, sino lograr Ja cutecién por la fuerza mdgica de Ja palabra sagrada. Un fragmento de las “Palabras para el ataque-de-jaguar- guacamaya, la locura del atague” basta para darnos una idea de este tipo de textos mdgicos: * Torzer, op. cit, p. 195. Gibson, op. cit., p. 389. XL Entonces vertcdotcs, vosotros acalldis, Vosotros aquietdis la codicia de ta creaciéa, la codicia de Ja oscuridad, vosotros cuatro dioses, vosctros, cuatro Ba- cabes. El caeria en el corazén del Mctnal (el inframundo}, en el lugar del padre de Can _vah-ual-kak (*'vigoroso-cnetnigo-del-fuego”). [x Mauay (“sefiora danina- uno”), Ix Mac-u-holeab, quien mantuvo cetrada la abertura de la tierza...# En cuanto a los textos calendéticos y astronémicos, en el Cédice Pérez en el Chilam Balam de Tizimin hay una “Explicacidn del calendario maya", que describe el calendario solar Uamado por los mayas de Yucatdn Haab, constituide por 18 meses de 20 dias, mas cinco dias sobrantes, considerados fatales. El texto se reficre a estos dfas como: Los mis temibles, los de mayor pena por e] temor de muertes inesperadas y peligros de ser devorados por. el jaguar. En ellos todo era malo: mordeduras de serpientes venenosas en el monte y golpe de ramas ponzofiosas a los hom- bres, segin decian’? Este fragmento explica también los signos de la matemética maya, para comunicar emo contaban los afios Los antepasados. Menciona, asimismo, el calendario ritual, de 260 dias, afirmando que se han hecho dibujos explica- tivos de todo esto. El autor dice haber copiado este texto de unas pinturas, y registra su nombre, Diego Chi, asi como Ia fecha, 16 de julio de 1689, afirmando: Peto lo que esctibo no cs nada meritotio, sélo pata que sepan las cosas en que pasaban su vida nuestros antepasados en Ja época de su ceguerz... En el Chilam Balam de Chumayel hay también un pasaje sobre el calen- dario maya. Presenta los nombres de los meses, con su equivalencia en el calendario gregotiano; menciona los equinoccios y los solsticios, y explica Ia trayectoria de] Sol, y los eclipses de Sol y de Luna, ilustrando su exposicién con dibujos. E] autor de este texto no est4 tratando de hacer pervivir los conocimien- tos de sus antepasados, sino de dar a conocer al pueblo estos fenémenos, pues dice: Se explica para que sepan los hombres mayas qué es lo que le sucede al sol y a Ja luna. Literatura bistérica y legendarta En la mayor parte de los libros mayas encontramos textos hist6ricos, pues el registro de los hechos del pasado parece haber sido una de las preoce- paciones esenciales de los hombres mayas en el momento de la Conquista, ya fuera por el afén de mantener su identidad y su dignidad como pueblo frente % Ritual of the Bocas. A book of Maya Incantations, Translated and Edited by Ralph L, Roys, University of Oklehoma Press: Norman, 1969 (The Civilization of the ‘America Indion Series): p. 5. 4 Barrera Vésquez y Rendén, op. cif, p. 130. # Ibidem, p. 151. ® Libro de Chilam Baler de Chumayel, Vid infra, p. 232. XLII al nuevo orden implantado por los espafioles; por la necesidad de conocer el futuro, con base en el concepto ciclico de la historia, por confirmar la no- bleza de sus linajes para conservar sus tiertas y obtener privilegios. Asi, rela- taron acontecimientos, tanto del pasado prehispénico, como de la Conquista y los primeros siglos de la Colonia, aprovechando las cualidades expresivas del alfabeto latino, que les permitié integrar en forma nartativa los datos consignados en sus cédices y sus tradiciones orales, Estos textos histéricos indigenas constituyen las fuentes bdsices para cl conocimiento de ta historia de los mayas prehispanicos del periodo Posclésico, y nos proporcionan va- liosa informaciOn sobre ef eonteeto cultural cn ly Colona Entre las natraciones histéricas destacan las migraciones de los xities y los itzdes, y Ia historia del puchlo quiche. Las primeras aparecen en varios Libros de Chilam Balan, y la segunda, en casi todos los textos de Guate- mala. Tanto los xities, como los quichés, enfatizan su origen en Tulin (quizd Ia Tala tolreca del Altiplano Central} y en la historia quiché sobresale Ia presencia de dos grandes reyes: Gucumatz (identificado con Kukulcén-Quet- zalcdatl) y Qikab, asi como Ia del gobemnante supremo de todos los grupos, Nacxit, sin duda asociado e Ja figura legendaria de Ce Acatl Topiltzin Acxitl Quetzalcéatl, fundador de Tula, personaje que también aparece mencionado en el Chilam Balam de Chumayel. Los grupos mds importantes de Je historia del periode Posclésico en Yu- catén parecen haber sido los xides y los itedes. Los primeros de otigen néhoath y los segundos, de origen desconocido, pero casi seguramente maya. Los acontecimientos principales de Ia Iegada de estos grupos a Yucatén estin registrados en los libros de Chilan: Balam de Mani, de Tizimin y de Chumayel, en tres textos que, segtin Barrera Vasque: y Rendén, constituyen una sola crénica, a la que ha denominado Crémica Matichu y que nos prev senta en su obra Ef libro de los libros de Chilam Balam ® En esta crénica se sefialan escuetamente los acontecimientos, pero regis: trando la fecha de cada uno de ellos, mediante ef sistema de “cuenta corta”. En la primera parte se consigna aue los xides salieron de Nonoual (el No- noualco néhuatl) en un Kati 3 Abau (849-869); peregrinaron durante cua- tto katunes y um afio, guiados por su caudillo Chan Tepeu, hasta Hegar a Chacnabicén (regién quiza situada al sur de Chakanputin) al final de un Katin 5 Abau (1086-1106). Después, en la tercera parte de la crdnica, se menciona a otro caudillo, Ah Suytok Tutul Xid, quien llega a Uxmal en un Katiin 2 Ahau (987-1007) y ahi establece su gobierno, que dura diez katunes. Algunos de estos datos estén corroborados por las fuentes escritas espa- folas y por investigaciones arqueolégices, sobre todo Ia llegada de Tutul Xid, que se menciona en casi todas las Relaciones histérico-geograficas de Yuca- 44a, presentindolo como un gran conquistador y hérce cultural! ® Barrera Vasquez y Rendén, op. cit. St Relaciones historico-geograticas de las Provincias de Yucatén-Valladolid, en Col. de Documentos inéditos relativos at descubrimiento, conguista y orgunizacién de les antiguas posesiones espatiolas de Ulsramar, 2+ Serie, Vols, 11 y 13, Establecimiento Tipogratico “Succsores de Rivadeneyra”, Madrid, 1898, 1900, xLIV La segunda parte de Ja crénica relata fa historia de los itzdes, que se inicia com la Hegada del grupo a Siyan Can Bakhalal, en un Katiin 8 Abaw (415-435); en el Kattin 13 Abau (495-514) ocupan Chichén Tred y, después. de reinar abi diez katunes, abandonan la ciudad, en otto Katdén 8 Aba, para establecerse en Chakanpustin, en el Katsin 6 Aban (692-711); permanecieron ab{ durante trece veinienas de afios y volvieron a dejar su sitio de asenta- miento en otto Kattis 8 Abaw (928-948); anduvieron errantes durante dos veintenas més y Ilegan a Chichén Itz4 de mievo a fines del Katén 4 Abau. Después de varios acontecimientos, viene un nuevo abandono de Chichén Teed, causado por un problema politico con Mayapin, y curiasamente wuelve a darse en ua Kefin 8 Abau (1185-1204). Mayapdn constituye una tirania sobre Yucatan, y es destruida en el siguiente Katia 8 Abaw (1441-1461). La crdnica ya no menciona los acontecimicntos que siguieron a este hecho, pero por otras fuentes sabemos que los itzdes abandosaron la peninsula de Yuca- tén después de la destruccién de Mayapdn, para ir a establecerse en el Petén (Guatemala), donde fueron conquistados por Jos espafioles 137 dias antes de la Hegada de otro Katdn 8 Ahaw (1697-1717), el 13 de marzo de 1697, y que precisamente pudieron ser somezides porque se avecinaba el katdn que siem- pre babia significado para cllos un cambio politice-social importante. La identidad y el sitio de origen de los itzdes han sido muy discutidos, pues, ni esta créttica, ni los datos que nos proporcionan las fuentes espaiio- las son muy claros a este respecto. Pudieron ser mayas que Hegaron a Yuca- 1én procedentes del érea central, 0 mayas de lengua chontal, originarios de Chakanputén, 0 nahuas que, como los xides, se asimilaron a Ia cultura maya. Lo que si parece estar claro es que Ilegaron a Chichén Itza, procedentes de Chakanputin, casi al mismo tiempo que los toltecas, quienes venfan guiados por un personaje Wamado Kukulcdn (Quetzaledatl), y que a pactir de enton- ces Ja influencia tolteca fue determinante en Chichén Itzd y en toda la penfn- sula de Yueatén, como lo muestra también la arqueclogia. Los acontecimientos histéticos del pueblo quiché se relatan en el Popol Vub, el Titulo de los Seftores de Totonicapan, la Historia quiché de Don Juan de Torres, los Titulos de ta case de Ixcuin Nekaib, el Titulo de los indios de Santa Clara la Laguna y el Titulo de los Sefiores de Sacapulas. Otros textos quichés, como el Papel del origen de los Seftores, el Titulo real de Don Fran- cisco Ezquin Nebaib, y los textos cakchiqueles, como los Anales de las cak- chiqueles y las Histortas de los Xpantzay, asientan también varios datos so- bre los quichés que cortoboran Ja veracidad de la narracién histérica conte- nida en los principales textos. La historia del pueblo quiché se inicia en el Popol Vuh a partir del final del mito cosmogénico, es decir, con ios cuatro ptimetos hombres formades de masa de maiz: Balam-Quiteé, Balam-Aceb, Mahucutah ¢ Iqui Balam. Fstos se multiplicaron en Oriente, donde estaban al Jado de varios otros gru- pos, como los Tepeu (toltecas Jlamados yaquis por los mayas), los Olomén (olmeca-xicalancas) y los cakchiqueles. Todos juntos esperaban la salida del Sol, y no tenfan todavia idolos. Desde el sitio en gue estaban reunidos se dirigieron hacia la ciudad de Tulan-Zuiva (Cueva de Tulén), Vucub-Pec (Siete XLV Cuevas), Vucub-Zivan (Siete barrancos}, para recibir ahi a sus dioses. En los mitos nahuas encontramos Ja mencién de Chicoméztoc (Siete cucvas o ba- trancos), como el sitio de origen de ese pueblo, Jo cual nos habla de una unidad otiginaria de los principales grupos del periodo Posclésico en Meso- america. Concuerdan con el Popol Vuh los Anales de los cakehiqueles, que se inician mencionando a los primeros padres, Gagavitz y Zactecauh, quienes Megaron a Tulén, procedentes del otro lado del mar; el Titulo de los Sefto- res de Totonicapdn, que asienta que los caudillos de los pueblos se dirigie- ron a Pa Tulin, Pa Civan desde la otra parte del océano; los Libros de Chilam Balam, donde enconttames, como hemos visto, el mismo sitio de otigen para los xities, y otros textos de Yucatén, como el Cédice de Cutkini, que afirma que los hombres mayas llegaron del Oriente. Desde ese sitio, donde reciben a sus dioses y se diversifican las lenguas, los quichés y los otros grupos de Guatemala inician se peregtinaje hacia sus tierras de asentamiento, y aunque casi no hay registtos de fechas en los tex- tos de Guatemala, se puede suponer que esta peregrinacién se da més o me- nos al mismo tiempo que la de los grupos de Yucatan, Dichas migraciones estan referidas, asimismo, en muchas crénicas espaiiolas, pero en elles se ha- bla sobre todo de Ja salida de Quetzalcdatl y sus seguidores hacia el sur y de Ja Wegada de Kukuledn a Yucatén. Los textos de Guatemala relatan la peregrinacién mencionando conflic- tos guerreros que tuvieron con los habitantes de algunas regiones y dando el nombre de los sitios que fueron tocando las tribus, por lo que se ha podido inferit que pasaron por Ja Costa del Golfo de México, hasta llegar a fa Laguna de Términos, donde se encontraba Chakanputiin, el sitio en ef que los itzdes estuvieron establecidos por muchos afios. Es posible que en ese importante lugar de reunién de grupos se haya empezado a dat la mayanizacién de los pueblos procedentes del Altiplano Central. Quiza a causa de conflictos con [os itzées en Chakanputin, las tribus de- jan ese lugar, y siguiendo el curso de los grandes rios, como el Usumacinta, attiban a Guatemala, donde se establecen en las altiplanicies y montafias de Ja regicn central, después de grandes adversidades, que son nartadas en el Popol Vuh. Dice este texto que los grupos quichés se reunieron en una mon- tafia Hamada Chi-Pixab y abi designaron sus nombres a los tres grandes grupos: Quiché, Tamub ¢ Tlocab; también dieron su nombre a los cakchi- queles, a los de Rabinal y a los de Tziquinahé. De ahi partieron a los bosques y buscaron Ingares seguros donde poner 2 sus dioses, dejéndalos en los mon- tes de Avilix, Hacavitz y Patohil (al norte del Quiché}. En el monte Avilix se reunieron los quichés, los cakchiqueles, los tzutuhiles y otros, pata esperar Ja aurora, Al Megar a este punto se relata la salida del Sol, precedido por Tcoquih (Venus), la gran estrella, Los hombres queman incienso y bailan; al salit el Sol, los dioses se convierten en piedras, asi como algunas animales Con este relato mitico los quichés simbolizaron el origen de la vida seden- tarla_y de fa estructuracién de su nueva cultura; pero sin olvidar sw proce- dencia y su vinculo con los grupos del Altiplano Central, como lo expresa el Popol Vub, cuando dice que los hombres cantaron: XLVE —iAy de nosotros! En Tulén nos perdimos, nos separamos, y alld queda. ron nuestros hermanos mayores y menares. jAy de nosotros hemos visto el scol!, pero dddnde estén ellos ahora que ya ba amanecido? = En el monte Hacavitz los quichés fundan su primera ciudad, se multi- plican y dominan a las otras tribus. Entonces, los cuatro caudillos transmi- ten a sus hijos el simbolo del poder, un envoltorio llamado Pizom-Gagal, y regresan a su lugar de origen. Los ‘nuevos gobernantes, Qocaib, Qoacutee y Qoahau, van después a Oriente, de donde sus padres habian venido, para recibir los atributos de poder de manos del “Sefior, Rey del Oriente”, Nac- xit, que era “el nico juez supremo de todos los ‘reinos” Nacxit es, sin duda, algtin sucesor de Topiltzin Acxitl Quetzalcdatl, quien probablemenie residia en Chichén Itzi y que, segtin los quichés, ejercia el mando supremo sobre todos los grupos mayas. Los cakchiqueles también lo mencionan otor- gando el poder y [as dignidades a los reyes; estas dignidades eran, tanto para los cakchiqueles como para los quichés, jos titulos de Ahpop y Ahpop Camhé. Es importante destacar que entre las muchas insignias y distintivos que Nacxit da a los quichés, en el Popol Vuh se citan “las pinturas de Tulén, Jas pinturas, como le Hamaban a aquello en que ponfan sus historias” * en io cual no sdlo vemos expresada la tradicién de conservar cuidadosamente por escrito Ia historiz, sino la confirmacién de Ja existencia de un texto antiguo en el que est basado el Popol Vb, posiblemente. Cuando regresan los reyes quichés a su ciudad Hacavitz, se unen ahi to- das las tribus para rendirles veneracién y reconocer su poder. Después viene un perfodo de peregrinaje buscando un nuevo sitio para establecerse, pues ya eran muy numerosos; tocan varios lugares, que son consignades por el Titulo de Totonicapan, y bajo la cuarta generacién de reyes fundan la ciudad de Chi Izmachf, con edificios de cal y canto, donde reinan los reyes Cotuh4 e Iztayul. Al principio hubo dificultades, pero el engrandecimiento de las tres ca- sas reales de los Quiché: Cavec, Nihaib y Ahau Quiché, provocé la indigna- cién de los otros grupos quichés: los Tamub v los Ilocab, quienes decidie- ron hacerles la guerra; éstos fueron detrotados, sometidos y sacrificados ante los dioses. Gon este hecho, el grupo quiché se engrandecié ain més y abandoné Chi Tzmachi para fundar una nueva ciudad, Gumarcah (llamada por los mexica- nos Utatlin, “lugar de cafias"}, Ahi gobernaron, con los cargos supremos, Cotuhé y Gucumatz, de la quinta generacién, que realizaron fa expansién del reino quiché y afianzaron su poderfo sobre todos los demés grupos. A Gucumatz y Cotuhé se les considera en los textos como reyes prodi- Biosos, sobre todo a Gucumaiz, “Serpiente emplumada”, quien, elevado al rango de semi-dios por su poder de subir al cielo y descender a Xibalbd; convertirse en serpiente, en tigre, en sangre coagulada... aparece como ef simbolo del predominio quiché y se equipara al Kukulcén de los mayas de 2 Popol Vub, Vid Infra, p. 74. 8 Thidem, p. 86. S Thidene, p. 86. XLVI Yucatén. También en los Asales de los cakchiqneles vemos la influencia que el culto a Quetzalcdat] tuvo entre los mayas de Guatemala: refiere este texto que durante su peregrinacién, los hombres se detienen en Qabouil Abah, “la piedra del dios”, y ahi el caudillo Gagavitz se arroja al agua y se convierte en serpiente emplumada® Asimismo, uno de los grandes reyes cakchiqueles fue Tepeuh (ovo nombre de Quetzaledatl), quien se hacia temer por sus artes de hechicerla, y todas las tribus le rendian tributo. Siguiendo con la historia quiché, gobiernan después otros reyes prodi- giosos: Qikab y Cavizimah. Qikab fue quizd el rey mds importante de los quichés; bajo su gobierno, el reino se extiende hasta las montafias de los amames, las tiertas de los tzutuhiles y los cakchiqueles, y la costa del Pacifico y el Petén. Su ciudad se convierte en fa mas poderosa de Guatemala, y reci- be un abundante iributo. La grandeza del rey Qikab es enfatizada por todos Jos textos, incluso por los cakchiqueles, que lo consideran como amigo y de- fensor de este pucbl , contra los mismos quichés. Las guerras que llevaron a los quichés al dominio sobre los demds grupos estén, asimismo, narradas en Ja mayorfa de fos libros. A finales del siglo xv, a causa de numerosas guerras, habia disminuido el podetio quiché; sin embargo, a la Wegada de los espaiioles, los quichés Jucharon valerosamente contra ellos. Es necesario destacar que en los textos histéricos hay un particular in- terés en asentar las genealogias de Jas familias nobles 0 almehenoob, de las que salian los gobernantes y los sacerdotes en la época prehispénica. Hay muchos libros que precisamente tienen como finalidad registrar la historia de un linaje particular, como el Cédice de Calkint, que contiene la geneato- gia de la familia Canul; les Crdnicas de los Xidi, que asientan el drbo! genea- Tgico de Ja familia; el Texto chontal, de Pablo Paxbolon, donde se regis tran las generaciones de los reyes de Acalin; el Titulo de los indios de Santa Clara la Laguna, que incluye la genealogia quiché, etcétera. Pero también en los textos que parecen no haber sido escritos sélo con fines legates, como las crénicas que relatan la Conquista, se enfatiza la fina- lidad de mostrar su linaje ilastre. La Crénica de Chac-Xulub-Chen, por ejem- plo, aos dice: Y fueron muchos los que mirazon cumplidos los sucesos que cuento dentto de mi informacién a saber, para que sean conocidos los de mi linaje y por mis hijos, y por Ios que vengan deteds hasta que tenga lugar la muerte aqui en la tierra Yen las obras que hemes considerado como “libros sagrados de la co- munidad”, encontramos que el relato histérico se centra en ‘las hazafias de Jos hombres ilustres, y que se incluyea genealogias. Por ejemplo, en el Popol Vub, que al final enumeta las generaciones de los reyes quichés, desde los % Anates de los cakcbiquetes, Vid infra, p. 34. % Nakuk Ah Pech, Cronica de Chac-Xulub-Chen, en Crénicas de la Conquista, Uni- tended Nacional Auténoma de México, México, 1950 (Biblioteca del Estudiante Univer- sitario, XLVI fandadores o cabezas de linaje hasta los que se seguian considerando reyes bajo el dominio espafiol; los Anzles de los cakebiqueles, que también pre- sentan genealogias al final, y el Libra de Chilams Balam de Chumayel, donde encontramos un "Libro de los linajes” que habla de troncos de familias nobles. La preocupacién central de mencionar Jos linajes nobles en los registros de tipo histérico no surgié en el momento de Ja Conquista, y no respondié sélo a la necesidad de obtener favores especiales y de proteger Jas tierras contra el despojo que tealizaron los espafioles, sino que es también vna herencia de los mayas prehispdnicos. Lands afirma: Que tienen mucha cuenta por saber ef origen de sus linajes... ¥ ¢80 pro curan saberlo de los sacerdotes, que es una de sus ciencias, 7 jéccanse mucho de los varones seBalados que ha habido en sus Linajess? Esta aseveracién de que ef registrar el origen de los linajes era una de Jas ciencias, se cortobora con el descifre de glifos de tipo histérico en las inscripciones jeroglificas mayas, entre los que encontramos nombres de per- sonajes y de dinastias; fechas de nacimiento, de ascenso el trono, de aconte- cimientos guerreros y de muerte de gobernantes, Las inscripciones que com tienen estos glifos generalmente aparecen en estelas o dinteles de piedra donde sc tepresenta al mandatario con sus atributos de poder. Esto parece indicarnos que los registros de tipo histérico giraban alrededor de la familia gobernante. Y, ademas, sabemos que fue en las familias nobles donde se cul- tivé la escritura. Por todo lo anterior, podemos decir que Ia historia, para los mayas, es la historia del grupo dominante, y que una de las finalidades que ellos tenian al registrarla y transmitirla al pueblo, mediante discursos de los sacerdotes o representaciones dramiticas, era la de engrandecer al linaje en el poder, afir- mando y justificando asf su dominio sobre el pueblo y su detecho a seguir gobernando. Este propésito obviamente desaparecié con la conquista espa- Rola, pero fue precisamente de Ja nobleza de sus linajes, de lo que algunos mayas se valieron para proteger sus bienes y sus vidas, y para preservar su herencia cultural, cuando cayeron bajo el yugo espaiiol. En los esctitos de cardeter histérico encontramos varias formas expresi- vas, pero todos ellos se distinguen de los textos propiamente religiosos por el escaso uso de las metiforas y el afdn de claridad y precisién, Los textos histéricos del Popol Vub y de la primera parte de los Anates de los cakchi- queles estén profundamente unidos al mito y a [a leyenda. Los aconteci- tmientos reales a veces se expresan alegéricamente, haciendo intervenir en ellos a los dioses protectores de Jas tribus,-y al mismo tiempo que se relatan Jas peregrinaciones, la fundacién de ciudades, las guerras y las sucesiones, se explica en forma mitica el origen del fuego, de la cultura y de los rituales. Destaca en estos textos el tono de exaltada veneracién por los hechos de los ancestros, sobre todo por los fundadores de los linajes, que aparecen como * Landa, op. cit., p, 41. xXEIK semidioses, lo que da a los escritos un cardcter de verdaderos poemas épicos. En el Popol Vusb se intercalan, ademas, oraciones y fragmentos que se pueden considerar de cardcter diddctico, como Jos consejos que los cuatro primeros hombres dan a sus hijos al dejar el mando de las tribus. En todos ellos se manifiestan los valores morales que rigieron la vida de los quichés, y revelan un profundo sentido poético de la vida: iOh 23, hermosura del dia! jTu, Huracin; Tu Corazén del Cielo y de la Tierra! (TG, dador de la riqueza, y dador de las hijas y de los hijos! “Vuelve hacia tu gloria y tu riqueza; concédeies la vida y el desarrollo a mis hijos y vasallos; que se multipliquen y crezcan los que han de alimentarte y manic. nerte; Jos que tc invocan en los caminos, en los campos, a la orilla de los rios, en los barrancos, bajo ios bejucos. Dales sus hijas y sus hijos. Que no encuentren desgracia ni infortunic Que no caigan, que no sean heridos... Que no encuentren obstaculos ni detté ni delante de ellos... Concédefes buerios caminas, hermosos caminos planos.-3* Tanto en éstos, que podemos considerar como poemas histéricos, como en las cronicas y anales de los mayas de Guatemala, encontramos una narra- cién fluida, que busca explicar los hechos, como debié ser la versién oral de Ja historia que se hacla en la époce prehispanica. Por el contrario, en los fragmentos donde se asientan los acontecimientos principales de los itzées y los xities, contenidos en los Libros de Chilam Bulars, destaca el imerés por registrar [as fechas con exactitud, y los hechos se asientan de una tanera tan escuela, que creemos encontrarnos ante los propios cédices de los que segu- ramente fueron copiados estos datos, Quizd, como parecen confirmarlo los mismos textos, esto se deba a que ya en Ja época colonial todavia se regis- traban los acontecimientos con la finalidad de servir de referencia para cono- cer el futuro, segiin el concepto ciclico de Ja historia que tuvieton los mayas prehispénicos. Pero los mayas no sélo se afanaron por trasladar a un nuevo lenguaje escrito la historia recordada en sus cddices y en sus tradiciones orales, sino que también narraron la conquista espaiiola, dejando una constancia, expre- sada ya con aparente indiferencia, ya con un profundo dolor, de la signifi- cacién que para ellos tavo el someterse al dominio espafol. Nakuk Ah Pech hace una relacién bastante objetiva de Ja Conquista, se- fialando eémo el gobierno maya fue sustituide por eb espafiol, y muy velada- mente revela sus emociones ante tales hechos: A sabec, después vinieron a esta tietra, a esta provincia, los seftores extran- jetos; per no eran los hombres mayas, en su corazén, para entregar su tributo 4 los sefiotes extranjeros tecién Megados... Y he aqui que {recordando) las cosas que fueron pasadas, pongo, ay, fuerza en mi corazén? En los Aaales de los cakchigueles, la natracién de la Conquista es inclui- da dentro de su propia cronologia, Ia cual tiene como punto de referencia S Popol Vub, Vid infra, pp. 94-95. % Nakuk Ah Pech, op. cit,, p. 201. un acontecimiento de fundamental importancia para ellos: la revolucién_ en la ciudad de Iximché; este hecho funciona como una especie de fecha Era, pues a partir de él se cuentan los afios y se situan los acontecimientos pos- teriores. Como si asentara un dato més de Ia historia cakchiquel, lacénicameate e! esctitor relata: El dia 5 Ah [16 de enero de 1524} sc cumplicron 28 afios (desde la revo- lucién de Tsimché)... Durante ese afio Uegaron los castellanos. Hace cuarenta y nueve afios que Megaron los castellanos a Xepit y Xetulul. Bl dia 1 Gane [20 de febrero de 1524) fueron destruidos los quichés por los castellanos, Su jefe, e! Mamado Tunatiub Avilantaro [Pedro de Alvarado], conquisté todos los pueblos. Hasta entonces no eran conocidas sus caras. Hasta hacia poco se rendia calto a ta ma- dera y 2 la piedra® Y sobre su impresién de los recién llegados, dice: En verdad infundian miedo cuando legaron, Sus caras eten extrafias, Los Sefiores los comaron por dioses. Nosotros mismos, vuestro padre, fulmas 2 ver- los cuando entraron ¢ Tximché Muy diferente es la “visién de los vencidos” ” manifiesta en los Libros de Chilam Balam, donde se expresan dolidos lamentos por la Ilegada de los conquistadores, una gran indignacién por su actitud violenta y rapaz, y un profundo desprecio por su religién y por su enscfianza. Estos textos nos dan a conocer la conciencia maya del profundo cambio que significé la Conquista en el ser histérico del hombre maya. En fas predicciones del Kati 11 Ahaw en el que llegaron los espafioles, con una notable fuerza expresiva y una honda penetracin, los escritores mayas asientan: Sotamente por el tiempo loco, por los logos sacerdotes, fue que entré en nosotros la tristeza, que entré en nosotros el “Cristianismo”. Porque los “muy ctistianos” Hegaron’ aqui con el verdadero Dios; pero ese fue el principio de la miseria nuestra, el principio del tribute... le causa de gue saliera la discordia cculte, el principio de las peleas con armas de fuego, el principio de los atro- pellos’. ‘Ay! jEntristezcdmonos porque ilegaron! et oriente vinieron ceando llegaron a esta ticrra, los barbudos, los men- sajetos de la sefial de la divinidad, los cxtranjeros de Ja tierra, los hombres rubicunds.... comienzo de la Flor de Mayo [la lujutia]. jAy del lte5, Brojo- del agua, que Vienen los cobatdes Slancos. de! cielo! El palo del blanco be- jas, vended del cielo, pox todas pores vende, al amanccer vers lt sefial que fe amuncia, Ay!" jEntristezcdmonos porque vinieron, porque legaron los grandes amontonadotes de piedras, los grandes amontonadores de vigas para construir, 8 Anales de los cekchiqueles, Vid infra, p. 161. & idem, 9. 162. & Vid Miguel Ledn-Portilla, Visidx de fos vencidos. Relaciones indigenas de la con- quista, Introd., Seleccién y notas, trad. Angel Maria Garibay, Universidad Nacional Auté noma de México, México, 1969 (Biblioteca del Estudiante Universitario, 81) 88 Libro de CBrlan Bolan: de Ceurmayel, Vid infra, p. 226. Lr los falsos ibteetes de la tierra que estallan fuego al extremo de sus brazos, los embozados en sus sabanos, los de reatas para aborcat a los Sentores! Triste es- tara la palabra dc Hunab Ku, Unica-deidad, pata nosotros, cuando se extienda por toda Ja tierra la palabra del Dios de los ciclos. iAy! jEntristezcmonos porque Uegaron! jAy def Itzé, Brujodelagua, que vuestros dioses no valdrin ya mds! Este Dios Verdadero que viene del cielo sélo de pecado hablard, sdlo de pecado serd su ensefianza. Inhumanos seria sus soldados, craeles sus’ mastines bravos. ¢Gudl seré el Ah Kin, Sacerdotedelculto-solar, y el Bobat, Profera, que entienda lo que ha de ocurtis a ios pucblos de Mayapén, Estandarte-Venado, y Chichén Ttzé, Orillas-de-los-poros-del-brujo-del-agua? jAy de vosotras, mis Het- manos Menores, que en el 7 Ahau Keiun tendrdis exceso de dolor y exceso de miseria por el iributo rendido con violencia y antes que nada entregedo con rapidez! Diferente triburo mafiana y pasado mafiana daréis; esio es lo que vie- ne, hijes mios. Preparaos a soportar la carga de [a miseria que viene a vuesitos pucbios, porque este katun que se asienta es katun de misetia, kawun de pleitos con ci diabio, pleitos en cl 11 Ahan Pero el escritor maya no sdlo se lamenta de Jas torturas fisicas, del des- pojo de sus bienes materiales y de la imposicién de cributo, sino también del ulttaje cometido en sus mujeres. La lujuria, que tiene entre los mayas como simbolo la flor, es una de [as actitudes de los espatioles que mas se destaca en estos textos, situdndola entre las causas fundamentales de la vio- lacién que sufte el hombre maya en lo més intimo de su set y de su dig- nidad: Ellos {los espafioies] ensefaron el miedo; y vinieron a marchicar las flo- res. Para que su flor viviese, daiaroa y sotbieron la flor de los otras... No habia Alto Conocimiento, no habia Segrado Lenguaje, no habia Divina Enscfian- za en los susticutos de los dioses gue legaran aqui. ;Castzar all Sol! Eso vin ron a hacer aqui los extranjeros, ¥ he agui que quedaron los hijos de sus aqui cn medio del puchlo, y és reciben su amargura65 MERCEDES DE LA GARZA Barrera Vasquez y Rend6n, op. cit., pp, 68-69. Libro de Chilam Balant de Chumayel, Vid infra, p. 229. Lit OBRAS CITADAS Acuta, René, Introduccién al estudio del Rabinal Aché, Universidad Nacional Auténoma de México, Centro de Estudios Mayas, México, 1975, Baxxzxa VAsquer, Alftedo y RENDON, Silvia, Ef libro de los libros de Chilam Batam, 4. ed., Fondo de Cultura Econdmica, México, 1969 (Col. Popular, 42). Canwace, Robert M., Quichean Civilization. The Ethnobistoric, Ethnographic and Archae- ‘ological Sources, University of California Press, Los Angeles, 1973. ‘et al., La formacién del reino guiché, Instituto de Antropologia ¢ Historia, Mi- nisterio de Educacién, Guatemala, 1975 (Publicecién especial, 7). Cétice de Calkini, (Em la’ versién que aqui se reimptire.) Céiice Pérez, trad, Ermilo Solis Alcala, Imprenta Oriente, Mérida, 1949. Fornres 7 Guzman, Antonio de, Recordacidn florida, Discurso bistorial y demostracién natural, material, nailitar y politica del Reyno de Guatemala, 3 vols., Biblioteca “Gaa- themald” de la Sociedad de Geogratia ¢ Historia, vols. VI-VIII, Guatemala, 1932. Garza, Mercedes de la, La conciencia histérica de los antiguos mayas, Presentacién Albe.- to Ruz Lhuillier, Universidad Nacional Auténoma de México, Centro de Estudios Mayas, México, 1975 (Serie Cuadernos, 11). ——, El hombre en e pensamtenta religioso nabuatl y maya, Prdlogo Miguel Ledn. Portilla, Universidad Nacional Auténome de México, Centra de ‘Estudio Mayas, México, 1978 (Setie Cuadernos, 14). Ginson, Charles y Gass, John B,, “A censas of Middle American Prose Manuscripts in the Native Priscorieal Tradition”, on Guide to Etbnobistorical Sources, part four, Editor Howard D, Cline, University of Texas Press, Austin, 1975 (Handbook of Middle American Indians, No. 15). Historias de los Xpantzay. (En la versién que agul se reimprime.} Lanpa, Fray Diego de, Relacién de tas cosas de Yucatén, 9+ ed,, Introd. Angel Maria Garibay, Edit, Porriia, México, 1966 (Biblioteca Porréa, 13}. Ledn-Portinia, Miguel, Visidn de los vencidas. Relactones indigenas de la conquista., Tnttod., seleccién y notas, trad, Angel Marfa Garibay, ‘Universidad Nacional Avréno- ma de México, México, 1969 (Biblioteca del Estudiante Universitario, 81). Libro de Chilars Balam de Chumayel. (En la versién que aqui se reimpsime.} Lorez Coaouiuve, Fray Diego, Historia de Yucaidn, 3 ed., 2 vols, Imprenta de Manuel Aldana Rivas, Mérida, 1867. 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BHas posesiones espatiolas de Ultramar, 2+ Scrie, Vols. 11 y 13, Establecimiento Tipo- aréfico “Sucesores de Rivadenevra", Madrid, 1898, 1900. Ritual of the Bacabs. A book of Maya’ Incantations, ‘Translated and Edited by Ralph 1. Roys, University of Oklahoma Press: Notman, 1965 (The Civilization of the Ameri. can Indian Series). Rovs, Ralh L., The Indian Background of Colonial Yucatdn, Carnegie Institution of ‘Washington, Washington, 1943, Scuoves, France V.. y Rovs, Ralph L., The Maya Chontal Indians of Acalén-Tixchel, Uaieriy ‘of Oklahoma Press: Norman, 1968 (Te Civilization of American Indian ties y Anaws, Eleanor B., Dow Diego Outjada, Alcalde Mayor de Yucatin, 2 vols, Antigua Librerfa Robredo de José Porria e hijos, México, 1938 (Biblioteca histérica mexicana de obras inéditas, 14 y 15). Teatro indigena prebispénico (Rabinal Achf). (En la yersién que aqui se reimprime.) Torquemana, Fray Juan de, Monarguia indiana, 42 ed., 3 vols, Introd. Miguel Leén-Por- tilla, Edit. Porrua, México, 1969 (Biblioteca Pornia, 41-43), Tozzer, Alfred M., A Maya Graremar, Papers of the Peabody Museum of American Ar- chacology and Ethnology, Harvard University, Vol. IX, Cambridge, Massachusetts, 121, XIMENEZ, Fray Francisco, Historia de fa provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala, 3. vols., Biblioteca “Goathemala” de la Sociedad de Geogtafia e Historia, Vols. I-lU, Guatemala, 1929. Liv CRITERIO DE ESTA EDICION Tsworapos en diversos archivos de América y Eucopa, permanecieron durante vatios si- los Jos textos escritos, despuds de la conquista espatola, en lenguas mayanses y caracte- tes latinos, que cons:ituyen una de las mds importantes manifestaciones del _pensamiento y la forma de vida de los hombres mayas. A partir de la segunda mitad del siglo xtx, gra- clas al interés de algunos estudiosos, entre los que destaca Charles Etienne Brasscur de Bourbourg, estos cscritos empezaron a ser traducidos y divulgados. Pero no fue sino haasta hace aproximadamente cincuenta afios, cuando se inicié el estudio cientifico de los documentos mayas, los cusles pasaron ast a set considerades ya no sdlo como un vesti- gio bello y misterioso de una lejana cultura, sino también como una fuente de primera importancia para el conocimiento, tanto de la civilizacidn maya prehispinica, come de Ja actitd y visién de fos hombres mayas ante Ia conguista y Ja colonizacisn espafolas Contamos, de este modo, con diversas traducciones y estudios criticas de los prin- cipales textos, que han sido’ publicados aisladamente. Alora, acordes con cl propdésito de la BIBLIOTECA AYACUCHO de recoger el patrimonio cultural de América La- tina, desde cf legado de las civilizaciones indigenes hasta les grandes cteaciones de nues- tro tiempo, en este volumen hemos reunido un gtupo de obras, seleccionadas encre_las més destacadas de la literarura de lenguas mayanses traducidas al espaftol, con el objeto de dar una visién de conjunto del afin expresivo y la sensibilidad poética del pueblo maya, Nuestro critetio basico he sido no sélo que en esta antologia esté representada 1a creaci6n literaria tanto de Ios grupos mayanses de Mévico, como de los de Guatemala, sino ademés considera la diversidad de textos que los mayzs elaboraron, por lo cual hemos agrupado los que aqui reproducimos de acuerdo con su temética y con [a fina- lidad con Ja que fueron escritos. Asi, hemos dividido este volumen en tres partes, que inclayen obras de Guatemala y la peninsula de Yucatan: 1. LOS POPOL YUH * O POPOLHUUN ** MITICOS, HISTORICOS Y PROFETICOS Presentamos cn esta parte tres de los que hemos tlamado Popol Vuh o Popalbuun segrados, “Libros Sagtados de la comunidad”, que parecen haber sido escrites con el pro- pésite principal de afimar y perpetuar la herencia espititual de los mayas, por medio + “Libro de la comunidad” en quiché. + “Libro de la comunidad” en yucateco. Lv de su lectuta en reuniones indigenas clandestinas, Contienen fundamentalmente los grandes mitos cosmogénicos y una variedad de mitos menores; Ja historia y leyendas del origen de las tribus, migraciones, fundacién de ciudades y hechos de los principales go- hernantes, asi como profecias para diverscs lapsos, basadas en el concepto ciclico det tiempo de los mayas prehispdnicos. Estas obras son: — Popol Vuh. Las antiguas historias del Quiché. Procedente de Santa Cruz del Quiché, Guatemale. En Ia traduccién al espafiol del tex:o original en quiché, con introduccién y notas, de Adrién Recinos; editada en 1a Coleccién Popular del fondo de Culrara Econémica, México, 1960. — Memorial de Soloid. Anales de los cakcbiquetes, Procedente de Sololi, Guate- mala, En Ja traducciGn al espafiol del original en cakchiquel, con introduccién y notas de Adrisn Recinos. Editeda por el Fondo de Cufwra Econémica, Biblio- teca Americana, Mérico, e2 1950. — Libro de Chilum Balam’ de Chumayel. Procedente de Chomayel, Yucatén. En la traduccién del yucateco al espatiol, con prologo, de Antonio Mediz Bolio, Reim- presign comegida por el traductor, editada por la Universidad Nacional Auténo- ma de México, Biblioteca del Estudiante Universitario, No, 21, en 1941. Il. LOS POPOL VUH O POPOLHUUN RITUALES Aqui ofrecemos dos obras de cardcter ritual, que son tnicas en su género, La pri- mera constituida por ua texto con estructura dramética, representante de los drama bailes llamados “baile del Tan”, que se escenificaban en las celebraciones religiosas, con- tinzando una tadicién de los antiguos mayes; y la segunda, integrada por cantares de indole diversa, muchas veces unidos a la darza, que acompailaban a ritos de origen pre- hispanico. También consideramos estas obras coma “Libros sagrados de la comunidad”, ya que sc fepresentaban en las reuniones secretas posteriores a [a Conquista, con el sen” tido primordial de forvalecer el vinculo comunitatio, hacicndo pervivir la religién maya. Los Htbros rituales son: — Rabinal Achi. Procedente de San Pablo de Rabinal, Guatemala, Prélogo y adap- tacién de Francisco Monterde, de Iz traduccién del original en quiché (que desa- weci6) al francés hecha por Georges Raynaud y vertida al, espaficl por Luis Exrdoza_y Arapén. Editado con el nombre de Teatro indigere preupinico (Rabinal “Acki) ‘pot la Universidad Nacional Auténoma de México, Biblioteca del Estudiante Universitario, No. 71, México, en 1955. — Libro de los cantares de Dultbalcbé. Procedentes de Deitbalché, Campeche, En a teaduccidn del yucateco al espaol, con introduccién y notas, de Alfredo Ba- srera Vésquer. Editado por el Instituto Nacionel de Anuopologia e Historia, México, en 1965. TI]. LOS POPOL VUH O POPOLHUUN HISTORICO-LEGALES Esta parce incluye tres de los cextos de carcter principalmente hist6rico, pero ela- boradas con el objeto central de preservar la herencia material de los mayas; es. decir, qne fueron tedactados por algunos miembros de fa nobleza maya con el propésito de confitmar, en Jos litigios de tierras, su legitima posesién de las mismas; de limitar los tributos, y de solicitar privilegios 9 las autoridades espafiolas, por el hecho de pertene- cet a un linaje ilustre. Eran también Popol Vib 0 Popolbuam, libros de la comunidad, que estaban en manos de los nobles, cuyas genealogias se asentaban en ellos. Los que aqut presentamos. son: — Titulo de los Sefores de Totonicapin. Procedente de ‘Totonicapén, Guatemala, En la traduccién del original en quiché al espafiol, hecha por Dionisio José Chonay, con introduccién y notes de Adridn Recinos. Editada por el Fonda de Cultura Econémica, Bitlioteca Americana, Serie de Literatura indigena, Mexico, en 1950. Lv1 — Las bistorias de los Xpantyay. Tres documentos procedentes de Tecpin, Guate- mala, En traduccién del cakchiquel al espaol hecha en cl siglo xv1, con intro- duccién de Adridn Recinos. Publicados en Crénicas indigenas de ‘Guatemala, Editorial Universitaria, Guatemala, en 1937, — Cédice de Calkini. Procedente de Calkini, Yucatén, En la traduccién del yuca- teco. al espaiiol, con proemio, de Alfredo Barrera Visquez. Publicado por el Gobierno del Estado de Campeche, Biblioteca campechana, No. 4, en 1957. Pensamos que el hecho de prescntar unidos estos textos, precedidos de un intento de sistematizacion y andfisis general de fa literatura maya, que ofrecemos en nuestro Prologo, puede contribuir al entendimicnto y a la necesaria divulgacin de esta impor- tanteexpresién cultural, pettencciente a una de las més notables civilizaciones de la América prehispinica, por lo que agradecemos @ los traductores o a sus deudos, asi como a las editoriales que autorizaron las reediciones, haber hecho posible la realizacién de este volumen. Las notas que agregamos a los textos se distinguen can un asterisco y la menciéa NE. entre paréntesis, M. de la G. LI I LOS POPOL VUH O POPOLHUUN MITICOS, HISTORICOS Y PROFETICOS POPOL VUH Las antiguas historias del Quiché (Traducci6n, introduccién y notas de Adrién Recinos) INTRODUCCION De todos Jos pueblos americanos, Jos guichés de Guaiemala son los que nos han dejado el mds rico legado mitolégico. Su descripeién dc la creacién, se- giin aparece en el Popol Var, que pucde lamarse el libro nacional de los quiches, es, en su ruda y extraiia elocuencia y poética originalided, una de las més raras reliquias del pensamiento aborigen. Huseer Howe Bancrort The Native Races, , U1, cap. Los pugsLos del continente americano no se encontraban al tientpo del des- cubrimiento en el estado de atraso que generalmente se cree. En lo material Fabian alcanzado un notable grado de adclanto, a pesar de su aislamiento del resto del mundo, como lo demuestran las obras ‘de arquitectura, los caminos de los incas del Peri y de los aztecas de México y los mayas de Yucatin y Guatemala, la organizacién social y politica y las conguistas en el orden inte- lectual, Los mayas, especialmente, posetan conocimientos exactos de los mo- vimientas de los astros, un calendario perfecto y una sorprendente aptitud para los trabajos literarios y arttsticas Las guerras de la Conquista jueron sumamente destructoras. La opulen- ta ciudad de México o Tenochtitlén fue arrasada por los vencedores. La ca- pital de los quichés de Guatemala, Namada Utatlin 0 Gumarcaah, perecid entre las Hamas junto con sus reyes, y sus babitantes fueron reducidos a la esclavitud. No corrievon mejor suerte los documentos pertenecientes a la cul- tura de los indios que fueron destrnidos por los primeros misioneras cristia nos para obligarlos a abandonar sus viejas creencias religiosas. Y, sin embar- 40, esos mismos meisioneros, pasado el ardor de la persecucién veligiosa, se dieron a la jractuosa labor de recoger la tradicin indigena y las noticias de 3 sus aries y costumbres, las cuales se han conservado felizmente en las obras de Sabagun, Las Casas, Torqnemada y otros escritores. ‘La existencia de wna literatura indigena precolombina en el continette americano permanecté ignorada basta el siglo xax. Si bien los cronistas es- paftoles del periodo colonial habian incluido en sus obras algunas muestras de la poesia y las oraciones y admoniciones de los indios, su verdadero pen- samiento no fue conocido hasta que los modernos investigadores descubrie- ron los cantos y leyendas que atin se conservan en los diversos paises ameri- canos. Entre todos aquellos pueblos se distinguen por su superior calidad las narraciones de los mayas de Yucatén y los quichés y cakchiqueles de Gua- temala. Los primitives habitantes de esta regida del Nuevo Mundo poselan un sistema propio de escritura que los califica de verdaderamente civilizados. Por medio de sus signos y caracteres escribian los datos de su comercio, sus noticias cronoldgicas, geogréficas ¢ bistéricas, Los mayas, principalmente, de- sarrotlaron una brillante cultura en el sur de México y en el actual territorio de Guatemala, ¢ inventaron una escritura jeroglifice que en parte se ba lo- grado descifrar. Algunos de los libros escritos por ellos en un sistema grafico original se conservan felizmente en las bibliotecas europeas. El historiador Bernal Diaz del Castillo dice que los indios de México tenian “unos librillos de un papel de cortera de arbol que Haman amate, y en ellos hechas sus sefiales del tiempo e de cosas pasadas”. Otros cronistas de aquelia época refieren que los antiguos pobladores de estas tierras poseian escritas sus bistorias, la genealogia y sucesion de sus reyes, los acontecimien- tos de cada aio, la demarcacién de las tierras, las ceremonias y fiestas, sus leyes y ritos religiosos. Los misioneros espatioles gue tomaron a su cargo la instruccion religiosa de los indios se preacuparon desde un principio por ensefiarles a hablar y leer la lengua castellana, y algunos de ellos aprendieron a escribir usando el alfa- beto latino, no sélo para componer las frases del nuevo idioma, sino también para transcribir las palabras y los textos de las lenguas indigenas. El buen sentido con que los naturales se dedicaron a estas disciplinas permitié que se conservaran por escrito las noticias de la antigiedad y el tesoro literario que silo ellos conocian y que se babia estado iransmitienda probablemente en forma oral, de generacién en generacion. Tratando por abora de las historias de los indios quichés de Guatemala es interesante dar a conocer la mancra un tanto misteriosa como se descu- brid ef libro més notable de la antigiiedad americana. A princtpios det siglo xn el Padre Fray Francisco Ximénex, de la Orden de Santo Domingo, que habia lHegado de Espatia a Guatemala en 1688 “en una barcada de religiosos”, desempeftaba el curata del pintoresca pueblo de Santo Tomas Chuild, bay Chichicastenango, donde se conservaba y existe todavia la antigua tradicidn de los indios quichés. Gracias a su carécter bon- dadoso y a su espiritu comprensivo de la psicologia y necesidades de los in- dios, el Padre Ximénez logré inspirarles confianza y consiguié que le dieran a conocer un libro escrito pocos aftos después de la conguista espahola, en la lengua quiché, con auxilio del alfabeto castellano. El Padre Ximénez se 4 interesé vivamente en el ballargo, y halléndose ya en posesién del idioma indigena, pudo enterarse del gran valor del manuscrito que habia caido en sus manos, 9 se dedicé con abinco a estudiarla y traducirlo a su propio idio- ma. Como garantia de la veracidad de su traduccién, el buen fraile transcribio integro el texto quiché del documento indigena, y junto a él, en columnas paralelas, inserté su traduecién castellana. Este manuscrito, que se conserva actualmente en la Biblioteca Newberry de Chicago, lleva el titulo siguiente que le fue dado por su descubridor y primer traductor: Empiezan les historias del origen ‘de los Indios de esta provincia de Gua- temala, traduzido de Ja lengua quiché en [a castellana para mds comodidad de los Ministros del Sto. Evangelio, por el R. P. F. Franzisco Ximénez, Cura doctrinero por el Real Patronato del Pueblo de Sto. Tomés Chuild. El nombre de su autor se ignora en absolute. Solamente se sabe lo que dice el propio manuscrito, 0 sea que existia antiguamente un libro llamado Popol Vuh en donde se referia claramente el origen del mundo y de la raxa aborigen, todo la cual veian los reyes en él, y que, como ese libro ya no exis- tig, se eseribia esta narracion "ya dentro de la ley de Dios, en eb Cristie. nisma’ Esta primera traduccién del P, Ximénez no era muy clara; apegada estric- lamente al original, a veces era dificil de leer y de oscuro sentido; pero é Ia revisd, la bizo menos literal » de mas agradable lectura y la incluy6 en eb primer tomo de su extensa Historia de la Provincia de San Vicente de Chia- pa y Guatemala que termind hacia ef afio 1722. Escribid ademds ef laborioso fraile otra importante obra, el Tesoro de las Lenguas Cacchiquel, Quiché y Tautuhil, en dos volimenes, de los cuales ef primero, de 204 folios dobles, contiene un vocabulario, y el segundo una gramdtica de dichas tres lenguas, que consta de 92 folios dobles, 0 sea 184 paginas. En esta obra hizo Ximé- nez un estudio minucioso de la lengua quiché siguiendo ol método de la gra- matica latina y sefalando las velaciones y diferencias que existen entre las tres lenguas que ain se hablan en Guatewala. Brasseur de Bourbourg se apro- vechd bien de este trabajo para componer su Grammaire de la Langue Qui- chée que publicd en Parts en 1862. Unidas a la Gramética o Arte de las tres lenguas boy depositado en la Bi- blioteca Newberry de Chicago, se encuentran ta copia del Manuscrito de Chichicastenango becha por Ximénez y su primera traduccion castellana, En opinién de Brasseur de Bourbourg esta copia debe tenerse como ef original de ta narracion quiché. El P. Ximénez dice en su Historia de la Provincia que las historias que recogié en Santo Tomas Chuild eran la doctrina que los indios primero ma- maban con la leche de su madre y que todos ellos las sabian de memoria, y que segiin pudo enterarse en aquel pucblo "de aquestos libros tentan muchos entre st”. Lo cierio es que el documento gue Ximénez tuvo en sus manos es el dnico que efectivamente ha aparecido y cuyo contenido se ha conservado felizmente gracias a su preuision y diligencia. Estudiando el texto del Manuscrito de Chichicastenanga se encuentran algunos datos que permiten fijar aproximadamente la época en que fue redac- tado por uno o varios indios quichés. Se habla en él de la visita que hizo al 5

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