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INFORME

Estos habitantes se ubicaban al norte de los Alpes y se desarrollan entre el 500 Ac hasta la
conquista romana. También, los podemos encontrar denominados, como “keltai” o “téne”. Ellos
fueron el resultado de un procesos formativo muy complejo por la expansión indoeuropea, a
finales del segundo milenio antes de Cristo.

En su comienzo encontramos a la cultura de los Túmulos, situada en Suiza, sur y suroeste de


Alemania y la región Oriental de Francia.

En el siglo XIII y XII Ac, aparece la Cultura de los Campos de Urnas, su nombre se debe a que
tenía la tradición de incinerar a sus muertos, colocar las cenizas en urnas y enterrarlas con el
ajuar. Esta cultura se impone y se fusiona con la anterior cultura. Se la considera protocelta.

A partir del siglo VIII, se transforma en la cultura de Hallstat, ya propiamente celta. Durante el
siglo V, adopta la cultura clásica de “la téne”. Esta última se hallaba por una sociedad
jerarquizada, bajo una aristocracia militar. El espacio que ocupaban iba desde las islas
Británicas hasta el Asía Menor.

El nombre de “celtas” se lo proporcionan los griegos. Se puede decir que era una unidad cultural
amplía que incluye una serie de comunidades independientes unas de otras.

Con la aparición de la Cultura de las Urnas, se produce migraciones, afectando a la península


ibérica. Estas migraciones son frecuentes, siendo intensa en algunas épocas. Las infiltraciones
se realizaron aprovechando los pasos naturales, afectando a los Valles del Ebro y Cataluña. Es
posible que estos pobladores pertenecían a grupos agrícolas con un sentido de propiedad a la
tierra y de defenderla.

En el siglo V Ac, la meseta se convierte en una de las áreas más importante de la península.

En el período que abarca los siglos VIII y V Ac, se producirá un contacto con griegos y fenicios,
fundando colonias y originando la cultura ibérica.

Los pueblos del interior de la península, protagonizaran un desarrollo autóctono consolidando las
culturas celticas de “la téne”, constituyendo la España celtica.

La zona del Ebro, estuvo ocupada por las tribus celtíberas, entre ellos encontramos: los
pelendones y arévacos (en el oeste), belos, titos y lusones (en el este). En un principio estos
pueblos eran pastores (pelendones) y más tarde tuvieron una expansión agrícola (arévacos). La
posición de las minas de hierro de Moncayo, provoco la potencialización y la expansión de estas
tribus (contacto con la cultura ibérica). Estas culturas alcanzan su máximo desarrollo en el siglo
III Ac, donde se encontraba con influencia mediterránea.

En el sur encontramos a los carpetanos, influenciados por los pueblos iberos.

La cultura de los Castros, se desarrolla en la meseta occidental, es también conocida como “los
verracos”, que estaban compuestos por dos tribus, los vacceos, estos repartían las tierras al
azar, y vettones, que se sitúan en la zona agrícola del sur (Salamanca y Ávila).
Hacía el siglo V Ac, se observa una transformación cultural que se denomina “las cogotas”, cuya
importancia se debe al desarrollo del hierro.

Al norte se desarrolla la cultura de los Castros Atures, en conexión con la Cultura de Galicia,
originando los “galaicos” (denominación romana, que engloba a 38° tribus).

En lo que respecta la sociedad y economía, se conoce a través de los autores clásicos y la


arqueología.

En su organización diferenciamos 3° tipos:

 La gentilidades, es una unidad especial, superior a la familia. Son grupos autónomos, con
organizaciones internas y se podía pertenecer, a través del linaje. Estas se regían por dos
instituciones, el “hospitum”, que se encarga de recibir bien a los extranjeros no enemigos,
y la “clientela”, es la protección jerárquica individual o colectiva.
 La centuria, esta se daba en los pueblos galaicos. También eran una unidad superior a la
familia.
 Las tribus, se encontraban compuestas por gentilidades o centurias, que formaban un
estado en caso de guerra.

Dentro de la organización familiar, podemos ver que eran pueblos patriarcales. En ellos se
practicaba la monogamia. En el norte la mujer desempeñaba un papel importante (cultivaban e
iban a la guerra). Existía una división de clases, hombres libres y no libres.

En el aspecto económico, se observa una economía primitiva, ganadería y agricultura que


variaba según la zona.

La región del norte y noroeste, se baso en una economía de agricultura de asada. Con la llegada
de los celtas a la meseta, se provoco un cambio en las técnicas, introduciendo el arado.
También se cultivo el trigo, legumbres y cebada.

El área occidental, fue importante el cultivo de lino, del cual se desarrollo una prospera industria.
La caza, como la pesca jugo un papel importante.

En cuanto a la vida cotidiana, se asentaban en grupos de casa constituyendo a barrios


unificados. En el noroeste, se construyeron casa con forma circular. Muchos poblados,
estuvieron formados por fosas empalizadas y murallas como defensa.

El tipo de alimentación que tenían eran los cereales (para hacer el pan), carnes, pescados y
productos lácteos como el queso. Una de las bebidas que consumían era la cerveza.

La industria desarrollaba todo objeto necesario para el consumo doméstico. El tejido era una
actividad importante, usaban telares y lana de oveja, para fabricar un tipo de capa, llamada
“sagum”. Se trabajaba también el cuero.

Con lo que respecta, al arte y la cultura, hay dos ramas “la galaica” y “la verracos”, estas tenían
esculturas diferentes. Pero la tosquedad era común a ambas. La primera tenía representaciones
antropomorfas (guerreros), y la segunda representaciones zoomorfas (cerdos, jabalíes).
La cerámica, hay 3° períodos, el primero esta dado por las cogotas, era tosca con decoraciones
incisivas. La segunda, eran usadas como urnas y eran formas más sencillas. Ambas eran
manuales. La tercera, se da con la introducción del torno, es inciso pintada, con decoraciones
geométricas y estilizadas.

Dentro de la orfebrería galaica, el elemento más común es el torque (collar), fundido en oro.
También, habían brazaletes, y pendientes de uso femenino.

Entre la orfebrería meseteña, están los broches del cinturón de bronce. Aparecen tesoros
guardados en tiempos de guerra.

La metalurgia es muy rica en la zona celta peninsulares.

En el noroeste abundan los puñales amortizados y la hoja d espada con nervadura central. En la
meseta encontramos el puñal merivache con empuñadura de hueso y la espadas con
empuñadura nieladas (esmalte negro de plomo y plata, fundido en azufre).

Los escudos en las dos zonas son pequeños y redondos, pero en el noroeste tienen forma
cóncava y en la mesta son convexos. Aca también se encuentra corazas (pectorales).

La religión, tiene documentado 320 dioses, o quizás objetos de latría.

En la meseta encontramos influencia celtibera y en el noroeste influencia celta. Tan diversidad


de dioses, corresponde a pequeñas tribus o gentilidades.

Dentro de los grandes dioses encontramos a Lug, que se le dedica uno de los cuatros festivales
celtas, llamada “lugnasa”, durante la cosecha. Cesar lo asimilo con Mercurio.

Existen ritos para le reproducción y la abundancia, en la zona galaica, esta la diosa Poemana y
en la meseta el dios Cernunnal, asociado a la serpiente. También habían cultos para el toro,
símbolo de la fuerza y a la deidad femenina.

El culto a los muertos se asocia al Sol, solo conocemos el nombre del dios romano Júpiter.
Habían divinidades femeninas relacionadas con la naturaleza.

En cuanto a la lingüística, sobre las problemáticas, tomamos la posición de García Bellida, que
apoya que hubieron dos invasiones indoeuropeas, los Campos de Urnas y la Celta propiamente
dicha.

A la conclusión que se a llegado es que el máximo desarrollo que alcanzaron las culturas celtas
de los castros y la clásica, al otro lado de los pirineos, va desde el siglo V hasta la conquista
romana, constituyendo una cultura compuesta de muchos pueblos independientes uno de otros,
pero bajo la misma esfera de cultura.

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