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Carrrtto 12 PARA UNA NUEVA EDUCACION CIVICA 1, Verdades obvias que son errores Recientemente un grupo de chicos —entre 11 y 13 afios— estaban discutiendo sobre temas de educacién. Me interesé el asunto y fui incorporado al debate. Por cierto que resulté sometido a un interrogatorio inten- so y, creo, muy fecundo para ambas partes. La cuestién central era: spor qué se esta realizando una Reforma Agraria antes de cumplirse la Reforma de la Educaciéu? Para estos j6venes, como para mu- chos otros peruanos, parecia obvio que primero habia que educar a los trabajadores del campo y luego dar- les la tierra. Les pregunté si no habjan tratado de] asunto en clase al examinar los temas relativos a la educacién efvica; si no habian discutido entre ellos y con sus maestros algo tan importante y que tanto les interesa- ba. Les extraiié mi pregunta. La Reforma Agraria y la Reforma de la Educacién eran temas que no se trata- ban en clase, que no tenfan que ver con los cursos. Sin embargo, comprendian que son fundamentales para entender la situacién de su pais y el sentido del proceso histérico en que estén envueltos. Asi ha sido siempre. La escuela ha planeado en las alturas de una supuesta neutralidad cientifica o de un moralismo abstracto, dejando a los alumnos inermes frente a los problemas reales de la sociedad. So pretex- to de no hacer politica, se ha mantenido a los educan- LA EDUCACION DEL HOMBRE NUEVO 167 dos, culpablemente, en Ia ignorancia de su situacién existencial y sin cultivo de su capacidad critica. Una gueva educacién civica tiene que superar esta indife- gencia y hacer de la reflexién sobre la ‘problematica acional, sobre el hombre y la vida reales, el centro de _ fa accion educativa. Pero volvamos a Ja cuestién misma que discutiamos en aquella ocasién. Mis compafieros de didlogo, al considerar obvio que la educacién debe preceder a toda reforma social, estaban cogidos en la trampa del pensamiento abstracto. No habian sido formados en el anélisis critica y no pensaban estructuralmente. Para ellos, los hombres se mueven por obra de valores e ideas que son independientes de las bases estruc+ turales de la sociedad. Por eso no sélo crefan posible sino que les parecia evidente que primero habia que educar a los trabajadoers y luego proceder a la Refor- ma Agraria. Veian, pues, la educaci6n separada de los eambios estructurales y crefan que la educacién de las masas puede mejorarse sustancialmente sin alterar el orden existente. Y éste es un gran error, con aparien- éia de verdad, como Jo sabe cualquier persona media- namente enterada de los aportes de las ciencias so- ciales, Despertar y ejercitar la conciencia erftica de los educandos es una funcién cardinal de los maestros. En este caso se trata dé mostrar cémo un cambio estruc- tural —Ia Reforma Agraria— tiene que ser prioritario en el Peri, al igual que en todo el Tercer Mundo, porque de él depende Ja posibilidad de modificar sustancialmente la estructura econémico-social del pais. La educacién refuerza y consolida -este cambio, Pero aislada y como mera accién previa es impotente. Aceptar esta inversién del orden de la accién revolu- ia seria caer en el educacionismo estéril, que Frevalecié en el pasado con el beneplacito de Ja oli- feuula y de todos Ios sectores deseosos de coriservar explotacién de las mayorias nacionales. 168 : AUGUSTO SALAZAR BONDY Este enfoque, comentado y discutido libremente como pudo hacerse en la ocasi6n que motiva estas li- neas, abre nuevos horizontes a la comprensién de la sociedad y del proceso histérico del pats. Una infor- macién veraz y un anilisis racional de los hechos de la realidad. presente 'y del pasado debe ser la base de una nueva educacién cfyica capaz de formar el despertar de la conciencia critica de todos los perua- nos como de los habitantes de los paises del Tercer Mundo. 2. Educacién, politica y adoctrinamiento Es preciso dar un nuevo giro a esta educacién sus- ceptible de permitir el surgimiento y la maduracién _ de una conciencia critica en los educandos. De lo con- trario, esta educaci6n carecerA de sustento y de capaci- dad de promocién social. ‘A ciertos oidos temerosas e interesados esto les suena como una incitacién a hacer politica en los colegios. Tal objecién es faicilmente crefda por los padres de familia acostumbrados como est4n a entender Ia politica en el contexto de las intri- gas y las manipulaciones de los partidos tradicionales. Hay que negarse a esta confusién que encierra la ame- naza de divorciar las actividades y contenidos educa- tivos respecto de la sociedad real y del proceso histé- tico del pais. . La justa vid para la accién de los maestros en este punto es la de una distincién facil de hacer cuando se tiene presente la verdadera funcién formativa del educador, contraria a todo sectarismo y a todo uso indebido de la autoridad magisterial: 1a distincién entre educacién politica y adoctrinamiento partidista. La primera es una forma fundamental de orientacién en la realidad social y de anilisis histérico sin los cuales es imposible o queda trunca la comprensién de la propia vida del educando. La segunda, en cam-

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