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El origen del apelativo es incierto: podría derivar de los yelmos de las figuras clásicas,
similares al casco de un bombero, o simplemente al carácter pomposo y retorico de
muchas representaciones de la época.
Estos criterios formales no cambiaron en el curso de los siglos, y fueron mantenidos por
los profesores de la Escuela de Bellas Artes, que se atuvieron a los principios
formulados por sus maestros: los estudiantes, para ser admitidos, debían superar un
concurso consistente en la pintura de un desnudo a partir de un modelo viviente.
Ingres: La fuente.
El desnudo
«Lo que el amor fue para narradores y poetas, el desnudo lo fue para los artistas de la
forma»
Paul Valéry, Escritos sobre el arte. p. 35
Si el pintor formado en las academias podía traer del pasado una gran cantidad de
modelos de referencia para sus propias Venus, los más consultados eran los recientes
modelos de Ingres.En el Salon oficial de 1863, el mismo año que vio el nacimiento del
Salon des Refusés, se expusieron con éxito tres Venus: la de Amaury-Duval, el
Nacimiento de Venus de Alexandre Cabanel, y La ola y la perla de la emperatriz
Eugenia.
De hecho Cabanel conocía bien el gusto del público y de las instancias oficiales, en
consecuencia mezclo las referencias de Ingres con la Galatea de Rafael y la pintura del
Siglo XVI, mediante el pretexto del tema mitológico, poniéndose a reparo de
acusaciones de inmoralidad, transformando la figura de la diosa en una invitación
erotica, como confirma la malicia de los personajes secundarios oportunamente velados
en las sombras.
Émile Zola, adversario eterno de Cabanel, denuncio la trampa: «La diosa anegada en
un humo de leche tiene el aire de una deliciosa cortesana, ya no en carne -que seria
indecente- sino en una especie de pasta e almendras, blanca y rosa. Hay personas que
encuentran adorable a esta muñeca bien diseñada, bien formada, y la declaran hija o
al menos bastarda de la Venus de Milo, tal la opinión de la gente seria. Hay gente que
se maravilla de la sonrisa de la muñeca, de sus miembros delicados, de su pose
voluptuosa:esa es la opinión de la gente superficial».[3]
Aún más explícito es el mensaje de la imagen de Paul Baudry que, por no poder referir
directamente a la mitología, titula a su cuadro 'La ola y la perla, fabula persa',
pareciendo aludir a la fábula de Las mil y una noches, en la que «la perla no perforada»
se usa como eufemismo de virginidad.[4]
Louis Auvray le adjudicó el rol de «obra capital de la exposición». «Las formas son
bellas y verídicas, la pose es graciosa, las manos sutiles y originales, la expresión de
los ojos y la boca encantadores. Es una tela delante de la cual nadie permanece
impasible»''.[5] y para Théophile Gautier «una de las emociones mas vivas que el arte
puede dar: lo extraño en la refinación, lo raro en la belleza».[6]
También «Rolla», la pintura del académico Henri Gervex, presentado al Salon de 1878
fue rechazada y acusada de inmoralidad.Sin embargo, el estilo de la pintura de Gervex
está en consonancia con el gusto dominante y la escena - que representa el momento en
que el protagonista de la poesía de Alfred De Musset, Rolla se suicida tirándose de una
ventana después de una noche con una prostituta - se justifica por el sujeto y está
perfectamente construida según un crescendo de tensiones dramáticas: la mirada pasa
del desorden de la ropa de cama donde yace en un sueño roto la dama, y allí Rolla y la
ventana abierta, que muestra los palacios de Paris envueltos por la primera luz del alba.
Que el erotismo se muestra como parte de la realidad cotidiana es por lo tanto refutado
por la cultura dominante: la sensualidad existe, pero no debe ser representada. En
resumen, la tela fue expuesta tres meses en una galería privada atrayendo multitudes
parisinas y volviendo celebre a su autor.
La pintura histórica
«es necesario [...] tratar la historia y la mitologia, representando -como los
historiadores- acciones grandes, o como los poetas, sujetos agradables [...] debemos
saber descubrir bajo el velo de las alusiones mitológicas la virtud de los grandes
hombres y los misterios mas elevados»
André Félibien, Conférences de l'Académie royale de peinture et de sculpture, 1705
Después de un larguísimo período en el que la pintura había tenido por único sujeto la
religión, con la instauración de los estados los artistas fueron llamados a celebrar
cambien la virtud cívica, la gloria de la nación, la obra y el prestigio de sus principales
representantes.
Referencias
Este artículo fue creado a partir de la traducción del artículo Art pompier de la
Wikipedia en italiano, concretamente de esta versión, bajo licencia Creative
Commons Compartir Igual 3.0 y GFDL.
Bibliografía
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