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Art pompier

Bouguereau: Joven defendiéndose de Eros.

Art pompier ( lit.francés: «Arte bombero» ) es una denominación peyorativa para


referirse al academicismo francés de la segunda mitad del Siglo XIX, bajo la influencia
de la Academia de Bellas Artes. La expresión refiere todavía hoy al arte académico
oficial, adicto al poder, que aunque utiliza técnicas magistrales resulta a menudo falsa y
vacía de contenidos.

El origen del apelativo es incierto: podría derivar de los yelmos de las figuras clásicas,
similares al casco de un bombero, o simplemente al carácter pomposo y retorico de
muchas representaciones de la época.

La corriente artística del Neoclasicismo, inserta en el Siglo XVIII y prolongada a la


primera mitad del XIX tenia en el rigor racional el primer requisito para prestarse a la
enseñanza en las academias, y sugería, en su mismo contenido, el camino de la
imitación, no ya de la naturaleza visible o la realidad social, sino del producto artístico y
de la historia del mito de aquel lejano pasado, griego y romano, que se señalaba como
modelo de armonía y belleza. En Francia, el sugestivo ejemplo del arte de David -por
otro lado personalmente opuesto a cualquier academia- y luego el de Ingres generará
consenso y motivará a imitadores.

La Academia real de pintura y escultura se había creado en Francia en 1648, con el


objetivo de garantizar a los artistas una norma de calidad, dotándolos de un estilo pleno
de simplicidad aunque también de grandiosidad, de armonía y de pureza. Con este fin se
afirmaba la necesidad de observar los siguientes principios:

 Estudio del desnudo y de la anatomía.


 Imitación de los antiguos y de la naturaleza idealizada.
 Realizar las obras en el estudio pero también al aire libre.
 Primacía del diseño sobre el color.
 Obra completa.

Estos criterios formales no cambiaron en el curso de los siglos, y fueron mantenidos por
los profesores de la Escuela de Bellas Artes, que se atuvieron a los principios
formulados por sus maestros: los estudiantes, para ser admitidos, debían superar un
concurso consistente en la pintura de un desnudo a partir de un modelo viviente.

La temática del art pompier

Ingres: La fuente.

El desnudo
«Lo que el amor fue para narradores y poetas, el desnudo lo fue para los artistas de la
forma»
Paul Valéry, Escritos sobre el arte. p. 35

La representación de la figura humana desnuda -considerada la expresión por excelencia


de la nobleza de la naturaleza- se remonta a los orígenes del arte. Sin el obstáculo de la
vestimenta que esconde las formas, el artista puede desafiar una de las mayores
dificultades artísticas: la reproducción del gesto, del juego de la musculatura sobre la
que se difunde la luz y se modulan las sombras, de la delicadeza de la carne.

Representada frecuentemente en el arte antiguo pero raramente en la pintura o escultura


de la Edad Media, a partir del Siglo XVI el desnudo se vuelve común en el arte europeo,
con el regreso a los temas mitológicos, alegóricos e históricos. En el Siglo XIX el
desnudo es casi siempre femenino, y como en consecuencia queda ligado estrechamente
a la sensualidad, la representación queda sujeta a cautelas y convenciones. Así esta
pintura se convierte en:
El grado mas elevado del arte, porque aporta a la representación de la belleza el toque
necesario de la vida
M.Haddad[2]

Cabanel: El nacimiento de Venus.

Si el pintor formado en las academias podía traer del pasado una gran cantidad de
modelos de referencia para sus propias Venus, los más consultados eran los recientes
modelos de Ingres.En el Salon oficial de 1863, el mismo año que vio el nacimiento del
Salon des Refusés, se expusieron con éxito tres Venus: la de Amaury-Duval, el
Nacimiento de Venus de Alexandre Cabanel, y La ola y la perla de la emperatriz
Eugenia.

De hecho Cabanel conocía bien el gusto del público y de las instancias oficiales, en
consecuencia mezclo las referencias de Ingres con la Galatea de Rafael y la pintura del
Siglo XVI, mediante el pretexto del tema mitológico, poniéndose a reparo de
acusaciones de inmoralidad, transformando la figura de la diosa en una invitación
erotica, como confirma la malicia de los personajes secundarios oportunamente velados
en las sombras.

Paul Baudry: La perla y la ola.

Émile Zola, adversario eterno de Cabanel, denuncio la trampa: «La diosa anegada en
un humo de leche tiene el aire de una deliciosa cortesana, ya no en carne -que seria
indecente- sino en una especie de pasta e almendras, blanca y rosa. Hay personas que
encuentran adorable a esta muñeca bien diseñada, bien formada, y la declaran hija o
al menos bastarda de la Venus de Milo, tal la opinión de la gente seria. Hay gente que
se maravilla de la sonrisa de la muñeca, de sus miembros delicados, de su pose
voluptuosa:esa es la opinión de la gente superficial».[3]

Aún más explícito es el mensaje de la imagen de Paul Baudry que, por no poder referir
directamente a la mitología, titula a su cuadro 'La ola y la perla, fabula persa',
pareciendo aludir a la fábula de Las mil y una noches, en la que «la perla no perforada»
se usa como eufemismo de virginidad.[4]

Louis Auvray le adjudicó el rol de «obra capital de la exposición». «Las formas son
bellas y verídicas, la pose es graciosa, las manos sutiles y originales, la expresión de
los ojos y la boca encantadores. Es una tela delante de la cual nadie permanece
impasible»''.[5] y para Théophile Gautier «una de las emociones mas vivas que el arte
puede dar: lo extraño en la refinación, lo raro en la belleza».[6]

Que el tema mitológico sirve únicamente de pretexto a la transfiguración del desnudo


permite enmascarar la voluntad del pintor de requerir el voyeurismo del espectador se
demostró por el escándalo generado por la critica oficial, que refuto cualquier cobertura
literaria o mitologica, incluyendo referencias a Déjeuner sur l’herbe y Olympia de
Manet expuestas en el Salon des réfusés en 1863 y 1865 respectivamente.

También «Rolla», la pintura del académico Henri Gervex, presentado al Salon de 1878
fue rechazada y acusada de inmoralidad.Sin embargo, el estilo de la pintura de Gervex
está en consonancia con el gusto dominante y la escena - que representa el momento en
que el protagonista de la poesía de Alfred De Musset, Rolla se suicida tirándose de una
ventana después de una noche con una prostituta - se justifica por el sujeto y está
perfectamente construida según un crescendo de tensiones dramáticas: la mirada pasa
del desorden de la ropa de cama donde yace en un sueño roto la dama, y allí Rolla y la
ventana abierta, que muestra los palacios de Paris envueltos por la primera luz del alba.

Que el erotismo se muestra como parte de la realidad cotidiana es por lo tanto refutado
por la cultura dominante: la sensualidad existe, pero no debe ser representada. En
resumen, la tela fue expuesta tres meses en una galería privada atrayendo multitudes
parisinas y volviendo celebre a su autor.

La pintura histórica
«es necesario [...] tratar la historia y la mitologia, representando -como los
historiadores- acciones grandes, o como los poetas, sujetos agradables [...] debemos
saber descubrir bajo el velo de las alusiones mitológicas la virtud de los grandes
hombres y los misterios mas elevados»
André Félibien, Conférences de l'Académie royale de peinture et de sculpture, 1705

Después de un larguísimo período en el que la pintura había tenido por único sujeto la
religión, con la instauración de los estados los artistas fueron llamados a celebrar
cambien la virtud cívica, la gloria de la nación, la obra y el prestigio de sus principales
representantes.

Referencias
 Este artículo fue creado a partir de la traducción del artículo Art pompier de la
Wikipedia en italiano, concretamente de esta versión, bajo licencia Creative
Commons Compartir Igual 3.0 y GFDL.

1. ↑ Un texto de referencia muy utilizado era el Dictionnaire abrégé de la fable


pour l’intelligence des poètes et la connaissance des tableaux et des statues dont
le sujets sont tirés de la fable, de Pierre Chompré
2. ↑ M. Haddad, La divine et l'impure. Le nu au XIXe siècle, p. 177
3. ↑ Salons, p. 111
4. ↑ Baudry escribió que tenia la intención de hacer de la ola el pecho y de la figura
la perla: la perla se desliza sobre una luz azulada . Afrodita tiene el mismo
origen»: cfr. Ch. Ephrussi, Paul Baudry, p. 191
5. ↑ Le Salon du 1863, p. 35
6. ↑ Le Moniteur Universelle, 1 de septiembre de 1863

Bibliografía
 G. Planche, Etudes sur l’école française, Paris 1855
 A. Celebonovic, Peinture kitsch ou réalisme bourgeois, Paris 1974
 Ph. Jullian, Le nu 1900, Paris 1976
 Ph. Jullian, Les Orientalistes. La visión de l’Orient par les peintres européens
au XIX siècle, Fribourg 1977
 M. Thévoz, L’académisme et ses fantasmes, Paris 1980
 J. Harding, Les peintres pompiers. La peinture académique en France de 1830 à
1880, Paris 1980
 J. Laurent, Art et pouvoir en France de 1973 à 1981. Histoire d’une démission
artistique, Saint-Étienne 1982
 N. Pevsner, Le accademie d’arte, Torino 1982
 P. Valéry, Scritti sull'arte, Milano 1984
 J. Thuillier, Peut-on parler d'une peinture «pompier»?, Paris 1984
 Ph. Grunchec, Le concours d’esquisses peintes, 1816-1863, Paris 1986
 C. Ritzenthaller, L’Ecole des Beaux-Arts: les Pompiers, Paris 1987
 M. Haddad, La divine et l'impure. Le nu au XIXe siècle, Paris 1990
 G. Néret, L’érotisme en peinture, Paris 1990
 P. Luderin, L'art pompier. Immagini, significati, presenze dell'altro Ottocento
francese (1860-1890), Firenze 1997 ISBN 88 222 4559 8
 L. M. Lecharny, L’art pompier, Paris 1998 ISBN 2-13-049341-6

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