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Bartolomé Mitre itorial -:.. PUERrA DEL SOL Casilla 2188 — La.Paz — Bolivia. \ PROLOGO (DE LA REDACCION DE LA EPOCA) Empezamos hoy a publicar en el Folletin de nuestro dia rio ésta novela que hemos escrito en los ratos de ocio que permite la redaccién laboriosa de un diario, y que ofrece- ‘mos al ptiblico como el primer ensayo que hacemos en un género de literatura tan dificil como poco cultivado entre nosotros. La América del Sur es la parte del mundo mds pobre ce novelistas originales. Si tratdsemos de investigar las causas de ésta pobreza, dirfamos que la novela es la mas alta expre: sion de la civilizacién de un pueblo, a semejanza ce aquellos frutos que sdlo brotan cuando el érbol esta en toda la ple: nitud de su desarrollo, La forma litica 0 ditirdmbica es en los pueblos Jo que er Jos niftos los primeros sonidos que articulan, La imaginacién de los hombres primitivos se inspira del ruido del torrente, del murmullo de las hojas, del canto de las aves, del sol, de Ja luna, de las estrellas, en una palabra, del sonido, de la'luz del movimiento que anima al universo y que hiere nuestros sentidos como un himno grandioso que la naturaleza ento: na a su creador . La forma narrativa viene sélo en la segunda edad. Recién entonces los poetas emplean las descripciones y aparecen Jos eronistas y los historiadores. Los elementos sencillos de 13 que estd compuesta alin la sociedad pueden concretarse en esa forma, que todavia puede reflejarlo y explicarlo todo. Cuando la sociedad se completa, la civlizacion se desa- rrolla, la esfera intelectual se ensancha entonces, y se hace indispensable una nueva forma que complete los diversos elementos que forman la vida del pueblo Hegado a ese esta- do de madurez. Primero viene el drama, y més tarde la no- El primero es la vida en accién: la segunda es también Ja vida en accién pero explicada y analizada, es decir, la vi- da sujeta a la logica, Es un espejo fiel on que el hombre se ‘contempla tal cual es con sus vicios y virtudes, y cuya vis- ta despierta por lo general profundas meditaciones o saluda- bles escarmientos. No faltan entre nosotros espiritus severos que cons ran a la novela como un descarrfo de la imaginacién, como ficciones indignas de ocupar la atencién de los hombres ‘Pensadores, Pero nosotros les preguntamos qué son sind no- velas las grandes obras con que se enorgullece la humani- dad? ;Qué son la liada y la Eneida, sind novelas en verso? {Qué son el Quijote y ei Gil Blas? {Qué han escrito Rabe- ais, Rosseau, Cervantes Richardson. Walter Scott, Cooper, Bulwer,Dickens,Sué siné novelas?;Sus nombres no brillan ‘entre 1os de los primeros genios? Pues bien unas son novelas y los otros son novelistas. ;Quién despreciard a unos y ‘otros? Convenimos por otra parte que en éste género mal m: nejado y abastardado ha podido inspirar hastio, pero éstos ‘son descarrios de imaginaciones extraviadas que no deben atribuirse al género en sf. Al lado de esas millares de novelas que deshonran la literatura estén las grandes obras del genio ara hacer honor. Es por ésto que quisléramos que la novela echase profun- das raices on el suelo virgen de América. El pueblo ignora su ‘historia, sus costumbres apenas formadas no han sido filo- s6ficamente estudiadas, y las ideas y sentimientos modifi- ‘cados por el modo de ser politico y social no han sido pre- sentadas bajo formas vivas y animadas copiadas de la socie- dad en que vivimos. La novela populariza nuestra historia echando mano de los sucesos de la conquista, de la época colonial, y de los recuerdos de la guerra de la independen- ‘la, Como Cooper en su PURITANO y el ESPIA, pintaria 4 las costumbres originales y desconocidas de los diversos pueblos de éste continente, que tanto se prestan a ser poeti- zadas, y haria conocer por la desgracia, con tantos vicios y tan grandes virtudes, representandolas en el mamento de sit transformacién, cuando la crisdlida se transforma en brillan- te mariposa, Todo esto harfa la novela, y es la tinica forma bajo la cual puedan presentarse estos diversos cusdros tan Menos de ricos colores y movimiento. Lo que queda dicho es por lo que respecta a la novela ‘en general y en particular a la América del Sur. Ahora di- remos algunas palabras sobre nuestra novela, Io que es como ‘ocuparse de un grano de arena después de haber hablado del mar. SOLEDAD es un debilisimo ensayo que no.tiene otro objeto sino estimular a las jévenes capacidaces que explo: ten el rico venero de la novela americana, Su accidn es muy \cilla, y sus personajes son copiados de la sociedad ame- ricana en general. Aponas podria explicar el autor la idea ‘moral que se ha propuesto, pero si se le concede que en el fondo de su obra hay alguna verdad, 6s indudable que tan bién habré moral. Ha querido hacer depender, el interés ‘més del juego reciproco de las pasiones, que de la multipli cidad dé los sucesos, poniendo siempre al hombre moral so bre el hombre fisiolégico. Esta ha sido la idea madre que lo hha guiado en su composicién. Sus personajes sienten y pien- “san, més que obran, Por eso la heroina es una mujer que tie- zne un corazén y siente; tiene una inteligencia y piensa, que busca la felicidad en la vida, que es débil como mujer algu nas veces, y cuya imaginacién so descarria como criatura humana que es. Tal es nuestra novela, y tal la heroina de ella, ‘Al colocar la escena en Bolivia, e! autor ha querido hacer tuna manifestacién piiblica de su gratitud por la agradable ‘acogida que ha merecido en este pais, en el que ha encon: trado algunos dias de paz proscrito del que le vid nacer. 15 CAPITULO PRIMERO ESCENAS CONYUGALES Bra una tiermosa tarde de verano del afio 1826, El sol se habia ocultado ya, pero sus iltimos rayos doraban ain la soberbla cumbre del Diliman, como si el rey del dia al au- sentarse quisiera tributar su dikimo homenaje al monarcs de Tos Andes. El gigante ostentaba tus dos hermosos plcos cu- blertos de semplterna nieve, mientras que & sus ples resplan- decfa el verdor de una eterna primavera. El platano dorado, Jn arométiea plfia, el hermoso limonezo y el colosal pacay embalsamaban el aire.a la par de todas las flores que Ia natu- raleza prodiga ha derramado allf, Haclendas tices y pintores- cas se extendfan ala falda del glgante, y sus ojizos tejados ~ ¥ blaness paredes se destacaban sobre una alfombra de ver- de terclopelo, Hacia el Orlente la vista se limitaba por una frida cadena de montafias que contrastaban con aquellas verdes isles cuyo nécleo era por lo general una hermosa cast de campo. En una de las quebradas més fértiles y_pintores- ‘eas de aquel sitio habfa por el tempo de que hablamos una linda haclenda cuya casa estaba edificada en Ia falda de un escalén de In montafia, que en aquel lugar formaba una pla- nicle, A esta casa es a donde queremos Introductr a nuestros lectores. 2 La forma del edificlo era la de un cuadrilongo. El centro de él estaba ocupado por un gran patio rodeado de corredo- res bajos y galerias altas, En él hab(a un surtidor de pledra berenguela, a cuyo alrededor se vefan infinidad de macetas de flores, Las habitaciones altas que miraban el Oriente te- 17

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