Gerardo M. Salazar Pérez.

Grupo: SE02S 19 de septiembre de 2018

La caída de Angelus Novus; más allá de la ecuación moderna entre

raíces y opciones.

Dentro del contexto de la lectura me he percatado de la gran relevancia e importancia

que ha tenido la historia para nosotros los seres humanos y todo aquello que nos
rodea. Si bien, en este caso, es curioso adentrarse en la estructura conceptual que
nos entabla el autor en el planteamiento de los tiempos, presente, pasado y futuro,
junto con la ecuación que nos permite entender parte de estos mismos.

El concepto de repetición, el cual nos dice que permite al presente extenderse

vagamente al pasado y al futuro me parece muy acertado para entender lo que nos
dice al principio: “vivimos en una época de repetición”, en donde los humanos
desvalorizamos al pasado, nos concentramos en la repetición del presente y
olvidamos el pensamiento del progreso en el futuro. Esto evidentemente resulta un
conflicto, un peligro para los tiempos siguientes; no nos permitimos pensar en la
transformación social y en la emancipación por todo aquello que hemos sido testigos
o que nos han enseñado, entonces, como se establece en la lectura, se necesita
reinventar ese pasado. Todo esto se representa en la pintura de Klee llamada
Angelus Novus y en mi opinión, es una representación digna que conlleva un gran
mensaje.

Ahora, entendiendo la estructura de la ecuación, las raíces representan aquello ya

establecido, tal vez estático, singular, el pasado; y las opciones entablan lo variado,
en algunos casos lo reciente, el futuro, a partir de las raíces. Uno de los ejemplos para
entender esto, son como la transición del mundo medieval (raíces) al mundo moderno
(opciones), o más específico, la sustitución de la religión, por la ciencia. Si bien, estos
ejemplos esclarecen lo que nos trata de decir dicha estructura conceptual de los
tiempos, sin embargo, me queda claro que estos dos elementos, las raíces y las
opciones, se encuentran en constante cambio, es decir, no necesariamente las
opciones se generan después de las raíces, sino que, puede ser viceversa, al igual
de que sus mismas características están sujetas a adaptaciones. Lo que en sí es
evidente es que los dos son destinados hacia el futuro.
Gerardo M. Salazar Pérez. Grupo: SE02S 19 de septiembre de 2018

No obstante, llegamos al punto en que esta ecuación, como en todo, empieza a tener
dificultades, éstas radican en varios aspectos que ocasionan una segregación entre
los dos elementos ya mencionados y, por ende, a nosotros también. Lo que yo
entiendo, desde el principio, es que el ser humanos realmente se ha dejado manejar
por la convicción, los papeles cambiaron, ahora sólo nos preocupa el dinero, las
ganancias, lo material, sin importar lo demás.

En conclusión, se podría decir que perdimos el interés por el progreso en todos los
aspectos, perdimos el inconformismo, la rebeldía, la visión de cambio; estamos en
peligro, en un conflicto al cual no sabemos atender. A la par de esto, también estamos
en una transición desviada. El autor nos dice que, en un momento de peligro,
debemos interpretar a la historia no como un recurso, sino como un relato el cuál
irrumpiría para hacernos entender todo ambiente que estemos atravesando. He aquí
su importancia. Debido a esto es que no podemos darle la espalda, tenemos que
entender todo aquello que sucedió, sumergirnos para después tomar energía y
enfrentar todo el porvenir.