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Edward Said, que ensefa literatura en la Universidad de Columbia, se ha especializado en escritores sabre el colonialismo. Su primer libro fue Joseph Conrad y la ficcién de la autobiografia; su obra mas conocida, Orientalismo, es una denuncia panoramica de las maneras en que Europa ha visto el Este. Said también ha sido mas que un critico literario; como "el principal portavoz de Estados Unidos para los palestinos" (en palabras del New York Observer), sirvid de 1977 a 1991 como miembro del Consejo Nacional Palestino, un brazo de la OLP, y ha escrito infatigablemente celebrando la agenda palestina y atacando a Israel En Culture and ImperialiAussm, Said se compromete a examinar cepas de imperialism" como las que se encuentran en escritares ingleses y franceses de los siglos XIX y XX como Jane Austen, Rudyard Kipling, Joseph Conrad, Albert Camus y E.M. Forster. Después de localizar el virus, ofrece su medicina curativa: lo que él llama “lectura contrapuntistica", que se reduce a confrontar a estos artistas europeos con textos politicos del tercer mundo. Luego, en un capitulo final, desarticulado (en todos los sentidos), Said se entrega a una prolongada diatriba contra la politica exterior de Estados Unidos, como se manifiesta especialmente en la guerra del Golfo Antes de pasar a los casos individuales, Said plantea la hipétesis de un vincula genético entre el hecho del imperia y el género de la novela. "La novela" escribe, "como un artefacto cultural de la sociedad burguesa, y el imperialismo son impensables el uno sin el otra’. Coma apoyo a esta arrolladora acusacian, ofrece poco mas que la vulgar afirmacion marxista de que las novelas inglesas del siglo XIX enfatizan la existencia continua (a diferencia del derracamiento revalucionaria) de Inglaterra. Ademas, nunca defienden el abandano de las colanias, sino que adoptan la opinién a largo plazo de que puesto que caen dentro de la drbita del dominio britanico, ese dominio es una especie de norma y, por lo tanto, se conserva junto con las colonias. En otras palabras, el deber del arte es abogar por la revolucién nacional y la desinversién colonial; en su defecto, el arte respalda el mal. QED. Gran parte del libro consiste en una encuesta aleatoria de las maneras en que las novelas pueden intersecarse con el imperio o los reinos de ultramar en general. Tales interacciones pueden ir desde viajes a los que sdlo se informa o a los que se alude (como los de Magwitch en Great Expectations de Charles Dickens 0 Sir Thomas Bertram en Mansfield Park de Jane Austen o Ralph Touchett en Portrait of a Lady de Henry James) hasta narrativas coloniales a gran escala en el lugar, como Kim de Kipling o Nostromo de Conrad 0 A Passage to India de Forster. Pero de hecha, la cobertura de Said no es completa ni representativa. Nunca considera la abra de un escritor como un todo -es la inofensivamente domestica Emma de Jane Austen, por ejemplo, manchada por la consanguinidad con Mansfield Park..- y se le escapa un truco al no conacer, al parecer, The Bertrams de Anthony Trollope, en la que una familia viaja realmente a Oriente Medio. Mas atrozmente, tal vez, es la negligencia de otros imperias, sobre todo de los rusos. En extenuacion, Said argumenta el hecho de que ‘nacié, crecié y ahora vive" en la érbita occidental. Sin embargo, omitir a Tolstoi de un estudio de novela e imperio es sacrificar el rigor estadistico elemental Pero veamos algunos de los tratos de Said can las escritores que incluye. Jane Austen es la primera en someterse a una investigacion sostenida. Mansfield Park (1814), aunque perfuncionadamente alabado como una “gran novela’, esta en la linea de fuego porque su patriarca, Sir Thomas Bertram, es propietario de una finca en Antigua, una finca que, segun Said, "tendria que haber sido una plantacién de azdcar mantenida por mano de obra esclava". No hay escenas en Antigua, por supuesto; la finca de las Indias Occidentales funciona Unicamente como un dispositive para sacar a Sir Thomas del escenario para que los jdvenes se sientan libres de portarse mal. Pero a los ojos de Said, Austen "sublima[sic] las agonias de la existencia caribefia a una mera media docena de referencias a Antigua’. Esto pareceria significar -la claridad de expresién no es una de las virtudes de Said- que Mansfield Park deberia haberse concentrado en las realidades del cultivo del azucar, en otras palabras, Jane Austen es culpable de no haber sido Emile Zola Rudyard Kipling al estrado. Said permite que "Kim[1901] sea una obra de gran mérito estético; no puede ser descartada simplemente como el imaginario racista de un imperialista perturbado y ultrarreaccionaria’. Pero si se renuncia a la pena de muerte, una sentencia severa sigue siendo necesaria, pues Kim abraza con entusiasmo al imperio britanico y a su Gran Juego de espionaje anti-ruso, en el que la pequefia Kim O'Hara es una entusiasta inducida. Si al final Kim se sale con la suya con relativa ligereza, es en gran parte porque incluso Said no puede evitar calentarse con el alto espiritu del libro y su palpable amor por la India y los indios El pobre Conrad no tiene esa oportunidad. Nostromo (1904), una novela épica sobre la revolucién, la codicia y la explotacién en un pequefio e imaginario pais sudamericano, es incondicionalmente antiimperialista, e incluso contiene una satira devastadora de la suficiencia econémica yanqui ("Dirigiremos los negocios del mundo, le guste 0 no al mundo"). Este dicho debidamente disfruta, declarando que "ningun americano ha sido inmune a esta estructura de sentimiento." (Es caracteristico de Said pronunciar tales generalizaciones espeluznantes acerca de los estadounidenses mientras se enfada vialentamente ante cualquier y todas las generalizaciones acerca de los arabes). Pero Conrad se atreve a criticar no sdlo al Occidente depredadar, sino también a los movimientos independentistas venales y cinicos de los nativos, y para esta “arrogancia patemalista’ no debe ser excusado, Uno debe ser no sélo respetuoso de las organizacianes de liberacién, sino también optimista Sin embargo, ni siquiera Conrad es tratado con tanta severidad como Albert Camus, cuyas novelas El forastero (1942) y La peste (1947) estan ambientadas en su Argelia natal y se concentran en los franceses de alli. La verdadera ofensa de Camus, sin embargo, como dice Said, esta fuera de sus novelas: el escritor francés "se opus pliblica e incluso vehementemente a las demandas nacionalistas de independencia argelina". Por este pecado, las limitaciones de Camus como escritor (sobre las cuales Said puede escribir de manera perceptiva) se consideran "inaceptablemente paralizantes’, Del mismo modo EM. Forster en A Passage to India esta condenado menos por su arte que por lo que, en su caso, se considera perversamente que son opiniones insuficientemente entusiastas sobre la independencia de la India Esto nos lleva al esquema de "lectura contrapuntistica" de Said, que equivale a corregir viejas novelas yuxtaponiéndolas a la propaganda politica posterior ] ...leer los grandes textos canénicas, y quizas también todo el archivo de la cultura europea y americana moderna y premodema, con un esfuerzo....para dar énfasis y voz a lo que esta silencioso o marginalmente presente o ideolégicamente reprimido” En la practica, la Cultura y el Imperialismo aplican este canfrontacionalismo Punitivo sélo de manera irregular y grotesca. Asi, los escritores que Said sugiere como contrapuntos a Jane Austen son Frantz Fanon, el psicoanalista francés de las Indias Occidentales y mas tarde politico argelino cuyo libra Los Desdichados de la Tierra es una llamada incesante a la violencia, y Amilcar Cabral, el agitador guineano que admite estar en las garras de la “animosidad y la violencia, resentimiento y odio". Camus sera corregida no sélo por Fanon, sino también por Jean Genet, cuyas posturas con el Frente de Liberacién Nacional en Argelia y la OLP se supone que constituyen un contrapeso a las grandes y profundamente humanas novelas de Camus. Todo este sombrio programa equivale a un campamento de reeducacién para los clasicos occidentales, donde los altavoces hacen sonar las textos tedricos durante toda la noche. Y casi todos los textos correctivas que se discuten son tedricos. A pesar de su glamorasa reputacian como critico literario, en ningun lugar de este libro se habla de literatura postcolonial de Africa, Asia o Sudamérica. Un estudiante ansioso, deseoso de complementar su lectura de, digamos, Conrad o Kipling 0 Talstoi con una novela nigeriana, india, peruana o afgana, no recibira ayuda de Said, mas alld de la extrafia lista de nombres correctos. En la ultima parte de Cultura e Imperialismo, Said abandona toda pretension de critica literaria o cultural y pierde una estridente diatriba contra la "frialdad y la crueldad" de América, como se evoca en su “guerra imperial contra el pueblo iraqui". (Por supuesto, Said cubre su retaguardia con una critica proforma ocasional a un Saddam Hussein 0 a un Jomeini). Quedan aqui en América, nos reunimos, pero diez almas justas, camo “periodistas como Alexander Cockburn Christopher Hitchens, Seymour Hersh, y en el trabaja incansable de Noam Chomsky". (En la cubierta de este libro, el incansable Chomsky lo alaba por su “compasién’. El espectaculo del incipiente y redundante abuso de Said de Occidente es aun mas triste en esta hora, cuando cualquier fuerza democratica naciente en el mundo arabe necesita ser animada a escapar de la marca del dogma, el rencor y la paranoia encamados en este libro

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