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El formador entrega a cada grupo una tarjeta con los siguientes planteamientos para que los lean
individualmente:
Un profesor de Estudios Sociales, que atiende a un grupo de noveno grado de un centro educativo oficial,
no planifica ni prepara los ejercicios que desarrolla en las clases. Considera que el estudiantado no agradece
el esfuerzo que él realiza en su trabajo. Por el contrario, prepara las clases de otras asignaturas que imparte
en el centro educativo privado en el que labora por la mañana.
Un director a quien le reportan un grupo de jóvenes que suelen reprobar asignaturas y que muestran un
comportamiento inadecuado durante las clases, decide asignarles como sanción que limpien los baños
sanitarios y saquen la basura por dos semanas.
Una profesora de Ciencias, tutora de un grupo de séptimo grado, comenta a otra colega, que cuando las niñas
utilizan la falda del uniforme muy corta, les mira directamente a las piernas hasta que logra hacerlas sentir
vergüenza de cómo se visten. Al día siguiente las niñas llevan el largo adecuado en su uniforme.
Una maestra de primer grado que tiene a cargo un grupo de niños que no logra aprender a escribir, rompe
las hojas de sus cuadernos cuando no han hecho las planas como ella les indicó que lo hicieran.
Un profesor de Matemática que considera que su trabajo es desarrollar los temas y evaluar quién ha
aprendido y quién no, suele entrar al salón de clases, se dirige a la pizarra a desarrollar los ejercicios, expone
el procedimiento sin mirar al estudiantado, finaliza la clase preguntando si alguien no entendió los ejercicios.
Frente al silencio del estudiantado, se retira a su otra clase.
El formador comunica que a partir de la discusión de ciertas acciones y expresiones cotidianas, los participantes
traten de develar los mensajes implícitos que constituyen los aprendizajes no pretendidos en el ámbito educativo.
Se trata de incentivar la reflexión sobre lo que decimos, sin decirlo a estudiantes, que configura formas de ser y
hacer, que pueden estar estimulando la vulnerabilidad y limitando el desarrollo humano. Solicita al pleno que se
divida en cinco grupos. Cada uno selecciona una acción o expresión dirigida hacia el estudiantado, tratando de
identificar el mensaje implícito (no pretendido) que subyace.
Después de compartir las impresiones sobre las situaciones, un integrante de cada grupo comparte las concusiones
a las que han llegado.
El formador invita a la reflexión: ¿Cómo las relaciones que entablamos con niños y adolescentes contribuyen a
formar su identidad y subjetividad? Hace énfasis en las acciones que envían un mensaje implícito, incluyendo las
miradas o la ausencia de ellas. Tratará de evidenciar cómo se ejerce el poder hacia el estudiantado en las rutinas
diarias, al enviar mensajes de quién soy/qué valor tengo/ qué puedo hacer.
5. Recursos a utilizar
Cinco tarjetas con las situaciones descritas: ¿Qué les está diciendo, sin decirlo? Una para cada grupo.
¿Se analizan en el centro educativo los aprendizajes no pretendidos que se adquieren a través de las
relaciones entre docente y estudiantes?
¿Se interesa el centro educativo por analizar el mensaje implícito que dirige al estudiantado a través de
las sanciones o castigos estipulados?
AUTOEVALUACIÓN
Después de haber finalizado la actividad, evalúate sobre el logro de las siguientes habilidades y actitudes. Coloca
una "X" sobre la opción seleccionada: Nunca (N), Algunas Veces (AV), Con Frecuencia (CF), Muchas Veces (MV).
HABILIDADES Y ACTITUDES N AV CF MV
Considero que lograr que el estudiantado se avergüence de sus acciones inadecuadas es
una buena estrategia para generar los cambios deseados.
Soy consciente del ejercicio de poder que dirijo al estudiantado a través de la mirada.
Aplico la ley del hielo o indiferencia cuando un estudiante no cambia su comportamiento
como le he indicado que lo haga.