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Libro 8 LA TEORIA ANALITICA DE LA PERSONALIDAD JUNG INTRODUCCION Una personalidad fuerte como la de Freud suele atraer a otra similar, a’ la que luego, por lo gene- ral, rechaza. Tal es la historia de las relaciones de Cail Jung con Freud y sus ideas. Jung leyé la Inter- protation of dreams [Interpretacién de los suefios] poco después de su publicacién y procedié a apor- far pruebas para confirmar algunas de las afirma- ciones freudianas. En 1906 se inicié una correspon- dencia regular entre ambos y un afio més tarde Jung visité a Freud en Viena. Debido a su admi- racién mutua, sin duda muy profunda, Freud re- solvié que Jung estaba destinado a ser su sucesor. Cuando, en 1910, se fundé la Asociacién Psicoana- Iitica Internacional, su’primer presidente fue Jung, que permanecié en el cargo hasta 1914. En 1909 viajaron juntos a Massachusetts, invitados a dictar tuna serie de conferencias en la Clark University, de Worcester, con motivo de la celebracién del vigé- simo aniversario de su fundacién. Tres afios des- pués, sin embargo, sus relaciones comenzaron @ en- friarse hasta que, a principios de 1913, dieron tér- ming a su correspondencia personal y, meses més tarde, a su vinculacién profesional. En abril de 1914 Jung renuneié a Ja presidencia de la, Asocia- ciéa y en agosto del mismo afio, voluntariamente, dels de ser miembro de ella. La ruptura nto’ fue completa: Freud y Jung no volvieron @ verse. Sc tmplata; Freud y Juvlicaciones de la relacién entre Freud y Jung, incluyendo Ja de los dos pro- tagonistas. (Freud, 1914, 1025; Jung, 1962), la del bidgrafo de Freud: Ernest Jones (1955), y otros (Weigert, 1942; Dry, 1961). Los articulos de jung Publicados mientras recibfa la influencia de y las subsiguientes criticas al psicoandlisis freudia- no se han reunido en el volumen 4 de Collected works [Obras completas]. Otros dos articulos sobre Freud se han incluido en el volumen 15. No se han Publicado todavia las 390 cartas que se cruzaron entre Freud y Jung durante los afios 1906-1913, Aunque las causas de Ja ruptura de tan intima relacién fueron complejas y “sobredeterminadas”, incluidas las incompatibilidades ‘tanto personales co- ™o intelectuales, entre las mas importantes se el rechazo, por parte de Jung, del pansexualismo freudiano. “La raz6n inmediata fue que Freud. - identificaba su método con su teoria , cosa que juzgo inadmisible” (comunicacién personal de Jang, 1954), Jung procedié entonces a forjar su pro- pio método psicoterapéutico y su propia teoria psi- coanalitica conocida por el nombre de psicologia ‘analitica, cuyos lineamientos bésicos hablan sido trazados antes de su encuentro con Freud y cohe- rentemente’elaborados durante el perfodo de su aso- ciacién con él (Jung, 1913). ‘Antes de examinar las caracteristicas mas impor- tantes y distintivas del punto de vista de Jung con- viene iar brevemente algunos aspectos de su vida. Carl Gustav Jung nacié en Kesswyl, sobre el lago Constance, en el Cantén de Thurgau, Suiza, el 26 de julio de 1875, y crecié en Basilea. Hijo de tun pastor de la Iglesia Reformista Suiza, Jung in- grea6 en la Universidad de Basilea con la intencién de convertirse en un fildlogo clésico y, de ser po- sible, en un arquedlogo pero, a causa de un sueio, segiin se dice, se interes en las ciencias naturales y luego en la medicina. Una vez que obtuvo su ti- tulo de médico’ en la mencionada Universidad, se desempefid como asistente en el Hospital Mental Burghélzli y en la Clinica Psiquidtrica, ambos de Zurich, hecho que Jo inicié en la_psiquiatria. Fue asistente_y luego colaborador de Eugen.Bleuler, el eminente psiquiatra qué desarrollé el concepto de esquizofrenia, y estudié durante un breve lapso con Pierre Janet, alumno y sucesor de Charcot en Pa- rf, En 1008 renuncié a su trabajo en el Hospital Burghélali y en 1913 dejé la oétedra de psiquiatria que dictaba en la Universidad de Zurich con el pro- pbsito de dedicar todo su tiempo a la préctica pri- vada, la formacién de psiquiatras y psicélogos, la investigacién y a viajar y escribir. Durante muchos afios dirigié seminarios en in- gee para estudiantes de habla inglesa. Més tar- je, cuando abandoné Ia ensefianza activa, se fundé en Zurich un instituto de ensefianza que recibié su nombre. En 1944 fue creada especialmente para 61 la c&tedra de psicologia médica en la Universidad de Basilea pero su salud, no muy buena, sélo le petmitié hacerse cargo de’ella durante un afio. Mu- rié en Zurich el 6 de junio de 1961 # los 85 afios. No se ha escrito atin una completa de Jung comparable a la que Emnest Jones realizd de 84 CALVIN §. HALL Y GARDNER LINDZEY Freud. En el afio del deceso de Jung se publicé una autobiografia, Memories, dreams, reflections (1961) [Recuerdos, suefios, pensamientos], que fue en par- te escrita por él mismo y en parte dictada y com- pilada por su secretaria privada, Aniela Jaffe; se complement6 con material suministrado en algunas conferencias dictadas por Jung. Esta obra es prin- cipalmente una autobiografia intima y espiritual, aunque también contiene abundante informacién sobre los acontecimientos de su vida. El tono de este libro queda establecido en la primera frase: “Mi vida es la historia de la autorrealizacién del inconsciente”. Se pueden encontrar otros datos bio- grificos en Frieda Fordham (1953), Bennet (1961) y Dry (1961). Carl Jung es reconocido como uno de los mis grandes pensadores contempordneos; durante mAs de medio siglo se consagré, con enorme energia y constancia singular, a analizar los amplios y pro- fundos procesos de la personalidad humana. Sus obras son voluminosas y el alcance de su influencia incalculable. Conocido no sélo por psicélogos y psi- quiatras sino pricticamente por toda persona ins- truida, ha sido objeto de muchos honores, titulos honorificos de las universidades de Harvard y Ox- ford, entre otros; en los Estados Unidos, donde son muchos sus admiradores y continuadores, dict6 cur- sos y conferencias. Pese a que, por lo general, la teoria de la perso- nalidad de Jung ha sido considerada, a causa del acento que pone en los procesos inconscientes, co- mo una teorla ‘psicoanalitica, en algunos aspectos difiere notablemente de la teoria freudiana de la personalidad, Tal vez el rasgo mds importante, y particularmente distintivo de la concepcién junguia- na del hombre, es la combinacién de lo teleol6gico con lo causal: Ia conducta del ser humano esté con- dicionada no sélo por su historia individual y racial (causalidad) sino también por sus objetivos y as- piraciones (teleologia); el pasado como realidad y él faturo como potencislidad orientan la conducta presente del individuo. El enfoque de Jung de In ‘onalidad es prospectivo.en el sentido de que mira hacia adelante, hacia Ja linea futura co la wolucién del individuo y retrospectivo en el sen- ie de que toma en cuenta el pasado. Parafrasean- do a Jung, “el individuo vive tanto por sus cia vos como por sus causas”, Esta insistencia sobre el 1 del destino o la finalidad del desarrollo hu- Led separa netamente a Jung de Freud ya que, wiitanto para éste sOlo existe una continua repe- tieién de Jos temas instintivos, para Jung, en com bio, bay un constante desarrollo, a menudo creador, en la bisqueda de totalidad y de plenitud, y el an. helo de renacer. La teoria de Jung se diferencia también de otros intentos de comprensién de la personalidad por e} particular énfasis con que afirma los fundamentos histéricos y filogenéticos de la personalidad. Se. gin Jung, la personalidad individual es el produc. to, y Ia sintesis, de su historia ancestral: el hombre modemo ha sido configurado y moldeado, hasta adquirir su forma presente, por cl ctimulo de ex- periencias de generaciones pasadas que se remontan hasta sus oscuros y desconocidos origenes como especie diferenciada; los fundamentos de la per- sonalidad son, entonces, arcaicos, primitivos, inn: tos, inconscientes y, probablemente, universales. Freud acentéa el origen infantil de la personalidad mientras que Jung destaca su origen racial: el hom- bre nace con” gran cantidad de predisposiciones —que le han sido trasmitidas por sus antepasados— que orientan su conducta y, parcialmente, determi- nan de qué tendr4 conciencia y a qué responderé en el mundo de su propia experiencia; es decir, que exis- te una personalidad racial preformada y colecti que alcanza selectivamente e] mundo de la experien- cia y que es modificada y elaborada por las expe- riencias que ella misma vive. La personalidad del individuo es Ja resultante de fuerzas internas que acthan sobre fuerzas externas, y viceversa. Este gran respeto por el pasado racial y su in- luencia sobre el hombre actual indica que Jung, més que ningéin otro psicélogo, procuré ahondar profundamente en la historia del ser humano inves- tigando sobre el origen racial y la evolucién de la personalidad; abocado a esa biisqueda estudié. mi- tologia, religién, simbolos y ritos ancestrales, cos- tumbres y creencias de pueblos. primitivos y, asi- mismo, suefios y visiones, los sintomas de los neuré- ticos y las alucinaciones y los delirios de los psicé- ticos. Tanto la amplitud de su erudicién como la profundidad de su comprensién superan con mucho las de cualquier otro psicélogo de nuestros dias, Dry (1970) ha identificado algunos de los pro- cesos intelectuales importantes del siglo xx que presumiblemente influyeron sobre Jung. En primer Jugar, se encuentran algunos filésofos, en particu: lar Schopenhauer, von Hartmann y Nietzche, con sus ideas acerca del inconsciente, de la polaridad construyendo la unidad y de la sustitucién del ra- zonamiento por la voluntad y la intuicién como me- dios para comprender la realidad. Luego se halla Ja nueva psiquiatria alemana y francesa. ..; desoubrimientos cientifioos de otree aeneinat especial Ia biologia; la aceptacién amplis de la | el ~ LAS GRANDES TEORIAS DE LA PERSONALIDAD 85 teoria de la evolucién....; la aplicacién de estas ideas al hombre, incluyendo el estudio de su or- ganizaci6n social y de su religién, y la polémica Entre los proponentes de la unidad psiquica y la difusién cultural para indagar similitudes (entre diferentes sociedades); los hallazgos de la arqueo- logia, que excitan la imaginacién; las grandes tra- diciones literarias, histérieas y teolégicas de Ale- mania, con sus matices marcados de romanticis- mo (pigs. 19-20). Dry también cree que Ia neutralidad y estabilidad de Suiza favorecieron una vida de creacién y reco- gimiento. Presentaremos ahora las principales caracteristi- cas de la teoria de la personalidad de Jung. Au que sus formulaciones tedricas se hallan as a lo largo de toda su extensa obra, los vol 7, 8 y 9, parte primera de Collected works, cont nen Ins afirmaciones més sisteméticas de su posi- cién. CapiTuLo 1 ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD La personalidad total o psique, como la denomina Jung, consiste en cierto numero de sistemas separa- dos ‘pero interactuantes; los més importantes son: el yo, el inconsciente personal y sus complejos, el inconsciente colectivo y sus arquetipos, la persona, el anima o el animus, y Ja sombra. Existen, ademhs de estos sistemas interdependientes, las actitudes de introversién y extraversién y las funciones del pen- samiento, el sentimiento, la sensacién y la intuicién. Por iltimo, el si mismo constituye la personalidad plenamente desarrollada y unificada, EL YO EI yo es la mente consciente. Al estar compuesto por las percepciones, los recuerdos, los pensamien- tos y los sentimientos conscientes, el yo, responsa- ble de los sentimientos de identidad y de continui- dad del sujeto, es considerado, desde el punto de vista del individuo mismo, como el centro de la conciencia. EL INCONSCIENTE PERSONAL El inconsciente personal constituye la regién ad- yacente al yo integrada por las experiencias que, Yenscientes en algin momento, luego fueron repri- midas, suprimidas, olvidadas o ignorades y por aquellas otras que desde el primer instante fueron demasiado débiles para producir una impresi cemeiente en el individuo. Sus contenidos, como los Gel material preconsciente de Freud, son accesi; bles a la conciencia: entre el inconsciente persona el yo existe, en ambas direceiones, gran inter- cambio. Complejos {Un complejo es un grupo —° ii ntimientos, eae arrimea nes y recuerdos un nucleo que, a manera de iméo, auras ‘o “consteliza” diversas experiencias (Jung, 1934). 1po —o constelacién— o- mientos, percepcio- Consideremos, por ejemplo, él complejo materno (Jung, 1954a): el nucleo deriva, por un lado, de la experiencia racial respecto de la madre en general y, por el otro, de las experiencias del nifio respecto de su madre en particular; las ideas, los sentimien- tos y los recuerdos relacionados con la madre son atraidos hacia el micleo y forman un complejo. Cuanto ms potente sea Ia fuerza emanada del ni- cleo, mas experiencias ser4n atraidas por él; se dive, por lo tanto, que un individuo tiene un fuerte com- plejo materno cuando su personalidad est domi- nada por pensamientos acerca de su madre. As{, no s6lo sus pensamientos sino sus sentimientos y sus actos estarén orientados por su concepcién de la madre cuya imagen dominaré su mente: cuanto ella diga y sienta seré sumamente importante para el sujeto. ‘Un complejo puede actuar como una personali- dad auténoma, con vida mental y méviles propios (Jung, 1938, pag. 14); puede controlar Ja persona- lidad’y utilizar la psique para sus propios fines: se dice, por ejemplo, que Tolstoi estaba dominado por la idea de la simplificacién y Hitler, por la am- bicién del poder. Aun cuando el niicleo y muchos de los elementos asociados son, en general, incons- cientes, lo que ocurre a menudo, todas las asociacio- Bes incluso el nicleo, pueden tornarse conscien- es, EL INCONSCIENTE COLECTIVO EI concepto de inconsciente colectivo o transper- sonal es uno de los rasgos més originales y discu- tidos de Ja teoria de Ia personalidad de Jung, EI inconsciente colectivo, que constituye el mas poderoso ¢ influyente de los sistemas de la psique ¥ que, en los casos patolégioos, domina al yo yal (Jung, 1936, 1943, 1945) es, mano, un pasado que incluye ‘no. 36 " racial’ del bombre ‘como especie diferema re también Ia de sus antecesores prehumanos 9 sah, males. El inconsciente colectivo es en sintesis, el residuo psiquico del desarrollo evolutivo del lone, LAS GRANDES TEOR{AS DE LA PERSONALIDAD hre; acumulado como consecuencia de experiencias repetidas a través de muchas generaciones, perma- vce casi absolutamente desligado de todo lo per- rnal y parece ser universal: todos los seres huma- fos tienen, aproximadamente, el mismo inconscien- {¢ colectivo. Jung atribuyé la universalided del in- consciente colectivo a la similitud de la estructura cerebral de todas las razas humanas que, a su vez, Sbedece a una evolucién comin, ‘Los recuerdos o las representaciones raciales ‘no son hereditarios como tales; sin embargo, se hereda Ia posibilidad de revivir las experiencias de las ge- neraciones precedentes, Existen predisposiciones que nos permiten reaccionar de una manera selectiva ante el mundo sobre el cual gon proyestades t ejemplo, puesto que los seres anos siempre fon tenido madres, todo nifio nace con Ia_predisposi- cién a percibir a Ja madre y a reaccionar ante ella; el conocimiento de la madre adquirido individual- mente satisface una potencialidad heredada que ha sido estructurada en el'cerebro del hombre por las pasadas experiencias de la especie. El hombre, al nacer, asi como posee la capacidad, que desarrolla mediante el entrenamiento y la experiencia, de ver al mundo segdn tres dimensiones, también nace con diversas predisposiciones: para pensar, sentir y per- cibir de acuerdo con patrones y contenidos defini- dos que se actualizan por medio de las experiencias individuales. Cabe suponer que el hombre est4 pre- dispuesto a temer a Ja oscuridad o a las serpientes porque su antepasado primitivo hallé muchos peli- gros en la oscuridad y fue victima de serpientes venenosas. Si bien es posible que esos temores la- tentes jamés Ieguen a desarrollarse en el hombre moderno a menos que sean reforzados por expe- riencias especificas, la tendencia, en cualquier ca- 50, existe y aumenta Ja susceptibilidad del individuo ante tales experiencias. Ciertas ideas, como la de un ser supremo, son concebidas con facilidad por- que la disposicién ha sido firmemente impresa en el cerebro y requiere tan slo un minimo refuerzo de la experiencia individual para aparecer en la conciencia e influir sobre la conducta; tales recuer- dos Jatentes 0 potenciales dependen de estructuras intrinseeas y de sendas grabadas en el cerebro co- mo resultado de las experiencias acumuladas de la humanidad: negar la condicién hereditaria de di- chos recuerdos ancestrales es negar la evoluicién y la herencia del cerebro. El inconsciente colectivo és el fundamento racial y heredado de toda la estructura de la personali- dad; sobre él se erigen el yo, el inconsciente perso- tal y las demas adquisiciones individuales. Cuanto aprende como resultado de Ja experiencia es sus- tancialmente influido por el inconsciente colectivo que, desde el comienzo de la vida, ejerce una fun- orientadora o selectiva sobre la conducta de 8 la persona: “La forma del mundo en el que ¢} indi. viduo nace es innata en 61 como imagen virtual” (Jung, 1945, pig. 188). Al identificarse con los ob- jetos del mundo que a ella corresponden, tal ima- gen virtual lega a ser una percepcién concreta 0 idea, La experiencia personal respecto del mundo esti: moldeada en gran medida por el inconsciente colectivo pero no totalmente pues, si asi fuera, no existirfa variacién ni desarrollo. Las dos regiones inconscientes de la mente, la personal y Ia colectiva, pueden ser sumamente wt les al hombre: “[El inconsciente] goza de posibi dades que escapan a la mente consciente; dispone de todos los contenidos sublimales, de cuanto ha, sido olvidado o soslayado, y de la sabiduria y la experiencia de muchos siglos, todo Io cual esti de- positado.en sus. érganos arquetipicos” (Jung, 1943, pig. 114). Por otra parte, si el yo desconoce la sa- fiduria del inconsciente, éste puede alterar los. pro- cesos racionales conscientes, apoderdndose de ellos y distorsion&ndolos. Diversos sintomas, como las fo- bias, los delirios y otras manifestaciones irraciona- les, son el producto de tal descuido de los procesos inconscientes. Arquetipos Los componentes estructurales del inconsciente colectivo reciben diversas denominaciones: arque- tipos, dominantes, imagenes pri }, imagos, imdgenes mitolégicas y patrones de conducta (Jung, 1943). Un arquetipo es una forma de pensamiento universal (idea) que contiene un importante ele- mento emocional y crea imagenes o visiones que corresponden a ciertos aspectos de la situacién cons- ciente en la vigilia normal; por ejemplo, el arque- tipo de la madre produce la imagen de una figura materna que luego ha de ser identificada con la madre real. Dicho de otro modo, el bebé hereda un concepto preformado de una madre genérica que en parte determina cémo percibird el lactante a su madre; esta percepcién es, asimismo, influida por la naturaleza de la madre y por sus experiencias de lactante respecto de ella. En consecuencia, la ex- periencia del pequefio es el resultado de la articu- lacién'de una predisposicién interna a percibir el mundo de cierta manera y la naturaleza real de ese mundo; puesto que el arquetipo en si es el lucto de experiencias raciales respecto del mundo y que éstas son muy semejantes a las que cualquier indi- viduo vivir en cualquier época y en cualquier Iu- gar del mundo, esas determinantes son habitual- mente compatibles. O sea, que Ia naturaleza de las .dres —Io que ellas hacen— ha permanecido ca- sin alteracién a través de la historia de la raza; 88 CALVIN 8. HALL Y GARDNER LINDZEY por eso el arquetipo de la madre que el bebé he- veda es congruente con la madre real con la cual interactia. ¢Cémo se origina un arquetipo? Un arquetipo es un depésito permanente, en la mente, de experien- cias que han sido constantemente repetidas a tra- vés de muchisimas generaciones; por ejemplo, innu- ierables generaciones de hombres han visto la cotidiana excursién del sol de uno a otro lado del ho- rizonte; eventualmente, la reiteracién de esa conmo- vedora experiencia quedé fijada en el inconsciente colectivo como un arquetipo del dios-sol, el pode- roso y dominante dador de luz, el cuerpo celeste al que los hombres deificaron y veneraron; ciertas concepciones e imégenes de la deidad suprema son retofios del arquetipo sol. De modo similar, el hombre ha estado expuesto, a lo largo de toda su existencia, a incontables mani. festaciones de tremendas fuerzas naturales: terre- motos, cataratas, inundaciones, huracanes, rayos, incendios forestales, etcétera. A raiz de esas expe. iencias se ha desarrollado un arquetipo de la ener. sia, una predisposicién a percibir el poder y a ser seducido por éste, y un deseo de crearlo y contro- Tarlo; Ia aficién del nifio a los petardos, el interés del joven por los autos de carrera y la preocupacién obsesiva del adulto por liberar las fuerzas secretas de los &tomos se basan en el arquetipo de la ener. gia que impulsa al hombre a buscar nuevas fuentes de ese mismo poder. Nuestra época, la era de la energia, representa, precisamente, un predominio de tal arquetipo. En sintesis, Ios arquetipos funcio. nan como centros auténomos altamente cargados de energia que tienden a producir, en cada gene- yacién, la repeticién y Ja elaboracién de las mismas experiencias. En el inconsciente colectivo, los arquetipos no estan necesariamente aislados unos de otros sino que se penetran y se fusionan; asi, el arquetipo del hé- roe y el del anciano sabio pueden mezclarse para producir la nocién del “rey filésofo", a quien se res- ponde y se reverencia porque es tanto un héroe como un sabio; a veces, como parece haber sido el caso de Hitler, ocurre una fusién del arquetipo del héroe y el del diablo, de la que resulta un dirigente sathnico. Hemos visto ya que el micleo del complejo pue- de ser un arquetipo que atrae dete las expe- riencias hacia of; a través de esas experiencias aso- ciadas, el arquetipo puede, entonces, penetzar en la conciencia. Los mitos, los’ suefios, las visiones, los Titos, los sintomas neuréticos y psicdticos, las obras de arte, contienen gran rcién de material ar- quetipico y constituyen las mejores fuentes para el conocimiento de los arquetipos. Jung y sus cola- boradores han Ievado a cabo una prodigiosa can- tidad de trabajos sobre las representaciones arque. tipicas en Ios mitos y en los suefios. Se supone que en el inconsciente colectivo exis. fio dumetokie sagublipse. Alguncs de ke que han sido identificados son los del nacimiento, el renaei. miento, la muerte, el poder, la magia, la unidad, ¢] héroe, el nifio, Dios, el diablo, el anciano sabio, la madre tierra y el animal. Si bien todos los arquetipos pueden ser conce- bidos como sistemas din4micos auténomos capaces de lograr una relativa independencia respecto del resto de la personalidad, el gran desarrollo de al- gunos de ellos, por ejemplo, la persone, el anima y el animus, y la sor justifica su consideracién ‘como sistemas sepagados de la personalidad. LA PERSONA Es la mascara que el sujeto usa para responder a las exigencias de las convenciones sociales, de la tradicién y a sus propias necesidades arquet{picas internas (Jung, 1945); el rol que la sociedad le atri- buye, el papel que, segéin las expectativas de esa sociedad, ha de desempefiar en la vida. La ms- cara esti destinada a producir una determinada im: presién en los dems y con frecuencia, aunque no Necesariamente, a encubrir la verdadera naturalezs del individuo. La persona es la personalidad piblica mvierte en un extrafic dioual, n't, porsonalidad se vuelve chata, lugar de ser un indi - ame. S© transforma en una mera apenas mmbre, en un reflejo de la sociedad’ ai niicleo a Tipo get Cual se desarrolla la persona es unt” tipo que, como todos los arqueti fla experiencias de la raza, en ae ee de las Por la interaccién social, en | i Hombres B Servido un moptato supe de eae largo de toda su hi toria como animal ANIMA Y ANIMUS in poseen caracteris i ninas, Sin embargo, es quasi ts masculinas y ize. , am- LAS GRANDES TEOR{AS DE LA PERSONALIDAD jidad, una de las condiciones que ha dado négen a Ja concepeién de la bisexualidad humana, "yung adseribe los eituetipos a la parte femenina gels personalidad del hombre y a la maseulina de de exsonalidad de Ia mujer; denomina anima al ar- quetipo femenino del hombre y animus al arquetipo Tsculino de Ja mujer (Jung, 1945, 1954b), los cua- rast} bien pueden estar condicioniados por los ero- Kesvomas y Jas glindulas sexuales, son los produc- tus de las experiencias raciales del hombre con la mujer y viceversa; es decir, que en tanto el hom- bre, tras haber vivido con mujeres a lo largo de si- Jos, se ha feminizado, la mujer, en contacto con Fombres, se ha masculinizado. ‘Tales arquetipos no s6lo son la causa de que cada sexo manifieste caracterfsticas del sexo opuesto sino que, ademés, actéan como imagenes colectivas que, qsu ver, impulsan a cada sexo a responder y com. prender a los miembros del sexo opuesto. En virtud Te su anima, el hombre percibe la naturaleza de la rnujet, a que merced a su animus aprende la de aquél; no obstante, si la imagen arquetipica es pro- yectada sin consideracién del cardcter real de la pareja, el anima y el animus pueden conducir a la incomprension y la discordia; es decir, por ejemplo, que si un hombre pretende identificar su imagen ‘idealizada de la mujer con una mujer real y no toma suficientemente en cuenta las discrepancias entre lo ideal y lo real, puede sufrir una amarga desilusién al comprender que son diferentes. Para que el individuo alcance una adaptacién ra- zonablemente satisfactoria debe existir un cierto acuerdo entre las exigencias del inconsciente colec- tivo y la realidad del mundo exterior. rosexull LA SOMBRA El arquetipo sombra esti constituido por los ins- tintos animales que el hombre hereda en el trans- curso de su evolucién desde las formas inferiores de Vida (Jung, 1948a). En consecuencia, la sombra tipifica el aspecto animal de la naturaleza humana; como arquetipo, es la responsable de la concepcién mana del pecado original; proyectada hacia fue- "4, se convierte en el diablo o en un enemigo. Asimismo, la sombra ocasiona la aparicién, tanto © la conciencia como en la conducta, de pensa- mientos, sentimientos y acciones desagradables y ieiialmente reprobables que luego pueden ser ocul- tides de la contemplacién publica por la persona to’ Primidos en el inconsciente personal. As‘, el sec- 2 sombra de la personalidad, que debe su origen "un arquetipo, impregna los aspectos privados del ¥©y una gran parte de los contenidos del incons- ‘ente personal, 80 La sombra, con sus instintos animales vitales y apasionados, le otorga a la personalidad corporeidad plene o tridimensional; contribuye a constituir la personalidad completa. EL SI] MISMO En sus primeros trabajos, Jung consideré el si mismo como el equivalente de la psique o perso- nalidad total. Sin embargo, cuando, en su investi gacién de los fundamentos raciales de la persona- lidad, descubrié los arquetipos, uno de los que hallé representaba el esfuerzo del hombre por alcan- zar la unidad (Wilhelm y Jung, 1931); este arque- tipo se manifiesta a través de diversos simbolos, el mis importante de los cuales es el mandala 0 cirou- To mégico (Jung, 1955a). En Psychology and alche- my (1944) [Psicologia y alquimia], Jung desarro- Ila una psicologia de la totalidad basada en el sfm- bolo del mandala cuyo concepto fundamental es el sf mismo. EI si mismo constituye el centro de la personali- dad, en torno del cual se retinen, a modo de cons- telacién todos los otros sistemas; esos sistemas per- manecen juntos merced a su accién que, ademés, confiere unidad, equilibrio y estabilidad a Ia per- sonalidad. Si describimos la mente consciente con el yo en su centro, como opuesta al inconsciente, y agregamos Iuego a nuestro cuadro mental el pro- ceso de asimilar el inconsciente, podemos conce- bir esta asimilacién como una especie de apro- ximacién de lo consciente y lo inconsciente, en la que el centro de la personalidad total ya no coin- cide con el yo sino con un punto ubicado a mitad de camino entre Io consciente y lo inconsciente. Este serfa el punto de un nuevo equilibrio, un nuevo centro de la personalidad , un centro virtual que, en razén de su posicién focal entre lo consciente y lo inconsciente, asegura un nuevo y ms solido fundamento para la personalidad (Jung, 1945, pag. 219). El si mismo es la finalidad de la vida, el objetivo por el que el ser humano lucha constantemente, aun cuando rara vez lo alcanza; como todos los arqueti- pos, motiva el comportamiento del hombre, a quien induce a la bisqueda de la totalidad, especialmen- te por los caminos de la religiOn, Las verdaderas ex- periencias religiosas estén tan cerca de la mismidad como la mayoria de los hombres nunca a estarlo; las figuras de Cristo y de Buda son las ex- esiones més altamente diferenciadas del arquetipo jel si mismo que es posible hallar en el mundo mo- derno. Resulta natural, entonces, que Jung haya des- cubierto el sf mismo en sus melon y su observa- 90 CALVIN §, HALL ¥ GARDNER LINDZEY cién de las religiones orientales que, mediante di- versas pricticas rituales tales como el yoga, se esfuerzan mucho mds que las occidentales por alean- zar Ja unidad y la identificacién con el mundo. Es necesario, antes de que el s{ mismo aparezca, que los diversos componentes de la personalidad estén completamente desarrollados e individualiza- dos, Por tal razén, el arquetipo del si mismo no se manifiesta hasta que la persona ha alcanzado la edad adulta, momento en el cual comienza a es- forzarse seriamente por trasladar el centto de su personalidad desde el yo consciente hasta una re- gin que se halla a mitad de camino entre la con. Ciencia y lo inconsciente: es el dominio del s{ mismo. El concepto del si mismo es, probablemente, el més importante descubrimiento de cardcter psicold- gico de Jung y representa la culminacién de su estu. dio de los arquetipos. LAS ACTITUDES Jung distinguié dos actitudes u_orientaciones principales de la personalidad: la de extraversién y la de introversion. La actitud extravertida orien- {a al individuo hacia el mundo externo, objetivo; la actitud introvertida orienta hacia el mundo interno, subjetivo (1933a) Aunque estas actitudes, si bien opuestas, estan ambas presentes en la personalidad, por lo comin una de ellas es dominante y consciente, en tanto la otra permanece subordinada e inconsciente. Si el Yo es, en su relacién con el mundo, predominante- mente extravertido, el inconsciente personal. seré introvertido, LAS FUNCIONES Hay cuatro funciones psicolégicas fundamentales: el pensamiento, el sentimiento, la sensacién y la intuicién. El pensamiento es ideacional ¢ intelec- tual; por su mediacién el hombre intenta compren- der su propia naturaleza y la del mundo. El senti- miento ¢s la funcién que valoriza las cosas respecto del sujeto y que le posibilita al hombre sus expe- riencias subjetivas de dolor y placer de ira, de miedo, de pena, de alegria, de amor. La sensacién es la funcién perceptual o de realidad; provee los hechos concretos o las representaciones del mundo. La intuicién es la percepcién que, por medio de Procesos inconscientes y. contenidos subliminales, permite legar a la esencia de la realidad (Jung, 1933a); el hombre intuitive va més allé de los he. chos, los sentimientos y las ideas y elabora compli- cados modelos de la realidad. Para esclarecer la naturaleza de cada una de las cuatro funciones veamos un ejemplo: su; Se que un individuo esti de pie en el borde del Gran Ga, #i6n del Colorado. Si el sentimiento predomina en 41, experimentaré lo imponente, la grandeza y Ia belleza sobrecogedora; si, en cambio, est dominade por la sensacién, s6lo veré el Cafién tal como es ¢ como puede aparecer en una fotografia; si el samiento controla su yo, intentaré comprender el fenémeno en funcién de teorias y principios geol6. gicos; finalmente, si prevalece la intuicién, se in nar4 a considerarlo como un misterio de la natura- leza cuyo profundo significado sdlo le es parcial. mente revelado o transmitido como experiencia mistica. La existencia de estas cuatro funciones psicolégi- as es, a juicio de Jung, un “hecho empirico”. Pero, segiin ha de mostrar Ja siguiente considera- cién, con las cuatro se logra una cierta totalidad. La sensacién establece lo que nos es realmente dado, el pensamiento nos permite reconocer su significado, el sentimiento nos dice cudl es su va- lor y, finalmente la intuicién nos refiere a las posibilidades “de donde” y “hacia donde” es que estin encerradas en los hechos inmediatos. De esa manera podemos orientarnos de modo tan completo respecto del mundo inmediato, como Guando localizamos geogrdficamente un lugar me- aes {a latitud y la longitud (Jung, 1933b, pég. o We, teprimida e ‘nconaclents, oneminAda. inferior Suefios y en las fantastas +, una funcién auxiliar asoclack e Jas custro, totalmente diferencien a" la sintesls Ge ta no existen funciones superiores, inferiores, Tres, todas poseen igual fuerza respecto de 1 alidad, Semejante sintesis s6lo tendré lugar re el sf mismo haya alcanzado su plena reali- n'y, puesto que tal realizacién es imposible, la | Gntesis de Tas cuatro funciones representa un obje- | me jeal que In personalidad se esfuerza por al- corno & cana INTERACCION ENTRE LOS SISTEMAS DE LA PERSONALIDAD Los diversos sistemas, actitudes y funciones que jwegran la. personalidad total interactiian’ en tres |

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