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^M V N D O
A ntigvq
Esta historia, obra de un equipo de cuarenta profesores de va
rias universidades españolas, pretende ofrecer el último estado
de las investigaciones y, a la vez, ser accesible a lectores de di
A ntïgvo del conjunto más amplio en el que está inserto o bien como una
monografía. Cada texto ha sido redactado por el especialista del
tema, lo que asegura la calidad científica del proyecto.
ORIENTE
Director de la obra;
Julio Mangas Manjarrés
(Catedrático de Historia Antigua
de la Universidad Complutense
de Madrid)
Diseño y maqueta:
Pedro Arjona
J.J. ürruela
Indice
Mgs.
Prólogo ........................................................................................................................ 7
B ibliografía.................................................................................................................. 62
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 7
Prólogo
H ubo un tiem po en que los hom bres que se está todavía muy lejos de con
olvidaron el pasado de la civilización tem plar la H istoria del Egipto Faraó
egipcia. C u ando la religión de los an nico con el detalle y profundidad que
tiguos faraones fue prohibida y se su ofrecen otras civilizaciones m ilena
mergió en la obscuridad de las cata rias. Su desconocim iento es todavía
cum bas de A lejandría, de la m isma muy grande y no se puede ofrecer un
m anera que sus perseguidores lo h a relato continuo ni de su acontecer po
bían tenido que hacer en R om a siglos lítico ni del desarrollo de sus institu
atrás, sus sacerdotes se vieron acosa ciones económ icas y sociales. Tal vez
dos y an iquilados y ya nadie supo en este desconocim iento resida bue
leer las escrituras jeroglíficas, que p a na parte de su atractivo, su aparente
saron, así, a engrosar las filas de lo misterio o su encanto al decir de otras
enigm ático y m isterioso. gentes. Gentes, que por otra parte, m i
Cóm o los hom bres h an ido desve ran con cierta falta de em oción las
lando el m isterio y recuperando la culturas clásicas m editerráneas m ien
llave de ese conocim iento es una his tras que sienten un profundo interés
toria que ha sido contada m uchas ve por todo lo que la ciencia egiptológi-
ces y no es el caso repetir aquí. La ca no ha podido llegar a estudiar en
lenta rehabilitación del pasado egip profundidad. Esto da pábulo a la fan
cio ha encontrado dificultades enor tasía y desarrolla la im aginación, lo
mes; y una de ellas, y no la menor, ha cual, m uchas veces, se convierte en el
sido desen trañ ar los arcanos de su es acicate del investigador; pero otras,
critura y de su lengua para poder com fom enta una pseudociencia, de nota
p ren d er la m en talid ad de aquellas ble éxito por otra parte, que no con
gentes cuya civilización estaba en su duce al conocim iento histórico, sino
apogeo hace m ás de cuatro mil qui más bien a un tipo de literatura, mal
nientos años. De esa civilización, cu llam ada esotérica, productora de es
yo carácter inm utable ha sido la nota tragos entre los crédulos, llevándoles
m ás a destacar, se poseen hoy conoci a confundir lo desconocido con lo in
m ientos m uy específicos pero m uy creíble, lo exótico con lo mágico o. lo
poco hom ogéneos. Y ello es así a pe que es m ás pintoresco, haciéndoles
sar de los esfuerzos que la investiga buscar las explicaciones a problem as
ción m o d ern a viene re alizan d o en elem entales de la tecnología antigua
m ateria de arqueología y lingüística. en ciencias extraplanetarias o extra-
Se puede decir, sin tem or a exagerar, tem porales. Pero ese «desconocido»
8 A k a l Historia del M undo Antiguo
cultura que desarrollará la fase histó población hay que moverse en el te
rica. Esta fue la llam ada «raza dinás rreno de las hipótesis. K arl B utzer
tica» de Derry, aceptada p o r au to ha estim ado para el Predinástico F i
res com o Em ery e incluso Edwards, nal u n núm ero de habitantes entre
de alguna m anera. La razón de estas 100.000 y 200.000, m ientras que, b a
hipótesis estriba en la presencia, en el sándose en el núm ero de prisioneros,
Bajo Egipto, de grupos, in d u d ab le 120.000, citados en la cabeza de m aza
m ente m uy m ezclados, de gentes p ro del rey Escorpión, el profesor Emery
cedentes de Asia. Así lo perm iten p en estim aba unos 2.000.000 de h ab itan
sar los esq u eleto s e n c o n tra d o s en tes para el com ienzo de la época his
yacim ientos localizados al norte de tórica.
El-Om ari, que presentan un tipo fí Intim am ente ligado al problem a del
sico m ás ro b u sto que el resto del poblarniento está la cuestión de la
Valle. lengua. A unque tem a som etido a n u
A pesar de estos hechos la m ayoría m erosas discusiones hay, sin em bar
de los investigadores están de acuer go, algunos aspectos reconocidos u n á
do, desde F rankfort hasta Berry, Ba- nim em ente por los investigadores. El
trawi, Trigger, etc., en considerar que egipcio es una lengua del grupo ca-
desde los inicios del predinástico la m ito-sem ita que se separó de éste an
continuidad en la población debe ser tes de la evolución del sem ita com ún.
el hilo conductor de toda investiga A p artir del elem ento nilótico prim iti
ción futura. vo de origen puram ente africano se
Desde el punto de vista de las defi hicieron incorporaciones de lenguas
niciones generales, la población egip sem íticas del m ism o grupo de tal m a
cia pertenecía al tipo m editerráneo n e ra que, según L efebvre, resultó
o euroafricano, de substrato nilótico más bien una lengua africana semiti-
y africano antiguo, de estatura m e zada que una lengua sem ítica m odifi
nor que m ediana, cráneo estrecho y cada. Son innegables los aspectos tí
alargado, pelo oscuro, leucoderm a y picos del substrato africano com o por
m orena. ejem plo la original conjugación de
E n el P red in ástico la p o b lació n los verbos, hecho destacado por todos
egipcia, propiam ente dicha, y la n u los autores. Los testim onios m ás anti
bia, estarían m uy m ezcladas, d á n d o guos de esta lengua datan de los albo
se ya la integración, según Vercou- res del Período Tinita, en cifras redon
tter, de tipos negroides m editerráneos das unos tres mil años antes de nues
oscuros análogos al C rom agnon ya tra era. E n ese m om ento se puede
citado. E sta m ezcla p ro d u c iría un apreciar que el sistem a jeroglífico con
m estizaje variado según las zonas y el que se representa la lengua está ya
las épocas. form ado y algunos de los elem entos
Al decir negroide, térm ino que no figurativos que lo integran estaban en
es acep tad o u n á n im e m e n te , no se uso desde hacía m ucho tiempo. La
quiere decir negro puro, y en todo ca autoctonía del sistem a era evidente.
so se utiliza para in dicar su proce A lo largo de los siglos el idiom a
dencia africana. Los propios egipcios fue evolucionando y se sucedieron
co n o c ía n p erfectam en te estas dife distintas etapas, siendo un hecho ca
rencias de tipo y piel. Ellos designa racterístico el que el idiom a oficial y
ban con la p alab ra nehery a lo que literario ta rd a ría en in co rp o rar los
hoy día se denom ina nubio, m uy di cam bios habidos en la lengua h ab la
ferente del negro puro, cuyo tipo físi da p o r el pueblo. En prim er lugar el
co no fue conocido hasta la dinastía «egipcio antiguo», que fue la lengua
XVÍI1. em pleada durante el R eino Antiguo y
Sobre la evolución num érica de esa com ienzos del P rim er Período Inter
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 13
I. Los orígenes
D esde los com ienzos del Paleolítico m ás abundantes en la Alta N ubia que
S uperior se puede constatar la pre en el Egipto propiam ente dicho, estas
sencia de seres hum anos en el País incisiones rupestres en las que se re
del Nilo. Entonces el Valle era m ucho presentaban hipopótam os y otros ani
m ás ancho, u n a ab u n d a n te vegeta males no están asociadas a industrias
ción se extendía p o r los territorios líticas por lo que su datación es con
que luego serían desiertos, y en las te jeturable. Se ha apuntado por parte
rrazas m ás elevadas del Valle los h a de los investigadores, S. Curto, por
bitantes dejaron los restos de una in ejemplo, que estos grabados no pue
dustria lítica muy variada com o ú n i den tener la m ism a funcionalidad de
co testim onio de su paso. magia sim pática presente en el arte
Las técnicas de trabajo de esta in rupestre europeo.
dustria lítica siguen aproxim adam en Pero el clim a fue g ra d u alm en te
te las m ism as secuencias del Paleolíti cam biando, y las desecaciones h ab i
co europeo, au n q u e con algunas ori das hacia el -10000 convirtieron las
ginalidades y ausencias. Las fases de densas selvas en arenosos desiertos y
talla y técnica se atienen a la evolución los hom bres se fueron retirando a las
lógica que llevó a E uropa desde el h a orillas de los lagos y del m ism o Nilo.
cha de m ano de gran tam año hasta Las últim as fechas obtenidas por el
los m icrolitos del Paleolítico final. La m étodo del carbono 14 parecen ade
relación tipológica existente entre las lantar en algunos cientos de años el
industrias 1íticas, com o las de Khas- m om ento, en que se creía que los
gah, Kom Om bo, H eluán, etc., y otros hom bres dom esticaron plantas y ani
puntos m uy alejados de Africa y de males y se establecieron en las orillas
Asia A nterior hacen pensar que las del actual Nilo. En los com ienzos de
b andas de hom bres paleolíticos reco este N eolítico egipcio, aproxim ada
rrían am plias regiones del norte de m ente entre —8000 y —5000 puede de
Africa y que p o r lo tanto una parte tectarse el cultivo de la cebada, el tri
muy local y pequeña de estas pobla go candeal y el lino, com o ejemplos
ciones tuvo algo que ver con los h ab i m ás conocidos, y la dom esticación de
tantes del Valle en el período siguiente. algunos anim ales com o la cabra y el
Tal vez hacia el Paleolítico M edio o asno. Esto no significa que se ab a n
final se p rodujeron los dibujos inci donara la recolección, la caza y la
sos en paredes rocosas de algunas pesca, que llegaron incluso a ser m o
wadis confluyentes en el Nilo. M ucho tivo de representaciones artísticas du-
16 A ka! Historia d e l M und o Antiguo
rante todo el período faraónico. Es dos mil años del período. H ay tantas
evidente, sin em bargo, que la intensi diferencias regionales com o lagunas
ficación de los cultivos en época his cronológicas. El Alto y el Bajo Egipto
tórica dejaría poco lugar a la recolec p ueden p resentar fases diferentes en
ción de plantas silvestres y ello ex su desarrollo cultural y los hallazgos
plicaría tam bién la retirada de ciertos h a n sido m ás abundantes en el p ri
elem entos de la fauna propia del Pa m ero que en el segundo. E n el norte,
leolítico, com o los elefantes, las jira entendiéndolo desde Fayun hasta H e
fas o algunas especies de antílopes, a liopolis, puesto que el centro del D el
que se ha hecho m ención. ta se p resen ta estéril de m om ento,
D urante el Neolítico el Valle del N i hay que constatar la presencia de ya
lo va tom ando ya la configuración cim ientos m uy separados entre sí pe
definitiva desde el punto de vista del ro m uy extensos y que in h u m an a sus
paisaje aunque es in dudable que la m uertos bajo el m ism o poblado. Sus
h u m edad era m ayor que en la época cerám icas eran m onocrom as, a veces
histórica, lo que perm itía u n a m ás ex incisas o sin decoración. En las al
tensa vegetación y u na presencia de deas se pueden detectar grupos fam i
especies anim ales aún m ás ab u n d a n liares am plios p o r el uso de graneros
te. Los hom bres de este período, se- com unales. En el sur, Alto Egipto, en
d en tarizán d o se p au latin am en te, es cam bio, los yacim ientos correspon
tán cada vez más cerca del curso del den m ás a extensas necrópolis que a
río pero levantan sus poblados y ne poblaciones, la frecuencia de hallaz
crópolis en las orillas del desierto, allí gos es m ucho m ayor y la cultura se
donde todavía alcan zan los depósitos presenta m ás desarrollada, o por lo
de limo, que siglo tras siglo h an ido m enos su aceleración es m ás intensa.
acum ulándose sobre los restos, h a Sus cerám icas, bellam ente decoradas
ciendo casi im p o sib le su lo c a liz a ofrecen un m undo plástico m uy ale
ción. Algunos de estos lugares h a n si jad o del grupo del Bajo Egipto. Al fi
do rescatados del olvido, com o los n al del período las dos tradiciones
yacimientos de Fayum, M erimde-beni- culturales se u n irán en un solo Esta
Salam eh, El-Om ari, Deir-el-Tasa, Ge- do, naciendo así el Egipto del Reino
belein, etc., localidades, algunas de Antiguo.
ellas, en las que tam bién se contem La prim era fase está m arcada en el
plan fases m ás avanzadas del desa norte por los yacim ientos de Fayum
rrollo cultural. A y M erim de-beni-Salam eh. Las fe
Desde este m om ento hasta el Perío chas aproxim adas para Fayum A se
do Tinita, que com prende las dos p ri rían entre —4700 y —3800. El yaci
m eras dinastías así denom inadas por m iento de M erim de debió de com en
M anetón, se extiende un largo proce z a r antes, —5200 y te rm in a r h acia
so de unos dos mil años que ha sido —3500, presentando avances conside
co n sid erad o p o r los investigadores rables en sus últim as fases.
com o el m ás trascendente de la histo Del yacim iento de Fayum A se ha
ria egipcia. Efectivam ente, com o in dicho que puede representar una fase
dica el profesor Vercouter, en esos dos estacional de un grupo de sedentari-
mil años se creó un sistem a político, z a c ió n p a rc ia l (T rigger sig u ien d o
u na religión, un arte y una escritura. a Arkel) aunque pudiera ocurrir que
N ació el Estado unificado y, en defi el g ru p o h u m a n o a llí estab le cid o
nitiva, u n a forma de concebir la vida no estuviera en la m ism a línea de
y la muerte. evolución del Valle. E ran agricultores
D ifieren entre sí las interpretacio
nes que se h an hecho de los distintos Mapa de Egipto
yacim ientos a lo largo del valle en los Período Predinástico y Tinita
P A L E S T IN A
MAR MEDITERRANEO
Afridar
Tell Cerani·
Tell el-Faracin
f) ' Tell Macahaz·
el-Qatta.
Abu Rawash. e .W ad¡Diqla
Giza# · τ ΜΓο
sS S A an
D im ai. p'-Menphis
•Kafr Tarkhan
• •Girza
Maidum
Kom el-Ghurab· *Abusir el-Meleq SINAI
•Maiyana
•D eir el-Gabraw¡
MAR ROJO
Deir Bisra
Matmar*eel-Mustagidda
Deir Tasa· ei-Badari
Hammamiya·
•Qaw el-Kebir
Ombos
•Mesaid «Naqada»
el-Raqaqna* •Wadi el-Qash
el-Mahasna·
Abydos* Abcadiya Dendara
el-Amra· .· * «Qiff
Hiw •Qus
el-Dakhla Oasis
el-Tarif· •Khizam
el-Kharga Oasis Armant· 'Karnak
* Gebelein·
θΙ-Kab
Kom el-Ahmar· »Wad¡ Cabbad
el-Kubaniya
• Elefantina
Kurkur Oasis * D£ £ : SKhSr Bahan
Dehmit·
Dunqul Oasis#
Gerz Hussein
el-Dakka,
•Sayala
Afia
el-Shab Tushka
Badana
Faras * _ .
S e rra ·* #Qustul
„ , «Dibeira
Buhen· «Ashkeit
• Abka
Murshid W est· ‘ Gamai
Saras West·«Saras
Ambikol
Malik el-Nasir· «Tumuki
18 A k al Historia del M undo Antiguo
po sib ilid ad de que M eadi sea u n a dor. Estos diferentes puntos de vista
«provincia» de la cultura del sur. no son substancialm ente opuestos en
Por ello se considera que la últim a razón de que la unificación cultural
secuencia geerzense abarca la totali pudo venir de m ano de la unificación
dad de Egipto y que en el seno de esta política, o viceversa.
cultura tiene lugar el proceso unifíca- El yacimiento que ha dado su nom
Cerámica geerzense
Pintura de barcos y animales
(Aprox. -40 00 )
Museo El Cairo
22 A kal Historia d e l M und o Antiguo
poco el territorio valle abajo enfren cortejo qae le acom paña festeja el he
tándose a coaliciones de nom os o si cho. En el registro inferior se aprecia
p or el contrario, lucharon contra un una escena de trabajo agrícola rodea
solo Estado, es algo que no puede da de canales o de un brazo del Nilo.
afirm arse ni negarse todavía, pero hay Para Vandier se trata de la victoria so
un docum ento que apunta hacia la bre gentes del norte, pero no segui
prim era posibilidad. da de la asim ilació n del territorio
Se trata de una cabeza de m aza pi puesto que el rey porta solam ente la
riforme, de carácter votivo, proceden corona blanca del Alto Egipto. ¿Se
te de las excavaciones de H ieracón- trata del episodio de una guerra de
polis. Está tallada en piedra caliza y conquista del norte por parte del sur
presenta tres registros en la pequeña o, por el contrario, de lucha m anteni
parte conservada. E n el registro supe da p o r las gentes del N orte para sacu
rior están representados los em ble dirse el yugo establecido a n te rio r
m as de los nom os del sur de cada m ente sobre ellos por el vecino del
uno de los cuales pende, m uerta, el sur? La respuesta a esta pregunta es
ave rekhit, que debía sim bolizar a las necesariam ente delicada. N o es posi
poblaciones del Delta vencidas. En el ble saber la fecha de la cabeza de m a
registro siguiente el rey E scorpión, za del rey Escorpión pero su valora
con u n in stru m en to agrícola en la ción estilística la hace próxim a, au n
m ano, parece ab rir u n canal, sin du que anterior, a otros docum entos, los
da un acto sim bólico, m ientras que el que h ab larán de la Unificación.
El escriba Heti
Dinastía V
Museo Pelizaeus. Hildesheim
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 25
rey está representada una figura sen mo Flavio Josefo, Africano y Eusebio.
tada en una silla de m anos, que Em e M anetón recogió la tradición egipcia
ry identificaba con u n a princesa del que hacía de M enes el fundador de
norte. Le siguen prisioneros y un gran M enfis y de la prim era dinastía. El
núm ero de cabezas de ganado cobra dato está ratificado p o r la lista de
do en botín. La presencia de una gar Abydos y por el papiro de Turin. La
za real, sím bolo de la ciudad de Buto, lista de Abydos fue m andada hacer
en el Delta, parece aludir, de nuevo, a por el faraón Seti I en un corredor de
una derrota de éste. su tem plo en esa localidad para h o n
Las dos piezas citadas presentan rar a sus predecesores en el trono. El
una inform ación pictográfica y jero p ap iro de Turin, llam ad o tam bién
glífica al mismo tiempo: narran m ien C anon Real, es un docum ento copia
tras representan. Los elem entos cons do de los archivos de la cronología
titutivos del sistema de escritura están real; com ienza la m ención de reyes
ya form ados, su desarrollo durante desde m ucho antes de M enes, pero
las dinastías del Reino Antiguo com algunos de estos nom bres son de difí
pletarán su período de m adurez. Al cil lectura dado el m al estado del
m ismo tiem po se define la iconogra papiro.
fía del poder. Los altos cargos, cuyas El otro docum ento ya m encionado,
funciones sacerdotales y adm inistra de extraordinario relieve para este pe
tivas se confunden tal vez, están ya en ríodo, es la Piedra de Palerm o, verda
em brión. dero testim onio de los anales de los
El nom bre del H orus N arm er ap a reyes anteriores a Neferirkare. De los
rece en otros docum entos, e incluso diez nom bres que m enciona uno de
en el cem enterio real de Abydos; pero sus fragm entos, según Breasted, siete
tal vez el lugar m ás significativo sea llevan la doble corona. Sin em bargo,
la pared rocosa del W adi-el-Qash, en el nom bre de M enes no puede leerse
la ruta com ercial que unía Coptos, en aunque G ard in er apuntó que la dis
el Alto Valle, con Quseir, lo que de posición de los reinados apoyaba la
m uestra tal vez que la actividad del creencia de que en la época en que se
rey no se centró únicam ente en lo m i redactó, la quinta dinastía, los egip
litar. N arm er es el faraón de una di cios estaban convencidos de que M e
nastía que reina ya sobre todo Egipto. nes h a b ía sido el fu n d a d o r de la
Pero reinar puede no significar go prim era.
b ern ar y controlar el territorio y a sus A estas listas reales hay que añadir
habitantes. C abe preguntarse si esta la existencia de otros docum entos ar
conquista de N arm er constituye o no queológicos en los que puede leerse,
la U nificación que las fuentes histo aunque no sin polém ica, el nom bre
ricas y la tradición egipcia posterior de M enes: uno de ellos es un cilindro-
adjudicaron a Menes. De la interpre sello procedente de Abydos en el cual
tación de estas fuentes y de su justa aparecen juntos el grupo jeroglífico
valoración depende considerar con men y el nom bre narmer. El otro es
qué rey com enzó realm ente la prim e una tablilla encontrada en N agada
ra dinastía. en la cual el nom bre de hor aha a p a
El agrupam iento de los faraones en rece precedido del signo men. En am
casas dinásticas se debe a M anetón, bos casos está claro que el signo men
sacerdote egipcio de Sebenitos que está colocado bajo las diosas Nekh-
escribió su «H istoria de Egipto» por bet-buitre y U adjet-cobra, protectoras
orden del rey Ptolom eo II F ilópator a de la realeza del sur y del norte, res
principios del siglo III a.d.C. Del re pectivam ente. Es decir representa el
sum en de su obra, hoy perdida, hicie llam ado «nom bre de las dos D am as»
ron m ención otros historiadores co o nom bre nebti que ju n to con el nom -
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 27
bre de H orus y el de nesu-bit: «rey del punto cuando los investigadores se
Alto y Bajo Egipto», escrito m ediante m uestran en desacuerdo. Para· Em e
el ju nco nesu y la abeja bit, que sim ry el rey M enes es identificable con
bolizan las Dos Tierras, constituirán Narm er, siendo N eithhotep su esposa
los tres títulos del protocolo real. El y Aha el hijo del m atrim onio. El tér
tercer nom bre: nesu-bit no está atesti m ino men sería el nom bre nebti de
guado hasta U dim u, pero ello no im los dos reyes, padre e hijo. Pero si se
pide que pudiera existir antes. A p a r identifica al H orus Aha con M enes
tir de la quinta dinastía se añadirá un no se excluye la segunda prem isa, lo
título m ás sa-re: «hijo de Re». que daría dos reyes con el nom bre
Visto lo anterio r es fácil advertir nebti com ún que son confundidos por
que si un rey podía ser citado sola la tradición posterior en una sola per
m ente p or alguno de sus nom bres no sona. F inalm ente hay u n a tercera po
debe ex trañ ar que diferentes líneas sibilidad: el H orus N arm er, rey M e
docum entales, com o M anetón por un nes, c a m b ió su ep íte to p o r el de
lado, las listas reales por otro y los H orus Aha tras la victoria sobre el
m onum entos arqueológicos en tercer norte. Se podría aducir que dado el
lugar, citen al m ism o rey por sus dife significado del térm ino aha, visto más
rentes nom bres. La identificación de arriba, no tendría dem asiado sentido
M enes se plantea com o necesaria e adoptar este epíteto tras la conquista
inm ediata, pero ¿con quién? y en vías de una política pacificatoria.
Otros factores deben ser tenidos en En todo caso sólo la aparición de
cuenta. Del H orus Aha, cuyo signifi nuevos docum entos podría decidir la
cado «el h alcón com batiente» está cuestión en favor de una de las tres
cargado de sim bología, se conocen, hipótesis.
adem ás, otros docum entos contem Para los egipcios de épocas poste
poráneos que m uestran a este rey con riores, con M enes, sea quien sea, se
m em orando una victoria en N ubia, cerró un período de luchas al final
recibiendo tributo de los libios y fun del cual el Valle del N ilo fue unifica
dando un tem plo a la diosa N eith, p a do bajo el gobierno de una m onar
trona de Sais, en el Delta. Com o sus quía teocrática de carácter absolutista
h ab itan tes h ab ían sido com batidos que procedía de la región de Tinis, en
de form a reiterada, la fundación de las proxim idades de Abydos, donde
un tem plo en su territorio sólo puede se hizo enterrar. Estos m onarcas h a
entenderse com o un gesto am istoso bían desplazado a una dinastía más
por la consecución de una conviven antigua pero que sólo controlaba el
cia pacífica. Es en este sentido que Alto Valle. La llam ada tum ba de Na-
Vandier considera que la m ujer de gada, lugar de enterram iento de esa
Aha, N eithhotep cam bió su prim er familia, algo al norte de H ieracónpo-
nom bre p o r éste, que al estar com lis, sería en opinión de Vandier del
puesto con el de la diosa N eith signi padre de N eithhotep y suegro de Aha,
ficaría un acercam iento a las tradi y no la de este rey, com o han plantea
ciones religiosas del norte. P ueden do otros autores, que se enterraría en
conjugarse todos estos factores para Abydos. N eithhotep y su padre serían,
entender que el H orus A ha fue un lu entonces, los últim os descendientes
ch ad o r p o r la U nificación y un hábil de esa fam ilia aristocrática de Naga-
diplom ático p or la paz. da, m onarcas en otro tiem po y con la
Por lo expuesto se puede pensar cual se vincularía el grupo dinástico
que la U nificación no fue un hecho representado por M enes de Tinis, que
pu n tu al y único, sino u n proceso al fi se aseguraría así el control del Alto
nal del cual Egipto quedó unido bajo Valle y su apoyo para extender su do
un solo m onarca. Y es al llegar a este m inio a todo Egipto.
28 A k al Historia d e l M und o Antiguo
Abydos será el lugar sagrado de re nes)— Aha. Para este investigador la
poso de los reyes de las dinastías tini- dinastía term inaría con Djer y Uadji,
tas que se seguirán en terran d o allí m arcándose el com ienzo de la p ro
au n q u e desplacen el centro político piam ente dicha prim era dinastía con
más al norte, a la «M uralla Blanca», el H orus U dim u, rey Den, o con su
M enfis, cuya fu n d ació n la leyenda sucesor Adjib (Enezib) según cierta
tam bién atribuye a M enes. La im por tradición recogida en la lista real de
tancia dada a Abydos com o lugar de S akkarah. P osteriorm ente los egip
enterram iento sólo es com prensible cios reconstruirían su pasado m edio
si desde muy antiguo fue necrópolis o lv id ad o d a n d o a M enes, n o m b re
de la dinastía de reyes que propugna nebti de dos de sus reyes el peso glo
ron y con sig u ieron la U nificación. bal de la U nificación com o si hubiera
Según el profesor Kaiser esta d in as sido un hecho único y puntual, h a
tía h ab ría contenido entre diez y do ciéndole, para m ayor relieve, el fun
ce m onarcas de los que sólo los úl dador de la prim era dinastía. La h i
timos serían conocidos e identificados pótesis tiene m uchas probabilidades
com o Escorpión, Ka, N arm er —(M e de ser cierta, aunque en las líneas que
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 29
Paleta de Narmer.
Anverso y reverso
Museo El Cairo
ra con referencia a la tum ba del rey: se puede decir con certeza. Sobre la
p or prim era vez se construyó con blo identificación de los nom bres apare
ques de granito. cidos en los docum entos contem po
U dim u debió m orir antes de la m a ráneos y su relación con los que se ci
yoría de edad de su hijo A djib por lo tan en las listas del R eino Nuevo y en
cual su viuda fue reina gobernadora. M anetón hay serias discrepancias en
La m agnificiencia de su tum ba hizo tre los investigadores, sobre todo por
p en sar que se trataba de un rey, y no lo que se refiere a los últim os sobera
faltan investigadores que difieren en nos de la dinastía.
la interpretación de su parentesco real. De los cinco prim eros reyes se pue
El nom bre nebti de Adjib era mer- de decir que hay certeza en su suce
pe-bia lo que en las listas del Reino sión: 1) H orus H etepsekhem uy, rey
N uevo se transform ó en Mer-bia-p, Hetep, en M anetón Boethos, por el
que dio M iebis en griego. Sobre los Bedjau de las listas. 2) H orus Nebre
acontecim ientos de su reinado hay (o Reneb), rey N ubnefer, K akau en
que volver a los A nales de Palerm o las listas y Kaiechos en M anetón. 3)
para conocer dos victorias del rey so H orus Ninutjer, de nom bre nebti igual,
bre enem igos, presu m iblem ente en B anutjcren en las listas y Binothris
las fronteras del país; la celebración en M anetón. 4) Rey Weneg, U adjnas
de la fiesta sed; fundaciones y actos en las listas, Tías en M anetón. 5) Rey
religiosos y, lo más significativo, el es Senedj, Sendi en las listas, Sethenes
tablecim iento de u n censo en Egipto. en M anetón.
El siguiente m onarca, el H orus Se- A partir de este rey las listas m en
m erkhet, de nom bre nebti Irynetjer, cionan seis m ás y M anetón cuatro,
debió ser un usurpador, puesto que con sólo dos concordancias; pero n a
destruyó los m ateriales arqueológicos da puede decirse de ellos. El siguiente
tn donde estaban escritos los nom rey cuyo nom bre aparece en m ateria
bres. bien de Adjib o bien de Mer- les arqueológicos es el H orus Sekhe-
neith, pero el sufrió la m ism a opera mit Perenm aat que tras determ inados
ción por parte de quien le siguió en el incidentes cam bió su nom bre de H o
trono de Egipto, el H orus Qaa, nebti rus por un nom bre de Seth, Peribsen,
Senm u, pero que en las listas del Rei aunque hay autores que aseguran que
no Nuevo aparece con el nom bre de pudo llevar los dos nom bres al mis
Kebhu, p or confusión en los signos mo tiem po (Sainte-Fare G am ot). Es
em pleados. De estos últim os dos re difícil conjeturar lo que ocurrió exac
yes sólo se sabe lo que puede leerse en tam ente pero se debió suscitar algún
los Anales de Palermo, y es la celebra problem a con el norte porque el rey
ción del festival de jubileo o fiesta sed. Peribsen rom pe con la costum bre de
sus antecesores en la dinastía y se h a
ce enterrar en Abydos, antiguo centro
3. Segunda Dinastía funerario cargado de sim bolism o re
Es indudable que M anetón debía te ligioso desde el predinástico. Todas
ner sobradas razones para dar un cor las apariencias ap u n tan en u n a m is
te al finalizar el reinado del H orus ma dirección: la unidad entre norte
Qaa, tal vez en función de la docu y sur se ha roto de nuevo. A unque se
m entación de que pudo disponer. Efec ha apuntado que Peribsen pudo ser
tivam ente, un a nueva fam ilia tom a el un usurpador que se leVantó en a r
poder en Egipto y rom pe con algunas mas contra el régimen establecido, la
costum bres puesto que deja de ente opinión m ás generalm ente adm itida
rrarse en Abydos, por lo m enos hasta hoy considera que Peribsen tuvo que
el reinado de Peribsen. Es posible que replegarse al Alto Egipto a causa de
fuera originaria de M enfis, pero nada la sec esió n del n o rte. D u ra n te la
32 A k a l Historia del M undo Antiguo
•Samannud
A busir· *el-Rubcalyin
Tell Basta
Kom Abu Billo< ·. , · ·ΤβΙΙ ei-Rataba
Tell Atrib
•Tell el-Yahudiya
Ausim «Heliópolis
Abu Rawash, Qiza
Abuslrv Abu GhurabV *Tura
o .. u) ■ Mentis
S a k k a ra h / Dahshur* *Wadi el-Garawi
*Umm el-Sawan
Widan el-Faras
•Maidum
«Tihna
•Zawyet el-Amwat
•Beni Hasan
• Deir el-Malik
Shiekh Catiya
%Quseir el-Camarna
»Delr el-Gabrawi MAR ROJO
D ara·
Farafra Oasis 90 km. Asyut Hammamlya
•Q aw el-Kebir
•Akhmim
, ^ . Wadi Hamama
Hagarsa. Nagc el-Deir ·
el-Raqaqna· ·
el-Mahasna· «Gphpiaw
Abydos. wa-l-Sa,yad;Geenbde'faw
_... Wadi Hammamat
«Naqada»* * Q |ft ·
el-Dakhla Oasis el-Tarif·
* •Karnak Bir Menih
•Am hada •Tod
•Balat Gebelein·
•el-Kab
Kom el-Ahm ar·
Edfu<
Mueilha
•Gebel el-Hammam
Hagar el-Gharb»
Wadi Abu Agag
Elefantina
•Qara
WAWAT
•Quban
• Umm Cashira
Turnas
* «Tonqula
Khor IRTJET
Tushka·
Buhen· ZATJU
A k a l Historia d e l M undo Antiguo
38
decasqueno», com o parece probarlo rona Blanca de Snefrw sobre la Puerta Me
una estela de época ptolem aica lla ridional» y «la Corona Roja de Snefrw so
m ada «del ham bre» que reivindica bre la Puerta Septentrional». Fabricación
para los sacerdotes de K hum la pose de las puertas del pabellón real en madera
de pino. Octavo censo.- Nivel del Nilo: dos
sión del territorio «concedido p o r el
codos, dos palmos, dos dedos y medio.
H orus Netjerikhet».
De los sucesores de D jeser se pue «Anales de Snefrw en la Piedra de Palermo»
de decir muy poco. El prim ero es el (Versión de Roccati)
H orus Sekhem khet, rey Djeser-Teti El presente texto recoge tres de los
constructor de un a pirám ide in acab a años del reinado del prim er rey de la
da en el m ism o Sakkarah (Lauer) y dinastía IV, seleccionados entre los
cuyo nom bre, com o el de sus dos an que pueden leerse m ejor del fragm en
tecesores, figura en u n a inscripción tado documento. Su com prensión per
del Wadi M aghara, en el Sinaí m eri mite hacerse una idea del tipo de acon
dional, lo que pru eb a expediciones tecim ientos que m erecían ser legados
organizadas posiblem ente en busca a la posteridad.
de cobre y turquesas. C o n sig n a la P ie d ra de P alerm o
El siguiente es el H orus K haba, que otros com o el enfrentam iento con li
em pezó a con stru ir la p irám ide de bios, la confección de estatuas de oro
Zawret-el-Aryam y cuyo nom bre se del rey y la construcción de fortale
ha podido confirm ar tam bién p o r va zas. E n esta últim a actividad destaca
sos en p iedras d u ras (Arkell) pero el prim er rey de la cuarta dinastía:
del que no se sabe más. term inó la pirám ide de su predecesor
Es posible que su sucesor sea un tal H uni, com o ya se ha visto, y constru
N ebkare que cita la lista de Sakkarah, yó dos pirám ides m ás en D ahshur,
pero nada puede asegurarse. una rom boidal, otra regular, la prim e
El últim o rey de la dinastía es H uni ra pirám ide verdadera (Edwards).
que estableció un control m ilitar en Snefrw, al cual el Papiro de Turin
Elefantina y se hizo construir la pi hace reinar veinticuatro años, sucede
rám id e de M edum , term in ad a por a H uni, siendo hijo de éste y de Ni-
Snefrw. m aathep, probablem ente, pero se ca
sa con la hija de la esposa principal,
su h erm an a Heteferes, cuyo m obilia
2. Cuarta Dinastía rio funerario m uestra una calidad y
belleza excepcionales que prueban la
El año en que se fabricó (para Snefrw) el im portancia del reinado de Snefrw en
'barco «Alabanza de los Dos Países» de
producción de objetos de lujo, signo
diez (decenas de) codos en madera de
merw y sesenta barcos de dieciséis (dece
de una riqueza extraordinaria.
nas de) codos - Aniquilación del país de El texto ofrecido presenta algunos
los nubios. Prisioneros capturados: siete de los acontecim ientos m ás im por
mil. Cabezas de ganado: doscientas mil. tantes para ju zg ar lo anteriorm ente
Construcción de la fortaleza del Alto y Bajo dicho. La actividad constructiva se
Egipto «Los Dominios de Snefrw». Llegada com plem enta con el hecho de cono
de cuarenta barcos cargados de pinos. Ni cer al m enos dos expediciones para
vel del Nilo: dos codos y dos dedos. traer m adera del Líbano, una de ellas
El año en que se fundaron treinta y cinco
con cuarenta barcos, m adera que se
grandes fincas (para Snefrw) con ciento
veintidós animales, se ha construido un
em p leab a fu n d a m e n talm e n te en la
barco «Alabanza de los Dos Países» de construcción puesto que para objetos
diez (decenas de) codos en madera de pequeños y m obiliario se utilizaban
Merw. Séptimo censo.- Nivel del Nilo: cin m aderas africanas, m ás duras.
co codos, un palmo, un dedo. Las guerras, o m ás bien incursio
El año en que se le ha construido la «Co nes, contra los vecinos indican que la
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 39
ción así m antenida y puesta por escri «El año primero, mes siete, día once. El
to es digna de tenerse en cuenta, pero rey del Alto y Bajo Egipto aparece. Unión
como las listas de reyes del R eino de los dos Países. Hacer la vuelta del mu
Nuevo om iten los últim os nom bres ro. Fiesta del ensalzamiento del rey. Traer
sólo es posible p ensar que reinaron al mundo las insignias de dos Ofois y de
aquéllos que acompañan los dioses que
poco tiempo. El hecho a señalar es
reúnen los dos Países. En el terreno que
que la lista contiene realm ente a un está ante la zona inundable elegir el lugar
padre y a cuatro de sus hijos y tenien de la pirámide «Shepseskaf está reaviva
do en cuenta el papel representado en do» (...) Nivel del Nilo: cuatro codos, tres
la historia del Antiguo O riente por palmos, dos dedos y medio».
los harenes reales no es im posible Anales de Shepseskaf en la Piedra
suponer que, efectivamente, el final de Palermo
de esta d in astía se vio oscurecido (Versión de Roccati)
por luchas por el poder que, como
ya se ap u n tab a an teriorm ente, po Este fragm entado texto tiene, real
dían incluir el asesinato del prim o mente, pocos datos de verdadero inte
génito. rés sobre los acontecim ientos del rei
El siguiente m onarca conocido por nado. Inform a, sin em bargo sobre de
las fuentes es el H orus Kakhet, rey term inados actos rituales com o el de
Menkawre, M encheres en M anetón, la coronación, sim ilar al jubileo real
que le asigna sesenta y tres años de o fiesta sed. Frases tam bién rituales
reinado. El Papiro o C anon de Turin com o «traer al m undo» cargan de
le da dieciocho años, aunque el dato sentido sim bólico el hecho de cons
no es seguro p o r lo que G a rd in e r truir o levantar estatuas, de los dioses
piensa en veintiocho. El nom bre co o de los reyes, o la confección de cual
nocido por la tradición herodotea es el quier otro objeto que esté cargado de
de Micerino, constructor de la tercera contenido religioso.
pirámide, que aunque más pequeña Si se ha de hacer caso al C anon de
estaba destinada a ser m ás bella si se Turin, Shepseskaf reinó cuatro años.
hubiera llevado a térm ino el proyecto Esto puede explicar que su tum ba sea
inicial de revestirla de granito rosa. sensiblem ente m ás reducida que la
M enkawre era hijo de K hefrén y, de sus predecesores en la dinastía,
probablem ente, de una esposa secun aunque no p o r ello deja de ser una
daria, dado que se casa con su her enorm e construcción con form a de
m ana, la p rim ogénita de K hefrén, sarcófago. Los recursos del reinado
Kameremebti, hija de la gran Esposa debieron de ser reducidos si se tiene
Real y, por lo tanto, heredera legal. en cuenta que se term inó con ladrillo,
Micerino continúa así la tradición de m aterial barato, el conjunto funerario
la dinastía para acceder al trono. El que M icerino había dejado inacabado.
grupo escultórico del M useo de Bos Los investigadores no se ponen de
ton representa a los dos esposos del acuerdo sobre el parentesco de los
mismo tam año, iguales p o r lo tanto personajes aparecidos en los m o n u
en dignidad (C. Desroches) y con la m entos coetáneos y ello tiene enorm e
mirada en el infinito. im portancia para explicar el cam bio
Tras M icerino se m antiene la oscu de dinastía. Para unos, Shepseskaf se
ridad, las listas m en cio n an cuatro casó con Bunefer, hija de M icerino y
nombres pero el único legible, en la la G ra n Esposa Real K am erem ebti.
de Abydos, es el del rey Shepseskaf, Otros piensan, sin em bargo, que la
Horus Shepseskhet, hijo de M icerino esposa de S h ep sesk af fue la reina
y a quien M anetón denom ina Seber- K hentkaus, hija tam bién de M iceri
cheres. La Piedra de Palerm o contie no. Verdad es que las dos hipótesis
ne algunos de sus hechos: son com patibles y sobran ejemplos.
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 43
da reina Khentkaus, m ujer de U ser fue tom ado prisionero, e indican, asi
kaf y m adre de Sahure y Neferirkare. mismo, los anim ales capturados. D a
El C anon de Turin le adjudica doce do que de otros fragm entos de los re
años pero de la lectura de la Piedra lieves pueden deducirse las referen
de Palermo, teniendo en cuenta los cias al Sinaí se hab ía pensado que el
censos que cita, se puede interpretar rey, efectivam ente, atacó a los libios.
que reinó quince. Sin em bargo, la aparición de relieves
De este docum ento se extrae infor sim ilares en m onum entos de Niuse-
m ación sobre las donaciones de tie rre y Pepi 1 plantea la duda de si no se
rras situadas en diversos nom os, casi trataba de im ágenes y textos estereoti
todos del Bajo Egipto, y hechas a di pados copiados de algún m onum ento
ferentes dioses. Las referencias a las perdido de un rey anterior (Rocca-
m aterias prim as obtenidas en expedi ti), con lo cual carecerían de valor
ciones al país de P u n t —en la costa histórico. Q ueda el beneficio de la
de Som alia— y al Sinaí, de las que se duda.
cita incluso la cantidad, se pueden N eferirikare-K akai, H orus Wserk-
poner en relación con los relieves del hew es el herm ano y sucesor de S ahu
complejo funerario en Abusir. A u n re. Se ha supuesto que bajo su reina
que m uy destruidos d an a entender do se realizó la Piedra de Palerm o,
que el rey Sahure realizó u n a expedi y por real orden se term inó con su
ción contra los libios, cuyo príncipe m uerte. Los años ahí recogidos su
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 45
Pintura mural.
Ocas de Medum.
Tumba de Nefermaat
(Aprox. -2620)
Comienzos del reinado de Snefrw
solar del rey, precisam ente para el diante una ram pa al tem plo elevado,
que se construye u n canal alrededor y éste abierto, con u n obelisco en su
se levanta u n m uro que presum ible centro que se eleva sobre una base
m ente rodeaba el barco solar, y cita tronco-piram idal. Las ruinas del com
concretam ente «en la esquina m eri plejo funerario de Niwse re perm iten
dional del san tu ario solar Setibre». conocer la estructura general de este
Este tem plo, sin em bargo, no ha sido tipo de construcciones. Se tiene noti
aún encontrado. cia, por otra parte, de que este rey or
Y con este rey term ina sus Anales ganizó una expedición al Sinaí.
la Piedra de Palerm o. N o será pues Le sucede M enkawher, Horus Men-
de extrañar que del resto de los fa khew que debió reinar ocho años, se
raones de la dinastía apenas se pue- gún el C an o n de Turin. A continua
A k al Historia del M undo Antiguo
46
ción Djedekarre-Isesi, H orus Djedek- presionantes, se puede com prender
hew al que M anetón atribuye cuarenta que los recursos de estos reyes siguie
y cuatro años de gobierno, aunque la ron siendo enorm es, si nos sustrae
referencia a su censo de ganado, nú mos de la im presión que producen
m ero veinte en los archivos del tem los m onum entos de la dinastía IV.
plo de Kakai perm ite m atizar que al
m enos treinta y nueve son seguros. Y 4. Sexta Dinastía
finalm ente el rey Wenis (Unas), H o
rus Wadjetawi, al que el Papiro de Tu El paso de una dinastía a otra se p ro
rin da treinta años. Su im portancia dujo posiblem ente sin ningún tipo de
estriba en ser el constructor de la pi problem a. Así parece desprenderse
rám ide en la que aparecen p o r prim e de la biografía de Kagem ni, que h a
ra vez los «Textos de las Pirám ides», bía em pezado su carrera con el rey
vasta extensión de referencias religio D je d k a rre -Isesi, siguió con W enis
sas e históricas transm itidas por tra (U nas) y llegó a visir con Teti (Strud-
dición oral desde los rem otos tiempos wick).
predinásticos y de los que es posible El H orus Seheteptawi, rey Teti, a
pensar que constituían libros sagra quien M anetón denom ina Othoes de
dos para uso de los sacerdotes y que bió reinar unos doce años. Esposó a
éstos leían en las cerem onias de en una hija de Wenis, de nom bre Ipwt,
terram iento. que será la m adre de Pepi I y cuya
C on U nas ha term inado la quinta tum ba se encontró en Sakkarah. Del
Dinastía. El desarrollo histórico, prác análisis de los cargos de sus altos fu n
ticam ente desconocido, com o se ha cionarios puede deducirse que llevó a
visto, no perm ite com plem entar las cabo m edidas para centralizar la ad
deducciones que los investigadores m inistración de los nom os (Baer), es
h a n efectu ad o so b re la ev o lu ció n pecialm ente en el sur del Alto Egipto,
de la adm inistración (Kanawati, Strud- tal vez en relación con una posible
wick) que en b u en a parte d esc an evidencia de expedición a N ubia.
san sobre el a n á lisis de los n o m D ebió de m antener relaciones con
bres de cargos políticos y adm inis Biblos pues allí h a n aparecido vasijas
trativos. con su nom bre. Siguiendo con la cos
Del estudio de los cem enterios los tum bre ya establecida concedió exen
especialistas están de acuerdo en afir ciones tributarias al tem plo de Aby
m ar que se deduce un debilitam iento dos. Sin duda m urió prem aturam ente
del poder del faraón o, lo que parece y hasta M anetón llegó la leyenda de
m ás exacto, de u n a atenuación de su que le h a b ía n m atado sus propios
disponibilidad de recursos. La noble servidores. Su tum ba está tam bién
za y los altos cargos de la adm inistra en Sakkarah.
ción del Estado se ven beneficiados E n razón de su corta edad no sube
ahora, por concesión real, con ente al trono su hijo, el futuro Pepi I, por
rram ientos m ás próxim os, en tam año lo que debería h ab e r quedado la viu
y com plejidad, en decoración y rique da, Ipwt, com o reina gobernadora.
za, a las tum bas de los m onarcas. De Pero no es así y en su lugar aparece
la lectura de los anales reales en la en las listas del R eino Nuevo el nom
Piedra de Palerm o se ha visto tam bre de Userkare, del que no se sabe
bién el enorm e increm ento de las do nada, a lo sum o que puede ser identi
naciones de bienes y tierras a los tem ficado con el Ity que aparece en una
plos. Esto m erm ó considerablem ente inscripción del Wadi Ham m am at. Allí,
el patrim onio real, pero si se tiene en u n fu n cio n ario d eja co n stan cia de
cuenta que los tem plos solares debie su m isió n p a ra b u sc a r p ied ra con
ron ser construcciones realm ente im destino a la pirám ide real, de la que
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 47
Sharica al-Ahram
(Avenue ol the Pyramids
modern village ol
s,. Ñazlet el-Simman
pyramid of Khulu ^ /A vs
[western mastaba fielc
Hetepheres' tomb
L yA s
(vizier oI Κιng KhuUi{~ β Π□ □ □ □ □ □ n r jü D
eastern
mastaba
Jie id
mastabas
rock-cul
tombsi
pyramid ol Khephten
central field
□ ΠΠ
! subsidiary pyramid
ol maslabas and
rock-cul tombs 00Lt valleyiemple
k it u r r n
pyrai'iid ol Menkaure satcoph'agus-shaped
K 71 tomb ol Queen
Khenlkaus I t_ p T ¡ 1
causeway
vailey lemple
V mortuary
pyramids ol queens *en’P'e
ι>>'ιν1 !Ά '
rock cul
tombs
da el nom bre: «La Potencia de Ity». Plano de Giza y sección de las pirámides
D ebido a la falta de inform ación (Según Baines-Málek)
coetánea sobre este personaje puede
pensarse que fue asociado al poder gerido (K anaw ati) si el clero de Re
con la reina gobernadora, la m adre pudo tener algo que ver con el cam
de Pepi I, au n q u e no se sabe en cali bio dinástico y puede plantearse si lo
dad de qué. tuvo con el cam bio de nom bre del
El H orus M eritawi cuyo nom bre de rey. El hecho puede ser significativo
coronación fue prim ero N efersaker y si se tiene en cuenta que su padre Teti
después M eri-re, de nom bre personal no tenía ninguno de los nom bres com
Pepi, y al que M an etó n llam a Fíops, puestos con Re y por contra aparece
fue sin duda el últim o m onarca im la figura de U serkare en el interregno
portante del Reino Antiguo. Se ha su- entre padre e hijo. ¿No sería Userkare
48 A k al Historia d e l M undo Antiguo
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 49
Sirva de ejem plo este fragm ento de tropas reclutadas tam bién lo apoya.
la larga biografía de Weni. Por lo que Envió a Edfú a uno de sus hom bres
se desprende de su lectura com pleta, de confianza, M erinefer, con la m i
W eni fue el coo rdinador y general en sión de estudiar la expansión m ilitar
jefe de la expedición y de las que se hacia el sur.
sucederán después. A unque no se ha A unque éstas son actividades de un
podido conocer con exactitud el al gran organizador algo ha cam biado
cance geográfico de estas expedicio por dentro en Egipto. La pérdida de
nes puede pensarse que irían orienta ciertos «valores» típicos de la realeza
das a pacificar las regiones «de los teocrática es ya un hecho. U n com
habitantes de la arena», es decir, ge plot p o r p arte de la reina favorita
néricam ente desde el Sinaí hasta Pa am enaza a Pepi I. Para juzgar a la
lestina M eridional.
D edicó tam bién Pepi I su atención
Templo solar de Sahwre en Abu-Guzob
a la región de N ubia. La presencia de Plano y reconstrucción
contingentes de esta región entre las (Según Stevenson Smith)
(8)
(6)
(3)
(i)
I2J. Abusir, pyramid complex of Sahurj. Dynasty V. Plan,
entrance to burial chamber; {9) subsidiary pyramid
Pintura mural.
Mastaba de Ti Kakkarah
Dinastía V
Egipto. Epoca Tinita e Im perio Antiguo 53
5. La sociedad durante el
Reino Antiguo
La civilización creada durante el Rei
no Antiguo constituye el conjunto de
tópicos que los egipcios de épocas
posteriores c o n sid erará n ca n o n de
im ita c ió n o b lig ad o . A p arte de las
añoranzas de pasados logros, rasgo
com ún a tantos pueblos y épocas, en
los dos mil años de cultura faraónica
que se sucederán después los egipcios
no dejaron de volver la vista atrás, tal
vez por la m era razón de que la civili
zación del prim er reino fue la cristali
zación de un a larga infancia predi-
nástica y, aunque, por otra parte, el
período no puede ser considerado co
mo un a E dad de O ro en el desarrollo
político, si es posible aceptar que sig
nificó la consolidación de una cultu
ra com o proceso de interacción entre
el hom bre y su medio.
El período no estuvo, sin embargo,
exento de vicisitudes y resquebraja
m ientos políticos, secesiones, usu rp a
ciones, guerras civiles, crisis alim en
tarias y luchas p o r el poder. Así lo
pueden dem ostrar los escasos datos
obten id o s a través del an álisis a r
queológico o las consideraciones que
es posible efectuar sobre los cam bios
en la ideología religiosa. Y es acepta
ble p en sa r que estos problem as se
dieron en m ucha m ayor m edida que Estatua de Merire-hachetet
lo que los docum entos históricos per Procedente de su tumba de Sedment
m iten suponer. Algunos de ellos pue- Museo El Cairo
54 Akal Historia de l M undo Antiguo
que el texto del visir P tahhotep refleja rios civiles, m ilitares y eclesiásticos.
ciertos «ideales» de la clase superior En un principio no existiría una
vistos con cierta nostalgia en un m o burocracia com pleja y su organiza
m ento político en el que las riendas ción tendría seguram ente característi
del poder no estaban sujetas con fir cas fam iliares porque todavía en la
meza, com o parece dem ostrar la reac cuarta dinastía los visires son los h i
ción autoritaria del rey Teti. jos de los reyes no destinados a suce-
La im portancia del cargo de visir derles. D urante la cuarta y la quinta
h ace re salta r lo a n te rio rm e n te ex dinastía el visir es tam bién el p o rta
puesto. La palab ra egipcia que lo de dor del sello, pero no así en la sexta.
signaba era Tayty-zab-tjaty pero no Tam bién hasta la sexta hubo un solo
aparece hasta el reinado del faraón G o b ern ad o r del Alto Egipto.
Snefrw, en la persona del visir Nefer- Antes que apareciera el título que
maat. Su significado y sus atribucio se traduce por visir existía el «Super
nes son im portantes pero el hecho de visor de las G randes O bras del Rey»,
no existir el cargo en las dinastías a n título que, por ejem plo, llevó Im ho
teriores perm ite plantearse que el po tep, el gran arquitecto de Djeser, al
der que conllevaba h ab ía sido deten que sólo en época tardía se le m encio
tado p o r fu n c io n a rio s diferentes e na com o visir.
indudablem ente ello tiene un sentido A los cargos m ás altos de la A dm i
que está en relación con la centraliza nistración, com o S uperintendente de
ción del poder llevada a cabo p o r los las G randes Casas, Supervisor de los
fuzones de la dinastía III y que cul Escribas de los D ocum entos del Re>,
m ina con la construcción de las gran Supervisor de las G randes O bras, Su
des P irá m id e s de Snefrw , K hufw , perintendente de los G raneros, Supe
Khafre y M enkaure. rintendente de los Tesoros y Visir, por
El título de Tayty-zab-tjaty va, ge ejem plo, se u n ían otro conjunto de
neralm ente, unido a otra serie de car cargos y títulos cuya función no está
gos en la línea de los más im p o rtan dem asiado clara, com o el caso de los
tes. Pueden citarse com o ejem plo al Amigos Unicos, que se concedía a los
gunos de los del m ism o Ptahhotep, que servían bien al rey en puestos im
inscritos en la falsa puerta de su tum portantes, pero que a veces desem pe
ba en Sakkarah: «Amigo U nico, Su ñ ab an m isiones especiales sin un car
perintendente de las O bras, Superin go d eterm in ad o que los designara.
tendente de todos los docum entos es Tal es el caso de Weni que desde su
crito s, C a n c ille r del rey del Bajo pequeño puesto de funcionario con
Egipto, S u p erin ten d en te del D oble Teti asciende a gran personaje del Es
G ra n ero , S u p erin ten d e n te del D o tado y Amigo U nico con Pcpi I, de
ble Tesoro, Superintendente de la D o sem peñando funciones de Juez Su
ble Oficina del Sello, Superintendente prem o, G o b e rn ad o r del Sur, In ten
de la Doble C asa del Oro» (Strud- dente G eneral, G eneral en Jefe de
wick). expediciones m ilitares y resolvien
U n cierto orden jerárquico se acep do gestiones que pertenecían a co n
ta para algunos de los títulos y cargos textos m uy diferentes com o son la
designados con los térm inos: mer; Justicia, el Ejército, las O bras P úbli
Kherep; shedj; imy-khet\ en orden de cas, el Interior y la M arina M ercante
crecien te (Helcíc, B aer). N o sie m (M ontet).
pre todos los cargos im portantes los Esta diversidad de funciones de que
ostenta la m ism a persona e incluso gozaron los altos cargos, conocidos
en algunos m om entos hubo dos visi por las autobiografías de los persona
res. H ay que a ñ a d ir, ad em ás, que jes inscritos en sus tum bas, no parece
no h abía separación entre funciona darse en funcionarios de escala me-
Egipto. Epoca Tinita e Imperio Antiguo 57
ñor, como militares profesionales que ron bajo la quinta y la sexta dinastía.
se ocuparon, eso sí, de expediciones En el estado actual del conocimiento
tanto en tierra como naúticas. Un sobre la materia es difícil plantearse
«canciller del dios (dios-rey)», el más si este conjunto de individuos consti
alto cargo de la m arina es también tuía un grupo suficientemente nume
«general» de ejércitos en tierra y un roso para poder clasificarlos como
«jefe de auxiliares nubios» puede ser clase media. Es evidente que ellos, co
tam bién «capitán de navio» (Che- mo el nutrido número de servidores
vereau). Se conocen más de un cen adscrito a templos y palacios, eran la
ten ar de nom bres de oficiales del base de la clase poderosa, pero ante el
ejército que cubrieron puestos tanto total desconocimiento de la clase cam
en tierra como en barcos, muchos de pesina, y sin una base firme para es
ellos hijos y padres de gentes de la tablecer porcentajes relativos, cual
profesión. La mayoría de ellos vivie quier consideración en este sentido,
El enano Seneb, «Jefe del ropero del rey»,
y su familia
Comienzos Dinastía V
Museo El Cairo
58 A kal Historia d e l M undo Antiguo
Pero dado que el cam pesino, los ción del concepto de com pra que se
anim ales y los instrum entos de b a ha pretendido ver en u n a parte del
lanza están adscritos a la tierra, se texto de M étjen no es sino producto
p lan tea el hecho fu n d am en tal que de una traducción incorrecta. Q ueda
convierte al tem a de la propiedad del sim plem ente pendiente el problem a
suelo en el eje central sobre el que gi de la herencia.
ra la com prensión de todo el fenóm e En prim er lugar hay que indicar a
no social egipcio. los entusiastas de la propiedad priva
La F undación F u neraria de los re da que los testim onios cuya interpre
yes im plica colegios de sacerdotes, a tación se discute son escasísim os in
veces con existencia continuada du cluso dentro de la clase dirigente, y
rante cientos de años, tierras en ex p o r cierto en la cúspide de dicha cla
plotación p ara m an ten er a todo el se. En segundo lugar, se hace necesa
personal, sacerdotal y adm inistrativo, rio precisar que la delegacoin o con
servil y cam pesino, que pertenece el cesión de usufructo persigue a veces
com plejo. A nálogo sucede con los el mismo fin que los decretos de exen
tem plos de los innum erables dioses, ción, y es que se respete por las auto
aunque sólo unos pocos fueron eco ridades de reinados posteriores. Y si
nóm icam ente fuertes. Idénticam ente se puede com probar para las funda
ocurre con las fincas adscritas a p ala ciones reales que no se respetaron sus
cios o a personas reales. De la m ism a privilegios de im punidad, ¿qué puede
m anera hay que considerar a las ciu pensarse para aquellos casos de p ar
dades correspondientes a las p irám i ticulares, por m uy im portantes que
des, en las que los artesanos residen y fueran sus fam ilias en u n m om ento
trabajan decenas o centenares de años. dado? Es evidente que el faraón rei
Las tierras se reagrupan o se redistri nante disponía del país con la autori
buyen, así nos lo presenta la inscrip dad y disposición que le perm itía la
ción de M étjen, funcionario del rey vieja concepción tribal del suelo co
Snefrw, que organiza fincas para el m o algo explotado p o r la com unidad,
rey, y que parece m antener otras en y cuya organización está adjudicada
explotación com o herencia familiar. al jefe.
Su inscripción biográfica, en su tum A p esa r de lo expuesto hay que
ba de Sakkarah, ha sido m uy estudia añ ad ir algo que parece contradicto
da y los investigadores no se ponen rio. Existe la pequeña propiedad fu
de acuerdo sobre las im plicaciones neraria; lugar y tum ba regalados vo
que su lectura indica sobre la existen luntariam ente por el m onarca a sus
cia o no de la propiedad privada. Sin amigos y favoritos. D icha propiedad
em bargo el investigador B. M enu es era generalm ente visitada por genera
tajante en el análisis del problem a: ciones de familiares. Pero esto no pue
«1.°: En Egipto no existía noción de de ser utilizado com o argum ento de
propiedad privada e individual. 2.°: herencia. Y los endebles indicios de
En todas las épocas de la historia fa una propiedad testada quedan al ar
raónica la utilización del suelo proce bitrio de la voluntad del rey donante
de de «delegaciones en cadena». 3.°: que cuando otorga un privilegio suele
La propiedad em inente de las tierras indicar el núm ero de generaciones a
pertenece al faraón en u n a evolución las que perm ite traspasarlo.
natural desde el R eino A ntiguo hasta H ay que insistir, sin em bargo, en
la dinastía XIX» (M enu). que la inform ación sobre estos pro
Estas consideraciones adquieren su blem as está restringida a la parte más
justo valor ante el hecho de que no encum brada de la clase dirigente, y
existe ningún testim onio ni de venta que la práctica de ciertos privilegios
ni de alquiler de tierras. La atribu no debe perm itir hacer extensivas al
60 A k al Historia del M undo Antiguo
N. Huni
Bibliografía