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La Vida del Seguidor de Jesús 06

(Mateo 5:31,32; 19:3-9)

INTRODUCCION:

1.- ¿Qué ENSEÑABA La LEY sobre El DIVORCIO? (Deuteronomio 24:1-4; Mateo 19:7-8)

La ley de Moisés no contemplaba el adulterio como causa de divorcio. La razón


es sencilla: todo adúltero tenía que ser apedreado hasta morir (Deut. 22:22) Así
se ponía fin al matrimonio, pero no por divorcio. ¿Cuál era, entonces, el
objetivo del divorcio por otras causas?

Llanamente, para controlar y regular una situación que se había vuelto caótica y
proteger a la mujer del marido que podía despacharla sin más, mientras que si
existía divorcio por medio le daba la posibilidad de rehacer su vida con otro
hombre. De estos textos se desprenden tres principios:

1.1.- El divorcio estaba limitado a cierta causa (v.1)

Hallar alguna cosa indecente o vergonzosa era causa de divorcio. Algunos han
dicho que esto indecente era el adulterio, pero ya hemos visto que no puede ser,
porque dice el texto que la mujer puede casarse de nuevo. El término traducido
por indecente o vergonzoso, significa una conducta impropia. La ley no
fomenta el divorcio ni lo aprueba, simplemente lo tolera. El motivo lo
menciona Jesús: por la dureza del corazón de ellos.

1.2.- El que repudiaba a su mujer tenía que darle carta de divorcio (v.1,2)

Antes de la Ley podían arrojarla de su casa abandonándola a su merced sin


recurso alguno. Con el fin de proteger a la mujer, la Ley exigía que se diera
carta de divorcio delante de dos testigos y quedaba libre para casarse de nuevo,
poniendo en evidencia lo serio del matrimonio.

1.3.- El hombre que se divorciaba de su mujer no podía casarse


de nuevo con ella (v.3-6)

Tenía por objeto mostrar que el matrimonio no era algo que se podía contraer y
disolver de cualquier manera, sino que era irrepetible. Israel no era Hollywood.
2.- La ENSEÑANZA de Los ESCRIBAS yFARISEOS (Mateo 19: 3,7)

Vimos que la Ley no ordenaba que el hombre se divorciara de su mujer, sino


que ponía restricciones al varón, pero los escribas y fariseos enseñaban que
Moisés lo había ordenado y después añadían que podían divorciarse por
cualquier causa.

Habían otorgado a la frase alguna cosa indecente el significado de cualquier


tipo de impureza que se les ocurriera. La consecuencia era que en el tiempo de
Jesús se cometían terribles injusticias contra las mujeres que eran repudiadas
por las razones más indignas y superficiales. Había dos escuelas rabínicas, una
era estricta y la otra liberal. La primera era la de Shamai, que entendía que el
hombre no podía despedir a la mujer a menos que ésta le fuera infiel.

Pero la interpretación más extendida era la de Hillel, que permitía el divorcio


por cosas tan insignificantes como un plato mal guisado. El rabino Akiba
escribía: Puede repudiar el hombre a su esposa si ha encontrado a una mujer
más bella que la suya, ya que está escrito: Si uno se casa con una mujer y luego
no le gusta...

2.1.- La enseñanza de Jesús (Mateo 5:32; 19:4-6,9)

Jesús no presenta una nueva ley, sino que nos remite al plano ideal, al mandato
que se halla en el origen de las intenciones de Dios para el hombre y la mujer.
(Génesis 2:24) Jesús corrige a los fariseos.

Moisés permitió esta práctica debido a la dureza del corazón humano. La


lección del Señor es: Sólo existe un motivo legítimo de divorcio a los ojos de
Dios, cuando se ha adulterado. La infidelidad destruye la unión expresada en la
sentencia divina: y los dos serán una sola carne. En el AT, la infidelidad
disolvía el matrimonio mediante la muerte de la parte culpable.

El cónyuge inocente podía casarse de nuevo. La enseñanza de Jesús admite el


divorcio para liberar al marido en caso de adulterio de la esposa o para liberar a
ésta cuando el adulterio lo comete el hombre (Marcos 10:11,12)

Jesús abroga el castigo mosaico y legitima el divorcio por causa de adulterio. La


Ley toleraba el divorcio por la dureza del corazón humano. La normativa que
introduce Jesús anula dicha tolerancia. Jesús permite el divorcio en caso de
adulterio porque esta ruptura no depende de Dios, sino de los cónyuges.
Se trata del fracaso del amor humano; no es cuestión del amor de Dios. La
infidelidad destroza la pareja. No se trata de que Dios instituya el divorcio. Esto
es siempre un mal, incluso cuando es un mal menor.

Lo que hace Jesús es señalar la realidad del divorcio como un hecho innegable
producido por la infidelidad. El divorcio disuelve el matrimonio.

CONCLUSIÓN: Hemos comentado la enseñanza de Jesús sobre el divorcio


para con los creyentes. Las leyes humanas, y nuestra sociedad, se mueven con
otros valores contrarios al evangelio, pero no debemos olvidar que Jesús remite
a sus oyentes al mandamiento que es para todos los seres humanos, tanto si son
creyentes o no.

Es fundamental que, para testimonio a nuestra sociedad, empecemos por


guardar los principios del Reino expresados en el Sermón del monte.

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