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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

La cuarta revolución
industrial: El impacto de
la globalización
Problemas socioeconómicos y políticos de
México
Rubio Lamas Kenia Xochiquetzalli
12/03/2018
La cuarta revolución industrial: El impacto de la globalización

Es inherente pensar en globalización cuando hablamos de una revolución


industrial, sobre todo si, como Klaus Schwab en su libro La cuarta revolución
industrial, se trata de predecir los retos a futuro en una nueva etapa industrial.

Es importante analizar los prospectos a futuro que el autor plasma en su libro,


para saber de manera general y sin exactitud los retos que enfrentará el mundo
en esta nueva etapa, y de este modo tener herramientas que nos guíen de
manera no exacta.

La interacción cíclica entre la tecnología, la globalización y la revolución


industrial, genera de manera directa cambios en las sociedades modernas y el
mundo puesto que el aumento o progreso de la tecnología provoca cambios en
pro de la globalización y ésta a su vez y a la larga genera un cambio industrial
(como es el caso de la cuarta revolución industrial).

Es por eso que en el presente ensayo se tratará exponer la estrecha relación


entre la globalización, de dónde viene, los cambios que ya genera hacia la
siguiente revolución industrial, las tecnologías que influyen e influyeron en las
distintas etapas industriales y el papel en la sociedad mexicana como país en
desarrollo (oportunidades, peligros, ventajas y desventajas).

La primera revolución industrial abarcó desde aproximadamente 1760 a 1840,


ésta fue causada por la construcción del ferrocarril y la invención del motor de
vapor, que a su vez marcó el comienzo de la producción mecánica.

La segunda revolución hizo posible la producción en masa, fomentada por el


advenimiento de la electricidad y la cadena de montaje, se hizo presente DE
finales del siglo XIX a mediados del siglo XX.

La tercera revolución industrial inició en la época de los sesentas y es también


conocida como la revolución digital o de ordenador porque fue catalizada por el
desarrollo de los semiconductores, la computación, la informática personal y el
internet, éste último tomó un papel decisivo en la construcción de un mundo
globalizado gracias que destruyó fronteras tanto económicas como de
comunicación, generó una expansión capitalista en la que fue posible llevar a
cabo transacciones financieras y expandir los negocios, hasta entonces
limitados hacia otros mercados distantes y emergentes, dando paso al mundo
altamente globalizado que conocemos hoy en día.

La globalización comprende un complejo proceso en el que se mezclan


relaciones internacionales de múltiples tipos: comerciales, políticas, humanas,
sociales, económicas, financieras, industriales, culturales y de cualquier otra
categoría imaginable. La globalización comprende un proceso de creciente
internacionalización del capital financiero, industrial y comercial, nuevas
relaciones políticas internacionales y el surgimiento de nuevos procesos
productivos, distributivos y de consumo deslocalizados geográficamente, una
expansión y uso intensivo de la tecnología sin precedentes.

El Informe global 2015 sobre tecnologías de la información del Foro Económico


Mundial arroja que “La mitad de la población mundial no tiene acceso a
teléfonos móviles y 450 millones de personas aún viven fuera del alcance de
una señal móvil. Alrededor del 90% de la población de los países de bajos
ingresos y más del 60%a nivel mundial no está en línea. Por último la mayoría
de los teléfonos móviles son de una generación vieja.”

A pesar que en la actualidad el 17% de la población experimenta la segunda


revolución industrial, y poco más de la mitad que sigue en la tercera; la cuarta
revolución industrial ya está aquí y se mueve a una velocidad exorbitante
gracias a los avances tecnológicos como las impresiones 3D, los vehículos
autónomos o la ciencia de los materiales, cuyo impacto en la economía global
es sumamente importante.
Como ya se mencionó, al 2015 poco más de la mitad de la población mundial
no tiene acceso internet, sin embargo, un informe del Foro Económico Mundial
publicado en septiembre de 2015 identificó 21 puntos de inflexión que darán
forma a nuestro futuro mundo digital e hiperconectado, muestra en uno de
estos puntos de inflexión que el 90% de la población tendrá acceso regular a
internet así como también el mismo porcentaje tendrá acceso a un teléfono
inteligente. De este modo podemos suponer que entre mayor número de
personas tengan acceso a medios de comunicación los niveles de
globalización serán más altos.

Según Schwab, la cuarta revolución industrial empieza a principios del siglo


XXI y se basa en la revolución digital, se caracteriza por un internet más ubicuo
y móvil, por sensores más pequeños y potentes que son cada vez más
baratos, por la inteligencia artificial y el aprendizaje de la máquina.

Es considerada otra revolución industrial gracias a que evoluciona a un ritmo


exponencial, a la amplitud, a la profundidad, y a el impacto de los sistemas,
todo esto como resultado del mundo polifacético y profundamente
interconectado en que vivimos, y del hecho de que la nueva tecnología
engendra, a su vez, tecnología más nueva y poderosa.

De manera que es entendible y totalmente razonable pensar que la


globalización impulsó de manera significativa este cambio en las industrias y a
su vez generará que la globalización incremente hasta llegar a un punto de
hiperconección, en donde quién sabe, las estadísticas podrían marcar en un
futuro no muy lejano un 100% de personas en el mundo con acceso a
internet.

En octubre de 2015, el Consejo para la Agenda Global del Foro Económico


Mundial sobre el Futuro de las ciudades publicó un informe que destacaba los
casos de las ciudades del planeta que buscan soluciones innovadoras para
una serie de problemas variados; este trabajo indica que la cuarta revolución
industrial es única, ya que es una red global de metrópolis inteligentes
(basadas en la red) que entienden y aprovechan las oportunidades de esta
revolución.

Son precisamente los países más avanzados los que encarnarán los cambios
con mayor rapidez, pero a la vez los expertos destacan que son las economías
emergentes las que podrán sacarle mayor beneficio.

La cuarta revolución tiene el potencial de elevar los niveles de ingreso globales


y mejorar la calidad de vida de poblaciones enteras, apunta Schwab, las
mismas que se han beneficiado con la llegada del mundo digital (y la
posibilidad, por caso, de hacer pagos, escuchar música o pedir un taxi desde
un celular ubicuo y barato).

Sin embargo, el proceso de transformación sólo beneficiará a quienes sean


capaces de innovar y adaptarse.

"El futuro del empleo estará hecho de trabajos que no existen, en industrias
que usan tecnologías nuevas, en condiciones planetarias que ningún ser
humano jamás ha experimentado", resume David Ritter, CEO de Greenpeace
Australia/Pacífico, en una columna sobre la cuarta revolución para el diario
británico The Guardian.

Aunque los empresarios parecen entusiasmados (más que intimidados) por la


magnitud del reto: un sondeo revela que 70% tiene expectativas positivas
sobre la cuarta revolución industrial.

Así se desprende del último Barómetro Global de Innovación, una medición


que publica General Electric cada año y que recoge opiniones de más de 4.000
líderes y personas interesadas en las transformaciones de 23 países.

Aunque la distribución regional es desigual y son los mercados emergentes de


Asia principalmente los que están adoptando los cambios de manera más
disruptiva que sus pares de economías desarrolladas.
"Ser disruptivo es el estándar de oro para ejecutivos y ciudadanos, pero sigue
siendo un objetivo complicado de llevar a la práctica", reconoce el estudio.

De este modo entendemos que para que la nueva etapa industrial se lleve a
cabo es necesario el acceso a la red y por ende pertenecer a un mundo
globalizado.

Como consecuencia de la globalización surge algo que Schwab llama


“trabajos digitales” y viene del surgimiento de las apps.

Una aplicación móvil, aplicación, apli o app (acortamiento del inglés


application), es una aplicación informática diseñada para ser ejecutada en
teléfonos inteligentes, tabletas y otros dispositivos móviles y que permite al
usuario efectuar una tarea concreta de cualquier tipo (profesional, de ocio,
educativas, de acceso a servicios, etc.) facilitando las gestiones o actividades a
desarrollar.

La economía de las apps proporciona un ejemplo de un nuevo ecosistema para


el trabajo. Apenas comenzó en 2008, cuando Steve Jobs, el fundador de
Apple, les permitió a desarrolladores externos crear aplicaciones para el
iPhone. A mediados de 2015, la economía global de las apps esperaba
generar 100.000 millones de dólares en ingresos superando a la industria del
cine que ha existido durante más de un siglo.

Estas apps han ido evolucionando hasta dejar la posibilidad abierta de generar
trabajos a través de estas; aplicaciones como Uber, Airbnb, por mencionar
algunas, son apps que ofrecen un servicio y que generan trabajo, remunerado
y que tiene ventajas tales como la disponibilidad de horario, el traslado y todo
en función del trabajador, siendo éste dueño de su propio tiempo.

El trabajo digital podía generar un avance en el tema de unir vida personal y


trabajo de manera saludable, abre la posibilidad de una globalización de
trabajo, en términos de la nube humana donde en un futuro las empresas
podrán acceder a ellas para satisfacer la necesidad de un trabajador sin
responsabilidades (como las de seguro social, créditos de casa, bonos,
aguinaldos) y con la posibilidad de expandir sus fronteras de contratación
(podrían contratar expertos en distintas materias de India por ejemplo), de este
modo, la cuarta revolución industrial también nos trae una globalización laboral
nunca antes experimentada por el ser humano y que si bien tiene la ventaja de
abrir fronteras laborales también trae las posibilidades de muchas desventajas.

En palabras del autor la nube humana representa esta plataforma digital donde
todos los trabajadores tendremos un perfil y donde las empresas evaluarán las
distintas posibilidades de contratación, accediendo de manera rápida y
teniendo conocimiento de manera certera de cuál de todos los individuos
calificados para trabajar es el mejor o el que conviene más.

En este sentido a Schwab le preocupa que este nuevo modelo de empleos


genere una brecha aún mayor entre las distintas clases sociales, ya que las
empresas se librarán de responsabilidades, los expertos se llevarán la mayor
parte del trabajo y abre las puertas q que los que no tengan una especialidad
pierdan oportunidades aún mayores, que sean mal pagados y que carezcan de
prestaciones básicas.

Habrá que preguntarse en tema de desempleo ¿Qué pasará cuando las


máquinas no van a necesitar ser manejadas por los seres humanos? (estos
temores ya existieron en el pasado también, por ejemplo cuando aparecieron
las cadenas de montaje en serie de las fábricas de automóviles y en otras
industrias, cuando nació la informática y los ordenadores en revoluciones
industriales pasadas).

El Informe sobre el futuro del empleo del Foro, indica que las mayores
pérdidas de trabajo abarcan, sobre todo, en espacios de cercana
automatización, tales como la fabricación, la construcción y la instalación.
Sin embargo y a pesar de las desventajas que podría conllevar en el ámbito del
trabajador, la cuarta revolución industrial nos dice que en el mundo futuro,
emergerán muchos nuevos puestos y profesiones , impulsados no sólo por
esta misma, sino por factores no tecnológicos, como las presiones
demográficas, los cambios geopolíticos y las nuevas normas sociales y
culturales.

A Schwab le preocupa seriamente que las organizaciones puedan ser


incapaces de adaptarse, que puedan fallar en el uso y la regulación de las
nuevas tecnologías para captar sus beneficios, que el cambio de poder puede
crear nuevas preocupaciones de seguridad, que puede aumentar la
desigualdad y que puede fragmentar las sociedades. Estos cambios requerirán
otra clase de mano de obra, donde esta será cada vez más capacitada. “Una
capacitación humana inteligente para saber manejar una tecnología
inteligente”.

Una parte importante de esta revolución es que de manera globalizada las


empresas serán más responsables con respecto al efecto de las industrias de
todo tipo en la tierra, lo que nos incita a creer que las empresas del futuro
llevarán una ideología más verde, siendo así mucho más amigables con
nuestro entorno y viendo hacia un futuro aún más ecológico.

Un informe de la WEF “The New Plastics Economy – Rethinking the Future of


Plastics” dice que la mayoría del plástico se usa solo una vez, menciona que el
95% del valor de los embalajes plásticos, cuyo valor es de entre los 80.000 y
los 120.000 millones de dólares al año, está perdido para la economía. De este
modo se entiende que la mayoría de estos son sólo basura, cero productiva,
contaminante y que en la mayoría de los casos (como las bolsas de plástico)
son gastos inútiles e innecesarios para las empresas y que no reciben ni la
menor de las remuneraciones.
Algo alarmante de este informe, y que es necesario mencionar, es que predice
que de seguir así, en 2050 el peso de los plásticos en los océanos será mayor
que el de los peces. La WEF presenta asimismo una visión de una economía
global en la que los plásticos nunca se conviertan en basura, y un borrador
para el cambio sistémico y la colaboración que serán necesarios para realizar
esta visión.

En este sentido es importante tener en cuenta no sólo los cambios laborales


desde el punto de vista del trabajador, sino también de la parte empresarial o
industrial dado que esta es quien lleva a cabo al mismo tiempo en que los
trabajadores la percibimos, de modo que las empresas tendrán la posibilidad
de elevar la economía mundial ya que con menores precios y mayor
producción se verá reflejado en los precios y en la sociedad en general; La
cuarta revolución nos incita a pensar en grandes posibilidades de crecimiento
económico y profesional.

La cuarta revolución industrial tendrá un profundo impacto en la naturaleza de


las relaciones del Estado y la seguridad internacional, impacto profundamente
necesario y que debe tomarse como amenaza en potencia.

Todo esto debido a, no sólo estas sino todas las desventajas sociales y
económicas que presente la cuarta revolución industrial, en el sentido de que
se capitaliza bastante la mayoría de los bienes en unas pocas ciudades, unas
pocas empresas, en unas pocas personas.

El peligro crítico es que es que en un mundo hiperconectado con una


desigualdad en aumento (como ya se explicó anteriormente); malestar social
generado por los cambios de esta nueva era, de igual manera importante, y
que a su vez crean condiciones para un extremismo violento que puede llegar
a tener enormes consecuencias trágicas.
La cuarta revolución industrial va a cambiar el carácter de las amenazas a la
seguridad al tiempo que influirá en los cambios de poder, que se producen
tanto geográficamente como de los agentes de Estado a los agentes no
estatales.

Otra de las partes importantes a tomar en materia de seguridad global es la


guerra cibernética, pues presenta una de las amenazas más serias de nuestro
tiempo. El ciberespacio se está convirtiendo en un sitio de enfrentamiento tanto
como la tierra el mar y el aire lo eran en el pasado. Schwab postula que
mientras que cualquier futuro conflicto entre actores razonablemente
avanzados podría o no desplegarse en el mundo físico, probablemente incluirá
una ciberdimensión, simplemente porque ningún oponente moderno se
resistirá a la tentación de alterar, confundir o destruir los sensores, las
comunicaciones y la capacidad de toma de decisiones de su enemigo.

Esto no sólo reducirá el umbral de la guerra sino que difuminará la distinción


entre la guerra y la paz, porque cualquier red o dispositivo conectado, desde
sistemas militares hasta estructuras civiles, como fuentes de energía, redes
eléctricas, hospitales, controles de tráfico, o suministro de agua puede ser
violado y atacado. Del mismo modo el concepto de “adversario” puesto que
nunca se esté seguro de quién lo atacó o si fue en realidad usted atacado.
¿Nos encontraremos en un estado constante de guerra? ¿O en un estado
constante de paz?

Desde 2008, ha habido muchos casos de ataques cibernéticos dirigidos a


ciertos países y empresas, lo que hace que la conclusión de Schwab sea más
que creíble.

A todo esto, es posible hacerse pregunta en torno a qué efecto generará esta
revolución en México y demás países con economías en desarrollo.

Para Schwab es importante reflexionar sobre lo que esto podría causar para
los países en desarrollo. Fases anteriores de la revolución industrial todavía no
han llegado a muchos ciudadanos del mundo, que aún no tienen acceso a
electricidad, agua potable, saneamiento y muchos otros tipos de bienes de
capital que se dan por sentados en economías avanzadas. A pesar de esto la
revolución 4.0 también afectará a las economías en desarrollo.

Esta revolución presenta un escenario desafiante para los países de bajos


ingresos, debido a las “relocalizaciones” que países desarrollados generarán,
haciendo el cambio así de la fabricación global hacia las economías
avanzadas, algo muy importante si el acceso a mano de obra de bajo costo ya
no guía la competitividad de las empresas. Países como China y la India
tendrán que replantear su enfoque económico si no quieren caer en crisis o en
bancarrotas.

El peligro es que la cuarta revolución industrial genere un efecto “el que gana
se lleva todo”; pues esto aumentará aún más los conflictos y las tensiones
sociales y crearía un mundo menos cohesionado y más voluble, sobretodo
porque al día de hoy las personas son mucho más sensibles y consientes de
las injusticias sociales y las discrepancias en cuanto a las condiciones de vida
entre los diferentes países.

Es por este motivo que se deberían de buscar alternativas tanto por los
gobiernos de países en desarrollo como los desarrollados; pues un ambiente
caótico en el mundo no le hace bien a nadie.

A manera de conclusión es importante resaltar que la cuarta revolución


industrial traerá muchos beneficios: una nueva posibilidad económica, abrirá
fronteras laborales, unirá de manera sencilla la vida personal y laboral de las
personas, la tecnología tendrá una alza inimaginable, la globalización llegará a
sus niveles máximos, se agilizará el proceso de prácticamente todas las
industria, así como también generará trabajos nuevos; sin embargo a la vez
traerá bastantes contras con los que hay que trabajar, como desigualdades
sociales exorbitantes, trabajos informales mal remunerados, desaparición de
empleos, posiblemente una mayor brecha de género, riesgos globales de
crimen, exposición de datos personales en la web, el efecto “el que gana se lo
lleva todo”, entre muchos más.

La cuarta revolución ya está en marcha y los cambios globalizados que se


generan a través de esto ya están ocurriendo hoy en día, es responsabilidad
de todos actuar en pro de los derechos humanos y el bienestar de los humanos
así como del medio ambiente.

Es importante mencionar también la relación entre la globalización y esta


revolución, puesto que la globalización es la principal causa de la nueva etapa
industrial junto con el capitalismo, además que de manera proporcional van
progresando ambas y generando cambios en la vida actual y futura.

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