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Hoy se habla tanto del éxito, pero tan poco del fracaso, bueno creo que a ninguno
nos gusta sufrirlo. En muchas ocasiones he escuchado a amigos, familia,
compañeros de trabajo decir: “ánimo es parte del proceso”, o “vas a tener éxito”.
También he oído frases como: “fracasa rápido para aprender mas rápido”, “el
fracaso es imprescindible para innovar” o “el que fracasa triunfa”, quizá es mas fácil
decírselo a otras personas que verdaderamente vivirlo.
Bueno siendo honestos a ninguno nos gusta pasar ese momento. Y no creo que
exista alguien que diga: “estoy alegre de haber tenido la oportunidad de aprender
en medio de este problema”. Considero que alegrarse en el fracaso es un poco
abstracto y que la única manera de poder alegrarse en el momento de fracasar sería
si existiera la ausencia de nuestros defectos, debilidades y de nuestra humanidad,
ya que al final somos seres humanos y tenemos esas imperfecciones que nos hacen
tan especiales.
¿Puedes imaginar el fracaso que sintió el profeta Elías cuando se enteró que
Jezabel quería asesinarlo después de matar a todos los profetas de Baal?
Es que muchos aspiramos a esas cosas que parecen estar por encima de nuestro
alcance. Pareciera que nuestro ser nos esta jugando una broma al querer cosas
que parecen ser imposibles, solo porque no hemos alcanzado todo lo que nos
hemos propuesto.
Cuántas veces nuestro mayor miedo, aquel que no nos deja dormir, es que la vida
que anhelamos vivir no es la misma que estamos viviendo. Creo que las redes
sociales no nos ayudan a eso, pero digamos que si, ya que tenemos la esperanza
de que personas aparentemente ordinarias y comunes han encontrado la manera
de vivir de forma extraordinaria, ellos nos inspiran y nos motivan para pasar la
mediocridad y mejorar nuestro estilo de vida.
Una de las enseñanzas mas valiosas de la historia del profeta Elías es que al tener
el encuentro con Dios, su corazón se expuso en vulnerabilidad.
Quizá podamos decir que los que están más conscientes de sus imperfecciones y
defectos son los mas adecuados para que Dios los use, ya que no hay nada que
perder. La preocupación más grande de Elias no era perder la vida, era que no
había quien podia dar el mensaje de Dios después de que él muriera.
Vivir una vida de fracasos no necesariamente significa que te hayas rendido, ya que
el fracaso va mostrando tus imperfecciones para ser trabajadas por Dios para
encontrar la mejor version de ti mismo. Hoy hay tanta gente rendida a sus miedos
que confunden el fracaso con estar rendidos. Muchos están tan preocupados en
entender el plan de Dios que se quedan únicamente como espectadores, ya que lo
unico que queda es el miedo a la vida que nunca han vivido, el miedo al fracaso
por no arriesgarse, el miedo al dolor que nunca descubriran que tan fuertes
realmente son que estan tan lejos de comenzar lo que Dios para sus vidas.