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La Revolución Industrial
I. Si bien este acontecimiento da sus primeros pasos a principios del siglo XVIII, no será hasta
1830 cuando la literatura de Balzac y los manifiestos de Engels y Marx se hagan cargo del
proletario y la clase trabajadora hija del capitalismo. La Revolución Industrial supone que un día
entre 1780-1790, y por primera vez en la historia humana, se liberó de sus cadenas al poder
productivo de las sociedades humanas, que desde entonces se hicieron capaces de una
constante, rápida y hasta el presente ilimitada multiplicación de hombres, bienes y servicios.
Esto es lo que ahora se denomina técnicamente por los economistas take-off, el crecimiento
autosostenido. Ninguna sociedad anterior había sido capaz de romper los muros de una
estructura en la que el hambre y la muerte se imponían periódicamente. Preguntar cuándo se
completó es absurdo, pues su esencia era que, en adelante, nuevos cambios revolucionarios
constituyeran su norma. Y así sigue siendo.
Que el estallido se diera en Inglaterra no quiere decir que fuese superior científica y
técnicamente hablando. En las ciencias naturales Francia era, con mucho, el baluarte de Europa.
Las lecturas de los economistas ingleses eran tanto Adam Smith como Dupont, Quenay Turgot,
Lavoisier y los italianos. La educación palmaria no estaba en Oxford o Cambridge, sino en
Escocia, de donde surgieron los genios de esta revolución, como Watt, Telford, McAdam, James
Mill. Hasta que Lancaster impusiera sus medidas, la educación inglesa no despegó. Además, los
inventos de estos no requerían más conocimiento que el que se tenía a principio de siglo
(excepto en química), y su aplicación fue muy posterior (unos 40 años). Las condiciones legales
eran la gran ventaja. Un puñado de terratenientes de mentalidad comercial monopolizaba casi la
tierra, que era cultivada por arrendatarios que a su vez empelaban a gentes sin tierras o
propietarios de pequeñísimas parcelas. La agricultura estaba preparada para cumplir sus cuatro
funciones fundamentales en una era de industrialización:
– suministrar un mecanismo para la acumulación de capital utilizable por los sectores más
modernos de la economía
El dinero no solo hablaba, sino que gobernaba. Pero hay zonas que, aunque en 1850 producían
mucho más que en 1750 no habían disfrutado del salto cualitativo de Manchester o Birmingham.
Empresarios e inversores cruzaron sus actividades. Había algo que alzaba a Gran Bretaña sobre
el resto de naciones, que además tras las guerras napoleónicas quedaron sometidas: la industria
algodonera y la expansión colonial.
II. Los esclavos y el algodón fueron en paralelo. Liverpool, Bristol y Glasgow crecieron al
amparo de este tráfico de mercancías. La Revolución industrial puede considerarse, salvo en
unos cuantos años iníciales, hacia 1780-1790, como el triunfo del mercado exterior sobre el
interior: en 1814 Inglaterra exportaba cuatro yardas de tela de algodón por cada tres
consumidas en ella; en 1850, trece por cada ocho. Las guerras napoleónicas cerraron Europa a
este comercio, algo que volvió a reanudarse en 1820. Pero en las colonias, la industria británica
había establecido un monopolio a causa de la guerra, las revoluciones de otros países y su propio
gobierno imperial. Inglaterra dominó financieramente al continente sudamericano. India se
convirtió en la (forzada) clientela de Lancashire. El comercio del opio, por su parte, lanzó los
intercambios con China desde 1820-1830. Los suministros ultramarinos de lana ganaron en
importancia a partir de 1870.
La gran industria del algodón se llevó por delante el trabajo manufacturero, de gran
antigüedad. Muchos se rebelaron ante la pérdida de sus puestos de trabajo cuando y ala
industria no los necesitaba para nada. Comenzaba la tiranía de las máquinas.
III. La industria como tal tiene su nacimiento en base al algodón. El textil es posterior y el vapor
no se usaba mucho fuera de la minería. Con ella arrastró a otros sectores; por eso influyó en el
progreso económico de Gran Bretaña. Se pasó de importar 11 millones de libras de algodón
bruto en 1780 a 588 millones en 1850 (su producción suponía casi el 50% del total). La pequeña
crisis entre 1830-1840 sacudió levemente el mercado del algodón y tambaleó toda la economía
británica: queremos con esto mostrar lo importante que era el algodón para su estabilidad. La
desviación de las rentas hacia el arrendatario, supuso levantamientos cartistas y otros en 1848
contra las máquinas, vistas como la raíz de los problemas. No solo proletariado, sino granjeros
fueron los protagonistas. Por eso los pequeños burgueses y los obreros se unieron a los radicales
ingleses, republicanos franceses o jacksonianos norteamericanos, dependiendo la localización.A
los capitalistas solo les preocupaba el cómputo de sus ganancias; mientras tanto les daba igual
las acciones proletarias. Los tres fallos del sistema fueron: el ciclo comercial de alza-baja, la
tendencia de la ganancia a declinar y la disminución de las oportunidades de inversiones
provechosas. Inicialmente la industria del algodón tenía muchas ventajas. Su mecanización
aumentó mucho la productividad de los trabajadores, muy mal pagados en todo caso, y en gran
parte mujeres y niños. La inflación que suponía la diferencia entre el coste de la materia prima y
el beneficio que suponía la venta de la manufactura, quedó neutralizada (e incluso en descenso)
en 1815. En los momentos de crisis había se ajustaba el presupuesto reduciendo los salarios de
los trabajadores: se podía comprimir directamente los jornales, sustituir los caros obreros
expertos por mecánicos más baratos o introducir máquinas en el lugar de un grupo. La medida
más racional era introducir maquinaria. Entre 1800-1820 hubo 39 patentes nuevas, 51 entre
1820-1830, 86 en 1830-1840 y 156 en 1840-1850. Si bien la industria se estabilizó
tecnológicamente en 1830, no sería hasta la 2/2 de siglo cuando la producción tuviera un
aumento revolucionario.
IV. El problema de las producciones masivas es que necesitan un buen mercado de consumo.
La industria militar, tras Waterloo, entró en decadencia y la de productos primarios no era
excesivamente grande. Nunca falló, sin embargo, la industria del carbón: 10 millones de
toneladas (90% de producción mundial) frente a 1 millón de los franceses) en 1800. El ferrocarril
es el hijo de las minas del norte de Inglaterra: una gran producción requería una excelente
movilización de producto. El ferrocarril constituía el triunfo del hombre mediante la técnica. Que
requiriese de una gran inversión en hierro, acero, carbón y maquinaria pesado, de trabajo e
inversión de capital, supuso que el ferrocarril impulsó, como ningún otro invento, el desarrollo de
la segunda industrialización. Carbón y acero triplicaron su producción. La sociedad inglesa
invertía sus riquezas y obtenía beneficios, la aristocracia y la sociedad feudal se lanzó a
malgastar una gran parte de sus rentas en actividades improductivas. Esa fue la
diferencia.Cuando el capital acumulado fue tanto que no lo pudo absorber el propio país, se
decidió invertir en el extranjero, especialmente desde la década de 1820. Pero solían ser
empresas fracasadas porque no se cumplían las expectativas: o terminaban por cobrar menos
interés o el pago de este se retrasaba unos 40 años (como el caso de los griegos).
V. El factor más crucial que hubo de movilizarse y desplegarse, fue el trabajo, pues una
economía industrial significa menos población agrícola, más urbana y un aumento general de la
población, luego también se necesita mayor suministro de alimentos: una revolución agrícola.
Para eso se hubo de terminar con los comunales medievales y las caducas actitudes comerciales
del feudalismo. En 1846 se abolieron las Corn laws que retrasaban la entrada del capitalismo en
el campo. Para que la industrialización urbana triunfara, había que hacer dos cosas: mecanizar el
campo para liberar a muchos campesinos de su actividad tradicional y tentarlos a la industria y,
después, formarlos para que estuviesen capacitados en sus puestos. En un principio, se
contrataron mayoritariamente niños y mujeres (que resultaban más rentables). Si bien sus
ciudades pronto se contaminaron y llenaron de niebla (recordad Oliver Twist!), los ingleses
supieron utilizar muy bien sus recursos. A la altura de 1780 su consumo de algodó era dos veces
el de los EE.UU y cuatro el de Francia; producía más de la mitad de lingotes de hierro del mundo;
recibía dividendos de todas sus inversiones por el mundo. Gran Bretaña era el taller del mundo.
3. La revolución francesa
II. Entre 1789 pocas concesiones se hicieron a la plebe, pero sus reformas fueron las más
duraderas. Desde el punto de vista económico, las perspectivas de la Asamblea Constituyente
eran completamente liberales: su política respecto al campesinado fue el cercado de las tierras
comunales y el estímulo a los empresarios rurales; respecto a la clase trabajadora, la
proscripción de los gremios; respecto a los artesanos, la abolición de las corporaciones. La
Constitución Civil del clero fue un mal intento, no de destruir el clero, sino de alejarlo del
absolutismo romano.El rey sabía que la única opción de reconquistar el absolutismo sería con
una intervención desde el exterior, pero esto sería difícil debido a la buena situación del resto de
países. Pero Europa se dio cuenta de que corría peligro su derecho al trono y se pusieron en
marcha. La Asamble Legislativa pronosticaba la guerra y así fue desde 4-1792. Sin embargo
fueron derrotados y las masas se radicalizaron. Los altos mandos fueron encarcelados, incluido el
rey y la República fue instaurada. La Convención Girondina se percató de que o vencían
rotundamente o eran eliminados del tablero de juego. Para ello movilizó el país como nunca se
había hecho: economía de guerra, reclutamiento en masa, racionamiento, y abolición virtual de
la distinción entre soldados y civiles. Por último, reclamaba sus fronteras naturales con dos
propósitos: tumbar la contrarrevolución y conseguir más territorios con los que hacer la guerra
económica a Gran Bretaña. En este clima, los jacobinos fueron ganando terreno palmo a palmo.
Esto derivó en la toma de poder por los sans-culottes el 2-6-1793.
IV. Termidor se encontraba con el problema de enfrentarse la clase media francesa para la
permanencia de lo que técnicamente se llama período revolucionario (1794-1799). Tenían que
conseguir una estabilidad política y un progreso económico sobre las bases del programa liberal
original de 1789-1791. Los sucesivos regímenes hasta 1870 (Directorio, Consulado, Imperio,
monarquía borbónica restaurada, monarquía constitucional, República e Imperio de Napoleón III,
no fueron más que el intento de mantener una sociedad burguesa intermedia entre dos sistemas
antagónicos: la república democrática jacobina y del antiguo régimen. El régimen civil era débil.
Su constitución no fructificó como se esperaba. Precariamente, los políticos oscilaron entre la
derecha y la izquierda y tenían que hacer uso frecuente del ejército tanto contra los agentes
exteriores como contra las rebeliones internas. En este contexto, es normal que Napoleón
brotara en este clima de ambigüedad en el que los militares tenían más poder que los
gobernadores. Poco a poco el ejército fue abandonando su carácter revolucionario y adquirió
tintes de ejército tradicional y nacional, propiamente bonapartista. La escala se configuraba por
las dotes personales y la capacidad de mando. La rigidez castrense aún no estaba definida. El
ejército no contaba con un abundante armamento, respaldado por una industria pesada efectiva.
Contaba más la efectividad de actuación. Con estos Napoleón conquistó Europa, no solo porque
pudo, sino porque tenía que hacerlo. Con él el mundo tuvo su primer mito secular: de cónsul
pasó a Emperador, estableció un código civil, un concordato con la Iglesia y hasta un Banco
nacional. El Corso hizo de la revolución liberal un régimen liberal asentado.
Napoleón fue mito y realidad. Era el hombre civilizado del siglo XVIII, racionalista, curioso,
ilustrado, pero lo suficientemente discípulo de Rousseau para ser también el hombre romántico
del XIX. Si bien construyó las estructuras de la universidad, la legislación, el gobierno, la
economía, destruyó el sueño jacobino de la libertad, igualdad y fraternidad: ascensión del pueblo
para sacudir el yugo de la opresión… Este mito revolucionario sobreviviría a la muerte de
Napoleón.
Las Revoluciones
I. El objetivo principal de las potencias tras 1815 era evitar una segunda Revolución francesa, o
la catástrofe todavía peor de una revolución europea general según el modelo de la francesa. La
primera oleada revolucionaria tuvo carácter mediterráneo: Grecia, España y Nápoles, entre 1820
y 1821. La segunda reavivó los ánimos de independencia sudamericana. Bolívar, San Martín y
O’Higgins liberaron la Gran Colombia, Perú y Argentina. Iturbe hizo lo propio con México y Brasil
se separó sin más problemas de Portugal. Las grandes potencias las reconocieron rápidamente,
pero Inglaterra, además, concertando tratados económicos. La segunda oleada fue más amplia
aún. Todas las tierras al oeste de Rusia sufrieron alzamientos. Bélgica se independizó de Holanda
en 1830, Polonia fue reprimida, pero en Italia y Alemania hubo graves convulsiones, el
liberalismo triunfó en Suiza, España y Portugal padecieron guerras civiles e Inglaterra tuvo que
aceptar la secesión religiosa de Irlanda: el catolicismo había sido legalizado. Esto derivó en la
definitiva derrota de la aristocracia para dar paso a una clase dirigente de “gran burguesía” con
instituciones liberales bajo una monarquía constitucional al estilo de 1791, pero con privilegios
más restringidos. El EE.UU. de Jackson fue más allá: extendió el voto a los pequeños granjeros y
los pobres de las ciudades. Pero hubo consecuencias aún más graves: los movimientos
nacionalistas y de la clase trabajadora. La tercera “gran ola” fue la “primavera de los pueblos”
de 1848, cuando la revolución mundial soñada por los rebeldes estuvo más cerca que nunca.
Estalló y triunfo en casi toda Europa.
-Socialista (anglo-francesa): toman las directrices de las revoluciones postermidorianas, entre las
que cabe destacar la protagonizada por Babeuf en 1796, con un carácter comunista, en la línea
de Sant-Just.
Pero todas tenían algo en común: la lucha contra la monarquía absoluta, la Iglesia y la
aristocracia… o dicho de otro modo, aborrecían los regímenes de 1815 y lucharon contra ellos
por distintas vías, como hemos visto.
III. Entre 1815 y 1830 aún no existía una clase trabajadora como tal. Solo las personas reunidas
en torno a las ideas owenistas o “Los seis puntos de la Carta del pueblo” (Sufragio universal, voto
por papeleta, igualdad de distritos electorales, pago a los miembros del Parlamento, Parlamentos
anuales, abolición de la condición de propietarios para los candidatos) empezaban a mostrarse
algo más radicales. Los discursos de Paine aún insuflaban aliento y también los escritos de
Bentham. El deseo de luchar conjuntamente contra el zar y las naciones organizadas bajo su
amparo contra las posibles insurrecciones, favoreció la creación de grupos organizados de
reacción liberal. Todas tendían a adoptar el mismo tipo de organización revolucionaria o incluso
la misma organización: la hermandad insurreccional secreta. La más conocida es la de los
carbonarios, que actuaron sobre todo entre 1820-1821 y la de los decembristas. Desde 1806, de
un modo latente, se reforzaron hasta que se presentó el momento apropiado: 1820. Muchas
fueron destruidas en 1823, pero una triunfó: Grecia 1821, la cual sirvió de inspiración en los años
siguientes. Las revoluciones de 1830 mostraron abiertamente el desasosiego económico y social.
Los revolucionarios se ciñeron a los modelos de 1789 y no tanto a las sociedades secretas.
Además, el capitalismo empobrecía a los trabajadores que se comenzaron a sentir miembros
integrantes de una clase: la clase trabajadora. Un movimiento revolucionario proletario-socialista
empezó su existencia. En estas fechas los liberales habían pasado de ser oposición al Antiguo
Régimen a ocupar un escalafón en la política de sus países o, al menos, a presionar a los
moderados. Esta fue la lucha que se siguió en adelante. Como en Inglaterra y Francia los
liberales se fueron moderando e incluso reprimieron a algunos trabajadores, estos vieron en el
Republicanismo social y demócrata una salida más afín a sus peticiones… y así sería como el
movimiento obrero se radicalizó. Unos soñaban en las barricadas, otros en los príncipes
convertidos al liberalismo, pero esta última apuesta era muy complicada. En 1834 se crea la
Unión aduanera alemana, con Prusia al frente. La falta de perspectiva de una revolución europea
hacía necesario, como pensó Marx, en una Inglaterra intervencionista o una nueva Francia
jacobina y eso era imposible. Románticos o no, los radicales rechazaban la confianza de los
moderados en los príncipes y los potentados, por razones prácticas e ideológicas. Los pueblos
debían prepararse para ganar su libertad por sí mismos, por la “acción directa”, algo aún muy
carbonario. Tomar la iniciativa planteaba la duda de si estaban o no preparados para hacerlo al
precio de una revolución social.
V. Donde el núcleo del radicalismo lo conformaban las clases bajas y los intelectuales, el
problema era mucho más grave. El levantamiento de los campesinos en Galitzia en 1846 fue el
mayor de los movimientos campesinos desde 1789. Pero donde aún había reyes legítimos o
emperadores, estos tenían la ventaja táctica de que los campesinos tradicionalistas confiaban en
ellos más que en los señores. Por eso los monarcas aún estaban dispuestos a usas a los
campesinos contra la clase media. Los radicales se dividieron en demócratas (que buscaban
cierta armonía entre el campesinado y la nobleza/monarquía) y la extrema izquierda (que
concebía la lucha revolucionaria como una lucha de las masas simultáneamente contra los
gobiernos extranjeros y los explotadores domésticos. Anticipándose a los revolucionarios
nacional-socialistas de nuestro siglo, dudaban de la capacidad de la nobleza y la clase media,
cuyos intereses estaban fuertemente ligados al gobierno. En la Europa subdesarrollada la
revolución de 1848 no triunfó bien por inmadurez política de los campesinos o por medidas
demasiado férreas de los señores y monarcas, quienes odiaban hacer concesiones adecuadas u
oportunas.
VI. La revolución de 1830 y 1848 tenían cosas en común: estaban organizadas por intelectuales
y gente de clase media a los que, una vez el estallido, se unían los campesinos y demás gente.
Además, siguieron patrones tácticos de la revolución de 1789. Pero mientras hubo un conato de
política democrática las actividades fundamentales de una política de masas (campañas
públicas, peticiones, oratoria ambulante- apenas eran posibles. La liga alemana de los
Proscritos (que más adelante se convertiría en la Liga de los Justos y en la Liga Comunista de
Marx y Engels), cuya médula la formaban jornaleros alemanes expatriados, era una de esas
sociedades ilegales. El credo general que se extendía era el que rezaba que los aristócratas y
reyes eran usurpadores de las libertades y que el gobierno debía ser elegido por el pueblo y
responsable ante él. Veían la instalación de la república demoburguesa como un preliminar
indispensable para el ulterior avance del socialismo. En el proyecto de la “Joven Europa” de
Mazzini ya reflejaba el deseo de crear una sociedad internacional masónico-carbonaria. Respecto
al exilio de los militantes de izquierdas, Francia y Suiza acogieron a gran parte de ellos. No es
extraño que la I Internacional tuviera su génesis en la ciudad de “la gran revolución”
Texto N°5 : de Flora Tristán a Paul Gaugen. Una pasada por el SXIX. Juan Quintar.
Se relata desde la realidad francesa, todas las tensiones del mundo europeo de principios de
s.XIX: la explotación en las fábricas, el lugar de las mujeres y los niños en aquellas primeras
economías industriales, la periferia del mundo con economías precapitalistas aunque subsidiarias
del capitalismo europeo, el tráfico de esclavos, la transformación ideológica en la lucha obrera. la
mitad del siglo- una expansión del capitalismo que casi ha terminado con las economías
precapitalistas de la periferia del mundo. En efecto, el siglo que nos preocupa está signado por
un “parte aguas” que son las tres últimas décadas del s. XVIII, en que estallan las dos grandes
revoluciones que marcarían el rumbo del s.XIX: la Revolución Industrial inglesa y la Revolución
Francesa. La primera marcará el ritmo de la economía, como paradigma industrial de la misma
manera que en la elaboración de un pensamiento económico; en tanto que la segunda tendrá tal
fuerza ecuménica que sus ideales estarán en el centro de la lucha política e ideológica de todo el
s.XIX.
EL CRATER ECONOMICO: ¿Que significa la frase ‘estalló la revolución industrial?. entre 1780 y
1790, por primera vez en la historia de la humanidad, el hombre va a liberar totalmente su
capacidad de producir, lo que permitirá no solo la multiplicación de sí mismo, sino también de
bienes y servicios. Esas décadas de rápida liberación de potencialidades es lo que los
economistas llamaron durante mucho tiempo el "take-off", el despegue. El gran aumento de la
productividad fruto de esa constante innovación tegnologica. A fines del SXVIII a partir de allí la
sociedad rompió con esa serie de hambrunas y crisis cíclicas que asolaban a las sociedades
precapitalistas y que, progresivamente, dejó de ser una sociedad en donde el ámbito principal y
privilegiado de producción y acumulación era el rural; porque desde entonces la expansión de la
vida urbana, en cuanto al tamaño y al número de ciudades, será la constante. ¿Porqué ese
impulso inicial tuvo lugar en Inglaterra? luego de la crisis del s.XVII- estaba en mejores
condiciones económicas. Lejos de perder población la había aumentado gracias a un proceso de
transformación en su producción agropecuaria, proceso tradicionalmente conocido como
“revolución agraria”. s.XVII, instalándose un estado liberal que tenía como principal fin el lucro,
por lo que el impulso a la iniciativa privada figuraba claramente en su horizonte; durante todo el
s.XVIII la economía inglesa tuvo una importante expansión, donde la industria artesanal era
importante pero a la vez lo suficientemente flexible como para buscar las formas de adquirir
mayor ganancia (taller artesanal, trabajo a domicilio o manufactura); existió allí una “masa
crítica” empresarial que fue incorporando experiencia en la introducción de innovaciones en
función de la acumulación de capital; las dimensiones de Inglaterra –como su ubicación
geográfica-posibilitaron la rápida constitución de un mercado interno y la construcción de uno
externo; el predominio de la iglesia católica –que retenía a las personas en la cultura feudal- era
allí muy pobre y –por el contrario- el protestantismo favorecía los nuevos rumbos. En síntesis, era
un país relativamente rico y con una serie de posibilidades únicas para el desarrollo industrial
capitalista.
EL TSUNAMI INDUSTRIALIZADOR.
Ese “take off” que para la economía industrial–capitalista significará la Revolución Industrial
Inglesa, iniciará una especie de “tsunami” cuya ola industrializadora alcanzará a Europa
continental. “industrialización tardía”. Este “tsunami industrializador” pone en evidencia –entre
otras- dos cuestiones básicas: en primer lugar, el ritmo heterogéneo de descomposición de las
realidades precapitalistas como también del desarrollo industrial y, en segundo lugar, la
inexistencia de fórmulas universales para promover procesos de industrialización. Cada uno de
estos países, en la medida que va siendo parte del “tsunami” industrializador va incorporando
nuevos elementos, haciendo del proceso cada vez mas complejo, con mas actores y –sobre todo-
haciendo de la vida capitalista un espacio multiforme. En la medida que avanzamos en el
tiempo, y el “tsunami” sigue su curso, el estado es cada vez más un protagonista en la
industrialización de cada país. el proceso fue de alguna manera lineal. Comenzó en la industria
textil, el algodón, para luego –en un segundo paso- expandirse hacia la industria metalúrgica y el
conjunto de la industria pesada, fundamentalmente los transportes, cuya revolución realimentó y
consolidó el proceso. En Europa continental-occidental, en tanto, al igual que en E.E.U.U., la
industrialización se despliega simultáneamente con el ferrocarril. la constitución de los mercados
nacionales, integrando todas las regiones; produce una importante transformación al ser un
transporte mas barato y veloz. tiene un alto impacto en toda la actividad industrial, en otras
palabras, tiene un alto poder de eslabonamiento hacia atrás –las materias primas y su
elaboración- como hacia delante, desde la comercialización hasta la exigencia de un tipo de
organización empresarial diferente. los ingleses se vistieron de algodón para empezar luego la
industrialización pesada, en Alemania, se vestían con sus ropas industrializadas a la vez que
fabricaban el ferrocarril y –en esa dinámica acelerada- está como principal impulsor y socio de la
industrialización, el Estado. E.E.U.U. Allí es también la revolución de los transportes lo que
permite conectar, EEUU oriente sus esfuerzos hacia la constitución de una industria fuerte, será
la definición clara de un proyecto de país. En Europa Oriental respondieron con un reforzamiento
de los lazos feudales.
Otra vertiente ideológica y política, que tuvo una enorme potencia durante todo el siglo XIX,
tanto o más que el socialismo, según las regiones, fue el anarquismo. Allí sobresalen figuras
como Proudhon, en Francia; Bakunin y Kropotkin, en Rusia; Malatesta en Italia; etc. La noción
clave del anarquismo es que el gobierno, y por tanto el Estado, son la fuente de los males que
afectan a la sociedad, al crear el apetito de poder y el abuso consiguiente, y en los gobernados
el deseo de burlar y combatir, por todos los medios, a los gobernantes.La segunda oleada del
tsunami y la ampliación del mundo (europeo).
En que consistio esa revolución de los transportes? La segunda Revolucion los transportes se
hacen mas rapidos, mas baratos, mas independientes de las limitantes que ponía la naturaleza y
se convirtieron en poderosos integrantes de las distintas regiones de cada país y el mundo
entero. El ferrocarril es hijo del proceso de urbanización y su urbanizcion. Su rápida expansión la
necesidad de llevar la producción a los lugares de consumo, o la materia prima a los lugares de
producción, lo mas rápido y barato posible. Con la expansión de la navegación a vapor, hacia
1840, posteriormente con el reemplazo de la rueda por la hélice, la adopción del motor
compuesto, hacia 1860, la fabricación de barcos con cascos de acero –lo cual aumentaba no solo
la velocidad sino también la capacidad de traslado-, y toda una serie de transformaciones del
estilo, nos dan la idea de que –sin temor a exagerar en la metáfora- “el mundo se achicaba”. la
empresa capitalista: materia prima, mano de obra, capitales y mercado de consumidores, ya no
eran un problema. La falta de cualquiera de estos factores era solucionable con transportes
rápidos. la mano de obra adquirió una enorme movilidad, de hecho los grandes movimientos
migratorios del s.XIX fueron posibles por este desarrollo. Por otro lado, esta transformación de los
transportes significó también la aparición de lo que se denomina la “gran empresa moderna”. El
tipo de empresa que emerge con esta revolución de los transportes exige de un tipo de
organización empresarial diferente, donde las sociedades anónimas y los bancos como
propietarios -a través de acciones- comienzan a hacer su aparición. Porque además, el tipo de
financiamiento que requiere una empresa de este tipo –como la de FFCC o las de navegación- es
totalmente diferente. La segunda revolución industrial posibilito la gran empresa moderna el
capitalismo gerencial, también promovieron innovaciones en el plano de la organización del
trabajo que inpactan en tensiones dentro de la clase obrera. En efecto, si las primeras empresas
industriales tuvieron el gran problema del disciplinamiento de la mano de obra, en esta segunda
etapa de la revolución industrial a ese viejo problema se suma la necesidad de acelerar la
producción y bajar los costos. En esa línea, la innovación vino de manos de un ingeniero
norteamericano, Frederick W. Taylor (1856- 1915), que comenzó a realizar estudios minuciosos
de las tareas que los obreros realizaban en las fábricas, y de los tiempos que utilizaban. Su
motivación central era eliminar los movimientos inútiles del trabajador y establecer por medio de
cronómetros el tiempo necesario para realizar cada tarea específica, con el único fin de
establecer una forma y organización del trabajo que acelerara el proceso productivo. La gestión
de trabajo, la organización científica, taylorismo, la supervisión, organización y dirección del
trabajo fabril. La derrota definitiva del artesano que podía decidir cuanto tiempo le dedicaba a
producir cada pieza, el ritmo de trabajo y el control del tiempo en las tareas del trabajador
estaban sujetos a las necesidades de la competencia y el mercado. “el mundo se achica” si el
mundo se hace mas cercano es con un centro. Se hace mas ccercano para Inglaterra, los puertos
Franceses, los alemanes, etc. ya a fines de siglo XIX, tiempo en que el petróleo ya había sido
descubierto y lentamente se iba abriendo camino como fuente de energía. Pero ese proceso
implica una revolución en todos los ámbitos de la industria. La metalúrgica, con el desarrollo del
acero, la química y sus implicancias múltiples en la industria alimenticia, la textil, de
armamentos, etc. son potenciadas por un sistema de transportes mas ágil que hace posible una
rápida difusión de esas innovaciones tecnológicas y la incorporación de las economías de la
periferia, no industrializadas, a la economía capitalista. Una cuestión a tener presente, y que
surge como aspecto diferenciador entre la primera etapa de la revolución industrial y la segunda,
es que en la Inglaterra de fines del s.XVIII la educación y la formación de científicos como de
centros de investigación, no fue relevante. Pero detrás de gran parte de las innovaciones del
s.XIX hay científicos, laboratorios y –como en Alemania- centros de investigación aplicada al
desarrollo económico. la transformación general de la economía y la expansión de las
comunicaciones, rápidamente tuvieron una enorme difusión, por lo cual se convirtieron en un
hecho no solo de laboratorio sino también de utilidad para la dinámica económica y social. En
forma resumida –respecto a los ciclos- podríamos decir que hay un tiempo de expansión, el que
va de 1850 a 1873, y un tiempo de caída o crisis relativa hasta mediados de los años ‘90. La
expansión de los primeros tiempos corresponde a la dinámica de la segunda revolución
industrial. En Inglaterra libre cambio que llega hasta la crisis de 1873, es por entonces la dueña
de los mares. . Esa nación, que ha liderado la economía occidental gracias a su temprano
impulso industrial, solo hasta 1890. comienza a ser cuestionado por países como Alemania y
luego finalmente sobrepasado por Estados Unidos, de la mano de un nuevo patrón energético.
El origen de la Guerra de 1914. Esas tensiones tenían su origen en la progresiva crisis de los
viejos imperios: el Austro Húngaro, el Ruso, y el Turco-otomano. Las potencias europeas estaban
pendientes de estas crisis y, en muchos casos, las alentaban para quedarse con una porción de
esos imperios en decadencia. Éstos se encontraban acosados por dos fuerzas: el liberalismo
-reclamos de democratización política- y los nacionalismos -reclamos de autonomía por parte de
las minorías nacionales que habitaban cada uno de estos imperios-. Fue justamente la fuerza de
uno de estos últimos, y el apoyo al mismo de una de las potencias europeas, lo que puso en
marcha el complejo y endeble sistema de alianzas defensivas europeas. Por entonces Europa
contenía dos alianzas. Por un lado, Rusia (que apoyaba al nacionalismo - separatista servio
dentro del Imperio Austro Húngaro), Gran Bretaña y Francia (que apoyaban a Rusia sobre todo
como estrategia defensiva ante Alemania); y, por el otro, Alemania, Italia y Austria-Hungría.
Estas alianzas conformaban un mapa muy delicado que a la vez –con toda la fuerza industrial
detrás- alimentó una acelerada carrera armamentista y una creciente desconfianza. Ese
equilibrio era tan delicado que una simple brisa podía romperlo. El último aliento del archiduque,
candidato al trono en el imperio Austro-Húngaro, en Sarajevo –asesinado por un separatista
servio apoyado por Rusia- fue suficiente para poner en marcha todo el mecanismo defensivo que
habían armado las alianzas. Entonces, está claro que la carrera armamentista y expansionista
está por detrás del comienzo de la guerra, pero sobre todo la lógica expansionista de las
potencias, la crisis de los viejos imperios y las tensiones que se abren con ella. millones y medio
murieron. Pero si consideramos también a los civiles que fallecieron a causa de los bombardeos,
estamos hablando de veintidós millones de personas que fallecieron en la conflagración. Cifra
que en rigor está muy lejos de bosquejar el panorama, porque no se contabilizan allí a los
inválidos ni a quienes murieron a causa de las pestes y del hambre. Pero en la Europa oriental las
cosas no fueron mejores, Rusia –por ejemplo- perdió mas personas que toda Europa occidental.
Flora Tristán, que no dejaba de sorprenderse ante la esclavitud brasilera, la explotación de los
hombres, las mujeres y los niños en la vieja Europa, no habría podido imaginar –ni describir su
asombro- ante la voracidad de los personas contra sus congéneres que se puso en evidencia en
esta guerra que comenzó en 1914 y terminó en 1918.
Durante la segunda mitad del siglo XIX se produce un enorme crecimiento del comercio
internacional y de larga distancia mediante la paulatina AMPLIACION DEL MERCADO MUNDIAL y
la incorporación a éste de países y regiones del planeta. Los factores que posibilitaron la
expansión del capitalismo: se relaciona con la GRADUAL DESAPARICION DE LOS OBSTACULOS
NATURALES EXISTENTES PARA EL TRANSPORTE, tanto terrestre como marítimo, de mercandarias
y personas. En efecto, el ferrocarril primero y luego el buque a vapor permitieron el traslado a
media y larga distancia de todo tipo de bienes en forma cada vez mas segura y barata, el mundo
en una gran aldea global. Estas mejores fueron posibles gracias al desarrollo, durante el S. XIX,
de innovaciones tecnológicas que produjeron el desplazamiento del primer nucleo dinamico el
textil hacia el nucleo metalmecánico. Asi la producción del hierro y posteriormente el acero. Otro
elemento en la conformación de la economía mundial es la DIFUSION DE LA REVOLUCION
INDUSTRIAL. La segunda mitad del siglo XIX Gran Bretaña había dejado de ostentar el monopolio
de la industralizacion. Si bien mantenía su hegonomia como primera potencia mundial debía
competir con un creciente numero de naciones europeas. Estas nuevas naciones industriales
utilizaban altos aranceles aduaneros con la finalidad de proteger su producción local de la
competencia extranjera utilizaban políticas arancelarias proteccionistas. Gran Bretaña impulso al
absoluto librecambio en el ámbito internacional. Las razones que llevaron a Gran Bretaña a
fomentar el libre comercio por una lado la dependencia del comercio exterior, ya que contaba
con un comercio interior estable pero limitado, era el mayor importador de bienes primarios del
mundo, pero tenían necesidad de comprar insumos para sus industrias, le generaba saldos
negativos en su balanza comercial. Este déficit debía ser compensado con la balanza de pagos
mediante las llamadas exportaciones invisibles britanicass, es decir exportaciones de servicios e
inversiones extranjeras. La libertad de comercio parecía entonces, indispensable para G.B para
mantener el crecimiento de su economía. Los as importantes exponentes del pensamiento
económico capitalista de la época se habían posicionado teóricamente en favor al libre comercio.
La liberalización del comercio internacional no solo en el interior de las empresas sino también
entre naciones. Cada país debería especializarse en los productos que podía producir con
ventajas comparativas para luego intercambiarlos en el mercado externo. Este ideal teorico
liberal de la división internacional del trabajo funciono durante esta etapa y prácticamente hasta
1930 como patrón de incorporación al mercado mundial de los países no industrializados y como
eje de la organización del comercio internacional entre países desarrollados y no desarrollados.
Genero un nivel de desarrollo desigual entre países, plasmándose en este periodo una economía
mundial capitalista dividida entre países industrializados.
Durante la década de 1870 se iniciara una crisis de alcance mundial que afectara tanto a las
economías desarrolladas como las subdesarrolladas integradas al mercado internacional que fue
calificada como “gran Depresión”. Las particularidades principales de esta crisis y los cambios
durante el SXIX fueron una gradual universalización de los cambios económicos. A partir de la
industrialización (con el aumento de la productividad que genero) y del incremento dde los
intercambios comerciales entre naciones. Los cambios pasaron a estar relacionados con el
problema de la demanda que se hicieron globales y de naturaleza clínica. A lo largo del SXIX la
tendencia a largo plazo había sido de crecimiento sostenido, se produjeron numerosos cambios
cíclicos. Se los dividen en cuatro ciclos, siendo los dos mas importantes la expansión y la
contracción. Cada fase del ciclo pasa a la siguiente: la etapa de expansión llega a un punto
máximo a partir del cual comienza la crisis y se entra en la etapa de contracción de la economía,
que en su punto mas bajo da lugar a una nueva etapa de expansión . cada fase va caracterizada
por diferentes condiciones económicas, la expansión por lo general aumenta la producción, el
empleo, los precios, beneficios. La recesión o depresión ocurre lo contrario. La gran depresión en
Nueva York y Viena en 1873 que se propago inmediatamente a las economías industriales mas
importantes del mundo. Si bien hubo un momentos recesivos la producción mundial lejos de
estancarse, continuo aumentando sustancialmente. Cabria preguntarse si es posible calificar de
GRAN DEPRESION la llamaron asi porque estaba mas vinculada a la caída de los precios que de la
producción, lo cual resintió la rentabilidad de los negocios, en este ultimo punto residia la
verdadera naturaleza de la crisis.
Ante la crisis los productores de los países europeos presionaron a sus respectivos gobiernos
para que vuelvan a aplicar aranceles proteccionistas con el fin de protegerse, al menos, de la
competencia extranjera en el mercado interno. Los productores rurales atribuían esta caída
fundamentalmente a la competencia internacional. Lo cierto el agro se había incrementado por
las crecientes innovaciones tecnológicas aplicadas a la producción primaria, lo que provocaba un
constante aumento de la oferta mundial de estos bienes. La producción internacional no había
afectado demasiado al campo europeo hasta mediados del SXIX. En la segunda mitad del siglo
los ferrocarriles y el buque a vapor permiten la incorporación al mercado mundial de nuevos
territorios y por primera vez, los productores europeos deben enfrentarse a la competencia de
materias primas. Los productores agrícolas también reclamaron la suba de aranceles aduaneros
a las importaciones de los productos manufacturados provenientes de países industrializados.
Asi una nueva oleada proteccionista se habría en 1879 en Alemania con la implementación de
nueva ley arancelaria de los países mas desarrollados, solo G.B se mantenía compretamente
librecambista. La Crisis puso fin a 20 años de casi total liberalismo comercial. A su vez la crisis ,
con el grado de incertidumbre que conllevaba exacerbo la competencia económica y la rivalidad
entre naciones desarrolladas, rivalidad de la que el proteccionismo fue solo un síntoma mas. El
proteccionismo volvió solo a aquellas naciones que tenían algo para proteger. El resto del
mundo, exportador de bienes primarios y dependiente del nucleo desarrollado mantuvo absoluta
libertad comercial.
El porteccionismo entonces fue la primera respueta política económica estatal ante la crisis. Pero
no fue la única: la nueva oleada de colonialismo imperial, de las reacciones institucionales ante
la depresión. Las respuestas económicas fueron por una lado la concentración económica y por
otro lado las nuevas relaciones laborales en el interior de la empresa denominada gestión
científica del trabajo o taylorismo. Hacia fines del siglo, una serie de innovaciones tecnológicas
dieron pie al surgimiento de un nuevo nucleo dinamico en el proceso de la revolución industrial,
encabezado por las nuevas fuentes de energía que pronto desplazarían al vapor: la electricidad y
el petróleo. Fue precisamente en las empresas mas dinámicas donde comenzó a manifestarse
durante la depresión una tendencia hacia la concentración de tipo monopolica, la cantidad de
empresas existentes comenzó a disminuir o se mantuvo aunque la producción creciera. Asi
surgieron los TRUSTS definidos como agrupaciones de varias empresas que, perdiendo cada una
su personalidad jurídica, se funde en una sola, generalmente pera conseguir una situación de
monopolio en el mercado de un determinado producto. Entre 1870 y 1880 el monopolio y no la
competencia parecía una norma. En Alemania los Cárteles gozaban del apoyo del gobierno. Tanto
estos como los TRUSTS forman parte del proceso denominado de integración horizontal, es decir,
dentro de una misma rama de producción. Puede producirse también en forma vertical cuando
una misma empresa controla todo el proceso de producción de un bien, desde la obtención de
materia prima, pasando por la elaboración del producto final. También permite a las empresas
aumentar sus beneficios al producir ellas mismas los insumos necesarios. Lo cierto es que la
concentración económica, que se convirtió en una tendencia palpable a fines del SXIX y se
agudizo durante el siglo siguiente, avanzo por sobre la competencia de mercado y por sobre las
empresas menos poderosas con el objetivo de eliminar competidores y reducir costos de
producción , administración y venta. En pos de incrementar los beneficios. El interés del mundo
de los negocios, en bajar costos aumentando el rendimiento de los trabajadores dio inicio al
desarrollo de profundas transformaciones en los procesos de trabajo, surgio en EE.UU para luego
expandirse hacia otros países del mundo, el taylorismo, nueva relación entre el capital y el
trabajo.hacia mediados del SXIX . en el trabajador esta depositado el saber técnico sobre su
oficio. El poder de decisión resultaba inversamente proporcional a las posibilidades del
empresario de imponer intensificación del trabajo. Después de la depresión las postulados del
taylorismo se convertirían en una nueva ideaologia empresarial. Taylor estudio de las funciones
fabriles con el objetivo de eliminar movimientos inútiles, mediante la cronometracion de cada
tarea sus fundamentos eran: una fragmentaacion del trabajo en tareas especificas
cronometradas. Todo proceso productivo pasa a estar planificado y controlado, ruptura entre
pensamiento y ejecución. La implementación de sistemas de pago de salarios diferentes según
los resultados obtenidos como incentivo de producción.
La máxima descomposición y planificación de cada tarea implica una baja calificación del obrero,
lo cual lo hace mas fácilmente reemplazable y por ende menos costoso. A ppios del SXX el
FORDISMO continuara los ppios de la gestión de Taylor y profundizara mediante la aplicación de
ciertas innovaciones tecnológicas, entre ellas la línea de montaje, los obreros iban ensamblando
partes de una pieza principal transportada por la cinta. El detalle técnico es el ritmo de trabajo
que esta regulado mecánicamente de manera totalmente externa al trabajador, los tiempos
muertos son reducidos a su minima expresión y consecuentemente la productividad de la mano
de obra aumenta. Piezas producidas de manera estandarizadas se pone fin al trabajo artesanal,
para empezar a producir en serie.
Finalmente el nuevo colonialismo imperialista encarado por las grandes potencia a fines del SXIX
ha sido fuertemente asociados con la depresión y calificado como una de las salidas del
capitalismo a la crisis. En efecto entre 1880 y 1914 se produjo la conquista, anexion y
administración bajo un gobierno formal o informal, de aAfriaca, gran parte de Asia y el Pacifico,
por parte de G.B, Francia, Alemania, estados unidos, belgica, países bajos y japon
fundamentalmente. La colonia es una forma de dominación extranjera a partir de una relación de
fuerza y violencia directa, la sociedad nativa es dominada mediante un aparato militar, político
administrativo. Bajo la relación colonial, al uso de la fuerza qhe se croncreta en saqueos,
producción con una utilización compulsiva de la mano de obra nativa, economía de trata y
acaparamiento de tierras por parte de los colonos. Se ha calculado que hacia fines de 1914 casi
el 85% terrestre de la población estaba bajo influencia de algún tipo de control colonial ejercido
por las grandes potencias.
Las interpretaciones puramnete políticas parten del fenómeno imperialista. En primer lugar las
que justifican al imperialismo la expsansion colonial respondería a razones estratégicas y seria
consecuencia de la competitividad entre las principales estados de europa que necesitaban
bases en los diferentes continentes con importantes fuerzas navales para controlar los mares.
Otras explicaciones como resultado de la presión de la opinión publica nacionalista, prestigio
nacional a través d grupos de presión y el crecimiento del racismo como expresión del
darwinismo social. Entre las interpretaciones económicas para explicar el proceso imperialista
señalan la necesidad de materias primas y de mercado exclusivo por parte de los países
industrializados rivales. Otros analistas ponen acento en la necesidad que tenían las grandes
potencias de invertir sus capitales en regiones que les aseguraran importantes beneficios. De
esta manera: el imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en que ha tomado cuerpo
la dominación de los monopolios del capital financieros ha adquirido una señalada importancia la
exportación de capitales empezando el reparto del mundo por los TRUSTS internacionales y
terminando el reparto de tierra entre países capitalistas mas importantes. Si la característica
mas importante en la segunda mitad del siglo XIX ha sido la conformación de un mercado
mundial y de una economía mundial global que penetro en forma progresiva. Asi el imperialismo
aparece como el producto de una época surcada por el auge y la rivalidad entre nuevos países
industriales, competencia acentuada por la incertidumbre económica que creo la depresión y el
consecuente surgimiento del proteccionismo y los oligopolios. seran precisamente las tendencias
que hemos visto para este periodo las que se conjugarían para que el mundo capitalista
desemboque poco tiempo después, en la Primera Guerra Mundial y en la consecuente
desintegración de la economía internacional.